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MEDIDA DE PREVENCIÓN

La transmisión del VIH de la madre al niño durante el embarazo, parto y a través de


la leche materna representa un 91% de todos los casos de SIDA de la población
infantil. Por lo tanto, la mejor manera de evitar la infección en los niños es prevenir
la infección en las mujeres y fomentar una atención prenatal precoz que incluya
orientación y pruebas de detección del VIH.

 Se aconseja que toda mujer embarazada se realice una prueba de VIH en


el primer trimestre. Esta prueba no es obligatoria en sentido estricto y pueden
negarse a realizarla, sin embargo, el beneficio que se puede obtener del
diagnóstico precoz tanto para la madre como para el hijo hacen muy
importante su realización. Esto adquiere especial importancia en mujeres con
algún factor de riesgo conocido, como consumo de drogas o relaciones
sexuales promiscuas. Sin embargo, no todas las personas infectadas
recuerdan o reconocen un contacto de riesgo, por ello es importante que
todas se realicen la prueba.
 Si el resultado es positivo se aconseja iniciar tratamiento de forma más
precoz posible. Diversas terapias han sido estudiadas durante el embarazo:
la zidovudina y la nevirapina han demostrado su eficacia sin aumentar el
riesgo de problemas en el feto. Estos fármacos se indican a todas las
embarazadas infectadas, independientemente de su estado inmune (esto es,
incluso en mujeres que no tengan indicación de tratamiento por tener la carga
viral muy baja o los CD4 muy altos y no haber tenido ninguna complicación
clínica). Cuando la paciente tiene indicación de tratamiento la monoterapia
no se considera una opción aceptable por ello, y dado que la mayoría de los
fármacos antirretrovirales no son teratógenos en estudios experimentales se
podrían plantear estrategias de tratamiento con varios fármacos.
 Las actividades de prevención perinatal del VIH deben ayudar a garantizar
que se entre en contacto con todas las mujeres infectadas con VIH en los
primeros meses del embarazo, a fin de proporcionarles atención prenatal, así
como la posibilidad de enterarse de su condición. Si están infectadas se les
debe ofrecer terapia preventiva a fin de aumentar las posibilidades de que
sus hijos nazcan libres de infección y garantizar atención y tratamientos del
VIH de alto nivel para las madres y sus hijos. Un mayor acceso a la atención
médica prenatal, así como un mayor uso de la misma, permitirán alcanzar
esta meta.
 Las conductas sexuales de riesgo son estilos de vida que predisponen a la
infección por VIH. La enfermera debe ofrecer información a la población
acerca de la transmisión de Enfermedades de Transmisión sexual (ETS)
entre las que se encuentra el VIH. Este consejo sanitario se debe reforzar en
colectivos de riesgo como embarazadas, por el riesgo de contagio al feto, y
adolescentes 1

CUIDADOS DE ENFERMERIA

La labor enfermera está fundamentada en la filosofía de apoyo y ayuda al paciente


en busca de su bienestar e independencia en el mantenimiento de su propia salud.
Algunas intervenciones orientadas a satisfacer las necesidades psicosociales del
paciente son brindarle apoyo y fomentar los mecanismos de apoyo familiar,
mantener una actitud de aceptación, manejar la información sensible
confidencialmente y animarle a participar en terapias de grupo. De esta forma
evitaremos el aislamiento social del paciente.

En lo relativo a los aspectos clínicos de la enfermedad, la enfermera debe


determinar y evaluar el impacto físico y orgánico que tiene sobre el individuo. Para
mantener un buen estado de salud, el individuo tendrá que adoptar cambios en su
estilo de vida como llevar una buena adherencia al tratamiento y estar al día en las
inmunizaciones necesarias: Streptococcus Pneumoniae, Virus del Papiloma
Humano, Hepatitis B, gripe (anual) y Difteria-tétanos (cada 10 años). La enfermera
educará al paciente en autocuidados y evaluará periódicamente que el individuo
controla su enfermedad adecuadamente y la terapia funcional.

1
Luo C. Strategies for prevention of mother-to-child transmission of HIV. Reproductive Health Matters 2000; 8(16): 144-155.
También es indispensable que la enfermera asesore al paciente en materia de
nutrición (Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas). El enfermo de VIH
tiende a la desnutrición por la sintomatología gastrointestinal, por ello debemos
evaluar su estado nutricional e hidratación. Además, la inmunosupresión predispone
al padecimiento de infecciones cuya vía de entrada es el tracto gastrointestinal,
como toxoplasmosis (Toxoplasma Gondii), salmonelosis (Salmonella Spp.) y
Criptosporidiosis (protozoo Criptosporidium). Sencillos consejos como evitar el
consumo de comida cruda, lavar fruta y verdura antes de consumirlas, hervir huevos
antes de consumirlos e incluso hervir agua antes de beberla, reducirán la
probabilidad de que estas infecciones ataquen al organismo.

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