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El derecho como relación

Es el vínculo que une a dos o más personas físicas o morales, respecto


determinados bienes o intereses, estable y orgánicamente regulada por el Derecho,
como cauce para la realización de una función social merecedora de tutela jurídica.

Es el elemento más importante desde el punto de vista del derecho subjetivo, así como
la norma jurídica lo es desde el punto de vista objetivo. Por consiguiente se entiende que
la relación humana o de vida es aquella que al ser reconocida e integrada en el supuesto
de hecho de una o varias normas, produce consecuencias jurídicas.

Las distintas relaciones sociales de las que pueden ser partícipes los individuos están
contempladas jurídicamente, es decir, que existe una regulación para las mismas. De
dichas relaciones se derivan unos derechos y deberes que vinculan a las partes
concernientes y cuya materialización se manifiesta en posiciones de poder y de deber,
respectivamente.

En cuanto al contenido de las relaciones jurídicas, se han establecido cuatro tipos:

1. Relaciones obligatorias: el deber de cumplir los derechos del otro sujeto (devolución
del préstamo al banco).

2. Relaciones jurídico-reales: el derecho de obrar como considere oportuno el


propietario de los bienes que posee, y que tal derecho forma parte de los derechos reales
(derecho de propiedad…).

3. Relaciones familiares: dirigidas a garantizar el marco de esta institución (derecho de


alimentos entre parientes).

4. Relaciones hereditarias o sucesorias: derechos y deberes de los sucesores de una


persona fallecida.

1. Alteridad. Para que exista una relación real tiene que haber al menos dos sujetos. La
relación de algo consigo mismo no es real sino meramente mental o de razón (lo cual no
significa que sea relevante). Que alguien tenga derechos y alguien tenga deberes. En
ocasiones esto plantea dificultades para calificar ciertos deberes y ciertas relaciones
como jurídicas: el caso de los deberes con uno mismo; en particular, el tema del suicidio
por ejemplo.
2. Igualdad. Tiene que ser posible que los sujetos sean mínimamente iguales. No es
necesario que sean absolutamente iguales, basta la igualdad que permita cumplir el
deber o deberes que entraña toda relación jurídica. Hay casos donde no resulta
plenamente posible que uno de los sujetos cumpla plenamente con su deuda. Por
ejemplo, las relaciones entre padres e hijos, o entre el individuo y la comunidad social
(antiguamente llamada patria, y hoy por algunos llamadas la nación). Aquí hay deuda en
sentido propio, pero no igualdad. Estas relaciones, hasta donde puede ser satisfecha la
deuda, son jurídicas. Más allá no son propiamente relaciones jurídicas. La ética clásica
empleaba la palabra pietas (piedad) para referirse a estas relaciones.

a) Elemento subjetivo:(sujetos que lo componen) está integrado por el sujeto activo,


titular de los derechos, y los sujetos de derecho, esto es, por personas físicas y entidades
a las que el orden jurídico atribuye la condición de sujetos de derecho, quedando
excluidos de tal condición los seres irracionales y las entidades inanimadas desprovistas
de personalidad jurídica.

b) El objeto de la relación: se reconoce en la denominación de objeto de la relación


jurídica a la conducta o a las conductas que constituye el contenido de la misma.
Conviene a este respecto diferenciar con claridad el objeto en sentido estricto de lo que
puede ser el motivo o causa de la relación jurídica y la cosa sobre al que recae. -Motivo
o causa de la relación jurídica son las razones que impulsan a su instauración. -La cosa
sobre la que recae la relación jurídica es la realidad que sirve de referencia al interés de
los sujetos que la instituyen.

c) El vínculo de atribución: es necesario que exista un vínculo o nexo de atribución


entre sujeto activo o sujeto pasivo, de tal manera que al primero le corresponde como la
otra vertiente de la relación, la obligación del segundo (sujeto pasivo) y viceversa.
El Derecho como política

El derecho como política es una rama jurídica que aglutina todos los ámbitos de estudio
del derecho que están relacionados con el fenómeno político. Para algunos es
considerada una disciplina de contornos difusos, incluyendo no sólo el estudio del
sistema político, sino también de la teoría del Estado y formas de gobierno, la filosofía
política y la sociología electoral, entre otras.

La finalidad del derecho político era la ordenación del estado dentro de normas éticas,
además de jurídicas, ubicando lógicamente el derecho político en un lugar
de prelación respecto del derecho constitucional y administrativo.

El derecho político es el estudio de la estructura dinámica de la organización política y


sus relaciones con la sociedad, el orden y la actividad política, incorporando
el método sociológico y político, sin abandonar el jurídico, inherente a la disciplina, por
la relación fundamental del derecho con los demás elementos de la estructura de
la organización política. De este modo, siguiendo en líneas generales la orientación de
la doctrina actual, el derecho político se nos presenta como un sistema
cuya unidad resulta del enlace de una teoría de la sociedad, una teoría de
la organización, una teoría de la constitución y una teoría de los actos políticos.

Este sistema permite reactualizar el derecho político de acuerdo con las


transformaciones de la ciencia política contemporánea y determina su situación
de disciplina básica de todo el derecho, no sólo del derecho público, destinada a
proporcionar un conjunto de nociones fundamentales para la compresión de la realidad
social y política contemporáneas.

El derecho político, por consiguiente, es la rama del derecho público que estudia la
estructura dinámica de la organización política y sus relaciones y funciones. Su objeto
es la organización política y su contenido un sistema de conceptos derivados de
una teoría de la sociedad, el estado, la constitución y los actos políticos. Con
éste alcance, no tiene equivalencia sino prelación al derecho constitucional y
administrativo, a los que sirve de base y fundamento.
La ciencia política, en lo esencial, forma parte de su contenido, así como también
la historia del pensamiento político. Su objeto y contenido le proporcionan autonomía y
sustantividad, y dejan de tener sentido, a su respecto, de las distintas denominaciones
que podían, de acuerdo con la posición tradicional, serle aplicables.

Así la denominación de teoría del estado (staatslehre), característica


de la ciencia alemana; la de ciencia política (political science) en Inglaterra; la
de derecho constitucional (droit constitutionnel) en Francia entre otras. Sensible a la
realidad social y política contemporánea, la transformación de la estructura de
la sociedad y de la forma política la convierten en la rama jurídica encargada de la
descripción y aplicación de los fenómenos políticos y su
cristalización en nuevas formas jurídicas.

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