LA CRISIS DEL 29

Las causas provienen de dos factores: la caída de la inversión (como consecuencia de una
disminución en la demanda durante la segunda revolución industrial y del aumento de la
productividad generada por la electrificación de la producción) y la aplicación de políticas
económicas (especialmente monetarias) inadecuadas. Las causas específicas son:
(1) La caída de la actividad económica: La situación de Alemania era preocupante, con
problemas en la industria del acero y una alta tasa de paro. En EEUU, la recesión comenzó
por los sectores de la construcción y del automóvil.
(2) Especulación bursátil: La cotización de las acciones depende de las expectativas de
beneficios y del capital en bolsa. El traspaso de los beneficios empresariales al mundo
financiero acumuló capital en bolsa. Existe especulación cuando los inversores son
motivados por el precio de venta futuro de las acciones adquiridas y no por las expectativas
o tendencia de los dividendos de las empresas.
(3) Retirada de los bonos de guerra: Tras la guerra, grandes cantidades de oro llegaron a EEUU.
EEUU decide esterilizar el oro, esto es, retirarlo de la circulación, y no retirar los bonos de
guerra, para no aumentar la circulación monetaria. Los intereses de los bonos eran altos y
esto afectaba a la libra esterlina tras su regreso al patrón oro. El gobierno británico pidió a
EEUU que encareciera los bonos, pero como los intereses eran fijos, la única manera de
lograrlo era que el interés real bajara. El gobierno de EEUU comenzó a comprar bonos en la
bolsa, y la demanda incitó a los inversores a venderlos. Como consecuencia, estas compras
inyectan dinero a la circulación monetaria que, en manos de los inversores, será destinado a
comprar otras acciones. Así, la especulación se agrava.
(4) La compra a crédito: Los brokers aceptaban órdenes de compra con una parte del pago
aplazada (hasta el 90%), pagaban la diferencia y retenían las acciones como aval de la
cantidad aportada y para obtener crédito. Con este sistema, el dinero inyectado en bolsa
tenía un efecto multiplicador que permitía empeorar la especulación aún más, dando lugar a
la crisis del 29.