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GENESIS DE LA UNIVERSIDAD LIBRE: UN SIGLO DE EXISTENCIA

Desde el punto de vista legal, nuestra Universidad Libre surge a la vida jurídica
el 30 de octubre de 1913, cuando se suscribe la Escritura Pública 1183 de la
Notaría Tercera de Bogotá por la cual se funda la Sociedad Anónima de
Capital Limitado Universidad Libre, con domicilio en Bogotá, forma de
sociedad escogida para lograr que un sinnúmero de personas aportaran el
capital necesario para su establecimiento, mediante la suscripción de acciones
que permitieran contar con los recursos necesarios en un momento en que el
país todavía no había logrado salir de los problemas sociales y económicos que
dejó la Guerra de los Mil Días y la sucedánea separación o pérdida de Panamá
en 1903, a todo lo cual se une los que generó la Gran Guerra, como entonces
se denominó a la Primera Guerra Mundial que se dio entre 1914 y 1918. Hoy
en el Museo de nuestra sede principal en Bogotá, se pueden apreciar varias de
esas acciones que entonces se emitieron.
La Libre, como entonces y siempre se le ha conocido, en cierta forma vino a
suceder a la Universidad Republicana –fundada por LUIS A. ROBLES –el Negro-
que junto con el Externado aparecieron en nuestra historia a finales del siglo
XIX, como reacción al modelo de educación que la Regeneración de Núñez
implantó en Colombia en esa época, Universidad que se extinguió, por
problemas económicos, en 1913 y que cedió todos sus bienes muebles a
nuestra Alma Mater en 1914.
Sin embargo, nuestra Institución sólo pudo iniciar su labor académica en
febrero 13 de 1923, poco tiempo después de que la Convención Nacional
Liberal reunida en Ibagué, por Acuerdo no. 6 de 1922, recomienda a los
accionistas de la Sociedad Anónima atrás mencionada, a los liberales y en
especial al Jefe del Partido, el General Benjamín Herrera, dar su apoyo
económico decidido, en busca de su establecimiento definitivo en nuestro
país.
No puede olvidarse en esa génesis la actividad proselitista y los esfuerzos de la
juventud liberal de entonces, encabezada por Jorge Eliécer Gaitán, Jorge Soto
del Corral, César Julio Rodríguez, Germán Zea Hernández, José Joaquín Caicedo
Castilla, Demetrio Martínez Porras, Jorge A. Velásquez, Marco A. González
Sánchez, Germán Arciniegas y otros que se escapan ahora a mi memoria, que
impulsaron las propuestas de Rafael Uribe Uribe en torno al establecimiento
de la Universidad Libre y lograron convencer de ello no sólo al General Herrera,
sino igualmente al ahora dividido y venido a menos Partido Liberal
colombiano.
La Universidad de Uribe y de Herrera ha venido cumpliéndole al país en su
propósito de impartir a todos, pero en especial a las clases económicas menos
favorecidas, una educación inspirada en los preceptos de democracia, justicia
social, libertad de pensamiento, autonomía universitaria, tolerancia,
convivencia civil, pluralismo ideológico, y rechazo a toda forma de
confesionalismo y de imposición ideológica. De ello podemos dar pleno
testimonio los que nos hemos formado en sus aulas, a lo largo y ancho del
territorio nacional en el cual desarrollamos nuestra actividad académica.
Nuestros directivos, docentes y dicentes representan, han representado
siempre, no sólo la mayoría de las corrientes científicas y políticas del
pensamiento universal, sino las de carácter partidista. Bastaría para
demostrarlo citar a las personas que nos han acompañado en el curso de
nuestro desarrollo como academia: los mejores del partido liberal, los mejores
exponentes del partido conservador, los mejores del socialismo, los mejores
exponentes del partido comunista, los mejores científicos de la medicina, los
grandes sociólogos, los más prestigiosos sacerdotes y monseñores de la iglesia
católica, etc.; todos ellos los tuvimos en nuestras aulas en sana convivencia y
plena competencia ideológica, cuando regentar la academia era un honor, una
distinción que se le confería a los mejores profesionales de la ciencia y la
enseñanza.
En fin, ha sido un proyecto educativo que se ha construido históricamente por
partidarios de lo que representamos y grupos de amigos y destacados
masones del país que han realizado importantes aportes económicos, por la
comunidad estudiantil –como algunos de nuestros primeros egresados en
Bogotá, Barranquilla, Cali, Pereira y Cúcuta que vinieron de otras instituciones
a culminar sus estudios en la nuestra--, por nuestros docentes y egresados, por
nuestros directivos y trabajadores que formaron y forman una comunidad que
ha sido consecuente con su legado histórico, su identidad y sus principios
institucionales: una comunidad que ha extendido su radio de acción a diversas
regiones del país, a las cuales seguramente se agregaran otras en el futuro.
Posteriormente, la inicial Sociedad Anónima de Capital Limitado Universidad
Libre se trasformó en la Corporación Universidad Libre, entidad sin ánimo de
lucro, en virtud de lo dispuesto por sus accionistas mayoritarios de entonces,
encabezados por Jorge Soto del Corral y Tulio Enrique Tascón, en asamblea
general protocolizada en Escritura Pública no. 181 de 20 de enero de 1947,
corrida en la Notaría Tercera del Circulo de Bogotá, y, en su orden, han
aparecido en el ámbito nacional: 1) La Seccional de Barranquilla –inicialmente
del Atlántico-- con su Facultad de Derecho creada en 1955, que inicia labores
en mayo de 1956, con la intervención de Julio Salgado, Mario Ceballos Araújo,
Jeremías Flórez R., Carlos Gutiérrez, Mario Alcalá, Dilio Comas, Aquileo
Hernández, Juan B. Fernández, Ramón Garavito, entre otros. Igualmente, allí
aparece en 1974 nuestra primera Facultad de Medicina, hoy con más de cinco
programas de Salud. Sus nuevas instalaciones, en el hoy denominado Corredor
Universitario hacia Puerto Colombia, se inauguraron en el mes de mayo de
1993. Nuevas construcciones han sido levantadas también en los últimos años.
2) En los años setenta del siglo pasado aparecen nuestras importantes
Seccionales de Cúcuta, Cali y Pereira; la primera, fruto de la asociación de la
Universidad con la Sociedad de Artesanos Gremios Unidos de Cúcuta,
propietaria del colegio “ Escuela Laica Gremios Unidos”, donde se educaban
los hijos de los socios mutualistas y masones del Departamento Norte de
Santander, sociedad posteriormente disuelta de común acuerdo, cuando
desapareció la campaña político-religiosa contra el citado colegio, en su
momento encabezada por el presbítero Daniel Jordán Peñaranda: en el primer
semestre de 1973 comienza la Seccional a funcionar con sus facultades de
Derecho y Ciencias de la Educación, a las cuales posteriormente se han
agregado la de Contaduría, los programas de Ingeniería y diversos posgrados;
en Cúcuta, con respeto y agradecimiento, se recuerdan los nombres de Jorge
Lamus Girón y Jaime Pérez López, como cofundadores y primeros directivos de
esa Seccional, que igualmente gestionaron y obtuvieron trascendentales
aportes económicos de las autoridades regionales; la segunda, la Seccional de
Cali, fundada por la Sociedad Vallecaucana de Egresados de la Universidad
Libre que creamos, en la indicada ciudad en 1961, un conjunto de egresados
de la sede principal de Bogotá, que inicialmente estableció el colegio de
bachillerato Tulio Enrique Tascón, sociedad de la que formaron parte, entre
otros, Juan Quijano Yacup, Herney Ramírez Zapata, Demófilo Candela
Moriones, Luz Melby Díaz, Astolfo Moreno, Guillermo Coll Salazar, los
hermanos Saavedra Valle y Alcibíades Paredes. La seccional inició sus
actividades en diciembre de 1973 con las Facultades de Derecho y de
Contaduría; allí, en Cali, creamos en 1976 nuestra segunda Facultad de
Medicina con la colaboración de un distinguido grupo de médicos encabezados
por el doctor Jorge Lega Sicard, que actualmente, después de 40 años de
existencia, cuenta con más de seis programas y que tiene y ha tenido como
centro de prácticas la Clínica Rafael Uribe Uribe, adquirida por la Universidad
al extinguido Instituto de Seguro Social en el año 2009; Cali es la Seccional con
las más modernas y recientes instalaciones, con una inversión superior a los
110.000.000.000 millones de pesos; y, en nuestra muy pujante y próspera
ciudad de Pereira, la trasnochadora, morena y querendona, un egresado
nuestro, el doctor Alberto Mesa Abadía encabezó un grupo de ilustres
profesionales, los doctores Rodrigo Rivera Correa, Eduardo Jaramillo González,
Daniel Becerra Piedrahita, entre otros, quienes mediante Escritura Pública no.
1781 de julio 17 de 1971 de la Notaría Segunda de Pereira, incorporaron a la
Libre la facultad de derecho que habían creado, años atrás con el beneplácito
de la Libre, como dependencia de la Fundación Independiente de Pereira; al
poco tiempo se establecieron las facultades de Economía y Contaduría, a las
cuales han seguido los diversos programas de Ingeniería y de la Salud de esta
Seccional, de gran desarrollo, gracias a la labor y el esfuerzo de sus egresados,
directivos, docentes y trabajadores que no escatimaron el empleo de su
tiempo libre para conseguir recursos. También en esta Seccional se recuerda
con respeto, admiración y agradecimiento la dirección y la labor de directivos
como César Augusto López Arias (Q.E.P.D).y Jaime Arias López, que han
ocupado la Presidencia Delegada de la Seccional.
Finalmente, diremos que también aparecieron en la década de los años 90 del
pasado siglo, las Seccionales del Socorro y de Cartagena, las dos inicialmente
con la creación de centros educativos y sendos colegios de bachillerato
impulsados por amigos y egresados nuestros, juntos con las masonerías de
dichas ciudades que adquirieron y/o donaron los respectivos inmuebles, y que,
tiempo después se transformaron en seccional o sede durante el tiempo en
que tuve el honor de presidir la Consiliatura que me acompañó y arbitró los
recursos económicos para colaborarle en ese propósito a los que estuvieron al
frente de aquellos con entusiasmo, dedicación, desprendimiento y deseos de
hacer realidad la vinculación definitiva de la Libre a esas regiones, entre los
cuales debo mencionar a los hermanos Humberto y Judith Albornoz Rueda de
la muy noble ciudad del Socorro y los egresados y amigos de Cartagena, los
doctores Rafael Ballestas y Carlos Gustavo Méndez recientemente fallecido.
Esas Seccionales, en especial la del Socorro, son dignas de resaltar, por cuanto
con dignidad y altura, propias de las razas de las respectivas regiones que están
en el corazón de todos los colombianos, por lo que representan en nuestra
historia, han sabido sortear todas las dificultades para sacar adelante su
propósito de tener un centro educativo de calidad y trayectoria como la Libre.
Loor a todos los que nos han acompañado en ese empeño en el Socorro y en
Cartagena, cunas verdaderas de nuestra libertad.
No podría terminar este pequeño o breve recorrido por lo que ha sido el
devenir, la historia de nuestra gloriosa Institución hasta ahora en que
recibimos la acreditación institucional del Gobierno Nacional y nos
encontramos ad portas de cumplir nuestro primer siglo de existencia, sin
rendir un especial sentimiento de gratitud al Partido Liberal colombiano, que
no sólo nos dio vida al participar de manera decidida en nuestra fundación,
nos acompañó en momentos de crisis como la que afrontamos en la eventual
o pretendida secesión de 1964 a 1966, época en la cual sus más
representativos líderes nos dirigieron hasta obtener el reconocimiento judicial
definitivo de sus legítimas directivas encabezadas por los doctores Crótatas
Londoño Cardona, oriundo de esta región cafetera que entonces se agrupaba
en un solo Departamento, y César Ordoñez Quintero, jurista, parlamentario de
los más destacados, uno de los más grandes oradores políticos de Colombia y
del otrora gran Estado Soberano de Santander, que estuvieron al frente de
una Consiliatura de lujo integrada por las más importantes figuras del
liberalismo, tales como Carlos Gustavo Arrieta Alandete, Gonzalo Vargas
Rubiano, Darío Echandia, Fidel Cano, entre otros. Y, desde luego, a grandes
líderes de nuestro Partido que en su momento fueron nuestro soporte como
el Dr. Miguel López Pumarejo, a quien cariñosamente llamamos don Miguel,
nuestro gran benefactor, Presidente y Rector de muchos años, a los
expresidentes de la República Julio César Turbay Ayala quien, desde antes de
recibir nuestro doctorado honoris causa y después de ello, hasta su muerte,
siempre estuvo atento en colaborar en nuestro empeño educativo, a Alberto
Lleras Camargo, doctor honoris causa de la Libre y a Carlos Lleras Restrepo,
nuestro profesor de Hacienda Pública durante años, a los exdesignados o
exvicepresidentes de nuestra Nación, presidentes o rectores de nuestra Alma
Mater Tulio Enrique Tascón, Ramón Miranda, Jorge Eliécer Gaitán, Jorge Soto
del Corral, Gustavo Hernández Rodríguez, Germán Zea Hernández, Gerardo
Molina y tantos otros que sería interminable mencionar en este escrito, para
rendirles todos los honores que se merecen como formadores de hombres y
mujeres que nos han representado con orgullo y dignidad en las diferentes
posiciones que ofrece nuestro sistema democrático.
Desde luego, por cuanto ello ha sido así, también debemos dejar constancia y
expreso reconocimiento a los líderes del también tradicional Partido
Conservador colombiano que nos colaboraron, como profesores y directivos,
en preservar nuestra existencia, en especial en momentos en que nuestra
institución fue amenazada con su cierre por algún Gobierno de turno y hasta
por altos representantes, entonces, de quienes pretendieron desconocer la
autonomía universitaria, la libertad de cátedra y de cultos, hoy pilares
fundamentales de cualquier sistema democrático, cuestionando o censurando
alguna designación legítima de uno de nuestros rectores. Entre ellos no
podemos dejar de mencionar a los exministros Evaristo Sourdis y Eduardo
Zuleta Ángel, así como al Exconsejero de Estado Gabriel Carreño Mallarino y al
parlamentario conservador Dr. Alfonso Uribe Maldonado, egresado de nuestra
Universidad que desempeñó, por muchos años, nuestra Censoria en la época
en que ella se le otorgaba, como fundamental órgano de control estatutario,
sin lugar a discusión alguna, al Partido Conservador.

MIGUEL H. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ


Delegado de la Presidencia Nacional de la Universidad
Miembro de la Sala General de la misma.
Pereira, septiembre 30 de 2016.

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