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Ensayo Primer Parcial de la Materia de Ética Profesional

Alejandra Tejeda López

Instituto de Estudios Superiores Monterrey Campus Guadalajara


Comercio justo en la artesanía mexicana

“Al Oxxo le redondeas, al artesano le regateas”. Esta frase se encuentra escrita en las

paredes de un mercado en Morelia y no sé a ti, querido lector, pero a mí me sonó un tanto

familiar y extremadamente real (Rodríguez, 2018). Antes de continuar, si me lo permites, me

gustaría hacerte unas cuantas preguntas. Prometo no divulgar tus confesiones con la única

condición que me seas totalmente honesto. ¿Qué traes puesto el día de hoy? Camisa,

pantalón, zapatos, calcetines, etc. ¿Cuánto dinero te costó adquirir todas tus prendas? Ahora,

si tuvieras que convertir ese dinero en el tiempo que al productor le llevó realizar cada pieza

de tu atuendo, ¿cuál sería su precio en horas?,¿Te imaginarías a ti mismo invirtiendo tantas

horas de tu vida realizándolas?,¿En cuánto venderías tú ese trabajo?, ¿Aceptarías menos de lo

que vale?

El escenario que planteo no es sencillo, sin embargo, es a lo que se enfrentan los 12

millones de artesanos indígenas que hay en nuestro país (FONART, 2018). Este sector de la

población representa el 10% de los mexicanos, lo que equivaldría llenar 138 veces el estadio

azteca o juntar toda la población de los estados de Jalisco y Michoacán. Sin embargo, no

nada más las cifras de población reflejan la relevancia de este grupo sino también su

aportación a la economía del país. Según la Confederación de Cámaras Nacionales de

Comercio, Servicios y Turismo (2018), la venta de artesanías representa el 4% del PIB que

genera el turismo nacional. Pero ¿a qué podemos llamarle artesanía? La UNESCO (2018)

define artesanía a todos aquellos productos hechos por artesanos, ya sea a mano o con ayuda

de herramientas, siempre y cuando siga siendo más importante el trabajo manual directo. A

su vez, que las artesanías tengan características distintivas tales como utilitarias, estéticas,

artísticas, tradicionales e incluso religiosas.

Por otro lado, las artesanías son consideras como una de las manifestaciones más tangible

del patrimonio cultural inmaterial de un país (UNESCO, 2018). Entonces ¿qué está pasando
con nuestra artesanía? En palabras de Victoria Novelo (2002), Directora del Centro Nacional

de Capacitación y Diseño Artesanal, la base del problema artesanal se encuentra en la

valoración del artesano y su trabajo mismo. La artesana Esperanza Pérez (Comunicación

personal, 2018), originaria de Uruapan Michoacán, afirma: “Las personas no se dan cuenta

las horas que paso bordando las blusas que vendo. No están caras, es el precio que vale

semanas y semanas de mi trabajo. Siempre les digo que están comprando un cachito de mi

alma y mi historia”. En conclusión, nuestro arte se encuentra subestimado por falta de

apreciación y conocimiento de su realización. Por consiguiente, los consumidores no le

otorgan el valor que le corresponde y recurren al, popularmente llamado, arte del regateo.

¿A cuánto lo menos? Esta es una frase, querido lector, que podría apostar que la mayoría

de los mexicanos hemos empelado alguna vez en nuestras vidas. Según un estudio realizado

por la Agencia de Publicidad Picodi (2018), México ocupa el lugar número 7 de los países

que más regatean en el mundo. Y como podrás imaginarte, la artesanía no se queda al margen

de este fenómeno. Cada que un cliente regatea el precio de algún producto, el artesano pierde

entre un 40 y un 50% de su ganancia. Y no le sucede una sola vez, sino que entre el 85 y 90%

de las personas que buscan adquirir una artesanía, le regatean (NOTIMEX, 2018). Hay

quienes opinan que la práctica de negociar el precio de un producto es totalmente normal y

forma parte de una negociación justa. Sin embargo, querido lector, tú podrías ser de los que

sostienen dicha creencia. Es por ello que me gustaría invitarte a detenernos y pensar en ello.

Existen dos conceptos importantes que nos pueden hacer reflexionar sobre la veracidad de

este argumento: el imperativo categórico y el comercio justo. El primer concepto retoma el

modelo Pagano de 6 preguntas que debemos hacernos, entre ellas la del imperativo

categórico, para orientarnos y saber si lo que estamos haciendo es éticamente correcto

(Mathison, 1988). El imperativo categórico básicamente nos sugiere que actuemos con

máximas que quisiéramos que fueran leyes universales (Castro, 2004). Entonces si
utilizáramos el regateo aplicándolo a todos los comercios por igual ¿realmente crees que

funcionaría? Imagínate por un momento, querido lector, que fueras a tu tienda favorita en el

centro comercial y pidieras un descuento por llevarte muchas prendas. Incluso intenta

imaginar la reacción de la vendedora si tú sugirieras que la ropa es muy cara y quieres pagar

mucho menos por ella, ¿qué crees que pasaría?

Otros de los conceptos fundamentales que invalidan el argumento del uso del regateo es el

comercio justo. Este movimiento promueve un tipo de comercio basado en el diálogo, la

transparencia, el respeto y la equidad (WFTO, 2018). A diferencia del comercio

convencional, no busca como fin último el lucro, sino el desarrollo de los productores y el de

su entorno (Fundación Española para la Innovación de Artesanías, 2012). De acuerdo con la

Organización Mundial del Comercio Justo (2018) existen 10 principios que rigen este

movimiento entre los cuales se encuentra el pago justo por el trabajo realizado. Este último

principio destaca que el pago de un producto debe tomar en consideración los materiales y

técnicas utilizadas, así como el tiempo de realización. Hoy en día, el 52% de los artesanos en

México tiene un ingreso menor al de un salario mínimo (Heredia, 2013). Esto significa que

tenemos la certeza que más de la mitad de los artesanos en México no son parte de un

intercambio justo, y no estamos seguros que el restante lo esté. No sé tú lector, pero yo

considero que el regateo como una negociación justa queda en knockout en el ring del

comercio.

Por otra parte, no somos los únicos privilegiados en contar con esa conexión a nuestras

raíces. Cabe destacar que México no es el único país a nivel internacional con artesanía

propia de su nación. Países Latinoamericanos como Colombia, quien es reconocido por sus

artesanías en madera y cerámica, así como Panamá y Guatemala famosos también por sus

tejidos coloridos, son internacionalmente reconocidos por su arte (Connect Americas, 2018).

A su vez, países como Italia, India, China e incluso Alemania se encuentran en este sector. El
punto que quiero compartirte, querido lector, es el sorprendente contraste del cómo estos

países han sabido impulsar sus artesanías en comparación con nuestro país. Mientras México

exporta alrededor de unos 5,339 millones de dólares, dichos países exportan 26 mil millones,

37 mil millones, 141 mil millones y 67 mil millones respectivamente (Angel, 2017).

Ahora, estimado lector, podemos resumir que hasta este punto tú y yo estamos de acuerdo

en dos cosas. La primera es que el regateo no es una opción para contribuir al desarrollo de

los artesanos ni de sus productos. Y segundo, existe una clara necesidad por dignificar y

orillar a que la artesanía se transforme, se potencialice y que se encuentre en el marco de un

comercio justo. Pero entonces ¿qué podemos hacer al respecto? Nuestra primera idea podría

ser adquirir más de sus productos o incluso apoyar a empresas que colaboren con artesanos.

Si bien es cierto que el comprar productos artesanales contribuye al desarrollo artesanal, no

ataca de manera integral el problema.

Por otro lado, Silvana Navarro, especialista en temas de comercio justo, afirma que

existen empresas que simulan realizar un comercio justo hacia los artesanos y no lo hacen.

Estas comercializadoras confunden al consumidor con la labor de ayudar y que los artesanos

crezcan económicamente sin realmente potencializar sus ingresos. Estas empresas colocan un

margen de utilidad a las artesanías mayor al 60% e incluso algunas de ellas del 100%. Este

margen no es percibido por el artesano ni su familia por lo que el comercio justo como tal no

se lleva a cabo (Hoyos, 2015). Si bien hay empresas serias que se dedican a capacitar y a

apoyar de manera integral a los artesanos, no son la mayoría.

Lo que podemos realizar como sociedad mexicana es interesarnos, aprender, compartir y

sobre todo dignificar el trabajo realizado por nuestros compatriotas. Cada uno de nosotros

puede comenzar por difundir y practicar el comercio justo hacia los artesanos y aspirar a que

algún día sea el imperativo categórico que rija a todos los mexicanos. Por parte del gobierno,

podemos incitar al diálogo para que se propongan legislaciones justas y adecuadas para cada
uno de los 12 millones de mexicanos que aportan a la economía y a la identidad de nuestro

país. Soy fiel creyente que necesitamos también del sector privado para crear modelos de

negocio sustentables y con un alto impacto a la comunidad. Es por ello que debemos apoyar a

empresas que trabajen de manera integral con los artesanos y les brinden herramientas para

su crecimiento. Por último, como mexicanos debemos resguardar a esas manos que son

nuestra conexión con el pasado, el reflejo de nuestro presente y sin duda un arte que

llevaremos al futuro.

Hola Ale:

En general, me parece todo bien: estructura, argumentación, información. Sin


embargo (no sé cuanto tenga que ver con el tema en sí) falto profundidad en
algunos argumentos e ideas, o acaso en la descripción del objeto de estudio, para
que sea más evidente el problema, sin que entendamos que es un asunto solo de
ayudar al gremio de artesanos.

El posicionamiento internacional es tal vez un buen detonador de investigación. Los


países europeos no solemos verlos como grandes productores de artesanías así
que, por ejemplo, quisiera saber si la diferencia tan grande en exportación es por el
tipo de artesanía, el volumen o el precio (o una combinación).

Este ensayo va muy bien.


Referencias

Angel, E. R. (2017, 20 de Junio). Las artesanías Mexicanas. Obtenido de Gestiopolis:

https://www.gestiopolis.com/las-artesanias-mexicanas-contexto-economico/

Castro, F. R. (2004). Revista Digital UNAM. Obtenido de El imperativo categórico en la

fundamentación de la metafísica de las costubres:

http://www.revista.unam.mx/vol.5/num11/art81/dic_art81.pdf

Connect Americas. (2018). La exportación de artesanías, una oportunidad para América

Latina. Obtenido de Connect Americas: https://connectamericas.com/es/content/la-

exportaci%C3%B3n-de-artesan%C3%ADas-una-oportunidad-para-am%C3%A9rica-

latina

CONCANACO. (2018). Boletín de Turismo. Obtenido de Últimas noticias del Sector

Turístico: http://www.concanaco.com.mx/boletin-de-turismo/

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Artesanos de Lationamerica. Obtenido de Comercio Justo:

http://comerciojusto.org/publicacion/guia-de-comercio-justo-para-artesanos-y-

artesanas-de-america-latina/
Heredia, F. S. (2013). Biblioteca Diputados. Obtenido de

http://biblioteca.diputados.gob.mx/janium/bv/cesop/lxii/art_mex_sitact_re.pdf

Hoyos, S. N. (2015). Consultoría, Investigación y proyectos estratégicos. Obtenido de

Silvana Navarro Hoyos: http://www.silvananavarro.com/single-

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Mathison, D. L. (1988). Business Ethics Cases And Decision Models: A Call For Relev.

Journal of Business Ethics;, 777. Obtenido de

https://miscursos.tec.mx/ultra/courses/_152475_1/cl/outline

NOTIMEX. (15 de Marzo de 2018). Regateo a artesanos, una mala práctica de los

mexicanos. Obtenido de 24-horas: http://www.24-horas.mx/2018/03/15/regateo-a-

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Novelo, V. (2002). Estudios sobre Estado y Sociedad Vol. IX. No. 25. Obtenido de Espiral:

file:///C:/Users/A01227~3/AppData/Local/Temp/1243-3961-1-PB.pdf

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https://www.picodi.com/mx/inspiraciones/la-cultura-del-regateo

Rodríguez, D. (18 de Julio de 2018). Una pieza que vale doce horas: la campaña para evitar

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vale doce horas: la campaña para evitar el regateo al trabajo de los artesanos

mexicanos

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