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Investigan cómo desarrollar

aeropuertos con pistas de aterrizaje


circulares
Las pistas de aterrizaje del futuro no seguirán una línea recta, sino que tendrán
una forma circular para aprovechar mejor el viento y posibilitar que hasta tres
aviones puedan despegar o aterrizar al mismo tiempo, según un proyecto con
fondos europeos encabezado por el Centro Aeroespacial de Holanda.

Suena a película de ciencia ficción, pero el proyecto tiene nombres y apellidos.


Se llama "La pista sin fin" y está aún en fase de pruebas en simuladores
virtuales.

"Necesitaremos al menos 20 años para poder ver las pistas", explica a Efe el
investigador del Centro Aeroespacial de Holanda Henk Hesselink.

La idea trata de resolver una dificultad a la que se enfrentan a menudo pilotos


de medio mundo y que, en los peores casos, provoca retrasos y desvíos de
vuelos: el viento cruzado en los aterrizajes.

Cuando eso pasa, "el avión no tiene que volar recto, sino que debe hacer una
maniobra complicada respecto a la pista, que está siempre en una dirección
fija", explica Hessenlink.

La forma de resolver ese problema es tan simple en su respuesta como


complicada en su aplicación: construyendo pistas de aterrizaje circulares.

Los pilotos podrían así decidir qué punto les es más favorable para tomar tierra
teniendo en cuenta la dirección en la que sopla el viento en ese momento.

La pista debería tener un diámetro de 3.500 metros y su longitud sería de diez


kilómetros.

"En la práctica no usarías todo ese espacio", explica Hessenlink, lo que


posibilitaría que hasta tres aviones pudieran aterrizar o despegar al mismo
tiempo.

La altitud de los bordes de la circunferencia sería un poco más alta que su


centro, algo parecido a lo que ocurre en los velódromos que se usan en las
carreras de ciclismo en pista, aunque no se trataría de una elipse, sino de un
círculo.

Otra de las ventajas del proyecto es que los aviones podrían usar cualquier
punto del círculo para despegar o aterrizar, lo que evitaría las maniobras que a
menudo hacen los pilotos para colocarse en la misma dirección que la pista.
"Al estar en todas las direcciones, puedes volar directamente al aeropuerto al
que te diriges y ser más efectivo", dice Hessenlink.

Por muy futurista que suene todo, no sería la primera vez que se experimenta
con algo así. La primera vez fue en 1919.

"Había una revista en la que se pensaban que en unos años todo el mundo iría
volando a su trabajo, así que idearon pistas de aterrizaje circulares en las
azoteas de un rascacielos de Nueva York, donde podrías aterrizar y aparcar tu
avioneta como si fuera un coche", comenta Hessenlink sobre una iniciativa que
se quedó en las fotografías de unas maquetas.

Un intento más serio se desarrolló en los años 60, cuando aviones militares de
Estados Unidos hicieron pruebas de aterrizajes en pistas de coches con una
forma casi circular.

"Los pilotos dijeron que en realidad era bastante fácil porque, al tomar tierra, te
mantienes en la pista automáticamente gracias a las fuerzas centrípetas. Esas
fuerzas son las que te ponen en la dirección correcta", asegura el experto
holandés.

Los investigadores han hecho pruebas en simuladores virtuales y ahora


quieren dar el siguiente paso: llevar los test a la vida real en pistas de coches
circulares con drones de gran tonelaje, que despegan y aterrizan como los
aviones comerciales.

"Hemos tenido muchas respuestas que provienen de todo el mundo con gente
interesada en esto y que apoya la idea para que sigamos adelante", asegura
Hessenlink.

El desarrollo de esta idea supondría un cambio enorme respecto a la estructura


arquitectónica de los aeropuertos actuales pues las salas de espera y los
hangares de los aviones tendrían que estar dentro del círculo que forma la pista
de aterrizaje.

"Sería difícil aplicar el proyecto en un aeropuerto ya existente, lo ideal sería


hacerlo en los que están por construirse", reconoce Hessenlink, que añade
como circunstancia desfavorable que, como la pista tendría que ser más larga y
más ancha, los costes económicos serían también mayores.

Este proyecto de la Comisión Europea tiene también la participación de


institutos de Alemania, Polonia, Francia y España, este último a través del
Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que se ha encargado del
diseño del aeropuerto dentro de la pista de aterrizaje.

David Morales Urbaneja


A principios de 2017 se dio a conocer la noticia de que el Centro
Aeroespacial de Holanda, con fondos de la Comisión Europea, está
investigando diseñar un aeropuerto circular, la llamada pista sin
fin o The Endless Runway. El objetivo es que pudiera ser una realidad
hacia la década de 2040.

Este modelo de aeropuerto, sobre el que el científico holandés Henk


Hesselink lleva años investigando, trata de poner fin a uno de los
grandes temores de los pilotos: el viento cruzado. Esto es así ya que
permitiría el aterrizaje de la aeronave con viento de cara sin importar
en qué dirección esté soplando en ese momento. Sin embargo,
muchos interrogantes quedan sobre la mesa: cómo el recorrido en
curva del suelo afecta el control del avión a velocidades bajas en el
suelo, cómo afecta a las distancias de despegue y aterrizaje o cómo
afecta el desgaste de los neumáticos, ya que si los hay las aerolíneas
deben contemplar mayores costes de mantenimiento, entre otros. Por
el momento, simuladores de vuelo ya están probando este nuevo
modelo y se esperan otras pruebas con drones en los próximos años.

Este modelo de pista supondría también un impacto en el diseño


actual aeroportuario, trasladando las terminales, los hangares y demás
zonas del aeropuerto a la zona central y la pista de aterrizaje y
despegue recorrería de forma circular todo el perímetro. Es en este
aspecto, es donde quizá falta mucho trabajo, en encontrar y
desarrollar una infraestructura que además de ajustarse al diseño de
la pista sea tan eficiente como algunos aeropuertos de hoy en día, así
como el acceso a esa zona central de una forma segura y eficiente.

¿Cómo soluciona una pista circular el viento cruzado?

Cuando despega y aterriza, a un avión le interesa disponer de viento


en contra que ayude a sustentarse en el aire. Excesivo viento cruzado
puede suponer el cierre de una pista (con la consiguiente pérdida
económica e inconvenientes por los pasajeros). También en algunos
casos, aún estando en el límite de lo permisible, aterrizajes con
vientos cruzados significativos requieren gran pericia por parte de los
pilotos.

Si en lugar de una pista recta disponemos de una gran pista circular


con 360º a elegir, teóricamente se podría aterrizar en contra de
cualquier viento sin importar la dirección del mismo. En una
circunferencia están contempladas todas las direcciones, por lo que
siempre encontraremos una contra el viento para aterrizar.
Hans Hesselink se inspiró en vídeos como este de aterrizajes
turbulentos vistos en YouTube para desarrollar su pista circular.

La curva y el peralte del aeropuerto circular

Cuando nos imaginamos este futuro aeropuerto circular podemos caer


en el error de imaginarlo algo pequeño, con una pista demasiado
curvada en la que los aviones tendrían que aterrizar girando
demasiado. Sin embargo, esto no sería así según los planes del
Centro Aeroespacial de Holanda ya que se están barajando
simulaciones de aeropuertos circulares con una pista de 3.500
metros de diámetro y 11 km de longitud total.

Para hacernos una idea de las dimensiones de esta nueva pista, el


Aeropuerto de Barajas dispone de 15 km de pistas si situásemos sus
cuatro pistas una detrás de otra. Según las investigaciones y cálculos
realizados por el equipo de Hesselink, aunque la longitud de la pista
sea similar a la de tres pistaslineales, podría manejar el flujo de
aviones de cuatro.

De acuerdo con el equipo de Hesselink, estos 11 km de pista circular


implicarían un radio de curvatura no demasiado alto, de modo que
tanto en despegues como en aterrizajes el giro que tendrían que
realizar los aviones sería limitado. Además estaría ayudado por una
elevación de la parte externa de la pista a la que llamamos peralte,
que contrarrestaría la inercia que tiene el avión hacia el exterior de la
curva y le ayudaría a mantenerse en la pista.

Este fenómeno puede verse muy bien en los velódromos, en los que
vemos cómo los ciclistas hacen uso de un marcado peralte para
evitar salirse de la pista a altas velocidades.

Por tanto, se trata de un concepto de aeropuerto innovador


que podría traer consigo ventajas como evitar accidentes por
turbulencias o reducir el consumo de combustible de la aeronave.
También supondría cambios significativos en la disposición y diseño
de las terminales del aeropuerto que todavía no se ha analizado si
supondrían también una mejora en la gestión y operación del
aeropuerto. Por otro lado esto implicaría cambios significativos en la
configuración del espacio aéreo en torno a los aeropuertos y quine
sabe si en el propio diseño de las aeronaves y seguramente en el
entrenamiento de las tripulaciones. En definitiva una línea de
investigación disruptiva de la que al menos merece la pena estar
atentos ya que de llevarse a cabo y demostrar sus ventajas podría
cambiar el modo en que imaginamos los aeropuertos.
El aeropuerto circular
Basado en una gran pista con forma de anillo que rodea las
terminales y los hangares, en este nuevo prototipo de
aeropuerto despegarán y aterrizarán los aviones, desde y hacia
cualquier dirección, evitando el efecto de los vientos o las
turbulencias
El tráfico aéreo mundial es cada vez más denso y, a medida que
aumenta la cantidad de aviones que despegan y aterrizan cada día,
también crece la congestión de las pistas de aterrizaje de los 4.130
aeropuertos que operan en el mundo, según la Organización
Internacional de Aviación Civil (ICAO).

Según el informe 2016 Air Navigation Report de la ICAO


(www.icao.int) en 2015 se registraron en el mundo alrededor de 34
millones de salidas de aviones y el número total anual de pasajeros
transportados ascendió a un 6,4 en comparación con 2014.

Por su parte, la organización Air Transport Action Group, ATAG


(www.atag.org), informa que 1.397 aerolíneas operan con una flota de
25.000 aeronaves, a lo largo de una red de rutas de varios millones
de kilómetros alrededor del planeta.

La web Flightradar24 , un servicio en línea de seguimiento de vuelos


que le proporciona información en tiempo real sobre miles de aviones
en todo el mundo, también permite apreciar la complejidad del tráfico
aéreo actual.

Un equipo de investigadores europeos ha diseñado un nuevo


concepto basado en una pista circular para solucionar la falta de
capacidad de los aeropuertos que, según afirman, es la mayor
limitación para el crecimiento del transporte aéreo.

"Se trata del proyecto The Endless Runway o TERP, es decir "la pista
sin fin”, impulsado por los centros de investigación aeroespacial
NLR (Países Bajos), DLR (Alemania), ONERA (Francia), INTA
(España) e ILOT (Polonia), cuya viabilidad técnica ya ha sido
demostrada”, según explica a EFE, el experto holandés en aviación
Henk Hesselink.
Hesselink, coordinador de este proyecto desde el Laboratorio
Aerospacial Nacional NLR, en Amsterdam, señala que los proyectos
tecnológicos actuales optimizan el uso de la capacidad aeroportuaria
disponible, pero, a menos que se siga un nuevo enfoque estructural,
no permitirán triplicar el tráfico aéreo como está previsto que logren.

MENOR IMPACTO DE VIENTOS Y TURBULENCIAS

"Las limitaciones físicas en las operaciones de la pista, como la


separación mínima que debe haber entre los aviones para que los
vórtices de estela (turbulencia de aire producidas por los extremos de
las alas) de uno no afecten al otro, y los vientos cruzados y de cola,
hacen difícil mejorar el rendimiento de las configuraciones
convencionales de aeropuertos”, añade.

Según los autores del TERP, la pista circular puede generar un gran
avance en la capacidad aeroportuaria, evitando las limitaciones físicas
de las pistas convencionales al desplazar los puntos de despegue y de
aterrizaje de cada aeronave siendo, además, sostenible para el
medioambiente al reducir el uso del terreno destinados a
infraestructuras, la contaminación y el ruido.

La pista circular posibilitará que un avión pueda operar durante los


aterrizajes y despegues, independientemente de la fuerza y dirección
del viento que sople en la zona, lo cual permitirá a los usuarios del
espacio aéreo acortar la trayectoria de sus vuelos y optimizar sus
rutas de salida y llegada, según sus proyectistas.

"La dirección de las pistas rectas hace que las maniobras aéreas
dependan de la dirección del viento, pero una pista circular permitirá
que los aviones despeguen en cualquier dirección y tomen tierra
desde cualquier dirección, encontrando siempre en el círculo un punto
de aterrizaje o despegue ideal para tener solo el viento en contra y no
cruzado”, según Hesselink.

Asimismo, en los aeropuertos convencionales los aviones usan las


mismas rutas aéreas de acceso, lo que les obliga a mantener una
distancia de separación para evitar las turbulencias de los vórtices de
estela, pero la pista circular permitirá reducir la distancia que separa a
los aviones que aterrizan y despegan, según el TERP.

"Otra de sus ventajas de esta configuración aeroportuaria es que


disminuirá el tiempo que las aeronaves ocupan la pista”, añade
Hesselink.
El círculo de la pista, con unos 3 kilómetros de diámetro,
será suficientemente grande como para alojar en su interior la
infraestructura aeroportuaria, incluso la de un aeropuerto central, lo
cual permitirá que el aeropuerto sea compacto y puedan utilizarlo los
aviones de hoy en día, sin necesitar modificaciones estructurales
significativas, de acuerdo a lo autores del proyecto.

EL AEROPUERTO DENTRO DEL CÍRCULO

‘The Endless Runway’ está configurado básicamente por una pista


circular con peralte (mayor elevación de la parte exterior de una curva
en relación con la interior) en su cuyo interior discurren una serie de
pistas secundarias que conducen a las terminales, hangares y otras
infraestructuras aeroportuarias.

Según explica Hesselink a EFE, se han identificado tres condiciones


diferentes en las cuales los aviones podrían aterrizar adecuadamente
en la pista circular: con viento fuerte, viento suave y vientos
cambiantes.

"Hemos investigado este concepto mediante simulaciones efectuadas


en ordenador, en las que se estudiaron las aeronaves, el control del
tráfico aéreo y el diseño del aeropuerto”, asegura.

"El próximo paso que daremos consiste en los ensayos de vuelo. Los
test aéreos en pistas circulares –con drones de alas fijas de hasta 300
kilogramos de peso- servirán para probar el comportamiento de las
aeronaves en la pista de aterrizaje circular durante los despegues y
aterrizajes, sobre todo bajo diferentes condiciones meteorológicas”,
según Hesselink.

Añade que el siguiente paso consistirá en efectuar con los drones


pruebas de los procedimientos de diversas emergencias aéreas, en
entornos controlados y con situaciones programadas, durante las
diferentes fases de los vuelos.

Hesselink señala que con los ensayos de aviones no tripulados


pretenden que la pista circular se pruebe en la vida real, y destaca:
"con esta experiencia, demostraremos que la innovación que
proponemos puede ser utilizada realmente y ayudar a la aviación”.

"Tras estos tests, se realizarán vuelos tripulados de prueba, en un


proceso enfocado siempre a la seguridad, que llevará varias décadas,
hasta el 2050 y más allá, y culminará con pruebas operacionales en
los nuevos aeropuertos de este tipo”, adelanta a Efe.

El largo de la pista circular es equivalente al de tres pistas rectas, pero


los investigadores calculan que puede manejar el tráfico de cuatro
pistas normales, según ha informado este experto a la BBC.

Sin embargo, ha admitido a este mismo medio que el gasto de


construcción de las pistas circulares es mucho mayor que el de una
pista convencional, por la inclinación lateral que requiere y por una
mayor anchura de la pista (98 metros en lugar de 60) y largo (10.000
metros frente a un máximo de 4.000).

Punto de vista
Pablo Ron Martín Experto en aviación

Un desarrollo muy complejo

Las pistas sin fin o Endless Runway forman parte de la estrategia de la


Comisión Europea para hacerle frente al tráfico aéreo, cada vez más
voluminoso en el mundo, unido a la falta de capacidad de los
aeropuertos para asumir tal incremento.

La complejidad en el desarrollo de este nuevo concepto vienen


determinados por varios factores, como:

El tamaño de la pista circular, tanto del radio como de su longitud. La


curvatura y por tanto los ángulos de inclinación, la disposición de las
calles de rodadura, la ubicación de la torre de control y, por último, los
accesos a terminales y resto de infraestructuras, como hangares y
equipamiento auxiliares anexos a todo aeropuerto.

Por lo que respecta a los ángulos de inclinación, este es un factor


determinante, pues la pista ha de cumplir con una variada gama de
ángulos, que dependerán de las velocidades de despegue y aterrizaje
de los distintos aviones.

Pero esto no es cuestión baladí, pues otra de las cuestiones que ha de


tenerse en cuenta son las holguras y altura de las alas, así como en
ángulo de inclinación durante la rotación en despegue.

Además de los requisitos de los aviones para que puedan realizar


operaciones en las pistas sin fin, la comodidad del pasajero se
convierte en un requisito imprescindible, a la hora del desarrollo de las
pistas sin fin.
Los trenes de aterrizaje deberán soportar las cargas que se generarán
en este nuevo tipo de pistas y los motores deberán adaptarse en
cuanto a tamaño y potencia a la forma asimétrica de las pistas sin fin.

Todo ello exigirá que las actuales regulaciones y limitaciones tengan


que ser reconsideradas, pues es obvio que de aquí al 2050 muchas
de las operaciones aeroportuarias o dejarán de ser válidas o
necesitarán un cambio de cierta consideración a fin de asumir el
crecimiento en el sector aeronáutico.

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