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El arte y las redes

sociales en la
contemporaneidad
La producción, recepción y consumo de arte en la
actualidad es una interpretación de la realidad
percibida por el hombre, influenciado en las
capacidades que envuelve Internet.
Por OZNAR ORTEGA
22 de septiembre de 2015

Desde la perspectiva humana, la vida y el propio humano son


considerados la obra maestra más sublime –debido a la complejidad
y transitoriedad de estos– convirtiéndose el mundo en una vertiginosa
galería repleta de seres vivientes, pero ¿Quién tomaría el lugar del
espectador?

En el pujante auge de las comunidades virtuales, es común la


asociación del término artista-espectador como un todo, disociando
los conceptos de arte y su relación con los medios sociales. Se vive
en una era donde el arte nunca ha sido más artístico; todos pueden
considerarse artistas debido a la razón en que son contadas las
historias y cómo son expuestas, en la manera en que ellos buscan
perfilarse en una sociedad que puede estar interesada en tener
resultados –crear obras– que en mediar
“Actualmente, con ellas.
publicar arte en
Internet sin Mientras distintas industrias han optado
por rendirle tributo a las tecnologías
redes sociales, es digitales, el arte parece estar dentro de una
similar a contar burbuja de cristal, en pleno proceso
historias sin un transmutable. Actualmente, son muchos los
personaje” ‘hacedores de arte’ que logran como
resultado de su trabajo, reconocimiento o
popularidad, traduciendo esto a la atención y apoyo continuo de una
audiencia devota de sus contenidos. Sin embargo, otros sienten la
necesidad individualista de los usuarios que los invitan a vivir de
elogios y aplausos suscitados a partir de la invención de sus obras.

Desde otra perspectiva, mientras el concepto de artista sea


diversificado hacia círculos fuera de su contexto, su arte puede verse
limitado debido a la identidad percibida por el espectador, ya que este,
desconocerá la descripción de sus obras, tomando para sí, una
identidad errónea. Caminando en una línea delgada hacia el
anonimato. A partir de esto, el hacedor de arte se empieza a despojar
de las intenciones que alguna vez sus trabajos visuales tenían
previsto.

Descentralización del arte

En marzo de 2012, el artista, escritor y bloguero Brad Troemel


plantea en una conferencia impartida en el Centro de Arte
Contemporáneo MoMA PS1 (por sus siglas en inglés), que sin los
conceptos tradicionales de propiedad, atribución al autor o contexto,
el trabajo de los artistas que utilizan las redes sociales se convierte
en una secuencial creación de proyectos desvirtuados a una
personificación comercial; la cual mantienen al propio arte atado a
una mercancía. Troemel, contextualiza en que
estamos en una etapa de “artistas sin arte”,
dado que en algún momento de sus existencias,
los artistas pudieron haber hecho arte, pero
estos han subestimado el derecho a la
propiedad intelectual al obsesionarse con los
medios. Es decir, que los artistas de esta época,
la Generación del Milenio, viven en una era de
conceptos paradójicos dirigidos al mercado.

Refuerzo creativo
Cuando se cree que los artistas en la
actualidad, que manejan las distintas redes
sociales buscan expandir sus acciones hacia
otras esferas, surge para ellos como refuerzo –
en el momento oportuno– la cuna virtual de la
civilización creativa: Instagram.

Gracias a su esencia visual como máxima


característica, Instagram es clave para la
divulgación de obras de artes plásticas que son
Una cuenta de Instagram desde el perfil de un artista. Obra
expuesta: Icaro’s wings / Cortesía de Martín Blázquez.
subidos, editados y compartidos por cerca de 400 millones de
usuarios. Aunque la grandeza de Instagram como plataforma dada a
promocionar y promover artistas y sus procesos creativos, no es el
único autor en esta modalidad, logra convertirse en una fuente que
está dispuesta a saciar la sed de imagen y contenido artístico que
poseen los usuarios como entes creativos y comisarios de arte
autoproclamados.

La 'teoría de usuarios'
Pero a pesar del abundante arte compartido en Instagram, ¿es la
intención de los artistas contemporáneos en volverse públicos?

Santos Oliveros, periodista y community manager experto en


medios sociales, explica que las redes sociales son como la carta de
presentación virtual de una persona. “se usan para expandir las
posibilidades de que más gente pueda ver el trabajo realizado por un
artista, indistintamente del lugar”. Al igual que los artistas que realizan
su trabajo y es publicado en Instagram, por ejemplo, en ámbitos de
negocios o no, deberían estar llevando una estadística de la
recepción crítica de sus seguidores. “el arte puede ser medible a
manera profesional”, aclaró desde la perspectiva de un experto en
social media.

Los artistas crecen de las impresiones


“Instagram es
de la gente y de cómo los usuarios (las
eso: mostrarle al propias personas) ven su trabajo. Santos
mundo lo que tú asegura que independientemente de que
haces a través de los artistas promocionen o traten de
divulgar, es importante que estos generen
herramientas
un trasfondo y una intencionalidad que
como el conecte con los gustos de las
hashtag”, señala comunidades dependiendo de que el
Santos Oliveros. resultado logre impactarle a la sociedad.

Pensamientos emergentes
La palabra arte en los labios de un artista emergente es un
lenguaje. Es sinónimo a una liberación intoxicante de los sentidos que
impulsa su razón de ser; formando una relación tan indisoluble que,
más allá del aspecto estético, la cabeza y el corazón pasan a cumplir
los deseos de un nuevo amante que les ordena a ser, crear, expresar
y divulgar.

“Siento que nací para darme a conocer y que la gente conozca mi


arte, para que lo digiera y que logren ver lo que yo veo y sentir lo que
yo siento”. Estas son las palabras dichas por Agustín Díaz, estudiante
de la carrera de artes visuales en la facultad de Bellas Artes de la
Universidad de Panamá, al viajar por la belleza subjetiva del arte al
brindar esta entrevista.

Díaz, que conmovido por la multimedialidad e inmediatez de las


redes sociales, además de elogiarla, considera que estas son algo
abrumadoras por la cantidad de contenidos que existen, pero
“estamos funcionando de esta manera”, dijo refiriéndose a los artistas
de este siglo.

Ideologías consolidadas
¿Qué hace que un creador tenga algo que contar?

Es lo que se pregunta Martín Blázquez, un artista dedicado a la


fotografía que tiene como principio la visión poética de la realidad.
Desviándose hacia una temática de paisaje arquitectónico
contemplando la abstracción geométrica, funciona con las redes
sociales viéndolas como canales de información y no como medios
de comunicación porque refuta la idea de hacer de las redes sociales
una nueva forma de arte específico. “Me resulta interesante como
toda la información que se vuelca, puede influir en las nuevas
generaciones de creadores”, equipara el
fotógrafo. Con respecto a la postura que “El arte queda
adopta frente a la publicación de las obras diluido en las
de arte en Instagram, es que en las redes
sociales se pierde el efecto cautivador del redes sociales:
arte en sí; considera las cualidades hay moda, hay
inmediatas del mismo, pero también valora imágenes
lo que hay detrás de un exhibición de cotidianas y hay
proyectos, por ejemplo, en donde se
requiere de meses de planificación y
tendencia”, dice
logística para la construcción de Martín Blázquez
instalaciones y demás.

Detrás de un arte, existe toda una serie de procesos que lo


respaldan y un conocimiento que se escapa de sus propios
creadores, al volverse públicos. Comparado con las redes sociales,
el arte está en un segundo plano debido a la predominante
imaginación que se entremezcla con la tecnología en donde se
predispone la propia imaginación.
Ámbitos nacionales
En Panamá, mientras muchos artistas tienen la oportunidad de
contar con recursos para llevar a cabo sus trabajos y proyectos por
lucro, existen artistas de menos recursos que utilizan las redes
sociales para dar a conocer, paulatinamente sus obras de arte,
teniendo la esperanza de en un futuro, abandonar el anonimato.
Desde el punto de vista del periodista y community manager Santos
Oliveros, en Panamá, hay que reforzar la concienciación de concepto
“artista” en la sociedad; no existe una doctrina o creencia, por cultura
general, en darle un punto a favor en el arte –comparado con otros
países de América Latina.

Mientras exista en este país un pequeño sector minoritario


compuesto por artistas emergentes -fotógrafos, actores, pintores,
escultores, diseñadores, poetas, bailarines y escritores- y
consolidados que se enfoque en el crecimiento por la cultura artística,
las redes sociales serán siendo testigo de una creciente multitud de
jóvenes panameños motivados a conciencia a ser parte de un mundo
de estilismos imposibles, abundante imaginación sentidos
sinestésicos.

Para los artistas que promocionan sus trabajos, referente a las


artes plásticas e inclusive, las artes escénicas, ¿vale la pena la
obtención de reconocimiento y popularidad ganándose un status en
los usuarios consumidores de arte, si se pone en juego la propiedad
intelectual como un sentimiento que tiene que ser colectivo y la
inocencia creativa?

Detrás de toda obra artística, deben hallarse sentimientos


inimaginables por el artista, teniendo en cuenta una declaración que
pudiera ser inspirada en una revolución, expresándole al espectador
su propia alma y logrando que este sujeto, materialice lo absorbido
por el artista en su vida.

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