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.NATALIO R.

BOTANA

.-

.-

COLECCION HISTORL-1. Y SOCIEDAD

· -Títulos publicados
La política argentina entre 1880 ~'' 1916
NATAL!O R. BOTA.NA: 1:1 nrden c11n1m.•ad11r. /.a p111itica argrntrna 1mtre /SSO y
19/6.
FR..\.1'CIS KORN (compiladora): Cirnnru inC1alm palabrru _v wni<tnraJ. Nueva edición con un estudio preliminar
TULIO HALPERfN IJONGHI (compilador!: /:"/ ncasn Jd 11rdrn "'~"-"'ª! en
H:Spannnmirú:a.
ROBERTO CORTES CONDE: El Prngmo.-\rgmtir.11. /!i9U.l9/-i .
.\[. ,\[ORA Y ..\..R...\.UjO E l. LLORE>.IE (compiladores): E! vntn pannuta. CAP. 1- ,§ { TJI
l; USTAVO FERRAR! Y EZEQUIEL GALLO (compiladores): /.a .-lrgenlina :i<l
Ochmta al Crnlenan'n.
EZEQl,i!EL GALLO: J.a pampa gnnga.
' ·-J, dcl. CAf.~·: ok f@~. 1'fL\ Ol., f~· Zoz.
ciATALIO R. BOTANA: La tradidón upublicana.
TULIO HA.LPERIN DONGHI: Jn1i Hmidndc. y 11u mundn1.
ROBERTO CORTES CONDE: Dincm. d,,,da ,v crisis.
JUAN CARLOS TORRE: J,a uieja guardia sindical ;1 ~min.
NATA.LIO R. BOTANA: J.a libmad polittea y rn hiJtnna.
OSC ..\.R COR>iBL!T (com,pilador): Dil<mas del cor.ncimirnln hís!1mw: argur.un-
lac:i11nc~ :v nmlrr1uer1ias.

ESTA COLECCION CORRESPONDE A OBRAS REA.LIZA.DAS POR EL


I>:STITUTO TORCVATO DI TELL.\. YPt:BLlC.l:DAS SEGUN EL CO:"i"\1::NIO
EDITORIAL SUSCRIPTO CON L\ EDITORI.-\L SUDAMERIC..\.NA

EDITORIAL SUD ..lu\fERICANA


BUENOS AIRES
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NATAL!O R. BOTANA

! 1 Propósito expuesto por K. D. Bnchcr en• el Prefacio a su The


German Dic/LlloTShip. The · Ongins. Str.u:l:.re, • ar.á Effects of National
..Soda.ilim. .New York, Prae¡¡er, .1971; p. XI. Ver también, en este mismo
·sentido, C. A.. Floria Y· C. A. Garcia-Bd.suno;. Hütoria de los argentínos~-
Bs. As.., K.apclusz, 1971, VoL l, Nota Preliminar. · ·
. l 8 E'ste es d motivo que justiñca d OJadro apuesto en el Api:ndice,
"Esquema de los Grupos Políticos: 1854-1910" que, con!ío,_pueda servir
de ayuda.y guía cronológica.
19 El concc:pto de ujulcio de imporu.nda", en ta.neo opción del
historiador que prc:síde la selección de los acontc:cimicntos, · c::s de P.
PRIMERA PARTE
Rlcocu:r,· Histoíre el ven'té, Patís, Scuil, 1955, p. 28.

LA FORMULA ALBERDL'-\.NA

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LOS ORIGENES DEL REGii\1Ei'I DEL OCHENTA

iCu?l ?:r.i el desenlace de este drama? Creo firmemente que la


.guerra. C:i.íga la ·n:sponsabilidad y b. condc=cióó de la historia sobre
quiCnes la tengan; sobre Jos que pretenden arrcb.3.tar por la fucrz:?.~ los i
derechos políticos de sJ.s hermanos! ... Ya que lo quieren así. sdla..rcmos· ~\
c6n sangre y fundiremos con el . ~ble, de una vez para s:icroprc,. esta
nacionalidad argentina, que tiene que formirsc~ como b.s pi.cimidcs de
Egipto y d poder de los imperios, a costa de la s:ingrc y sudor de muchas
generaciones." (De una carta de Julio A·. Ro=. dirigida a Dardo Rocha el
23 ,.¡e abrJ <le 1880.)

El drama en el que Roca representará un papel


protagónico no era historia reciente para el conjunto de
~- pueblos dispersos que apenas llenban siete décadas de
vida independiente. Tampoco la guerra era un medio
desconocido por los bandos en pugna que dirimían sus
-querellas a través de un espacio territorial extenso en
superficie y escas~ . en población.. Siete décadas n~
ñabían basrndo µara constituir una unidad política, n! ¡
mucho menos para legitimar un centro de poder glle \
hiciera efectiva su capacidad de control a lo ancho y a
lo largo del territono nacrnnaL Esto es lo que eñ
definitiva se olanteaba en 1880 ..La solución de tal
p~a habr'á de alcanzarse por medio de la fuerza,
siguiendo una ley interna que presidió los cambios
políticos más significativos en la Argentina de la segun-
da mitad del siglo XIX.
Tras estos· hechos de sangre se escondía un enfren-
tamiento entre dos regiones que reivindicaban intereses
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EL ORDEN CONSERVADOR 27
26 NA TALIO R. BOTANA ·-·-
rial, adquiere control impe,rativo sobre ·el .resto y ··Io
'CTontrapuestos: -Buenos Aires•· y el inteij.Qr. El primer
reduce a ~ser parte de una unidad más ampl.la. Este
término del éonílicto tenía una clara determinación .
sector .es, p,or definición, ·supremo; ñó reconoce, en
esp_aciaL Se trataba de una. ciudad-p_uerto abierta al
térm~o~ foñnales, uria iñst;in~i'.3- superior; constituye el
exterior. -asi~nto h15tÓnco ·del -virreinato, cou· un h!.nter-
centro -con respecto al cual7s·e subordina el resto de los
0-nd gue crecí~ a medida que se ganaba la uerra ;ivaje_
sectore_s_ y, recibe el nombre· de poder pol{0;o (o como
El interior, en cambio, cubría u1:rn realidad geogfáfíéa
se leera mas adelante, p_oder ·central). ·
mucho mas extensa, en la cual se erguían sistemas de
¿Qué medios posibilitarían llevar a cabo el a.sí llan1a.·
poder embrionarios, constituidos sobre · la autoridad
do proceso de reducción a la unidad? Una breve
tradicional de caudillos =que se desplazaban, segun la
referencia á las teo;rías clásicas que· haq:n hincapié en el
· _coyuntura particular de cada· época, desde el Litoral
acuerdo o en la coacción puede aclar~ esta cuestión.
~asta los llanos de La Rioja.
Para la perspectiva de. análisis típica de las teorías
C2_ntractualistas, la unidad política resulta de un diálo]-
go, o de una discµsión, a cuyo término ~e_alcanzará un t<:,Jecha
La constitución de una unidad política consens~ por el cual todos los participantes se obligan li.:,~S
voluntanamente a transferir parte de su capacidad de
El significado último del c~nflicto entre -Buenos Aires
decisión a una autoridad común que, de ali( en más
y el interior residía, aunque ello parezca paradojal, en :·•1
será ~be~c;cida. 3 Para otro punto de V1sta, en cambio, ·1a
su falta de solución, pues ambas partes se enfrentaban_
constI~c10n de um:. unidad .,.política. es empresa de
sin que ninguna lograra imponerse sobre la otra. De este conqmsta y de coacción. La '·óhediencia, _en este caso,
rmodo, un empate inestable gobernaba las rel~ no se obtiene por· la p'ersuasión,'··sino por'la violencia;
\ de los pueblos en armas mientras no se lograra hacer
no ·hay, en rigor, consenso...voluntario sino acto de -d--aP
\ilel monopolio de la v10lenoa una realidad efectiva y asent1m1ento ante el eso actual o la amenaza inminente
(!angible. , · de la fuerza. 4 Pnos sostieneñ que la acción de transferir
El monopolio de la··violencia, el hecho,.por el cual un
-parte de la capacidad de decisión es obra de una
centro de poder localizado en un espacio reivindica con
delegación que, de abajo • hacia arriba, circula desde el
éxito su pretensión legítima para reclamar obediencia a
gobernado hasta el fu tura gobernante; otros respon-
la totalidad de la población afincada en dicho territorio,
derán que la formación del poder político deriva de. una
es 1i característica más significativa de una unidad
transferencia involuntaria , y coerc1uva, casi diríamos
p.@'tica. 1 En trabajos anteri.ores he procurado an~,
"arrancada" al gobernado por obra de la fuerza del
desde el punto de vista teórico, el proceso que da
gobernante.
ongen a una unidad política y lo he denominado,
Ll~vadas a sus últimas consecuencias, ambas teorías
·siguiendo a(R. BrauiV ~ 2 De un
constrt::yen racion~izaciones utópicas del proceso de
modo u otro, por la vía de la coacción o por el camino
reducc1on a la urudad. Es a todas luces excepcional
del acuerdo, un determinado sector de poder, de los
múltiples que actúan en un hipotético espacio .tenito- observar una acción política donde los factores coercí-

~,
- _¡

28 NATALlO R. BOTANA ~L ORDEN CONSERVADOR 29

tivos o consensuales se presenten excluyéndose mutua· -~lconsenso se guébró el 11 de septiembre de 1852:


mente. Por el contrarío: ambos medíos de transferen.cia Buenos Aires no aceptó. transtenr el f>Oder que se
de poder se manifiestan combin'?-dos con grados de r~servaba. sobre todo en lo" concerniente a la igualdai:l.
intensidad variables cuª11do el ol:i.servador·emprende un .de representación. en el Congres.o (dos. díputadqs por .·
-- ~~ r-..;.lisiJ de la realidad histórica.s· ~ i :- -· ~ - - provincia) y a la nacionalizaciónde la aduana ·anunciada
_ ~.~e~orriemos- a la Ai;gentina· del pas;do sig1o. Cu~ndo en el artícülo19 del Pacto ae San- Ni·c-otá:s:ª-Este
~s rjusto José de Urquiza derroto- a: Juan Manuel de Ros-as rechazo se tradujo en la coexistencia armada, dur~
en la batalla de Caseros. vio su ·fin una forma de casi una década, de dos provectos de unidades políticas:
;..¡)"' gobierno caracterizada .por una descentralización auto- la Confederación con asiento en Paraná y Buenos Air.es,
nOñ1iSTa según la cual las provincias, de fo gue eri aquel que culminó con la victoria- de esta última en la batalla
:;es
l entonces se llamaba Confrderación Argenti"na, se res~r-
vaban el máximo de c;;p_acida..d_dcd.e.dsiQJ}. 6 ·El sistema
tje Pavón (1861): ~? 1561 ~ ~l;;. ·J,t fC::C.Óí)
. Mih-c ve:n0'é e Drpt.'!:F

l
ben.::fició a las rovinc{as .. m¡Ís fuertes v no contempló,
en !os hechos, la poSJ r a de transferir mavor capa- \fres problemas básicos: integridad territon·al,
cidad de decisión a lU1 poder político que fuera centro ~dentidad nacional, organización de un régimen político
d~ umdad po!it1ca más ampl,ia. Jal era el Objetivo
que persegu1a urquiza; para ello . propuso combinar ·la Quebrado c~c: atl5bo. de organiza.ció~ consentida de
efectividad de la fuerza -la victoria conquistada en el una unidad política, los presidentes posteriores a Pavón
campo de batalla- con la. eficacia de un acuerdo desempeñaron su papel desde una provinc:;ia hegemónica.
pactado por. los mismos gobernadores que, mientras en la que se turnaban d'.'cisiones con carácter nacional. 9
apoyaron a Rosas, fueron los protagorustas naturales-::del Después de ·Pavón el papel el.el pre:;:'.::lente; definido nor-
régimen de la confederación. 7 •
mativamenre en ·1a Constitución sancionada en 1853
J' y refonnada en 1860 lue o de la batalla de Ce eda,
. JP
j
de los gobernadores se reunieron en la capilla de San
ic::.t;s Nicolás de los Arroyos y celebraron un pacto que los careció de los me os necesarios ara hacer efectivo el
comprometía a celebrar un Congreso ·constituyente para ((J. & .poder político de r · ; a la coexistencia obligada con el
l orz-anizar políticamente a - las catorce provincias. El , obernador de Buenos Aires en ºudad-capítal de la
camino elegido era el del ac.uerdo: los gobernadores .:pi.J> IJrovin;=ia r_nás loderosa. res presidenaa . la.~-
elaboraron un consenso por el que cedían, de modo tolome Mrtre 1862-1868.), ac: ommgo Faustino
Sanniento 11868-187~) y la de ~icolás Avellaneda
voluntario, tuia parte del poder de decisión que de
c.ntaño se reservaban. Con tal objeto establecieron un
ámbito de comunicación, el Congreso Constituvente,
l (~ protagoruzaron este penado que culmino
Len 1880 con la elecc1~ de Jul~
cuvas deliberaciones culminarían con el acto fundante En el transcurso de estas presidencias se manifestaron

l de una unidad olítica· que definiera las rel ·


{) . subor:dinación de
central.
e
provincias con respecto ·al poder
tres problemas básic~s de cuya solución efectiva depen-
día la persistencia de la unidad política en ciernes:
había, en primer término, una cuestión acuciante refe-
30 :S-ATAL!O R. BOTANA _,EL ORDEN :.ONSERYADOR 31
. - - - -
rjcb a ·1a .int•:?Tidad tcm.todal, entend!da como el árubi· :. do, la victoria ·obtenida du.-ante la _presidencia -de Sa~-

1) w espacial sobre el que deben'a e!ercerse el p9_der rtlicnto frente al movimiento de 'Ricardn J.ópez Jnrd:Ín
{
.. político; en segu_nd~ lug¡i.r,,!Os pu~b-los dispersos, i1:st.~la··¡· 1 (18í0-1873), que siguió al asesinato de Urguiza· ·en
~¡ Entre Ríos, confirmó-Ja .evolución de ros hechos-ante·.
- dos en este. teratono,-·abnan- el ·interrogante de saber sí
- estaban .dispuestos a inteirrar m:ia cÓmunidad más amplia .
1 rieres. Tal dominación coerc!ri\7a, apiicada ·en- ]Tiucha:s·
1
que b-de aql.!ellas. comarcas limitadas en donoe -nacíari '- ¿) regiones, no se corresp.ondió con la. pofítica de-compro-
misos seguida con Buenos Aires que; al igual· que otras
v erc1bian el marco natural de su vida cOtiaiari":r:- lo (
cual lanteaha una cuestión de z enfrdad nacwnal;. ,.;·-en J provincias, no estaba dispuesta a subordinarse al poger
tercer tén:nino, era necesano 1mp ntar en ese territorio ., f polítíco. 1ª- reticencia de Buenos Aires se explica por 1.a
v a p:irtlf de esos . puebbs dispersos, un· modo ,dej ::- I c1!yisión de las faccjones porteñas en: "nacionalistas"
clecc10n esraole de gobernantes capaces de tormular _:¡\ /. conducidos por i\,ütre y "autonomistas" dirigidos por
dec1s10nes aucoritauvas que comprometieran a esa c;.o- ....;) AdOiro AISma. La estrategia de ~' decidido a nacio-
mumdad naciente en su conjunto, lo cual ponía sob~ el nali:,:ar Buenos Aires para subordinarla al P. oder central
~
tape te et]:rn:rbltma de ori::antzar un régimen polltico. como al resto de las- nvincias, se enfremo con_ la
Aira epitosa o¡:ios1c1on de ·. Eiñ_ gmen, para conservar las
La primera cuestión se relaciona con la fuerza coerci-
tiva de que dispone el poder político para hacer freñt'e
a determinados acrnres que impuQTian su pretensión de
1 tradiciones autonomistas de su provincia, no vaciló en
/ aliarse con los os federaies de1 uiterior para i.rnpo-
~ EJ:Onopolizar la violencia. La se;inda se refiere a los 1 ner as· can daturas de Sarmiento y. e ~ ve ane a.
~ mecani:mos de_ comunicación entre actores loc..Jizados , L. Esta contradicción dentro de la provincia hegemónica
en regiones diferentes, por cuya mediación se van generó una serie de efectos que no sólo influyeron
creando vínculos de solidaridad más amplios que los sobre la integridad territorial sino también sobre los
anteriormente existentes. Y el tercer~roblema, en fin, mecanismo? de comun.icac;ión. que, en pasos sucesivos,
pfa._n~e~ la necesidad de desarrollar"2> sentimientos de identificaron a los grupos del interior con una comuni-
l~b.m1dad· ·compartidos a.cerca del v or que merece ·la dad política más amplia. A grandes rasgos, el· papel
estructura institucional del poder político y las reglas de" -<- desempeñado por el autonomismo en la provincia de
sucesión qu~ regularán la elección de los gobernantes: Buenos Aires puede ser asimilado a1· de un actor con !a
Para entender el problema de la integridad territorial, suficiente fuerza para impedir la consolidación de su
e~ yreciso tener en cuenta dos movimientos de impugna- oponente, pero sin el consenso indispensable para con-
c10n al p0der político embrionario, de naturaleza di- quistar el poder presiden,cial. Adolfo AJ.ir@_ guebró la
ferer:te. ~.or '·una parte, en efecto, en algunas provincias r~idad presidencial del mitrismo cuando se gestó h
del mtenor se produjeron movimientos de fuerza que
fuer~n controlados por el poder central. La represión de
. 1
suces10n de l 868, pero no alcanzó la candidatm;i
p.residencial v fue vicepresidente de Sarmiento que

(u
caudillos pertenecientes al partido federal: Angel Vicen- ontaba con el_ a o o d~ un ~ o de · · el
~e Pe~aloza-,(1862-1863) y Felipe Varela (1866-1868), mtenor. eJS anos despues, Alsma tampoco obtuvo el
Ilusrro dramáticamente este proceso. 11 Del mismo mo- poyo necesario uru-a encabezar la coalición de gober-
{) lo0~ 5errm1e,rrlo _ iUsine
32 NATALIO Il.. BOTA..'!A- EL ORQEN CONSERVADOR 33
nado res que,' a la postre, consagró presiden te al ministro mterior que apoyaban a Avellaneda, en los comb.ates de
de educas:ión de Sarmiento, Nicolás Avellaneda. Barracas, Puente Al_sina y Los Corrales, ~n 188 O -se
nfrentaron el interior v Buenos Aires en bandos ópues-

~
Sobre la base de una contradiccion que,. con el correr·
del 1tiempo; se resolv~ría. e·n eL· 180, el autonomismo · .,~,,
,J'.:t:.-'-"
os para-·decid_ir. -por la_fucrz.a_cje· Ias armas,. la-subor- _.
- porteño cerceno: el ámbito .de control_ imperativo del - inación definitiva .de todas las . provincias· al. ,:1:ider -
poder- político y, al mismo tiempo, abrió nuevos canales olítico nacionaj: Estos actos de violenc'ia'alvla1e1:~al
·cfe comunicación entre los grupos del iri.terior. _Ya en viejo ejército de línea en grupós de oficia.Ies antagónicos
1868, pero fundamentalmente en 1874, las clases gober- que se desplazaron de un bando a otro y trazaron el
nantes de las provincias trazaron alianzas para imponer cuadro para perfilar la autoridad militar' y política de
en el Colegio Electoral un hombre def interio_r que· Julio A. Roca. 13
había hecho. carrera en Buenos Aires. Nicolás A vella- Durante los 18 .años que transcurríer.on entre 1862 v
rned.a ,fue, quizá,. la figura que cristalizó por vez primera ~880~ antiguo oficial de Urquiza en Cepeda y
lá?\ estas expectativas: tucurnaB.o,-"universitario de Córdoba, avón, . · 1ó al ejército nacional participando en todas

l
~z, /
\hizo carrera desde w.uy joven en el autonomismo
· \ño como egJs a or, mm1stro de obierno durante la
-
1 ..¿O -oder político central: estuvo a las órdenes del general
quellas acciones gue contribuveron a consolidar el

¡~'-' emac10n e sma y ministro nacional en Ja res1- aunero contra Peñaloza; combatió en la guerra del
fencia de anmento. ·u\i.0 aragl!ay; enfrent0 a Fdipe Varela en "Las Salinas de
(~ · ?\·:pastos Grandes"; venció a Ricardo López Jordán en la
~ {df' .batalla de "Naembé"; sofocó el levantamiento de 1874
.... J;- · en e! ::-:tenor derrotando al general Arredondo en los

~
.:; 'campos de "Santa Rosa" y, por fin, mcorporado al
El tímido y balbuceante crecimiento de un sentido n:í:U~:~no de Avellaneda luego de la muerte de /l lsina,
de comunidad no se produjo sin sobresahos. Los presi- din o en 1879 la campaña del desierto que culminó
dentes provincianos posteriores a Pavón terminaron sus c_on la incorporación de 15.00 eguas e tJ.erras nue-
períodos gubernamentales combatieñdo ·m9vimirntos de as.14
fuerza. Sanniento concluyó su presidencia luchando Esa trayectoria militar permitió a Roca mantener
contT?. el levantamiento de 1874 y Avellaneda se vio oblic contactos permanentes desde sus comandancias de. fron-
gado a trasladar_ al pueblo de Bel grano la residencia del tera con las clases gobernantes emergentes que. pro.gr.esi-
gobierno nacional, cuando cundía la rebelión del goberna- v'.111:1ente, reemplaz~1-ían a los ~obemadores del pasado
dor de Buenos Aires, Carlos Tejedor.u El resultado de es- regin:!_en; labor paciente del multar desdoblado en polí-
tos enfrentamientos fue favorable para el poder central tico que, sin adelantarse a los acontecimientos, fue
con significados diferentes según las circunstancias, pues moldeando un interés común para. el "interior" capaz
mientras la capitulación del General Mitre en la estancia de ser asumido como valor propio por los grupos
-~'La Verde", en.1874, selló el triunfo· de la alianza entre gobernantes. Porque: ,de eso se trataba: las provinci4s
los auwnoroistas de Buenos Aires y l.a.s provincias del interiores, en alguna medida integradas en un espacio
3.-! NATALIO R. BOTA..'IA EL ORDEN CONSERVADOR 35
territorial más amplio· y · suborcli~das 'de modo coerci- convornba las milicias de Buenos Aires, Entre Ríos,
tivo al. poder. central·, 9-SYirtieron aue el earnino ¡:@fa . Santa Fe y Córdoba. Roca, desde Rosario, organizaba la
adquirir mayor "peso" político consistía~=~n acelerar e~:, ·I' ·marcha _sobre Buenos Aires.· Durante cuatro -días ..-del
proceso -de nacionalización de Buenos Aires y no ·er:!
·co-
. retardarlo. Los ejecutores naturales de ese mter_fs..
-l- l 7_·al 21·-·~\)1.rnio-:-· tres sangrientos encuentros. !Os ya
nombrados de · Barraca,s, Puente -Alsina y_ Los Corrales,
.mún ·serían los gqbemadores ·vinculados con Roca a decidieron la victoria a favor de los nacionales. Habían
tr.avés del ministerio de guerra y cobijados por Avella- ~uerto tres mil hombre; de ·los veinte ·mil .que comba-
neda. Organizados en una así llamada "Liga", cuyo tieron con ochenta piezas de artillería. Buenos Aires se
epicentr"o ·fue la provincia de Córdoba con ,el goberna- _5.1;1_b()r~~~~s · · -----·-...---.
dor Antonio del" Vis~· y su ministro de gobierno i\Iiguel · El resultad? de .. estos ~c.onte~1r:iíent~s . se tradujo en] fli ¡::;:r.w;··.
Juátez Celman, Simón "de Iriondo en Santa Fe, José d~s Ieves·nac1onales; una téde_r~hzo la cJUdad de Bueno; . ··
Francisco Antelo en Entre Ríos, Domingo llfartínez .A1res que, desde el 8 de d1c1embre de 1880, auedo ~
r.-fuñecas en Tucumán, i\foisés Oliva en Salta, Vicente A. sometida a la jurisdicción exclusiva del gobierno nacio- 6 A
Almonacid en La Rioja, Absalón Rojas en Santiago del n..ª1; el otro instrµmento legal prohibió a l<l2_P.fOVÍ!J.C.ia:sJ" ...:..,~ 1.:;..
Estero y P. Sánchez de Bustarnante en Jujuy, entre b formación de cuerpos militares bajo cual.qlli_er_deno- ·'-' ;;%AL'
otros, ~~ieron una trama electoral que condnjo_a_Roca rriinación que fuera- 19 " ... Todo es fácil, recordó Avella (f'cy,;¡_-
D-ª-.cia la presidencia. 15 neda en su último mensaje, lo que cuesta es constituir
Cuando el imerior consolidaba esta alia..riza, d poder una Nación y íundar su gobierno bajo un regimen
en .':'llenos Aires se fiagmehtó entre los partidarios de la ordenado y libre." 20 Roca retomará estos mismos ·con- ~ .::
candidatura pn::jdencial del gobernador _Carlos TejeÉl.or ceptos en sus palab.ras ir,taugurales ... El presidente electo
y los porteños nacionales, antiguos partidarios del auto- cobijó a sti futuro gobierno bajo ellem~az y Adminis-
nomismo y del Partido Republicano como Carlos Pelle-· . trE,cii!J y afirmó: "Necesitamos paz dur~den
gr::ini, Aristóbulo del. Valle, Dardo Rocha, :\Iiguel Cané, · e'stab!e y .libertad permanente; y a este respecto lo
.·Pedro Goyená, Juan José Romero y Vicente Fidel _geclaro bien alto desde este elevado asient9 para que .
López 16 , quienes· se incorporaron al movimiento que me oiga la R.epública entera: emplearé todos los resortes
llevaba la fuerza de la periferia al centro del sistema y facultades que la Constitución ha puesto en. manos
polític;o nacional, según la expresión de Aristóbulo del del Poder Ejecutivo para evitar, sofocar y reprimir
Valle. 17 De nada valieron en esa circunstancia los cualquiera tentativa contra la paz pública. En cualquier
esfuerzos opositores, las vacilaciones del mismo Avella- punto del territorio argentino en que se levante un
neda y los intentos de conciliación de Domingo Faus- brazo fratricida, o en que estalle un movimiento subver-
tino Sanniento; [la Liga de Gobernadores impuso su sivo ..contra una autoridad constituida, allí estará todo el
candidato en el Colegio Electoral en. las elecciones del poder de la Nación para reprimirlo. " 21
11 de abril de 1880 mientras Buenos Aires ,emprendía · · v obierno ordenado: he a uí el len
el camino de la resistencia arrnaaj Dos meses después 0vellaneda v Roca. La mo era ·sinónimo de intereses,
Avellaneda instalaba el gobierno nacional en Belgrano y valores y creencias reuní os en torno de un sistema de
!-
36-. NATALIO-R. BOTANA EL ORDEN CONSERVADOR 37
. poder común. Los áctos de la· guerra y_ de la p~ de~ régipi.en emprendida por k.s homOres del 80, y· la -~
par,ecían converger hacia algunos interrogant~s cruciales: fórmula polúica que la sustentó, contiene en sus ci-
·¿cómo hacer de la obediencia un' hábito común entre mientos las respuestas precarias formuladas ál drama de
pueblos que sólo cono.cían ja .d.ÍspeP.!ión espacial del - _la desintlgración _ternto!:Íal y de Ja glierr¡:r'intema.
poder? ; ¿cómo consolidar la precaria ·integridad-terri- - - - - "

torial recién conquistada, gracias a una ·aún más frágil


identidad nacional? ; ¿cómo, sino a través de un gobier-
no ordenado y estable? Y gobie-mo aparecía como un NOTAS
concepto representativo de una operació.n tanto .o más · Los conceptos de monopolio de la ;,::'olencia y de obedienda son de
- compleja que la consistente en implantar una unidad neta raíz wcbc:::rbna. i\fa..x \Vcbcr definía .a ta dominación como '"la
política. Implicaba actos y procedimientos ápaces de probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de dctemúnado
·contenido entre personas dad.asnj y al Estado como el "instituto político
edificar instituciones que mantuvieran en existencia la de acúvidad conr.inUada., cuando y en la medida en que un cuaáro
unidad política recién· fundada. Exigía seleccionar a admirustrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio legítimo de
c¡uienes gobernarían y en virtud de qué reglas unos, y ·ia coacción física para el mantc:nimic:nto del orden vigente!'. Ma.~ \V cbcr.
Econom ia y sociedad:, VoL I: Teoría de la orgaru'zacián social Traci y
.:o otros, tendrían el privilegio de mandar. El país se nota preliminar de José MetFr.a. Echavania, :\léxíco, Fondo de Cultura
kt.i ía d.ictado una fórmula prescriptiva de carácter Económica, 1944, p. 53 y ss.
fed;;ral, la Constitución Nacional, y ·sobre esa fórmula o, 2 Conf. _i'-!er~.a.lio Botana. La légi't:"mité, probleme politiqu~. Louvam.~
'Centre d'Etudes PoiHiquc•, 1968, p. 51 y ss.
quizás,_ encubierta· bajo· sus sentencias ideales, había que 3 Con f. fra.nCjOÍS Bourricau~ Esquine d'une théan'e de !'cu torúé,
!razar una .fórmula operativa que hiciera factible la Paris, Pion, 1961, p. 9 y ss. ,.
producción de actos de gobierno. ..; 4 Empleo las nociones de fuerza y violencia como sinónimos.. Una de
las obras que mCjor ilustran este punto de vista es la clásica de Bcrtra.nd de
La. :.:..:iestión del régimen político se planteaba, pues, Jouvcnc! Du PouuoiT. Hi.stoire r..aturellc de sa craissance. GenCvc:., Edi-
como un desafío,. que sucedía a los anteriores, de crear tions du Chcval Ailé, 1947 (hay traducción castellana).
la integridad territorial y de ·éornunicar a los grupos en S Ver en este mismo sentido, pero aplicado a un concepto distmto,
Car! J. Fric:drich, Man and his Governmen~ An Empirícal. Thwry of _
la perspectiv~ de una comunidad más amplia; una Politics. New York, McGrav-~Hill, 1963, p. 188 (hay traducción castcllanat.
sucesión de problemas, claro está, que poco tiene que -:... 6 Según la expresión cie Torcuato S. Di ·Tclla en Hacia Una política
ver con un ordenamiento lineal de los hechos, en virtud lah"noamerícana. Montevideo, Sociedad Latinoamericana Arca, 1970, p. 43.
7 ucornc.nzando por c:l mismo Urquiza que tenia el Gobierno de En.tre
del cual se "Yuxtaponen fases de desarrollo político en Ríos desde d 15 de diciembre de.1841, muchos de los Gobernadores que
un continuo '.que desemboca en un punto terminal concurrieron al Acuerdo de San Nicolás habían sido los jefes de Pro,in·
(corno, por ejemplo, la modernización). No hay tal cias confederadas, según el sistema contra el cual debía. producirse la
reacción: d General don Benjamín Virasoro era Gobernador de Corrientes
yuxtapn~ición: hay, más bien -en una unidad histórica ... ,~ desde 1847; el General don Celedonio Gutié-m::z. era Gobernador de
deterini:.ada: la Argentina de aquella época- respuestas Tucumán desde el 4 de octubre de 1841; d Coronel don Pedro Pascual
parciale~ y contingentes a problemas no resueltos en su Segura, Gobernador de Mendozz, lo lubía sido desde 1845 a 1847; don
~1anucl Vicente Bustos era Gobe:rru1dor de La Rioja desde 1849 y lo había
totalidad que se contienen unos a otros en una suerte sido también en- 1841; d General don Narciso Bcnavídc:z. habla sido
de caja china que encierra el sei::reto del progreso o de·· ·Gobernador d~ San Juan desde 1836, con la interrupción de unos meses
ia decadencia política.Y· _De este modo, la construcción en 1841, y continuó en d .gobierno k'..ta 1857; el General don Pedro

~!1 $}--.:

1
NATALIO R. BOTANA EL ORDEN CONSERVADOR
Lucero era <tabernador de San Luis desde 1841.'~-Ro<lolfo Rr.-arola. Del .:~.
.se produjo no sóÍo en c:l autonomismo, sino también en el .miuismo. como lo
r¿gi'mc-n f(derat:-uo ai u.ni'tan"o, Buenos Aíres! 1908, P- 40. demuestra el dcsprcnd.ir;n!cnto de una fracción ºpopular" en donde fi~r~
5 Conf. Jorge M. ;\faycr, Alberdi y .su tiempo, Búcnos Aires, Eudcba, ban E. Zeballos, Ezequiel Paz-''y muchos ocres ricachos -son ;¡,•Jabras del
1963, p. 409.
- 9. s;:anf. 0.-Co;;,blit, E: - Gallo (h¡; A. O;C~nncU. ~'La ·g;,ncracióñ del
-· mismo_ Rpca- -antiguos -m~tristas • Ver_ al rcspcc[Q E. Galk>, "~a gran
11

expansión ccoriómica Y- la_ coruolid.ación dcl régimen conservado: libc¡.iL -


SO '! su proycct9; anci:ccdc:ntc:s y_ conscO.IcnáJ..S", en Argen:tl'na, sociedad lil75-!895",-cn E. Gallo y.R.. Coné:s Conde. La R<pública Can.un:adtf~!!',,.
de masas, B~cnos Aíres, Eúdcba, 1966, p. 36. ._ - Buenos Aires,. Paidós, 1972, pp. 65-68.
1 O _En -~gano de 1862 d Congreso dictó una ley que cs<ipufaba la 1 7 L-is palabras de Aristóbulo del Valle en la s~sióñ dci Senado del 18
f7dcr_ahzac1on de la ciudad y de la pradncia de Buenos Aires por el de ·acrubrc dé 1880 son las siguientes: 14 ._.prefcriria equivocarme con los
tcrmm? d~. tres ~os. La lt:gísl~rura de: l:a. provincia rechazó el proycéro de que llevan la fuerza de la· periferia al centro y no del centro a la periferia.
federalizac1on lkgandosc a una transacción según la cual .se declaraba a la 5¿. que por este camino puede modificarse la forma de Gobierno, pero sé
dudad de Buenos Aires rc:sidc.nda provisoria de: los gobernantes nad'OnaJc:s _también que no será .obstáculo para que quedara consáruida una gran
por d. término de cínco.~os:"Al vencerse los cinco años, en octubre. de Nación, . capaz de conservar su historia y sus tradiciones y de salvar su
186 7, el Poder Ejecutivo.Nacional devolvió a la Provincia de Buenos Aires grandeza en el fururo; núcncra.s que, por el.conlrarlo, :;i nos cquivoc:l.mos
la íurisdicción que ésta le nabia acordado sobre la ciudad. Conf. Rodolfo llevando la fuerza. del Gobierno del centro a la pcriféria, constiruiríamos
Rivarol.:i. Del n!gimen federatiuo al unfranºo.. p. 314 y ss. quizá rcpubliqueus incapaces ile responder a los vínculos y tradiciones
11
El 28 de septiembre de l 868, el senador· Ni casio ·O roño declaró grandiosas de nuestro pasado", citado por Luis H. Somroarr•a, Historia de
que desdC: jurúo de 1862 hasta junio de 1868 hubo 11·7 revoluciones v 91 ·las intcr.:encion~.r /eder:ale.s en las Prouincia.s, Buenos Aires., El Ateneo,
combates donde murieron 4. 728 personas. Conf. José Nicolás Matie nzo
0
1929, Vol.!( p. 109.
Le gouuernanent representaoºffédiral dans ia République Argentíne, Parí; 1 s Conf. Luis H. Sommariva, Historia de /a.r mteruenciar.es federales
H:ichette, 1912. p. 25 7. . ' ·rn las Provincias, Vol Il, p. 88 s.º; y G..rloo Her», "Presidencia de
°1 Co~f. Rodolfo Ri...-arola, "El presidente Roca y la consolidación de! Avellaneda", en Acadenúa Nacional de la Historia, Hi'storia Argmtin.:i
poder n.ac1or:.aJ.'\ en fevista Argenúna de Cienc1~as Polítr'cas (~n adelante Contemponinea 18ó2-1930, Vol !, Primera Sección, PP• 202 ss. Resulta
R.A.C.P.), Ano IV, N. 50, 12 noviembre 1914, p. fl5. " sumamente s·ignifica~va la opinión que había vertido c:l diario "'La Nación"
l 3 En los s':ccsos de 1874 los militares leales al gobierno fucrpn, un ,:ño antes d,,los hechos de sangre· en la cual se síntctiz:in to.dos los
entre otros, Jase Ignacio Arias. Juiio Campo~. Nicolás Levallc. Hilaría c:lcmc:ntos de qUC·-dispuso ·Roca para. asegurar su triunfo; ellos fueron: los
Lagos, Conrado Villegas, Julio A. Roca y Apolinario '!pala; mientras se gobernadores confabulados, cl'('.::rcito nacional, parte dd presupuesto del
conr.:ban cntr.c los. opositores milita.res; José hiigud Arrcdondo, Francisco Ministerio de Guerra, la influencia del miniscro que manipuló eficazmente
uyna, lgnac1.o Riva~ -~eruto Machado, Manuel Taboada, Juliár. Murga, armas y dinero y la tolerancia- dd Proidente A,-cllancda. V <:r Ro<lolfo
~anC!ago Bailnc:nc-, Nicolas Ocarnpo, José C. Paz,. etc. En el 80 los jefes Rivarola, Del régimm fedaatiuo al unitario, p. 187.
~ales. fucro.n: Luis· l._laría Campos, Teodoro García, Napoleón Uriburu, 19 ·Conf. .:Luis H. Soma¡ariva,.Hisloria cú /fu intervenciones federdes
-onrado V1llcgas, Manuel Ca.mp os, Nicolás Lc:valle, Antof\Ío Donovan. ..,_ en /fu Pr?ulru:ia.s, Vol Il,' p. 106.
Eduardo Rac.edo, etc.,. y los op9sitores: José Miguel Arrcdondo, Julio 20 Cit. por Rodolfo RiVarola, !'El presidente Roca y la consolictición
Campos, Jase I'.'ocencio Arias, Hila.He Lagos, Julián Martína, Berúto del poder nacÍonaJ", p. 118.
21 Cit. por Armando Braun Menéndcz, "Primera Presidencia de Roca",
Macludo,. etc. Conf. A. Rivao Astengo, juárez Ce/man. 1844-1909.
Buenos Aírc:s, Kraft, 1944, p. 78 y 166 s. p. 277.
14 2 2 -Esta ídca acc:rca del progreso político está inspirada en !<U re: fle-
Conf. A. Rivera Astengo, juárez Cdman. pp. 61 ss., y Anna.ndo
B:aun Mc::~C:odc:z;. u Primera Presidencia de Roca ( 1880-1886)", en Acadc- xiones de !Uymond Aron sobre el progrc::so y la historia en la lección IV
rrua N:iaon!.1 de .'ª Historia., Historia Argentir..a Contemporánea de Di:r:-huít ler;or.s Sl.lr la saciét~ ·;ndu.stridk, París. Gallimard, 1962 (hay
traducción castellana).
1862-1930, VoL I, Primera Sccciún. Buenos Aires., El Ateneo 1965 p
269 Y SS. ' ' •

l
5
Conf. A. ~i;cro As tengo, Juárez Cdman, p. l i l; y Casios R. ~lelo,
Las partidas pol1ticos argentinos, Córdoba, Urúversídad Nacional de Cár·
daba. J 964, p. 24. ·
16
Coi;f. Ezequiel Ro.mas Me:tía, Mis memorias.. 1853-1935, Buenos Ai-
res, Librena Y Editorial La Facultad, 1936, p. 66. En rigor, la fragmcnt:>c!ón
~1
EL O?.DEN CONSERV.illOR

, en /a.distribución del poder; la segunda en e('~odo de


eiección _de los goberm:~ntes y en los- li'mites que se -
trazan e;ntre és_tos y los gobernados. ,Los cuatro térmi- ·
rios aquí· expu_estos rep~esent.an la imagen t~órica de u~
- í _j
I[ - - sist'ema de- relaciones· donde el contenido concreto de·
uno_ de ellos, ·o su modificación eventual, influye nece-
LA REPúBLICA POSIBLE sariamente sobre los otros.
La estructura institucional de un régimen alberga,
pues, una realidad más profunda: la realidad del poder;
Regimenes políticos y legitimidad y a. su vez,.. este haz de relaciones de control se asienta
·sobre una constelación· de intereses . materiales y de
Un régimen político puede ser entendido- como valores que justifican la pretensión· de algunos miembros
L- ~~a estructura institu~ional ...de posiciones de poder, de una unidad política de gobernar al resto. La opera-
d15puestas en un- ·_\:>rden jer;p-quic:o, · desde donde se ción consistente en traducir aquella madeja de inter.eses y
A.U.·formubn decisiones autoritatiyas que comprometen a de valores en una creencia compartida que haga las
. .. toda, la_ pobfa.ción p~teneciente a una unidad política~ vef_es de norma -habit~al para reguJar las .relaciones de
nw Ha'Dldiuos' ·
.visto que la const1tuoon
· ·, d e una uruda · poder,. atraviesa un camino histórico que· bien podría
política asumía, como problema centrai 1 el hecho de dividirse err dos tramos 2nalíticqs .. Por una parte, en
subordinar diferentes sectores de poder a un ámbito efecto, es _preciso atribt;ir valor preferente a una estruc-
imperativo más amplio, el poder polítii::o, que p_pr tura ü.:':titucional en detrimento de otra y a partir de
definición es supremo. Esta primera noción, sin embar- este acto ~o de:-.Jesta serie de actos- determinadas
go, poco nos indica acerca del substrato material -el ··concepciones acerca de la organización y la distribución
gobierno compuesto de personas visibles- que permite del poder, los modos de elección y las fronteras entre
o~servar la existenci_a concreta del poder político. Y del
los __gobernantes y los· gobernados, tendrán más peso
rrusmo_ mod.p/ el término subordinación· poco aclara, -<..valorativo que .otras .. Se tratará- entonces de consagrar
hasta el momento, acerca del modo es¡:iecífico según el una fórmula prescnptiua o pnºncipio de legitimidad que
cual se organizará aquel conjunto de relaciones de no sólo busca satisfacer ciertas ideas acerca del· régimen
dependencia. · mejor adaptado, por ejemplo, a una doctrina de la
.. De esta explo.ración preliminar se desprenden dos inte- libertad o de la justicia sino que, también, pretende
rrogantes a los que un régimen político debe responder: a) gratificar intereses materiales reivindicados por grupos y
~ué vínculo de subordinación establecerá el poder polí- clases sociales. .. .. "''.'!
tico C•.'n el resto de los sectores de poder presentes en Ambas acciones nos introduceri1 ·~n el segundo tramo
h; sc::~edad; b) qué reglas garantizarán el acceso y el analítico. A diferencia de lo que pudo acontecer en el
eJerc1c10 del poder político de-los futuros gobernantes. primero, en esta segunda etapa los actores procuran
La primera cuestión hace hincapié en la organización y traducir las fórmulas prescriptivas en una creencia com-
-,,-

:..

42 NATALIO R.'BOTANÁ EL_ ORDEN CONSERVADOR


-·- .
pa.rtjda con respecto a la estruct1;1ra institucional ·del . la ave contradicción entre. el prit1cipio de le 'timidad
régimen . y en un acuerdo acerca de las .reglas de de la monarquía hereditaria y e pnncipio · de le-
sucesión. De esta .serie., de acciones puede resultar. una -- gitimidad. de la república electiva. 2 CuandQ si; quebra-
-:fórmula operativa o. siStema de feg!ti"-midad que-_ viñcula 1.;-_,, ron -los vín_?ilos. con Ja _corona espáñgla,_ estos. grupos-
las expectatíva_s: valores e.intereses de tos actores con las d.irigen_tes,- huérfanos dé la tutela de un principio. de-
instituciones del régimen y las reglas de sucesión. C.reencia gobierno consagrado por ¡¡¡_:·tradición,- asumieron ·fa
y acuerdo serían, pues, dos conceptos analíticos que cali- penosa tarea de construir una legitimidad de reemplazo:
ficarían el proceso de legitimación al cual parecen someti- fórmulas conocidas como cuerpos ·teóricos e ignoradas
das las formas históricas de los regímenes polític;:os. como prácticas habituales de gobierno, incitaban a la
Estas nociones limitan nuestro. análisis. histórico a invención polítka, ¡ cuando no,. a la- mera reproducción
ciertos rasgos de la· acción política más significativos, en de experiencias.
apariencia, que otros. Un régimen, en efecto, puede ser La fórmula que algunos llamaban republicana y otros
analizado a través de políticas específicas (economía, demócrata, intercambiando las palabras como si fueran
educación, emigración, etc.) que permiten .medir los resul- sinónimos, hacía . residir el origen del poder en una
tados de la acción de un grupo gobernante. El régimen entidad más vasta que !.as antiguas aristocra~ia.s, al.
político semeja, de este modo, un conjunto de decisio- mismo tiempo que proponía una operación mucho más
nes gubernamentales que definen me.tas, seleccionan complicada para elegir a los gobernantes que aquélla
medios y alternativas, imponen rec¿~pensas y san- definida por las viejas reglas hereditarias y burocrátiCas.
ciones. Otro punto de vista, qu" no excl~ye al anterior, 1 Pueblo y elecdtm··po'dían representar los términos de un
trata de entepder, en cambio, el marca· que proci'uc;:e
dichas decisiones dentro del cual los acfores se enfren-
1 proyecto de solución posible, en la medida en que no
provocaran una fractura irremediable con costumbres
tan para determinar quiénes, a Ia postre, · ejerceran el políticas que gozaban d<:kbeneficio de la tradición. El
poder político. Esta perspectiva nos habrá" de guiar en problema era aún más acuciante para las clases y .grupos
las páginas que _siguen con. el objeto- de observar un dominantes, pues,. junto con la caída "del poder colonial,
régimen político como un orden dé dominación donde 'la car!=ncia de fórmulas de reemplazo podía conducir a
algunos -y no todos- tienen. el privilegio de fijar la anarquía· o a la disolución política, lo cual implicaba,
metas, elegir medios y alternativas, adjudicar, en fin, naturalmente, el ocaso de su poder y de su prestigio.
recompensas y sanciones. 1 La búsqueda de fórmulas prescriptivas que conciliaran
la desigualdad del antiguo régimen con los principios
igualitarios emergentes, estuvo jalonada por errores y
Alberd.i.' v su fórmula prescritJtiva fracasos pero, de algún modo, fue dejando sedimentos
que el observador pertinaz puede devolver hacia el
Desde los albores de la independencia, los criollos futurQ en nuevos proyectos institucionales. Ese fue el
que asumieron la conducción de las antiguas colonias propósito de Alberdi.
españolas enfrentaron, en términos teóricos y práctic.:os, ] uan Bautista Alberd.i fue el autor de una fórmula
j¡(uJj!L e{) /'U)JJ),/J.[J)J_JJ_ .fJ.J.}J.J.J».Y

!-!ATALIO R. BOTANA - EL ORDEN co~;s:~VADOR . 45


. ~rescrioti~dél beneficiQ. de alcanzar una (
tras· ríos, para ver opulentos v ricos nuestros Estados" .4
'.:: tr~·:1 institucional sancionada por el Congreso ..::ste roirama constituye un conjunto de metas al ue
ÍÍCrJ3 ~onstituvente en 1853. Lo significativo de esta fórmüla debe dar alcance una nacton a 1erta al futuro; los
consistió en·su 2erdurabilidad sobre las vicisitudes de la \ campos específicos sobre los cuales _se -proyecta son: la
·guerra· ir~'temá entre Bnenñs Aires ?' la Can federación, 1 inmigrac10n. la -construcción ·de ferroqm.iles y.. can,aJq
"'
as impugnaciones posteriores provenientes de muchas navegables, la_ colonizaci6n. ·de· tie.rras de propiedad
p<ovincias del ·interior y· la resistencia· de la· misma nacional, la introducción y establec1m1ent0.. ·de nuevas
Buenos Aires a ceder parte· de su capacidad de deci- industnas, la importación de ·capitales extranjeros v la
sión al poder central. Esta persistencia a través de las 1 exp orac1on e os r1os intenores. __...¡

múltiples oposiciones de que fue objetor hizo que la · Para alcanzar estos fines es dable advertir en Alberdi /( l,7.;_v¡
fórmula alcanzara ·los acontecimientos del 80. y justifi- la intención deliberada de provocar un trasplante cultu- ¿¡_
cara la acción política de los protagonis.tas del régimen ral. Alberdi rechaza· .una cultura tradicional, la cultura {aLL!i,;Á
político en ciernes. hispánica que impide el cambio y la innovación, y
Como ya se ha diéfio,~fu-·vinculación aquí propuesta opta por otro me.delo: el ·de los países europeos en
. emre, por una parte, Alberdi autor de una fórmula trance de edificar una sociedad industrial que libe-
prescriptiva y, por la. otra, su traducción institucional y re al hombre de la servidumbre de la naturaleza. Un
po·sti: :-iOr Vig..,:n,ia en d 80-;- no deriva de una compro- cambio de tal ~n vergadura ño ;:n:ede lle1 arse a cabo
saa:a·rerac1on de causalidad. Se trata, por el contrario, si no es inyectando desde fuere. en una cultura, se-
de un.a hipótesis que asume lo siguiente: a)" que la gún él históricamente terminada, nuevos fermentos de
fórmula inf!u y6 signifj.cativamen.i:e ·en las deliberaciones población y de riqueza que sean portadores de esos
del Congreso Constituyente; b}-'que media:ite elaborf valores.
ción uk:rior se prolongó más allá de las~ ·:O.eliberacio-
nes del Congreso; c) que tradujo valores ·e intereses do- "¿cómo -S<: pregunta Alb<:rdi-, = qué forma vendrá en la futuro d
minantes en la. Argentina de ese- entonces, pese a las cspfritu· viviñc:mtc de la civil.iZación. europea a nuestro sudo? Como vino
oposiciones que_ pudo SJ.ifrir la p.ersona de Alberél.i; i]J en todas l:i.s époC!.S: la Europa nos traerá su espíritu nuevo, sus hábitos de.
industria, ~ prá.ctic::J.S de civilización. en las inmigraciones que nos
que no ·obstante· ello, la fórmula perduró en el tiempo y cn,;";e •.• lQucremos plano.r y aclimatar en América la libertad ínpesa, la
oJorgó a la postre un marco valorativo que sirvió de cultura Eranc:sa, la laboriosidad del hombro de Europa Y los Estados
Unidos? Traigamos pedazos >Ívf de ellas en las costumbres de sus
~-explícita o difusa- del régimen político implan-
habitantes y rz.diquCmosias aquí."
tado en el 8Q_3
futa formula prescriptiva tiene la particularidad de
justificar un régimen político en cuanto h;;t.r:r). al origen La población .. es el agente p_rivileg\ado del cambio
gel poder y a su ~rograma futuro. Alber:di. sostuvo que cÚlturál;- péi-"Zi- no es ef"unimEl fcrTo~
·-¡~s-íñdusmasyToS~~s;(iT¿~ 11añdesarrolla o y
los argentinos deb1an darse una constitución para reali-
Z,.9S un determinado proyecto, "p_ara tener población,
·---- -
-~acíone~·,.~~~e-
- --~

......tiara tener caminos de hierro, para ver navegados nues- memanos e imprescmruoh
~~
46 ::-lATALIO R. BOTANA. - EL ORDEN CONSERVADOR 47
'"los caminos de fi·erro son á este-siglo lo que los conventos eran en la inevitable ·que conviene. establecer -éon aquellos.~_que
Edad ~[edia: cada época tiene¡ sus i!&Sn.tes de cultÜ_¡¡¡.. ¿son ínsuiicienr¡es · · · detentrn posiciones ,de poder: "_es ;·preciso por consi-
nuestros c:ipil:l.l~ para esas empres:is? Encregadhs entonces a capitales
extranj<:ros. Dcj:i.d que los tesoros de fuera come- los hombres se domici- guiente -sugiere Alberdi- que el nuevo régi!!len con ten- -
_licn en nuestro sudo. 07 -- ga algo del antiguo" ,9 - . ~ ~~ __
.. Esta fusión entre d,,:::_«:(engencias contradiáorías. en la
El medio seleccionado para alcanzar estas metas es el historia - nacional,· la q:ntralización - y ·ia de_?céntra-
régimen polírico. - Y en esta cir~unstancia, la figura del lizáción, pone.·sobre el tapete la idea _que .se forjaba
legislador va delineando una concepción acerca de la Alberdi de la orgarúzación federal, pragmática y hasta
organización y distribución del . poder, del modo de impreci~a, porque "la _federación o unidad. es decir lal
elección de los gci'bernantes y de las garantías otorgadas m vor o menor centralización del gobierno general. son 1Af:;c,i-J¡
a los gobernados· q.u.e procura conciliar los valores ccidente. un acce · s ' rno , f - ~
igualitanºos de una república abierta a todos, ·con los gobierno". 1 º . .
valores jerárquicos de una república restnºctz'ua, circuns- Federación evoca, en. este sentido, un medio adapta-
cnpta a unos pocos. La.piedra de toque de esta fórmula do a nuestra circunstancia histórica para alcanzar una·
tiene sencillo diseño: funda una capaddad de dedsión unidad de régimen. No es el úni¡:,o -antes se ensayó la
dominante para el poder polúico central; otorga. el unidad pura y fracasó- pero es, sin duda, el _instru-
e/erddo del gobierno a una minorz'a pn"vilegiada; limita mento más eficaz. De aquí deriva el carácter mixto del
la partzúpación poHtica ~pób7~ión; y gobierno; "consolidable en la unidad de un régimen
asegura a todos los habitantes, sz"n distinción de naciona- nacional; pero no indivisible como quería el Congreso
lz:~~d, el máximo de garantias en orden a su actividad de 1826, sino divisible y dividido. en gobiernos pro..:1 1~ 1.
c.. JzL -· ciales, limita\).os, como el. gobierno __central, por la ley ::J
La cuestión que preocupaba a Alberdi era la ·de federal de la República". 11
organizar. un poder central, necesariamente fuerte para Este gobierno mixto, que -éxprésa el término federa-
controlar los poderes locales y suficientemente flexible t
·; ción, retoma .rasgos esenciales de los hábitos: de obedien-
para incorporar a los antiguos gobernadores de provincia ·· ·· c-i.a trazádos por la costumbre en las culturas de .Améri-
a una unidad política más vasta. En ténninos prácticos ca del Sur. flo hay_,_ pues,_[!,!f~.~~dcl~ ·
el problema se 'expresaba así: . orden tradicional; esa ruptu~dri.j.~~_ués, cuando la_
ºfli?.Diacionnueva, la indus1T.~ riqu~~~
"¿Cómo realizar una organización constitucional que abrace:· y concilie :f.Q_n 1aclilturaa:Iltigua.. Mientras taºñ:fo, a medida que la
las Libertades de cada provincia y las prerrogativas de toda la n:ición y de
tra'ñSi'c~~ marcha, es preciso reorientar las
hecha pcnnit:J. a los gobiernos que dctxn aceprula ia continuación en d
mando de sus provincfas? ng expectativas de obediencia hacia un nuevo centro
de poder. Allí emergerá un papel político inédito que
Este argumento deja entrever una tensión entre, por habrá de integrar lo nuevo y lo viejo: el control racio-
una,.parte, Ia necesidad de encontrar una fónnub con- nal de la ley y los símbolos de dominio y soberanía
creta de reducción a la unidad y, por la otra, el acuerdo quebrados desde los tiempos de la independencia. Ese
EL ORDEN CON.SERVADOR
48 NATALIO R. BOTANA
...... . una vez dcgldo, sea quícn fuere el dcsgracíado ::i.qult:n el vo·to del
papel- privilegiado,' apenas p;rfilado én tiempos de R.iva• p~is coloque en la silla difícil de la· presídef]cÍa, se le d~bc res.petar con la
obstinación ciega de la horsadcz, no como a hombre, sí.no como a ta
davia, puesto entre paréntesis en la ·epoca de Rosas Y . persona pública del P.-esidente de la Naci.':in •.. porque el respeto al
· recreado por la Constitucj_C>n de 1853 es el papel del Presidente no es más que el r_espcto, a la const1tución, en ;-irtud de ia rual
'presidente. 12 · De est~ 1 mariera, la~monárqu_~f~ . ha sido dec~o:· es el respeto a Ja discíplinfl y a la subordin1.1ción que, en lo
político cbmo en lo milio.r, son"la Uave de I<; fuerz!a y qe la victoriá.''15
reaparece bajo la faz repub_licana. 7~0 escat1ma-
elogios_ -:-la llama "dicho profundo espiri:tual'.'_-=· a ·la
sentencia de Bolívar: - Gracias a esta distinción tajante entre el rol y el
ocupante, AlberL!i parece adecuar al cará~ter nacional
¡·.. Los nuevos .Estados de la América antes española .necesitan rey.es. con una argumentación trazada en ·1os debatés constitu-
~ nombre de prcsidentc:.."13 _ cionales de Filadelfia y en los papeles del Fed~::-:i.lista
que, por otra parte, Dahl ha retomado como centro de
En la fórmula alberdiana el presidente materializa el interés de su concepto de "democracia madisoniana" . 16
poder central, pero n·Ó· ·cfé'tenta todo el poder ~ tam- Este argumento podría :-::sumirse en la siguiente pro-
poco ejerce un dominio irresponsable sobre la sociedad. puesta: la constitución de la Federación Argentina tiene
por objeto establecer una república no-tiránica.
El dominio irresponsable proviene del -~espotismo d_e
uno :;olo; (el 2:d•iemo responsable denva de la 'legi- Impedir la tiranía es la finalidari básiCa del gobierno
republicano y de esa finali:l_¿._J se deduce la .te oría
timicl1.d . del presidente investido por una constitu-
normativa de las limitaciones del poderfSI el- poder -y ·
ción:) la· naturaleza humana que en él sub-yace- P'4.""de degene-
íl . rar en despotismo, es preciso píevenir esa ten.ciencia a la~_
,-ez de dar d despotismo a un hombre. es mejor d":'1o ~ la ley.
l "... cn
Ya es una mejora -d que ra sc~ri~d sea ejercida p~r la eonsntuaon Y no corrupción y para prevenir es necesario .encuadrar ei'-
por la volur.t:i.d de un hombre) Lo peor dd ckspousmo no es su dureza. ejercicio . gubernamental dentro de límites temporales
sino su inconsccúencia. y sólo la. constitución es inmutable ••• Dad al poder
ejecutivo te-do cl poder posible, pero dáclsclo por medio· de una cons·
precisos, otorgando a magistraturas .diferentes h tarea
titución." 14 . de l~gislar, ejecutar. y sancionar. La no-reelección del
presidente y l~stribución de la actmdad legÍslativa y.
El presidente adquiere legitimidad no por su calidad judicial en cámaras y tribunares dünde d poder <..elltral
intrínseca de gobernante, sino en razón del cargo su- y el ae las provincias estén debidamente incorporados,
perior que él - ocupa. El papel del presidente, el rol serán, entonces, dos limitaciones fundamentales concor-
institucionalizado que un individuo está llamado a de- dantes con el argumento repu icano. n este punto, la
sempeñar, tiene más valor que su propia virtud de fórmu a .-!f.) ana no se aparta e las pautas fijadas por
gobernante. He aquí el quid de la cuestión que trans- el modelo ii.orteamericano: un senado y una cámara de
fiere la trayectoria episódica de un gobierno personal diputados representarán a las provincias y a la nación en
a una institución permanente bajo la cual hast0; ~o­ el proceso legislativo, en tanto tribunales de provincias
drá encontrar amparo la figura del gobernante med10- y tribunales federales adjudicarán sanciones; todo ello
cre:
50 NATALIO R.· BOTANA

ordenado por una última instancia, la Corte Suorema de - EL ORDEN CONSERVADOR

Justiqia, a quien correspoli:de el cqntro1 constitucional Los riesgos pueden emerger de ios conflictos entre
de las leyes. facciónes . adversas o de la demagogia del actór con
vocación. de representante. P_ara prevenirlo~ es preciso
-~ los modos de elección de los -represeniap.:es.. ·
1=j_bedád poHt~·ca para poc.os y libertad civil para ·todos según sea la importancia del c;argo que está en j_uegüj De
. esta manera, la fórmula alberdiana, fiel una vez mas al
Una vez prescriptos los poderes centrales y los pode- modelo norteamericano,_ prevé que el d~o será
res subordinados, los límites y los principios que pro- directamente elegido por el pueblo, mientras que el
t~gerán la federación del·-peligro histórico del despo- senador v el presidente obtendrán su título por una =-
tismo, el problema· -que inevitablemente· surge en el e.kEC:ión de segundo .grddo realizada en las . le~laturas
horizonte de una fórmula ·republicana es el de saber provinciales o en el seno de Ún ~egio electoral-)
quiénes y bajo qué reglas podrán ejercer el gobierno de Como quiera que fuese, ya sea emprenaiendo el
la sociedad. Alberdi rechazó explícitame.l).te toda forma camino del comicio directo o el de la elección indirecta,
de designación derivada de la herencia; se· apartó en este el pueblo es siempre 'la fuente de la cual deriva la
sentido del- modelo bolivariano 17 y optó -al menos en legitimidad· del gobernante. La cuestión reside en saber
principio, como veremos de inmediato- por la posición cuáles son las fronteras que encuadran esa entidad
democrática que sostuvieron, ·en Filadelfia, Wilson, llamada pueblo, ·quiénes lo componen y quiénes perma-
Mason y Madison, en contra del purifo de v'ista aristocrá- n!!cen marginados. más allá de· sus límites. Simple como
ª
tico de Hamilton y Morris. 1 La posición demociática p:U-ece, las respuestas que· se ensayaron frente a tal 1--.
ha~e. derivar el título de legitimidad: del gobe~nte interrogante ''-Clividen, a grandes rasgos, a los que con-
-diputado, senador o presidente- de la elección realiza- ciben el gobier_no como algo,dq11d<; __pocos intervienen de
da por el pueblo/no_ hay, en rigor, legitimidad posible aquellos que lo imaginan como un proceso donde,
para el demócrata si ella no proviene ·del consentimiento participan mucho.s ciudadanos; lo cual, dicho en otros
popular) · · · rénnirtos, se .expresaría de este modo: el gobierno
El modo de expresión del consent1m1ento popular democrático es ·obra de un grupo reducido de personas
puede traducirse de múltiples maneras, pero, si se deja y sólo ellas integran el pueblo donde reside el poqer
de lado la manifestación directa de dicho consen- electoral, o bien, ese conjunto es más abundante en
timiento, los .medios elegidos para actualizario deben términos cuantitativos de forma que tiende a univer-
hacerse efectivos a través de alguna forma de represen-
tación. La representación, vista corno una serie d~ actos
mediante los cuales un actor político autoriza a otro a
salizarse, abarcando un nú~ero cada vez mayor de
miembros participantes.
[Esta oposición entre "pueblo chico" y "pueblo gran-
7
obrar en su nombre o le impone el deber de dar cuenta de" está fundada en argumentos que asignan a unos .
de su acción 19 , arrastra consigo, sin embargo; núevos pocos la virtud de saber elegir y a la muchedumbre la . ~
riesgos y, por consiguiente, nuevas prevenciones. ignorancia de no saber elegir. El punto de vista alber- ¡
diano es, en este sentido, frarn:;amente restrictivo] j
,.:.:;., _,·
NATALIO R. BOTANA
EL ORDÉN CONSERVA90R 53
"L.,.-intcligcñcia y fidelidad ;en el ejercicio de todo poder depende de la
c:ilidad de las perSonas elcgicjas pa.r:i su depósito; y la ali dad de 'los
La libertad civil abre entonces la ruta para implantar
clc¡;>dos _tiei:ic estrecha 1 dependencia de l~ calidad. de los cle~tores.· -El . l~ _nu~va cul~ura, ~arque esas garantías traeran inmígra-
sistema cle.ctoral es la llave del g9bicmo .Rpr<sentativo, Elegir e~ discernir . Cion, mdustna y nquezas. He.aquí .el ao-ente más eficaz
y "deliberar. r:a lgnorancia no discierne busca un tribuno y.toma un tiran'!.
- L~ mísería no ·delibera, se vendefAlej:ir e! sufragio de m:i.no• de la
para mejorar la capacidad de cliscernífni~ñto pol{ti~o de
ignor.!ncia v de la - indigc:ncfa es asegurar la pureza y acierto ele su pue~los que, ~n su trayect~ria ~1istóríca, sblo han gesta-- - ,, '-·
cjcrcido. 11 ~ • • do el. despotismo del Gobierno (que es la tiranía) 0 e]
despotismo del pueblo (que es la revolución)".2s Hav
/La cuestión que preocupaba a Alberdi es cómo hac~r pue~, una so!ución únic~ y durable para el problen;ia d~l ._/
1

de un pueblo -según él- sumergido en la miseria y en gobierno posible en America del Sur:
la ignorancia, una. colectividad 'federativa apta para el
ejercicio del gobierno rep_ublicano) El camino no puede . ". · .ella consis:e en elevar nuestros pueblos a la altura de la forma de go-
ser otro qµe el indicadÓ pó"r-Íos ejemplos históricos de bierno que n?s ha impuesto la necesidad; en darles la aptitud que les falta pa-
ra ser n;pubheanos; i:n hacerlos dignos ae la república, que hemos proclan12-
Grecia y Roma, '"donde el 'pueblo sufragante sólo do,. que no podemos practic:ir hoy ni tampoco abandonar; en mejorar d
constaba de los capaces es decir, de una minoría gobierno por. la mejora de los gobernados; en mejorar la sociedad para
·reducídísima en comprcración cid pueblo· inactivo" .21 obte.!_ler la mejora del poder, que es su expresión y resultado direct 0 ,"26
{Esta min:Jría es la única calificada para ejercer la
libertad política:)
~ ------.. Si el ct·esarr~llo de esta argumentac;ón es correcto,
puede afirmarse· qúe la fórmula alberdiana prescribe la
\'(§Jh "...usar de la libertad política es tornar parte en el gobierno; go~emar, . -~~s~encia¿!e ~s tipo; ~e rc:u.íD.li~a federati~a:[l.a
,~ aunque no sea rn:ís que por el sufragio, requiere educación, a.tanda no
'( \ ciencia, en el manejo de la cosa pública. Gobernar es manejar la suerte de
.. rej¿ublica abierta v la republzca-r~IL La ren11hlica
j todos; lo que es más complic::ido que· manejar su destino indh;dual Y - a~ estaría regida por lá'libertad cívil; en ella' tienen
\ privado."22 · '. · cabida todos los ciudadano~a~ale{ y extranjeros,
que ~aga~ uso...i¡Ie las garantías c~ns~gradas por el t;xto
Algunos, por consiguit:nte, están habilitados para in- ~on-;t1tuc1onal::J Esta ~ la repubhca que la retorica
tervenir en el gobierno; el resto, en cambio, la mayoría oficial presentará, hiego, como clilatada en territorio,
que hizo mal uso de la libertad política favoreciendo plena de posibilidades, con una población numerosa, la
despotismos pop-ulares, sólo tiene derecho al ejercicio de cual ofrecerá el ámbito adecuado para incorporar los
la libertad ciuil1 3 : valores de innovación y de. cambio: para traer inmiqra-
----------- .. :· T;'.
ción, extender las comunicaciones, implantar la indus-
"Re·.>\to oue estoy libre dd fanatismo inexperto, cu.ando no hipóaita.,
que pi"c !ibc"rudes polític:is a ')lanas llenas para pue~l.os que sólo saben
tria y propagar la educación.
emplearlas en crear sus tiranos.~Pero deseo abundantlsunas las libertades Pero l_a r~pública abierta es, en sí, una contradicción ~
·-- c-iviles o ccondmic~s de adquirir, er.afena.r, lrabafar. nav~gar. comercwr, en los. termmos pues 11? controla sus actos de gobierno: t-:..'\i
transita" y ejc:rcer toda induscr.il, porque veo en nuestro pueblo la aptitud
conveniente para practicar]~ Son practicables, porque son accesfüles al ~~s. miei:ibros gue .la m~egran nuevos inrrugrantes y (...,,""
extranjero que trae su inteligencia; y son las más fecundas.. porque son las Vlejos cnollos- no mtervienen en la designación d.e_Ji;Js ~
llamadas a poblar, eruíq1,1Fccr y civilizar a estos países." 24 gobernantes; no son electores ni representantes; perma~
..,.;;;-::
"<=:.l>
--- . ¡' -.--
.

EL ORDEN CONSERVADOR : 55
54 - NATALIO R. BOTANA despuntaba el . p~sado ~siglo, desp_ués ·de los aconteci-
necen marginados en una suerte de trasfondo en cuyo mientos revolucionarios que tuvieron lugar. en la Améri-
cq1tro:.se recorta un núcleo político capacitado-para ca del Norte y en Fra.ric;:ia, advertían;· no sin perplejidad,
hacer· ·gobierno - y ejercer conti-oUEsra ·es la 'úpúb!icd -- p_ue el ~eil!o de Ja libertad política y-- ec.onómic:i podía·
~.restrictiv?-, construida: sobre er' .ej~icio de la ·liberta.s.J. "sulii.r la erosión. de un moVimieñto subito e irresistible:
~ p~lf!.~~ª...,~ un áJr;bit6 donde la parti;ipación en el g6'5íer- el movimiento ·de la i~aldad. · · .
" no se circunscnbe a un pequeño numero de ciudadanos; Aiberdi ri.o ¡:irestó suficiente atención a este fenóme·
{j un espacio cuyos miembros se controlan a sí mismos y, no. Quízá porque esperaba que la inmigración y la
•..., a la vez, controlan el contorn_o que lo circunda. Ciudada- riqueza habrían de· implantar en las viejas tierras de la
i} nos, en suma, habilitados .para intercambiar el papel de. confederación,_ la simiente de un nuevo, mundo más
;j elector y de represe-Iitante que, de esta manera, hacen igualitario. Adoptó todas las precaucione~ de . la repre-
'.__i suyo un proceso de aprendizaje donde el acto de ejercer sentación indi.reéta., pero las robusteció mediante una
gobierno dev-iene un valor próximo a su conducta tajante distinción entre el habitante y el· ciudadano.
habitual] Allí, e11 la república restric¿tiva, prima la Otros pensadores, qµe también provenían del tronco
voluntad reflexiva de los hombres públicos naturalmente conservador, se percataron de · que todo . el edificio
preparados para tomar sobre sí el manejo de la suerte republicano podía temblar en sus cimientos a medida
de todos. que un aumento histórico de la·igualdad social diera por
La totalidad, sin embargo, estará dada en la. fórmul~ tierra con las antiguas distinciones entre ciudadano y
alberdiana, por-·la repúb.~~ca: restrictiva más la república habitante. Esta realidai:l emergente _foe'la que deslumhró
abierta, y mientras en una los que :participan,. medí°ánte a Alexis de Tocqueville. Casi dos décadas antes de que
el uso de la libertad polític·a, d~legarán de .modo Alberdi formulara su' plrui constitucional, Tocqueville
vo1untarío su capacidad poi:encia.l de mando, en la otra registraba sus observaciones~actrca de la democracia en
los habitantes afincadgs en un territorio· permanecerán los Estados Unidos de América .en un libro que, sin
dirigidos ·por uh. sistema de ·control impuesto desde duda, nuestr~ legislador conoció y meditó.
afuera. . -.:.El punto d.e partida de este aristócrata francés,
testigo del vertiginoso derrumbe del antiguo régimen,
consiste en comprobar un acontecimiento inédito e
1!.J;~o..E!J_ueville: irreversible que crecerá a través del tiempo en intensi-
la Tzbertad Fen(e:cílñesgo de la if!:Ualdad dad y magnitud: la igualdad. Este es el motívo principal
que induce a Tocqueville a sostener que la democracia
Esta es, a la postre, la vieja distinción entre habitante equivale a la igualdad no significando, como tal, un
y ciudadano que, desde los tiempos de Rousseau, régimen político sino un estado de naturaleza social que
interrogaba sin cesar al pensamiento político de los anuncia el ocaso. de la dominación aristocrática; por eso
· siglos XVIII y XIX. 28 Pregunta cuya respuesta aparejaba le produce mi'edo: "el libro que estamos por leer -dice
graves consecuencias para el punto de vista con.servador. en las páginas introductorias de La democracia en
Los legisladores que procuraron fundar Estados cuando

56 NATALIO R. BOTANA

Amén'ca- .:ha sido escrito qajo,. ia impres10n de -·~~a


EL ORDEN CONSERVADOR 57
especíe de terror religioso producido en el aima del del ~iglo pasado permite a Tocqueville descubrir tres
autor al. vislumbrár esta revolución irresistible que cami- 1~edzdas _de la acción política que, correctamente prac-
na desde hace tantos siglos, a .trav.és de todos los_ ticadas, pueden .preservar la libertad· en una sociedad
.•bitáculos, y que se ve aún hoy' ·avanzar en medio de _, -- igualitaria. · 1a .,primera .~s una medida ·de descentra-
las ruinas que ha cau-sado" :1 9 lizac~ón qu~ se e"presa_ er:- .~a· fórmula federal;, la segunda
La igu;;.ldad aparece entonces como la regla social a la es_una.medida: de asoc1ac10n que se manifiesta mediante
que, inevitablemente, deberán someterse las relaciones las organizaciones voluntarias; y la tercera, en fin, es
políticas del futuro. Pero si la naturaleza de las cosas una medida d~ moderación electoral que ,se expresa a
define un escenario con tendencias tan fÚertes: ¿cómo través del voto indirecto.
es posible preservar la libertad y las fronteras entre' lo Se tr;:;.ta, sin duda, de una cuestión de grado. La
público y lo privado, en un mundo donde ya no hay descentralización del g~biemo local, .que prescribe la
rangos tradicionales quc-·distingan a las clases superiores fórmula federal, presentará un peculiar sístema de sobe-
c..l-e las inferiores? .He aquí ~l prpblema por el cual ranía fragmentada entre, por una parte, el poder nacio-
Tocqueville desarrolla un argumento que casi consiste nal y, por la otra, el poder reserva.do a las provinci~s 0
en una 0peración de resc:i.te, La libertad no es· para él estados fed_erados: habrá, pues, reservas constitucionales
una entidad del orden abstr;.crn derivada, por ejemplo, de autonomía ante un ·estado naturalmente centrali-
ele una declaración jurídica de derechos; es, por el zador. Una canticfud creciente ·de asocia.c~ones volun-
coiltra..río -y., de aquí la vinculación con el origen social tarias permitirá reagrupar los intereses aislados de un
de quien ia:·:·reivindica- una realidad proveniente del sinnúmero de ciudadanos desamparados frente a ese
control sociológico que :~obre el Estado ejerce un grupo rnis,mo Estado.· Una pru~ente mediatización del sufragio
autónomo cuya independencia, al menos relativa, está sera el factor que mejor controle el peli2To de _la
asegurada sin duda por la ley, pero más por costumbre d~magogi~ y. de las pasiones irresponsables ;ropias de
o tradicióñ. . · una rnulti~d desarrargada. Sobre este trípode -suerte
En la perspectiva de una sociedad no igualitaria de 4e expresión sociológica de . Ji justa medida· necesaria
señores y súbditos, la libertad aparece como una rea- para r~sca~ar valores a partir de una situación que se
lidad negativa: algo protegido por un estamento pode- juzga. lileV1tab~e- Tocqueville desplegó su teoría del
r-oso ante el cual el Estado se detiene. En la circuns- pluralismo pohtico.
tancia de una sociedad igualitaria, en cambio, la libertad El escenario tocquevilliano es distinto del que nos
corre grave riesgo de desaparecer pues la realidad que se .. :-:·,- presenta Alberdi. Mientras para éste la obra del legis-
•(

impone es la de un Estado que tiene que lidiar con lador consiste en discriminar quiénes pertenecen al
individuos o grupos pocos resistentes y de más en más pueblo soberano y quiénes están excluidos de la ciuda-
_uniformes. ¿Dónde queda, pues, la libertad? No obstan-. danía política, para el otro la tarea del socióloao se
te el pesimismo implícito en esta pregunta, la obs'er- circunscribe. a comprobar el hecho igualitario que \ace
vación de la democracia norteamericana de principios de los haJ:i1~ntes de u_na nueva nación sujetos aptos
para const1tu1r un pueblo, el cual, por lo demás, maní-
.··--

- EL ORDEN.CONSERVADqii. 59
58 . NATALIO R. BOTANA .La conclusión de Tocqueville es terminante y ~-~ ···
-
fiesta sus. preferencias me-diante el sufragio. i.miversal}.º mismo co~fi~s~ sus pr~ferencia's::"veo en el doble gr.ad '1i
Ha. cambiado, sí, el escenario_, pero no parece que haya · electoral el umco med10 de poner· el t,ISO de la libertad ....,
vana·do ~~.11~ho . la intención -y. los ~speciale~ atiíb_utos políti_ca-· al ~alcance ·Q.~ ~odas
las clases_ del pueblo'.'. 3 ' :e~
que se le asignan al- -actor- qÜe éje_rc_erá el-voto.-~ Este_será· el gran papel reservado a las leves el~ctorales:
el de constituirse én los _nüevos mediado;es de la razón.
~el acto discrimin~tiene ·como propósito
asegurar la calidad del acta electoral. Tocquevi11e, como Para-Alberdi, en cambio, l¿s mediadores de la razón en
se rinde ante la marcha irresistible de la igualdad, realiza la vida política erañ las leyes y los n~tables porque, de
un rodeo algo más complicado para expresar, también, acuerdo con su punto de vista, la desigualdad en el
un propósito semejante: reconoce qi,ie. el sufragio uni- sufragio aparecía como la cons.Jición necesaria que haría
versal está consagrado por la ,ley .y la costumbre, .pero efectiva la igualdad en la república.. Curiosa paradoja
esta evidencia no le resulta suficiente y de inmediato derivada de su preocupaci<s' n aventar el peligro de la
añade, ¿qué instituciones y comportamientos concretos irre:po~sab~idad política: 1\lberd~ admitía como premi-·J
pueden favorecer un voto razonable y moderado? · sa mdiscutible que los es de elector y elegido
Cuando Tocqueville observa la composición social del debían ser intercambiables; entonces la ley debía operar
Congreso de la Unión, se siente impresionado por el una rígida ~tinción entre. ciudadano v ·habitante, entre)
aspecto vulgar de la sala de representantes. "Casi todos pueblo político y pueblo civil· porque unos y otros· e ! )
sus miembros -escribe- son personajes oscuros, cuyo cua}!tativamer:te diferentes p_ara ejercer la máxima obli- · -
nombre no proporciona ninguna imagen 'al pensa- ga_c:10n republicana que consiste ·en elegir y ser el~d . · -
miento." Es preciso apartarse de este ambiente y r~cos­ Esta figura del ciudadano rc.;ponsable puede ser equi-
tarse en algún edificio contiguo para encontnir brillo y parada a_. la facultad de juzgar bien. en los'J.suntos púb!i-
recato político. "A dos pasos de allí -continúa- se cos, es· decir, a la acción de emitir un voto razonable en
abre la sala del Senado, cuyo estrecho recinto encierra ~· conformidad con .los p-ri-;;_~ipl~s del sentido común y
¡ con b. visión_ del bien público aceptada ·por los que
una gran parte ·de las celebridades de Norreamérica." El ' .~
hecho que explica este contraste es muy sencillo: "la ---comparten una actitud de moderación. y de justa medi-
el_ección que, constituye la Cámara de representantes es da. Y a su vez este ciudadano razonable, que sabe ele-
.'~i._,~ect~ y aquélla de donde emana el Senado está gir, obraría dentro de un recinto celosamente· guardado
,Y 1sometrda a · dos grados". 31 {El sufra>cio indirecto es a la por las· leyes, recortado sobre un telón de fondo com-
D
_,
o
uz de estas observaciones, un instrumento de modera-
,
puesto por un gran número de habitantes que no saben J,1
-~'\ ción y un sistema electoral que robustece la calidad de ej~rcer la libertad política'. La fórmula alberdiana cul-J·i ~1p1
los gobernantes)Es cierto que el pueblo puede y debe mrna consagrando la contradicción entre desigualda so- µ
votar, pero no 'conviene prestar excesiva confianza a la cial e 1gu a po 1t1ca, porque quien elige también pue-
bondad natural del ciudadano. Los electores son hom- de gobernar y quien ob1erna debe ozar de la auto-
bres ~ébiles a quienes puede estimular alguna pas10n ri~ mterpretar y de deodir razonablemente. Esta·
colectiva o la demagogia de la ambición interesada. república es, al fin de cuentas, un régimen político de
Habrá, entonces, que buscar nuevos resguardos. .
. \ ..
60 NATAL!O R. BOTANA . EL ORDEN CONSERVADOR 61.

seve'ras exigencias ya-gue nada reasegurª- -he aquí .la.


clave de ]~ C:uestión- -1a calidad del voto si no es la·
-[
!
NOTAS_
1 Este argumentó lo he dcsarroll~do en mi trabajo ya citado La

calidad moral in_telectual o~nómica d~l . ciud-ªdi!IJ.o 1 iegJtr.mité.' probl't:rr.' polit:'quc. Cap s. t ·y. II. La idea de vincul3ción en uc,
por un !ado, los valores e intereses y 1 por el~ otro, d rég.imcn pal ideo
qile lo emite. _ _ . deriva-.. de la.5 nocíoncs de ~L Weber acere.a· de la atribución Y el.manteni-
- Alberdi perfI1ª1!~ce aferradb a esta coñcepcíón de-1<1? - i miento ·de l~ legitimichd. Consultar al respecto ,\l Web<:~· Economía y
S~cieda.d, C:lp: l. P:!rrafo 6, aondc d autor.señala que la kgitimidad de
cosas; TocqÜeville traspone el _umbral· de la república -
restrictiva: los notables ya no están protegidos por un· -
1 -un orden puede estar garanbzada "de mano-a· pur.imt:Íltc in cima" (y en
Cstc caso por raionc~ que hacen a la expresión aiccrivJ., rdigi.osa o con
derecho de ciudadaní:· exclusivo, púo todavía las leyes
y las instituciones podrán gestar el. milagro de mediar
con éxito entre la cantidad de los electores ·y la calidad
J arreglo a va.lores), o bien "por ia expectativa de determinadas coruccucn-
cias externas; o sea, por una situación de in ten::scs" (p. 32). Sobre d
1
n:gimcn político entendido. como respuesta a denos p roblc:m2.S b2.sicos,
Conf. ~l Duvergc~ Les ré;;i.mes polítiques, París, P.U.f. 1961, p. 9. (Hay
traducción castcUana por ·E~dcb:!., Bueno;; Aíres.) Sobre CI concepto de
de los elegidos. No quedaba, :il fin de cuentas, alter-
polític:>-m:i.rco (politics) contrapuesto a la política-programa (policy) ver
nativa. Tocque:ville descubre que las instituciones políti- R. Aron. Democratie et lotclitan·sme, Paris, G:tllimard, 1965, Cap. l. (Hay
cas y la sociedad igualitaria~p.e-rmanecían, unas frente a traducción ca.Stcllana por Scix Barral, Barcelona..)
otra, en una crítica confrontaci,ón. J?-lberdi no niega la 1 Ambos principios de legitimidad han sido calificados de esta manera
por G. ferrero en su obra PcrJuoir, les génies i'rwisibies de la cité, ·Paris,
bonc:;.d de las instituciones; hasta incorpora en su pro- Plan. 1945. Hay traducción castellana.
yecto· todos los recaudos que éstas proponrn, pero las 3 Los textos públicos de J- B. Alixrdi que hemos seleccionado como
instala sobre un suelo en cuya superficie rcinari una constitutivos del cuerpo teórico de ia fórmula son: Bases y puntos de
partida pera la orgar.izacíbn política de la.Re¡:rública Argentina; Elerz:¡,:-::os
severa distinción de rangos. Votarán los de arriba: los de derecha p-Jblico proumcicl para la Repúblic;a Argentina; y· Sistema
educados y los ricos;· no podrán ni deberán elegir los econór.:ico y ra:.tistíca de ia Confederación Argentlr.a según ia Constitu-
ignorantes y los pobres. El acto de representación,~ ción de 1853. La primera edición ..0 .k las Bases... es del 1~ de mayo de
185 2 y la scgund<!, que contiene el proyecto de '.<:.pnstitución, d·:l ~3 de
exigir prudencia y sabiduría para su ejercicio, plantea agosto de 1S52. El Derecho Público aparociá cr\ jul¡o de 1853 y el
un serio rulema:(O se universaliza la ciencia V el arte del Sistema económico y rrntútico en febrero de· 1855. ·canf. J. ~l ~!ayer,
gobierno, o bien, mientras tanto, la responsabilidad de Alherdi y ru tiempo, pp. 413. 430 s., 465 y 477. Como podrá advcrtme
csu selección es restringida y deja de lado va.ríos textos públicos que
manejar la suer!e de. todos, de asumir lo público desde defienden la.s ideas. qpues=· cñ las tres obras citadis a propósito de la
la particular perspectiva de lo privado, debe quedar en pclémica que libró Albcrdi con S:um.i.GJ.to .durante cl. año 185 3. Luego de
manos de un pequeño núcleo de privilegiados:) la batalla .de Caseros, Sarmiento, que h.abí a regresado a Qiilc, escribió La
campaña en el Ejército Grande (12-11-52). El libro, dedicado a. Alberd.i,
Imposible mayor claridad. Pero ¿cabría caÍificar este motivó de su parte un:i. réplica inmediata, escrita en Quillota (Oiik)
iliscurso tan sólo- como mera expres10n de lo que en el durante el ,cr>.no de 1853, bajo el t,itulo de Cartru sobre in pnnsa y la
lenguaje cotidiano llamaríamos una actitud oligárquica? política militante rn ia República Argentina (llamadas Cartas Q-Jillota-
nas). Un mes después, Sa.múcnto respondía con Las dento y una. Por
¿o es que tras este modo de ver las cosas se esconde fin, ya sancionada la Cor.sútución Nacional en Santa. Fe, vieron la luz los
una cuestión algo más complicada que el mismo legis- Com~ntan'os de la Con.stin'tción de la Confederación Argentina de Sarmien-
lador desdoblado, esta vez, en observador y sociólogo to (setiembre de 1853) a los que siguieron. hacia d término de e><: año,
los Estudios sobre la Canst:"tucián Argentina de 1853 de Albcrdi.. Al
(algo que no hubiera disgustado a Tocqueville) buscará emplear la expresión utat°' públicost\ h2go rc:fcrcncia a los tc::ctos de
-·-·cksentrañar? Alberdi que fueron éóiiOcídos y goz:i.ron de divulgación entn:: los actores
políticos de C1ie cntonetl. Quiero íruistir en este punto. pues aquí no
:..
.. -~ 1·
·-
- t
52- NATALIO R. BOTANA
.- ~. {§~~
EL ORP.EN CONSERVADOR 63
tr:uo de h:iccr Un.J.- cxCgc:sls de todo el pcnsamicnto d~ Albc:rdi~ sL;.o de
aquellas partes d-c una producción profusa -y muchas veces contradic- en los articuiosdcl .. Federalista. Ver R. A.. -Dahl, A-Pr.f;a co .Democratic
ton:i.- qUc: pu¿icron sc:nir d-: valores irutrumcr.r:alcs para dichos Theory, Chkago¡ The Urúversity of Chicag!' Press, 1956. Cap. !, particular·
1c.:orcs. Por otr:i par..c: 1 una c2ntid:id aprccb.blc: de los escritos de: Albcrdi mente p. 10.
rccié_n fueron. publicados entre -1895 y 1901, en 16-. volúmd1es, bajo el l? Insisto en l::i advertencia metodológica señalada en la nota>!? 2. En .
titu!o._dc E.scrúos pO.stumos_; C!tos _pá'bajos son importantes para mejor ese erúonces Alberdi rechazo. el-principio hereditario-m~roEquico. -~º
ín:crp,etar -la .-intiinid1d dd pensamiento de Albcrdi, o para adarar ocurre así con el autor de: los escritos póstumos-en ·cuyo volwncn IV bajo
1
:ispcctos que pc.rrn:meccn. en la pc:numbr~ pero... ublC:idos en el punto de: .. ...., ·I ci titulo "Del Gobierno en Sud América según ru Re\'olución·,fun<l!'rTlen'·
t.ll"' (trabaío "escrito en los años 1862-186,3), .~l~crdi m";"ifie~ra. su
'~·T
Vista dd actor ·de! 1853, 1870 o. 1380, poca utili¡lad tienen ya que, para
ese entonces, bien puede s-ostcncrsc la hipótesis de su incxístencia histórica preferencia oc:isional a favor de la monarqu1a. Dicno trabajo ha stdo
:iunc;,uc pc:nnanccic:ran guardados en los archivos dd autor. recientemente reeditado con un titulo diferente. Ver J. B. Albcrdi, La
4 Juan Bautista Alberdi; B,:;ses y puntos de partida para la organi:ación :;ionarquía como mejor forma del gobierno i:n S":1·Am áica,. -cst~dio.
po/ín'ca de la R<p-:.blica Argentina. 3'! ed., Buenos Aires, Estra-da, 1949.
C:ip. X, p. 46.
l. prcliminu y notas de Juan P~blo Oli\'cr, Buenos Aires,. A.. Pena L11Jo,
1970. La expresión "modelo bolr.-ariano" hace rcfcrc:rcia a un.a fo"':a
5 J. B. Albcrdi, Sistema económico y rrntistico de la Confederación concreta de régimen político expuesta por Simón Bolh·ar en s~ ~g~ta Ce
Argrniina según su Consrit-.tción de 1853, Buenos .Aires. La Cultura Jamaica (1815), donde escnbió lo que sigue: "Su gobierno po',1--a 1mHar al
A.rgcntím.. 19 21. p. 40. inglés: con la diferencia de que en lugar de. un rc-i:. h~ra. un .po.dcr
6· J. B. Alberdi, Bases...., D.p. XV, p. 75 s. cjccUtivo, electivo·, cuando más vitalicio, y jamis hcrcCllt.anO Sl s~ .qwcrc
1 J. B. Albc:rdi, Bases:._, Cap. XX. p. 89. república,. una c;Ímara o senado kgislaúvo hereditario, que c;i las tem-
J. B.. Albcrd~ Bases. .. , D.p. XVII. p. 113 y Cap. X:.'\.vII, p. 210. pestades políticas se interponga entre las olas populues Y los rayo'. del
J. B. Albcrd~ Bases:._, D.p. XII, p. 56. gobierno, y un cuerpo legislativo de li~rc elección.. sin.?tras .rc.s:z-tcc!oncs
! o J. B. A!bcr~ Bases.. .. ~ C.ap. XIX, p. 1.3 L
t 1 J. B. Aibc:rdi, Bases...., Cap. XX.1, p. 149.
"¡ .. que las de la cámara baja· de Inglaterra. ES<a consoruoon pa.rti:i~ar;; de
todas las formas y yo deseo que no participe de todos los v1e10s • Y.
l 2 ºYo no v2cil2.rla en asegurar que de la constirución del poder Lccuna; Cartas d'el Libertador, L XI, p. 53, cit::ido por ]. L. Romero, El
e¡ecu'1vo especialmente dc¡:>c:nde la suerte de los Esudos de la :\.méric:i ti pensamiento político de la derecha latinoamer.:Ccna, p. 92•
del Sud", J. B. Allx:rdi, Bases....., Cap. XXV, p. 182.
l 3 j. B. Albarli., Bases. .• , D.p. XIl, p. 56. ~
.:,, ~¡ 18 Conf. R. A. Dahl, Pluralist Demacracy in tl:e !Jnited States:
~
Conflíct and ConsenL Chi!:ag!?, Rand Mc:Nally, '.?57, p. 34 ss..
l4 J.
B. :\lb<:rdi, Bases.. .• , Cap. X..XV, p. 183. La· e:<pcricncia ucrca r. ·.)
19 Aqui adopto el concepto de represenuaon formal. e:<pucsto por H.
de los gobiernos conservadores que:, desde la sanción de la constitución Pitkin, que me parece el más adei:uado para acl:lnr este. p:oblcma
ceatralist:i de 1833, se sucedieron rcgulirmenle en la República de particular de la· représc:ñtación política. Ver H:innah F. P1t.kin, The
Ollle bajo cl influjo, en sus orígenes, de la pcrsoo.alidad de Diego Por· .Concept of Rep""sentation, Urú,·crsity of California Prcss.. 1966, Cap. 3:
tales es para }\...lbcrdi -lo veremos mois adelante-, fuente de un rnodc-· formalistic Vicws of Reprcsentation. .,__ -·~. .: • ·
lo político -y no económico- digno de toroanc en considcració¿: "Ch.ilc:: ha ~ 20 J. B.. A!bcrdi, Drrecho Público Provincia~ Buenos Aires,. Unívcr-
hecho ver que entre la falta :ibsolut:>. de gobierno y d gobierno dictatorial hay sidad de Buenos Aires, Departamento Editorí:tl., 1956. p. 100.
un gobierno regular posible; y es d de un presidente consritucional que pueda ., 2 l J. B. Albcrdi, Bases. .. , Cap. X.'{ll, p. 160-, . . . .•
asumir b.s facultades de un rey en el instante que la an.arquía le ~:·
'2 '2 J. B. Albcrdl, Sistema económi'co y rrnt1st1co e.e la Con¡ederac1or1
desobedece corno presidente republicano'', Bases._, D.p. X..'XV, p. 181.. Argentina, p. 2 l. . , ,
Sobre el pc:Jsamicnto de Dic-go Portales puede conru.ltane J. L Romero, '2 3 En este sentido, Albcrdi condena sevc:ramente el sufragio uruvcrsal.
El pensam:'ento polttico de la. derecha lat1·noarn.cn·cana.. Buenos J..-ircs, Lo considera un medio que lcglt1ma.dcspolismos o ci.r..uúas populares., pues
Pa.idós, 1970, p. 96 ss.. y Tulio fulpcrín Donghi, Hispanoamérica después otorga poder a las mayorías Írre>pons:ibles (que; por otra P:Utc,. c:alific;a
de la independencia. Buen.,,; ..\ircs, P;:údós, 1972, p. 33 ss.., 192 ss. y con ténninos peyorativos). "El sufragio urúversal, crc:ido bajo Rivadavia
~:::!~ SS.. por ley del 14 de aiosto de 1821, trajo la intervcnóón de la chusma en
l 5 J.
B. Alberdi, Bases..• , G.p. XX.XIV, p. 273 s. d gobierno, y Rosas pudo conservar el poder apoyado en el v.oto e;:ctor.tl
16 Democracia roadisonia.oa hao: n:fcrc:oda, evidentemente, a la teoría de la chusma, que pertenece por afinidad a todos los dcspotJ.Smos. d· B.
política de James ~!.adison, que el mismo pensó y dc:s:irrolló antes y Albcrdi, Derecho Público Piouincia4 p. 137.
durante la Con.,.ención Constituyente de Filadelfia en 1787 y que apuso '24 J. B. Albcrdl, Sístana económico y rentíst-:Co d.r. ia Confederacüm
A'gentina, p. 246 s.
NA TALIO R. BOTANA .:

2 5 J. B. Alberdi, Sistema económico y- rentístico de ÚJ Confederación


Argentina, p. IJ 46.
16 J. B, Alhcrdi, Bases... , Cap. Xil,-.p. 5 5. ..-
2 7_ Que; cJ misma..Albcrdi-lo señala,_ sc~ían los ·arti. · 14- y ·20 de la
.-ConStirudón Nacional Sistema económt'co y ré:ltí.stico de la Confedera-
ción Argrotina, p. ·21.· lII
- .. 18 DistiJ1ciÓn -que establece Rousscau en el proyecto de constitución
para Córccga cuando establece d derecho electoral para íos dudádanos y'
los burgueses y excluye de ru ejercido a los habitantes y los nativos. Ver LA OLIGARQUIA POLITICA
al respecto B. de Jouvcnc~ Essai sur la politiJ:;ue de Roússeau, Les Editions
du Cheval Ailé, Gcncvc, 1947, p. 122 y s.
2 9 Al=is de Tocqucvilk, La democracia en América, Fondo do
Cultura Económica, -México-Buenos Air~s. 1957, p. 34. La república restrictiva.,_ tal como surge de la fórmula
30 Habitantes ·b:~n(QS -ñ~tivos y i:xtranjaos natu.ralizados 1 se entiende, · albercliana, no definía ningún medio práctico para hacer
dado que -los esclavos nc:gros permanecían en una relación de subordina· efectiva la representación. Hemos comprobado la firrne-
:ióa scn::j1nte a la que se advertía en las ciudades griegas que practicaban
l:i. democracia. ·za con la cual Albercli expone su consejo para media-
31 A.. de Tocqut:Villc, La democracia en Aménci;. p. 2l7. tizar y circunscribir el ejercicio del sufragio a unos po-
3 2 A.· de Tocqucvillc, iderr, p. 2,18. ·
r cos, pero no es fácil" percibir un- reconocii::::ie:nto ma~
':!·
explícito del conflicto que pueda sobrevenir con motivo
>F1 · de la división de los notables en facciones electorales
-~). ántagónicas. Pareciera como si el legislador hubiese
. '~!
=-~
apostado a favor de la prudencia natural que se despren-
dería. de los notables habilitados, en virtud de la educa-
ción, _el poder y prestigio, para ejercer la libertad polí-
tica; Cimaginó una república armoniosa donde aquella
virt.ud señalada por uno_¿ie .sus mentores, Montesquieu,
--<transfiguraría en deber moral el respeto por las reglas
establecidas? 1 Es difícil confirmar esta intención, pero
si esta pregunta mereciera una respuesta afirmativa, ella
sería fruto de la imaginación de un intelectual cuyos
deseos sólo habrían sobrevolado el duro territorio de la
realidad.
No fue así, sin embargo. Alberdi no se hacía ilusio-
nes; confiaba en el valor prescriptivo de las instituciones
nuevas, al misn;io tiempo que cubría con un manto de
razonable pesimismo las predicciones que la implan-
tación de un orden constitucional podría sugerirle: "La
libertad, viva en el texto escrito y maltratada en el he-
- ·-

:.

EL ORDEN.CONSERVADOR 67
66 NATALIO R. BOTANA .:: En 1879, Alberdi, vi~jO y enfermo, regresa al RÍQ de la
c;ho, será por .Jar.g9 tiempo la )ey de nuestra condición Plata luego de: cuatro décadas de ausencia; viene dis-
política en América antes i:spafiola. " 2 De todos modos, puesto a hacerse .cargo de una banca de diputado riacio-
el acto de se!eccioiiar los. medios prácticos qu~ habrían ~al por T\Jcu_mán,- para la cual· habíª sido electo h~ía
dé r-egular las .acciones poli'ticai. dentro de los fímites· dé ya u-1!: largo-·a,_ño. Alberdi ini_cia su-:primeh única- ::-Y
;,.',
la r~pública restrictiva, ya no correspondía al legislador_. - experiencia ae política práctica en su'país p.ataí, en cir-
La respuesta debía trazarla el hombre político o, si se cunstancias en que -iinp~ra _un clima de Yiolencia; teme
·.·.·. ·quiere,· debía resultar de una relación entre los indi- las consecuencias irreparables qúe podría acarrear un en-
';.
viduos y las clases que detentaban posiciones de poder, frentamiento armado y adopta una actitud conciliadora
y los que pretendían acceder a ellas. entre Roca y Tejedor; permanece en Buenos Aires cuan-
Ante una propuesta prescriptiva había que legitimar a do Avellaneda traslada el Congreso a .Belgrano y, por
través de los hechos"una estructura de papeles políticos una extraña· paradoja, las tribulaciones del intelectual
dominantes y una regla de sucesión. Entre esta~ fronte- condicionarán de tal modo la voluntad de decisión del
ras, nuevas y endebles, era necesario diseñar una fórmu- hombre político, que Alberdi no votará esa ley de fede-
la operativa que permitiera a. los actores. construir una ralización de Buenos Aires que preconizaba como indi.s-
base de dominación efectiva. pens¡¡.ble desde 1859.q
Est~ fórmula operativa. no tíene acta de nacimíento Durante el verano que sigue a los sucesos del 80, el
precisa y aun cuando sus orígenes puedan retrotraerse a político indeciso cede su iugar al intelectual presa de la
los tiempos .del Pac~o ,de S_an Nicolás y de la presidencia febril ne~esidad de explicar los acontecimientos: i\!ien-
ºde UrquL::.a, ella cobró más consistencia a partir~-del tras recibe Ja pública adhesión· de Roca, Presidente en
ochenta y perduró h:_sta la reforma política sancionada ejercicio 5 , Aiberdi. escribe su última obra, La República
por Roque Sáenz Peña en 1912. No es tarea sencilla dar Ar enti - consoiidada en 18 O con· la ciudad de Buenos
cuenta del princípio básico que gobierna esta fórmula. ires ,por Capzta 6 ; al i añótó'-ias siguientes observacio-
Pero . quizá reSlllte posible derivar una hipótesis razo- nes .que conviene registrar.in extenso:
nable. del diálogo interior que entabla el mismo Alberdi
entre, por una. parte, su personalidad de legislador que
define mediante normas una fórmula prescriptiva y, por " ...la causa productora de todas las crisis de disolució·n. con motivo
de las dccciones prcsidcnciaks reside en la Constitución actual, que ins-
la otra, su dimensión de sociólogo, observador de la
tituye y establece dos gobiernos nacionales, Jos únicas das grundes elec-
realidad que descubre una fórmula operativa subya- tores (la bastardilla es nuestra) y los únicos dos candidatos serios, por
cen te. 3 razón del podc:r eicctoral de que disponen de hecho. D<: un lado c:s d
Gabemadar-Presidenle (se refiere al gobernador de Ja provincia de Buenos
Aires), cuya candidatura forzosa es una verdadera reelección; y dd otro
es el Presidente cesante, que para asegurar su reelección en el período vc--
El control de la sucesión nidcro1 promueve. para succdcric en cl periodo intermedio a uno de sus
~~
subalternos, baío wi pacto subentendido de devolverle la presidencia a
Las observaciones de Alberdi, eri tai'ito ·sociólogo, son su va.º 7
fruto de una crisis y de una experiencia política fallida.
68 NATALlO R. BOTANA EL ORDEN CONSERVADOR ·69
·¡ -de· el poder de designar a los gobernantes, es causa y no
·- El presidente y el gobern_ador de Bue:'!os Aires son, l
ef:c~o ~e la <:-kccíón de los magistrados. El elector, por
por consiguiente,
cons1gu1ente, tiene una naturaleza política diferente de
.l~s dos grandes y Unicos Electores y los dos únicos C~d:"dato; serios,
11
••
la del representante; este último depende -al menos en
por ser J.mhps Jos Unlcos poseedores de los mcdio_s o raión práctica de . térmii_:ios de un proceso· de represe_ntació-n formal- del-
h1ccr:se ck~!. tos cuales no son otros que los cicmcJtos· malcri:i.lcs Oc que - ele~tqr,- ~l cual, por Üna d-élegación -que va de' abajo
- se compone ci gobierno de todo el país." 8 - ·
J:ac1a arnba, _c-ontrola al gobernante- que".él mismo ha
designado. Hasta aquí los argumentos teóricos. .
La subordinación de Buenos Aires al poder político
L~ realida~ que se había gestado durante lª=Lprcsi-
nacional, lejos de atenuar esta tendencia, la confirma y
denc1as antenores-al 80 demuestra lo contrario v convo-
la uni~ica en un centro de decisión privilegiado:
ca ~ observador a expresar un lenguaje inéclito que
mantJene las palabras tradicionales con significados
"No hay más que elecciones oficiales en cl país. es decir, nombra·
mícntos, promo..cioncs que hacen los gobiernos, de los ·funcionarics que los
1- opuestos. Habrá siempre electores, poder eíectoral, elec-
han de continuar en sus funciones, ·Si los··dos gobiernos fueran uno solo, la 1.: ciones y control, pero los ele<:!~~_r~ los gobernan-
elección oficial no cesaría de existir por eso. Ese gobiem·o único sería su te~_):'. no los gobernados, el poder electo'ial-resldirá -~
propio dcc: ... :· o n:dcctor, y ·Candidato más' o merlos indirecto, como succ~
de en Chile; pero cl país argentino no estaría expuesto al ñesgo de ·divi- lo~-~-~~t0is"coercitivo50.eé-óñ.ó"iñl°cos-d.elü·5-gübTérñ'Üsy­
1
dirse en .dos p2.Í.ses, en qui: lo tiene .pcnnancntcmcnte la Constiluc!ón que nl?__~n -~1-SC'..t?~~~-~~ !?__~~T~g~ ~~_afojonaciá-- arriba.-
k da dos .gobiernos nacionales, o le divídc en dos departarr:~.:cr.s los de· las elecciones consistirán en la· desigfiaci6ñ-d.~f5W::ºé;;~-
mentas dd gobic:rno nacional que ncccsíta.': 9
por el funcionario saliente y el control Io ejercerá el
, .Obsérvese el cambio radical ~le" significado dd lengua- gobernante sobre los gobernados antes que el cmdadan:i
je tradicional.n;ente utilizado para describir una sit:ida- sobre el magisn;ado. .
ción de república electiva. La combinación de la forma Lo que aqur se advierte es un problema de unifica-
republicana con el principio elec;tivo. de gobierno puede ción de poderes y de concentración aelconTiol naC:ional
adoptar múltiples traducciones institucionales, pero que, paii--algunos, _e_:__Erevr~ a la cuestrürldelimitar -y
democratu:ar-el gobi-erno-:-:-Aibcrcu:TstaEifeceilna··e:·;caia.
-cualquiera sea ·dicha traducción ambos principios impo-
nen, desde su particular perspectiva, una distiñción ta- -cl~p"i-icinaa::d~s: no le preocupa asegurar, en pri~­
jante: la república distingue entre la esfera pl:.blica y la r:imo, un re. men nonnal de dele ación del poder, sino
alcanzar un gobierno efectivo aue centr ice a capac1-
esfera privada; ambos órdenes de actividad permanecen
da~ electoral en toda la nación. Este acto de centrali-
protegidos por to"da una red de derechos y garantías
zación, consagrado merced a los. sucesos del 8 O, está en
que se estipulan de modo explícito. Si la república re-
el o_rigen _del cnntro{ gubernamental que, de allí en m ':s,
chaza la herencia o la designación burocrática, como
·';!' se eJercera sobre tododos habitantes y a escala nacional
medios de selección de sus magistrados más importantes
y opta, en su reemp_lazo, por la elección proveniente de . Se trata?ª• pu:s•. de acumular poder, asunto que Ma-
una,_ realidad llamada pueblo, una segunda distinción· se d1so..r:i ·hab!a perc:.b1do como una de las grandes dificul-
tades que enfrentan las nuevas naciones y que aconse-
sumará a la primera: el soberano, o entidad donde resi-

.<
~1 .:-.-

~-.

70 - NATALIO R. BCJT~NA

jaba r~solver de la sigui en te manera: "e.n primer· lugar ·.EL ORDEN CONSERVADOR 71.
usted~s deben-J:iacer que e1 gobierno - contr9le a _los go- y
a las circunst~ciis. Sólo restaban la elección la fuer-
bern~dos; y en seglindo lugar, obligarlo· a -que se con- -· za. Ambos métodos, observaba, fueron singularmente ra-
trole a sí rnismo". 1 º _ cionalizados: la ·elección sé trastocó en (:lesignación del__
_ . Sí la capacidad electoral. eg.á c~nceñtrada en los car- _ gobernante por su antecesór -y .J_a fuerza se co;icentró en
gos gubemarnentáles~ er acc_d:b""a'-ios· mismos peroi"anéce los. titu1ares qe 1os papeles·dommantes, revestidos con la
clausurado para o"tros pr:etend1ente~ que no sqn aque- autoridad de gra:zdes electores. ·
llos designados por el funcionario saliente. Hay en esto
la voluntad explícita de mantener la estructura de pape-.
les dominantes, más allá de la incertidumbre que. podría. La.hegemom'a gubernamental
deparar una contienda abierta ~.ntre dos o más candi-
datos; ____. .
Ahora bien: ¿sólo la designación y la fuerza fueron
Por consiguiente, la fórmula· ope~ del régimen las recrias sucesorias adaptadas al régimen de la época?
·('.inaugurado en el 80 adauiere,. según~, 1,ln signifi- ¿o h~bo también otra regla de sucesión calificada por
u· cado particular, si se la entiende como un sistema de la riqueza? Si las. elecciones eran oficiales, el ~od~r
\t · . h.!!JJ!mon{a· guó.emam·ental que se mantiene Q"acias __ al. electoral residí-ª en IOs gobiernos y_ el control se e1erc1a
control de la suceriii:n.. Este control constituye el punto sobre los gobernados, ¿quién tenía la ca~~cidad nece-
c~ntral del cual depende la persistencia· de urÍ sistema saria para intervenir en ese proceso? La· tormula pres-
hegemónico_ La suces1on o, si se quiere, la transferencia criptiva del régimen, tal como lo he;mos señalado; of7e-
de poder de una persona a otra, permite comprobar si cía una respuesta 5~tisfactoria pero no suficiente y com-
las estructuras institucionales de un régimen prevalé.cen cidía con la fórmula.operativá.-tan splo en su punto de
sobre la trayectoria personal de un gobernante. Hacer partida: los· únicos que po,~í_a:_i p_~ticipar en el gob_i~rno
un régimen consiste, entre otras cosas, en edificar un eran aqu~Uos habilitados por la riqueza, la educac10,n Y
sistema institucional que, al no confundirse con una
biografía ni ·con,_ un liderazgo ·ocasional, trascienda· ·la
el prestigio.· . - , l
-<. La observación es importante, pues a partlf del il.ll.el 1~1 ,.
incertidumbre que trae aparejada el ejercicio personal extraordinario.incremento d~ a ~ ueza consolidó el po- ¡,
del gobierno. La fórmula the King is dead, long live t~e er econom1co de un o sooal cu os m1em ros - Yl.}J
King no es un 'mero juego retórico: quiere afirmar, en
ron ·naturalmente" a tos ·para ser desi nadas go er-} O-{"'/
su proclama, que la desaparición de un monarca no obs-
n~ El__.EE.der_ e~onón:ic~ s~ co,nfund.ía con e pods:r /
taculiza la perdurabilidad de la corona. político; esta c 1a· ust1fico el desarr o de una
Pero en la Argentina de ese entonces, pensaba AJber- p a ra que, para muchos, fue bandera de lucha y, ~a
di, no había reyes ni monarcas; había gobernadores y otrii~. motivo de explicación: la olirrquz'a. Es una vi.eJa
presidentes y ni el carisma de las tradi~iones religiosas, palabra qu-; arrastra el legado de os· fÜnd~dores d_e ~a
ni la herencia consagrada por las antiguas casas gober- teoría pplítica. Desde los tiempos de Platon y Ansto-
nantes podían constituir una regla de sucesión adaptada teles,' oligarquía significa corrupción de un p~ncipio de
gobierno: la decadencia, entrevista por los filosofas, de
11
R r.,1"'.''r"'
!. ). .Ei-ORDE!-fCONSERVADOR 73
72 NA TALIO R. BOTA~.¡ A . Trés""~ntos de vista que se entri:;cru;3Jl cuando se
·¡ emprende un análisis del fenómeno olicrárquíco' en la
- los ciudadanos que n~ sirven al bíen. de b. polis, sino al
interés pa.tticular de su grupo social. Palabra crítica que Argentina la oligar_guía es una clase soci~ determinada
abun1a en C?nsideraci?ñes éticas_ y. que, al cabo, conclu- '. por su capacidad -de Cüñtrüfeé:Cíñüm!Cü;ia oligarquía-;~
ye ~x-plicando· eL oGaso -dé _una aristbGracia .o de un pa- - /un· grupo ·politico; én su origen· representativo~ que se
trié:iado: el. largo itinerario que récorrió- a -tra'.(és de los . · corrompe por motivos ~versos; la ~lig':::_q_::_ía _:_:_.:;..::.~.5.'.<:·
siglos y de los pueblos Ja. condujo también, qué duda / se gobemarite, con esp1ntu de cuerpo -y con conciencia
cabe, a la soéiedad y lá ·política argentina de aquella de P~t!::nece!__a un estrato poh tic o supenor, mtegrada
época. por un _tipo es¡JeafiC"o'élefiom1:iie'¡:io1ítii::-O: el nofable]
Es complicado ensavar alruna síntesis de Íos sicrnifi- ~os s1?11fica_dos contrapuestos asignados ala oligar-
• o o
cados diferente.:; atribuidos a la oligarquía desde· el sitial qu1a estan de acuerdo, en ·general, acerca del oriaen
del observador o· .desde la comprometida perspectiva del histórico del término que respondía a. una actitud crfti-
actor. ·-· ~.- __.,_ ca, merced a la c,ual el rechazo del régimen del 80 valo-
Pa,·a l?s. histo™~ºI~S, por ej~mplc:, 111 oligarquía pue- raba los gobiérnos anteriores a Roca. La consolícfación
de descnbrr unact'atee-orz'a social dominante en la que del régimen político, en efecto, no sólo coincidio con
no se .pondera nin~ cómponente específico, ·como en un desarrollo espectacular de los medios productivos;
el caso de la expre_sión "~ristoc~acia. A-e las p~mpa," tambiéñ trajo aparejada Üna secularización acentuada
de i\kGann 11 ; o bien, calificar una l.Gfase soeza! aue del dima moral, sobre todo en la· ciudad de Buenos
subraya la dimensión económi.c:i.,{com~con. el~
concepto ----~
de clase terrateruente -cond.uctora y bepe- '•'-.... '::'!
i
~:). .
:.:. ..
-
Aires, y una _expresión, h~ta entonces .inédita, del luci-
m:;ento y·:. iel boato que Veblen hubiera denomir1ado
fici_2ria -::onsci~?Í~sión basa el '\umerrtoi"""
"consumo ostensible"}.?
de las exportac10nes- empleado por Halpen 1)1 La oli-"5 Esta convergencia deJ circunstancias es evidente duran-
garquía, asimismo, puede ~ri:var su · · r.cado de la te· la. década· del 8.0 Y' en la crisis del 90-, pero sus
corrupción histó_rica de µn<.3pa.triciado, fea éste smom- efectos perduran veinte años más y constituyen motivo
mo de un grupo' dirigente qu~ser. represel"'.tativo para dirigir críticas de "reparación- ética" en tiempos del
-<. centenario ..::;Para los que reaccionaban contra este estado
durante la crisis dd 90 como señala Grondona\3 ; o
bien, calificativo del roquismo triunfante en el 80 que, .de cosas, el prerroquismo se recortaba en el pasado
una década después, se entrega a los intereses de Buenos como un signo de moral política. Muchos coincidían en
Aires como parece desprenderse del ensayo de Abelardo afirmar la conciencia cívica y el estilo sencillo que ca·
racterizaron los primeros .-gobiernos de la organización
Ramos. 1 ~ ~'También !~ oli~rquía puede dar cuenta de
una c~e, consciente y unida con respecto a nacional. La.s imágenes representaban una forma rudi-
un propósito nacional como advierte Miguel Anael Cár- mentaria de democracia preindustrial, con ciudades pe-
¡
cano15 o bien, reflejar el carácter de un grupo,,de ru1.: queñas y austeras
,
en sus costumbres, donde·los diriaen- o
tables, \en el sentido tradicional dd ténÍliho, cuyo am- tes aparec1an como garantes de aquellos valores. El re-
b'leñle ~atural es el club y su método de acción el cuerdo de Carlos Pellegrini cuando en su ju-;entud visi-
acuerdo~ tal como sugiere Carlos A. Floria. 1 6

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74 NATALIO R; BQTANA

taba a Valentín Alsina Y- describía "la pobreza de este •·-EL ORDEN CONSERVADOR 75
magistrado qu;e era toda_ la· riqueza de aql..!dlos tiem- Ambas posibilidades a.Sümén la hegemonía de un nu-
pos"18; el pesím:ismo de Sarmiento ante las cost:Umbres '
mero reducidó de individuos .
el resto de la socie-
emergentes en el 80: ~'República sir:- ~iuda_danos,: sin_ dad, pero mientras en e rimer cas la he~emonía no.
opinión pública, edusada ·para la tiranía ... " 19 ; y el nós- es ercibida c_omo ..t ' or los m1einbros de la I'f!lnoría_ -
tálgico recuerdo de_ iVIiguel Cané: "'Nuestros padres eran ~ligárquica, en 1 segunda -circunstancia ·e domm10 _gu~ _
soldados, poetas y -artistas. Nos otros som.os tenderos, bemarnental se des ie a tanto sob.re la.gran mayoría de -
mercachifles y agiotistas ''2°, ilustrar.on esta -actitud. Co- la _población, pasiva y no mtervm1ente, como so re os
rolario de ella fue la afirmación que hacía de las déca- miembros P~r:tenec1ent~s aJ estrato supenor que empren-
das anteriores _al. ~chen!a,_t~emp<:J~ de vida· cívica vigoro- "ctfi! una actmdad ooositora.
~

sa y de. partidismo de buena fe, contrapuestos· a lo que -. ·Si aceptamos como hipótesis plausible la relación ·de
vendrá después: el silencio, la clausura y la corrupción; p.Q.der anotada en la segunda posibilidad. la oligarou ía
en una palabra: la oligarquía. 2 1
Dado el carácter crítico ·del concepto de oligarquía, 1 ~ guedf' ser entendida como un conCF·pto qne olí fic;¡¡ un
s_i¿tema de hegemonía gubernamental, cuvo imperio en
la cuestión que ocupará nuestro interés .consistirá en 1 a Araentma observa erdi a.rites v e ' de
desentrañar la dimensión poli'tíca del fen.ómeno oligár- 1 1 . E sistema hegemónico se organizaría sobre las
quico en l~'itl de ese entonces, admitiendo, co- bases de una u.ruficacíón del origen electoral de los car-
mo supuesto, dos cosas sobre las cuales parece derivarse · 1.
gos gubernamentales que, según la doctrina, deberían
,un acuerdo:@ q:ie hav olig_arguía cuando un pequeño '
·- tener origen distinto. Este proceso unitario se manifes-
' o de ac res se a ro ia de los'"ruortes it:nd - ;i:
taría según modalidades diferentes: primero por la inter-
~ del poder;®-crue ese grupo está localizado en üña :-,; vención que Je cabria al gobierno nacional para nombrar
posic ·ón rivile aaa en la escala de la estratifica ·' sucesores; después, por el control que aquél· ejerce en el
~- Ambos supuestos,' sin em argo, no expiican del ·nombramiento de los go&e:;;-arités de provincia. La esca~· 1 1\;¡.
todo la dimensión política del fenómeno -oligárquico. la de subordinación que imaginaba A!berdi alcanzaría la 'fdl'~
Suponga el lector el análisis cie una sociedad· donde se ...,.-cúspide de un papel dominante, el de presidente, para JJ,~\1:..
han verificado los supuestos a) y b ). A =des rasgos se
podría plantear; esta alternativa con respecto al compor-
descender en· orden .de importancia hacia el gobernador ar
de la provincia el cual, a su vez, intervendría en l j
tamiento político de sus miembros: o bien ese peq~ño designación de· los diputados y senadores nacionales y
número de actores.~ificado por su riqueza y prestigio, en la de los miembros integrantes de las legislaturas pro-
se pone de acuerdo con re~un conJunto de re- vinciales .13
glas ue garantizan el derecho de la oposicion a suceder El esquema de diferenciación electoral de naturaleza
pac1ficament e o contrario. dí- . federativa que propone la fórmula prescripta es el si-
as re las no existen (y, si existen, son etra muerta) y . guiente: .
en su reemplno se__ius:¡:""t""au~ra:::_..,,a:.....:su::.:::.¡p::;r:..:e==::.:::.._:::e::.:_...\gru~.:.tP~- \.:.
go'bem=to 'ºb" J, opofilción,C' Q}
2 rn. cU ~fo/~
-.¡
76 NA TALIO R. BOTANA . ,.1 EL ORDEN CONSERVADOR 77
Cuadro N"! 1 1¡ preámbulo de un trabaj~ más ambici~so; porque el con-
trol- es un hecho histórico iluminado de ·una manera
A~161TO ?M.OVINCIAL Al.!BITO N.:.'CIONA,!- -- . particulari que recubre una· serie ·de, mo,dalidades: se ex·
¡ G~oernacJor H 6:!g1slalura
>
j S~:iz::!oresJ~i Pres1dcn1e

1-=-:-~ ·' 1
- ' - - ' - -
tiende ·a tra-vés de!· tiempo, _adquiere un señtído· determi-
-

. '!
["L;;sli\lura J ~10- E:ec1ora1 1 l nado, reivindica grados· diverso.s de. inici;tiva y. d~ pre-
PueDlo E:ector ~e!llO. ::.~:or 1 j
sión y puede alcanzar, también, .resultados y efectos di:
ferentes. 25
:\Iientras que la ese.ala de subordinación _que pro'pone la El sentido del control y sü dimensión t~mporal mere-
fómrnla operativa ofrece una imagen de este típ_o: cen, entonces, especial atención. La fórmula prescrip tiva
que habían consagrado ·Alberdi y el Congreso Constitu-
Cuadro N'! 2 yente, pretendía traducir en instituciones un conjunto
de valo~es e intereses socioeconómicos que los actores
dominantes estaban dispuestos a defender .contra hipoté-
ticas resistencias. Las institucione' oueden ser tradu,;-
,.,, ,¡.·h,'(,tO ción efecti.va de un propósito -de control -qué duda
~!
.::.1 il i\':Jr' eS ca b e- pero tam b., '
1en actuan como punto· d e arranque. de ·.:'.-

.[ t:eg1slatur&' Provmcíal.~.,. J ... t (l'l una empresa histórica más complicada por cuyo destino
un propósito de control se esconde bajo determinadas
prescripciones formales, las orienta con un sentido clis-
La hipótesis expuesta exige, pues, rastrear uri-¡·~nom·e­ tinto del que resulta de una mera lectura jmídica, y
no d~ control' político, impregnado de una connotación persiste más allá· de los cambios que ueden acaecer en
fuerte que poco tiene que ·ver con el significado de su etermrnados momentos .
uso en las técni.cas. administrativas: en las prácticas con- . Este doble· moVIm1ento de cambio y persistencia está
tables o aun en· el pi:oc~dimiento judicial. -<.presente en todo proceso de desarrollo institucional,,
En la perspectiva en la que nos ubicarnos, control pero en algunos casos la clistancia entre fórmula pres-
evoca una acción de po9er, una voluntad de potencia criptiva y operativa es más fuerte que en otros. La reali-
ejercida sobre otros desde un determinado puntó del dad política en la Argentina de aquella época no .es
espacio político. Como tal esta noción traduce; un acto ajena a este problema, que bien merece ser visto como
que se extiende entre dos términos: uno, que hace refe- una de las fuentes de la cual abrevar para echar alguna
rencia a quien controla, y el otro, que califica a quien luz acerca de ra cnsis de tegitz.midad que "'li'F~acucli<lo ª
es controlado; ambos configuran una relación política a regímenes políticos de signo y. fundamento harto dife-
la cu.¡¡) se le podría añadir un tercer elemento: el por- rentes.
qué y el parn qué se! control. 24 Dicho esto, es preciso tomar conciencia de algunos
Esta óptica de análisis sitúa el problema del control riesgos teóricos, porque la hipótesis alberdiana del con-
en términos abstractos y, en sí misma, constituye el trol de la sucesión presidencial, llevada hasta sus últimas
.-

EL ORDEN CONSERVADOR - 19
78 ÑATALIO R. BOTANA f~: la pre-scriotiva v la ooeratjya; ambas enhebra-
consecuencia·s, podría crear imágenes elementales en su .ton un viejo diálogo entre constitución y realidad qµe,
. diseño y riesgosas en sus conseQ.lencias. -Proponer una quizá, permita echar alguna luz sobre wia complicada
relición¿~ii11ple;· según. la cual fodps .Jos presidentes fue- - . historia. · · -
ron directamente designados por su antecesor; -signifl- - - - La constitución estable!=-Ía ..:riodalidades 2recisa~ P.ara
caría violentar la historia de un modo·. tan ingenuo_ co: elegi~: a los presidentes y a- los miembros del Senado
mo el espíritu que suele animar ciertas generalizaciones Nacional; consagraba el voto -directo en ].a c;:\.mara baja;
sociológicas de ende ble factura.. Los regímenes políticos. reforzaba los rasgos unitarios del sistema federativo me-
oligárquicos tienen la característica de desplegar un diante i.a -intervención federal. ¿Qué distancia se trazó
complejo entrecruzamiento de actores y tendencias que entre teoría y práctica? ¿Cóm.o entender los movimien-
se enfrentan o se ponen. de acuerdo. Si el lector tiene la tos de impugnación. q1ue, bajo la crítica·' acerca de la
paciencia de recorrer las líneas ·de fusión y ae
discordia corrupción del sufragio, pusieron en jaque a una clase
gobernante en múltiples- opórtunidades? ¿cómo, en fin,
que trazaron los grupos políticos desde 1854 hasta
· 191_~ (le recuerdo, una. vez más, el apéndice que figura advertir tras las formas institucionales la incesante ac-
al nnal de este libro: Esquema de los gro.pos polí~icos ción que supone mantener las posiciones de poder ad-
entre 1854 y 1910) com_probará que esta observación quiridas? ·Interrogantes, todos, que bien sirven. de
tiene mucho de cierto. Por lo tanto, resulta bastante preámbulo para avanzar sobre un itinerario a cuyo tér·
claro que ]os mecanism?S de control Íntraoligárquicos mino alcanzaremos a percibir algunos rasgos institucio-
poco tienen que ver con una imagen de- designación. nales de un régimen que perduró durante más de tres
décadas. ..~ ! ...
.huro:.Diti.ca, trasladada sin sentido crítico desde otrbs ,..)
contextos históricos, según la cual el de arriba nombra
al ue le sucede v éste, a su- vez, acata sus manda tos.
El camino interpretativo es otro, e mismo modo
como la factura de hipótesis mis flexibles permitiría NOTAS
comprender un aspecto de la acción política de ese en- -<. 1 Si se aceptá b. opinión de Paul Groussac en Sudamérica del
tonces, con todos los riesgos que ello supone, como un 20-6-1884 donde sCña.!a a Montcsqu1eu como "maestro favorito" de Al-
sistema de transferencia de poder mediante el cual un berdi, cit.: Jorge.- M. :'iiaye~, Alberdi y .ru tiempo, p. 923.
~ J. B. Albcrdi., Sistema ecor:ómico y rentístico de la Confederación
reducido número de participantes logró establecer dos Argentina. p. 245 s.
rocesos bási_cos: ,excluir a la oposición considerada peli- J Esu distinción a propósito de Albcrdi entre el legislador y d so-
ciólogo (o d historiador) puede !cene, referida a un objeto complemcnt:i-
grosa para el mantenimientg d.el régimen v "cooptar"
rio en /IL Grandona, Los dos poderes, Bs.As., Emecé, 1973.
por _el arnerdQ a la oposición mo.krada, con b qne -se 4 Ver Jorge M. ~!-.yer, Alberdi y JU tiempo, pp. 863, 866, 871,
podia tranSílr SQbre cargos y ~andidablr:JS. 881-883.
Esta manera de aventar con flictos.-:..y de tejPr ali¡¡¿izas . s El 12 de noviembre de 1880, Roca envió un mensaje al Congreso
solicitando los fondos para costear una edición oficial de las obras complc-
puede hacer de telón_ d~ fondo Pª::ª entender el modo 1'1,' de Albcrdi dado que "su impresión responde a W1 verdadero interés
público". Ver Jorge ~L Mayer, Alberdi y su tiempo •. p. 887. Esta adhesión

I
,_,. __ .:'\:~
·:;.:

80 NATALIO R. BOTA!-IA EL ORDEN CONSERVADOR 81


, . · ·· d a.fi ba
pública puedc-apoy:?I la· opinión de J ua.nAgusun Garc1a cua.i; o rma este senudo fb.ymuodo Wihnart. ''¿Debemos ir al gob::mo parlo.mm·
que "en su concepto d gobernante argt::ntinO que más se h:?.bta ace~c:ido,a tario?", ibid., año!, N~ 10, 12-7-1911,p. 522.
la ·aplicación de los preccp tos ¿e Alberdi, fu~ el gencr.tl Roe~"· _Tcsllmomo 22 Se resumen aqui dos categorías de an:!.lisis .. La pnmcr.t es la. de
recosido por Federico Pineda' en En tiempos de la Repub/1ca, Buenos oi.i'garqu1'a compelit(va expuesta por R. J?a.hL La -segunda c::s la. de democra·
Air<s, :\lundo Forense, 1946,-p. 10. . , Cla de fac_hada, que describe E. ·s. Fincr. En un c:i.so sé pondera d valor de
G R.-:imprcsa rc:cicntdmcntc bajo· c1 título:_ La r:r.:oluc~·ÓTL del~.º~ Bue- ··las reglas-competitivas y el respeto de la o,posición dentro ¿c1 juego oligár-.
no' .-\.ücs. Plus Ultn, 1964. Esu edición es la que ·utilizare en. las citas que - quíco; en el otro, se subrayan los actos de eliminación y iabricaóón del
sígucn. _ ·- voto q1;u: realiza una das.e social dor.ilnante. instalada en l.!l1 territorio que
1 J. B. Ailx:rdi, La reuolución del 80, p. 41 s. carece de comunícacíoncs físicas, mediante un dcri:Cho coo.stitucion.a.I res-
8 J. B. Allx:rdi, La. reuo/ución del 80. p. 43. trictivo. Ver al respecto, R.. A. D:tlú. Polyarchy, Partíc:pc:-:On and Opposi~
9 J. B. A!berdi, La reuo/ución del 80, p. 5.3 s. . tion, New Havcn, Yalc: Universíty Press, 1971, sobre todo Cap. 3: Hiscon~
l O James Madison, El Federalista, .N~ 5 l. ciL por S_amucl P. Huntmg- cal Sr·r¡uences; y· S. E. Finc.r, Compc:ratiue Gouemment. London, AUcn
ton, Po/itical Order in Changing Socicties, Ncw Havcn and London, Yak Lane, The Penguin Prt:;s:,, 1970, Dp. 9.
Univcrsity Press, 1968, p. 7. . . 23 Conf. José Nicofu M:atienzo, Le Gouuemement reprisentatiffédéral
11· Conf. Thoma.s F. McGann,.Argentina, Estados Unúios y el ::istema dans la Répubiique Ar.g<ntine, p. 217; y Rodolfo Rh-arola. "Crónica", en
interamen'cano 1880-1914, Buenos Aires, Eudeba, 1960. p. 9. R.A.C.P., año!, N~ i, 12-4-1911, p. 102 s. Dice ~iatiem:o: "Si se quiS1er.i.
12 Conf. Tulio -Halpcrín .Donghi,."Los fragmentos del poder, Intro· tTaz.ar una línea de demarcación entre las prerrogativas dd pn:s1ckntc y b.s
du:::ción, Buenos Aires, Jorge Alvaroz, 1969, p. l 5. dd gobernador en mai:cria electoral, creo que scn"a exacto afirm.ar quc::J en
13 Conf. ;\lasiano ·cro'iidona, La Argentina- en el tiempo y en el mun• regla general, cad~ uno de estos magistrados designa al candidato que debe
do, Buenos Aires, Primera Plana, !96i, pp. 73 s. .. succderlc. El pros.identc es designado por su predecesor Ír..t:!ediato; lo mis-
_ 14. Conf. J orgc Abcbrdo Ramos, Revolución y contrarreuo/uc'.on en la mo ocurre con el gobernador de cada provincía que es ¿Zsígnado por el
Argentina.. Del pacr:'ciádo a la oligarquía, 1862·1904, Buenos Alfes, Mar funcionario que él reemplaza". Y Riva.rola añade: "el gobernador de pro- •
Dulce, 1970, PP• 1;;o ss. vinda dispone quiénes deben ser los dipuudos rucional:s y quiénes los
1 5 CÓnf. Miguel Angel Circano. Séenz Peña, la revolución por los ~o- provinciales. Estos últimos que reciben su no~bramiento del gobcmador,
m:dos, Buenos Aires, 1963. P.· 134. acatan en su ooorturüdad la orden dada por éste par..! ckZ: a los --:nadares
16 Conf. Carlos. A. Fl~ria, E! comportamiento de _In oposición.,:"". la de: la naciónº.... ... .,,,
An;•e,,tir.a, ponencia prescnud.a al Primer Encuentro Intemaoonal d~C1e~­ 24 Ver Gcrasd- Jk:xxcron, For.ctionnement de /'EtaC., Paris, A. Coün,
ci~ Política, orgaruzado· por la facultad de Ciencia Política de la .Univem· 1965, a quien se sigue c:n lo 3uc se r:;-ficrc a la noción ¿-e concrol, pp.
d·d dd ::iJ.lvador, Buenos Aires, agosto de 1969. . 43 y SS.
1 7 P..c:tomo esta cxpiesión y la aíslo de su contexto; corno es sab1:1~º' 25 Conf. G. Bcrgcron. op. cit., p. 80 ss.
Vcbkn vinculó d consumo ostensible: a una determinada configuraClon
social por él llam'!da "clase ociosa". Ver Thorstein Veblcn, _Te.aria de Úl
clase ociosa, México-ilucnos Aires, Fondo ce Cultura Econorn!C:l, 1951,
sobre todo Cap. IV. · .
l 8 Cit. por Thomas F. ~!cGann, Argentina. Estados Umdos Y el sis-
tt::r..a interamericano~ p. 17.
19 Cit. por Carlps lbarguren, La historia que he L-iL-ido, Buenos Aíre>,
T::udc:bc., 1969, p. 23.
20 Cit. por Carlos lbo.rgurc:n, La historia que he L-iuido, Buenos Aíres,
Eudeba • .1969, p. 61.
2 1 t~no de los puntos de vista más representativos de esta !cnden·
cia que marca la antinomia c:nrrc: la Argentina "buena" ;interior al ochenta Y
la Arg::nóna "mala" posterior a esa íecha, es d de Pablo Torello en "Ca·
bicmo rcpublic::mo representativo sin municipios autónomos", R.A.C:P.•
año II, N~ 14, 12-11-19 ll, y "Comisionados federales con fines de fis:'.al1za·
ción en las provincias", ibid., año VI, N~ 65, 12-2-1916. Ver tamb1en en ·.-::.
__
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r

174 NATALIO R. BOTANA ·EL ORDEN CONSERVADOR 175


--
testaba (valga d · 'ia.Jicismo) los procedimientos· adop- respetaban los períodos de renovaéi6-n de las autori-
tados para conservar vigente el controf de la sucesión; el dades con· cuidado y hasta con prolijidad·..Pero todos ·
lector ya tiene noticia de aÍgunos de estos procedimien- sa.bían, gobemant~s y-. opositores, que tras !as· formas
tos aunque 'todavía ignoremos en qué consistía la· ~aíz _ _jurídica.5 se escondía uña rcalidád harto dif~.ren+e. ·
de tal sistema. Para ·quienes impugnaban la: situacíó_~ esta-·. - Hecho -curio5o, · 1as sucesivas. le\'cs· electf..;.'d:les sancio- AiborJ\
blecida,. por medios violentos o pacíficos, la verdad que nádas desde f?s orígen~s de la ~rg~:iización ~acional, lj¡
ocultaba la máscara institucional era.cosa sabida.Juzga- nunca establec1e.ron un tipo de· sufrag10, que calificara al L-
. f1ian la inmoralidad del sufragio; denunciaban el fraud~y elector según su capacidad económica o cu! tural. Aiber~ ():'.) IU
( L€: marupulacron electoral. _ · · di había reconocido las virtudes del sufragio cen~. (01~{~
\.__:_ t> ÜJ!J..fr;iJÍ;';\.'i::::, / cfi (i. ~~~ .. . - -- ue practicaba la mayoría de la:;. nacione~· europeas 20 •
tiempo después se inclinaría ante a ev1 enc1a y admiti-
El sufragio: fraude -v control electoral ría, sm tapujos, la bondad pragmática de un sistema or-
denado en tomo de gobiernos electores que controlaban
"Este. país, según. mis. convicciones después de un es- la sucesión de las autoridades públicas. Esta noción cen-
tudio prolijo de nuestra historia, no ha votado nUI}- tral puede ser entendida como el pri.n.cipio ordenador de ..
ca."19 La cita pertenece a Joaquín V. González; sena- un complicado mecanismo que tenía por propósito pro-
dor por La Rioja, expresó estas palabras en el año 1912 ducir elecciones y asegurar la victoria de determinados
'
cuando se discutió la ley de reforma electoral propuesta i candidatos en desmedro de otros.
por R. Sáenz Peña. Esta grave. afirmación sugier.r un
análisis de la realidad electoral a partir de una expe- .'
i
'
La idea de gobierno elector no es nue~tra; refleja uii'a
manera de v_er las co;;as que se ma,t.erializó en qur..:nes
n"enáa práctica.. González desdoblaba de este modo su analizaron críticamente el control electoral desde las
papel político·: un actor comprometido. en los procesos posiciones de poder. Como,__taf, cónstituye una vía de
electorales, desempeñaba la complicada tarea que supo- acceso para analizar la _cuestióri del· fraude. desde· Ja.
ne asumir el rol dé testigo para poner a desc.::ubierto la ..perspectiva del actor que hace público te"Stimonio de una
lógica interna de un sistema de control. Formulaba, si experiencia. Este será, a grandes rasgos, el método que
se quiere, un dis<mrso sobre el método crítico aplicable guiará las reflexiones siguientes: balance de un ciclo
a una práctica política. histórico a partir de la autocrítica y del modo como
En Ja década del noventa, la oposición externa al los gobernantes describieron los caminos que los· con-
régimen levantó ia bandera de la moral electoral frente dujeron al ejercicio del poder. _,..Veamos, a tal objeto,
a lo que ellos llamaban el fraude y la corrupción del dos testimonios introductorios.
comicio. Veinte años despues, los hombres que habían El primero pertenece a I. Gómez, ministro del Inte-
participado en cargos políticos decisivos retomaban los rior de R. Sáenz Peña y defensor en el Congreso, entre
3ismos temas y coincidían con sus antiguos adversarios. 1911 y 1912, del proyecto de ley de reforma electoral.
{ El régimen del ochenta practicaba elecciones en el or-. Gómez representaba la evolución electoral del país a
Lden nacional, en las provincias y .?n los municipio_j Se través de distintas etapas. Desde las primeras leyes elec·
176 . _.NATAL!O R. BOTANA _ EL ORDEN C.ONSERV ADOR
177
torales,- obscr\'aba, ."hemos _tenido el comicio sangriento, mien;bros. Enwnces, po~ más estricta que sea la justicia_
en ios tiempos en que el pueblo todavía teníá interés c.c;mun al _castigar los delitos electorales, llega la cues-
por ir a los comicios. El horror al comido sangriento en· tlon al alto tribunal político que-debe ü1zgar eri definití-
las CiÚdades, hizo que· se renu·nciaira _a él; .pe~o tU\imos :·a_ el p_roces.9 elector!1:1, y se encuentra que no hav juez
la escaramuza de Ia vís-pera cer-ca de lgs atrios. o e.n ·Icrs imparcial· para i pronunciar su so beraria- decisíón, ~. ésta
<í.lredcdor,~s de las ciudades pára que: no co.ncur:rieran los se. pro~uce por razón d.e partido o por -razón suprema
adversarios a votar. Estos modos· resultaron también de gobierno o de ~stado, _y, así, en definitiva, resulta -
brutales; h conciencia p~blica los repudió; y entonces que pel voto popular es transmutado y ad;-ilterado_ En- ¡-<?!t::: b
vinieron las maniobras fraudulentas en fos comicios; lue- ~on~~~, pue;,_ lo que hav en el. fondo es la falta· dD ::¡ u-sñ'll
go esras mismas fueron substituidas por la venalidad'' .21 J':1st1c1a pohtrca, que es necesana· en el proceso polí- '1 ..''1,' ti"C
No obstante, "lo odioso .no es que se cometan venali- t1co. ' 1:! 3 · . - py;.
dades, que se cometan rp_an!.o.bs.as fraudulentas por los La transmutación del voto popular en voluntad go-
ciudadaJ1os, sino que sea el Gobierno mismo el que pro- bernante resultaba · de un complejo proceso donde se
voque esos delitos" .22 •• co~~ndí~n. varios umbrales de conl;·ol. La represen-
En la misma circunstancia, Joaquín V. González -se- tac1on teonca de este proceso no es fácil. Ya I. Gómez
gundo testimonio-; extraía lecciones y diseñaba una 'i~ve:tía las_ difer_encias entre, las etapas donde predo-
suerte de modelo de funcionamiento del sistema estruc- mmaba la v10lenc1a y los periodos· cuando el uso de la
turado en torno del gobierno elector: "El producto del fuerza fue reemplazado por procedimientos más sutiles;·
comicio libre empieza a transformarse desde la primera por el engaño elec:.oral hecho· con malicia ·-también
junta de escrutinio; después en la junta general ~l clis- con pic~~ía- con el cual los· gobiernos,. perjudicaban a
trito y después en Ji legislatura, o en la Cámara Nacio- las opos1c10nes en ciernes y se beneficiaban a sí mismos.
nal respectiva, y, últimamente, -es el .poder supremo, el Por otra parte, la violencia y el fraude coexistieron en
que se encargad.e hacer la transmutación substancial ·del rr_iuc~as circunstancias_ de t~e.r;ipo y_ de lugar. Cada expe-
i:lemento 'voto popular' en e.iemen~o 'voluntad gober- . nenc1a concreta, _cada elecc10n particular puede alcan-
nante'. Se produce así, en realidad, una especie de al- "Zar, entonces, el valor de las cosas intransferibles. Gene-
quimia política, como se ha dicho muchas veces, por r':1izar en este terreno, con el poco material de que
medio de esta transmutación del voto operada a la som- disponemos legado por actores y testigos, es labor ries-
bra de principios cristalizados en la Constitución, que gosa. Admitamos, sin embargo, que de este empeño qui-
facilitan .la realización de este proceso. Por ejemplo, zá derive alguna hipótesis fructífera.
puede ser muy sincero el resultado de un comicio elec- Justificación o ex~sa pára emprender sondeos provi-
toral, muy sinceros los escrutinios realizados sucesi- sorios, la cuestión del control electoral puede conden-
vamente por cliferentes juntas; pero llega"a la asamblea sarse en dos tramos descriptivos. El primero sería sitio
rolítica provista de inmunidades colectivas, según un ~e ~rranque de una se · - nasos cuyo propósito con-
artículo de la Constitución que dice que cada cámara s1stia en ge~tar el aude electora . Ello .exigirá detenerse
es juez exclusivo de la validez de los títulos de sus en el estud10 de las corrus1ones empadronadoras, la for-
:..

178 NAT •..:.LIO R. BOTANA


EL ORDE,\'{ CONSERV. .\DOR 179
mac10n del reº1.stro, el voto colectivo, el coñ}icio d~le,
condiciones - régu-~ri-das · p;¡ra ser -inscdpto~. el .......,,,
el \·uelco · de los oadrones, la reHetición del-' voto, y_la
electoral empieza ordinariamente, or 1 · ·
~ampra de sufcagios .. Siete m~mentos ql!_e Cl!-1minaban
¡ '
d~or ,ª .om1s19n •• , .l
ae ª?~ h res en e1 reg:isro
. t "'
._- 6
-COU la producción del yo to, tributarios; a su· \'eZ, de Uff
. Las caractenst1cas ae los- Registros EJecto~afc;_s vana"
se!!llndo trarii.-o.de control donde permanecían i~staladas
ban según el tipo de elección:. Eñ fos · aist~tos_ ·(las P'.º~
la} instancias· ·que juzgab_an el producto, es ,decir, .1':-5
viricias y la Capital) se votaba para autondad~s ·n~·c,:1b­
Asambleas Legislativas a quienes les compet1a decidir
nales, es decir, diputados y electores· de.. pr~s1dente y
~rea del roceso electoral.
vicepres_idente. En cada distrito las con.st1tuc1.o?e; pro·
estacion coñt:veamqs cómo se imbricaban .lim- : 1
vinciª'1es o las leyes electorales nacionales subdiv1d:an _su
bos términos .. Convi_ene tener presente tres .caraderís-
territorio" en seccion¡es, departamentos. y parroquias In-
tícas básicas del régirñ'en electoral. previo a 1912: el ca-
ternas que, por lo general, coincidían con las municipali-
. :-r J Gácter voluntario del voto la ausencia del secreto en la
,lWJ;¡ ~x resión del mismo y la' aplícac1on del pnnc1p10 piuri-
dades. En ese núcleo .más reducido, valga para el caso el
ejemplo de la provincia de Buenos Aires, se nomb".1-~ª a
·/ -0:-ominal o su ragio de lista. Vota an, entonces, qwenes
' lD-J:ú q~erían mediante rocedimieritos que bloqueaban _la
suerte las comisiones empadropadoras por las mumc1pa-·
lidades o por los jueces de paz.'7 Veremos de inm~diat~
J[¡.:\ compecenc1a entre listas cerradas e can i atas. filil
el papel que jugaron los que detentaban- cargos ejecuti-
; .q¡¿ P.~tar prolija atención a las garantías de intim~- vos en aquellos distritos más reducidos. Ciertamente, la
gibles en esa maiíifé'stación de voluntad. .
designación de los integrantes de una comisión_ ,empa-
Para votar era necesario empadronarse e integrar un
dronadora que tenía en sus manos la- confecc10n del
registro electoral. Aquí comenzaban las escaramuZ'as. No
'~ Registro era una decisión, crucial. P,¡¡.rece razonabl.e supo-
es tiempo de detenerse en detalles jurídicos acerca de
ner, por consiguiente, qµe_G:l .. control del Registro se
las leyes .que establecieron la formación de los registros.
constituía en la llave del control del comici~ .
En todas ellas ·campearon, a primera vista, lo~ buenos
En el día del comicio se instalaban las -mesas recepto-
deseos.2 4 ·Para C. Pellegrini, en cambio, ·la realidad es-
condía otras, intenciones: "._.los registros electorales, . ""'-ras de votos: las presidían, por lo general, pequeñas
en el noventa por ciento de los casos, se hacen antes del juntas escrutadoras que se distribuían en distintos !~~a­
res públicos. Viejas crónicas, enhebradas por la ~radic1on
día de la elección, en que los círculos o sus agentes
oral y los testimonios escritos, dejaron constancia de _lo_s
hacen sus arreglos, asignan el número de votos, designa:1
sitios donde se votaba: atrios de iglesia, la casa mumc1-
los elegidos... " 2 s En rigor, las leves electorales auton-
pal, los portales del juzgado de paz. Las mesas escruta-
?,aban a las Comisiones Empadronadoras para levantar_ el
doras se designaban mediante procedimientos variados
EJ.e.giJtro Electoral. Estas comisiones mscnbíar: a los ciu-
donde intervenían· las legislaturas de provincia y los jue-
dadanos hábiles para ser electores que estuvieran en el
ces federales de sección que formaban, .previamente, lis-
distrito al tiempo de la elección. Como bien señala E.
.tas de ciudadanos para sbrtéar los integrante~ de las
E. Rivarola, "como' la lev deja a las comisiones em_pa-
¡ mesas. La designación de los escrutadores era, sm duda,
c;ironadoras la facultad de juzgar quiénes reúnen o no las l _ otra decisión crucial.
l
EL ORDEN CONSERVADOR ·181 -
-NATAL!O R. BOTA.NA
180
Comenzaba, entonces, el comicio. Durante las pocas juez de la- elección corresponde -establecer cuál de- los
comicios ofrece mayores- apariencias de leaalidad v esa-
horas en que transcurría el acto po_dían pas.:r. muchas
decisión depende, no de· las cualidades int~Ínseca's ~ .ex-
cosas desrJe la tradicional violencia de las 'v1eps elec-
trínsecas de Jas actas, sino del· criterio de conveniencia
cíone1~ hasta los ni.étoclps ~is pacífico_s de la 11!'.illi.p~a-. pol'ítica que domiñe en }a m;:;:yoría de·.:1os· se~tirriie"nfos
~ cióñ del -voto. :Por Jo: general Jos. electo.res _habilita~~s
amistosos que dentrn de un mismo partido._ favorezcan
para votar marchaban por grupos en las ciudades Y _en.'ª
esta· o aquella tendencia de este· o aquel personaje" .29
~mpa.iia. Los-comités electorales concentraba_n en luga-
Esta diáspora electoral recibió el nombre, tan frecuente
res estratéº1cos a sus adherentes o, en el campo, los
en la crónica de época, de ~· ..
paisanos c;ncurrían desde las estaciones o d~sde las es-
. Lo~,com!Clos dobles .evocaban, de algún modo, una
tancias hacia el lugar del comicio donde· v?taban al n:i!s-
sit~ac1on de c~mpetenc1a electoral no regulada. Sígnifi-
mo tiempo, y de ahí que sus votos aparecieran en sene.
_cat1vos como estos eran los momentos en· cuvo trans-
E:;te modo de acceso a:l comicio .transmutaba la expre-
curso las escrutador o ca an pa ro;, o los
~ ;_ún t:c~:S1ica del voto -la.-ácéi6n' singular de un ciuda- .· electores petian su uor Ambos meto os tenían· una
cl<:.no--· en un compo:·Iamiento práctico que. tenía. por
·n a sesión de la Cámara de Diputados
objeto :.:,arantizar el é:-:ito .del control, y al n:i:mo tiem-
d.e! 4 de· m~yo de 189ª, E. Lobos afinnó que los he-
po, significaba un reaseguro para las ºf'.º.s1c10r:~s~-qu~:;, . ::nos denunoados con motivo de las elecciones legislati-
procuraban hacerse fuertes en atrios y sit10s puohcos:
. vas p:acticadas un mes antes en la Capital Federal "con-
Las boletas, si. existían, o las listas de candidatos se
sisten en que en la mayoría de las parroquias las mesas
entre&'d.han pocas horas antes o aun en el mo."Den~o de.. receptoras de votos se han limitado a copiar ·1os regis-
votar:- 3 ~ tros y que las boletas de los sufragantes eran rotas y
Esta marcha colectiva sobre las mesas eleétorales po- -·
reemplazadas por otras". 3 ° Cuatro años después, en las
día traer como contrapartida una dispersión de las opo-
ele.cc1ones de 1902, La Prensa advertía que en la parro-
siciones que de?ertaban del lugar indicado para vo!ai.:• qma de San Bernardo, también ·de J·a Capital, los éscru-
anticipán_dose a Iá coacción presum~ble:· 1 'Ia casa_ murnc1-·
"'tadores '"vaciaron el padrón de tal m~era, que con
pal, los portales del juzgado de paz, el frente de la
menos de 200 personas que concurrieron al atrio duran-
escuela, sirven de refugio a los. descontentos .. : .La con-
secuencia inmedic.ta de esta diversidad de com1c10s es la te el acto, la lista del acuerdo i es decir, la· lista oficíalis-
de que resulte sufragando un número de inscriptos ma- ta / dió un total de 1.500 votos". El mismo comporta-
mie · a el diario en otras parroquias.31
yor del contenido en el padrón: porque, como en. el
Volcar ui;. P.adro o ~o tenían, pues"D
deseo de superar en número al adversario, cada partido
echa mano de nombres de ausentes, y de muertos y de
vivos ia suma de los votantes de los dos o tres comicios
orgacizados para el mismo acto, excede el to~~' de la
(r u~ mlSm :i " ' o. S~y llanamente, dé·····
asigna:: un· voto a u.n ciudadano ausente. o presente .si se
romp1an bo}$.tas, de acuerdo con una decisión previa
inscripción. . . Esta facilidad de dar a cada opUllon un
comicio, conduce, además, a inesperadas sorpresas. Al
L adoptada por la Junta Escrutádora. El _siste día
reforzarse, segi'.tn las circunstancias, con 1 repetición de .
'i:
- -
;

182 . NATAL!O R. BOTANA EL ORDEN CONSF;RV ADOR 183


~..reaÍizada por. electores volantes-. o go!Ondri;~ ~e electoral. Los. pasos qu·e relatan estas páginas coe~lstíe­
su tragaban varias veces en. una misma mesa o, en su ~nvie~ne retardarlo-· en diferentes, circunstáncias
defecto,. en diferentes mesas de un mismo distrito. Las de tiempo y lugar. Todos ellos constituyeron un R_IÍmc.r
ev1denc1as. son cunosas por la mezcla. de cinismo y _pi- uml:iral de coñtrol._Qued~ba en .pie, tQdavía,-0tra in~tañ­
.cardía que aconipa[iaba la ·operación.n · - ~ - ·~ u¿
cia qu_e ·se -situaba e'r¡: es~alón más alto. Para el caso,_
Hasta aquí, aquello que I. Gómez calificaba comó ·_quién mejor que B. Villanuev?-, en aquella circ,µnstancia
fraude electoral. Entrado ya el siglo, en las postrimerías · senador· por la Capital, para servirnos de guía en este
del régimen, los procedimientos tradicionales fueron ascenso hasta la cima·. El recuerdo de Villanueva nos
reemplazados or ~l comercio de li retas de inserí ción trasÍada· hasta la localidad de Vicente López, en la pro·.
y_ la mpra direc a . ·Este peculiar cambio en vincia de Buenos Aires, un día d~ comic;io: "Veinte o
los procesos de control-fue, para muchos, un saludable treinta vecinos· desocupados tomando mate y cinco o
signo de prugreso. "iNo hay voto más libre que el voto seis escribientes volcando' padrón como se dice en el
que se vende!", exclamaba Pellegríni en la Cámara de caló electoral, h~sta obtener. la suma de 760 votantes ....
píputados en 1906~ y observaba· "que en la materia se Es para estas elecciones, para . .las que no se necesita
entraba -desgraciadamente en la Capital- en una etapa dinero;.porque con cincuenta q.cien pesos que entregue
de progreso por la que habían pasado las grandes demo- cada candidato, basta·para enviar los emisarios o agentes
cracias. Si se torcía con dinero la voluntad popular, era que vayan y vuelvan a los partidos o departamentos
porque resultaban insuficientes la intimidación v la vio- donde debe simularse la elección, trayendo a la Capital
. " . 33 ....., ara comprar votos
¡e11c1a . • ' ' •
se pusieron en pr.i.ct1ca el balurdo electoral o sea las actas del comicio;"
36
·

métodos más refinad•.-5, perfeccionadqs a medid~· que El balurdo electoral er.an las actas con las que se
los adelantos tecnológicos facilitaron comunicaciones clausuraba el comicio. Así existieran""actas de votantes o
rápidas y eficientes desde los comités electorales. · urnas para .depositar la papeleta· del sufragio, una vez
. A ese -propósito,, era .necesario vincular los fiscales de terminada la eleci::ión las autoridades que presidían las
las mesas con los comités parroquiales. "El ·sufragante -mesas· escrutadoras hacían "el recuento de votos y vo-
recibía, después de haber depositado su voto, un vale o tantes certificaban la cantidad al pie del acta y por
tarjeta del fiscal' del partido oficial y con él cobraba en últim~ proclamaban en forma públi~a a los candidatos
el comité, diez, quince o veinte pesos, según lo trata- triunfantes". 37 Estos documentos se enviaban a las Le-
do. . . En otras circunscripciones se valían de señas o gislaturas o a las ] untas Escrutadoras Provinciales que
marcas puestas en la libreta, tendientes al mismo fin." 34 hacían el escrutinio definitivo, consignaban las denun-
Los comités de parroquia llevaban la cuenta exacta de cias y protestas acerca de las irregularidades y elevaban
los votos venales, que era. retransmitida a .los Comités los resultados a la Cámara de Diputados (cuando se tra- .:;,
Centrales por medio de circuitos telefónicos, con lo que taba de la elec::ción de sus miembros) o al Congreso ·~
se favorecía la regt¡.lación del mercado electoral según
las necesidades de cada comicio. 35
Nacional si el comicio tenía por objeto designar electa:: ::-':. :1.
Con el vo_to comprado se cerró el círculo del fraud~ resE~~:n~~~i~~~~~ujaV~~e.operación, porque los jueces oifü:~·j¡
·t:r:-~Jl
1.84 EL ORDE!N CONSERVADOR · 185
"lnapelables de bs elecciones eran 1os · cuerpos legislati- vicc.~n las irregularidades acaecidas con- motivo. de las-
vos. ~esde las municipalidades hasta las instituciones elecc1ones municipales, _'de "legisladores y i;Je gobernado-
nacionales;· cada asamblea le!!islativa
º 1"uzrrab;
o .
!~ elec- res provinc:iales, actuaban los t1ibunales de provinciJ y
ciones qye se efectuaban para renovar- a ,sus miembros: com~_. los se_na~ores nacionales er':n electos .por las legis'.
- !0s co11sejos deliberantes, las legislaturas provinciales, ·la· latu~as- proymc1ales, ~oco y nada tenia que hacer en ese
·Cámara de· Diputados, el Congreso Nacional. en pleno. terreno la justicia federal. El título del- senador deriva-.
Este procedimiemo, como bien advertía González, con- ba, en efecto, de la elección practicada· por las legisla-
sagrado por la Constitución, traía como resultado que turas; el título de legislador provincial provenía de una
los cu_erpos legislativos producían, en los hechos, a los elección realizada. en su distrito que controlaba la mis-
represi:ntantes. cuando verificaban los escrutinios. Según ma legislatura; y los tribunales de provincia juzgaban los
iv1atienzo, no existía representante presumible antes c:¡ue abus_os a que podía dar lugar esta elección.
la elección fuera aprob<3;Q.¡i, _ri.Uampoco se garantizaba al Este apretado relato acerca del fraude y el control
electo su. derecho para ejercer la defensa en juicio si su del. sufragio representa la imagen de un sistema de gra-
elección hubiese sido discutida ó imp"ugnada. 3 g dación o, mejor, de una escala de gobiernos electores.
Tra5 estos recaudos de carácter normativo la acción El gobierno elector controlaba el sufragio: hacía elec-
de control elector"al en las leg¡síaturas podía, hacer uso
de métodos más. prácticos; En las provincias norteñas,
Í
Fi2uJ e ciones y garantizaba la victoria de los candidatos. A este
.. ~:St.err12. se le atribuyó el calificativo de fraude burocrá-
por ~jemplo, cuando se daba el.caso de una súbita vic- N / ~~ una red de control electoral descendente que
tG..:·!a op_osi_tora, reflejada en Ún acta electoral, se _ponía ,. · !-fO- ".!fancaba de los cargos de oresidente v gobernador .has-
en monm1er.~.o el prolijo trabajo de fW1cionarios- que ú-~h'w ta llegar, más abajo, a los intendentes v comisionados
oficiaban de raspadores, los cuales, con paciencia no mumc1p.ales, los conc<:,1ales. los jueces de paz, los comi-
exenta de discreción, suplantaban el nombre del electo
-por el del favo~ecido. A estos legisladores, Pelagio Luna
los llamaba diputados por raspadura. 39
El control de las Asambleas Legislativas gozaba, por
l s¡gios de policía, los jefes de registro civil o los recepto-
res de .rentas. 41 Esta madeja de cargos ejecutivos tem'a
mucho que ver· ·con "las recol!lpensas y gratificaciones
--:. derivadas de Iá distribución de puestos públicos, y con
lo c'r~rr.ás, de ia protecc;ón adicional del sistema judicial. la relación de dependencia que se trazó entre el sistema
La Justicia Federal tenía competencia para conocer e.e- burocrático y el sistema político. 42
tas violatorios de las leyes nacionales cuya aplicación Los cargos eSecutivos más bajos ejercían funciones
co"!.Tespondía a los tribunales de la Nación, pero era institucionales con algún _grado de diferenciación. Entre
incompetente para juzgar los abusos de autoridad come- gobernadores e intendentes parece haberse planteado un
tidos por funcionarios provinciales, penados por el códi- vínculo análogo al que trazaron presidentes y goberna-
---·· .. go ordinario, que se radicaban en los tribun?-Ies de pro- dores: apoyos recíprocos con la condición de respetar
vincia. 40 (La Justicia Federal podía intervenir, tan sólo, un ámbito de autonomía· municipal contro.lada, sin
en los casos de fraude vinculados con las elecciones de embargo, por la intervención a la intendencia con comi-
diputados nacionales y de electores para presidente y sionados municipales. 43 En los municipios, el manejo de
186 NAT..0,.LIO R. BOTANA . , EL ORDEN CO::-fSERVADOR i87
la coa~ción en- tiempos de- comicio quedaba en. ~anos jal, intendente~..diputado -provincial y por .fin legisladoy· -
de los Comisarios de Policía. Del mismo módo ño pare- nacional" .46 -
ce defa.certado incorporar los Jueces de Paz y los Jefes dmaginerías popülares _gue recogieron la literatura o
~e Registro Civil a la _escala de go_biernos electores, debi- ~-el ensayoJ ª'centuando: los_ rasgos de la. evocación bei:ie-
do a la responsabilidad que estos füncioñario-s t~nian-en - volente o del soberbio ·denuesto? No- es sencillo tra.Zar - 1..._ ¡.
la elaboración del registro .eféctoral, la integración -de las un juicio histórico terminante. Pero la presencia del .cau-
comisiones empadronadoras y la formación de ¡,¡; mesas dillo fµe un hecho innegable y tod9s los gobernantes
escrutadoras. 44 ·
de endieron, en cierta meClida, de estos mediadores.
Los gobernantes electores ·no .actuaron solos. El sis- Óbservadores menos proc 1ves enguaje IíterarW,Ues-
tema de control exigía algo I"t!ás. Entre el hipotético cubrieron sus ·maniobras y sus juegos electorales entre
pueblo elector y los cárgos institucionales· que produ- las actas de los comicios. Dice E. E. ·Rivarola: "Tomo
cían el voto, se localizaba, en ·una franja intermedia, un un diario de sesiones de ,la cámara de diputados (Provin-
actor político, respetado con esmero por los que ocupa- cia de Buenos Aires) ... Examino el cuadro del escruti-
ba.::1 posiciones d"e. poder y acerbamente criticado por nio general de una de las seis secciones electorales de la
qwenes emprendían el camino de la oposición o de _la provincia; corresponde ese cúadro al partido .denomina-
crítica moral: el caudillo electoral, un personaje que do nacional, -adv.irtiendo que la denominación podría ser
podía desempeñar los cargos más bajos de la escala de cualquier otra y el caso no cambiaría. Se v_ota por una
_ gobiernos electores, aun cuando su papel mediador no lista de trece candidatos: A, B, C, D, ·E, F, G, H, I, J,
derivara, de modo necesario, del ejercicio de esos ca,rgos K, L y·M. El to>..al de votos d,e la lista es dé r.443 que
institucionales; muchas veces, por cierto, servía de agen- los tiene únicamente el ca1:11;l.idato D. En cinco de los
te electoral desde situacioqes menos privilegiadas. quince pártidos de la sección la "lista aparece con modi-
ficaciones que dan a un-·riuevo candidato, N, 5 71 :votos.
Los(§í'üdillos el.e~-actuaron en todos los distri- N, es eaudillo_ en u~o de los pueblos de la sección; no
tos, en la campana y en las ciudades. Eran instrumentos estaba en l?- lista oficial de su grupo político; .en el
necesarios, quizá protagonistas de trastienda. Algunos ··~. pueblo don.de hace de caudillo, priva. de la totalidad de
evocaban al caudillo como un. arquetipo de lealtad hacia los votos al candidato J; en o~ro pueblo vecino se sacri-
su protector hasta el límite de sus actos 45 ; otros, como fica al candidato G, también en la totalidad de los votos
un hombre de lealtades difusas y cambiantes que combi- de la lista; en otro pueblo, también de las inmedia-
naba, según la circurutancia, el apoyo con la amenaza. ciones, los VOtÓs de j SSln suprimidos sin substitución;
Los que habitualmente criticaban el estado de cosas, lo en otro pueblo más el sacrificio de J se repite y los
miraban con desprecio, como un Móreira decadente, un votos que hubieron de ser suyos se distribuyen entre
"tigre de los llanos" ... "disminuido, afeitado, desmon- varios candidatos nuevos, inclusive N, que aumenta su
tado, sofrenado'"; un "gato de la pampa /que/ alcanza número". 47 ..
poder paulatinamente desde mediador entre los peones Así, el caudillo electoral des2leg:si.ba SJ1 acción ofre-
Y el patrón (los lleva a la elección) pasando por caneé- ciendo servicios. pactando acuerdo< cambiantes ha_c;kn-
~· 1
192- NATAL!O R. BOTANA ·
.!
. 1 =
EL ORDEN CONSERVADOR 193-
La marcha d~ la p¡i.rticipación ele.cto.~al en la Capital
Cuadro ·N~ 6
Federal refleja, entonces, un aumento sosten.ido. Entre.
ELECCIONES DE-DIPUTADOS NAClONALES EN LA
los extremos (l.880 y-1906) el número de ciudadanos,
g_ue· hipotéticamente se. acere.aron a los comicios, se
1 CAPITAL FEDERAL 8-3-1896
_-
muluplfcó por cinco. y dU1rantc los treinta años se ad- ..
,:ícrtcn ciertas. au tas de articí ación que traducen para Parroquia . Acuerdo· -. - R.:id i c~:.dc ~ Varios··
cada déc~da un mercado elector?-! estab e. La eca a del C:itedral al N arte·· 443- 182 8
oclienca registró una paí Licipa.ción menor, en números Catedral al Sur 104 1 72 19
absolutos, a· los 10.000 ciudadanos; la década del noven- San Nicolás 135' 172 12
ta, una concurrencia inferior .a los 20.000 votantes con San :\ligue! 71 143 4
la excepción de la que tuvo lugar en 1898; la década Piedad l. 1-i.'2 196
del novecientos, una participación que se situó por de- Socorro 307. 253· 35
bajo de los 30.000 sufragiQ~. C9.1!Ja excepción, también Concepción 208 503 26
signific;:i.tiva, de las elecciones de 1906. San Telmo 173 352 3
ll1onserrat 202 201 1 7.
Un ritmo de particip;ción que se reéortaba sobre una
San Cristóbal 1.014 942 83
pcblació" porteña de 47.991 habitantes masculinos nati-
Pilar 487 683 29
vos,· ni.i.yores C:-:: 18 años, según los resultados del Censo Balvanera 769 590 270
Nacional de 1895. Si admitimos trasladar el análisis tres Santa Lucía 164 288 26
años hacia atris y tres hacia ac:\elante, la., participación Sa.n Juan Evangelista 300 6
electoral con r<:spect.o a la población en condícion~. de San Berna!dn 662 23
votar arrojó rntre 1892 y 1898 los sigui_entes porl.cn- Flores 648 332 34
tajes: 1892, 28 y 19%; 1896, 27% y 1898; 51%. 65 Bdgrano 126 215 2
El carácter competitivo de estas. elecciones merece un TOTAL 6.955. 5.258 568
párrafo aparte o.c;urrieron, es cierto, -comicios que la
jerga electoral de la época llamó elr;_cciones canJlliica3: -<,. Fuente: La Nación., 9-3-1896.
actos electorales que, simplemente, refrendaban una .::;

lista de candidatos carentes de oponentes. ·Las eleccio-


nes para designar electores de presidente y vice en 1892 Lo mismo cabe observar durante la década del nove-
y 1910 constituyeron, en esre sentido, casos típicos. En cientos. El cuadro que ofrecieron las elecciones para
otras circunstZ'.'1Cias, en cambio,·e 1'.7·Jvel de competencia designar electores de presidente y vice en 1904 (eleccio-
fue más pronunciado, como en las elecciones legislativas nes mediante el sufragio uninominal por circunscrip-
de 1896 cuando se enfrentaron acuerdístas y radicales. ciones que analizaremos en el Capítulo VII), ilustra una
competencia tanto con respecto a los númerÓs absolutos
corno a los resultados verificados en las veinte circuns-
cripciones.
.-

194 NATALIO.R, BOTANA EL. ORDEN CÓNSERV ADOR 195


Cuadro N~ 7 - . Coalición Popular ....•..._ 19.011
ELECCIONES NA:CIONALES DE ELECTORES Unidad Electoral . . . . . . . . 1O.77 3
. DE PRESIDENTE Y VICE-PRESIDENTE EN P. Socialista . . . . . . . . . . . . - 2.173
LA CAPITAL FEDERAL 10-4-1904 · Total . . . . . . . . . . :-. gl.95T
Fórmula P.A.N. _
Circunscripciones Quint.ana Republicana Avellaneda Ini:!epcn: -Total F_uen!e: La 1Vación. 12·~190EL (:;. -
cliente

1 299 300 600


2 541 482 12 1.035 El observador apresurado podrá sostener que la com-
3 766 973 ,:.<i '1.747 petencia entre facciones y partidos produjo .. un efecto
4 884 l_.152 2.036 favorable, aumentando la participación électoral. Parece
5 535 15 575 1.125 . razonable 'defender este a~gume~to, ilustrándolo éoii lo
6 368 líO 60 598 que aconteció durante ia década del novecientos, por lo
7 311 101 455 867 menos desde 1902 66 y, en mayor medida, en 1904 y
8 856 3 1.242 2.101 1906. 67 Pero la conclusión no ,es aplicabie a la década
9 584 1.123 2 1.709
anterior: pese a la competitividad ya registrada en 1896,
10 614 154 471 1.239
11 592 498 1.000
las elecciones para designar electores de presidente y
12 906 987 84 1.977 vice en 1898, que acarrearon el contingente más fuerte
13 . 468 i.Oí2 20 1.560 de sufragios, tradujeron un predominio canónico de la
14 543 973 27 i:543 lista oficialista_ (Véase Cuadro Nº .8.) ,.
: )
-128
15 713 15
-
16 404 478 882
17 207 486 694
"18 875 31 988 1.894
19 1.268 2 1.360 2.625
2()' 931 823 52 1.806.
TOTAL 11.397 9.837 5.262 1.360 27.856

Fuente: La Nación, l l-4-19M.

Una competencia semejante tuvo lugar en las eleccio-


nes legislativas de 1906 que hicieron trepar la participa-
ción electoral hasta el pico más alto. Sin 'discriminar por
parroquias, los resultados finales se distribuyeron de la
siguiente forma:
..

188 NATA-LIO R.J?OTANA EL ORDEN CONSERVADOR_ 189
.. -d..9 oresente su disconforn1idad mediante- la sustracción Ésta .escala descendente, que en. el vértice· u·oicaba a
de sufragios de una lista cuando sobrevenian arreglos los notables y en la base a los productores del sufrag10, -
¡:)revios ..n::i del todo satisfactorios .. Formas de intercam- ocupaba un -escenario al cual se incorporaban pocos ciu-.. ·
bio en el. mercado electoral, demostrativas de alguna dadanos. La pai·ti!=ipación ele:ctoral parece,__ pues, un
concentración de recursos en actores que hacían_ oferta .. téma. índispep.sal::ile para entender el" marco que rodeó
.. de .su 1 capítal de v-o_t_os a u~a cl~e gob~m-~nte en.. procu-
1- .; .
ias ~nergías -violencia, engaño, picardía y comercio-
ra de su d·emandg.; para imponer el predomiñ.io circuns- - ~
concentradas en el ritual del fraude. ·
tancial -de una facción en. competencias de dudosa legiti-
midad. 0

En la ciudad de B"uenos Aires, la prestacion de servi- La participación electoral


cios envolvió a los mismos inmigrantes. Es cierto, como
subraya Comblit, que la baja participqción -de los inmi: Los inmigrantes no se naturalizaban_i pero tampoco
gran tes en la vida polític~- .P9.~<?_, tenía que ver con la cesaba una corriente de población extranjera que se vol-
vertigino:;a incorporación de los recién llegados a los caba sobre nuestros puertos y cambiaba la composición
EE.UU. durante el siglO pasado' y pr'incipio-s de éste. 48 demográfica del país. Así, mientras la sociedad civil se
No había Tammany Hall ·-el célebre centro de reclu- transformaba, el. mercado electoral no sufría cambios
t.;.:c.ier:.to de extranjeros· del P. Demócrata en Nueva a:riálogos. ?ar;::. G. Cermanr la situación era paradoja!:
YC>rk- en el mundo político porteño del novecientos; ''Dñ hecho esencial -pero rara ·vez reéordado en la ac-
sin embargo, ciertos personajes de origen inmigrante tualidad- _es que durante- treinta o ·cuárenta años, las
adecuaban su conducta. a los estrechos límites de !;na persor!as ·nacidas en _el extranjero eran mucho más nu-
comarca elc;ctoral que pocos extranjero2 franqueab:an, merosas que las nacfoas en .el país. Si tenemos en cuen-
acumulaban un pequeño capital de ciudadanos naturali- ta los efectos de la doble concentración ...,-geográfica y
zados y mercaban con esas libretas entre los notables por edades- y observamos· cuál era la proporción de
del régimen. Una y otra vez, cronistas e historiadores extranjeros. en aquellas categorías - que más significado
maEhacan con su j~icio -sobre ciertos nombres. ¿cómo ~enen para la· vida política (adultos; varones de más de
no recordar a Cayetano Ganghi? , aquel caudillo de ori- 20 años), y en las zonas 'centrales' (capital y provincias
gen italiano que ufano le decía a R. Sáenz Peña: "Roca del litoral), descubrimos el hecho extraordinario de que
es un poroto a mi- lado. Tengo 2.500 libretas" 49 ; el tal proporción alcanzaba entre el 50~~ y el 70%. En
peculiar comerciante de libretas cívicas que sirvió a los términos electorales esto significaba, por lo pronto, que
grandes de Buenos Aires desde E. :\·1itre hasta C. Pelle- justamente donde ...p:-7;i_,yor importancia podía tener la
grini.50 Pequeñas escaramuzas de asimilación adaptadas participación en el v"B-to, entre el 50 y el 70% de los
a las reglas del juego electoral que, no obstante, confir- habitantes se hallaba al margen de su ejercicio legal. En
··· _Il1a~an __e~ curioso trazado de dependencia entre el gober~ cifras absolutas, por ejemplo, en 1895, de los 216.000
·nante elector y los mediadores siempre dispuestos a habitantes varones de la ciudad de Buenos Aires, sola-
manipular el escaso número de ciudadanos inscriptos. mente 42.000 eran argentinos nativos (y los naturaliza-

-_...."-_:
:...

190 NATALIO R. BOTANA" EL ORDEN CONSERVADOR ._191


dos alcanzaban a menos del 2%). En esa misma fecha, ·c.ó en 189~ c~ando la a:signación de eleétore_s para.pre-:
en las provincias litorales (.!Juenos Aire:s, Santa Fe:, !vfen· si dente y VlCe arrastró 24.334 sufragios. 59 . _• -

doza, Córdobe., La Pampa, Entre Ríos), sobre 6.00.000. ' Al despun~ár el siglo, las elecciones .de diputados ria-
varones adultos, 287.00Ü'podían eventualmente tener d.e·_ J ciqnales,_ en 1900, retrotrajer:on la participació-n_ electo-
- recho al voto, como nativos. " 51 ral a 16. 777_ -votantes. 60 -En f~02 nuevo .rep~te _
.¿cuántos habitantes se insertaban entonces corño ·1 ....'..18.268 sufragios en los ·cornici.os paia Ji.putados6 1 ....,._~
clien res de caudillos y de facciones ~n la vida electoral? que se acentuó en 1904' -27.856 ·sufragios para designar
1
Veamos, a continuación, un cuadro descriptivo del nú- electores de president~ y vice 62 - hasta alcanzar el pico
mero de sufragios que acarreaba la .producción de elec- más alto en las elecciones legislativa.S de 1906 cuando
ciones. Cifras provisorias registradas en· los cliarios ·de la concurrieron a las urnas 31.957 ciudadanos. 63 Después,
época, ·los resultados dectorales, pertenecientes exclusi- las elecciones de 1908 (diputados nacionáles). y de 1910
vamente a los clistritos de la Capital Federal y de la (electores de presidente· y vice) tradujeron una tenden-
Provincia de Buenos Aires, que aquí recopilamos, presen- cia hacia la baja con una participación que arrojó
tan el riesgo de la sobredimensión: en ellos, en efecto, 26.853 y 24~ 732 sufragios. 64
quedan contenidos los procedimientos del· fraude, con .1
las diversas variantes que evocábamos en el-párrafo ante-
rior. No obstante, esta exploración, de carácter capita-
ljno y ..bonaerense, puede alumbrar un paisaje al que se
le ha prestado escasa atención. .,7. · .
:l·11 Cuadro N9 5
PARTICIPACION ELECTORAL EN ,LA CAPITAL FEDERAL
1880-1910 · Cifras absolutas
,"!"
Entre 1880 y 1910 registramos en la Capital Federal :·.;
15 elecciones. En 1880, para elegir electores de presi~

J~.OJ
dente y vice, votaron 6.505 ciudadanos; esta será la
cifra más baja del período analizadó. 52 Dqs anos des-
pués -1882- eleéciones de diputados nacfonales:.. el'qú-
rnero de sufragios ascendió a 8.930. 53 En 1886 se votó ~ 1
nuevamente para integrar la cámara baja: en· total 9.771
electores. 54 En 1891 las elecciones municipales y de
senadores arrojaron una participación de 9.421 y 9.975
:::¡
20.000
votantes, respectivamente. ss En 189 2, las elecciones ·1

para diputados nacionales superaron la barrera de los 15.000

10.000 votos con 13.305 sufrágios 56 ; pero dos meses 10.000


después esa cifra se redujo a 9.341 para designar electo-
res de presidente· y vice.s 7 Luego habrá dos mom¡::ntos
ascendentes: para elegir diputados nacionales votaron,
en 1896, 12. 781 ciudadanos 5 ª; un número que se dupll- is.so 1aa2 1886 1as1 1a92 · 1a96 1cse 19CO 1so2 19Q-.i 1i:ce l!?'"'....e' 1910
196 NATAL!O R. BOTANA.
EL 03.DEN CONSERVADOR 19.7
Cuadro N" 8
· sí, el carácter canónico del comicio coincidió con un
ELECCIONES NACIONALES DE ELECTORES DE PRESIDENTE descenso en la participación _electoral. 68
Y V1CE-PRES1Df,NTE EN LA CA.PIT AL. FEDERAL 10-4-1898 Li'. ciudad de Buenos Aires _resistía, pues, fáciles enca-
sillamientos en- materia de participación y competencia
Lista Rad.\- electoral. Scrn.ejantes observaciones merece la Provincia,
Parroquia
ML"ta c:ilcs
_si los trazos del anilisis electoral tienen vir-tud suficiente
Catedr.tl al Norte .¡.99 119
para resaltar clifere'ncias entre las elecc;:iones nacionales y
Catedral al Sur 143 110
las elecciones provinciales. La distinción no es arbitraria;
San Miguel 430 223
porque una significativa carac1erístíca de' este distrito
San Nicolás 200 87
traduce el hecho de una notable expansión electoral du-
Monserrat 1-029 rante la década del noventa, acotada por una participa-
Picdzd 1.930 50 18
ción más restringida -en todo caso más estable- en las
Bal vm era al Norte 1.25 §-. ---".727 elecciones nacionales.
Balvcnera al Sur 2.023 72 20
San Cristóbal 2-470 Cuadro N~ 9
Socorro 295 ' 2'!:2 PARTICIPACION ELECíORAL EN LA PROYlliCIA DE
San Tdmo 986 8 26 BUENOS ,'.!RES EN ELECCIONES
Concepción 1.336 PROV1NCi.ALES Y NACIONALES, 1890-1910
Las Rc,-a; 929 ~
Año Ekccioncs Prov. ·Elecciones Na~o na.les
!Santa Lucía 2.019 363 36~

San Juan Ev. 1.199 531 1890 41.24 7 (Gobernador)


Pilar 706 181 1892 25-415 (Electores de Pres. y Vice)
Bel grano 391 25. 1894 45.474 (Gobernador)
San Bernardo 1.491 1 1896 31.37.0 (Diputados·N-acionaks)·
San Carlos 457 174 ""!:89 8 83.000 (Go.bcmado~) 33.209 (Electores de Pres. y Vice)
Flores 287 104 Í900 36.384 (Diputados Nacionales)
Vélcz Sarsficld 275 1901 91-409 (Gob,·-:nador)
Carmen 821 15 1904 42.519 (Electores de Pres. y Vice)
21-171 3.032 100 1908 _36.982 (Diputados Nacio!'...ales)
TOTAL
1910 33.628 (Electores de Pres. y Vice)
Fuente: La Nación, 11-4-1898.
Fuentes: Para las clccdoocs provinciales: O. Cornblit, "La o¡;.:::ión con-
servadora en b. política argentina", en Desarrollo Eca1.'.imico,
Vol 14, N:' 55, enero-marzo 1975, p. 635. Para las clc.. ~ione;
Y dos años de~ués, en 1900, esta pauta no competi- nacionales: El Nacional, 11 y 12-IV-1892; La Nación. 9-III·
tiva se consolidó en las elecciones para renovar los inte- 1896; La Nación. ll-IV-1898; La Nación, ll-III-1900; .La Na-
grantes de la cámara baja, aunque en aquel momento, ción, l 1-IV-19G4; La Nación. 9-llI-1908; La Nación. l ul-1910.
-:_i- ---_
- -: .••0:''_;,
·'-··;~..,..
J-
1S8 NATALrüR. BOTANA-·

Obs~rvese el salto de ·-los comicios para elegir goberna-


j EL ORDEN CONSERVAD.OR 199
comicios cerrados y abiertos, según fuera e~··objeto ná-· -
dor entre los.-años 1894 y-1901,::la participación elec- 1 cional o provincial de la elección. Las dos caras del
toral, en efecto, se duplicó en siete años, una circuns-
tancia ausente en. las_ ele_cciones nadonales que, .Pº!-". el
contrario, :envolvíeron. un núm¿ro ae_votantes rñás r&;,;;u.-:
cido, corí oscila_ciones- meJél.OS pronunci¡fdas; ubicado en
J 1
·1
sufragio bonae~ense que-da.ri reflejadas en los porcentajes
· .. d_e participación_ electoral d!! acuerdo con_la población
de 126.250 habitantes en concliciones de- hacer1o; que
regi;tró el Ceñso de 1895: mientras en 1894 los comi--
tomo de los 32.000 y. 37.000 sufragios (con-las excep- cios. provinciales arrojan un porcentaj ~ del 36 ~•• en las
ciones, claro está, de las elecciones de 1892, que regis- elecciones nacionales de 1892 y 1896 esa relación des-
traron la participación. más baja, y de los comicios de ciende al 21 'Yo y al 25% respectivamente. Más fuerte es
1904 que produjeron la participación más alta). el contraste de 1898: 66'/o de participación para elegir
La diferencia entre lós· dos- tipos de elección puede g?bernador; 26% para designar electores· de presidente y
aportar argumentos favorables a la hipótesis que subraya vice.
la relación ¡::rosítiva entre elecciones competitivas y alta Estos porcentajes de participación toman en cuenta el
participación. En los comicios provinciales de 1894 y de total de los sufragios efectivos de toda la provincia en
1898 intervinieron en_ el juego electoral tres partidos cada una de las elecciones. S·ij'en cambio, el lector tiene
políticos (autonomistas, cívicos niitristas y radicales) con paciencia para conceder una. última exploración a través
resultados variables que hicieron de las Juntas de Elec- de este universo de cifras, la desagregación de los resul-
tores de la provincia un recinto dotado de una auto- tados por departamentos púede <l:e;sentrañar otra hipó-
nomía negociadora más vigorosa que la que se podía tesis t<plicativa. ¿En ·qué lugar votaban más ciudada-
advertir en las Juntas N acionafrs. 69 ~ nos? ¿En aqúella5_ secciones populosas o en los departa-
Otro es el registro de participación en las elecciones mentos m·enos pohlados?.'
nacionales: mientras en 1894 votaron 45.474 ciudada- La provincia de Buenos-Aires, lo sabemos, estaba cli-
nos. para eiegir gobernador, esa cifra se redujo dos años viclig.a en más de un centenar de departamentos. Según.
antes a 25. 000 sufragios para elegir presidente y vice y dalos ..disponibles, ·en las elecciones ·nacionales de 1896
apenas trepó a los 31.000 dos años después para desig- . ,. , _ (diputados n<l;cionales) y de 1898 (electores de presiden-
nar diputados nacioná.les. ¿y qué decir de las· elecciones te y vice) los departamentos pueden clasificarse en cua-
de 1898 cuando los 83.000 votos que disputaron el tro categorías de acuerdo con el tamaño de la población
comicio provincial. descendieron por una ladera abrupta en concliciones de votar; a saber: departamentos con
hasta los 33.000 para elegir presidente y vice? No me- más de 3.000 habitantes; departamento.s con una pobla-
nos significativa es la pareja de elecciones que tuvieron ción situada entre 3.000 y 2.000 habitantes; departa-
lugar en el novecientos cuya comparación establece bre- mentos con una población ubicada entre 2.000 y 1.000
chas tan acentuadas como en la anterior. habitantes; y departamentos·con meno's de 1.000 habi-
Cabe subrayar, entonces, que la participación electo- tantes. El grueso de la población se concentraba· en !as .
ral en la provincia de Buenos Aires circulaba a través de dos últimas categorías, la de los departamentos chicos,
una doble vía mecliante la coexistencia simultánea de· que representaban el 60% del total. 7º
..::.
1 -·

202 NATALrO R .. B_OTANA EL ORDEN CONSERVADOR 203


junto de preguntas que permanecerán sin respuesta. NOTAS
Así, pues, la .clase gobernante prac.ticaba elecciones.
l Consultir al respecto, Sheldon S. Wolin. Politics and Vls:on.
Sus miembros se enfrentaban y se dividían. entre la re- Contfr::iity and lnnouatian in Western· Political Thought. Boston, LíttJe,
crjminaci6n. y-el cbnflicto.c·Pese a ello, por. extraño .que -- _Brown and Compar:iy, 1960, sobre.todo .dD.píturo 10: Thc Age Of Orga-
parezca, se- aferraban a c;::iertos ritos forma!es, conserva- nízatio_n ..and _thc L...:~limation· ar Poli tic,_ .Hay. traducciéin .sasteUana por:
Amorrortu. B,_ As. - _
ban la fachada y seguían produciendo el sufragio. Unos »i i:.1 !c~tar debe prc:<:avctsc acr carácter pro.visorio de! cuadro que sigue.
justificabañ las cosas y hasta se -encogían de hombros: Es una aproximación que: fcsu-~e, con menos personajes y cargos instHu~
"Jamás he entendido el ideal de las elecciones -le _escri- cionaics, d modo como los mismos actores definían al "notable dd régi-
men" y d método de selección propuesto o practicado en las "Conieren,
bía Eduardo_ Wilde a Juárez Celman-. Nunca las ha cias de Notáblcs". En 1884, por ejemplo,' Juan A. García propuso que d
habido, no. fas hay ni las habrá jamás; -entre ºotras cau- sucesor de Roca fuera elegido por una convención de notables "compucst.'.l
sas, por ser lo mismo exactamente que las haya o no las de todos los ciudadanos que_ son o han sido de~de 1862 senadores o
diputados al Congreso Nacional". C:!rta reproducida en Tribuna,
haya ... " 71 Wilde no entendía ni quería el sufragio; pe·
24-6-1903, citado por C. R. Mela, "La campaña presidencial de
ro a los tropezones, cargado de errores y de imperfec- 1885-1886", en Los Partidos Políticos Argentinos., p. 243. En 1890. R..
ciones, el sistema persistía. Los justific:;.rL•res lo conser- Sácnz Peña sugirió organizar una convención electoral autonomista intcgr:.:da
vaban y al obrar de esta- manera mantenían en pie una por Presidentes y Vices, 1'.linistros Nacionales, Gobernadores )' 1'1inist.::;• .;e
provincias, Senadores y Diputados Nacionales y miembros de la Suprema
contradicción ya develada por-quienes impugnaban el. Corte de Justicia de la Nación. (Ver C. R. Mdo, "Li terminación del
régimen y que otros, inmersos en los arreglos de las segundo período presidencial del Gral. Julio A. Roca y la elección de <u
"situacianc:S electorales", no tardarían en descubrir. Fis- sucesor", c:n Los Partidc>s Políticos Argentir.os, p. 288.) La Convención de
Notables de 1904, la única que se realizó, invitó a formar parts de., ella. a
cales de la falsedad que .dc:cantaba,_~m comportami_énto las siguientes ":=!ases": ex Presidentes y Vio:s, ex rn.inistros naáonaks. e:-::
juzgado corno erróneo, los reformadores habrán~~ iniciar, rrúrústros de la Suprema Corte y ex jueces federales, ex ministros pleni-
potenciarios, ex senadores y diputaci'os nacionak5;· ex convencionales cons-
entre viejos e inéditos conflictos y una ·sociedad irreme-
tituyentes, ex gobernadores, Gcnerales.~i:l~.)lrig_a.da y Comodoros arriba dd
diablemente transformada, la marcha hacia el ocaso de Ejército y de la Armada, arzobispos, obispos y auxiliares; rccton:s, ex
una clase gobemant_e. - ';<;; rectores, académicos y prnfcsores titulares de Universidades Nacionales;
Sociedades Rw-a.les y presidentes y din:ctores de centros comerciales e
-,4:dustriales (Ver C. M. ·Mdo, idem, p. 290). Esto en lo que se refiere a la
s:leccion del univt:rso de actores. Por otra parte, para elaborar el Cuadro
se utilizaron las mismas fuentes que figuran en los Cuadros N:' 5 y N? 7 dcl
Capítulo IV y en los Cuadros N:' 4, N:' 5 y N:' 6 (cuyas fuentes se regútran
en la nota N? 21) dd Capítulo V. Como podrá advertirse, d Cuadro en
cuestión estratifica la clase gobernante sobre una dimensión única: la :u:u-
mui.ación de cargos. En rigor, una imagen más rc:prt:sentativa d~b<:ría tomar
~· en cuenta otras dimensiones. ya expuestl.5 en este trabajo, como critrrio
de· ponderaoón; tal seria el caso de la dimensión temporal aplic::!da al
desempeño de los cargos. A ella hemos hecho referencia cuando tratamos
los conceptos de senadores predominantes y de rrúnistros predominantes.
"Otro critcri9 de ponderación, susceptible de ser apliéado, es el ejercicio de
la pres(dencía en ambas Cámaras del Congreso Nacional. El asunto mcn:cc
.<
un párrafo no sólo por la importancia de las presidencias de los cuerpos
legislativos, sino por d sistema de sucesión para el caso de la acefalía dd
~- r.
200 - NATALIO R. BOTANA
¡:- EL ORDEN CONSERVADOR 201
Pues· bien: la media de participación, sumados los
:~
.i
i .. c10 electoral ~ub¡ía casi el total de los'" ciudadan_~~- aptos-
porcentajes de cada ·uno de los departamentos por cate- para ejercer el voto. El departamento .de Pila, por ejem-
gorías de clasificación; pemüte comprobar un fenómeno plo, ·con.taba con 634 habitantes, en esas con.diciones:
_que .se resume. .er: la -siguiente· sentericia:· a más po1:Jla-. -' . en _1896 ~ufragaron 620 (el 97. 7%)·; en _1898,_ 593 (el
\ ~óñ mellar participació-n; y aJa inversa~a menor po§.!.a~ 93,.::i%). En el 96 se enfrentaron cívicos· nacionales··\'
L,0ón .mayor partícir-ación electoral. · · · . · · rad.ícalc°s con autonomistas_: los 620 votos del depare;.
. . mento fueron a parar, Íntegros, a manos de los cívicos
8;; -
n~cionales; En otras secciones, en cambi~, la competen·
~~~ Cuadro N~ 10
c1a fue mas pronunciada. . .
PARTICIPACION ELECTORAL EN LA PROVINCIA DE
Llvfayor identificación del ciudadano con la política a
BUENOS AIRES SEGUN DEPARTAMENTOS CLASIFICADOS
DE ACUERDO.CON SU POBLACION EN medida que el espacio de participación se acl~ica y las
CONDICIONES DE VOTAR. ELECCIONES NACIONALES relaciones cara a cara se vuelcan sobre la arena públic:;
1896 y-1898 de· estos pequeños municipios? Viejas utopías que ha·
brían retemplado el ánimo de alru-n "rousseauriiano"
Cb;,-,; de departamentos
=
· =¡;:U1 población
Participación Participación . . "
proclive a valorar los pequeños grnpos, afincados en co·
Ekctoral 18 9 6 Electoral 1898
com.liciouo de vc:.ar. munidades agrícolas, qL:e no soportan, todavía, la me·
·-·-·---···
;>,:!á.s de 3.000 h 19 º/o 20 º',,, dí ación corruptora d ~ ~,y; gra~de~ números y de la urba-
Entre 3.000 y 2.000 h 23 % 26 % niz_~ción. l\.fás cjue uná hipotesis, el argumento es casi el
Entre 2.000 y 1.000 h 33 % 32 % ._rl.észderatum de üna teoría y de un modo de compren-
Menos de 1.000 h 45 % 46 %
Jc.-
d.er la políti~a. Pero en tierras bonaerenses la contrapar-
Fuente: C:icopardo, ?.L C.; Rep-j/;/íca Argentina. - Cambios en íos /j. tida que presenta una realidad más socarrona -en todo
m:tes nacior..aies, prouinc:ales ,y departamentales a través del caso menos exultante acc: -~i. de la bondad del contexrn
· Censo Nadonc:.i de Población.. D.T. N'; 4 (. I.T.D.T.C.LS., 1967. que favorece_ la plena expresión de la soberanía popu·
La Nación, .9-3-1896 (para las elecciones de 1896). La Nación,
11-4-1898 (para las elecciones de 1898).
lar- llamaría la atención, una vez ·más, a propósito del
p<J.pel de los mediadores; de los c-a.udillos que volcaban
padrones, de los. comités que .)rganizaban la repetición
d~l v_oto; del cont:ol,. en suma, que una red caciquil
Las conclusiones que arroja la lectura del cuadro y
la sentencia precedente no tienen, se comprende; validez .bien_!~stalada podria e3ercer con resuelta efectividad so-
-;;¡eneral; 3.penas resultan del análisis de dos elecciones b.re .pegueñas poblacio~quizá dispersas dentro _de los
nacionales. Quedan en pie, sin embargo, algunos interro- limites departamentales. Es posíble que la· verdad de
gantes que enlazan el análisis de. la participación electo- este juego interpretativo esté en al¡:runa frontera donde
. "
con fl uyan ambos argumentos. Ciertamente, las parcelc.s
ral con descripciones previas acerca del fraude y de la
ma.ii.ip,ulació'n del sufragio. ¿Qué decir de esta tendencia que este análisis pretende abonar no '·permiten ambicio-
a la participación más numerosa en los departamentos sas conclusiones. Como también la ausencia visible del
poco poblados? Hay casos particulares donde el ejercí- resto del país, en esta sucinta descripción, abre un _con-

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