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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS


FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CONTRATO CONINTERVENCION DE
TERCEROS, TRASFERENCIAS CONTRACTUAL,
SITUACIONES ESPECIALES DURANTE SU
EJECUCION Y SANEAMIENTO

ASIGNATURA : TEORÍA GENERAL DE


CONTRATACIÓN

DOCENTE : Mg. FREDY CELSO QUISPE ZEA

PRESENTADO POR :
 RIVERA RAMOS GALO ALEJANDRO
 ROQUE APAZA PATRICIO JHONY
 SERGIO ROQUE LEONARDO

SEMESTRE : I
TURNO : TARDE

JULIACA – PERÚ
2018
INTRODUCCIÓN
El siguiente trabajo tiene como objetivo principal estudiar, analizar y valorar la
importancia de la Estipulación a Favor de Terceros.
Encontraremos que la estipulación a favor de tercero, comprende cualquier
cláusula establecida a favor y en beneficio de otra persona, ya que nadie, puede
convenir sin el consentimiento o no de ésta, si bien los efectos serán distintos en
uno u otro caso.
Si existe consentimiento, o incluso apoderamiento, se trata de una
"estipulación por otro", en nombre y representación de otra persona, sin
embargo, cuando el otorgante establece una estipulación sin el consentimiento,
y en ocasiones, sin tan siquiera el conocimiento del beneficiario, se habla
estrictamente de "estipulación a favor de tercero".
En realidad, la estipulación a favor de tercero es una convención jurídica
bilateral, que produce sus efectos. Esta figura jurídica se define como: una
persona (estipulante) acuerda con otra (promitente) la obligación para ésta última
de cumplir una prestación a favor de un tercero (beneficiario).
A simple vista, puemos observar que la estipulación a favor de tercero es la
esencia de las pólizas de seguro donde el tomador del seguro (estipulante)
conviene con la entidad aseguradora (promitente), previo pago de unas primas
y para el hipotético supuesto de un riesgo, abone a un tercero (beneficiario de la
estipulación) el pago de una indemnización.
Con esta investigación pretendemos ampliar nuestros conocimientos con
respecto a la materia, saber cómo, cuándo y por qué se utilizan
éstos procedimientos; al igual de todos aquellos que se interesen en leer nuestro
humilde aporte, y les sea de mucho provecho en un futuro.
Por supuesto que siempre de acuerdo a la Jurisprudencia, Doctrina y
el Código Civil, que estatuyen nuestras bases jurídicas.
Contenido
INTRODUCCIÓN ........................................................................................... 2

CAPITULO I ................................................................................................... 5

CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO ....................................................... 5

1.1.- Concepto................................................................................................ 5

1.2.- Requisitos: ............................................................................................. 6

1.3.- Efectos: .................................................................................................. 6

1.4.- Naturaleza Jurídica. ............................................................................... 8

1.5.- Definición de la Contra Escritura............................................................ 9

1.6.- Naturaleza jurídica de la contraescritura. ............................................. 10

1.7.- Los efectos y oponibilidad de la contra escritura. ................................ 10

1.9.- Análisis de la validez jurídica: .............................................................. 11

1.10.- Valor probatorio de las contraescrituras:............................................ 11

1.11.- La Dación en pago ............................................................................. 12

1.12.-Tiempo y lugar del pago...................................................................... 12

1.13.-La prueba del pago ............................................................................. 14

1.14.-Del cumplimiento forzoso .................................................................... 14

1.15.-La Astreinte ......................................................................................... 15

CAPITULO II ................................................................................................ 19

2.1. DEFINICIÓN LEGAL: Artículo 1457º..................................................... 19

2.2. NOCIONES GENERALES .................................................................... 19

2.3 CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO ..... 20

a) Es un contrato .......................................................................................... 20

b) El tercero debe ser extraño al contrato: ................................................... 20

c) La finalidad del contrato consistirá en crear un beneficio a favor de un


tercero: ............................................................................................................. 21

d) Contrato Indirecto .................................................................................... 21


e) El estipulante debe tener un interés propio. ............................................. 21

2.4. RELACIONES JURÍDICAS QUE SURGEN EN EL CONTRATO EN


FAVOR DE TERCERO. ................................................................................... 23

a) Entre el estipulante y el promitente. ......................................................... 23

b) entre el promitente y el tercero. ............................................................... 23

c) entre estipulante y tercero. ....................................................................... 24

2.5. VENTAJAS............................................................................................ 24

2.6. JURISPRUDENCIA ............................................................................... 25

2.7. NACIMIENTO Y EXIGIBILIDAD DEL DERECHO DEL TERCERO ....... 26

2.8. RETROACTIVIDAD DE LA DECLARACIÓN DEL TERCERO. ............. 28

BIBLIOGRAFIA ............................................................................................ 29
CAPITULO I
CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO
1.1.- Concepto.
Está establecida en el Art. 1121 del Código Civil, dice que: Igualmente se
puede estipular en beneficio de un tercero, cuando tal es la condición de una
estipulación que se hace por sí mismo, o de una donación que se hace a otro.
El que ha hecho el pacto, no puede revocarle si el tercero ha declarado que
quiere aprovecharse de él.
Por tanto, tenemos que principalmente, consiste en que un contrato celebrado
entre dos o más partes, que reciben el nombre de estipulante y promitente, haga
nacer un derecho a favor de un tercero ajeno a él, llamado beneficiario.
Interesan, así, tres categorías de personas diferentes, a saber:
Estipulante: quien contrata a favor del tercero,
Promitente: quien se compromete a favor del tercero en la calidad de deudor
de éste, y
Beneficiario: que corresponde al acreedor de la estipulación efectuada en su
favor.
Cabe añadir, que esta institución es de amplia aplicación en nuestra
legislación y que, además, constituye una excepción al efecto relativo del
contrato, es decir, en el sentido de que por regla general, el contrato sólo
otorga derechos y obligaciones a las partes contratantes.
Aquí, se da el caso de que la calidad de acreedor nace a favor del beneficiario,
ajeno al contrato. Y si bien, éste debe aceptar la estipulación, su derecho no
nace con la aceptación, sino con aquella misma.
Es menester mencionar, junto con lo anterior, que en la estipulación a favor
de tercero no hay representación, puesto que cuando en un contrato actúa un
representante (sea legal o convencional), el efecto de dicho acto no se produce
para un tercero extraño a éste. Lo anteriormente dicho, viene a ser ratificado por
el art. 1121
1.2.- Requisitos:
Éstos tienen que ser analizados desde el punto de vista de las partes que
intervienen, los que a continuación, serán expuestos:

1.2.1.- Requisitos del estipulante, promitente y del acto: no se existe una


regla general aplicable a este ámbito, sino que ellos se precisarán en atención al
tipo de convención que se trate. Lo único que podría ser exigible, es que tanto
estipulante como promitente, deben tener capacidad suficiente para celebrar el
acto respectivo.

1.2.2.- Requisitos del beneficiario: en la doctrina, deben concurrir dos


requisitos, a saber:
a) Capacidad de goce para adquirir los derechos que se establecen en su
favor: aquí no se le exige capacidad de ejercicio, porque no interviene en el acto.
Eso sí, debe estar en situación jurídica de adquirir el derecho establecido a su
favor.

b) Debe ser persona determinada o determinable: este requerimiento es


propio de la doctrina clásica, ya que en la actualidad se ha ido acogiendo la
posibilidad de que el beneficiario sea una persona futura e indeterminada, con la
salvedad de que pueda determinarse al momento de hacerse exigible el derecho.

1.3.- Efectos:
Es preciso distinguir tres situaciones:
1) Efectos entre los contratantes.
2) Efectos entre promitente y beneficiario.
3) Efectos entre estipulante y beneficiario.

1.3.1.- Se pueden reducir los efectos entre los contratantes a tres


fundamentales:
- Sólo el beneficiario puede exigir el cumplimiento: este derecho o puede ceder
a favor de uno de los contratantes. Sino solamente respecto del tercero, cual es,
el beneficiario.
El estipulante sólo podrá exigir el cumplimiento cuando se haya establecido
una cláusula penal en el contrato.
- Los que produce la cláusula penal accesoria a la estipulación: como se dijo
anteriormente, consiste en una forma indirecta para compeler al promitente a
que cumpla su obligación, donde la cláusula penal (evaluación anticipada de los
perjuicios realizada al momento de contratar, consistente en que una de las
partes se sujete a un dar o hacer algo, si no cumple oportunamente con la
obligación) se hará efectiva si éste no cumple lo convenido.
Esta facultad podrá darse al estipulante sólo en el evento del incumplimiento.
- Revocación de la estipulación: en virtud del ya citado art. 1121, mientras no
se produzca la aceptación expresa o tácita del tercero beneficiario, es revocable
el contrato por la sola voluntad de las partes que concurrieron a él.
Lo que sucede acá es que se da cumplimiento al aforismo de que "en Derecho,
las cosas se deshacen de la misma manera en que se hacen".
Cabe hacer la salvedad de que la revocación debe ser unánime y no unilateral.
Además, se puede revocar la estipulación sin expresión de causa.

1.3.2.- Se producirán en virtud de la aceptación del beneficiario. El


derecho de este último existe desde el hecho de la celebración del contrato; sin
embargo, el hecho de la aceptación del contrato por parte del beneficiario, no
tiene otro objeto que poner término a la facultad del estipulante y del promitente
de dejar sin efecto la estipulación, mediante la revocación de ésta.
Con la aceptación, queda el beneficiario en situación de exigir, cuando
corresponda, el cumplimiento.
1.3.3.- En principio, no se produce relación jurídica alguna, sin perjuicio
del derecho que poseen los acreedores a impugnar la estipulación, por vía de
la acción pauliana.
1.4.- Naturaleza Jurídica.

Distinguimos cuatro teorías importantes que han buscado dar respuesta a


la naturaleza jurídica de esta institución:
1.4.1.- Teoría de la oferta: En virtud del contrato, los efectos de éste se
radicarían en la forma normal en el patrimonio del estipulante, quien luego
efectuaría una oferta de su derecho al tercero beneficiario, dándose lugar con la
aceptación de éste a una segunda convención.
Esto no, se corresponde con la naturaleza de la institución, porque bien es
sabido que precisamente, el derecho nace directamente a favor del tercero
beneficiario.
1.4.2.- Teoría de la gestión de negocios: (tesis defendida por Planiol).
Aquí, el estipulante viene a ser un agente oficioso que actúa sin mandato;
entonces, la aceptación del tercero, equivale a la ratificación en
la gestión de negocios ajenos (reconociéndose así una suerte de
representación).
Esto tampoco cumpliría con la naturaleza jurídica de la estipulación, toda vez
que ella es ajen a toda idea de representación.
1.4.3.- Teoría de la declaración unilateral de voluntad: (Capitant) aquí, el
promitente se obliga con el beneficiario por su propia voluntad, lo que viene a no
ser efectivo, por cuanto se ha obligado por un contrato con el estipulante.
1.4.4.- Teoría de la creación directa del derecho en favor del
beneficiario: El derecho nacido de la estipulación se radica directamente en el
patrimonio del beneficiario.
Ha tendido a sostenerse que esta es la posición que recoge nuestra
legislación, pero que, sin embargo, no existe una explicación satisfactoria de esta
institución, por cuanto ella constituye una excepción a las reglas generales y a
los efectos relativos del contrato.
Caso ficticio:
"Juan, padre de familia, está muy contento porque su hijo Pedro va a
contraer matrimonio en el presente mes.
A modo de regalo para esta pareja, decide comprarles una casa para que
puedan comenzar con su nueva vida conyugal.
Es así como se dirige a la inmobiliaria "Géminis s.a.", con la finalidad de firmar
un contrato de compraventa del inmueble entre él y la empresa, por la suma de
3 millones de pesos, bajo cláusula penal de indemnizar la suma de 2 millones de
pesos, si dicha casa no es entregada en los términos estipulados a favor del
beneficiario, a saber, en el tiempo y la forma convenida, lo que corresponde
al íntegro del inmueble, dentro del cual debe verificarse la entrega material de
la propiedad al mes siguiente contado desde el día del matrimonio de Pedro".
Entonces, en virtud de lo expuesto anteriormente, tenemos que existe
estipulación a favor de Pedro (tercero ajeno al acto o contrato y beneficiario),
dada por la compraventa del inmueble por parte de su padre Juan (estipulante)
a la inmobiliaria "Géminis s.a." (Promitente).
Así, en el caso de que Pedro aceptare el inmueble para sí, ya sea expresa o
tácitamente, se extingue la facultad de revocar por las partes el contrato de
compraventa del inmueble.
Hay que añadir, que la jurisprudencia ha dicho que para que se entienda
manifestada la aceptación, debe haberse inscrito el inmueble en
el registro conservador de bienes raíces.
Finalmente, antes de que se produzca dicha aceptación, el solicitante (Juan)
tiene la facultad de exigir la cláusula penal en caso de incumplimiento del
contrato de Compraventa por parte de la inmobiliaria.

1.5.- Definición de la Contra Escritura.

Es un contrato mantenido en secreto, en el cual, las partes conciertan antes


o al mismo tiempo que un acto aparente, que no corresponde a su voluntad y
con la finalidad exclusiva de disimular la realidad.
A fin de proteger a las personas engañadas por el acto aparente y para impedir
que las partes recuran al procedimiento de la contra escritura, en fraude de la
ley.
En la actualidad existen dos tesis en cuanto a la extensión que debe darse
al concepto de contraescritura; una que estima que éste es de carácter
restringido y otra que le otorga un ámbito más amplio.
Sentido restringido: Según esta teoría, el término contraescritura está
considerado como todo escrito en el cual las partes en forma ostensible
contradigan estipulaciones contenidas en una escritura anterior y que esté
destinada a permanecer en secreto frente a terceros; serían el medio que
tendrían las partes para demostrar cuál fue su real intención al celebrar el acto o
contrato original.
Sentido amplio: Conforme a esta posición dentro de la expresión
contraescritura quedan incorporadas todas aquellas que modifiquen o alteren en
todo o parte una escritura anterior, sea para dejarlas totalmente sin efecto, sea
para introducirles modificaciones.

1.6.- Naturaleza jurídica de la contraescritura.

La contra escritura, es un Documento privado que otorgan a las partes para


anular los efectos de un contrato o negocio jurídico anterior.
Generalmente se utiliza cuando el negocio es simulado, cuando con la
apariencia de un contrato se quería cubrir una realidad jurídica distinta, con la
contraescritura se hacen valer los verdaderos efectos del contrato.

1.7.- Los efectos y oponibilidad de la contra escritura.

Los redactores del código civil francés, organizaron la protección de las


personas engañadas con la simulación: la contra escritura no puede surtir efecto
sino entre las partes contratantes.
Según nuestro código civil, en su Art. 1321.- Los contraescritos no pueden
surtir su efecto sino entre las partes contratantes; no tienen validez contra los
terceros.

1.7.1.- Partes contratantes. En principio la simulación no entraña por si


misma una nulidad de un contrato: salvo excepción, no está vedado ocultar un
contrato valido tras un acto aparente.
Entre las partes contrastantes, el único acto que produce efecto, es la contra
escritura. Cuando reúne los requisitos legales, permanece como válida, por lo
tanto como lo hubiera sido, sino hubiera habido simulación.
1.9.- Análisis de la validez jurídica:
1.9.1.-Actos ficticios. Son aquellos que en que las partes no han querido
contratar sino solo crear la ilusión de que estaban unidas por una convención.
El acto aparente es puramente ficticio.
1.9.2.- Actos ocultados En esta las partes han concluido una convención,
pero desean que permanezcan minoradas para lograrlo, la disfrazan bajo la
apariencia de otro contrato.
La simulación es total cuando recae sobre la naturaleza misma del acto.
1.9.3.- Interposición de personal. Es cuando a veces, para ocultar la verdad
las partes utilizan la intervención aparente de un tercero.
Ejemplo: El donante deseoso de favorecer a una persona incapaz de recibir,
hace una supuesta donación para favorecer a una persona, incapaz de recibir,
la donación.

1.10.- Valor probatorio de las contraescrituras:


Entre las partes: Ellas producen pleno efecto probatorio, ya que o que debe
primar entre ellas es su verdadera intención al contratar.
En todo caso, tratándose de contraescrituras privadas, deberá otorgarse su
reconocimiento en alguna de las formas que señala el artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil.
Frente a terceros: Las contraescrituras que consten en instrumento privado y
que estén destinadas a alterar lo establecido en un documento público, no
producen efecto alguno respecto de terceros.
Las contraescrituras que consten en un instrumento público, para que puedan
ser eficaces respecto de terceros que requieren que se haya tomado nota de ella
en la matriz del instrumento original y de la copia en virtud de la cual ha actuado
el tercero.
En todo caso, los terceros si toman conocimiento de la existencia de alguna
contraescritura que no haya cumplido con alguno de los requisitos
precedentemente indicados, podrán valerse de ella frente a las partes.
Lo anterior, por cuanto la ley dice que no producirán efecto "contra terceros"
y nada señala en cuanto al valor de ellas a favor de terceros.
1.11.- La Dación en pago
La dación en pago es el negocio jurídico por el cual el deudor transmite la
propiedad de una cosa a su acreedor, quien acepta el recibirla en lugar y en pago
de la prestación debida.
El acreedor no puede ser compelido a recibir cosa distinta de la que se le
debe, pero no le está prohibido hacerlo.
La dación en pago, cuando es aceptada por el acreedor, extingue
definitivamente la obligación. Supone la transmisión inmediata de la propiedad y
de su entrega, su tradición, instantánea.
La transmisión instantánea de propiedad prohíbe la dación en pago que recae
sobre cosas futuras; impide igualmente la dación en pago de una cosa cuya
entrega fuese acompañada de un término.
Si bien en la dación en pago la transmisión instantánea de la propiedad es
indiscutida, la tradición o entrega inmediata no lo es. Si no se verifica la tradición
instantánea, la operación prevalece como promesa de dación en pago.
Cuando el accipiens o acreedor sufre la evicción de la cosa ajena dada en
pago, el pago es nulo y aquél conserva su crédito con todas sus garantías.
Los acreedores, por medio de la acción Pauliana, pueden invalidar las
daciones en pago fraudulentas a su respecto. La acción Pauliana no se concede
contra los pagos, pero sí contra las enajenaciones, y la dación en pago es una
de ellas.

1.12.-Tiempo y lugar del pago


El Art.1187 dispone que el plazo se presume estipulado a favor del deudor,
presunción simple, a menos que resulte de la estipulación o de las circunstancias
que ha sido convenido también a favor del acreedor.
Cuando en un préstamo se han pactado intereses, éstos permiten presumir,
hasta prueba en contrario, que el término convenido es en interés común de las
partes.
Salvo convención contraria, el pago debe ser hecho en el domicilio del deudor
(Art.1247): el pago es cobradero. Existe una derogación de este principio en los
casos de pago de pensiones alimenticias que, en principio, son pagaderas en el
domicilio del acreedor.
Cuando se trata de un cuerpo cierto y determinado, el pago debe hacerse en
el lugar donde estuviera la cosa en el momento de la obligación (Art. 1247). Esta
regla es supletoria.
1.13.-La prueba del pago
La carga de la prueba de la obligación pesa sobre el acreedor. La carga de la
prueba del pago pesa sobre el deudor.
El Art.1315, párrafo 2, es inaplicable en los casos de obligaciones de
prudencia y diligencia.
El pago es un acto jurídico, por lo tanto, no puede probarse, por encima de 30
pesos, más que por un procedimiento de prueba perfecto. En el caso de pagos
parciales, esa prueba se exigirá si el total de los pagos supera los 30 pesos
(Arts.1341 y siguientes). Sin embargo, nuestra Corte de casación ha dicho en
alguna oportunidad que la regla que prohíbe probar por testigos los pagos
superiores a 30 pesos no es de orden público y por consiguiente la parte que se
aprovecha de ella puede renunciarla.
La regla dispuesta por el Art.1341 sólo se aplica a los pagos de sumas
de dinero para los cuales se exige un recibo; se permite por todos los mediosla
prueba de la obligación de hacer. El Art. 1348 permite acudir a todo medio de
prueba cuando ha sido imposible moralmente procurarse un documento o recibo
que pruebe el pago realizado. En las compraventas al contado, donde la
costumbre es no entregar recibo, puede invocarse el Art. 1348.

1.14.-Del cumplimiento forzoso


Las obligaciones de hacer y de no hacer se resuelven en el abono de daños
y perjuicios en caso de incumplimiento por parte del deudor. Es la traducción del
adagio "Nemo praeoise potest cogi ad factum (Nadie puede ser obligado a la
ejecución personal de un hecho), recogida en su espíritu por el Art. 1142.
Pese a esa afirmación de alcance general, en el ámbito de esas obligaciones,
el cumplimiento en especie puede obtenerse con frecuencia. Y es que tal
principio sólo es aplicable a las obligaciones de hacer que han sido
contraídas intuitu personae. Siempre que la obligación de hacer sea susceptible
de ser cumplida por un tercero, el acreedor puede ser autorizado también, en
caso de incumplimiento, para cumplir él mismo la obligación a expensas de su
deudor. (Art. 1144). El principio es idéntico en las obligaciones de no hacer.
1.15.-La Astreinte
La Astreinte consiste en una condena pecuniaria pronunciada por el juez, que
tiene por objeto vencer la resistencia de un deudor recalcitrante, y llevarlo a
cumplir una resolución.
Conviene distinguir la Astreinte y los daños y perjuicios moratorios.
Con independencia de la Astreinte, el acreedor tiene derecho a la reparación del
perjuicio que le causa el retraso en el cumplimiento. Y una Astreinte puede ser
ordenada aun cuando el retraso no implique perjuicio alguno para el acreedor.
Las dos cuestiones son independientes.
La Astreinte se gradúa por las facultades del deudor, por sus posibilidades de
resistencia, y no por el perjuicio experimentado por el acreedor.
La Astreinte tiene una finalidad precisa: asegurar la ejecución de las
sentencias. De ahí resulta que el punto de partida de la Astreinte no puede ser
anterior al pronunciamiento del fallo. La Astreinte es una amenaza, tiene carácter
conminatorio y tiene por finalidad obligar al deudor al cumplimiento; por lo tanto
el juez está en la posibilidad de agravar su importe.
Existen varios grados posibles en la función conminatoria de la Astreinte: a)
La amenaza más eficaz es la Astreinte definitiva, la cual no está sujeta a
modificación. Tan sólo le sería posible al juez modificar, para lo porvenir, el
monto fijado primeramente; b) La Astreinte constituye una seria amenaza cuando
su fijación es provisional. El juez condena al deudor y se reserva la posibilidad
de volver sobre su resolución. El acreedor debe acudir entonces nuevamente
ante el juez para pedirle que liquide la Astreinte; en este momento pertenece al
juez, fallando soberanamente, condenar al deudor al importe señalado
primitivamente, reducir ese importe o suprimirlo por completo, según
la actitud adoptada por el deudor; c) El tercer procedimiento consiste en fijar una
Astreinte también provisional, pero que desaparecerá totalmente, sin dejar
subsistente nada más que una condena al abono de daños y perjuicios
moratorios, cuando el deudor haya cumplido. Este procedimiento es poco eficaz:
puesto que el deudor sabe que el día que se decida a cumplir no será condenado
más que a reparar el daño causado por su retraso.
La Astreinte sólo debe pronunciarse cuando no existe otro medio de obtener
el cumplimiento de la obligación: el juez no debe pronunciarla cuando el acreedor
tenga la posibilidad de obtener de un tercero el cumplimiento.
Al finalizar este trabajo sus sustentantes sienten la satisfacción del deber
cumplido en el entendido que se llenaron las expectativas en torno al mismo,
tanto en el contenido como en el cumplimiento de los propósitos planteados.
Hemos llegado a la conclusión de que todos los estudiantes o letrados
del derecho civil, deben de dominar todos los procesos dentro del ámbito de
la justicia, es por tanto, que se debe comenzar la investigación del expediente
de caso a tratar, a través La Estipulación a Favor de Terceros.
Estudiadas las principales posiciones dogmáticas construidas en derredor de
esta peculiar figura jurídica, partiendo para ello de su devenir histórico, desde el
Derecho de Roma hasta irrumpir en los más avezados ordenamientos jurídicos
modernos, en cuyo contraste se puede colegir los disímiles matices que a este
instituto se le ha ofrecido, es dable entonces ultimar que:

1.15.1.La relatividad contractual supone un principio general del


Derecho de Contratos, dotado de un grado de generalidad y de abstracción,
aplicable a cualquier supuesto contractual, cuyo sentido atribuye, en primer
orden, que el contrato sólo genera derechos y obligaciones inter partes, y, en
segundo orden, la contratación de los derechos de crédito frente a los derechos
reales, a partir de la relatividad que tradicionalmente se le atribuye a los primeros,
y la absolutividad de los segundos.

1.15.2. El fundamento de la relatividad contractual está dado por la


propia esencia del contrato. Como manifestación de la autonomía de la
voluntad, sólo compete a sus artífices, que en virtud de la libertad contractual
pueden moldear la obra creada, salvo los límites que a ella se imponen, que
enervan la eficacia directa del fenómeno contractual frente a los terceros, amén
de los quebrantos y erosiones que el rígido principio, a cuyo tenor el contrato
sólo atañe a las partes, ha venido sufriendo por los embates de la doctrina
científica y la jurisprudencia moderna.

1.15.3. A pesar de la aparente rigidez formal del artículo 316 del Código
Civil cubano, trasunto del español, es dable la plena admisión en nuestro
ordenamiento del contrato a favor de tercero, a cuya regulación acuden
las normas reguladoras de los principios generales de las obligaciones y de los
contratos: los seguros temporarios de vida y la designación de beneficiario, con
efectos post – mortem, en saldos de cuentas de ahorro, ilustran en el orden
normativo, lo que en el terreno dogmático se defiende con nobles propósitos.

1.15.4.El tercero beneficiario, titular del derecho que de forma autónoma


y directa le es deferido, puede ser designado por el estipulante, el promitente
o por ambos de consuno, en momento coetáneo a la concertación del contrato o
con posterioridad, siendo necesario en este último supuesto, su determinabilidad
bajo reglas o signos que permitan identificarlo, siendo incluso posible,
al amparo de las normas de nuestro Código Civil, que el referido beneficiario lo
sea el nasciturus o también el concepturus, partiendo de la tesis de que, en todo
caso, no estaríamos nunca en presencia de una parte contractual.

1.15.5.No cabe afirmar, con términos absolutos, que los derechos del
tercero tengan su fuente en la declaración unilateral del promitente, desde
el momento en que éste ha de expresar necesariamente su manifestación de
voluntad en una relación jurídica contractual como lo es la concertada con el
estipulante. Ambos, (estipulante y promitente), se hallan colocados en el mismo
nivel al contratar. Sus manifestaciones de voluntad tienen idéntica importancia y
al coincidir para formar el consentimiento y perfeccionar el contrato, descartan el
supuesto de una declaración unilateral de voluntad.

1.15.6. El rasgo más significativo que caracteriza al contrato a favor de


tercero lo constituye precisamente el derecho que le resulta atribuido a
éste, que le permite asumir una posición similar a la de un contratante, pero aún,
incluso, más favorable que la de cualquier otro acreedor, pues toma lo positivo
del lado activo del contrato, relegando el cumplimiento de las obligaciones a
quien verdaderamente asume la posición de parte contractual.

1.15.7.La llamada «aceptación del tercero no supone, técnicamente


hablando, una verdadera aceptación. El tercero simplemente declara
aprovecharse del derecho ya nacido con el contrato. Esta ha dejado de
desempeñar el tradicional rol que la doctrina hispana le ha atribuido. Su rol se
concreta en permitirle al tercero beneficiario la exigibilidad del derecho del que
ya es titular, consolidando su adquisición, en tanto limita la
facultad revocatoria que, en principio, corresponde al estipulante, latente
siempre hasta tanto el beneficiario no manifieste su voluntad en sentido positivo,
sin especiales requerimientos de forma al respecto.

1.15.8. La tendencia actual es la de ampliar el objeto del contrato a favor


de tercero, a fin de que las partes puedan realizar los más disímiles móviles,
que incluyen servidumbres prediales, cesión de créditos, asunción de deudas,
transmisión de derechos reales, lo que ya ha sido reconocido por las normas
jurídicas y la jurisprudencia de algunos ordenamientos legales foráneos.

1.15.9. La entramada de relaciones que entre estipulante, promitente y


tercero se suscitan a causa de la operación triangular, que en cuanto a sus
efectos el contrato a favor de tercero supone, le permite al estipulante exigir al
promitente el cumplimiento de la prestación a favor del tercero, ofreciéndose una
coexistencia de derechos del estipulante y del beneficiario, frente al promitente,
que genera incontables situaciones conflictuales. Será, no obstante, el
estipulante quien podrá, en tanto que contratante del promitente, intentar contra
él todas las acciones que en justicia, dependan de tal cualidad.

1.15.10. En la tríada de relaciones que genera esta operación contractual


corresponde al promitente, aunque no sea parte en la relación de voluta,
oponer al beneficiario las excepciones y medios de defensa dimanantes del
contrato – base, salvo aquellas que como la compensación tienen carácter intuitu
personae.

1.15.11. La parquedad con la que ha sido reconocida esta figura por el


Código Civil cubano, trasunto del español, conlleva a mantener latentes los
interrogantes que, durante la longeva vida de su antecesor, han sido formuladas
por la doctrina científica hispana.
Ante el mutismo de nuestra doctrina patria, se impone el reclamo ex vi de una
reformulación normativa que permita la regulación de los principios generales del
instituto, a tono con los más modernos Códigos Civiles latinoamericanos,
inspirados, en su mayoría, en el Códice Cavile italiano de 1942.
CAPITULO II
2.1. DEFINICIÓN LEGAL: Artículo 1457º
.- Por el contrato a favor de tercero, el promitente se obliga frente al estipulante
a cumplir una prestación en beneficio de tercera persona. El estipulante debe
tener interés propio en la celebración del contrato.

2.2. NOCIONES GENERALES


Por el contrato en favor de tercero, el promitente se obliga frente al estipulante
o promisario a ejecutar una prestación de dar, hacer o no hacer, en beneficio de
tercera persona que no es parte en la relación contractual, siempre que el
estipulante tenga interés propio en la celebración del contrato. Las partes
intervinientes en el contrato bajo análisis son: el promitente, que se obliga a la
prestación a favor de tercero, y el estipulante, que designa a la persona del
tercero, quien tiene interés propio en derivar los efectos jurídicos propios del
contrato en el patrimonio del tercero designado. El contrato a favor de tercero
como cualquier otro contrato entre dos partes se forma por el acuerdo de éstas
para crear una relación jurídica obligacional, con la particularidad que éste
contiene una cláusula (llamada estipulación) en virtud de la cual los efectos se
producen en vía directa e inmediata en el patrimonio de un tercero, como los
contratos de seguros de vida, de renta vitalicia, de transportes de mercaderías,
etc. todos a favor de terceros. Asi, cualquier contrato nominado (típico) o
innominado (atípico) es susceptible de convertirse en un contrato en favor de
tercero si se establece que todos sus efectos favorables o parte de ellos son para
una persona que no ha intervenido en su celebración. Como el tercero no
interviene en la celebración del contrato, incumbe al estipulante y al promitente,
que sí intervienen, modelar el derecho del tercero como mejor les parezca, en
punto a su contenido y alcance. La única limitación que tienen es que el derecho
del tercero debe constituir para éste un beneficio neto, entendido esto en el
sentido que no puede imponérsele obligación alguna, ni aún bajo la forma de
carga el beneficio a favor de tercero debe ser intencional, ósea debe ser
específicamente tomado en consideración por las dos partes como objeto de su
propósito. Esto en cuanto a la formación teórica del contrato. Entoncespara que
“haya contrato a favor de terceros, es indispensable que las partes hayan
expresamente querido la propia capacidad de tercero de la titularidad de un
derecho a poder pretender él mismo, con propia plena discrecionalidad y
directamente del obligado la ejecución de la prestación prometida, con la
consecuencia que el tercero podrá hincar un proceso contra el obligado,
independientemente de las iniciativas y del comportamiento del estipulante”.

2.3 CARACTERÍSTICAS DEL CONTRATO EN FAVOR DE TERCERO


a) Es un contrato
. Pues por este contrato se crea un beneficio o favor económico para terceros.
Esto se presenta en el mundo moderno con particular intensidad, por ejemplo, el
transporte de cosas en favor de tercero, la renta vitalicia a favor de tercero, el
seguro de vida a favor de tercero. El estipulante y promitente celebran el contrato
con el fin de crear un beneficio económico para un tercero.

b) El tercero debe ser extraño al contrato:


Se crea un derecho en favor de un penitus extranei. El tercero, extraño al
contrato, pasa a ser beneficiario de la prestación, de dar, hacer o no hacer, a
cargo del promitente, sin haber tenido intervención en el perfeccionamiento del
contrato del que emana su derecho.
Situaciones que no se pueden calificar como un contrato en favor de tercero:
Si el tercero es una persona autorizada a recibir el pago, no estamos frente a
un tercero beneficiario, sino ante un mandatario (representación pasiva).
Si el estipulante actúa representando al tercero no estamos frente al contrato
a favor de tercero, sino ante la representación, directa o indirecta según que
actúe provisto o no de poder.
Si el estipulante actúa como gestor del negocio del tercero no se puede hablar
de contrato en favor de tercero.
Tampoco hay contrato en favor de tercero si éste ingresa en el contrato porque
una de las partes le ha cedido su posición contractual o en su calidad de heredero
universal de uno de los contratantes. En cuanto a la extensión subjetiva del
contrato en favor de tercero se puede decir que el tercero beneficiario puede ser
un sujeto determinado o determinable e incluso un sujeto futuro; el principio
general establece que se puede crear un beneficio económico en favor de un
sujeto determinable y aun no existente. Cuando el tercero es persona
determinable, la designación puede ser realizada desde el momento de la
celebración del contrato hasta el momento en que deba ser ejecutada la
prestación.

c) La finalidad del contrato consistirá en crear un beneficio a favor de un


tercero: Que exista la voluntad del estipulante de crear un beneficio a favor de
un sujeto ajeno a la relación contractual, y de parte del promitente, quien
conociendo tal propósito, asuma la prestación a favor del tercero.
Dicho contrato, solo debe contemplar un beneficio para el tercero, sin
imponerle ninguna obligación como contraprestación o cualquier otra onerosidad
(de lo contrario dejaría de ser tercero y obtendría la calidad de parte contratante),
sin embargo el beneficio del tercero puede estar sujeto a plazo o ejecución.

d) Contrato Indirecto
: Pues sus efectos jurídicos beneficiosos no son para los contratantes, sino
que se desvían oblicuamente para parar en el patrimonio del tercero. Por medio
del contrato en favor de tercero el estipulante puede pagarle una deuda, hacerle
una donación, prestarle una cantidad de dinero, etc.

e) El estipulante debe tener un interés propio.


Para la existencia del contrato en favor de tercero es necesario el interés
propio del estipulante. Morales Hervias señala que, “la doctrina y la
jurisprudencia concuerdan en el sentido que cualquier interés, también de
naturaleza no patrimonial, puede ser idóneo para justificar una estipulación en
favor de tercero. Quien estipula a favor de tercero puede ser incitado por un
propósito liberal, vale decir de la intención de efectuar una atribución a título
gratuito al tercero; o puede ser motivado por el propósito de extinguir su deuda
en relación a terceros, aún de aquel de conceder un mutuo o financiamiento al
tercero. También es indispensable tener en cuenta el interés delpromitente. En
realidad, la referencia al “interés del estipulante” alude propiamente a la causa
del contrato.
La norma contenida en el párrafo final del art. 1457 del Código Civil exige la
existencia de un motivo válido que determine al estipulante a atribuir la
prestación al tercero, o sea es la causa que justifica la atribución patrimonial al
tercero. El interés del estipulante puede consistir en realizar un acto de
liberalidad a favor del tercero o en pagarle una deuda o en obtener una
contraprestación del tercero, es decir, el promitente mediante la relación de
cobertura realiza para el estipulante el fin último de la relación de balota. Es
evidente que el estipulante tiene algún interés económico o moral al atribuir
directamente un derecho al tercero frente al promitente, lo que le permite exigir
a éste que cumpla frente al tercero y le pague los daños contractuales. El
estipulante debe tener un interés que justifique el acto de crear un crédito o de
atribuir directamente un derecho real o de liberar de una obligación al tercero,
interés que no es necesario que coincida con el interés que tiene el tercero como
acreedor de la prestación. El interés del estipulante de establecer la prestación
en favor del tercero constituye la causa fin del contrato. Hay que tener en cuenta
que para la ley no cuenta la utilidad que pueda obtener el estipulante, sino la
voluntad de éste de beneficiar a un tercero. El artículo bajo comentario no hace
mención alguna sobre el carácter del interés del estipulante, por lo que esta
puede ser económica o moral. Así puede consistir en favorecer económicamente
al tercero, o en liberarse de las obligaciones que tiene frente al mismo, o en
obtener de éste alguna contraprestación.

EJEMPLO: en un contrato de compraventa, el vendedor (estipulante) puede


estipular que el comprador (promitente) cancele el valor del bien a un tercero
(beneficiario), quien obtiene la ventaja derivada de un contrato en el cual no es
parte. El estipulante vendedor quiere de este modo, cumplir con sus obligaciones
frente al tercero o realizar a favor de éste un acto de liberalidad, o hacerle un
préstamo, etc.
2.4. RELACIONES JURÍDICAS QUE SURGEN EN EL CONTRATO EN
FAVOR DE TERCERO.
Entre los protagonistas de los contratos a favor de terceros pueden surgir las
siguientes relaciones:

a) Entre el estipulante y el promitente.


Lo que se denomina “relación de cobertura”, porque generalmente a través
de ella recibe el deudor la provisión equivalente de su prestación, y está
constituida por la relación que se crea entre quienes celebran el contrato.
El acreedor de la prestación debida por el estipulante es el promitente. El
acreedor de la prestación debida por el promitente es el tercero o puede dividirse
entre el tercero y el estipulante, según se haya convenido en el contrato. El
estipulante no es en ningún momento acreedor del promitente por la prestación
o parte de la prestación que éste debe al beneficiario, pero en todo momento es
parte contratante. Como expresa Albadalejo, “el estipulante puede obligarse o
no a favor del promitente, a cambio de lo que éste promete para el tercero. Es
decir, el contrato a favor de tercero puede ser gratuito (el promitente se obliga a
favor del tercero liberalmente) u oneroso (el promitente se obliga a favor del
tercero, a cambio de que se obligue a su favor el estipulante”. Si el estipulante
se obliga frente al promitente, el contrato es con prestaciones recíprocas. Así,
entre el estipulante y el promitente en razón a la celebración del contrato en favor
de tercero surge una relación jurídica patrimonial. En tal virtud, tanto el
estipulante como el promitente pueden exigirse el cumplimiento de sus
respectivas obligaciones y la ejecución de las prestaciones correspondientes,
encontrándose entre estas últimas aquélla que es de cargo del promitente y a
favor del tercero.

b) entre el promitente y el tercero.


El promitente siempre se encontrará obligado al cumplimiento de una
prestación a favor del tercero, el mismo que ha adquirido frente al estipulante.
En otra palabras, el promitente es deudor de una obligación (frente al estipulante)
y de una prestación (frente al tercero).
No obstante que el derecho del tercero contra el promitente nace directa e
inmediatamente de la celebración del contrato celebrado entre el promitente y el
estipulante, éste podrá exigir el cumplimiento de la prestación una vez que haga
conocer al estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso del derecho
establecido en su favor (art. 1458 del CC), con lo cual tendrá a su disposición
todos los medios compulsivos que corresponden al acreedor contra el deudor
(art. 1219 del CC), pero no siendo parte en el contrato, no podrá por ejemplo,
solicitar la resolución del contrato por incumplimiento. Dicho de otro modo, el
promitente es deudor de la prestación a favor del tercero desde la celebración
del contrato, pero el tercero sólo se convierte en acreedor de esa prestación a
partir de su declaración de aceptación.

c) entre estipulante y tercero.


En la doctrina es conocida como “relación de valuta” y no fluye directamente
del contrato a favor de tercero sino proviene de una situación anterior a éste. En
efecto, se trata de una relación anterior al contrato que es irrelevante para el
promitente y que es una situación subyacente que actúa como causa de la
prestación que beneficia al tercero. Esta causa que lleva al estipulante a celebrar
el contrato en favor del tercero puede ser donandi, solvendi o credendi. Será
donandi cuando el estipulante realiza un acto de liberalidad a favor del tercero,
solvendi cuando se desea cumplir con una obligación preexistente frente al
tercero, y credendi cuando va a recibir del tercero una contraprestación.
Cualquiera de estos tres motivos se manifiesta indirectamente en el contrato a
través de la estipulación en favor de tercero, o sea que la obligación que asume
el promitente frente al estipulante de ejecutar una prestación a favor de tercero
constituye, en realidad, el conducto a través del cual el estipulante satisface su
motivo.

2.5. VENTAJAS
El contrato a favor de terceros en relación a otras figuras contractuales
alternativas, otorga ciertas ventajas. Permite efectuar donaciones indirectas
evitando una doble transferencia del bien, como es el caso de un padre que
quiere donar a su hijo un bien, para lo cual deberá primero adquirir el bien y luego
transferirlo. Sin embargo, mediante el contrato a favor de tercero, bastará con
que se estipule que el bien se compra a favor del hijo. Asimismo, permite superar
la necesidad de obtener autorización judicial prescrita por la Ley para la
adquisición de bienes por parte de los incapaces.

2.6. JURISPRUDENCIA
Finalmente, nos permitimos transcribir (parte pertinente) la tendencia
jurisprudencial asumida al respecto:
“Conforme al artículo 1457 del Código Sustantivo, por el contrato en favor de
tercer, el promitente asume frente al estipulante un deber de prestación cuyo
contenido es la ejecución, por el promitente, de una prestación en beneficio de
una tercera persona designada en el contrato. De la definición que trae el
ordenamiento jurídico, tenemos las características del contrato en favor de
tercero que son:
Es un contrato que celebran el estipulante y el promitente con el objeto de
crear un derecho a favor de un tercero y como tal está sujeto a las disposiciones
contenidas en los artículos 1373 y siguientes del código sustantivo
Es un contrato entre dos partes como son el estipulante y el promitente; el
tercero como su nombre lo indica, no es parte en el contrato y, por el contrario,
es necesario que sea extraño a él.
El tercero debe ser extraño al contrato, ya que la característica más típica de
este contrato es que el tercero pese a ser beneficiario de la prestación a cargo
del promitente, no interviene de manera alguna en el contrato del cual emana su
derecho
La finalidad del contrato es el interés del tercero, ya que para que este contrato
cumpla efectivamente su rol es preciso que se celebre en sentido propio, esto
es, con la finalidad de que el tercero adquiera el derecho a la prestación y en el
ejercicio de este derecho pueda exigir su ejecución; lo que buscan el estipulante
y el promitente al celebrar el contrato es beneficiar directamente al tercero, de
manera que del contrato nazca un crédito en provecho de tercero y en contra del
promitente
Que la prestación en favor de tercero sea de la más variada naturaleza, esto
es una prestación de dar, hacer o de no hacer; si el derecho del tercero nace
directa o inmediatamente de la celebración del contrato en favor de tercero, esto
es, constituye uno de los efectos de dicho contrato, debe tener la misma calidad
de los otros efectos del contrato, por lo cual de be tener carácter obligacional”.
2.7. NACIMIENTO Y EXIGIBILIDAD DEL DERECHO DEL TERCERO
Artículo 1458.- El derecho del tercero surge directa e inmediatamente de la
celebración del contrato. Empero, será necesario que el tercero haga conocer al
estipulante y al promitente su voluntad de hacer uso de ese derecho, para que
sea exigible, operando esta declaración retroactivamente. La declaración del
beneficiario puede ser previa al contrato. Conforme se advierte del artículo
glosado, el derecho del tercero no depende de su aceptación, sino que esta
emana de la celebración del contrato mismo. A decir del maestro De la Puente,
dicho precepto legal tiene por objeto poner de manifiesto, en primer lugar, que el
derecho del tercero no proviene del estipulante ni del promitente, sino
exclusivamente de la celebración del contrato; y en segundo lugar, dejar
establecido que se trata de un derecho creado por la Ley, aun cuando sólo puede
cobrar vida a través del acuerdo de voluntades, ósea de la celebración del
contrato en favor de tercero.
Sin embargo, el derecho del tercero a exigir el cumplimiento de la prestación
se torna en eventual o contingente, pues la norma, precisa que el tercero debe
expresar su voluntad de aceptar el derecho que le asiste. Esto tiene sentido, en
la medida que no puede negarse al tercero la facultad de renunciar al beneficio
o por otro lado, que el estipulante pueda modificar la estipulación a favor de
tercero, del cual no hay seguridad que sea aceptada. En ese sentido, el derecho
o la prestación a favor de tercero no nace con la celebración del contrato entre
el estipulante o el promitente sino que nace cuando se ejercita el derecho
potestativo de aceptación. Luego que se ejercite tal derecho el estipulante no
podrá ejercer sus derechos potestativos de sustitución, revocación y
modificación de su derecho potestativo. De la misma manera, si el tercero no
ejercita su derecho de aceptación, el estipulante está legitimado para sustituir,
revocar o modificar su derecho potestativo de aceptación.
La aceptación del tercero es un acto jurídico unilateral receptación tanto para
el promitente como para el estipulante, pues es necesario que se comunique al
promitente para que en su calidad de deudor sepa a quien pagar (al beneficiario,
no al estipulante) y debe comunicar al estipulante en su calidad de parte del
contrato de cobertura y también de la relación de valuta, por lo que tiene interés
en ambas relaciones contractuales. Al no existir forma preestablecida por la ley,
la aceptación del beneficio puede hacerse en forma expresa o tácita (art. 14113),
debiendo estar dirigida al estipulante y al promitente, para que ambos conozcan
que el tercero tiene un derecho firme que no es de libre disposición de los
contratantes. Esa es la orientación que se viene estableciendo en nuestra
jurisprudencia, conforme se desprende la sentencia recaída en la Casación
3676-2002-Lima, cuya parte pertinente transcribimos:
“En los contratos a favor de tercero se tiene que este último debe
definitivamente manifestar su voluntad de aceptar ser beneficiario de las
prestaciones a cuyo favor ha contratado el estipulante, a efectos de que su
derecho sea exigible y no se encuentre en la esfera potestativa del estipulante
de revocarlo o modificarlo; siendo adecuado sostener que dicha declaración
puede incluso ser previa al contrato y que la misma debe ser comunicada
necesariamente tanto al estipulante como al promitente. Se entiende que la
manifestación de voluntad podrá ser expresa o tácita, siendo esta última la que
se infiere de una actitud o de circunstancias de comportamiento que revelan su
existencia, de conformidad con lo preceptuado por el art. 141”.
Asimismo en la Casación Nº 078-98-Lima, se señala que “Conforme al
artículo 1458 del Código Civil, el derecho del tercero a beneficiarse de la
prestación surge directamente de la celebración del contrato tiene existencia
desde ese momento pero carece de eficacia jurídica para ingresar a la esfera
jurídica del tercero hasta que este declara su voluntad de hacer uso de él. Una
vez efectuada esta aquiescencia del tercero, el derecho se hace exigible,
operando la declaración retroactivamente. Y como nadie puede obligar a aceptar
un derecho que no quiere y por ello mismo el precepto indicado exige la
aceptación del beneficiario, que puede hacerse, al no existir forma
preestablecida en el contrato de compraventa que es consensual, conforme al
artículo 141 del Código Civil, en forma expresa o tácita debiendo estar dirigida al
estipulante y promitente, para que ambos sujetos conozcan que el tercero tiene
un derecho ya adquirido que no será revocable y que podrá exigir el
cumplimiento de la prestación. De allí que una vez producida su manifestación
de voluntad, el tercero se coloca respecto al promitente en la condición de
acreedor frente al deudor”
El objeto del contrato en favor de tercero es el derecho de crédito frente al
promitente que adquiere el tercero beneficiario directa e inmediatamente de la
celebración del contrato, o sea tan luego que se perfecciona el contrato, el
tercero adquiere la situación jurídica de acreedor del promitente. Pero si se trata
de condonar una deuda que el tercero tiene al promitente, no nace del contrato
un crédito, sino que se extingue la deuda de dicho tercero, cuya aceptación tiene
por finalidad en tornar su derecho en irrevocable e inmodificable. Ahora bien, la
declaración de voluntad del tercero solo se encuentra referida al uso del beneficio
establecido a su favor, mas no al contrato mismo, es decir, no se acepta la
relación contractual que emerge del mismo, caso contrario su calidad de tercero
variaría a la de parte contratante. El tercero adquiere un derecho autónomo
respecto a la relación contractual entre el estipulante y promitente, por
consiguiente tal tercero puede ejercitar directamente su derecho de crédito frente
al promitente sin necesidad de la intervención del estipulante y, en caso de
incumplimiento, exigirle, judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento, además
de la indemnización de daños, pero no puede intentar la resolución del contrato
por no ser parte.
Por otro lado, si bien es cierto “el derecho de tercero surge directa e
inmediatamente de la celebración del contrato”, esto no impide que las partes
(estipulante y promitente) puedan pactar lo contrario, estableciendo que la
adquisición de derecho por el tercero se encuentre subordinada a condición o a
plazo.

2.8. RETROACTIVIDAD DE LA DECLARACIÓN DEL TERCERO.


La declaración del tercero tiene efecto retroactivo hasta el momento de la
celebración del contrato, puesto que el derecho estipulado nace y se adquiere a
partir de ese momento, salvo que se haya diferido su adquisición al vencimiento
de un plazo o a la verificación de una condición suspensiva. El tercero, con la
declaración en el sentido de que hará uso de su derecho, la misma que puede
ser previa a la celebración del contrato, convierte en definitivo el derecho
estipulado a su favor, sea la relación de cobertura a título oneroso o gratuito, por
lo que es merecida la protección que le confiere la Ley.
BIBLIOGRAFIA
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III, Volumen I, Ediciones Europa – América, Buenos Aires, 1974.

Josserand, Louis, "Lecciones de Derecho Civil". Tomo III, volumen I,


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