Los sacramentos son la manera en la que los creyentes se pueden relacionar
íntimamente con Dios. Para los cristianos, es la forma en que Dios otorga la vida divina, después de la muerte de Jesús, ofreciendo al creyente ser parte del pueblo de Dios. En la iglesia católica, se reconocen siete y se desglosan en tres bloques: Sacramentos de iniciación (bautismo, confirmación y eucaristía), sacramentos de curación (penitencia y unción de los enfermos), y sacramentos de servicio a la comunidad (matrimonio y orden sacerdotal). Estos son siente porque representan los momentos más importantes de la vida del creyente como nacer, desarrollarse, etc. Con el bautismo se elimina el pecado original y nos convertimos en hijos de Dios, siendo parte de su cuerpo (Él estando a la cabeza) y parte del pueblo de la Iglesia. A través de la eucaristía recibimos el cuerpo de Cristo y su sangre; es el sacramento que está por encima de los demás porque al momento de la consagración es Jesucristo quien está presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad; es la renovación de la crucifixión donde dio su vida por la salvación de los hombres. Con la confirmación, reforzamos el primer sacramento y nos convertimos en testigos de Jesús. Mediante la penitencia nos confesamos y nos arrepentimos de los pecados que hayamos cometido y nos sometemos a una penitencia impuesta por el sacerdote. A través de la unción de los enfermos nos ocupamos de nuestros ancianos, y es el apoyo del Espíritu Santo y sus frutos que más actúan. La orden sacerdotal está dirigida a las personas, en este caso hombres, que quieran entrar en la jerarquía de la Iglesia. Finalmente, el matrimonio, es la unión de un hombre y la mujer, donde ambos con amores conviertan en un solo cuerpo y espíritu para seguir a Dios y próximamente formar una familia que sea hija y parte del pueblo de Dios Si bien es cierto que los sacramentos expresan de alguna manera la necesidad de la unión del ser humano con Dios, hay que ser consciente de que finalmente todo es cuestión de fe. También ser conscientes de que los sacramentos fueron mandados por Jesús para la propia salvación del hombre, diciendo que con estos signos sensibles que cumplen lo que significan podremos como cristianos llegar a la gracia del Cielo con la ayuda del Espíritu Santo junto a Dios. Lo que está claro, es que cualquier persona que profese una religión, acepta una serie de preceptos, entre ellos los sacramentos, y convive con ellos durante el resto de su vida o durante el tiempo que siga teniendo esa fe. En nuestro caso, como cristianos siguiendo a Jesús debemos realizar los sacramentos para llegar al fin que Dios quiso para nosotros: la felicidad y la salvación que se encuentran junto a Él.