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1.

HACIENDALISMO

La corriente de pensamiento “Haciendalista” se hizo fuerte en Alemania pero solo en Italia


conseguiría su forma completa. Los conceptos de “hacienda” ya estaban consolidados
hace mucho, como un sistema de personas y medios materiales e inmateriales que, en
sentido dinámico conducen a la sociedad a cumplir una finalidad. (la familia, las
empresas, la asociaciones, el estado, todo es hacienda).

En verdad, la primera tentativa de imaginarse una “economia de hacienda” fue del frances
COURCELLE SENEUIL, en su “Traité Theorique et Pratique des enterprises industrielles,
commerciales et agricoles ou Manuel de Affaires, editado en Paris, en 1854.

Imaginar una economía ocurriendo en una institución fue la forma de encontrar partes
distintas en acción, ínter ligadas, pero autónomas y que eran la administración, la
organización, la Técnica de la Actividad y la Contabilidad. SENEUIL procuro realizar
algo “científico” en torno a la “practica de las empresas”.

Las obra de W. Sombart, buscando una ciencia de la empresa, los estudios precursores
de Giovanni Rossi, de LEO GOMBERG (el de mayor rigor lógico), de JOHAN FRIEDRICH
SCHAR (especialmente en su libro de 1910 ALLGEMEINE
HANDLESBERTRIEBSLEHRE). M. R. WEYERMANN, H. SCHONITZ, RODOLF
DIETRICH, EUGEN SCHMALENBACH y otros situaron el “campo hacendal” como un
“espacio de ciencias”.

La “economía haciendal” y la “economía de empresas” así como otras denominaciones,


buscaban presentar un conjunto de “ciencias haciendales”, el Italiano GINO ZAPPA, en
discurso de apertura del año académico 1926-1927, en Venecia, presento sus
“Tendencias Novas no Estudo de Contabilidade”, donde ofrece las bases de su "economía
I haciendal” que daría origen a una corriente grande.

De la escuela de Venecia, de Zappa, surgieron grandes seguidores, tan geniales como el


maestro, entre ellos Alberto Cecherelli, Pietro Onida, Aldo Amaduzzi, Egidio Giannessi,
Lino Azzini, Giuseppe Cudini, Giovanni Ferrero, Domenico Amadeo, Angelo Riera,
Teodoro D´ippolito y otros tantos.

La corriente haciendalista domino la Italia del siglo XX, pero termino por no ofrecer un
cuerpo de doctrina abarcante, de lógica profunda, competente para justificar el campo
contable. Su visión de la contabilidad no convence y no consigue imponerse por falta de
una lógica científica capaz de justificar la dignidad y la autonomía necesarias.

Para tal “Economía Haciendal” la contabilidad se limitaba a los “levantamientos” o


“revelaciones” de riqueza pero, no presento la esencia para justificar la calificación; obras
mayúsculas como las de Azzini, Ferrero, Onida, ceccherelli, estuvieron cercanas a un
grande desarrollo científico contable, pero la propia base del haciendalismo no les
permitió romper las barreras de la autonomía.

Los autores referidos produjeron doctrina de altísima calidad científica que contribuyo
expresivamente al progreso cultural de nuestra disciplina y algunos de ellos, como
Giannessi, llegaron a formar escuelas propias, de características distintivas (creo la
ESCOLA DE PISA, con valores mayúsculas de la actualidad,
como Giovanni Padrón, Rossella F. Ferraris, Humberto bertini, Ricardo Varaldo, Renzo
Corticelli, Paola M. Vitali, Brunillo Passaponti y otros).

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