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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN

Escuela: Post Grado Administración

Curso:

Gerencia Financiera y Gestión de Riesgos

TITULO

Trabajo Final:
Las habilidades sociales y el coaching.

Docente:

Dr. Alejandro Rodríguez Vargas

Alumnos:

- Álvaro Álvarez Lazo

- Carlos Vilchez Góngora

- Darwin Manrique Ângulo

- Elías Albis Pacheco

Arequipa – Peru

2018
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CONTENIDO

LAS HABILIDADES SOCIALES, ASPECTOS GENERALES. ........................................ 3


1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 3

CONCEPTOS DE HABILIDADES SOCIALES ................................................................. 4


2. ¿CUÁNDO SE PUEDEN APLICAR LAS HABILIDADES SOCIALES? ........... 7

2.1. Las Criticas, emisión. ........................................................................................... 7

2.2. Recomendaciones verbales y no verbales .......................................................... 13

2.3. El Desacuerdo .................................................................................................... 15

3. HABILIDADES SOCIALES, VENTAJAS DURANTE EL PROCESO DE

COACHING Y POSTERIORMENTE. ............................................................................... 17

3.1. VENTAJAS DURANTE EL PROCESO DE COACHING Y

POSTERIORMENTE. ......................................................................................................... 17

4. HABILIDADES SOCIALES MÁS INTERESANTES. LA ASERTIVIDAD. .... 19

4.1. Respuesta asertiva: tipos. ................................................................................... 20

4.2. Derechos relacionados con la asertividad: ......................................................... 23

4.3. Técnicas asertivas. ............................................................................................. 26

4.4. Técnica para procesar el cambio. ....................................................................... 27

4.5. Estrategias para limitar la asertividad. ............................................................... 27

HABILIDADES SOCIALES. LA ESCUCHA ACTIVA ................................................... 29


1. Introducción. ............................................................................................................. 29
2. ¿Por qué es importante escuchar activamente? ......................................................... 29
“Escuchar es el acto más importante de la comunicación”. ............................................... 29
2.1 Aprender a escuchar: ................................................................................................. 29
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3. ¿Cómo se practica la escucha activa? ....................................................................... 30


4. El proceso de escucha activa ..................................................................................... 30
4.1 Preparación ................................................................................................................ 31

4.2 Posición y mirada ...................................................................................................... 31

4.3 Reforzar al interlocutor ............................................................................................. 31

4.3 Observar el lenguaje no verbal .................................................................................. 32

4.4 Obtener las ideas principales ..................................................................................... 32

4.5 Retroalimentación ..................................................................................................... 32

5.1. - Perdernos en divagaciones mentales. .............................................................. 33

5.2. - No evitar distracciones ambientales. ............................................................... 33

5.3 .- Centrarnos en lo menos importante. ...................................................................... 33

5.4 .- Tratar de adelantarnos a lo que nos dicen. ............................................................. 34

5.5 .- Dirigir la conversación a nuestro terreno. .............................................................. 34

5.6 .- Ser víctima de tus propios prejuicios. .................................................................... 35

5.7 .- Tratar de “ganar” la conversación. ........................................................................ 35

5.8 .- Interrumpir. ............................................................................................................ 36

5.9 .- No dejar hablar. ...................................................................................................... 36

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LAS HABILIDADES SOCIALES, ASPECTOS GENERALES.

1. INTRODUCCIÓN

Hay muchos individuos que no se relacionan de forma constructiva con los demás, por
ser: excesiva: mente permisivos, agresivos, intransigentes, por transmitir mal la
información, no saber expresar los sentimientos, tener dificultades para concertar una
cita, etc. En definitiva, tienen un déficit en una o varias habilidades sociales.

Esta deficiencia la pueden poner de manifiesto tanto en sus relaciones familiares, sociales
como laborales. A pesar de la importancia demostrada de las habilidades sociales en todos
los entornos, muchas personas no les otorgan la relevancia que poseen. Esto se observa,
de manera especial, en el ámbito laboral, en el cual muchos profesionales no tienen en
cuenta a las habilidades sociales a la hora de trabajar, o las consideran relegadas a un
papel secundario, muy por debajo de las competencias técnicas.
En determinadas profesiones, en donde la relación interpersonal es muy frecuente
(profesionales de la salud, abogados, maestros, funcionarios, etc.) se debería enfatizar
más la adquisición de determinadas habilidades sociales, las cuales unidas a las destrezas
técnicas, propias de cada profesión, proporciona: rían un trabajo de mayor calidad, más
eficaz y más satisfactorio.

Como su propio nombre indica, el término “habilidad” indica que no se trata de un rasgo
de personalidad, sino de una capacidad que se puede adquirir y entrenar. El término
“social” se refiere a que afectan a las relaciones interpersonales.
Un déficit de habilidades sociales influye negativamente en la autoestima, puede
desencadenar ansiedad e inhibir la interacción social, generando insatisfacción y malestar
tanto en el ámbito personal como profesional.
Las personas vivimos en sociedad, la cual está formada por grupos de individuos. Cada
uno de nosotros es parte integrante de varios grupos al mismo tiempo a lo largo de las
etapas de nuestra vida.
Está el grupo familiar, el grupo del trabajo, el grupo aula del colegio, el grupo de
amigos…
Los seres humanos somos entes individuales pero necesitamos
relacionarnos adecuadamente para que los integrantes de todos estos grupos de los que
formamos parte, nos acepten.
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Por otro lado, cada grupo, en función del contexto en el que interaccionen sus miembros,
crea y mantiene una serie de normas de conducta y de relación, pudiendo éstas ser
correctas en un determinado grupo y no en otro.

CONCEPTOS DE HABILIDADES SOCIALES

Las habilidades sociales son un conjunto de comportamientos que nos


permiten relacionarnos con los demás de manera adaptativa, expresando adecuadamente
oposición y acuerdo, respetando tanto nuestros propios intereses y objetivos como el
derecho de los otros. Así, las personas con buenas habilidades sociales tienden a
conseguir mayor reconocimiento social.
Son aquellos comportamientos eficaces en situaciones de interacción social. Las
Habilidades Sociales son un arte de relacionarse con las personas y el mundo que le
rodea. Son conductas adecuadas para conseguir un objetivo ante situaciones sociales
específicas.

Nos sirven para desempeñarnos adecuadamente ante los demás. Son formas de
comunicarnos tanto verbal como no verbalmente con el otro.
Por lo que se refiere a las habilidades sociales, las formulaciones actuales las define como
un conjunto de hábitos en nuestras conductas pero también en nuestros pensamientos y
emociones, que nos permitan comunicarnos con los demás en forma eficaz, mantener
relaciones interpersonales satisfactorias, sentirnos bien al relacionarlos con las otras
personas y conseguir que los demás no nos impidan lograr nuestros objetivos (Roca
2005).
Son actitudes, es decir, pautas de pensamiento, emociones y conductas que nos permitan
relacionarnos en forma tal que consigamos un máximo de beneficios y un mínimo de
consecuencias negativas, tanto a corto palzo como a largo plazo.
Incluyen componentes tan diversos como la comunicación Verbal y no Verbal; el hacer o
rechazar peticiones; la resolución de Conflictos interpersonales, o la respuesta eficaz a las
criticas o al comportamiento irracional de otra personas

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La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las


decisiones presentes.
Cuando un individuo no cumple las normas básicas de relación establecidas por el grupo
(explícita e implícitamente), provocará una reacción negativa en los demás miembros del
grupo, pudiendo llegar estos a: rechazar, castigar, corregir, ignorar o excluir a dicho
individuo del mismo.
Las habilidades sociales son aquellas que nos permiten relacionarnos de manera efectiva
con los demás, dentro de cada uno de nuestros grupos, y en cualquier contexto de nuestra
vida cotidiana. No son habilidades innatas, pues son fruto de la observación e imitación
de los modos de relación de las personas que nos rodean, desde que nacemos. Por tanto,
nuestros padres, familia, amigos, compañeros… serán nuestros modelos y de ellos
aprenderemos cada uno de los repertorios de conducta que utilizamos en nuestra
interacción social.
La asertividad es la habilidad social por excelencia. Es la más importante porque nos
permite manifestar nuestras emociones a los demás y defender nuestros derechos
inalienables.

Tipos de habilidades sociales:

Se pueden dividir las habilidades sociales en distintos tipos según el criterio de


clasificación que se utilice. Mediante una ordenación temática clásica, aparecen 6 grupos:
Grupo 1: Habilidades sociales básicas
 Saber escuchar.
 Iniciar una conversación.
 Mantener una conversación.
 Formular una pregunta.
 Dar las gracias.
 Presentarse.
 Presentar a otras personas.
 Hacer un cumplido.
 Empatía
 Dialogar
Grupo 2: Habilidades sociales avanzadas
 Pedir ayuda.
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 Participar.
 Dar instrucciones.
 Seguir instrucciones.
 Disculparse.
 Convencer a los demás.
 Dar tu opinión sobre lo que piensas al respecto
 salir a pasear entre otras muchas cosas
Grupo 3: Habilidades afectivas
 Conocer los propios sentimientos.
 Expresar los sentimientos.
 Comprender los sentimientos de los demás.
 Enfrentarse con el enfado de otros.
 Expresar afecto.
 Resolver el miedo.
 Auto-recompensarse.
 Respetar los sentimientos
 Consolar al afligido.
 Animar al decaído.
Grupo 4: Habilidades alternativas a la agresión[editar]
 Pedir permiso.
 Quererse.
 Compartir algo.
 Ayudar a los demás.
 Negociar.
 Emplear el autocontrol.
 Defender los propios derechos.
 Responder a las bromas.
 Evitarles problemas a los demás.
 No entrar en peleas.
Grupo 5: Habilidades para hacer frente al estrés[editar]
 Formular una queja
 Responder a una queja.
 Demostrar deportividad después de un juego.
 Resolver la vergüenza.
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 Arreglárselas cuando le dejan a uno de lado.


 Defender a un amigo.
 Responder a la persuasión.
 Responder al fracaso.
 Enfrentarse a los mensajes contradictorios.
 Responder a una acusación.
 Prepararse para una conversación difícil.
 Hacer frente a las presiones del grupo.
Grupo 6: Habilidades de planificación[editar]
 Tomar decisiones.
 Pensar sobre la causa de un problema.
 Establecer un objetivo.
 Conocer las propias habilidades.
 Recoger información.
 Resolver los problemas según su importancia.
 Concentrarse en una tarea.

En todos estos tipos de habilidades sociales generalmente se definen


la asertividad y empatía como los ejes centrales. Ambas pueden afectar de forma notable
las habilidades para relacionarse socialmente.

Adquirir y mejorar habilidades sociales, favorecerá el desarrollo personal, la adaptación a


las diferentes situaciones que se den en la vida y facilitará que las personas no se vean a sí
mismas como “raras”, si no que se sientan más integradas con los demás, más capaces y
felices.

2. ¿CUÁNDO SE PUEDEN APLICAR LAS HABILIDADES SOCIALES?

2.1. LAS CRITICAS, EMISIÓN.

Es muy importante aceptar que vamos a recibir críticas cada día. Vas con todo tu
entusiasmo a enseñarle a tu hermano el pantalón que te has comprado y no le gusta.
Haces una cena con toda la buena intención, poniendo todo tu amor, y según los
comensales “no es la receta”, “el arroz está pasado”, etc. Le compras un regalo a tu hijo
con toda la ilusión y te dice que no lo quiere o no le gusta. Tu jefe llega de mal humor y
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te llama vago. Podríamos estar dando ejemplos de críticas que, cuando las recibimos, nos
parecen injustas o las encajamos mal. Nos paso eso, porque todavía no hemos aceptado
que recibir críticas es algo natural y el pan de cada día.

No vale la pena ofenderse o sentirse mal, podemos tomárnoslo con sentido del humor, si
le damos una vuelta de hoja. O simplemente podemos prever lo que sucederá y decidir
con quién queremos compartir ciertas cosas. No está de más buscar gente afín. Sin
embargo, lo mejor es estar preparados para no ofendernos si las cosas no salen como
nosotros queríamos.

PASOS A SEGUIR ANTE UNA CRÍTICA AJENA:


ESCUCHA LA CRÍTICA.

Siempre puedes aprender algo de lo que se mueve a tu alrededor. Quizás puedes


convertirla en algo constructivo. Escucha con atención, porque solo así podrás sacar
conclusiones a posteriori.

RELÁJATE.
No hay motivos para que te hierba la sangre, recuerda que no son los demás los que
deciden cómo te debes comportar, sino que eres tú mismo quién tiene la libertad para
elegir cómo reaccionar en cada situación. Si la emoción emerge, déjala subir, ponte
colorado, nota palpitaciones, aprieta los puños y los dientes, sube la ceja… o lo que sea
que te ocurre cuando te enfadas. Y obsérvate antes de dar el salto. Si has conseguido
observarte, ya puedes decidir sobre ti mismo, ya te has dado cuenta de cómo estás.
RECUERDA TU OBJETIVO.
¿Qué era lo que esperabas? ¿Que tu hermano viera tu pantalón nuevo? ¿a ti te gusta? Pues
OLÉ por ti. ¿Era compartir una agradable cena, que has hecho con todo tu cariño? ¿Lo
vas a estropear ahora solo porque no les gusta el arroz? Ríete, si les quieres,
comprenderás cómo son. ¿Era que tu hijo fuera feliz con tu regalo? Cámbialo por algo
para ti y que te quiten lo bailao. ¿Simplemente te ha llovido una crítica de la nada?
Enhorabuena, no hay ni que discutir, te la sacudes de la chaqueta y sigues con tu gran día
en potencia.
EMPATIZA.

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Ponte en los zapatos de la persona que te ha criticado. A veces la gente va con sus
problemas a cuestas, sus inseguridades, sus miedos, sus conflictos y no ven más allá.
¿Eres tú uno de ellos? ¿Quieres ir como un autómata pisando huevos o quieres caminar
por la vida con cuidado?

SACA CONCLUSIONES.
¿La crítica que te han hecho es constructiva o destructiva? Si la crítica es verdadera,
acepta tu parte de responsabilidad “es verdad que…”, “es posible que…”. Cuando la
crítica es injusta, no está de más, igualmente, reconocer la opinión de la otra persona y, si
procede, expresar la nuestra “puede que tu opines eso, pero desde mi punto de vista…”,
“sí, tú dices que… pero yo creo que…” y luego cada uno a sus quehaceres.

Una de las habilidades sociales que más conviene aprender es el manejo de la crítica, a la
hora de hacerla y de recibirla, ya que es una estrategia básica para solucionar problemas y
conflictos interpersonales.
Y seamos conscientes de que las propuestas de cambio pueden ser acogidas con
desagrado. El ser humano es un animal de costumbres, y uno de sus mecanismos más
automatizados el de la resistencia al cambio. Procede, por tanto, planificar una secuencia
que facilite la aceptación de la crítica. En primer lugar, definamos el objetivo,
clarifiquemos nuestro comportamiento y calculemos cómo hacer la crítica, la forma o
modo en que la presentaremos. Después, describamos la conducta o situación que
deseamos criticar, expresándonos con mensajes en primera persona: son nuestras
opiniones, ni más ni menos. Posteriormente, podemos sugerir o solicitar los cambios, que
enunciaremos de modo claro y preciso. Por último, si procede, elogiemos los cambios
prometidos o puestos en marcha valorando el esfuerzo que han requerido de nuestro
interlocutor, y agradezcamos la atención que ha merecido nuestra petición. De todos
modos, esta secuencia debe adaptarse a las personas y al contexto en que realizaremos
nuestra crítica.
Quien bien critica no ofende y todos tenemos derecho a exponer nuestras opiniones.
Asegurémonos de que nuestras críticas se basan en hechos objetivos y contrastados,
porque un error de matiz puede echarnos abajo toda la argumentación. Centrémonos en lo
fundamental, no pretendamos abordar todos los detalles, y dirijamos la crítica siempre a
comportamientos o actitudes concretos. No descalifiquemos al individuo, sino a lo que ha
hecho o dicho, y seamos claros, concretos y específicos, evitando generalizaciones,
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etiquetas y vaguedades. Si mientras exponemos nuestra crítica surjan obstáculos,


estudiémoslos y seleccionemos las habilidades de comunicación, verbales y no verbales,
apropiadas para la ocasión.
Hacer críticas constructivas (resultando útiles, no hieren innecesariamente) y estar
dispuestos a recibirlas equivale a asumir que sobrevendrán situaciones tensas y que
tendremos que articular esas habilidades de comunicación que hemos ido aprendiendo.
No eludamos estas situaciones, porque son oportunidades para fortalecer nuestra relación
interpersonal, mejorando el conocimiento mutuo y fortaleciendo nuestra autoestima.

Cuando toca recibir las críticas


Recibir una crítica es disfrutar de una oportunidad para aprender. Escuchemos con
atención y agradezcamos esta información que nos puede servir para mejorar como
padres, como amantes, como compañeros de trabajo, como estudiantes, como amigos,
como hijos..., en fin, como seres humanos que viven permanentemente interrelacionados.
No somos perfectos, todos sufrimos problemas y dificultades que a veces nos bloquean o
nos conducen a distorsionar la realidad, haciendo que nuestras conductas no sean las más
apropiadas ni las que nosotros quisiéramos. No tengamos miedo a reconocer nuestros
errores, ya que sólo así aprenderemos a afrontarlos y a mejorar nuestra manera de ser y
nuestra calidad de vida. Y tengamos presente que quien no comete fallos quien nada hace,
nada arriesga o, peor aún, quien no se responsabiliza de lo que hace. Los errores,
asumámoslo, forman parte de cualquier aprendizaje. Y que alguien nos los recuerde o
reproche forma parte de la normalidad cotidiana, así de sencillo
Cómo afrontar las críticas:
Escuchando atentamente.
Mostrando nuestro acuerdo total o parcial con lo que nos dicen y agradeciendo la
aportación que siempre supone una buena crítica.
Comprometiéndonos a rectificar lo que entendamos y reconozcamos mejorable, o, si lo
necesitamos, solicitando alternativas a nuestro interlocutor
Expresando nuestros sentimientos (algunas críticas sientan mal, porque nos parecen
exageradas o incorrectamente enunciadas), distinguiendo siempre el fondo de la crítica de
la forma en que nos ha sido presentada.
Negando con asertividad (sin herir al otro ni crearle incomodidad) las imputaciones que
creemos improcedentes o inadecuadas.
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Habilidades Sociales VIII: Realizar y Afrontar Críticas

REALIZAR CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS


Criticar consiste en exponer nuestro juicio valorativo a cerca de una o varias personas.
Así, la crítica contiene una connotación negativa que suele causar reacción de rechazo en
la persona que la recibe.

A diario las críticas inundan nuestras vidas, bien por ser recibidas, o bien por ser emitidas.
No paramos de decir y de oír: TÚ haces esto mal, TÚ eres así, TÚ...., TÚ..., TÚ....

Si nos paramos a pensar en las consecuencias de dichas críticas podemos observar:


malestar personal, discusiones, ruptura temporal o total de las relaciones, agresividad
verbal y/o física, empeoramiento de la conducta, etc.

Como vimos en el apartado "Habilidades Sociales IV" todos tenemos derecho a dar
nuestra opinión. Entonces, ¿cómo podemos decirle a una persona algo que no nos gusta
de ella sin que se den las consecuencias que se suelen observar tras realizar una crítica?
Muy fácil, realizando críticas constructivas.

Mientras que las críticas destructivas enfatizan los errores de los demás, las críticas
constructivas plantean la posibilidad de mejorar la conducta o la actitud de la persona.

Realizar una crítica constructiva es tan fácil como tener en cuenta las siguientes
indicaciones:
En primer lugar hemos de tener en cuenta que la crítica no se realiza para ensalzar los
defectos o errores de la otra persona, sino para mejorar la relación con ella.
Las críticas se realizan de una en una, de lo contrario la persona se sentirá atacada y
puede que no asimile de forma adecuada toda la información que le estamos emitiendo.
Las críticas se harán en primera persona (A mi me molesta, A mi no me gusta, Yo no
entiendo...), y no en segunda persona (Tú no haces esto, Tú haces esto mal...). De esta
forma evitaremos que la persona se sienta agredida y sea capaz de empatizar con nosotros
al comprender cómo nos hace sentir su conducta o actitud.

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La crítica se realizará utilizando la Técnica del Bocadillo. Esta Técnica consiste en


ensalzar en primer lugar algo bueno de la persona (ha de estar relacionado con el aspecto
que queremos mejorar), después indicaremos qué es lo que nos molesta o no nos gusta de
su conducta y/o actitud, y finalmente, volveremos a indicar otro aspecto positivo de la
persona. De esta manera, la persona será consciente de que se ha observado en
profundidad su comportamiento, valorando tanto los aspectos positivos como los
negativos, sintiéndose así, más motivada para mejorar.
Al realizar una crítica constructiva nos sentiremos mejor con nosotros mismo,
respetaremos la identidad de la otra persona, evitaremos las consecuencias negativas de
las críticas destructivas e incrementaran las posibilidades de mejorar la conducta y/o
actitud de la otra persona, y consecuentemente, la relación con ella.

RECIBIR CRÍTICAS
Como personas, nos resulta más fácil realizar críticas que recibirlas. Cuando alguien hace
una crítica sobre nosotros sentimos que nuestra identidad está siendo atacada e intentamos
defenderla contraatacando. De esta manera iniciamos una escalada de agresividad que
sólo dará lugar a que ambas partes nos sintamos peor.

Es más fácil realizar críticas destructivas que constructivas, no obstante, si nos paramos a
pensar, las personas que nos hacen críticas son las personas que más cerca están de
nosotros, personas que nos aprecian, que nos quieren, que desean seguir formando parte
de nuestras vidas... Así, recibimos críticas de la familia, de la pareja, de los amigos, de los
compañeros de trabajo, de los compañeros de clase, de los jefes, de los profesores, etc.

Por este motivo hemos de escuchar a la otra persona, intentar comprender lo que nos está
indicando, preguntarle cómo se siente cuando actuamos de esa manera, e intentar valorar
los beneficios que podemos obtener al modificar nuestra conducta y/o actitud.

El cambio es positivo, gracias al cambio evolucionamos como personas. Las críticas que
recibimos desde pequeños nos han formado, nos han hecho crecer como personas, nos
han permitido aprender cosas tan básicas como hablar correctamente, comer de forma
educada, respetar a los mayores...

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Por lo tanto, es tan importante realizar críticas constructivas, como tener una mentalidad
abierta y positiva ante el cambio cuando las recibimos.

2.2. RECOMENDACIONES VERBALES Y NO VERBALES

Comunicación verbal y no verbal, diferencias y bases


La comunicación entre las personas ha adoptado muchas formas, pero las más
importantes y las que aún predominan las englobamos en comunicación verbal y no
verbal. La comunicación verbal representa aquella en la que usamos las palabras, los
signos sonoros o los auditivos. Por su lado, la comunicación no verbal es aquella en la
que usamos signos visuales que no son palabras, como gestos o el uso escritura. En
ambos casos, eso sí, la comunicación se basa en un mismo objetivo, que viene a ser el
procesado de un mensaje para que a quien está dirigido lo pueda recibir y lo entienda a
través de una de las vías posibles de diálogo. En este sentido, de manera independiente al
tipo de comunicación que se adopte, es importante que el mensaje que se manda, esté
enviado de una u otra manera, sea fluido y fácil de entender.

La comunicación verbal
Profundizando en ello podemos decir que es el uso de las palabras para la interacción de
manera invariable a la forma en la que las utilicemos dependiendo del contexto. Se puede
realizar de dos formas principales: oral (con el uso de palabras) o escritas (por medio de
representación gráfica de signos). La comunicación oral goza de un amplio rango de
formas: gritos, exclamaciones, silbidos, risas, lloros, sonidos vocales… Todos ellos
pueden expresarse en multitud de ocasiones en substitución del lenguaje formal y
articulado (idioma) que es la forma de comunicación oral más desarrollada y clara para
entender. El lenguaje articulado son sonidos estructurados que dan lugar a las sílabas,
palabras y oraciones con las que nos comunicamos con las demás personas.
Por otra parte, la comunicación escrita tiene, como el lenguaje articulado, un gran nivel
de desarrollo. Así, las formas también son muy variadas: alfabetos, siglas, acrónimos,
logotipos, iconos, jeroglíficos… En esta inacabable lista podemos encontrar métodos
escritos creados en el principio de los tiempos hasta otros originados a día de hoy con el
uso de la comunicación electrónica y otros recursos tecnológicos. En referencia a esto
último, sabemos que, hoy en día la comunicación verbal se está reformando y ampliando

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a un sistema más sencillo debido a la innovación que proporcionan los avances


informáticos. Esto es algo que representamos a través de recursos como el correo
electrónico, el chat y otros medios de transmitir mensajes que se caracterizan por la
rapidez y por la eliminación de ciertas partículas básicas de la comunicación.

La comunicación no verbal
La comunicación no verbal se realiza a través de signos: imágenes sensoriales (visuales,
auditivas, olfativas…), sonidos, gestos, movimientos corporales, etc. Se dice que la
mayoría de la comunicación la hacemos con lenguaje no verbal y no con palabras. Las
formas no verbales de comunicación entre los seres vivos incluyen: luces, imágenes,
sonidos, gestos, colores y entre los humanos además los sistemas simbólicos: las señales,
las banderas y otros medios técnicos visuales.
Cuando conocemos a alguien nuevo tenemos muy en cuenta la información no verbal que
obtenemos y emitimos, ya sea de forma consciente o inconsciente. Ser consciente de ello
nos ayudará a evitar prejuicios que distorsionen la realidad. El psicólogo Albert
Mehrabian llevó a cabo experimentos psicológicos y descubrió que como regla general la
comunicación no verbal está sobrevalorada en el mensaje. Solo el 7% de la información
se atribuye a las palabras, mientras que el 38% se atribuye a la voz (entonación,
proyección, resonancia, tono, etcétera) y el 55% al lenguaje corporal (gestos, posturas,
movimiento de los ojos, respiración, etcétera).

La comunicación verbal y no verbal juntas


El ejemplo más común para denotar nuestra dependencia de los gestos es intentar decir
“sí” mientras se niega con la cabeza. La combinación entre ambas destrezas será siempre
complementaria y en muchos casos imprescindible. La comunicación está en constante
desarrollo. Hemos pasado de comunicarnos casi exclusivamente de forma presencial a
que predomine la comunicación no presencial en apenas unos años. Además, hoy en día
es posible comunicar tanto a grandes grupos como a pequeños al mismo tiempo y está
surgiendo una nueva vertiente de comunicación que no es ni verbal ni no verbal, sino
gráfica.
De esta manera nos preparamos para un futuro en el cual los medios de comunicación
seguirán evolucionando, aunque continuarán teniendo la base en la opción verbal y no
verbal, cuyas diferencias permiten que estos métodos sean tan independientes como
necesarios.
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2.3. EL DESACUERDO

Las habilidades sociales son las conductas que emitimos en una situación interpersonal,
mediante las cuales expresamos nuestros sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o
derechos de ese individuo de manera adecuada a la situación, respetando las conductas en
los demás, y que generalmente resuelven los problemas inmediatos de la situación,
mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas (Vicente Caballo, 1986)

Se Pueden tener varios pasos para poder comunicar un Desacuerdo

Paso 1.
MIRAR a los OJOS a la otra persona.

Paso 2.
DESCRIBA la conducta ofensiva o molesta de la otra persona en los términos
objetivos. Observa y examina exactamente qué ha dicho o hecho la otra persona. Emplea
términos concretos, describiendo el momento, lugar y frecuencia específicos de la
actuación. Describe la actuación, no el motivo. Algunos comienzos de frases típicas de
este paso pueden ser: "cuando tu " "Cuando tú empiezas a gritarme ..."

Paso 3.
EXPRESA sus pensamientos o sentimientos sobre la conducta o problema de una forma
positiva, como si se dirigiera hacia un objetivo a lograr. Exprésalos con calma,
centrándote en la conducta molesta y no en la persona. Algunos comienzos de frases
típicas pueden ser: "Pienso que ...." Me siento lastimado "

Paso 4.
ESPECIFICA de forma concreta, el cambio de conducta que quieres que lleve a cabo la
otra persona. Pide, cada vez, uno o dos cambios que no sean muy grandes. Ten en cuenta
si la otra persona puede satisfacer sus demandas sin sufrir Pregúntale si está de
acuerdo. Especifica (si fuera apropiado) qué conducta estas dispuesto a cambiar para
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llegar a un acuerdo. Algunos comienzos de frases típicas pueden ser: "me gustaría que
...", "preferiría que me digieras que estén de mal humor y que no quieras hablar"

Paso 5.
Señala las CONSECUENCIAS positivas que se debe hacer si la otra persona mantiene el
acuerdo para cambiar. Algunas frases pueden ser: "y de esa manera ..." "para que hablar
hablar del tema más tranquilos"

En el caso de que sea necesario, señala a la otra persona que consecuencias negativas
proporciona si no hay cambio. Algunos comienzos de frases típicas son: "si haces ...."
"De lo contrario dejaré de estarte invitando".

Ejemplo:

Describir : Cuando respiro el humo de los cigarros que fumas ....

Expresar : Me siento mal, me molesta la garganta y me duele la cabeza ...

Especificar : Me gustaría que llegué a un acuerdo para que ambos nos sintiéramos bien,
que tú pudieras fumar y que yo no me tragase todo el humo. Por ejemplo, cuando tengas
ganas de fumar, puedes hacerlo en otra habitación.

Consecuencias positivas : De esta forma podría funcionar mejor y tener más tiempo libre
para compartir contigo ...

Consecuencias negativas : De lo contrario tendríamos que estudiar por turnos y


perderíamos mucho más tiempo los dos.

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3. HABILIDADES SOCIALES, VENTAJAS DURANTE EL PROCESO DE


COACHING Y POSTERIORMENTE.

3.1. VENTAJAS DURANTE EL PROCESO DE COACHING Y


POSTERIORMENTE.

El coaching modifica la actitud del empleado y le permite al coach, que sus esfuerzos
rindan beneficios específicos. A continuación mencionaremos algunos de los múltiples
beneficios que puede brindar un coaching efectivo.

 El coaching ayuda a desarrollar las habilidades del empleado. La meta del coaching
no es precisamente ayudar a los empleados a lograr ciertos grados de desempeño. Es
importante comprender que un éxito engendra otro e infunde la autoconfianza que
conduce a grados elevados de motivación y de desempeño en muchas tareas.
 El Coaching ayuda a diagnosticar problemas de desempeño. Cuando los empleados no
se desempeñan con eficiencia óptima, se tiene que averiguar la razón. El coach pide el
aporte del empleado para luego escucharlo, de esta manera se tiene mayores
probabilidades de hacer el diagnóstico correcto y es más probable que se obtenga la

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cooperación del empleado para llegar a una solución, si estos sienten que tienen poder y
capacidad para resolver problemas lo harán.
 El Coaching ayuda a corregir el desempeño insatisfactorio o inaceptable. Se encuentra
la fuente del problema y se decide cómo resolverlo, analizando la situación con un grupo
de empleados y permitiéndoles ayudar en acciones posibles.
 El coaching ayuda a diagnosticar un problema de comportamiento. Estos
son demasiados complejos. El coaching involucra a los empleados para que
definan la situación y averigüen si los comportamientos están obstaculizando el
desempeño.
 El coaching centra su atención en brindar accesoria y consejería apropiadas.
Los empleados piensan en sus carreras profesionales tanto dentro como fuera
de la organización, por ende merecen saber las reglas para guiarlos a sus
objetivos.
 El coaching brinda oportunidades para dar a conocer el aprecio. El coaching
proporciona oportunidades naturales para elogiar el buen trabajo y el esfuerzo decidido.
 El coaching estimula comportamientos de auto coaching. Cuando se brinda asesoría a
los empleados para enfrentar un desafío se le enseña a comprender la manera de tratar
problemas similares en el futuro, a medida que se le va aplicando coaching a los
empleados estos serán cada vez más competentes y comprometidos, agregando más valor
a la organización.
 El coaching mejora el desempeño y la actitud. A medida que se incrementa el
desempeño mediante el coaching también mejora su actitud. El coaching hace que los
empleados sean conscientes de que se preocupan por ellos y están comprometidos con
ayudarles a mejorar. Esto se traduce en el compromiso que ellos asumen y el entusiasmo
que muestran ante su trabajo y producen un desempeño mayor y una actitud mejor, todas
estas acciones van juntas y el coaching es el método que hace esto posible.

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4. HABILIDADES SOCIALES MÁS INTERESANTES. LA ASERTIVIDAD.

Asertividad

Se define como la habilidad para ser claros, francos y directos, diciendo lo que se quiere
decir, sin herir los sentimientos de los demás, ni menospreciar la valía de los otros, sólo
defendiendo sus derechos como persona.

La asertividad es una estrategia de comunicación que nos permite defender nuestros


derechos y expresar nuestra opinión, gustos e intereses, de manera libre y clara, sin
agredir a otros y sin permitir que nos agredan. Una conducta asertiva nos permite hablar
de nosotros mismos, aceptar cumplidos, pedir ayuda, discrepar abiertamente, pedir
aclaraciones y aprender a decir “no”.

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4.1. RESPUESTA ASERTIVA: TIPOS.

Asertividad positiva

La asertividad positiva consiste simplemente en expresar, con frases adecuadas y en el


momento preciso, algo positivo de otra persona. Esto abarca desde "te sienta bien tu
nuevo peinado" hasta "me gustó mucho lo que dijiste el otro día".

Respuesta asertiva elemental

Expresión llana y simple de los propios intereses y derechos. Las típicas situaciones en
las que es necesario utilizar esta forma básica de respuesta asertiva son interrupciones,
descalificaciones, desvalorizaciones, etc. Siempre que nos sintamos, de alguna manera,
"pisados" por otro u otros.

Cada persona deberá encontrar el tipo de frases con las que se sienta más cómodo para
expresar que no tolera ser pasado por alto y que tiene unos derechos. Lo importante es
que lo que se diga se haga en un tono de voz firme y claro, pero no agresivo.

Típicos ejemplos de respuesta elemental serían: "No he terminado de hablar y quisiera


hacerlo"; "por favor, no insistas, te he dicho que no puedo"; "¿me permites hablar un
momento? No lo he hecho hasta ahora"; "no me grites, yo tampoco lo estoy haciendo",
etc.

Respuesta asertiva con conocimiento (o asertividad empática)

Planteamiento inicial que transmite el reconocimiento hacia la otra persona y un


planteamiento posterior sobre nuestros derechos e intereses. Este tipo de respuesta se
suele utilizar cuando, por la razón que sea, nos interesa especialmente que la otra persona
no se sienta herida, pero tampoco queremos ser pasados por alto nosotros.

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Es una buena forma de parar un ataque agresivo ya que lo que hacemos es ponernos
primero en el lugar del otro, "comprendiéndole" a él y sus razones, para, después,
reivindicar que nosotros también tenemos derechos.

La respuesta sigue el esquema: "Entiendo que tú hagas...., y tienes derecho a ello, pero..."

Ejemplos serían: "entiendo que andes mal de tiempo y no me puedas devolver mis
apuntes, pero es que los necesito urgentemente para mañana"; "comprendo perfectamente
tus razones, y desde tu punto de vista tienes razón, pero ponte en mi piel e intenta
entenderme"; "entiendo que ahora no quieras acompañarme a la fiesta y, por lo que me
dices, tienes derecho a ello, pero yo lo tenía ya todo preparado para ir", etc.

Respuesta asertiva ascendente (o asertividad escalonada)

Elevación gradual de la firmeza de la respuesta asertiva. Más que una forma de respuesta
es una pauta de comportamiento. Cuando la otra persona no se da por aludida ante
nuestros intentos de asertividad e intenta una y otra vez ignorarnos a nosotros y nuestros
derechos, se hace necesario no "achantarnos y ceder terreno por no insistir"; sino
aumentar escalonadamente y con paciencia la firmeza de nuestra respuesta inicial.

Por ejemplo: "por favor, no me interrumpas" - "Te pedí antes que no me interrumpieras.
Me gustaría terminar lo que quería decir" - "Mira, ¿podrías no interrumpirme? - ¡No
puedo hablar!" - "Vamos a ver ¿puedo terminar de hablar o no me vas a dejar? -, etc. En
este punto conviene aclarar una duda que mucha gente se plantea: ¿qué ocurre si nos
encontramos con una persona que, por muy asertivo que uno sea, no responde a nuestros
intentos de asertividad y nos pisa constantemente o es agresivo?

La respuesta es muy clara: nosotros sólo podemos influir en la conducta de los demás
hasta un cierto límite. Más allá de ese límite, el problema ya no es nuestro, sino del otro.
Si un loco me ataca con un cuchillo por la calle, yo podré ser la persona más equilibrada
del mundo, que no podré evitar el ataque.

Igual ocurre con la asertividad: por muy asertiva que sea una persona, si su interlocutor
no le deja

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Tipos de respuesta asertiva serlo, poco le valdrán las técnicas que aplique. Lo que le tiene
que quedar es la conciencia tranquila de haber obrado correctamente por su parte. El resto
de la responsabilidad recaerá sobre la otra persona.

Asertividad subjetiva

 Descripción, sin condenar, del comportamiento del otro


 Descripción objetiva del efecto del comportamiento del otro
 Descripción de los propios sentimientos
 Expresión de lo que se quiere del otro

Este tipo de respuesta se utiliza en los casos en los que tenemos claro que el otro no ha
querido agredirnos conscientemente. Es un tipo de respuesta muy hábil, ya que, bien
aplicada, la persona a quien le digamos dicha respuesta no podrá decir nunca que la
hemos agredido.

Es mucho más efectivo exponer cómo algo que hace otra persona nos afecta, que atacar al
otro y echarle la culpa de lo que nos hace. Esta forma de respuesta asertiva se presta a ser
aplicada en situaciones de pareja, ante contrariedades por parte de algún amigo, etc. Se
utiliza, sobre todo, para aclarar situaciones que se vienen repitiendo desde hace un
tiempo. El esquema de respuesta sería:

o "Cuando tú haces..."
o "El resultado es que yo..."
o "Entonces, yo me siento..."
o "Preferiría..."

Respuesta asertiva frente a la no-asertividad o la agresividad.

 Hacerle ver a la otra persona cómo se está comportando


 Mostrarle cómo podría comportarse asertivamente.

Esta respuesta se utiliza sobre todo, como defensa ante ataques agresivos, pero también se
puede aplicar para aclarar dudas ante una persona que no es asertiva. Consiste,
simplemente, en salirnos del contenido de lo que estamos hablando, y reflejar a la otra
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persona cómo se está comportando y cómo su conducta está frenando una comunicación
asertiva.

Ejemplos podrían ser: "Veo que estás enfadado y no me escuchas. ¿Porqué no te paras un
momento y oyes lo que te quiero decir?".

"Así no estamos llegando a ninguna parte. Yo creo que deberíamos hacer turnos para
hablar, pero sin atacarnos".

"Como no me dices nada, me siento un poco confundida. ¿No podrías aclararme un poco
lo que quieres decir?".

4.2. DERECHOS RELACIONADOS CON LA ASERTIVIDAD:

Definimos derechos asertivos, como aquellos que los seres humanos asumimos y tenemos
por el sólo hecho de ser ser personas. Esto implica que son válidos para nosotros, pero
igualmente para todos lo demás. Ejercerlos implica lealtad hacia ti mismo y respeto hacia
los demás. Todo un aprendizaje y un ejercicio de equilibrio.

Manuel J. Smith es profesor adjunto de psicología clínica en la Universidad de California


en Los Ángeles, propuso diez derechos asertivos básicos.

Derecho a ser tu propio juez

Es el principal derecho asertivo y de él se deriva el resto. Ser tu propio juez implica el


derecho a tener tu propia opinión, tu propio sistema de valores y creencias y actuar en
consecuencia. Esta actitud conlleva asumir que eres el máximo responsable de tu vida, así
como que puedes elegir cómo pensar, cómo sentir y actuar en cada situación, liberándote
así de los mandatos sobre lo que se debe o no se debe hacer.

Ser tu propio juez significa también poder expresar a los otros lo que sientes y piensas y
afrontar que no les guste.

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Derecho a elegir si nos hacemos responsables de los problemas de los demás

Esto implica tratar de respetar nuestros intereses al igual que los de las otras personas
intentando buscar soluciones que conjuguen esta fórmula siempre que sea posible.
Lógicamente, habrá situaciones en que ambos entrarán en conflicto y tenemos derecho a
anteponer nuestras necesidades a las de los demás.

El derecho a elegir si queremos dar o no explicaciones

Si eres tu propio juez y te comportas según tus valores, pensamientos y opiniones, no


tienes por qué justificarte ante los otros, en el sentido de intentar convencer a nadie.

Obviamente, las otras personas también tienen el derecho asertivo de poder expresar su
opinión sobre si les gusta o no lo que estás haciendo. En ese punto, la mejor fórmula es si
es posible llegar a un acuerdo. En caso contrario, puedes respetar tus preferencias u optar
por las de ellos si es eso lo que decides.

Derecho a cambiar de opinión

Dado que cualquier situación puede ser vista desde múltiples puntos de vista y que la
realidad está en permanente cambio, una persona asertiva tiene derecho a cambiar de
opinión.

Derecho a cometer errores.

Se trata de uno de los derechos asertivos de mayor dificultad cuando caemos en la auto
exigencia. Una actitud asertiva implica juzgarnos a nosotros mismos por los errores que
cometemos, asumiendo que fallar es humano, es decir, algo normal y aprendiendo con
responsabilidad del error para evitar cometerlo en situaciones futuras, pero liberándonos
de las culpas asociadas.

Derecho a decir “no lo sé”

¿Podemos saber todo? No. Por tanto, ejercer este derecho conlleva darse permiso para
preguntar con tranquilidad sobre aquellas cosas que dudamos, no tenemos claro o no
comprendemos. No estamos obligados a tener respuestas para todo.
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Derecho a no necesitar la aprobación del otro

Estamos ante uno de los derechos asertivos más importantes para conseguir armonía y
plenitud en las relaciones personales. A todos nos gusta agradar a las personas es
imposible poder agradar a todo el mundo. Conviene que de una forma asertiva aceptemos
que hay personas a las que no les gustaremos de igual manera que a nosotros no nos gusta
todo el mundo.

Condicionar nuestras acciones a la finalidad de gustar al otro, puede llevarnos a no ser


fieles a nosotros mismos, a nuestros principios, a nuestros valores. Como señala Smith:
“Nunca seremos libres si no somos capaces de arriesgarnos a hacer lo que deseamos,
incluso si esto puede llevar consigo la antipatía del otro”.

Derecho a tomar decisiones ilógicas

Esto está relacionado con el primero de los derechos asertivos, el de ser nuestro propio
juez. Tenemos derecho a elegir nuestros objetivos, a tomar decisiones al respecto que
pueden escapar a la lógica de otros, de la mayoría, pero que son coherentes con nuestros
criterios y valores.

Derecho a no comprender las expectativas ajenas

Ser asertivos significa que no tenemos la obligación de adivinar lo que los otros necesitan
y esperan de nosotros. Es difícil descifrar expectativas ajenas y además, cuando nos
embarcamos en ellos podemos cometer muchos errores.

El derecho a no ser perfecto

Y por tanto a no querer intentar la perfección… Intentar mejorar es positivo pero también
lo es asumir que queramos progresar pero que no nos interese alcanzar la perfección. La
actitud asertiva pasa por que cada uno de nosotros juzgue y valide sus metas.

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4.3. TÉCNICAS ASERTIVAS.

Técnica del disco roto/rayado: Repetir nuestro punto de vista con tranquilidad,
manifestando acuerdo, sin dejarse ganar por otros aspectos. Por ejemplo, utilizando frases
como…Sí, pero… Sí, lo sé, pero mi punto de vista es… Estoy de acuerdo, pero…

Técnica del acuerdo asertivo: Responder a la crítica que nos realizan admitiendo que
hemos cometido un error, pero separándolo del hecho de que seamos una buena o mala
persona. Por ejemplo: Sí, no he realizado la tarea que me comentaste, la verdad es que
suelo ser más responsable, no volverá a ocurrir.

Técnica de la pregunta asertiva: Consiste en pedir explicación de la conducta que hemos


manifestado para obtener información con la que defendernos de los reproches
injustificados. Por ejemplo: entiendo que te hayas sentido molesto por lo que dije el otro
día, pero ¿qué es lo que realmente te molestó?

Técnica de ignorar: Se trata de ignorar la razón por la que el usuario parece estar
enfadado y aplazar la discusión hasta que éste se haya calmado. Por ejemplo: siento que
ahora mismo estás bastante enfadado y vamos a decir cosas de las que luego nos
arrepentiremos, mejor dejamos este tema para otro momento en el que estemos más
calmados.

Técnica de claudicación simulada: Aparentar ceder terreno sin cederlo realmente, es


decir, mostrarse de acuerdo con el argumento de la otra persona pero no consentir en
cambiar de postura. Por ejemplo: lo que dices puede ser cierto, pero…

Técnica del quebrantamiento del proceso: Responder a la crítica que intenta provocarnos
con una sola palabra o con frases cortas sin significado. Por ejemplo: sí, no, de acuerdo,
es posible…

Técnica de la ironía asertiva: Responder positivamente a la crítica hostil. (Responder a


«Eres un fanfarrón» con un «Gracias».)

Técnica del aplazamiento asertivo: Aplazar la respuesta a la afirmación que intenta


desafiarnos hasta que nos sintamos más tranquilos y capaces de responder a ella

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apropiadamente. Por ejemplo: en este momento no me encuentro en disposición de hablar


de este tema.

4.4. TÉCNICA PARA PROCESAR EL CAMBIO.

Discutir con la otra persona lo que ha sucedido en el momento actual, centrándonos en el


presente y en los hechos originarios del problema surgido y evitando generalizar.

Lo que hace esta técnica es desplazar el foco de atención hacia el análisis de lo que ocurre
entre el que está hablándote y tú, dejando a un lado el tema principal de la discusión. Nos
salimos del contenido del debate y pasamos a verlo desde fuera.

Ejemplo ante una situación tensa: “¿No te parece que nos estamos saliendo de la
cuestión?, ¿por qué crees que hemos llegado a este punto de enfrentamiento?, ¿no te
parece que estamos demasiado enfadados ahora?, etc.”

Por ejemplo: creo que estamos desviando el tema del que hablábamos, mejor nos
centramos en dar solución a este problema.

4.5. ESTRATEGIAS PARA LIMITAR LA ASERTIVIDAD.

Muchas veces nos encontraremos con personas que quieren limitar nuestras respuestas,
comentarios, ideas o propuestas asertivas. Frente a esto tenemos una serie de opciones,
vamos a ver las más usuales.

• Reírse. Se produce al responder a nuestros comentarios, ideas o reivindicaciones con


chistes o frases que busquen el desprestigio. Para contrarrestarlo podemos utilizar las
técnicas del “disco rayado” o la de “procesar el cambio”.

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• Culpar. Nos hacen responsables y culpables del problema que se esté produciendo. Ej.
“Siempre abres tarde y luego yo tengo que colocar todo corriendo”. A esto podemos
responder expresando nuestra inconformidad o usando la técnica del “banco de niebla”.

• Atacar. Se trata de responder a una afirmación con un ataque personal. Ej. "¿Quién te
crees que eres al molestarte porque un cliente te pida que le ayudes?". Ante esto existen
varias opciones interesantes, como utilizar la teoría “ignorar” o “el disco rayado”.

• Retrasar. Se produce normalmente ante una reivindicación que es contestada con un


“Ahora no puedo, estoy muy ocupado”. Frente a esto, lo mejor es acordar una fecha para
poder exponer lo que pensamos tranquilamente.

• Interrogar. Utilizando interrogaciones se intenta conseguir un bloqueo en las


afirmaciones, pudiendo incluso llegar a las contradicciones. “No lo entiendo, ¿por qué
piensas eso?”, “¿Ya no quieres abrir nunca más?" Frente a esto podemos utilizar la
técnica de “procesar el cambio”

• Autocompasión. Se trata de intentar utilizar la autocompasión cuando, frente a un


comentario, idea o exposición de consideraciones, la respuesta es llorar, acusar de ser una
mala persona, egoísta, que busca destruir, etc. La opción más viable es seguir con el
guión planteado, intentando entender su situación, pero recalcando que es necesario la
ejecución de lo que se dice.

• Sutilezas. La intención es centrar la atención en la legitimidad de los sentimientos o la


magnitud del problema, buscando desconcentrarnos y distraernos. Ante esto lo más viable
es utilizar la técnica de “procesar el cambio”, para reconducir la conversación hacia el
tema que nos interesa.

• Amenazar. La estrategia es fácil, amenazarnos utilizando para ello comentarios como


“Si sigues abriendo tarde vas a tener que buscar otro trabajo”. Para lo que podemos
responder utilizando la técnica de “la pregunta asertiva”, “procesar el cambio” o
“ignorar”.

• Negar. Se trata de hacer creer que nos equivocamos. Para contrarrestar este intento de
bloqueo podemos expresar frases como: “Quizás yo esté equivocado pero he visto
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que….”Como vemos, en muchas ocasiones nos encontraremos con barreras y dificultades


para aplicar la asertividad a las que tenemos que responder con firmeza, serenidad y
paciencia, utilizando algunos de los consejos que acabamos de aprender.

HABILIDADES SOCIALES. LA ESCUCHA ACTIVA

1. Introducción.
La escucha activa y efectiva es un hábito como así también es la base para una
comunicación efectiva.
La escucha activa se focaliza intencionalmente en la persona que uno escucha, ya sea en
un grupo o sólo dos personas, para comprender lo qué se está diciendo. Como oyente,
debería ser capaz de repetir en sus propias palabras lo que la otra persona haya dicho.
Esto no implica estar de acuerdo con lo que el otro está diciendo, sino comprender lo que
se dice.

2. ¿Por qué es importante escuchar activamente?


“Escuchar es el acto más importante de la comunicación”.
Oír significa percibir sonidos a nuestro alrededor a través del sistema auditivo. Esta
capacidad de percepción, con la que se nace, no tiene una intención en particular. Durante
el día podemos oír muchas cosas pero es probable que no recordemos ninguna en
particular. Por el contrario, escuchar es algo que se aprende y requiere una disposición de
la atención y un genuino interés por lo que se escucha. Las personas que saben escuchar
alcanzan un mayor éxito en su vida profesional y en sus relaciones personales que las que
se limitan a sólo oír.

2.1 Aprender a escuchar:


Por evidente que parezca, para aprender que escuchar lo primero que hay que saber es
guardar silencio. Las personas ansiosas por contar su propia anécdota o dar su opinión
antes de que termine quien está hablando se delatan como malos escuchas. No hay nada
más molesto que conversar con alguien que te interrumpe constantemente e incluso te
cambia el tema a su antojo. Así que el primer paso para aprender a escuchar y con ello
lograr una comunicación más efectiva es controlar las ganas de hablar.
Otro aspecto muy importante es la empatía, la capacidad de comprender lo que se nos
dice y entender la perspectiva del otro. Escuchar es un acto de generosidad porque
implica dejar de lado el egocentrismo y exige apertura.
Ejercitar nuestra capacidad de escucha cada día nos permitirá relacionarnos mejor con
nuestro entorno y es una de las mayores muestras de verdadera solidaridad.

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3. ¿Cómo se practica la escucha activa?


El filósofo griego Zenon de Elea escribió que “si la naturaleza nos dio dos ojos, dos oídos
y una sola boca, es para vernos y oírnos el doble de lo que hablamos”. Sin embargo,
aunque muchas personas consideran que saben escuchar, lo cierto es que son pocos los
profesionales que realmente practican la escucha activa.
El conferenciante y fundador de la consultora de reputación empresarial The Sound
Agency Julian Treasure ha desarrollado un acrónimo, el método RASA, para englobar los
cuatro niveles que rodean la escucha activa.

Recibir, Apreciar, Sumariar, Averiguar (preguntar).


Si conseguimos poner en práctica estos cuatro elementos, garantizaremos una
comunicación eficaz. Para facilitar su desarrollo, Treasure expone, en la charla TED 5
ways to listen better, varios consejos de escucha activa:

Participación no verbal. Debemos prestar atención al emisor, lo que supone mantener la


concentración en su persona, y no en los individuos que pasen por alrededor o el paisaje.
El hecho de que esté hablando no significa que nosotros podamos ‘desconectar’. Al
contrario, al comunicarnos, debemos mantener la mirada en el interlocutor, ofreciendo
gestos o palabras que refuercen nuestra escucha, como un asentimiento o una pequeña
interjección.
Concentrarse en todo el mensaje. Si queremos obtener una imagen fidedigna de lo que el
emisor nos quiere trasladar, es necesario ser conscientes de su lenguaje verbal y no
verbal. Pequeños cambios en la voz, la postura, las emociones que reflejan, etc., son una
importante fuente de información a la que debemos recurrir.
No juzgar. Practicar la escucha activa no significa que tengamos que mostrar nuestra
opinión con cada idea que exponga el interlocutor, sino que lo importante es recabar la
información sin someterla a un juicio de valor.
Tolerar el silencio. Mucha gente se siente incómoda cuando hay pausas durante una
conversación, pero debemos aprender a diferenciar y aplicar los silencios, pues en algunas
ocasiones favorecen la reflexión por ambas partes.
Parafrasear. Repetir las últimas palabras del emisor, reformular su mensaje en función de
lo que hemos entendido o compelerle a continuar el tema por donde lo ha dejado son
buenas fórmulas para demostrar a la otra persona que estamos siguiendo la conversación
y nos interesa lo que nos cuenta.
Preguntar sobre él. Uno de los errores más comunes cuando nos llega la hora de intervenir
es darle la vuelta a la conversación y poner el foco en nosotros, en lugar de en el otro
individuo. Por ello, es recomendable sustituir el “Te entiendo. A mí me ocurrió lo mismo
cuando…” por el “Puedo imaginar cómo te sientes. ¿Qué vas a hacer a partir de ahora?”.

4. El proceso de escucha activa

Un proceso es la sucesión de una serie de eventos que acontecen unos tras otros con un
determinado fin. Aplicando este concepto a la escucha, obtendremos el proceso de
escucha activa. El proceso de la escucha activa es una serie de actos encadenados
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lógicamente para obtener la totalidad del mensaje, interpretando el significado correcto


del mismo.

El proceso de la escucha activa se compone de seis fases:

4.1 Preparación

En la preparación nos predispondremos mental y físicamente para prestar la atención


necesaria durante la entrevista. En la preparación tendremos presente tres aspectos: la
elección del momento y el lugar para la comunicación, la recopilación y el análisis de la
información sobre nuestro interlocutor y presentar una actitud positiva hacia la escucha.

4.2 Posición y mirada

A lo largo de la entrevista presentaremos una posición adelantada, avanzando el cuerpo


desde la cintura y miraremos fijamente a los ojos de quien nos habla. Además,
respetaremos la distancia con nuestro interlocutor teniendo en cuenta el tipo de relación
que tenemos con él.

4.3 Reforzar al interlocutor

Aplicaremos una serie de técnicas para demostrar a nuestro interlocutor que le prestamos
atención. Estas técnicas son: el refuerzo positivo, la paráfrasis, la reformulación, la

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ampliación, la técnica de las preguntas, el silencio, asentir con la cabeza y las expresiones
faciales.

4.3 Observar el lenguaje no verbal

Durante el proceso de escucha activa observaremos su lenguaje no verbal, es decir, sus


gestos corporales, sus expresiones faciales y sus características de la voz, tales como el
tono, la intensidad y el ritmo.

4.4 Obtener las ideas principales

Detectaremos las palabras clave que sustentan el mensaje de nuestro interlocutor.


Relacionaremos dichas palabras clave para extraer las ideas principales del mensaje.

4.5 Retroalimentación

Finalmente, mediante la retroalimentación transmitiremos a nuestro interlocutor el


resumen del mensaje que hemos escuchado, demostrándole que hemos interpretado
correctamente su mensaje.

Conociendo en profundidad el proceso de la escucha activa y practicando sus técnicas,


lograremos desarrollar nuestra capacidad de escucha activa.

5. Los enemigos de la comunicación desde el punto de vista de la Escucha Activa.

ESCUCHA ACTIVA

La primera responsabilidad del comunicador es aprender a ser un buen oyente, y más aún,

ser “escucha activo”, lograr el entendimiento de ideas y tal vez también la empatía, saber

escuchar activamente es una práctica de comunicación que exige responsabilidad en

cualquier situación, ya que puede ayudar a generar intercambio de información precisa,

estableciendo una gran fidelidad en la transmisión y recepción de las ideas que contienen

los mensajes; la empatía nos permite aprender a reconocer los probables efectos en

nuestro encuentro comunicativo.

Pero existen algunos enemigos de la comunicación que debemos evitar:


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5.1. - Perdernos en divagaciones mentales.

Las personas somos capaces de pensar mucho más rápido de lo que somos realmente

capaces de escuchar y también más rápido de lo que somos capaces de hablar. Por ello, si

no focalizas tu atención al discurso de quien tienes delante, corres el peligro de distraerte.

Trata de recordar y te darás cuenta que, en la mayoría de las ocasiones, dejaste de prestar

suficiente atención, e incluso desconectaste, debido a tus propios pensamientos.

5.2. - No evitar distracciones ambientales.

Quizás este sea uno de los errores al que le damos menor importancia, o que de una u otra

manera justificamos. Una llamada de teléfono, una notificación en nuestro dispositivo

móvil, etc., son barreras en la comunicación que impiden realizar una escucha activa.

Si además caes en el error de dar prioridad a la distracción sobre la actividad de escuchar

lo que te tienen que decir, podría verse como una falta de respeto hacia tu interlocutor.

5.3 .- Centrarnos en lo menos importante.

A veces estamos escuchando a alguien, y terminamos dando mayor importancia y

centrando nuestra atención en pequeños detalles de la conversación que nada tienen que

ver con lo que realmente están tratando de transmitirnos.

Seguro que no sería la primera vez que te has perdido en lo trivial de una conversación, y

no has logrado entender por qué a tu interlocutor le importa lo que le importa.

 Prejuicios ¿realmente estás escuchando?

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No sería la primera vez que alguien dice estar escuchando pero en realidad, antes de

comenzar la conversación ya se había formado una idea de lo que estaba ocurriendo o de

lo que iba a ocurrir.

Sin embargo, deberías preguntarte el impacto que tienen tus propios prejuicios en la

conversación. Probablemente te darás cuenta es más importante de lo que imaginabas.

Si tus prejuicios determinan el nivel de escucha activa que estás dispuesto a alcanzar,

estás transmitiendo que sólo tu forma de pensar es la correcta, y jamás podrás entender

realmente a la otra parte.

5.4 .- Tratar de adelantarnos a lo que nos dicen.

Puedes caer en el error de pensar que puedes ir por delante de lo que te están diciendo, ya

que puedes pensar más rápido de lo que escuchas, o te crees capaz de hacer ambas cosas a

la vez.

Eso no es escucha activa. Lo que estabas haciendo era escuchar con la mente dirigida al

final de la conversación, y aunque no te dieras cuenta, es probable que sólo estuvieras

prestando atención a lo que te interesaba para reforzar la respuesta que estabas

elaborando.

5.5 .- Dirigir la conversación a nuestro terreno.

Encorsetar la entrevista con un esquema ya fijado de antemano, o guiar la conversación,

de forma que consigas dirigir a la otra persona hacia tu punto de vista, puede ser efectivo

en determinadas ocasiones, pero no es escuchar.

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Haciendo esto no estarías creando el espacio adecuado para que la otra parte se expresase

libremente, en ese espacio sólo se hablaría de lo que tú fueras buscando.

5.6 .- Ser víctima de tus propios prejuicios.

Todos tenemos prejuicios sobre el mundo que nos rodea, lo que también incluye a las

personas que están en él. Esto puede afectar mucho a la disposición que adoptes a la hora

de escuchar la opinión y las ideas de otra persona, dependiendo de los prejuicios que

tengas sobre ella.

Aparta esos prejuicios que nublan tu visión de las cosas cuando te sientes a escuchar a

alguien, si no corres el riesgo de caer en el error de escuchar lo que estas predispuesto a

escuchar.

 Pasar de la escucha, al monólogo.

Si el objetivo es escuchar lo que otras personas tienen que decirte, ya sean sus opiniones o

sus experiencias en un determinado campo, no puedes caer en el error de enamorarte del

sonido de tu propia voz.

Si el objetivo del encuentro es escuchar lo que tienen que decir esa persona o personas, lo

ideal es que dediques el menos el 70 u 80 % del tiempo a escuchar.

Se trata de tú practiques la escucha activa, para aprovechar todo lo que esas personas

pueden ofrecerte, no de hacerte con una audiencia que se deleite con tu voz.

5.7 .- Tratar de “ganar” la conversación.

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En ocasiones lo que comienza siendo una entrevista con tu equipo, para escuchar sus

inquietudes, termina convirtiéndose en una lucha verbal, en la cual tu objetivo pasa a ser

ganar la discusión, tratando de hacer prevalecer tus ideas sobre las suyas.

Haciendo esto sólo vas a conseguir perder la gran cantidad de información y experiencia

que tu equipo puede ofrecer, y dará la sensación que no te importa lo que pretenden

decirte.

5.8 .- Interrumpir.

No puede ser que interrumpamos constantemente a quien se sienta frente a nosotros para

exponernos su opinión sobre algo, o para lo que sea. Da igual el motivo por el que creas

que interrumpir lo que dice la otra persona está justificado.

Una vez más, si haces esto estás transmitiendo a tus colaboradores que no te importa lo

que te están diciendo, y que sólo te interesa escucharte a ti mismo.

5.9 .- No dejar hablar.

Si lo que estás tratando de hacer es practicar la escucha activa carece de toda lógica

avasallar verbalmente a quienes forman parte de tu equipo, o a una persona con la que

hayas concertado un encuentro, impidiéndole de esta manera expresar su postura.

Si en realidad no quieres escuchar lo que los demás tienen que decirte no preguntes,

ejercerás tu liderazgo como un dictador pero al menos lo harás con coherencia.

 Por qué la escucha activa.

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Practicar la escucha activa, cuando te sientes a hablar con los miembros de tu equipo, te

ayudará a entender mejor lo que les preocupa realmente, y así dar una mejor solución a

los problemas que se les vayan presentando.

Te proporcionará información de gran interés para tu liderazgo, como por ejemplo las

experiencias que cada uno de tus seguidores pueden aportar al conjunto, o los

conocimientos disponibles para el colectivo.

También actúa como un refuerzo positivo para tu personal, que siente que sus ideas y sus

propuestas son escuchadas y tienen cabida, y que el líder está abierto a la crítica

constructiva. Es fundamental para estrechar la relación con quienes forman tu equipo, y

para ganarte su confianza.

Es una otra manera de motivar a tu equipo, es otra forma de hacerles ver que lo que tienen

que decir te importa. Que ellos son importantes para ti.

6. Barreras para la escucha activa.

 Comparar: Este efecto ocurre cuando el receptor mientras escucha se esta intentando
comparar con el emisor.
 Leer el pensamiento: El receptor juega a adivinar que piensa el emisor mientras habla.
 Ensayar: Antes de que el emisor acabe de hablar, el receptor ya esta ensayando lo que
va a decirle, con lo cual no tiene tiempo suficiente para escuchar lo que esta diciendo.
 Filtrar: El receptor selecciona solo aquello que le interesa, por lo que unas cosas se
escuchan y otras se pasan por alto.
 Juzgar: Se trata de no escuchar a la persona que se ha prejuzgado.

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 Soñar: Mientras el emisor explica un acontecimiento que al receptor le recuerde a


algo que haya vivido, este se desplaza con el pensamiento a ese recuerdo y se pierde en
divagaciones.
 Identificarse: Cuando el emisor explica una cosa que recuerda al receptor, es muy
común que este se lance a explicar su experiencia, antes de dejar que el otro explique la
suya.
 Aconsejar: A menudo existe una precipitación en aconsejar a alguien sin apenas haber
oído todo lo que la persona tiene que contar.
 Discutir: Las personas discutidoras parecen estar buscando continuamente la ocasión
para no estar de acuerdo en algo y se centra solo en lo que ellos piensan.
 Llevar siempre la razón: En general hay personas que se muestran muy reacias a
aceptar diferentes puntos de vistas y se crean siempre una posición absoluta de la razón.
 Cambiar de conversación: Cuando el tema de conversación aburre o hace sentir
molesto al receptor, este suele cambiar repentinamente de tema.

7. La escucha activa, el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal.

Lenguaje verbal.

Mediante las técnicas de escucha activa del lenguaje verbal conseguimos que nuestro

interlocutor sé de cuenta que le mostramos atención, que le escuchamos activamente.

Estas técnicas son:

 Refuerzo positivo: alentamos a nuestro interlocutor para que continúe hablando con
frases o palabras como sí, de acuerdo, muy bien, estupendo, desde luego, vale, entiendo,
ya, escucho…
 Paráfrasis: repetimos las mismas palabras que hemos escuchado, con franqueza, sin
ironía o mala intención. Evitar interrumpir. Aplicar cuando nuestro interlocutor haga una
pausa. Distintas opciones son:

* Lo que dices es…

* He comprendido que…

* Resumiendo….

* Entiendo que…

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 Implicación: expresar cuestiones que se deducen de lo escuchado, sin manipular el


mensaje. Buscamos la explicación de las cosas, respetando las ideas del otro, sin proponer
las propias. Todo esto no quiere decir que coincidamos con el mensaje íntegro de nuestro
interlocutor. Utilizar frases como:

* De eso deduzco que…

* Lo que dices significa…

* Entonces, deberíamos hacer…

* Eso ayudará para…

 Solicitar ampliación: pretendemos que nuestro interlocutor se extienda sobre lo dicho


como prueba de interés y clarificación. Se pueden usar frases como:

* Preséntame un ejemplo…

* Amplíame esa idea…

* Háblame a cerca de esa idea…

 Hacer preguntas: es una forma práctica de asegurarse haber captado las ideas. Al
preguntar sobre temas de interés del mensaje, demostramos que prestamos atención.
Preguntando nos beneficiaremos con las respuestas, sea para reiterarse o aclarar mejor los
conceptos. Es aconsejable preguntas abiertas como qué, para qué, por qué, cuándo, cómo,
dónde, quién…
 Silencio: detente antes de responder. Muchas veces, si esperas antes de responder,
nuestro interlocutor continuará hablando y te brindará más información que puede
resultarte útil o interesante.

Lenguaje no verbal.

Mediante las técnicas de escucha activa del lenguaje no verbal, utilizando el lenguaje de

nuestro cuerpo, conseguimos que nuestro interlocutor sé de cuenta que le mostramos

atención, que le escuchamos activamente. Estas técnicas son:

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 Refuerzo positivo corporal: encarar completamente el cuerpo hacia el suyo. Nuestro


cuerpo debe ser un reflejo del suyo. Evitar girar la cabeza. Cuando escuchamos, lo
hacemos desde una posición adelantada, avanzando todo el cuerpo desde la cintura. Al
hablar, recuperamos la posición.
 Mirada: la mirada fija sobre el rostro de nuestro interlocutor, a ser posible sus ojos,
sin bajar de la línea de la base de la nariz. Mirar a los labios o más bajo puede molestar.
Si observamos que la mirada fija molesta al otro, podemos darle pausas de vez en cuando,
bajando la vista. Se debe evitar mirar hacia arriba o a los lados.
 Asentir con la cabeza: mover la cabeza dando aprobación, diciendo sí con el gesto.
Nuestro interlocutor interpretará que le escuchamos, le comprendemos, le prestamos
atención.
 Gestos de la cara: debemos expresar con los gestos de la cara la emoción adecuada al
mensaje de nuestro interlocutor. Si es gracioso, reír. Si es triste, una expresión
compungida… etc.

8. Claves para una Escucha Activa Eficaz.

 Mostrar prisa o impaciencia. Hay posturas y gestos que denotan impaciencia como
tintinear con los dedos, consultar el reloj constantemente, tener el cuerpo en posición de
salida, etc.
 No interrumpir lo que se está haciendo. Si estamos tomando notas o escribiendo
alguna cosa y dejamos de hacerlo no quiere decir que dejemos de escuchar. Por ejemplo,
los periodistas que están en una rueda de prensa, un camarero que toma nota, etc. están
escuchando aunque estén tomando notas. En otros casos, sí que se debe dejar de hacer
algo para prestar atención. Depende de la situación y las circunstancias.
 Mirar a la cara. Cuando alguna persona nos está escuchando suele mirarnos a los ojos
o, al menos, a la cara. Si miran hacia otro lado suele ser síntoma de falta de atención.
 Abrir el canal visual. No solo tiene que mirar la persona que escucha también debe
mirar la persona que habla para establecer este canal de comunicación visual.
 Empatía Intercambiar emociones. Es bueno que tanto la persona que habla como la
que escucha compartan emociones. Es decir, expresar de forma gestual ese interés por lo
que está contando.
 Movimientos de la cabeza. Una persona que escucha atentamente suele mover la
cabeza asintiendo y haciendo otro tipo de movimientos con la cabeza que denotan
atención. También ladeando la cabeza.
 Emitir algún sonido. Además de mover la cabeza se pueden hacer determinados
sonidos que no llegan a ser palabra. Hum, aja, ah, oh, etcétera.
 Parpadear. El parpadeo suele ser una señal de atención de una persona que escucha de
forma activa. El ritmo del parpadeo y la apertura de los ojos son señales también de una
escucha atenta.

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 Gestos del rostro. Torcer la boca, sonreír de forma irónica, etc. son gestos que pueden
indicar que nos escuchan aunque sea de una forma poco seria.
 Mantener una buena postura. Si alguien apoya su cabeza sobre la mano, se deja
"escurrir" sobre el asiento, etc. puede denotar una falta de interés, un aburrimiento... que
no pierde la atención y no nos escucha al menos de forma muy activa.

9. LA EMPATÍA.

La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando

experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. La palabra

empatía es de origen griego “empátheia” que significa “emocionado”.

La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente relacionada con

el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la capacidad de ayudar.

Cuando un individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento de los demás poniéndose en

su lugar, despierta el deseo de ayudar y actuar siguiendo los principios morales.

La capacidad de ponerse en el lugar del otro, que se desarrolla a través de la empatía,

ayuda a comprender mejor el comportamiento en determinadas circunstancias y la forma

como el otro toma las decisiones.

 La persona empática.- se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra


persona. Es saber escuchar a los demás, entender sus problemas y emociones. Cuando
alguien dice "hubo una empatía inmediata entre nosotros", quiere decir que hubo una gran
conexión, una identificación inmediata.
 La empatía.- es lo opuesto de antipatía ya que el contacto con la otra persona genera
placer, alegría y satisfacción. La empatía es una actitud positiva que permite establecer
relaciones saludables, generando una mejor convivencia entre los individuos.

Empatía en psicología

Según la psicología, la empatía es la capacidad psicológica o cognitiva de sentir o percibir

lo que otra persona sentiría si estuviera en la misma situación vivida por esa persona.
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Empatía como valor

La empatía puede ser vista como un valor positivo que permite a un individuo

relacionarse con las demás personas con facilidad, y agrado, siendo importante el

relacionamiento con los otros para mantener un equilibrio en su estado emocional de vida.

Por otro lado, la empatía permite a una persona comprender, ayudar y motivar a otra que

atraviesa por un mal momento, logrando una mayor colaboración y entendimiento entre

los individuos que constituyen una sociedad.

Empatía y asertividad

En primer lugar, la asertividad es expresar en el momento propicio, y de manera

apropiada las ideas y sensaciones tanto positivas como negativas en relación a una

situación.

Por lo tanto, la empatía y asertividad son habilidades de la comunicación que permiten

una mejor adaptación social, a pesar de que ambas habilidades presentan diferencias.

El individuo asertivo defiende sus propias convicciones, en cambio el individuo empático

entiende las convicciones de las demás personas. A pesar de ello, se debe de respetar y

tolerar todas las ideas que surgen en la discusión con respecto a una situación

determinada.

10. ¿Es usted una Persona Asertiva?

¿Qué caracteriza a las personas asertivas? Los siguientes 10 rasgos son característicos de

las personas asertivas. ¿Te atreves a conocerlos?

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1. Tienen confianza en sí mismos

Las personas asertivas confían en sí mismas y no tienen miedo a mostrarse de esta

manera. Por contra, las personas inseguras suelen ponerse un caparazón y estar a la

defensiva. Además, las personas que no son asertivas dejarán que otras personas decidan

por ellas, pues tienen serias dificultades para mostrar su punto de vista y decir “no.”.

2. Respetan la opinión de los demás

Y puesto que este tipo de personas se sienten confiadas, también son capaces de aceptar

las opiniones y las creencias de los demás. Eso no quiere decir que las compartan,

simplemente saben que cada uno tiene su propia opinión.

3. Validan las emociones de los demás

La validación emocional es un proceso de aprendizaje, entendimiento y expresión de la

aceptación de la experiencia emocional de otro individuo. Es clave porque mejora las

relaciones interpersonales, pues el otro individuo se siente entendido respecto a lo que

siente y favorece la verbalización de lo que piensa. Las personas asertivas son expertas a

la hora de validar emocionalmente a los demás, lo que provoca un incremento de la

confianza entre los dos actores de la relación.

4. Escuchan activamente

Los individuos asertivos escuchan, escuchan de verdad. No solo eso, sino que escuchan

de forma activa. ¿Qué quiere decir eso? Pues que prestan atención no solo a lo que la otra

persona dice, sino lo que siente y lo que expresa emocionalmente. Esto lo consiguen con

un contacto visual correcto, sin interrumpir a la otra personas y validando

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emocionalmente al otro interlocutor para confirmar que ha recibido la información verbal

y no verbal de manera correcta.

5. Se conocen a sí mismos

Las personas asertivas se conocen a sí mismas y saben el camino que siguen en la vida.

Son personas conscientes que tienen un gran autoconocimiento. Entienden sus emociones

por lo que no les temen.

6. Se aceptan incondicionalmente

Una de las claves de la confianza en sí mismos es que no piensan en lo que los demás

piensan de ellos. Eso sucede porque se aceptan tal y como son y, por tanto, se abren ante

los demás sin esperar nada a cambio. Tienen una gran fuerza interior, y esto les permite

ser más exitosos en sus vidas.

7. Eligen a sus amistades

Este tipo de personas suelen elegir a quién les va a acompañar en su viaje por la vida. Al

menos, en lo posible, se alejan de las personas tóxicas pues permiten entrar en su vida a

aquellas personas que realmente se merecen ser sus amigos.

8. Conocen sus limitaciones pero luchan con todas sus fuerzas

Además de aceptarse incondicionalmente, aceptan también sus limitaciones. Ahora bien,

estas personas luchan con todas sus fuerzas por realizar sus deseos, pues son fieles a sus
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ideales. Esto les convierte en unas personas comprometidas. Para poder aceptar a los

demás, primero hay que aceptarse a uno mismo.

9. Saben regular sus emociones

Saber regular las emociones y tener un gran control emocional es determinante a la hora

de relacionarse con los demás. Y las personas asertivas saben comprender y manejar

adecuadamente sus sentimientos y los de los demás... Esto les permite saber qué necesita

la otra persona, y adecuar su tono y mensaje a las circunstancias.

10. Afrontan los conflictos de manera serena

Por tanto, esto les ayuda a afrontar los conflictos con otros individuos de manera calmada.

No experimentan más ansiedad que la necesaria cuando se relacionan con otros y son

capaces de enfrentarse calmadamente a los conflictos. No solo eso, sino que también

aprenden de los fracasos o los éxitos porque saben que son parte de la vida.

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