Sei sulla pagina 1di 5

1) Podría afirmase que el alodio es un bien que en cierto modo queda fuera de las

estructuras señoriales en cuanto que por lo general se trataba de la tierra que se


encontraba exenta del pago de la renta por su usufructo cayendo por tanto en la categoría
de libre. Su naturaleza particular en el periodo feudal se debe a su origen dado que es un
patrimonio (allodium) habitualmente heredado1 y que es mantenido de forma directa por
sus propietarios en sus sucesivas transferencias sin intervención alguna de una
dependencia externa. Aunque no por esto debe entenderse por alodio como un mero
recurso para una pequeña unidad familiar de producción pues su magnitud alcanza a las
extensiones más variadas sin mencionar además que en cuanto bien inmueble su función
puede diferir en el caso de que se tratase por ejemplo de una fortaleza o un castillo.
Clásicamente suele oponerse al alodio por su inmunidad (esto es básicamente la
exención de renta que se mencionó con anterioridad) y posesión a la tenencia de quienes
utilizaban las parcelas en un feudo que en lo que a tierra se refiere se encuentran sujetos a
censos pero al igual que el alodio, el feudo puede designar a más que sólo a tierra siendo
antes que nada un bien o beneficio (que puede ser como ya se sabe tierra pero también
puede ser entre otras cosas un poder como lo es la potestad de exigir tributo) que el
vasallo2 obtiene de su señor por homenaje que era la ceremonia donde se establecía la
relación feudo-vasallática realizando por un lado el juramento de fidelidad y por el otro la
entrega del feudo.

2) En búsqueda de honrar la inmunidad original de la abadía, el abad Ponce de


Montboissier se niega a ceder los censos exigidos por el conde Guillermo III de Nevers
ocasionando seguidamente la confrontación de legitimidad que ambos pregonan. El abad
reivindica una independencia jurisdiccional concedida por el carácter alodial devenido de
la donación a perpetuidad para la fundación del monasterio pero desdeñadas estas
condiciones y estatuto por los constantes homenajes prestados a los condes de Nevers se
presenta como contrapartida las pretensiones de Guillermo de considerar al mismo, a sus
hombres y bienes como parte de su feudo pudiendo por ende disponer de ellos. Sin
embargo los homenajes en este caso no posibilitan la enajenación de la abadía pues ésta

1Debe mencionarse que existía la posibilidad de herencia de un feudo pero en ella debía reafirmase el
vinculo de fidelidad mediante el homenaje siendo necesaria por tanto la intervención del señor.
2Vasallo que deviene además en señor en relación a sus dependientes.
nunca se encontró a título personal en manos de los abades sino que se halla en derecho y
dependencia inmediata de la santa sede.

3) El abad sostiene para empezar que la Iglesia de Vézelay no había sido fundada por el
conde ni por los antepasados de éste lo cual es un argumento válido en tanto señala la
desconexión directa e indirecta del conde respecto de los orígenes de la misma denotando
el hecho de que no forma parte de su patrimonio. Continúa además destacando que los
hombres relacionados con la Iglesia no debían someterse a la justicia del conde porque
concluye que aquellos no se constituyen partícipes de su feudo. Validando la afirmación
de que "sería injusto que estuviesen sometidos a su jurisdicción, no perteneciendo a su
beneficio."

4) El concepto de señorío banal por hacer referencia a la imposición ilimitada del poder
se vuelve tan amplio como para agrupar los derechos mencionados (de visita, de peaje, de
multa y de justicia). No obstante es posible utilizar la proposición sintética que declara
que se trata de un poder de dominio sobre los hombres. Mientras que asimismo no deben
omitirse sus dos prerrogativas principales que son el mandamentum (el poder de mando)
y el districtum3 (el poder para ejercer la justicia). Ambas procedentes de la captación del
poder público e intensificado en el plano señorial.

5) Otra forma del ejercicio del poder para la historiografía mutacionista se halla en el
señorío territorial o solariego el cual estriba en la posesión eminente de la tierra que
reivindica el señor ya que en otras palabras su disposición y derecho sobre ella está más
allá de la de cualquier otro, es un modo de "pertenencia" que a propósito de sus
antecedentes se encuentra en el dominio directo de la reserva señorial del gran dominio
carolingio. Suceso que sitúa por lo demás a cuyo control de la tierra con premura respecto

3Más que una capacidad para ejercer la justicia para Bonnassie se trata de otro medio para el sometimiento
del campesinado puesto que las sentencias y castigos se decidían en última instancia según el libre arbitrio
del señor.
del ban “extendido”4 a partir del siglo XI y que constituye según dicha teoría el rasgo
característico del feudalismo.

6) La combinación y fusión de los aspectos territorial y banal en una dominación única


(dominio simultáneo sobre hombres y tierras) es la esencia misma del dominium por lo
que resulta vano concebir su división. El dominio sobre la tierra es inseparable al
ejercicio del poder por ello Morsel concibe que “el dominante ejerce el poder porque
tiene la tierra, pero tiene la tierra porque puede demostrar que en ella él ejerce el poder” 5
recuérdese que a diferencia del sistema dominial de la alta Edad Media los señores
tienden a desentenderse de la actividad productiva de modo que la demostración del
reconocimiento de su poder se da en el cumplimiento del pago de las distintas rentas por
parte de sus dependientes. La condición indispensable que debe considerarse con ello es
la del vinculo de los hombres con la tierra pues el dominium se ejercía sobre los villanos
circunscriptos, atados a la tierra y consecuentemente no es difícil aceptar que "La
primera conclusión que se impone claramente es que la relación de dominium o de
seignorie era una relación de poder que comprendía indisolublemente hombres y tierras."
(Guerreau, 1984, p.207)

7) Una respuesta inmediata y parcial a la pregunta de quienes estaban sujetos al pago de


renta en la sociedad feudal sería aquella que señale a todos aquellos tenentes que se
encuentran en una situación de dependencia respecto de su señor (señores en el caso de
los coseñorío) debido a que no se tendría en cuenta tanto la diversidad de actividades
(como las prácticas comerciales) de los villanos que se constituían cómo más que simples
arrendatarios así como tampoco la multiplicidad de rentas que en algunos casos no se
hallaba ligadas a la compensación por proporción de lo producido (sea en especie ,
diezmo, o dinero a partir del siglo XII) como por ejemplo las rentas de tipo servil
(corveas). Por lo que sostendremos provisoriamente que quienes estaban sometidos al
pago de renta eran cuales quieran que no guardaran la autonomía suficiente sobre los

4Utilizo aquí el término “extendido” para dar cuenta de la extensión de las prerrogativas –mandamentud y
districtum- del poder del ban a partir siglo XI en los que pasa a manifestar según Bonnassie la voluntad del
señor poseedor del ban(anteriormente vicarii del conde).
5
BASCHET, Jérôme – Op. Cit. Pág. 149.
bienes que retienen por sus condiciones generales de dependientes (sean siervos,
aparceros u artesanos).

8) La fundación de un monasterio al igual que como cualquier donación por parte de los
laicos es posibilitada en buena medida por la tradición que se ha ido gestando desde el
siglo IV a través de las disposiciones6 hacia la Iglesia de similares características en
particular desde que Constantino concedió a la iglesia el derecho de adquirir bienes. Aún
así es de suponer que si bien la postura de la Iglesia primitiva era ante todo ascética a los
bienes mundanos en etapas posteriores las actitudes de las autoridades clericales no se
mostrarán reacias a ése tipo gesto que les acarrea un considerable beneficio institucional.

9) La salvación de las almas de sus fundadores Gerard, conde de Roussillon, su esposa


Berta y los suyos (su descendencia y parentela).

10) La expresión de tales motivos puede comprenderse en mayor grado si tenemos en


cuenta el planteo llevado adelante por Baschet sobre la relación del poder espiritual y el
poder material puesto que proporciona un marco conceptual apropiado para pensar las
perspectivas de los sujetos de un ámbito fuerte marcado por la dogmática eclesiástica
como lo ha sido el de la Edad Media pero antes claro asumiendo siempre que la misma
posee supuestos que resultan necesarios para tal tarea hermenéutica.
En líneas muy generales Baschet nos percata de la inherencia existente entre estos
poderes que si bien son de índoles muy diversas se vinculan en la práctica de modo tal
que no pueden escindirse uno del otro. Pero a pesar de que se trata de una relación
recíproca lo que nos interesa aquí es el postulado que sostiene que el poder espiritual
realimenta al material dado que "La Iglesia no tendría poder material alguno si no se le
reconociera un inmenso poder espiritual" (Baschet, 2009, p.185). Ésta concepción de que
no hay donación sin creencia es patente en la fuente textual cuando se afirma al temor a
Dios y la salvación [de las almas] como causa de la fundación “…impulsados por el
temor de Dios y por su salvación y la salvación de los suyos, fundaron un monasterio en

6Las donaciones piadosas para la salvación de las almas después de la muerte no sólo concernía a la
fundación de monasterios sino que se expresaban en las suplicas por los muertos y en la concesiones de
bienes suntuarios –vestiduras litúrgicas, cáliz, etc.- de parte de los laicos.
las márgenes del río La Cure…”ello es así dado que la fuente constante del poder
espiritual que la iglesia ostenta se halla en esa vigorosa creencia de su mediación para
alcanzar la gloria de Dios.

Potrebbero piacerti anche