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ESCUELA DE DERECHO PENAL CLASICA

COMIENZO DE ESTUDIO CIENTIFICO DEL DELITO


NO DA IMPORTANCIA al estudio del hombre
La pena es el mal necesario que aplican los jueces al culpable de un delito
La pena debe ser proporcional
IUSNATURALISTA
Responsabilidad penal ligada al libre albeldrio

ESCUELA DE DERECHO PENAL POSITIVISTA


Estudio del delincuente por factores sociales sicologicos y culturales
delincuente nato , habituales ocasionales locos y pasionales
Hombre nace delincuente
Concepto de peligrosidad
Hombre centro de derecho penal es mas o menos peligroso para la sociedad
Delito es el delincuente
Toca temas de excluyentes de responsabilidad crimen pasional
La pena es definida como la defensa social para mantener el orden justo
Readaptación del delincuente
Pena = a la gravedad del delito
Se introduce la figura de medida de seguridad
Conducta típica antijurídica y culpable aporte valioso

ESCUELA SOCIOLOGICA ALEMANA


objeto de estudio el delito
incluye politica criminal
Ciencia jurídica es practica y sistematica
Antijuridicidad material : contrario a la sociedad
Concepto de Bien jurídico

ESCUELA REALISTA ITALIANA


Critica clásicos y positivisas
Libre albeldrio se debe eliminar para determinar la responsabilidad penal
Derecho penal independiente de la sociología antropología

ESCUELA POSITIVISTA NORMATIVISTA ALEMAN


Ciencia del derecho positivo
Princpio de la ultima ratio el derecho penal debe ser residual
Lo antijurídico son las acciones no el resultado
Respecto a la pena mal con mal pero en derecho
Rompe concepción de derecho natural

Cesare Beccaria De los delitos y de las penas


Este tratado del filósofo y jurista milanés Cesare Beccaria fue escrito entre marzo de
1763 y enero de 1764 y se imprimió en Liorna en el verano de 1764. Beccaria se
propuso en esta obra revelar las carencias de la legislación judicial de su tiempo,
exponiendo sus puntos de vista al respecto y arguyendo en pro de la corrección de
los defectos.

En los capítulos I, II y III parte del concepto, ya expuesto por Rousseau en El


contrato social, según el cual los hombres por libre acuerdo se determinaron a la
convivencia común, sacrificando una parte de su libertad, la menor posible, en vista
de una utilidad mayor; esta concepción influye sobre toda su manera de examinar
la cuestión, induciéndole a considerar al derecho penal como fundado no en el
clásico principio de la "restitutio juris", a tenor del cual "punitur qui peccatum est"
(hay que castigar porque se ha pecado), sino sobre el principio relativista y
pragmático "punitur ne peccetur" (hay que castigar para que no se peque).

Pero más que esta discutible y nada nueva tesis inicial (cuyas fuentes pueden
remontarse hasta la sofística griega), lo que en esta obra importa es la ruda energía
con que se examina una cuestión tan grave como la reforma de la legislación penal,
y, en muchos casos, la oportunidad práctica (más allá de cualquier consideración
teórica de principio) de los remedios propuestos. Para Beccaria, es necesario que la
determinación de los delitos y de las penas se haga según un código bien claro y
definido de leyes: nada debe dejarse al arbitrio del juez, que como hombre puede
dejarse llevar o influir por sus instintos. Debe por tanto cesar el perjudicial abuso de
las "interpretaciones", como de ordinario se dice, según el espíritu de las leyes,
interpretación quebradiza, más o menos arbitraria, que en realidad obedece al
espíritu de quien juzga. Todos los hombres deben conocer plenamente los límites
de su responsabilidad; de aquí que los códigos deban divulgarse de modo que no
sea posible la ignorancia o la incertidumbre (capítulos IV-V).

Como el derecho de castigar no va más allá de la necesidad de tutelar a los


ciudadanos contra los elementos turbulentos, no es justo tratar con crueldad a los
acusados mientras no se compruebe su culpabilidad: por eso es censurable la
costumbre de someter a los acusados a humillaciones, amenazas o rigores
carcelarios antes del proceso: la prisión preventiva no debe ser infamante (caps. VI-
VII). Los juicios han de ser públicos para no dar lugar a sospechas de tiranía e
injusticia, y también hay que extirpar el deplorable sistema de las acusaciones
secretas, que fomenta los malvados instintos de la traición y de la venganza (caps.
VIII-IX).

Beccaria condena luego abiertamente (cap. XII) el uso de la tortura, resto de


inhumana barbarie, que, por lo demás, es de utilidad bastante dudosa para
esclarecer la verdad. Las penas no deben ser despiadadas: para que una pena surta
su efecto (cap. XV), basta que el mal que procura supere al bien que nace del delito:
todo lo demás es superfluo y por tanto tiránico.
Otra costumbre penal completamente condenada (cap. XVI) es la de la pena de
muerte: en primer lugar por ser contraria al espíritu del contrato social, y en segundo
lugar porque, desde el punto de vista de la intimidación, asusta más la idea de una
pena prolongada que la de una pena intensa pero instantánea. Por eso, la sustitución
de la pena de muerte por la esclavitud perpetua es mucho más capaz de apartar las
mentes de concebir la idea de un delito.

La pena ha de ser asimismo rápida (cap. XIX), con el doble fin de que los imputados
salgan pronto del penoso estado de incertidumbre sobre su suerte, y de aclarar bien
en las mentes de los ciudadanos la relación causal entre culpa y castigo. Con una
buena legislación, no tiene razón de existir la gracia, que parece como si quisiera
reparar posibles torpezas de la ley, debilitando así en cierto modo su autoridad (cap.
XX). Las penas deben ser (caps. XXI-XL) siempre proporcionadas a los delitos, pero
en general es mejor tratar de prevenir los delitos (cap. XLI), haciendo de modo que
las leyes resulten claras para todos y sean respetadas y temidas, instruyendo al
pueblo de modo que "el conocimiento acompañe a la libertad" y recompensando a
la virtud.

ESCUELA CLASICA DEL DELITO- FRANCESCO CARRARA


Se desarrolló entre el siglo XVII Y XVIII, tiene como base de sus postulados el
derecho natural, todas las reglas que rigen la naturaleza son de carácter ontológico
y divino y el hombre debe comportarse según las reglas del derecho natural.

Francesco Carrara Sostiene:


Que el derecho es connatural del hombre, por lo que la Ciencia del derecho natural
es un orden de razones emanadas de la ley moral preexistentes a las leyes
humanas.

Aspectos Importantes:
- Italia fue la promotora de contribuciones a la Escuela Clásica.
-Beccaria con su crítica del sistema penal del antiguo régimen.
-Por otro lado Filangieri, Romagnosi y Carmignani, entre sus escritos sobresale
todo un cuerpo de conceptos sobre los delitos y las penas.

Entre Los Postulados Encontramos:


- LA EXISTENCIA DE UN DERECHO NATURAL:
El hombre tiene derechos antes de la existencia del legislador, el derecho surgió de
la población y no la población del derecho.

ESCUELA CLÀSICA DEL DELITO- FRANCESCO CARRARA


- LA TUTELA JURÌDICA COMO FINALIDAD DEL DERECHO CRIMINAL.
Existe un orden en el universo físico,no hay nada que no esté regulado en el
mundo;las fuerzas morales son pervertidas por los hombres, por lo tanto en el
derecho criminal la tutela jurídica busca proteger y defenderla, lo cual viene
indicada por la Ley Natural.
- EL DELITO COMO ENTE JURÌDICO.
El delito es la contradicción entre el hecho del hombre y de la ley que la prohíbe,
deben ser estudiados como ente jurídico, el delincuente también debe ser de
estudio pero no el objeto del estudio.

- MÈTODO LÒGICO - DEDUCTIVO AL ESTUDIO DEL DELITO.


El Principio a priori o axiomas como “
el delito como ente jurídico y el libre albedrio

” que no se demostraban pero se sacaban por vía deductiva conclusiones de


verdades independientes del arbitrio humana.

- LA LIBERTAD COMO FUNDAMENTO DE LA RESPONSABILIDAD PENAL.


El libre albedrío es aquello que las acciones que el hombre realiza de manera libre
lo hace responsable de sus actos, por lo que el pensamiento no genera ningún
daño.

- LA PENA COMO RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO DAÑADO.


Según Carrara la pena es un mal que se le aplique al reo, no con fines de
expiación, “
la pena es el restablecimiento del orden externo de la sociedad
” no en base a la venganza, sino en pro de defensa de los derechos humanos.

- VALORACIÒN Y DEFENSA DEL INDIVIDUO FRENTE AL ESTADO.


El Estado debe ser garantista de la valoración del individuo, “
la escuela se caracteriza por su afán de hacer respetar al individuo frente al
poderío del Estado y de controlar el ejercicio de la función punitiva

En Conclusión:
1. La Escuela clásica se caracterizó por su estudio de conceptos básicos del
derecho penal de una manera deductiva-lógica basada en la teoría de que el ser
humano tiene un libre albedrío y que la pena es un mal, porque no se puede ver al
ser humano como un objeto de castigo, sino como un fin en sí mismo.

2. El delincuente “es el ser dotado de libre albedrio inteligente, que viola


espontáneamente la ley y es castigado por su acto y no por su personalidad.

3.La pena debe ser aflictiva para el reo, ejemplar, cierta pronta, pública, igualitaria
y fraccionable.

4. Finalmente la Escuela Clásica basa sus postulado da realidad a la dignidad


inherente del ser humano aun en su condición de reo, pero con la característica de
que la pena es una advertencia social.
La Estructura del delito

A partir de la definición usual de delito (acción típica, antijurídica y culpable), se ha


estructurado la teoría del delito, correspondiéndole a cada uno de los elementos de
aquélla un capítulo en ésta. Así se divide esta teoría general en: acción o conducta,
tipicidad, antijuricidad y culpabilidad (aunque también algunos autores agregan a
lo anterior, la punibilidad).

No obstante, aunque hay un cierto acuerdo respecto de tal definición, no todos le


atribuyen el mismo contenido. Así son especialmente debatidas las relaciones entre
sus diversos elementos y los componentes de cada uno de ellos.

La acción

La conducta humana (acción u omisión) es la base sobre la cual descansa toda la


estructura del delito. Si no hay acción humana, si no hay conducta, no hay delito.
Sin embargo, el concepto de acción engloba igualmente el de omisión, en la cual
existe una conducta en la que conscientemente se evita una acción concreta.

Constituye el soporte conceptual de la teoría del delito y el eje de la consideración


axiológica y natural del hecho punible.

El concepto de acción
Una de las principales funciones del concepto de acción es servir de límite o filtro
para seleccionar previamente las acciones que pueden ser relevantes para el
Derecho penal.

El concepto de acción ha experimentado una evolución en la que se han


entremezclado puntos de vista filosóficos, político-criminales y dogmáticos.

EL CONCEPTO DE ACCIÓN
Acción humana es ejercicio de actividad final. La finalidad o el carácter final de la
acción se basa en que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever, dentro
de ciertos límites, las consecuencias posibles de su actividad, ponerse fines
diversos y dirigir su actividad, conforme a su plan, a la consecución es estos fines.

Actividad final es un obrar orientado conscientemente desde el fin, mientras que el


acontecer causal no está dirigido desde el fin, sino que es la resultante causal de
los componentes causales existentes en cada caso. Por eso la finalidad es
“vidente”, y la causalidad “ciega”.

La dirección final de una acción se lleva a cabo en dos etapas:


1. La primera transcurre totalmente en la esfera del pensamiento. Empieza con la
anticipación (el proponerse) del fin, que el autor quiere realizar. De ello sigue la
selección de los medios de la acción para la consecución del fin. El autor determina
los factores causales que son requeridos para el logro del mismo.
2. De acuerdo con la anticipación mental del fin y la elección de los medios, el
actor efectúa su acción en el mundo real. Pone en movimiento, conforme a su
plan, los medios de acción escogidos con anterioridad, cuyo resultado es el fin. La
segunda etapa de la dirección final se lleva a cabo en el mundo real.

La ausencia de acción

Puesto que no hay delito sin acción, obviamente cuando no existe acción tampoco
hay delito. Invariablemente ocurre así cuando falta una manifestación exterior, o
sea, una modificación externa.
No obstante, se prestan a dudas aquellos casos en que existe un hecho externo,
pero respecto del cual hay una ausencia de voluntad que lo haya dirigido. Para
resolverlos se ha establecido, como criterio general, que no hay acción cuando se
puede afirmar que la persona involucrada sólo ha tomado parte físicamente en el
hecho, pero sin intervención de voluntad consciente en la conducción de dicho
proceso causal.

Así, y repitiendo lo dicho, para que podamos hablar de delito o falta debe haber
una acción o una omisión, y la vis physica excluye la misma.

La tipicidad

Se denomina tipicidad al encuadramiento de la conducta humana al tipo penal (el


tipo). Así cuando la ley describe el homicidio diciendo "el que matare a otro", la
conducta típica está dada por el hecho concreto de matar a otro.

En el tipo se incluyen todas las características de la acción prohibida que


fundamenten positivamente su antijuricidad. Pero no siempre se pueden deducir
directamente del tipo estas características y hay que dejar al juez la tarea de
buscar las características que faltan. Ello se debe a la dificultad de plasmar
legalmente tales características en el tipo legal.

Conducta
es toda actuación controlada y dirigida por la voluntad del hombre que causa un
resultado en el mundo fenomenológico
Nexo entre la conducta y el resultado
La prueba de la relación de causalidad es un elemento imprescindible en los delitos
de resultado para la calificación como típica de la conducta.

Dolo

El dolo ha sido definido por numerosos e importantes autores. Entre los que
destacan como los principales Grisanti, Carrara, Manzini y Jiménez de Asúa quienes
han emitido un concepto completo de lo que se entiende por el dolo.

Según Hernando Grisanti el dolo es la voluntad consciente, encaminada u


orientada a la perpetración de un acto que la ley tipifica como delito. Según
Francesco Carrara el dolo es la intención más o menos perfecta de hacer un acto
que se sabe contrario a la ley. Manzini define al dolo como la voluntad consciente y
no coaccionada de ejecutar u omitir un hecho lesivo o peligroso para un interés
legitimo de otro, del cual no se tiene la facultad de disposición conociendo o no
que tal hecho esta reprimido por la ley. Luis Jiménez de Asúa dice que el dolo es la
producción del resultado típicamente antijurídico con la conciencia de que se está
quebrantando el deber, con conocimiento de las circunstancias de hecho y del
curso esencial de la relación de causalidad existente entre las manifestaciones
humanas y el cambio en el mundo exterior, con la voluntad de realizar la acción u
con representación del resultado que se requiere.
En suma, puede decirse que el dolo es conocimiento y voluntad de realizar un
delito o una conducta punible. El dolo está integrado entonces por dos elementos:
un elemento cognitivo: conocimiento de relizar un delito, y un elemento volitivo:
voluntad de realizar un delito o en pocas palabras significa: "El querer de la acción
típica".

En las diversas escuelas penales modernas la discusión en relación con el dolo se


ha escenificado sobre el alcance que se le da al elemento cognitivo del dolo y la
ubicación sistemática del dolo:

Es así como para el causalismo (clásico y neoclásico) -escuela penal alemana que
tuvo su auge entre 1870 y 1930 aproximadamente en ese país-, el elemento
cognitivo del dolo comprende el conocimiento de los hechos, esto es, el
conocimiento del comportamiento que se está realizando, y el conocimiento de la
antijuridicidad del hecho, es decir, el conocimiento de que el comportamiento que
se está realizando se encuentra prohibido por el derecho penal. El dolo en el
causalismo es concebido como un elemento o característica de la culpabilidad,
categoría en la cual se evalúan la mayor parte de los aspectos subjetivos o
psicológicos del hecho punible.

Por el contrario, para el finalismo -escuela penal germana que tuvo su esplendor
entre 1945 y 1960 aproximadamente en el país teutón-, el elemento cognitivo del
dolo sólo abarca el conocimiento de los hechos, valga decir, el conocimiento del
comportamiento que se está realizando. El dolo en el finalismo es ubicado como un
elemento de la tipicidad, conformando el denominado tipo subjetivo del delito
doloso. El conocimiento de la antijuridicidad, o sea, el conocimiento de que el
comportamiento que se realiza está proscrito por el derecho penal, es deslindado
del dolo y es concebido como un elemento de la culpabilidad.

Clases de dolo
Dolo Directo: Se produce cuando un sujeto se representa en su conciencia el
hecho típico, es decir, constitutivo de delito. En el dolo directo el autor tiene el
total control mental de querer y saber cuál es la conducta típica que se plantea
realizar y la comete, independientemente de que aquella acción dé sus resultados
esperados. Ejemplo: "Juan decide matar a Diego por envidia, llega a la puerta de
su casa, lo espera, lo ve y le dispara al corazón".
Dolo Indirecto: Es aquel que se materializa cuando el sujeto se representa el
hecho delictivo, pero no como un fin, sino como un hecho o efecto inevitable o
necesario para actuar o desarrollar la conducta típica. Ejemplo: "Roberto quiere
dar muerte a Pedro, le pone una bomba en el auto, la bomba explota y producto
de ello mueren la señora y los hijos de Pedro". La finalidad no es matar a la
familia, pero es necesario.
Dolo Eventual: Cuando el sujeto se representa el hecho como posible, lejano, pero
que podría llegar a ocurrir; no obstante, actúa aceptando dicha posibilidad.
Ejemplo: "La persona que le tira una flecha a un sujeto que tiene una manzana
sobre la cabeza"

Culpa
El tipo culposo individualiza una conducta (al igual que el doloso). La conducta no
se concibe sin voluntad, y la voluntad no se concibe sin finalidad, la conducta que
individualiza el tipo culposo tendrá una finalidad, al igual que la que individualiza el
tipo doloso.
Pero el tipo culposo no individualiza la conducta por la finalidad sino porque en la
forma en que se obtiene esa finalidad se viola un deber de cuidado.

Formas de Culpa
1.- Imprudencia: Afrontar un riesgo de manera innecesaria pudiendo evitarse.
2.- Negligencia: Implica una falta de actividad que produce daño. (no hacer).
3.- Impericia: Se presenta en aquellas actividades que para su desarrollo exigen
conocimientos técnicos especiales.
4.- Inobservancia de Reglamentos: implica 2 cosas; conociendo las normas estas
sean vulneradas implicando "Imprudencia"; o se desconozcan los reglamentos
debiendo conocerse por obligación implicando "Negligencia".

Causas de atipicidad
Las causas de atipicidad se dan en los supuestos en los que concurren unas
determinadas circunstancias que suponen la exclusión de la tipicidad de la
conducta, negando con ello su inclusión dentro del tipo penal.

Atipicidad objetiva
Se da cuando en los elementos objetivos del tipo uno de ellos no encuadra en la
conducta típica o simplemente no se da. Se dice que existe ausencia del tipo
cuando en la ley no se encuentra plasmada o regulada alguna prohibición de
alguna conducta, acorde al principio de legalidad penal. Por ejemplo, la blasfemia
no está tipificada como delito en la mayoría de los países. Aunque para muchos
pueda ser una actitud reprochable, esta no será castigada por la ley o el Estado,
ya que no es una conducta recogida y penada en el código penal.

La antijuridicidad

La antijuridicidad es aquel disvalor que posee un hecho típico contrario a las


normas del Derecho en general (no sólo al ordenamiento penal). Es lo contrario a
Derecho, por lo tanto, no basta que la conducta encuadre en el tipo penal, se
necesita que esta conducta sea antijurídica, considerando como tal, a toda aquella
definida por el ordenamiento, no protegida por causas de justificación.

La antijuridicidad precisamente radica en contrariar lo establecido en la norma


jurídica. Para que sea delictuosa, la conducta ha de ser típica, antijurídica y
culpable. La antijuricidad es otro de los elementos estructurales del delito.

Se le puede considerar como un "elemento positivo" del delito, es decir, cuando


una conducta es antijurídica, es considerada como delito. Para que la conducta de
un ser humano sea delictiva, debe contravenir el Derecho, es decir, ha de ser
antijurídica.

Se considera un concepto jurídico que supone la comparación entre el acto


realizado y lo establecido por el ordenamiento y que denota como ésta es una
conducta contraria a Derecho, "lo que no es Derecho", aunque en realidad la
conducta antijurídica no está fuera del Derecho, por cuanto éste le asigna una
serie de consecuencias jurídicas.

Antijuridicidad formal y material


Por tradición se ha venido distinguiendo entre la antijuridicidad formal, que es
aquella que viola lo señalado por la Ley, y la material, cuando se trata de una
conducta antisocial.
En realidad una antijuridicidad material sin la antijuridicidad formal no tiene
ninguna relevancia para el Derecho. Por otro lado la antijuridicidad material sirve
de fundamento para la formal, de tal modo que aquella conducta prohibida por la
Ley debe serlo porque protege un bien jurídico (antijuridicidad material).

Antijuridicidad formal: se afirma de un acto que es "formalmente antijurídico",


cuando a su condición de típica se une la de ser contrario al ordenamiento, es
decir, no ésta especialmente justificado por la concurrencia de alguna causa de tal
naturaleza (por ejemplo: defensa propia).
Por lo tanto, la antijuricidad formal no es más que la oposición entre un hecho y el
ordenamiento jurídico positivo, juicio que se constata en el modo expuesto.
Antijuridicidad material: se dice que una acción es "materialmente antijurídica"
cuando, habiendo transgredido una norma positiva (condición que exige el
principio de legalidad), lesiona o pone en peligro un bien jurídico que el derecho
quería proteger.

Tipicidad y antijuricidad

La antijuricidad es un juicio negativo de valor que recae sobre un comportamiento


humano y que indica que ese comportamiento es contrario a las exigencias del
ordenamiento jurídico.
Por el principio de legalidad y de seguridad y certeza jurídicas, sólo los
comportamientos antijurídicos que son típicos pueden dar lugar a una reacción
jurídico penal.
La tipicidad, para algunas corrientes doctrinarias, se considera indicio de que el
comportamiento puede ser antijurídico (ratio cognoscendi). Para éstas, el tipo y la
antijuricidad son dos categorías distintas de la teoría del delito. El tipo puede
desempeñar una función indiciaria de la antijuricidad, pero no se puede identificar
con ella.

Para otros, existe una cierta identificación entre tipo y antijuricidad, es decir, existe
una directa relación entre éstas (ratio essendi). Se critica esta posición, pues
conduce a considerar las causas de justificación como elementos negativos del
tipo. Se añade que en la cotidianidad, es difícil equiparar una conducta atípica (por
ej. matar un insecto) con una conducta típica, pero realizada en una causa de
justificación (matar en defensa propia). Las consecuencias de identificar o
diferenciar claramente tipo y antijuricidad se reflejan en la teoría del error (error
de tipo y error de prohibición).

Culpabilidad
Bajo la categoría de la culpabilidad, como tercer elemento del concepto de delito
se agrupan aquellas cuestiones relacionadas con las circunstancias específicas que
concurrieron en la persona del autor en el momento de la comisión del hecho ya
calificado como típico y antijurídico. Se trata del elemento del delito en el que la
persona del autor se relaciona dialécticamente con el detentador del ius puniendi
(estado)-DE LA CUESTA AGUADO, "Culpabilidad. Exigibilidad y razones para la
exculpación" Madrid 2004-.
A partir de FRANK, es común definir la culpabilidad como la reprochabilidad de un
acto típico y antijurídico, fundada en que su autor, en la situación concreta, lo
ejecutó pudiendo haberse conducido de una manera distinta, es decir, conforme a
Derecho. Algunos códigos penales, como el de Paraguay de 1998 llegaba a hacer
desaparecer el término "culpabilidad" que era sustituido por el de reprochabilidad.
Sin embargo, la doctrina española pone de manifiesto como el término
reprochabilidad se asocia al reconocimiento de la existencia del libre albedrío, algo
imposible de probar en el caso concreto (GIMBERNAT ORDEIG), por lo que desde
teorías preventivas de la pena se propugna su sustitución por la idea de
motivabilidad (MUÑOZ CONDE) o de exigibilidad (DE LA CUESTA AGUADO).

La imputabilidad

Establece la capacidad de conocer lo injusto (su "maldad") o inconveniencia para la


sociedad, o simplemente, que esta no es apropiada; así como de reconocer la
posibilidad de actuar de otra manera. Un imputable es capaz de comprender el
elemento de reproche que forma parte de todo juicio penal, y por lo tanto, si se le
hallare culpable, se haría acreedor a una pena; si no lo puede comprender, será un
inimputable, no le será reprochada su conducta, y el juez, eventualmente, lo podía
someter a una medida de seguridad.
CAPÍTULO II. DE LOS CRITERIOS Y REGLAS PARA LA DETERMINACIÓN DE LA
PUNIBILIDAD Ley 599/2000

Artículo 55. Circunstancias de menor punibilidad. Son circunstancias de menor


punibilidad, siempre que no hayan sido previstas de otra manera:
1. La carencia de antecedentes penales.
2. El obrar por motivos nobles o altruistas.
3. El obrar en estado de emoción, pasión excusables, o de temor intenso.
4. La influencia de apremiantes circunstancias personales o familiares en la
ejecución de la conducta punible.
5. Procurar voluntariamente después de cometida la conducta, anular o disminuir
sus consecuencias.
6. Reparar voluntariamente el daño ocasionado aunque no sea en forma total. Así
mismo, si se ha procedido a indemnizar a las personas afectadas con el hecho
punible.
7. Presentarse voluntariamente a las autoridades después de haber cometido la
conducta punible o evitar la injusta sindicación de terceros.
8. La indigencia o la falta de ilustración, en cuanto hayan influido en la ejecución
de la conducta punible.
9. Las condiciones de inferioridad psíquica determinadas por la edad o por
circunstancias orgánicas, en cuanto hayan influido en la ejecución de la conducta
punible.
10. Cualquier circunstancia de análoga significación a las anteriores.
Artículo 56. El que realice la conducta punible bajo la influencia de profundas
situaciones de marginalidad, ignorancia o pobreza extremas, en cuanto hayan
influido directamente en la ejecución de la conducta punible y no tengan la entidad
suficiente para excluir la responsabilidad, incurrirá en pena no mayor de la mitad
del máximo, ni menor de la sexta parte del mínimo de la señalada en la respectiva
disposición.
Artículo 58. Circunstancias de mayor punibilidad. Son circunstancias de mayor
punibilidad, siempre que no hayan sido previstas de otra manera:
1. Ejecutar la conducta punible sobre bienes o recursos destinados a actividades
de utilidad común o a la satisfacción de necesidades básicas de una colectividad.
2. Ejecutar la conducta punible por motivo abyecto, fútil o mediante precio,
recompensa o promesa remuneratoria.
3. Que la ejecución de la conducta punible esté inspirada en móviles de
intolerancia y discriminación referidos a la raza, la etnia, la ideología, la religión, o
las creencias, sexo u orientación sexual, o alguna enfermedad o minusvalía de la
víctima.
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4. Emplear en la ejecución de la conducta punible medios de cuyo uso pueda
resultar peligro común.
5. Ejecutar la conducta punible mediante ocultamiento, con abuso de la condición
de superioridad sobre la víctima, o aprovechando circunstancias de tiempo, modo,
lugar que dificulten la defensa del ofendido o la identificación del autor o partícipe.
6. Hacer más nocivas las consecuencias de la conducta punible.
7. Ejecutar la conducta punible con quebrantamiento de los deberes que las
relaciones sociales o de parentesco impongan al sentenciado respecto de la
víctima.
8. Aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima, causando a
ésta padecimientos innecesarios para la ejecución del delito.
9. La posición distinguida que el sentenciado ocupe en la sociedad, por su cargo,
posición económica, ilustración, poder, oficio o ministerio.
10. Obrar en coparticipación criminal.
11. Ejecutar la conducta punible valiéndose de un inimputable.
12. Cuando la conducta punible fuere cometida contra servidor público por razón
del ejercicio de sus funciones o de su cargo, salvo que tal calidad haya sido
prevista como elemento o circunstancia del tipo penal.
13. Cuando la conducta punible fuere dirigida o cometida total o parcialmente
desde el interior de un lugar de reclusión por quien estuviere privado de su
libertad, o total o parcialmente fuera del territorio nacional.
14. Cuando se produjere un daño grave o una irreversible modificación del
equilibrio ecológico de los ecosistemas naturales.
15. Cuando para la realización de la conducta punible se hubieren utilizado
explosivos, venenos u otros instrumentos o artes de similar eficacia destructiva.
16. Cuando la conducta punible se realice sobre áreas de especial importancia
ecológica o en ecosistemas estratégicos definidos por la ley o los reglamentos.
17. [Adicionado por el artículo 2 de la ley 1273 de 2009] Cuando para la
realización de las conductas punibles se utilicen medios informáticos, electrónicos
o telemáticos.
17. (sic) [Adicionado por el artículo 3 de la ley 1356 de 2009] Cuando la conducta
punible fuere cometida total o parcialmente en el interior de un escenario
deportivo, o en sus alrededores, o con ocasión de un evento deportivo, antes,
durante o con posterioridad a su celebración.

Von Liszt

se propone sentar las bases de una síntesis entre esas tesis contrapuestas. En
1882 lanza su Programa de Marburgo en favor de una pena-fin; en 1889 funda con
Prins y van Hammel la Unión Internacional de Derecho Penal; poco tiempo
después da a luz una revista para divulgar los nuevos postulados del derecho
penal y publica, además de obras de criminología, un "Tratado de Derecho Penal"
cuya 20? edición se traduce al español. Nació así la llamada Escuela de la Política
Criminal, y a partir de ella pero especialmente de von Liszt adquiere relevancia el
estudio dogmático del derecho penal y consiguientemente la sistematización de la
teoría del delito desde el punto de vista dogmático.

La dogmática penal, como ciencia, se propone el estudio del derecho penal


vigente, al que toma como un dogma. Y en orden al delito, su tarea principal
consiste en estructurar en un sistema los diversos elementos qué lo integran según
la ley penal vigente, sistema que tiene por objetivo, según von Liszt, conferir
seguridad a la aplicación de la ley evitando así el acaso y la arbitrariedad. Pero
para estructurar el sistema hay que deducir previamente de la ley los elementos
constitutivos del delito, quedando formulada así al mismo tiempo la llamada
definición dogmática del delito.
Cada uno de estos artículos es una verdadera ley, cuyo contenido es consecuencia
obligada del principio de legalidad, y todas ellas se reúnen en un Código por
referirse a la misma materia. Adoptan una estructura peculiar, que no se advierte
en otros Códigos, como respetando una fórmula que en forma monótona y
repetida equivale a decir: el que hace u omite este o aquello será castigado de
esta manera.
Históricamente, y por adoptarse al respecto un sistema clasificatorio al cual
"también había que someter la teoría del delito como mejor se pudiera", se
consideró por von Liszt a la acción como primer elemento del delito.
A partir de esa definición dogmática del delito comienza para el dogmático la tarea
de formular, con aquellos elementos, una teoría general del delito, tarea en la cual
influyen, por una parte, concepciones filosóficas, y, por otra, los progresos de los
mismos estudios dogmáticos. Si se sigue la respectiva evolución desde que el
delito, después de ser definido por von Liszt en 1881 como "el acto culpable
contrario al derecho y sancionado con una pena", es definido por Beling en 1906
como "la acción típica, antijurídica, culpable, amenazada con una pena adecuada y
que cumple las condiciones de la amenaza penal (que en 1930 redujo a "acción
típicamente antijurídica y culpable"), se observa la formulación de tres sistemas en
orden a la teoría general del delito, que Jescheck ha designado como sistemas
clásico, neoclásico y finalista, y que sería mejor denominar clásico, intermedio y
finalista, pues llamar neoclásico al segundo da la impresión de no haber acarreado
mayores cambios, cuando en realidad ellos se produjeron respecto de todos los
elementos.
Von Liszt y Beling son los representantes más destacados del primero,
a) Bajo la influencia de las ciencias naturales, von Liszt, al tratar del delito como
acto, define a este último como "la conducta voluntaria en el mundo exterior",
como "causa voluntaria o no impediente de un cambio en el mundo externo", y
agrega: "la volición que caracteriza la manifestación de voluntad y, por
consiguiente, el acto, significa simplemente, en el sentido de esta concepción, el
impulso de la voluntad", por lo cual "hablar de una volición del resultado sólo
puede conducir a errores" 4 y en el mismo sentido expresa Beling que "debe
entenderse por acción un comportamiento corporal producido por el dominio sobre
el cuerpo".
La acción era concebida así como un mero proceso causal, y bastaba para admitir
su existencia que la voluntad se dirigiera a los propios movimientos corporales,
siendo apreciada la dirección de la voluntad hacia el resultado en el ámbito de la
culpabilidad. De acuerdo con este concepto, la acción constitutiva del delito de
injuria la definía von Liszt como una serie de movimientos de la laringe, producción
de ondas sonoras y causación de exitaciones auditivas y procesos cerebrales, de la
cual quedan excluidos, según Radbruch, el sentido lingüístico y la significación
social de la injuria. b) Según su recordada definición del delito, von Liszt debería
haber considerado a continuación del concepto dé acto el requisito dé la
culpabilidad. Sin embargo, trata "del delito como acto contrario al derecho" y
seguidamente aquel tercer y último elemento.

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