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EL PROBLEMA
Muchas son las técnicas que se emplean para la conservación de las frutas,
procedimientos que se utilizan con el fin de retrasar su descomposición
orgánica, en ellos se evita la proliferación de bacterias. Una de estas técnicas
se basa en la saturación de azúcar, esto evitará que la fruta se descomponga
ya que no permite que los microbios se reproduzcan en ella. En esto se basa
lo que comúnmente se le conoce como Frutas Confitadas, siendo esta una de
las técnicas más antiguas empleadas para la conservación de las mismas.
Objetivo General
Objetivos Específicos
Las frutas confitadas son una alternativa sana para ofrecer como golosinas
o repostería a las personas; las mismas pueden ser glaseadas o escarchadas,
el glaseado aporta un recubrimiento uniforme y liso, mientras que el
escarchado da un aspecto de “escarcha” al solidificarse el azúcar sobre la fruta
en forma de pequeños cristales. El proceso continuo de sumergir la fruta en
almíbar provoca que ésta se sature de la azúcar panela, lo que evita el
crecimiento de los microbios que la pudren, por lo que pueden mantenerse
cierto tiempo en buen estado sin necesidad de medidas de preservación
adicionales, pueden confitarse piezas enteras, trozos de fruta o tiras de piel.
Esto nos permite aprovechar las frutas y poder conservarlas y disfrutar de sus
sabores por más tiempo y en una presentación distinta.
Al ser elaboradas con azúcar panela son más sanas que aquellas que se
elaboran con azúcar refinada, es decir, contienen menor cantidad de productos
químicos. La fruta conserva solo una parte de sus vitaminas y minerales,
además tiene un alto contenido calórico, es decir que estas proporcionan
mayor cantidad de energía en menores porciones.
Alcances y Limitaciones
MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la Investigación
La lechosa es un fruto tipo baya, carnoso, con una forma que varía de
redondo a piriforme y contiene muchas semillas pequeñas de color negro. La
piel cambia de verde a amarillenta o naranja a medida que madura (Gordon
1992).
Por otra parte, Sánchez (1985), define a la fruta confitada como el producto
obtenido por la impregnación de azúcar, hasta niveles de 70-75% de sólidos
solubles. En frutas enteras o en trozos, tallos, cortezas o verduras, con
cocciones repetidas o sin ellas, que se caracterizan por su consistencia sólida,
transparencia y brillantez.
García (1974) citado por Sánchez (1985), señala que durante la cocción de
frutas en almíbar se produce la difusión del jugo celular de los trozos de la fruta
a la solución del almíbar, y el azúcar (del almíbar) penetra al interior de la fruta.
Estos dos procesos ocurren a diferentes velocidades; el jugo celular sale a
mayor velocidad y deja los trozos de fruta arrugados, mientras que la
impregnación del azúcar es lenta, y por este motivo es necesario dejar la fruta
en el jarabe el tiempo que permita llegar al equilibrio.
Bases Teóricas
Entre las frutas más usadas se encuentra la papaya verde y entre las
hortalizas se utiliza el nabo, zanahoria.
El proceso que se utiliza es una técnica bastante sencilla de conservación,
en la cual el conservante principal es el azúcar. Entre las ventajas observables,
tenemos que la materia prima se conserva por un tiempo prolongado, sin
haberla confitado, esto permite que se pueda aprovechar la fruta/hortaliza y
posterior a ello, confitarla. (Raudales, 2010).
El azúcar enmascara algo del sabor amargo. Por esto se confitan frutas con
un sabor pronunciado. Además la fruta debe tener un buen estado, los frutos
inmaduros no absorben el jarabe y los que se encuentran muy maduros se
despedazan durante el confitado. Las frutas de diferentes clases no se
recomienda confitarlas en el mismo jarabe. (Meyer 1984).
Bases Legales
El Artículo 33 señala: