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TRATAMIENTO DE AGUAS CON ACEITES Y GRASAS

ANTECEDENTES
Aunque se dice que aceite y agua no se mezclan, y en gran parte es cierto, sí que pueden
existir como una solución, la cual se la conoce con el nombre de emulsión. El tratamiento
de emulsiones, o aguas residuales aceitosas, es imprescindible debido al alto contenido
contaminante de estos efluentes.

En una emulsión en la que el agua es el componente mayoritario, el aceite aparece como


gotas dispersas de forma uniforme en toda la fase acuosa. La conc entración y el tamaño
de las gotas de aceite dependen básicamente de la agitación. Si la emulsión se deja
reposar, los dos componentes tendrán tendencia a irse separando debido a la diferencia
de densidad. Aunque generalmente no se conseguirá una separació n perfecta y parte de
las gotas de aceite permanecerán en suspensión en el agua. Existen compuestos, como
los tenso activos, que son emulsionantes (o emulgentes), es decir, mantienen mezcladas
dos sustancias que son inmiscibles.

En múltiples aplicaciones industriales se generan emulsiones aceitosas, como es el caso


de:

 Aguas contaminadas con hidrocarburos


 Agua inyectada en pozos de perforación para desplazar el aceite
 Lubricante en procesos de mecanizado, utilizado para reducir el desgaste de las
piezas metálicas
 Aguas de enjuague en procesos galvánicos y de tratamiento de superficies

En todos estos casos, tanto si se desea verter estos efluentes a la red pública de
alcantarillado como si se tiene la intención de reutilizar el agua, será neces ario un
sistema eficiente de tratamiento de emulsiones aceitosas.
Existen diferentes procesos que permiten este objetivo, si bien no hay ninguna técnica
que sea adecuada para todas las situaciones que se puedan dar, a excepción de la
evaporación al vacío. Lo procesos más utilizados para la separación del agua del aceite
son los siguientes:

FLOTACIÓN POR AIRE DISUELTO (DAF)

En unas condiciones de ausencia de agitación, se aprovecha la diferencia de densidad


para separar el aceite del agua por flotación. A medida que se van formando las gotas
de aceite en el seno de la fase acuosa, van ascendiendo hasta la superficie. Para acelerar
el proceso de flotación del aceite, se burbujea aire por la parte inferior del tanque.

La separación es eficiente pero se requiere un gran espacio y equipos de dimensiones


considerables cuando el caudal a tratar es elevado. No obstante, esta técnica no es
viable cuando las emulsiones de aceite y agua son estables, casos en los que se debe
intentar previamente romper la emulsión mediante la adición de algún producto
químico.

EVAPORACIÓN AL VACÍO

El proceso de evaporación es el único que permite separar el aceite del agua sin la
necesidad de pretratar el efluente y sin requerir más procesos posteriores, puesto que
el agua producida es de elevada calidad y permite su reutilización directa. En cuanto a
los residuos, a diferencia de los procesos de membranas, no genera ningún otro efluente
residual. Se genera un residuo semisólido que por su composición se puede revalorizar
en otros procesos, como en una codigestión anaerobia. Otra gran ventaja de la
evaporación al vacío de los efluentes aceitosos es su elevada capacidad de adaptación a
las características cambiantes del efluente a tratar, lo cual hace que se trate de una
alternativa robusta y eficaz. Además, al operar en condiciones de vacío, el consumo
energético es contenido obteniéndose una elevada eficiencia energética.

Son equipos compactos y por lo general no se requiere de un gran espacio físico y su


utilización es sencilla y puede ser automatizada. Sin duda, es la alternativa clave para el
tratamiento de los efluentes aceitosos.
TRATAMIENTO BIOLÓGICO

La eliminación de aceites y grasas mediante degradación biológica, aunque es posible,


presenta una serie de dificultades que se deben salvar, tanto en condiciones aerobias
como en anaerobias. En primer lugar, el aceite y las grasas no disponen de una
composición que permita su biodegradación si no se dosifican productos químicos o se
mezclan con otros residuos, de manera que los microorganismos hallen todos los
nutrientes que necesitan para su crecimiento. En segundo lugar, el proceso biológico no
soporta bien fluctuaciones en el caudal o en la carga de entrada.

Además, en un proceso aerobio, la biodegradación de aceites y grasas conlleva un gran


consumo de oxígeno, lo cual requiere un elevado consumo de energía y unos costes de
operación elevados. Y finalmente, el funcionamiento de este proceso necesita de un
operador cualificado.
REUTILIZACIÓN DE LOS ACEITES ANTES QUE VAYAN A AGUA

El aceite vegetal se considera la principal causa de contaminación de las aguas urbanas, por el
vertido al desagüe. Un litro de aceite de cocina afecta a 1000 litros de agua; su tratamiento se
vuelve más complicado y, por supuesto, mucho más costoso.
Ese aceite se va acumulando en el desagüe, residuos que afectan al sistema de alcantarillado de
las ciudades; bloquea el flujo de agua, genera malos olores y plagas. Esto, combinado con la
basura que llega al drenaje y las lluvias torrenciales, se traduce en inundaciones que se pudieron
evitar.
El aceite de cocina, al ser más ligero que el agua, crea una capa superficial que evita su
oxigenación. Sin oxígeno, el agua comienza a oler mal y, además, asfixia a las plantas y
animales que depende de ella.

Reciclar aceites vegetales usados

Uno de los residuos que se generan diariamente en casa y que menos se recicla es el aceite de
cocina usado. Una familia de 4 miembros genera anualmente entre 18 y 24 litros de aceite usado
(Según artículo publicado por la Universidad de Salamanca - USAL). Este aceite a pesar que
puede ser reciclado fácilmente suele acabar en el desagüe. El aceite usado que llega a las plantas
depuradoras de agua requiere de procesos muy costosos para separarlo del agua. Reciclar el
aceite de cocina usado es muy fácil. Se guarda el aceite en un recipiente y cuando está lleno se
lleva al punto de reciclaje más próximo donde lo pueden transformar en biodiesel. Por ejemplo,
para conseguir biodiesel a partir de aceite usado solo es necesario filtrarlo y añadir aditivos que
mejoran su combustión en los motores diesel de nuestros vehículos.

Por último, este aceite quemado de cocina es muy valioso para generar biocombustible, existen
empresas interesadas en esta materia prima.

JABON CASERO PARA LAVAR LA ROPA

 1 litro de aceite usado.

 200 gramos de sosa cáustica.

 10 litros de agua.

 100 gramos de aceite esencial de lavanda.

Para preparar este detergente casero, lo haremos de la


siguiente forma:
 Busca un lugar ventilado, lejos de los niños o tus
mascotas. Ponte guantes de plástico y gafas protectoras.

 Empezaremos cogiendo un cubo para poner en él cinco


litros de agua fría.
 Ahora deja caer poco a poco la sosa cáustica con cuidado de no salpicarte. Utiliza un palo de
madera para remover esta mezcla y evita inhalar los vapores que desprende. Es peligroso,
ten en cuenta que esta mezcla empezará a calentarse, y de salpicarte, podría quemarte .

 Ahora vierte el aceite de cocina usado en el cubo sin dejar de remover. Cuando la mezcla se
haya unificado, añade también el aceite esencial de lavanda.

 Debes ser constante a la hora de remover y, sobre todo, tener paciencia. Es un proceso largo
que te ocupará algo más de media hora, tiempo en el cual, no debemos dejar de remover
con nuestro palo de madera. Verás que, poco a poco, coge consistencia y que, al final, queda
todo unificado y espeso.

 Ahora deja que este jabón casero repose un día entero. Pasadas 24 horas, añade los 5 litros
de agua restantes y vuelve a remover con vigor. Una vez más, dejaremos que esta mezcla
repose.

 Lo ideal es repetir este proceso durante 5 días. Remueve cada mañana (no hace falta que
añadas más agua). verás cómo va solidificándose, adquiriendo una consistencia de jabón
muy semejante al que compramos en tiendas. Pasado este tiempo, ya puedes envasarlo y
utilizarlo. Es estupendo.

VELA CASERA DE ACEITE USADO

 Un frasco bonito que nos sirva como recipiente para la vela.

 Un alambre que nos servirá de base para la mecha.

 Un hilo de algodón (su longitud debe ser unos 4 centímetros


superior a la altura del frasco elegido).

 Aceite de cocina usado, el que quepa en el frasco elegido.

 2 gotas de aceite esencial de sándalo.

Preparación

 Lo primero que vamos a hacer es dejar en reposo el aceite de cocina


que vayamos a utilizar, al menos durante toda una noche. Al día
siguiente, lo filtraremos. Para ello utilizaremos una tela, y de este modo
obtendremos un aceite más puro y sin residuos.

 Ahora vamos a preparar la mecha de la vela. Con el alambre haremos la base. Lo que buscamos
es que el hilo de algodón pueda sostenerse en el centro para que la llama se mantenga. Para
ello, haz una pequeña base enrollando el alambre y después, engancha en él el hilo de algodón
(Observa la imagen superior).
 Deja este alambre con el hilo de algodón en el centro del frasco, para después, verter el aceite
de cocina usado, con cuidado de no llenarlo del todo. Añade por último las gotas de aceite
esencial de sándalo.

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