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ANTECEDENTES
Aunque se dice que aceite y agua no se mezclan, y en gran parte es cierto, sí que pueden
existir como una solución, la cual se la conoce con el nombre de emulsión. El tratamiento
de emulsiones, o aguas residuales aceitosas, es imprescindible debido al alto contenido
contaminante de estos efluentes.
En todos estos casos, tanto si se desea verter estos efluentes a la red pública de
alcantarillado como si se tiene la intención de reutilizar el agua, será neces ario un
sistema eficiente de tratamiento de emulsiones aceitosas.
Existen diferentes procesos que permiten este objetivo, si bien no hay ninguna técnica
que sea adecuada para todas las situaciones que se puedan dar, a excepción de la
evaporación al vacío. Lo procesos más utilizados para la separación del agua del aceite
son los siguientes:
EVAPORACIÓN AL VACÍO
El proceso de evaporación es el único que permite separar el aceite del agua sin la
necesidad de pretratar el efluente y sin requerir más procesos posteriores, puesto que
el agua producida es de elevada calidad y permite su reutilización directa. En cuanto a
los residuos, a diferencia de los procesos de membranas, no genera ningún otro efluente
residual. Se genera un residuo semisólido que por su composición se puede revalorizar
en otros procesos, como en una codigestión anaerobia. Otra gran ventaja de la
evaporación al vacío de los efluentes aceitosos es su elevada capacidad de adaptación a
las características cambiantes del efluente a tratar, lo cual hace que se trate de una
alternativa robusta y eficaz. Además, al operar en condiciones de vacío, el consumo
energético es contenido obteniéndose una elevada eficiencia energética.
El aceite vegetal se considera la principal causa de contaminación de las aguas urbanas, por el
vertido al desagüe. Un litro de aceite de cocina afecta a 1000 litros de agua; su tratamiento se
vuelve más complicado y, por supuesto, mucho más costoso.
Ese aceite se va acumulando en el desagüe, residuos que afectan al sistema de alcantarillado de
las ciudades; bloquea el flujo de agua, genera malos olores y plagas. Esto, combinado con la
basura que llega al drenaje y las lluvias torrenciales, se traduce en inundaciones que se pudieron
evitar.
El aceite de cocina, al ser más ligero que el agua, crea una capa superficial que evita su
oxigenación. Sin oxígeno, el agua comienza a oler mal y, además, asfixia a las plantas y
animales que depende de ella.
Uno de los residuos que se generan diariamente en casa y que menos se recicla es el aceite de
cocina usado. Una familia de 4 miembros genera anualmente entre 18 y 24 litros de aceite usado
(Según artículo publicado por la Universidad de Salamanca - USAL). Este aceite a pesar que
puede ser reciclado fácilmente suele acabar en el desagüe. El aceite usado que llega a las plantas
depuradoras de agua requiere de procesos muy costosos para separarlo del agua. Reciclar el
aceite de cocina usado es muy fácil. Se guarda el aceite en un recipiente y cuando está lleno se
lleva al punto de reciclaje más próximo donde lo pueden transformar en biodiesel. Por ejemplo,
para conseguir biodiesel a partir de aceite usado solo es necesario filtrarlo y añadir aditivos que
mejoran su combustión en los motores diesel de nuestros vehículos.
Por último, este aceite quemado de cocina es muy valioso para generar biocombustible, existen
empresas interesadas en esta materia prima.
10 litros de agua.
Ahora vierte el aceite de cocina usado en el cubo sin dejar de remover. Cuando la mezcla se
haya unificado, añade también el aceite esencial de lavanda.
Debes ser constante a la hora de remover y, sobre todo, tener paciencia. Es un proceso largo
que te ocupará algo más de media hora, tiempo en el cual, no debemos dejar de remover
con nuestro palo de madera. Verás que, poco a poco, coge consistencia y que, al final, queda
todo unificado y espeso.
Ahora deja que este jabón casero repose un día entero. Pasadas 24 horas, añade los 5 litros
de agua restantes y vuelve a remover con vigor. Una vez más, dejaremos que esta mezcla
repose.
Lo ideal es repetir este proceso durante 5 días. Remueve cada mañana (no hace falta que
añadas más agua). verás cómo va solidificándose, adquiriendo una consistencia de jabón
muy semejante al que compramos en tiendas. Pasado este tiempo, ya puedes envasarlo y
utilizarlo. Es estupendo.
Preparación
Ahora vamos a preparar la mecha de la vela. Con el alambre haremos la base. Lo que buscamos
es que el hilo de algodón pueda sostenerse en el centro para que la llama se mantenga. Para
ello, haz una pequeña base enrollando el alambre y después, engancha en él el hilo de algodón
(Observa la imagen superior).
Deja este alambre con el hilo de algodón en el centro del frasco, para después, verter el aceite
de cocina usado, con cuidado de no llenarlo del todo. Añade por último las gotas de aceite
esencial de sándalo.