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© 1994 by Escuela Freudiana de Buenos Aires

Las Heras 3331 (1425) Buenos Aires


ISBN: 987-99667-04
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
CONTENIDO

Prólogo 9

Introducción 11

I - Superficies y Psic.o análisis 13

Introducción 14

Eva Lerner: La botella de Klein. El sujeto y el Otro 15


Clara Cruglak: La topología de Lacan: un retorno
a Freud 43
Osvaldo M. Couso: Escribir un concepto: una cuestión Topo-
lógica 62 -
Carlos Ruiz: La superficie como estructura 86

II - Topología y psicoanálisis;
lógica, escritura 93

Introducción 94
Carlos Ruiz: Topología y Lógica 95
Héctor Rúpolo: La metonimia espacial y la metáfora
temporal 103
Isidoro Vegh: Escrituras 118

III -Nudos y Psicoanálisis 141

Introducción 142
BenjanzJn Do1nb: La enseñanza psicoanalítica del nudo
borromeo 143
Ilda SaraLevín: Transferencia en un análisis y cadena borromea
de cuatro nudos 164
María del Carmen Meroni: Interrogación delcuarto nudo en la
clínica de la Neurosis 185
Carlos Ruiz: La estructura nodal 199

7
PRÓLOGO

Escribir es siempre una operación topológica ...

La Escuela Freudiana de Buenos Aires ofrece hoy este


libro a quienes estén interesados tanto en la clínica
psicoanalítica como en su teoría, en su formalización,
en su escritura.
Se trata de uno de los seminarios que hemos
desarrollado en torno a las cuestiones que a
psicoanalista le suscita la clínica y las razones de
porqué necesita de la topología.
A propósito de la relación entre ((Topología y
Psicoanálisis': «Que eso no haga olvidar lo que nos
parece que es la relación fundamental: escribir es
siempre un operación topológica», decía Carlos Ruiz en
una oportunidad en la que la E.F.BA. convocaba
Jornadas con el título: «La Formación del Analista".
Agradecemos aquí su implicación en la tarea asumida.
Se desprende de los diversos trabajos aquí desplegados,
que la topología, como escritura, resulta un instrumento
cada vez más dúctil para escribir la inscripción
inconciente de la clínica psicoanalítica. Es la que mejor
da cuenta de una clínica que se despliega en ((los tres o
cuatros registros en que se puede leer la partitura
constituída por se discurso". Esta es una de las
vertientes que nos ha abierto la lectura de este libro:
una modalidad que permite a cada uno escribir a su

9
)
)

modo la estructura sinfónica que es un relato de la


clínica. Otra de sus vertientes, en cambio, pone en juego
un límite: la matemática no es sólo un medio útil, sino
que es de lo real. Y es lo real, precisamente, lo imposible
de abordar sino por la escritura.
El deseo y el esfuerzo que implicó sostener un espacio
abierto a la posibilidad de edición mereció el tiempo
dedicado en la medida que este libro llegue a sus
lectores.
Agradecemos a quienes sostuvieron con su cuerpo, sus
ganas y su deseo, primero la exposición en el seminario
Y luego en esta_edición: a cada uno de los expositores;
también al Cartel de Publicaciones de la EFBA que se
dio como tarea una propuesta editorial que empezó a
tomar forma con este libro y otros, actualmente en
prensa. Deseamos inciten otras lecturas, otros escritos,
)
otras ediciones.
)
) lLDA SARA LEVIN SERGIO STAUDE
) Secretaria Presidente

)
10
)
Introducción

Este libro reúne las exposiciones del "Seminario de Topología


y Psicoanálisis", dictado durante el año 1989 en la Escuela
Freudiana de Buenos Aires.
El seminario surgió como continuación de cursos
introductorios de topología, motivado por una pregunta
reiterada: ¿Cómo se articula la topología con el psicoanálisis?
Para esta interrogación no teníamos -ni tenemos ahora-
una respuesta terminante. Incluso, habernos hecho cargo de
ella, no implica que aceptemos que sea posible formularla en
estos términos.
N os consta que esto se le ha planteado a cada uno de aquellos
que se ha acercado a la obra de Lacan. En particular,. a los
psicoanalistas que en los primeros tiempos de la década del 70
no sabían muy bien a qué se debían esos dibujos que aparecían
en los Seminarios, y a los matemáticos que en relación a la
demanda de los analistas~ no tenían respuesta.
A partir de ese tiempo de extrañeza, compartido por analistas
y topólogos~ se ha recorrido un largo trayecto que posibilitó un
abordaje en otras condiciones.
Por eso, cuando aceptamos la propusta del Cartel de Biblioteca
-que había auspiciado los últimos cursos introductorios-
pensamos que debíamos dar la palabra, sin otro
condicionamiento, a quienes están trabajando en el tema. De
este modo, lanzamos la invitación a cada uno, a presentar lo que
estuviera trabajando, cualquiera fuera su grado de elaboración.

11
Estimábamos que lo que qms1era decir "Topología y
Psicoanálisis" podría ser deducido a partir de la singular
el ección de ternas y de las diversas modalidades de su
tratamiento.
El seminario permitió que muchos de los asistentes se
integraran a esa problemática, brindó un marco de trabajo para
todos -en primer lugar para los mismos expositores- y de
hecho alteró nuestros hábitos de discusión. Esto nos llevó a
programar, para el año 1990, un segundo seminario con los
mismos fundamentos .
De esa producción nos queda, entre otras cosas el texto
grabado de las exposiciones, corregido por los autores; nos
pareció que el conjunto merecía la difusión del libro, por lo que
representa como testimonio de un trabajo fructífero y por lo que
puede significar, de aquí en más, como documento y como
referencia.
Esta tarea tuvo la aceptación y el estímulo de la Escuela
Freudiana de Buenos Aires y la de aquellos que con su deseo y
compromiso hicieron posible que este libro llegue finalmente al
público superando múltiples dificultades editoriales.

CARLos Rmz 1 HÉcTOR RúPoLo

12
1

Superficies y Psicoanálisis
) "La topología es la estructura~'
)
En gran parte de la obra de Lacan~ "topología" bien puede
entenderse como topología de superficies. El sujeto
bidimensional encuentra en esta ((Flatland" una presentación
particularmente precisa. La cadena significante se expresa
tan~bién conLo corte en una superficie. Lacan desarrolla estos
temas en varios serninarios~ para los trabajos que siguen las
principales referencias se dan abajo.

El modo en que la topología es la estructura, se pone en juego


en los trabajos que presentamos a continuación. Los dos
prirneros despliegan un debate enrnarcado en un abordaje
) topológico centrado en la botella de Klein, superficie que
) pocas veces aparece en este contexto; en el segundo, aparece
una nueva propuesta para situar la relación entre superficies
)
y nudos.
El tercer trabajo da las razones lógicas de tal abordaje; el
cuarto presenta las superficies en tanto estructura, en su
relación a la escritura.

C.R.

E vA LERNER: La botella de Klein. El sujeto y el Otro.


CLARA CRUGLAK: La topología de Lacan: un retonw a Freud.
ÜSVALDO M. Causo: Escribir un concepto: una cuestión Topo-lógica.
CARLOS RuiZ: La superficie como estructura.

REFERENCIAS!

Lacan, J .: S eininario IX, La Identificación (inédito).


Serninario XII, Problemas cruciales del psicoanálisis
(inédito).
L'Etonrdi t . Scilicet 4.

14
La Botella de Klein
Eva Lerner

Este trabajo sobre la Botella de Klein está articulado a


una reflexión sobre el fin del análisis, que me interesaría
se pudiera desplegar después de mi exposición.
Lacan intenta teorizar la experiencia del análisis,
evacuando lo más posible su sentido, para la trar1srí1isión.
La matemática y la lógica le permiten una escritura
diferente, no retórica, tampoco completa, pero rrtás consis~
tente. Apela a ellas para dar cuenta de aquello que de la
estructura del sujeto parlante, es imposible de decir y de
escribir con la retórica. Esto es: lo real. Es así que a veces
subvierte postulados internos de estas disciplinas y r1o
renuncia a extensiones tal vez ilícitas para cualquier
lógico y matemático. Al menos uno no se cuenta entre ellos
y cuenta como maestro de psicoanalistas, que es Carlos
Ruiz, que no se creyó de verdad que sabía, así que nos
acompaña en alguna de estas extensiones.
Este es un buen modo de acercarnos nosotros también
a investigar algo que como psicoanalistas nos atañe. La
cuestión de la terminación del aJ.1.álisis no está absoluta-
mente resuelta.
El psicoanalista está en su derecho de afirmar que "el

15
síntoma es algo instalado en lo subjetivo, y no podría ser
resuelto por ninguna forma de diálogo razonable y lógico
y que el analizante no será liberado de ese nudo más que
en el interior del campo". 1 Es decir, que hay caminos que
se trazan en condiciones de artificio en la experiencia
analítica. Y el analista puede testimoniar de ello. Esto es
la transferencia.
Sin embargo se podría decir que aquel que ahí opera, no
sabe lo que hace. Lacan nos invita a teorizar la experien-
cia analítica diciendo que no es suficiente saber hacer afgo
p~ saber sobre qué se trabaja.
"A eso se reducirá el trabajo del análisis, a la pulsión".
Esta experiencia no es posible más que por m1a determi-
nación primordial del hombre, por el discurso, así que
nuestra partida es el sujeto que habla.
El analizante habla y el lenguaje lo determina de tal
modo que lleva de él la traza sobre la piel como un animal
marcado. Su decir entonces no es ni arbitrario ni conven-
cional. ~1 Otro es el que habla en él. Y es en el diván de
cada analista que no habla para decir sus pensamientos,
el lenguaje le hace obstáculo, efectos del inconsciente,
puntualizado ya por el descubrimiento freudiano, lugar
del sueño, el unheimlich, de la otra escena.
Decimos que el cachorro huma no para constituirse en
sujeto parlante requiere de un Otro que acuda a significar
su grito como llamada. A imprimirle su lengua, a hacerle
de sosténnarcicístico para la constitución de su imagen de
sí. Pasa a ocupar en ese tiempo para ese Otro primordial
deseante y castrado, si es que algo de la falta atravesó
para desear un hijo, pasa a ocupar decía, un lugar equiva-
lente a aquello de lo que carece, y por lo cual lo deseó. El

Lacan, J.: Sem. Probl. Cruciales del Psicoanálisis.

16
lugar de falo, imaginario decimos, del lado del Otro. Del
lado del sujeto en ese tiempo necesario, siempre que no se
perpetúe allí.
Será la operación del Nombre del padre a la que una
madre hará lugar, la que prestará su función para que un
corte que no es cualquiera, se produzca. Esta operación a
la que llamamos castración simbólica, es fundante del
sujeto.
Gracias a ella, advendrá parlante, pero al precio de su
división. Entre lo que dice y lo que sabe, entre el objeto que
lo causa y aquél, que como resto de esta operación, le
arranca a l Otro con el cual se identiñca al precio de su
subjetividad deseante. Fantasma decimos, velo y res-
guardo de su deseo. R.§.tenido en este lugar nos llega el
n~isis. .
EJ concepto de castración le per@j.tió ya a Freud sltua:r_
la...entrada en la neurosis, a~vez que fue el obstáculo con
el que se encontró, al final de los análisis que conducía.
Lacan avanza el límite del análisis freudiano y el fin
que propone es el atravesamiento del fantasma y la
disolución de la transferencia.
Es en el intento de conceptualización del fin del análi-
sis que este trabajo se escribe tercero en una serie.
En el primero2 propuse elevar a materna del fin del
análisis una articulación. El atravesamiento del fantas-
ma con el significante de la_ falta en el Otro s~) . Es ~e­
cir, la caída de lugar de obJeto que en el Otro 1o reterua,
artic~lada con otra O~aCl..Q_g_a realizar al fin, la_~­
crlpCíündel significante de la falta en el Otro.
--La":frase de Lacan que entonces me interrogaba era la

Eva Lerner de Karp. Al fin (del a nálisis). En: La formación del analista.
Escuela Freudiana de Buenos Aires, Puntosur, 1990.

17
)

)
) siguiente: ''Del Nombre del padre finalmente también hay
) que prescindir, a condición de haberse servido de él": este
) es el trabaj o de reducir lo más asible el lugar del padre
) al final del análisis. f?i no, no podríamos pensar un m del
aE:áli_sís más allá de u~yosición histéri~a. Si un análisis
)
termmara en el amor al padre, estaríamos en el límite al
)
que llegó Freud en sus análisis: resta para el sujeto aún un
) "más allá" de él. - ----,._..e

l:a prc;pue sta en esos tiempos de ese primer trabajo era


recorrer en la cura !a función carente de un padre, camino
que La_can nos invit_~~-!ecorrer, situ~_ndoJaimp.os_[blJiéf;d
)
de _dec~l_:_~-....~~~ón. Por- la falta de respuesta que un
)
padre tam o1én tiene, por ser parlante, a la pregunta por
) el otro sexo, el femenino. Desafío al final de la cura para
quien se diga hombre o mujer. Y taml:üén. :Rara g___ue un _
analista pueda caer . -·- ·-···- --·--·-- .
É-~ie materna les decía, significante de la falta en el
Otro que proponía articulado con el atravesamiento del
) fantasma, porponía elevarlo a materna del fin del análisis.
) En la obra de Lacan lo encontramos en los maternas de
la sexuación para indicar el goce suplementario de una
~t:j~ Pero también antes lo encc)ntramos, L~usa,
en el Gré:if.o ~--~~-~~bve_rsión del suejto para situar el efecto
)
d~l~ ~e~E_~_s_i§n 21.::igin3:.0a o castració~1 . Parecería-que.algo
) entonces de es ración institu rü u·eto nos
.) co~cern!g. también al fi~ .
) En el segundo 3 trabajo de esta serie, in-v i·~ada por La-
\ can a situar en el cuarto nudo o Nombre del padre, tanto
el síntort].a_c..om.o....elsin:thm:n.e, recorrí la perversión inshlu-
)
.~ en Isabel de R, el Hombre de las Ratas,YJuanito.
)
Revisaba la insuficiencia de los respectivos síntomas,
)
3
) Eva Lerner de Karp. Del síntoma al sinthome. En: ReuniónLacanoamericana
de Psicoanálisis, Mar del Plata, 1989. Nueva Visión, Buenos Aires, 1990.
)

)
18
histérico, obsesivo y fóbico, respecto a lo que se esperaría
del sinthome al final del análisis, ya que Lacan nos
propone saber-hacer-allí-con-su sinthome. Es decir , saber _
~ervirse del Nombre del Padre pero más allá de él.
Nuevamente me encontraba con una operación que no
había terminado de producirse, y para colmo de males
hasta donde yo había llegado en mi lectura, la teoría de los
nudos me abría un panorama que era el cuarto nu do, pero
me cerraba otro gue era el objeto a. Preguntán dome P._..QE_
qué Lacan vuelve a:I Toro después de los nudos, m e
encontré con una idea que había tenido al estuiliar la
Botella de Klein con Carlos Ruiz. Y o pensaba que la
Botella de Klein era una superficie muy importante que
permitía situar esa operación fundante del sujeto, la
castración, y que quedaba opacada por el Toro, y la
buscaba en los retornamientos, recubriendo al Toro, supo-
niendo erradamente que lo más importante estaría más a
la vista, hasta que finalmente la encuentrQ..!Lllla.o_b_rad.e
Laca
- - .n, recubierta por el Toro.-
N o recubriendo a un Toro '
si~9. recubierta por el Toro. -------·- ··-· ····· . ·- ·----
Esta es la razón por la que me dediqué a investigar la
Botella de Klein.
Recu_!:Jierta por el Toro es el modo como la p odemos
-··· ··----
-e1__
poneren espacio·~- Es-el mod~·-;;ümo la.Bo-teffa ·d~ ·ruciñ
.... ............. '
que topológicamente es irrealizable, imposible de poner
en el espacio de tres dimensiones, el espacio tridimensio-
nal, el modo como entra en el es"Qacio es con este ropaje
imaginario del Toro. _
Efectivamente entonces, la castración instituyente
queda opacada. ¿Por qué entonces la Botella de Klein? La
Botella d~ Klein sería finalmente la _s uperficie topológica
con la cual Lacan puede superar el modelo 6P.trco.-:Ene11a
puede""sífuar"la "conslítueíündefsuejto en el campo del

19
Otro, como dijimos, como efecto de la articulación signifi-
cante, y el resto de esta operación, el objeto a, producto de
una operación de corte vendría a suturar esta operación,
a ;~larla. ~- ~ ·
-uedlca un seminario entero, "Problemas cruciales", a
desplegar alrededor de la Botella de Kle~n, la teorización
de la experiencia del análisis.
Ahora voy a leer la propuesta que hago a partir de la
Botella deKleiny la voy a volver a leer al final después que
hagamos el recorrido de la Botella.
Si ubicamos en el punto de)._mz.agin.ación el lugar del
corte instituyente de 1ª-_-~astració:r;t__ simbólica, para la
re;Iización cieTaBotelia de Klein tomamosun rectángulo,
escribimos las flechas para su pegado, es decir el borde
superior y el borde inferior (ver figura Nº 1) se van a pegar
en el sentido de las flechas, obtenemos un cilindro. Indi-
camos previamente ellugar de la perforación, por la cual
vamos a hacer pasar un extremo del cilindro.

1
/-....
1
1"
1

1
\ ) -1-

1
-......_/
---7

Figura 1

Vamos a introducir un extremo en esta perforación, y


al hacerlo, las dos flechas que acá las tenemos opuestas,
quedan para el mismo lado.
Propongo que a esto que para la topología es una

20
perforación, un corte trivial, le demos el estatu:o de c~rte
no trivial, ya que podemos demostrar a traves de ella
realización de la Botella de Klein. Resumiendo: Esa ven-
dría a ser la Botella de Klein realizada en el espacio y este
es su dibujo. (ver Figura Nº 2)

Figura 2

/ Si ubicamos en el punto de invaginación el lugar del


corte mstituyente de la castración simbólica, ~ue
1 esta costura, es sutura.
Al hacer penetrar el otro extremo de la Botella, el otro
extremo de este cilindro, por el corte realizado y luego se
lo cose, (esto se puede realizar con una media de tenis si
uno le hace un corte, lo introduce y lo cose), este corte
queda suturado si está cosid . E.ntonces decimos.que es un
cor e, pero que uego de su costura, es sutura. El Nombre
\. Propio es sutura y renegación de la operación producicl.a.
-A continuación voy a proponer un corte en espiral en la
Botella de K.lein para intentar una respuesta a las pre-
guntas que me formulo y que son las siguientes: 1) ¿Po-

21
) dríamos postular qué en la experiencia del análisis se
r
) tr~taría de provocar por un lado el desprendimiento del
)
obJeto .del fantasma y por otro la reafrrmación de la
operación de castración instituyente de la estructura? 2)
)
Si el discurso avanza por el S 1, Síntoma, repetici.ón
retorno de lo reprimido, este corte que yoy a proponer ~~
l~ _Botella de Klein, en espiral, ¿12odría ser la igterp.reta-
<¿?I1_con:~~~ la letra y el deseo que la causa, deseo
de~ an~hsta)._ cor:te y s!-fuci-ón. de qüe-Io _gue se iliceno se
bQI.:re conlo__qpe si_g:Y-e, evit~~o él efecto de sutura? Para
que en la cura, el decir del analizanteno sea como en el
lazo social donde ~Ldeé" de cualquier humano parlante
que h~bla se borra~~ que si~e, CO!J._lo _g ue _diCe
) des?~~s, av~d~tendrd·o en malentendidó.
~a I:oierpreta~ión tendría función de corte y sanci6n de
)
que lo que se dice no se bor e con · , evitando el
~ · e _ecto e sutura de esta o era · n. Para un lado corta el
) ¿_!_~cortan o el borde del objeto a, mi~nk-ª§..~ara el
) otm.lad~:u_n.a..c.ns.tnr.a suturada. -~
) Vamos a jugar con la Botell; -d.;·Klein para intentar
)
mostrar algo de esto, lo demás lo propongo a la discusión.

> Realización de la Botella de K.lein


\ armada por el método Banda cilí~drica
(

Banda de Moebius '


\
)
En principio recordemos que las propiedades de una
) superficie topológica, se descubren por sus cortes.
)

) Repasamos su Construcción:
}
En la figura 1 no podemos darnos cuenta que la Botella
)

) 22
de Klein es dos bandas de Moebius invertidas. Solo pode-
mos decir que tenemos un rectángulo, que siguiendo las
indicaciones lo pegamos como banda cilíndrica, o sea el
lado superior con el lado inferior y obtuvimos un cilindro
o banda cilíndrica. Luego de pegados los lados realizamos
el corte para introducir un extremo del cilindro adentro
del corte que realizamos y obtenemos una Botella de
Klein.
Primer Corte Sobre la Botella de Klein ya construída:
Si descubrimos sus propiedades por sus cortes, si
cortamos por esta línea que es la línea de pegado, obtene-
mos una Banda de Moebius.
Entonces decimos que la Botella de Klein es una
superficie cerrada, su interior comunica con el exterior,
las propiedades de esta superficie son las mismas que las
de la Banda de Moebius, es decir no tiene más que una
cara. O sea, si la recorremos, se invagina el exterior en el
interior. No tiene más que una cara.
¿Cuál es la función simbólica de la Botella de Klein?
¿Por qué Lacan la empieza a utilizar? Es para dar cuenta
(como con la Banda de Moebius) de la ruptura con la
concepción del paralelismo del sujeto con el cosmos que lo
envuelve. O sea esta idea del paralelismo del sujeto con el
cosmos, define al suj eto como microcosmos.
Lacan introduce otra sutura, un punto de capitaneado
esencial, diferente, que abre un agujero. O sea que insta-
lamos a la Botella de Klein entre aquellas estructuras que
hacen agujero, decimos.
Es una superficie que está anudada a sí misma. Deci-
mos que en la experiencia analítica, hay que pasar de, }
saber lo gu---eoc-urre, a saber dónde está el punto de sutura, ~
entre la piel externa del interior, y la piel interna del
exterior. El sujeto puede meterse ahí. El sujeto tiene un

23
sistema de nudos, de lazo a sí mismo, de costura a sí
mismo de la superficie. La línea o corte que se inscribe
sobre esta superficie será la traza que representará el
ejercicio del significante en el decir o palabra. El decir será
la línea corte que sobre esa superficie se inscribe.
Dijimos entonces que ese decir, ese advenir parlante
del sujeto, que le permite hablar, se inscribe en el lugar del
Otro. E~~.9tro, ep. tanto analistas nos atañ~"l.lg&
dg__r~~del sujeto, que viene con una
d,emanda, y gye por el proceso de regresión se RresentJ.fi-
c_a rá en la relación analítica. O sea que el lenguaje que
trae no es un código, s~nunciados vehiculizan al sujeto
presente en la enunciación. . ·
--Hasta acá podríamOSdecir, resumiendo, que si h ace-
mos un corte o un despegado por el lugar indicado, la
Botella de Klein se convierte en una Banda de Moebius.
¿Qué es una Banda de Moebius? A Lacan le ha servido
la banda de Moebius para representar al sujeto. Esto es
una Banda de Moebius:

Es una superficie de una sola cara, que si la recorre-


mos, o si una hormiga intenta caminar por ella, le da la
vuelta completa. Lacan usa la Banda, usa otras superfi-
cies también como la Botella de Klein para decir, cada vez
de otro modo: qué es el sujeto, pero fundamentalmente
usa la Banda de Moebius, para decir, que el sujeto es el
corte en acto.

24
En la Banda de Moebius como en otras superficies
topológicas, sus propiedades se descubren por los cortes
que se realizan en ella. Voy a proponer un corte, que no es
cualquiera. Es el corte por la línea media de la Banda de
Moebius. Recuerden que la realización de la Botella de
Klein es imposible de construir en el espacio tridimensio-
nal, pero son dos Bandas de Moebius pegadas en simetría
invertida. Hasta acá expliqué cómo deshaciendo la Bote- .
lla por esta línea de pegado obtenemos una Banda de
Moebius.
Ahora vamos a dedicarnos a probar ¿qué es esto de las
dos Bandas de Moebius? Es el camino inverso. Primero un
procedimiento para su realización, cuyo despegado nos
encuentra con una Banda de Moebius. Pero hay otro modo
de llevar a cabo la Botella de Klein, que es dividir esta
Banda Cilíndrica por la línea media, desplazar la línea de
borde paralela a la línea media, y suponer que construí-
mas con la banda cilíndrica superior una Banda de Moe-
bius, y con la Banda cilíndrica inferior otra Banda de
Moebius, invertidas simétricamente, con simetría espe-
cular, pegadas a los bordes de esa banda cilíndrica, luego
de realizar también el corte y penetrado correspondiente
a la Fig. 2 obtendríamos la Botella de Klein (ver Fig. Nº 3).
Entonces, un corte por la línea media de la Banda de
Moebius, es el sujeto, el sujeto es el corte en acto.
-7
B A
t j,
A B

-7
Figura 3

25
)

)
Si lo cortamos al medio nos da dos Bandas cilíndricas.
Una Banda Cilíndrica, la doblo. De cuatro vueltas. El
sujeto no es esa Banda de Moebius sino el sujeto es el aire,
con forma de Banda de Moebius, que se produce cuando
)
realizamos el corte por la línea media.
)
Ahora bien. Si decimos que las propiedades de las
) superficies topológicas se descubren por sus cortes y que
en la Banda de Moebius el corte por la línea media no es
)
un corte cualquiera, es un corte tal que destruye la
estructura de la Banda de Moebius de papel, nos deja la
}
estructura de la Banda de Moebius de aire.
) Decimos que el corte es su propiedad y el sujeto es lo
que desaparece en el corte. Es la función del corte en el
) l~n~aj e la que hace que el~uj eto esté en la alienac10n que
~e:Qresenta el corte. O E_ea, el corte propicia pero a la vez al
!?recio de la alienación. Ese es el sujeto del que entiendo
que habla Lacan, .§.! sujeto se constituye alj.enadQ.
Resumiendo el segundo modo de construcción de la
Botella de Klein: corte y pegado por las líneas paralelas a
la línea de pegado y equidistantes a la línea media. Si
cortamos por allí nos quedan dos Bandas de Moebius, en
espejo, por lo tanto tienen simetría especular. El pegado
de dos Bandas de Moebius por el borde, anula los · dos
bordes de las dos Bandas de Moebius. Y pasamos de una
) superficie, de una sola cara, con borde, que era la Banda
de Moebius, a una superficie de una sola cara sin borde,
)
la Botella de Klein.
Esta presentación de la Botella de Klein es un modo de
)
e$cribir la conjunción del sujeto con el Otro~ en el interior
) de lo cual va apoder s1tuarse Ia.Clia~ca de la demanda.
) Supongamos que el lugar del Otro es la imagen invertida
) de lo que nos sirve de soporte para conceptualizar la
)
función del sujeto.
)

26
Este segundo modo de construcción de la Botella de
Klein, el corte sobre esta presentación, nos permite obte-
ner dos bandas de Moebius invertidas, con torsión dere-
cha e izquierda, o sea con simetría especular. Lacan sitúa·
ahí el Otro y el sujeto: el lugar del Otro y el del sujeto
constituido en el campo del Otro. Supongamos que el
lugar del Otro es la imagen invertida de lo que nos sirve
de soporte para conceptualizar la función del sujeto.
Antes de pasar a la tercera parte y conduir, quería
decir que es te es el modo como yo leo en Problemas
Cruciales que Lacan propone pegarle un disco a la Banda
de Moebius para plantear la§._relaciones del Otro con el
q.l2.ieto a, la relación del sujet~viviente al seno, las hece~,
en fin, a la función del falo presente ahí.
El privilegio de estos objetos se esclarece por estar cada
uno en una cierta homología de posició_p~-~1 piy el de la
júnlura eritre eTsu}et~~el Otro.-:I~J:l-es.e sentido a mí se me
ocurría, pero pareciera que no es lícito topológicamente, lo
estuve charlando con Carlos Ruiz, que al agujero que
queda en la boca de la Botella de Klein q~e ya demostra-
mos que relación tiene con la Ba11da de Moebius se la
podría aplicar un disco y tendríamos un Cross-Cap.
Lacan acentúa bastante la importancia de este objeto
topológico Botella de Klein para abandonar el modelo
óptico, y sabemos que el límite que tenía el modelo óptico
era que no podía situar allí al objeto a. Lacan hace un
jueguito en el seminario de la Angustia, dibuja en al boca
del florero, el Cross-Cap, el ocho interior del Cross-Cap y
sale del paso momentáneamente, sale del límite en el que
se encuentra. Por eso decía que hace extensiones ilícitas,
no podríamos decir que el modelo óptico es compatible con
una superficie topológica. Atribuyéndome los mismos
derechos que Lacan, y tomando de su letra en este semi-

27
nario, la propuesta de la Botella de Klein como el avance
1 c~nceptual del modelo óptico, porque le permite situar al
{ qQjeto ª-·Entonces me parece que no alcanza, en el espacio
de la superficie, situ ar las dos Bandas de Moebiu s inver-
tidas sino que además podemos situar en la Botella de
Klein en la boca del agujero (como lugar del objeto causa
de deseo) qu-;queda después dcl corte si dijimos_iill_e-aJlí
pudimos ubíCiiLTa]uñtura entre el S1Jie~l Otro.
Si la operación de renegación de la operación castra-
ción es el fantasma, es con la constitución del fantasma,
con la construcción del fantasma, que el neurótico renie-
ga, en una operación perversa, de esta función del corte
inicial. Tiempo de conmoción de la estructura del n euró-
tico en la cura psicoanalítica.
En este sentido a mí se me ocurre esta articulación
entre la Botella de Klein y el Cross-Cap, es decir en el
agujero (boca de la botella) pegar un disco y producir la
estructura del Cross-Cap.
Al leer los seminarios, las tres superficies topológicas,
el Toro, la Botella de Klein y el Cross-Cap, parecieran
articularse.
Lacan en este seminario, se r efiere a la Botella como a
un falso Toro y habla del deseo y de la demanda como en
el Toro, con algunas diferencias. Dice que en la Botella de
Klein hay una vuelta perdida y esta es la operación de
corte. En cambio en el Toro se refiere a esa vuelta perdida,
con las vueltas de la demanda que producen una del de-
seo, o sea que acá habría una en menos, a contar, y en el
Toro una en más. Así lo entiendo yo.
¿Es el Toro siempre el recubrimiento de la Botella de
Klein? La pregunta que me hacía era si se justificaba que
en los últimos seminarios Lacan volviera a hablar del
Toro, cuando parecía que estaban superados los objetos

28
topológicos al pasar a los nudos. En ese sentido es que
podemos intentar una respuesta si no lo reinstala porque
los nudos, son de toros.
La Botella de Klein nos permitiría entonces situar la
operación: castración.
Resumiendo, decimos, que la Botella de Klein son dos
Bandas de Moebius unidas; que la Banda de Moebius está
recubierta por una Banda Cilíndrica de cuatro vueltas,
dijimos que este era el aire que les había mostrado. Y dos
Bandas de Moebius, recubierta cada una por una banda
cilíndrica de cuatro vueltas, o sea dos de éstas, si las pego,
hago una botella de Klein. Pero si pego los bordes, si pego
las dos Bandas de Moebius para hacer una Botella de
Klein, pero pego los bordes de la banda cilíndrica, porque
si dijimos que el aire son las dos Bandas de Moebius, yo
estoy pegando las dos Bandas cilíndricas, no la de Moe-
bius que está en el interior, si pego las dos Bandas
Cilíndricas tengo un Toro. Entonces hay una transforma-
ción posible, topológicamente válida, de que esas dos
Bandas Cilíndricas que recubren a las dos de Moebius,
que forman la Botella de Klein, pegadas, sean un toro.
Ahora entonces, vuelvo al postulado inicial: Propongo
un corte específico sobr e la Botella de Klein al qu e llamo:
Corte en Espiral. Primero lo muestro y después lo postulo.
Si tomamos un rectángulo, lo dividimos primero en cuatro
partes, y suponemos que le queremos hacer un corte en
espiral., lo dibujamos, nos hacemos el plano de esto (Ver
Fig. N2 4). Después continuamos, le hacemos el lugar de la
invaginación, pegamos los bordes, realizamos la perfora-
ción, que yo llamo corte por el cual vamos a invaginar el
otro extremo de la botella, y tenemos entonces la Botella
de Klein con una línea espiral que la rodea toda.

29
Figura 4

O sea, podemos decir que ese lugar de corte virtual-


)
mente, lo podemos desplazar por toda la estructura.
) Esa línea circular sería el mismo corte desplazado por
toda la estructura, en una media de tenis si lo hacemos, y
) la movemos, toda la estructura se conmueve, si movemos
ese lugar, no es un lugar irrelevante en la estructura. (Ver
Fig. NQ 5)

Figura 5

) Realizado esto, con las líneas marcadas, pegamos esos


) dos bordes y hacemos este corte hemos construido una
) Botella de Klein con las líneas marcadas. Tomo una tijera,
)
y corto por estas líneas, por las líneas diagonales, si acá
tenía el plano y llamo a este desplazamiento línea de
) corte, ¿qué propiedad tiene esta superficie topológica
) cuando sufre ese corte? Cuando sufre ese corte la Botella
) de Klein atravesada por esta línea circular, se convierte
) en una Banda de Moebius con tres vueltas. Pero es Banda
)
·de Moebius si es impar.
)

) 30
1
A esta operación, a este corte en la Botella de Klein, es
al que propongo llamar, castración, y digo que este corte
está opacado adentro del Toro.
Si ubicamos en el punto de invaginación el lugar del
corte instituyente de la castración, y decimos que esta
costura es sutura, o sea renegación de la operación pro-
ducida, podríamos postular que en la experiencia del
-----
análisis se trataría de provocar el desprendimiento del
- - - . -.
obj_eto del fantas~:E~~~diQ::-ft~J.§.._¡:ea~~mación de la
oper?-ción de castración instituyente.
La segunda cuestión es si podríamo.§ ppstular_que ese
corte en e · es la intemr.et~.~~.f!.eseo que la c~usa,
eseo del analista, como el corte y sanci6ñ paraqi:!,E~J9 g_ye_
se<lice no seborre con lo que sigue. -- -
La tercera cuestión.es ·u:nacues-tión que ya es ajena al
tema de hoy, pero que venía empalmada por una línea de
reflexión, es si el efecto de esta operación la podemos
llamar o no --significante de la falta en el---·-
Otro.

Preguntas:

CLARA CRUGLAK: Si este procedimiento es digamos pura


ficción, ¿qué nos lleva a la construcción de la botella, a la
falsa botella en realidad? El toro retorcido nos lleva a
poder manipular esa superficie invaginada, hablando
mientras tanto de la verdadera botella de Klein, de las
propiedades de la botella de Klein, pero lo que estamos
manejando es un toro que se atraviesa a sí mismo, un toro
invaginado.
¿Cómo es que aquí en el momento de la construcción y
para el armado, cómo es que articulás la función de la
castración? En el momento de la construcción, en el
momento de manipular. En el último despliegue de la

31
Banda de Moebius, con tres torsiones, allí sí, pero no en
este momento, porque lo que sucede luego, que este lugar
de corte es también lugar de pegado.

EVA LERNER: Yo sitúo acá el corte.

CLARA CRUGLAK: Ese mismo lugar, porque en el momen-


to que la construimos, es el mismo lugar donde vamos a
pegar la otra parte, el otro extremo, lo vamos a dar vuelta
y lo vamos a pegar, allí en el mismo lugar, ¿cómo es que
allí en esta operación estabas marcando la castración?

EvA LERNER: Realizado y cortado es este corte en


espiral.

CLARA CRUGLAK: Me parece además que son dos movi-


mientos diferentes, que es precisamente articulación de
deseo y demanda.

EvA LERNER: Si lo tomamos como Toro pareciera que


podemos plantear en la Botella de Klein algo de esta
articulación del deseo y la demanda, pero que hay una
diferencia con lo que Lacan plantea del deseo y la deman-
da en el Toro. El llama la vuelta perdida a esa operación
que vos la llamás de ficción.

CLARA CRUGLAK: Esa operación de ficción es para la


construcción y la materialización. Lo que estamos mane-
jando no es una Botella de Klein, es un 'foro que se
atraviesa a sí mismo.

EvA LERNER: Es cierto lo que vos preguntás, porque yo


demostré todas las propiedades de los distintos bordes,

32
menos de esta que era la primera, donde en la operación
de construcción cuando hago un corte, hago un corte por
la línea de pegado, puede ser un corte por cualquier
paralela, pero conservo este corte, como axiomático. Es
verdad, llamé corte no trivial a lo que en topología es corte
trivial o perforación.

CARLOS Rmz: Conservar este corte, quiere decir que por \


ahí no cortaste. Yo hago ·este corte y conservo este otro, )
quiere decir que el segundo no lo hiciste. ·

EvA LERNER: En topología esto se llama perforación,


pero después le di otro valor, como si una superficie que
tuviera un agujero, después le diéramos un valor a este
agujero de inscripción de una falta. La falta primero sería
de lo imaginario, porque nada le falta a la estructura. Pero
tuvo que sufrir una operación de corte: falta en lo simbó-
lico y esta operación simboliza a un cuerpo.

CLARA CRUGLAK: Lo que aparecería, que Lacan le llama


círculo de reversión, que es la boca, queda desplegado, en
tanto el corte de la construcción, después de manipular la
botella, puede quedar en cualquier lugar. Lo que no queda
en cualquier lugar, según el momento en el que nos
detengamos, del pasaje de adentro afuera es la boca de
la botella donde Lacan sitúa el círculo, ese punto de
reversión. Y precisamente, esa línea que vos hiciste de la
demanda, allí, al pasar por el circuito de reversión es
donde se invierte. Y no se trata del corte de construcción,
lo que podría dar cuenta de una operación simbólica
dentro de un análisis sino allí donde onde el espiral está
tocando el borde del circuito de reversión que sería la boca
de la botella. Esto se despliega muy bien a lo largo de todo

33
)

}
el desdoblamiento que se le puede hacer ala botella, en ese
) pasaje de adentro-afueraperman~nte. Va aqu~dar, e~ el
momento·que la detengas, el circuito de revers1ón,. all~ se
puede observar cómo estas vueltas de la demanda InVIer-
ten su sentido, precisamente creo que acá está podemos
) localizar desde donde el mensaje nos vuelve invertido.
)

)
HÉCTOR RúFOLO: Ella hablaba de la constitución de la
botella, respecto al punto de capiton, el que de alguna
manera aparece relacionado con esto. Si yo hago un corte,
)
cómo va a haber que pegar. Es interesante lo que hace al
) concepto matemático de la botella. Pero más allá de que no
podamos lograr este objeto, Lacan va a un punto en. la
Topología en donde se sirve ~e la Topolo~a, en ese. sentido
lo que dice Eva, cuando d1ce que alh se constituye la
botella está dándonos por enterados que se volvió a
pensar' como hecho ese corte y pegado en ese instante,
cuando se produce el punto de capiton, que hace a .la
posibilidad de que el sentido, la significación, no se deshce
)· locamente.
En este punto me parece que Eva apuntaba a la
constitución de la botella, al punto de constitución Yluego
empieza a hablar de cómo se invierte en la demanda.

CLARA CRUGLAK: Es que una cosa es la constitución y


)
otra cosa es la construcción imaginaria para que manipu-
)
lemos el objeto. Precisamente, si uno puede hablar de
Botella de Klein, es únicamente en la abertura, como .
) salida, que es esta misma frase que :util~za Lacan er: _el
seminario 24, es en la salida, en ese c1rcu1to de reverswn
) donde se articula el point de capiton, pero no en la
} construcción imaginaria, esto es lo que entiendo yo.
)

) 34
CARLOS Rurz: Yo diría que si seguimos redoblando la
apuesta no vamos a poder seguir jugando, entonces vamos
a ver si las cinco o seis cosas que están pendientes, las
podemos ordenar una debajo de la otra. La primera que
quisiera dejar de lado, es respecto de la naturaleza de los
objetos topológicos, si es ficción o no es ficción. Estamos
hablando de ficción y este papel que estamos usando para
representar una Botella de Klein, bueno, más o menos es
una Botella de Klein, pero todo lo que exceda eso por ahora
dejémoslo de lado, el hecho de que en realidad es un Toro
que la recubre, me quedo con una simple Botella de Klein,
y creo firmemente que es eso. Este papel. Entonces lo que
entendí de lo que decía Eva, digamos que vendría a ser
como comentado casi idénticamente por la primera parte
de lo que dijo Rúpolo ¿no? Sería que hay un corte, por
donde yo armo la Botella de Klein, que no tiene demasiada
importancia, la puedo hacer o la puedo comprar hecha, yo
tengo una Botella de Klein. Porgue de hecho ese corte, en
esta ficción que estamos haciendo, n~ va~os --ª-.POder
decidir dónde estuvo, dónde está. En ese sentido todas
~sas líneas paralelas, que cuaiquiera de ellas puede ser el
círculo de reversión, está dicho en cualquier lado, pero en
alguno, esa sería la diferencia fundamental y que tiene
que ver con lo que marcaba Rúpolo y con lo que decía Eva,
el lugar donde la demanda se invierte, en algún lugar que
podría haber sido cualquier tipo de lugar. Pero esa es una
cosa.
La otra es que la castración consista podríamos decir
en lo que llamaremos la interpretación a la gallega, que le
pegamos un tijeretazo ahf y se corta, y me queda un
cilindro: justamente no es un cilindro lo que queríamos
obtener. Entonces en esta misma construcción, que ya
pasó en el toro este mismo fenómeno, y donde se ve que no

35
nos estamos refiriendo a objetos materiales justamente,
que cuando yo digo una vuelta de la demanda no es
cerrada, justamente una vuelta de la demanda que en sí
misma no se cierra, y queda como un espiral. Digamos que
al final de muchas vueltas, de un cierto número de
vueltas, finalmente consigo cerrar. Er;ttonces no son cosas,
no es que tener veinte vueltas o por ejemplo veinte ani-
llos. Sino es t ener eso que de alguna manera se marca
como 20. Que pone entonces además el deseo, no sólo la
demanda. Entonces el corte que mostró Eva finalmente
podríamos decir que realiza esa operación de corte de una
manera compatible con lo que está diciendo el Psicoaná-
lisis.

EvALERNER: De todos modos, yo creo que puedo acepta r


la objeción, si nombrara acá la castración tendríamos que
decir por qué se invierte la demanda, qué operación
aconteció para que se invierta la demanda, y esto ocurri-
ría en la constitu ción, y esta vuelta es la que habría que
dar en este corte en una cura.

CARMEN MERONI: Es alrededor de la boca, un analista


diría dando vuelta la media para correr ese anillo que se
fuera corriendo de lugar en lugar y que lo de adentro se
fuera poniendo afuera, que se fuera trabajando la deman-
da como demanda del Otro. Y que la vuelta en más, que
finalmente queda después del espiral, que no es lo mismo
que cuando la cerramos, recorremos una vuelta más, que
era el chiste del Toro. Eso me llevaría más bien a ubicar
el objeto alrededor de la boca.

EvA LERNER: Yo también lo ubico ahí, pero Carlos dice


que no podemos ubicarlo ahí. Y o también, situando acá la

36
operación, es al precio de que acá se instale, digamos
cómo, ésta (señala el agujero de la boca de la botella) sería
la vacuidad del objeto a, la cual la botella daría corte, y acá
habría que poner el plano proyectivo.

CARLOS Rmz: N asio está de acuerdo con vos. En el tema


de las operaciones posibles, yo diría lo siguiente, no se
trata de pensar que Lacan hace cualquier cosa con la
topología, o que es tan riguroso como un tratado de
matemática. N o pienso ni en Lacan ni en N asio, yo pienso
en lo que vos decís. Si uno ahí encuentra una discordancia
marca que ahí hay algo para ser trabajado, ves algo que
aún no está dicho, e inclusive podríamos decir, si recurris-
te a un forzamiento en la escritura es justamente porque
no lo has podido decir hasta ahora de otra manera.
J ustamente ahí es donde habría que seguir trabajando.

EvA LERNER: Yo lo leo de este modo, que acá él coloca el


cross cap lo que pasa es que no lo dibuja continuado. Pero
hay unos párrafos donde presenta ésta dificultad.

CARLOS Rmz: Yo lo que creo que allí dice algo así como
que él tiene esa botella de Klein cortada en el sujeto y
Otro, dos bandas de Moebius. Habría que pensar una
banda de Moebius, le pego otra y se acabó el problema.
P ero ahora no sólo le puedo pegar otra banda, que sería el
Otro, también le puedo pegar el disco, que sería el objeto.

PúBLICO: Entonces por qué la botella de Klein sería el


avance conceptual del modelo óptico. Sería el cross cap.

PúBLICO: El desafío es cómo poner el sujeto en el campo


del Otr o y dónde se plantea el objeto ahí, porque si no

37
)

)
)
)
tendríamos que tratar separadamente el cross cap con la
) pro~lemática ~el sujeto y el a, y la botella como la proble-
') mática del suJeto y el Otro y perdemos el objeto.
)
EvA L~RNER: ~a propuesta mía era esa, que si esa
botella, s1 ese obJeto topológico es el ,avance del modelo
óptico, acá podemos situar el a. El a como causa de deseo
~ero .reci~n con el disco decimos que es la investidur;
1magmarm del a en el fantasma. Acá será el a en su
) estatuto real.
)
PúBLICO: El agujero que permite a la media girar.
)

) ILDA LEVIN: Yo tendría otra propuesta para acá a raíz


de esto que se había planteado respecto de cuáles e~an los
) cortes referidos a la cuestión de la castración, se me había
pl~t~~do en relación a lo que habías planteado en el
)
prmc1p10, de qué modo surgiría ahí la transferencia si es
qu~ ~e~ía situable en la Botella de Klein y a las vuelt~s del
an.ahs1s ~e la ~otella de Klein, lo que habías planteado de
la msufic1enc1a del modelo óptico en relación a la cuestión
del a: ,Pensaba lo .siguiente, hay una insistencia, me
parec~o en ~l t~abaJO con las superficies topológicas, de
)
~a dis~on~mmdad de cada una de estas superficies, por
) disconhnmd~d yo entiendo de que no serían completables
) una superfic1e con otra. Al mismo tiempo, a raíz del tema
) de la .~astración y del lugar donde eso se ubicaría, me
) parecw q~~ a lo mejor se podría situar la cuestión de que
l~ castracwn estana soportada por tiempos de la castra-
)
ción, una oposición podría ser castración imaginaria y
)
castración simbólica, que creo que es lo que estaba jugado
) de alguna manera en la cuestión de dónde situar el corte
Y además, si es la ficción, si es la realización en el objeto:

)
38
Pero también, y poniéndonos freudianos, también podría
ser una oposición castración simbólica-castración imagi-
naria. Es decir que en el cross cap se podrían situar
tiempos de la castración, pero la cuestión del objeto a, a mi
entender no se podría situar tanto por el lado de otra
superficie articulable, sino por lo que vimos todo el tiempo
que tenía que ver con lo simbólico, lo imaginario y lo real.
Es decir, la respuesta sería situar la cuestión del a, en
relación a una necesidad de articulación que no sé si
podría salir de este seminario, entre topología y nudos,
entre las superficies y cómo esas superficies se tejen o no
en relación a los registros y desde ahí situar el a. Vos
habías planteado que en el pasaje del nudo de 3 al nudo
de 4, podías poner el Nombre del padre, pero faltaba el
lugar del objeto.
La propuesta que hacía es ver qué pasa si probamos
hacer funcionar los nudos en la superficie.

CLARA CRUGLAK: De alguna manera trabajé con respec-


to a los registros, real, simbólico, imaginario, estas vuel-
tas, precisamente sobre de la Botella de Klein .A partir de
esto, articular privación, frustración y castración, como
distintos momentos, como articulación de la lectura de
RSI, SIR y RIS. Y sí, como una cuestión pendiente, el ver
cómo estos nudos aparecen allí, de qué manera aparece el
Otro, y dónde queda el objeto en cada una de estas
operaciones, que lo planteo como momentos de un análi-
sis. Sigue como interrogante, qué pasa con el objeto.

CARLOS Rmz: Sería como volver a tu trabajo anterior,


seguir con los nudos. Volviendo al t ema lo que decía es que
tenga una banda de Moebius que es el sujeto, y que de
alguna manera se le cierra, la dificultad estaría en que se

39
junta. Que por un lado se cierra con un disco y por otro lado
se cierra con otra banda de Moebius, que esa sería la no-
vedad, en el lugar del esquema óptico. .
V amos a decir que tengo una banda de Moebms, por un
lado le pego un disco, a esto le llamo cross cap por otro lado
le pego otra banda de Moebius, a est9 lo llamo esquema
óptico. O reemplazo al esquema óptico, ahí ya podrí~~s
decir todas las dificultades. Cómo uno puede compatibili-
zar que le pega un disco y arma la relación al objeto, y le
pega una banda de Moebius, que es otra cosa, otra. super-
ficie obtiene otra estructura, y además arma la relación
del ~ujeto y del Otro. Yo decía que justamente esa es la
dificultad. Pero no se opone estrictamente a lo que vos
decís.

EvA LERNER; ¿Vos decís pegarlo en el corte de las dos


bandas de Moebius?

CARLOS Rmz: Lo que yo digo es que ésta es la Banda de


Moebius, y ahora aquí vos no tenés ningún borde, pero
podrías tener uno si cortás acá. Y te sale una b~da de
Moebius y otra. Pero también podemos poner un disco en
lugar de esta otra.

EvALERNER: Yo digo que cuando vos pegas el disco ya no


hay más sujeto mítico y Otro, ya es el sujeto constituido en
el campo del Otro, ya es ese animal marcado como decía
Lacan donde en su letra vamos a tener que descubrir el
discurso del Otro.

CARMEN MERo NI: Cuando tenés la media atravesada, la


ventaja de plantearlo con la media es que se va corriendo,
va inscribiéndose en el campo del Otro la demanda que

40
aparece en principio en el campo del sujeto, y el deseo e:p
el campo del Otro, y en ese sentido sería algo homologable
a la reversión de los toros. Digo si queda como vacuidad
esa boca, se da en lo real, y se mantiene la posibilidad de
corrimiento, efectivamente si en la representación de la
botella de Klein llegáramos a coser eso, la botella no
correría más.
Digo, el a como vacuidad, no podría hacerse, siendo
ajustado ahí, no podría ubicándose el a como vacuidad de
esa boca que permite a la media correr. Proponer la
operación de transferencia como aquello que fuerza el
corrimiento que hace aparecer afuera lo que estaba aden-
tro
. ' cada vez es una nueva vuelta. O sea que en el mismo
motor de ese agujero que se perpetúa podríamos ubicar la
función de la transferencia. Eso me lleva a poder ubicar
ahí el a como real. Ahora el casquete no sé donde meterlo
ahí.

EvA LERNER: Ahí aceptaría las discontinuidades de las


superficies topológicas, y decimos: con el cross cap pode-
mos situar la investidura imaginaria del objeto, y con la
Botella de Klein podemos situar el a en lo real.
Porque es cierto que no tienen por qué tener continui-
dad las estructuras. Pero ubicaba acá; en la juntura de la
boca de la Botella el agujero real del objeto a.
Lacan también utiliza la Botella de Klein en el Semi-
nario "El Saber del Analista" para situar la relación entre
el saber y la verdad, y situar la relación entre el hombre
y la mujer, y sitúa acá el objeto a, y sitúa el muro del
lenguaje también. Dice que entre el hombre y la mujer,
yendo por este camino, no hay encuentro posible, con lo
que se encuentra es con el muro del lenguaje, esto lo usa
para explicar de otro modo el "no hay relación sexual" y

41
)
)
)

) yendo por acá se encu entra con el mundo. O sea que de


todos modos no hay en cuentro posible. Y que la ilusión de
ambos en el amor es precisamente esta idea de que el otro
"lo tiene". Es en este encuentro del amor en que algo tiene
que ver con el objeto causa del deseo también, se encuen-
) tran con el a. ·
> CARLOS Rurz: Si me permiten una licencia poética, en
ese lugar, en esa cita, Lacan comete otra licencia no
topológica, que es citar mal el poema que es que entre el
) hombre y la mujer hay un muro. Mal, respecto de lo que
él mismo cita en los escritos. Es decir, para hacer esto él
)
permuta el lugar de la mujer y el muro, digo, puede ser un
)
lapsus deliberado. Entre el hombre y la mujer hay un
muro, o entre el hombre y el muro hay una mujer.
)
)
)

)
}
)

)
42
La Topología de Lacan:
un retorno a Freud
Clara Cruglak

Algo de lo que Freud dijo se escribe con la topología que


Lacan despliega en sus escritos y seminarios.
Desde que Freud dijo, se ha vueto a decir de incontables
maneras lo dicho por él, pero es precisamente el modo que
Lacan propone volver a decir el que marca diferencia.
Bueno; para comenzar entonces, los invito a recorrer
un párrafo de los Escritos:
"Nuestro r etorno a Freud no tiene nada que ver con el
retorno a las fuentes, tiene un sentido muy diferente por
referirse a la topología del sujeto, la cual sólo se elucida
por una segunda vuelta sobre sí misma. Debe volver a
decirse todo sobre otra faz para que cierre lo que ésta
encierra, que no es ciertamente el saber absoluto, sino
aquella posición desde donde el saber puede invertir
efectos de Verdad". 1
La topología de la que nos ocupamos aquí, es la que
Lacan llama su topología, situándola en relación a lo real
que motiva una práctica, diciendo también que no es
teoría; quizá tampoco sea estructura, digo, sino en tanto
hace posible el decir de lo real imposible a soportar: la

1
Lacan, J.: "De un designio", Escritos 1, Siglo XXI Edit.

43
clínica psicoanalítica. Si hace posible el decir, es porque la
estructura de la que se trata es la estructura del lenguaje.
Ahora bien, en el retorno a Freud, referido a la topolo-
gía que Lacan llama del sujeto, propongo leer:
- la topología del sujeto, aquella que da cuenta de su
constitución: la banda de Moebius.
- la topología del sujeto en relación al Otro, designa-
da por Lacan como forma privilegiada para la práctica
psicoanalítica: la botella de Klein.
- la topología del sujeto en su juntura con el objeto
de deseo: el gorro cruzado o "cross-cap".
Vuelvo al parágrafo, la topología a la que se refiere es
"la que sólo se elucida por una segunda vuelta sobre sí
misma".
En el Seminario XI nos dice que el inconsciente está
estructurado como un lenguaje y de allí ha deducido una
topología para dar cuenta de la constitución del sujeto; la
deduce de la estructura del lenguaje en tanto éste es, la
condición del inconsciente. La superficie topológica que
da cuenta de la constitución del sujeto, la banda de
Moebius, se despliega en un proceso circular no recíproco,
cuya estructura muestra la necesariedad de una función,
función de corte; ella es el corte y demuestra la función
topológica de borde (figura la y b).

Figura 1a

44
De donde entonces, aquí, "la segunda vuelta" no será
sin consecuencias, en tanto implica una torsión en el
retorno "para que cierre lo que ésta encierra", no a la
manera de la circunferencia cuya única vuelta trazaría
los ~mites de un adentro y un afuera sin más; sino que en
la b~da, dar la vuelta produce un bucle por efecto de la
torsión, presentando así que lo que encierra el cierre, en
.la segunda, es una abertura (Fig. 1-b).

Figura 1b

Esta segunda vuelta, que nombra por ser dos que hay
una que la antecede, no la suma; sino que hay una y otra,
en cada momento una, precisada en los términos del
instante en donde ella se localiza, o sea una por vez y no
cada vez la misma. La segunda es, por repetir la primera.
Estoy diciendo aquí, y lo subrayo, que el corte se realiza
en una vuelta (Fig. 1-a) y produce borde en doble vuelta
(Fig. 1-b).
En el preciso momento en que la vuelta se cierra falla
la representación y si estuviéramos manipuland~ una
banda de papel veríamos que la materialidad del recubri-
miento (una banda cilíndrica con una torsión) desnuda la
existencia de la banda, enfrentándonos en el momento del
corte, a la paradoja entre materialidad y existencia; ella
-la banda de Moebius- verdadera, es el corte; en el
mismo instante en que se cierra el corte produciendo una

45
)

)
) transformación (la transformación que se produce al
hacer este corte y desplegar este borde es una banda
)
cilíndrica de cuatro torsiones).
Que el corte sea en una vuelta, implic~·J?Eecisamente
)
cual es aquí su función: producir borde én doble vuelta. Y
) esto, en cuanto a la constitución del s_ujeto, está mostran-
) do lo que funciona como corte; lo que corta es ~-~p.§labra,
) en tanto significante viniend.o del campó._d.el Otro, lugar
)
donde se sitúa la cade~a significante. Y funciona, el
significante en tanto palabra que corta "fu:nciona co~o
)
significante al reducir al sujeto en instancia a no s~r r_nas
que un significante, a petrificarlo en el mi~mo mqv1m1en~
) to donde es llamado a funcionar, a hablar comOt?UJeto. AJn
) está propiamente, la pulsación te-:nporal.do~Jde se i_nstitu-
ye eso que es la característica de diferenc1acwn del mcons-
ciente como tal el cierre." 2
En esa doble,vuelta, más exactamente, en la repetición
de la vuelta, vemos del significante esto mismo qu~ es su
estructura fundada en el corte. Función topológ1ca del
borde, el único de la banda que en el intento artificioso de
)
dibujarlo toma la forma de un ocho interior (Fig. 1-b)y en
la sencillez que requiere este trazo para ser diseña~o, nos
)
muestra un punto de imposibilidad; nos vemos obligados
) a convenir que donde se suspende el trazo para complet~r
) la vuelta, se está indicando que una línea pasa por debaJO
) de la otra. Es este punto, que no está ni en una ni en otra
)
línea, Ysin embargo le pertenece por estructura; ~a estruc-
tura escandida de esa pulsación de la hendidura, se
)
muestra así que hay algo que le existe, y que insta a que
) en el mismo lugar se repita el gesto que hace la línea
) discontinua .
)
) 2
Lacan, J .: "Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis".
)

) 46
Es un hecho de estructura que se revela para nosotros
en la figura, entre ese instante de ver que algo está
siempre elidido y hasta perdido de la intuición misma Yde
1 ese momento en que precisamente la aprehensión de lo
inconsciente no concluye.
1 Digo estructura, además, en tanto la banda de Moebius
es una superficie de una sola cara y un borde, es no
orientable, por esto mismo es imposible realizarla en
nuestro espacio cotidiano y su representación es siempr.e
inacabada. Que sea un hecho, es justamente lo que posi-
bilita la figura. "Un hecho para poder ser una figura debe
tener algo en común con lo figurado". 3
La línea que hace figura muestra que lo imaginario, lo
que hace imagen, consiste en esa línea circular_ que s~te­
ando un punto, presenta el instante en que lo Imp?s~ble,
lo real insistiendo en lo simbólico no cesa de no escnbrrse,
'
se presenta en abertura; esto no cesa, se hace necesano.
.
Pero ¿qué es lo que tiene en común esta figura con lo
figurado, sino aquéllo mismo que hizo la convención en la
escritura? en lo que se convino para poder usarla.
A propósito quiero leerles de Platón, un pasaje de los
Diálogos; Sócrates conversando con Cratilo. Sócrates le
dice a Cratilo: ''Hablando del uso ¿crees hablar de otra
cosa que de un convenio? ¿O acaso te formas del "?-so una
idea distinta de la que yo tengo?; al pronunciar una
palabra yo concibo tal cosa y tú reconoces que concibo tal
cosa. ¿No consiste en ésto el uso?" Cratilo asiente. Sócra-
tes continúa; "Luego, si tú reconoces el objeto cuando yo
pronuncio una palabra, yo te lo muestr~"· "Sí" - . dice
Cratilo-, Sócrates prosigue: "Y eso se verifica mediante

a Wittgenstein, L.: Tractatus Lógico Philosophicus, 2.16, p. 45. Ed.


Alianza.

47
una palabra que no tiene semejanza con lo que yo pienso
cuando hablo, pues si esto es así, ¿qué otra cosa hay aquí
sino una convención contigo mismo y en qué consiste para
tí la propiedad del nombre sino en este convenio?"4
Posiblemente sea esto mismo que Sócrates le dice a
Cratilo -el convenio con uno mismo- . , lo que posibilita
soportar el dicho.
Volver a decirlo todo, propone Lacan. Lo que del decir
no puede ser dicho, se muestra; es lo que la línea nos
muestra en abertura, propicia la escritura. O más preci-
samente, es el convenio que hace posible que lo necesario
sea la escritura (esto si antes podemos pensar que lo
necesario hace posible). Es necesario entonces, que sea
posible que se escriba.
Si se trata de volver a decir lo que Freud dijo, será el
decir de lo dicho, que desde el mismo lugar insiste para
volver a ser dicho. Lo que vuelve al mismo lugar es lo Real,
se repite la vuelta. El lugar es el mismo, es lugar que
descubre lo real e impide que se cubra,-qúe se tapone,
propicia lq_ metonímico; la rep~tición h~rá la diferencia.
La repetición aquí es la insistencia significante, insiste
porque el decir hace existir al dicho "es lo que queda
olvidado detrás de lo que se dice, en lo que se escucha".5 Lo
que está detrás es el término olvidado; no por una falla en
la memoria, sino porque aquí es "falta de olvido", es lugar
de inscripción; y si algo compromete aquí nuestra memo-
ria es en función de ''la única vez".
Donde se sitúa el término olvidado es el lugar de ins-
cripcón de una marca que se especifica de no poder ser
dicho. Marca de la falta, condición de posibilidad de la

4 Platón: "Cratilo o de la exactitud de los nombres", Obras Comple-


tas, T. 1, p . 337, Ed. Bibliográfica Omega.
5 Lacan, J .: "L'étourdit", Scilicet N 2 4, Paris, Ed. du Seuil, 1973.

48
emergencia de un rasgo, de un, del Unbewuste (incons-
ciente); del Unbegriff como concepto de la falta; esto no
puede decirse ni escribirse. Es a partir de allí que la marca
se cuenta como Uno. Iniciada la cuenta el sujeto surge
dividido por la representación entre significante y signi-
ficante. Dividido entre saber y verdad, "sujeto, efecto de la
marca y soporte de su falta". 6
Este Un que en su surgimiento no es unívoco, Lacan lo
califica: ''la bifidité del un". "Bifidité" en el sentido de algo
bífido, partido, hendido en dos. Y es precisamente ese
corte en una vuelta que produce borde en doble vuelta,
esto mismo que es el surgimiento del Un; se presenta en
este corte, se in-aprende, se escurre, se escapa. Luego
podremos decir, que allí hubo inscripción, que allí hubo
una marca.
En la experiencia del análisis, como analistas, nos
proponemos en el lugar de la falta. Y para operar, si es que
el psicoanálisis opera: porque como dice Lacan "de tiempo
en tiempo opera". Por eso que él llama un efecto de
sugestión, de tanto en tanto opera; y de tiempo en tiempo
por la lógica implícita en la operación. No es el analista el
que opera. Lo reguerido del analista es.'que él responaa
'1
por ese significant;& lafalta, Cfe;cieeli~gard.e-Gagente: ..,
objeto-a. -------- ----- - -
~

Que su hacer alú sea un saber hacer alú~onde el acto


impffc~ ser, ~aiista n~-~ es. ''Pos_icióg_.Q.~s~~9-onde
efSalJ~:r PJ!~de invertir ef~..f~Os de verdad".·
Es allí donde nuevamente podemos localizar la abertu-
ra de la cual el analista toma posición; posición que
precisamente lo denuncia en su aeseo,:a:eseo de ser ana-
lista. .---- ------- ---- --
---
6
Lacan, J.: Semi1ULrio XIII.
* Ver nota l.

49
) Lacan dice que es el deseo del anali~t.-ª qu_!e_n ~ el a]no
) del ~álisis y ese des~~§_oss~~er definirlo topológi-
) camenté.
) La superficie que propongo ver ahora es la que Lacan
nombra como esencial a la prác~~~Jitica: L~
bortella d;-Klein (:Figura 2) SuperficiB no orientable que

)
---
)

)
)
o
Figura 2a Figura 2b Figura 2c
)
tiene características "moebianas". Es una superficie ce-
rrada y sin borde; la única posibilidad de asirla, de poder
manipularla es mediante alguna ficción en tres dimensio-
nes. Lacan nos advierte que toda representación de ella es
) inexacta y además forzada. Pero hay otra advertencia y es
) tal vez la que más nos interesa, dice que el espacio donde
ella va a funcionar es el "es¡:>acio del Otro_e_n tanto lu~
---~
de la palabra".
L~cie que presta su forma a la ficción es el to_ro,
situado en el espacio, no ya como una cámara de auto, smo
} que en esta ocasión el toro se someterá a la exigencia de
) sugerir con su forma la estructura que recubre. Tendre-
mos así un toro no orientable, como dice Frechet, o un
• , • " 7
) "toro que se atraVIesa a Sl m1smo . ~
¿Pero cómo es que el toro se atraviesa~ sí mismo, par~
lograr este aspecto, cumpliendo la func1ón de recubn-
)
miento, soporte imaginario de la botella? :/
) Frechet indica la construcción de superficies cerradas,
7
Lacan, J.: Seminario XXIV. Clase Nº 1

50
/
l
no orientables, a partir de polígonos. Así es como teniendo
un polígono de 4lados (Fig 2-a) se pegan. dos de sus lados
en el mismo sentido; se obtiene un tubo con dos bordes de
orienta~ión opues.tas (Fig. 2-b), es decir q].le el sentido de
recorrido por cada uno de los bordes es opuesto. Luego se
deforma el tubo, de modo que uno de sus extremos perfore
la pared de dicho tubq (Fig. 2-c). Se introduce en él para
ir a pegarse al borde de orientación opuesta. Es aquí en
este paso, que se sit~a la maniobra por la cual, sirviéndo-
nos de la materialidad del to~o, sumergimos en el espacio
de tres dimensiones una forma cuya estructura se presen-
ta en lo más esencial: su ubicuidad. En esa torsión que
en contramos a un mismo tiernpo en todas partes haciendo
círculo de reversión.
Resulta que el toro así situado en el espacio, anula su
agujero y esto es importante*. Este entrecruzamiento
anula el agujero central del toro, cuestión que parece
obvia cuando uno maneja la superficie, va de suyo, pero es
necesario decirlo.
El toro presta su forma entonces, bajo este aspecto de
atravesamiento, a una estructura unilateral que al in-
tentar manipularla, nos ofrece en ese círculo de reversión
un pasaje contínuo entre interior y exterior, adentro y
afuera.
En el seminario XII hay otra posibilidad de construc-
ción que nos propone Lacan. Y dice "La introducción de
esta forma de la botella está destinaa-a a soportar en
·~·- ~

estado depreguñta~" loque es"deesa confuncíO"n del s~j_eto


. - ·- 1... -··---

ai Ofr'o en el interior de lo cuar va a poder situarse l~


diruéctica de-la deíña:D.d.a" ... "eri ra:
boten·a. las dos bandas

* C. Ruiz, en charlas preparatorias del seminario.

51
de Moebius se conjugan bajo la forma cuadrada en que la
torsión de un giro y medio se hace en sentido contrario; si
uno es levógiro el otro es dextrógiro." (Fig. 3) ·

co Figura 3

¿Pero, cuál es el enigma? ¿Cuál es el enigma de esta


botella -se pregunta Lacan. "Creo que ella existe", .res-
. pende. Entre la esencia, definida como la que está al
mismo tiempo en todas partes, o sea su ubicuidad y la
creencia en su existencia pareciera que estuviésemos
nombrando a Dios. Y a estábamos advertidos que esta
superficie funcionaría en el espacio del Otro, lugar de la
palabra.
Entonces, entre su esencia, su existencia y la forma, o
mejor dicho el cuerpo tórico que le presta su forma. Entre
cuerpo, materia y forma se jugará lo que de la estructura
se aprehende por el gesto. Comprensión inacabada, no
hay concepto que la abarque, no hay saber que lo atesti-
gue. Habrá en todo caso relato, decir que testimonie.
Presentada su existencia como enigma (recordemos
que ~ en.lg::na es la enunci~ción) nos las tendremos que
ver con el enunciado. No hay otr;;¡ posibilidad más que
interrogarla como decir. Allí mismo donde ella está sobre
el círculo de reversión, donde se sitúa a Pt!Ia caída el.deseo
del analista. Es precisamente allí en donde no hay más
que abertura, que vendrá a jugarse la juntura del sujeto
al Otro. Lo que se inscribe como siendo el revés del uno

52
corresponde al derecho del otro, e inversamente. No
siendo ni lo uno ni lo otro ni los dos.
AqlJ,Í podemos precisar que en el análisis "el Otro no sea.
~?_s_ q:u~st~q~~lici_dad"8 qu~ hay de~uno_péro no hay_del
Otro. El uno dialoga solo, porque él recibe su propio
mensaje en forma invertida. Es él g_uien sabe y no el
supuesto saber. ~- ---------·-- -·- --
---
El sujeto como efecto del significante, surgiendo del
campo del Otro como uno, se repite en su identidad por la
condición lógica que lo antecede: la.Jl.riv~i6..n_,..nro_m)1§_<;le__ _
lªJ~ta: Es una anterioridad lógica del estatuto de la
verdad del sujeto. . -~
Enla..exp_eriencia del análi§!,~. nos_p_r_Qp_o.ne...m.OJHl:Q.l.On- )
ces _en el lugar d~ lª falta,~!l~l campo g~l O~q_,_ggsi_ci()n - .J
de "se~Ql~te"~--Espacio del Otro defmido por coordena-
dás temporales, en donde va a funcionar esta superficie.
Tres dimensiones de tiempo para estas coordenadas: _el
in.~~I?:te de la mirada, el tiempo de ~Qmp.r..eJ:tder -~~
momen~o_<:Ie concluir. Tiempos necesarios para aquel que
se presenta al análisis suponiendo que el Otro sabe.
Tiempos que posibilitan el recorrido de la demanda por el
falso toro de la botella de Klein. (Fig. 4)

-
Figura 4

8
Lacan, J.: Seminario XXIV.

53
)
)
) No más falso, por cierto, que la máscara que permite al
) actor ser mi.rado sin ser visto: in~acfa
) Tiempos lógicos contados en las espiras de la demanda
) para contornear el objeto a, haciendo en las vueltas
número impar, que no sea completa la vuelta, sino en el
)
momento de dar un giro provocado por la torsión, en el
)
segundo tiempo de comprender que eso, no es eso. Siendo
) allí la operación de frustración cuyo efecto seguirá mo-
) viendo la vuelta hasta el momento de concluir, que no es
) precisamente el fin ni detención sino ~calización de_la_
articulación entre frustraci2!l_y_ca?J:ración. Pura conjuga-
)
)
cían -a-e·vero o:-ser--
.I~n~r.
Esta localización nos remite a ese punto donde la forma
) tórica hace aparecer en su-gestión, sugestión de atravesa-
miento, este círculo de reversión como abertura, como
salida que presentifica la estructura de la enigmática
botella. La forma se presta a la sugestión pero no le resta
primacía a la estructura. Ocupar la posición de Semblant,
)
a imagen y semejanza, marcando en la forma gramatical,
) la e.s tructura del lenguaje que soporta.
) La gramática nos da la forma para decir "allí donde
) estaba, en ese mismo momento, yo puedo venir al ser
)
desapareciendo de mi dichp". 9 Tiempos lógicos de anuda-
miento. Cambio_de :Q.P~Q.ión subjetiva frente a la falta.
) Desplazamiento de la d~~an-da ..añ:;:i-dacf~· ~l ·d~s~~ del
) Otro . Demanda anudada al deseo. ¿Cómo es este anuda-
) miento?
) El anudamiento lo podemos leer como líneas de borde
de una superficie, efecto de un corte. El nudo como línea
)
de borde.
)
)

9
Lacan, J.: "Subversión del sujeto", Escritos 1, Siglo XXI Edit.

54
Los cortes posibles sobre }!neas cerradas (cortes no
triviales, es decir, aquellos cuyo efecto será la transforma-
ción de la superficie en otra) en la botella de Klein son:

A- Sobre las líneas de las espiras de la demanda (Fig.


5 y Fig. 6-á) resultará una banda de Moebius de tres
pliegues (Fig. 6-b) cuya línea de borde es un nudo trébol
o nudo de tres (Fig. 6-c).
B - ~l. que pasando por la línea media (Fig. 7-a) en
una sola vuelta produce una banda de Moebius (Fig. 7-b)
con su borde en doble vuelta, línea en ocho interior (Fig.
7-c).
e - y otra posibilidad de corte es por una línea que no
sea la línea media (Fig. 8-a) dividirá ala botella de Klein
en dos bandas de Moebius separadas (Fig. 8-b), cada cual
con su borde en ocho interior (Fig. 8-C).

Figura 5

Lw r•• ' '


Figura 6a
r @
Figura 6b
.
@
Figurase

r )

Figura 7a
~

l o
Figura 7b
@)
Figura 7c

55
Figura Sa Figura Sb . Figura Se

o
El corte en una vuelta produce un borde en doble vuelta
(Fig. 7) pero el corte que produce un borde en tres dobleces
(por este corte me refiero al realizado sobre la línea de las
espiras de la demanda, Fig. 5 y 6) ¿Es en doble vuelta?
Digo que no, porque aquí encontramos que lo que encierra
el cierre en la segunda vuelta es la abertura, la vuelta
vacía. La que no se cuenta más que como error, la vuelta
del deseo; en la botella de Klein esto demostraría no solo
que la botella no tiene agujero central como el toro porque
el autoatravesamiento lo anula. Además demuestra que
las vueltas de la demanda son de número impar, el corte
es número impar: Uno-tres ... Propongo que sobre esta
superficie el corte no es nunca en doble vuelta, siempre es
en número impar.
El corte realizado en la botella de Klein, por las líneas
de la demanda (Fig. 5 y 6) produce una banda de Moebius
de tres dobleces, cuyo borde será una línea que al dibujar-
la (al pasar de la línea de borde de la superficie al plano)
h ace la línea de la figura del nudo trébol (Fig. 6-c).
¿Qué es lo que está mostrando?
Me atrevo a decir que es lo que Lacan pres~nta en su
seminario el 9/XII/75 con este nudo de tres (Fig. 9 y 10).
"Tal como está mostrado ahí es fácil demostrar que existe
un nudo borromeo".

. Figura 9 ( [ ) &~ Figura10

56
Pero lo curioso de este nudo de tres de- la Figura 9 es
que si en tres dimensiones se intenta mirar esta bot~lla
con sus vueltas, pueden verse las líneas dibujándose de
esta manera y además moverlas hasta transformarlas en
e~ nudo de la figura 10, que es el que aceptamos por más
VIsto como nudo de tres. Pero no es sólo por ésto, sino que
además coincide con la linea de borde, efecto de un corte
(Fig. 6-a, b y e) sobre la superficie que estamos tratando.
Y este borde, esta línea que dibuja estas orejas; por hoy las
llamaría orejas del trébol, coinciden con los encajes de los
tres que hacen la cadena borromea.
. E~te desarrollo surgió a partir de decir que: En el
~wr de Jos desplazamientos dela_demanda se añüda"

t
eldest~o.Q.~lQ_troyd~i~t_ep.tarll,l_!JSt~ar<!e.q~é-~uda~fep~
~_rata.
E~.-g~e viene _al._~álisis, ligada su demanda a la
pri~~ció~iCf~_que el _Otr_g hable. ·-Eñtonces se anuncia
una regla, que implica en su mismo enunciado, la ley a la
cual se someterá el juego: La asociación libre; condición de
posib_ilid~d para que esa verdad hable, que se diga. Se
1maginar1za lo que siendo del Otro, el deseo, supone a lo
real en un saber. Saber sobre la falta en lo simbólico
(I.R.S.). E§te_saq§I. se l~.supon~-ªkQ.gsiciondei aiiáíista.
. El recorrido prosigÜe en las vueltas--dichasy e-ñTas
dichas vueltas, sobre el toro no orientable, el sujeto se
encontrará llevado por su demanda, en un punto del
círculo de reversión en donde no hay relación de anverso
Y reverso; de esto solo hay enunciado. El deseo inconscien-
t_e m~~e~t~ª<.?-~~_E;m la de:qianda, mu-esti a -hi llñposib1·~ .
lid~d radical de.. s~r satisfecho; no hay objeto que lo
satisfaga. Ile~ _.9."!,!!L aJ _!l~r respondida, marca
co-.!!!9~ de la frustración, la insistencia significante
del des~~- d€1---an.rurst~ conío .objeto_-causa. Tie~po de

57
1::=====:-::=
- -- - - - ·- -- -

cQmprender en donde el Otro n~ responde. Se~baliza l.~


imaginario de la falta del Otro, en lo real (S.I.R.). ~.?tl!<ia
del ag\i]ero faCilitadapor la forma tórica que lo soporta. La
)
la
torsión guiará "Vuelta pasando por la abertura. Movi-
miento que invierte la demanda llevándola hasta el mo- .'

mento ae concluir que ·eso no es e'so. "~l deseo es falta en


) su esencia, no hay objeto que lo satisfaga, aun cuando
10
1
) haya objetos que sean causa de deseo".
) Entre f:rp...§.trflción y castraci~re~~ª en Jo simbóli-
)
co lo imaginario de la falta en el Otro. Realización que
pone en juego. farealidad-fantás!n.átlca (R.S.I.) -----
) Que el mensaje vuelVa ·eñ forma invertida desde el
) lugar del Otro, porque no hay Otro _del Oj.ro, compromete
) la eficacia de uña-·operación. La inversión se realiza
) porque la inter::pratació!l_tq~a el!"p.gar_del deseo. Palabra
)
en acto, implica al ser del sujeto y el objeto a como causa.
Ese es el punto en donde en el círculo de reversión (Fig. 5)
)
se mostraría el deseo del analista, que Lacan propone
)
definir topológicamente.
) Q~ el ?.D-~Jj~t~-~~-ªu~~rice en ese lug3[ imp_licª-.§u~c;l~­
) seo, que lo sostengá dice de sus vueltas -eor~pJL~írc.ulQ_Q.e
reversión~- en' J"a~ex:p_~-d.e~gaJl~-~pJ.:.opio _análisis.
· Regreso -"yo suelo regresar al et emo regreso", dice
)
Borges. 11
) Digo que vuelvo al parágrafo del comienzo, en donde a
) renglón seguido Lacan se pregunta y nos interroga: "¿No
hay también aquí con qué tentarnos a una nueva opera-
)
ción, allí donde esa juntura sigue abierta, en nuestra
) vida?".12
)

) 10 Lacan, J.: «Seminario XIV". Clase 1416/67.


11 Borges, J.L.: "El tiempo circular", Obras Completas, EMECE.
)
12 Lacan, J.: "De un designio", Escritos l.
)

) 58
¿C':l~ e~ esajun.tura que sigue abierta, sino aquella
q~e se escnbe con l.a lógica del fantasma en la topología del
gorro c~~ado ("cross-cap")? La que lleva la línea del borde
al~ funcwn de corte, localizada en la juntura del sujeto al
obJeto del deseo .
N o me voy a detener en esta superficie, el Cross-cap
(porqu~e _será el tema a desarrollar en la próxima reunión)
pero qmero ~eer algo que tiene que ver con el tema. El
autor es ~~en_ de quien se dijo era un oscuro matemático
q:Ue escnb10 vanos tratados de geometría sin trascenden-
Cla, pero que pareciera que cuando trata las matemáticas
de un ~odo menos serio, adquiere notoriedad. Me refiero
a Lew1~ Ca~oll. Lo que voy a leer es de la segunda parte
de ~a h1stona fantástica titulada "Silvia y Bruno".
Un ~rofesor alemán pregunta a un grupo de invitados
suyos s1 conocen el curioso aro de papel que se forma al
pegar los extremos de una cinta de papel después de
retorcerla media vuelta.
-Prec~sam.~nte ayer vi hacer una -replicó el Conde.
-Mun el, hlJa rn_ía, ¿no estabas construyendo una para
entret~ner a los chicos que habías invitado a tomar el té?
-S1, ya conozco esa curiosidad, contestó Muriel.
. -El ar~ que ~esulta tiene una sola cara y un solo borde,
¡es muy m1stenoso!
El profesor se lanzó entonces a poner de manifiesto la
profugda nüación,exist~nteentr~ la banda de_Moebius y
otra n_otable ~o-~~J~E~~~ndªd topológica,: el pla!).o I!royecti-
_v_Q~-u~~- s_~~e~<;,!~_de un51~ola carjl. 9.1!~ -l_.. hnrd§.
Emp1eza p1diendole a Lady Muriel tres de e
Se colocan dos cara a cara, sujetos por los anf
~es. Después se cosen los bordes comprendí,
angulas, se retuerce media vuelta uno de lm
cosen de manera análoga los dos bordes

59
)
)

resultado es, evidentemente una superficie de Moebius


) con un solo borde que está formado por los cuatro lados
restantes de los dos pañuelos.
El tercero de ellos tiene también cuatro bordes de la
)
misma longitud, que forman asimismo, una línea cerrada.
Si se cosieran, sus cuatro bordes a los cuatro bordes de la
)
superficie de Moebius, explica .el profesor, el re~ultado
) sería una superficie cerrada y sm bordes, que sena como
) una esfera si no fuera porque solamente tiene una cara.
) - Ya la veo, le interrumpe animadamente Lady Mu-
riel.
)
-Su cara externa forma un todo contínuo con su cara
interna. Pero ahora no tenemos tiempo de coserlo. Lo haré
después del té. Ella aparta su cestillo de costura y vuelve
a tomar su taza. Pero ¿por qué le llama usted la bolsa de
la fortuna? La mirada del anciano se llenó de simpatía...
N o te das cuenta hija mía? Todo lo que está dentro de esta
bolsa está también fuera; todo lo que se encuentra en su
exterior está también en su interior. Todas las riquezas
) del mundo se hallan en esta bolsita. Afortunadamente,
) Lady Muriel nunca intentó coser el tercer pañuelo". 13
) ·Qué razón habría entonces para realizar esta opera-
(., . f
ción con la que Lacan nos tienta, s1 no uera que en su
)
eficacia la formación del analista está comprometida?
)
Compromiso que se juega en la transmi~ión y l~ enseñan-
) za. Transmisión de un saber, saber del1nconsc1ente en la
) experiencia del análisis. Recorrido por la línea de b?rde,
) deja en hiancia el saber sobre la falta. Donde se local1z.a el
decir la transmisión hará su apuesta mayor: que se diga.
)
L~líneaaldar ladoblevueltarevelalacuenta. Sanción
)

13
Carroll, L.: "Silvia y Bruno", Madrid, Edit. Anaya
)

)
60
)
del corte, es la palabra la que corta; de donde entonces la
inscripción vendrá al escrito en la cifra que lo porta, por
la misma razón que cada lectura será una interpretación.
El deseo de transmitir toma cuerpo en la enseñanza, como
lo que se enseña, se muestra en lo discontínuo del trazo,
de la doble vuelta. La transmisión, lo que pasa por debajo,
entre línea, fuera de línea, revela la abertura, se realiza
en el tiempo mismo del decir.
Que al lugar de lo perdido-olvidado, vuelva la produc-
ción de cada cual desde su práctica. Es en razón de lo
mismo que nos causa, nos relanza divididos. Nos hace
texto de nuestro escrito.

61
Escribir un concepto:
una cuestión Topo-lógica
Osvaldo M. Couso

La idea que hoy les voy a proponer surgió en el curso de


la preparación de una clase, la primera clase del semina-
rio Fundamentos de la práctica analítica; el tema en que
yo estoy es Freud U no, y es el inconsciente freudiano. Y me
había preguntado sobre el corte, l~ ruptura, qu~ el co~cep­
to de inconsciente de Freud produJera en la Ps1colog¡a, en
diversas disciplinas.
En el curso de ese trabajo en preparación me encontré
con una frase de Lacan que es la que voy a tratar de
desarrollar.
Primero les voy a contar sintéticamente eso que había
estado pensando para esta primera clase, allí lo pensé así:
que la emergencia, la cre~ción de ~ símbolo nuevo
provoca diversas consecuencias. En pnmer lugar abre un
surco, marca una diferencia, un antes y un después,
funda digamoslo así. Sin embargo, paralelamente es
como 'si ese símbolo siempre hubiera estado, como si
hubiera estado desde antes. Esto impide atender al surgi-
miento del símbolo, a sus condiciones de producción, y es
algo que provoca una cierta familiarida.d .con ese ~í~bolo
que poco a poco lo va desvirtuando. Lo disrmula, disimula
su radicalidad.

62
T
1
Ello hace necesario una permanente recreación del
momento de la producción.
Freud con el inconsciente opera en la Psiquiatría una
ruptura radical, que al menos en el terreno de la neurosis
practicamente la inhabilita de hecho, Freud dice "porque
no posee los medios". El instrumento que le permitiera
operar sobre la neurosis.
Además produce una ruptura radical en la relación del
hombre consigo mismo. Dice Lacan que opera una revolu-
ción copernicana, el inconsciente descentra la conciencia.
El círculo de certidumbres por las que el hombre se
reconoce como él mismo.
Excentricidad que pasa el acento del yo unificante al
sujeto dividido freudiano.
Sin embargo, habrá una integración al saber común, al
dominio_ público, entra a formar parte de las intuiciones y
concepcwnes del profano, como decía Lacan, Freud en los
kioscos, una especie de versión vemácula y tanguera del
inconsciente, del tipo de historias y honores Edipos des-
nudados en la feria.
Recorriendo la Psicología, la Psiquiatría, finalmente
llegué a la siguiente concepción: para todas estas disci-
plinas, para el saber común incluso, que de alguna forma
colaboran en la desvirtuación del concepto de inconscien-
te freudiano, el inconsciente es lo que no es consciente.
Lo cual equivale a pensarlo desde · la lógica de la
conciencia, y equivale a desvirtuar el descentramiento
que en la conciencia había producido.
No puedo resistirme a la tentación de leerles un
párrafo de Henry Ey que me parece que sintetiza esto:
Dice así: "Ser absoluto o abismo de nada, genio del instinto
o del artista, animalidad de un viejo mono microcéfalo o
. . '
presciencia absoluta, parte vergonzosa o fuente espiri-

63
)

)
) tual, fermentación del cuerpo o propulsión del alma. Tales
) son las intuiciones letánicas a las que sucesivamente o a
la vez apunta la noción de inconsciente".
Este párrafo está en el texto sobre el Coloquio de
Boneval.
Bueno, me parece que en él que_da bastante claro lo
irracional, lo oculto, lo animal, lo que irrumpe, lo oscuro,
lo que está por fuera de la conciencia en última instancia.
) Este estar por fuera de la conciencia, este lo que no es
consciente, que también sucede con la Psicología, Lacan lo
)
va a llamar en algún lugar, el error central de la Psicolo-
) gía.
Me parece que uno de los puntos entre los que uno
) podría perseguir tal vez como consecuencia de esto, es uno
) que yo llamaría la integración, la conquista, la captación,
ir recuperando lo desconocido hacia el círculo de lo cono-
)
cido y de lo controlable, limitando, manteniendo dentro de
)
límites razonables al demonio que nos habita. Y que
) atenta contra las buenas formas, contra lo confortable y lo
) sensato.
) Claro, hay muchos pasajes de Freud que favorecen este
concepto o esta forma. Sin embargo, quería recordar que
)
"no renunciaba a interrogar los espíritus del averno que
)
conjuraba".
) Hay para quien consciente e inconsciente parecen ser
) dos modos distintos de presentación de los fenómenos, no
'¡ dos organizaciones radicalmente diferentes una de otra
e irreductibles una a la otra. '
)
La unidad, la integración, la paulatina conquista, el yo
) como capaz de lograr una síntesis, basándose especial-
mente en el Yo y el Ello. Si bien Freud muestra claramen-
) te allí la imposibilidad estructural del Yo para mediar en
el conflicto.

64
)
Al no tomar la debilidad del Yo para la síntesis como
dato de estructura, se lo interpreta como una mera dificul-
tad subsanable. Hacia donde se va a orientar la práxis,
hacia el reforzamiento. El reforzamiento del Yo.
En primer lugar se lo concibe como si tuviera una parte
sana, una parte que no le pasa lo que le pasa al Y o,
digamos así. N o tiene los problemas que tiene el Yo. En
esta parte hay que apoyarse para ir reforzándolo.
En segundo lugar, produce el hecho de que se instituye
al analista como el que puede juzgar la relativa madurez
del yo como quien legisla sobre las conductas, como el
punto de reparo, la boya, que marca el derrotero. Se
supone al analista con un Yo más maduro, más integrado,
más adaptado.
¿Hace falta mucho más para que apresado en esta
teorización el análisis consista en la identificación del
analizante con el analista?
Me parece que estos dos aspectos se pueden leer en una
irónica expresión con la que Lacan comenta lo que se
llama la parte sana del Yo; dice así: "Es la parte sana
porque piensa como nosotros".
Pero les decía, el punto fundamental me parecía es que
el concepto de inconsciente se considera como lo que no es
consciente. Sin embargo Freud dice en reiteradas oportu-
nidades que el inconsciente del Psicoanálisis no es lo no
consciente. ¿Por qué a pesar de la insistencia freudiana se
da el fenómeno de que sucedan estas desvirtuaciones?
¿Simple olvido?
Pensé que tal vez es la particular característica que
tiene la transmisión para el psicoanálisis, si para las
ciencias antes de Freud, bueno, hoy lo tomaríamos con
pinzas de todas maneras, pero podríamos decirlo así en un
sentido genérico, se trata de transmitir un concepto o un

65
saber que se sostiene por sí solo, que se puede demostrar,
e incluso repetir, experimentalmente, sin sujeto; no es
esto lo que sucede en el Psicoanálisis, donde justamente
es sobre el sujeto sobre lo que nos interrogamos. Así que
el maestro que logra hacer pasar un contenido invariable
en sí mismo, digamos, no es lo que nos interesa a nosotros.
Dejando de lado el concepto de ci~ncia o lo que sería
para la ciencia, digo, ¿es esta dificultad del Psicoanálisis
de la transmisión del Psicoanálisis lo que hace que suce-'
dan estas cosas? ¿Por qué si Freud dijo muchas veces que
lo inconsciente no es lo no consciente se puede concebir
tranquilamente lo contrario?
Adelanto entonces la hipótesis que me parece al menos
en una gran parte de la obra de Lacan, está ya asentada,
Y que enuncio así: Que Freud lo dijo pero no lo escribió.
Mientras escribía esto pensaba en la sabiduría popu-
lar, en lo que dicen en el barrio, que dicen a las palabras
se las lleva al viento, hay que escribir, los contratos hay
que escribirlos. Considerando escrito algo distinto a esto
sin embargo, voy a tratar ahora de hablar algo de eso:
tomaba a la letra un poco la sabiduría popular, para
pensar: fr~p.d.l9_§o pero no l~_esc;ribió. .J.
Pero, ¿qué es escnoir? r
. En el Seminario 9 Lacan retoma una cuestión lingüís-
tica y lleva a distinguir dos niveles, esquemáticamente
podríamos decir así, la relación de las palabras con las
cosas y la relación de las palabras entre sí.
Bastante más adelante va a decir la siguiente frase: "El
significante como tal no se refiere a nada que no sea un
discurso".
A partir del momento en que Lacan retoma esto pienso
que empieza a utilizar más bien el concepto de letra para
referirse predominantemente a la articulación simbólico-

66
real. Y deja el concepto de significante, más en general,
digamos, para la relación simbólico-imaginario.
Y si bien hay una articulación importante entre ambos
también hay una distinción. Hay un discurso corriente,
podríamos llamarlo así, algo que gira y gira para nada, no
dice nada, que es dotado de sentido pleno y no tiene punto
de anclaje, para una deriva que se haría sin fin. Eso por un
lado. Sin embargo, por otro lado, lo que en esa infinita
sucesión de significantes hace de límite es la letra.
Creo que es uno de los aspectos de la conocida frase,
"Litoral
~
entre--saber goce".
--- -- y- ---··----
Localización, especificación, borde, desde el cual el sig-
nificante se organiza. Así veo lo que en el Seminario 9 La-
can hablando de este punto designa con abundancia de
metáforas referidas al origen del significante: ''Nacimien-
to del signifiante, estructuración del lenguaje, primer
núcleo de lo que enseguida va a organizarse como cadena."
En otro seminario lo va a tomar como relación del
significante a lo real, que él llama connotación. Connota-
ción que es precisamente la que da consisteñcia a la
caaena:-------·--~--------- ---- -. -,.,__- ·-
":.J>illtto donde se puede tocar lo real y donde podemos
ubicafEt"escrltü~a·.-níiñensióri de límite de lo-si:Inbólico y
de lo're8l, d~á origeñarclespliegrieCle cadeiüis significan-
tes"que ha@en de ello-:- - . - .. ·--- ·- - - - --· -----
Lacan cuan do habla del materna habla del materna y
de la explicación del materna. Dice, está lo escrito y está
lo que se diga de esto que es!á~.tQ~- -
-mnacemrrüego Cloñcfe dice que _lf¡_que es_tª--~-ssrito?~­
mejor que no se lo comprenda, así se lo puedr ~-x:ulicar
más, porque no seTocomprende.'incluso lo metf
sus escritos. Mejor que no comprendan asípue
de eso.

67
)
)
Son dos aspectos, lo escrito y lo que se dice de lo escrito,
)
que no están contrapuestos pero que tampoco son lo
) mismo.
) En un trabajo que presenté en Punta del Este, en el
) Lacanoamericano en el86, relacioné estos dos puntos con
) Transmisión y Enseñanza respectivamente. Transmisión
)
sería cuando se hace letra, y Enseñanza lo que se dice de
ello. Como nadie me lo criticó todavía nunca yo no sé si es
) que no lo han leído o si están de acuerdo. Aprovecho a
) decirlo hoy.
"La escritura no subsiste sino empleo para presentarla
la lengua que uso", dice Lacan. Lo único que alcanza un
)
real es el escrito. La matematización. La escritura es la
huella que deja el lenguaje.
)
Huella donde se lee un efecto de discurso. Por último,
) de lo que se trata es de saber lo que en un discurso se
produce por efecto de lo escrito.
) Escribir entonces, producir esa huella, que marcando
lo real permita bordear, ceñir un real, posibilite que se
)
pueda decir algo que hasta entonces no se decía, posibilite
)
una lógica que determinará lo que se diga y que en eso que
se diga puede llegarse al límite de lo que no pueda
) escribirse.
) Creo que esto también corresponde con toda una época
)
en la cual Lacan postulaba obtener el modelo de la
formalización matemática.
) El da un ejemplo muy interesante que quería mencio-
) nar, de materna, que es la barra, del algoritmo saussure-
) ano, en sí misma incomprensible, en sí misma sin sentido
) sin embargo dice, sustenta los efectos del inconsciente~
Nada menos que eso.
)
Por su propia lógica esa escritura obliga a separar dos
)
lugares diferentes, establece una separación radical en-

)
68
)
)
tre significante y significado. Entonces escritura que
posibilita una lógica, algo a lo que provisoriamente seña-
laré como un sistema, constituido por axiomas, por premi-
sas, reglas de inferencia, que se aceptan para dicho
sistema, especificaciones, de lo que entra, y lo que no entra
en él.
Ahora, les leería la frase de Lacan con la que me
encontré, que posibilitó, que es la que estoy tratando de ·-
desplegar. Dice así: ''El inconsciente no es una especie que ,
defina en la realidad psíquica el círculo de lo que no tiene ¡
el atributo (o la virtud) de la conciencia." ·-
Esta frase es de una intervención que hizo Lacan en el
Coloquio de Boneval, pero que no se sabe, no sé si es que
la dijo allí, porque el problema es que la intervención de
Lacan se perdió, entonces Henry Ey le pidió que la
mandara por escrito, y él mandó un escrito que lo mandó
dos años después, es de esa intervención donde está esta
frase, que no sé si habrá sido dicha o si la hizo después
cuando escribió.
Propongo que esta frase formaliza:~inconsc~@te_go
es lo no consciente. Eso nos sumerge en la estructura de
la lógica de- Ciases. Lógica que es la estructura en la que
Lacan escribe cuando homologa conciencia y atributo.
Sumergido así en la lógica, el enunciado -entra en·-un
sistema de cuyas premisas se hace tributario. Lo hace
pienso que más o menos de la siguiente manera, tomaría
dos o tres palabras: especie, círculo y atributo, para
empezar
Es la diferencia que está entre decir El Río de la Plata
es un río, o decir El Río de la Plata es un miembro o
pertenece a la clase de los ríos. La clase de los ríos es una
entidad abstracta, aunque los ríos que la forman sean
elementos concretos, hace falta una operación mental

69
para agruparlos en algo que los abarque. Sin entrar a
discutir un punto complejo de la lógica que es la relación
entre la propiedad y la clase, podemos aceptar momentá-
neamente que, como dice la lógica clásica, a t oda clase
corresponde una propiedad, propiedad o atributo que me
permite incluir dentro de una clase determinados elemen-
tos. Efectuar la operación mental de organizar un conjun-
to de elementos en virtud de que posean ese atributo.
Un ejemplo de Lg_can, los que tienen mama, incluyo
dentro de la clase los que tienen mama, es decir los que
poseen ese atributo, constituyo así la clase de los mamífe-
ros.
Ahora, esto tiene una representación gráfica, la repre-
sentación gráfica es precisamente por medio del círculo,
que es una palabra que utiliza Lacan en esa frase. Ese
círculo representa la clase.
El área en el sentido de esa superficie, de esa extensión,
contendría los elementos que tiene ese atributo.
Ahora, esto equivale a decir que quedan fuera del
círculo los que no lo tienen. La representación para esto es
así: se hace un plano, tengo A, que es el círculo y tengo no
A. Como ven ocupan toda la extensión A y no A.

Defino un atributo, constituyo la clase de los que tienen


ese atributo y en forma indirecta la clase de los que no lo

70
tienen. Esto divide en dos regiones. Como está allí en el
plano graficado, mamíferos y no mamíferos ..Estas dos
regiones ocupan la totalidad del campo..Es dec1r, una vez
definido el atributo y dividido en dos reg10nes, van a estar
en una región los que lo tengan, en otra los que no_.-:' est_o
abarca la totalidad de los objetos, que quedan as11nclru-
dos en una o en otra.
Como ven, esto es el principio del tercero excluido.
Ahora, estas dos regiones son equivalentes. De alguna
forma se podría decir que son intercambiables. Están las
dos positivizadas. .
Tanto es así que si niego una, me conduce a la otra. 81
yo digo A es lo que no es B, por ejemplo. Pero si yo niego
B, digo no no B es B.

A=noB noA=B

Un primer punto, no hay nada que sea A y B a la vez.


O es A 0 es B. Es decir, que el que es mamífero no puede
ser no mamífero. Principio de contradicción. Nada puede
ser eso y a la vez lo contrario. Cuando digo por ejemplo
"Todos los hombres", aunque no lo parece no estoy ha~lan­
do allí de los hombres, de los individuos, sino del umver-
sal de Todos los hombres como unidad, es indivisible, es
un,todo, no estoy diciendo nada sobre los individuos. Lo
que puedo hacer es establecer relacio~es entre las propo-
siciones, por ejemplo, yo puedo decrr tomo A, tomo.~·
establezco una relación entre Ay By obtengo una relacwn
con C. Por ejemplo:
Todo A es B.
todo Ces A.
por lo tanto todo C es B.

71
)
) Esto es, digamos así, sintaxis, sintaxis pura. Depende
) cómo lo escribo determino la proposición, defino alguna de
ellas como axiomas, son verdaderas, y luego deduzco de
esas proposiciones otras que también serán verdaderas.
No tiene nada que ver con la empiria, depende simple-
mente de lo adecuado del procedimiento utilizado, por la
forma en que ha sido hecho. Digamos ·que es más cercano
)
a la lógica pura, a sintaxis vacía, letras que se relacionan
entre sí. Sin embargo es como si no fuera fácil desligarse
)
de un plano en el que uno se preguntara, pero A qué es, o
B o C. A qué se refieren.
Cuando agrego algo, cambian las cosas, por ejemplo en
vez de poner Todo A es B, digo Todos los hombres son
mortales. Se produce la idea de que estoy recortando como
obj~tos a los hombres, los individuos, al definirlo por el
atnbuto parece que lo que yo encierro en el círculo es a los
) individuos. Ya no tengo una proposición vacía a la que yo
) luego hago operar en relación con otras proposiciones.
) Parece que estuvieran los individuos allí encerrados en
)
ese círculo. Es como que se produjera indirectamente la
idea de la existencia de esos individuos, cada uno de los
)
cuales sería una parte de un todo.
) Es decir que si bien la lógica propone el puro juego de
escritura, la pura sintaxis que no abarca a los individuos
) a lo que deja fuera, sin embargo parece, produce la sen~
sación de que se habla de esos individuos que son los que
)
e~ verdad quedan fuera. Se crea así la idea de una capta-
cwn, de una aprehensión de un objeto que es ilusoria.
. Esto sucede en la lógica de clases cuando se produce la
) 1dea de que el atributo define el ser de ese objeto. Es decir,
) que como la clase se arma por medio de un atributo,
sucede que parece que tengo allí encerrado un objeto y
J
puedo decir algo de él, gracias al atributo que conozco de

72
él. Estoy defmiendo el ser por el tener. Los objetos son
objetos que podríamos llamar reales, o que están en la
realidad, objetos como aparecen aparentemente en el
mundo. Se relaciona más con objeto de conocimiento,
manipulable, retomable, que con el objeto del deseo.
Lacan lo llama el objeto aristotélico. Dice de él, "tiene
como propiedad el poder tener propiedades que le perte-
necen en propiedad: Sus atributos. Son estos los que
definen la clase".
Algunos puntos por los cuales vamos a empezar a ver
que pensando desde el psicoanálisis ya nos empieza a
complicar todo este razonamiento de la lógica de clases:
Primero, Freud dice explícitamente que ni el principio
del tercero excluído ni el principio de contradicción valen
para el inconsciente.
Otro punto. Si el objeto es capturable, apresable en una
determinada extensión, cómo concebir con esta lógica el
objeto freudiano que es en primer lugar por excelencia
faltante. Es decir que al recortar una línea cerrada y
dentro de ella fueran incluidos los objetos de acuerdo a las
propiedades que tienen, no puedo hacer entrar allí el
objeto freudiano. Este tiene otra estructura lógica que no
es pensable con la lógica clásica.
.La operación significante recorta en una doble vuelta
va a de~ir: Lªcan, pero es una gqbl_e vueltª que no encierra
obje_to .?Jguno. · · -
Porque el significante no tiene correspondencia con la
cosa, sino que tiene una relación de connotación con lo
real, connotación quiere decir que si bien está el objeto
real, la cosa de la que se habla, hay un referente en juego
en el significante, pero no son las cosas de la realidad de
las que se trata, un objeto es designado, sino algo que
queda fuera, que no es apresable.

73
La verdad que no sé si sirve como ejemplo pero acá me
acordé de una metáfora que dice así: "La vejez es el
invierno de la vida, es el ocaso de la vida". Es interesante,
porque cuando dice el ocaso produce la idea de que hay un
mediodía, un esplendor, que sería la juventud, y luego la
caída de ese esplendor que sería la vejez. Aparentemente
la metáfora se refiere a eso. Lacan hace una interpreta-
ción totalmente distinta, por esto de connotar otra cosa
que lo que aparece ahí. La interpretación que produce es-
ta metáfora, es que produce la idea de que la muerte
es algo natural, de que la muerte es algo que sobre-
viene como último paso de un proceso natural. Como el del
día.
Es decir que la muerte no es corte, no es discontinuidad
y ruptura, sino que es continuación. Esto es lo que está
connotado.
Operación significante que no recorta una función en la
cual quede atrapado un objeto.
Otra cuestión más que también nos plantea las limita-
ciones de esta lógica. Que es el trabajo que hace Lacan en
el seminario 9 con el objeto y sus vestiduras.
Estos objetos son y no son a la vez el objeto a, lo son
porque si no estuviera el objeto a allí, faltando, no tendrí-
an razón de ser. Pero además no lo son. Es decir algo que
es y no es.
Defmir Ser por Tener. Por el atributo. Por ejemplo, si
tomaramos al pene como atributo, no podríamos definir
básicamente estas dos cosas: Que el tener vale sobre el
horizonte de poder perder. Es un tener en contraste Y en
relación siempre con un poder no tener o perder. Y
tampoco podríamos definir que el no tener pueda sin
embargo transformarse en un parecer ser.
Por ejemplo se puede tener y encontrarse en posición

74
de no tener. Es decir la castración implica una lógica que
no coincide con esta lógica clásica.
Entonces, si para la transmisión es necesario escribir,
usando escribir en el sentido fuerte, es decir, constitución
del sistema formal, Lacan en la frase que les propuse, nos
sumerje en la escritura de la lógica, con lo cual el enuncia-
do entra en un enigma. Pero para el caso de la lógica
clásica, nos dice que con ella, con la lógica clásica, sólo se
puede escribir que el inconsciente en lo no consciente. No
podremos pensar a partir de ella lo que es el inconsciente.
Partiendo del inconsciente estructurado como un len-
guaje, encuentro con el lenguaje que lo marca, la marca
del significante no puede ser captada pensándola desde la
lógica clásica.
Entonces el inconsciente estructurado como un len-
guaje le exigirá a Lacan por un lado una crítica de esta
lógica, que no permite escribir más que el inconsciente
como lo no consciente.
Por otro la construcción de otra lógica que sí se adecue
a la operatoria significante.
Para terminar rápidamente voy a mencionar algunos
puntos de lo primero, básicamente tomados del seminario
9. De cómo trabaja la lógica clásica para demostrar su
insuficiencia.
Uno de los puntos que toma es la lectura que hace
Pierce de los univ~rsales aristotélicos.
Hay un concepto, una frase, un párrafo muy curioso y
un poco enigmático de Lacan que dice que una clase se
arma no por definir un atributo sino por negar su posible
ausencia. Todo lo que habíamos hablado hasta ahora un
atributo define una clase. Pero Lacan dice no, no se arma
por definir un atributo, sino por negar que ese atributo
pueda faltar.

75
(

(
Por ejemplo para la clase mamífero. Es la negación de
que la mama pueda faltar lo que permite hacer clase.
(
Yo lo voy pensando así en el cuadrángulo de Pierce. El
hecho de in el uir un cuadrante vacío implica la posibilidad
( de que el rasgo falte. Yo digo por ejemplo "Todos los
( hombres son mortales». Pero cómo asegurar que existan
los hombres. Si bien la lógica es más que nada un cuadro
vacío de letras, y decía que se produce sin embargo
implícitamente la sensación, la suposición de la existen-
cia de los elementos, esto es especialmente válido para el
( particular, por ejemplo "Algún centauro es tuerto". Pro-
( duce la idea de que en algún lugar hay centauros.
(
Pero esto está implícito y a la vez oculto en los univer-
sales y en los particulares aristotélicos. Pierce al agregar
(
el sector vacío pone en evidencia esa existencia que
( quedaba supuesta, pero no solamente que la pone en
evidencia, sino que también muestra que el atributo
( mismo puede faltar.
(
Ello quiere decir que yo por el atributo lo dividía en dos
grupos, los que lo tienen y los que no. Ahora hay algo que
(
no entra en ninguno de los dos. La falta del atributo no
( significa que ese atributo esté presente en otro grupo
complementario, puede faltar, está el sector vacío. Y
entonces ya no se divide en dos, en un primer punto
entonces el agregado, o la lectura de Pierce cuestiona esta
lógica aristotélica. Creo que por eso dice Lacan que prime-
ro es preciso negar que el rasgo pueda faltar, es decir
negar que el rasgo pueda faltar equivale a decir quitar el
sector vacío de escritura.
Y luego entonces sí puedo armar la lógica atributiva.
Produce entonces esto la ilusión de que la posibilidad de
la falta del rasgo queda negada. Se excluye la posibilidad
de su falta. Ahora, hay algo que me pregunto en relación

76
a estas cuestiones, especialmente en el orden de la tempo-
ralidad. Uno tiende naturalmente a pensar en un cierto
orden temporal, primero la privación real. Lo que aquí
aparece como falta de rasgo. Luego la castración.
Sin embargo, es al revés, primero está la privación, sí,
pero de ella nada podríamos decir en la medida que es
req_L Luego viene la operatoria del lenguaje que marca y
determina que esa falta real pase a simbólica. Es nuestra
síntesis pasando por arriba de todo el proceso podríamos
decir, que es como si el objeto de la privación real fuera
elevado a objeto faltante del deseo. Ahora sí, desde la
castración podremos retomar ese momento "anterior" de
la privación, pero ya no será más el momento de la
privación, sino que será lo que de esa privación real
podamos decir.
Un paso de nivel que implica esta lógica, lo que era falta
de rasgo pasa a ser negación de la falta de rasgo o de la
posibilidad de falta de rasgo, lo cual permite la constitu-
ción de una clase. Pero en este salto de nivel lo que queda
velado es el hecho de que el significante no corta en dos
sectores, o en dos partes equivalentes, no hay dos térmi-
nos. Hay un término y su falta. Significante y falta de
significante. N o dos regiones definidas por su relación al
atributo.
Antes de venir para acá estaba atendiendo a una
paciente que me decía una cosa que me repite siempre,
que es que tiene un hermano mayor afortunado, a él lo
quiso el papá, lo quiso la mamá, fue a colegios privados,
ella fue a colegios del Estado, a ella no la quisieron, etc.
Por supuesto como se imaginan, ello también da una idea
de que el destino de ese hermano mayor afortunado ha
sido sin duda más afortuando que el de ella, del cual ella
no cesa de lamentarse.

77
Mientras estaba contándome todo esto y yo estaba
pensando que iba a venir para acá iiÚnediatamente des-
pués, pensaba en esto: Que al precio de no tenerlo, sin
embargo se sostiene la idea de que hay alguien que sí lo
tiene.
Se niega que se pueda no tener. .
Y aquí entonces me pregunto, ¿si se trata de una lógica
de la castración y de una lógica de la privación, podríamos
parafrasear a Lacan cuando habla de reducir o rebajar el
deseo a la demanda en la neurosis? Interpretándolo como
que en la Neurosis la lógica de la castración aparece
rebajada a la de la privación ¿Es válida esa expresión,
podría hablarse de una lógica, y de una sublógica por
ejemplo?
Otra de las cuestiones que toma en el seminario 9 es la
de los juicios analíticos y sintéticos.
Analíticos es un juicio del tipo A es B , cuando B está
incluido en A, es decir es inherente lo que se predica al
objeto. Por ejemplo "Los cuerpos son extensos" se conside-
ra que extensos es una característica que está contenida
en cuerpos. Inherente a ellos, y que está contenida por una
intuición previa a toda experiencia. N o hace falta ninguna
experiencia con los cuerpos digamos para tener la idea de
su extensión.
Es a priori.
Habrá sin embargo juicios que escapan a esto, que
requieren de esa experiencia para poder decirlos.
Voy a pasar por alto toda la cuestión de las modificacio-
nes que hace Lacan, para decirlo más rápidamente, por-
que me parece que el punto decisivo a esto es que pasan a
ser extensionales. ¿Qué son los juicios extensionales? los
que tienen básicamente dos características, primero que
definen una extensión, un lugar, con objetos que entran o

78
no en ella. En esa extensión. Determina lo que se designó
antes como una clase con objetos que entran en ella o no.
Y además que descompuestos en partes y determinado el
valor de verdad en cada una de ellas, se pueden reempla-
zar, intercambiar, sin que se pierda el valor de verdad del
resultado final.
Por qué. Porque este valor de verdad no depende de la
empiria, sino de la forma. Por ejemplo independientemen-
te de que exista o no, que yo conozca o no la nieve, o que
yo sepa o no del color blanco. Si yo digo la nieve no es
blanca y no blanca, el juicio es correcto.
La propia estructura da la verdad de este juicio.
Ahora, cuando empezamos a sustituir se presentan
algunas dificultades. Por ejemplo: El hijo mayor de Adán
mató a Abel. Pero yo puedo sustituir el Hijo mayor de
Adán por Caín, porque el hijo mayor de Adán es Caín.
Entonces digo: Caín mató a Abel. Hasta ahí vamos bien.
Es decir, por partes, cada una de ellas tiene una
verdad, yo voy sustituyéndolas y el valor de verdad no se
altera.
Ahora si yo empiezo a usar algunos verbos como saber,
conocer, poder, allí las cosas empiezan a cambiar. El
ejemplo clásico es este. Electra sabe que el hombre que
está frente a ella es Orestes. Orestes es el hermano de
Electra. Entonces yo reemplazo y pongo, Electra sabe que
el hombre que está frente a ella es su hermano.
Esto también es en la misma estructura del otro pero
no es cierto, Electra no lo sabe.
Porque hay algo que escapa, estos juicios no son exten-
sionales. Es decir que cuando yo enuncio recorto una
extensión que contiene objetos y excluyo otros objetos,
logica extensional, la operatoria del lenguaje hace que
haya enunciaciones que no son analíticas, no recortan la

79
(
(
extensión, son justamente aquellas que más nos intere-
san, entre las se encuentran precisamente las correspon-
dientes a estos verbos: saber, querer, creer, deber. Que no
recortan extensión y que entonces no dan posibilidad de
sustitución. El lenguaje opera de otra manera que como la
lógica extensional puede dar cuenta,
(
Para finalizar. Lacan en una de las clases toma la frase
"Todos los hombres son mortales".
Lo representamos así

(
(

(
(

(
Todos los hombres está incluido en el círculo más
(
amplio de los Mortales.
( De esto dice dos cosas, muy complejas. Vamos a la
( primera que es más fácil. Dice que esto no nos dice nada
( de los hombres, es una información que no nos significa
(
nada, es una información nimia, por qué, porque lo que a
nosotros realmente nos interesaría es saber qué es lo que
significa en estos hombres el hecho de que sean mortales,
que están incluidos dentro del círculo de los mortales, no
( es más que una información que no tiene importancia
( ninguna. Y luego dice Esto no nos dice nada de qué es el
(
hombre aunque parece hablar del hombre.
Ahora, dice otra cosa más complicada, dice así, que
hombre agujerea a mortales. Que allí en el medio se
produce un agujero. Y o lo leo de la siguiente manera, que
si yo considero que esto es un agujero, me parece que
( Lacan nos está hablando de la estructura tórica, del toro.
(

• 80
Creo que es una mención a la topología, el disco se
transforma en un toro, por lo menos en una representa-
ción gráfica. Está hablando de la lógica, de cómo la lógica
no nos permite captar el corte significante, me parece que
es necesario, dice que es necesario partir de otra topología,
en este caso la tórica, para poder construir la lógica más
adecuada para pensar el corte significante. La topología
subyace y determina la lógica que se va construyendo.
Como si dijera que para cambiar la lógica como necesita-
mos, necesitamos cambiar la topología que la sostiene.
Por lo menos es lo que yo leo.

PREGUNTA: Vos habías dejado el interrogante que la


privación podía ser o no una sublógica.

ÜSVALDO Couso: Por ahora es una pregunta. Yo decía,


parafraseando aLacan un poco porque él decía lo de objeto
del deseo y objeto de demanda. Aunque la palabra que
usa, en algunos lugares usa la palabra pasado. De objeto
de deseo a demanda. Creo que usa reducir. Me parecía que
se podía parafrasear de la misma forma diciendo algo así
como que es una reducción de la lógica de la castración
hablar de lógica de la privación, en el sentido que en la
priva,ción existe una doble negación. Negar la posible
falta. Así que pensaba si uno podría pensar que una lógica
es más, contiene a la otra, o que una lógica está más
rebajada en relación a la otra. Incluso conversaba con
Carlos el otro día si podía ser una sub-lógica, la de la
privación de la de castración. Yo no sé si puedo decir más
de esto, es un interrogante para mí por ahora.

81
CARLOS Rmz: Hay dos cosas expuestas en realidad, que
es una lógica pobre en el sentido que admite muy pocas
operaciones, podría ser una explicación, entonces uno
puede expresar, su poder expresivo es poco. Esa es una
versión. Después entraría una sublógica, como que bueno,
digamos groseramente, en vez de tel}.er negación e impli-
cación, tiene implicación sola por ejemplo.
La otra versión que por ahí es más razonable en este
caso, sería que es una lógica que justamente por permitir
mayores operaciones, discrimina menos. Es decir que
confunde más cosas y no permite entonces determinar
ciertos objetos porque se mezclan con otros. Pero no sé si
es eso. Pero serían dos vertientes naturales.
Se oponen, las dos, de alguna manera, me parece, a una
lógica en que la otra sea justificada, sería la vertiente de
puesta en la estructura. Una lógica tal que justifica y
permite construir otra. Por eso de mayor valor. Creo que
no es el caso.

OsvALDO Couso: N o es el caso que una permite construir


la otra.

CARLOS Rmz: Que una sirve de fundamento de la otra.

PREGUNTA: Y o no sé si tiene que ver con lo que dice


Carlos pero hay cosas que no entendí bien. Por ejemplo
cuando de pronto dijiste que la lógica no nos permite
rescatar el corte significante. Yo no sabía si te referías a
toda lógica. Porque es distinta. Por ahí vos hablaste de
distintos tipos de lógica. Hablaste de una lógica ontológi-
ca, que se refiere a objetos con propiedades, y en otro caso
hablás de una lógica en la que lo que se trata nada más que
es un juego de significantes. Entonces, me parece que

82
planteada esa diferencia, de estas dos lógicas, no se puede
decir de la misma manera de ambas que una no plantea
la cuestión del corte significante como la otra. Una de las
cosas por las cuales se podría pensar decir que justamente
la falta de objeto hace que todos los valores de verdad que
surjan devienen de la relación de los términos entre sí, de
los significantes y no de la relación a un referente. Fuera
de ese juego significante. Entonces me parece que por ahí
el corte, la no correspondencia entre significante y el
significado no es igual para una lógica que para la otra.
A partir de lo cual no sé si eso otro tiene que ser
interpretado como una sublógica, sino como una manera
que puede ser basada en esa lógica y no solamente se basa
en una concatenación significante.

ÜSVALDO Causo: La operatoria del lenguaje lo que hace


es llevar a la lógica a su límite. En ese sentido queda
bastante claro operativamente cuál es la lógica clásica.
Eso es un nivel. Otro nivel es para mí si es pensable o si
tenemos construida otra lógica. Y o en este punto debo
confesar, para mí, no. N o podría reemplazar una cosa con
otra. En ese sentido sos más optimista que yo.

-Allí lo que no aparecía era la posibilidad de que no se


tuviera la propiedad.
Me parece que por ahí esa es una vía para pensarlo,
pero también es otra vía para pensarlo, es esa que la
castración está antes de poder hacer todo este tipo de
juego de no A y de A.
-Una cosa es decir qué es lo que arma las estructuras,
y otra cosa es sobre qué base puede el sujeto existir, sobre
qué base puede el sujeto plantearse esas estructuras. Me
parece que hay mezclados dos niveles ahí.

83
-Lacan plantea una lógica, no sé cómo llamarla, que
desde el vamos plantea que no hay todo digamos, es una
lógica que plantea la falta, ya sobre esa premisa no Todo
( como base inicial de cualquier otro razonamiento, plantea
una diferencia total con respecto a otro tipo de premisas.
A partir de ahí toda derivación implica esa premisa, o sea,
parte de una premisa muy fuerte. Cualquier comparación
que se pueda hacer con otra lógica que no parta de esa
premisa ya es imposible la comparación que dé algún tipo
de coincidencia.
(
-Esta cuestión que planteabas al principo de la lógica
de clases, que A es todo lo que no es B y a partir que se
plantea la propiedad A y todo lo que es A no es B, hay un
( todo construible, reconstruible.
( Yo pensaba, empecé a tratar de buscar argumentos a
(
favor y en contra. Freud no escribió algo que por el corte
esta lógica de clases pudiera resurgir. Me sirvió lo que
(
acotabas de la paciente, creo que un lugar donde no lo
( escribió, es el complejo de castración. En el complejo de
( castración a la manera freudiana, no está pensada la
( inconsistencia del rasgo. El rasgo no inconsiste, en la
envidia del pene, en la angustia de castración, tampoco
inconsiste. Se teme perder lo que seguramente hay.
-Lo que nos quedaría a nosotros por hacer es qué no
( escribe Lacan en ese intento de escribir la letrafreudiana,
en ese intento de la topología, del materna, de la lógica.
Qué no escribe. La tercera castración que uno podría
pensar, qué sería la castración en lo real. En ese sentido
creo que avanzar en el camino es cuando decís que se trata
de leer a la letra. Por un lado está la derivación implicante
1 que en un análisis la deriva significante se corta con la
interpretación. N o es como el hablar coloquial fuera del

84
análisis. Es cuando Lacan dice el inconsciente se escribe
en un análisis. Qué quiere decir. Noes "diga todo que se
cura", sino "diga todo lo que se le pase por la cabeza que
lo soporto, voy escribiendo". Ese inconsciente que se
escribía en esa cura. N o el que trae reprimido, sino el
inconsciente es lo que se escribe en el análisis.
Si la lógica que podemos aplicar para la ruptura del
significante es la lógica significante, esta que puede tener
el conjunto vacío, y que fuerza la serie. Es cierto que no es
con la lógica, aunque se trata de palabras también, no es
con la lógica significante que podemos tener la gramática
pulsional, o sea la que tiene que ver con el goce. Acá se
cortarían claramente dos campos, el de la lógica signifi-
cante y el de la gramática pulsional.
Y la lectura a la letra, la interpretación a la letra,
parece que apunta a cortar para los dos lados. ¿Alcanza,
o la topología se nos tiene que meter en la cabeza de algún
modo para que en esta lectura a la letra cortemos para los
dos lados?

85
La superficie como estructura
Carlos A. Ruiz

" Esta expos~ción es la última de la serie que titulamos


Las ~~perficies y el psicoanálisis", seguirán algunas
exposiciones más generales, sobre lógica y escritura y
cerramos con un ciclo sobre "Los nudos y el psicoanálisis".
Al mantener esta división entre superficies y nudos,
nos atenemos.~ la costumbre establecida y también segui-
m?s la eleccwn de los expositores, porque los temas
mismos se repartieron sin esfuerzo en esta clasificación.
No p~ete:ndo que esto tenga otras ventajas, ni quiero darle
una Justificación teórica.
_Hablar de la posible relación entre la teoría de super-
~c~es Y la t~oría de ~udos, ambas en relación al psicoaná-
lisis, se entiende; exige que previamente demos a conocer
desde q~é posición, respecto de la articulación entre
matemá~Ica "'!( psicoanálisis, nos pusimos a trabajar en
este semmarw.
L? que intento leer, lo que leo en Lacan, es un uso
preciso de la topología a lo largo de su obra, que se retoma
se confirma Y se explicita; no sin vacilaciones o retornos'
pero en una dirección clara. '
Est~y h~blando de matemática, no de lingüística, 0
filosofla ~ Ciencias afines. N o pretendo que la matemática
haga sene con ellas.

86
Hay una postura que no comparto y desde ella, este
seminario no tendría justificación. Algunos piensan que
Lacan recurre a lo que encuentra: primero la lingüística,
después las superficies, después la lógica, después los
nudos. Cuando una cosa no le da más, la tira y empieza con
otra. Hay versiones alternativas: simples ilustraciones, o
pura metáfora, o una especie de pensamiento lateral o
hasta... ¡política! Pienso, por el contrario, que es posible
mostrar la necesidad de la topología, en el sentido que
precisaré en otras exposiciones, y situado así el problema,
puedo ocuparme de las superficies y la estructura.
Psicoanálisis, superficies, nudos, lógica; un abordaje
directo de sus relaciones se presenta como muy complica-
(
do, propongo que las cosas comienzan a aclararse si a
estos términos agregamos: escritura.
Uno dice "escritura", y enseguida preguntan en qué (
sentido. Parece que toca algunos puntos sensibles. Y a (
diferencia de otros temas, en los que las opiniones están
(
divididas, pero cada uno tiene claramente la suya; creo
que nos falta bastante trabajo hasta que podamos poner- (
nos de acuerdo en que acerca de la escritura, no estamos (
de acuerdo.
Se podría escribir un tratado. Prefiero que trabajemos (
sobre el modo de abordaje de cada uno y modestamente,
(
hoy se podrá ver cómo lo trato yo, cómo se me presenta la
escritura como problema. (
Volviendo, entonces, a nudos y superficies, digo que se
diferencian en su relación a la escritura. (
Escritura nodal ya no es un neologismo, y cuando (
después de estudiar los nudos volvemos a las superficies, (
con la experiencia de la relación de los nudos a la escritu-
ra, se nos hace patente que también aquí se trata de (
escritura aunque una intermediación matemática más (

(
87
(
importante lo haga menos claro y requiera, entre otras
cosas, que introduzcamos explícitamente la noción de
necesidad.
Por ejemplo, en la primera exposición1 Eva Lemer se
pregunta si después de un abordaje nodal, puede leer en
la botella de Klein de otro modo. .
Cuando le puse título a esta charla, antes de tener claro
el contenido, que dependía en parte, de las otras exposicio-
nes, el esbozo que tenía en mente era este: queremos
escribir la estructura y el modo de abordaje que intenta-
mos parte de la teoría de superficies. Queremos escribir de
la estructura, en términos de superficies.
Escribir, quizás, se dice en muchos niveles, pero esos
niveles están articulados, ese es el rol de la matemática.
Por ejemplo, cuando uno pasa la tijera por una línea
( dibujada en una tira de papel retorcida y dice que está
cortando una banda de Moebius por su línea media para
(
producir una banda cilíndrica, se puede decir que eso es
un papel, y no un objeto topológico; es cierto, pero en el
mismo grado en que una marca en un papel es una marca
y no un número, por ejemplo. Y la respuesta es la misma
en los dos casos: la banda, de papel, es un objeto topológico
e~ el sentido de que escribe una banda de Moebius, según
ciertas convenciones, tanto como una marca en un papel
( es un número, en tanto lo escribe, según otras convencio-
nes.
Estas diversas convenciones son de distinto nivel, pero
generalmente no subrayamos bastante dos hechos: por
una parte, que son niveles articulados, hay también leyes
y convenciones para los pasajes entre ellos; por otra parte,
( que ambos están muy lejos de lo que se supone que son los
(

t 1 Lerner, E.: "La botella de Klein. El sujeto y el Otro", en este libro.


(

(
88
casos extremos: la intuición sin rigor por un lado y la
formalización totalmente rigurosa por otro.
. E!!.topces, le qne nos preguntamos QS qué propiedades
tl~e esa estructura que llamamos superficie. O, puesto
de otro modo, que propiedades tjeneeso que se llama
.superficie, para que nos interese en términos de estructu-
ra.
-por supuesto, ensayamos una definición de superficie,
desde la matemática; hablamos de sus propiedades for-
males; damos ejemplos; las distinguimos de las líneas o
los cuerpos, por ejemplo; pero esto es para damos una
aprehensión de las superficies, todavía falta saber para
qué nos sirven.
. L~ propiedad que_tienen las superficie8.JUl-Ue~ las hace
rnteresantes ...12ara nosotros, es la de que sobre ellas se
pueden trazar líneas.
Esto podría querer decir muchas cosas, por eso explici-
tamos que se trata de líneas en tanto se puede cortar por
~-El abordaje matemático nos permite dar una defini-
ción de la operación de corte que está completamente de
acuerdo con lo que hacemos cuando pasamos una tijera
por una raya dibujada en un papel.
Los elementos en juego son: la superficie, una línea
sobre la superficie, que a veces llamamos marca, la opera-
ción de corte, la superficie resultado del corte, que no es la
de partida, y en la que la marca ha sido reemplazada por
una línea de borde, que en algún sentido la duplica.
Resulta que la teoría matemática de las superficies
escribe esto; no se ocupa del color, el brillo o la rugosidad.
~no refleja la intuición que tenemos, de que una superfi-
cie es una especie de división del espacio; así llamamos
superficie a la banda de Moebius, al cross-cap o a la botella
de Klein.

89
La línea de corte se supone cerrada, es una condición
especialmente señalada por Lacan; y esto nos dice que no
vamos a considerar momentos en el corte, ni cortes parcia-
les.
Tenemos la superficie de partida, la operación de corte
y la superficie que resulta; los pasos "mecánicos" que
realizamos para que el corte se haga en un papel, no
tienen para nosotros ningún valor, y la matemática no
ayuda a escribir esto.
A esta altura no nos ocupamos de líneas "dibujadas",
con un lápiz, por ejemplo. Para mostrar la diferencia,
tomemos la banda de Moebius: podemos dibujar la línea
media de una banda de papel, pero como el papel tiene
espesor, la línea, aunque totalmente dibujada, parece
abierta. En estas condiciones, un papel no es una banda
de Moebius, no sirve para escribir una banda de Moebius.
En cambio, si convenimos en que la línea es la marca para
un corte por hacer, el problema del espesor desaparece y
la banda de papel es una banda de Moebius, en el sentido
que dije al comienzo.
Entonces, la propiedad fundamental de las superficies,
es que sobre ellas se pueden trazar líneas de corte y
cuando preguntamos por las propiedades específicas de
cierta superficie, respondemos: que sobre ella se pueden
trazar tales líneas de corte y no otras.
Tomando las cosas de este modo, el problema de los
modelos se remite a su justa dimensión. Por una parte, no
tomamos aquí la matemática or su ca acida d ro-
cir m o e os, smo por sus virtudes en cuanto a la escritura.
Por otro lado:los "medíos,.ae escntura pueden ser varia-
dos, siempre que tengamos a mano una articulación
matemática para ellos y eso no significa que lo que
construimos sean "modelos de papel".

90
Como conclusión: La estructura como superficie, se nos
( presenta como el sostén escritura[ · de cor"&.
Hago. un pequeño resumen de las propiedades de las
superficies q.u~ usamos corrientemente, que se han usado
en las exposicwnes precedentes.
Todo corte por una línea cerrada en la esfera la divide
en dos regiones (Teorema de Jordan). En la' clase de
supe:ficies que estudiamos, la esfera es la única con esta
prop~edad. El toro tiene además líneas de corte que lo
conVle~ten en una banda cilíndrica. Estas líneas a su vez,
s~ clasifican por los números de vueltas en las dos direc-
cwnes.
Esta comparación de esfera y toro nos da pie para
encarar el tema de la escritura desde el lado de la lógica,
es lo que hace Lacan en el seminario IX y de esto voy a
hablar la próxima vez. (
El plano proyectiv~ tiene dos clases de corte: el desplie- (
~e, que produce un disco y la perforación, que produce un
disco Y una banda de Moebius. Con ésta Lacan escribe la
fórmula del fantasma.
~a botella de Kl~i~ tiene una profusión de cortes, según
se VlO en las exposicwnes correspondientes. (
Muy poco más que esto es lo que precisamos de infor- (
mación matemática; hace falta, sí, practicar mucho para
aprender a utilizarlo. \
(
(

\
-... - - (
(
91 (
(

(
(

(
11

Topología y psicoanálisis -
lógica, escritura
Del seminario en su conjunto, surge que la topología inte.resa
al psicoanálisis en su relación con la lógica y con la escntura.
Las exposiciones que se refieren específicamente al t~ma, se
agrupan en esta sección. Son diferente~ p~ntos de msta que
sin recubrirse, sin presentarse como comczdentes, apuntan
una dirección: ((escribir sus algoritmos".

Toda la obra de Lacan debería darse como referencia. Abajo


señalamos algunas especialmente pertinentes.
C.R.

CARLOS Rrnz: Topología y lógica.


HÉCTOR RÚPOLO: La metonimia espacial y la metáfora temporal.
IsiDORO VEGH: Escrituras.

REFERENCIAS:

Lacan, J: Seminario XIX, ...Ou pire (inédito).


Seminario XX, Encore, Seuil, París, 1975.
Traducción: Aún, Paidós, Barcelona, 1981.
-. L'Etourdit. Scilicet 4.

94
(

Topología y Lógica
Carlos A. Ruiz (

(
(

El tema de hoy es: "topología y lógica". Presentarlo en


este momento, después de las exposiciones dedicadas a
topología de superficies, me· permite retomar lo que se
esbozó hasta ahora sobre los fundamentos lógicos de esta
articulación entre topología y psicoanálisis; y al mismo
tiempo, comenzar a abrir el panorama hacia lo que va a
seguir, especialmente las exposiciones generales que van
a tocar entre otras cosas el tema de la escritura.
Comienza recordando lo que planteó Osvaldo Couso1
que Freud dijo claramente que lo inconciente no es lo no
conciente y que si se insiste en confundirlos, podría
deberse a que Freud no lo escribió.
Este «no lo escribió" levantó polvareda y dio bastante
que hablar acerca de lo que quiere decir «escribir". Voy a
tomar esto como punto de partida para aclarar un poco
qué es lo que entiendo por escribir; y de paso, dar una
versión ordenada de lo que venimos planteando sobre
topología y lógica.
Recordemos -fue explícitamente dicho- que si para
escribir hace falta una lógica, entonces no tenemos o no
hemos encontrado el sistema en que podría ser escrito que

Couso, 0.: "Escribir un concepto: una cuestión topológica", en este libro.

95
lo inconciente no es lo no-conciente. Lo que sí tenemos
claro, es que no se trata de una lógica del recorte, que sim-
plemente permita expresar"lo que es" como una totalidad
y deje afuera "lo que no es"; que recorte lo que es A y deje
afuera aquello que inmediatamente pasa a ser no-A.
Esta lógica que llamo "del recorte" puede llamarse
también "tradicional" y no le supongo una formalización
determinada sino que lo que voy a decir se aplica a
cualquiera de ellas: cálculo de predicados, cálculo de
clases, silogismos, etc. Lo esencial es que ciertos enuncia-
1 dos se refieren a ciertos objetos de manera que recortan-
estoy usando ya un término que intenta ser topológico-
que recortan un campo: el de aquellos objetos al que se les
aplica cierto término y que deja afuera a los objetos a los
que no se les aplica. Queda pendiente la cuestión de si
estos últimos también forman un campo.
Tomo una vez más el famoso enunciado: "Todos los
hombres son mortales", que expresaría que a todo aquello
a lo que se le pueda llamar "hombre" se lo puede llamar
también "mortal" y se acostumbra a presentar así:

Figura 1

8
con dos redondeles, conocidos como círculos de Euler que
desde el punto de vista de la matemática, ilustran una
relación de orden, la de inclusión (en este caso un círculo
< incluye o contiene al otro). No hay ninguna necesidad de
presentarlo así y más bien el trabajo de siglos ha sido

96
despejar de esta representación intuitiva lo que en. ella
hay de estructura, para convertirla en un cálculo.
Hay que dejar bien establecida una distinción para
evitar algunas confusiones: la formalización que lleva con
el tiempo a concebir la lógica de manera que prácticamen-
te es un cálculo que podría hacer una máquina y que en su
funcionamiento ya no le debe nada a la intuición, no quita
que el sistema formal no siga llevando en sí aquello que
estructuraba esta intuición.
Lo que proponemos ahora no es una competencia entre
diversas formalizaciones, sino directamente replantear-
nos esa intuición que nos llevó a formalizar de determina-
da manera. En esto sigo a Lacan, que en la clase 12 del
seminario "La identificación" (7/3/62), da una lista de
diversos sistemas para decir que su argumentación se
aplica a todos ellos. Subrayo "recorte" como topológico,
para señalar que esa intuición está fundada en una cierta
topología.
Esta estructura, de entrada, parece ser una estructura
de plano (en el sentido de la geometría euclideana), y está
bien representada por los círculos de Euler. Podemos
desc1ibir esto de otra manera: la cadena significante es
corte, es corte en una superficie que se produce por el
hecho mismo del corte.
Una condición que parece formar parte de nuestra
intuición una vez ue pensamos un poco sobre el tema, es
. que un corte, en el estricto sentido en que o tomamos
aquí, se produce a lo largo de una línea cerrada trazada en
una superficie. Digo trazada y no me comprometo dema-
siado, un corte no es preciso que sea hecho con una t~j era;
·cuando se piensa en la frontera entre dos países, eso es un
corte que separa una región de otra, sin ser más que un
trazo, incluso virtual.
..~

97
Resumo, ~nto~~es, mi percepción de la topología que
subyace a la m tuiCión de la lógica clásica, diciendo que se
trata de la topología de las líneas cerradas sobre el plano
pensadas como líneas de corte. '
L? .que L.acan propone, entonces, es que la lógica
tra~cwnal, IncluyeD:do sus formali~acio:ae&... modernas,
~sta basada en la topolo~p. d_e los...r_ec_o rtes sob~.,.11n plano.
La toE_olQg!a del_plano escribe de un golpe lo que p~
nosotros aparece comq intuic_ión: una línea cerrada en el
plano reco~a un disco; ~ás precisamente, divide el pl~o­
en dos reg¡ones, una mterior, que es un disco y otra
exterior.

Figura 2

. Y como operación, esta estructurano permite otra cosa:


SI es un corte, recorta un disco.
c?~lO decía, esta_top<_?_l_Qgía ~stá en la base de la lógica
t~adicwnal y los círculos de Euler representan bastante
bien lo. que queremos decir, por ejemplo, con "todos los
argen~Ino.s son sudamericanos". Podría pensarse que esto
se aphca Igualmente al ejemplo del comienzo: "todos los
ho~br~s son mortales", suponiendo, claro, que sepamos
que qmere decir "mortales".
Aquí es don~e retomo el argumento que Causo expuso
hace poco. Es cierto que los círculos de Euler darían una
buena representación para un demógrafo o un biólogo; no

98
para nosotros. Cuando decimos "hombre" no pensamos en
"bípedo implume" sino en "ser-hablante", que está marca-
do justamente por el hecho de ser mortal (y que, también
justamente, por ser hablante, es el único verdaderamente
mortal).
Lacan afirma que ese "mortal" no es algo que rodee al
hombre; sino algo que está en su centro mismo y hace que
desde nuestro modo de abordaje, sea dudosa la defmición
de la clase de los hombres. O dicho de otro modo, el
concepto "hombre" no lo podemos sostener en sí mismo, en
tanto está marcado por el rasgo "mortal".
A partir de esto planteamos el siguiente programa: ya
que esa intuición de la cual partimos nos llevó a una lógica
que no es la que nos conviene, cambiemos de intuición.
Pero ¿cómo se hace para cambiar de intuición? No parece
fácil. Entonces, recordemos que esa intuición le supusi-
mos fundamento ~un~r~~tura topoló~ca; modifi-
cañ'd.~ ·éstá; s-e puede esperar cambiar la intuición. Reco-
nozco que no hay certeza de esto último, pero tampoco la
necesitamos, basta con recordar que dijimos que el traba-
jo de formalización despeja la estructura que ya estaba en
la base; es entonces entre la nueva estructura y la lógica
que tenemos que establecer la conexión. Para darnos una
nueva estructura tenemos el aparato técnico que nos
brinda la matemática.
Subsidiariamente, podemos abordarlo a través de una
preentación que de hecho, nos permite aprovechar la (
intuición y eso nos facilita las cosas; pero esto no es
(
esencial.
Partamos, entonces, de nuestra intuición. Se sostiene
en un plano, precisamente, porque en algún momento la (
única operación que concebimos es la que se transcribe (
como recorte; es decir, toma un término, una propiedad y {
(

99 {

(
decidir si se le aplica o no a alguna cosa. Pensemos ahora
en una articulación diferente; por ejemplo en una opera-
ción de corte que se repite.

(
0000 Figura 3

Luego, reflexionemos: no se trata de decir, por ejemplo,


"todos los hombres son mortales", varias veces; sino de
una enunciación en la que algo se repita y que al mismo
tiempo sea una operación de corte; es decir, algo que en sí
(
mismo lleve la repetición. Además, no nos interesa que
recorte algo, basta con que produzca un efecto en la
( estructura.
(

(
(

Figura 4
(
(
Pero nos faltan dos requisitos: uno, que debe tratarse
( de una línea cerrada; el otro, que la línea no puede
cortarse a sí misma. (De paso, esto es una de las razones
f de que pensemos nuestra línea como corte y no como
' simple trazo)
En las exposiciones anteriores, aparecieron varias su-
(
(

( 100

\
(
perficies en las que esto es posible. Entre ellas, me quedo
con la más simple, el toro.
Es cómodo representárselo como una cámara de auto.
La línea de que hablamos, entonces, se enrosca como una
bobina y dando la vuelta al toro, vuelve al punto de
partida.

Figura 5
Inmediatamente, se pueden ver varias cosas. La pri-
mera, que a diferencia del plano o de la esfera, es posible
cortar un toro a lo largo de una línea cerrada sin por eso
dividirlo en dos regiones. Ustedes saben que este corte
produce una banda cilíndrica: el cambio en la estructura
no resulta en la división en dos regiones.
En segundo lugar, las líneas sobre el toro que tienen
esta propiedad, son de diversos tipo si se las clasifica, por
ejemplo, por el número de vueltas. La que mostré da seis
vueltas pasando por el agujero central, mientras da una
en el otro sentido. Hay líneas que dan dos vueltas, o siete,
o mil. O que dan más de una vuelta en ambos sentidos.
Estos números de vueltas nos dan una riqueza estructu-
ral que permite escribir mucho más, desde el punto de
vista topológico, que lo poco que nos pueden dar las líneas
en el plano o la esfera.
El toro es una superficie en la que ciertas líneas
cerradas no recortan un disco y esto es equivalente (sólo
en el caso de superficies) a decir que el toro tiene agujeros.

101
Evito decir "el toro está agujereado" para no dar la impre-
sión de una operación; antes bien, son una propiedad
estructural.
Parece que Lacan no considera que el toro pueda ser un
"todo", no da demasiadas explicaciones pero es claro que
está relacionado con los agujeros; en todo caso podríamos
dar una argumentación en términos de lógica. Pero lo que
quiero señalar es que si el toro tiene agujeros no es porque
le falte algo, porque algo se le haya sacado o algo pueda
agregársele para completarlo.
Estas reflexiones nos llevan a considerar los cortes
sobre el toro como la topología sobre la que fundar otra
lógica. .
Esto es lo que Lacan hace en el pasaje citado de "La
identificación" y es lo que se desarrolló, llevándolo tam-
bién a otras superficies, en las exposiciones anteriores de
este seminario.
La elección del toro no es arbitraria; buscábamos una
superficie que reemplazara a la esfera como punto de
partida para construir una lógica, y el toro es la más
simple de las que reúnen las propiedades necesarias (sin
borde, orientable, cortes que no son perforaciones).
Esto es importante en lo que sigue, porque, como decía-
mos estos cortes tienen una estructuramuyrica, en térmi-
nos de números de vueltas, y Lacan escribe ahí la articu-
lación deseo-demanda. Si tuviéramos una superficie más
simple, donde esto no se diera pero se cumplieran las de-
más condiciones, podríamos decir que recurrir a un toro es
simplemente un recurso ilustrativo, sin relación con lo
anterior. En cambio podemos demostrar que es necesario
que las dos cosas vayan juntas y es precisamente esta
necesidad, lo que nos permite llamar a esto escritura.
Este es un punto de partida, entonces, para intentar
construir una lógica.
102
La metonimia espacial
y la metáfora temporal
(
Héctor Rúpolo
(

(
(
(
(

Quiero comenzar por comentar algo ~~e sucede g~ne­ (


ralmente cuando se lanza un título anticipado. Se tiene (
una idea acerca del tema que se va a desarrollar, pero
hasta que no se lo ha desplegado en toda su amplitud, no (
surgen ni las líneas generales ni los inconvenientes más
(
importantes. ~ . .
Esto es lo que me sucedió: el título que hab1a anticipado
para hoy, "El espacio de la alienación y el tiemp_o en la
separación", es un tema que, a pesar de estartrabaJ~ndol~ (
desde hace tiempo, no he podido llevar al escnto, m (
organizar el material como para hablarles ?e ello hoy.
En realidad, me quedé en pasos antenores. Lo que (

prueba que era necesario transitados. Estos pasos ante-


riores no son poco importantes. Quizás tomado por esta (
propuesta que se conecta con preocupaciones que datan (
de mucho tiempo en mí, es que se me habían pasado por (
alto algunas cuestiones que son tan importantes como el
título mismo de lo que pretendía desarrollar hoy.
Por estas razones que acabo de exponer, hoy no voy a
hablar de alienación y espacio, ni del tiempo y la separa- (
ción, sino del espacio en relación a la metonimia, Y del t
tiempo en relación a la metáfora. (
(
103
(
Es mi parecer, que son dos temas realmente importan-
tes, sobre todo si se los enfoca desde la perspectiva de la
clínica. Respecto a la metáfora, por ejemplo, de la cual se
habla mucho, pero creo que se entiende poco de qué se
trata, la metáfora patema inclusive, he visto pocos traba~
jos acerca de. escritos de Lacan, como por ejemplo "La
( metáfora del sujeto", -no sé si ustedes han leído este
texto, son dos hojitas nada más, pero son dos hojitas muy
"duras", en las cuales se condensa gran cantidad de cosas,
que si no se despliegan, no creo que pueda llegarse a
entender de qué manera trabaja Lacan la metáfora.
¿Cómo se relacionan la metáfora y la metonimia con la
( clínica? Y a su vez: ¿qué relación tienen con el espacio y el
( tiempo?
( En el punto de partida de lo que voy a decirles, tenía
una diversid 'ld de fuentes en las que basarme para des-
plegar esta pregunta.
(
Ante tal diversidad, tuve que optar por alguna, pues no
( podía traerles todo el abanico de distintos lugares donde
( encontré esta misma cuestión.
( Opté por traerles un fragmento de una presentación de
un ·enfermo que realicé en el Borda en el año 1988.
El paciente en cuestión hablaba de una manera incom-
prensible, no se entendía lo que estaba diciendo, las
palabras se entendían pefectamente, hablaba bien, pero
( la relación que había entre las palabras era inentendible,
esto para cualquiera que hablara con él.
Un hecho posterior a la presentación me llamó la
atención. La persona que lo estaba tratando en el Servicio
(
comenta lo siguiente: que un día decide salir con el
( paciente del Borda a pasear, y en un momento del paseo
invita al paciente a tomar un café. En el momento en que
( están tomando el café, cambia el discurso del paciente,
(
( 104

(
empieza a tener ciertos visos de un lenguaje más normal,
empieza a comunicarse de una manera m ás comprensi-
ble, y esto le llama la atención al terapeuta, que lo
comenta en el seminario posterior a la presentación.
Parece ser que esta persona frecuentaba usualmente
los bares, tenía una cierta relación cotidiana con el am-
biente de la barra del café.
Se me ocurrió que podría haber alguna relación entre
el hecho de que él entrara al bar, y que su discurso se
modificara.
Así es como surgió la siguiente hipótesis; al estar
afectada en su discurso la vertiente metáforica, en la
medida que el contexto metonímico es mayor, al tener un
mayor soporte del contexto metonímico, eso le permite
una mayor estabilidad de sudiscw:so,.hacerlo más inteli-
gible.
En la medida que puede tomar apoyo de un espacio
metonímico, espacio contextua!, esto que le es familiar, el
Bar, ahí es donde él puede estabilizar su discurso.
Lo llamo metonímico porque estoy r elevando de la
metonimia el hecho de que ésta se da en presencia, así es
como en la metáfora se puede subrayar el aspecto relativo
a la ausencia.
Es por esto que ligo el espacio a la metonimia, particu-
larizando el espacio que se puede definir por yuxtaposi-
ción. Es decir, un espacio defmible en r elación a que dos
objetos pueden ser puestos uno al lado del otro, la posición
de uno se define en relación a la presencia del otro.
Vayamos al discurso del paciente:

Paciente: Mi madre que dice por acá está una concreta-


ción de una aparente mentira, que no es más que
Agustín que está frente a su propia historia, que es la

105
historia de su madre que dicen, Orlando vos tenés un
dial, eso es un error.
Rúpolo: ¿Un dial?
P aciente: Exacto.
Rúpolo: ¿Qué es? No comprendo.
Paciente: Es un error de información.
Rúpolo: ¿El dial?
Paciente: Exacto.
Rúpolo: ¿Qué es el dial? Explíqueme, no entiendo.
Paciente: Que yo no puedo.
Rúpolo: ¿No puede qué?
Paciente: Fumar.
Rúpolo: ¿Pero qué tiene que ver con la palabra dial?
Paciente: Incorrecto. Usted me pidió que yo diera la
información y ésta es la corrección. Usted tiene Agustín
diciendo su propia vida que está del otro lado, esto es
una historia que no tiene ni mentira ni final.

Este es el fragmento de la presentación que hice en el


año 1988, a la cual me quiero referir en detalle.
La palabra "dial" tiene el peso de un neologismo. Para
definir un neologismo no es suficiente con decir que es una
palabra fuera de código.
Lo que define al neologismo es que agota su significa-
ción en sí misma. Es decir, que no remite a otra significa-
ción, no hay otra significación posible.
Cuando le pregunto por la significación de esa palabra,
él me contesta primero: "es un error de información" y
segundo: "que yo no puedo".
La segunda frase: "que yo n o pu edo" se la podría enten-
der como una frase interrumpida, es decir, una frase que
no parece concluída, su significación está en suspenso.
Al preguntarle acerca de su respuesta "que yo no

106
(

(
puedo", yo le pr egunto: "¿Que no puede qué?", para que (
complete, y él me responde de manera significativa , per o
(
incomprensible, me dice: "fumar".
(
Lo que él dice con respecto a la palabra "dial", son
varias cosas, primero que es un error de información que
él tenga el dial. Hay que remarcar que él habla de tener. (
No podemos dejar de lado esta formulación de tener un (
dial, por lo qu e de significación fálica pueda implicar.
(
Sabemos que esa dimensión del tener tiene r elación
(
con el falo sobre todo a nivel de un hombre. Pero est e
muchacho dice - supongamos que ésta pueda ser u n a (
interpretación, les pido que lo tomemos así- que el dial (
está ahí en relación con el falo, él dice que tener un dial es
\
un error de información , es decir, que lo qu e se tenía que (
h aber constituído como significación fálica no se h a cons-
(
tituído.
También lo dice de otra manera, porque - si es que él (
estaba h a blando del pit o-, utiliza la palabra dial para (
hablar del pito, y si lo hicier a, daría algún tipo de r espues- (
ta a la pregunta "¿Qué es eso?" Por lo menos hubier a
(
dicho: "El falo". Pero él no puede decir nada. La respu esta
(
que da es: "Fumar ", que no pu ede fumar. .
¿Qu é quiere decir, en este cont exto, esta respuesta?
Aquí es donde, si pensamos en est a doble vertiente del
lenguaje, metonímica y metafórica, quizás podríamos (
ent ender algo de qué significa esa palabra "fumar", que es
(
completamiento de esa frase interrumpida, "que no pue-
(
do ... fumar".
En principio, cuando me dice "que no puede", me está (
diciendo que n o puede explicármelo, pero además esto lo (
dice con una frase interrumpida. (
Entiendo que la palabra "fumar" tiene el valor de ser (
una contestación por metonimia, en el siguiente sentido,
(

l
107
fíjense que es incomprensible que él diga "que no puedo
fumar" a la pregunta que le estoy haciendo yo, "¿que no
puede qué?", con respecto a la explicación de la palabra
dial, pero, si bien la palabra "dial" no tiene ninguna
relación con lo que se estaba hablando, tiene relación con
el "que no puedo".
Supongamos un cartelito que dice "No se puede fumar".
En ese sentido hay una relación metonímica entre poder
y fumar, ya que una está al lado de la otra. Yo diría que él
está diciendo de cómo no puede sostenerse a nivel de la
sustitución.
El me podría haber contestado, cuando yo le pregunté:
"¿Que no puede qué?", "No me es posible decirlo", "No
( tengo la capacidad de explicárselo", "No tengo el valor de
( comunicárselo", o "Me faltan los medios".
( Son todas posibilidades de lo que podría haber dicho.
(
Pero para haber contestado de esa manera, habría nece-
sitado disponer de esta línea metafórica de la que creo él
(
no disponía.
( Recordaba lo que dice Freud con respecto al desplaza-
( miento, cuando Freud dice que lo que produce mayor
disfraz dül sueño es la metonimia, el desplazamiento-
estoy identificando una cosa con otra-, cuando Freud
dice, el desplazamiento, al hacer que un significante se
desplace en otro que va a aparecer con todo el brillo en el
( contenido manifiesto, simplemente por estar al lado de
otro, da una idea bastante cabal de lo que implica una res-
puesta p or metonimia. N o se entiende por qué una pala-
bra va a tener valor, va a ser significada simplemente por
estar al lado de otra.
Otra posibilidad de pensar la palabra dial, es la si-
guiente: "di-al". Y ahí toma sentido el: ''No puedo", no
pudo dar lugar a "di-al".

108
Esto se puede resumir de la siguiente manera: "No
puedo porque para mí las palabras sólo significan cuando
una está al lado de la otra, por eso puedo hablar de lo que
no se puede, o de la prohibición, sólo como si fuera un
cartelito que está puesto en una pared y no tiene ninguna
significación".
Ahora bien, cuando yo le digo: "¿Qué tiene que ver la
palabra "fumar" con la palabra "dial"?, él me contesta:
"Incorrecto. Usted me pidió que yo le diera la información
y ésta es la corrección, usted tiene Agustín su propia vida
diciendo que está del otro lado, esto es una historia que no
tiene ni mentira ni final".
¿Por qué dice que no tiene ni mentira ni final? N o tiene
mentira porque en la psicosis está ahí todo a cielo abierto,
está dicho, él dice: yo no puedo explicar esa palabra "dial",
sólo puedo hablar por contexto, no puedo definir, pero
tampoco puedo hacer uso de ese pene legalizado como lo es
para otro; el mío es un dial, que está conectado con la
prohibición de fumar; y es una historia que no tiene final,
porque en la psicosis no hay punto final, no hay punto en
la frase que permita que la significación se complete y
precipite. .
Podemos hacer la siguiente analogía: que -ésto está
por supuesto en la enseñanza de Lacan, así como la
puntuación de una frase es neces·aria para hacer precipi-
tar el sentido y que la significación se proQ.uzca, en el caso
de la historia de un sujeto, la metáfora patema, escribe
ese punto que hace que la historia edípica tenga un punto
final y comience otra historia. El que esté habilitado por
dicha metáfora podrá hacer uso de su pene con otra mujer
que con la madre, es una manera de decir que hay una
significación -que es la fálica- que ha podido ser ins-
cripta.

109
Pero este paciente nos dice que en su historia no figura
tal punto, y al no figurar, él habla de esa manera.
Ese punto que falta, ese ladrillo ausente en la pared-
recuerden la película "The W all"- esa ausencia del no m-
bre del padre, ese cartelito que dice prohibido fumar, al no
estar inscripto en él, aparece en lo real, prohibiéndole el
uso de su falo.
Este es uno de los ejemplos; voy a pasar a otro.

Una mujer a la cual le pregunto: "¿Tu hermana es más


grande que vos?"
Ella responde: ((Sí, es más alta y más delgada".
Ante la pregunta por el nombre del padre, ella no puede
responder, cuando le pregunto por el nombre y apellido de
ella, ella responde, y dice: mi nombre es tal, mi apellido es
tal.
En ese momento que le pregunté por el nombre y el
apellido de ella, le pregunto si el padre se llama igual que
ella, y dice que sí, y dice el nombre del padre.
¿Qué dicen estos ejemplos? Es la misma línea que
había relatado anteriormente, hay una dimensión del
discurso que no aparece, que es la dimensión metafórica,
si bien en el caso anterior se marca bastante bien la
necesidad de u na vertiente espacial de yuxtaposición y
continuidad, en este caso podemos también referirnos a la
dimensión temporal que no puede ser dicha.
Tomemos por ejemplo la pregunta por la hermana.
¿Qué significa la respuesta que me da ella en referencia a
su propio cuerpo? ¿Es que no puede entender la pregunta
por la hermana más grande sino en r elación de contigüi-
dad de su cuerpo con el de la hermana?
Sólo puede compararse con su hermana a nivel de dos
elementos en el mismo espacio. A esto lo llamaría yuxta-

110
posición, contigüidad, vecindad. En la otra vertiente de la
pregunta hay una dimensión temporal, generacional,
¿quién es mayor?, ahí no puede responder, yo diría que lo
que está ahí ausente es la dimensión simbólica del tiempo,
es decir, la dimensión sucesiva.
Tampoco puede definir el nombre del padre, no puede
decir el nombre del padre, cuando yo le pregunto:¿ Cuál es
el nombre de su padre?", no me lo puede decir, balbucea,
pero cuando le pregunto por su nombre, lo dice, y por
contigüidad con su nombre puede decir el nombre del
padre.
Fíjense, el mismo movimiento, un movimiento que yo
diría de contigüidad, metonímico, espacial.
Cuando le pregunto por el nombre del padre, hay en la
pregunta una dimensión temporal y sustitutiva, que es la
línea que a ella le falta en su discurso.
Habría que hacer la diferencia entre espacio y lugar; si
definimos el espacio como un espacio metonímico, yuxta-
puesto, donde los elementos se definen por estar uno al
lado del otro, debemos diferenciarlo de un tipo de espacio
distinto: el lugar. El lugar del presidente no es un espacio
metonímico, si bien puede haber un espacio metonímico
en relación al lugar del presidente, allí el espacio implica
una dimensión metafórica, el lugar del padre por ejemplo,
implica una dimensión metafórica, es decir, que si bien
también tiene que ver con el espacio, el lugar, -esto lo
hablábamos hoy con Carlos Ruiz- hay otra dimensión
ahí, no la de vecindad - contigüidad, sino una dimensión
sustitutiva. Tomaríamos en ese sentido lo que dice Lacan
en el Seminario III, que la metáfora hay que pensarla a
nivel posicional, si la pensamos a nivel posicional; esta-
mos pensando en el lugar que implica un espacio.
la
Es aquí donde precisamos de topología. Por ejemplo

111
para poder resolver esta diferencia entre espacio yuxta-
puesto y lugar simbólico.

Diálogo:

-Me quedó clara la diferencia qu~ hacés entre la meto-


nimia y la metáfora, referida al espacio y al lugar. Lugar,
cuando hay algo sobre lo cual no puede producirse el
intercambio, queda establecido todo el campo donde sí
puede producirse el intercambio, digamos, prohibida la
madre, hay las mujeres, eso está claro, pero lo que no me
queda tan claro es por qué vinculabas la metonimia al
espacio a diferencia de la metáfora al tiempo, esto no me
quedaba claro.

H. RÚPOLO: Habría que precisar un poco más en qué


sentido hablamos del tiempo. Al tiempo se lo puede pensar
distribuyéndolo en los tres registros, habría un tiempo
imaginario, un tiempo simbólico, y un tiempo real. Se
podría pensar que esta distribución del tiempo en los tres
registros, implicaría en cada uno de ellos una coordenada
(
en particular, en el caso del tiempo en lo Imaginario, la
coordenada sería la de reversibilidad, es decir que se
podría ir hacia el pasado y se puede volver hacia el
presente, sería el tiempo de la rememoración. Un tiempo
especular, invertido especularmente, este sería un tiem-
( po imaginario y la coordenada, la reversibilidad. Otra
vertiente del tiempo sería el tiempo en lo simbólico, que
implicaría una coordenada que sería la de la sucesión.
Esta, en los dos sentidos posibles que tiene: de un elemen-
to que sucede al otro, y la sucesión en sentido de herencia,
en sentido de genealogía. El tiempo en lo Real se define
. por el corte.

112
-¿Por qué el tiempo en lo Real sería el corte?

H. RúFuLO: El tiempo en lo Real, sería el tiempo


paradójico, es tiempo pero al mismo tiempo deja de serlo,
es decir, es el tiempo cuando se acaba, cuando finaliza, ahí
sería el tiempo en lo Real, cuando el tiempo es tiempo pero
deja de serlo. Supongamos una banda de Moebius, y
supongamos que cortamos por la línea media la banda de
Moebius. Hay un punto en el cual es tamos yendo en forma
sucesiva hacia adelante, pero al mismo tiempo, en el
reverso, estamos yendo hacia atrás. Así es como tenemos
dos líneas posibles y contradictorias. Estamos tomando el
tiempo Simbólico sucesivo y el Imaginario en el reverso al
mismo tiempo. El corte de la banda sólo va a ser corte,
cuando se retome el comienzo del recorrido, es decir,
cuando la banda desaparece. En ese momento en donde se
retoma el corte en el lugar que comenzó, la banda desapa-
rece, el tiempo se acaba, ese sería el tiempo en lo Real. Es
decir, sería el tiempo.de la puntuación, cuando el tiempo
termina, momento de concluir, el final de una sesión.

-¿No se podría pensar el espacio también en estos tres


registros, en el mismo ejemplo? Justamente porque a mí
me hacía dificultad el pensar el espacio solamente en la
metonimia, y el tiempo en relación a la metáfora, no lo
había pensado pero como hablaste de los tres registros,
pensé que por ahí se podía pensar.

H. RúFoLO: Eso no lo he pensado, habría que probarlo,


lo que habría que ver es cómo pensar el espacio en lo Real.

C. Rmz: A primera vista lo que lo caracteriza es que


parecería que eso no se puede pensar, contestado así de

113
golpe sin pensarlo mucho, lo que diferenciaría al tiempo
del espacio parecería que habría una coordenada que no
se podría pensar, la del espacio.

-La del corte.

C. Rmz: Sí la del corte.


-¿Las otras dos sí?

C. Rurz: Supongo que sí.

-Con respecto a ésto que vos estuviste explicando,


¿Esto se podría relacionar con la sincronía y la diacronía?,
y ¿Cómo verías lo Real en el momento del corte? Con
respecto al tiempo se me ocurrió relacionarlo con un
poema de Borges, donde Borges hace una relación entre el
instante y la eternidad por el momento del corte, la cosa
del instante pero que a su vez queda fuera del tiempo de
alguna manera.

H. RÚPOLO: Sí, creo que eso refleja muy bien ese estado
contradictorio del tiempo en lo Real, que es tiempo pero lo
es en la medida en que se acaba.

-Respecto a la psicosis, me refiero al ejemplo de la


paciente que tenía dificultad de ubicarse en una dimen-
sión temporal, estaba pensando lo que explicaste de los
nudos, en un momento dado no se produjo en alguno de los
puntos que serían seis, porque sabemos que si no se
produjo el anudamiento, quedan los tres separados. En-
tonces, si quedan separados los registros, ¿cómo podría-
mos pensar en la psicosis la dimensión del tiempo que vos
diste con respecto a esa paciente, que no podría ubicarse

114
su respuesta en la dimensión de la sucesión, que ser!a la
dimensión simbólica, al no estar anudado el registro
imaginario? No sé si se entiende.

H. RúFoLO: Creo que lo que no se produjo ahí es el corte.


Lo que no se produjo es esa dimensión de la metáfora, que
permite por ejemplo la simple relación cronológica Y
sucesiva.

-Cuando hablaste del tiempo en los tres registros, se


me ocurre pensar en la metáfora como que ubi?a una
dimensión del tiempo en lo simbólico. Ahora, vos VIncula-
bas a la metáfora con el tiempo. ¿Es por esto, por la
dimensión simbólica?

H. RúFoLo: Eso y lo Real, porque lo real sería que la


metáfora haga corte. Es el punto de almohadillado.

-Por ejemplo, ¿en el tiempo imaginario hay sucesión?


¿sucesión para un lado y sucesión para el otro?

-Hay una sucesión sin corte; en la genealogía, el hijo


sucede al padre, pero no se puede pasar de uno al otro así
nomás. Hay un cor t e entre ambos.

-Me queda una duda con respecto al corte: Co~~eso


que a mí me parecía que el corte era un efecto s1mbohco Y
no real, y que lo Real era la consecuencia de ~se ~o~te.
Digamos así: la metáfora es para mí, pensa~le Sl~bohca­
mente, lo que pasa es que determina, la term1nacwn de un
tiempo Real realmente.

H. RúFoLO: Habría que hacer una precisión: el corte

115
sería real en la medida en que se retoma a sí mismo.
Empezás en la banda en un punto, y la vas recorriendo.
Sólo es real, cuando se completa. Cuando se llega al punto
del cual partís, ahí está lo real, es decir, está bien lo que
vos decís. Vos empezaste a hacer un corte, eso es un corte,
pero haberlo empezado no implica la dimensión Real, que
es sólo cuando se finaliza.

C. Rurz: A primera vista uno podría preguntarse: ¿y por


qué tendría que ser una banda de Moebius? Ese corte en
la línea media revela que la línea media es en el fondo un
ocho interior. Digamos en tanto es un ocho interior, va a
entrar lo Real en juego. En otra superficie, esta última
parte del juego no andaría.

-Te quería hacer una pregunta que se enlaza con lo


' que dijiste o planteaste en la Jamada de Cartel del año
' pasado. Vos hablaste de estos seis cruces, que aparecen en
(
la estructura del nudo borromeo, y planteabas que había
que pensar donde se diera el no cruce, si eso marcaba
( alguna diferencia en la clínica de la psicosis. Como sé que
( estuviste trabajando todo este tiempo, que estuviste in-
vestigando este tema, quería preguntarte si habías arri-
bado a una cierta idea.

H. RÜPoLo: Todavía no he llegado atrabajar algún pun-


to de cruce en especial. Pensá que es muy nuevo para mí.
Sólo hace dos ~os que estoy haciendo presentación de
enfermos.
(

-Aparte del problema que plantea La can mismo en el


R.S.I., ¿cuál es el Real, cuál es el Imaginario? Porque para

116
preguntar en cuál registro se produce la falla, hay que
determinar cual es cual.

C. Rmz: Otra cosa puede ser que la especificidad del


tema de la psicosis, justamente saca un punto de referen -
cia -no estoy seguro- pero tendría que pasar lo siguien -
te. En tanto el vehículo de la operación es la palabra en un
análisis, eso establece una distinción entre los registros,
de hecho cuando uno empieza a decir algo ya no dice nada
más que un nudo de tres, dice un n udo de cuatro. Entonces
haría una especificidad del p sicoanálisis, que se supon e
una asimetría en los registros, por su misma operación .

-Esta cuestión de la palabra, que es con lo cual


trabajamos los analistas, esas r elaciones que se hacen con
el cuerpo, aparece "empujada" la cosa de la palabra , es
decir, habría algo así como una cuestión corporal.

C. Rurz: Es un tema que se plantea en el fin de análisis.


Los fines de análisis de Lacan, parecían que habría algo
allí de esta dimensión.
En estos dos textos que vos trabajaste de la paciente y
del paciente, si bien los dos tratan de metonimia, a mí me
pareció que la orientación era distinta. En el primero se
deslizaba permanentemente hacia adelante, por ejemplo,
vos le preguntas: "¿qué es un dial?", te dice: "yo no sé, que
no puedo fumar". En cambio la paciente, vos le pregunt ás
por el nombre del padre, no puede responder, vuelve a su
nombre y se toma como referencia.
Quizás en esa diferencia podría encontrar lo habla mos .
Esas diferencias de discurso nos podrían estar diciendo
acerca de esos puntos diferentes, en esa mujer, la referen-
cia al cuerpo era muy notable, en el otro caso no.

117
Escrituras
Isidoro Vegh

Cuando fui invitado a esta serie sobre topología sugerí-


este título efecto de una pregunta que alguna vez me llegó,
no sólo de otros, también de mi tránsito por la obra de
Lacan: cuál es la causa de la apelación que hace, en
diversos tiempos de su enseñanza, a distintas escrituras.
Son reiteradas las objeciones basadas en la dificultad
de acceso a sus textos; también la pregunta por si m erecen
el esfuerzo de su desciframiento.

Una respuesta

Encontré una respuesta que anticipo: en la enseñanza


de Lacan hay una dialéctica homóloga a la variación de
sus escrituras.
Así como su enseñanza discurre por acentuaciones
diferentes a lo largo de su vida, sus escrituras acuerdan
con lo que esa enseñanza propone en cada uno de sus
tiempos. La charla de hoy será un intento de argumentar
esta afirmación .
La primera cuestión: ¿para qu é un analista, en este
caso Lacan, apela a escrituras? ¿No le alcanza con la

118
exposición que su práctica y su reflexión teórica le propo-
nen?
Voy a ayudar mi exposición con un breve poema de
Juarroz, poeta que alguna vez nos acompañó en esta
escuela, de su serie "Poesía vertical":

El mundo es el segundo término


de una metáfora incompleta,
una comparación
cuyo primer elemento se ha perdido.

¿Dónde está lo que era como el mundo?


¿Se fugó de la frase
o lo borramos?
¿O acaso la metáfora·
estuvo siempre trunca?

Esta poesía, ella misma un sin-sentido, menciona


(
aquello que la metáfora no podría decir. El poeta tiene sus
recursos para acercarnos al límite de lo indecible. La
práctica del psicoanálisis también: allí donde el sujeto se
acerca envuelto en lo que llama su mundo, encuentra (
aquello que lo sobrepasa, que la metáfora no puede expo- (
ner. Pero que no pueda decir no implica que no pueda
escribirse.

Tiempos y escrituras

Hubo un primer tiempo lacaniano, no fue de escritura, (


centrado en lo imaginario. (
Lacan irrumpe en el psicoanálisis en un congreso del
año 1936 en Marienbad, con un texto polémico desde el
comienzo, primera versión del ''Estadio del espejo". ¿Cuál

119
(

(
es la urticante tesis? En ese congreso en que Hartmann
presenta su tesis acerca del yo y los procesos de adapta-
ción, es al encuentro de esa tendencia post-freudiana, aún
en vida de Freud, a la que el trabajo de Lacan se dirij e. Allí
donde ciertos psicoanalistas quieren acentuar la función
sintética del yo, Lacan apoyado en el texto de Freud ''Para
introducir el narcisismo" propone otra: que el yo, como ·
instancia psíquica, se toma como objeto de amor. El
narcisismo describe como función primordial del yo, el
amor, que no mejora cuando el objeto de amor en vez de ser
el otro, soy yo mismo; es más, es probable que empeore,
que allí donde crea que eso soy, precisamente no sea, y sea
aquello que no pienso que soy.
Donde Hartmann propone en una vertiente post-freu-
diana, un yo libre de conflictos, capaz de conocimiento y de
regular los tironeamientos de la realidad, del Superyo y
del Ello, Lacan acentúa lo que Freud expuso con su pluma
antes de morir: la escisión, el desgarramiento del yo.
(
Apresado en el amor que lo tiene por objeto, el conocimien-
to sufre bajo el efecto de la pasión. Como toda pasión, el
amor propicia un efecto de desconocimiento.
( Este es el primer tiempo de la enseñanza de Lacan, de
sus dos versiones del "Estadio del espejo", de su texto
sobre la agresividad, del primer seminario, y el segundo
que todavía por ahí discurre; centrado en deshacer la
vertiente psicoanalítica de retorno a posiciones prefreu-
dianas, avanza hacia qué condiciona esta estructura nar-
cisista, y decide que el ser humano a diferencia del
cachorro de chimpancé, persista en posición de júbilo ante
su imágen en el espejo. Lacan se ve obligado a una
articulación entre esta dimensión yoica con la condición
más general que nos define: parletre. Para dar cuenta por
qué el ser humano es habitado por esta estructura que
1

1
120
llamamos Yo, que en Fn·ud se encuentra como narcisis-
:n:o,se ve precisado en articular esta dimensión imagina-
na a la palabra. En este primer tiempo de su enseñanza
a partir de su impugnación de la reducción imaginaria d~
la estructura, un deslizamiento lo lleva a su relación con
lo simbólico.

I-r:. ----------.... I
--- A -·
~ -- r·,
',. _) i(a) + :. ) i'(a)

Este es el modelo óptico que todavía no tiene el valor de


una escritura.
Es un primer intento rudimentario, en cierta medida
apropiado y también inapropiado, -vamos a ver dónde
fracasa-, para especificar esta estructura yoica y su
dependencia del campo del lenguaje. Es el modelo del
florero invertido. Un florero real se refleja en un espejo
cóncavo y produce su imagen real. Este florero real a
Lacan le sirve para representar el cuerpo real, irremedia-
blemente perdido para el parletre que nace cubierto por
un baño de lenguaje. La imagen real, a su vez, se refleja
en un espejo plano que representa al Otro, primer asiento
de la palabra, Otro real, produciendo en el espacio virtual
del espejo la imagen virtual equivalente a la imagen del
cuerpo.
Es un primer intento de articular lo que luego precisa
en términos rigurosos: el traslado de una estructura
tridimensional al plano de dos dimensiones; es la m ostra-

121
ción, para el ser humano, que su inmersión en el plano
bidimensional sólo es lograble por un tamiz que lo da el
campo del Otro.
Esto no es todavía una escritura, es un modelo; tiene de
más y de menos; fracasa, Lacan lo subraya, en donde el
ramillete de flores reales presentífica-el objeto petit-a. ~!_
fra~asq pr!::qcipal es que no da cuei!ta del I!l<?<!o de engen-
dramiento del objeto a.
Este modelo funciona por una rotación del campo del
Otro que opera un cambio de posición del sujeto, hacia la
constitución del Ideal.
N o voy a seguir con el modelo que la mayoría de ustedes
conocen; quería subrayar que la exposición de lo imagina-
rio apela a un modelo óptico, hay un acuerdo con la textura
de aquello que expone; sufre también las limitaciones
inherentes al modo de su exposición, es insuficiente para
dar cuenta de aquello que no es posible presentificar con
un modelo.
Primer esbozo rudimentario que tiende a constituirse
como una escritura, ya en este tiempo Lacan introduce
algunas pequeñas letras, sus maternas.
Por ejemplo A, i'(a) -ver figura-, i(a). Son el comienzo
del álgebra lacaniana.
¿Por qué Lacan apela a este álgebra lacaniana? ¿En el
Estadio del espejo, en el modelo óptico, el lugar asiento del
lenguaje en el cual el sujeto por primera vez se encuentra,
qué ventaja tiene llamarlo Otro, ponerle la letra A y no
llamarlo la madre? Permite desempirizar la función, ese
lugar pueden ocuparlo distintos agentes con tal que cum-
plan con esa función. Tiene su importancia si recordamos
cómo hay análisis que se empantanan, llegan a un calle-
jón sin salida porque el analista insiste, por ejemplo, en
que el sujeto repare la figura materna, recurre al padre

122
biológico que en la estructura triangular no es incidente,
cuando quizás, como lo demuestran estudios antropológi-
cos, para ese sujeto la función del padre la cumplió el
hermano de la madre, lo que los antropólogos llaman el
avunculado.
Segunda función de estas letras, aquella de la cual se
queja cualquiera cuando entra en el texto laca niano, y no
entiende, si de entrada ve uno de sus grafos:

l(A)

Jacques Lacan: "Écrits", p. 817

Como en "La subversión del sujeto", las líneas, las


flechas, cada uno de los lugares con letras; recuerdo mi
primera impresión: estar ante algo inabordable. Pues
bien, ese es un objetivo que Lacan busca, ponerle un freno
a la comprensión, también a la dimensión imaginaria. El
avance en la producción de esta escritura, de los grafos,
implica un avance en lo que se insinúa en el fmal del
período anterior con la creación del modelo óptico, la
introducción de lo simbólico; el álgebra lacaniana, alcan-
za su auge, en el mismo tiempo en que Lacan trabaja la
dimensión de lo simbólico. El texto culminante es "La
(
(
123 ·

(
subversión del sujeto" donde la cuestión ftfudamental se
centra en un aforismo que articula la relación del signifi:
cante con el efecto sujeto. El concepto que aparece en este
tiempo, se escribe~ (S-bajo la barra, sujeto barrado), es el
tiempo en que acude a la letra que tiene valor de real, el
número, para plantear rigurosamente la estructura de la
(
batería significante. Apela a Frege, a la fundamentación
( lógica de la serie de los números naturales.
Intenta ponerle un límite al sentido; desliza al sentido
(
de las flechas , que en los grafos presentifican una articu-
lación de las letras; también una cierta lqgica que corres-
(
ponde al campo específico del psicoanálisis: en el grafo de
( "La subversión del sujeto", introduce las grandes cuestio-
( nes de la teoría psicoanalítica, el Superyo y el Otro, el
síntoma y el Ello; la radical dimensión del Inconsciente, la
fórmula del fantasma y su relación con el deseo -ver
figura-; las principales estructuras psicoanalíticas en-
(
tran en una articulación de letras, con recorridos especí-
( ficos y diversos. En Encare, texto límite de este tiempo,
( dice así: "Tomemos las cosas al nivel de un escrito que es
( él mismo efecto de discurso, del discurso científico, a saber
el escrito de S, hecho para connotar el lugar del significan-
(
te, y de la s minúscula de la cual se connota el lugar del
significado. Esta función de lugar no es creada más que
por el discurso mismo, cada uno en su lugar, eso no
funciona más que en el discurso.
La letra, radicalmente, es efecto de discurso". 1

La culminación de este trabajo con las letras se va


(
a dar en su..teoría de los discursos, relación de un signifi-
( cante con otro y también, -cada tiempo anticipa al que
J
( 1 Lacan, J.: Encare, París, Ed. Du Seuil. 1q7s p . 15
(
( 124
(
sigue-, relación a aquellos elementos que no son signifi-
cantes, el sujeto y el objeto.

Primer tiempo comienza con lo imaginario; para soste-


ner su tesis desliza a lo simbólico; desplegando lo simbó-
lico, avanza con sus letras hasta que encuentra articulado
a lo simbólico, pedazos de lo real, el sujeto y el objeto.
Primer tiempo: modelo óptico; segundo tiempo: prime-
ra escritura, álgebra lacaniana, los grafos y la teoría de los
discursos, de cuatro lugares y cuatro términos. Así se
escribe el discurso del inconsciente:

S1 imposible S
--¿ 2
-r~~-a

El objeto y las superficies topológicas

Dijimos que Lacan anuncia desde el comienzo, con


cierta ambigüedad en cuanto a su estructura, su teoría del
objeto; al comienzo lo llama objeto metonímico, recién
después objeto a; como objeto metonímico por momentos
pivotea hacia lo imaginario, por momentos a lo real.
Cuando avanza en lo simbólico aparece también su límite,
pedazos de lo real que no puede, como decía la poesía de
Juarroz, exponerlos en metáfora. La transmisión de su
enseñanza precisa algo más que las letras que utilizó, los
grafos que empleó. Se va a perfilar, ya no el deslizamiento
de lo imaginario a lo simbólico, sino el encuentro desde lo
simbólico con lo real.
Segundo tiempo de escritura, tiempo de la topología de
superficies, en el cual va a trabajar cuatro estructuras:

1) El toro para articular demanda y deseo; las vueltas

125
de la demanda, y una vuelta más, la vuelta del deseo -ver
figura- alrededor del objeto.

n+l
2) La .banda de Moebius con la cual expone rigurosa-
mente la relación del sujeto y el significante.

3) La botella de Klein, que muestra esencialmente la


relación entre saber y verdad, entre el 82 y el S l.

4) El cross-cap, que indica la relación del sujeto con lo


que pone límite al campo significante, el objeto a; muestra
la fórmula del fantasma:

$O a
Lo real y el nudo

¿Por qué luego cambia y pasa a otra escritura, la


última, la escritura nodal?
Les voy a leer una cita del ''R.S.I.", de la clase del11 de
marzo de 1975:
"El falo es lo real sobre todo en tanto que se lo elide".

"De donde el acento especial que el parletre pone sobre


el falo, en este sentido que el goce ahí ex-siste que está aquí
el acento propio de lo real, lo real en tanto que existe, es
decir lo real como real, lo real a la potencia dos".

126
Lacan precisa otra escritura, esta es mi propuesta,
porque en este tiempo acentúa su trabajo en lo real como
real, lo real a la potencia dos.
¿Qué quiere decir lo real como real a la potencia dos?
Les digo lo que de esto alcanzo a leer: una versión simpli-
ficada presenta la escritura del nudo borromeo, hecho de
tres anillos, anudados de tal modo que ninguno penetra al
otro y de tal modo que cualquiera de los tres que se corte,
los otros dos también se separan;
I

(
S
(
esto es un nudo borromeo, a cada anillo se lo puede llamar
real, imaginario y simbólico.
Lacan en La Troisieme, conferencia que dio en Roma
en 1974 sitúa en el lugar de intersección de lo real con lo (
simbólico, el goce fálico; donde se cubren los tres aguj eros (
el objeto a, existiendo al goce fálico; en el campo de lo real
escribe vida.
N o le alcanza con lo real en tanto objeto a, no le alcanza
con lo real del goce fálico, hay un real como real, un real (

a la segunda potencia que llama vida. Para escribirlo (


necesita de la estructura nodal, que llevará a nuevas
consecuencias, producirá nuevas eficacias. Confirma lo (
que alguna vez dijo, que toda su vida tuvo una discusión
(
con Freud, fecunda, en la medida en que retoma una
afrmación freudiana que había dejado de lado, la identifi-
(
(
127

(
cación primaria, por incorporación del padre, relación a lo
real del Otro real. De allí va a desarrollar el concepto de
Pere-version y lo que le hace límite, el sinthome.
Va a tener consecuencias en la dirección de la cura y el
final del análisis.
Esta es su última escritura, hasta allí llega en el final
de su vida y de su obra.

El sujeto es el corte en acto

De cualquier modo, podrían insistir en la objeción, no


queda muy claro para qué sirven estas escrituras.
(
Dije algo de las letras, del sin-sentido, del freno a cierta
( comprensión imaginaria, de desempirizar la experiencia.
( Pero la topología, ¿cuál_es la razón para que Lacan apele
(
a ella?
Voy a desarrollar nada más que una afirmación laca-
niana, elegí esa porque toca el núcleo de nuestra práctica.
Cuando se pregunta "¿Y esto para qué sirve?", está implí-
cito "¿Para qué sirve en mi práctica de analista?"; y es
válida. Voy a tomar nada más que una frase de Lacan,
cuando afirma "el sujeto es el corte en acto".
¿Qué quiere decir esta frase, qué implica? Varias cues-
tiones, desde la más simple: la banda de Moebius, es la
estructura topológica que Lacan elige para escribir la
relación del sujeto con el significante; ¿qué es una banda
de Moebius?

128
Banda cilíndrica Banda de Moebius

~ 1111 11
Representé en el pizarrón, en las dos dimensiones, la
que les propongo supongamos una cartulina; es ya una
aproximación a lo que topológicamente correspondería a
una banda cilíndrica, a una banda de Moebius, pero nos
sirve para un cierto sostén imaginario de lo que queremos
promover; para un topólogo, la banda no es más que un
conjunto de puntos que como tal no tiene espesor; una
cartulina siempre la puedo dividir en cartulinas más
finas.
Supongamos que esto es una cartulina, con esta forma
rectangular, así topológicamente la llamaremos banda
cilíndrica si la pego de un cierto modo, como indican es-
tas flechas , si en cambio hago una media torsión para su
pegado, invierto la dirección de las flechas es una manera
de escribir una banda de Moebius. Esta banda de Moebius
también la puedo escribir así:

129
para que se vea que es una banda de Moebius hago un,a._
banda con una media torsión. ¿Por qué la hice así?, porque
ahora voy a borrar estas rayitas que puse para ayudar a
nuestra captación imaginaria, y solamente voy a dejar el
borde de la banda de Moebius, no más que su borde:

es lo que Lacan llama el ocho interior. La banda de


Moebius es una estructura que tiene un solo borde la
hormiguita o el dedo puede recorrer integrament~ el
borde sin tener que atravesar la superficie; también tiene
una sola cara, es unilátera, puedo recorrer como la hormi-
guita toda la superficie sin cruzar el borde.
¿Por qué razón a Lacan le sirve esta estructura para
representar la relación del sujeto con el significante?
En topología la métrica no cuenta, podemos desplazar
este rulo interior hast., hacerlo superponerse al rulo que
aparece como exterior, puede ser así:

130
Es fácil apreciar que aquí ya tenemos algo especial-
mente apto por lo menos para una aprehensión intuitiva
dé un concepto freudia:qo: si paso dos veces por el mismo
lugar produzco una repetición. Aforismo lacaniano, dice lo
siguiente:\ _·-·· ··~·
{(El sujeto - lo voy a decir con un agregado, porque si lo
digo de la forma clásica entra por una oreja y sale por la
otra- el sujeto Freud es lo que el significante Signorelli
representa para el significante Boticcelli".

¿Qué quiere decir este aforismo lacaniano?: que esta


"elli" que se repite, constituye en el medio de la banda un
lugar que llamamos el sujeto Freud. Esta definición tiene
valor si pensamos en lugar de qué otra definición se ofrece:
el significante es lo que representa a un sujeto para otro
sujeto; esto es Palo Alto, es Liberman, es teoría de la
comunicación, es la psicología, es la intersubjetividad.
Lacan nos está proponiendo una escritura acorde a lo
que nos está enseñando, un significante, otro significante
y el sujeto como efecto.
Vamos avanzando en grado de complejidad; tenemos
como enigma que el sujeto es el corte en acto.
¿Qué sucede con la banda de Moebius si corto por una
línea paralela al borde que no sea la línea mediana, qué se
obtiene?: una banda de Moebius, y anudada a ésta una
banda cilíndrica; si volviera a repetir la operación volve-
ría a tener otra vez lo mismo, una banda de Moebius y una
banda cilíndrica; si volviera a repetir la operación, lo
mismo, hasta un momento en el cual el corte es idéntico al
recorrido de la banda de Moebius, no queda banda cilín-
drica para tirar; en ese momento, la banda de Moebius es
igual al corte.

131
-

Isidoro Vegh: "En el borde de la neurosis", Cuadernos Sigmund


Freud, 10/ 11, p. 51.

El recorrido de la tijera en el espacio dibuja una banda


de Moebius, recorrido de una sola vuelta porque coincidi-
ría con la línea del medio, no tiene valor de banda de
Moebius sino con una condición: algo tiene que represen-
tar a este borde, a este ocho interior. ¿Qué es lo que va a
representar a ese borde, a ese ocho interior?; este ocho
interior lo puedo abrir, hasta transformarlo en un círculo;
si lo puedo transformar en un círculo, lo puedo deformar
cada vez en un círculo más pequeño hasta que se convierta
en un punto.

( ------4·
(

Isidoro V egh, "En el borde de la neurosis", Cuadernos Sigmund


Freud, 10/ 11, p. 53.

Es decir, que la banda de Moebius va a ser igual a la


( línea del corte, con la condición que por lo menos un punto
represente este borde.
(
132
(

(
(
Un redondel no puede ser una banda de Moebius, es un
absurdo; topológicamente esta es una banda de Moebius,
equivalente a la línea media, equivalente a la línea de
corte de la tijera, con la condición de que haya un punto
que represente al borde; como esta línea es la línea del
corte, La can la llama: "línea sin puntos", y a este punto
quena estáenlalínealollama "punto fuera de línea". Este
punto fuera de línea que representa el borde de la banda,
también el disco que a ese borde se pega, representa al
objeto a. La banda de Moebius es igual a la lín~a.~edia,
es igual al corte en una sola vuelta, con la condicwn que
deje afuera un punto que representa al objeto a.

PREGUNTA: Además de la definición, ¿hay alguna posi-


bilidad de entender por qué este punto representa el
borde?

I. VEGH: Vamos a abordarlo por varios lados para ver la


consecuencia que tiene y en la práctica.

d<>b
a

to
supongamos una pelota de goma, a la cual le. hice un
agujero con forma de rectángulo, si pego como h1ce antes
con la banda -figura- voy a obtener una banda de
Moebius, si además pegara esta cara con esta otra,

lL-::::=========~__.
l
133
ahí sí, tengo un cross-cap. Este disco pegado al borde es lo
que trato de mostrar cuando digo que al borde de la banda
podría pegarle un disco; ¿cuál sería el borde de ese disco?:
el mismo de la banda de Moebius. Por eso el disco es
homólogo al borde de la banda de Moebius, representable
por un punto. El ocho interior, borde de la banda, lo podría
abrir como un ocho así -figura- y esto lo puedo deformar
cada vez en un círculo

y eso lo puedo transformar cada vez en un círculo más


pequeño hasta transformarlo en un punto.
La misma estructura de la banda de Moebius lo lleva
a Lacan al cross-cap, en la medida en que la línea media
es homóloga al sujeto, y el borde de la banda al cual él le
pega un disco es homólogo al borde del disco; esa estruc-
tura se llama cross-cap.

El corte

Se plantea el corte, que separa al sujeto del objeto. En


la teoría de la castración lacaniana no es el corte en tanto
castración del falo imaginario, sino castración del objeto
en relación al Otro, corte que se produce o bien siguiendo

134
el borde del ocho interior al cual el disco que representa al
objeto está pegado como en el cross-cap, o bien siguiendo
la línea media que es una sola vuelta; se hace en dos
vueltas o en una vuelta.
De L'Etourdit:
«Un toro es la estructura de la neurosis
en tanto que el deseo puede de la repetición
indefinidamente innumerable de la demanda,
enrularse en dos vueltas".

D ~ D" DEMANDA

cada punto del ocho interior marca una demanda, marcha


del analizante en la cura, se cumple en dos vueltas.

«...Es en esta condición por lo menos que


se decide la contrabanda del sujeto
(corte por la línea media) en ese decir que
se llama la interpretación".

Primera cuestión: Para Lacan el lugar del corte es


equivalente a la interpretación; va en contra de cierta '

vulgata lacaniana que si tú a la escansión como el corte con


el objeto; la escansión que provoca que la serie continúe,
hace presente al objeto que la ordena pero el corte co~ el
objeto a no lo produce la escansión, lo produce, lo d1ce
Lacan rigurosamente, la interpretación.

135
Segunda cuestión: ¿cortamos en doble vuelta o cor1
mos en una vuelta?. De "La lógica del fantasma":
((Se puede considerar la hiancia que hay entre las dos
vueltas que no son más que una --en última instancia esta
vuelta la reduje a una sola, a la banda de Moebius como
la línea media como el equivalente del primer corte pero si
hago de este giro en el cual se trata de ejercer este corte, un
doble corte, restituyo, esto que ha percibido en el primer
corte, a saber, una superficie cuyo derecho se continúa con
su anverso; si hago un segundo corte restituye, la no
separación primitiva de la realidad y del deseo, vuelvo a
conjugar lo simbólico con lo imaginario". 2

Cortar en dos vueltas o una vuelta equivale al primer


corte, hay una razón topológica por la cual puedo cortar en
una sola vuelta; pero si en el tejido en el cual se trata de
ejercer este corte, el discurso del analizante, hago un
segundo corte, restituyo la no separación primitiva de la
realidad y del deseo.
Una última cita de "La lógica del fantasma":
((El acto es significante, no hay acto sino porque hay
significante que lo subtiende, el acto es un significante que
se repite, aunque pase en un solo gesto, por razones
topológicas que hacen posible la existencia de un doble
bucle creado por un solo corte". 2

Con un solo corte estoy trabajando como si estuviera


cortando con el doble bucle; con un solo corte desprendo el
objeto. Este corte "es instauración del sujeto como tal", "de
un acto verdadero el sujeto surge diferente en razón del
( corte".
2 Lacan, J.: Logique du fantasme, versión inédita, Paris, 22/2/67,
p. 147

136
Intenté exponerlo del modo más sencillo; reconozco,
escuchándome, que tan sencillo no salió; es muy difícil
presentar esto en el lenguaje hablado, hay que trabajar
con la estructura para aprehender que hay algo en el acto,
-ese acto implica la interpretación del analista- que
produée un corte de una o dos vueltas, gue s1 el analista
vu_elv~ a hacer otro corte, el efecto que obtiene va a
contrapelo_@ lo Qll.E? obE!_vo;_§s una razón para cortar la
sesión; -u.na razón para decidir que si el acto se :grodujo, la
YEelta sobre lo mismo, restituye lo que estaba.

La estructura nodal y los registros

Algunas consecue!).cias. complican un poco más esta


dialéctica de las enseñanzas y las escrituras; la última
escritura nodal, introduce una resignificación del registro
de lo imaginario: ya no es, solamente, la obtención de una
estructura unificada, también implica el concepto de
consistencia.
Entre sus consecuencias en la práctica, esa distinción
permtte una lectura de cuadros que presenta la psicosis,
parafrenia con cierta unificación imaginaria sin consis-
tencia, "tiene el vestido pero le falta el cuerpo".
Otra cuestión, Lacan avanza en uno de sus últimos
seminarios que un fmal de análisis implica que el sujeto
llegue a "LIRE AUTREMENT'', que también se lee AU-
TRE-MENT el Otro miente, porque no hay Otro. Es una
flexión de sus desarrollos últimos de lo real en la dimen-
sión simbólica.
En L'etourdit escribe: "Mi topología no es modelo ella
es la estructura, ella es de lo real"; sin embargo en un
seminario del año 1978 que hice traducir especialmente
para Imago Nº 12, Lacan dice: "Lo Imaginario sostiene lo

137
l
que se llama lo Real, y es en eso que la topología se
articula". Ahí un-p roblema: "la topología es de lo real o es
puramente imaginaria? Mi lectura de esas dos afirmacio-
nes, aparentemente contradictorias, es que la topología
como la emplea Lacan es el ejercicio de una mostración;
como tal, presenta una cubierta imaginaria para indicar
algo de lo real.
Para concluir, la última escritura nodal expone una
escolástica CO!UO dice Jean Claude Milner en un texto que
llamó Heresie, por R.S.I., que también quiere decir here-
jía. Esa escolástica implica lo real, lo simbólico y lo
imaginario de cada uno de los tres registros.

PREGUNTA: Cuando hablaste de modelo óptico, hablaste


de mostración, ¿es por esto último que decís?

I. VEGH: El concepto de mostración es posible -Lacan\


hizo muchas veces referencia a ese autor- que lo haya
tomado de Wittgenstein. En el modelo óptico el ramillete
no se sabe de dónde sale, no se ve cómo se engendra, cómo \
se consbíuye; en cambiO con el cross-cap se aprecia cómo
el disco aparece en el borde del decir analizante. En la
cu~a el anatista ofrece un lugar para·q~E2_f4fL.ft_parfir ael
decrr analizante, se consbiuya el obJeto a como producto.
El ¿ross-éap lo presenta de modo propicio para entender
su engendramiento, q~e el objeto a también es producto
del discurso. En el modelo óptico se muestra como si
estuviera desde el comienzo.

PREGUNTA: Me quedé pensando de lo que dijiste de la


doble vuelta, Lacan afirma que si no es en doble vuelta por
ejemplo el cross-cap no se puede cortar, una pregunta ¿es
el doble corte o doble vuelta?, si es doble vuelta puede ser

138
un solo corte, digamos que si definimos al corte como que
se retoma a sí mismo, es un solo corte que da una doble
vuelta.

I.VEGH: El primer corte es el único que vale y puede ser


de doble vuelta o de una vuelta. Es la estructura de la
interm:etación, que Lacan llama apOfántica, la que consi:
e se arar realidad y deseo, entendiendo u e la realidad
§.§_eSO ue llamamos e n.undo, al!í donde el sujeto s~
entrampa, una de las dos caras del fantasma; obtiene la
swaración del sujeto con el objeto para que emerja ese
s~j eto en la medida en que el obj efo cae. Función de corte,
si ope._ra, puede darse en una vuelta, haz_ razones topoló-
gicas que permiten ue se dé en t'ina vuelta· ara los u
están en ei ema esto podría sigg!ficar una objeción a un
cd'orismo lacaniano que dice que el significante nunca.. se
representa a sí mismo, porg~e aca estamos diciendo ~e
la interpretación jugando con el..h.§.cho de ir en contraban-
da al encuentro de la re etición en una sola vuelta uede
significar 1-ªli.._os vue tas. La estructura de la nterpreta-
ción permite que una sola vuelta corte; pp-a que lo
IJ_iensen, es una manera rigurosa de sostener que la
interpretación tiene estructura oracular.
~·~~~------------------------

PREGUNTA: Que parece significarse a sí misma. Tiene


una doble estructura, por un lado es oracular y por otro es
textual.

I. VEGH: Equivale a dos, solamente en la medida en que


deje el punto fuera de línea, si no se convierte en la palabra
de Dios.

139
(

(
(
(

(
(
111

Nudos y psicoanálisis
"El nudo no es modelo"

En los últimos años de la enseñanza de Lacan, las


consideraciones topológicas se centran principalmente en el
nudo borromeo. Para situar este objeto es preciso recurrir a la
teoría de nudos y cadenas la que dispone de una notación que
participa de la imagen y también del formalismo. Esto la
hace especialmente adecuada para investigar la relación
entre estructura y escritura, en la que la encuentra su marco
la distinción entre el uso que hace Lacan de los objetos
topológicos y la aplicación tradicional de la matemática en la
construcción de modelos.
Las exposiciones que siguen muestran cómo los ((nudos" -en
rigor, cadenas- permiten plantear la discusión de cuestiones
clCnicas como fin de análisis, abordaje de la psicosis y
psicoanálisis de niños. El último trabajo desarrolla la
estructura nodal a partir del seminario de Lacan.

C.R.

BENJAM:ÍN DoMB: La enseiianza psicoanalítica del nudo borromeo.


lLDA SARA LEVÍN: Transferencia en un análisis y cadena borromea de
cuatro nudos.
MARÍA DEL CARMEN MERONI: Interrogación del cuarto nudo en la clínica
de la neurosis.
CARLOS RUI.Z: La estructura nodal.

REFERENCIAS:

Lacan, J.: Seminario XXII, R.S.I. (Inédito), (compte rendu:


Ornicar? 2- 5)
-: Seminario XXIII, Le Sinthome (inédito). (compte
r endu: Ornicar? 6-11)

142
La enseñanza psicoanalítica
del nudo borromeo
Benjamín Domb

Cuando hace un tiempo atrás me invitaron a dar una


charla en este ciclo de "Topología y Psicoanálisis", el título
que se me ocurrió fue "La enseñanza psicoanalítica del
nudo borromeo". Dar un título es un momento de precipi-
tación, después me puse a pensar de qué manera me las
iba a arreglar con ese título.
Sabía que iba a hablar del nudo, y que a mi, el nudo
borromeano me había enseñado algunas cosas del psico-
análisis. La topología es de esas materias que a los
psicoanalistas nos plantea, en principio, cierto tipo de
resistencias, sin embargo quien recorra la obra de La can,
se va a en contrar continuamente con cuestiones que
producen resistencias, partiendo desde el esquema óptico
llegando hasta la cuestión de los nudos, pasando por la
botella de Klein, el cross-cap, etc., además por supuesto el
estilo de Lacan que también provoca resistencia; sin
embargo tengo que decirles que a mí todas estas escritu-
ras me han ayudado por un lado a comprender el texto de
Lacan, y por otro, a escuchar en mi práctica. Quiero
transmitirles hoy a ustedes a lgunas de estas cuestiones.
La topología es algo que se muestra, que se presenta.
Es una acepción del término enseñar, enseñar es mostrar

143
algo, presentarlo. Sé que hay una topología algebraica en
la cual nunca penetré, para mí la topología es la que se
hace con tijera, goma de pegar, cartulina, hilo, etc.
Lacan pasó por distintos modos de transmisión de su
enseñanza, y el nudo es el último, la última manera de
presentar la estructura, lo real, lo simbólico y lo imagina-
rio, es decir, de los tres que Lacan propone para la
estructura del sujeto. Esos tres que dice son distintos de
los tres freudianos, de cualquiera de los dos, tres freudia-
nos, ya sea: conciente - preconciente - inconciente, o yo -
superyo - ello.
Hace poco en unas charlas que di acerca de "Más allá
del principio del placer", dije que una de las diferencias
entre la topología de Freud y la de Lacan, es que me parece
que Freud forzaba una cierta continuidad, algo se iba
transformando, la célula primitiva como él la llamaba iba
adquiriendo conciencia por la acción de diversos estímu-
los exteriores o interiores e iba cambiando su estructura,
paso a paso, hasta conseguir la estructura definitiva.
En Lacan en cambio, la estructura de entrada es
heterogénea, y una de las cosas que me enseñó el nudo
borromeo es a palpar esa heterogeneidad, es decir, que
(
entre lo real, lo simbólico y lo imaginario no hay relación,
( o más bien diría que hay una relación de no relación, hay
entre estos tres registros algo del orden de un salto, de un
( pasaje por saltos, son tres registros radicalmente hetero-
(
géneos, y el nudo lo muestra.
No es casual el tiempo de aparición del nudo borromeo
en la obra de Lacan, aunque él plantee que le fue casual-
mente entregada esta cuestión del nudo; tenemos que
pensar que hay cosas que van más allá de lo que Lacan
dice mientras hace su teoría. La primera vez que formula
Lacan la cuestión del nudo borromeano, es en el seminario

144
"...Ou pire" en la clase del 9 de febrero de 1972, dice que
una persona encantadora que lo escucha le ha dado algo
que ahora va a entregar. Cenando, alguien le entrega esto,
no sé si en realidad esto fue así o es una metáfora, de
entrada lo presenta como una estructura.
Estaba desarrollando en ese seminario las fórmulas
lógicas de la sexuación "Existe una x que le dice no a la
función fálica", y las que le siguen que hacen en conjunto
cuatro; estaba formulando algo que es crucial en la ense-
ñanza de Lacan, ahí hay un salto en su enseñanza, hay
ruptura, corte y algo nuevo se produce cuando él establece
como fundamento del psicoanálisis ''N o hay relación se-
xual" y además "La mujer no existe".
Es a esa altura de su enseñanza que Lacan empieza a
presentar a sus alumnos el nudo borromeano, a raíz de
comenzar a trabajar una frase que es muy hermosa y que
desarrolla en ese capítulo: "yo te demando que rechaces lo
que te ofrezco, porque no es eso". Hay tres verbos, tres
verbos que se anudan: demandar, rechazar, ofrecer. El yo,
el tú y algo quena es eso, por supuesto se estaba refiriendo
en aquel entonces al objeto "a".
Trabaja en esos textos con tetraedros y al final de esa
frase presenta el nudo borromeo. Insisto, para mí implica
un salto en la enseñanza y en la producción de Lacan, lo
retoma en "Encare" en uno de los últimos capítulos que se
tradujo como "Los redondeles de cuerda", y a partir de ahí
seminario tras seminario vuelve a presentar el nudo
borromeo, ya sea en "Les non-dupes errent" en "R-8-I", y
así hasta el final de su enseñanza.
Recuerdo que cuando al comienzo leíamos la obra de
Lacan nos encontramos con que había una primacía de lo
simbólico en relación a lo imaginario, y de lo real casi ni
se hablaba porque no se entendía demasiado qué quería

145
decir, llegó luego otro tiempo donde las cosas cambiaron
y se planteó, se propuso una primacía de lo real en relación
a lo simbólico y lo imaginario.
Una de las primeras enseñanzas que el nudo plantea es
que la estructura comienza por el tres, no hay nudo sino
de tres, es el nudo mínimo, el nudo borromeano mínimo es
el anudamiento de tres, de tres redondeles o de curvas
cerradas, o lo que se puede llamar también de tres nudos
triviales.
En un trabajo que se publicó en !mago, tomé una
cuestión que me pareció interesante, la tomé de Sourí. El
plantea la diferencia entre el nudo de tres y el nudo de dos,
porque hay una ley primera que defme: un nudo borrome-
ano es aquel que cortando uno de sus anillos, los demás se
liberan, si yo tengo un nudo de dos, supongamos que esté
anudado así:

OD
si corto uno, el otro se libera, pero esto no tiene ninguna
gracia, todo nudo de dos es borromeano en ese sentido y no
presenta ninguna singularidad. Sourí en ese seminario
dice "éste es un aspecto degenerado del nudo", un nudo de
dos, es un nudo degenerado, entonces vayamos al nudo
que no es el nudo degenerado

146
El nudo de tres es un nudo donde tenemos dos redon-
deles de hilo superpuestos, a los que un tercero anuda,
hace nudo con estos dos, pasando por debajo del que está (
abajo, por encima del que está arriba, por ~ebajo del ~ue
está abajo y por encima del que está arriba, es decir 2
veces. Por lo tanto se constituye un nudo, donde la rela-
ción de dos está dada por intermedio del tercero. Esta es
la estructura para Lacan del aparato psíquico, mejor
dicho la estructura del sujeto: R-S-L Es la estructura
donde lo Real se anuda a lo Imaginario por medio de l.o
Simbólico 0 si quieren lo Simbólico se anuda a lo Imagi-
nario por ~edio de lo Real, no hay relación de a dos.
Me parece que es algo interesante y que escapa a la
comprensión, es necesario tener al nudo en la mano,
manipularlo.
El nudo plantea una cuestión, requiere de las tr.es
dimensiones del espacio, de una inmersión en el espacio,
cuando lo achatamos y lo ponemos en el pizarrón tenemos
que hacer ciertas maniobras en ellugar del cruce p~r~ dar
a entender esta tercera dimensión. El nudo requenna de
una cuarta dimensión, la que identifica a cada uno de los
r~gistros. No hay continuidad entre lo real, lo simbólico Y
lo imaginario, estos tres es el mínimo para estar an~dados
borromeanamente, y que cortando uno cualqmera se
desanudan los otros.

Rojo simbólico
-1-

Blan,oimagioa<io -> ~ f - Azul real

147
Si denominamos al blanco, lo imaginario, y al azul, lo
real y lo simbólico sería el rojo, el que está anudando a los
otros. Pero puedo colocar en el medio, como el que anuda,
a cualquiera: hago pasar el blanco al medio o puedo hacer
que pase este azul y que éste sea el que hace de medio.
Entre uno y otro, por ejemplo, simbólico e imaginario no
hay relación si no es por el tercero, o sea que la estructura
es de tres de entrada, no hay primero lo Real, después lo
Simbólico, o lo Imaginario.
El nudo borromeo muestra·claramente, la no primacía,
primero es el verbo, tal vez para la religión, en psicoaná-
( lisis primero es el nudo, el nudo de tres, no podemos decir
( que después venga el nudo de cuatro, el nudo de cinco, el
nudo den redondeles.
Podemos hacer a partir de este primero, una cantidad
infinita de nudos, le podemos ir agregando eslabones
superpuestos unos a otros, y finalmente anudar a todos
estos de una manera borromeana de tal forma que cortan-
( do uno de los redondeles todos se liberen, es la propiedad
(
borromea. Lacan dice en R-:S-1, este año voy a hablar del
nudo de tres y, anticipa que al año siguiente va a hablar
(
del cuatro, cinco y seis, pero se quedó en el cuatro, habló
( del nudo de cuatro.
Esta estructura así de simple, fue complejizándose,
pero ya no habló más de primacías.
Lacan provocó un salto en su enseñanza a partir de la
introducción de las fórmulas de la sexuación y del postu-
lado de que "no hay relación sexual" y a partir del nudo
borromeo cambió entonces el aforismo que no era de él,
( sino de Picasso, "yo no busco, encuentro", por el de "yo no
encuentro, busco, busco y busco desesperadamente". El
nudo era su manera de buscar donde se anudaba por un
lado y donde por otro, Lacan terminaba a veces enredado

148
(
en sus propios nudos porque buscaba. A partir de allí nos
vamos a encontrar con cosas que no sé por qué diablos las
plantea, luego las deja, después las retoma, etc. Plantea
cuestiones que son útiles, otras a las que yo no les he
encontrado todavía utilidad, por ejemplo las orientacio-
nes de los nudos, las no orientaciones. Quiero decir que es
el momento donde Lacan sigue un camino, a veces hasta
el final y otras lo abandona sin proseguir.
En "Le sinthome", trabaja con el nudo de cuatro, una
interpretación posible de la inclusión de un cuarto nudo
es que lo que hace Lacan es dividir este nudo de lo'
simbólico, que ya viene dividido desde siempre en el 81 y
el S2 que mantienen una relación de imposibilidad entre
ellos son dos y directamente no hacen cadena, también
estos dos sólo pueden anudarse con un tercero y un cuarto,
pero al introducir el nudo de cuatro lo que hace Lacan es
dividir lo simbólico en 81 y 82.
El nudo de cuatro se construye superponiendo los tres
anillos, y se le une el cuatro pasando por debajo del que
está abajo y por arriba del que está arriba y por arriba del
que está en el medio, y se va anudando un nudo de cuatro
que tiene la misma propiedad borromea: se corta uno, se
deshace el nudo.
Este Sinthome, que Lacan propone para el nudo de
cuatro es homólogo a pensar el Sl como el nombre. Lo que
nombra no es lo mismo que el Saber del inconciente.
No sé si voy a ser muy ordenado, Lacan habló de
muchas cosas a partir del nudo, quiero decir lo que
aprendí de los nudos.
Aprendí que una cadena mal anudada se puede repa-
rar, por ejemplo si el hilo que tiene que pasar por abajo, en
vez de pasar por abajo pasa por arriba se produce lo que
Lacan llamó un lapsus del nudo. Allí donde se anuda la

149
estructura hay un lapsus, por una forclusión por ejemplo
del Nombre del Padre, entonces lo Simbólico se interpe-
netra con lo Real y quedan enganchados, de tal manera
que lo imaginario se escapa, queda libre. Esto es muy
sencillo de hacer con los hil os, en una de las vueltas del
anudamiento algo se anuda mal, hay un lapsus, algo se
suelta, y lo que enseña esta presentación de la estructura,
es que un nudo mal anudado se puede reparar, no reparar
al estilo kleiniano, se puede reparar al estilo que repara-
ría una zurcidora o una tejedora a la que se le escapa un
punto, y tiene que hacer algún procedimiento para ren-
ganchar esto que se le escapó.
Hay distintos lugares donde se puede reparar esta
falla, puede no ser en el mismo lugar en que se produjo,
sino en los cruces, suplementarios al error, estabilizando
la estructura o también a llí, donde el lapsus se produjo,
por ejemplo:

O sea con un cuarto nudo, que tiene que pasar por


arriba del que está a rriba y por abajo del que está abajo se
fija nuevamente la estructura, es decir se estabiliza la
estructura. Esto me dio lugar a escribir un trabajo sobre
"Un tratamiento posible en algunos pacientes psicóticos"
que consistiría en hacer lazo con algo que el paciente
pueda traer quiero decir, que hay que esperar que el

150
paciente tenga un poco de tela. No todos los psicóticos
tienen tela pero no todos los psicóticos no la tienen, algún
hilo podemos encontrar. Lacan lo enseña a partir de
Joyce, más allá de discutir ahora si es psicótica o no su
estructura, no está en juego esto. Lo que nos planteamos
es si a partir de una estructura psicótica se puede produ-
cir, un cuarto nudo, o sea un sinthome. Digo en ese
trabajo, que hay muchos psicóticos no internados, que no
tienen por qué tener crisis, que tienen m u y estabilizada la
estructura a partir de un sinthome.
Si decimos que la cuenta comienza con el tres, estamos
diciendo que no hay jerarquía de los registros, ningún
registro es jerárquico en relación a otro registro, es tan
importante lo Imaginario como lo Real y lo Simbólico, es
decirnohaynijerarquía ni primacías, cada uno de los tres
registros, insisto, se anudan por el tercero.
Lacan dice que lo Real es lo que está fuera del sentido,
y va a colocar el sentido en este lugar, entre lo Simbólico
Y lo Imaginario. Esto se percibe bien en la escritura del
nudo.

~
R (__/_
S
Se ve claramente en esta puesta en plano, como lo Real
es lo que está fuera del sentido. Hay una relación intere-
sante entre lo que es el nudo y los maternas de Lacan, el
nudo permite a los maternas no deslizarse infinitament e.
El nudo permite que los maternas se puedan leer con un
tope, que no puedan tener, a pesar de lo que Lacan dice,
120 lecturas diferentes.

151
Creo que la combinatoria del nudo con el materna hace
de tope al deslizamiento de las posibles lecturas de los
maternas, a las lecturas infinitas que podrían haber de los
maternas. Lacan ubica el goce fálico entre lo Real y lo
Simbólico (figura) y entre lo Imaginario y lo Real va a
colocar el goce del Otro y en el centro va a colocar el objeto
"a", lugares que desaparecen en el nudo de cuatro. En el
nudo de cuatro las cosas ya no se presentan con estos
lugares tan claramente definidos. De todos modos hay que
tener en cuenta que esta es una representación en el
plano, porque en la presentación que no es en el plano,
sino en el espacio, estos lugares que allí aparecen, estas
"intersecciones" desaparecen totalmente, Lacan va a pre-
sentar el nudo de todas las maneras que se les ocurra,
incluso como esferas armilar y resulta que el lugar, por
ejemplo, del objeto "a" no lo van a encontrar.
Lo que me parece interesante, vuelvo a insistir, es que
la manipulación del nudo permite ver claramente la
relación que se establece, la heterogeneidad que hay entre
un registro y los otros, que son consistencias totalmente
distintas; que lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico, son
tres órdenes y tres consistencias absolutamente distin-
tas. En uno se trata de imágenes, en el otro, son palabras
o significantes y en el tercero tienen que ver con lo que no
es ni imagen ni significante.
Si todo comienza con el tres, tendría que decir que
cuando hago un nudo trivial, aquí ya está también el 3:

~ CONSISTENCIA -IMAGINARIO

AGUJER SIMBOLICO

~ EX-SISTENCIA • REAL

152
Lacan lo va a mostrar y va a decir que·la tiza representa
la co.nsist~ncia, lo Imaginario, el agujero lo Simbólico, y la
ex-s1stencra en el nudo trivial, lo Real, o sea que a partir
de una primera marca ya tengo instituidos los tres regis-
tros.
Las complicaciones de todo esto pueden ser enormes,
Lacan al final empieza a trabajar con nudos borromeanos
de tréboles.

El trébol puede representar concretamente lo Real, lo


Simbólico y lo Imaginario, en un solo nudo, pero la
complicación empieza cuando trabaja nudos borromea-
nos de tréboles, y entonces Lacan dice que se pasa quince
días trabajando, tratando de hacer un nudo borromeano
de cuatro tréboles y no lo logra, hasta que vienen en su
ayuda dos topólogos, lo hacen, se lo entregan, la única
manera de hacerlo está a partir de lo que se llama la
trenza. La trenza es una manera de tejido diría, se ponen
uno, dos, tres, cuatro piolines y se van trenzando. Lo que
Lacan quiere encontrar son los puntos donde una estruc-
tura falla, donde una estructura puede tener eso que
decíamos antes, un lapsus sin que sea el lapsus la forclu-
sión del Nombre del Padre. Lacan dejó inconclusa esta
producción, de todas maneras dejó indicaciones valiosas
para quienes quieran seguir con todo esto.
Ya en Freud hay algo que remite a esta historia de las

153
cadenas y nudos. Al comienzo en ''Psicoterapia de la
histeria", plantea que las asociaciones, se hacen por
cadenas, cadenas de asociaciones según la cronología, la
lógica y según el tiempo, y se producen ahí puntos nudos
decía Freud, y que el conjunto hacía una madeja alrededor
de lo que llamaba representaciones pqtógenas. Esta idea
de nudo estaba ya en Freud, no así la topología que es un
desarrollo bastante nuevo.
Por supuesto, que para adentrarse en esto que Lacan
nos propone es necesario un mínimo estudio de lo que es
la topología nudos y cadenas. Digo un mínimo porque no
sé cuánto podría llevar dedicarse enteramente a esto
entender al menos de qué se trata, así como cuando es~
tudiábamos lingüística íbamos a Saussure, cuando trata-
mos de estudiar los nudos son necesarios los conceptos de
la topología, encontrar en ellos al menos una guía como
para después poder seguir.
Ahí se van a encontrar ustedes con cuestiones que
solamente les nombro. Los nudos se caracterizan por algo
que se denomina el grupo fundamental del nudo, que
establece relación con el espacio complementario del
nudo. La definición de grupo que se usa en topología es un
conjunto munido de una ley de composición interna que
posee una estructura, donde se da una ley asociativa, un
elemento neutro, un elemento inverso, propiedades con-
mutativas, etc., etc. Dos nudos se compara uno a otro, por
algo que se resuelve desde afuera, quiero decir desde el
espacio en donde el nudo está inmerso. Se tiran lazos por
los cuales el nudo se va diferenciando en cuanto a su forma
desde afuera.
Voy a seguir diciendo lo que a mi me enseñó esta
topología de nudos.
Había dicho antes que si se cortaba el nudo, se desanu-

154
daba la cadena borromea. Cuando Lacan habla de la falta
'
¿de qué falta se trata? Lacan habla en algún lugar, del
falso agujero, en esta oportunidad, digamos no está ha-
blando de este agujero, del agujero que podría hacer un
nudo trivial, está hablando de un cierto tipo de anuda-
miento que provocaría un falso agujero, por ejemplo entre
estos dos nudos triviales, esto es un falso agujero:

Falso agujero

~Rojo

Entre el azul y el rojo hay un falso agujero, ¿por qué?


Porque no se trata de ningún agujero, este agujero se
deshace. Muchas veces en nuestra práctica los pacientes
nos van a presentar algo así como un agujero que es un
falso agujero, el agujero se hace verdadero agujero, cuan-
do el tercero anuda a estos otros dos, cuando este anuda-
miento se ha producido, se ha producido un agujero
verdadero, es decir, provoca el nudo borromeo y no se
puede deshacer, salvo cortando. A veces se nos presenta
en la práctica algo que nosotros podemos considerar, como
habiendo alcanzado la falta, la castración, y no es nada
más que una falsa imagen, sólo hay castración si los tres
términos están en juego.
Para estimularlos y para dificultarlos un poco, hubo
algo más que me llamó la atención, seguramente deber
haber más cosas, pero hubo algo más que me impactó en
la enseñanza de Lacan del nudo borromeano en el "INSU"

155
ese seminario tan difícil de traducir. Una de las traduccio-
nes posibles pero aproximada, es "La falla del inconciente
es el amor", esa es la traducción que yo le di al título de un
trabajo, pero hay otras: "Lo no sabido" que sabe de un
error... En ese seminario Lacan trabaja con nudos hechos
con toros, si ustedes piensan un poquito cada uno de estos
tres redondeles son toros, porque si le ·s acan el cablecito
que tiene adentro es perfectamente un toro. En ese semi-
nario Lacan se dedica en un comienzo a trabajar algunas
cuestiones sobre la identificación, y considerando la iden-
tificación como aquello que pasa de afuera, adentro, por lo
tanto toma un toro, el nudo de tres hecho de toros, lo corta,
él hace el retournement dice él, lo da vuelta y lo que estaba
afuera pasa adentro, y lo que estaba adentro queda
afuera, de tal manera que si yo doy vuelta uno de los
anillos toricos, quedan los otros dos metidos adentro. Es
un ejercicio donde nuevamente la imaginación falla, hay
que hacerlo, en la topología es donde se pone a prueba
cómo lo imaginario falla, pese a todo insisto lo imaginario
no es trivial, es parte de la estructura pero es la parte
engañosa de la estructura. Lacan allí dice que un psicoa-
nálisis es de alguna manera un retournement, un dar
vuelta lo simbólico para poner afuera lo que estaba en
cierto modo adentro, el inconciente.
El dice que la operación del final de análisis, de un final
de análisis, es de provocar un contrapsicoanálisis, es
decir, no que lo simbólico prime, y englobe a lo real y a lo
imaginario, sino que hay que hacer un procedimiento en
contra para resituar los tres registros. Lo cual quiere
decir, que no sólo delinconciente se ocupa el psicoanálisis.
Una última cuestión les quiero decir, leyendo en estos
días "Les non dupes errent", Lacan habla ahí del amor, es
el seminario donde comienza a trabajar más sistemática-

156
mente los nudos, porque tanto en "... Ou pire" donde lo
presenta, como en "Encare" los nudos aparecen una vez y
desaparecen, pero desde este seminario en adelante no
hay ninguno donde no trabaje con los nudos. '
7-':abaj a ahí cuestiones referidas al amor, al goce, y dice
reflnéndose al amor, "dos cuerpos que gozan uno del otro,
se abrazan, se estrechan, el abrazo es una forma de nudo
de nudo entre dos, lo único que cuando se trata de sere~
humanos, cu~do estos seres humanos hacen el amor, hay
una falla, se Instala entre ellos el goce fálico, que hace de
tercero, que hace que la relación no se produzca".
Es en ese seminario donde Lacan dice, lo simbólico es
el uno, fundamentalmente por el significante lo imagina-
rio es el dos, y lo real es el tres. El nudo borrom~ano es real.
Por ahora nada más, me gustaría charlar un poco con
ustedes a ver qué piensan.
Lo qu~ me parece interesante es que aquí Lacan plan-
tea un tipo de corte distinto del que se planteaba en
topología de superficies, creo que la última vez estuvieron
trabajando la banda de Moebius y el corte de la banda de
Moebius, la línea sin punto y el punto fuera de línea
cuestiones bastante complicadas. El corte, segurament~
cuando hablaron de botella de Klein, en el cross-capp, el
corte del toro, etc., es de otro orden. El corte del nudo es un
corte más simple, se corta uno y se deshace el nudo.
Tal vez la pregunta que uno se tendría que hacer es
¿cuándo hay corte del nudo en la práctica analítica? Lacan
llega a decir, por ejemplo, que los neuróticos son irreven-
tab~es, que tienen un nudo no borromeano, pero no lo
repite, como este es un momento en que digo que busca y
no encuentra, hay que tomar con pinzas esto.
Creo que eso que llamamos ir más allá del padre o
atravesamiento del fantasma, en determinados mamen-

157
tos del análisis, hay cortes de la estructura que se reanu-
dan rápidamente, hay momentos donde el nudo se corta,
pero de todos modos creo que es avanzar demasiado,
demasiado más allá de lo que uno podría pensar hoy. Sin
embargo hay momentos en el análisis donde un paciente
no sabe bien de dónde agarrarse, que pierde el sentido y
la orientación, si bien esto dura poco tiempo, hay momen-
tos en que podría decirse que se produce un corte que se
trata de un corte y de un reanudamiento. Si no se produ-
jera este reanudamiento, seguramente estaríamos en
presencia de esos episodios que se producen en la prepsi-
cosis de desencadenamiento de una psicosis, ahí vemos
una estructura desanudada y es el delirio el que hace las
veces del reanudamiento de la estructura.
Todas estas son enseñanzas que se pueden extraer a
partir de pensar la estructura desde el nudo borromeano,
siendo ésta homóloga a la estructura del sujeto.
Tal vez no lo dije, me parece que la transmisión en
Lacan es una transmisión muy particular, no relata casos
clínicos, no produce historiales, sueños, etc., casino relata
nada de su práctica, Lacan se acompaña durante toda su
transmisión de la topología, del grafo, del esquema óptico,
pero rara vez muy esporádicamente en casi 30 años de
enseñanza van a encontrarse relatos de su clínica. Sí,
toma la clínica de Freud, en algunos seminarios por
ejemplo, en el seminario de Las Psicosis va a tomar el
texto de Schereber, pero van a ver que si hay algo que
acompaña su enseñanza son estas mostraciones.

-De todas maneras estimulaba a los analistas a que


hablaran de su práctica, siempre que puede, lo dice.

B. DoMB: Me hacés acordar a la apertura a la sección

158
clínica en Vincent en ese año, 1975; él dice que los analis-
tas den cuenta de su práctica, pero la pueden dar de varias
maneras, se puede dar cuenta de la práctica a través de su
práctica clínica misma, Lacan lo hacía a partir de su
seminario, sin hablar de sus analizantes, pero también da
cuenta en sus presentaciones de enfermos, en su topolo-
gía, etc. Lacan dice que el analista debe dar cuenta de su
práctica ¿de qué manera? relatando casos es una de las
maneras, resulta que ahora parece que hay otras.

I. L. Hay una cosa que quería retomar, el asunto de que


en la neurosis es posible cortar el nudo, habría que pen-
sarlo, porque habría que pensar de qué manera si cortás
el nudo se puede reconstituir, me parecía como más posi-
ble de pensar la relación del nudo con la neurosis, pensar
en una inversión del nudo, es decir ahí donde está colocado
lo real, simbólico e imaginario, que se produzca una
reorientación del nudo, y que se modifiquen los lugares, lo
simbólico, lo real y lo imaginario, en ese caso sería factible
pensar una operación tomando en cuenta lo que Lacan
desarrolla en "Intervención sobre la transferencia", ahí
podemos encontrar un camino posible para pensar

B. DoMB: Sí, lo que dije antes del "retoumement" del


toro, es otra manera, de todos modos, creo que hay una
posibilidad. Hace tiempo escribí un trabajo para Imago
donde decía que en la neurosis había primacía de uno de
los registros, de todos modos cuando digo corte del nudo
pienso en algunas experiencias límite de mi práctica, en
algunas experiencias llevadas hasta el límite del análisis
se produce algo del orden del corte y del reanudamiento.

-¿Ciertas fobias irreductibles?

159
B. DoMB: Se trata de un cierto acceso a lo real, ya sea a
l lo real del sexo, de ir más allá del padre en momentos muy
( cruciales de uil sujeto, en ciertos puntos, cuandouno se
encuentra a veces con experiencias en los neuróticos en
que pensamos en despersonalizaciones, en no reconoci-
(
mientos, me parece que podemos pensar en un corte que
se produce ahí y un reanudamiento pero yo estoy de
(
acuerdo que habría que seguir investigando. Aunque se
( puede arriesgar, y decir a partir del nudo, que un nudo
( borromeo puede tener varias pasadas sin perder la pro-
( piedad borromeana, que haya una especie de sobreanuda-
miento sobre un nudo borromeano, algún hilo , esté
reteniendo de alguna manera al nudo, y que un corte ahí
replantee el anudamiento o lo libere, libere cierta manera
fallida de anudar sin que esto implique la psicosis.

-¿Vos pensás que hay significantes forcluidos en la


neurosis, significantes que no son el nombre del padre?

B. DoME: Sin duda, yo creo que en la neurosis hay


( significantes forcluidos, significantes que una vez que
( uno los descubre dejan de estar forcluidos, es decir se
inscriben, es del orden de la contingencia, algo cesa de no
inscribirse, así como está lo que cesa de escribirse, cuando
un síntoma desaparece cesó de escribirse, entonces esas
son posibilidades lógicas que la estructura plantea en la
práctica psicoanalítica.

-Vos hablabas de que Freud planteaba que había una


célula primitiva, creo que no es contradictorio el planteo
de Freud con el de Lacan, digo porque lo asocio con la
transferencia, entonces pienso que una célula primitiva
es primitiva porque hay un Otro, pero lo que pienso es que

160
en la transferencia el corte es tal corte si hay un signo de
amor, porque si vos traes acá el tema del amor es porque
hay un otro, lo planteo, te lo pregunto, cuando decís
contra psicoanálisis creo que esto se trata contra el psico-
análisis para poder sostener al padre, así aparecería como
una religión el psicoanálisis.

B. DoMB: Es muy largo lo que vos planteas, es otra


cuestión. Pero me das pie para volver sobre el fin del aná-
lisis, cuando se plantea la estructura del amor, tomo de
Lacan de esta clase última del seminario "Les non du-
pes ... " donde dice que en el amor dos cuerpos se abrazan
y que con el goce fálico forman un nudo, digo que cuando
se separan, porque el abrazo no es etemo, cuando se sepa-
ran hay cor te del nudo, de todos modos acuerdo con vos
esto de que ha y que precisarlo, mucho más que es una hi-
pótesis a tra bajar, pero el nudo que se establece con el ana-
lista, ahí hay un nudo pero en el fin del análisis hay corte.

l. L. Lacan muestra que en el borromeo, hay un punto


de error que con otro lazo se puede anudar, es absoluta-
mente preciso, si no está el sinthome no hay anudamiento.
Lacan dice en "Encore" por ejemplo que cuando el borro-
meo se corta es la locura, cuando el imaginario, simbólico
Y el real van por su lado es la locura, después va a decir
otra cosa pero digamos, que el nudo borromeo es una
estructura tal que permite precisar que la locura tiene
diferentes puntos que esos seis que están articulados de
manera determinada, entonces si se piensa que en la
neurosis habría momentos de corte del nudo borromeo
habría que pensar cómo se produce y cómo es que se
reanuda, cómo es que se vuelve a anudar esa estructura.

161
B. DoMB: Te vuelvo a decir, es un punto a desarrollar
pero al fin del análisis, si en un análisis el analista forma
parte de la estructura del sujeto cuando se produce el fin
del análisis hay un corte de esa estructura y hay de alguna
man_era una reconstrucción del nudo pero habría que
precisarlo más.

-¿El fin del análisis vos lo pensás como un nudo de tres


o un nudo de cuatro?

B. DoMB: ... No tengo una idea definitiva del asunto


cr:o que es un nudo de cuatro, en esto hay que arriesga;
mas allá de lo que Lacan dijo, creo que el nudo al terminar
el análisis es un nudo de cuatro, en tanto y en cuanto se
~ace algo del orden de un "sinthome", pero no es ·el mismo
smthome que el de la psicosis, que sirve para estabilizar
la estructura, sino que es eso que se escribe más allá del
pa~e,_ porque eso de ir más allá del padre hay· que
escr~b~lo, no se va más allá del padre y se acabó, hay que
escnbrr algo donde está la falta del Otro, allí donde el Otro
falla se escribe y esa escritura es sinthome.

l. L. ~a di!erente orientación de lo Real, lo Simbólico, y


lo Im~~nano, es lo que hace diferente al psicoanálisis de
la relig¡ón, que están ubicados de manera diferente lo
Real, lo Simbólico y lo Imaginario.

- El nudo de tres, Lacan plantea un modo de escribir


la falla que después no lo conforma, el modo de escribir la
f~la que Lacan encuentra; es el modo freudiano de escri-
bir la f~a en la neurosis, se llama Inhibición, Síntoma y
Angustia, me parece que con cierto exceso respecto a la
estructura misma del nudo porque hay. que plantear para

162
escribir Inhibición, Síntoma y Angustia, un despliegue,
hacer una recta al infinito, pero de algún modo como la
recta al infinito tiene la misma legalidad respecto del
nudo que el cordel cerrado, cuando escribe la recta al
infinito no hay posibilidad de plantear, hay un exceso de ...
Pe.ro yo pensaba en el nudo de cuatro y mi pregunta sería,
si ¿no habría posibilidad de escribir ahí, no sé si la
cuestión del fin de análisis pero si la cuestión de esos
momentos de atravesamiento marcado por ejemplo por la
angustia en un análisis?

B. DoMB: Casualmente eso se une con la pregunta que


se me hizo antes, ¿no habrá en un fin de análisis el pasaje
de un nudo de tres a un nudo de cuatro? Un desanuda-
miento de ese simbólico ligado a no ir más allá del Padre,
a la construcción de un sinthome, donde el nudo del fin del
análisis sería un desanudamiento del nudo de tres y la
construcción de un nudo de cuatro, pero para construir un
nudo de cuatro hay que desanudar el nudo de tres, no hay
manera de anudar borromeanamente cuatro si previa-
mente no se desanudan los tres, son respuestas tentati-
vas. Entonces digamos, que el nudo de tres se tiene que
deshacer para hacer un nudo de cuatro en el fin del
análisis. La religión, para decir algo de la religión, es una
trinidad también, pero lo interesante de la religión es la
fidelidad, ¿la fidelidad a quién? al Padre, la religión es la
religión del Padre, y se trata de amor al padre, y creo que
la diferencia entre el psicoanálisis y la religión es que el (
psicoanálisis plantea ir más allá del padre, en cambio la
religión dice salvemos al padre, sacrifiquemos hasta
(
nuestras vidas, es el filicidio, en esto Rascovsky tenía
razón, la religión demanda sacrificar a los hijos para
salvar al padre. El psicoanálisis es lo contrario.

163
(
(
Transferencia en un análisis
y cadena borromea de cuatro nudos
Ilda Sara Levín

Cuando, a principios de este año, fui invitada a parti-


cipar en este seminario, acepté la propuesta con algún
entusiasmo y muchas dudas. Desde hacía tiempo quería
conversar con analistas acerca de ciertas posibilidades
que ofrecen las cadenas borromeas, y también de sus
límites; ahora, se presentaba una oportunidad. Sin em-
bargo, ¿sería posible hacerlo en un ámbito abierto, con un
público heterogéneo? Pensé que sí: porque más allá de esa
heterogeneidad, en cada una de las exposiciones y en las
intervenciones de los participantes escuché una implica-
e ción en la que también yo estoy jugada. A partir de
obstáculos en la práctica cotidiana, en consultorio y con
( los textos, los analistas recurren a la topología ante la
necesidad de ceñirlos y transmitirlos de algún modo. Eso
era, en parte, lo que a mí me había sucedido. Con relación
a algunos análisis, hay algo que necesita decirse en un
ámbito público. De algunos análisis, ya sea por su fracaso
o por obstáculos, o por preguntas no contestadas, algo de
lo privado "pasa" a lo público. Ese pasaje de lo privado de
un análisis a lo público debe hacerse con suma prudencia
y riguroso cuidado del material en cuestión. Ahora bien,
el analista que se atreve a hablar de su práctica en público
es porque, también él, quiere ser interrogado y puesto en
(
cuestión.
(

(
164

(
Este seminario ofrece la posibilidad de que cada uno
hable de su práctica teórica y clínica allí donde se ve
interrogado. No es un seminario universitario con un
programa de temas, sino que cada charla se articula
según el deseo y la implicación de quien se expone en
relación a lo qeu nos convoca: la articulación entre psico-
análisis y topología. La apuesta concierne a uno de los
lugares por donde pasa la torsión entre el psicoanálisis en
intensión y el psicoanálisis en extensión.
En relación con el lugar y la función de la topología en
nuestra experiencia de analistas. ¿En qué nos hace falta
la topología, respecto de lo que se produce en el diván?
¿Qué nos enseña en nuestro trabajo clínico? Y, finalmen-
te, ¿quién produce esa topología en un análisis?~ ¿El d~seo
del analista? ¿La interpretación? ¿El sujeto del mconclen-
te?
Entre los nuevos elementos que la topología puso a
nuestro alcance, vamos a hablar hoy de las cadenas
borromeas. Me resultaron singularmente interesantes Y
precisas para ubicar el _Eapel qu~ugó la transf~r~~cia en
varios análisis. Voy a hablar de uno; un anahs1s que
conduje a lo largo de diez años, que fmalízó hace varios Y
que, creo, ejemplifica lo que quiero transmitir hoy acerca
de la trans~ncia comQJ!:_!J:2 de los nu.5!:...~ en una cadena
que---enraza Simbólico, Imaginario y Real.
Me encontré con esta situación: l~e pasaba ~Q.o..Ja
transferencia, en ese análisis, era un problema que no
e~ respuesta para mí, en la teoría que hasta
entonces manejaba. Desde la clínica, interrogaba la teo-
ría, y no tenía respuesta. Fue entonces cuando empecé a
vislumbrar lo que hoy traje para conversar con ustedes: en

1 Vegh, l.: Escrituras. En este libro

165
el análisis de un ntno, la transferencia operó com un
c_yarto nudo, que hizo poSible el encadeñarmento de los
------
otros tres.
En la lección del13 de enero de 1976 del seminario "Le
Sinthome", Lacan aclara: " ... Siempre estoy diciendo nudo
pero se trata de cadena, de cadena borromea". Entre los
títulos de las ponencias de este seminario que nos reúne,
leemos: "Los nudos y el psicoanálisis"; "La enseñanza
psicoanalítica del nudo borromeo"; "Nudo de tres";
"Transferencia y nudo de 3" titulé en elprimer momento
mi charla. Voy a avanzar interrogando mi error, Cadena
borromea y nudo borromeo, ¿un lapsus o son la misma
cosa? En principio, son dos palabras diferentes. Estas dos
palabras, ¿mentan dos conceptos? Lacan dice que se está
equivocando al decir nudo en lugar de cadena, al poner
una palabra en vez de otra. Bievenida esa equivocación-
significante- si la podemos transformar en pregunta.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre cadena borromea y
nudo borromeo si es que hay alguna? ¿Por qué sería una
equivocación de Lacan decir "nudo" en vez de cadena?
¿Por qué digo nudo en lugar de cadena? Retomaremos
luego estas preguntas.
Los antiguos y los modernos, los antropólogos, los
psicoanalistas, los matemáticos, la gente de la calle, todos
en algún momento hablan y se interesan por diversidad
de nudos. La palabra "nudo" es de uso corriente y familiar.
Cómo se producen y cómo se desatan es cuestión que da
lugar a capítulos enteros, tanto en matemáticas como en
lenguaje marinero, y como en el caso de las costureras. En
fin, ¿por qué los analistas no habríamos de interesamos
en los nudos, tan importantes en los discursos más diver-
sos? ¿Por qué no lo estaríamos, si incluso forma parte del
decir de los pacientes mismos? Podemos ya avanzar algo

166
(
(
diciendo: un nudo no es una cadena. Un nudo se hace con (
un hilo· una cadena con dos o más. Una cadena simple se
' .
puede hacer con un mínimo de dos eslabones; mientras
que una cadena borromea necesita por lo menos tres: ¡He
ahí una diferencia que nos hace pensar!
Pero me equivoco todo el tiempo y digo "nudo" en vez de
"cadena". Esta equivocación quizás actualice algo del
orden de lo inconciente. Es porque al hablar equivocamos, (
que decimos nudo en lugar de cadena. No hay intuición
(
posible de la propiedad borromea de algunas cadenas ..La _
cadena borromea es en tanto talz la estructura descono-
~el sujeto, inconcier:!~lcanz~ble .P?r la vía_ªe la (
percepción, de la com~ón, ~mc1ón. (
Entonces, podemos diferenciar:
1) Uso común de la palabra nudo: en el sentido de
algo que es efecto de una atadura. Por ejemplo: el nudo
marinero. El nudo en una costura.
2) Uso matemático: nudo es una línea cerrada
sumergida en el espacio.
3) Nudo usado impropiamente para nombrar cade-
nas. Por ejemplo, nudo olímpico y nudo borromeo en lugar
de cadena olímpica y cadena borromea.
A partir de aquí, intentaremos trabajar la noción de
nudo a partir del sentido matemático del término, en el
sentido en que lo usa Lacan. Un nudo, es decir, una línea
cerrada sumergida en el espacio, agujerea el espacio en
que se encuentra, el espacio real. La eme~~en~ia de~ sujeto
depende del enlazamiento de la dimenswn s1mbóhca Y la
dimensión imaginaria a lo real que las pone en causa.
Un nudo es un hilo sumergido en el espacio hablante
del sujeto; eventualmente, con otros hilos -i~or~dos por
el yo del sujeto- hará cadena borromea, escindiendo al
sujeto en las dimensiones que lo constituyen sin saber.

167
Volveré más adelante sobre este aspecto, que ha sido en
(
parte considerado durante este seminario.
En el ejemplo clínico que hoy les traje, la posibilidad de
(
considerar la transferencia como un nudo se me presentó
(
de un modo tangencial. Estábamos trabajando, varios,
( con el Seminario "Les non dupes errent" en el que se
aborda la cuestión de las cadenas borromeas, qué impli-
can, cómo se diferencian de un nudo, cómo ellas hacen
agujero, y cómo un nudo agujerea el espacio en que se
despliega. Una cadena borromea de tres hilos se produce
cuando tres nudos se anudan de tal modo que, si corto uno,
se destejen los tres. Ese anudamiento, a diferencia de
cualquier otro anudamiento, produce un agujero: un
agujero que es efecto del enlace borromeo de tres nudos
sumergidos en el espacio real. Cuando estudiábamos esto,
una colega del grupo dijo: "La transferencia, ¿será enton-
ces una forma de anudamiento?" Escuché en esa pregunta
una dirección posible para el nudo que me tenía atascada
en la reflexión sobre lo qu e había pasado en ese análisis,
varios años antes.
(
De modo que me puse a trabajar sobre el cuarto nudo,
(
del cual habla La can en "Le Sinthome". El cuarto nudo se
anuda a una estructura de tres nudos que Lacan nominó:
lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico. A lo largo de ese
seminario, Lacan asigna varios nombres al cuarto nudo;
los otros tres siempre se llaman S, I, R. Esos nombres del
cuarto nudo -sinthome, Nombre-del-padre, realidad
psíquica en Freud-, ¿son contingentes o necesarios a la
cadena que nominan? Les propongo que el hallazgo del
nombre del cuarto nudo quizás no sea efecto del azar; sin
embargo no se trata de nombres triviales. Esa nominación
produce efectos estructurales. Engendra un hecho nuevo
en la estructura a la que se enlaza; el nombre del cuarto

168
nudo -tal como se desprende del seminario de Lacan-
no es una etiqueta, un complemento, un anexo, de Simbó-
lico, Imaginario y Real, sino que implica la producción de
una estructura diferente. Por ejemplo: Simbólico, Imagi-
nario, Real y Realidad Psíquica no es lo mismo que
Simbólico, Imaginario, Real y Sinthome. Retomaremos
esto en algún momento ya que es central en relación al
tema de las nominaciones en una Escuela de Psicoana-
listas.
La pregunta que me guiaba, entonces, era si la trans-
ferencia no funciona en un análisis -por lo menos en el
que comento- como un cuarto nudo. Y, en ese caso qué
efectos tenía sobre los otros tres, y qué podía tener que ver
con el cuarto como sinthome. Trataré de referirme a esto
de un modo que permita, a quienes lo escuchan por
primera vez, acceder a las cadenas borromeas, y, a qui-
enes ya lo han trabajado acceder quizás a nuevas pregun-
tas.
El engarce de los tres registros del sujeto hablante y de
. cómo se despliegan en un análisis, pasando por la estruc-
tura del fantasma, en cadenas no triviales, empieza cuan-
do, en 1953, Lacan los introduce en su conferencia "Lo
Simbólico, lo Imaginario y lo Real"·2 Es la primera vez que
se introduce en el campo del psicoanálisis los registros de
lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real. Categorías del sujeto

Lacan, J.: Lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real. Conferencia pronunciada


en 1953. Publicada en Revista Argentina de Psicología. Año VIII, N'! 22,
diciembre de 1977. Otra traducción: Escuela Freudiana de Buenos Aires.
Traductor: Ricardo Rodriguez Ponte.

169
del inconciente. Se trata de una nueva tópica del sujeto,
antecedente de las cadenas borromeas. 3
Hoy podemos decir que en 1953 Lacan, en un movi-
miento anticipatorio, intentó formalizar lo que después
llamó el encadenamiento borromeo del sujeto con el signi-
ficante y con el objeto; en ese momento lo ubicó como tres
categorías, tres dimensiones que el sujeto recorre en un
análisis. Recorrido que, sin ser lineal pasa necesariamen-
te por ciertos lugares: el goce apelotonado en el fantasma
condensa el goce que toma al sujeto en su relación al Otro
Pri~ordi~l. Pe:o más allá, el fantasma también apunta a
la dimensión Simbólica del Otro. La famosa frase ''El in-
consciente es el discurso del Otro" proviene de esta época.
. espacios Simbólico, Imaginario y Real ' transitados
Los
van~s veces en una análisis, articulan los hilos con los que
se teJe la trama de los fantasmas ignorados del sujeto. El
fantasma está tejido en las dimensiones Simbólica e Ima-
ginaria~ hac~endo borde, y también obturando lo real pu-
esto ah1, en Juego. ¿Cómo se teje esa trama? ¿Quién teje?
¿Cómo emerge el movimiento transferencia! en un
análisis? Traigo el ejemplo clínico en relación al momento
singular en que se articuló la palabra del sujeto en su
análisis. El paciente, un niño de alrededor de cuatro años
lle~ó ~ análisis con un diagnóstico de autismo y posibl~
PSICOSIS. Unos meses después de iniciado el tratamiento
ante un cambio que se había producido en el consultorio'
empezó a gritar y a decir: "¡soy de vidrio, me pued;
romper .. . !" Había hablado. Entonces, empezó a decir lo
que le había pasado hasta ese momento. El era de vidrio
Y como era de vidrio no podía moverse, caminar,jugar. si
tropezaba con algo, él podía romperse, porque era de
:. fevín, L: "1953", una antecedente de las cadenas borromeas. Ponencia:
t'.Qu_é son las cadenas borromeas? ¿Cómo se introducen en el Psicoanálisis?"
Semmano: Topología y Psicoanálisis, E.F.B.A. 1990. En prensa.

170
vidrio. Esto lo decía de una manera dramática; era dramá-
tico para él, y fue parte de su análisis el fantasma que lo
aterraba: romperse porque era de vidrio.4
El chico presentaba sus relatos, sus dibujos, sus sue-
ños, de un modo que, me parecía, daba cuenta de emergen-
cias de las dimensiones del sujeto: la dimensión simbólica,
la imaginaria y la real. Los tres registros me servían, y
mucho. Pero me encontraba con un problema. Si los usaba
tal como Lacan, por ejemplo, lo hacía con Joyce, no
encajaba. Lo comparaba con Schreber, y tampoco. ¿Mela-
nie Klein con Dick?: era insuficiente. ¿Fran~oise Dolto?
¿Maud Mannoni? Prefería emprender mi propio camino
en relación a la topología.
Si me tomaba ciertas libertades teóricas en el uso de
esa topología, -movimiento al que la topología misma,
incita- la cosa empezaba a funcionar. El discurso del
niño que creyó ser de vidrio estaba ordenado en un
encadenamiento que no era el que sus padres le proponí-
an, pero tampoco el de Joye ni el de Schreber. Y eso era un
desafío, una apuesta para mí, desplegarlo hasta donde
pudiera. Estaban los tres registros, pero, ¿cómo se enca-
denaban? ¿Y a partir de qué momento? Parecían estar, o
sueltos, o superpuestos. Sin embargo, el amordazamiento
de su palabra no dejaba de mostrar, en juego un signifi-
cante simbólico; pero a veces era insuficiente para sepa-
rar Imaginario y Real de modo que no se agolpara un goce
feroz, obsceno, terrorífico: superyoico. "¡Inmovilízate!",
"¡Mátate!", "¡Odia!", "¡No desees!", "¡Razona!'', surgen
como mandatos superyoicos en su análisis; contrapuestos
entre sí, lo inmovilizaban.
Levín, I: "Algunas consideraciones acerca de las cadenas borromeas en la
clínica psicoanalítica". Reunión Lacanoamericana de Gramado, Brasil, 1988.
Publicado en Cuadernos SigmundFreudN213, E.F.BA., Nueva Visión, Buenos
Aires, 1989.

171
Para este niño el padre, imaginario, terrible, era tan
real que los fantasmas de terror y de inmovilidad repre~
sentaban un agolpamiento del goce en el fantasma, inela-
borable para el sujeto si no es en un análisis. Su terror era
real.
"Le Sinthome" es el segundo en la serie de seminarios
que, a partir de "La tercera" toman los registros esencial~
mente en su presentación nodal. Y es en relación con la
presentación nodal del sujeto en el análisis cómo quere~
mos situar la transferencia.
También en "Le Sinthome", Lacan afirma que sus
famosos tres· registros nominan en definitiva los tres
Nombres-del-Padre. Los Nombres~del~Padre actualizan
los tres registros que los anteceden, según la lectura de
Lacan por Lacan. Postulo que las cadenas borromeas
encuentran un antecedente en los tres registros enuncia~
dos en 1953. ·y es en 1953 donde queda situada la trans~
(
ferencia como el recorrido en el análisis a través de las
dimensiones inconcientes del sujeto.
"La tercera" es una reescritura del ''Tercer discurso de
( Roma", que Lacan pronunció 20 años después de la confe~
( rencia de 1953, a su vez contemporánea del "Primer
discurso de Roma", es decir, "Función y campo de la
Palabra... ". En "La Tercera", Lacan precisa la presenta~
ción de los tres registros como cadena borro mea, que venía
anticipando en los seminarios anteriores. El gráfico que
allí figura a su vez anticipa el que, a partir del seminario
siguiente, "R.S.I." será la versión que todos conocemos.
Cada hilo pasa por abajo o por arriba de cada uno de los
otros, dos veces. Si cortamos uno cualquiera, los otros dos
se desprenden. El calce de los tres engendra el agujero
central de la cadena. ¿Qué quiere decir esto en la clínica?
Pues bien, en algunos análisis, los tres nudos emergen

172
Figura 1

sólo cuando algo en la transferencia lo posibilita. O inclu~


so, los registros aparecen desanudados hasta que por la
vía de la transferencia se produce un anudamiento a
partir del cual emerge un sujeto en el análisis.
Retomando la pregunta sobre la diferencia entre nudo
y cadena, tenemos acá, un primer esbozo de respuesta. En
términos de lo que venimos diciendo, el efecto de nudo
apunta al orden de lo imaginario: digo nudo porque hablo
en el registro imaginario, porque no puedo aprehender la
estructura que es de cadena; la estructura, el hecho de que
sean por lo menos tres pone en juego lo real. Y lo real
ignorado e inalcanzable, pone en juego el límite. Ceñirlo
hasta donde sea posible, es justamente, nuestra apuesta
como analistas.
La topología, hasta aquí, ¿qué nos enseña?: que son
homogéneos y podemos distinguirlos por el color, por la
posición, por una letra. Y la matemática del sujeto co-
mienza cuando Lacan distingue a cada uno de los redon-
deles por una letra no cualesquiera. Estas letras se
articulan en la ética. Dice Lacan: "Bajo el término de ética
del psicoanálisis se agrupa lo que nos permitirá, más que
cualquier otro ámbito, poner a prueba las categorías a
través de las cuales creo darles, en lo que les enseño, el

173
instrumento más adecuado para destacar qué aporta de
nuevo la obra de Freud y la experiencia del psicoanálisis
que de ella se desprende". 5
. Son, entonces, las categorías: Real, Imaginario, Simbó-
hco. Y las letr as: R, I, S. nominan el encadenamiento de lo
Real, de lo Imaginario y de lo Simbólico:-como dije, estas
catego~as ponen en juego los tres Nombres del Padre:
padre s1mbólico, padre imaginario y padre real. Lo real
del padre, lo re~ de cada uno de los otros dos. Y, tengan
en cuenta que, s1 para un sujeto está en juego no lo real del
padre, sino el padre en tanto real, estamos entonces en el
caso de "El niño que creyó ser de vidrio".6
Dijimos que, para que haya cadena borromea, hacen
f~lta por lo menos tres nudos dispuestos de tal modo que,
SI uno se desprende, se desprenden los tres. Ahora quiero
a~.entuar q':e un nudo, aunque sea trivial, es -como ya
diJe_- una hnea cerrada puesta en el espacio. Esto quiere
decir ~u: un nudo agujerea el espacio. Un nudo, aunque
sea tnv1al, le hace un agujero a lo real. Pero, en una
cadena borromea, miren que extraordinario, ninguno de
los nudos pasa por el agujero del otro. ¿La prueba?: corten
uno, se desprenden los tres. En cambio, en una cadena de
eslabones -la podemos llamar una cadena lineal-, cada
uno de los eslabones pasa por el agujero del otro: si ustedes
co~tan uno, sólo se desprende el eslabón que cortaron.
Mientras que, en una cadena borromea de un número
cualquiera de eslabones, si cortan uno cualquiera, ¡se
desprenden todos!

Lac~, J.: Seminario 7. La Etica del Psicoanálisis. Capítulo I p. 9. Paidós


6

Buenos Aires. ' ·


L~vin, !.: "Topología en una análisis. Agujero en dimensión espacial~
6

Reu~ón Lacanoamericana de Punta del Este, 1986. Publicado en Actas del~


R eumón Lacanoamericana de Punta del Este, 1987.

174
Los chicos suelen hacer con las manos un gesto obsceno
cuando quieren aludir al acto sexual del que no pueden
decir: entonces, enganchan un anillo hecho con dos dedos
de una mano con un anillo hecho con dos dedos de la otra.
Lo que así hacen es una cadena de dos eslabones; una
cadena de dos nudos. Se trata, en definitiva, del mismo
material que puedo usar para una cadena borromea:
nudos, anillos, eslabones. Pero sus propiedades van a ser
radicalmente diferentes según cómo estén anudados. Si
anudo en cadena lineal, cada uno pasa por el agujero del
otro. En cambio, si anudo borromeanamente: 1) ninguno
pasa por el agujero del otro; 2) hacen agujero al anudar; 3)
mientras que para una cadena lineal basta con dos, para
una borro mea necesito por lo menos, tres. Noten que estas
propiedades son del anudamiento, y no de cada uno de los
elementos por separado.
En el caso del paciente del que les hablo, había una
superposición dramática entre Imaginario y Real, por lo
cual los fantasmas y el goce, allí, estaban atascados en
una superficie de vidrio. Equívocos, juegos de palabras,
chistes, eran expulsados del discurso de este chico, a veces
con pánico. Todo parecía invadido por el goce de un Otro
cruel, que no permitía la emergencia del deseo. Una vez,
por aquel tiempo, el paciente dijo que el pene se para
porque es igual que el corazón, funciona automáticamen-
te; si fuera por el deseo, papá se lo prohibiría, como la
música. Ustedes ven que la cadena borromea clásica sirve
pero es insuficiente para ceñir por la escritura la particu-
laridad del anudamiento de este chico en esos tiempos de
su análisis. Claro que Lacan mismo escribe para Joyce
una cadena singular. Esto plantea una cuestión: la rela-
ción entre la singularidad de cada paciente y la estructura
borromea de las cadenas constituyentes del sujeto. La

175
escritura de cada uno pone en juego una diversidad clínica
a partir de la singularidad de cada análisis, de cada cura.
Pero, entonces, ¿qué pasa con la estructura? Y avanzando
un poco ¿Cuál es la relación entre cada análisis, cada fm
de análisis y 'el' fin de análisis? Esta pregunta pone en
Juego una expenencra en curso en relación al fin de
análisis.

PARTICIPANTE: Parecería que en este caso lo Imaginario


no se constituyó separado de lo Real.

LLEVIN: Podemos deducir que él Imaginario, super-


puesto a lo Real, hacía prácticamente imposible para este
sujeto zafar del superyó arcaico. venía de ahí un impera-
(
tivo de goce. Al mismo tiempo, el ideal del yo no le ofrecía
identificaciones al linaje, a la diferencia de sexos. Incluso
(
creo que el ideal del yo y el super yo estaban superpuestos
en unasolafiguraobscenayferoz. Lafantasíadeunpadre
terrible lo enajenaba hasta límites espantosos para él, y
era muy difícil soportar eso en su análisis.
También la función materna se veía desdibujada. El
padre era el que suponía "ejercer la función padre y la
función madre". Mientras que la madre suponía que era
una nada, una basura; como madre, como esposa, como
mujer, se sentía insuficiente. Y al mismo tiempo, sin
embargo, sentía que era mejor; casi perfecta.
Con motivo de esa superposición de los registros, pro-
pongo dejar libre el hilo indicado como S en el esquema;
más adelante veremos si anuda.
En tanto había esta superposición de dimensiones, el
paciente no tenía acceso al goce fálico. estaba inmerso en
el goce de UJ?. Otro muy cruel, g~e lo petri~caba: quejQ_
condenaba a ser de vidrio. Era el significante del padre

176
S

Figura 2

encapsulado en un Otro cruel; lo condenaba, en tanto


s~eto._ a estar petrifi.cada_e.rum.a..t.op_olog!a de vidrio. Sin
embargo, también algo venía del lugar del Otro, aellugar
del.padre simbólico, que se inscribe a partir de la emer-
g§_gcia de la transferencia, posibilitando _que empiece a
~r. Una frase que trajo al análisis da cuenta, singu-
larmente, de la necesidad que tenía del Otro: "Si papá se
muere, yo me mato". Esta frase -pronunciada bastante
más avanzado su análisis- sitúa la aparición de un
fantasma donde leímos Eu necesidad del Otro para poder
viv~ impotencia frentearutro~---------- r
La necesidad que tiene un niño de la presencia del Otro (
para poder vivir se transformó para él en una dependen- l
ciamortífera. Prácticamente no se atrevía a vivir más allá
de su padre, aunque lo deseaba. Deseo que, por otra parte,
emergía, cada vez, haciendo posibles sus sesiones de
análisis. Y su análisis terminó cuando, ya adolescente,
pudo desalienarse de esos fantasmas de vida y muerte;
transitó su deseo de dar muerte al padre y manifestó su
necesidad de vivir su vida y sus proyectos, más allá de todo
esto. También, finalizó su análisis porque él quería hacer
sus cosas, "probarse" y hacerlo por sus propios medios, sin
un análisis que lo sostuviera. No lo retuve.

177
A medida que iba transcurriendo el análisis, se daba
un movimiento en la estructura; él empezó a hablar, y
enseguida a traer sus fantasmas, que ya no eran hilos
sueltos sino historias que se producían sesión a sesión. Y
así, con rel ación a la transferencia, empecé a pensar:
¿estaba funcionando como un cuarto nudo, que anudara
de un modo diferente los tres? Porque parecía que los
registros ya no se superponían, sino que se ordenaban.*
Pensé que la transferencia despejó o engendró un
campo en el que el sujeto, el sujeto del inconciente, empezó
a emerger. Y me encontré con algo de lo cual los que
trabajan con niños han tenido experiencia: en ciertos
tramos del tratamiento, lo que se producía no era una
neurosis de transferencia, sino, en el análisis, una situa-
ción nueva, una modalidad en la transferencia esencial-
m~ diferente de lo vivido en relación~s.mas
in~.
No sé aún si el tramo final implicó la disolución total de
una neurosis de transferencia; hoy, podría afirmar que
esa transferencia fue la puesta en acto de sus relaciones
edípicas, por un lado; y por otro el despliegue de nuevos
significantes que no repetían los significantes patemos;
los ponían en cuestión y podía inventar, jugar a partir de
la emergencia de deseos. El se situaba, por primera vez en
su vida, en un campo de deseo.
La transferencia empezó a funcionar como soporte
material del análisis de este niño a partir de ese momento
que mencioné, cuando empezó a hablar. Se atrevió a traer
esos fantasmas que antes no podía siquiera dejar apare-
cer. Porque, como les dije, estaba petrificado; antes, él era
de vidrio. Y fue en verdad por eso que inició las entrevistas

* Ver nota 4

178
analíticas: había perdido las pocas palabras que poseía,
no comía, no jugaba.
Comprendí que la transferencia estaba funcionando
como un anudamiento que tenía la propiedad de reorde-
nar los tres que él ya traía; los reordenaba en términos de
aquello que empezó a emerger en relatos, en juegos, en
dibujos. Lo que empezó a emerger eran sus fantasmas de
origen, de cuerpo, de vida, de muerte. Y también empezó
a emerger la constitución de una historia nueva en la que
él, ahora, era un sujeto deseante.*
Al reordenarse los tres registros posibilitando el aná-
lisis deduje que: lfL!I_ans[erencia estaQg_funcio_11_a.n.do_
como cuarto nudo, con la propiedad de reordenar los tres
~inos di. lo que emergía como {antas.!Jl..aS. No es así
como Lacan plantea el tema del cuarto nudo en el Semi-
nario "Le Sinthome", donde escribe la singularidad de
Joy ce en términos de la cadena que lo determina. Se trata,
en Joyce, de algo no jugado en transferencia en análisis
pero que, de todos modos, pone en relieve que cada uno,
cada sujeto, está determinado por un encadenamiento
singular, una cadena singular, y que ésta no siempre es
borromea, aunque seguramente no será trivial. La
escritura, entonces, es singular en cada paciente; irrepe-
tible.
A partir de la modalidad de la transferencia, y de si ésta
se disolvió o no, y de qué manera, podemos concluir sobre
la estructura que estuvo en juego. En este sentido y ~n
rigor considero ~-~s después de terminado un análisis,
cuando es posible deciralgo de la estructu~a del 2ac1ente.
Eselert0qüeavece8;enla pnsa por anticipar la posibili-
dad o imposibilidad de una cura nos vemos interrogados
por la presunción diagnóstica. Sin embargo, ¿puede decir-
* Ver nota 6.

179
se algo de la estructura de un paciente antes de su
despliegue en la transferencia? ¿Puede hablarse de psico-
sis en un niño antes de un tratamiento? Y, en el caso de las
llamadas psicosis infantiles, ¿hay o no diferencias con una
estructura como la del Presidente Schreber? Nuestra
experiencia nos lleva a no anticipar apresuradamente
sobre la estructura; sino deducir la estrn.c.tura a_par:.tir_de
su desplie@e en el movimiento del análisis.
- He planteado ·¡a cuestión de la transferencia, para el
caso que expongo, en términos de un anudamiento que
posibilitó el ordenamiento de los otros tres. Entonces, me
interrogué: ¿hubo, funcionando, algo del Nombre-del-
( Padre? ¿No será uno de los nombres del cuarto nudo? Y,
( ahora sí, para pensar esto encontré fundamento en "Le
Sinthome". Volvamos al planteo conocido: Simbólico, Ima-
ginario y Real, y fantasmas de cuerpo, vida y muerte.
Estas no son categorías abstractas, científicas, puras: son
el material del análisis, de los relatos de fantasmas. Es el
deseo, son los tiempos de un análisis lo que está en juego.
( Podemos entonces preguntarnos si, para dar cuenta de las
(
vueltas de un análisis, basta una cadena borromea de
tres. En relación con este paciente resultó imposible.
Necesité un cuarto nudo.
El fundamento en el Nombre-del-padre que posible-
meD;te tuvo ese cuarto nudo como transferencia, me llevó
a detenerme en otra cuestión: Simbólico, Imaginario y
Real, y cadenas borromeas, de alguna manera se articu-
lan por los Nombres-del-Padre. En efecto, esos nombres
que Lacan da a las dimensiones del sujeto, o sea los nudos
de la cadena borromea, ¿qué nominan? Hablo de los
Nombres-del-Padre; padre simbólico, padre imaginario,
lo Real del padre. Si hago referencia a los nombres, estoy
poniendo en juego el significante. La función simbólica es

180
del padre, y una de las funciones simbólicas del P-adre es
nombrar. Esto pone en juego algo vital para el suj~to: su
nombre p_ro_@_o; v~ el nombre propio es la mar~
de la existencia deseante del OtrQ..e.nlu..Rea.l.m.ism.o._d.cla
estructura del sujeto. Es a partir del Otro como se inscribe
para el sujeto la marca que la repetición del nombre
propio le ofrece como significante de su linaje, de su lugar
en la cadena deseante.
El cuerpo de lo Imaginario, como consistencia, posibi-
lita al sujeto un acceso al amor del Otro y una relación con
el goce fálico que hace borde a lo Real. Pero la función de
nombrB.r se ordena a partir del si ~ficante de la función..
fálica. Qrdenado desde er tro el acceso a _fi.u go~e, el sujeto
va a estar entonces tironeado, por una pfu-te, por el falo
orden~dor deld.eseo ;y del ~. y, :eor la otra parte, por el
~PO.! el Nombre-del-Padre ordenador del acceso--a:J.
ªeseo. Cada vez, el sujeto q11:eda dividido entre el goce y el
~o, entre el objeto que le falta y el significante que lo
determina. La deuda que el8uTeto contrae con el Otro se
ordena desde la función simbólica del padre que lo articu-
la con la ley, con el linaje, por medio de los emblemas que
produce el ideal del yo.
El sujeto podrá llevar su análisis hasta el límite de lo
'
posible. Al hacer borde en lo imposible de decir, implica,
para algunos, un recorrido más allá de las identificaciones
que lo determinan, lo alienan, y le dan consistencia. El ,.-~

~cante hace a~~.nJ.o_:r..eal.. Este agujero en lo


r_§al, producto del trabajo del significante, pos1bíhta la
función de nominación. Nominar es nombrar y algo más.
Lacan decía que no se trata de dar luz .donde está oscuro,
s1ñ0 de ensombrec~lo que alumbra demasiaQ.o. ~a_
de ese agujero en lo Real, que funda la nominación. Para
nombrar hace falta una función paterna, una función

181
matem.a;..e.s...eltema eQ.ipico. El Edipo de Freud, a partir de
esta matemática, funciona como cuarto nudo, que anuda
los tres de cada una de las tópicas.
Pero, para que un sujeto pueda alcanzar el fin de
análisis y además dar cuenta de las razones que lo
llevaron a ese lugar, hace falta que un significante, el
s~~ante_Q_~m!?!~~~adre, ~ag~-~~n~lo
E_e.al_q.utio_c_agsa. De alií se desprende la pos1bihdad de
ceñir por lo Real lo imposible de esa posición.
Dijimos que=~~Jejo de castración tiene función de
!21Ld.9: ~porque hace a~j~ro en lo rªal.d.slgoce; ~ntonce.Q.,
lé!-_C.as.tr:ación:iiéiS:ujetu..y.la..cas.tración-S-imb.óli.c.adel Otrp.
se-trata de algQJip_e_._ej}._§_g caídq,)_deja:un_g_gujm;:o. Y~@__
p_roducirse ese aK!&ero, muchas veces_es vivido co~un
ll!gf.t_r de vacío, inc~~e_nada. Es la nada del or~en _d~l
· o~o incestuoso, en la_m~lancolía_,_ Clínicamente la dife-
renciamos de las nociones de_y:acio y de a~ero. A partir
de ese agujero -aguJero~ deja la caída deTfantasma y
las pérdidas de los objetos-, es posible para el sujeto del
inconciente empezar a bordear el campo en que se encuen-
tra más allá de ese vacío, de esa nada.
El vacío no es un agujero en el sentido topológico y
psicoanalítico del término.~ vacío deja al su~eto sin
§.Q_j2Q.rt_§JÜgnitkante.¡~_nadaesero6jelo afque se adhiere
e_g,par__k_§l mela!]:~- E! sujet~s~_identifica en taD:_to
o_l?.ietQ-ª.J!.na. ~nada"t El agu~ro,_en cambio, es del orden de
~simbólico, efect_q_~l corte del ~ficante en lo real del
sui~algo del objeto- am, escapa. El vacío con el que se
encuentdiel pacienteporc!erta caída, por cierta vacila-
ción del fantasma, podríp, -de ser insoportable- ser
llenado con sentido, con fantasmas, con melancolía, inclu-
so con el suicidio. ELaguje.r_o_e~g-~ro en un pote
ya-eí-o,-es-al..go__que participa del movimiento- ere la pérdida
..._ ~-~~---------~----------------~

182
del objeto y po~ego la mue_Ete simbólica por la vía
de la castración. La nada, por su parte, se .. nos aparece
co~~ inubicable, <L~e no tiene gosibjlidad de ser
tomado en n inguna E2.,Structura; pero, a partir de La<:._an~~
esp;;fica también com un objeto pulsional.
.Propongoqüe, ai me~os en8Tglil108 análisis, la trans-
ferencia anuda como l:!n.....cuar..J...Q nudo. N o me refiero a la
n~osis de transferencia. Me refiero, por ejemplo, a una
estructura como la del sujeto del que hablamos hoy._La
llamaría una estructura no estructurada aún ni como psi-
cosis, ni como perverswll,llicomo ne_urosis. Dejo abierta
la cuestió~de si ésta no es la estructura de algunos niños. 7
Ese cuarto nudo es el que, si se produce, posibilita un
análisis allí donde no parecía posible. En algunas situa-
ciones, el sujeto podrá funcionar a partir de este cuarto
nudo, por ejemplo, en el caso de J oyce. En otros, ese cuarto
nudo puede disolverse. Si se instauró puede llegar a
disolverse. Si esto ocurre, el sujeto adviene al final del
análisis y comienza a recorrer un camino diferente, más
allá de su fin de análisis.

pARTICIPANTE: La cuestión de la topología de los nudos,


¿reformula el concepto de estructura?

I. LEVIN: Es un problema no resuelto. Podemos traba-


jarlo. Efectivamente, !Ju:~ctura ti~ ql!~..Lffin lqp~
~o;;. Al disolverse la neurosis de transferen~1a se pro-
duce el fin de análisis; y de algún modo se disuelve la
cadena que el sujeto había aportado a su análisis. Si la
palabra que corta, realmente corta, se disuelve el anuda-
miento que sujetaba al sujeto a su goce, a sus fantasmas.

7 Levín, I. Estructuras preformacionales . En prensa.

183
PARTICIPANTE: ¿Cómo se hace ese cuarto nudo, esa
transferencia?

I. LEVIN: Tiene que haber algo que se juega en el decir


del paciente y del analista, a~deseo . Pero no pue~o
1 decir cómo se hace. He tratado de mostrarlo en su funcw-

namiento, pero tenemos que abordar el mecanismo e


intentar formalizarlo. En el análisis que comento Y en
otros se trata de lo siguiente: a partir de ciertos efectos
( deducimos que se ha inscripto un significante; un si~ifi­
cante g_ue emer~en~rminado momento del ~nál.ISIS Y
que se inscribe y que pone en j_uego la_~~erg~nciá de !lna
nueva modalidad en ese análisis. Algo empieza a hacer
serie, se encadenan las cuestiones. ~ace un sujeto._ La
transferencia implica tiempos: inicio, desarrollo y-en el
mejor caso- disolución. Estos son tiempo_s del su~eto con
relación al Otro. En el caso de un niño autista, se Juega la
cuestión de si hay o no sujeto. Sin sujeto, no podemos ni
empezar. Pero el sujeto puede llegar a emerger en el
análisis, si hay algo que anude. En el caso que he presen-
tado el anudamiento que se produjo gracias a la emergen-
cia del sujeto enja_transferencia posib~~-gis­
tros -que el sujeto, aunque autista, traía por le hecho de
ser hablante- se reordenaron.
( PARTICIPANTE: ¿Qué pasa con el fin de análisis?
I. LEVIN: En el fin de análisis, un analizante neurótico,
pasa, si lleva a término el análisi~, ~orla ~érdida de sus
identificaciones; deshacer en el divan sus Ideales, 12asar
pox la pérdida de fos objetos i~_QSD~, ~o lleva a una
si~_óón depresiva. Tal vez, un moVImient~ d~ des-
alienación, le posibilite al sujeto ir más allá del Significan-
( te unario, del amor-odio al padre.
(

( 184
(
Interrogación del cuarto nudo
en la clínica de la neurosis

María del Carmen Meroni

Presentación

Lacan ha dicho a propósito de su reescritura del


algoritmo de Saussure, a qUien con ese acto le rinde
homenaje, que una enseñanza sólo es digna de ese nombre
si es tal que debe ser proseguida y no puede ser detenida
sino sobre el curso de su propio movimiento.
Si sobre la estricta legalidad topológica del nudo pudiera
proseguirse un movimiento en el mismo sentido del que
Lacan le imprime en su enseñanza para hacerla mostrar
aspectos claves de la estructura neurótica, podríamos
arriesgar en esa dirección un paso más: el de pensar sobre
qué escritura, si la hubiera, del nudo neurótico, podría
leerse la incidencia de una cura analítica para la estructura
de la neurosis.
El movimiento que produce tal escritura nos lleva,
fieles a la legalidad nodal a la que nos sometemos junto
con Lacan, a escribir aspectos de una cura que no
sospechábamos antes de que lo escrito nos lo hiciera ver,
y a encontrarnos con los impass(s de ciertos intentos
lacanianos en el camino de escribir en el DJido la estructura
neuróti:;a, particularmente con las sinuosidades de ese
camino entre los años 1974 y 1976. ·

185
Lo que sigue es el intento de armar, deteniendo la
enseñanza de La can sólo sobre su propio movimiento, una
escritura posible de la cura en el nudo neurótico, a título
de hipótesis de un trabajo en curso.

Enseñanza de Lacan ...

Cuando Lacan ir.Ltroduce la cadena borromea de tres


eslabones en su discurso al congreso de la EFP en Roma
en 1974, escrito conocido como "La tercera", paralelo a su
seminario RSI, produce el primer intento acabado de
escritura nodal para la estructura del parletre y entre ese
año y el siguiente de su seminario "Le sinthome" se ubica
el movimiento de su enseñanza que intentaremos detener.
I
Represent.
prec. . ~' ',,
~"t,-',
....----·-
.. Inc.
-·-.
~ \
.,.. -~ \ ,'
/ '\, .
~,,~ /JA ~:.-"Sentido .......
-, ..
Ciencia , ~,}' ~ ' '
'f ' ' '/ \ \P\c\1>':> -'\
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1
' V /
' 1 "'. 1 •
..... -- -~., '· 1 ./

R S
cp :

Alrededor del punto triple causa de la estructura


neurótica, su motor, y también el del nudo, las zonas
determinadas entre cruces inscriben para el parletre: el
sentido, captura Imaginaria de lo Simbólico; el goce fálico,

186
efecto Simbólico de la falta Real; el goce (del) Otro, versión
Imaginaria de una presencia Real, letra que comanda el
Imaginario humano por fuera del tejido llamado "lo
Inconsciente".
De las palabras y aún de su desfallecimiento se puede
detener un sentido o bien deslizarse en su trama mientras
se la va tejiendo; del golpe de lo Real solo hay una captura
en el movimiento que lo conmemora recubierto de senti-
do pero ajeno a él. Lugar también de la ciencia, dice Lacan:
un real, letras, resto de discursos, pero incapturable en los
discursos de los que proviene y ajeno al sentido que éstos
producen: gadgets, electrodomésticos, automóviles. El
nudo de "La tercera" (retomado en la segunda clase de RSI
con pequeñas diferencias de escritura y un cambio en el
sentido de giro) inscribe además los desbordes a que da
lugar la apertura de cada eslabón de la cadena sobre los
otros dos, blasones freudianos de la neurosis escritos
sobre la estructura lacaniana del parletre.
Lo Simbólico irrumpe en lo Imaginario como lo que en
el discurso va más allá del sentido, las formaciones de lo
inconsciente, e irrumpe en lo real como el hueso mismo del
sfntoma que se soporta de las mismas letras que fueron
para el sujeto nominantes, núcleo del significante y
condición para que los demás significantes advengan:
Isabel de R., cuyo síntoma articulaba en discurso stehen
'
stelle, beistehen , alleinstehen... se llamaba Stella.
Lo Real se adentra en lo Simbólico bajo la especie de
Falo, inscripción de falta y su presencia en lo Imaginario
del cuerpo (pensamos en el estadio del espejo) viniendo del
Otro el objeto que hace allí falta, se llama angustia:
ubicaríamos aquí a Juanito ante los signos que empieza a
mostrar su pene, asomando entre la madre y un cuerpo
unificado merced a "serlo" (su falo).

187
Lo Imaginario irrumpe en lo Real inscribiendo -en La
(
tercera- la llamada "representación preconsciente"
(diríamos, aquello de lo Real que convocado por la demanda
del Otro cada cual llama ''la realidad"), y su contracara,
( irrupción de lo Imaginario en lo Simbólico es el déficit
(
impuesto en "la realidad" a lo Imagina,rio que recuerda
que dicha "realidad" padece de significantes: es la llamada
inhibición: las piernas de Isabel que no caminan mientras
el cuerpo imaginario se unifica: compañero, hijo varón,
del padre; el ojo de las Perturbaciones psicógen.as de la
visión, que no ven porque sigue mirando lo que no hay que
(
ver.

( ...Detenida sobre su propio movimiento


(
Lacan das u lugar en el nudo que escribe la estructura
; del parletre a los tres blasones freudianos de la neurosis,
tres registros del Nombre del Padre, para Lacan: inhibición,
\ síntoma y angustia.
l Sin embargo, el tope que este nudo le impone a la
( escritura del curso posible de esos blasones neuróticos,
( especialmente a través de un análisis, parece subsidiario
de la misma razón que le impuso el cuarto nudo para
escribir la estructura. Es necesario un cuarto para que tres
puedan abrirse sin soltarse.
La legalidad nodal permite en el nudo triple abrir cada
uno de los eslabones y hasta dos a la vez (pero no los tres),
haciendo de cada eslabón una recta proyectiva cuyos
extremos se tocan en el infinito.
Abrir los tres eslabones nos deja sin el nudo, ante una
estructura llamada triskel, "tres que consisten sin hacer
nudo" (RSI, 15-4-75).

188
...... ... .... .....
...
- ...
.... .... .... ....
....

... .... .... -....

Esto, incluso supuesto infinito, se desarma y sería el


resultado de aplicar rigurosamente a la lógica nodal el
movimiento impreso al nudo de tres presentado en La
tercera y comenzado a criticar por Lacan en el seminario
de ese mismo año RSI que concluye en la irreductibilidad
del cuarto nudo en el seminario "Le Sinthome" del año
siguiente.
La enseñanza de Lacan de proseguirse el curso de la
tercera, se encuentra con un obstáculo, rastreable en la
propia enseñanza de Lacan, en principio en el mismo
seminario RSI, obstáculo cuyas consecuencias en la
escritura de la estructura humana y sus marcas neuró-
ticas no fue desplegado, pero sí anotada la detención que
persistir en la cadena de tres eslabones acarrearía.
Abrir dos eslabones en rectas proyectivas en la cadena
de tres "no es menos un nudo borromeo", dice Lacan

189
pero la especificidad del punto triple que permite que a
partir de lo irreductible del "a", los cruces marquen zonas,
se torna imposible al tener que mantener el eslabón
cerrado inamovible. Aunque nada diga que deba ser fija
su denominación (esto en realidad es otro problema de la
cadena de tres) no responde a la clínica de las neurosis que
alguna de las tres manifestaciones de la estructura deba
permanecer ausente mientras se manifiestan cualesquiera
de las otras dos, en una escritura que hace imposible la
apertura de los tres eslabones manteniendo al mismo
tiempo el anudamiento y también su propiedad borromea.
Requisito en efecto que se impone de pensar la estructura
del parletre como aquel nudo en que sus términos: R, S,
I, son recíprocamente solidarios sin anulamientos ni
precedencias ni jerarquías posibles.
La siguiente es una secuencia posible del modo en que
se lee cómo Lacan atravesó este obstáculo:
"De tres consistencias no se sabe nunca cuál es la Real.
Es por eso que es preciso que sean cuatro" (RSI, 15-4-75).
"Es el Nombre del Padre que del trisk el hace nudo"
(RSI, ídem), y más arriba: (RSI., 14-1-75).

...Freud no era lacaniano. Pero nada me impide suponerle mis tres


RSI --cáscara de banana deslizada bajo sus pies- para ver cómo
ha salido del apuro.
En Freud los tres no se sostienen, solamente están puestos uno
sobre otro. ·
Así, ¿qué ha hecho él? Ha añadido un redondel, anudando con un
cuarto las tres consistencias a la deriva. esa cuarta consistencia él
la llama "la realidad psíquica". '
¿Qué es la realidad psíquica en Freud? Es el Complejo de Edipo.

190
.,.
/
1

'\
,/
S

Que el cuarto entre los tres fuera sólo la misma ley del
anudamiento que los ordena (no hay tres sino tres más
una ley de anudamiento) no soluciona el problema de la
indiferenciación de los eslabones ni el de la inscripción de
su apertura (inhibición, síntoma y angustia) que al mismo
tiempo preserve la estructura nodal borromea.
El nudo de cuatro (tres sueltos, uno encima del otro, y
un cuarto que anuda borromeanamente) es de tal
característica que si se lo manipula ya no es azaroso cu ál
eslabón queda en qué posición: hay posiciones fijas de
antemano, no es imposible nombrar-eslabones.

191
Es necesario u:n cuarto para que la legalidad nodal
misma permita hacer diferencias de estructura (sin
sobreañadir colores, letras, etc.) entre los tres registros.
En efecto, para lograr un nudo borromeo de tres se
puede partir de un nudo de trébol donde hay tres bucles
que son "una sola y misma consistencia.. y es en eso que
consiste la psicosis paranoica" (Le Sinthome, 16-12-75),
siendo muy fácil a partir del trébol "hacer pasar en cada
etapa un nudo homólogo bajo el nudo subyacente y sobre
el nudo suprayacente, y realizar así un nudo borromeo"
(Le Sinthome, 9-12-75). Donde las tres consistencias no
pueden ser diferenciadas de suyo.
Obstáculo del nudo de tres que lo acerca a la "estabilidad"
de la estructura paranoica, haciendo de la escritura de las
marcas neuróticas y su posible curso (en La tercera y en
RSI, 17-12-74) m ero artificio yuxtapuesto a la escritura
nodal, que de ser la de ese nudo no soportaría la escritura
de la irrupción de unos registros sobre otros que requiere
(
que sea posible la apertura simultánea de las tres
consistencias conservando el nudo y su carácter borromeo.
La notación de este obstáculo es adversa a la solución
que encu.entra Lacan (RSI, 14-1-75) para "prescindir del
cuarto", en un análisis: "Para prescindir del cuarto, para
obtener el nudo borromeo, es suficiente con hacer en dos
puntos pasar por arriba lo que estaba debajo" (y conseguir
así un anudamiento borromeo de tres eslabones que esta-
b an sueltos sin anudados por un cuarto). "Que lo Real pa-
se por encima de lo simbólico en dos puntos, es precisa-
mente de eso que se trata en un análisis" (RSI, ídem).
Nos advierte: ''Presten atención de no tomar a este
término de 'pasar por encima' en el sentido Imaginario,
creyendo que lo Real tenga aquí que dominar" (RSI, ídem).

192
Esta "solución" no vuelve a ser retomada y pensamos
que no sin razón: en efecto, ¿qué puede significar en ese
caso hacer cruces donde no los hay, sino que se es_t_á_
"i~~-udo- allí donde"no lo había", artificio
sumamente problemático que tenga sentido para un
neurótico, que llega a un análisis, en todo caso, con
inhibición, síntoma y_ ~~ª-<l...§bLcias_aLnudo y no a~
inexistencia.
Lacan, es sabido, opta no por la eliminación lisa y llana
del Complejo de Edipo (nombre freudiano así como el de
realidad psíquica para las marcas del padre nominante)
sino por "saber-hacer-allí'' con eso l de lo que se trataría en
u.ri_ análisis..
Anota entonces en el nudo por el que opta, nuevament e
un concepto freudiano: "No hay ninguna reducción radical
del cuarto término. Freud no se sabe por qué vía ha podido
enunciar que hay Urverdrdngung, una represión que
jamás es anulada. Es de la naturaleza misma de lo
simbólico comportar ese agujero" (Le Sinthome, 9-12-7 5).
Debemos concluir entonces (primera hipótesis que nos
lanza a un trabajo aún en curso) que la escritura de la
estructura neurótica y sus manifestaciones tal _~omo es
presentada en La tercera y en RSI, 17-12-74, no resiste la
confrontación con las leyes mismas del nudo en el cual

193
dicha escritura es presentada, habiendo sin embargo
desplegado la enseñanza de Lacan los obstáculos que
encontró para sostener el nudo borromeo de tres
consistencias como escritura de la estructura__n.e_ur_ó.t,ica,
pero no habiendo desplegado así la escritura (si la hubiere)
de las zonas de cruce que se prestarían, a soportar las
coordenadas freudianas de la neurosis, de su movimiento
y de su devenir en el curso de un análisis.
¿Habrá alguna escritura nodal posible del devenir de )\
inhibición, síntoma y angustia en una cura?
El "saber-hacer-allí con un sinthome (no ya su elimi-
nadóñJTa cadena borromea de cuatro eslabones como
escritura de la estructura neurótica, ¿permitirá que se
escriban en algún lugar distinto los estigmas clásicos del
padecer neurótico y su devenir en un análisis?

Trabajo en curso

N os remitimos a la recomendación lacaniana de usar


los nudos (con la sola condición de respetar sus leyes
propias) "a lo tonto", es decir manipularlos, llevarlos al
límite de sus posibilidades y ver después si algo se puede
leer allí.
La enseñanz~ misma de Lacan recurre en el antecedente
del nudo de cuatro para la escritura de la estructura
neurótica, es decir en el nudo dej;res d~La t.er.c.era, recurre
a l:!_na manerade interrogar los nudos sin destruirlos, sin
e~ (atajo este último sin porvenir que intentó en la
llamada "Corrección de cruces"), y esta manera es la
inter12retación [!_royectiv(Ld_el.JJ,JIJiJJ..._Es decir, nada impide,
salvo el desanudamiento, considerar cuántos eslabones
de una cadena pueden considerarse simultáneamente,

194
como siendo rectas proyectivas (cuyos extremos se cierran
en el infmito) a condición de que lo que resulte "no sea
menos un nudo borromeo", requisito que impone la
consideración proyectiva, según Lacan (Le Sinthome, 9-
12-75) de tan solo dos consistencias de la cadena borro-
mea de tres, "cáscara de banana" que deslizada bajo el
nudo de La tercera, muestra el obstáculo a su manipulación
tal como allí Lacan la presenta.

Angustia ' / "


Inc.
' \

Represent .

' Síntoma

Intentamos pues una presentación posible de la cadena


borromea de cuatro consistencias como nudo del parletre,
cerrado, pero cuyo anudamiento soporta la interpretación
proyectiva (o apertura) simultánea de tres de ellas Y
proponemos a dicha apertura como a leer allí .el cu~so. ~e
un análisis, siguiendo el camino trazado por la mscnpcwn
de los cruces nominados en La tercera, pero obviando el
obstáculo de La tercera que el cuarto nudo irreductible en
la enseñanza de Lacan a partir del año siguiente nos
permite obviar.

195
Proponemos la interpretación proyectiva (apertura del
tres consistenciaS) eñetñuao borromeóde cuatro como lo
que permitiría escribir en el nudo neurótico los efectos de
una cura analítica. ~.-l
Mantenemos la nominación de los eslabones RSI, ahora
diferenciables, tal como los escribe Lacan en La terce-ra
(sin poder encontrar entonces qué elementos propios del
nudo le permitirian su diferenciación, posible a partir del
cuarto), y la mantenemos también a modo de hipótesis
(podría ser de otra manera) pero esta ·m anera no parece
sin consecuencias, lo que esperamos quede aclarado más
adelante.
Las que siguen son algunas lecturas posibles que
encontramos al escribir las letras de La tercera en la
interpretación proyectiva del nudo de cuatro de "Le
Sinthome". Lecturas que lo son a modo de hipótesis de las
que sólo el curso de los análisis, especialmente aquellos de
( cuyo fin exista testimonio, pasados a través de su grilla,
nos llevaría a concluir sobre el servicio que podrían
( prestarnos.
(
l. La zona que el cuarto nudo mantiene, causa del
( nudo, es la que arma el punto triple del "a" que la
( Urverdrangung o Nombre del Padre inscrib.§.Y.gue~~Q.~
( jamas
. anulada".
.-~
Ni anulada ni reductible
---·---· a discurso
..----- .- '
< Impulsa la serie de los significantes pero es indeleble su
diferencia con el resto, no se disuelve. Se trata de "saber- l
hacer-allí'' con eso, que garantiza no sin consecuencias, la 1
pérdida que se inscribe como "a".
2. Las tres zonas de cruce de dos consistencias llama-
:las en La tercera del goce fálico, del goce (del) Otro y del
r 'Sentido no sufren el mismo destino en la interpretación
"9royectiva del nudo de cuatro a condición de mantener su

( 196
(
propiedad borromea. (Hay otras formas de hacer que un
cuarto nudo anude los otros tres pero ya no cumplirían la
propiedad de que cualquiera que se desprenda desarme el
nudo; habria un nudo "dominado" por alguna de sus
consistencias).

a) El goce fálico no puede quedar comprendido entre


cruces enviados al infinito si el cuarto eslabón que anuda
lo hace de manera tal que el nudo conserve la propiedad
borromea.
No seria indistinto ubicar allí, en ese cruce que se man-
tiene acotado, el goce fálico (consecuencia de la nominación
RSI que elegimos conservar de La tercera) ya que el goce
fáli<;o goc_g_sle la palabra, "fuera del cuerQo", q_ue )n~~fica
~e:cp_o~', es el nombre mismo del parlétre, lo que deia-
UrverdrdTJgung resulta efrazgOTulldamental del sujeto.
Del goce (del) Otro y del sentido no se podría aecr·r lo
mismo.
La conservación acotada de la zona llamada goce fálico
en la interpretación proyectiva del nudo borromeo de )
cuatro "manda" otra consecuencia: el bordeamiento "al 1
límite" de los puntos donde la falta en lo Real inscribió
Falo en la estructura, tendiendo a coincidir con los puntos 1
l
donde se plasma para el sujeto el núcleo de su síntoma,_g¡.2:..
cara Real ombligo del síntoma. Síntoma en el lugar que
tocalOspuntos donde ·el sujeto responde así a la ausencia
de relación con un garante sexual, lo cual se llama Falo.
Estas dos líneas tienden a tocarse; en efecto, en un
análisis, a medida que el sujeto va quedando advertido de
---
lo que su síntoma le revela.
~---------
-

b) En el goce (del) Otro, horizonte fuera del lenguaje,


lugar donde la marca del Otro no tiene sentido, la

197
invariante de los discursos variables, allí un análisis va
escribiendo letras; la "realidad" (representación
preconsciente) y la angustia (allí donde el Otro lo
presentifica en objeto y lo goza) quedan eñTiirnterpretación-
proyectiva del nudo en ei"campo" entre los cruces donde
estas letras se escriben en un análisis. .
La lectura posible del curso de un análisis en esta
interpretación proyectiva del nudo como: liberar (escribir)
en un análisis el campo de la letra que revelaría al sujeto
las marcas de su inscripción en el Otro, en su ser gozado
en la angustia o en la representación del mundo que se ha
construido, nos sugiere que esta interpretación proyectiva
del nudo para aquello de lo que se trata en un análisis
sería de alguna utilidad.

e) La zona de cruces que escribe el campo del sentido


no queda en la interpretación proyectiva, disjunta del
lugar de la inhibición (sintomatizada y volcada al campo
de las formaciones del inconsciente donde la inhibición
comienza a hacerse discurso, si hay análisis) ni de las
mismas formaciones del inconsciente que el sujeto es
puesto en condiciones de leer.

Que un cuarto eslabón soporte la irreductibilidad del


punto triple causa del nudo permite mover el resto de los
cruces de modo tal de hacer allí una lectura del devenir
neurótico que no sería ocioso que la clínica de los análisis
pusiera a prueba en el intento de desplegar una enseñanza
de Lacan sobre el curso que marca su propio movimiento.
Vislumbramos ya otros interrogantes: sienlaclínicase
trata, no de la neurosis (tal como nuestro título resguarda
hoy con prudencia) sino de las neurosis, de cada neurosis,
¿de qué modo escribir estas diferencias? ...

198
La estructura nodal
Carlos A . Ruiz

¿Qué quiere decir "estructura nodal"? (


Propongo discutir estos dos términos, "estructura", (
"nudo", desde el siguiente punto de vista: La "estructura" (
que un "nudo" presenta. (
"Presentación" tiene un uso técnico en teoría de nudos,
es el dibujo que ya nos resulta familiar y de cuyas propie-
dades voy a hablar hoy.
(
(
(

Figura 1 (
Imaginamos estos trazos como líneas contínuas, con (
algunos segmentos invisibles en los cruces, obtenidas por (
proyección de líneas en el espacio.
Sin embargo, aunque imaginar ayuda, no todo se (

reduce a la imaginación. Detrás del aparente descuido, (


estas presentaciones siguen reglas muy precisas, que las (
convierten en escritura, en el sentido que más adelante (
vamos a precisar. Estas presentaciones pueden ser "leí-
das" de modo que a partir de ellas, podemos determinar
(

(
199
(
completamente la estructura del nudo que presentan;
para ser cuidadoso, lo que de estructura tiene este objeto
matemático que llamo nudo.
Esta aclaración viene al caso porque una versión co-
rriente, sobre todo lo que podría llamarse "la versión
estructuralista de la estructura" en matemática, tiende a
privilegiar el objeto matemático como sl. fuera algo que
existe realmente y las otras cosas serían pura apariencia
o cubrimientos.
La matemática avanzada corriente, esa parte de la
matemática que no es investigación de los fundamentos,
es una mezcla de razonamientos seudoformalizados acer-
ca de ciertos objetos en principio formalizables y nos
presenta un problema, a cualquier nivel de formalización
que lo consideremos, sea la Introducción a la topología
combinatoria o el capítulo I de la Teoría de conjuntos de
Bourbalu: ¿Hay alguna cosa que es un nudo o una banda
Moebius y que se formaliza o se escribe de alguna manera
en un sistema matemático o bien no hay otra cosa que un
sistema matemático en el cual una simple tira de letras se
llama banda de Moebius o nudo?
Creo que nos movemos lejos de estos extremos y en esto
no se diferencia mucho un matemático de un psicoanalis-
ta. Es decir, el modo de abordaje más formal o menos
formal es una cuestión de detalle en estos niveles, nos
movemos en un punto intermedio entre estas dos cosas: no
es cierto que los nudos estén ahí en el mundo independien-
temente de su presentación matemática; tampoco es cier-
to que no haya otra cosa que una pura tira de letras.
Con esto podríamos abrir el campo para una discusión
en otro terreno, se podría mostrar que en estas formula-
ciones "rengas" que hacemos falta articular el juego de los
tres registros -en esto hay consenso general- y sobre

200
todo - y en esto diría que estoy más jugado personalmen-
te-falta ponerlos en juego por medio de subrayar el papel
fundamental de la escritura. La escritura no es simple-
mente un medio para pasar de una representación a otra,
o de un objeto formal a uno intuitivo, o recíprocamente.
-Afirmaré que la escritura es el objeto de nuestra investi-
gación, espero poder desarrollarlo en otra oportunidad.
Hoy quiero trabajar de$de este punto de vista, algo de
la estructura nodal.
· Recuerdo que un nudo está determinado por una línea
cerrada en el espacio. Acostumbramos a utilizar una
cuerda con los extremos unidos. Para ilustrar lo que
piensa un matemático de la relación entre estas dos cosas,
remito a la tapa de "Investigación y Ciencia", número de
Agosto de 1979 que muestra una soga retorcida. La
explicación dice que la cubierta m u es tra una cuerda cuyos
extremos se han unido para obtener un modelo del objeto
matemático llamado nudo.
Este es un caso de una de las tendencias de las que
hablaba: el nudo sería un objeto matemático, la cuerda, en
cambio, un modelo de él; casi se puede decir, una sombra
de la forma Nudo, en el sentido platónico.
Para nosotros, esa cuerda más o menos enrollada es un
modo de acceder a la estructura de nudo; un modo más
engorroso tal vez, o menos seguro, pero no de un orden
completamente ajeno a la presentación. Las razones ma-
temáticas para esta correspondencia entre líneas geomé-
tricas y cuerdas, y los recaudos que tenemos que tomar,
los doy por conocidos.
Recuerdo también que si una línea puede deformarse
hasta coincidir con otra, las dos determinan el mismo
nudo. La palabra técnica es que las dos líneas son isotópi-
cas y la definición formal ya la di muchas veces.

201
Entonces, líneas isotópicas determinan el mismo nudo.
Para la proposición recíproca hay algunas alternativas, la
más simple es decir que dos líneas determinan el mismo
nudo, sólo en el caso de ser isotópicas. Otra que es la que
implícitamente usamos, es que también definen el mismo
nudo dos líneas que son una imagen especular de la otra
como los dos nudos d y e de la figura 2. La figura 2a
muestra una circunferencia. El nudo que determina se
llama nudo trivial, la figura b también es una presenta-
ción del nudo trivial.

o @) ®
awb ~e
d e
Figura 2
Por supuesto, doy los ejemplos más simples; hay infini-
tos nudos.
Entonces, estudiar teoría de nudos es estudiar esa
estructura, es decir las infinitas maneras de poner una
línea en el espacio, clasificadas por isotopía o eventual-
mente, por una relación más fuerte.
Recurro a la figura 2 para ilustrar lo que dije hasta
ahora. Hay allí varias presentaciones de nudos. Las
presentaciones a y b corresponden un mismo nudo, las
reglas de reescritura me permiten demostrarlo; lo llamo
nudo trivial. Las presentaciones e y d corresponden a otro
nudo, que llamo trébol, también puedo demostrarlo usan-

202
(
(.

do las mismas reglas y dispongo de resultados matemáti- (

cos que me permiten demostrar que el trébol no es el nudo (


trivial, es decir que las presentaciones a y b corre~ponden (
a un nudo y las presentaciones e y d a otro diferente. (
Insisto en que b y d no son el mismo nudo, sobre esto
(
volveré más adelante. Respecto de las figuras 2d Y 2e
repito que si considero que definen el mis~o nudo, en- ~
tonces debo agregar a mis reglas de reescntura la que (
permite operar por simetría. Pero si decido que la simetría
no induce equivalencia, no es automático que las dos
presentaciones correspondan a nudos diferentes pu.es
podría ocurrir que la equivalencia se diera por otro medio,
por ejemplo, por una isotopía..En el caso del tré~ol, las
figuras d y e corresponden efectivamente a nudos diferen-
tes, lo que requiere una demostración que está ~uera d~l
alcance de esta charla. Es decir, si rechazo la equivalencia
por simetría, hay dos tréboles, uno imagen espe~ular del
otro; si la acepto, hay uno solo. Pero esto no es ~s~ en otros
casos como se verá más adelante (el nudo tnvial es un
ejemplo, pero es demasiado simple). .,
Ahora paso a explicar por qué digo que la presentacwn
de un nudo es una escritura, o bien, si se quiere, doy un
paso más hacia una defmición de ~scritura:
En primer lugar, el nudo esta determinado po~ su
presentación. No voy a detallar las reglas que permiten
decir si un dibujo es la presentación de un nudo o no, pero
son muy sencillas y si se cumplen, tengo una present.ación
y a una presentación le corresponde un nu~? determinado
de manera única. A partir de la presentacwn de un nudo,
puedo saber todo lo que se pue~a sabe~ del nudo. La
escritura determina el objeto. (ÜJO: no digo que cree el
objeto, lo cual requiere una discusión aparte, sino que lo
in dividualiza).

203
En lo que acabo de decir, está implícito y conviene
acl~rarlo, que muchos dibujos "diferentes" serán esen-
taciOnes, por aplicación de las reglas que acabo de ::f'encio-
~a; Y s~bray_o, se;,án la misma presentación. Esta apari-
cwn.de 'lo mismo es fundamental para que se tenga una
escntura, pero no es sobre esto. que quiero insistir ahora.
L~ fi~ra 3 muestra dos dibujos que resultan ser ''la
misma presentación de un trébol que la figura 2d.

(
. Figura 3
E~ segundo lugar, tengo reglas de reescritura que me
permlte~ demostrar que dos presentaciones correspon-
den al mism~ nudo: son las que apliqué en la figura 3 entre
a Y b Y también entre e y d.
< + ~átese que ~sta distinción que hago entre dos presen-
< .a~wnes del mismo nudo, por un lado Y dos dibujos de la
( m~sma presentación por otro, se apoya sólo en los dibujos
! mismo~ Y no en el modo de obtenerlos; en particular no
< nace mn~na referencia tridimensional. Si para obte~er
~resent~cwnes de un nudo recurro a proyectar la línea
1 ;o~re diversos planos, el resultado puede caer en cual-

( 1m era de los dos casos, sin que sea fácil distinguirlos por
< 11n argumento en tres dimensiones.
< En terc.er lugar, puedo definir operaciones escritura-
( .tes, es dec.l~, operaci~nes que me permiten pasar de una
J::¡ resentacwn a otra Sin referencia a los nudos que presen-
an. Por supuesto, estas operaciones me interesan en
(

(
204
tanto que, a continuación puedo comparar los nudos
respectivos y decir, por ejemplo, si son o no equivalentes.
La operación que convierte 2d en 2b es el cambio en el
cruce superior derecho. Digo que por este cambio de un
cruce en la presentación, convertí el trébol en un nudo
trivial. Esto lo considera Lacan en Le Sinthome, llama
lapsus a escribir como en b en lugar de como en d. Este
lapsus tiene consecuencias. Esto mismo se planteará en
una estructura más complicada, cuando se refiera al
"nudo de Joyce" en el mismo seminario.
Tengo que subrayar, nuevamente, que la operación es
sobre la escritura; no es el nudo el que tiene cruces, es la
presentación. Por ejemplo, si hubiera tomado 2a en lugar
de 2b como presentación del nudo trivial ¿dónde estaría el
cruce reescrito? La secuencia total es la siguiente: paso de
2d a 2b por la operación de cambiar un cruce, luego
pruebo, usando las reglas de reescritura, que 2b presenta
el mismo nudo que 2a es decir, que es el nudo trivial. Aquí
puse en juego todas las propiedades que mencioné de la
presentación como escritura. Para cada nudo hay un
número que llamo número mínimo de cruces, ninguna
presentación de ese nudo puede tener menos cruces,
aunque, cie1"tamenb~, algunas presentaciones pueden te-
ner más.
El número mínimo de cruces para el nudo trivial es O,
la presentación 2b, sin embargo, tiene tres cruces. Para el
trébol, el número mínimo es tres.
Hasta aquí hablé de nudos. Un nudo está determinado
por una línea cerrada en el espacio. Ahora pasar~ a hablar
de cadenas, que están determinadas por una colección de
líneas cerradas en el espacio, sin punto común.

205
Comencé por los nudos porque son algo más sencillos y
la técnica que aplicamos a ellos se puede extender a las
cadenas. En la figura 4 hay varias presentaciones de
cadenas. 4a corresponde a una cadena de dos eslabones
sueltos; 4b a una cadena de dos eslabones enlazados; 4c a
una cadena lineal de tres eslabones; 4d. a una cadena
borromea de tres eslabones, me detendré en esta.

oo a

Figura 4
Este es el famoso nudo borromeo de Lacan, en el que lo
Real, lo Imaginario y lo Simbólico están enlazados. Como
se trata de tres eslabones deberíamos decir "cadena" en
.lugar de "nudo", que es lo que haremos de aquí en adelan-
te. "Nudo borromeo" es su nombre vulgar, no técnico,
Lacan a partir de cierto momento lo llama "cadena borro-
mea".
La propiedad que nos interesa en una cadena es lo que
ocurre al suprimir un eslabón, es decir, la manera en que
los restantes eslabones quedan enlazados.
En la cadena lineal de tres eslabones (4c) si se suprime
un eslabón de los extremos, los otros dos quedan enlaza-
dos como en (4b ). En la cadena borromea (4d) si se suprime
un eslabón los otros quedan sueltos, como en (4a). Esta
propiedad: "si se suprime un eslabón los otros quedan

206
(

sueltos" se llama propiedad borromea y puede generali- (


zarse a cualquier número de eslabones. (
Para obtener esta presentación de la cadena borromea
(lo mismo vale para construirla con tres cuerdas) se puede
(
usar el siguiente método: se colocan dos eslabones s~per­
puestos y el tercero se trenza "por arriba de el de arnb~ Y
por abajo del de abajo". Por supuesto, otras presentaciO- (
nes son posibles. (
Quiero avanzar en la consideración de esta es~r~ct~ra
(
borromea, en cuanto sea posible no considerarla Identi~a
a la cadena matemática que acabo de mostrar. Es decrr,
buscar alternativas para expresar las mismas propieda-
des con otros recursos matemáticos. No voy a avanzar (
mucho, pero voy a enmarcar algunas cosas que aparecen (
en el seminario R .S.I. (
Esa propiedad de la cadena borromea que se pone de
manifiesto en al presentación 4d parece expresar algo
muy básico del tipo de una resistencia a la puesta en
orden: si se fuerza un orden entre dos eslabones, el tercero
no entra en él. Este tipo de estructuras aparecen en otros
campos, la biología por ejemplo, y quie~o arriesgar que se
da cuando se intenta forzar una escntura que no e~ lo
bastante potente para expresar la estructura. La escntu-
ra nodal parece ser especialmente adecuada ~ara expre-
sar esto, pero es difícil decir que es una prop1edad de la
"estructura nodal''.
Abordar esta estructura borromea con otros rec~rsos
es lo que hace Lacan en algunos pasajes poc~ trabaJados
de R.S.I., incluso suprimidos en algunas versiones. Voy a
tomar algunos fragmentos de la cuarta clase, 21-1~1975
en los que un hilo conductor que está de~de .el comienzo,
reaparece para continuar en l~s clase s:guientes. Es el
tema de existencia, consistencia y aguJero, que Lacan

207
pone en correspondencia (equivalencia, dice más adelan-
te) con Real, Imaginario, Simbólico.
La figura 5 muestra el dibujo con el que comienza la
clase, son tres hojas, que para mayor claridad, aparecen
separadas a la derecha. Se ve que si se toman dos hojas,
una está arriba de la otra, pero la tercera resiste este
orden. Una ventaja de trabajar con hojas en lugar de
cuerdas es que con las hojas sólo son posibles dos combi-
naciones: la que acabo de dar y la de las tres hojas
encimadas.
Las hojas son infinitas, de modo que esta estructura no
se deshace por un simple desplazamiento. Indiqué con un
( número la cantidad de hojas que se superpone en cada
punto del dibujo.

'
S
''

2
1
1,/
'
' 2
'
~
(
( Figura 5
A partir de esta figura es posible leer el gráfico que
s.parece apróximadamente en la mitad de la clase, que es
< una versión ligeramente modificada del que ya apareció
1
cm "La tercera" (figura 6). Aquí aparecen Inconciente, falo
1
.1 la trilogía inhibición, síntoma, angustia; esto no es
r xpresable en una cadena de tres cuerdas.

208
(
Figura 6

· Inc.

S
R

5 a la figura 6 hace falta la clave


Para pasar ~e la figurdia también está en esta clase
de una figura mterme a que .
(figura 7).

209
CONSISTENCIA

Figura 7

Es una hoja con un borde y un agujero, entre el agujero


y el borde dice existencia y en el borde, consistencia.
"...el inconciente lo sitúo en este intervalo, si puedo
decir, entre dos consistencias, lo que aquí se anota como
un borde ... borde de página, y lo que aquí se cierra y
cerrándose implica el agujero ... " dice Lacan respecto de
este gráfico. Aquí se ve que si en la versión de cadena de
cuerdas, consistencia podría confundirse con materiali-
dad, en esta versión la consistencia es borde.
Esto que tal vez corresponde a la estructura nodal y
excede la presentación como cuerdas, Lacan lo pone a
trabajar inmediatamente, es en términos de existencia
entonces que hay que leer este párrafo: '
" ... ¿qué es lo que del inconciente hace existencia?, la
función del síntoma."
Los otros elementos que aparecen en el gráfico, a, Goce
fálico, Goce del Otro, sentido, pueden escribirse algebrai-
camente a partir de los tres registros y que aparezcan en
determinadas zonas del dibujo no quiere decir que haya
que pensarlos como intersecciones. De hecho, en una
cadena no hay intersecciones, hay agujeros y combinacio-

210
nes de aguJeros, y estas zonas pueden leerse de esta
manera.
N o pasa lo mismo con las zonas sombreadas, hasta aquí
no había otro recurso que el pensar ·el dibujo como un
esquema sugerente, propongo en cambio, que son algo que
pone a prueba la estructura borromea de tres, para decir
que hace falta algo más. Lacan, después de jugar con
colores y orientaciones, va a introducir definitivamente el
cuarto, en el final de este seminario y en Le Sinthome.
Siguiendo estos dos seminarios, es posible seguir los
avatares del cuarto elemento. De cualquier modo, que a
partir de ahí pueda articularse todo lo que aparece en
estas figuras que acabo de mostrar, es un trabajo por
hacer.

Referencias

Seminario XXII, R.S.I. (inédito)


Seminario XXIII Le Sinthome (inédito)
La Tercera (Actas de la Escuela Freudiana de Paris, 1974, Petrel,
Barcelona, 1980)

211
(

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(

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(

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(
Este libro se tenninó de imprimir en
(
GANIA PRODUC. GRAFICA
(
Martín Rodriguez 545
(
Buenos Aires
(
Marzo de 1994
(

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