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Tema: La Adoración.

Introducción: Muchos llegamos a la iglesia pensando que vamos a


escuchar lo que Dios tiene para nosotros. Pensamos en el servicio, del
predicador y de quien cantará, etc., nos han enseñado que tenemos que
llegar a la iglesia para ver que tiene Dios para nosotros. Que no importa el
problema que tengamos que Jesús es la solución. Pensamos Dios nos
quiere ahí para hablarnos solamente, por eso llegamos a la hora que sea,
nunca estamos la mayoría desde el principio del culto.
En este estudio veremos la importancia del culto, de cuál es el verdadero
propósito del mismo. En el Antiguo Testamento podemos encontrar el
modelo de adoración que agrada a Dios. El rey David tenía la peculiaridad
de cantarle a Dios con todo su corazón, es más, era un diálogo que
mantenía con Dios, como podemos ver en el libro de los Salmos, que por
cierto eran alabanzas para Dios.
El propósito principal del culto es la adoración a Dios, es cuando su pueblo
se reúne para tener un encuentro con su Hacedor. Tenemos que llegar
felices que Él nos ha dado tan preciosa salvación. Que tanto nos ama que
mando a su Hijo al mundo para que el mundo fuese salvo por Él.
Solo hasta después de haberle alabado y adorado es que estamos listos
para escuchar su Palabra.
Como Ilustración tenemos el Salmo 100.

1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.


2 Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo.
3. Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros
mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
4 Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con
alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.
5. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad
por todas las generaciones.
La estructura del salmo es tan sencilla como esto:
1. Primer llamado a la adoración. V.1,2
2. Por qué Dios debería ser adorado. V 3.
3. Segundo llamado a la adoración. V 4.
4. Por qué Dios debería ser adorado. V 5.
Este salmo es un llamado a toda la tierra para adorar al Señor. El llamado
va mucho más allá de los estrechos límites de Israel y se extiende hacia
todos los gentiles. La adoración no pertenece a una sola nación, sino a
toda la humanidad. Por lo tanto la adoración no está confinada a un solo
pueblo.
Hay algo muy importante que debemos conocer para poder alabarlo y
adorarlo y es reconocer lo que Dios es en sí mismo, su grandeza, su
potestad, su señorío y lo que nosotros somos en relación a Él. Esto es
algo muy importante que debemos considerar y aplicarlo es algo muy
serio y vital en la adoración.
Esta es una gema poética, una pieza clave para la vida espiritual exitosa.

Punto 1. ¿Qué quiere Dios de nosotros?


Que estemos dispuestos a tener un encuentro con Él para santificarlo por
su amor y bondad y al mismo tiempo que estemos dispuestos a
sacrificarnos y que nos ofrezcamos de todo corazón dando las gracias
anticipadamente por lo que él hará en nosotros.
El quiere que estemos dispuestos a entregarle lo mejor de nuestras vidas.
(Lev. 7:12)
Nuestro sacrificio tiene que ser aceptable a él.
Y cuando ofreciereis sacrificio de acción de gracias a Jehová, lo
sacrificaréis de manera que sea aceptable. Levítico 22:29
Muchas veces hacemos cosas que a Dios no le agradan, solo porque nos
satisfacen a nosotros, lo hacemos creyendo que le agradarán a Dios solo
porque nos agradan a nosotros, pero la verdad que no lo hacemos de
corazón, ni siquiera sentimos lo que estamos haciendo, no lo estamos
haciendo en el Espíritu lo estamos haciendo en la carne.

Punto 2. ¿Por qué y cómo?


Jeremías 30:19 “Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que
está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré,
y no serán menoscabados.”
Porque estamos felices de lo que Él ha hecho en nuestras vidas. Por
habernos dado una salvación tan grande.
Salmos 26:7 “Para exclamar con voz de acción de gracias, Y para contar
todas tus maravillas.”
Así como el salmista proclama para sí mismo una relación apropiada con
el Señor y dependencia en El, por lo que espera su vindicación, así
nosotros debemos de estar dispuestos a depender totalmente de Él.
Pero ¿Cómo?
Primero haber recibido a su Hijo, nuestro bendito Señor Jesucristo, como
nuestro salvador de nuestras vidas, esta es la parte más importante en la
acción de gracias, ser verdaderos hijos de Dios por medio de la sangre
preciosa de Cristo.
Además debemos estar dispuestos a seguirlo y a cumplir su Palabra.
Porque solo permaneciendo en Él podemos agradarlo para lograr su
bendición y protección. Él lo dice:
“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid
todo lo que queréis, y os será hecho. (Juan 15:7).
Porque Dios se agra con:
“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así
mis discípulos. (Juan 15:8).

Punto 3. ¿Cómo debemos bendecir?


1 Corintios 14:15-17 “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré
también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré
también con el entendimiento. Porque si bendices sólo con el espíritu, el
que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de
gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das
gracias; pero el otro no es edificado.”
Glorificando a Dios y bendiciendo a nuestros semejantes en oración con
el espíritu pero también con nuestro entendimiento, para todos seamos
edificados.

Punto 4 y cierre.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Pero en el
nombre de nuestro Señor Jesucristo. Filipenses 4:6
Debemos de confiar en Dios que él nos contestará nuestras peticiones
toda vez tengamos confianza plena y siempre persistiendo en la oración
con acción de gracias.
Dios se deleita de gran manera en la alabaza de sus hijos y el escucha
todas nuestras oraciones.
Si usted ha sentido o cree que este sermón le ha tocado su corazón y
quiere recibir a Jesucristo como su Salvador personal, solo tiene que hacer
la siguiente oración:
Señor Jesús yo te recibo hoy como mi único y suficiente Salvador
personal, creo que eres Dios que moriste en la cruz por mis pecados y que
resucitaste al tercer día Me arrepiento, soy pecador. Perdóname Señor.
Gracias doy al Padre por enviar al Hijo a morir en mi lugar. Gracias Jesús
por salvar mi alma hoy. En Cristo Jesús mi Salvador, Amen

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