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Cuando un matrimonio con hijos decide romper el vínculo matrimonial por divorcio o
separación, deben decidir qué va a pasar con los hijos, es decir, quién se va a quedar con
la guarda y custodia de los hijos y, en caso de que no se acuerde o no se establezca por
el juez una guarda y custodia compartida, tendrá que decidirse el régimen de visitas a
favor del progenitor no custodio.
Así, en caso de que solo uno de los progenitores tenga la guarda y custodia de los hijos,
se tendrá que otorgar a favor del otro un régimen de visitas para estar con sus hijos.
El régimen de visitas es el derecho del padre o la madre que está separado o divorciado y
que no tiene la guarda y custodia de sus hijos a pasar tiempo con sus hijos.
Hay que decir que, además del derecho a un régimen de visitas el progenitor no custodio
tiene el deber de pagar la pensión de alimentos a favor de los hijos, pero que, el
incumplimiento del pago de la pensión de alimentos no implica que el régimen de visitas
se extinga.
Es decir, hay muchas situaciones en las que cuando el progenitor no paga la pensión de
alimentos, el otro progenitor, como castigo por el incumplimiento, quiere que mientras no
pague la pensión, no pueda ver a su hijo o hijos. Esto no funciona así, con independencia
del pago o no de la pensión de alimentos (cuyo pago se puede reclamar judicialmente) el
padre o la madre tiene derecho a pasar tiempo con su hijo, porque se entiende que no
solo es un derecho del padre o de la madre, sino también del hijo y que el pago de la
pensión de alimentos no debe ser condición para pasar tiempo con los hijos.
Hay que decir que éste siempre ha sido el régimen de visitas por excelencia, es decir, el
que se ha aplicado normalmente, aunque ahora, cada vez son más amplios y, por
ejemplo, los días intersemanales, en vez de devolver a los hijos a las ocho o nueve de la
noche, se quedan a dormir en casa del progenitor que no tiene la guarda y custodia y éste
los lleva al colegio al día siguiente directamente. Por lo que, a veces, hay algún régimen
de visitas tan amplío que podría llegar a confundirse con una guarda y custodia
compartida.
En caso de que el hijo o hijos sean menores de tres años, durante un tiempo o hasta que
los hijos no tienen los tres años de edad, el régimen de visitas no incluye la pernocta con
el padre (en caso de que éste sea el que no tenga la guarda y custodia de los hijos), pero
esto, es cada vez menos habitual. Esto se hacía antes para no romper el periodo de
lactancia del menor con su madre, pero cada vez es más habitual que el hijo menor de
tres años pernocte con el padre desde el principio para que sea algo natural y no requiera
adaptación posterior.
A modo de ejemplo, pasamos a facilitar como sería un modelo de régimen de visitas típico
de un convenio regulador:
Para procurar una formación íntegra del hijo y fomentar la relación con su progenitor, se
propone que éste pueda estar en compañía de su hijo: