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.iU.IJ
ISBN 950-892-247·8
1 Lugar
� Editorial
Alberro, Norma
Hacia Lacan - 1a ed. - Buenos Aires : Lugar Editorial, 2006.
128 p.; 20xl4 cm. INTRODUCCIÓN
ISBN 950-892-247-8
1. Psicoanálisis. l.Título
CDD 150.195
En octubre de 1966 Lacan publica su primer libro: los Escri
tos; tenía sesenta y cinco años. Es su único libro escrito, el res
Diseño de tapa: Silvia C. Suárez
to de su obra lo conforman sus 26 Seminarios. Algunos de ellos
-aún no editados- circulan en fotocopias. Los Escritos son una
compilación de textos, artículos, comunicaciones que se ex
tienden a lo largo de treinta años, desde 19361, año de la expo
sición de su artículo "El Estadía del Espejo".
Hasta ese momento, Lacan era muy conocido por sus alum
nos, analizantes y colegas. El gran público lo va a descubrir
precisamente en esos años, en los '60, luego de la publicación
de su libro.
Los seminarios de Lacan no fueron expuestos, desplegados,
para tener una comprensión rigurosa de sus contenidos. Sus
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro, en forma idéntica o mo propios alumnos tardaron muchos años en acostumbrar la
difkada y por cualquier medio o procedimiento, sea mecánico, informático, de graba oreja a este tipo de discurso y en encontrar una estructura pro
ción o fotocopia, sin autorización de los editores. pia, un desarrollo autónomo: el de los significantes.
Lacan exponía su teoría practicándola en sus seminarios.
Lanzaba fórmulas tales como: "no hay relación sexual", "el
océano de goce de Yocasta", "l 'hommelle", y sus alumnos rela
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tan que les llevó mucho tiempo comprender aquello de lo que
ISBN-13: 978-950-892-247-2 hablaba.
© 2006 Lugar Editorial S.A. La palabra de los seminarios era una palabra viva que pro
Castro Barros 1754 (C 1237ABN) LAF ducía efectos vivientes. En efecto, era de esta manera, con es
{"IJ
PIA
Buenos Aires.Argentina MATA IBRO tos vacíos en el lenguaje, que sus discípulos comenzaron a co
Tel/Fax: (54-11) 4921-5174 / (54-11) 4924-1555
E-mail: lugared@elsitio.net / info@lugareditorial.com.ar
I nocer los efectos del inconsciente. De este modo empezaron a
www.lugareditorial.com.ar saber a qué se llamaba la verdad. Esa que habla, ("Yo, la verdad,
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 l. En el Congreso de Marienbad (31 de Julio de 1936), Lacan presenta este artículo
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina marcando su primera intervención en la teoría psicoanalítica.
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la certeza de que toda mente bien conducida puede llegar al Ahora bien, ¿de qué sujeto se trata? El sujeto freudiano se ca
conocimiento de la verdad. racteriza por una fractura, por un corte debido al inconsciente
El Discurso del método (1637) enuncia las reglas que debe (represión, representante-representativo). El concepto de in
dirigir toda investigación, filosófica o científica. En las Medita consciente perturba la ilusión de una transparencia del pensa
ciones Metafísicas (1641)2 que constituye su obra filosófica fun miento con él mismo: el sujeto no sabe los pensamientos que lo
damental, parte de una duda "metódica" sobre todas las cosas, determinan. Los ejemplos <:lel sueño y del lapsus lo confirman,
y descubre que en la duda más radical no se puede dudar del así como todas las formaciones del inconsciente, el síntoma y la
hecho de dudar. El pensamiento, entonces, representa nuestra inhibición, revelando la inadecuación del sujeto consigo mismo.
primera certeza, y desde ahí, el filósofo va a deducir su existen Definiendo el inconsciente como pensamientos y no como
cia. Llega, por este camino, a la célebre fórmula: "pienso, luego fuerzas ocultas, Lacan re-sitúa sobre el terreno de la filosofía
existo". clásica la cuestión del sujeto de sus pensamientos. Para evitar
Ahora bien, para Lacan, la incidencia del inconsciente desa la doble conciencia, Lacan funda el sujeto nO sobre lo subjeti
loja este "sujeto pensante" de su lugar en el edificio filosófico. vo, sino sobre la certeza.
Este proceso de desalojar el sujeto de su lugar tradicional, La Freud considera el inconsciente constituido por pensa
can lo va a llamar "subversión del sujeto". Pero Lacan no es fi mientos más allá de la conciencia. Descartes funda su "yo
lósofo, es al psicoanálisis y no a la filosofía que corresponde pienso" en "yo dudo". En la duda Freud encuentra la certeza. Es
elaborar una teoría del sujeto adecuada a la experiencia freu precisamente cuando el sujeto duda de lo que dice que, -afir
diana, que demuestre que "el yo no es amo en su propia casa". ma Freud- podemos estar seguros que este dicho proviene del
Era necesario, entonces, acudir a diversas disciplinas para for inconsciente. Lacan sostiene la homologación del sujeto del yo
malizar el concepto de inconsciente. Lacan recurrió a varias pienso, en relación al yo dudo3
doctrinas para construir su teoría del sujeto inconsciente: lin Paradojalmente Lacan recurre a Descartes, filósofo que no
güística estructural, lógica, topología, matemática, filosofía, se puede decir que sea un precursor del psicoanálisis. Se apo
hasta llegar al materna a través del cual le da estatuto de cien ya en el cogito cartesiano para afirmar: "El sujeto, el sujeto car
cia al psicoanálisis. tesiano, es el presupuesto del inconsciente" 4. Este recurso a
Lacan reinterpreta el inconsciente freudiano de una mane Descartes es juzgado necesario por Lacan, para darle un lugar
ra que hace valer el sujeto como dividido por su propio discur al "ser del sujeto" y rechazar el sujeto de la psicología, llegando
so. Este concepto de división del sujeto surge de una trayecto de esta manera al concepto de sujeto barrado ($) en tanto efec
ria teórica de Lacan que va desde la lectura de Freud al to del lenguaje y producción significante.
estructuralismo. El concepto clave de este recorrido es el signi En este texto de 1964 ("Posición del inconsciente") 5 Lacan
ficante. Con este concepto Lacan, refiere el inconsciente freu afirma la urgencia de una teorización del sujeto para asegurar
diano a su estructura de lenguaje.
3. Lacan J., Seminario XI, Los cuatro conceptos fundamentales, Cap. IY.
2. García Morente, M. Discurso del Método y meditaciones metafísicas. Espasa-Cal 4. l..acan J., Escritos. "Posición del Inconsciente".
pe. Buenos Aires, 1937. 5. Lacan, J., lbíd.
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la autonomía, con respecto a la psicología, de cuatro concep
tos fundamentales: pulsión, repetición, transferencia, incon Freud concluye que un "clivaje en el yo", una rajadura en el
sciente. yo, una hiancia, impide definitivamente la posibilidad de una
De esta manera se encuentran varias fuentes lacanianas pa función de síntesis del yo respecto de la realidad, en otros tér
ra construir su teoría del sujeto: minos, es la realidad sexual, la castración, el pivote de esta di
l. La filosofía del cogito cartesiano visión.
2. Freud re-interpretado gracias a la teoría del significante. Es a esta hiancia que hace referencia Lacan para fundar su
"El inconsciente es un concepto forjado sobre la huella, sujeto barrado como efecto del lenguaje. Esta operación Lacan
la marca de lo que opera para constituir el sujeto"6. Esta la llama separación, concierne al sujeto en tanto que se divide
marca es el trazo unario (SI). a sí mismo bajo la acción del significante. Esta división tiene su
3. El modelo estructuralista que permite definir un nuevo fundamento en el complejo de castración, es decir en la prohi
sujeto, no ya sustancia o síntesis, sino efecto de una bición del goce a todo ser hablante.
combinatoria significante: Lacan leyó a Freud utilizando al mismo tiempo el hilo con
ductor de la castración y del lenguaje. De allí deriva la correla
Sl ----;•� S2 ción entre dos formas de pérdida o de amputación del goce:
,S a por el lado de la palabra y por el lado de la pulsión, del objeto
a. El objeto a, concentra el único goce permitido al ser hablan
4. Un sujeto del fantasma relativo al objeto del deseo CS"O a). te: el goce fálico.
Es por esto que hay un doble origen de la división del suje
to en Lacan:
División del sujeto • división del hecho del lenguaje, de la incidencia del signi
ficante en el deseo;
El punto de partida de la teoría del sujeto del inconsciente • división de la pulsión sexual, lo que es un aporte propia
de Lacan es freudiano. Se trata de la spaltung, término que mente freudiano.
Freud utiliza en el artículo "Fetichismo" 7 (1927) para dar cuen
ta de un hecho clínico: la perversión fetichista. Ésta revela una La división del sujeto opera por la causa del deseo (objeto a)
doble posición del sujeto, la coexistencia de una doble afirma y por la ley del significante. En el Seminario XI (cap. 11), Lacan
ción contradictoria: ausencia del pene en la mujer (especial afirma que esta hiancia es el nudo por medio del cual el incon
mente la madre) y su desmentida por la creación de un fetiche sciente se anuda a lo real. Este nudo es la cicatriz del incon
que vuelve a la mujer aceptable como objeto sexual. El fetiche sciente.
vuelve soportable, para el fetichista, la castración femenina ha Pero en Freud la división es también doble, por un lado la
ciéndola causa del deseo. r presión en tanto condición del inconsciente, funda el repre
6. Lacan J., Ibíd. sentante-representativo, constituye el nódulo, el ombligo del
7. Freud, S. Obras Completas. Vol. 111. "Fetichismo". Biblioteca Nueva. Madrid, 1968. Inconsciente; y por otro lado, la división operada por la castra
dón como dijimos antes.
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Hemos visto la influencia de Descartes en su concepto de la pulsión de muerte que contradice el objetivo mismo de la
subversión del sujeto. Veamos ahora, cuál es la distancia que La pulsión, la satisfacción, de lo que da cuenta su sujetamiento a
can quiere marcar con respecto a Hegel. Concierne esencial la palabra. Freud usa solo el concepto de deseo para explicar la
mente al concepto de división del sujeto. Si la unidad del sujeto pulsión, Lacan en cambio, lo desdobla en deseo y demanda.
pudo ser un criterio de validez de la ciencia y de la filosofía, el Esta incidencia del significante del Otro a nivel de la pulsión
aporte de Freud, y de Lacan después de él, denuncian su inge freudiana muestra que la pulsión no es el instinto, sino que el
nuidad. Del hecho de su doble sumisión al sexo y al lenguaje, el deseo del Otro condiciona las paradojas del deseo. Es por eso
sujeto está escindido para siempre. Lacan señala esta división que Lacan escribe: "Es el reconocimiento de la pulsión que
como la imposible reconciliación del sujeto de la verdad con el permite construir con certeza el funcionamiento llamado por
sujeto de la ciencia. Para Hegel, el problema de saber cómo se mí división del sujeto o alienación"9 .
efectúa la correspondencia del pensamiento y el ser, es resuel
to afirmando que el saber, el discurso que lo expresa y el mun
do mismo, no son más que el desarrollo de la idea. En la diver El sujeto y lo subjetivo
sidad todo está dado como despliegue de lo absoluto y de lo
verdadero. Hegel considera lo verdadero y lo absoluto no como La estructura de la pulsión freudiana nos esclarece acerca
sustancias, sino como sujeto. En esta idea reside su idealismo. de la definición lacaniana del sujeto como sujeto barrado por
En el pensamiento de Hegel8 existe una necesaria reconci el significante. Es necesario agregar también, que el sujeto la
liación del sujeto de la verdad y del sujeto de la ciencia. Dicho caniano está desprovisto de las propiedades que la psicología
de otra manera: enunciado y enunciación se encuentran en el le confiere. No es la unidad sintética de las representaciones,
mismo plano. Esto, en la perspectiva lacaniana, se entiende co no es transparente a sí mismo. Al contrario, Lacan separa el su-·
jeto y la subjetividad. Existen representaciones inconscientes
mo una confusión entre el "yo" y el "sujeto". La verdad hegelia
na no puede ser asimilada a la verdad freudiana ni lacaniana ' que no son subjetivadas, pero que producen el sujeto del in
consciente. Por ejemplo, la histeria al materializar en su cuer
puesto que para Hegel el sujeto, desde el origen, sabe lo que
quiere. po lo reprimido inconsciente, demuestra que es posible pen
Esta división del sujeto, que la tradición clásica ha querido sar con sus pies o con sus brazos cuando éstos se paralizan.
reducir a la del alma y del cuerpo, a la razón y las pasiones, no Estos síntomas expresan pensamientos inconscientes. Lo sub
es tampoco la división emanada de los conflictos entre dos ins jetivo no se encuentra del lado del que habla; la subjetividad,
tancias: el yo y el ello. Lacan mostró que estas dos instancias no dice Lacan, "está presente en lo real" 1 º. Lacan se niega a hacer
podían articularse sin el tercero simbólico que constituye el de la alucinación un fenómeno subjetivo proyectado al exte
Otro, ya se trate de las identificaciones imaginarias del yo, o se rior. Siguiendo a Freud, va a afirmar que la alucinación es el
trate del ello, del Es pulsional. Éste se desdobla por la acción de r tomo en lo real de aquello que no ha sido simbolizado, es
l. l.acan J., Seminario XI, "Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis"'
8: AA.W. Hef!�l y el pensamiento moderno. Seminario dirigido por Jean Hyppolite.
< :11¡1. XVIII.
Siglo XXI Ed1c1ones. Buenos Aires, 1973. 111. 1.1can J., Seminario III. "La Psicosis".
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El sujeto y la pulsión. El inconsciente y el ello El togito cartesiano, según Lacan, contiene la anticipación
del sujeto supuesto saber, con la condición de aceptar esta an
Lacan no considera el sujeto como dado de antemano, el tinomia: la de ser y la de pensar. La división lacaniana del suje
Otro está primero; luego, en un segundo momento, aparece el to se expresa de esta manera, siguiendo la fórmula cartesiana:
sujeto que es un efecto de los significantes que están en el "no pienso, no soy".
campo del Otro. Este Otro que antecede al sujeto es el Otro del El "yo pienso" y el "yo soy" es otra forma de expresar la divi
lenguaje transportado por la madre, el Otro primordial. Sólo sión del sujeto en Lacan. En la fórmula cartesiana "pienso, lue
los cortes del discurso hacen posible la aparición del sujeto co go existo", hay dos yo, el yo que piensa y el yo que existe, dice
mo efecto y como segundo respecto del Otro. El sujeto no pre Lacan, y agrega que no son idénticos. Lacan disyunta este bi
cede al discurso, puesto que se nace en un discurso que nos re nario siguiendo las leyes de la lógica moderna (las leyes de
cibe, o que nos rechaza, pero en definitiva es ese discurso y no Morgan y la lógica de Boole). La negación de la conjunción car
otro el que va a determinar a tal sujeto. tesiana, permite escribir una disyunción: "o yo no pienso o yo
Este sujeto así concebido, para Lacan es un "sujeto supues no soy". Esta otra formulación de la alienación, Lacan la crea
to". Sin un saber, sin un lugar de verdad representada y que an para mostrar el "falso ser" que es el yo, marcando que el ser y el
tecede, nada podría asegurar la existencia de sujetos. En otras sujeto son dos, no uno. Las consideraciones sobre el ser del su
palabras, es necesario este tercero que constituye el saber en el jeto, permite a Lacan evitar la reducción de la división del su
Otro, para que la noción de sujeto tenga un sentido. De allí que jeto a un simple corte por el significante y a un reenvío perma
Lacan critique a la teoría de la intersubjetividad, es decir, no se nente e infinito de un significante a otro. La lógica del
puede deducir un sujeto de otro sujeto, sino que el sujeto es su fantasma hace intervenir un objeto nuevo: el objeto a, causa
puesto por el significante que lo representa ante el Otro. De es del deseo. Es causa de la división y al mismo tiempo, tapón que
ta manera, nada es más valioso para mostrar el sujeto del 11c ofrece para llenar la brecha abierta por el significante. La es
inconsciente que la experiencia de la transferencia y la suposi tructura del fantasma y la lógica del significante se articulan en
ción de un sujeto al saber en el Otro, lugar del analista. La In spaltungy en elfading (desvanecimiento) del sujeto.
transferencia viene a suplir, a nivel de una suposición del suje Esta doble división por el significante y por el objeto res
to, al saber, a su falta en el inconsciente. "El sujeto, por la trans ponde a la teoría freudiana. La segunda tópica freudiana dis
ferencia, es supuesto al saber que él consiste como sujeto del tl ngue el ello y el inconsciente, distinción que corresponde por
inconsciente, y es esto lo que es transferido sobre el analista" 12. un lado, a las formaciones del inconsciente y por otro, a la iner
Es entonces, el saber que precede al sujeto y no la inversa, por dn del goce. Estas dos entidades freudianas son ellas mismas
lo tanto no es el saber que es supuesto. El saber existe en lo divididas: el inconsciente por el lenguaje y el ello por el dualis
real, tal como lo revela la ciencia moderna, pero lo que es su mo pulsional que sitúa en la pulsión de muerte, el origen de las
puesto es que un sujeto trabaje en ese saber. IHtrudojas del goce.
De esto resulta una doble castración: hendidura por el len
unje, efecto del lenguaje, el sujeto es simple efecto de pérdi
12 Lacan J. Televisión. d ,, puesto que es de esas caídas de goce, que constituyen los
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lenguaje tiene como función identificar al sujeto. Es esta iden Para que el estadía del espejo opere es necesar�o que a ese
tificación lo que le permitirá contarse en el orden simbólico, si espejo el Otro le de un encuadre, de manera �ue la imagen ten
tuándose como mortal y sexuado. _
ga un límite y no se reenvíen una a la otra s�n fm. Este encua
En la teoría de Lacan, el Otro designa distintas instancias, dre lo otorga el orden simbólico. Es la arqmtectura en el �tro
según los contextos y las épocas de su enseñanza. Así tenemos, simbólico que organiza el mundo imaginario al cual el suJeto
el Otro como lugar de lo simbólico, el lenguaje y la palabra, que se aliena como yo, dándoles sus reglas, sus límites. Est� Otro
se opone al otro imaginario, el semejante: amigo o enemigo. La tiene sus propias leyes y son las del significante. La artl�ul�
fórmula lacaniana "el inconsciente es el discurso del Otro" se ción la combinatoria significante, la metáfora y la metoillffila
refiere al inconsciente freudiano estructurado como un len son Ías reglas que Lacan encontró en La interpretación de l�s
guaje. El Otro es también el cuerpo. En efecto, el cuerpo está sueños de Freud2, como formando parte de los procesos pri
"recortado" por el lenguaje, que aísla en él las zonas erógenas, marios del inconsciente. Son reglas descubiertas por Freud Y
o zonas de goce, por medio de los cuidados maternos siempre formalizadas por Lacan recurriendo a la lingüística estructural
erotizados. El Otro, también se encarna en personajes elevados de De Saussure y Jakobson.
a la categoría de instancias: el Otro materno, que es la madre .
El estadía del espejo aparece al final del amamantarruento,
simbólica, caracterizada por la alternancia presencia-ausen entre seis y dieciocho meses; es el reconocimiento por �l niño
cia; o la madre real todopoderosa e incluso la madre deseante, de su imagen en el espejo. Esta experiencia se caracteriza por
lugar de un enigma en cuanto a lo que quiere. la alegría y el júbilo con que el niño recibe su imagen. Fu� d�s
crita por Hemi Wallon, como una etapa del desarrollo mdis
pensable para la aprehensión del "espacio extra-sensorial".
El estadía del espejo. El otro imaginario Lacan va a hacer de esta experiencia el momento fundador
de la función del yo (moi, en francés). El propósito de Lacan, en
Este texto fue escrito por Lacan en 1936, cuando comenzaba
!!U estadía del espejo, fue poner de manifiesto la conexión de
a franquear las puertas del psicoanálisis. En 1938 este artículo
un cierto número de relaciones imaginarias fundamentales -y
aparece publicado en un apartado de la Enciclopedie Fram;aise.
fundantes- en un comportamiento ejemplar producido en una
El estadío del espejo1 es la primera forma organizada del
c•tapa del desarrollo. Este fenómeno define el registro de lo
proceso de constitución subjetiva. El niño, infans, prematuro
Imaginario en la teoría de Lacan.
en cuanto a la percepción de su unidad, va a aprehender una . . . . .
Para Lacan el fenómeno del espeJO es s1gmf1catlvo en dos
imagen totalizada de él mismo. Esta figura se presenta como
cntidos:
una imagen ideal que lo llena de júbilo, al mismo tiempo esta
l. Su estudio revela las tendencias que constituyen la reali-
imagen escapa cuando el niño la quiere atrapar. Sólo puede
dad del niño.
identificarse, sin llegar a reunirse con ella.
;,., 11rc ud, s., Obras Completas Vol. l. "La interpretación de los Sueños". Biblioteca
l. Lacan, J., Escritos. "El estadía del espejo como formador de la función del yo". N111,va. Madrid, 1968
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2. La imagen especular da un buen símbolo de esta reali experiencia óptica que comporta un objeto, una imagen y un
dad, de su valor afectivo, ilusorio como la imagen misma, sistema reflector: el ojo del observador.
Y por otro lado, de su estructura en tanto reflejo de la for Pero el Otro no es el voyeuró, es aquel a través del cual la
ma humana. operación se hace efectiva. Es una superficie refleja que hace
posible un espacio detrás del espejo. En efecto, es porque hay
En la imagen especular el niño encuentra su unidad mental un lugar tercero entre el yo (moí) y su imagen: i'(a), que hay un
reconociei:ido el ide� de la imagen del doble. La imagen deÍ sujeto posible. La captación imaginaria necesita un testigo pa
otro semeJante despierta en el niño emociones y posturas si ra que el estadía del espejo pueda funcionar como tal.
milares. Este tema lo desarrolla Freud en el Proyecto3 bajo el Lacan usa estos dos esquemas para mostrar la incidencia de
�ombre de "complejo del semejante". El niño imita las expre lo imaginario y de lo simbólico en la relación al otro. En la pri
s10nes del semejante y las reproduce. De esta manera adquiere mera figura, la ilusión consiste en la producción, por medio de
un comportamiento en espejo mirándose en el otro. El Otro un espejo, de la imagen real invertida y simétrica de un vaso
prirp.ordial es la madre, es en la mirada de la madre, funcionan oculto en una caja. En esta imagen real las flores aparecen si
do ºº �º �spejo, que el niño va a captar su imagen. Con ella tuadas en la boca del vaso. Este vaso es el soporte necesario pa
-
tambien viene el lenguaje, en tanto que ella le habla. ra que la imagen se produzca. Esta ilusión es la del vaso inver
Esta primera sujeción emocional y motriz al otro constitu tido. La imagen real llamada i(a), representa la imagen
ye la primera alienación. En efecto, el niño no se di�tingue de especular del sujeto, mientras que el objeto real a sirve de so
_
la imagen que determina la estructura narcisista del yo. Antes porte a la función del objeto parcial precipitando la formación
de afirmar su identidad, el niño se confunde con esta imagen. del cuerpo. En este primer esquema, el observador está ubica
En este punto se encuentra el origen de la tendencia intru do de manera que no puede ver la imagen real i(a), por eso no
siva que está en la base del mecanismo de proyección del yo está marcada. Sólo percibe su imagen ilusoria i'(a), reflejada
desarr�llado por Freud en 1896. Este mecanismo aparece en por el espejo plano colocado en A. El juego de este modelo po
los fenomenos de transitivismo de tipo mitomaníaco caracte ne en primer plano la función de desconocimiento en la for
rísticos de los niños "no fui yo, fue el otro", o "no soy �o que lo mación del yo, puesta de relieve en el estadía del espejo.
amo, es el otro que me odia" que se encuentra en los adultos
paranoicos.
Lacan va a exponer en el texto "Observaciones sobre el in
forme de D. Lagache"4 un aparato que él denomina "aparato
de ?e�sar" para explicar su teoría del narcisismo. Este apara
to optico no escapa al estadía del espejo, ya que ésta es una
3. Fr_eud, S., Obras Completas Vol. III. "Proyecto de una Psicología para neurólogos". 5. Voyeur: "espectador atraído por una curiosidad más o menos malsana". Defini
_
Biblioteca Nueva. Madrid, 1968. ción delDiccionario Le Petit Robert de la lengua francesa. (La traducción es de la
4. Lacan, J., Escritos. "Observaciones sobre el informe de D. Lagache". nutora)
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--------- x'
decir accede al lenguaje de su deseo. La desaparición de la
imagen virtual se interpreta como la disolución de su imagen
narcisista.
Figura 2
X '
....
.... ....
.... __ -------------
En la segunda figura, el vaso y las flores intercambian sus lu i'(a) -180°
gares, el observador está ubicado en el interior y se interpone
otro espejo plano en el sitio A.
Este montaje debe interpretarse de esta manera:
• La realidad del vaso y su imagen real i(a) son invisibles al La metáfora que surge con el florero es la del cuerpo. Tra
observador, representan la realidad del cuerpo y su ima duce la visión siempre fragmentada según las leyes del len
gen real, cerradas a la percepción del sujeto. acuaje. El niño percibe su cuerpo como una unidad, motriz y
• Sólo le es accesible la imagen virtual i'(a), reflejo imagina mocional; siendo que sus vivencias son contrarias, se siente
rio donde se anticipa el desarrollo de su cuerpo en una rngmentado.
alienación definitiva. Tanto la imagen real como la virtual En la psicosis, Lacan va a ubicar la regresión tópica al esta
pertenecen al registro de lo imaginario, pero la segunda fo del espejo, en donde se deshace la ilusión de unidad y apa
(percepción mediada por la relación con el Otro) duplica la o el cuerpo fragmentado sin la imagen narcisista.
ilusión de la primera (percepción "directa'', que es ficticia). Esta anticipación a la unidad de su cuerpo le permite al ni
• Por último el punto I (Ideal del Yo, donde se ubica el trazo u un control motor de su cuerpo y acelera el proceso de ma
unario) es el que domina, para el sujeto, la imagen de sí. urución psicológica. La experiencia especular, dice Lacan, va
Esta segunda figura se obtiene a partir de la precedente por tructurar la vida fantasmática del ser humano. Ésta va a ser
una rotación del espejo plano A en un ángulo de 90° y el des u r •alidad original, que no admite definición, es así, sólo cabe
plazamiento del sujeto hasta el punto l. Representa el mo ptarla. La constitución del mundo exterior depende enton
mento de la cura en el que el analista (cuya posición determi ' de las relaciones entre lo imaginario y lo real, dependien
na el espejo), al neutralizarse como otro imaginario, anula los o Ntas de la posición del sujeto, a su vez determinado por el
efectos de espejismo producidos por el sujeto. Atraviesa la re nlflcante, siendo éste, efecto del mundo simbólico cuyo re
lación dual y la palabra vacía para percibir su imagen real, es le se sitúa en el Otro.
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trazo. Esto permite hacer aparecer el campo de lo simbólico y De Saussure observa en su Curso de lingüística general
sus efectos en lo imaginario: el hecho que haya un orden posi (1916)9, que sería ilusorio creer que el signo lingüístico asocia
ble, hace que el imaginario pueda ordenar lo real del organis una cosa y un nombre; el vínculo que el signo establece es en
mo cuyo efecto es la aparición del objeto como causa del de tre un concepto y una imagen acústica. Este último no es el so
seo. Dicho de otra manera, el orden simbólico le otorga un nido, sino "la huella psíquica de este sonido, la representación
orden a este imaginario, que hace que el yo pueda contarse en que nos da el testimonio de nuestros sentidos". Para este autor,
tre otros semejantes y permite la aparición del objeto como el signo es una realidad psíquica de dos fases: una es el con
causa del deseo. Esto supone que el Otro, en tanto que "sitio cepto, la otra es la imagen acústica. Estas dos fases insepara
previo del puro sujeto del significante", tenga alguna relación bles del signo, para de Saussure, representan las dos caras de
con el objeto a. Efectivamente, el objeto a, pertenece al sujeto una misma hoja, y llama significado al concepto y significante
pero le viene del campo del Otro, así por ejemplo el seno es de a la imagen acústica.
la madre -Otro primordial- pero el niño lo siente como suyo, El signo lingüístico es definido por la relación que se esta
ya que es el objeto de su necesidad primero y de su deseo en blece entre el significado y el significante, de donde queda ex
un segundo tiempo. cluido el objeto, designado bajo el término de referente. Esta re
Este Otro es entonces, matriz y testigo del sujeto, "testigo de lación es arbitraria, es decir que no hay relación necesaria
la verdad" o "lugar donde eso se sabe". De allí que el analista va ntre el significante y el significado. El mismo significado "pie
a ocupar el lugar del Otro donde, bajo transferencia, el anali dra" tiene por significante en francés píerre, en ruso kame, en
zante le supone un saber. Inglés stoun, en chino shi. Esto no quiere decir que los signifi
·nntes sean elegidos en forma voluntaria e individual, ni que
·nda uno elige su significante y, en consecuencia, pueden ser
El Otro simbólico. El lenguaje unbiados a voluntad. Al contrario, lo "arbitrario" del signo es
nmmativo, absoluto, válido y obligatorio para todos los sujetos
Retomando lo afirmado más arriba, habíamos dicho que, para u• hablan la misma lengua. La palabra arbitrario, significa
que el estadía del espejo opere, es necesaria la presencia del Otro 111 s exactamente, inmotivado, es decir que no hay una necesi
que encuadre el orden imaginario en las reglas del orden simbóli dnd natural o real que ligue el significante al significado.
co. Estas reglas son las del significante, es decir, del lenguaje. Esta noción del signo arbitrario fue criticada por Benvenis
Desde 1957 en el texto "La instancia de la letra en el incon l , t•ntre otros. Este autor afirma que la relación significante
sciente"8, Lacan establece las definiciones esenciales que mar ¡ nlficado no es arbitraria, sino necesaria; el concepto y la
can esta teoría lingüística lacaniana. Digo lacaniana puesto mn.c •n acústica son inseparables y se encuentran en una "si
que no es exactamente igual a la teoría del lingüista Ferdinand lríu establecida". Lo que es arbitrario es la relación del signo
de Saussure. 1 1111'icante-significado) con la realidad que el signo nombra
1 1·1,f•rente), es decir con la realidad exterior que él simboliza.
8. Lacan, J., Escritos. 11 uro E de, Curso de Lingüística General. Losada. Buenos Aires, 1945.
34 • Norma Alberro • • HACIA LACAN • 35
femeninas-, aparecen dos puertas. Es decir que en el lugar alguien encuentra un texto escrito en una lengua desconocida,
del significado se ha introducido otra función, una simboliza pueden pasar dos cosas:
ción. Continúa diciendo que en ese lugar se introduce la sim a) Creer que ese texto fue escrito en forma de clave para
bolización de una ley, que es una ley de segregación sexual. transmitirle un mensaje cifrado a él mismo. En este caso es un
Agrega que es universal y comparable a las leyes generales de lgno que el sujeto interpreta como dirigido a él y esto es un
la cultura. Por último, en el tercer tiempo, el pasaje del signi puro producto de su imaginación. Corresponde a la definición
ficante en esta simbolización, o sea el proceso por donde se d • signo de Pierce; un signo es lo que significa algo para al
engendra la significación, es dado como una "precipitación uien.
de sentido". b) Si en cambio, piensa que se trata de otra lengua y busca
Lo que funda el proceso aquí descrito, en su totalidad, es la ·omparar esos signos con otros del mismo idioma, tal vez pue
ley de la diferencia de sexos. El significante es, entonces, la dife da descifrar una escritura.
rencia de los lugares, la posibilidad misma de la localización. Él
-el significante- no se divide en lugares, sino que él divide los El sujeto en este ejemplo no es el desconocido que escribió
lugares, es decir los instituye. le texto, sino el sujeto para quien el Otro, el orden del lengua
Es porque ocupan lugares distintos y opuestos que los dos ' representa esos significantes. El desciframiento de los sig
sexos eligen la inscripción que corresponde a su propio lugar. os, en este último caso, depende del Otro de la lengua y no del
Cada inscripción (o cada lugar) es la exclusión de la otra 11. Individuo que escribió el texto. Un significante no representa
Ahora bien, el algoritmo en sí mismo, es una pura función IRo para alguien, sino a un sujeto para otro significante.
significante, es decir, no tiene sentido, para que produzca sen En este ejemplo, es posible entender lo que sucede en las
tido es necesario que esté articulado a otros significantes. Esto h:osis y en las neurosis. En la primera, es la realidad que "le
crea la cadena significante. La significación, el sentido, es la e signo" al sujeto psicótico. El cree, tiene la certeza, que el
presencia del significante en el sujeto. El significante represen trole habla a él personalmente, lo que falla es el orden sim-
ta un sujeto para otro significante, es la fórmula lacaniana que 11 o desde donde el Otro del lenguaje es una ley que organi
expresa esta idea. Esto se comprende así: si el sujeto es la posi ln lengua de todos aquellos que hablan el mismo idioma. El
bilidad de la palabra, y si esta palabra se realiza como cadena lt:ólico, a partir de la interpretación de los signos, va crean-
significante, es en la relación de un significante a otro signifi u una lengua propia, como dice Freud en el caso Schreber que
cante -en la estructura de la cadena- donde debe nombrarse construido "una lengua fundamental".
"sujeto". rn neurótico interpreta el discurso que recibe del Otro des
En el lenguaje, los significantes reenvían a otros significan u fantasma, es decir desde su orden imaginario. Los erra-
tes de la misma lengua o de otra distinta. Para explicar mejor d• interpretación son evidentes, es este terreno del discur
esta teoría lacaniana del lenguaje, pongamos un ejemplo, si obre el que trabaja el analista, trabajo que consiste en
rur los significantes atrapados en el síntoma, por la acción
11. En el apartado "Las fórmulas de la sexuación" de este libro (pág. 64), veremos có
1 proceso primario: condensación y desplazamiento, propio
mo Lacan desarrolla la inscripción del hombre y de la mujer en estos dos Jugares.
38 • Norma Al berro •
• HACIA LACAN • 39
del inconsciente. Lacan va a llamar a estos dos mecanismos del
proceso primario: metáfora y metonimia, siguiendo las figuras La metáfora, en cambio, está basada en la sustitución un
de la retórica lingüística. significante por otro, y permite que surja el sentido. En la c�de
na significante �n significante es reemplazado por otro que
condensa el sentid? de am?º�- La metáfora atraviesa la barra y
Metáfora y metonimia crea un nuevo sentido. El s1gn1ficante oculto sigue conectado a
la cadena significante, pero en su lugar aparece otro. La formu
El inconsciente está estructurado como un lenguaje, dice La la sería "una pala�ra por otra". Esta sustitución, permite que
can. Es la frase por la que comenzamos este apartado. Las leyes aparezca otro sentido, uno nuevo, distinto al primero al cual el
del lenguaje, se aplican al concepto de inconsciente. segundo significante reemplaza. La metáfora da cuenta del
Para Lacan el corte instalado en el signo conduce a la auto síntoma, y también para expresar la función paterna como
nomía del significante, a su primacía sobre el significado. Nombre-del-Padre.
De esta manera, la metonimia está ligada a los significantes
y hace abstracción de la significación. Se apoya en la conexión La fórmula de la metáfora es:
de "palabra a palabra". El ejemplo que da Lacan, de treinta ve
las, utilizado para decir treinta veleros, sostenido por la obser
vación que es raro encontrar un velero con una sola vela, reve
f (�')s = S(+)s
la la autonomía del significante respecto del significado. Vela se
encuentra conectada a velero como significante y no como sig Se lee de esta manera: la función significante de sustitución
nificado. La metonimia es la figura de la retórica que explicita la d� un significante por otro significante, equivale al franquea
relación entre los significantes en la cadena significante. Pala miento de la barra, de allí el signo positivo (+) en la creación de
bra a palabra significa deletreo, traducción palabra a palabra, In si�cación. Dicha significación tiene un efecto poético. Es
que sabemos que carece de sentido o bien, tiene poco sentido. t ' pasaJe es el que permite indicar el lugar del sujeto.
La fórmula de la metonimia es:
Se lee de esta manera: la función significante de conexión Dijimos más arriba que el Otro es el lugar desde donde "se
de significantes, equivale entre ellos al mantenimiento de la bl�", del s �jeto <:1,1 cuestión y para él. Este "hablar" pone en
barra que retiene el significado fuera del alcance del significan nc1ón la dimens10n esencial de la verdad. El Otro es garante
te, marcado con el signo negativo (-). El significado así elidido, la Ley Y es la referencia tercera a la verdad en el encuentro
puede designar el objeto del deseo como "falta de ser", falta por on el semejant �: el �t ro con minúscula. Si bien el Otro es ga
_
la cual el deseo está condenado a funcionar como la remisión, nte del pacto srmbolico, choca con un imposible: articular lo
a lo largo de la cadena, de la metonimia de esta falta. Uc funda su propia garantía. La lógica del significante de la
puede dar ·cuenta de todo, salvo de lo que lo origina. Esto
40 • Norma Al berro • • HACIA LACAN • 41
conduce a otro imposible: no se puede definir la verdad, sólo decir el efecto del significante sobre la necesidad. La demanda
se puede intentar decir algo, no toda la verdad. produce una pérdida, un resto de la necesidad, el deseo es la
Lacan parte de esta imposibilidad que afecta al sujeto, des marca de esta pérdida, el resultado de una operación de sus
de 1952, en su artículo "El mito individual del neurótico"l2_ Si tracción. Si a la demanda se le sustrae la necesidad, queda el
una palabra reenvía a otras palabras, y éstas a su vez a otras deseo. Entre la necesidad y la demanda hay un clivaje. Como
(metonimia), lo que constituye la estructura sincrónica del dice Lacan en "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo"13,
lenguaje, ninguna realidad exterior a ese lenguaje otorga la sig el deseo aparece en el margen donde la demanda se separa de la
nificación. Contrariamente al signo, el significante no es un necesidad.
mensaje. De esta manera se deduce que no hay significante Ahora bien, ¿cuál es el objeto de la necesidad que la deman
que se significaría a sí mismo. iQué es, entonces, lo que pon da transporta? Es un objeto específico, no sustituible por otro.
dría límite a este reenvío sin cesar de los significantes? No es A quien tiene hambre no se le puede dar un juguete, a quien
una palabra, dice Lacan, sino una función que, retomando a tiene sed no se lo puede hacer dormir. Es decir, la necesidad
Freud, nombra como la función paterna. Es el Nombre-del-Pa tiene su objeto particular. La demanda introduce otra dimen
dre, que por su operación, elide lo que él llama el Deseo de la sión, donde lo que importa no es lo que se da, o sea, no es el
Madre, -para figurar el Otro primordial- para detener un orden objeto en sí lo importante, sino quien lo da. En el horizonte de
de significación que es la significación fálica. toda demanda está el amor, el ser de aquel que da y que es otra
cosa, es algo diferente al objeto que da. La fórmula sería: "no
Importa lo que me das, lo importante es que seas tú que me lo
Necesidad, deseo y demanda das". Con la necesidad la satisfacción es universal, es el objeto
que cuenta y no el otro. Para Lacan el amor consiste en "dar lo
Para abordar el tema del deseo, Lacan expone una trilogía que no se tiene", es un don que transfiere otra cosa que la par
de conceptos: necesidad, demanda y deseo. Tres términos he ticularidad de los objetos. La necesidad está condicionada, la
terogéneos que determinan sujeto, objeto y modos de satisfac demanda es incondicional y abre a lo insaciable.
ción distintos. Es posible imaginar la necesidad cuando hace La demanda y el deseo que se desprende de ella, nos orien
mos referencia a comer, beber y dormir. La demanda, es decir tan hacia un objeto singular, único, que no se compara con na
la formulación de la necesidad, tiene el interés de introducir da, que no se puede intercambiar, es absoluto. Este objeto será
nos en el orden simbólico. marcado por la forma en el cual es constituido y que es un cor
La demanda (D) parte de la necesidad y se dirige al Otro. Pe t . Este objeto desprendido, Lacan lo nombra objeto a y está en
ro la demanda transforma la necesidad, la vuelve opaca. El ser !ación con la castración.
. hablante se hace dependiente, se sujeta al Otro. El deseo será
el efecto de esta dependencia engendrada por la demanda, es
7·
decir por la relación imaginaria. Es el discurso común hecho -lugar del código- en el punto en donde cruza la línea del dis-
de palabras para no decir nada. El m (yo) es el lugar del que ha urso, que está hecho de la movilización de un material pree
bl� en la cadena del discurso, i(a) es el lugar del objeto metoní- xistente, llamada cadena significante.
La palabra supone la cadena significante, supone una
46 • Norma Alberro • • HACIA LACAN • 47
En un segundo tiempo, lo que ha comenzado como necesi la necesidad. Es creación de un deseo, distinto de la necesidad.
dad se llama demanda y el significante termina o completa el El deseo surge de la necesidad más el significante.
sentido de la demanda y esto constituye el mensaje (M) en el ¿Qué es el deseo? Lacan dice en el Seminario V que el deseo
grafo completo es s(A) significado del Otro, que evoca al Otro es un desplazamiento, un cambio de lugar, esencial respecto
maternal. La institución del Otro coexiste con el completa del orden imaginario de la necesidad. La demanda introduce
miento del mensaje. Uno y otro se determinan al mismo tiem esta necesidad en otro orden, en el simbólico. Lacan llama me
po. Uno como mensaje y el otro como Otro. En este primer en tdfora natural a esa transición ideal del deseo accediendo al
cuentro con el Otro el resultado es el mensaje. Otro, en tanto que se forma en el sujeto y se dirige al Otro que
lo reconoce. En el grafo vemos que el comienzo está marcado
orno 6.. y como.8' (sujeto barrado).
Esta segunda línea del discurso que cruza la cadena signifi
·ante, es la del propio sujeto que habla y se deja comprender.
1.os dos puntos del piso inferior son reconocibles como objeto
metonímico y el yo (moi). Este yo es el lugar del que habla en
In cadena del discurso. El eje m- i(a) marca la única función de
1 conciencia, en cuanto concepto tradicional, que revela la
trnnsparencia de la captura del yo por su imagen especular y la
función de desconocimiento que se desprende de esta imagen.
l.ucan ubica a la conciencia en lo imaginario, en tanto que la
lación al otro engendra un vínculo ilusorio de amo a esclavo.
1 , relación especular se sitúa sobre el plano de la relación al
>troque funda al sujeto como sujeto del inconsciente.
El homólogo de esta relación del yo al objeto metonímico,
desarrolla en el piso superior. Esta relación es la del deseo al
ntasma. Situando al sujeto como corte del objeto a, en rela
En un tercer tiempo vemos la doble curva que se acaba más Mn a la deficiencia del Otro como lugar de la palabra, se pone
allá de A, tanto como más allá del Mensaje. Lo que sucede del la n •videncia el soporte que el sujeto encuentra en ese objeto a
do de la demanda no puede confundirse con la satisfacción de vés de la estructura del fantasma, en el punto donde él reci
la necesidad, puesto que el ejercicio mismo de todo significan dcl Otro, su marca (trazo unario). Constituye su alienación
te transforma la manifestación de esa necesidad. Algo es signifi Otro del significante.
cado más allá de la necesidad en estado bruto. Ésta está remo Este segundo piso compone, a partir de la célula elemental,
delada por el uso del significante. Desde ese momento, lo que Id •ntificación imaginaria y la identificación simbólica en la
entra en la creación del significado no es una pura y simple tra- bl<'ronía subjetiva. La cadena significante recibe aquí su es
ducción de la necesidad sino una reasunción, un rem aJe dficación de palabra. Se convierte en vector de la pulsión,
48 • Norma Alberro •
del objeto perdido, en donde la noción de falta del objeto es el la construcción simbólica y de una manera clara desarrolla la
resorte mismo de la relación del sujeto con el mundo. Subraya equivalencia entre el padre simbólico, el padre muerto y el sig
la necesidad de distinguir tres formas esencialmente diferentes nificante del Nombre-del-Padre.
de la falta de objeto, define así, la tríada frustración-privación Al final del Seminario IV; Lacan da un nuevo paso anuncian
castración. Tres operaciones que tienen cada una un agente di do que el Padre con mayúscula o, aun, el Nombre-del-Padre es
ferente y recae sobre un objeto de un distinto estatuto. una metáfora y que existe una metáfora paterna. Hablando del
Padre con mayúscula, supone el padre en el sentido absoluto
del término.
AGENTE FALTA DE OBJETO OBJETO Para dar cuenta de la castración simbólica que marca nor
Padre real Castración simbólica Falo imaginario malmente la salida del Edipo, Lacan se apoya sobre la escritu
(deuda simbólica) ra de la metáfora. Si el complejo de Edipo significa algo es que
Madre Simbólica Frustración El pecho real eso quiere decir que a partir de un cierto momento, la madre
(Daño imaginario) s vivida en función del padre. Toda la construcción analítica
Padre imaginario Privación Falo simbólico freudiana se sostiene de la consistencia del complejo de Edipo.
(agujero real) La escritura más elaborada de esta metáfora paterna, la da
rá Lacan en el artículo "De una cuestión preliminar"1.
El padre real, dice Lacan, es muy difícil de aprehender por el ,Nombre-del-Padre • Deseo de la Madre _.. Nombre-del-Padre{A\
niño a causa de la interposición de los fantasmas y de la nece seo de la Madre significado al sujeto \!alo/
sidad de la relación simbólica. Esto quiere decir que siendo el
agente de la castración simbólica, el padre real es aprehendido La metáfora del Nombre-del-Padre sustituye el Nombre-
por el niño en tanto autoridad. El padre imaginario es el que se 1-Padre en el lugar simbolizado, primero, por la operación de
interpone entre el padre real y el niño. El padre imaginario es 1 ausencia de la madre. El significante del N-del-P metaforiza
con quien se relaciona el niño todo el tiempo. Es al que se re 1 deseo de la madre. El niño se da cuenta que no es el único
fiere la dialéctica de la agresividad, de la identificación, de la bjcto del deseo del Otro maternal, y refiere lo que se significa
idealización. Es por donde el sujeto accede a la identificación ra él, en el deseo de la Madre dirigido al falo.
al padre.
Se puede observar en este cuadro la ausencia aparente de la
referencia al padre simbólico. Es en la clase del 27 de marzo de Significante del Nombre-del-Padre
1957 que Lacan articula los tres agentes: padre real, madre sim
bólica y padre imaginario, con lo que es el padre simbólico, a Sabemos que el Nombre-del-Padre es una metáfora, en
saber, el Nombre-del-Padre. Del padre simbólico, Lacan dice n es, cumple la particularidad de la misma, es decir, es una
que es el significante que hay que aceptar como una suerte de
con, J. Escritos. "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las
dato irreductible del mundo del significante, una necesidad de 1 Is".
52 • Norma Alberro •
• HACIA LACAN • SJ
sustitución de un significante por otro. Se sustituye el signifi La ecuación muestra que el Nombre-del-Padre, en tanto
cante del Deseo de la Madre por el significante del Nombre-del punto de capitón, anuda el sujeto en la significación fálica.
Padre.
Esquema R
M Ecuación: N�. DM
� NP f-A)
�1s·· · · · · · · ·'
DM X \Falo
La madre lacaniana, el Otro primordial, es un personaje
profundamente inquietante. Ella y su niño sueñan con vivir en
una nube de felicidad; juntos, alejados del mundo, sin que nin
s gún tercero venga a molestarlos. Las idas y venidas de la ma
dre, los cuidados de su bebé, las manifestaciones de su presen
A
'---------� p cia y ausencia, obedece a su exclusivo capricho.
Pero este sueño de completud por parte de la madre, no
El esquema R de Lacan 2 muestra la eficacia de la metáfora puede ser cumplido y los caprichos de la madre van a ser limi
paterna en el sujeto. Es posible observar los dos triángulos: el tados por un principio organizador. Tal principio es la función
imaginario madre-niño-falo al que se le opone el triángulo paterna, es a partir de esta función -dice Lacan-, que el mun
simbólico: Padre-Madre y Niño. La franja del medio la consti do incoherente toma sentido.
tuye la Realidad del sujeto, constituida en el momento de la re El significante del Nombre-del-Padre funda la Ley y perrni-
lación especular. En el vértice superior se ubica la imagen fáli te el sentido, a partir del cual las significaciones se ordenan co
ca: cp. I es el Ideal del Yo, M es el significante del objeto mo sexuales. Este Nombre-del-Padre es una pura función lógi-
primordial, Pes la posición en A (Otro) del Nombre-del-Padre. n y es, a la vez, significante en el Otro y significante del Otro.
El campo de la realidad está delimitado por el cuadrángulo: Es la inscripción de la Ley fundamental que recubre las leyes
Miml. El sujeto, bajo el significante del falo es el homólogo a S, del intercambio simbólico, las generaciones, el reconocimien
que se ubica debajo del campo de la realidad. Por µ!timo la lí t del sujeto como sexuado y mortal.
nea i y m representan los dos términos imaginarios de la rela Es esta función la que metaforiza la oscura voluntad del
ción narcisista, es decir el yo y la imagen especular. G es el tro primordial en deseo soportado por el significante, deseo
goce. ue abre a la dialéctica del deseo del Otro y del deseo del suje
La metáfora paterna permite al significante del Padre (NP) t . Esta estructuración del Otro primordial y el significante de
cumplir su función, esto es, hacer un punto de capitón en el or 1 Ley, se sitúa enteramente en el registro de lo simbólico.
den simbólico. El padre, en tanto lugar de la Ley, libera al niño
de la confrontación sin mediación con un significante primor
dial, esto es, el Deseo de la madre. Los tiempos del complejo de Edipo
2. Lacan, J. Escritos. "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las Desde la perspectiva edípica, vemos que la madre entra en
psicosis".
1 omplejo de Edipo mediante la ecuación fálica pene-niño. El
• HACIA LACAN • SS
S4 • Norma Alberro •
Forc/usión del Nombre-del-Padre. El Otro en la Psicosis vuelve en lo real". Esto se manifiesta por la alucinación verbal
y por el hecho que toda la realidad le hace si�o, él está con
El peso de la dependencia en la cual se encuentra el sujeto vencido que todos se dirigen a él y hablan de el. Este Otro re
en relación a lo que sucede en el Otro, lleva a Lacan a conside toma bajo la forma de las voces y de la persecución (paranoia).
rar la psicosis a partir de la estructura del Otro, es decir como También puede aparecer en el cuerpo, bajo la especie �e una
_
un efecto de lenguaje. De este modo, rechaza las teorías que desorganización de las sensaciones que siguen las vias del
explican la psicosis por una perturbación de las funciones en el cuerpo fragmentado (esquizofrenia).
interior de. una unidad psico-orgánica. El concepto de forclu
sión del Nombre-del-Padre, da cuenta de los efectos sobre el
sujeto de un desarreglo en la cadena significante, puestos de
manifiesto en los fenómenos clínicos de la psicosis.
La forclusión del Nombre-del-Padre es la ausencia radical
de esta función que significantiza, es decir, transforma en de
seo portado por los desfiladeros metonímicos del significante,
la oscura voluntad del Otro primordial. El Otro es el lugar des
reglado de una voluntad que somete al sujeto a los caprichos
de un goce contra el cual el sujeto no cuenta con ninguna ba
rrera para oponerse. A esta desprotección originaria del sujeto
frente al incesto, portado por el deseo del Otro maternal, el pa
dre, a través del significante del Nombre-del-Padre, ejerce la
ley que proru.be este goce.
El sujeto desprovisto de este significante paterno, tiene que
hacer frente sin recursos, al encuentro desplazado o no, con el
goce del Otro. Ante esta situación, al llamado al Otro de la Ley res
ponde el vacío de la función paterna. Así se encuentra el psicóti
co, sin defensas; en estos momentos puede desencadenarse el
delirio con el desmoronamiento del orden imaginario, que hasta
ese momento había podido sostener al sujeto en la realidad.
Este estado deja al sujeto librado a la intrusión catastrófica
del Otro cuyo goce, al no estar regulado por el goce fálico dada
la falta del significante del Nombre-del-Padre, está totalmente
desreglado y sometido a su oscura voluntad. La voluntad de
goce inscripta en el Otro vuelve sin represión. Es lo que Lacan
expresa por su fórmula: "lo que fue forcluido de lo simbólico,
IV. LA DIFERENCIA DE LOS SEXOS
Pero Lacan afirma que existe una estructura "unaria" del Otro del goce. Hace del Otro significante, así como del cuerpo
significante. Esta estructura está aislada de los otros y se refie del sujeto, un desierto de goce exceptuando el goce fálico, el
re a sí mismo. El modelo freudiano de esta estructura unaria llnico permitido por el significante. Pero este goce �áli�o no �s
corresponde a la segunda identificación, al "rasgo único". Este todo el goce, es lo que del goce está metaforizado, s1�ific�t1-
rasgo único por el cual el sujeto se identifica con el Otro, al di zado. Esta elaboración que pone el acento sobre lo s1mbohco
ferenciarse de él, Lacan lo llamó "rasgo (o trazo) unario". Estos da cuenta de la significación fálica por el recubrimiento de dos
rasgos tienen la particularidad de no entrar en la cadena signi faltas: la falta del significante que se significaría a sí mismo, co
ficante y ser sustituidos por otro, ni encadenarse con ellos. Per mo dije más arriba, al cual responde el Nombre-del-Padre, Y
manecen aislados en el inconsciente y se repiten de manera por otro lado, la falta posible del órgano a partir del cual se re
traumática en la vida del sujeto4 . conocen los sexos.
Estos rasgos pierden la propiedad binaria del significante y Los humanos se reparten, entonces, entre los que son por-
por ello, Lacan les otorga el estatuto de letras. También los lla tadores de este órgano y los que están desprovistos de él.
ma significantes amo. El significante marca la diferencia, pero Cuando la función simbólica opera, hace que los humanos se
también funda la categoría del "Uno". Este Uno no es el mismo tomen presencia sobre fondo de ausencia o ausencia sobre
de lo idéntico, de la totalidad del cuerpo o de lo semejante, es fondo de presencia. Éste es un desarrollo lacaniano que res
el Uno que se puede contar para marcar las "veces" idénticas ponde a la teoría freudiana. En efecto, Freud reconoce una so
pero diferentes. Es el Uno contable, en él el sujeto se cuenta co la libido: la masculina; y un solo órgano: el pene.
mo sexuado y mortal, entre otros sujetos sexuados y mortales. Lacan va a afirmar, siguiendo esta teoría, que es con respec
El falo es un significante amo, es el Uno por medio del cual se to al falo que los dos sexos se reparten. Al final de su enseñan
diferencian los dos sexos: entre los que lo tienen (y lo pueden za Lacan afirma también, "La'' mujer no existe (Seminario XX).
perder) y las que no lo tienen. A Ía institución del Nombre-del-Padre con su efecto de signifi
cación fálica, corresponde una forclusión del nombre de "La"
mujer. En el inconsciente la vagina no existe, no hay re�Jiese�
La significación fálica tación de la vagina, dice Freud, sólo el falo como prerrusa uru
versal. El descubrimiento de la diferencia anatómica de los se
La tesis de la preeminencia de lo simbólico que hace del
xos se produce tardíamente y no forma parte d�- la est�uc�ura
Nombre-del-Padre el significante de la Ley y del Otro, Otro del
del inconsciente. Es en este sentido que Lacan afuma, s1gmen
deseo, sería una concepción idealista si no quedara la imposibi
do a Freud que "La" mujer no existe.
lidad lógica para denominar la falta en el Otro. El Nombre-del
En esta misma línea de pensamiento se sitúa la otra afirma
Padre es la respuesta simbólica de esta falta, pero aún así, no su
ción lacaniana: no hay relación sexual. En el inconsciente no
tura lo que le falta al Otro. Esta falta de decir, tiene sin embargo
hay más que un sexo, el masculino y por otro lado la pulsión no
un nombre: el goce. El Nombre-del-Padre separa el sujeto y el
está adherida a ningún objeto. Por lo tanto, si el sexo es uno so
lo, no hay relación entre dos sexos. En el inconsciente no hay
4. Lacan J. Seminario IX. La identificación. Inédito, clase del 6/12/1961. dos sexos que puedan estar relacionados. Los actos sexuales
62 • Norma Al berro • • HACIA LACAN • 63
son sólo producto de la integración de las pulsiones parciales, La castración pone en perspectiva la historia del sujeto y or
en la última etapa del desarrollo Lacan diferencia relación se dena retroactivamente las pérdidas anteriores. El objeto a laca
xual de acto sexual. Este último no es puesto en duda, dada la niano se ubica en esta perspectiva freudiana de los objetos
enorme frecuencia de estos actos entre los humanos. Relación parciales y perdidos. Cada objeto, en tanto que es valorizado
implica armonía, complementariedad entre los sexos. Esto no por el deseo, será un objeto de este tipo, pérdida, desecho,
es posible desde el momento que para el inconsciente hay un efecto de una separación, de un corte. Siendo el falo el emble
solo sexo. ma de toda falta, se constituye en principio de la disyunción
que distribuye en el mundo nuestros más queridos objetos.
La experiencia de la castración
La función fálica: tener el falo - ser el falo
La castración es una experiencia que sorprende al niño,
persuadido de que todo el mundo, incluido las mujeres, tienen La función fálica anuda la relación del sujeto con el goce,
un pene. A pesar de haber visto niñas que no lo tienen, no se según se alinee de un lado o del otro, hombre o mujer. Para
da cuenta de esta diferencia hasta el momento estructural en Freud, la diferenciación de los sexos es un proceso complejo y
que este descubrimiento se vuelve motivo de angustia. Este tardío, ya que es sólo en la fase fálica que los sexos se separan.
descubrimiento y la amenaza que esto implica para él, puesto Hasta ese momento, había solo uno. La diferenciación entre
que la mitad de los humanos carecen de él, tiene valor de heri hombre y mujer se apoya sobre la articulación entre el comple
da narcisista. jo de Edipo y el complejo de castración. Para Freud, la anato
En este punto toma sentido el falo. El falo no es el pene, no mía es el destino y en cierta medida es adecuada esta idea. Pa
es el órgano. Es un significante, es lo que simboliza al órgano. ra quien tiene un pene, la percepción de su ausencia en la niña
Este órgano sexual es el único que interviene en la diferencia dará su dimensión de real a la amenaza de castración del adul
de sexos: los dos sexos se definen: por su falta (femenino) y por to. Para aquella que no lo tiene, la visión del pene, la hace caer
su presencia (masculino). El falo funciona como el equivalen en la envidia del pene, penisneid.
te del deseo. En efecto, la mujer va a desear este falo cuyo equi Desde que Lacan aborda el sexo por medio del goce y del
valente orgánico (pene) no tiene (castrada) y lo va a buscar en lenguaje, la anatomía retrocede en importancia, forma parte
el otro sexo, masculino, que lo porta bajo amenaza (de castra del destino, pero no es todo el destino del sujeto. El ser hablan
ción). El falo, en tanto significante del deseo, va a marcar, regu te necesita unificar su goce, localizarlo en torno de un signifi
lar y ordenar las relaciones entre los sexos. cante único. Cuando no lo logra, el goce se fragmenta en el
En la teoría freudiana, la castración no es la única pérdida cuerpo y los órganos "hablan". Freud llamaba a esta fragmen
narcisista que el sujeto debe sobrellevar. Previamente a ésta, tación propia de la esquizofrenia, "lenguaje de órganos". El sig
existen otras pérdidas ligadas a su cuerpo y valorizadas desde nificante que localiza y centraliza el goce es el falo. Sin duda,
el narcisismo: la separación de la madre en el momento del na está asociado al órgano masculino por sus cualidades de erec
cimiento, el destete, las heces. tibilidad y detumescencia.
64 • Norma Alberro • • HACIA LACAN • 65
Durante la fase fálica, el varón eleva su goce a la dimensión Al principio él está convencido que todos tienen falo, es decir
el
de un significante universal, es el "hace pipí" de Juanito. El Vx (para toda x),,x (se cumple la función). Esto dura hasta
complejo de castración interviene como una amenaz¡:i. al órga momento que ve la dife rencia anatómica de los sexos �orn
no y a la satisfacción que extrae de él. Esta satisfacción está li prueba que para no-toda x se cumple la función fálica: Vx (n�
gada a fantasmas edípicos, por lo tanto incestuosos. Freud afir toda x),x (se cumple la funció n fálica) , el trazo supen Qr e q� i
ma que en este conflicto entre, por un lado, el interés narcisista vale a la negación. Las dos proposiciones se oponen pero estan
por el pen e y la investidura libidinal d e los padres, por otro, se ligadas. .
.
impone el primero. Esa satisfacción, entonces, se vincula al fa En el cuadro siguie nte, e n el costado izqmerdo, lado -�as��-
i
lo como universal y a una parte del cuerpo: el pene. La castra lino, vemos: la primera "para todo x se cumple la func1on f�
ción implica esta pérdida de goce conc entrada en el universal ca" es una universal afirmativa, es decir que no tiene valor exis
falo. El goce fálico es precisamente, esta pérdida de goce luego tencial. Para explicarlo con un ej emplo: puedo afirrn� que
n.
de su pasaje por la castración. todos los ángeles tienen alas, p ero eso no prueba qu� exist�
Para Freud, la castración se inscrib e, en ambos sexos, en la Una universal afirmativa sólo puede tene r un valor exist e ncial,
idea "tener el falo". Para el varón es la amenaza de perderlo. Pa si hay al menos un término que se escape. Es decir deb e conte
un todo es
ra la niña es la esperanza de tenerlo algún día (penisneid). ner una existe ncia que la niegue, ya que para formar
necesario que haya un exterior a ese todo que le permite ence
rrarse corno todo. Esta segunda proposición, "existe una x para
Las fórmulas de la sexuación quien no se cumple la función fálica" (3:x_,x) es la excepción
que l e da consistencia a la primera, es decir, a la regla.
La obra de Lacan está puntuada por medio de pequeñas le
tras de un álge bra que le es propia. Las fórmulas de la sexuación
son las más conocidas. Él las llama "maternas" y responden a la
necesidad de evitar toda comprensión fantasmagórica, irnagi
narizada, y establecer referencias ciertas y transmisibles. La no
relación sexual entre el hombre y la mujer, Lacan la va a escribir 3x q>X 3x
en una fórmula.
Si el falo es un atributo único en relación al cual se ordenan Vx q>X Vx (\>x
los sexos, es posible llamar, a una función: tene r el falo. Su
pongamos una población dada, x. Escribirnos entonces,x pa
s ()()
ra afirmar que para todos los individuos que componen esta
población se cumple esta función. El principio que guía a La a
can par difere nciar el· hombre de la mujer es su relación a la
castración. Vimos que lo esencial en la experiencia de castra
ción del niño es el descubrimiento de una excepción a la regla.
• HACIA LACAN • 67
66 • Norma Al berro •
Esta excepción, que hace la regla, se refiere a la existencia de las mujeres, pero no La con mayúscula, de allí que este La se lo
"al menos uno" que no está sometido a la castración. El mito representa tachado, igual que)(. Este lado "no-toda" para La
freudiano del padre de la horda primitiva corresponde a este can, acerca la mujer a la verdad. Ésta tampoco puede ser dicha
"� menos uno" que no está sometido a la ley de la castración, toda, sino que es necesario encontrarla entre líneas, entre pa-
smo que goza de todas las mujeres al mismo tiempo que está labras.
muerto para siempre, lo cual parece imposible. Gran contra En resumen: el hombre es "todo" fálico y la mujer es "no-to-
dicción lógica que Lacan resuelve denominando a este padre da" fálica.
mítico "padre real", signo de lo imposible mismo. Lo que es im Decir que el hombre es "todo" fálico significa que su goce
posible es "que el padre muerto sea el goce"5. Este operador es está centrado por el significante del falo. A ese falocentrismo
tr1:1ctural del padre real es la condición para que el varón se ins del goce masculino se opone el desdoblamiento del goce feme
cnba en el universal fálico. Solo formará parte de la comunidad nino. Una parte, como vemos en el cuadro, se inscribe en la
de hombres si acepta esa excepción a la ley fálica, que es el pa función fálica. Pero otra parte es un "goce complementario" al
dre. goce fálico. La parte no fálica del goce femenino no está ligada
Del lado derecho del cuadro, el lado femenino, encontra a ningún significante amo que pueda oponerse al falo.
mos que para ella la castración está realizada, no es castrable.
No �ay, entonces, encuentro con la excepción, no hay consti
-
tuc10n de un todo del cual ella sería una parte. Así, Lacan escri
be: "no existe una x para quien no se cumpla la función fálica"
(3x ,x) y, la otra fórmula, "para no toda x se cumple la función
fálica" ('v'x ,x).
La castración realizada en la mujer, permite al hombre
constituirse como tal, como semejante a los otros hombres: la
castración es constitutiva de su ser.
Para yreud la diferencia de los sexos seguía las leyes de la
anatom1a. Pero para Lacan la diferencia es de otro orden. Ela
borando la lógica del complejo de Edipo, propone una forma
lización q1:1e no excluye que un representante masculino, pue
_ _
de 1:1scnbuse en la parte femenina y la recíproca es también
p�s1ble. En el hombre se cumple la ley del conjunto, hay un lí
mite que da consistencia, en la mujer no existe este límite. La
dificultad surge del "no-toda" de la mujer. La fórmula de Lacan
"La mujer no existe", significa que no hay un ser-mujer. Existen
las crisis histéricas que son incomprensibles hasta que no se ejemplo, pone de relieve el borramiento, la elisión del sujeto en
advierte que la paciente que padece estas crisis juega un doble el fantasma. Esta elisión se manifiesta en la última fase del fan
rol: el de una mujer que lucha y se defiende y el de un hombre tasma. Recordaré brevemente los tres momentos que marca
que la agrede. Siguiendo la línea histórica del psicoanálisis, es Freud: "mi padre pega al niño que yo odio" (me quiere sólo a
interesante recordar también, que el análisis del sueño del mf), indica los celos del sujeto. La segunda etapa intermedia e
"hombre de los lobos" realizado por Freud, hace emerger un inconsciente y con frecuencia reconstruida en el análisis, se
fantasma de escena primaria en el cual el niño da sentido, formula así: "mi padre me pega" y expresa la culpabilidad del
apres coup, a su percepción precoz del coito sexual entre sus sujeto bajo una forma masoquista. Es sólo en la tercera fase
padres. De esta manera, y con el fin de recubrir el traumatismo que toma la forma que se presenta ordinariamente como "pe
de la castración, se elabora en su psiquismo una representa gan a un niño", forma en la que no se sabe quién pega ni quién
ción inconsciente de esta relación sexual entre los hombres y es pegado.
las mujeres y se construye su deseo, reprimido, de formar par Es en esta tercera fase, según Lacan, que el sujeto, es elidi
te de esta escena ubicado en el lugar de la madre. do. Pero él va aún más allá y dice que, en realidad, desde la pri
Para Lacan, el fantasma así constituido para el sujeto, apa mera fase el niño ha podido percibir respecto de su rival, que el
rece como los anteojos a través del cual cada uno aprehende la castigo lo hace caer de su dignidad de sujeto que "es en esta
realidad, estructurada en el momento del conflicto edípico, se posibilidad misma de la anulación subjetiva que reside todo su
gún una metáfora sexual. Estos anteojos son siempre parciales, ser, en tanto que ser existente"1.
puesto que allí se juega el deseo del sujeto. A partir de indicaciones que se encuentran en la clínica de
La realización del fantasma, la puesta en acto del mismo, Freud, Lacan llega a una teoría del fantasma bastante nueva.
como ocurre en los pasajes al acto, significa la ruptura de esta En efecto, el fantasma se articula a partir de una pregunta
protección implicada en la metáfora de los anteojos. En este "¿Che vuoi?", -¿Qué quieres?-dirigida al Otro, ese lugar del len
acto el sujeto desaparece en su propio acto de realización del guaje en el cual el sujeto busca saber lo que concierne a su ser.
pasaje al acto. Es sin duda, porque él no sabe lo que el Otro quiere de él, que
Otra cosa diferente es la puesta en obra del fantasma en la el sujeto supone lo peor, lo que lo conduce con frecuencia a
creación, en donde el artista, escribiendo o mostrando en pin una posición masoquista.
turas, ofrece para ser visto, lo que no se puede decir de la con Sabemos que el sujeto no puede ser enteramente definido
l
dición humana y de su marca traumática que, para cada uno, por un significante que vendría a representarlo. Él se encuen
lo constituye como sujeto. tra reenviado sin cesar de un significante al otro, y si debe si
tuarse en algún lado, es justamente en ese intervalo, en este
corte entre dos significantes. Es porque él está sin recursos en
Teoría lacaniana del fantasma este lugar dónde el significante falta, que se defiende en el
J
• Norma Alberro • • HACIA LACAN • 73
72
di
fantasma, elidiendo un objeto que comporta él mismo esta Angustia y fantasma
mensión del corte. Se puede pensar en este punto en el objeto
parcial freudiano, el seno, las heces. Este objeto Lacan lo llama Cuando Freud abandona la teoría del trauma, el lugar de lo
a y define el fantasma como la relación del sujeto a este objeto real lo ocupa el fantasma que desencadena la angustia. El de
y demuestra que el deseo está cautivo en el fantasma. sencadenamiento de esta angustia real está ligado a los fantas
Es en este punto que Lacan va a restituir al fantasma una mas reprimidos; esto es al fantasma de separación de la madre.
a al Angustia real y fantasma parecen equivalentes, una desenca
función de pantalla: "El lugar de lo real, que va del traum
lla
fantasma -en tanto que el fantasma no es más que la panta dena el otro. El heredero del trauma es la angustia real que
la
que disimula algo primordial, determinante en la función de acompaña al fantasma de castración. La angustia real surge
ro y primo rdial no ante la confrontación del sujeto con lo real. Es lo real de la an
repetición-..."2. Este "algo", este factor prime
gustia lo que provoca el síntoma.
se deja reducir a un acontecimiento accidental sino a un hecho
del La angustia trae consigo, acarrea, ese objeto inasirnilable,
de estructura. Para Lacan este hecho se refiere a la "sc/1 ize
ia de que Freud va a llamar das Dingy Lacan el objeto a, que enfren
sujeto", a su división inaugural, a su imposible coincidenc
se ta al sujeto a su condición de objeto en la relación con el Otro.
ser y de pensar, a la falta de una representación en la cual él
su encue ntro siemp re fallido con- Esta confrontación trae como consecuencia una diseminación
encontraría íntegramente, a
sigo mismo. de la estructura del fantasma, en efecto el fantasma se descom
el pone en sus partes constitutivas (8' O a). El sujeto es desalojado
Para Lacan, la función pantalla del fantasma se realiza en
esa mont ura don de su lugar y ocupa el lugar del objeto. Dicha disgregación pro
lugar de la división del sujeto. El fantasma es
voca angustia.
de el objeto a divide al sujeto. Ahora bien, bajo la cobertura del
ón El fantasma es un límite al goce, es decir al goce incestuoso,
fantasma el sujeto pone de lo suyo, introduce su "subjetivaci
pero permite el goce fálico, porque el objeto que lo constituye es
acéfala" (Seminario XI), es decir, la pulsión. La función panta
aún más: en el lugar de la divisió n ese objeto fálico en donde el sujeto estaba antes de ser sujeto.
lla del fantasma se radicaliza
Antes de ser sujeto era el objeto fálico de la madre. La separa
del sujeto y redoblada por la pulsión.
a ción hace de este ser un sujeto parlante, y deseante. La ley pa
Con esta afirmación, Lacan da cuenta de ese real inasirnil
por divers as terna dice a la madre: no reintegrarás tu producto (objeto a), es
ble reconocido por Freud como das Ding. Cercado
pesa decir cae del Otro maternal, queda con la marca de la falta:,A.
vías -fijado en el recuerdo traumático, aproximado en las
Pero también dice al niño, no te acostarás con tu madre: lo de
dillas, velado en el fantasma- este real inasimilable está siem
como saloja del lugar de objeto a=falo de la madre, para situarlo como
pre allí supuesto, exigible, en el corazón de la repetición
de algun a huella . Este sujeto para quién el objeto a perdido, será la causa de su deseo.
encuentro fallido, aunque testimonio
de estos pedaz os for- En ambos lados J(y$, el objeto a es un resto que cae de esa ope
real, das Ding, fue fragmentado y algunos
ración. Para.X es definitivamente perdido, para$ será integrado
man los fantasmas.
y constituirá su fantasma y el límite al goce.
Cuando este límite es franqueado se produce un retorno de
2. Lacan J., Seminario XI. Los cuatros conceptos fundamentales del psicoanálisis. goce y un desprendimiento de angustia. Al traspasar los límites
74 • Norma Alberro •
• HACIA LACAN • 75
l objeto como resto, como deseo del Otro articulada con la pregunta esencial q ue inau
el sujeto vuelve a ocupar el lugar de e.
o producto de l a m adr ra el fantasma "¿Che vuoi?" (¿Qué quieres?)3. Afirma q ue la :_
producto, y vuelve a situarse com
da su estructura . Este afec tructura del fantasma y de la angustia es la misma .
En las fobias, la angustia devela to lugar de falo de la
o es rechazado de ese La aproximación a este defecto en donde el significante del
to surg e cu ando el niñ
padre en posición simbólica ombre -del-Padre �esfallece , se revela clíni cam ente por este
madre y, al salir, no encuentra al :
do de ese lugar de privilegio, ect � q ue º engana : l a angustia. Es la ang ustia q ue marca l a
que organice su salida. Es desaloja -�
dre, ser el deseo del deseo del aproxim�c10 n del goce en tan to op uesto al des eo. Ella es lo ue
de ser el falo que completa a la ma
la metáfora paterna que le le �obreviene al sujeto cuando éste interroga al Otro acerca�el
Otro maternal, pero no encuentra
ión con su Ideal del Yo. emgma de su �eseo. Fuera de este m omento de vacilació n
per mita acceder a una identificac an
n paterna aparece l a
En el lugar de esta falla de la funció marcad� por la mterpelación al Otro, el sujeto asegura su ho
-castración de la madre de meostas1s gr�cias al fantasma . El síntoma de la fobia aparece
g ustia , como prueba de que la falta
fobia se construy e como sín � uand? el o bJ eto a que integra el fantasma, viniendo de lo real
rivada del padre-viene a faltar. La o de ang ustia . L a
e del desprendimient 1mpos1�l�, amenaza con hacerse posible en lo real.
toma para defenders
ico es un protector de esta El fob1co, cor_istruy e su objeto que es llamado com o signifi
fobia no es la angustia, el objeto fób paterna
angustia y reemplaza
, como significante, a la función c
�te para suphr la _falla del Nombre-del-Padre a poner un lí
mte al goce. Los o bJ etos de la fobia son, en particular, anima -
debilitada . e en- �
ión paterna, se deduc es_ y lo que parece saltar a la vista d e cualquier o bser vador
La instancia represora es la func ión pa
tonces que esta funci
ón no cumple enteramente su mis cmdadoso es q ue todos ellos tienen u n rasg o común : erten e
a esta falla, el sujeto
truy e una fobia . D ad cen por esencia al orden simbólico. Es precisamente �sta ho
ra el sujeto qu e cons ir con la _
ue termine de cumpl mogene1�ad lo que motiva a Freud, en el texto "Tótem y Tabú"
debe crearse un objeto exterior q r s rá el obje
sustituto pate e
� constrmr la analogía entre el padre y el tótem. Estos o bjetos
función p aterna debilitada . Este
no
, dice Freud, es el m oto r de la tienen _u� ª f�ción específica : suplir al significante del pad re
to fóbico. El miedo a la castración gustia -
a neurosis. O sea, l a an
represión y de la producción de l que in -
en pos1c1on simbólica .
n y es una señal d el y o
de castración produce la represió
el padre.
terrog a la cu estión d
interpretación del deseo Fantasma y realidad
L a angustia de castración es una
fálica al enigma que compor
del Otro, que implica la respuesta
sta fálica derivada de la fun El fantas�a inconsciente determina para un sujeto su reali
ta ese deseo. A falta de esta respue im ensión de ser, d e dad.�� el pnsma, l?s anteojos, la ventana, -todas ellas metáfo
e el objeto desde su d
ción paterna, respond omen
recisam ente en este m as álidas-, a tra ves del cual el sujeto aprehende su m undo es
deshecho. La angustia se ubica p función paterna.
� �
ecrr tant? su semejante como su pareja sexual. El fantasm� es
espuesta venida de la
to de espera de una r
pr op en el Semina rio para el SUJ eto una respuesta que él se h a construido para hacer
Sobre este fondo freudiano, Lacan
one
cuestión p rna situando la
X, "La angustia", un abordaje de la
ate
ang ustia con el
angustia en lo real a
partir de la relación de l a 3- Segundo piso en el grafo del deseo.
16 • Norma Alberro •
• HACIA LACAN • 77
frente a la pregunta acerca del enigma del deseo del Otro. un poco mejor lo que se refiere a su fantasma fundamental,
Es una respuesta preconcebida que, podemos decir, sirve
que Lacan conceptualiza como "atravesamiento del fantasma"
para todo. Le asegura al sujeto un lugar en el Otro y le otorga
pero ello supone también, que el sujeto reconozca la forma en
una significación a este lugar. Claramente se muestra la fun
la cual él se inscribe en su fantasma; incluso si esa forma es la
ción de tapón a la falta del Otro que cumple el fantasma. La
de una elisión: ("yo no tengo nada que ver"). Por este proceso
función del fantasma en el ser hablante, en tanto que él está ta
el sujeto descubre en el objeto a, la materia de la cual está he
chado, es de hacer desaparecer la división del sujeto con el ob
cho y, por otro lado, reconoce que él se reduce a esto.
jeto, y por otro lado, al pretender manejar su deseo, es un tes
Aunque también el análisis del fantasma implica que el su
timonio del rechazo del sujeto a representarse como un
jeto perciba lo que pone de sí mismo en el movimiento por el
muñeco maniobrable por el significante.
cual él se reduce a su objeto a.
Pero, a veces, lo imprevisto irrumpe y el fantasma no es su
ficiente para asegurar el reencuentro del sujeto consigo mis
mo, y la angustia hace su aparición. Este desencadenamiento
se produce frente al encuentro del sujeto con un goce desco
nocido para él y por lo tanto incontrolable. Este goce no es re
ductible a la significación fálica que le garantiza el fantasma. Si
el neurótico dispone del fantasma para ofrecerle al Otro y po
ner límite a la angustia, es a partir de este punto de angustia
que Lacan va a distribuir los tipos clínicos de las neurosis, a sa
ber: la fobia, la obsesión y la histeria.
Es importante destacar, además, que Lacan pone de relieve
y le da un valor en la teoría, a la afirmación de que el fantasin:a
es también lo que llamamos la realidad. Esto se pone de mani
fiesto en el curso de un análisis en el cual un paciente puede
darse cuenta cómo las relaciones que le parecen bien reflexi
vas, racionales y "realistas", son en el fondo determinadas por
los escenarios inconscientes en los cuales él se encuentra suje
tado sin saberlo.
Ahora bien, una pregunta se impone desde nuestra práctica
como psicoanalistas: ¿Cuál es el lugar del análisis del fantasma
en el trabajo analítico? En mi opinión es una cuestión esencial,
tanto que me atrevo a decir que no se puede conducir un aná
lisis si se desconoce la importancia del fantasma. En cuanto al
final de una cura, ella supone que el sujeto llegue a comprender
VI. SíNTOMA, GOCE Y CUERPO
El síntoma
En el síntoma el inconsciente se manifiesta como verídico,
sin embargo, no es suficiente con escuchar el sentido para que
la verdad se revele. Ésta se reconoce en la sorpresa, en el deve
larniento, en el instante en que el inconsciente deja escapar el
sentido del síntoma. La verdad sorprende al sujeto, que cree
saber lo que le pasa, y le da al síntoma el carácter de algo par
ticular que produce malestar en el sujeto.
Desde que esta verdad se revela, el sujeto no es más "feliz en
su malestar" ·con su síntoma, algo comienza a no andar como
antes. El sujeto sabe que el síntoma le concierne, aunque aún
no sabe de qué manera.
En el Seminario XII, "Problemas cruciales del psicoanálisis" 1,
Lacan afirma que en la experiencia analítica "es esa relación tan
manda un análisis
para calmar el sufrimiento q�
sfacción paradoJ al
, es decir pla tasma es del orden imaginario. El estadío del espej o es la m a
_
Lacan introduce en esta sati po ible. po tnz de todos los fantasmas. Al introducir el obj eto a, real, en la
cer que provoca sufr
imiento, la categoría de lo im � mpos�1ble.
fine lo real com� e�t� 1
niendo lo real a lo posible, de c1pio de �lacer.
o obstáculo al prm
Para Freud lo real aparece com
2. Freud S., ?,br� _Completas, Vol. l. "Los fantasmas histéricos y su relación con la
eglan para el suJ eto
. _ '.
ue las cosas no se arr
b1sexual!dad. Blbhoteca Nueva. Madrid, 1968.
L o real es tá allí, a un q
• • HACIA LACAN • 83
• Norma Al berro
causalid ad en
el En la teoría de Lacan es posible detectar dos tipos de goce: el
a a éste una
irmula del fanta sm a , La c
:t�:�a una clínica de l a artic�a goce fálico, reglado por el falo y la castración y otro goce, relativo
a ma�er �
p
m . D st . sta en JUe al cuerpo como tal, se lo denomina goce del Otro. El goce sexual,
nt
te que pasa por la pue
a e e
ifi
o
lÓn d l f t sm al sig al iden - fálico es un límite al goce puro del Otro, del cuerpo como tal.
a falta fund am
a n can
ortador de un
e an a ent
bar d
_ X '. P l suJ· eto El ser del cuerpo del Otro no puede alcanzarse por la inci
0 del O ra o
. ) . Del fant asma
cante falo (el>
tro e
mo sig mfl la expe- dencia del significante amo (S1) y de esto sólo queda un resi
ficado co
e n_ · am e nte al sm, toma , per o orient a
.labla poco, tra
onde ambo s s
e cr u zan. duo parcial de goce que se llam a o bj eto a.
el punto en d
c n
iencia analítica h acia Lo necesario del goce fálic o está lig ado a lo imposible de es
te otro goce, el goce del Otro, del c uerpo del Otro. El síntoma
produce malestar y sufrimi ento en el sujeto, cuando alg o del
:.1 goce goce del Otro, del cuerpo del Otro en tanto que orden de lo
a de
. t á com o caus rea l, comienz a a apar ecer y hacerse posible. Pod emos d ecir
eto es l o que es
e h y d e re al en;1 su� r al go
Lo q u a
orror un h orr r
o inh e en te
que el sín toma intenta h acer p osible lo q ue es imposible. Es
sió . Est real pro uce t c el
su divi e
sf�erzo de reencuen
on este momento que el sujeto siente que algo no anda bien, al
oce apunt al. e
n ro
s:
por cuatro in stancia en su economí
a d e h omeosta
sis, es fálica, al mismo tiempo que tacha el significante primero. El
1. El pri acceso a la significación fálic a está ligado a la castración al -<p.
ncipio del pla cer:
una barrera al
goce . . tro con la Cosa , Esto significa que el goce está sometido, tanto en el hombre co
híb 1 m ees t o, el encuen
2. La ley: que pro e e
mo en la mujer, al falo.
. insatisfe - La forclusión del Nombre-del-Padre tiene por efecto la im
das Ding.
uy a natur aleza
misma es la de quedar
3. El des eo: c posibilidad para el sujeto de inscribirse en la función fálica . Las
cho. ef ecto del
o de goce por consecuencias de esta falta de inscripción son vari as:
rp o est, desiert
el ª
ª ·
dre El goce retorna
4. El obj cue
• se produce una liber ación del fanta sma. Allí donde el n eu
ombre-d e1 - p
eto a: en
signific ant e d e 1 N . dos en las zonas erógena 1o s, rótico imagina su fantasma, el psicótico lo realiza.
gm e � 1ocal
forma de fr ene, voz,
cremento s, p • No hay par a el psicótico, una localización del goce en cier
n to
etos a�:eno, ex
a
ll m bJ ación d e se -
que L tas regiones del cuerpo, llam adas zonas erógenas, sino
. da, 1a nad ) Son restos cai'dos de la oper
a a o
ª. ·
acan
mira e l a Ley. q ue el goce invad e todo el cuerpo del suj e to. El goce no
por e1 significante d
paración organizada
2 • Norma Alberro •
• HACIA lACAN •
83
órmula d el fantasma, L acan otor ga a éste una causalidad en el
íntoma . De esta ma�er� ?es priega una clínica de la articula- En la teoría de Lacan es po
sible detectar dos tipos de
goce fálico, reglado por el fal goce: el
:ión del fantasma al s1gmf1cante que pasa or la puesta en jue o y la castración y otro goce
al cuerpo como tal, se lo de , relativo
�o d el Otro barra_d0x, portador de una falt� fundamental iden- nomina goce del Otro. El go
. fálico es un límite al goce pu ce sexual,
. '. ante falo (el>). D el fantasma el sujeto
:ificado como signific ro del Otro, del cuerpo com
El s er del cuerpo del Otro o tal.
1abla poco, contran_· amente al sm , toma , pero orienta la expe- no puede alcanzarse por l
d encia del significante am a inci
riencia analítica hacia e1 punto en donde ambos se cruzan. o (SI) y de esto sólo queda
duo parcial de goce que se un resi
llama objeto a.
Lo necesario d el goce fálico
está ligado a lo im
te otro goce, el goce del Ot posible d e es
El goce produce malestar y sufrim
ro, del cuerpo del Otro. El
síntoma
. iento en el sujeto, cuand�
Lo que hay de real en el su to es lo que está como c ausa d e goce d el Otro, del cuerpo algo d el
h del Otro en tanto que ord
su división. Este real produ orror, un horror inherente al go- real, comienza a aparecer e n de lo
y hacers e posible. Podemo
que el síntoma intenta h a s decir
ce . Para Freud el goce apun�= al esfuerzo de reencuentro con el cer posibl e lo qu e es impo
. est e momento qu sib l e. Es
objeto perdido. Es la compuls10n , a la repetición. Tanto para e el sujeto siente
que algo no anda bien, al
Freud como par a Lacan' el goce se ubº1ca más allá del principio go falla en él y recurre a un
análi sis como int
sufrimiento. ento d e cal ma r su
d el placer, es decir, en el or n d la ulsión de muerte. El go-
ce se inscribe del lado del :�pla:er �ncluso d el dolor. Es por
ello que es posible situar el smtoma'del lado d el dolor, del su
frirniento y al fantas�a del lado del placer. El goce del psicótico
El neurótico se def1end e, para no pasar los límites del goce ,
El efecto de la metáfora p a
por cuatro instancias: terna, o sea la operación d
nificante del Nombre del-P el sig
l. El principio del placer: en su econorní a de homeostasis, es - adre, es producir
l sig nifi
fálica, al mismo tiempo qu a cación
una barrera al goc e. e tach a el signifi
acceso a la significación fál cante primero. El
2. La ley: que prohíbi e el i·ncesto el encuentro con la Cosa , ica está ligado a la castració
Esto significa que el goce est n al -<p.
das Ding. á sometido, tanto en el homb
. mo en la mujer, al falo. re co
3. El deseo: cuya naturaleza m1sma es la de quedar insatisfe-
L a forclusión del Nombre-d
cho. el-Padre tiene po
r efecto la im
posibilidad para el sujeto d
4. El objeto a: el cuerpo esta, desierto de goce por efecto del e inscribirse en la
consecuencias de esta falta fun ció n fálica . Las
· ·t·icante del Nombre-de1-Padre. El goce retorna en
s1gm d e inscripción son varias :
. • se produce una liberación
forma de fragment � 1o al dos en las zonas erógen as, 1o del fantasma. Allí donde el
rótico imagina su fantasma neu
que Lacan ll ama O �J et O� a��no excrementos, pene , voz,
'd.
, el psicótico lo realiza .
. ad a la nada). Son restos cai os de la oper ación de se- • No hay para el psicótico, un
a localización del
tas regiones del cuerpo, ll goce en cier
::ación organizada por el significante d e la Ley. amad as zonas eró
genas, sino
que el goce invad e todo el
cuerpo del sujeto. El goce
no
• HACIA LACAN • 85
• Norma Alberro •
.
es un sopor te de expre sión en c1�rtas patologías : son los "males
de goce como en .
po, no es u n desier to del c uerpo". Si atr ibu1·mos a lo s smtomas una s1t> ._.LU.cac1 ón par-
·cm;fi
está fuera del cuer punto que .
os ór ganos a tal
i , o que inv ade l t1cular procedente del cuerpo simb " 'lico, podemos referirnos a
el egresión tó-
n t ípica de l a r d p;abr a del �u�r po", en una
ró t co sin
a fragmentació estos trastornos en térrni
neu
lleva al j l �
lengua en donde el goce s:�onJuga c?n _e; sufrnrnento.
su eto a
ejo.
pica al estadío del esp lada por el significan- .
d l p ry ó no está regu Freu d mostr ó cómo el síntorna h1stenco era la conversión
• La funci ón e su e
staur a un a ley
que prohí .
som ática de un afecto m uy m tenso · el y o consciente repr ime
·
el-Pa dre. Éste in
te del Nombre -d pon e propia ley,
ó , en c ambio, im u�a representación inaceptable'q_, u� v� ª encontrar en las m a-
be el inc esto. El supery
su
erativ o de goce
". Est e supery ó orde rnfestaciones físicas, una traducc10n srmb0'lica. eorno señala
que Lacan llama " imp b ición. Hace emerger
un go .
j a g ozar, sin prohi Lacan, el síntoma es "un 1en aJ e cuya pala bra debe ser libera-
al en un
ica al p sicótico da". El síntoma adq uiere r
eto
el falo, que ub
su
s, val� r de me�saje, es�á del
na
gl d p ryó, en
tración. El supe lado sim bólico y per tene�:: �a,��� rmac 1ones _del mconsciente.
re a o or
eseo y a la cas
ce no
tiempo an o al d Cosa
el registro de la
teri r
oce, se sitúa en La segunda ver tien te del smtorna, se sostiene de su expre-
�t
tanto imp i d g
nal (Otro primor
era t vo e
cuer p o mater sa. El cuer po es
como goce del
or da primitiva
cuy o
sión corp oral sentid o
�� �� dr �eba dolor?
el padre de la h
(das Ding), � eC:{' presentifica o sim boliza
la coartada d l incons e ,
dial), o en el registro d lo que no puede ser dichos:�: l s p _abras. Es un _signo, un lla
goce no tiene límite. :pr? xima. Parecena que expre
mad o que huy e cu an do
sarse con el cuerpo es meno oso que � º � _las pala bras,
:r
puesto que no se arriesga na�:'. a contra d1cc1 on, ni la con -
El cuerpo .
fecto fronta ción con su propia histona, con su identidad
ón d e la m etáfora
pater na tiene como e ..
En la o br a de Lacan, es posible encon trar una diferen cia en -
La p o. Esto implica
na fi .
e al goce: el fal
o era ci u
u gnif i ant tre el concepto de or an1 q e es e� ser vivie nte y el cuerpo.
pr incipal d alización se hace a
si c
ación. E sta l oc Este último no está d!do ��;de e� orrnenzo, s� nace ser vivien
ar s
, un l aliz el
jación del g decir a Lacan qu e para
a o c
te, luego se construy e un cuerpo. �n este sentido el cuerpo no
oce
es l o que hace
través de una pérdida, goce.
un desierto de es pr imario, es secundario.
neurótico el cuerpo es q ue se llama el sist
ema de
a , l Otr o, el gran Otro, l Para Lacan la idea de que el viviente no s un cuerpo, es una
o
P a L cia es el pri �
o como presen
ac n e
uer po. El cuer p
ar
an , l er signi
afirmación constante en s u o bra,_aunque existen variaciones en
s ignific es, lugar del prim . .
es e c
s ins cripcion
tes
la esta constanc ia · En un pnmer tiempo ant�nor · al Discurso de
m er lugar par a m arc ar
do y es por esto que . d
p e t h h o para ser m arca Roma, el cuerpo se construy e a partir e la rmagen orgariizada
ficante. El cu o
io mismo de t
ec
á
.
ga al cuer po el princip
er o s
en el estadía d el espeJ·o· Lacan co, nsidera que para hacer un
el síntoma histérico otor La histérica "habla" a través de sus . .
ante. cuerpo se necesita un or g . arnsmo mas una rmagen, la unidad de
da posibilidad signific es u na escr itur
a para descifrar.
a sivo Su cuerpo
. cesó de la imagen da unidad al erpo, y a q�e el or ganismo es un con-
sínt sciente, Freud no
s
junto de órganos, disp:�sos, que aislados forma n el cuerpo
s con ver
ento del in con
om
D d l d bri mi cuerpo
cuerpo. Nuestro
esc u
e éste sobre el
es e e
r la inc i de nci a d
remarca
86 • Norma Alberro • • HACIA LACAN •
87
despedazado. Es la imagen que recibe desde el espejo, la que �ec_es ario saber si p ara
el p aciente, es una se .,
otorga al sujeto una ilusión de unidad corporal. En este conce p md1caría que su irnagen e nsac10
specu1ar ha sid0 a1ter
n que nos
, ada, o bien son
to encontramos, entonces, una oposición entre el organismo solo palabras que pronun .
cia·"u 1ern a se pasea", es dec
desunido y despedazado y el cuerpo unificado por la imagen. 1:ivel de lo dicho. n E este eje�p�\� pue ir a
Pero Lacan no se quedó allí, a partir de "Función y campo ndad, la disyunción e . d e observar c on
cla-
ntre orgamsm o' im · agen especular y
de la palabra y del lenguaje" 3, introduce también un principio cuerp o tomado por el s .
igmTicante, es decir en
descifrador de las funciones del inconsciente, a saber el traba verbalizado. tanto que es
jo de los mecanismos significantes. Afirma que es el significan En las somati zaciones .
histéricas en camb10, observamos
te el que introduce el discurso en el organismo. En este segun un a paciente que tie .
n e un brazo p
do período, el autor asegura que el organismo es una unidad e jemplo freudia aralizado, para tomar u
no. La imagen d _su c n
en sí, es una cohesión . Sin embargo, esta unidad no es sufi da, en cambio, su orga uerpo n o está perturba
n ismo es�a re
ciente para otorgar un cuerpo al sujeto. Para que la individua esto mismo que los me' almente alterado. Es
d1cos
· se asombran
por
lidad orgánica sea un cuerpo hace falta el significante que ha causa que justifique di s�·n �1:contrar una
cha parálisis . p
ce unidad. Esta nueva conceptualización nos da una fórmula el brazo paralizado, s ara la histenca que tien
. u 1· magen especular est, · e
del cuerpo: se de fin e por una imagen más el significante que b10 su organismo y su c a mtacta, en cam-
uerpo en tan to dicho,
hace Uno, es decir el Nombre-del-Padre. La disyunción se esta terados. e stán am bos
al-
blece entonces entre el organismo, la imagen del cuerpo y el Ahora bien, para Lacan .
el p er cu
cuerpo en tanto que es tomado por el significante . decir lo que él llama el
cuerpo ;;ro _s1m _ :Tº es el lenguaje, es
El cuerpo de los enfermos que llamamos esquizofrénicos y· un cuerpo en tan to que . o ico. Lo simbólico es
e s un s istema .
aquellos que consideramos histéricos son diferentes. Para esto un cuerpo incorporal qu . d e relac1· on es mt ernas; e s
e al mcorp
voy a tomar un ejemplo de un paciente psicótico que obse rvé cuerpo. Dic ho de otra orarse al sujeto le da un
'manera, este cuerpo ·
tro es el lengua·e que que dec1m · os nues-
en un hospital psiquiátrico. El en fermo se paseaba por los jar
. 1 lo disc1.erne La no · ,
dines del hospital, gestic ulando y diciendo de viva voz que una rmento de l cuerpo, irnp ci_o d e despedaza-
lica q ue es e· l lenguaJ e
n
de sus piernas "caminaba'' delante de él, no podía controlar gan os y les da nombr que aísla los ór-
es, el cuerpo
despedazado. Lacan funcionan do es un cue
que ésta decidie ra irse en contra de su voluntad. Ahora bien , insiste sobr� este he rpo
esto no impide observar que su organismo conserva su un idad cuerpo habita el len_gu cho: "es porque el
. 1 a·Je que existen los órg
y que sus piernas continúan en el lugar habitual. Esta pierna ditl"
:/ . Esta tes1s an os" "rr•1.Letour-
acamana, implica en
po por el hecho de ser el fond� que somos cue
que se pasea sola, podemos decir que es a nivel de la imagen es .
dicho. El SU Jeto preexis r
pecular que aparece desprendida del cuerpo. O bien , a nivel del y lo supera después de te a este cuerpo
. . la muerte. El cuerpo m
significante. Para decidirse por alguna de las dos alternativas es J eto se sig ue hablan do. La durac1o ., uere , p ero del su-
alcanzada por el signifi n d e l SU J
· to en tan to que
can t c de _ la dur_a_
e
es
En este sentido, podem ; c ión d l cue
os afi �� ;a disyunc1o e rpo.
3. Lacan, J., Escritos. "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanáli te y del cuerpo. n del significan
-
sis", conocido también como "Discurso de Roma".
----- SEGUNDA PARTE -----
La práctica psicoanalítica
VII. LA TRANSFERENCIA
Transferencia y resistencia
l. Freud, S., Obras Completas, Vol. I "La histeria", Comunicación preliminar (Breuer
y Freud). Biblioteca Nueva. Madrid, 1968.
2. Freud, S., Obras Completas, Vol. II "Técnica psicoanalítica". Biblioteca Nueva.
Madrid, 1968.
• HACIA LACAN • 93
• Norma Alberro •
92
dre , h m ) . L cia ne - ocup a el lugar a qui en el paci ente l e supone sa ber so bre su
. dad . D e _ esta manera se mstala la transferen .
er anos
nueva re ali . sciente . inconsciente. Así, el paciente, interroga al analista com o el lu
sciente lo incon
s l i t enci a a hacer con gar del Otro donde se decide so bre su existencia . Lo que el su
gativa que e a res s
j eto no sabe sobre sí mismo, él supone que el Otro lo sabe . Es
te Otro, que desde el lugar del inconsciente, puede responder a
Transferencia Y saber sus cuesti ones . El analis ta, desde el lugar del Otro, responde
. mo el lugar en donde con la interpretación . El analista no es adivino, él solo p uede
er defi do co
El inconsciente p uede ; er ninaci ones
del suj eto y la saber lo que el p aciente l e dice . D e lo dicho, el analista desci
det\
m ti en reser va �s . edi o del fra , decodifica el mensaj e inconsciente que trae el discurso co
o el m ovirruen
to, el proceso por m
ene n
1!1
an
i
- de la palab r a.
se
trans fe . eladas a través
rriente del paciente, sin saberlo .
aci ones son rev
ren c a co
s d t rru er que
cual esa un saber. Un sab
nc , e 1u ar de
er n
t
e
existencia de l s u J e t o , e o
este saber. . , ca, uesto que se refiere a to do Además de desplazamiento de palabras, en un análisis se
Es una ignorru::icia eqm�? eiser mismo del sujeto. Lo que produce transporte de sentimientos. No es un desplazamiento,
do,
onstituye el te)l los sentimientos y la transferencia se han vuelto equivalentes .
aquello que c os vividos, p en
sa-
h.ist n· , l aconteci· rru· ent
ha o lvi � 1: titu y Es necesario distinguir dos planos : la vertiente pasional, por
nstituido y lo cons
o a os
os que lo han co
o d s en
t
dad
miento s, tim i fi un lado, y aquella dirigida al saber inconsciente. Por otro l ado,
_ esión- es lo que pre
oranci_ � activ�:::���
sen en ere
aún . Es una ign u' ansferen diferenciar esto del conj unto de afectos que surgen en la cura.
estió por la tr
no saber. Est r p
� � : esto fue rech a-
Los recuerdos que el paciente cuenta en su análisis suelen
�erto d.i·s· placer, por
a re ion
ma, los l p s, er mite e l s es otra cosa, se sostiene de la presencia del analista y de la fun
_ ara el suj eto p
s
ate�ial devei5 do
su e
I
a cue
sciente . Este m bre ese sab er ción que él ocupa en la cura . D esde el punto de vista del psi
u3 t .ª rru �n z a regunt
tionamient . E coanálisis el amor y el odio pertenecen a la transferencia nega
e so
haya demand
ars
sario l a presen
a
to y el cuestionarnient ,- . . es una dem anda de ayuda, pero Al comienzo del análisis el paciente confía al analista to do
o
La demanda de hsis _ . función lo que no sabe de él mismo . Lo que no sabe lo transfiere, por
al an alista en
unta dingi" da
ana
br t u pr g
es so odo na e
e
96 • Norma Alberro •
• HACIA LACAN • 97
suposición, a su analista. Esto que no sabe de él es su secreto tiene el objetivo de enseñar, de transmitir una información; en
más querido, es todo su ser, el sentido de su existencia, la ver el segundo el fin es dar órdenes. Ninguno de estos dos objeti
dad de su deseo, los dilemas de su goce. Este depósito de secre vos define el lugar del analista. Este se define sólo por dejar pa
to hace del analista un ser altamente investido para el pacien sar la palabra verdadera, la que proviene del sujeto del incon
te' el analizante ama a su analista a causa de esta entrega de su sciente.
secreto. De allí nace el amor que se le porta al analista. A este Ahora bien, el amor en transferencia es una resistencia en la
amor, el analista responde por las interpretaciones, es decir en medida que detiene las asociaciones y es un llamado a la pre
términos de saber. Con sus interpretaciones hace del saber una sencia del analista en su subjetividad. En tanto confianza al
verdad que puede cambiar al sujeto. Bajo transferencia, el analista, la transferencia mantiene un vínculo con el saber
amor está dirigido al saber. inconsciente; en tanto amor pasional, en cambio, implica la
El analista tiene que mantenerse al margen de este amor, separación de ese saber. En un caso permite la abertura del
sabe que es causa de este sentimiento, pero no debe responder inconsciente, en el otro, su cierre. Esta alternancia marca, con
de la misma manera. También sabe que puede ser causa de sus escansiones, el desarrollo de la cura.
odio y, en este caso, no debe responder al odio con agresión. En Los momentos de cierre, lo que aparece como amor, es tam
todos los casos, el analista responde sólo a su deseo de analis bién material tanto como las asociaciones libres. La diferencia
ta, está implicado en su deseo, pero no en sus sentimientos. De está en las respuestas que requiere del analista.
esta fuente extrae su poder interpretativo. Al amor del pacien
te, el analista responde en términos de saber, puesto que la de
manda del paciente dirigida al analista es que él sepa sobre lo
que el paciente ignora de sí mismo y es por esto que se lo ama.
Lo único que se le pide al analista es no entorpecer el mecanis
mo de la transferencia, es por esto que Lacan dice que la única
resistencia está del lado del analista.
Los puntos oscuros del analista, sus sentimientos y sus es
tados de ánimo, pueden ser obstáculo para que el lugar del
Otro se despliegue y asegure la marcha del análisis. En este
sentido, el analista debe dejar de lado su subjetividad y traba
jar sólo desde el deseo de analista, es decir como sujeto y no
como subjetividad (recordar la diferencia entre sujeto y subje
tividad).
No hay simetría en el análisis, los dos sujetos no están en el
mismo nivel. Lacan distingue el discurso del analista y lo dife
rencia de los otros dos lazos sociales: el discurso universitario
y el discurso del amo. En el primero, la palabra del profesor
VIII. LA DIRECCIÓN DE LA CURA
stabl s ni inmu tabl s, m sa, "decir tonterías", según Lacan. El psicoanalista presta aten
:'ambién descubre que no son e e e co o
últim , tamb ién p ción a estas tonterías y les otorga importancia, con esto cons
:l creía al principio de su análisis. Por o erci
y futu a. En truye sus interpretaciones que devuelve al paciente.
> e que él es respo nsable de su historia pasad a r
de Las asociaciones del paciente no son tan libres como pare
ma palabra, que su deseo se encuentra allí implicado. Un
s le re-
;eo en el cual él no se reconoce aún, ya que las razo ne cen. En pr imer lugar, porque está compelid o a hablar y dejar
se llevar por sus pensamientos, lo cual constituye ya una tarea
mltan desconocidas.
e pa -
En la asociación libre se produce el desplazamiento d limitada e impuesta por el analista. Con la asociación libre re
"Int rpr tació n d e lo s sulta imposible decir todo, pero también ocultar la verdad; en
abras, como indicaba Freud en el libr o e e
nunc ia palab ras, sus intentos de enmascararla, el sujeto se devela y se mue stra.
;ueños". En este desplazamiento el sujeto pr o
frases cuya significación desconoce. El analista le d e vu e lv � es Todas estas tonterías que se dicen en análisis portan una r eve
s alh que lación que Freud llamó el deseo inconsciente. En efecto, el de
te discurso con la significación que le corresponde y e
seo se revela en las incoh erencias de los sueños, en sus disfra
el paciente reconoce lo dicho como propio.
como
La transferencia de significantes permite re conocerse ces, en lo absurdo de los chistes, en lo inesperado de lo s
r dice lapsus. El deseo es indestruc tible, nos dice Freud, e stá siempre
sujeto dividido : él no es dueño de lo que dice. Al habla
falta d ont l d la palab ra, ahí, sólo hay que saber escuchar.
más allá de lo que cree saber. Esta e c ro e
ndici ón d la trans El sujeto desconoce esta dimensión inconsciente y se vuel
consecuencia de la asociación libre, es la co e
que n ta el ve extranjero a sí mismo. El síntoma le provoca sufrimientos
ferencia. En este sentido, la transferencia es l o co ec
que él quisiera desterrar pero, por otro lado, no puede vivir sin
sujeto que habla con el inconsciente que sabe.
él. No sabe cómo es y quién es. Es este saber, para él de scono
cido, que el paciente le supone al analista. Esta demanda de
al Otro. Esta es la estructura de la alien ación. En la cura se re significante. La libido freudi ana escapa a los significantes este
produce esta estructura, el analista ocupa el lugar del Otro en núcleo inamovible que Freud encuentra en todas las fo rrn�cio
donde los signific antes del analizante van a adquirir un senti nes del inconsciente, sueños, chistes, lapsus, síntomas que le
do. Este sentido es revelado por la interpretación que viene del lleva a afirmar que todas las interpretaciones conducen al mis
lugar del Otro, es decir, el analista. mo núcleo inconsciente, a tal punto que un análisis completo
El analizante llega al análisis motivado por algo, síntomas o se reduce a este núcleo. Bien, este núcleo es el fanta sma in
inhibiciones que le hacen sufrir y que se le imponen sin que el consciente que en su permanencia ordena las pulsiones y el
sujeto pueda saber porqué. Lleg a al análisis con estos signifi goce del cuerpo.
cantes que representan la parte desconocida del sujeto. Para Lacan, el objeto a es el objeto del fantasma, es este ob
.
El analizante entra en el dispositivo analítico, hace un lla jeto �ue hace que l as asociaciones no sean tan libres, están de
mado, una demanda a aquel que es supuesto saber, o al menos termm�das por este objeto a, que viene del registro de lo real.
saber hacer venir al diván, los significantes supuestos que le Este objeto pertenece al ser del sujeto, sin él el sujeto sería una
_
darán un sentido. Ésta es la estructura de la transferencia. De m arioneta ?el signific ante, habl aría sin sentido y sin fin.
entrada, el analizante se busca, como se dice comúnmente, es Ahora bien, l a transferencia pone en "acto" esta realidad se
decir quiere conocer su faz oculta, pero par adojalrnente se en xual del inconsciente en una operación de "separación". Es por
trega a una técnica que intensifica su división. Desde el mo el encuentro de la x, de la incógnita de su deseo (objeto a, cau
mento que habla, exper imenta su clivaje. Nunca va a adquirir sa del deseo) en el discurso, que el sujeto encuentra una salida
todo el sentido, va a descubrir que su parte oculta quedará a su alienación en los significantes del Otro.
siempre oculta, sólo podrá reducirla. La verdad es "no toda", la La inter vención del analista en el discurso del paciente de
represión originaria está allí para velar esta verdad y entregar be responder a l a necesidad de actualizar en la transferenci a la
sólo algunos fragmentos. Esto muestra la imposibilidad de los cuestión del deseo. Es de esta manera que vendrá la solución
significantes de agotar la significación. �ar� �ue el analizante libere su ser. La respuesta no viene del
El sujeto que se descubre en la cura no es el sujeto unitario significante que sólo trae la falta de ser, sino de lo real. Es el
de la psicología y de la filosofía, transparente a sí mismo y re fantasma que responde a la cuestión del deseo, más concreta
velador del alma. Es un sujeto dividido, cortado en dos, conser mente, su objeto.
vando un lado oscuro que determin a las partes clar as. Es esta La función del objeto a en la transferenci a , regula la mar
experiencia la que realiza el sujeto en el proceso de análisis. cha de la cura y decide su salida. Es este objeto que es llama
Ahora bien, el proceso no se termina allí, en el bla bla sin do para obturar 1� falt a, la hiancia estructur an te del sujeto. El
_
fin. Otra cosa se escucha en los intervalos signific antes, en lo analis�a en camb10, llama a l a abertura del inconsciente. Es él,
que el sujeto dice. Esta otra cosa se impone corno una x, corno -el Objeto a- que sobredetermina al síntoma y todos los di
una incógnita, y se revela estar determinado por otro registro chos del sujeto, de un plus de goce que, al no hablar, resiste a
que el de los significantes. Es del registro de lo real. Todo pasa los efectos terapéuticos de la palabra ya que ésta oper a sólo en
por el lenguaje, ciertamente, pero en la estructura no todo es la parte del síntoma que es mensaje. Donde h ay plus de goce,
• HACIA LACAN • 107
106 • Norma Alberro •
Los Maternas
IX. Los MATEMAS
l. Roudinesco E. Jacques Lacan Esquisse d'une vie, histoire d'un systeme de pensée.
Fayard, París, 1993. La traducción es de la autora.
• Norma Alberro •
• HACIA LACAN • 113
12
le estos enunciados. Todas estas frases no llegan a ser defini 7. i (a) es la imagen del pequeño otro especular
:iones, puesto que eso sería cerrar la posibilidad de reflexionar 8. a designa los objetos del sujeto.
;obre ellas. Cualquier persona estudiosa de la obra de Lacan, 9. a es el objeto causa del deseo.
mede formular estos maternas con sus propias palabras. Son 10. El único modo de entrada en lo real para el sujeto es el
�onsiderados aforismos, o fórmulas lacanianas. fantasma, que incluye el objeto a.
11. El psicoanalista se sitúa en el lugar del objeto a.
diversas aser 12. El objeto a es el objeto del psicoanálisis.
Voy a destacar sólo algunas palabras con sus
de la teoría. Algu
ciones, que articulan varios otros conceptos
esadas por Lacan,
nas de estas aserciones son fórmulas expr Gran A (Otro)
s lacanianos y ex-
otras son derivadas de mi lectura de los texto
presadas con mis palabras. l. En el lenguaje, nuestro mensaje nos viene del Otro bajo
una forma invertida.
2. El inconsciente es el discurso del Otro.
Pequeño a (otro) 3. El desfiladero de la palabra se produce cuando el sujeto
i) a y otro (au se dirige al Otro en tanto absoluto.
l. En el esquema llamado L el vector yo (mo 4. El Otro puede anular al sujeto.
tivac ión imagi-
tre) representa la pareja de recíproca obje 5. Es del campo del Otro que el sujeto$ recibe su propio
naria. mensaje bajo una forma invertida.
Esquema L (Es) S @ 'utre 6. Cuando el analista es el Otro, está bajo la incidencia de lo
simbólico.
7. El Otro habla al analista en el discurso que el otro sostie
ne delante de él.
8. A designa un lugar esencial en la estructura de lo simbó
(moi) a @utre lico.
9. A es el lugar desde donde se plantea para el sujeto, la
tificación al cuestión de su existencia.
2. El yo se objetiva en la dialéctica de la iden 10. La presencia del significante en el Otro es una presencia
otro. cerrada para el sujeto, en estado de represión.
).
3. El yo es un otro (frase tornada de Rirnbaud 11. El Otro es el lugar de la memoria inconsciente.
dese o hum ano es med iatiz ada por el
4. La satisfacción del 12.El Nombre-del-Padre es el significante que en el Otro, en
deseo y el trabajo del otro. tanto lugar del significante, es el significante del Otro en
tifica.
5. Es ante todo en el otro que el sujeto se iden tanto lugar de la Ley.
rse de las capt aciones ima
6. El yo es imposible de distingui 13. El Otro es el lugar de la palabra.
y para un otro.
ginarias que lo constituyen por un otro
14 • Norma Alberro • • HACIA LACAN • 11S
14. El Otro es el lugar de la falta de ser. 14. Las unidades significantes son los fonemas.
15. El Otro es el lugar del despliegue de la otra escena. 15. El sentido insiste en la cadena significante.
16. El deseo del hombre es el deseo del Otro. 16. En el esquema R, M es el significante del objeto primor
17. Lo que surge en el inconsciente del sujeto es el deseo del dial (la madre)."
Otro, es decir, el falo deseado por la madre. 17. La atribución de la procreación al padre es el efecto de
18. El Otro es el testigo de la verdad. un significante, de un reconocimiento, del Nombre-del
19. El discurso del inconsciente es una emergencia, es la Padre.
emergencia de una cierta función del significante. 18. La formula de la metáfora o sustitución significante es:
·;gnificante
l. El automatismo de repetición toma su sentido en la insis
;, . �· --'•-s(!)
tencia de la cadena significante (wiederholungszwang). 19. En la fórmula de la metáfora paterna los I son los signi
2. Es la ley de la cadena significante que rige la forclusión ficantes, es la significación desc�mocida; ses el significa
(verwerfung), la denegación o desmentida (verneinung), do inducido de la metáfora, S se substituye a S' S', elidi
y la represión (verdriingung). do por la constitución de la metáfora (la barra sobre S' S'
3. El significante es símbolo de una ausencia. es la marca de la elisión).
4. El significante puede cambiar de lugar. 20. El falo es un significante.
5. El significante puede faltar a su lugar. . . 21. La función+ es la función del significante perdido.
6. El significante se sostiene en un desplazarmento ClICU- 22. El falo es el significante del deseo del Otro.
lar. 23. El significante representa un sujeto para otro significan-
7. El desplazamiento del significante determina los sujetos te.
en sus actos y en sus lugares. 24. El significante se origina del borramiento de la huella.
8. El sujeto está habitado por el significante. 25. El trazo unario es el primer significante.
9. El significante es previo al sujeto. 26. En la castración, el significante mujer se inscribe como
10. El significante tiene sentido solo en relación a otro signi- privación.
ficante. 27. En los cuatro discursos, los términos son:
ll. En las neurosis, el síntoma es el significante de un signi- S 1, el significante amo.
ficado reprimido de la conciencia del sujeto. S2 , el saber.
12. El significante y el significado son de dos órdenes dife- 15, el sujeto.
rentes. a, el plus-de-goce.
13. El significante y el significado están separados por una
barra resistente a la significación. Y los lugares son: el agente, la verdad, el lugar del Otro y
la producción.
• Norma Alberro • • HACIA LACAN • 117
16
Usta de Seminarios
Seminario I: Los escritos técnicos de Freud
Seminario II: El yo en la teoría de Freud y en la técnica del Psicoaná-
lisis.
Seminario III: Las psicosis.
Seminario IV: La relación de Objeto.
Seminario V: Las formaciones del inconsciente.
Seminario VI: El deseo y su interpretación.
Seminario VII: La ética del Psicoanálisis.
Seminario VIII: La transferencia
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Eti
est�dío del espejo. El otro imaginario ........................24
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Bibliografía general pieza desprendida .....................................................30
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ece dad, deseo y demanda ..........................................40
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c ad�na significante - cadena del significado .................43
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111. ¿Qué es �n padre? ................................................
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...............51
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..................53
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• HACIA LACAN •
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SEGUNDA PARTE
LA PRÁCTICA PSICOANALÍTICA