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siguen vigentes aún hoy en día. Bowlby descubrió que era necesaria una figura estable en los
primeros años de vida para un correcto desarrollo cognitivo y emocional posterior.
El apego
El apego (attachment) es aquel vÍnculo que se establece con un cuidador principal (normalmente
la madre y el padre pero si no están puede ser hacia aquella figura que ejerza de cuidador) y que
prevalece por encima de otras necesidades biológicas. Aunque desarrollaremos apego hacia
diferentes figuras a lo largo de nuestra vida, el que más cuenta y el principal es aquel que se
establece entre madre (o sustituto) e hijo. El apego se entiende como un vínculo con un lazo
afectivo muy fuerte que determinará el desarrollo posterior de la personalidad del niño, su forma
de relacionarse con los demás y con todo lo que le rodea. El apego también influirá en cómo se
ve a sí mismo.
El apego y sus subtipos aparecen en todos los países y culturas, pero es probable que algunas
culturas potencien más un tipo que otro por los estilos educativos que predominen.
La premisa fundamental en la teoría del apego es que las experiencias tempranas de interacción
entre el infante, el niño y el adolescente, con sus principales figuras de apego, afectan a su
desarrollo posterior de forma significativa, ya sea de forma positiva o negativa.
Desde nuestro nacimiento siendo bebés damos un sentido a nosotros mismos en función a
nuestra relación con los demás, y más concretamente con nuestros cuidadores que son nuestras
figuras de apego más fuertes. Las relaciones son tan importantes desde etapas tan tempranas
porque nos desarrollamos en todo momento en un contexto de interrelaciones, que tienen un
significado incluso de supervivencia. Las relaciones entre padres e hijos se entienden desde la
teoría del apego como el desarrollo de un contexto más amplio a la familia y al grupo social.
Explicar nuestra tendencia a establecer vínculos fuertes, selectivos y duraderos entre sí.
Explicar cómo la amenaza de ruptura y la falta de respuesta afectiva nos puede provocar
tal sufrimiento emocional que desemboque en una psicopatología.
Explicar el por qué y el cómo con la ruptura de vínculos que han sido significativos dan
lugar a distintos procesos de duelo.
Y por último, explicar cómo nuestras experiencias con nuestro entorno y nuestras
interrelaciones personales a lo largo de nuestro ciclo vital, y sobre todo en la infancia,
quedan registradas en el inconsciente influyendo en nuestra manera de vincularnos y
ofrecer respuestas interpersonales futuras.
Los antecedentes del estudio del apego proceden de la etología, por ejemplo los experimentos
de Harlow con crías de chimpancé (prefieren una madre de felpa que no alimenta a una de metal
que si alimenta, luego se prioriza el apego sobre otras necesidades básicas) o los estudios sobre
la impronta en animales (por ejemplo los patitos que siguen instintivamente a la primera figura
que ven al nacer).
Bowlby entendía el apego como un proceso en el que los niños utilizan a los adultos como
fuentes de bienestar y seguridad y que refleja unas operaciones de influencia biológica
(evolutivamente es una conducta que mantiene la supervivencia del infante). Ejemplos de
conductas de apego son: Lloros, sonrisas, vocalizaciones, contactos extensos e íntimos, vigilancia
y seguimiento visual de la figura de apego, conductas de aproximación y seguimiento,
comunicación desinformalizada y basada en gestos. Estas conductas de apego son internalizadas
para construir modelos internos del mundo, las personas y él mismo. Estos modelos
internalizados luego tienden a operar de forma automática.
El apego se verá influenciado por muchos factores a parte de la simple interacción entre madre e
hijo (que es el factor principal). Por ejemplo, las características de la madre (su personalidad,
experiencias vitales, etc…) influirán en como ella trate a su hijo, pero el temperamento del niño
(si es un niño fácil o difícil, si llora mucho o poco, si tiene problemas para alimentarse, si no
duerme…) afectarán también, no solo a como el niño reaccione a la madre sino que la conducta
de la madre será condicionada por este tipo de temperamento. Es más probable que haya
problemas de apego o conductas más distantes ante niños con un temperamento difícil.
Debemos recordar que el temperamento no es lo mismo que la personalidad (aunque estén muy
asociados) ya que el temperamento es de base biológica y se da ya al nacer.
– Etapa 2 (de los 2 a los 7 meses): Respuesta social discriminada (prefiere las personas
de la familia pero no protesta si se van los padres). La fase 1 y 2 corresponden a un apego en
construcción.
– Etapa 3 (de los 7 a los 30 meses): Apego específico que se entiende como: Dolor ante
la separación y angustia ante las personas extrañas (aversión a la persona extraña que busca
acercarse a él). Esta es la fase más estudiada.
– Apego seguro: Hay expresiones de afecto verbales y físicas frecuentes por parte de
los padres. Los cuidadores responden a las necesidades y demandas del niño, le ofrecen mayor
estimulación. El adulto se muestra consistente, estable y seguro. El niño crece confiando en sí
mismo y en los demás, será más autónomo y tendrá mejores competencias sociales. Se crea un
vínculo de apego.
– Apego inseguro: Los signos del apego inseguro son bastante obvios. El niño se
muestra ambivalente respecto a sus figuras de apego. A veces se acercan y se agarran casi
obsesivamente y otras muestran un rechazo, una resistencia al contacto o pura indiferencia. La
madre tiene carencias en cuanto al cuidado del hijo. Un niño con apego inseguro suele tener una
madre o un padre que no reaccionan de forma consistente. Unas veces son cálidos y cariñosos,
pero otras, precisamente cuando el niño más demanda, se muestran fríos e inaccesibles.
Efectos de la pérdida de apego: Antes de los 6 meses no son graves, pero a partir de los 6 meses
y hasta los dos años (etapa 3 de la construcción del apego) si pueden aparecer problemas. Las
separaciones breves frecuentes son algo a lo que el niño debe acostumbrarse, pero una pérdida
de la figura de apego prolongada puede tener efectos bastante severos en la personalidad del
niño aunque no tienen porque en un principio significar patología mental grave en la adultez, sin
embargo hay situaciones como las adopciones o largas hospitalizaciones que pueden causar
efectos a largo plazo en el niño:
APEGO SEGURO → Exploran tranquilamente y de forma activa mientras están solos con la figura
de apego (la madre). Hay ansiedad ante la separación y alivio con el reencuentro, son afectuosos
y hay contacto físico cuando la madre regresa. Entonces se calman y siguen explorando lo que les
rodea. Son sociables con los extraños mientras la madre está presente. Son niños cooperativos y
las madres son receptivas y amables.
APEGO EVITATIVO → Hay poca ansiedad ante la separación con la madre y poco interés en el
reencuentro. Sí lloran cuando están solos (pero no si hay un extraño). Aceptan que les
reconforten los extraños, aunque también pueden ignorarlos, pero suelen ser muy sociables con
ellos. Este apego aparece ante madres lentas en respuesta a las necesidades del niño y frías (hay
poco contacto afectivo).
APEGO AMBIVALENTE → Los bebes tratan de mantenerse cerca de la figura de apego mientras
está presente y exploran muy poco. Hay ansiedad ante la separación (e incluso antes), se
muestran muy dependientes de la madre cuando está, lloran cuando la madre no está y luego no
logran calmarse ante el reencuentro, la madre no les consigue consolar, se muestran molestos
por el abandono por lo que se mantienen cerca de la madre cuando esta regresa pero a la vez
rechazan su contacto físico. Son extremadamente cautelosos con los extraños incluso estando
presente la figura de apego. Son niños muy difíciles de tranquilizar. Este apego aparece ante
madres quisquillosas, incoherentes o que miran en pro de su propia conveniencia (y no la del
hijo).
Por último, comentar que el apego entre un bebé y su padre puede ser tan fuerte como el que se
da ante una madre y que como ya hemos visto, de nosotros va a depender el cómo nuestro hijo
vea el mundo cuando crezca y como se relacione con él. Puede que pensemos que cuando son
pequeños no entienden lo que ocurre a su alrededor, pero lo cierto es que todo lo que hagamos
en la crianza de un hijo (lo entienda o no el niño) va a afectar a su futuro y a su desarrollo.
Debemos ser afectuosos y cálidos, comprensivos y cercanos, calmados y alegres si queremos que
el niño desarrolle un apego seguro que le permita relacionarse fácilmente con su entorno social
cuando crezca. A medida que se hacen mayores es importante combinar todo esto con unas
rutinas diarias, con unas normas y límites establecidos y no caer en el error de la sobreprotección
que tiene también efectos muy negativos sobre la autoestima, autonomía y confianza del hijo.
1. Define el apego
2. ¿Porqué es tan importante la figura del apego en el desarrollo de la personalidad de los
niños/as?
3. Definición de apego (Bowlby)
4. Menciona algunos factores por los cuales se puede ver influenciado el apego.
5. Define los tipos de apego y las consecuencias que pueden tener (con ejemplos concretos)
6. Características de los apegos según Ainsworth.
7. Elabora un resumen del artículo, incluyendo tu opinión personal.