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LA POLÍTICA.
● Si bien es cierto que, la concepción del poderío político radica en la capacidad del individuo para el
desarrollo de virtudes en aras de la meta de solidez de la polis, y la política como el contenido de
nexos entre los individuos y la misma polis; es posible vislumbrar al acuerdo de paz como punto de
inflexión en la lucha armada, y la urgencia de democratizar en la plataforma de lo común-político el
afrontamiento de los conflictos que se localizan fuera de la vía de legalidad.
● Es pues, en la dimensión de la política, donde se evalúa a la guerra como una problemática de poder,
y a la Carta política de 1991, como expresión plena de contrato social, y en consecuencia,
inspiradora del estado social de derecho, con autonomía de sus regiones, que trata de responder a las
crisis de violencia, de economía y de falta de integración de los sectores menos favorecidos, en
estado de pobreza y situación de inferioridad en recursos metálicos y humanos.
● Es tarea del Estado y de la política misma garantizar la confianza, legitimidad y control, y la
protección de líderes políticos.
● Se considera a los partidos políticos en estado de colapso, agonía y desprestigio y, a la ciudadanía
como un espacio propio de participación.
● En éste universo de lo público, es la palabra como extraordinaria herramienta de poder, que cobra
preeminencia, en ese sentido, se observa cómo el logos sirve de instrumento de política
determinante de la autoridad del Estado, en su modo de dirección y persuasión, es decir, se
transforma en una variable céntrica de ésta práctica política, configurando áreas de
discusión-argumentación; siguiendo dicha directriz, es posible argüir que el pacto para La Paz, por
conducto del uso de la palabra, es un cosmos de legítima confianza del pueblo, que se interroga
acerca de la politización de la Paz, debido a la posible incidencia simbólica y anímica contingente de
suscitarse por los grupos insurgentes remanentes, aún después de la firma del acuerdo. En ésta
atmósfera interactúa la política como otra vía legal y conducente para la eficiencia y eficacia del
amparo a los líderes políticos, sinónimo del robustecimiento democrático.
● Cabe agregar, que en relación a las diversas temáticas que permite la política que entren en disputa y
deliberación explayados en el debate estudiado se encuentran los siguientes:
● Para Aristóteles, el conflicto es constitutivo de las relaciones humanas y por tanto de la política; ésta
es la razón por la que su preocupación primaria es la problemática de la gobernabilidad, donde el
conflicto debe mediatizarse o administrarse. En éste aspecto, se exterioriza en el debate una visión
optimista de conducción del país, versus los llamados ‘caballos apocalípticos’. Al marco de ese avance
gubernativo, se traen a colación tres tópicos centrales:
I. Vulnerabilidad: Conquistas de la clase media, pueden empobrecerse nuevamente con las reformas
tributarias. Producto de la ausencia de una política social, fuerte y bien planteada.
II. Impacto de la migración venezolana: opciones de vida, cuestionamiento sobre la capacidad de
absorción de la economía. Empobrecimiento de la informalidad (50% en el país), incremento de factores
de presión.
III. Violencia reciclada: frontera de ilegalidad frente a la explotación de la tierra, la selva amazónica,
deforestación de las zonas boscosas, y destrucción de la biodiversidad en flora y fauna; sumado a la
imposibilidad de la institucionalidad. Búsqueda de la reconciliación, atacada por irrupciones del sistema
en el escenario político.
● Como consecuencia lógica del acuerdo, se tiene que es el Estado y el poder ejecutivo en cabeza del
mandatario y su gabinete, los llamados a implementar un diseño renovado y útil de políticas para
garantizar la obligación de injerencia en el cumplimento de dicho pacto; bajando la tensión, con la
amplificación de la base democrática y una modulación o reforma integral a la Justicia en nexo
interdependiente con el factor de la Política.
LA SOCIEDAD.
● En el Estado ideal platónico, se le otorga la acción tuitiva de la moralidad de los individuos que
conforman la sociedad, en el sentido de los gobernantes por el deber de irradiación de seguridad
jurídica para mitigar la profunda crisis de fundamentos morales de la polis -del estado colombiano-
por la permanencia prolongada del conflicto armado interno; es en ese Estado en el que deben
desaparecer todos los factores disolventes, esto es, -en el contexto colombiano-, la presencia de su
figura, en los proyectos de los campesinos desmovilizados que aún se encuentran en zonas de
conflicto, como catalizador y represor de la ‘lucha armada’, previendo un antídoto: una eficaz
interacción e intervención estatal, para el cumplimiento real de los acuerdos y la fortificación del
espacio nacional democrático, dentro de las interrelaciones en el ámbito privado y público donde el
poder de dominio del gobernante gestear en los gobernados un sentido de pertenencia, con el único
objetivo del manteniendo de la polis; en el caso colombiano, un proceder inequívoco frente al
fenómeno de polarización del paso de la guerra en el campo a la urbe, en el estamento de creencias
políticas partidistas.
● En sujeción a la visión aristotélica, la sociedad se constituye de diversos miembros que erigen a la
polis, y que sin reparos de sus divergencias de clase o función social, aparecen de cierta forma como
semejantes. Es ésta semejanza la que construye la unidad de la polis entre gobernante-gobernados,
porque, para los griegos sólo semejantes pueden formar parte de la misma comunidad, permitiendo
la vinculación de hombres en el esquema de la ciudadanía, en relación recíproca, reversible y
sustitutiva de las relaciones de sumisión y jerarquía, a ese tenor, se tiene que todos los hombres
participan en el estado iguales. En el caso colombiano, se menciona cómo en el intento por un
‘nuevo país’, se hace una confrontación al ‘viejo país’ con rezagos y células activas del narcotráfico
que realizan el financiamiento de ‘carteles’ e intensifican el consumo de coca, y facilitan el
florecimiento de microtráficos, un grave problema del país en la actualidad. Lo anterior, se expresa
en la necesidad de entendimiento de cómo vincular a la sociedad conformadora del territorio
marginado y victimizado social, económica y políticamente.
● En lo referente al esquema platónico, su propuesta se enmarca en un postulado
gnoseológico-metafísico que hunde sus raíces en un modelo analógico entre el concepto de alma y el
concepto de Estado. Así como el alma está compuesta por tres partes, también el Estado está
compuesto por tres estamentos sociales. En éste punto se destacan los nexos mutuos alma-Estado:
La parte racional del alma coincide con el estamento gubernamental de los guardianes filósofos; la
parte irascible, con el estamento de los guardianes; y la parte apetecible o concupiscible, con los
estamentos productivos. En ese sentido, se observa cómo con la Carta Política de 1991, se ha
adelantado una transfiguración reconocedora de caminos de participación ciudadana, y de
separación de poderes, con un sistema de check and balances, que procura el cumplimento
funcional y moderado, promotor de estabilidad social. A raíz del acuerdo se ha ampliado el clima
participativo de los estamentos desmovilizados en el ámbito político, con su actuación en el proceso
pacificador, en el social, a través de su adscripción a la actividad económica, cultural, agrícola y
educativa; como una parte adicional a su reinserción y resocialización. Platón cree que todas estas
partes son condición de posibilidad de la existencia de la polis, no pudiendo alterarse las jerarquías
que la sabia naturaleza ha establecido entre ellas. Se entiende entonces que para el filósofo sea la
justicia la virtud suprema, en tanto hay justicia cuando cada uno y cada estamento ocupa el lugar
que le corresponde por ‘naturaleza’, es decir, que todos los estamentos sociales son una condición
necesaria para la posibilidad de existencia de la polis, no pudiéndose alterar las jerarquías.
● Bajo el esquema aristotélico, la ciudad aparece como una construcción humana, que recibe el
impulso antropológico de sociabilidad, producto decisivo del orden natural; de manera que, la
esencia de la polis dependerá también de las posibles convenciones de cada ethos en particular. En
ese sentido, se reflejan en el acuerdo de paz, las posiciones razonables y en diálogo que a través del
principio de sociabilidad, inmanente a sus miembros, se mueven hacia la concreción de un país
integrado y unificado. Por esta razón, para Aristóteles, el móvil político-social intrínseco a la
dinámica de la naturaleza, permite diferentes especificaciones políticas, de acuerdo con
convenciones particulares sobre el conflicto particular, y la expresión de pluralidad y diversidad
constitucionales.
La prioridad para el filósofo griego es la existencia de las clases sociales, como un hecho natural. En tal
sentido, conecta las nociones de estructura social y gobernabilidad. Es desde esta óptica que asigna sus
juicios más positivos hacia la democracia como la mejor forma de gobierno –en su formulación correcta
politeia– y es también desde esta perspectiva que reivindica la importancia de la clase media como la
mediación y el nexo más importante para una óptima gobernabilidad. Aristóteles:1989, pp. 186-187).
EL INDIVIDUO.
● La categoría del sujeto u hombre político, se explica de conformidad con el pensamiento platónico
como una posición reservada, pues, con la exploración de una episteme política selectiva, es posible
consagrar un orden social libre y la contemplación de la idea del Bien; es así como, aquellos que
ocupen cargos en el poder ejecutivo del poder público, deben perseguir formas alternativas de
intervención territorial para la comprensión de conocimientos, sabidurías y posibilidades, frente a
las deudas históricas enunciadas en el debate como sucesos de gran impacto y afectación de la
población colombiana, por lo que se hace menester una injerencia estatal local y nacional, en el que
la tarea del gobernante reúne poderes en el pensamiento para prescribir los modelos adecuados para
que el Estado logre su cometido protector; por ejemplo, a través de un sistema legal de participación
y control de ‘carteles’ o grupos dominantes al margen de la ley que se encuentran latentes; y poder
del gobernante en la práctica, y que en la realidad colombiana se traduce en la mejor forma de
organizar o jerarquizar el Derecho, es en este punto; cuando se toma de Platón la virtud de la
fronesis o prudencia que debe sumar a la sabiduría contemplativa el gobernante, para tomar las
mejores decisiones asegurando la armonía y estado pacífico de la comunidad.
● Cuando Platón afirma lo planteado por Protágoras: ‘el hombre es la medida de todas las cosas’,
destierra el designio natural inmutable y el reinado de los dioses y mitos, para fundamentar la
racionalidad política, con sustrato de los valores en la propia autoridad humana, en ese sentido,
encontramos que es el hombre político, hallado en un estado de naturaleza, con libertad de
regulación e intervención el que se encuentra en el escenario de lo público, que propende por el
fortalecimiento y desarrollo de sus virtudes, como la prudencia, el coraje y la templanza; un
conocimiento íntegro para la consecución de la perpetuidad de la polis. En éste sentido, dentro del
contexto del gobierno colombiano, es el mandatario, el llamado a potencializar dichos hábitos
operativos buenos, que al margen del acuerdo de paz, requieren de una mirada a la ‘memoria
histórica’, partiendo de la agenda de la ciudadanía y promoviendo iniciativas efectivas para la
implementación del proceso, y las garantías de la verdad, la memoria, la justicia, la reparación, la
responsabilidad y garantía de no repetición; todos máximas ineludibles dentro del aprendizaje
reflexivo de la guerra y la consideración que se hizo con las comisiones de esclarecimiento sobre las
fuerzas armadas revolucionarias, en las que se discute su categoría de ‘impolutos o ángeles heróicos’;
una proposición que dista de la identificación de errores a lo largo del ciclo de violencia exigida por
la referida memoria pedagógica.
CONCLUSIÓN.