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Significado de Valores cívicos

Qué son Valores cívicos:


Los valores cívicos son el conjunto de conductas que se consideran positivas para el desarrollo de la
sociedad. Son reconocidos, en términos generales, por los diversos grupos sociales y comunidades
que se extienden en todo el mundo.
Los valores cívicos deben ser transmitidos a través de las generaciones para que el desarrollo de la
sociedad sea continuo, positivo y para que no se pierdan u olviden en el tiempo.
Es decir, estos valores forman parte del legado cultural del entorno donde las personas se forman
como ciudadanos responsables, respetuosos y honestos. Los valores cívicos aportan la paz y el
entendimiento en la ciudadanía.
Si se desvalorizan estas conductas cívicas y se adoptan posturas menos positivas, se podría generar
el desorden, falta de autoridad e, incluso, caos social en diversos grupos o comunidades.
De allí la importancia de enseñar, transmitir y poner en práctica los valores cívicos a fin de procurar
el incentivo de buenas conductas entre las relaciones personales como sociales.
Los valores cívicos representan las conductas centradas, generan sentido de pertenencia,
comprensión del contexto donde nos encontramos y respeto por otras comunidades.
No obstante puede llegar a ocurrir que lo considerado como un valor cívico en un determinado lugar,
no sea así en otro porque no se corresponde con su realidad. Por ello se pueden clasificar los
valores cívicos en aquellos que son universales y en los que son más específicos.
En consecuencia, la importancia de los valores cívicos se basa en que se desarrollan a través de las
relaciones humanas y genera enlaces grupales o individuales, por lo que se pueden transmitir de
persona a persona.
También representan el reto de entender y respetar la diversidad cultural en la cual se generan las
comunicaciones o intercambios de información. Desde una perspectiva individual, las personas
deben ser conscientes de sus actos y conductas. Su efecto positivo repercutirá en quienes estén
alrededor.
Poner en práctica los valores cívicos genera menos desigualdad social, menos discriminación, mayor
inclusión y un desarrollo social más equilibrado y justo.
Ve también Valores universales.
Ejemplos de valores cívicos
Existen diversos valores cívicos que incluso se interconectan con otro tipo de valores como los
morales, sociales, familiares, entre otros.
En principio los valores cívicos deben incentivar a los individuos a ser voluntarios, comprometidos,
honestos, valientes, tolerantes, considerados, entre otros. Algunos de los principales valores cívicos
se pueden exponer a través de ejemplos.
Solidaridad
A través de la solidaridad las personas establecen relaciones sociales, se brindan apoyo y ayuda en
un momento de dificultad. La solidaridad genera más actos de apoyo a futuro, fortalece las
relaciones y amistades.

La parábola de los talentos


"Es también como un hombre que al marcharse de su tierra llamó a sus servidores y les entregó sus
bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno sólo: a cada uno según su capacidad; y se
marchó. El que había recibido cinco talentos fue inmediatamente y se puso a negociar con ellos y
llegó a ganar otros cinco. Del mismo modo, el que había recibido dos ganó otros dos. Pero el que
había recibido uno fue, cavó en la tierra y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo,
regresó el amo de dichos servidores e hizo cuentas con ellos. Llegado el que había recibido los cinco
talentos, presentó otros cinco diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste, he aquí otros cinco que
he ganado. Le respondió su amo: Muy bien, siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco,
yo te confiaré lo mucho; entra en el gozo de tu señor. Llegado también el que había recibido los dos
talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste, he aquí otros dos que he ganado. Le respondió su
amo: Muy bien siervo bueno y fiel; puesto que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra
en el gozo de tu señor. Llegado por fin el que había recibido un talento, dijo: Señor, sé que eres
hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por eso tuve
miedo, fui y escondí tu talento en tierra: aquí tienes lo tuyo. Le respondió su amo, diciendo: Siervo
malo y perezoso, sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo de donde no he esparcido; por
eso mismo debías haber dado tu dinero a los banqueros, y así, al venir yo, hubiera recibido lo mío
junto con los intereses. Por lo tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez.

Porque a todo el que tenga se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le
quitará. En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas exteriores: allí será el llanto y el rechinar de
dientes"(Mt).
La parábola de la oveja perdida
"Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle. Pero los fariseos y los escribas
murmuraban diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces les propuso esta
parábola: ¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el
campo y va en busca de la que se perdió hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, la pone sobre
sus hombros gozoso, y, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: Alegraos
conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdi ó. Os digo que, del
mismo modo, habrá en el Cielo mayor alegría por un pecador que hace penitencia que por noventa y
nueve justos que no la necesitan"(Lc)

El caballo y el asno. Fábula infantil


Fábula El caballo y el asno, para niños

Un hombre tenía un caballo y un asno.

Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo:
- Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida.

El caballo haciéndose el sordo no dijo nada al asno.


Horas más tarde, el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo.
Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo,
suspirando dijo:
- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar
con todo, y hasta con la piel del asno encima!
MORALEJA: Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo
pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.

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