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N U M E R O 101

SEPTIEMBRE-OCTUBRE • 2007 • $36.00

PLAZA DE LA CIUDADELA, 4, CENTRO HISTÓRICO


DE LA CIUDAD DE MÉXICO. 2 Rene Char:
CP 06040. TELÉFONOS (55) 9172 47 lOY 12
CORREO ELECTRÓNICO; Un poeta en armas
bibmex@correo.conaculta.gob.mx
CERTIFICADO DE LICITUD DETÍTULO # 6270
CERTIFICADO DE LICITUD DE CONTENIDO U 4380
Laurent G r e i l s a m e r
CONSEJO N A C I O N A L PARA
L A C U L T U R A Y LAS A R T E S
23 Rene Char:
PRESIDENTE
SERGIO VELA Poesía de la claridad
DIRECTOR G E N E R A L DE BIBLIOTECAS
FEDERICO HERNÁNDEZ PACHECO
(Antología)
R E V I S T A B I B L I O T E C A DE M É X I C O
DIRECTOR FUNDADOR:
|AIME G A R C Í A TERRÉS f
D I R E C T O R : EDUARDO UZALDE
41 Proverbios del infierno
E D I T O R : | O S É ANTONIO MONTERO
E D I T O R A S O C I A D O : MARIO BOJÓRQUEZ W i l l i a m Blake
S E C R E T A R I O DE R E D A C C I Ó N :
JOSÉ D E L A COLINA
CONSEJO DE R E D A C C I Ó N :
JUAN ALMELA. FERNANDO ÁLVAREZ DEL CASTILLO,
MIGUEL CAPI5TRÁN. ADOLFO ECHEVERRÍA,VÍCTOR
44 Poetas de América
T O L E D O Y RAFAEL V A R G A S
PROMOCIÓN EDITORIAL:
• Bill Bissett
MIGUEL G A R C Í A RUIZ
D I S E Ñ O : BRUNO ACEVES HUMANA
• Michael Palmer
A S I S T E N C I A E D I T O R I A L : MARINA GRAF
ASISTENCIA TÉCNICA Y CORRECCIÓN: • Rafael Toriz
UNA GARAY VAQUERA
RAÚL ZENDEJAS DE L A PEÑA • osé Manuel Recillas
COMERCIALIZACIÓN Y DISTRIBUCIÓN:
RUYSDAEL N A V A
IMPRESIÓN:
• ulio Eutiquio Sarabia
EDICIONES CORUNDA, S.A. DE C.V
P O R T A D A : RENE CHAR POR VÍCTOR BRAUNER
• Eduardo Langagne
2- D E F O R R O S : PAUL ÉLUARDY RENE CHAR
EN NIZA E N 1930 •José Kozer
4- D E F O R R O S : WILUAM BlAKE A LOS 28 Y A LOS
6 9 AÑOS 0 £ E D A D . P O R FREDERICK TATHAM. • W a l d o Leyva
ILUSTRACIONES INTERIORES:
P Á G I N A 6: FOTOGRAFÍA DE RENE CHAR • osé M á r m o l
REPRODUCIDA EN PATRICK V^íALDBERG.
SURREALISM.THAMES A N D HUDSON. L O N D O N ,
1965.
• R o b e r t o Sosa
P Á G I N A 7: FOTOGRAFÍA DE BRETÓN, DALÍ,
CHAR Y ÉLUARD. REPRODUCIDA EN ALDO
• Ernesto Cardenal
PELLEGRINI, ANTOLOGÍA DE LA POESÍA SURREAL/STA.
COMPAÑÍA GENERAL FABRIL EDITORA. BUENOS • uan G e l m a n
AIRES, 1961.
P Á G I N A 19: FOTOGRAFÍAS DE JEAN-PAUL
SARTREY ALBERT CAMUS REPRODUCIDAS EN
RENÉ-MARILL ALBÉRÉS ET AL. CAMUS (COLLECTION
CENÍES ET RÉAUTÉS). HACHETTE, PARÍS, 1966.
58 Las antologías poéticas mexicanas
P Á G I N A S 28 Y 3 0 : OBRAS DE EDVARD MUNCH
REPRODUCIDAS E N PIPER-BÜCHEREl, EDVARD
y sus propuestas
M U N C H LE&ENFRIES. 46 GRAPHIKEN. R. PIPER & CO.
VERLAG, MUNCHEN. 1955.
uan C)omingo Arguelles
P Á G I N A 34: OBRA DE PAUL KLEE REPRODUCIDA
EN JUAN GARCÍA PONCE. PAUL KLEE. IMPRENTA
MADERO. S.A., CIUDAD DE MÉXICO. 1965.

B BIBLIOTECA
DE M É X I C O
René Char a los siete años junto a su madre en la casa natal del poeta

LAURENT GREILSAMER*

,
RENE CHAR:
UN POETA EN ARMAS**
TRADUCCiÓN DE MARTA DONís

* Periodista en Le Monde, ha publicado tres biografias en Editorial Fayard: Hubert Beuve-Méry (1990); Le prince foutroye_ La vie de Nicolas de Staiil (/998);
y LEclairaufront. La vie de René CiJar (2004).
** Una vez más Biblioteca de México agradece debidamente a Jacqueline André, encargada de la Mediateca de la Casa de Francia en México, su ge-
nerosa y diligente participación para obtener los derechos de autor del texto e imágenes sobre René Char que aquí se publican , así como al autor y a
CULTURESFRANc. éditions, institución del Ministére de Alfaires Étrangeres francés, por conceder la autorización correspondiente.

1
BIBUOncA DE M[XICO
Los ojos por sí solos
son capaces también
de dar gritos.' Centmario de René CIuu
(1907-1988)
No escribiré Publicamos en este número
poemas de la revista un inteli¡ente y
de aquiescencia. 2 brillante ensayo del escritor
y periodista francés Laurent
Greilsamer, que él mismo ha
Ser de avanzada. titulado con fortuna René C1rar,
No del festín, un poeta en armas, (CULTUaES-
nANCE, 2007, ediciones del
su epílogo. 3 Ministerio francés de asuntos
extranjeros), El texto se publica
aqui, por supuesto, con la auto-
rización del autor y los editores
y gracias a la siempre generosa
A 10 largo de toda su vida René Char fue un diligencia de nuestros amigos
de la Mediateca de la Casa de
rebelde. Y esta rebelión comenzó muy pronto,
Francia en México.
en el seno mismo de su familia y en la escuela. La versión española se debe
Ya desde niño era insumiso y de adolescente se a nuestra colaboradora Mar-
ta Donís, que también se ha
convirtió en un sublevado. Un itinerario de mer- encargado de traducir varios
curio. Nacido en 1907 en un país bendecido por poemas y materiales prosísti-
los dioses (en Provenza, y más precisamente en cos publicados por el poeta en
distintas épocas de su vida.
el Luberon, no lejos de Aviñón) e hijo de una fa- ¿Pero quién es Char para
milia burguesa que reinaba como ama y señora nuestros lectores de hoy, este
en su ciudad natal (L'Isle-sur-la-Sorgue) . Desde gigante de un metro noventa
y tantos centímetros, pugilista
antes de llegar a la adolescencia se opuso violen- social e intelectual, siempre en-
tamente a su madre y a su hermano mayor. tregado con pasión a la batalla
Todo comenzó cuando murió su padre, in- contra todas las intolerancias,
los racismos y las injusticias
dustrial y patrón de la sociedad que administra- que le toca afrontar y padecer
ba los hornos de yeso del departamento de Vau- en su patria entre las dos gran-
cluse, quien fue alcalde de L'Isle-sur-la-Sorgue. des guerras del siglo XX (la
primera la vivió en la infancia
René Char tenía once años. Mucho tiempo des- y la segunda en la joven madu-
pués escribió: En realidad no lloré sino una sola vez. rez)? El retrato del poeta en ar-
El sol, al desaparecer, hirió tu rostro. Tu cabeza rodó mas que nos entrega Laurent
Greilsamer es, además de im-
en lalosa del cielo y ya no creí más en el mañana. 4 presionante y conmovedor, un
A partir de ese día, todo cambió drásticamen- retrato de toda la generación
te. No aceptó más la autoridad de su familia. europea, y sobre todo francesa
del periodo de entreguerras, y
O, para ser más exactos, se consideró progre- una radiografia de los conflic-
sivamente el heredero legítimo, el jefe natural, tos ideológicos y sociales en
el representante real de la familia Charo Su her- que se debatieron los militan-
tes de todas las tendencias en
mano mayor, Albert, diez años mayor que él y esa época,
que conocía bien cómo desempeñar este papel, Entre los centenares de pá-
chocó con un muro. René sufría sus órdenes, sus ginas que ocupan en la obra de
Octavio Paz (otro poeta que an-
bromas pesadas y sus golpes como injurias y hu- duvo siempre en armas y a pun-
millaciones insoportables. to estuvo como Char de hacer-
Fue en esos años, capitales en su formación , lo en forma fisica), hay algunas
como las de la entrevista conce-
que René Char se sublevó, años en que maduró dida en Cambridge, Inglaterra
su venganza y pensaba en el asesinato. Esto es (1970), en el Churchill College
a Rita Guibert que cuando le
, Feuillets d HypIlOS, CEu vres complétes, París, Gallimard, col. Bibliothéque pregunta al poeta sobre el esta-
de la P1éiade (en lo sucesivo o. C.) , 1983 , p. 200. do y los logros de la literatura
, !bid. p. 202 . latinoamericana del momento
J !bid. p. 222 .
• o. c., op. cit., p. 362 .

1
BIBUOncA ¡ M[XICO
lo que se manifiesta en esta semiconfesión del mejor amigo de la infancia, era el hijo de un
siguiente cuarteto: peón caminero comunista. Mucho tiempo des-
pués René Char, hijo de la burguesía, ascendió a
He estrangulado a mi hermano aquel a un rango aristocrático llamándolo en un
porque no le gustaba dormir poema "Louis Curel de la Sorgue".
con la ventana abiertaS La pulsión que 10 llevaba a los artesanos, los
buhoneros o los forasteros fue el sello distintivo
Aquí la poesía disfraza el furor y el resenti- de su rechazo a las convenciones, de su prime-
miento. René Char se construyó a sí mismo con- ra resistencia a los códigos sociales. Por aquel
tra ese hermano que se convirtió con el tiempo entonces se daba ya sus escapadas, optando por
en el símbolo de todo lo que detestaba: el con- los inconformes, los chiflados y los vagabundos.
formismo burgués, la ideología reaccionaria, la Se rodeó de adultos que no eran de su mundo
arrogancia de quienes se sienten portadores del y que 10 hacían soñar: tal fue el caso de Jean-
derecho de primogenitura. Cuando llegaron los Pancrace Nouguier, viejo sabio de barba blanca
años de juventud, René Char expulsó a este rival trenzada, llamado el Armero de Dios; Marius
de su pensamiento. Para él ya no hubo más du- Dimier, el noble pescador, uno de los últimos
das: él era el jefe, el heredero. La residencia fami- de L'Isle-sur-la-Sorgue; Jean Jaume, el nómada,
liar, lugar central del poder del linaje de los Char, que le dejó como herencia su bastón de madera
seria obligatoriamente suya. Simbólicamente. De de olivo; Diane Cance, de ojos verde jade y de
ello hizo el punto fijo de su vida, y exigió poder ir cuello alto a quien le habría gustado secarlo al
a pasar algunos días cuando él quisiera, sin tole- salir del baño.
rar el más mínimo comentario: "Dormiré en Né- Su madre se asustaba de sus amistades e in-
vons, mi casa .. . es preciso que nadie 10 0Ivide",6 tentó disuadirlo de que las frecuentara. Pero él
le escribió a su madrina, reafirmando enérgica- no se plegó a tales deseos, y ésos fueron sus pri-
mente que el título de propiedad no es nada en meros pleitos. Y las primeras incomprensiones.
comparación con el apego y la convicción. Mien- Ese hijo nació rebelde, "nació con buena estre-
tras fue niño todavía, no tuvo ni la fuerza ni los lla" según la leyenda familiar, 10 que significa
medios para imponer su ley. Pero fantaseaba con que su cuerpo se presentó al salir del vientre ma-
la muerte del hermano re~hazado, odiado. Un día terno envuelto en un redaño muy fino, en una
consiguió que un amigo le prestara una pistola especie de membrana transparente: a sus ojos,
(no cargada) durante veinticuatro horas. Para dis- fue una señal de predestinación.
pararle al hermano. Para fingir que lo hacía. Para Él quería a su madre mientras ella no se sa-
terminar con todo. Este simulacro dice mucho de liera de su papel de madre amorosa. En cuanto
su sufrimiento y su resistencia. En esa lucha cuer- traspasaba ese círculo preciso y estrecho, él la
po a cuerpo sobrevino finalmente un momento rechazaba. ¿Acaso intentaba darle una orden?
de gracia: cuando llegó a la adolescencia, René Char la ponía en la picota. ¿Acudía ella a ayu-
Char creció desmesuradamente (al grado de lle- darlo o glorificarlo? Entonces él la bendecía.
gar a medir 1.92 m) y se volvió musculoso. Juga- Las órdenes lo dejaban indiferente. Desde estos
ba en el equipo local de rugby. Al convertirse en años, los demás estaban con o en contra de él.
un coloso, decidió enfrentar fisicamente a su her- Era necesario que escogieran. "Tengo una respi-
mano en el primer incidente que se presentara. Y ración congénitamente agresiva", 7 diría más tar-
le dio una tunda a trompadas para saldar todas de. Rechazaba cualquier coacción, vociferando
las cuentas pendientes. y brincando de impaciencia.
Él mismo eligió a "sus hermanos" entre los La escuela no le parecía aceptable sino sólo en
chicos del pequeño pueblo provenzal, con una la medida en que le permitía estar con niños de
predilección por los humildes, los trabajadores su edad, hacerse amigo de ellos, un grupo que le
temporales y los marginados: como poeta los era devoto. El colegio y el liceo de Aviñón don-
llamaría los "transparentes". Francis Curel, su de estuvo de medio interno le hicieron pensar
, "Quatre ages", o. e, op. cit., p. 93 . en una mordaza. Se la arrancó. Solamente llegó
• <;:arta a las señoritas Roze, correspondencia particular. Citada en
L Ec/air au front. La vi. de René Char, Laurent Greilsamer, Paris, Fayard,
2004. 7 L Águassant, o. e, op. cit., p. 765.
hasta segundo año de Preparatoria. Él mismo
puso fin a sus estudios: su profesor de literatura
lo sorprendió divagando en clase y como él no
(que era el del boom), recibe de
soportó los comentarios que hizo acerca de él, él la siguiente respuesta: "me
le lanzó violentamente al rostro su diccionario opongo a que se pretenda, por
de latín y abandonó la escuela, donde ya no se razones de propaganda comer-
cial y (publicidad desaforada)
le vio más. que la literatura latinoameri-
El resto de sus estudios parece un aprendiza- cana contemporánea se reduz-
je de la bohemia. Frecuentaba como aficionado ca exclusivamente a la novela;
(esto es) ... una mutilación que
los cursos de una escuela de comercio en Marse- la cercena y la priva de la mitad
lla. Fue la ocasión para dar largos paseos por la de su cuerpo; la poesía", y con-
ciudad y conocer de improviso a poetas, pícaros, cluía Paz: "¡Imagínese 10 que
seria la literatura norteameri-
prostitutas y adivinas. Frecuentaba bares y bur- cana sin Pound, sin Lowell, o
deles y redondeaba sus fines de mes represen- la francesa sin René Char, sin
tando una marca de anisado. Su contacto con el Francis Ponge o Ives Bonne-
foy! Ninguno de estos últimos
mundo le hizo olvidar sus deberes familiares y el es un best sel/er ¿y qué?"
respeto que le debía a su madre. Le confiaba a su Ya desde los años 50 o 51 en
madrina: Estoy definitivamente enojado con toda mi París, como asimismo 10 refie-
re Greilsamer, y cuando se es-
familia; son chuscos todos esos seres repugnantes, ¿no trecha la cercanía fraternal en-
es cierto? .. ¡Ah!, mi madre' ¡Con cuánto gusto me tre Char y Albert Camus (que
vería desaparecer de este mundo!" hace arnístad desde entonces
con Paz), el mexicano es testi-
En sus excesos y su concisión, la juventud le go de las criticas, reticencias y
permitió asimismo tomar algunas decisiones fun- animadversiones que se provo-
damentales. Decidió rechazar cualquier empleo can en el medio francés cuando
sale a la luz L Homme Revolté,
asalariado a fin de tener libertad de movimiento. de Camus, el cual indignó a su
Eligió sobre todo ser poeta, con las manos llenas egregio maestro y amigo Jean
de palabras, como granadas. ¿Poeta o dinamite- Paul Sartre, que acababa de
estrenar -dice Paz- su admi-
ro? Después de Les Cloches sur le CCEur, su primer rable obra dramática Le Diable
volumen (tenía veinte años) , publicó Arsenal. El et le bon Dieu, donde se traslu-
tono había cambiado. El romanticismo ya no era cía sin embargo "una indirecta
apología del stalinismo", que
admisible. En las guardas del primer ejemplar, también sublevó en esos años
dice: HA Paul Éluard, ¡finalmente! ". Éluard le al revolucionario René Charo
respondió de inmediato invitándolo a que fuera En otra sección de la revista
rendimos homenaje a un genío
a verlo a París. Fue un encuentro decisivo que lo de la lirica inglesa, William
hizo ascender otro poco en la revuelta y la resis- Blake (1757-1827) de cuyo na-
tencia. En un último artículo de su revista Mé- cirníento se conmemoran 250
años en el presente. Se edita de
n·diens, que acababa de fundar junto con André nuevo para este aníversario la
Cayatte, Char escribió: A partir de ahora será con preciosa versión española que
hombres con nombres como Paul Éluard, André Breton Xavier Villaurrutia publicó en
1942 de Proverbios del infierno,
y Louis Aragon, que se traducirán mis esfoerzos. Mis un fragmento del Matrimonio
ojos han encendido todos los bosques para verlos vivir.9 del cielo y el infierno; fue célebre
también la versión castellana
de Pablo Neruda, en la revista
11 Cruz y Raya.
Char se instaló provisionalmente en París. Esta- El número se cierra éon
ba más libre que nunca . Los grandes poetas del otra antología de poetas ameri-
canos de distintas lenguas, que
siglo lo habían admitido como un par a su mesa. nos entregan su colaboración y
Breton lo armó caballero en solemne ceremonia. a ésta se agrega un artículo del
Aragon lo bautizó , Éluard lo trataba como su poeta Juan Domingo Argüelles
sobre algunas antologías poéti-
cas mexicanas de la historia.
8 Carta a las señoritas Roze, correspondencia particular. Citada en E.L.
L Éelair au /ront. op. cit.
o En la revista Méridiens, cahiers delittérattlre, d iciembre de 1929 .

s
BIBllomA Ol ',:[\1(0
6
BIBLIOTECA DE MEXICO
hermano mellizo. En contacto con ellos, su fer- resistencia intelectual, siguió adelante hasta to-
vor aumentó de intensidad. Se electrizó. Duran- car fondo. Del patriotismo azul-blanco-rojo dice:
te cinco años, sería un surrealista determinado Lo que nos interesa es la destrucción total del edificio
y devoto, combativo y militante. Había aban- en una de cuyas ventanas viene a inclinarse periódica-
donado de paso su atuendo de sublevado para mente la solterona tricolor. 10 Dice de su madre: Sin
adoptar la túnica de revolucionario. Al adherir- lugar a dudas, "me considera capaz de cualquier
se al surrealismo, se convirtió en comunista. 0, cosa", pero la seguridad de hacer que triunfe la Moral
más exactamente, entró en forma definitiva en sobre el monstruo presta aún a su imaginación recur-
oposición frontal con la burguesía. Vive en una sos insospechados. Encantadora madre mía. ¡En la
contra-Iglesia impetuosa y tajante. época de las guerras de religión, era rara la vez en que
A partir de 1930 empezó a dar lecciones. Te- uno lograba poner de su lado una cantidad de tnúnfos
nía veintidós años cuando participó en su pri- tan apreciablefl l Sobre la religión: El más miserable
mera expedición punitiva. Detrás de André Bre- de los sacerdotes maneja con igual felicidad el garrote
ton, penetró una noche de febrero en el cabaret que la cruZ. 12 Sobre los presidios y el colonialis-
Le Maldoror, situado en Montparnasse, en París, mo: Pese a que de Biribi uno no regresa, en Indochi-
para armar un escándalo a fin de dar término a na se cita a los indígenas a los tribunales franceses, y
lo que percibía como un sacrilegio: habían osado luego son asesinados a sangre fría por haber intentado
dar el nombre sagrado de Maldoror, inventado librarse del espantoso yugo que los oprime. 13
por el poeta Lautréamont, a un vulgar estable- Estas ásperas citas se han extraído de uno de
cimiento nocturno .. . Había unos diez detrás de sus primeros textos publicados en la revista del
ellos para armar el alboroto, y unas cien perso- grupo. Lo que sorprende, además de la violencia
nas cenando adentro. La riña comenzó cuando expresada, es la madurez del pensamiento. Aun-
apenas había blandido Breton un garrote y dicho que abandonó la escuela, estudió bien y bonito.
con voz teatral: "¡Somos los invitados del conde Nunca sorprendemos en falta a este autodidacta.
de Lautréamont'''. y el surrealismo le sirvió de universidad. Duran-
La trifulca fue general. Hubo intimidación, in- te todos esos años participó y firmó los libelos
jurias y puñetazos, y después la gente empezó a inflamados de sus camaradas, llamando con sus
aventar vasos y botellas. Por su tamaño y su fuer- deseos a la Gran Noche. Su fidelidad fue inta-
za, René Char se halló de pronto en primera fIla . chable. Su gusto por la revolución, completo.
Las estocadas más duras le tocaron a él, así como
los ataques más nutridos. Al terminar el asalto,
fue el último combatiente de la pequeña tropa su-
rrealista y recibió una cuchillada en la ingle. El
coloso se libró de ella con unos puntos de sutura.
La escena es conocida. Sirvió para levantar la
cortina y subrayar precisamente que René Char
no fue un poeta de salón. Desde el principio,
también fue un poeta en movimiento, un hom-
bre de acción. La declamación no fue su género. Bretón. Dalí, Char y Éluard

No se contentó con las palabras. En él, el paso al Se detuvo simple y resueltamente en el um-
acto fue natural. bral del Partido Comunista. Al respecto, juzgó
Por el momento, se embriagaba con el surrea- severamente lo que consideró como la traición
lismo, fraternizaba con su nueva familia . Apren- de Louis Aragon , en 1932, y compartió la cólera
dió rápido el alfabeto revolucionario y se con- de Breton y de Éluard. Este último, que no esta-
virtió en un profesional del anticolonialismo, un ba en París, le pidió que actuara y redactara un
amante exaltado del ateísmo, un perdonavidas panfleto a su nombre: Cuento mucho contigo para
de la patria, un despreciador de las virtudes bur- que me sustituyas con extrema violencia y la mayor
guesas. Se embarcó en el oscuro y magnífico na-
vío surrealista, del que nadie sabía a qué costa 'O" Le jour el la nuít de la liberté" , a c. , op. ell. , pp. 1282· 1284. Le Surrea·
lisme au service de la révolutiol1 , núm . 1, julio de 1930.
bogaba. La bandera roja servía de estandarte, " [bid.
" " Les pores en líberlé", o. C. op. cil., pp. 1284- 1285 .
izada hasta lo más alto. Una vez que entró en la IJ [bid.

7
81BlIOHCA O[ ,',:[\1(0
objetividad en la elaboración del ataque contra Ara-
gon; ya que no podemos dejar que éste, revolucionario
de pacotilla a más no poder, peligrosa veleta, nos deje
plantados en esa encantadora forma. 14
Char cumplió el mandato con René Crevel.
Se encarnizó con él. Volcó toda su rabia. Pero,
por desgracia, por órdenes de Breton, tuvo que
reescribir el texto, hacerlo más aséptico ... Aun
así, algunas frases permanecieron: Surrealistas,
para nosotros no se vale usar a la poesía como pretex-
to para rechazar la acción política. Hemos visto cómo
Aragon [. . .] no hacía más que introducir entre noso-
tros una creciente confosión con sus continuas evasio-
nes, sus dilaciones, su pasividad, sus cambios súbitos
de opinión; el artículo de L'Humanité ha revelado
finalmente sus móviles y segundas intenciones. 15
No es el libelo del siglo pero es una fecha ; pues
ya se sentía que aumentaba el fastidio de René
Char ante las imposiciones de André Breton.
Para su gusto, este último se parecía demasiado
a un sumo sacerdote. Y a Char lo descomponían
las iglesias. Poco a poco empezó a alejarse del
cuartel general parisino para irse a Provenza, o
para viajar a España y Suiza. O incluso para ha-
cer una rápida incursión en Alemania.
En realidad, sólo el ascenso de los fascismos
captó en adelante su atención. Al día siguiente de
la jornada del 6 de febrero de 1934, en la que las
Ligas patrióticas de extrema derecha quisieron
tomar por la fuerza la Asamblea nacional y ha-
cer caer la República, regresó precipitadamente
René Char en 1973
a París para participar en la contra-manifestación
del 9 de febrero alIado de André Breton, de Ben- rrealismo. Discretamente dejó de tomar parte en
jarnin Péret, de Tristan Tzara y de Yves Tanguy. las reuniones del grupo, se alejó cada vez más y
Prohibida por la prefectura de policía, la terminó por instalarse en los Névons, en la resi-
concentración adoptó el aspecto de un campo dencia familiar de L'Isle-sur-la-Sorgue. Hizo fal-
atrincherado en los barrios de Belleville y de la ta una intriga de Benjarnin Péret para sacarlo de
estación de ferrocarriles del Norte y el Este. Los sus casillas y explicar públicamente su ruptura:
surrealistas, los anarquistas, los comunistas y los En el curso de los dos últimos años el surrealismo ha
socialistas se encontraban en desorden frente a la adoptado resueltamente un camino que lo conduce infa-
policía. Char y sus amigos levantaron una barri- liblemente al asilo de ancianos de las Bellas Letras y la
cada junto con los comunistas. Fue un momento Violencia reunidas. ¿Por qué no reconocer honestamente
de fusión insólito. Un momento feliz en el que que, después del admirable Dada, hubo errores desde el
la acción barrió todo. Una vez que pasaron las principio? Nos equivocamos. Pero eso no es nada. Lo
escaramuzas, se levantaron nueve muertos y cen- más grave es haber carecido de valor. Era necesario "di-
tenares de heridos. solver" al surrealismo en belleza, pura y simplemente,
Char salió ileso, como siempre. Pero ahí , sin para evitarle la vergüenza de llegar a ser centenario, pero
ponerlo mucho en duda, firmó su adiós al su- ustedes no son fatalistas. 16 Aquí Char se puso de pie
" Carta de Paul Éluard aRené Char, correspondencia particular. Citada en forma definitiva. Se reveló adulto no sólo polí-
en Chay, dans 1atelierdu poéte, Marie·Claude Char (ed .), Paris, Gallimard,
col. "Quarto ", p. 167. " Carta a Benjamin Péret , L' lsle·sur·la·Sorgue, 7 de diciembre de 1935 .
" Paillasse', citado en Chay, dans 1atetier du poéte, op. cit., pp. 169·170 . Citada en Chay, dans 1atetierdll poéte, op. cit., pp. 227·229.

8
BIBllOmA o¡ M¡XICO
Así, observó estremecido el ascenso de los
peligros. Solitario e impotente. Al sur, España
estaba al borde de la guerra civil. Al este, Italia
se doblegaba bajo el puño de Mussolini. En Ale-
mania, el Tercer Reich desplegaba sus pompas
nazis y revelaba su verdadera naturaleza. Como
era un hombre de premoniciones presintió lo
peor, adivinó la amenaza ciega que avanzaba.
Asistió asqueado a la anexión de Austria en mar-
zo de 1938. Se enfureció al enterarse cuando se
fIrmaron los acuerdos de Munich, en septiembre
del mismo año; Londres y París cedieron ante la
ofensiva de Hitler para apoderarse de los Sudetes
en Checoslovaquia. A sus ojos todo estaba di-
cho. La Historia ya estaba escrita. En este punto,
su pensamiento estaba armado. Cual un gigan-
te trabado, retumba y eructa su cólera. En una
carta a Picasso, del 14 de enero de 1939, dice:
En las abominables horas en que vivimos, en las que
Francia -esta marrana, esta Cleopatra de canal- le
da la espalda a España, es imposible pensar en otra
cosa que en el acero empapado de muerte ... 18 En el
momento en que las divisiones alemanas co-
menzaron a invadir el Este de Francia, en 1939,
Char supo que por muchos años nada sería igual
que antes. Escribió lo siguiente a su amigo más
cercano en ese momento, Gilbert Lély: Como tú,
querido hermano, estoy estupefacto, horrorizado ante
la incomprensión total que tiene la mayoría de la gente
de los acontecimientos. No entienden quién es Hitler;
no perciben la monstruosidad absolutamente inédita
del personaje que hace de esta guerra un conflicto sin
ticamente sino decidido a asumir una larga carre- relación alguna con todo lo que haya podido tener lu-
ra solitaria si ello era preciso. A Paul Éluard, que gar sobre la tierra antes de la cruz gamada. 19
lamentó su alejamiento del grupo, le escribió lo Char formó parte, pues, de las poquísimas
siguiente: No he hecho más que afirmar una rebelión personas que no se engañaron, que propusieron
que bramaba dentro de mí desde hacía mucho tiempo. una lectura política clara de lo sucedido. ¿Poeta?
Para mí no hay "surrealistas ", sino solamente hombres, Sí, ciertamente: fue ante todo un poeta; pero un
y algunos de ellos se comportan como aquellos contra poeta en movimiento. Un poeta en resistencia.
los que me rebelé a los quince años, incluso peor. En ese
sentido nunca, nunca me someteré a riesgo de perderlo 111
todo. No tengo miedo de la soledad ni de la maldad. 17 Una oropéndola le anunció que el tiempo de los
No fue un repliegue político ni un alineamiento al monstruos había llegado. El pájaro entró en su
conformismo reinante, sino que más bien se trató habitación y silbó con un timbre fúnebre el fInal
de un claro y nítido rechazo al más mínimo reclu- de la preguerra. A partir de ese día de 1939 René
tamiento. La época de los libelos políticos firma- Char fue un hombre en armas, decidido a devol-
dos colectivamente había caducado. René Char ver golpe por golpe, ojo por ojo. Se fue al frente
estaba resuelto en lo sucesivo a comprometerse de Alsacia, impaciente por pelear, irritado ante
solamente a su nombre. A riesgo del aislamiento.
\8 Carta de René Char a Pablo Picas so, fechada el 24 de enero de 1939
(archivos del museo Picasso, hótel Salé, Paris).
17 Citada en L Éclair aufront, op. cit. (corresponde ncia particular) . \9 Citada en L Éclair au front , op. cit. (correspondencia particular) .

9
BIBliOTECA Dl MÉXICO
Aguafuerte de George, Braque

10
818110mA o¡ M[XICO
una guerra singular que (sabía) anunciaba la bar- el sur se hallaba bajo el dominio del régimen de
barie. Incluso antes de que Francia se derrum- Vichy, encabezado por el mariscal Pétain y Pie-
bara entre mayo y junio de 1940, que el ejército rre Laval. Como un boxeador al que le han dado
sumera una humillante derrota y que los france- una buena zurra, se replegó a L'Isle-sur-la-Sor-
ses se vieran precipitados a las rutas del éxodo, gue después de su desmovilización del ejército.
Char tomó partido. Capitular no tenía sentido Observaba y era observado. Ni uno solo de sus
para él. Siguiendo el ejemplo de Napoleón, que desplazamientos escapaba a la vigilancia policía-
retiró la palabra "imposible" de su diccionario, él ca de que era objeto, por órdenes de la dirección
desterró este verbo de su pensamiento. Cuando central de los servicios secretos de Información.
los generales comenzaron a debilitarse, invocó el Aquellos días de sospecha generalizada no le
valor y la crueldad: Es preciso que este país salga de fueron favorables. Si bien se sentía libre de cual-
su entorpecimiento, de sus prejuicios imbéciles, de su quier capilla política, estaba claramente situado
ancianidad caduca. Hay que ir hacia delante, volver- en el campo de los revolucionarios. Muy pronto
nos crueles si queremos vencer. ¿No se dan cuenta de fue catalogado como un comunista peligroso.
eso los gobernantes-¡Zo La policía no se preocupó por sutilezas. De-
Char entró psicológicamente en la resistencia nunciado en los archivos de la Seguridad Ge-
cuando la mayoría se hundía en la desespera- neral como un miembro activo del grupo de los
ción, el abandono y la negación. Su mujer lo co- surrealistas, se lo consideró como un extremista
nocía demasiado y se preocupaba por los arreba- que profesaba la erradicación del modelo social y
tos de este hombre temible. ¿Las descargas? No político existente. Lo rastrearon . El gobierno de
les temía, convencido de que era invencible en lo Vichy se impacientaba ante la lentitud de los ins-
más profundo. ¿El mo, el hambre? No pensaba pectores encargados de averiguar sus relaciones y
en eso. Para él, el combate había comenzado. su vida y milagros. El gobierno de Vichy se mos-
Soñaba con pelear: Hay que esperar una barbarie tró enervado cuando le reportaron, a nivel de-
sistemática de parte de estos crápulas. j Te pido que partamental, que René Char estaba tranquilo. Al
creas que no trato con miramientos a los que llegan a finalizar el año de 1940, se programó finalmente
mis manos (paracaidistas y espías)! y menos aún en una indagación en los Névons. En la madruga-
los próximos díasfl1 "Hay que": ése fue su nuevo da del 20 de diciembre, a las 6: 15 horas para ser
credo. Su imperativo. No lo dejó ya nunca más. exactos, unos inspectores atravesaron el parque e
Hacía tiempo que había olvidado sus diatribas ingresaron en la residencia familiar. Casi cuatro
antipatrióticas, su disgusto por el nacionalismo; horas más tarde, no tenían contra él más que la
pero cuando la Wehrmacht empezó a acudir en posesión de una pistola automática calibre 6.35
tropel a Francia, peleó como un león, resistió en de seis balas. René Char salió bien librado. En el
el Loira, provocó la admiración de sus jefes. La momento de retirarse, uno de los policías le dijo:
guerra era una cosa horrorosa, repulsiva, con su "Váyase mientras pueda. Nosotros regresaremos
cortejo de heridos y de muertos, pero él la atra- en unos días para detenerlo. " 23
vesó igual que un semidiós furioso y vencedor, ¿Irse? Dejar Francia no le agradaba. Sin em-
optimista y determinado. Le escribió a su mu- bargo en Marsella visitó, en la villa Air-Bel, a sus
jer: Sé que saldré vivo para después. He tenido en mis antiguos amigos André Breton, Max Ernst, Mar-
brazos a niños y mujeres ensangrentados, cuando la cel Duchamp, Victor Brauner y Oscar DomÍn-
mayoría de quienes debían socorrerlos huían aterrorí- guez. Todos esperaban y tenían la esperanza de
zados por las bombas de los aviones. Pero no he visto obtener una visa, algo que les permitiera llegar al
otra cosa que cobardes. Aquí y allá HOMBRES, los Nuevo Mundo, allende el Atlántico. Man Ray,
hombres del mañana. Amor mío, cree en el porvenir, Yves Tanguy y Salvador Dalí los habían precedi-
en nuestro porvenir. [. . .] Tu pensamiento todo me es- do. René Char no los juzgó, así como tampoco
colta y me protege.22 los criticó en modo alguno. Pero ni por un segun-
y de hecho salió ileso en una Francia despeda- do examÍnó esa posibilidad para sí mismo.
zada: el norte estaba ocupado por los alemanes; En cambio muy pronto comprendió la ne-
,. Carta a Gilbert Lély, correspondencia particular. Citada en L te/air au cesidad de irse de los N évons, de levantar una
front, op. cit.
21 !bid.
2l [bid. 23 Testimonio de René Charo

11
BIBlIOmA Of M[XlCO
cortina de humo entre él y la policía. Para ello a preguntaba sobre los últimos sucesos y siempre
veces bastaban unas cuantas cosas: una fronte- esperaba una respuesta detallada antes de aflo-
ra departamental, por ejemplo. Se estableció en jar el puño. Poco a poco, se fueron afinando los
el departamento de Vaucluse, instalándose con contornos políticos del pueblo. A su juicio estaba
toda discreción ahí, en una localidad cercana a sano. Como hace un castrador de animales estu-
los Alpes Bajos y más allá de Apt, la prefectura, dió a las diferentes figuras locales, a los notables
en el pueblo de Céreste, dominado por un sólido y los de abajo. Solamente ubicó algunas soplonas
campanano. potenciales en el correo y un médico poco segu-
La elección de Céreste no fue precipitada, sino ro. En suma, pocos fanáticos o quizá ninguno.
que por el contrario la Durante sus caminatas
meditó detenidamente. siempre se le unía una
Fueron muchos años los cohorte de niños. Se de-
que Char estuvo en esa tenía para hablar con los
región salvaje donde pa- ganaderos y los pastores
saba temporadas largas con quienes se cruzaba.
de varios meses. Para ca- Inspiró confianza al ins-
minar y escribir con cal- tante; hablaba bastante
ma. El pueblo es pobre bien el provenzal para
y secreto, hecho de pie- establecer un lazo casi
dras secas y de silencios, carnal. Lo sintieron só-
un pueblo agobiado por lido. Sabía escuchar. Era
el sol durante el verano y un hombre de la tierra,
traspasado por el frío du- pensaban. Y él se decía
rante el invierno. Unos que Céreste tenía que re-
republicanos españoles sultar, que Céreste debía
encontraron refugio ahí convertirse en su pueblo,
al fmalizar la década de un pueblo de piedra, un
los treinta. Ahí también pueblo tranquilo y tran-
conoció complacido a la quilizador. Pues la para-
familia Roux, una fami- doja quería que Céreste,
lia del tipo que le encan- para cumplir su designio,
René Char en 1975 se abstuviera de toda ex-
taba. Una familia con
instinto. El padre notario y muchos híjos llenos citación, de todo nerviosismo, de toda demostra-
de fuego y poetas. ción intempestiva. Céreste habría de aprender a
Fue en este valle, pues, donde se replegó para vivir camuflado, enteramente dirigido a difundir
recuperar sus fuerzas, para salvarse y finalmente el espiritu de la resistencia sin ofrecer un botín al
para luchar. Haría de Céreste su punto de parti- enemigo.
da. Su República. La sitúa "en la montaña" ... y él mismo comprendió la necesidad de ma-
¿Mentira de poeta o fantasía de pureza? Señal en tar en él no al poeta pero sí al autor. En los pri-
todo caso de un deseo de reencontrar el aire de meros meses de la Ocupación aún creía posible
las cimas. Transfiguró este corredor prealpino publicar un libro de poemas a cuenta de autor.
en un lugar fuera del mundo donde podría re- Pero muy pronto se dio cuenta de que todas las
nacer, en un fortín inexpugnable, en una mítica publicaciones, incluso las más confidenciales,
isla protectora. como los poemas, se sometían al arbitrio de la
Aquí, todo es bosque, pedernal y escarcha ... 24 censura. Renunció. Decidió continuar escribien-
En cuanto llegó, examinó a los habitantes del do lo más posible, pero para él. La publicación
pueblo y a los campesinos de los alrededores. debería esperar tiempos mejores, de libertad. Ex-
Escuchaba y hablaba poco. Las abuelas aprecia- plicó sus razones a su amigo Francis Curel: No
ban su apretón de manos, largo y firme. Él les deseo publicar en una revista los poemas que te envío.
" Carta de René Char a Gi1bert Lé1y fechada el 15 de julio de 1941 (ar-
El compendio de donde los he sacado, en el que trabajo
chivos particulares). Citada en L Éelair au front, op. cit. pese a la adversidad, podría tener como título Seuls

11
BIBliOTECA DE MÉXICO
demeurent. Pero te repito que permanecerán inéditos tropa anónima. En la planicie de Albion, en el
por mucho tiempo, todo el tiempo necesan'o hasta que macizo del Luberon, por todos lados se dibujan
suceda algo que cambie por completo la innombrable si- los contornos de una red de valerosos.
tuaciónen la que nos hallamos inmersos. Me dicta mis Cuando se volvió inspector de los Movimien-
razones el muy increíble y detestable exhibicionismo de tos Unidos de la Resistencia (MUR) , René Char
que han hecho gala desde el mes de junio de 1940 mu- comenzó a llevar la vida de un viajante de co-
chos intelectuales, entre los que había unos cuyo nom- . mercio de la Resistencia. Iba a Aix-en-Proven-
bre estaba precedido o seguido de un prestigio benéfico, ce, a Marsella, a Tolón, a Niza, a todo lo largo
de una garantía de solidez cuando viniera la prueba no del valle de Durance. En todas partes establecía
dificil de prever. i Uno puede contactos, daba confian-
ser un agitado, estar deprimi- za, seducía, tranquilizaba,
do o ser moralmente inesta- prometía, acallaba las pre-
ble pero mantener su honor! guntas: "No estamos so-
¿ Tengo que enumerarlos? Se- los. ¡Lo sé mejor que tú!"
ría demasiado penoso. 25 Si consiguió sus fines fue a
Todo estaba listo para causa de su encanto y de su
que entrara cabal y total- autoridad natural. Y si este
mente en la Resistencia. coloso reconocible entre to-
Muy pronto no escribiría dos no se hizo arrestar fue
más que fragmentos, asti- porque nació, literalmente,
llas que volaran hacia la para la clandestinidad y la
acción. Frases duras, lapi- guerra . .. Poseía la capaci-
darias. Anotaciones para dad de llevar a cabo todo
no olvidar, para fijar el de frente e igualmente de
instante. Aforismos como tener siempre razones para
el siguiente: viajar: una reunión con
Actuar en forma pri- sus amigos (que realmente
mitiva y prever como es- tuvo lugar), un encuentro
tratega.26 .
~",
Aplicóalaletraestepro- ' , .P......t wt¿.. ~ S~".,...¿~
'~'
amoroso (que sucedió con
toda exactitud), un contac-
¡¿"JA-.
grama. En 1941 y 1942, to para un negocio (con-
Col/age de André Bretón y Paul Éluard
tejió su tela, elaboró la es- firmado). René Char vivía
tructura de su red clandestina. Visto de lejos, el frugalmente en Céreste, se vestía con sencillez,
trabajo de los primeros resistentes puede juzgarse circulaba sin ostentación, pero poseía la segu-
a la vez como irrisorio y admirable. Irrisorio por- ridad de los grandes burgueses, confiados en sí
que en la noche de la Ocupación hacer contacto mismos. A pesar de su tamaño, pasaba entre las
con unos hombres y comprobar su lealtad, puede mallas de todas las redes, haciendo ostentación
parecer muy poco fructífero. Admirable porque siempre de una sangre fría que confundía.
de este trabajo de hormiga nació el ejército de las Sí, había nacido para la clandestinidad y su
sombras. red lo comprendió instintivamente. Incluso an-
Al explorar en e! oriente de! departamento, tes de que los paracaidistas británicos comenza-
en Manosque, entró en contacto con e! socialista ran a suministrar documentos falsos, comida,
Louis Martin-Bret, antiguo consejero general y armas y explosivos, llegó a ser el responsable del
presidente de la cooperativa agrícola. Organizó sector de la Durance-Sud dentro del Ejército se-
una primera cardada con Elols Castor en Simiane, creto (AS), bajo el seudónimo de Alexandre, ho-
Marius Bardouin y Élie Figuiere en Forcalquier, menaje explícito a Alejando el Grande, amo de
Roger Chaudon en Oraison, Fran~ois Cuzin en Grecia antigua en el siglo IV antes de Jesucristo,
Digne y Gabriel Besson en Manosque. En cada gran guerrero prendado de la filosofía; una re-
pueblo uno o dos hombres seguros se unen a esta ferencia inconsciente, también, al alejandrino,
verso de doce pies que fue el molde privilegiado
""Billets á Francis Curel" , Q e, op.cit., pp. 632-633.
26 Feuil/ets d Hypnos, O. e, op. cit., p. 192. de la poesía francesa clásica y romántica.

Il
BIBlIOncA O¡M[XlCO
Rene Char en 1950

A fines de 1942 todo estaba listo. Había ex- fomen visiblemente menos que ellos. No prefieran más
tendido su red, y tanto Céreste como los caserios a uno que a otro. Sólo admitan alguna mentira impro-
de los alrededores eran partidarios suyos. Fue visada y gratuita. No dejen que se llamen entre sí de
admirable este pueblo en el que los gendarmes lejos. Que mantengan limpios su cuerpo, su cama y su
estaban de su lado y desempeñarian un papel ropa de cama. Que aprendan a cantar en voz baja y a
considerable a su servicio. La familia Roux le no silbar algo obsesiva mente, a decir la verdad cuando
brindó una gran ayuda para que rentara algunos se ofrezca. De noche, que caminen en la onlla de los
apriscos aislados. Al vender unos terrenos reci- senderos. Sugieran precauciones: déjenles el mérito de
bidos como herencia, constituyó diversas provi- descubn·rlas. Emulación excelente. Combatan las cos-
siones. Así también fue como pudo recibir a los tumbres monótonas. Den inspiración a aquellos que
primeros guerrilleros de la Resistencia durante no quieran ustedes ver morir muy pronto. Finalmente,
el invierno de 1942-1943 , cuando el régimen de amen en el mismo momento que ellos a los seres que
Vichy puso en marcha el Servicio de Trabajo ellos aman. Sumen, no dividan. 27
Obligatorio (STO), cuyo objetivo era enrolar a N o es más que un extracto que no obstante
los jóvenes franceses a fin de enviarlos a Alema- restituye un tono de época: el maquis de René
nia y contribuir al esfuerzo de guerra nazi. Char comienza con unas cuantas decenas de
La labor fue inmensa: fue preciso ocuparlos, muchachos perdidos y algunos militares verda-
ponerlos a trabajar, alimentarlos, vestirlos, darles deros que habían desertado, para terminar con
donde vivir. René Char, hombre rudo y violento, dos mil hombres entrenados y dispuestos a mo-
jugaria por supuesto el papel de padre protector. rir bajo el fuego .
y todos estos jóvenes le hablaban con una defe- Por el momento, a veces Char se comparaba
rencia espontánea. Tenían veinte años; él tenía con Hipnos, el semidiós griego hermano de la
treinta y cinco. En un texto célebre que publicó muerte. Y sí, veía todos los peligros que se cer-
después de la guerra, da consejos en forma de nían en la noche ininterrumpida de la Ocupa-
consignas a sus ayudantes sobre cómo dirigir a ción, "este tiempo de álgebra condenada" .28 En
esta joven tropa: En el trabajo, esfoércense más que
" Feuilletsd Hypnos, o. c., op. cit., pp. 195· 196.
cada uno de ellos, sin pavonearse por ello. Coman y " Feuillets d Hypnos, o. c., op. cit., p. 180.

14
818l10ncA O[ MÉXICO
lo sucesivo se necesitarían armas para preparar duría, un rumor malévolo podían desmorahzar
la liberación y devolver al país su limpidez. a una colectividad. Cuando Céreste llegaba a
La providencia lo escuchó. En 1943, un en- dudar, Char investigaba. Un día se enteró de que
viado especial de Londres, Camille Rayón, alias una anciana que se había especiahzado en curar
Archiduc, de treinta años, se presentó con él y le el dolor de muelas poniendo a hervir alfileres,
propuso una alianza. A ambos se les asignó la había predicho la victoria de los alemanes. Con
sección de aterrizaje y lanzamiento de paracaí- mirada sombría y furor contenido, entró campe-
das de la Región 2, esto es los siete departamen- chanamente en su casa, se sentó, sacó la pistola
tos del sudeste: Dróme, Vaucluse, los Alpes Ba- y la puso sobre la mesa. La miró fijamente con
jos, los Alpes Altos, Bouches-du-Rhóne (campo), aire malvado:
Var y los Alpes Marítimos. Camille Rayón llegó -¡Madre, los Aliados son los que van a ganar esta
con el dinero y los medios de enlace de radio con guerra!
Londres; Rene Char poseía la ciencia del terreno
y la red. CamUle Rayón reconstruyó su diálogo: -Eso es lo que usted dice, ¿verdad?
-Sí usted me ayuda, nosotros tendremos las ar- -... ¡Sí, por supuesto!
mas, debe aprovecharlo. Muchas armas. Todos los -Tiene usted razón. Nosotros tenemos la misma
lanzamientos de paracaídas los haremos nosotros. certeza. ¡Los Aliados! Acuérdese bien: ¡los Aliados!^"
Tendremos el dinero y las armas. Jugó unos segundos con su pistola, luego se
-Es políticamente determinante; pero ¿ya le di- fiíe. Sabía que la vieja no hablaría más. No tenía
jeron? No soy nada fácil duda alguna respecto de los medios a utilizar.
-Usted manda. Se lo digo solemnemente: me Tenemos que espantar más que la Gestapo, pen-
sentiré muy honrado de tenerlo como asociado. No- saba. Terror contra terror. Sin piedad.
sotros dos cubriremos toda la Región 2. Tendremos Los traidores eran Hquidados porque la su-
carta blanca de Londres y de Argel pervivencia del grupo estaba de por medio. En el
-Quiero seguir ocupándome de los Alpes Bajos. curso de una reunión trazó la línea de conducta:
-Usted dirigirá los Alpes Bajos, que le pertene- Las cuentas se arreglan en el acto. Estamos en guerra,
cen, y me ayudará en lo restante de la red Acción. por lo tanto nos asiste la legítima defensa. No podemos
Se concluyó el acuerdo. A partir de ese día permitirnos ser compasivos con los enemigos. Nosotros
Rene Char se convirtió en el capitán Alexan- mismos haremosjusticia.^' En consecuencia los so-
dre. Toda su tropa se movilizó para identificar plones eran ejecutados. Se trataba de medidas
y acondicionar unos diez terrenos de aterrizaje excepcionales, dolorosas. Rene Char tuvo cuida-
para aviones de tipo Lysander. Otros lugares se do de que se asignaran estos trabajos sucios a
balizaron para permitir el largamiento de armas adultos experimentados. ¿Sahó de eUo indemne?
y explosivos. Al comienzo fue un trabajo inmen- En una larga carta detenidamente meditada se
so que requería de discreción: a veces se trataba confía a Francis Curel: Nunca quiero olvidar que
de trabajos de aplanamiento y de desmonte. fui obligado a convertirme -¿por cuánto tiempo?- en
Su arte consistiría en enardecer a esos hom- un monstruo de justicia y de intolerancia, en un sim-
bres, en conseguir aprovisionar enormes depósi- plificador recluido, en un personaje ártico que se des-
tos de explosivos y de armas sin que lo prendie- interesa de la suerte de todo aquel que no se vincule a
ran, y en neutraüzar la presión cada vez mayor él para abatir a los canes del infierno.^^
de la Gestapo. Para eUo, era menester que sujeta- En otro lado el combatiente reconoce que el
ra con una mano invisible al pueblo de Céreste, tiempo de la guerra es una burbuja extraña en
donde estableció su cuartel general, castigar sin la que el cursor de los valores enloquece. En el
flaquear a los traidores y soportar los golpes. momento que comienza una guerra la vida ya no vale
¿Y Céreste? Él cuidaba su pueblo, lo escucha- nada. La bebemos como un vaso de agua.^^ Y la tie-
ba y lo observaba como un médico vigila la res- rra tenía sed en esos tiempos que se volvieron de
piración de un enfermo. Céreste no debía ceder. nuevo primitivos.
Debía ser irreprochable. Un solo aldeano podía
^ Testimonio de Rene Char y de la familia Roux.
hacer que todo se viniera abajo. Una sola habla- Testimonio de Camille Rayón al autor.
"Billets á Francis Curel", O. C, op. rít.. p. 633.
" Testimonio a Jean Pénard. Citado en Jean Pénard, Rsncontres avecRmé
^' Testimonio de Camille Rayón al autor. Char.B^assÍ..&mi.QQl, "Enlisantenécáyajit". 1591, _
La muerte de Roger Bernard, joven poeta al Muchos otros camaradas caerían bajo las ba-
que había tomado bajo su protección, marcó las enemigas, y en cada ocasión René Char sintió
también los límites de su poder. Arrestado por los una terrible amputación. A propósito de Émile
alemanes cerca de Céreste, Bernard sería fusilado Cavagni, el sólido militante comunista en el que
poco tiempo después. De esta muerte René Char se apoyaba, escribió después: Con la desaparición
se sentiria no culpable pero sí responsable, y car- de este hombre un gran pedazo de Sol se rompió y se
garía con el cargo de conciencia obsesivo hasta su vació de felicidad. El optimismo deteriorado que yo
misma muerte. En Feullets d Hypnos escribió esta debía mantener en torno mío me asfixiaba. 35
página que lo dice todo: ¡Fue un día horn"ble! Asistí, Las escaramuzas con el ejército alemán se
a una distancia de algunos centenares de metros, a la multiplicaban. El nerviosismo aumentaba de una
ejecución de B. ¡ Yo no tenía más que apretar el gatillo de y otra partes después del desembarco aliado el 6
la ametralladora y lo podría haber salvado' Estábamos de junio de 1944 en las playas de N ormandía. La
en los montes que dominan Céreste, con armas que ha- intensificación de los lanzamientos de paracaídas
rían crujir los matorrales y éramos por lo menos iguales provocó búsquedas e investigaciones por parte de
en número a las Ss. Ellos no sabían que estábamos ahí. los alemanes y cada vez se hacía más dificil disimu-
A los ojos que me imploraban alrededor y por doquier la lar las armas y los explosivos recibidos. En julio,
señal de abrir elfuego, respondí que no con la cabeza. El René Char recibe la orden de incorporarse a Argel
sol de junio deslizaba un frío polar en mis huesos. a fin de ayudar en la preparación del desembarco
Cayó como si no distinguiera a sus verdugos y con en las costas de Provenza. Este resistente se sintió
tanta ligereza, así me lo pareció, que el menor soplo del desconsolado al dejar a sus hombres. A cada uno
viento lo habría levantado de la tierra. de sus ayudantes, le confió una misión precisa y a
'!Y tP_'¿? ~ - .~ todos les dejó una última proclamación:
• V~'l.atJ~/~ ~~,
Rebeldes, camaradas míos, hoy día
VIXt4 Ytnu "-~ ~ . ~ . ya sois muchos y cada día aumentáis.
~ oC <-~ .... / " - - .,....~ Todos los bosques de Francia que os ocultan
~. TtnJi;, -& ~
.4

4'~~~~~
r......"o< ,w. rO"<L# ~
se entreabrirán pronto para dejaros pasar,
a vosotros y a vuestro ejército victorioso,
r_ kUv...- t~~, -Y.-. .... e-- ¡vuestro ejército de hombres libres'
-r,....p,... ~ ~d~~. J ,..."";'UL-
El enemigo os teme. No debéis defraudarlo.
<VE"'~ ti' ~..-...., ~.I
Pero no cometáis la imprudencia
¿' (~ ... Y#cu 't6.¿bU.-~ . ytHLJ
de ofreceros a él.
-.... 4v'"J' ~ ~ "":....v~.
C~d~J, ...... ~~ ? ... . Debemos ser los últimos en estar vivos
-L'~'¡""c.. ¿.. Y,... #<-. .. ./.... .
y batirnos con él hasta lo último.
-1Z-;u, Av,.,.., ~ "Yw...-.~
~ ~ el" ¿ '-'l'JI>.I-P' :.... ~..-:. Rebeldes, nada me preocupa:
..
~y.. d"";"'.I, ~ ~ ?>. '';'''',,,,;¿-. Tengo confianza en vosotros.36
1 ~c. - - y~
'a...

5
.: (!l. ..
~~;1,~ 4,11 ...... "",..
~ Cuando regresó un mes después, guiando a
. _ ~ '. " d-U-"~-.., las tropas estadounidenses en el valle de Duran-
Rebeldes. camarada5 míos, .. página manuscrita de René Char
ce, el capitán Alexandre se preparó para cerrar
No di la señal porque había que salvar al pueblo a un largo ciclo de violencia y odio. Estaba sano y
toda costa. ¿Qué es un pueblo? ¿ Un pueblo parecido a salvo. Liberado de la guerra. Libre de reencon-
otro? ¿Lo habrá sabido él en ese último instante?3 4 trarse con la poesía. Pero este combatiente se-
La muerte de Roger Bernard resume el peso guía estando eminentemente lúcido. Había sido
de la responsabilidad del jefe. De su necesaria jefe de cuadrilla, y lo seguiria siendo; esto lo re-
monstruosidad. Era la muerte de un amigo o la sume así en una de sus cartas:
seguridad ver a Céreste rodeado y castigado al Soy hombre de tiempos peligrosos y no de días
día siguiente. Su cuartel general arrasado y la apacibles. 37
promesa de la victoria disminuida. lS "La lune d'Hypnos ", o. c., op. cit., pp. 640-643.
,. Proclamation du capitaine Alexandre, chef de la SAP des Basses.Alpes
(archivos particulares).
,. Feuillets d Hypnos, o. e, op. cit. , p. 208. " Carta de René Char a Marcelle Pons-Sidoine (archivos particulares) .

16
BIBliOTECADE MEmO
IV un texto breve, "Tuez-nous" ,39 que apareció en el
¿Existieron días apacibles en la vida de René semanario Les Lettres franraises. Informaba a sus
Char? Si bien se rehusó obstinadamente a llegar amigos que no descansaría sino hasta que el cul-
a ser miembro de un tribunal especial de jus- pable fuese arrestado. "Escribiré menos poesía" 40
ticia para juzgar a los colaboradores, y pese a Cuando llegó al funeral la policía estaba presen-
que afirmó que no quería prolongar "un clima te. El entierro tuvo lugar bajo su protección. Los
de excepción",38 aceptó no obstante permanecer amigos del difunto obligaron al periodista Geor-
más de un año en el ejército a fm de liquidar su ges Dubois, a quien los rumores acusaban de ha-
red, según la expresión de la época. Se trataba ber financiado el asesinato, a abandonar el lugar.
de poner en limpio las listas de hombres y muje- Antes de que Char se uniera al cortejo un comi-
res que habían combatido en la clandestinidad, sario de la brigada móvil de Niza fue a su encuen-
de reconocer a cada uno su participación en el tro para disuadirlo de que tomara la palabra ante
combate. Se trataba, asimismo, de conseguirles la tumba y para decirle que se habían proferido
trabajo a algunos, de permitir a otros retomar amenazas de muerte en su contra. Tendría que ha-
sus estudios. El capitán Alexandre, enemigo del ber muchas para alterarme, le escribió a un amigo. No
papeleo, redactó con todas sus fuerzas certifica- desvarío fácilmente. Mantendré esto en secreto, simple-
dos, peticiones de medallas. Intentó organizar mente redoblaré la vigilancia.41 Pero estas amenazas
lo mejor posible la vida de las famillas que ha- le impidieron concentrarse en las razones que
bían perdido a alguno de los suyos. Intercedió, condujeron a la muerte de Gabriel Besson. Varios
intervino, se puso en contacto con abogados y dirigentes comunistas locales hicieron correr el
notaríos, y con directores de establecimientos rumor de que el capitán Alexandre era un hom-
escolares y de internados. bre de la sombra, un agente equívoco, un antiguo
Esta inmensa labor no le impidió preparar miembro del servicio secreto. Se le acusaba de
una reedición de su principal compendio, Le dedicarse al mercado negro e incluso de haberse
Marteau sans maitre, en José Corti, y la de Seuls unido al campo de milicianos .. .
demeurent en Gallimard. Paralelamente, después Estas acusaciones increíbles, ¿tenían por fina-
de haber recuperado estas notas tomadas duran- lidad legitimar su asesinato? Char así lo creía.
te la guerra en Céreste, escribió y compuso los Por lo demás, al prefecto le empezaron a llegar
fragmentos de Feuillets d Hypnos. Éstos, todavía anónimos como éste: "El doctor Jean Roux de
vibrantes del fuego de la guerra y la clandestini- L'Isle-sur-la-Sorgue, en una casa que reciente-
dad, constituyen su verdad, una verdad a la que mente compró a Robion, tiene un suministro
se aferró por encima de todo y que lo tuvo en muy importante de armas bélicas. El doctor sólo
vilo todo el tiempo durante la posguerra. es una sombra. Busque y encontrará detrás de él
En tres ocasiones se enfrentó con el muro de la máscara hipócrita de un cagoulard [movimien-
la mentira. La primera fue la más violenta. Los to de extrema derecha], un antiguo oficial de la
hechos se ubicaron en los lugares mismos de su difunta Dger cuyo único pensamiento es armar
Resistencia, en Céreste y en los Alpes Bajos. Ga- a los maquis blancos contra el pueblo en caso de
briel Besson, uno de sus compañeros más cerca- que la reacción consiga algún día levantar la ca-
nos durante la clandestinidad, fue asesinado con beza nuevamente." Y lo firmaba: "Un grupo de
bala de fusil en la espalda, en Manosque, el 28 patriotas de Vaucluse ".
de febrero de 1946. Besson regresaba de su tra- Fue aquí donde intervino el segundo choque
bajo. Era uno de esos -lo que era bastante poco con la mentira. Convencido de ser el blanco de
frecuente- en los que Char confiaba totalmente; una operación del Partido Comunista de los Al-
lo apodaba "el Nadador" y era quien llevaba los pes Bajos por motivos inconfesables y subalter-
mensajes más confidenciales. nos, recurrió a las instancias nacionales del par-
Apenas recibió el telegrama que le informa- tido y especialmente a su antiguo amigo Louis
ba del drama, interrumpió todas sus actividades, Aragon. Simplemente exigia una investigación
abandonó París y se dirigió a Manosque. Redactó
)9 UTuez-nous". Les úttres fran faiMs, marzo de 1946 .
., Carta a Gilbert Lély fechada el 13 de marzo de 1946 (archivos par·
JI"Después del incendio, somos partidarios de borrar las huellas y de ticulares).
tapiar el laberinto. Que no se prolongue un clima de excepción" ("Billets 41 Carta a Louis Leboucher, alias Georges Mounin (archivos particu-
a Francis Curel", o. e, op. cit., pp. 635-639). lares).

17
il8l10mA Ol MÉXICO
de Georges Dubois: Sé que este crápula que ha los actos de valentía de la Francia combatiente.
formado una pandilla en esta región y en el interior La piadosa y bella mentira de un país unido en
del partido, continúa su sucia tarea, y que amenaza la lucha contra el ocupante nazi se construyó,
gracias a las rivalidades de clan con tener éxito en sus así, piedra sobre piedra y arrojó a la penumbra
hazañas durante un tiempo todavía. Le he hecho y le los sucios compromisos de los colaboradores.
hago frente. Sin embargo, la situación no tiene por qué Por su parte René Char se propuso ofrecer
eternizarse. Cuento contigo para que me envíen a dos un cine verdad. Encontró el título: "Le cancer
miembros del Comité nacional de los escritores, miem- au pays natal" . Redactó diez folios para resumir
bros del partido también, para contrarrestar la porque- su argumento y mostrar toda la complejidad de
ría. Es urgente.42 Pero la respuesta tardó. Aragon una historia en la que los héroes se cuentan en el
se escabulló. Fueron necesarios varios meses para mejor de los casos por miles. No quería pretex-
que Georges Dubois quedara excluido del Parti- tos falsos, atenuaciones ni mentiras. De entrada,
do Comunista francés. Y el misterio de la muerte escribió: Mostrar el lado arriesgado de la empresa en
de su amigo Besson no se toda su verdad. Los errores
resolvió en absoluto. del enemigo son lo que nos
El tercer choque so- favorece sobre todo. Sin el
brevino cuando Char trabajo forzado en Alema-
expresó la intención de nia, las persecuciones, sola-
hacer una película sobre mente un pequeño número
la Resistencia. Esto suce- de jóvenes habría tomado el
dió en 1949. El gran cine maquis y las armas. Con-
siempre lo hizo soñar; el trariamente a la opinión
cine que apresa la vida; corriente el heroísmo gene-
el cine que hace que uno ra pocos adeptos.44
tiemble y se estremezca, Más adelante precisa:
que recrea y abraza el Los intermediarios del ene-
mundo. Esbozó las pri- migo, los traidores franceses
meras escenas. Queria que le sirven de neblina ar-
mostrar a Francia y a la tificial, deben quedar exhi-
"Francette" (la Francia bidos en toda su culpabili-
del mariscal Pétoche,43 dad. 45
para retomar su expre- Programa elocuente,
sión) a los resistentes y los propiamente revolucio-
colaboradores, los leales nario. No es ni un guión
y los traidores. Proyec- ni una sinopsis clásica.
René Char
to magnífico, grandioso. Es algo de Charo Más
Proyecto literalmente loco ya que las dos grandes de treinta años antes del documental de Marcel
fuerzas políticas que maniobraban en el momen- Ophuls Le Chagrin et la Pitié, con una incons-
to -el gaullismo y el comunismo- se dedicaban a ciencia prodigiosa quería rasgar el velo que se
reescribir la historia reciente para purgada de sus empezaba a extender sobre la memoria france-
cobardías y crímenes. sa. Corrió a París a buscar un productor. Escu-
El Partido Comunista, que había salido to- charon con deferencia al poeta convertido, junto
dopoderoso de la guerra, olvidó sus principios con Éluard y Aragon, en una de las glorias del
calamitosos, especialmente su apoyo al pacto París de las letras; pero no lo comprendieron.
germano-soviético de 1939, para recordar única- Hicieron como que estudiaban su proyecto pero
mente su odisea clandestina y sus "cien mil fusi- sin convicción alguna. Y muy pronto el asunto
lados" . El general De Gaulle, desde lo alto de su quedó estancado.
resistencia, borró los pecados franceses y exaltó Durante aquellos años de estalinismo triun-
'" Carta a Louis Aragon (Fondo Aragon del Institut d'Histoire du Temps
fante Char se rebeló a las corrientes dominantes.
Présent/ CNRS) .
.o Mieditis, alusi6n a la cobardía del mariscal Pétain durante la ocupa- .. Sinopsis de "Cancera au pays natal" (archivos particulares).
ción nazi. 45 !bid.

18
BIBlIOncA DE M[XICO
El caso Kravchenko, en 1949, honores y desdeñó los conven-
le dio la ocasión de hacer oír su cionalismos. Y reveló su des-
música. El tránsfuga soviético, precio cuando lo juzgó conve-
autor de un libro de mucho éxi- niente.
to (J ai choisi la liberté) en el que En el panorama intelectual
cuenta la represión comunista, francés de los años cincuenta,
fue calumniado en la prensa cer- marcado por el enfrentamiento
cana al PCF. Les Lettresfran~aises de los dos bloques constituidos
lo acusaron de ser un escribano por Estados Unidos y la Unión
al servicio de la propaganda Soviética, dos polos se perfila-
estadounidense. La pasión po- ran cada vez con mayor nitidez .
lítica estaba en la cúspide. Es- El primero se cristalizó en torno
talinistas y antiestalinistas se de la figura de Jean-Paul Sartre
enfrentaban verbalmente con (1905-1980): filósofo y promo-
Jean-Paul Sartre
violencia extrema. La denuncia tor del existencialismo, novelis-
de difamación de Victor Kravchenko contra el ta, dramaturgo y ensayista; fue asimismo, de ma-
semanario comunista permite calibrar el peso nera cada vez más marcada , compañera de ruta
del PCF en la sociedad francesa . del Partido Comunista y director de una revista
Char consiguió asistir a una o dos audiencias. comprometida, Les Temps modernes. El segundo
El testimonio de Margarete Buber-Neumann, co- polo emerge con Albert Camus (1913-1960) , to-
munista alemana que fue sucesivamente rehén de cado por la gloria desde la aparición de su pri-
los estalinistas en el gulag siberiano y luego de mera novela en 1942, El extranjero, y transfigu-
los nazis en el campo de Ravensbrück, lo con- rado por su activo papel en la Resistencia. Tam-
movió. Pero más que ladrar en manada o dar la bién dramaturgo y ensayista imprimió su sello
razón a uno u otro campo, prefirió nuevamente en la opinión pública entregando todos los días
decir su verdad. Eligió Combat el25 de febrero de un editorial al prestigioso diario Combat en los
1949 para expresarlo. En unas cuantas indirectas años inmediatamente posteriores a la guerra. Su
afinadas, fastidia a Kravchenko: "Acogido por desconfianza del bloque comunista era evidente.
los estadounidenses, no tenía más que callarse y ¿Cómo no escuchar la información o los graves
dejar que lo hospedaran. Tendríamos entonces rumores que referían en detalle el mecanismo de
libertad de concederle o no nuestra simpatía", una represión política y policíaca despiadada, la
decide al final. Pero también ajusta las cuentas existencia de campos de deportados en Liberia,
con severidad a la potencia calumniadora: "En el gulag y una injusticia represiva que se nutría
cuanto a las Lettres fran~aises su posición es insos- de procesos preparados de antemano?
tenible y su melaza irrespirable. Ahí se ve adónde Camus y Char se conocieron bien. Los dos
lleva el uso de una dialéctica enloquecida al ser- estaban en la cima de su notoriedad, ambos co-
vicio de una causa que carece de nocían con amplitud la tragedia
fundamento moral." que se desarrollaba al otro lado
Este equilibrio no estaba de de la Cortina de hierro. Así fue
moda; y menos aún esa manera como Char animaría y sosten-
definitiva de poner a los comu- dría sin desfallecer a su amigo a
nistas en su lugar. N o obstante, todo lo largo de la preparación
ése sería su camino. Una vía di- de un ensayo que prometía des-
ficil que adoptó mofándose, to- encadenar la ira de los existen-
talmente decidido a resistirse a cialistas. Camus deseaba efecti-
las presiones y a las intrigas. Su vamente analizar el mecanismo
carácter, su mal carácter atesti- de perversión de los ideales más
guado, le permitió mantenerse puros, demostrar los peligros
firme y descartar las ofertas de de las utopías, denunciar los
compromiso. Su independencia medios de coerción puestos en
no fue negociable. Rechazó los Albert e . mus marcha por los revolucionarios

19
iliUOTECAOfM[XlCO
para lograr sus fines, volver a decir que la URSS intelligentsia y los golpes que se anunciaban.
era "hoy día una tierra de esclavos balizada con Char le confió a Camus su juicio: Después de ha-
torres de observación" . ber leído y releído su Homme révolté, busqué quién
Aragon acababa de publicar L Homme com- y qué obra de este orden -el más esencial- pudiera
muniste; Camus se proponía escribir El hombre parecerse a usted ya su obra en esta época. Nadie ni
rebelde. En silencio reunió una documentación ninguna obra. Le digo esto con entusiasmo reflexivo.
considerable. Después se puso a escribir. Desde [. . .} He admirado a qué altura familiar (que no lo
la primavera de 1951 envió un primer bosquejo pone a usted jUera de alcance y haciéndolo solida-
a Char que le pidió más. Pronto estuvo termi- rio lo expone a todos los golpes) se ha colocado usted
nado, y René Char percibió de golpe el coraje para devanar su hilo de centellas y de sensatez. ¡Qué
que se requería para la publicación de un libro generoso corajef46
semejante. Fue el primero en presentir la po-
.. Correspondencia con Albert Camus (biblioteca Méjannes. Aix-en-
lémica que vendría, la violenta reacción de la Provence, Centro de Documentación Albert Camus).

lO
BIBlIOHCA OE M[XICO
La historia literaria recuerda que Camus rega- bargo, esta lucha contra la violación repetida de
ló a Char el ejemplar dactilografiado de su ma- la "naturaleza" se convertiría en su último com-
nuscrito con los tachones que muestran la evolu- bate. Un combate de frentes múltiples en el que
ción de su trabajo. En la dedicatoria puede leerse: se manifestaron tanto la amargura de asistir a la
"Para usted, querido René, la primera versión de degradación del paisaje y del ambiente como la
este libro que yo quería que fuera nuestro y que, angustia ante el despliegue de técnicas de pode-
sin usted, jamás habría podido ser un libro de res considerables y en parte incontrolables.
esperanza." Esta historia recuerda la solidaridad El episodio de los misiles balísticos de la pla-
sin grietas entre los dos escritores en el comba- nicie de Albion simboliza a la perfección esta
te más profundo y más constante por la defensa nueva insurgencia militante en René Charo En
de la verdad y de la democracia. Mientras que el otoño de 1965 se enteró de que el ejército ha-
Jean-Paul Sartre y sus amigos condenaban a Ca- bía comenzado a comprar tierras en la planicie
mus, culpable ante sus ojos de antiestalinismo de Albion, al este del macizo de Ventoux. Vagos
y de defender los valores burgueses, René Char al principio los informes se precisaron. En reali-
clamaba su rabia en Combat bramando: "¿Qué dad el gobierno adquirió miles de hectáreas en
tiene que ver con eso El hombre rebelde, gran libro forma preferencial. El ministerio de la Defensa
de socorro, patético y limpio como una cabeza . codiciaba este sitio salvaje para cavar silos con
trepanada?" Con una frase, midió el extravío de objeto de instalar misiles balísticos con cargas
una época y el peso de la mentira permanente. nucleares. La elección, realizada por el general
de Gaulle, se tenia por estratégica e irreversible.
V En los departamentos de la alta Provenza y de
En un movimiento que le era natural, levantó la Vaucluse militantes de izquierda comenzaron
cabeza y dirigió la mirada al cielo. Vagabundeó a reunirse y buscaron movilizar a la opinión
por los aires, fue de una constelación a otra, des- pública contra este proyecto. Pero muy pronto
brozó la Vía Láctea. Ése era su país secreto, su comprobaron que, sin una figura carismática, su
patria inviolada que le permitía descansar de una movimiento no cobraría fuerza jamás. Fue así
Tierra penosa y decepcionante. No había una como se pusieron en contacto con René Char,
sola tarde, ni una sola noche sin que desgranara y éste respondió en el acto. La noche siguiente
los nombres de las estrellas, sin que acariciara redactó un texto en forma de libelo.
la bóveda celeste, sin que intentara reencontrar Para Char este combate abrazaba una pre-
indicios de los principales planetas a simple vis- ocupación central, vital. Para él era también un
ta. En este granero de la Tierra, inmenso e in- renacimiento. Retomó el maquis. La imprenta
sondable, colocó todas sus esperanzas poéticas y Union, en la calle Lecourbe en París, recibió
humanas. Reserva intocable y virginal, la creyó de parte suya una orden para imprimir dos mil
eterna hasta el día del sacrilegio. ejemplares de su texto. Char estaba enardeci-
Ese día, el 4 de octubre de 1957, los sovié- do, ofensivo. Escribió a una amiga lo siguiente:
ticos lograron lanzar el primer satélite artificial Estos cerdos van a comenzar a hacer perforaciones
al espacio. Lo siguieron muchos otros. Lo inva- para esconder su porquería de hierro y de muerte en
dió un desencanto inmenso: se rebeló y se sintió Ventoux. Te hago llegar un pequeño texto: el último
humillado. Algunas lineas hablan de su profun- juramento de la rebelión y del rechazo. 48 Entregó to-
da ira y desesperación: El hombre del espacio que das sus fuerzas a este combate. De nueva cuenta
hoy nace será mil millones de veces menos luminoso fue momento de conciliábulos, de fraternidad y
y revelará mil millones de veces menos cosas ocultas de unidad. Y de nueva cuenta estaba al mismo
que el hombre parecido al granito, encerrado y yacen- tiempo comprometido y pesimista, tranquilo y
te de Lascaux, de duros miembros desenlodados de la febril. Suscitó ecos y artículos en la prensa re-
muerte. 47 No se hacía ninguna ilusión en cuanto gional, convocó a una manifestación en Sault
a la fuerza de su protesta. ¿Qué peso tenía una que logró reunir algunos miles de habitantes de
decena de lineas impresas en unas cuantas dece- la Vaucluse, entre los que se hallaban muchos
nas de ejemplares de grandes hojas? Y, sin em- alcaldes y consejeros municipales. Todos denun-

""Aux riverains de la smgue", 1959, a e, p. 412. .. Correspondencia particular.

11
BIBliOTECA o¡ M[XICO
ciaban la concentración de pertrechos nucleares raron, que más formaron su horizonte, fueron
en la región. según él objeto de un saqueo sistemático.
En forma metódica Char intentó entonces Esta conciencia de una degradación irreme-
construir un movimiento de protesta nacional. diable no se tradujo en una queja mecánica y
Redactó un texto destinado a servir de platafor- nostálgica . La vivió como un drama , como una
ma para una petición nacional : Que qu ienes per- tragedia de alcance universal. Fue la prueba del
fo ran la noble corteza terrestre de Albion midan bien sabotaje y la obcecación modernos, estúpidos.
esto: nosotros peleamos por un sitio donde la nieve De una mancha esencial. René Char no recono-
no es solamente la loba del invierno sino el aliso de cía ya ni siquiera el Sorgue, el río nutricio que en
la primavera. El Sol sale ahí sobre nuestra sangre otro tiempo estuvo repleto de peces: Las aguas se
exigente y el hombre no está jamás encarcelado en reparten todavía, pero bajan sus párpados para ya no
casa de su prójimo. Desde nuestro punto de vista, este ver las orillas saturadas de fealdad, acumulada año
lugar vale más que nuestro pan porque nada puede tras año para complacer a los nuevos ricos. 50 Ya no sé
reemplazarlo 49 Picasso le ofreció un dibujo para con qué me identifico de mi región. Cada vez me siento
la ilustración: un trío compuesto por Zeus, el más perdido en ella. 5\ Oscilaba entre la indigna-
Sol y un águila que observa colérica la Tierra ción y la insurrección. El furor siempre estaba
degradada. Los grandes nombres firmaron : es- ahí; pero más aún el deseo de tomar las armas
critores, pintores, políticos. Se planeaba una para pelear y cambiar el curso de las cosas. A
concentración el 5 de junio de 1966 en Fontai- Gilbert Lély le confió lo siguiente en 1968: Que-
ne-de-Vaucluse. René Char militaba sin inte- rido Gilbert, estamos decayendo. La Tierra -y sus ha-
rrupción , sacaba fondos de su tesoro de guerra, bitantes malditos- está en caída ininterrumpida. La
pedía prestado para financiar octavillas y re- bomba atómica mental ha explotado en forma termi-
uniones, traslados e impresión de carteles. Sin nal mucho antes que su hermana menor. 52
embargo la coalición de protesta no logró una Confirmó atormentado los estragos de la
gran adhesión popular. Y Char lo sintió. Detrás contaminación, se ahogó de vergüenza y de ira
de la gran pancarta que proclamaba "N o a los ante los espectáculos que descubría. Un día , ca-
cohetes atómicos en la alta Provenza" no había minando con su amigo Claude Lapeyre en un
el suficiente brío. macizo rocoso a casi seiscientos metros de al-
Cuando retomó el combate sobre el mismo tura, unos bancos de nubes tristes se asentaron
tema, en 1967, en vísperas de las elecciones le- en el valle. Char se sintió embargado de una
gislativas de marzo, consiguió la derrota de los desesperación inmensa: Claude, mira la niebla con
candidatos gaullistas del departamento. A pesar llovizna.53 Se cerró en sí mismo y ya no dijo nada
de su vigilancia los promotores de los misiles de más. El coloso se tapió y su amigo comprendió
Albion triunfaron. El aparato de Estado perma- que era hora de regresar lo más pronto posible.
necería sordo a la rebelión de los mendigos de Apenas llegó a su casa René Char descargó una
Vaucluse, y la planicie terminaría por abrigar su violenta amargura contra la sociedad. ¡Los hom-
lote de cohetes balísticos. "El gusano está por bres han podrido la tierra(54
todos lados y para todos, escribió Char al poeta Fue una de sus últimas insurrecciones. Pro-
Gustaf Sobin. No hay más que escalas en este testó contra los poderes plenos otorgados a la
sombrío viaje." técnica. Fue su testamento. Su coletazo. Su últi-
Su militancia jamás sería ciega. Sus últimos mo llamado a la resistencia.
combates estuvieron impregnados de pesimis- La ciencia no puede dar
mo. Pero su lucidez no era desconcertante. Su al hombre devastado
amistad con el filósofo alemán Martin Heideg- más que un faro ciego,
ger (1889-1976) cuajó en parte sobre esta base: la un arma de aflicción,
importancia que se da a la región natal. Ahora herramientas sin leyenda SS
bien, Char llevaba en él una imagen de la Pro-
" Citado en L Éclar au frOnl, op. cit., p. 361 (correspondencia particular).
venza sobre la que se superpuso una imagen Sllbid.
degradada, envilecida. Los lugares que lo inspi- " Carta a Gilbert Lély fechada el 27 de enero de 1968 (biblioteca literaria
Jacques-Doucet, París).
53 Testimonio de Claude Lapeyre al autor.
" Cartel en el que aparecen el texto de Char y un dibujo de Pablo Pi- S4 Testimonio de Anne al autor.
caSSQ. 55 "Les apparítions dédaignées ", o. c.,
op. cit., pp. 466467.

12
818l10ncA OlM[XICO
Grabado de Pablo Picasso

,
RENE CHAR:
,
POESIA
DE LA CLARIDAD
,
(ANTOLOGIA)
2l
¡1¡lIOmA O¡M[XICO
Profunda y nítida, suave y férrea , oscura y transparente, tradicional y vanguardista, la poesía
de René Char mantiene sin mutaciones su trascendente belleza desde los primeros, originales
libros, hasta los últimos, en un transcurso que va de 1929 -sus 22 años- a 1988, año de su falle-
cimiento.
En su poesía está el niño, el hombre, la vida, la acción, la reflexión y las ideas indispensables
para encontrar la claridad en un mundo nublado; no se halla en cambio en ella lo "poético" , "el
más pernicioso de los venenos para la poesía ... " ni "la subjetividad enígmática que tantos estra-
gos ha causado en el siglo xx" , como escribió acerca de él René Ménard.
En el lenguaje poético de René Char sólo subsiste lo esencial y la emoción no elimina a la
razón. Ese rigor le permite unir realidad e imaginación sin traicionar ni una ní otra y transitar de
lo circunstancial a lo histórico.
René Char no busca hacer un poema como tantos versificadores superficiales, sino crear su
poesía después de un disciplinado trabajo con las palabras -"la disciplina sangra"-, como si pu-
liera un trozo de mármol. Poesía hecha para los demás, para que los demás valoren a la poesía,
no al poeta. El poeta desaparece, permanece la obra, no a la inversa.
Esta selección de su vasta producción poética sólo pretende, como en el caso de otros autores
publicados en Biblioteca de México, invitar a quienes no lo conocen a que lo lean y a quienes ya lo
han disfrutado a que lo relean. El trabajo de los traductores se extiende desde 1961 hasta la fecha
y revela la importancia del poeta.

José Antonío Montero

VERSIONES DE MARTA DONís

DONNERBACH MÜHLE
Invierno de 1939

N oviembre de brumas, escucha bajo la madera


cómo franquea la noche y desaparece
la campana del último sendero,

cómo el deseo lejano del viento separa


el regreso al cautiverio de la ausencia que pasa.

Estación de animales pacíficos, de chicas sin maldad,


tenéis poderes que mi poder contradice;
tenéis los ojos de mi nombre,
el nombre que me piden que olvide.

Tañido fúnebre de un mundo demasiado amado,


oigo a los monstruos patear en una tierra sin sonrisa.
Mi hermana bermeja está bañada en sudor.
Mi hermana furiosa llama a las armas.

La luna del lago se asienta en la playa


donde el suave fuego vegetal del verano
desciende a la ola que la lleva
a un lecho de profundas cenizas.

Rastreada por el cañón -vivir,


límite inmenso-
la casa en el bosque se encendió:
trueno, arroyo, molino.

14
BIBlIOHCA O¡ Mimo
ÉVADNÉ

El verano y nuestra vida eran una sola cosa


El campo engullía el color de tu oloroso vestido
Avidez y apretura se habían reconciliado
El castillo de Maubec se hundía en el barro
Muy pronto se derrumbaría el balanceo de su lira
La violencia de las plantas nos hacía vacilar
Un oscuro cuervo remador desviándose de la escuadra
En el mudo pedernal del mediodía descuartizado
Acompañaba nuestro concierto de suaves movimientos
La hoz por doquier debía descansar
Nuestra rareza iniciaba un reino
(El viento insomne que nos arruga el párpado
Al pasar cada noche la página acordada
Quiere que cada parte tuya que yo recuerde
Se extienda a un viejo país hambriento de lagrimal gigante)

Fueron al principio años adorables


La tierra nos amaba un poco me acuerdo.

EL ALUMBRADO DEL PENAL

He deseado para ti noche tan corta


que tu madrastra taciturna
envejeció antes que concibiera
los poderes de tal noche.

Ha soñado estar a tu lado


este fugitivo armonioso,
de la persona apenas indicada,
de beneficio proveniente
de camino triste y angélico.
Nadie se atreve a retrasarlo.

Se ha encogido de pronto el día.


Al perder a todos los muertos que amaba,
despacho a este perro la rosa,
último viviente, distraído verano.

Soy el excluido y el colmado.


Dame tu último toque,
belleza que te ciernes,
con ebrios párpados mal cerrados.
Cada herida pone en la ventana
sus ojos de fénix despabilado.
La satisfacción de resolver
canta y gime en el oro del muro.

No es, de nuevo, más que el viento del yugo.

25
BIBlIOHCA O¡ M[XICO
Viñeta de José Antonio Montero

CONDUCTA

Pasa.
La reja sideral
que ahí estaba en otro tiempo
se hundió.
Esta noche una nube de pájaros
desde muy alto exulta y pasa.

Escucha las sienes rocosas


de las presencias dispersadas
la palabra que hará tu sueño
cálido cual árbol septembrino.

Ve cómo se mueve el tejido


de las certezas que lograron
cerca de nosotros
su quintaesencia,
¡oh mi Bieldo, mi ansiosa Sed!

El rigor de vivir se esmerila


sin cesar para codiciar el exilio.
Con una lluvia fina de almendra
mezclada con dócil libertad,
se ha producido tu alquimia guardiana,
¡oh, bien amada mía!

PARA QUE UN BOSQUE ...

P ara que un bosque sea magnífico


le hacen falta edad e inftnito.
No muráis muy rápido,
amigos del tentempié bajo el granizo.
Abetos que dormís en nuestra cama,
eternizad nuestros pasos en la híerba.
Alsacia, 1939.

26
818110mA O[MÉXICO
ARTINA*
(FRAGMENTOS)

Al silencio de aquella que permite soñar.

En la cama que me prepararon había: un animal sanguinolento y maltrecho del tamaño


de un bollo, un caño de plomo, una ráfaga de viento, un molusco helado, un cartucho sin
pólvora, dos dedos de un guante, una mancha de aceite; no había una puerta de prisión, pero
sí el sabor de la amargura, un diamante de vidriero, un pelo, un día, una silla rota, un gusano
de seda, el objeto robado, una presilla de sobretodo, una mosca verde domesticada, una rama
de coral, un clavo de zapatero, una rueda de ómnibus.

Ofrecer un vaso de agua al paso de un caballero que se lanza a rienda suelta en un


hipódromo invadido por la multitud supone, de una y otra parte, una falta absoluta
de habilidad; Artina traía a los espíritus que visitaba esa aridez monumental.

El impaciente se daba perfecta cuenta de la clase de sueños que en adelante


frecuentarían su cerebro, sobre todo en el dominio del amor cuya actividad voraz
se manifestaba de ordinario fuera de la época sexual. La asimilación alcanzaba su
desarrollo en la noche profunda de los invernaderos herméticamente cerrados.

Artina cruzó sin dificultad el nombre de una ciudad. Es el silencio que hace
surgir el sueño.

Los objetos designados y reunidos con el nombre de naturaleza-concreta


forman parte del escenario en el cual se desarrollan los actos de erotismo de las
seriesfatales, epopeya cotidiana y nocturna. Los ardientes mundos imaginarios que
circulan sin interrupción por la campiña en la época de las cosechas tornan el ojo
agresivo y la soledad intolerable para aquel que dispone del poder de destrucción.
En los cataclismos extraordinarios, resulta directamente preferible apelar sin
reserva a ellos.

* Traducciones de A1do Pellegrini, Antología de la p oesía sumalista, Compañía General Fabril Editora, Buenos Aires, 1961 , 360 pp.

27
ilillOmA D[ MÉXICO
Edvard Munch

LA LUJURIA

El águila ve cómo se borran gradualmente las huellas de la


memoria helada
La extensión de la soledad hace apenas visible la presa que huye
A través de cada una de las regiones
Donde uno mata donde a uno lo matan lib~emente
Presa insensible
Proyectada indistintamente
Más acá del deseo y más allá de la muerte

El soñador embalsamado en su camisa de fuerza


Rodeado de utensilios efimeros
Figuras que se desvanecen apenas formadas
Su revolución celebra la apoteosis de la vida que declina
La desaparición progresiva de las partes lamidas
La caída de los torrentes en la opacidad de las tumbas
Los sudores y malestares que anuncian el fuego central
y finalmente el universo con todo su pecho atlético
Necrópolis fluvial
Después del diluvio de los rabdomantes

Ese fanático de las nubes


Tiene el poder sobrenatural
De desplazar a considerables distancias
Los paisajes habituales
De romper la armonía acumulada
De tornar irreconocibles los lugares fúnebres
Al día siguiente de los homicidios provechosos
Sin que la conciencia originaria
Se cubra con el deslizamiento purificador del suelo.

Le Marteau Sans Maitre

28
BIBLIOTECA DE MÉXICO
METEOROS ROBUSTOS*

En los bosques se oye hervir el gusano


La crisálida volviendo al claro rostro
Su natural liberación

Los hombres tienen hambre


De carnes secretas de herramientas crueles
Levántense bestias a degollar
A ganar el sol.
Arsenal, 1929.

ARGUMENTO

¿Cómo vivir sin un enigma delante?

Los hombres de hoy quieren el poema a imagen de su vida; hecha


de tan pocos miramientos, de tan poco espacio y quemada de
intolerancia.
Dado que no les es permitido ya obrar de modo supremo, en
esta preocupación fatal de destruirse por medio del semejante,
dado que su inerte riqueza los frena y los encadena, los hombres
de hoy, debilitado el instinto, pierden, aunque se conserven vivos,
hasta el polvo de sus nombres.
Nacido del llamado del devenir y de la angustia de la
retención, el poema, al elevarse de su pozo de barro y de estrellas,
testimoniará casi en silencio que nada hay en él que no existiera
realmente en otro lugar, en ese rebelde y solitario mundo de las
contradicciones.
Le poeme pulverisé, 1947.

* Selección y versión de Raúl Gustavo Aguirre. René Char, Antologío, Ediciones del Mediodía, Buenos Aires, 1968,200 pp.

29
!1!lIOmA Ol MÉXICO
ELLA JADEABA

Tú caminas como el incendio de un bosque


Puma mi bienamado
Cómo seguirte

De pronto las piedras se hincharon hasta estallar


El estiércol desapareció
Los matorrales se abrazaron
En la cima de un cedro se encendió un faro salvaje
El cielo sudoroso asestó su humo
Al orzuelo de los ojos más cansados del mundo

Pies heridos de tropezar


Manos delgadas de debatirse
Suerte

Por el tubo del amor


Bienamado escuchó
y derecho se irguió

Oh su frente sublime de habano encendido


Oh su garganta de forja de hada

El cielo demente retrocedió


La baba del fuego se hundió en la tierra
Un vaho de osamentas apareció bailó con los enanos
Una pupila de eucalipto se convirtió en una luna
embalsamada

Muchachas atrevidas
Está bien ser imprudentes
Pero por el amor
De su puma
Con sus labios mojen la llama
Cuando florezca en ellos su imagen.
Placard pour un chemin des écoliers, 1937.

Edvard Munch

lO
BIBLIOTECA DE MÉXICO
LOS PUÑOS APRETADOS

Los puños apretados


Los dientes rotos
Las lágrimas en los ojos
La vida
Apostrofándome sacudiéndome y burlándome
Yo espiga adelantada de las cosechas de agosto
Distingo en la corola del sol
Una yegua
En su orina abrevo.
" Placard pour un chemin des écoliers, 1937.

HOJAS DE HIPNOS
(FRAGMENTOS)

Toda la autoridad, la táctica y el ingenio no pueden


reemplazar una partícula de convicción al servicio de
la verdad. Creo haber mejorado este lugar común.

*
Dejar para más tarde la parte imaginaria, que,
también ella, es susceptible de acción.

*
El poeta no puede permanecer por mucho tiempo
en la estratósfera del Verbo. Debe enroscarse en nuevas
lágrimas y adelantar más en su orden.

*
Tiempo en que el cielo exhausto penetra en la tierra
donde el hombre agoniza entre dos menosprecios.

*
Si el hombre a veces no cerrara soberanamente los
ojos, terminaría por no ver ya lo que vale la pena
mirar.
*
Sólo se combate bien por aquellas causas que uno
modela por sí mismo y con las cuales uno se quema
identificándose.

*
Los ojos, solos, son todavía capaces de lanzar un
grito.

*
La eternidad no es mucho más larga que la vida.

*
Somos parecidos a esos sapos que en la austera
noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando
con su grito de amor toda la fatalidad del universo.

*
En todas nuestras comidas en común, invitamos a
la libertad a sentarse. El lugar permanece vacío pero el
cubierto está puesto.

31
BIBLIOTECA DE MEXICO
ESTRANGULÉ A MI HERMANO*

Estrangulé
A mi hermano
Porque no le gustaba dormir
Con la ventana abierta

Hermana mía
Dijo antes de morir
Noches enteras he pasado
Mirándote dormir
Inclinado sobre tu resplandor en el vidrio.
Placard pour un Chemin des Écoliers, 1937.

FIDELIDAD

Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa hacia dónde en el tiempo
dividido. Ya no es mi amor, todos pueden hablarle. Ella no recuerda ya; ¿quién en
verdad la amó?

Busca su igual en el ruego de las miradas. El espacio que recorre es mi fideli-


dad . Dibuja la esperanza y suavemente la despide. Es decisiva sin que tenga que
ver en ello.

Yo vivo en su profundidad como un despojo feliz . Sin que lo sepa, mi soledad es


su tesoro. En el gran meridiano donde se inscribe su vuelo, mi libertad lo excava.

Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa hacia dónde en el tiempo
dividido. Ya no es mi amor, todos pueden hablarle. Ella no recuerda ya: ¿quién en
verdad la amó y la ilumina desde lejos para que no se caiga?
Fureur et Mystere, 1948.
* Versiones de Raúl G ustavo Aguirre. Poetasfrancesescontemporáneos, Ediciones Librerías Fausto, Buenos Aires, 1974, 400 pp.

32
ilillO¡ECA OE M[xICO
ANTONIN ARTAUD

N o tengo voz para elogiarte, hermano mío.


Si me inclinara sobre tu cuerpo que la claridad va a dispersar,
Tu risa me rechazaría.
El corazón entre nosotros, durante lo que se llama
impropiamente una hermosa tormenta.
Da en tierra varias veces,
Mata, cava e incendia,
Luego renace más tarde en la dulzura del hongo.
N o necesitas un muro de palabras para exaltar tu verdad.
Ni las volutas del mar para ungir tu profundidad.
N i de esta mano febriciente que nos rodea la muñeca,
Y suavemente nos conduce a derribar un bosque
En donde el hacha son nuestras entrañas.
Está bien. Vuelve al volcán.
Y nosotros,
Que lloremos, asumamos tu relevo o preguntemos: "¿Quién es
Artaud?" a esa espiga de dinamita de la que ningún grano
se separa,
Para nosotros, nada habrá cambiado,
Nada, sino esta quimera viviente del infierno que se despide
de nuestra angustia.
(Paris, 8 de marzo de 1948).
LesMatinaux, 1950.

LA ALDEA VERTICAL

C o m o lobos ennoblecidos
Por su desaparición
Acechamos el año de miedo
Y de hberación.

Lobos nevados
De las lejanas batidas,
De fecha borrada.

Bajo el porvenir que gruñe,


Furtivos, esperamos,
Para afiliarnos,
La ampHtud de la altura.

Sabemos que las Cosas ocurren


Repentinamente,
Oscuras o demasiado adornadas.

El dardo que unía los dos paños


Vida contra vida, clamor y monte.
Fulguró.
LeNuperdu, 1971.
LA BESTIA INNOMBRABLE

La Bestia ínnombrable cierra la marcha del gracioso rebaño,


como un cíclope bufo.
Ocho improperios le sirven de ornamento, se dividen
su demencia.
La Bestia eructa devotamente en el aire rústico.
Sus flancos rellenos y vacilantes son dolorosos,
están por vaciarse de su preñez.
Desde sus cascos hasta sus vanos colmillos,
está envuelta en fetidez.

Así se me aparece, en el friso de Lascaux, madre


fantásticamente disfrazada,
La Sabiduría con los ojos llenos de lágrimas.
La Paroi et la Prairie, 1951.

HAMBRE ROJA

Eras insensata.

¡Qué lejos ya!

Moriste, un dedo ante tu boca,


En un noble movimiento,
Para poner punto a la efusión;
En el frío sol de un verde límite.

Eras tan bella que nadie advirtió tu muerte.


Más tarde, era de noche, echaste a andar conmigo.

Desnudez sin recelo,


Senos corroídos por tu corazón.

A sus anchas en este mundo que ocurre,


Un hombre que te había estrechado en sus brazos.
Se sentó a la mesa.

Está bien, no existes.


Le Nu perdu, 1971.

34
BIBlIOmA Of MÉXICO
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LOS SOLES CANOROS*

Las desapariciones inexplicables


Los accidentes imprevisibles
Los infortunios quizá excesivos
Las catástrofes de todo orden
Los cataclismos que ahogan y carbonizan
El suicidio considerado crimen
Los degenerados intratables
Los que se enrollan en la cabeza un delantal de herrero
Los ingenuos de primera magnitud
Los que colocan el féretro de su madre en el fondo
de un pozo
Los cerebros incultos
Los sesos de cuero
Los que invernan en el hospital y conservan la embriaguez
de las ropas desgarradas
La malva de las prisiones
La ortiga de las prisiones
La parietaria de las prisiones
La higuera nodriza de ruinas
Los silenciosos incurables
Los que canalizan la espuma del mundo subterráneo
Los enamorados en éxtasis
Los poetas excavadores
Los que asesinan a los huérfanos tocando el clarín
Los magos de la espiga
Imperan temperatura benigna alrededor de los sudorosos
embalsamadores del trabajo.
L Action de la justice est éteinte

• Ant%gla de /0 poesía su"ea/ista francesa , Ediciones Coma, Traducciones de Aldo PeUegrini, Emilio
Adolfo Westphalen, César Moro, Ricardo Baeza, Guillermo de Torre, México, 1981 , 336 pp.

35
ilillOmA Ol MlXICO
A LA SALUD DE LA SERPIENTE

Yo canto el calor con rostro de recién nacido, el calor desesperado.


11
Le toca al pan romper al hombre, le toca ser la belleza del amanecer.
IV
En la ronda de la golondrina una tormenta se forma , un jardín se diseña.
V
Siempre habrá una gota de agua que dure más que el sol
sin que el ascendiente del sol sufra por eso.
VII
Lo que viene al mundo para no trastornar nada, no merece
ni consideración ni paciencia.
XI
Tú harás deJ alma que no existe, un hombre mejor que ella.
XX
No te encorves sino para amar. Aun muerto, sigues amando.
XXIV
Si habitamos un relámpago, allí está el corazón de lo eterno.
XXVI
La poesía es de todas las aguas claras la que menos se
demora ante los reflejos de sus puentes.
Poesía, vida futura en el interior del hombre que ha ganado en calidad.
Le Poeme pulvérisé

DECLARAR EL PROPIO NOMBRE*

Yo tenía diez años. El Sorgue me engastaba. El sol cantaba las horas sobre la
esfera tranquila de las aguas. La despreocupación y el dolor habían inmovilizado
al gallo de hierro sobre el tejado de las casas y juntos se soportaban. Pero. ¿qué
rueda en el corazón del niño al acecho giraba más fuerte, giraba más de prisa que
la del molino de su incendio blanco?
* Traducción de Alicia Bleiberg. René Cbar, Común presencia, Edición Bilingüe, Alianza Editorial, Madrid, 1986, 392 pp.

36
818l10mA O[ MEmO
JUVENTUD DE LOS NÉVONS

En el recinto del parque,


el grillo sólo se calla para imponerse más

En el parque de los Névons


Ceñido de praderas,
U n arroyo sin pendiente.
Un niño sin amigo
Difiíminan su tristeza
Y viven mejor así.

En el parque de los Névons


U n rebelde se ha unido
Al arroyo, al niño,
A su mismo espejismo.

En el parque de los Névons


Mortal sería el verano
Sin la voz de un grillo
Que, un instante, se calla.

EL ADOLESCENTE ABOFETEADO

Los mismos golpes que lo arrojaban contra el suelo lo lanzaban al mismo tiempo
vida adelante, hacia los años futuros en los que, cuando sangrara, ya no sería por
la iniquidad de uno solo. Semejante al arbusto al que sus raíces reconfortan y que
apoya sus ramas herídas contra su tronco resistente, se replegaba a continuación
en el mutismo de ese saber y en su inocencia. Al fin se escapaba, huía y se sentía
soberanamente dichoso. Llegaba hasta el prado y la barrera de cañas cuyo limo
acariciaba y cuyo seco estremecimiento percibía. Parecía que lo que la tierra
había producido de más noble y de más perseverante lo había adoptado, en
compensación.
Volvería a empezar así hasta el momento en que, desaparecida la necesidad de
romper, se irguiera atento entre los hombres, a la vez más vulnerable y más fuerte.

¡VIVA... !

Este país no es más que un


deseo del espíritu, un contrasepulcro.

En mi país se prefieren las tiernas pruebas de la primavera y los


pájaros mal vestidos a las metas lejanas.
La verdad espera la aurora al lado de una vela. N o se presta
atención al cristal de ventana. Qué le importa al hombre vigilante.
En mi país, no se interroga a un hombre conmovido.
No hay sombra maligna sobre la barca volcada.
Buenos días apenas, es desconocido en mi país.
Sólo se toma prestado lo que puede devolverse con creces.

37
siwaDErálco
COMÚN PRESENCIA

Tienes prisa por escribir,


Como si fueras con retraso respecto de la vida.
Si es así, acompaña a tus fuentes.
Apresúrate.
Apresúrate a transmitir
Lo que te corresponde de maravilloso de rebeldía de generosidad.
Efectivamente vas con retraso respecto de la vida,
La vida inexpresable,
\,
La única a fin de cuentas a la que aceptas unirte, I
La que cada día te niegan los seres y las cosas,
De la que obtienen penosamente aquí y allá algunos fragmentos descarnados
Al cabo de luchas inmisericordes.
Fuera de ella, todo es sólo agonía sumisa, grosero fin.
Sí encuentras la muerte en el curso de tu esfuerzo,
ReClbela como la nuca sudorosa agradece el pañuelo seco,
Inclinándote.
Si quieres reír,
Ofrece tu sumisión,
Nunca tus armas
Has sido creado para momentos poco comunes.
Modíficate, desaparece sin pena
A merced del rigor suave.
Fase tras fase la liquidación del mundo prosigue
Sin interrupción, sin extravío.

Enjambra el polvo.
Nadie descubrirá vuestra unión.

LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Eres lámpara, eres noche;


Esta lucera es para tu mirada,
Esta tabla para tu fatiga,
Este poco de agua para tu sed,
Las paredes enteras pertenecen a aquel a quien tu
caridad da a luz.
¡Oh cautiva, oh Desposada!

CANTO DEL RECHAZO


COMIENZO DEL PARTISANO

El poeta ha vuelto para largos años a la nada del padre. No lo Uamas, todos
vosotros que lo amáis. Si os parece que el ala de la golondrina ya DO tiene espejo
sobre la tierra, olvidad esa dícha. Quien panificaba el sufrimiento ya no es visible
en su letargo rojizo.
¡Ah! ¡Hagan la belleza y la verdad que estéis presentes en gran número en las
salvas de la liberación!
LA OROPÉNDOLA

3 de septiembre de 1939
La oropéndola entró en la capital del alba.
La espada de su canto cerró el lecho triste.
Todo terminó para siempre.

LA LIBERTAD

Vino por esta linea blanca que tanto puede significar el comienzo del alba como
la palmatoria del crepúsculo.
Pasó las playas maquinales; pasó las cimas hendidas.
Se acababan la renunciación con rostro de cobarde, la santidad de la mentira,
el alcohol del verdugo.
Su verbo no fue un ciego carnero sino el lienzo donde se inscribió mi aliento.
Con paso de no orientarse mal más. que tras la ausencia, vino, cisne sobre la
herida, por esta linea blanca

LOS SEÑORES DE MAUSSANE*

jUno tras otro, quisieron predecirnos un futuro dichoso,


Eclipsando su imagen y todo la angustia conforme con nosotros!
Desdeñamos tal igualdad,
Dijimos no a sus frecuentes palabras.
Seguimos el empedrado que nuestro corazón había trazado
Hasta las llanuras del aire y el silencio único.
Hicimos sangrar a nuestro amor exigente,
Luchar nuestra felicidad cón cada guijarro.

Dicen ahora que más allá de su visión,


Más pavor les provoca el granizo que la nieve de los muertos.
* Selección y traJ'ucción de Miguel Ángel Flores y Alberto Oliveira. POdaS franceses del siglo XX; presenta·
ción y notas: Miguel Ángel Flores y Alberto Oliveira, Editorial Letras Vivas, México, 2004, 288 pp.

39
818UOmA Of M~ICO
EL CUARTO EN EL ESPACIO

Así es el canto de la paloma cuando


la tormenta se avecina -el aire se
pulveriza con la lluvia, el sol que
regresa- me despierto lavado, me
derrito al levantarme; yo vendimio el
cielo novicio.

Acostado a tu lado, muevo tu libertad.


Soy un pedazo de tierra que reclama su
flor.

¿Es la afinada garganta más radiante


que la tuya? ¡Preguntar es morir!

El ala de tu suspiro pone un plumón en


las hojas. El rasgo de mi amor cierra tu
fruto, lo bebe.

Estoy en la gracia de tu rostro cuando


mis tinieblas se cubren de alegría.

¡Qué hermoso tu grito que me entrega


tu silencio!

VICTORIA RELÁMPAGO

El pájaro labra la tierra,


La serpiente siembra,
La muerte mejorada
Aplaude la cosecha.
¡Plutón en el cielo!

La explosión en nosotros.
Allí solamente en mí.
Loco y sordo, ¿cómo podría yo ser más?

¡Un segundo más en sí mismo, rostro mudable, más estación para la


llama y estación para la sombra!

Con la lenta nieve descienden los leprosos.

De repente el amor, semejante al terror,


Con una mano jamás vista detiene el incendio, incorpora al sol,
reconstruye a la Amiga.

Nada anunciaba una existencia tan fuerte.


r, t· 1 lt. .Jo~ 1110

40
BIBliOTECA OE MEXICO
WILLlAM BLAKE

( I 757 - I 827)
En la Navidad de 1942 tenrunó de imprimirse, al cuidado del poeta español Emilio Prados, la traducción que Xavier Vi ll aurrutia
hiciera del más reconocido poema de William Blake: El matrimonio del Cielo y de/ Infierno; de esa plaquene se ha hecho la selección que
aquí aparece para conmemorar el 250 aniversario del nacimiento del gran poeta inglés. Ahí también se evocará en nota introductoria
un texto de Chesterton que dice en resumen : " Como un titán , Blake, emerge, con su talla colosal y su voz atronadora. Por entre las
tinieblas y el caos de su obcecado simbolismo y sus perversas teorias, por entre la tormenta de delirio y la noche cerrada de su locura ,
reitera, con precisión apasionada, que sólo puede ser adorable aquello que es digno de ser amado, que la divinidad está en una persona
o en una brisa, que tanto más conozcamos las cosas altas, más habremos de hallarlas palpables y encarnadas, y que la form a entera
de los cielos es toda semejanza de la apariencia de un hombre. "

PROVERBIOS
DEL INFIERNO
La Prudencia es una vieja solterona rica y fea La desnudez de la mujer es la obra de Dios.
cortejada por la Incapacidad.
Está pronto a decir siempre tu opi-
Aquel que desea pero no obra, en- nión, y el ruin te evitará.
gendra peste.
Nunca perdió más tiempo el águi-
El reloj cuenta las horas de la ne- la que cuando escuchó las leccio-
cedad, pero ningún reloj puede nes del cuervo.
contar las horas de la sabiduría.
La zorra se provee; pero Dios pro-
Ningún pájaro se eleva demasia- vee al león.
do alto, si vuela con sus propias
alas. Piensa por la mañana, obra al me-
diodía, come por la tarde y duer-
Un cuerpo muerto no venga las me por la noche.
injurias.
Aquel que ha permitido que abu-
Si el necio persistiera en su nece- ses de él, te conoce.
dad se volvería sabio.
Del agua estancada espera vene-
Pudor, máscara del orgullo. no.

Las pnslOnes están construidas Escucha el reproche de los necios:


con piedras de la Ley; los burdeles Bd. librO" cu:abó rú Un- es un título real.
JH'imir 41 cita 24 tU D i-
con piedras de la Religión. ci8mbr, tk 1942. en Iot
I4Uu.. .. A,tu Gr4/itu
Comcrcica.&t... IX Mbico. Así como la oruga elige las hojas
bojo '- direoct6n tipogr&-
f - de EmiliQ Prado.. más hermosas para poner sus hue-
* WiJliam Blake, El matrimonio del cielo y el infierno, vos, el sacerdote deposita su maldi-
traducción de Xavier Villaurrutia , El clavo ardien-
do, Editorial Séneca, México, 1942, 60 pp. ción sobre los mejores goces.

41
BIBLIOTECA Ol MlXICO
Grabado de William Slake

Crear una sola flor es trabajo de siglos. ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo
lo que sus enormes numerosos sentidos podían
Exuberancia es Belleza. percibir.
Estudiaban particularmente el genio de cada
Antes asesina a un niño en su cuna que nutras ciudad y país colocándolo bajo la tutela de una
deseos que no ejecutes. deidad espiritual.
Bien pronto, para ventaja de algunos y esclavi-
Nunca puede ser dicha la verdad de manera que tud de muchos, se formó un sistema intentando
pueda ser comprendida sin ser creída. dar realidad a las deidades espirituales o abstraer-
las de su objeto. Así dio principio el sacerdocio,
¡Bastante! o, más aún, demasiado. instituyendo ritos según los relatos poéticos.
Y, al fin, declararon que los Dioses lo habían
Los poetas de la antigüedad animaron los obje- querido de este modo.
tos sensibles con dioses y genios, nombrándolos Así olvidaron los hombres que todas las dei-
y dotándolos con las propiedades de los bosques, dades residen en el corazón.

41
BIBlIOmA o¡ Mfxl(O
VISiÓN MEMORABLE Así Swedenborg se envanece de que cuanto
escribe es nuevo, aunque sólo es un índice o un
Me hallaba en una imprenta, en el Infierno, y catálogo de libros publicados antes.
vi el método por el cual se transmite el conoci- Un hombre lleva un mono a una fiesta y por-
miento de generación en generación. que era un poco más sabio que el mono se infló
En la primera cámara había un Dragón-hom- de vanidad y se consideró más sabio que siete
bre barriendo los despojos a la boca de una ca- hombres.

Grabado de WiIliam Blake

verna; en el interior, multitud de dragones ahon- Así es en el caso de Swedenborg que muestra
daban la caverna. la locura de las iglesias y quita la máscara de los
En la segunda cámara había una serpiente hipócritas e imagina que todos los hombres son
enredada en torno a la roca y la caverna, y otras religiosos y que él es el único hombre en la tierra
adornándola con plata, oro y piedras preciosas. que rompió las mallas de la red.
En la tercera cámara, un águila de alas y plu- Ahora , oíd el hecho tal como es: Swedenborg
mas de aire; y el águila hacía el interior de la ca- no ha escrito una sola verdad nueva.
verna infinito; y a mi alrededor, un gran número Y, ahora, oíd la causa: conversaba con los án-
de hombres águilas edificaban palacios sobre las geles que son, todos, religiosos, y no conversaba
rocas enormes. con los demonios que odian la religión, porque
En la cuarta cámara, leones de ardientes lla- sus prejuicios lo hacían incapaz.
mas se paseaban furiosos y fundían metales en Así es que las obras de Swedenborg son una
fluidos vivientes. recapitulación de todas las opiniones superficia-
En la quinta cámara, formas sin nombres les, y un análisis de las más sublimes; nada más.
arrojaban al espacio los metales. He aquí otro hecho: cualquier hombre de ta-
Estos metales eran recibidos por hombres en lento mecánico puede extraer de las obras de Pa-
la sexta cámara y tomaban la forma de libros y racelso o de Jacob Behmen diez mil volúmenes de
eran colocados en bibliotecas. igual valor que los de Swedenborg, y un número
Siempre me ha parecido que los Ángeles tienen infinito de los libros de Dante o Shakespeare.
la vanidad de hablar de sí mismos como si sólo Pero, cuando lo haya hecho, que no pretenda
ellos fueran sabios; lo hacen con una confianza saber más que su maestro porque sólo sostiene
insolente que nace del razonamiento sistemático. una bujía en pleno sol.

4]

818l10mA Of M[XICO
POETAS
,DE
AMERICA*
* Las viñetas que oman y honran esta secclOn de poesía son de Ricardo MartlOez, gran pintor y gran ilustrador, cuyas Imágenes decoraron también,
entre otros libros. Muerte Sin fin, de José Gorostlza. en edición de la UNAM, y Junca de sombras, de Alfonso Reyes. Esta oportunidad nos permite
recordar y reconocer una obra plástica emlOente, que no debiera nunca pasarse por a lto a pesar de la discreción con que la creó su autor. El libro de
donde proVIenen es de Enrique Díez Canedo: Epigramas amen'canos, Joaquín Mortiz, Editor, México, 1945 ,84 pp.

44
BIBliOTECA OE MÉXICO
BILL BISSETT*

(Canadá, 1939)
TRADUCCiÓN DEL INGLÉS POR BENJAMíN VALDIVIA**

A VIOLENT PRSON I PERSONA BIOLENTA


¡r
is marreed 2 a changling Se kasó kon alguien ke fue kambiado

th changling can adapt el kambiado pued adaptarse


can sumtimez radikalee b pued a beces radikalmente star
on her his gud side evreethings en su lado bueno kada kosa
going swirnminglee sumtimez va deslisadamente a beces
get shit whn he she runs out de porkeria kuando se kansa
uv prsonas masks goez 2 d personas máskaras va asia
th closet n thers nothing el armario i no ai nada

hanging ther can b myself he aí colgado puedo estar 10


she thinks thn thats th feer piensa entons aí stal miedo
that th punishment will cum d kel kastigo bendrá
fr sure if he she cant leev her d sierto si no puede abandonar-
him self fast enuff breeth b le tan belós kual suspiro
call her him n start packing decir ke empiese a empakar

hirn her self is alredee enuff konsigo lla es suficien t


is alredee fine is alredee a11 ther lla stá bien lla todo kompleto
can go now can b now she he is ke lla se baIla sí aora se be
sew flexibul now who 2 trust or fleksible ahora para konfiar o
2 find discovr alIarse deskubierto

a mountin sliding in2 th sand una montaña deslisada asia larena


sumwun who wud stay yu cud alguien ke permaneska poder
with hold n they cud find yu they abrasar i te enkuentren no puedan
wudint leev n yu wud bcum a11 d jarte i t kombiertas en todo
ther with them not that aí kon ellos no eso
thers anee all ther ai kualkier todo eso

th changling writes lettrs 2 her him el kambiado le eskribe kartas


selvs in th ambr waves n touchinglee en las olas ámbar i gentilmen t
with lave keeps th nite kon amor manti n la noche

* BilI Bissett, nacIó en Halifax, Canada en 1939. es un autor reconocido por sus aportaciones en el campo de la exploraCión rnorfosintacrica, su
pnnclpal fa go de tilo e!:i la ex nmentaclon y subversión del orden gramancal. Sus libros más recientes son: B Ice l' ahu/ char ak In Burnaby, Re.
TaJonbooks,2000 S"" n /h fhon BUI naby B C Talonvooks, 1999
Ber\lamin Valdivia nacio en Aguascahemes. MéXICO, en 1960 Es M,embro correspondIente de la AcademIa Mexicana de la Lengua y de la Academia
Norteamericana de la Lengua Española Cuenta con estudIos de doctorado en Filosofía (UNAM), en EducaCIón (VG) y en Humanidades y Artes
(UAZ) Es prole,or en la UniverSIdad de GuanaJuato ... la fecha funge como dIrector académIco del Centro de Estudios CervalltlllOs, A. C., Y es
presidente de la Red CervantlOa Mundial Su libro mas reciente es Hablar<lIlmguas (Azafrán y Cinabno, 2006).
** La njevr Í1tItUI&fI1IIdI. Poetas CGIIIIdimses C07llmlporáneos. Selección, traducción y prólogo de Benjamin Valdivia, Universidad de Guanajuato, Gua-
najuato, México 2002, p. 68-71.

45
BIBliOTECA O¡ MlXICO
MICHAEL PALMER*

(Estados Unidos, 1943)


TRADUCCiÓN DEL INGLÉS POR ROMÁN LUJÁN**

NIGHT GARDENING JARDINERíA NOCTURNA

A reader writes to complain U n lector escribe para quejarse


that there are no cellphones in my poems, de que no hay celulares en mis poemas,
so here is one, así que aquí está uno,

its body chrome, su cuerpo cromado,


its face a metallic blue. su rostro azul metálico.
It's neither transmitting nor receiving. No está llamando ni recibiendo.

A woman from Duluth requests Una mujer de Duluth solicita


that 1 cease sending secret messages que deje de enviarle mensajes
to her in my poems. secretos en mis poemas.

This 1 will do forthwith . Lo haré sin mayor trámite.

And the blackbird at evening. y el mirlo en el atardecer.

She says, You have misrepresented the river Me dice, Has tergiversado el río
there where it turns ahí donde gira

by the holm oak and the bed cerca de la encina y el lecho


of winter hyacinths. de invernales jacintos.

This 1 will correcto Corregiré esto.

A recent letter unsigned: Una carta reciente sin firma :


You've mangled the citations from H6lderlin, Has destrozado las citas de H6lderlin

and none will mistake your skies y nadie confundirá tus cielos
for those of Dominikos Theotokopoulos. con los de Dominikos Theotokopolous.

Opines a good citizen, concerned parent, Opina un buen ciudadano, padre consternado,
Your nefarious syntax Tu nefasta sintaxis
has infected my fust-born- ha infectado a mi primogénito-

have you a heart of stone? ¿es que tienes de piedra el corazón?

And the poem, from its homeless home, y el poema, desde su hogar desamparado,
writes of blindsight and silence, escribe de ceguera y silencio,

the blackbird at evening, del mirlo en la tarde,


nothing you can see. nada que puedas ver.
* Michael Palmer, nació en New York, en 1943, es autor de Campany af Moths (New Directions, 2005); Codes Appearing: PoenlS 1979·1988 (2001); 71" Pramises
01 Class (2000). Actualmente reside en San Francisco y ha recibido recientemente el Wallace Stevens Award de la Acaderny of American Poets.
** Román Luján (Monclova, Coahuila, 1975), es autor de los poernarios blStnJcciones para hacerse t'l valiente (Premio Nacional de Poesía Abigael
Bohórquez , 1997) , Aspa de Viento (2003) en colaboración con el pintor Jordi Baldó y Deshuesadero (Premio Nacional de Poesía Francisco Cervantes
Vidal, 2005). Actualmente estudia un posgrado de Literatura en la University of California, Los Ángeles.

46
BIBLIOTECA DE M[XICO
RAFAEL T ORIZ

(México, 1983)

DANZAR LA PROSA
La prosa se precipita hacia su propia destrucción
Michel Tournier

Hablar de la presencia es hablar de la voz: puro espectro que puebla con su


ausencia. Ensayar, transcurrir discurriendo, es el arte del diálogo, la calidez de la
plática. El ensayo verdadero -lo supo Platón- es una escritura a medio camino
entre el teatro y la ftlosofia: un lugar para fantasmas.
Es la conversación la forma líquida del ensayo.
El ensayo es también el fuego, luz devoradora que expande y multiplica, con
palabras como ideas, las cenizas del lenguaje.
y por eso es un arte mayor, porque al igual que la prosa profunda sabe que no
durará: el ensayo -en esencia- sólo existe y permanece en su actualización, el
instante del latido y el parpadeo.
Todo ensayo, para serlo, es la sólida expresión de un pensamiento finito,
sincopada luciérnaga en el campo de la noche.
Todo ensayo decoroso no aspira sino a su propia destrucción: una consciencia
que colapsa en su reflejo.
Es preciso remarcarlo: la prosa tiene un origen humilde, mundano, prosaico;
es pura experimentación, tanteo, levedad y sugerencia; nace en la soledad del
hombre que se interroga en monólogo silente.
La poesía, por el contrario, cuenta con padrinos celestes, dioses y diablos
guardianes que custodian su legado y aseguran la permanencia: Mnemosyne
aguarda entre la rima y el verso, en la música de la palabra que marca su huella y
sedimento.
El ensayo asume su condición pasajera: ruta de tránsito entre el pensamiento y lo
pensado (escribir ensayo es tender puentes entre el pantano y la ribera).
Se escribe ensayo desde el margen, en las orillas que se presienten pero se
desconocen.
Se escribe ensayo porque la vida es cuestión de gusto y vulgar la circunstancia.
Pero sobre todo, se escribe ensayo para incendiar la angustia y porque es lo único
que (me) queda cuando ya te has ido.

47
ilillOmA Ol M[XICO
JOSÉ MANUEL RECILLAS

(México, 1964)

PIRíTOO ENTRE LAS SOMBRAS*


A mi hermano Eduardo
"Estas sombras que ves no sombras son,
apenas un hundirse de hojas
en el húmedo telar de la noche;
un lento atardecer mejor seria entre las manos
o la cabeza reposar en sueños
y así mejor mirar lo que se va,
lo que de uno en otros queda ...
olvido ...
o fragmentos ...
un desvanecimiento.

A ti que vi por última ocasión


dejar en el vacío mi extendida mano
a fm de remontar el horizonte
que sólo los Supremos cruzar pueden
recuerdo en esta noche desbordada
y apenas sé a quién recuerdo ...

No el Hades que conoce quien historias lee me condena a cada instante,


otro me rodea que ya antes aquí estaba.
Aquí Cerbero no hace falta ni óbolo que alguno ofrezca o traiga.
No será por Cronos que el pasado o lo vivido borrados queden
si todo en un vacío empíreo es un desvanecerse
que a veces entre comensales se comparte inesperadamente
y en intervalos las historias entremezcladas quedan.

Si vinieras de día sin saber a qué has venido,


lo mismo sucederia al fmal de la jornada,
cuando dejases el escabroso sendero
y te dirigieras tras la pocilga hacia la opaca fachada
y a la lápida sepulcral, y aquello por lo cual creías venir
es solamente una concha, una cáscara de significado
que el propósito rompe sólo cuando ha sido cumplido ...

-otros lugares hay que son también el fin del mundo."

1.agosto.2007

* Pirítoo es un personaje oscuramente relacionado co n la leyenda de los ArgonaUlas, enrre otros episodios; en la
niada (1 , 262) se le presenta como hijo de Zeus; Hesíodo (fragmento 280) menciona su relación con Teseo, co n qu ien
participa en el rapto de Helena (OdiseQ, Xl, 631), Yposteriorm ente éste le acompañará al Hades en su intento por raptar
a Persefone, motivo por el cual permanecerá en aquel lugar, mientras Teseo partirá si n poder rescatar a su amigo.
vv. 22·28: Tomados de T. S. Eliot, " Linie Gidding" , " 28·33 Y 37·38, ligera mente retocados a partir de la espléndida
vers ión de Vicente Gaos de 1951 .

48
ilillOmAO[ M~I(O
JULIO EUTIQUIO SARABIA

(México, 1957)
TRASUNTO

Melanie Birds emerge desde la oscuridad anterior a toda sombra.


Luz negra, la adivino, que se desplaza entre mendicantes ayunos de mascotas;
sus dedos, en el arpa suprema de la obediencia a las pulsiones,
conciben melodías en las que disputan los ángeles sus arias y sus coros;
menos visible la espuma de su pecho y más turbulentas las aguas
que concitan la furia del relámpago y el atropellado descenso de los ríos.
Amniótico aún su balbuceo, del lecho se desprende con el vientre encendido de las
parturientas
que anuncian basiliscos, desasosegados murciélagos en las ahnenas, potras que Uevan
la muerte en la montura...
-Si sólo cantara.

Empavorece la muchedumbre ante su faz lavada por la niebla


-el sitio de la Hilandera que prende calamitosos alfileres en el sayo
mientras desgrana su boca confusos parabienes,
emite graznidos de cuerva sometida a la abstinencia
y, uno tras otro, los túmulos va cubriendo con ceniza.
(No digo yo quién habla ni habla quien yo digo.
Está en el vahído y en el útero, en el nirvana y en la Biblia,
en el puñal de Ótelo y en el paisaje desolado del cianuro.)
Interminable polvo se levanta de la tierra
y toma más árido sobre el legado de los muertos:
cardos ni lilas brotan; zanates revolotean como pavesas
de recurrentes hecatombes que, a intervalos,
vuelven con una luz que provoca escalofrío.

Estalla, de pronto, en tartajeos de estrella aprisionada por el talle,


loca la luz que surge de su idioma, delirante el aya que se entrega a dudosas
abluciones
y olvida el mantra entre oráculos y rondas.
La fulmina el vacilante tentar de la ceguera
(¿ven aquellas larvas el arrojo voraz de sus verdugos?,
¿miran las ciervas cuan suculentas han vuéltose sus ancas?)
como si un aleteo acompañara su estancia en Roma o en la bahía,
por donde cruza después de interrogar al envejecido Caronte que suministra bártulos
de caza
y frascos de polvos mil veces maravillosos,
gramos de luz como lluvia de estrellas en los plexos.

"Nadie", podria decir para perderse en el páramo o en la jungla.


"Amanuense", también podria argüir para inclinarse en el venero de las
purificaciones.
Pero no: estatua temblorosa, soplo de frágil continente,
Melanie Birds emprende la marcha tras el tañido que doblega sierpes, piedras, ríos,
exuberantes vegetales;


ÍIJUOTECíOf MÉXICO
vuelve los ojos de musgo iluminado por la lluvia;
cavila, delata nubarrones en sus labios; muda los hábitos de las (
carraspea sincopadas melodías en medio del delirio...

Melanie Birds levanta olas a su paso


y vierte ceniza en la ingente orfandad de los espejos:
abraza clavículas que llama corazón, evoca solteros de reojo.
(Novia de pretéritos azahares se recuerda.
A su lado la dicha caminaba.
Lo supo -rememora- porque ninguna sombra
turbó su andar al borde de las caUes
ni querubín alguno la abandonó
cuando las palomas la rodearon en San Marcos.)

Melanie Birds calcula la proporción de su deseo al expeler el humo


de un Gauloise.

La barca prosigue entre presagios, muy lejos aún de la ribera.


Pañuelos como espuma flotan en el agua. Moscas difuntas
desde el cielo descienden con tornasolados guardianes
que contemplan, pasmados, el prodigio. (¿Melanie? ¿Las aves
multiplicadas una vez?)
Caía el sol a plomo sobre las olas mortecinas
y la furia cainita del homo sapiens aplacaba sus tizones.

Yesca resguarda Melanie Birds de sus estancias pasajeras.


(Soporífera leche bebía para eludir la culpa
que agudizábase al paso de los trenes.
Trajes roídos surgían ante sus ojos de espabilada hembra
que peina sus cabellos con dejos de indolencia.)
Horror vacuno advierte en cada fisgón tras las ventanas,
ahora revestidas de oropel y melosos corazones.
Un instante detiene su andar
y luego, placer antiguo de alquimistas, a un chasquido le siguen yerbajos
y pedruscos.

Melanie Birds consiente pesadillas al ene embotamiento


e ignora que obsequia especies muertas tras el descenso de su Arca;
sobreviven ofidios, quirópteros, pedestres piezas engalanadas por el mar.
Oscuras túnicas en las mañanas de cobalto
velan su cuerpo enternecido por ósculos y magullones;
vesánica leche alienta dislates y dislaha: ictus, carcax, cambujo, ulié...
Colecciona amuletos píira quebrantar la rutina de los padres y para encender
hogueras
y engranajes que ocultan el deshielo de la depresión en el dulce de amaranto.
Abre sus manos y exime al mundo de baratijas y de dioses.

-Si sólo cantara.

-Si sólo emitiera la luz de las luciérnagas que pueblan la bóveda celeste.

(Desconfía de las palabras que no brotan del trastabillón de la lengua.)


so
-----------~--_ . .,..

EDUARDO LANGAGNE

(México, 1952)
PERCUSIONES
(CANTO GRAVE PARA TAMBOR SOLO)

Madre
madre muerta
mi tambor sobre tu tumba madre muerta
suena el cuero del tambor sobre tu tumba
y mis manos sobre el cuero de~ tambor sobre tu
tumba
las uñas de mis manos
golpeando sobre el cuero del tambor sobre tu tumba
madre muerta
La sangre de las uñas de mis manos
sobre el cuero del tambor sobre tu tumba
La sangre de tu cuello está en las uñas de mis manos
que golpean sobre el cuero del tambor
sobre tu tumba madre muerta.

SI
ilillomA o¡ MfXICO
JOSÉ KOZER

(Cuba, 1940)
SATORI
Prestancia de Fujiwara no Teika cuando se sienta para siempre entre las
costureras de la era Meiji (están todos en la
decimonovena reencarnación): los
batilongos y las camisas sin mangas
serán puestos a la venta para vestir
al público, jubón y saya bordados
con hilo de oro (añil) (escarlata)
(la paulonia y el pájaro innombrable)
(nada de telas sintéticas) para la Casa
Imperial.

Ésa que perderá en lo adelante todas las guerras, no Teika con la espada
larga, con el pincel caligráfico, mantras y
repeticiones a un buda refractario
a su pueblo, no lo podrá impedir:
el exquisito perfeccionista Fujiwara
no Teika se impone como ejercicio
espiritual la fabricación del Toyota
(en serie) ideal, la seda artificial
(al baratillo) que nada tiene que
envidiar al telar del gusano (ahorro
en el consumo de morera). Retirada
de los bonzos, las artes marciales
un juego para impúberes y miembros
de la tercera edad: encontró Japón
su camino (nada que añadir).

Una suerte que no Teika en unos meses alcance Nirvana. El hueso de la


alegria está más alegre que nunca, los ojos
ya entienden a la perfección el modo
de aislar para descartar las imágenes,
el oído sólo oye la plegaria al Buda
Maitreya (se la sabe de memoria) gran
gloria ver venir el Paraíso disuelto,
momentos antes (basta ya de fulgores)
el aposento, la casa, la llave, retirarse
de espaldas.

52
818110mA OE MÉXICO
WALDO LEYVA

(Cuba, 1944)
DEFINITIVAMENTE JUEVES
Quiero que el veintiuno de agosto
del año dos mil diez,
a las seis de la tarde como es hoy,
pases desnuda atravesando el cuarto
y preguntes por mí.
Si estoy, pregunta, y si no existo,
o si me he extraviado en algún lugar de la casa,
de la ciudad, del mundo,
pregunta igual, alguien responderá.
El primero de enero del año dos mil uno será lunes
pero el veintiuno de agosto de la fecha indicada
tiene que ser definitivamente jueves
y el calor, como hoy, agotará las ganas de vivir.
Las calles serán las mísmas para entonces,
los flamboyanes de efe y trece seguirán floreciendo,
muchos amígos no estarán
y el tiempo habrá pasado por la historia de la casa,
de la ciudad, de mí país, del mundo.
Quiero que el veintiuno de agosto, al despertar,
prepares la piel
el corazón
las ganas de vivir.

5]

BIBlIOmA Of M[XlCO
JOSÉ MÁRMOL

(República Dominicana, 1960)

MIS MANOS

Mis manos son dos arcas hinchadas de rocío,


desiertos que se abren tempestuosos a la espera
de una piel recién mojada en bajío y en deseo.

Mis manos aparecen cuanto las ansias piden.


Sus dedos como pinos o sauces llorones,
sus palmas como deltas abiertos a tus lunas.

Mis manos son la sombra disecada de tus manos.


Escriben cuanto dices. Dibujan lo que sueñas.
y del suspiro a tientas mis dedos sueñan formas:
el trote de la yegua , el acezante brio de la sed
entre sus partes.

S4
818l10TECA OE M[XICO
ROBERTO SOSA

(Honduras, 1930)

JUEGO DE NIÑOS

Duérmete hija mia


y cruza los puentes
que el agua construye.

Camina
hacia donde los soles astillan sus cruces.
y despierta
allí donde juegan iguales los niños.

ELEGíA SIMPLE

He caminado mucho.
Poco a poco -parece- se emosca la deshora.

Toco la cruz sin brazo.


Sí,
usted está ahí bajo los hormigueros.
Quiero estrechar el polvo de su mano, levantarlo, besarlo
y confesarle algo amarrado como un nudo ciego.

Todo
se viene abajo y yo digo su nombre lo más dulce que puedo.

He caminado mucho, padre mio,


mucho.

55
&1&lIOmA Dl MixlCO
ERNESTO CARDENAL

(N icaragua, 1925)

APUNTES

Amanece
El lago gris con obtas
Tres islas
-enfrente-
borrosas por la lluvia:
gris la de atrás
verde-gris la de en medio
verde-tierno la más cerca
Una gran garza blanca vuela lenta
Varios pájaros negros pasan rápido

11
Las nubes color rosa blanco amarillo
(sólo un poco más borrosas
que las de arriba)
en el cristal del lago

111
La calmura de este lago
plata y azul
más plateado que azul
Los volcanes lejanos azul tierno
Arriba como cordilleras nevadas
o crema de afeitar:
su reflejo en el lago
10 que 10 hace plateado

56
818l10HCA o¡ MÉXICO
JUAN GELMAN

(Argentina, 1930)

ALBAS

In memoriam Rapi Diego


El alba
que va del mar a la colina
con la huella del color que pasó y
la memoria del color que tendrá
la quietud de la sangre,
cruza árboles delante del invierno,
trae la dicha y la desdicha
del nacido de un cuerpo.
Pero qué sol el sol que cae
y saca palabras de la tierra:
cosecha el vuelo indestructible
de los granos del sueño.
El aire del amor en la
mano que dibuja la muerte.

57
BIBLIOTECA o¡ MÉXICO
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

,
LAS ANTOLOGIAS
POÉTICAS
MEXICANAS
Y SUS PROPUESTAS
concepto un poco más claro de la justicia y de
Para realizar una antología se debe tener cono- la modestia, las antologías deberian presentarse
cimiento y disponer de información al respecto, como propuestas mínimas de lectura para quie-
como una ley de sentido común. Justo es advertir nes a partir de uno o unos pocos textos, especial-
también que con esto no es suficiente. Son impor- mente atractivos o interesantes, puedan buscar
tantes inteligencia y sensibilidad. Y tampoco son las páginas de! autor que les llamó la atención o
suficientes. Porque habría que añadir una serie los sedujo en algún momento.
de factores, subjetivos unos y objetivos otros, res- Habrá que observar que no siempre los textos
pecto de las obras y los autores incluidos u omi- antológicos llevan a los lectores a otros de un
tidos: el desprejuicio ante los prestigios y ante la mismo autor; a veces, por ejemplo, por lo que
falta de ellos; la plena valoración literaria de los respecta a la poesía, hay autores con algunas
escritos y la despreocupación por los presuntos piezas que se consideran antológicas per se y que
valores políticos e ideológicos. Es necesario tam- son las mismas de siempre porque dicho autor
bién no dejarse impresionar por e! peso de las no dejó otras de la misma calidad. Incluirlas en
simpatías y las antipatías, y quién sabe cuántas una antología cumple con el propósito de ofre-
cosas más que hay que tomar en cuenta y que, cerlas al lector para que al menos sepa dónde
en general, no es posible abarcar y que casi fa- encontrarlas cuando las quiera releer.
talmente se confabulan en ausencia para que las Zaid sugirió un remedio luego de adelantar el
más de las veces se produzca una antología más, diagnóstico acerca de una enfermedad que, más
otra entre tantas o, lo que es peor, que argumen- de treinta años después, sigue cobrando víctimas:
tando el gusto personal se incluya a hermanos, "Hay que desmitificar las antologías, convertir
parientes, amigos y favoritos, sin preocuparse en ese deseo y terror del Juicio Final, en buen juicio
absoluto por el juicio de los lectores. dialogante, para no acabar sumidos a esa injus-
Tal ha sido e! drama de los antólogos: no ticia inherente, benévola o terrible de la Posteri-
escapar a estas imposiciones o aquellas limita- dad Absoluta. Pero no depende de uno solo. La
ciones, dando como resultado antologías que sumisión está en e! ambiente. Nuestros pequeños
serán rebatidas, desdeñadas, atacadas, insulta- dedócratas literarios surgen de las expectativas
das, aborrecidas e incluso elogiadas por quienes colectivas. En cuanto se deja de creer en que hay
de haberlas emprendido las hubieran realizado, auténticos lectores (y hay tan pocos), ¿en qué se
probablemente, muy similares a las que desde- va a creer sino en el Dedo Señalador? Desde esta
ñan o muy diferentes a las que elogian. perspectiva, hacer crítica pertenece a la peor espe-
El drama de las antologías es que, como una cie de acto surrealista: sacar el Dedo y tirar contra
vez lo señaló Gabriel Zaid, quieren asumirse la multitud. Lo pide el inconsciente colectivo, si
como el juicio final, que es el cese de todo juicio no la porra. (¡A comprometerse, valientes! ¡Jui-
y por lo mismo de todo posible diálogo. Con un cios! ¡Nombres!). Acaban por creerlo los críticos."

58
ilillOmAOlM[XlCO
Para un antologo, tratar con el pasado no Rafael López, que figuran en la antología, como
significa tanto problema como la valoración del Manuel Gutiérrez Nájera y José de I Núñez y
presente. Lo sabe todo el mundo, estamos con- Domínguez que no figuran en ella, me parecen
denados a no saber tomar distancia de nuestros detestables poetas", y acto seguido, con magis-
contemporáneos, a quienes por tener demasiado tral retórica, procedió a argumentar su com-
cerca los encuadramos desde el prejuicio de las promiso con el interés y no tanto con el gusto.
simpatías o las antipatías, la fiíerza del prestigio Así, al insistir en su apreciación sobre Gutiérrez
o la aún más aplastante fuerza del desprestigio, Nájera y Ñervo, remató con otra frase de des-
la admiración o la animadversión, y toda una precio: "Aquél no vive para mi, no atrae mi in-
serie de condicionantes. terés, y éste apenas cuando me esfuerzo y me
En uno de los ensayos de su libro Verdad y violento. Y como siempre me parece un poeta
mentiras en la literatura, el novelista y ensayista inevitablemente mediocre, no debo de atribuir
húngaro Stephen Vizinczey explica esta fatalidad mi elección a la manifestación de mi gusto, sino,
del siguiente modo: "Podemos ver a los perso- como también muy acertadamente se sospecha,
najes desde una perspectiva clara si nuestro ego a la conservación de mi interés."
no está implicado en sus creencias y acciones, A diferencia de Cuesta, otros argumentan lo
er
en sus hábitos y modo de vida; en otras palabras, contrario, y señalan que como se trata de sus an-
sii están alejados de nosotros en el tiempo y en tologías ellos están en todo el derecho de que
el espacio. Puede haber grandes escritores con- antes que a ninguno sea a ellos a quienes les
temporáneos, pero muy pocos grandes lectores guste leerla. Por lo tanto, no incluyen nada que
contemporáneos; estamos demasiado inmersos no sea el fruto de su gusto individual y sobera-
en conflictos actuales, demasiado hipnotizados no, y el que quiera otra antología que vaya y la
por las falsedades dominantes del presente, de- haga y que si puede también la publique, pero
masiado acostumbrados a lo que por casualidad que ésta es la suya y nada más, que quede bien
está 'bien' o 'mal' en un momento dado, para claro. Caso extraño de conclusión si considera-
poder alcanzar la perspicaz imparcialidad de la mos que no se están refiriendo a su original o
an literatura". a su copia mecanográfica sino a la edición de
A veces, como excepción, negando la pre- al menos un millar de ejemplares más sobrantes
• en
eminencia del gusto que muchos aducen como para reposición.
razón y fundamento de toda antología, acepta- He aquí algunos de los tropiezos y los dile-
mos incluir aquello que nos disgusta, pero que mas de esta tarea. Y he aquí algunas de las solu-
parece necesario para un determinado tipo de ciones que han encontrado los antólogos. Otra
lector que incluso podría no interesarnos salvo reflexión sería plantear, a manera de cuestiona-
por el juicio adverso que verterá sobre nosotros. miento, qué es lo antológico y qué lo antologable,
Tal fue el caso de Jorge Cuesta, en 1928, cuan- porque el problema parece radicar en estos dos
do incluyó a Amado Ñervo en su Antología de la puntos donde muy pocos se ponen de acuerdo.
poesía mexicana moderna, a quien calificó de un
modo devastador: II
"Fue Ñervo una víctima de la sinceridad; no Hemos visto, y la historia se repite cada día, que
sin ironía puede pensarse que éste fue su heroís- entre todas las posibilidades del antologo para
mo. Nadie mejor que él puede servir de pretexto reahzar su tarea hay dos posturas muy frecuen-
para meditar sobre esa antítesis que se ha hecho tes: la primera, cada vez más desprestigiada, es
de la vida y el arte. Para quienes predican su darle un poco de razón al gusto popular; la se-
deshumanización 'y que rompa las amarras que gunda, cada vez más empleada, es negarle toda
a la vida lo sujetan', el ejemplo de este poeta verdad a ese gusto colectivo y concederle la total
es un argumento valioso: el hombre, allí, acabó autoridad al gusto único y personal, por arbitr^
rio, limitado o prejuiciado que sea.
P destruir al artista".
por
Cuando lo desaprobaron por haber dicho En los últimos años, y sobre todo a partir de
eesto, Jorge Cuesta dijo aun más. En una carta la segunda mitad de este siglo, la autoridad del
de respuesta a su cuestionador Manuel Horta gusto personal (que a veces se pretende justi|
enfatizó: "Encuentro que tanto Amado Ñervo y ficar como objetividad científica) es la actitua

IISLIOTia DE MÉXICO
más común de los antólogos. Se autores de los que ya nadie se
desdeñan así las preferencias po- acuerda, con textos que ya na-
pulares con el argumento de que die lee y que probablemente sólo
no todo lo que le gusta a mucha leyó con entusiasmo, en su mo-
gente debe ser necesariamente mento, el antologador que por
bueno y que, en muchos casos, ellos "apostó" .
no sólo no es bueno sino inclusi- ¿Quién cree hoy realmente
ve pésimo. que Las cíen mejores poesías líricas
Entre estas posturas encon- de la lengua castellana, que canoni-
tradas de los antólogos, podria zó , en su tiempo, don Marcelino
darse un término medio de equi- Menéndez y Pelayo (1856-1912),
librar la apreciación estética lo son en efecto las cien mejores? De
más objetivamente posible y la esas cien piezas elegídas por "el
preferencia histórica o de época mejor critico e historiador de la
que determina muchas veces que literatura que produjo España en
un texto permanezca vivo pese al el siglo XIX" (según el Diccionario
tiempo transcurrido. Este tipo de eclecticismo Oxford de la literatura española), ¿cuántas han so-
puede ser visto como un signo de pusilanimidad brevivido siquiera? ¿De veras se podía creer que
del antólogo, sobre todo por aquellos que consi- Federico Balart, Manuel del Palacio, Pablo Pife-
deran lo antologable como un deber egoísta de rrer, Vicente W. Querol, Ventura Ruiz Aguilera,
la soberanía personal. Eulogio Florentino Sanz, José Selgas y Gabriel
La libertad del antólogo por excelencia, que García Tassara, por sólo mencionar a algunos
está pensando en los textos que le gustan y en ahí incluidos, habria escrito, cada quien, al me-
los que cree por encima de todo, supone, en ese nos una de las cien mejores poesías líricas de la
arranque de severo optimismo que habrá al me- lengua castellana? Si don Marcelino Menéndez
nos, en una población de millones, tres millares y Pelayo lo creyó realmente al llevar a cabo su
o acaso cinco, de lectores parecidos a él, que crestomatía, el tiempo terminó por derrotarlo,
estarán encantados de encontrar una antología precisamente por culpa de sus contemporáneos,
como a cada uno de ellos les hubiera gustado porque, por el contrario, y como era de esperar-
hacerla, o leerla. se, no fue víctima de la equivocación (¡cómo
Caso contrario el del antólogo ecléctico, pues podía serlo!) con autores como Gutierre de Ce-
piensa, con cierto pesimismo y no sin algo de tina, San Juan de la Cruz, Andrés Femández
razón, que no pueden ser tantos los lectores con de Andrada, Luis de Góngora, Jorge Manrique,
similar arbitrio y que, por tanto, habrá que con- Francisco de Quevedo, Garcilaso de la Vega y
ciliar entre lo "objetivo" y lo "popular" para que Lope de Vega.
una antología responda verdaderamente a lo Ciertamente, le tuvo temor a la historia y, para
que buscan diversos lectores que, sin embargo, protegerse - y para no comprometerse también-
esperan encontrar en una antología las páginas excluyó de modo deliberado a los autores vivos,
(no siempre las mismas para todos) que quisie- y hasta se disculpó un tanto por la parte del gus-
ran releer. to individual que había puesto en su tarea. Para
A veces, en el colmo de nuestro optimismo compensar ese sentimiento de culpa, explicó que
individualista, justificamos nuestras inclusiones había procurado "no omitir ninguna de las poe-
y les llamamos, pomposamente, apuestas. Se tra- sías ya consagradas por la universal admiración,
ta de textos que no son ni apreciados por la mul- ni dar entrada a ninguna que no tenga a nuestros
titud ni prestigíados por la élite, pero que nos ojos mérito positivo, aunque no siempre llegue a
encantan a nosotros que somos los antologado- la absoluta perfección formal" .
res. Hay que preguntarnos cuántas antologías, Que en su oficio de antólogo don Marcelino
a lo largo del tiempo, han conseguido hacer temió el juicio de la historia, lo prueba el he-
fructificar sus "apuestas". A veces se convierte cho de que, por si las dudas, se curó en salud:
en l1n experimento descorazonador revisar di- "Nuestra tarea era relativamente fácil tratándo-
versas antologías donde aparecen nombres de se del siglo XVIII, el más prosaico de nuestra his-

60
818l10TECA OE MÉXICO
tona literaria; pero se tornaba di- asamblea como el "Nocmrno a Rosario",
ficilísima respecto de la opulenta de poetas jóoenes fuese hoy impopular es bastante
y^^-^ de méxíco
producción poética del siglo XIX, probable que ya no figurase en
que sin ser superior a la antigua, e antología alguna si ésta dependie-
como lo ha sido en Francia y en ra de las nuevas generaciones de
otras partes, ha continuado con antólogos que, con frecuencia, no
nuevo espíritu la tradición de las sólo no reparan en el valor lírico
formas líricas, las ha remozado a de Acuña sino que incluso lo des-
veces merced al impulso genial de deñan, del mismo modo que des-
los poetas y al contacto con extra- deñan a Ñervo, por popular, a Díaz
ñas literaturas y ofrece buen nú- y . Mirón, por popular, a Jaime Sabi-
mero de obras ya sancionadas por nes, por popular, etcétera, y encum-
el común aplauso. E n esta parte bran a algunos impopulares (por
más que en ninguna solicitamos y desconocidos y no leídos) que ellos
pReser>tación de creen que son magníficos, ampa-
esperamos indulgencia."
gabRiel zaió rados en el principio fundamental
Y es aquí donde surgen las pre-
guntas obligadas: los contemporáneos de don de que no son populares y que, por ello mismo,
Marcelino, ¿en verdad fueron y eran impor- deben ser seguramente mejores. (Por lo general,
tantes?, ¿objetivamente eran buenos?, ¿o sólo el hecho de que sean mejores radica en el único
eran quizá los que impusieron, en ese tiempo, e incontrovertible argumento de que son, ni más
su prestigio doméstico? A u n suprimiendo las ni menos, sus amigos.)
suspicacias, a no pocos lectores les quedará ¿Qué es lo antológico y qué lo antologable?
la certeza extemporánea de que, bien mirado, En el universo de las antologías y de los antólo-
don Marcelino, que no era poeta, tenía más gos aún no hay acuerdo en estos dos conceptos
bien pésimos gustos, como muy charros nos y es muy probable que nimca lo haya. Porque
parecen hoy los gustos de la mayor parte de los cada antología pretende erigirse como una pie-
antólogos que plantearon su crestomatía como dra de verdad y como una roca de salvación en
si nunca se hubiese hecho una en el mundo y medio de las aguas agitadas de la confusión y
ellos estuvieran fundando la Villa Rica de la la torpeza, y porque cada antología cree salvar
Antología. para el mundo aquellas páginas que, supuesta-
Lo que la gente suele olvidar, con mucha fa- mente, no deberían extraviarse o perderse entre
cilidad, es que entre todas las cosas no hay peor la inadvertencia de quienes no han sabido mirar
gusto que el gusto mismo: un gusto que se mo- ni mucho menos leer.
difica, a veces de la noche a la mañana, o que Por todo eUo, la respuesta a qué es lo antológi-
cambia radicalmente de un año a otro o de una co y qué lo antologable tal vez debería considerar,
época a otra, influyendo en ello las experiencias, antes que a nadie, a los lectores; pues si no es
las lecturas, los prejuicios, las simpatías y las an- para ellos que se hacen las antologías, ¿entonces
tipatías o cualquier otra disposición o indisposi- para quién?
ción de ánimo que hace que los antologadores
de entonces, ya no sean los mismos mañana.
El gusto popular, ciertamente, también se Imponerse el deber de ser moderno, dijo Borges,
modifica y cambia de manera drástica, pero no es una obligación del todo superflua: "Ser mo-
hay duda que tiene u n mayor margen de per- derno es ser contemporáneo, ser actual; todos
manencia. En este punto es justo concederle la fatalmente lo somos". Del mismo modo, por
razón a Jorge Ibargüengoitia cuando dijo: "Nin- fatalidad, nadie escapa a ser nacional. Al igual
gún hbro ha llegado a ser famoso por aburrido. que Borges fue argentino sin él proponérselo, de
Todos los libros 'consagrados' tuvieron un mo- esta misma manera los poetas mexicanos fueron
mento o muchos en que resultaron fascinantes y son nacionales con o sin su propósito.
para muchas personas". Una forma posible de la antología, que no
Si el famoso "Nocturno", de Manuel Acuña, deja de ser discutible, es proponer, desde el pró-
conocido popularmente (por su dedicatoria) logo mismo, y con el carácter temático de los

61
!l!UOTECADEMÍl(ia
textos incluidos, una historia social de la poesía, cada generación, con feliz inadvertencia, se afa-
en lugar de ofrecer al lector una imagen litera- na (y se ufana) en cavar la tumba de sus padres
ria, eminentemente lírica, marginalmente políti- como si estuviera fundando la historia y, gracias
ca, donde lo que prevalezca sea la poesía misma a ella, fuera a vivir por siempre.
y no su contexto. Al revisar atentamente la historia escrita de
En la antología que privilegia la historia so- la poesía mexicana, con frecuencia nos topamos
cial, los autores y los textos se explican desde con una especie de desdén, implícito o explíci-
una perspectiva de política y de historia (como to, por la obra producida en el siglo XIX. Da la
si el hecho poético estuviera supeditado al hecho impresión de que algunos están convencidos de
social) en vez de presentarse, antes que nada, que la "mejor" poesía mexicana nace en el '-si-
como un ejercicio gozoso de lectura. En la poesía glo XX merced a la Revolución y al Progreso. El
mexicana, este criterio ha sido muy concurrido abuso en el concepto de "modernidad", por lo
y estimado lo mismo para el siglo XIX -donde el demás ambiguo, acaba por definir la imposición
elemento social y político está nacionalista de un país que ce-
más estrechamente vinculado lebra haber salido del atraso y
a la creación literaria- que para que luego institucionaliza su
el siglo xx, pese a la intención Revolución con el discurso del
muy concreta de algunos poe- "progreso" y pretende incluir
tas principales de huir del tema en ella a la poesía misma, aun-
social declarado y enfático. que López Velarde siguiera
Esto en lo que respecta a lo contemplando con arrobo el
nacional, pero por lo demás, pasado y lamentándose por el
del mismo modo que los poetas "edén subvertido". Ni la poe-
mexicanos del siglo XIX fueron, sía del siglo XX es mejor que
fatalmente, mexicanos, de ese la del XIX, ni aquélla ha sido
mismo modo ineludible fueron juzgada aún por el siglo XXI
también modernos. Entre el ser que, previsiblemente, también,
contemporáneo de los poetas del en un discurso lineal y "ascen-
siglo XX y el ser contemporáneo dente" de progreso, se apro-
de los poetas del XIX no existe mucha diferencia. piará de la "modernidad" y de la "actualidad"
Los hombres de la Edad Media, se ha dicho, ja- y verá, si acaso con indulgencia, el pasado y sus
más supieron que vivían una Edad Media. Igual vanguardias que tan decisivas nos parecieron a
los mexicanos del XIX: ignoraron que vivían una nosotros y que, con un abuso de la interpreta-
etapa de transición hacia "la modernidad nacio- ción histórica, sólo serán entonces antiguallas.
nal", y no hubiesen creído ser menos "actuales" En realidad, los poetas del siglo XIX mexica-
que quienes los "levarlan en el siglo XX. no no fueron menos modernos ni menos actua-
Muy pronto, a la vuelta de unos años, las ge- les que los del XX. SUS vanguardias (el roman-
neraciones adultas serán consideradas por las ticismo, el modernismo, el antimodernismo) no
más jóvenes como del siglo pasado, y muy pron- fueron menos vanguardistas que las del siglo
to el siglo XX se convertirá (con todas sus cando- que está por terminar (el surrealismo, el intelec-
rosas supersticiones milenaristas incluidas) en la tualismo, el coloquialismo y todas esas rupturas
"época superada"; los nuevos "decimonónicos" de la tradición a las que constantemente se refi-
(si es posible decirlo así, alterando lo temporal, rió Octavio Paz). En el abuso de su discurso casi
nada más para poner el acento en la carga es- antiestético, la historia social de la litelatu:ra
tigmática del concepto) serán entonces los del mexicana llega a creer, no sin ingenuidad, que,
siglo XX y la modernidad (digital o no) será pro- en el siglo XIX, los neoclásicos y los académi-
piedad de los del siglo XXI. No deja de ser una cos eran menos mexicanos que los románticos,
ingenuidad pensar que somos mejores porque pues éstos pugnaron por el nacionalismo y por
vivimos en un tiempo diferente, con "su progre- la independencia cultural respecto de Bspaitl.¡
so renombrado", diría desde hace muchos años mientras que los otros segufan cultivaDc10
Luis Cemuda. En esencia somos los mismos, y f011DaS, apegados (yapapdos), por'.CQllíOCUllIIII
al dominio español; pero lo cierto es que no te- Para entender el contexto (y nada más el
nían por qué entender, en su calidad de poetas, contexto) en el que se desarrolla la poesía mexi-
otra forma de ser mexicanos. Eran novohispa- cana decimonónica, bien vale tener en cuenta
nos bajo un concepto político y geográfico, y no lo que explica José Emilio Pacheco en el pró-
tanto como una definición del espíritu; por ello, logo de su antología de la poesía mexicana del
la mejor poesía de ese tiempo no es nada más XIX: "con fray Manuel de Navarrete acaba la
un simple testimonio de la época: todavía se literatura de la Nueva España sin que comien-
puede leer y disfrutar pese a los años que sobre ce aún la poesía mexicana" . Más aún: "Entre
ella han pasado. los últimos poetas novo hispanos sólo Andrés
Si Martínez de Navarrete y Sánchez de Tagle Quintana Roo cruza las líneas y se afilia a la
eran imitadores de una estética, no menos imita- causa de Morelos que pugna por la igualdad ra-
dores de otra eran Quintana Roo, Fernando Cal- cial, la abolición de privilegios y la restitución
derón y Rodríguez Galván. La poesía y, en ge- de tierras a los indios. Lizardi permanece en te-
neral, la literatura, se alimenta de rritorio realista aunque contribu-
influencias propias y ajenas y si el ye, dentro de sus limitaciones, a
modernismo rompió con España la empresa insurgente. La poesía
y puso los ojos en Francia -igual no muestra nada que iguale a El
que lo haría, muchos años des- Periquillo Sarniento, libro funda-
pués, la generación vigesimonóni- dor de la novela mexicana aun
ca de "Contemporáneos"-, en el antes de que exista la nación" .
caso de poetas posteríores, como Como explicación del con-
Octavio Paz, su búsqueda está lo texto en el que se crea la poesía
mismo en Francia que en otros del XIX, la valoración de Pache-
países europeos (incluido Espa- co es del todo justa; lo demás es
ña) pero también en los Estados no perder de vista que la poesía,
Unidos y en otras tradiciones sin como tal, se deslinda de la histo-
que por ello sean menos naciona- ria y permanece o perece por sus
les ni más audaces. La poesía no propios valores, por la supervi-
es una cuestión de llegar primero, vencia o la caducidad de sus for-
y ni siquiera de llegar a ninguna parte que no sea mas y por la eficacia de sus medios para trans-
el poema mismo. mitir y comunicar emociones que también son
En una propuesta de lectura, que esto debe- verdades. Así, por ejemplo, cada día que pase,
ría ser toda antología, la poesía del XIX tiene El Periquillo Sarniento deberá enfrentar su sobre-
momentos tan luminosos como la del xx, y ni vivencia más como producto literario que como
siquiera es seguro que algunos prestigiados au- testimonio histórico, y si no lo consigue, enton-
tores de hoy lleguen, mañana, a tener el peso ces su valor será de otro tipo.
poético de, por ejemplo, un Manuel M . Flores, "En 1821 -advierte Pacheco- nuestra lírica
un Manuel José Othón, o un José Juan Tabla- padece una miseria en que tampoco tuvo par-
da, con todo y heráldica incluida, con todo y te. Porque todo se le dio hecho, hasta la blan-
premios nacionales e internacionales, con todo da esterilidad o la exhortación engolada del
y los prestigios que pueden ser tan efímeros de neoclasicismo. A partir de entonces la idea de
un siglo a otro. Falta el juicio del tiempo y la encontrar la independencia cultural obsesionará
valoración continua de los lectores. No hay que a los escritores ... Según el sitio que ocUpen en la
creer demasiado en lo que nos dicen que debemos organización social, los poetas sustentarán las
encontrar cuando leemos poesía; hay que creer, ideas del liberalismo o del Partido Conservador,
sobre todo, en lo que cada uno de nosotros en- serán románticos o académicos. Hay intercam-
cuentra cuando verdaderamente la leemos. (Con bios y contaminaciones pero nadie permanece
frecuencia , la tiranía de los prestigios y el temor al margen. Por eso la mejor literatura mexicana
al ridículo impiden a los lectores exteriorizar anterior al modernismo resulta casi siempre la
la certeza de que el rey va desnudo cuando, en que no es en primera instancia literatura: el pe-
efecto, no va vestido.) riodismo y la historiografía."

63
818l10mA o¡ MfXICO
Si con esta visión de continuidad antagónica carán lo mismo a López Velarde que a Reyes y
el romanticismo de Ignacio Manuel Altamira- a su vez serán atacados por los nacionalistas a
no se esfuerza por fundar la verdadera litera- ultranza bajo la acusación de ser unos descas-
tura nacional, y si Gutiérrez Nájera y Nervo y tados por preferir a Stendhal y no a Federico
Tablada y Rafael López y Rebolledo se revelan Gamboa; esos mismos nacionalistas trasno-
contra 10 autóctono desde su afrancesamien- chados serán los que pretenderán descalificar a
to modernista, entonces se comprueba la tesis Reyes menoscabándole su mexicanismo por el
tan famosa de Octavio Paz respecto de la tra- grave pecado de abrevar en 10 universal.
dición de la ruptura y las rupturas de la tradi- Vendrá después la generación de Taller (con
ción. Sin embargo, no hay que perder de vista Octavio Paz a la cabeza) que reivindicará a los
que el desarrollo de la poesía mexicana, como Contemporáneos del mismo modo que las otras
el desarrollo de toda literatura, no es líneal sino generaciones que estimarán unas veces y nega-
de sobresaltos, contradicciones y coincidencias rán otras a Octavio Paz, hasta llegar a nuestros
(ideológicas y estéticas) que complementan una días cuando nacionalidad y nacionalismo no sig-
imagen cuyo rostro más fiel será el de sus logros nifican 10 mismo que en las primeras décadas
artísticos y no tanto el de sus propósitos políti- del siglo XX ni mucho menos lo que significó (y
cos. En este sentido, Altamirano no pertenece por lo que tanto se peleó al grado de enfrentar
más a la literatura nacional que Tablada. Es el a los poetas) en el siglo XIX . Hay batallas que
tiempo que pasa sobre una obra, y nuestra vi- ya no tienen que librarse y que incluso pelearlas
sión extemporánea que sobre ella tenemos, 10 constituye una beligerante ridiculez. Hoy priva
que nos hace pensar, a veces con demasiada in- el escepticismo (a despecho del "México, creo
sistencia, que 10 decisivo de sus "revoluciones" en ti") respecto de la virtud del que se siente ufa-
fue el propósito y no el producto. A final de no de ser meXicano y además, no conforme con
cuentas, el único valor de la literatura y, parti- ello, lo publica.
cUlarmente de la poesía, es lo que permanece Todo esto es anecdótico y puede constituir el
por sus méritos artísticos inobjetables, y no lo discurso de una historia social de la literatura
que nos queda (memoria, anecdotario, chisme, mexicana. Lo cierto es que, para los fines del
documento) por sus rivalidades, sus manifiestos arte, lo que permanece y 10 que verdaderamen-
y sus proclamas. te importa es la poesía, más allá de sus pugnas
La transición del XIX al XX ha sido vista y sus contextos. Lo cierto es que finalizando el
por Carlos Monsiváis encarnada en la figura siglo xx, permanece una desazón muy pareci-
de Ramón López Velarde: "con él se consuma da a la que fue consustancial a nuestros ante-
significativamente la agonía de algo que podría pasados: las novísimas generaciones descon-
denominarse el 'siglo XIX mexicano', cuyo sen- fian profundamente de las anteriores y prácti-
timentalismo se ve expresado en formas que al camente no leen a los poetas muy anteriores,
serles hostiles o ajenas lo desconocen y niegan." ocupados como están en creer que las nuevas
Vendrían después Alfonso Reyes y el ateneísmo. tecnologías y la era digital del siglo XXI supe-
Por lo que respecta al anecdotario de las rivali- rarán toda expectativa y enterrarán, de una vez
dades, José Emilio Pacheco y Gabriel Zaid han y para siempre, la anticuada visión de las letras
documentado la animadversión mutua entre Ló- nacionales.
pez Velarde y Reyes: el primero prefiere al se- La ingenuidad a la que se refería Borges sigue
gundo "fuera de la lírica" y éste lo satiriza cobrando sus víctimas propiciatorias en espe-
en una fantasía calificándolo como "poeta ra de que, ineludiblemente, vengan los otros,
de campanario" . Mas para los fines de la los que aún no han nacido, a negar a sus
poesía, son tan válidos los enemigos como antecesores en un continuo ejercicio intelec-
los compañeros de viaje, de grupo, de ge- tual del desprecio. Todos se imponen el esté-
neración. ril deber de ser modernos, sin querer
Con esta imagen, donde 10 que darse cuenta de que, irremisiblemen-
importa es la literatura, los Contem- te, son modernos, como 10 fueron los
poráneos, con Villaurrutia, Cuesta, del XIX y los del xx, y como lo serán,
Gorostiza, Novo y los demás, reivindi- en su cumplido tiempo, los del XXI.

64
ilillomA o¡ MÉXICO
REVISTADELA E s c ú c h a n o s en el
mmam iRadioJipi
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!U:ik'J=l:MI»H«m'il=MM« Y también por
• e l c a n a l 2 def S i s t e m a E d u s a t
• el 6 1 8 5 k h z d e O n d a C o r t a e n l a b a n d a
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• y en www.radioeducacion.edu.mx
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Sealtiel Alatriste Nicol: pensar lo sublime

Sobre Elsa Cecilia Frost Aura Estrada Curiel


Adolfo C a s t a ñ ó n Borges, el lector y su
Mauricio Beuchot •' -"<• • ' I lectura

Sobre Rafael Ramírez H e r e d i f Reportaje gráfico


Ismael Guardado Consejo Nacional
para la
Joaquín-Armando Chacón ñ Cultura y las Artes

La B i b l i o t e c a d e M é x i c o " J o s é V a s c o n c e l o s " en
g c o l a b o r a c i ó n c o n el G o e t h e - I n s t i t u t M e x i k o
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