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La guerra del Pacífico, también denominada guerra del Guano y del Salitre, fue un conflicto armado acontecido entre 1879 y
1883 que enfrentó a Chile contra los aliados Bolivia y Perú. La guerra se desarrolló en el océano Pacífico, en el desierto de
Atacama y en las serranías y valles peruanos.
En febrero de 1878 Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de
Antofagasta (CSFA), en violación del tratado de límites de 1874 que prohibía nuevos impuestos o el aumento de estos. Chile
protestó y solicitó someter el pleito a un arbitraje, pero, el gobierno boliviano de Hilarión Daza consideraba el asunto como interno y
sujeto a la jurisdicción de las cortes bolivianas. Chile insistió y advirtió al gobierno boliviano que Chile no se consideraría ligado al
tratado limítrofe de 1874 si Bolivia no suspendía el impuesto. Por el contrario, el gobierno boliviano rescindió la licencia a la
compañía chilena, embargó sus bienes, y los puso a remate. El día del remate, el 14 de febrero de 1879, las fuerzas militares
chilenas ocuparon la población boliviana de Antofagasta sin resistencia, una ciudad mayoritariamente habitada por chilenos, y
avanzaron en pocos días hasta el paralelo 23°S. La zona entre el Río Loa y el paralelo 23°S permaneció bajo soberanía boliviana.
El Perú, que había firmado con Bolivia un Tratado de alianza defensiva con carácter secreto, ordenó preparar sus fuerzas militares
y simultáneamente envió un diplomático a Chile para mediar. Ante el avance chileno en territorio disputado, el 1 de marzo, Bolivia
se declaró en estado de guerra contra Chile. Cuando Perú se negó a permanecer neutral, Chile declaró la guerra a ambos aliados
el 5 de abril de 1879. El 6 de abril, el Perú declaró el casus foederis, es decir, la entrada en vigor de la alianza secreta con Bolivia.
Aunque el impuesto de los diez centavos y el tratado de 1873 aparecen a primera vista como los detonantes del conflicto, las
causas fundamentales de la guerra fueron profundas y complejas. Entre ellas los historiadores señalan la vaguedad de las
fronteras coloniales, el interés por el negocio del salitre y la tensión producida por las diferencias entre el progreso de Chile y la
inestabilidad política y económica de los aliados. A ello se añade la competencia entre Perú y Chile por la hegemonía regional que
incluía una alianza con Bolivia como aliado menor.
Los territorios disputados así como las zonas aledañas se ubican en el desierto de Atacama, que en aquel tiempo tenían acceso
expedito solo por mar. En los primeros seis meses, Chile logró la supremacía naval, indispensable para conquistar las zonas
costeras del desierto. Antes de fines de 1879 ocupó la provincia peruana de Tarapacá y a comienzos de 1880 ocupó la zona de
Tacna y Arica, tras lo cual Bolivia abandonó militarmente la guerra. Luego, en enero de 1881, tras vencer en las batallas
de Chorrillos y Miraflores al ejército peruano, las fuerzas chilenas ocuparon Lima. Después de estas campañas, la guerra entre
Chile y Perú continuó por dos años más entre los remanentes del ejército, guerrillas y montoneros peruanos contra las fuerzas
chilenas de ocupación, hasta la firma del Tratado de Ancón en 1883 en la que Perú, entre otras cosas, cedió el Departamento de
Tarapacá y le fueron retenidas las provincias de Arica y Tacna.
Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884 que puso fin al estado de guerra entre ambos países. Por
su omisión en el tratado, Bolivia aceptó la anexión chilena de la franja 23°S-24°S. Bolivia aceptó la ocupación militar chilena de la
zona entre el Río Loa y el paralelo 23°S, pero su soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de Chile en el Tratado de 1904
entre Chile y Bolivia. En el Tratado de Lima de 1929 Chile devolvió Tacna al Perú y Arica fue cedida a Chile.
Índice
1Antecedentes
o 1.1Conflicto limítrofe boliviano-chileno
o 1.2Tratados de límites de 1866 y 1874
o 1.3Tratado secreto de alianza entre Perú y Bolivia de 1873
o 1.4Monopolio peruano del salitre
2Crisis
o 2.1Impuesto de los 10 centavos
o 2.2Rescisión de contrato, cobro de impuestos y ocupación chilena de Antofagasta
o 2.3Mediación de Perú, declaraciones de guerra y casus foederis
3Desarrollo de la guerra
o 3.1Fuerzas en guerra
o 3.2Campaña naval
o 3.3Campañas terrestres
o 3.4Concentración de fuerzas aliadas en Tarapacá y Arica
o 3.5Resistencia boliviana en el litoral y la división errante de Campero
o 3.6Campaña de Tarapacá
o 3.7Situación interna en los países beligerantes hasta la caída de Iquique
o 3.8Campaña de Tacna y Arica
o 3.9Expedición de Lynch
o 3.10Conferencia de paz de Arica
o 3.11Campaña de Lima
o 3.12Situación interna en los países beligerantes luego de la ocupación de Lima
o 3.13Campaña de la Breña
4Fase final de la guerra
o 4.1Tratado de Ancón y Guerra Civil Peruana
o 4.2Pacto de tregua entre Bolivia y Chile
5Análisis de la guerra
o 5.1Estrategia, medios y tecnología militares
o 5.2Intervención extranjera
o 5.3Trato a combatientes
o 5.4Saqueos y requisiciones
6Consecuencias de la guerra
7Postguerra
o 7.1Tratado de paz entre Chile y Bolivia
o 7.2Tratado de Lima
8Véase también
9Notas
10Referencias
11Bibliografía
12Enlaces externos
Antecedentes
Caricatura publicada en noviembre de 1879 en la revista chilena El Barbero. Daza (a la izquierda), Prado, y el presidente argentino Avellaneda (con el
sombrero de cilindro) se unen para contrarrestar, infructuosamente, la supremacía militar chilena durante la guerra, representada por una inmensa
Frente al ímpetu de las inversiones y trabajo chileno en Tarapacá y Antofagasta, 6:212 el Perú sintió amenazada su supremacía en la
costa del Pacífico y firmó el 6 de febrero de 1873 un tratado secreto cuyas intenciones eran, según lo hecho público seis años
después, proteger la integridad y soberanía de los países firmantes. Argentina fue invitada a firmar el pacto, su gobierno se mostró
de acuerdo y solicitó la aprobación del parlamento. Efectivamente, la Cámara de Diputados en Buenos Aires aprobó la adhesión al
pacto9 y agregó una partida de 6 000 0003:84 pesos fuertes nota 1 al presupuesto para la guerra. Pero Bolivia y Argentina disputaban
la zona de Tarija y no lograron un acuerdo. Argentina propuso entonces a Perú un tratado Perú-Argentina (sin Bolivia), pero Perú
rechazó la oferta.13:2280Así pasó el año 1873, y a fines del 1874 llegó a Chile la fragata blindada Blanco Encalada que dio la
supremacía naval a Chile. Tanto Perú13:2284;2286 como Argentina no quisieron comprometerse en un tratado contra Chile. Sin
embargo, cuando afloraron nuevamente, en 1875 y 1878, las tensiones fronterizas por la Patagonia, Argentina buscó ingresar al
pacto, pero el Perú diplomáticamente rechazó la iniciativa.5:100 Asimismo, al comienzo de la guerra, Perú y Bolivia proyectaron
ofrecer a Argentina los territorios chilenos desde el 24°S al 27°S a Argentina a cambio de su ingreso a la guerra contra Chile. 145:527-
528
Los historiadores consideran que el verdadero objetivo del tratado era imponer a Chile las fronteras convenientes a Perú, Bolivia y
Argentina por medio de un arbitraje obligado de la alianza mientras Chile fuese militarmente débil, es decir antes de la llegada de
las fragatas blindadas Cochrane y Blanco Encalada. Gonzalo Bulnes lo sumariza sosteniendo que «La síntesis del tratado secreto
es: oportunidad: la condición desarmada de Chile; el pretesto para producir el conflicto: Bolivia; la ganancia del negocio: Patagonia
y el salitre»;3:63 en palabras de Jorge Basadre, «El Perú defendiendo a Bolivia, a sí mismo y al Derecho, debía presidir la coalición
de todos los Estados interesados para reducir a Chile al límite que quería sobrepasar»;15 Pedro Yrigoyen lo explica señalando que
«perfeccionar la adhesión de la Argentina al Tratado de alianza Perú-boliviano, antes de que recibiera Chile sus blindados, a fin de
poderle exigir a este país pacíficamente el sometimiento al arbitraje de sus pretensiones territoriales».16
El historiador peruano Jorge Basadre señala que uno de los motivos del Perú para firmar el tratado, además de proteger sus
salitreras, era el temor en Lima a que Bolivia fuese atraída por Chile a una alianza contra Perú que ocuparía Tacna y Arica para
entregarlos a Bolivia a cambio de entregar Antofagasta a Chile.6:212
El tratado es en sumo grado controvertido. Algunos historiadores lo consideran legítimo, defensivo y circunstancial, además de
conocido por el espionaje de Chile. Otros historiadores, por el contrario, lo consideran agresivo, causante de la guerra, y
desconocido para Chile. Las razones de su secreto, la invitación a Argentina y la razón por la cual Perú no permaneció neutral en
circunstancias que Bolivia no había cumplido el acuerdo de 1873 al firmar el tratado de 1874 sin informarle, 17:108 son discutidas
hasta hoy.18
Los ingresos provenientes de la exportación del guano, que en las décadas anteriores había sido el sostén de la bonanza
económica peruana, comenzaron a caer en la década de 1870. Consciente de ello, el gobierno de Manuel Pardo y Lavalle creó por
ley en 1873 un estanco del salitre, por el cual las empresas productoras debían regular su producción y los precios de acuerdo a
las políticas del gobierno con el fin de evitar que el guano y el salitre, peruanos, compitieran. Pero aun antes de entrar en vigor la
ley, el gobierno debió retirarla porque sus costos serían mayores a las ganancias obtenidas. 19 En 1875 el mismo gobierno decidió
estatizar todas las empresas salitreras y de esa manera controlar el precio del salitre. nota 2
El proyecto del gobierno peruano debió enfrentar para ello a la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta (CSFA), una
empresa chilena, radicada en Valparaíso, con una minoría de 34 % de capital británico (Casa Gibbs de Londres) que tras los
avatares de la política interna boliviana obtuvo el 27 de noviembre de 1873 una licencia del gobierno boliviano para explotar los
depósitos de nitrato del Salar del Carmen y Las Salinas en Antofagasta libre de impuestos por 15 años, además del derecho a
construir un ferrocarril desde Antofagasta al interior.nota 3
Las salitreras operadas por la CSFA en Bolivia impedían al Perú controlar el precio internacional del nitrato, 19:124;1305:137 por lo cual el
gobierno peruano trató de hacer valer su influencia sobre Bolivia para impedir esa competencia. Por medio de un testaferro, Henry
Meiggs, Perú compró las licencias bolivianas de explotación de los recién descubiertos depósitos de "Toco", al sur del río Loa,5
:137
impidió la firma del acuerdo Corral-Lindsay y quiso impedir la firma del tratado de límites de 187420 (que eximía de impuestos a
las compañías chilenas del salitre) e imponer una mediación de Perú y Argentina para definir las fronteras de Chile. 8 En 1878 el
socio británico de la CSFA, que era también encargado de vender el salitre peruano en Europa, la Casa Gibbs, presionó a la
gerencia de la CSFA para que limitara su producción y advirtió a la gerencia que tendrían dificultades administrativas en Bolivia por
encargo de un gobierno "limítrofe" (the interest of a neighbouring Government) si no reducían sus expectativas. 21:69 En el cenit de la
crisis, el 14 de febrero de 1879, se esperaba que el cónsul peruano en Antofagasta sería el mayor postor en el remate de la CSFA. 5
:164
Crisis
Impuesto de los 10 centavos
En 1875, el municipio de Antofagasta había intentado imponer un impuesto de 3nota 1 centavos a la CSFA, pero el Consejo de
Estado, presidido por Serapio Reyes Ortiz, quien sería durante la crisis ministro de RR. EE. y posteriormente presidente de Bolivia,
había rechazado el impuesto «por violar el Tratado de Límites de 1874 y la licencia de noviembre de 1873».5:138-139
En 1878, la asamblea de Bolivia se avocó al estudio de la licencia a la CSFA de noviembre de 1873, basándose en una
interpretación de la ley del 22 de diciembre (que dio lugar a la licencia de 1873) que entendía que todas las renegociaciones debían
ser aprobadas por el congreso. La empresa sostenía que solo en caso de desavenencia entre el gobierno y la empresa. Finalmente
la Asamblea Nacional Constituyente mediante una ley del 14 de febrero de 1878 aprobó la licencia a condición de que la compañía
pagara un impuesto mínimo de 10nota 1 centavos por quintal de salitre exportado, en abierta violación al tratado de límites de 1874 y
a la licencia de 1873 en que Bolivia se había comprometido a no subir ni crear nuevos impuestos en 25 años a las empresas
chilenas.22
La CSFA se negó a pagar el impuesto, solicitó y obtuvo la representación del gobierno chileno, desencadenándose un conflicto
diplomático, amén de un conflicto interno en el gobierno chileno entre algunos de sus miembros que eran accionistas en la CSFA y
otros que tenían intereses invertidos en Bolivia que temían perderlos si el conflicto llegaba a mayores.
A lo largo de los meses siguientes, el gobierno boliviano, que consideraba el asunto solo pertinente a los tribunales bolivianos,23
:32
se abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre, el
canciller chileno envió una nota al gobierno boliviano indicando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en
cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. Aunque ambas partes propusieron la resolución del
conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya que mientras el
gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro, el
gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta.
Desarrollo de la guerra
Fuerzas en guerra
Fuerzas de los ejércitos de tierra
en Tarapacá y Antofagasta:
en Arequipa: 13 000n 7
8000n 6
Diferentes estimaciones por autor son dadas por Valentina Verbal Stockmayer, pág. 153
ArtilleríaF 1
Chile
Perú
Bolivia
Es opinión entre los historiadores neutrales que ninguno de los beligerantes estaba preparado para la guerra, ni financiera ni
militarmente.23:7 Ningún país tenía un estado Mayor,23:24 ni suficientes ambulancias,23:89 ni servicio de abastecimiento.23:24 Sus naves
de guerra se encontraban en pésimo estado.23:106 En el caso de Chile, por ejemplo, la dotación militar efectiva había sido reducida
continuamente de 3776 a 2400 soldados desde 1867 a 1879.28:140 y ninguna de las unidades estaba estacionada al norte de
Valparaíso, a más de 1700 km de Iquique28:143 y significaban solo el 0,1 % de la población. En la armada de Chile al final de la
guerra, el 53 % de los primeros ingenieros, el 20 % de los segundos ingenieros y el 8 % de los aprendices eran extranjeros.23:105 El
gobierno del Perú había cesado el pago de la deuda externa y en Bolivia había epidemias y hambre.
Según W. Sater, Chile y Perú llegaron a enlistar temporalmente al 2 % de su población masculina y Bolivia solo el 1 %.23:21-22 Se
debe considerar que ambos ejércitos aliados profesionales del comienzo de la guerra fueron desbandados tras la batalla de Tacna
y debieron ser reagrupados o formados nuevamente.
Los aliados tenían, a primera vista, algunas ventajas sobre el país del sur. Su población y sus tropas doblaban a las chilenas en
número y el puerto peruano del Callao era con sus defensas de artillería casi inexpugnable para la flota chilena y ofrecía un refugio
seguro a las naves peruanas. En el Callao una firma inglesa ofrecía los servicios de un dique flotante para naves de hasta 3000 t lo
que permitía complicadas reparaciones de sus barcos, de lo que hizo uso reparando sus naves antes de la guerra29:119. Quizás
fueron estas las razones por las que la prensa internacional en un comienzo dio por segura la derrota de Chile.303132 La ambivalente
actitud argentina y el permanente conflicto araucano ensombrecían las expectativas chilenas.31:109 Como afirma Basadre sobre la
opinión pública de su país:6:240 «Se desconocía entonces el verdadero poder de Chile y las espantosas consecuencias de la guerra,
y se creía, por las gentes poco avisadas, que, como en conjunto, los países aliados eran más extensos que Chile, lograrían la
victoria finalmente.»nota 5 Otros observadores6:253 hicieron un análisis más profundo, que mostraba ventajas chilenas tanto políticas
como militares. Chile tenía desde 1833 un régimen político estable que le había permitido desarrollar y fortalecer sus instituciones.
Entre ellas, su ejército y su armada tenían un mando formado en una escuela de oficiales, 23:44 tropas fogueadas en la guerra de
Arauco29:43 y uniformidad en el armamento (casi todos los fusiles chilenos de infantería, Comblain y Gras, usaban munición de 11
mm con vaina metálica y poseían bayoneta). La armada de Chile poseía 2 blindados que eran, por el espesor de sus corazas,
casinota 6 imbatibles para la armada del Perú. Aunque existieron en Chile disputas entre militares y civiles por la dirección de la
estrategia, siempre hubo un primado de lo político por sobre lo militar. 35:616 Su abastecimiento desde Europa podía realizarse a
través del Estrecho de Magallanes que solo una vez fue amagado por la Marina del Perú.
En los ejércitos aliados, la falta de dedicación a sus funciones profesionales llevó a una situación en que se tenían varios tipos de
fusiles con munición diferente para cada uno y a veces sin bayoneta, haciendo más difícil la instrucción de los reclutas, la
manutención del equipo y el municionamiento durante la guerra. (W. Sater lista once tipos diferentes de fusiles aliados y solo cinco
chilenos). La Armada del Perú tenía antes de la guerra una buena parte de sus tripulaciones formadas por chilenos y tras su
expulsión solo pudieron ser reemplazados por otros extranjeros. Los aliados tampoco poseían una artillería ni caballería
comparable a la chilena. Al contrario del chileno, el abastecimiento aliado pasaba a través de terceros países, sujetos a la
influencia de la diplomacia y la armada de Chile.
A ello se debe agregar que una vez en posesión de los recursos del guano y del salitre de Tarapacá, Chile percibió ingresos que le
permitieron financiar la guerra, los que le faltaron al Perú y que tras la ocupación de Tacna y Arica, el comercio boliviano hacia y
desde el Pacífico fue controlado por Chile.
Campaña naval
Buques capitales de Chile y Perú al comienzo de la guerra 23:113-114
Potencia
Barco de Desp. Velocidad Blindaje Artillería Año de
Caballos de
guerra (t.l.) (Nudos) (Pulgadas) principal Const.
vapor
Chile
Blanco
3560 3000 9–12.8 hasta 9 6x9 Inch 1874
Encalada
Perú
2x300–
Huáscar 1130 1200 10–11 4½ 1865
pounders
2x150–
Independencia 2004 1500 12–13 4½ 1865
pounders
W. Sater advierte que hay numerosas diferencias entre los autores sobre los datos técnicos de los buques,
quizás porque se refieren a diferentes momentos.
A comienzos de la guerra era evidente que antes de cualquier operación militar en un terreno tan difícil como el desierto de
Atacama, debía ganarse el control de los mares. En esta campaña solo se enfrentaron las fuerzas navales de Chile y Perú, ya que
Bolivia no contaba con una, y si bien el gobierno de este país intentó recurrir al corso para suplirlo, esto no prosperó.3637
El poder de la escuadra chilena se basaba en las fragatas blindadas gemelas, Cochrane y Blanco Encalada. El resto de la
escuadra estaba formada por las corbetas Chacabuco, O’Higgins, Esmeralda y Abtao, la cañonera Magallanes y la
goleta Covadonga, todas ellas de madera.
Los buques capitales de la escuadra peruana eran la fragata blindada Independencia y el monitor blindado Huáscar. Completaban
la escuadra peruana los monitores fluviales Atahualpa y Manco Cápac, la corbeta de madera Unión y la cañonera de
madera Pilcomayo.
Con el objetivo de asfixiar la economía peruana de exportación3:413-414 y forzar la salida del Callao de la escuadra peruana para dar
una batalla en altamar,3:195-197 la escuadra chilena bloqueó el puerto peruano de Iquique desde el 5 de abril y también bombardeó
los débilmente defendidos puertos de Pabellón de Pica, Huanillos, Mollendo y Pisagua. Sin embargo, la flota peruana, evitó el
combate con unidades chilenas que fueran superiores y utilizó el espacio y el tiempo dado para una estrategia mas audaz de
ataque a las líneas de transporte y a los desguarnecidos puertos chilenos, entre otros. Durante esas operaciones ocurrió el 12 de
abril el combate naval de Chipana, sin un claro vencedor.
El 16 de mayo el grueso de la flota chilena salió de Iquique con dirección al Callao con el objetivo de batir la flota peruana, dejando
a sus dos buques de menor poder para mantener el bloqueo del puerto. El mismo día, salieron del Callao los dos buques capitales
del Perú rumbo a Arica. Durante la navegación se cruzaron ambas fuerzas sin avistarse y cuando el alto mando naval peruano se
enteró de que sólo débiles naves bloqueaban Iquique, aprovechó la oportunidad inmediatamente y envió a sus buques a romper el
bloqueo.
El 21 de mayo, en el combate naval de Iquique, el monitor blindado Huáscar logró hundir a la corbeta Esmeralda. En el mismo día,
la fragata blindada Independencia se enfrentó con la goleta Covadonga, la que astutamente dirigida logró que su adversario, en su
afán de espolonearla, encallara en el combate naval de Punta Gruesa y que terminó sufriendo el bombardeo de esta. El resultado
de ese día en Iquique y Punta Gruesa caló hondo en ambos países: en Chile aumentó el fervor patriótico y al Perú, si bien se
levantó temporalmente el bloqueo de Iquique, le costó la pérdida de la unidad mas poderosa de su armada. 23:137 El 1 de junio, el
grueso de la escuadra chilena volvía de su infructuosa expedición al Callao enterándose de los hechos y restableciendo el bloqueo
de Iquique hasta el 2 de agosto.
Pese a la inferioridad técnica en la que ahora se encontraba la marina peruana, el monitor blindado Huáscar logró con
sus correrías mantener en jaque a la escuadra chilena durante 6 meses en las que atacaba sorpresivamente transportes chilenos,
hostilizaba sus líneas de comunicación, bombardeaba instalaciones militares de los puertos y evitaba con su velocidad a los
blindados chilenos, incluso en cierta ocasión intentó torpedearlos, pero sin éxito. El punto culminante de las correrías del monitor
blindado Huáscar fue la captura del vapor Rímac con el regimiento de caballería Carabineros de Yungay a bordo, el 23 de julio. La
captura causó una crisis en el gobierno chileno que provocó la renuncia del gabinete y del jefe de la armada de Chile.3:397-400 La
corbeta Unión que también participó en estas correrías para hostilizar a las fuerzas chilenas, fue enviada a Punta Arenaspara
capturar los transportes con armas que debían pasar por ese puerto. Zarpó de Arica el 31 de julio, en pleno invierno, y llegó al
lejano lugar el 16 de agosto.3:404 Aunque no logró su objetivo, fue una demostración de decisión y capacidad de los marinos
peruanos.3:403
Tras las reparaciones de caldera y carena de los buques capitales chilenos, la flota chilena fue organizada en 2 divisiones
destinadas solo a la eliminación del Huáscar. El 8 de octubre, fue capturado el Huáscar en el decisivo combate naval de Angamos.
La corbeta Unión, por su parte, logró escapar de los otros buques chilenos gracias a su mayor velocidad.
A partir de Angamos, la escuadra chilena pudo convoyar y apoyar al ejército en sus operaciones en tierra, así como también a
hostilizar las costas peruanas y bloquear sus puertos para impedir el abastecimiento del ejército peruano o la llegada de refuerzos.
Técnica y númericamente disminuída, la escuadra peruana se limitó a abastecer en lo posible sus fuerzas terrestres evitando
enfrentamientos con la flota adversaria. Los intentos de los agentes del gobierno de adquirir nuevas unidades navales de
consideración en el extranjero fracasaron. Durante este período se producen algunas acciones como la captura de la
cañonera Pilcomayo el 18 de noviembre y algunos enfrentamientos en Arica, tras el inicio del bloqueo de aquel puerto por buques
de la flota chilena el 28 de noviembre y que se extendió hasta el 7 de junio de 1880, cuando fue ocupada por el ejército chileno.
En la etapa final de la campaña naval, la flota chilena sostuvo un bloqueo en el Callao iniciado el 10 de abril de 1880. Durante esas
operaciones se dieron varios enfrentamientos menores entre unidades chilenas y peruanas, y también la flota chilena realiza
bombardeos a las defensas del puerto. En estas acciones, los peruanos logran hundir con el uso de artefactos explosivos y
torpedos la goleta Covadonga, el transporte artillado Loa y la torpedera Janequeo. Pese a esos pequeños triunfos peruanos, la
escuadra chilena mantuvo el bloqueo firmemente y luego, tras las derrotas del ejército peruano en Chorrillos y Miraflores, ocurridas
el 13 y 15 de enero de 1881 respectivamente, donde además algunos buques de la escuadra apoyaron al ejército chileno atacando
las posiciones peruanas cercanas a la costa, la autoridad naval peruana en el Callao ejecutó el 17 de enero la destrucción de las
baterías y los buques que aun le quedaban a la marina peruana, entre ellos la corbeta Unión, para evitar su captura por los
chilenos.
Durante la campaña de la Breña los buques chilenos transportaron destacamentos y material de guerra por la costa peruana. En la
fase final de esa campaña, en 1883, la torpedera Colo Colo fue transportada por ferrocarril desde el puerto de Ilo hasta Puno, y de
allí lanzada a las aguas del lago Titicaca para patrullar la zona y evitar el posible uso militar de esta vía por fuerzas peruanas o
bolivianas.
Campañas terrestres
Foto que muestra al minero de Copiapó Tránsito Díaz, Cabo 2° del Ejército de Chile, mutilado en el Desembarco de Pisagua. La foto pertenece
al Álbum de inválidos de la guerra del Pacífico, una serie de 130 registros fotográficos ordenados por el gobierno de Domingo Santa María para
demostrar el otorgamiento de pensiones y prótesis a los heridos de guerra.38 4081 soldados chilenos regresaron inválidos, 10 % del total de la
movilización.nota 7 En el año 2008, 280 mujeres recibían pensión estatal en Chile por ser hijas o viudas de veteranos de la guerra. 39:20;30
Con la extensa costa peruana sin protección naval desde octubre, excepto puntualmente por su poderosa artillería costera, las
fuerzas chilenas pudieron elegir el lugar donde continuar la guerra. Según Carlos Dellepiane, 40:76- existían tres alternativas, la zona
de Lima, Arica-Tacna y Pisagua-Iquique. Lima era el centro político del Perú, pero su ocupación no garantizaba la rendición. Arica-
Tacna era un centro de las comunicaciones con la zona sur, puerto usado por Bolivia y daba acceso a la zona de Arequipa.
Tarapacá, es decir Pisagua-Iquique, era la fuente de la riqueza peruana, de donde se extraía el guano y el salitre y donde los
aliados habían concentrado sus fuerzas militares. Las zonas de Arica e Iquique eran, cada una, compartimientos estancos sin
acceso expedito por tierra al resto del Perú.41 J. Basadre cita la posibilidad de un desembarco chileno cerca de Lima ya en 1879 y
señala al historiador chileno Wilhelm Ekdahl que hubiera aconsejado abandonar el sur del Perú y fortalecerse en Lima hasta
restablecer el equilibrio naval o encontrar nuevos aliados. Pero, contradice Basadre, hubiese sido «tremendo y humillante» rendir
esas regiones, además de una pérdida económica enorme y por lo demás inútil, pues Chile se interesaba por los ingresos salitreros
provenientes de Tarapacá, y su ocupación sin resistencia hubiese significado probablemente el fin de la guerra. 42:15Debe agregarse,
por el lado de Chile, que al comienzo de la guerra, la organización, conocimiento y experiencia estaban todavía lejos del nivel
alcanzado en 1881.
La guerra terrestre puede ser dividida en cuatro campañas, donde las tres primeras llevaron sucesivamente a la ocupación chilena
de las regiones de Tarapacá, Arica-Tacna, y Lima y la cuarta, la campaña de la Breña, desarticuló la última resistencia peruana.
Sin embargo, existen otros hechos militares de la guerra terrestre que no estan necesariamente incluidas en esas cuatro
campañas, como la resistencia boliviana en el litoral, la expedición de Lynch a la costa norte del Perú y la ocupación de Arequipa,
que algunos la consideran aparte.
Concentración de fuerzas aliadas en Tarapacá y Arica
El 7 de marzo, al comienzo de la mediación de Lavalle, salieron los primeros batallones peruanos desde el Callao (algunos desde
Ayacucho) rumbo a Arica, Iquique, Pisagua y Molle. Algunos se formaron con voluntarios, peruanos y bolivianos, de la zona. En
total, según Dellapiane, quedaron 4452 soldados estacionados en Tarapacá y 4000 en Arica. 40:62- El 30 de abril llegaron a Tacna
desde La Paz tras 13 días de marcha 4500 (6000 según Dellepiane) soldados bolivianos bajo las órdenes de Hilarión Daza para
unirse a las fuerzas peruanas mandadas por el general Juan Buendía y Noriega y tomar el mando del ejército aliado. Las fuerzas
aliadas se distribuyeron en torno a los lugares donde se podía esperar un desembarco chileno: Iquique-Pisagua (Buendía) y en
Arica-Tacna (Daza). También habían refuerzos, en Arequipa al mando de Lizardo Montero y en el sur de Bolivia al mando de
Narciso Campero, que debían confluir a la costa una vez conocido el lugar del desembarco. Sin embargo, las fuerzas militares de
Montero no fueron movilizados a tiempo. Los últimos refuerzos, cerca de 1500 hombres, llegaron el 1 de octubre a Iquique.40:67
Campaña de Tarapacá
Artículo principal: Campaña de Tarapacá
Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la campaña de Tarapacá, en noviembre de 1879.
El ejército chileno comenzó la invasión del Perú el 2 de noviembre de 1879 con el desembarco de 9900 hombres y 880 animales en
Pisagua, 550 km al norte de Antofagasta, en una de los primeros desembarcos anfibios de la era moderna. 43:107 Tras la
neutralización de las baterías costeras por la artillería naval los atacantes desembarcaron desde botes de fondo plano
(especialmente construidos) y vencieron a las fuerzas bolivianas y peruanas que defendían el puerto. Tras la ocupación del puerto
y la zona aledaña fue enviado al interior una avanzada de caballería para obtener información del enemigo. En el trayecto enfrentó
y derrotó una avanzada de caballería aliada el 6 de noviembre en el combate de Pampa Germania (o Agua Santa). Las fuerzas
aliadas se desplegaron para atacar a los chilenos desde Iquique por el sur, y desde Arica por el norte. Sin embargo, Daza, que
dirigía las fuerzas venidas desde Arica, inexplicablemente, volvió al norte sin entrar en batalla. Las fuerzas chilenas acampadas en
Dolores derrotaron a las aliadas venidas desde Iquique el 19 de noviembre en la batalla de Dolores (o San Francisco) tras la cual el
puerto de Iquique, bloqueado ahora por tierra y por mar, se entregó sin resistencia el 23 de noviembre. Posteriormente, una división
chilena que avanzó en persecución de los aliados fue derrotada el 27 de noviembre en la batalla de Tarapacá, un pequeño poblado
ubicado en el interior de la región. Pese al triunfo, los aliados sin refuerzos ni apoyo logístico para mantener la posición y rechazar
nuevos ataques se retiraron a Arica en una penosa marcha. Con este hecho finalizó la campaña y Chile quedó dueño de la región
que había albergado al 10 % de la población del Perú y le daba a este un ingreso anual de ₤ 28 millones por la producción de
nitrato.44
Situación interna en los países beligerantes hasta la caída de
Iquique
Chile tenía un gobierno elegido y estable, pero los desastres de la campaña naval demostraron que los estrategas de su flota no
estaban preparados para la guerra y durante las campañas terrestres el ejército tendría también problemas de abastecimiento,
ambulancias y mando. Los desaciertos desataron la ira popular y habían obligado al gobierno a cambiar al «esclerótico»23
:137
comandante en jefe de la armada Williams Rebolledo por Galvarino Riveros y al «avejentado» 23:170 comandante en jefe del
ejército Justo Arteaga por Erasmo Escala, quien posteriormente renunciaría por desavenencias con el ministro de guerra Rafael
Sotomayor, quedando al mando del ejército Manuel Baquedano. En el plano de alianzas, Chile buscaba segregar Bolivia del pacto
con Perú.5:289-295 G. Bulnes escribe: «El objeto de la política boliviana era ahora el mismo de Antes: conquistar Tacna i Arica para
Bolivia, colocar a esta como Estado intermediario entre Chile i el Perú, creyendo que de esa manera Lima i el Perú entero se
someterían a las condiciones de paz que se les impusieran. Esto se llamaba en el lenguaje convencional de los iniciados
"arreglarse con Bolivia"».45:14nota 8 Asimismo, el gobierno debía negociar con Argentina un tratado que fijase la frontera e impidiera
su entrada en la guerra al lado de Perú y Bolivia. En el plano técnico, el gobierno de Chile reorganizó el ejército en divisiones,
unidades que pueden vivir y combatir aisladamente, para lo que es necesario que tengan todas las armas (infantería, artillería,
caballería) y los requeridos servicios (intendencia, sanidad, estado mayor, etc), impidiendo así que el comandante en jefe tuviera
que dirigirse, para una operación cualquiera a cada uno de los jefes de cuerpo.
Tras la ocupación de la zona salitrera de Iquique, el gobierno chileno privatizó las oficinas que habían sido nacionalizadas por el
estado peruano devolviéndolas46 a los tenedores de bonos peruanos. La alternativa de crear una empresa estatal que gestionara la
producción y venta del nitrato fue desechada por onerosa dado que el estado chileno debía financiar la guerra y movilizar al frente
de guerra una parte importante de su fuerza de trabajo además de que los acreedores europeos de los bonos peruanos exigían el
pronto pago de sus deudas. En 1879 el estado chileno comenzó a cobrar un impuesto de $0,40 por quintal métrico (100kg) de
salitre exportado y en 1880 el impuesto aumentó a $1,60 por qm. 47
Perú y Bolivia habían acordado en el Protocolo de Subsidios que Bolivia debería pagar los costos de la guerra, lo que provocó
resentimientos y temores en Bolivia dado que hipotecaba los ingresos fiscales bolivianos en circunstancias que allí se veía el envío
del ejército a Tacna como una ayuda de Bolivia a Perú, mas aun cuando se supo que no sería enviado a expulsar a los chilenos de
Antofagasta sino que permanecería en Tacna para proteger la provincia peruana de Tarapacá. Cuando Daza y sus oficiales
llegaron a Tacna pudieron cerciorarse de que la capacidad militar peruana no era la imaginada por ellos y que su permanencia en
el poder estaba en juego si era derrotado el ejército aliado. Querejazu sugiere que Daza utilizó la oferta chilena de una salida al
mar por Tacna y Arica para presionar al Perú a revisar el Protocolo de Subsidios, lo cual logró.
Se puede solamente especular sobre las verdaderas razones que llevaron a Daza a retirarse a Bolivia antes de la batalla de
Dolores, algunos dicen para conservar intacto su regimiento de los colorados, la base de su poder político en Bolivia. 48 Sin
embargo, su vergonzosa retirada solo aceleró su caída y fue reemplazado por Campero. Querejazu considera que sus "errores" en
la conducción de sus tropas así como las de Campero y su división errante son una prueba de que Daza había sido comprado por
Chile.5:34517:365
Dentro del gobierno de Campero se acentuaron las corrientes partidarias de romper la alianza con Perú y aceptar la oferta chilena
de Tacna y Arica. Aunque esta opción nunca fue totalmente descartada, la alianza con Perú permaneció e incluso, tras la caída de
Tacna y Arica fue aprobada la creación de los Estados Unidos Perú-Bolivianos, que nunca tuvo aplicación práctica. Bolivia cooperó
con Perú con armas y dinero, pero sus fuerzas en Oruro nunca intentaron recuperar Antofagasta.
La situación interna en Perú era complicada. Prado, al parecer contra su voluntad, declaró la guerra a Chile obligado por el tratado
alianza de 1873 y por las presiones internas a pesar de no tener fondos para financiar la guerra y sin crédito internacional debido a
las continuas cesaciones en el pago de la deuda. Para asumir el mando del ejército y dirigir la estrategia militar, Prado relegó la
gestión del gobierno al vicepresidente Luis La Puerta de Mendoza.42:34- Debido al bloqueo chileno de los principales puertos
peruanos de exportación, los ingresos fiscales peruanos en 1879 (8 078 555 soles) disminuyeron a la mitad de lo calculado para
ese año (15 257 698 soles) y, por el contrario, los gastos fiscales en guerra aumentaron más del triple (55 050 000 soles). A falta
de un sistema tributario eficaz, Prado debió financiar la guerra con donativos patrióticos, empréstitos, cesación de pagos de
deudas, emisión de más monedas y también en un aumento de los impuestos.42:34- El desastre político del gobierno puede ser
medido en la cantidad de ministros de hacienda que tuvo su gobierno solo en 1879: Izcue, Quimper, Pazos, Arias, (Piérola rehusó
una oferta), Arenas, otra vez Quimper, Denegri. En el aspecto político-militar se enjuició al capitán de navío More Ruiz34:220 por la
pérdida del buque Independencia y al general Buendía42:46 por las derrotas en Tarapacá. El 19 de diciembre de 1879, conocida la
caída de Iquique y Pisagua, Prado salió del Perú para, según él, acelerar las compras de material de guerra en EE. UU. y Europa.
La historia ha condenado su salida como una deserción. 42:54-56
Tras la partida de Prado, Nicolás de Piérola Villena dio en diciembre un golpe de estado y asumió como dictador del Perú. Pierola
creó el Inti (moneda), renegoció la deuda externa, reconoció una controvertida deuda peruana a la firma Dreyfus y dividió el ejército
del sur en dos: el primero bajo el mando de Lizardo Montero compuesto por unidades en Tacna y Arica, el segundo se compuso de
las tropas acantonadas en Arequipa (más otras que llegarían) bajo el mando de Pedro A. del Solar. Muchos historiadores ven
razones políticas en una partición que definitivamente debilitó la defensa de la región. 49 Piérola ha sido criticado por la forma
dictatorial de ejercer el poder, por su sectarismo temeroso a posibles opositores, por su frivolidad en el vestuario y sus decretos
pomposos y la falta de control en los gastos, pero también debe decirse que desplegó un enorme esfuerzo para obtener nuevas
fuentes de financiamiento, modernizar el estado, dar igualdad a los indígenas y renegoció (sin éxito) la deuda y la consignación del
guano peruano.42:100-122 J. Basadre lo critica pero a su vez considera su labor «un acto de abnegación y hasta de heroísmo, pues
instauró su Dictadura en un país territorialmente invadido, políticamente perturbado, navalmente desaparecido, militarmente
maltrecho, económicamente exangüe y contra el cual se preparaban a dar sus golpes decisivos los poderosos y arrogantes
vencedores en la campaña marítima y en la campaña de Tarapacá».42:57
Campaña de Tacna y Arica
Desembarco y marcha de tropas aliadas y chilenas durante la campaña de Tacna y Arica, de enero a junio de 1880.
Inmediatamente después de la batalla de Dolores, el ministro de guerra en campaña propuso al gobierno chileno continuar con un
desembarco cerca de Lima para acortar la guerra. Pero dentro del gobierno se insistió en la realización de la llamada "política
boliviana" que aseguraría la paz futura. Por esa razón, finalmente el gobierno decidió ocupar la región que es la salida natural de
Bolivia al océano.
Tras un desembarco de reconocimiento el 31 de diciembre de 1879 cerca de Tacna y que se extendió hasta Moquegua, 11 000
soldados chilenos fueron desembarcados desde el 26 de febrero de 1880 y durante varios días en Punta Coles, cerca de Ilo, sin
ser atacados por los aliados. Paralelamente a esto, se envió una expedición de 2148 soldados a Mollendo, con el objetivo de
destruir la infraestructura del puerto e impedir el abastecimiento de la guarnición de Arequipa que se hacía desde este lugar.50 Las
operaciones en Mollendo fueron entre el 9 y el 12 de marzo, finalizando con el éxito de sus objetivos pero con grandes desmanes
en el puerto ocasionados por algunos soldados chilenos.51
En el avance chileno, tras el desembarco de sus fuerzas, se sucedieron varios enfrentamientos. El 22 de marzo se libró la batalla
de Los Ángeles, donde las tropas chilenas derrotaron a una división peruana posicionada en una fuerte defensa natural, y cortaron
con ello las comunicaciones de Tacna y Arica con Arequipa, es decir el resto del Perú. El 26 de mayo el ejército chileno derrotó a
las tropas aliadas en la batalla de Tacna (o Del Campo de la Alianza). El 7 de junio las últimas tropas aliadas fueron derrotadas en
la batalla de Arica. Tras esta campaña los ejércitos profesionales del Perú y Bolivia dejaron de existir. Perú debió formar un nuevo
ejército23:256 y Bolivia no continuó su participación militar en la guerra aunque si apoyó al Perú con armas y dinero. Ningún gobierno
boliviano aceptó, durante la guerra, las ofertas chilenas de ocupar Tacna y Arica.
Expedición de Lynch
Expedición de Lynch a Chimbote, Supe, Paita, Eten e islas de Lobos de septiembre a octubre de 1880.
Tras la ocupación de Tacna y Arica el gobierno chileno creía que Perú y Bolivia aceptarían la cesión de Tarapacá y Antofagasta o
que por lo menos Bolivia buscaría asegurar una salida al mar y dejaría la alianza con el Perú. Sin embargo una corriente de la
opinión pública chilena sostenía que la única forma de lograr la paz era la ocupación de Lima. Con la intención de evitar la
continuación de la guerra con una invasión a Lima, el gobierno de Chile preparó una expedición al norte del Perú que debía
demostrar al gobierno de Piérola su propia incapacidad de continuar la guerra contra Chile. La expedición a Mollendo realizada
entre el 9 y el 12 de marzo tuvo el mismo fin.
El 4 de septiembre zarpó de Arica una expedición de 2200 hombres al mando del capitán de navío Patricio Lynch, con el fin de
imponer cupos de guerra a las ciudades del norte del Perú y a los ricos hacendados del norte, dañar bienes fiscales y por último
impedir el desembarco y tránsito de armas.
El gobierno de Piérola declaró el pago a Lynch como traición a la patria de tal manera que los propietarios en Chimbote, Paita,
Chiclayo y Lambayeque, quedaron entre dos fuegos a elegir: la destrucción de sus bienes por Lynch o más tarde por Piérola.
Algunos pagaron, otros no. Como resultado de las contribuciones de guerra se habían logrado reunir 29 050 libras esterlinas,
11 428 pesos de plata, 5000 pesos en papel moneda, algunas barras de oro y plata y gran cantidad de mercaderías y productos de
esas regiones. Lynch capturó además un envío marítimo para el gobierno peruano, consistente en 7,5 millones de pesos impresos
(billetes y estampillas) proveniente de los Estados Unidos. Durante la expedición, las fuerzas chilenas encontraron en las
haciendas peruanas a cientos de trabajadores chinos culí en condiciones de semiesclavitud, algunos de los cuales al ser liberados
se incorporan voluntariamente a las fuerzas de Lynch como apoyo logístico, y también en la posterior campaña de Lima. 52 La
expedición duró 2 meses y sin la oposición de fuerzas peruanas.45:553-565
Aunque los historiadores chilenos estiman que la actividad desplegada por Lynch tuvo base en el Derecho internacional, por
ejemplo, Diego Barros Arana cita como base legal de la acción el artículo 544 del Le droit international codifié de Johann Caspar
Bluntschli53:9954 y Sergio Villalobos invoca los Principios del derecho Internacional de Andrés Bello,25:176 también la consideran
dañina para la imagen de Chile; Gonzalo Bulnes escribe: «el glorioso ejército de Chile se presentaba ante el mundo civilizado como
demoledor de injenios de azúcar, i como destructor de edificios de labranza.»
El 22 de octubre de 1880 delegados de los tres países en guerra se reunieron a bordo del barco de guerra norteamericano USS
Lackawanna (de 1862), anclado frente a Arica, para una conferencia de paz gestionada por los representantes de los EE. UU. en
los países beligerantes. Chile exigió la cesión de las provincias de Antofagasta y Tarapacá (desde la quebrada de Camarones al
sur), una indemnización de 20 millones de pesos oro, la desmilitarización de Arica, la abrogación del tratado secreto y la devolución
del Rímac así como de las propiedades embargadas a los ciudadanos chilenos. Los aliados se negaron a hacer cesiones
territoriales y la conferencia fracasó.
Los historiadores han concluido que los gestionadores estadounidenses habían transmitido las exigencias de los beligerantes de
una forma diluída, poco realista, para lograr la reunión, pero esto causó decepción en los participantes. 55:60 El ministro
plenipotenciario de EE. UU. en Bolivia Charles Adams había asegurado a los aliados que en caso de no llegar los beligerantes a un
acuerdo, los EE. UU. impondrían a Chile un arbitraje favorable a los aliados. Por esa razón para los gobiernos de Campero y
Piérola era mejor no entregar los territorios ocupados y dejar a los EE. UU. imponer la paz sin cesión de territorios.55:59-605645:447
Tras el rechazo de los países de la alianza a aceptar la entrega de Antofagasta y Tarapacá, continuó en Chile el debate sobre el
camino a seguir para obtener de los aliados un tratado de paz duradera que reconociera la entrega de Antofagasta y Tarapacá:
esperar en Tacna un cambio de opinión en Lima o La Paz u ocupar Lima. Finalmente se decidió que la ocupación de Lima era la
única alternativa viable.45:430
Campaña de Lima
Desembarco y marcha de tropas chilenas durante la campaña de Lima, de noviembre de 1880 a enero de 1881. El largo trayecto desde Pisco a
Muros calcinados y derruidos de Chorrillos, otrora suntuoso balneario de la aristocracia limeña, después de la batalla de Chorrillos. La línea de
defensa peruana durante la batalla terminaba en el balneario, que fue cañoneado, incendiado y al final de la batalla se combatió casa por casa.
Para la campaña de Lima el ejército chileno fue aumentado en 20 000 plazas y llegó a enlistar 41 000 hombres en total, distribuidos
desde los fortines de la guerra en la Araucanía, en el sur de Chile, hasta Lurín.23:263 El 19 de noviembre de 1880 el ejército
expedicionario del norte comenzó a desembarcar en Pisco, Paracas, Lurín (artillería) y Curayaco (22 de diciembre) hasta completar
27 00023:263 soldados, que se concentraron en Lurin, a 36 km al sur de Lima antes de continuar hacia Lima.
Piérola, que inicialmente esperaba un desembarco chileno al norte de Lima, 57:335 tras los desembarcos entre Pisco y Lurín (al sur de
Lima), ordenó preparar dos líneas de defensa sucesivas al sur de Lima: el ejército de línea debía detener la invasión en Chorrillos.
En caso de fracasar, una segunda línea de defensa constituida por un ejército de reserva formado por reclutas limeños organizados
por gremios, otros traídos de las provincias mas los remanentes de la primera línea y la guarnición del Callao, debía derrotar al
supuestamente debilitado ejército chileno en Miraflores.
La línea principal era la de Chorrillos de aproximadamente 15 km de largo, compuesta de baterías de artillería, ametralladoras,
minas personales, fortificaciones y trincheras para los defensores, ubicadas sobre elevaciones naturales de la zona (280 m en el
Morro Solar y Monterrico, 170 m en Sta. Teresa y San Juan57:253) escarpadas y arenosas que van desde Chorrillos por el Morro
Solar, Santa Teresa, San Juan, por los cerros de Pamplona hasta Monterrico Chico. Cerca de Santa Teresa y de San Juan
pasaban los caminos que iban desde Lurín a Lima y serían por lo tanto importantes objetivos del ataque.
La segunda línea de defensa era menos fuerte y consistía en siete reductos fortificados, pero aislados, que cada 800 m debían
impedir la entrada de tropas chilenas a la capital.
En el estado mayor chileno existieron dos planes alternativos para vencer las líneas de defensa peruanas establecidas en el plano
de la costa. El primero era un ataque frontal. Según Manuel Baquedano, jefe de las fuerzas invasoras, el ataque se haría por
terrenos conocidos y caminos amplios sin grandes exigencias a la disciplina y entrenamiento de la tropa, se mantendría un lugar
seguro en caso de retirada (la Tablada de Lurín), se contaba con el apoyo de la armada por la izquierda y por último la posibilidad
de romper las líneas peruanas por la extensión de estas. El otro plan, de José Francisco Vergara, el nuevo ministro de guerra en
campaña de Chile, era un ataque envolvente por la derecha, siguiendo el lecho del río Lurín, por el camino de Manchay hacia el
noreste hasta Ate, permitiendo con esto tomar Lima sin disparar un tiro y luego caer por la espalda a las defensas peruanas.
Ambos planes tenían ventajas y desventajas. El plan de Vergara evitaba el ataque frontal sangriento del primero, hacía inútiles los
atrincheramientos y fuertes peruanos, generaría un efecto moral negativo en los peruanos y cortaba la línea de retirada peruana
hacia la sierra, pero perdía el apoyo naval y necesitaba una marcha larga por un terreno angosto de quebradas y desfiladeros
susceptibles a sorpresas, un terreno dificíl para conducir los bagajes y la artillería de arrastre, marchar en un terreno sin aguada
para abastecer al ejército y en caso de derrota se les podía cortar la retirada a Lurín. Finalmente, Baquedano y su estado mayor
impusieron el plan de un ataque frontal contra las líneas de defensa peruanas. 57:368;369
Batalla de San Juan y Chorrillos
Artículo principal: Batalla de San Juan y Chorrillos
Martiniano Urriola (con uniforme), quien en 1883 comandó la ocupación de Ayacucho, y Marcos Maturana (con poncho), jefe del Estado Mayor del
Ejército Expedicionario en la campaña de Lima, observan los cadáveres de los sirvientes de un cañón peruano tras la batalla de Chorrillos.
A las 16:00 horas del 12 de enero de 1881 las tres divisiones que formaban el ejército chileno comenzaron a salir por diferentes
caminos del campamento de Lurín hacia las defensas de Chorrillos para enfrentar desde las 5:00 horas del día siguiente a los
cuerpos del ejército peruano comandados por Iglesias (Morro Solar-Santa Teresa), Cáceres (Santa Teresa-San Juan) y Dávila
(San Juan-Monterrico chico). Ante el empuje chileno, las fuerzas peruanas debieron abandonar San Juan y Santa Teresa a las 9:00
horas35:658-661 para reorganizarse, algunos en Chorrillos, otros en Morro Solar, donde Lynch había sido rechazado tempranamente
en el intento de desalojar a Iglesias de esa posición. Con los refuerzos llegados del centro, los chilenos lograron vencer las
defensas peruanas del Morro Solar cerca de las 12:00 del día. 35:658-661 La batalla continuó en el balneario de Chorrillos donde se
atrincheraron en casas y azoteas los peruanos desalojados del Morro Solar, Villa, Santa Teresa y San Juan, apoyados entre otros
por un tren blindado enviado desde Lima. A las 14:00 horas los chilenos habían vencido la primera línea de defensa de Piérola.
Batalla de Miraflores
Artículo principal: Batalla de Miraflores
Tras la derrota peruana de Chorrillos se acordó en el Armisticio de San Juan, una tregua para fijar condiciones que reestablecieran
la paz, pero por causas no aclaradas el 15 de enero se inició la lucha en la segunda línea de defensa de Miraflores, que comenzó
cuando las fuerzas chilenas todavía no se habían alineado frente a la defensa peruana. Las fuerzas peruanas hicieron al comienzo
bastante presión a una de las divisiones chilenas en la batalla, pero con la reorganización y contraataque chileno se vieron
sobrepasados y fueron derrotadas.
Crítica
La división de las fuerzas peruanas en dos líneas ha sido criticada. El analista militar y escritor Francisco Machuca cita a Napoleón
Bonaparte: «El general que conserva parte de sus fuerzas para servirse de ellas al día siguiente esta perdido». 57:361 Después de las
batallas, hubo saqueos en Chorrillos por algunos destacamentos chilenos y también en Lima por soldados peruanos dispersos que
luego fueron controlados por la organización de residentes extranjeros.
Las batallas de Chorrillos y Miraflores han sido las mayores batallas en la historia de América del Sur, en consideración al número
de combatientes: 45 000 en Chorrillos y 25 000 en Miraflores.35:658-661 Se estima el número de soldados muertos entre 11 000 y
14 500 y los heridos en 10 144.23:348-349
Ocupación de Lima y el Callao
La ocupación de Lima por el ejército chileno se inició el 17 de enero, ese mismo día eran destruidos los fuertes del Callao y las
naves peruanas restantes de su marina fueron varadas, incendiadas o hundidas por orden de la autoridad naval para evitar su
captura por fuerzas chilenas que al día siguiente ocupaban el puerto.58:159 Se restableció el orden en la capital, en las zonas de
ocupación, y se reiniciaron las actividades. Tras el regreso a Chile del general Baquedano con parte del ejército, asumió
brevemente con el cargo de jefe del ejército de ocupación Cornelio Saavedra y luego fue remplazado, también brevemente,
por Pedro Lagos. Por último, Patricio Lynch quedó a cargo de la plaza y de los territorios ocupados, de norte a sur de la costa
peruana, hasta la finalización de la guerra en 1883. El contingente del ejército chileno que mantendría la ocupación de parte del
territorio peruano, desde este momento hasta el final de la guerra, variaría entre 9997 a 12 769 hombres distribuidos en distintos
puntos.59:227-230
Campaña de la Breña
La resistencia peruana basada en una guerra de guerrillas fue organizada con tropas regulares e irregulares por Andrés A.
Cáceres40:390 (centro), L. Montero e M. Iglesias (norte) y P. del Solar (sur)40:389 aunque Dellepiane nombra la relación entre ellos
como tortuosa40:390 debido a sus luchas internas. La breña de los Andes Centrales presenta una topografía adecuada para las
guerrillas, y además existían elementos humanos, aunque sin entrenamiento y con escaso armamento para una lucha prolongada.
Para el ejército invasor, la región era insalubre (piques y disentería),35:306 desconocida, de difícil acceso y el suministro debía
hacerse por el largo y peligroso camino a Lima, cuya línea de ferrocarril llegaba solamente hasta Chicla, comprarlo a elevados
precios a los lugareños o requisarlo, lo que exacerbaba aun más la resistencia peruana.
También el factor información jugaba en contra de las tropas chilenas: mientras Cáceres era informado por la población de
cualquier movimiento, número o siquiera intención de los chilenos, estos a menudo no sabían cuál dirección seguir en la
persecución de las fuerzas peruanas. La guerrilla obligaba a los invasores a dispersar sus fuerzas, volviéndolas vulnerables a
ataques en masa de estas fuerzas irregulares. Las ciudades y poblados de la región eran ocupados y desocupados por los
rebeldes según hubiese o no fuerzas militares chilenas en ellas evitando así un combate frontal entre ejércitos regulares. De hecho
la primera batalla de Pucará y la batalla final en Huamachuco fueron los únicos enfrentamientos dirigidos por Cáceres, desde la
creación de su ejército. Combates, escaramuzas, persecuciones y emboscadas fueron la norma de enfrentamiento.
Si bien en la campaña de la Breña hubo varios focos de resistencia liderados por distintos caudillos peruanos, las operaciones
principales de esta etapa de la guerra fueron las expediciones enviadas a la sierra central de Perú, la mayoría para combatir las
fuerzas organizadas por Cáceres, y la expedición sobre Arequipa para desarticular la última fuerza peruana de consideración
organizada por Montero en esa ciudad.
Expedición de Letelier el mando del teniente coronel Ambrosio Letelier que la efectuó el 15 de abril de 1881, es decir, apenas
tres meses de ocupada Lima. Sus fuerzas marcharon desde esa capital y ocuparon en forma sucesiva desde Cerro de Pasco
(norte) hasta Huancayo (sur) y desde Chicla (oeste), la última estación del ferrocarril de Lima, hasta Tarma (este). Todavía no se
había formado una resistencia organizada, por eso una pequeña fuerza pudo ocupar una región tan vasta y dispersar fácilmente a
las pocas agrupaciones armadas. Sus resultados fueron devastadores por los atropellos que Letelier cometió contra la población de
la zona, provocando la rebelión de los campesinos y el reclamo de los ciudadanos de países neutrales. El contraalmirante Lynch,
que remplazó en mayo a Lagos en su cargo, ordenó el regreso inmediato de la expedición al conocer las tropelías de Letelier en la
zona.
Al emprender Letelier su retorno a Lima, a mediados de junio, ocurrieron varios enfrentamientos entre destacamentos chilenos y
grupos armados organizados. Con su llegada a Lima el 4 de julio, Letelier fue sometido a una corte marcial por apropiación
indebida de dineros y enviado a Chile.23:312
Expedición de 1882
Combates en la Sierra durante 1882 (excepto el de San Pablo que ocurrió en el norte).
Soldado chileno Luis Sanjurjo65 con abundantes verrugas "mulares", o enfermedad de Carrión, contagiado seguramente en una de las quebradas
La resistencia militar liderada por Cáceres en las regiones sur y centro andinas se acentuó luego de la primera expedición chilena a
la zona.
El segundo año de ocupación, 1882, el gobierno en Santiago ordenó a Lynch enviar una expedición de 5000 hombres a la sierra
para acabar con el ejército de Cáceres que se concentraba en Chosica, a las puertas de Lima. El 1 de enero comenzaron a
movilizarse las fuerzas chilenas desde Lima, divididas en dos columnas, bajo el mando de Lynch, ejecutando un movimiento de
tenazas y persecución. Más tarde el coronel José Francisco Gana Castro tomó el mando para ser sucedido después por el
coronel Estanislao del Canto Arteaga, que continuó las operaciones militares con 2300 hombres en persecución de Cáceres que se
retiraba al interior. El 5 de febrero logró alcanzarlo y darle batalla en el Primer Combate de Pucará aunque sin resultados
concluyentes. Cáceres prosiguió su retirada hacia Ayacucho para poder reorganizar sus diseminadas fuerzas en ese lugar y luego
lanzar una contraofensiva. El coronel Del Canto por su parte ocupó el valle del Mantaro distribuyendo sus tropas por toda la zona.
Las tropas chilenas, con la expresa orden de ganarse la buena voluntad de la población mediante un comportamiento correcto,
habían ocupado sucesivamente Tarma, Jauja, Huancayo hasta Izcuchaca. Pero la contraofensiva de Cáceres en conjunto con los
ataques de las fuerzas irregulares de campesinos, enardecidos por la expedición de Letelier el año anterior, impidieron cualquier
tipo de confraternización entre los chilenos y los pobladores del valle. El 9 y 10 de julio la guarnición chilena en Concepción
fue aniquilada por una fuerza conjunta de regulares y montoneros peruanos. Debido al hostigamiento del enemigo, la falta de
aprovisionamiento y las enfermedades la fuerza expedicionaria chilena se tuvo que retirar de la zona bajando a Lima en los
primeros días de agosto. La fuerzas chilenas durante la expedición sufrieron la pérdida de 534 hombres: 154 en combate, 277 por
enfermedad y 103 por deserción (20 % aprox.).35:306 Por su parte, Cáceres sufrió fuertes perdidas entre muertos en combate y
enfermedad y también deserciones, por lo que debió aumentar sus fuerzas con nuevos reclutas para futuras acciones militares.67
Grito de Montán[editar]
Artículo principal: Grito de Montán
Entre tanto, Miguel Iglesias, ex-ministro de defensa de Piérola antes de la caída de Lima, y que había sido nombrado jefe político y
militar del norte peruano tras la ocupación de Lima, había organizado las fuerzas de ese sector para hacer frente a las
expediciones chilenas. Pero Iglesias, luego del combate de San Pablo el 13 de julio y la posterior ocupación chilena de varios
poblados de la zona, entre ellos Cajamarca el 8 de agosto, llegó al convencimiento de que la guerra debía ser terminada o que
destruiría al Perú. Desde su punto de vista, era inconcebible que continuara la sangría cuando resultaba evidente que la derrota
peruana era irreversible. Muchos observadores neutrales eran también de la misma opinión. En Europa y el resto de América se
veía con escándalo que la guerra continuara indefinidamente.
El 31 de agosto, Iglesias lanzó el Grito de Montán exigiendo la paz, aun con cesiones territoriales, y proclamó su autoridad sobre
siete departamentos del norte peruano: Piura, Cajamarca, Amazonas, Loreto, Lambayeque, La Libertad y Áncash. El 1 de enero de
1883 una Asamblea designó a Iglesias como Presidente Regenerador del Perú. Lynch, aunque escéptico al comienzo con este
suceso, tras la desafortunada experiencia con García Calderón y luego con Montero, lo apoyó por orden del gobierno chileno.
Montero y Cáceres no reconocían la autoridad de Iglesias, por el contrario, mantenían la idea de seguir la lucha contra las fuerzas
chilenas hasta alcanzar una paz sin cesión territorial. Debido a la posición tomada por Iglesias frente a la guerra con Chile, se
dieron varios enfrentamientos en el norte peruano entre las tropas organizadas por el gobierno iglesista y fuerzas opositoras.68
El 3 de mayo el gobierno de Iglesias acordó con Chile, luego de una discusión previa iniciada por sus respectivos representantes,
las bases de la paz definitiva. Iglesias firmó este convenio posteriormente en Cajamarca. 35:420
Expediciones en 1883[editar]
Operaciones en 1883
abril-julio
septiembre-noviembre
Mapa a la izquierda, Arriagada persigue a Cáceres hasta Yungay y Cáceres persigue a Gonzales hasta Huamachuco. Mapa a la derecha, ocupación
de Arequipa y Puno por Velásquez. La ocupación de Ayacucho por Urriola no aparece en los mapas.
Al inicio del tercer año de ocupación, y con la expectativa de firmar la paz, el gobierno en Santiago ordenó a Lynch enviar una
nueva expedición para desbaratar las fuerzas lideradas por Cáceres, que aun se oponía al acuerdo entre el gobierno chileno y el
de Iglesias para finalizar la guerra. Políticamente, la expedición tendría además la misión de dar a conocer, explicar y exigir apoyo
para el gobierno de Iglesias por lo que también se ordenó tratar correctamente a la población civil y pagar por los productos
recibidos para sostener a las tropas, aunque se debía ajusticiar a todo regular o irregular peruano de la resistencia tomado
prisionero y también a los oficiales que los dirigían, de los cuales varios habían sido anteriormente prisioneros en la campaña
pasada y al ser liberados habían incumplido su promesa de no levantarse en armas contra el gobierno de ocupación.
El plan de Lynch era perseguir, encerrar y abatir con dos divisiones a las fuerzas de Cáceres, que en esos momentos se
encontraba en Canta, y si escapaba, realizar una persecución sostenida empujando al general peruano por el Callejón de
Huaylas hacia el norte donde otra división menor le obligaría así a dar la batalla decisiva, si no era derrotado antes. El 7 de abril el
coronel Juan León García salió de Lima con 1800 hombres para atacar a las fuerzas de Cáceres que se encontraban en Canta,
pero este, enterado del avance chileno, se retiró hacia Tarma produciéndose solo algunos enfrentamientos entre los pequeños
destacamentos desplegados por ambas fuerzas durante la persecución. Casi paralelamente a la división de León García, salió a
mediados de ese mes de Lima hacia Lurín el coronel Del Canto con una fuerza de 1500 hombres que tenía la orden de dirigirse a
Chicla para apoyar el despliegue de los destacamentos comandados por el coronel Martiniano Urriola que estaban despejando el
sector de los montoneros que rondaban. En Chicla se reunieron las tres columnas chilenas el 3 de mayo, y J. León G. tomó
algunas tropas de Del Canto y de Urriola, para continuar la persecución de Cáceres hacia Tarma pero el jefe peruano se había
retirado de ese lugar enfilando hacia el norte el 21 de mayo. El 26 de mayo llegó Del Canto a ese poblado, tomando por orden de
Lynch el mando de todas las fuerzas, que eran 3334 hombres, y prosiguió la persecución de Cáceres pasando por Palcamayo,
Junín, Carhuamayo, San Rafael, Salapampa, Chavinillo y Aguamiro. En este último lugar llegó el 12 de junio el coronel Marco
Aurelio Arriagada, que tomó el mando de la división y continuó la marcha al norte siguiendo al ejército de Cáceres.
Para Arriagada y Cáceres el trayecto significó graves pérdidas. Las fuerzas chilenas llegaron hasta Yungay el 23 de junio solo para
constatar que Cáceres había abandonado la ciudad. Sin información fidedigna a disposición, la división chilena marchó de vuelta
hacia el sur, creyendo, equivocadamente, perseguir al general peruano. Arriagada, al no encontrarlo, abandonó la persecución y
volvió a Lima el 5 de agosto contabilizando un total de 732 bajas (21 %) de los cuales hubo 130 muertos por cansancio, 28
desaparecidos y 574 enfermos, sin muertos en combate.35:462 Por su parte, a Cáceres se le habían unido las fuerzas del
coronel Isaac Recavarren en Yungay, y creyendo que Arriagada todavía lo perseguía, continuaron la marcha hacia el norte para
evitar el encumbramiento de Miguel Iglesias. Previendo ese desarrollo, Lynch que había situado una división en el norte al mando
del coronel Alejandro Gorostiaga con 1000 hombres, le ordenó a este jefe cerrarle el paso a Cáceres hacia Cajamarca en
Huamachuco reforzando además sus fuerzas que llegaron a contabilizar 1736 hombres. 69
El 10 de julio las fuerzas de Gorostiaga derrotaron a las de Cáceres en la batalla de Huamachuco, con grandes bajas en el ejército
de Cáceres, y decepción entre quienes se oponían a la cesión de territorios. Todo ello consolidó al gobierno de Iglesias, al
convencerse sus detractores de la futilidad de continuar la guerra. Con este triunfo, la última fuerza peruana de consideración era el
ejército de Montero en Arequipa de 550070 hombres, por lo que el mando chileno envió en septiembre hacia esa ciudad una fuerza
de 640035:292hombres al mando del coronel José Velásquez Bórquez para derrotarlos, y, simultáneamente, se envió una expedición
de 1554 hombres al mando del coronel Urriola para pasar por Jauja y Huancayo, ocupar Ayacucho e impedir que Montero la
ocupase y uniese sus fuerzas en la sierra central con las reducidas fuerzas de Cáceres. El 1 de octubre, luego de varios
enfrentamientos menores con montoneras que fueron dispersadas, Urriola entró en Ayacucho donde Cáceres se había asentado
tras Huamachuco. Cáceres se vio obligado a retirarse hacia Andahuaylas. Por otra parte, el 29 de octubre, la ciudad de Arequipa,
donde Montero concentraba las últimas esperanzas de resistencia, capituló y fue ocupada pacíficamente por las fuerzas del coronel
Velásquez tras un alzamiento en aquella ciudad que obligó a Montero y su comitiva a huir hacia Bolivia, alejándose este jefe
peruano en forma definitiva de los acontecimientos de la guerra y trasfiriendo su poder a Cáceres. 35:556 El mando chileno completó
la ocupación militar de la línea Mollendo-Arequipa con la ocupación de Puno, que era, desde el Perú, la puerta de entrada a Bolivia.
En cuanto a Urriola, enterado de la ocupación de Arequipa y ante la falta de suministros se retiró de Ayacucho el 12 de noviembre,
y tras algunos combates menores con las montoneras durante su regreso, llegó a Lima el 12 del mes siguiente. Algunos poblados
de la sierra central quedaron custodiados por destacamentos chilenos hasta la consolidación de la paz con Perú a mediados de
1884.35:565-566
El éxito de las operaciones militares chilenas finalizó la resistencia peruana, afianzó el gobierno de Iglesias para obtener la paz
definitiva con Perú y ejerció presión militar sobre el gobierno boliviano para encaminarlo en la misma dirección. 35:559
El 18 de octubre de 1883, Chile reconoció oficialmente al gobierno de Iglesias sobre Perú y el 20 de octubre se firmó el Tratado de
Ancón, que posteriormente fue aprobado por la Asamblea Constituyente del Perú. Este acuerdo estableció, entre otras cosas, la
cesión definitiva de la región de Tarapacá a Chile y la ocupación de las provincias de Arica y Tacna por un lapso de 10 años, al
cabo del cual un plebiscito decidiría si quedaban bajo soberanía de Chile, o si volvían al Perú. El 23 de octubre Lynch se retiró de
Lima que fue ocupada por las fuerzas de Miguel Iglesias,35:525 para asumir el gobierno del Perú. El 4 de agosto de 1884 las últimas
fuerzas expedicionarias chilenas abandonaron el puerto del Callao y el resto de los territorios ocupados al norte de la línea del río
Sama.
La base de la resistencia de Cáceres, que había sido hasta entonces la rebelión de campesinos e indígenas contra los chilenos,
había cambiado y las montoneras luchaban ahora contra "los blancos", chilenos o peruanos. En junio de 1884 Cáceres aceptó el
Tratado de Ancón, como un «hecho consumado».35:604
Florencia Mallon considera que las verdaderas razones de Cáceres eran que:
Mucho antes que la guerra civil terminara, Cáceres se convenció que para construir una alianza que lo llevara al palacio presidencial, el
tenía que aunar fuerzas con los hacendados como clase, incluidos aquellos que habían trabajado con los chilenos. La única manera de
hacerlo era dando a los hacendados lo que ellos pedían y reprimir a las guerrillas que habían hecho posible la campaña de la Breña.71
Después de la guerra, las diferencias entre Cáceres e Iglesias dieron origen a una guerra civil entre los partidarios de ambos
líderes, que finalizó luego de varias acciones militares en 1885 con el triunfo del primero.
Bolivia desde su retirada de la guerra había tomado una actitud expectativa, pero tras el acuerdo Perú-Chile de 1883 (Tratado de
Ancón) y la movilización de tropas chilenas a su frontera, firmó el 4 de abril el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884, por el
cual, entre otros, aceptó la ocupación de Antofagasta por Chile y puso fin a las hostilidades, que solo podrían ser reanudadas con
un aviso de un año de anticipación. En el tratado de 1884 no se menciona la franja 24°S-23°S, omisión que en términos
diplomáticos significa la aceptación del estatus quo, es decir, la reivindicación chilena de la franja que Chile había cedido en 1866 y
en 1874. Para zona entre el 23°S y el río Loa, Bolivia solo aceptó la ocupación militar de hecho, no hubo una cesión, la que
ocurriría en el tratado de paz de 1904.
Análisis de la guerra[editar]
Estrategia, medios y tecnología militares[editar]
Daños provocados por un disparo del Huáscar en la corbeta Abtao durante el segundo combate naval de Antofagasta. La guerra ocurrió durante una
fase de rápidos adelantos técnicos y los buques participantes tenían blindaje, ametralladoras, propulsión a vapor y cañones de retrocarga pero
también velamen y espolón. De hecho la Esmeraldafue hundida por el espolón del Huáscar y Prat murió al intentar capturar el blindado peruano por
abordaje.
El control del mar fue esencial para la ocupación de una región desértica accesible casi solo por la costa: el abastecimiento de
agua, alimento, munición, forraje, refuerzos y armas era más rápido y fácil por mar que a través del desierto o de las montañas.
Pero mientras la armada chilena intentaba bloquear los puertos peruanos, la marina peruana realizó una estrategia más atrevida,
actuando agresiva y dinámicamente contra los puertos y las líneas de transporte chilenas, demorando 6 meses el comienzo de los
desplazamientos militares chilenos, a pesar de la superioridad numérica de las fuerzas navales de Chile. Tras la eliminación de
los buques capitales del Perú, fue imposible detener los desembarcos chilenos y los defensores se encontraban a cientos de
kilómetros de las ciudades proveedoras mientras que las tropas chilenas tenían barcos proveedores solo a pocos kilómetros de la
costa.
Las tropas chilenas utilizaron una temprana forma de la guerra anfibia, que combinaba las fuerzas navales, del ejército, unidades
especializadas y lanchas de desembarco de fondo plano especialmente construidas para ello. 72
La estrategia militar chilena enfatizó el ataque preventivo, ofensivo y la combinación de armas, movilizando y desplegando sus
fuerzas antes que sus contendores y llevando la guerra a los territorios bolivianos y peruanos. 73:163 El ejército chileno desembarcó
tropas en lugares determinados para separar a las agrupaciones aliadas y aislarlas de sus ciudades proveedoras.
Perú y Bolivia presentaron, en tierra, con pocas excepciones, una guerra defensiva, basándose en lo posible en fortificaciones con
artillería y minas.
Tras la ocupación de Lima, la guerra tomó otro cariz, el teatro de guerra fue la sierra peruana con una considerable densidad de
población que daba apoyo, cobijo y abastecimiento a las guerrillas y montoneras. En cambio las tropas chilenas se encontraban
lejos de sus fuentes de abastecimiento, ya fuesen las ciudades peruanas costeras ocupadas o sus naves. Más aun, la geografía le
era desconocida, difícil de transitar, y expuestos a emboscadas.
Ambos bandos utilizaron la tecnología militar moderna, tales como artillería y fusiles de retrocarga, ametralladoras,
torpedos, torpederas y buques blindados. Perú utilizó minas terrestres y Chile lanchas de desembarco. Durante la guerra Perú
desarrolló el submarino Toro que no alcanzó a ser utilizado y fue autohundido. Además, se diseño en Perú un globo
aerostático como arma de observación y como instrumento para el disparo de proyectiles desde el aire, pero la falta de tiempo y de
dinero no hicieron posible concretar el proyecto.42:129
Para la movilización de tropas a los frentes de batalla, además del uso de la vía naval en buques de transporte y las marchas a pie,
se utilizó el transporte ferroviario que era una tecnología que ya estaba incorporada por lo menos en Chile y Perú desde mediados
del siglo XIX, permitiendo de este modo movilizar pertrechos y tropas de una forma más rápida y con mayor comodidad, aunque la
línea férrea no siempre llegaba a todos las zonas donde se desarrollaban las acciones militares. En el caso de Perú, este también
utilizó trenes blindados.
William F. Sater sostiene que las ventajas de las nuevas tecnologías como el fusil de retrocarga, con estrías, el casquillo metálico,
los torpedos, los ferrocarriles y los telégrafos no fueron utilizados consecuentemente por los beligerantes, en parte por falta de
infraestructura, conocimientos, personal adecuado o por faltas en la estrategia militar.
En la búsqueda de las razones del desenlace, el historiador estadounidense W. Sater postula que Chile venció a los aliados gracias
a su control sobre el estrecho de Magallanesque le permitía abastecimiento expedito al contrario de los aliados que dependían de
terceros países para transitar sus materiales, a su infraestructura civil y sus instituciones políticas, y lo mas importante, gracias a
las cualidades intelectuales y experiencia práctica de su cuerpo de oficiales. La estabilidad política había permitido formar
generaciones de oficiales con, por lo menos, conocimientos básicos de su oficio. 23:353
Sater resalta el valor y la tenacidad de unidades militares aliadas que resistieron hasta más allá de su deber y la inteligencia de
oficiales como Grau y Cáceres.23:354 También es extraordinariamente severo en calificar a los estrategas chilenos: J. Arteaga como
«senescente»,23:353 E. Escala como «retrógrado obsesivo»,23:353 Baquedano como «primitivo»,23:353 W. Rebolledo como
«hipocondríaco»23:356 y a Simpson como «alcohólico».23:356
Durante la guerra, el buque estadounidense USS Wachusett (1861) estaba estacionado en el puerto del Callao bajo las órdenes del
capitán Alfred Thayer Mahan para proteger los intereses de sus conciudadanos. Posteriormente escribió The Influence of Sea
Power upon History una obra que realza la importancia del poder naval en la historia.7475
La guerra fue un hito dramático en la historia de América del Sur y es una de las principales de finales del siglo XIX, por lo que ha
atraído una considerable atención académica.76
Intervención extranjera[editar]
Artículo principal: Intervención extranjera en la Guerra del Pacífico
Los intereses comerciales y financieros en la zona estaban de acuerdo en que la guerra no les era favorable porque por un lado
afectaban las vías del comercio y navegación, por otro lado dificultaban el pago de las deudas de los países beligerantes. Por esa
razón siempre buscaron terminar la guerra.77
Tras la ocupación chilena de Tarapacá, los gobiernos de Perú y Bolivia trataron de involucrar a los Estados Unidos de América a su
favor para impedir la cesión de territorios a Chile.64:41 El representante boliviano en los EE. UU. ofreció concesiones de guano y
salitre a inversionistas estadounidenses a cambio de una protección contra Chile. 78:13164:42Los grupos de intereses acreedores del
Perú, "Credit Industriel" y "Peruvian Company", ofrecieron al presidente peruano García Calderón pagar la deuda externa peruana
y las reparaciones de guerra a Chile a cambio de los derechos sobre la explotación y comercio del guano y salitre peruanos. Con la
aquiescencia de García Calderón comenzaron a hacer lobby en los EE. UU. para impedir la cesión de territorios, siendo apoyados
por el secretario de estado estadounidense James G. Blaine.
Por su parte los diplomáticos estadounidenses temían una intervención de las potencias europeas contraria a su Doctrina
Monroe que disminuiría sus expectativas de expansión económica en Latinoamérica. Sin embargo, también había intereses
económicos personales en el asunto: el representante de EE. UU. en Lima, Stephen A. Hurlbut, aceptó una propuesta peruana de
entregar Chimbote como base naval a los EE. UU. más concesiones carboníferas, en que estas últimas quedarían a su nombre. En
ese momento Hurlbut envió una carta a Patricio Lynch advirtiéndole que los Estados Unidos de América no permitirían la cesión de
territorios peruanos.78:132 En septiembre de 1881 asumió el poder en los EE. UU. Chester A. Arthur, que no estaba dispuesto a
inmiscuirse de tal manera en los asuntos sudamericanos.
El historiador estadounidense Kenneth D. Lehmann comenta la política de su país con las siguientes palabras:«Washington se
había inmiscuido en una controversia sin tener una proposición realista: el anhelo moralizante de los EE. UU. tenía un aire de
hipocresía a la luz de su propia historia, y las amenazas veladas no eran plausibles.»64:45
En cuanto a una intervención de Gran Bretaña en la guerra, el historiador marxista británico Victor Kiernan, tras un detallado
análisis de los documentos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña (Foreign Office) enfatiza que ese ministerio
nunca contempló intervenir ni intervino activamente en el conflicto, pero en cambio, estaba sumamente preocupado de no favorecer
a algún beligerante dado que tras la guerra de Secesión, los EE. UU. obtuvieron mediante las Reclamaciones de Alabama una
indemnización británica por la construcción y venta secreta de barcos británicos a los confederados.79
Durante la guerra los beligerantes pudieron comprar armas en Europa y EE. UU. tantas como pudieran pagar (aunque no en Gran
Bretaña) y firmas como la internacional Baring Brothers no tuvieron escrúpulos en negociar con ambos lados. 80:129 81 Por ejemplo el
Perú entre 1879 a 1880 adquirió armas en los EE. UU., Europa, Costa Rica y Panamá, que eran descargadas en el Caribe
panameño, transportadas por tierra al Pacífico y de allí al Perú en los barcos Talismán, Chalaco, Limeña, Estrella, Enriqueta,
y Guadiana.82
Trato a combatientes[editar]
Véase también: Culís en la Guerra del Pacífico
El teniente de artillería Solo Zaldívar, con dos soldados, dan sepultura a un grupo de tres soldados bolivianos muertos en la batalla de Tacna. El
promontorio que se ve tras el grupo está formado por la tierra que ya cubre a otro grupo más numeroso de muertos.
Los tres beligerantes adhirieron a la Convención internacional de la Cruz Roja que protegía a heridos, prisioneros, refugiados,
civiles y otros no combatientes.23:90
Al comienzo de la guerra 30 00083 chilenos fueron expulsados de Perú y Bolivia y sus propiedades confiscadas; la mayoría de ellos
terminaron en puertos, botes y pontones peruanos a la espera de alguna oportunidad de ser transportados a Chile en barco. Se
estima que 700083 de ellos se enlistaron en los batallones chilenos que salían hacia el norte y su resentimiento tendría un impacto
sobre la guerra.25:160 En Chile, los ciudadanos peruanos y bolivianos no fueron expulsados. 25:162
Los tres ejércitos beligerantes son acusados de cometer saqueos, peruanos y chilenos se acusan mutuamente de haber rematado
tras los combates a soldados enemigos heridos.25:167 El historiador peruano Hugo Pereyra Plasencia opina que:
Hay que tener muy claro que el conflicto no fue un enfrentamiento entre demonios y ángeles, sino (lo que es muy diferente) entre invasores
e invadidos. Los excesos ocurrieron en ambos bandos. Las atrocidades cometidas por las fuerzas chilenas, además de haber sido
objetivamente más numerosas, tenían su origen y fisonomía en una guerra de agresión y de invasión, lo que sin duda las hacía pasibles de
una condena más contundente. No obstante, las mujeres muertas durante el exterminio de la guarnición chilena de Concepción, en julio de
1882, hacen recordar que no hay guerra que no sea cruel ni inhumana, por más explicaciones que se den a los hechos.84
Dado que la ley internacional no permitía ataques de civiles contra fuerzas de ocupación, el líder de la resistencia peruana en la
Sierra, Andrés Avelino Cáceres, justificaba los crímenes peruanos contra los prisioneros y enfermos chilenos con el
argumento:«Declarados fuera de la ley, anatema que los excluye hasta del seno de la humanidad, no se creían obligados a
reconocer en sus opresores derechos que se les negaba.»85
Después de la batalla de Chorrillos murió el oficial de estado mayor Baldomero Dublé Almeyda cuando intentaba junto a otros
oficiales contener los desmanes de algunos insubordinados chilenos, y las tropelías de Letelier en 1881 fueron condenadas por la
justicia militar.
Más allá de la carnicería en la guerra irregular de la Breña, en que el ejército chileno no consideraba como soldados regulares a los
montoneros y guerrilleros25:167 quienes eran sometidos a escarmiento y represalias crueles, 25:239 y en que las tropas chilenas a
veces cometían abusos contra sus pobladores que desataban venganza tras venganza, en el Perú se desarrollaba un conflicto
étnico y social entre su población indígena,86 los trabajadores chinos esclavizados en Perú8788 y los blancos y criollos de la clase
dominante. El 2 de julio de 1884 el guerrillero Tomás Laymes y tres de sus hombres fueron ejecutados en Huancayo por las
fuerzas de Cáceres debido a las atrocidades cometidas por las guerrillas contra las poblaciones peruanas de villorrios y ciudades.86
En Ayacucho, la población indígena se rebeló contra "los blancos" y en Chincha la población negra se organizó en bandas contra
los dueños de las haciendas de "Larán", "San José" y "Hoja Redonda". Solo el ejército peruano logró reprimir la revuelta. 89 Pero
también había tensiones étnicas entre negros y chinos. En Cañete, 2000 chinos fueron masacrados por negros en las haciendas
"Montalbán" y "Juan de Arona".9023:324
Saqueos y requisiciones[editar]
Véase también: Expoliación de bienes culturales peruanos durante la Guerra del Pacífico
Caricatura publicada en la revista chilena El Padre Cobos en 1882. El ministro Balmaceda lava sus manos en inocencia y ordena al intendente de
Santiago, Mackenna, deshacerse del pesado león peruano. La élite de Santiago observa con placer la llegada de la estatua. El padre Cobos y un niño
Los saqueos y las contribuciones de guerra durante el conflicto han sido olvidados en Chile pero son fuente de resentimiento en
Perú. El historiador chileno Milton Godoy Orellana91 distingue cuatro casos: 1) saqueos en Chorrillos y Miraflores 2) saqueos en
Lima cometidos por peruanos antes de la entrada de las tropas chilenas a la ciudad 3) confiscación de locomotoras, rieles,
imprentas, armas, etc, realizada por el ejército ocupante. Estas expropiaciones estaban permitidas por las leyes de guerra del
siglo XIX. El gobierno chileno las dirigía a través de la "Oficina Recaudadora de las Contribuciones de Guerra" cuyas tareas eran
hacer inventario, confiscar, registrar y confirmar el envío a Chile tanto como el destinatario y el remitente. El propósito de la
confiscación era obtener la paz. No existe una lista general de los bienes confiscados, pero muchos de los envíos quedaron
registrados en cartas oficiales y privadas, artículos en periódicos, listas de cargas navieras, etc. 4) la requisición de bienes
culturales peruanos. El desarrollo de las normas internacionales relacionadas con la protección de los objetos de gran valor cultural
se desarrolló en los siglos XVIII y XIX, pero la idea de proteger los bienes culturales surgió en Europa en el siglo XVIII.92
El Código Lieber de 1863, que protege incondicionalmente los objetos de arte en un conflicto armado (Art. 35), expresamente
consiente la utilización de propiedad cultural como reparación de guerra (Art. 36). 93 El historiador chileno Sergio Villalobosseñala
que los Estados Unidos de América aceptaron en 1871 la confiscación de obras de arte, pero que el proyecto de una declaración
internacional concerniente a las leyes y costumbres de guerra de 1874 consideraba que los objetos de arte debían ser protegidos.25
:230
En marzo de 1881 el Gobierno de Ocupación requisó 45 000 libros de la Biblioteca Nacional del Perú,25:230 pero de hecho
muchos de ellos fueron vendidos por peruanos en Lima por lo que es discutido cuantos de los libros quedaron en manos chilenas.
Cuando en marzo de 1881 comenzaron a aparecer los libros, la opinión pública en Chile comenzó a discutir sobre la legitimidad de
la confiscación de libros, óleos, estatuas, etc, o «robo internacional» como lo describió un periodista del periódico La Época. El 4 de
febrero de 1883 en una sesión de la Cámara de Diputados de Chile, el diputado Augusto Matte Pérez interpeló al ministro del
interior José Manuel Balmaceda sobre los «oprobiosos y humillantes» cargamentos de bienes culturales peruanos. El diputado
Montt exigió la devolución de los bienes y fue apoyado por sus colegas McClure y Puelma. El ministro prometió impedir futuras
exacciones y repatriar los objetos mencionados en la discusión. Asimismo, en 1884, Ricardo Palma,94 una vez nombrado director
de la Biblioteca Nacional del Perú, solicitó y obtuvo del presidente Domingo Santa María la devolución de 10 000 libros
sustraídos.nota 9 Sergio Villalobos considera que no había justificación para el robo. 25:233
Consecuencias de la guerra[editar]
Artículo principal: Consecuencias de la Guerra del Pacífico
Restos humanos de soldados bolivianos, peruanos y chilenos exhumados de tumbas temporales para ser sepultados definitivamente en el Mausoleo
de Tacna en 1910.97
La guerra del Pacífico tuvo una serie de consecuencias económicas, políticas, territoriales y sociales entre los beligerantes. Hubo
cesiones de territorio definitivo y temporalmente, la pérdida o el acceso de nuevos recursos naturales, cierto grado de resentimiento
en los países vencidos, y además provocó una serie de disputas y reclamaciones futuras entre los involucrados que serían
resueltos con nuevos acuerdos internacionales.
Chile, tras su victoria, tomó posesión no solo de una importante extensión territorial, sino también de enormes depósitos salitreros,
guaneros y cupríferos que beneficiaron ampliamente la construcción de nuevas obras públicas, como puertos y ferrocarriles y obras
sociales que modernizaron el país, así como también sirvieron para potenciar las fuerzas armadas, convirtiéndose en una de las
más fuertes del continente. Por otra parte, Chile también con la victoria en la guerra aumentó su influencia política en la región y
que se vio posteriormente reflejada en algunos sucesos como la crisis de Panamá en 1885 con una demostración de poder.98
Durante los siguientes años, Chile tendría que hacer frente a una serie de disputas con Bolivia y Perú, pero también con Argentina.
El salitre fue la principal fuente de riqueza de Chile hasta el descubrimiento del salitre sintético por los alemanes, durante
la Primera Guerra Mundial, y la Gran Depresión en 1930 que pondría fin al auge salitrero.
Para Perú la guerra, además de la pérdida de territorio y sus valiosos recursos naturales, significó la destrucción de parte de su
infraestructura y la ruína de su economía en muchos aspectos. El periódo posterior es conocido como la Reconstrucción
Nacional durante el cual se realizaron trabajos de recuperación, pero también cambios políticos y sociales. También el país debió
pasar por grandes divisiones sociales producto de la guerra, por un lado estaban los campesinos indígenas de la Sierra, y por el
otro, los terratenientes. Las autoridades peruanas de turno debieron someter a esos campesinos para evitar una rebelión
generalizada. Posteriormente, Perú debió saldar con Chile los asuntos pendientes del Tratado de Ancón, entre ellos, la suerte de
Tacna y Arica con el plebiscito previsto, que por variadas razones no pudo llevarse a la práctica provocando tensiones entre ambos
países. Finalmente, solo en 1929 se logró la firma del Tratado de Lima que resolvió los asuntos pendientes.99:473
Con respecto a Bolivia, con la anexión chilena de su litoral, perdió su única salida soberana al océano Pacífico, quedando relegada
a una condición de Estado sin litoral, y perdiendo igualmente los recursos naturales del lugar. Las negociaciones para la firma de
un tratado de paz se prolongaron hasta 1904. Paralelamente a la cuestión del litoral, estaba el asunto de la Puna de Atacama de
75 000 km². Al finalizar la guerra, Chile consideraba suya esa zona según el Pacto de Tregua. El Litigio de la Puna de Atacama fue
una disputa de límites entre Chile, Bolivia y Argentina, la cual se resolvió en 1899 mediante un arbitraje estadounidense que
resolvió que una parte menor de la Puna de Atacama quedaba para Chile y el resto para Argentina. 100
Una vez terminada la guerra, surgieron reclamos por los daños causados por la guerra a las propiedades nacionales de países
neutrales. En 1884 se constituyeron los Tribunales Arbitrales cada uno con tres jueces, uno nombrado por Chile, otro nombrado por
el país del demandante y el último juez nombrado por Brasil, para de esa manera, juzgar sobre reclamaciones de ciudadanos de
Gran Bretaña (118), Italia (440), Francia (89) y Alemania. El tribunal italiano acogió demandas de ciudadanos belgas y el tribunal
alemán de ciudadanos austriacos y suizos. Ciudadanos españoles se entendieron directamente con el Estado de Chile y los
estadounidenses no se acogieron a la medida en aquel entonces. De acuerdo a las normas internacionales para aquel entonces
vigentes, fueron desatendidos los casos en que: los extranjeros tenían residencia habitual en los países beligerantes, el lugar en
cuestión había sido zona de combate (el caso de Chorrillos, Arica, Miraflores, Pisagua y Tacna) y los daños habían sido causados
por soldados fuera de la jerarquía (desertores, perdidos). Solo un 3,6 % de la cantidad demandada fue concedida por los
tribunales.25:259-262