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LA PRECOLONIZACIÓN A DEBATE (parte tercera): Jose Clemente

Martín de la Cruz -comentario a su estudio, intercalando ideas


del profesor Delibes-. Capítulo 119 de: "Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo
PUBLICADO POR ANGEL GÓMEZ-MORÁN SANTAFÉ
EN: “TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE” (12/08/2018)
ÍNDICE GENERAL: Pulsando el siguiente enlace, se llega a un índice general, que contiene los más de ciento
sesenta artículos que hasta ahora hemos editado en "Tartessos y lo invisible en el arte". PARA LLEGAR A
ELLOS, hacer clik sobre:
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Los capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes
con un amplio comentario explicativo (redactado en rojo y cuya finalidad es razonar
ideas). Si desea leer el artículo entre líneas, bastará conseguir la negrilla y las letras
rojas destacadas.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Arriba, altar de oficios de Cueva de Almanzora (en un
dibujo mío). El profesor Jose C. Martín de la Cruz cita este ara fechada a fines II
milenio como ejemplo claro de influencias llegadas a nuestra Península desde el
Mediterráneo Oriental antes de la Edad del Hierro. En el presente estudio
continuamos con el análisis de la pre-colonización, comenzando por el caso de
estas mesas rituales como la de Cueva de Almanzora -rematadas con pitones de
bóvido y muy parecidas a las que existían en el mundo minóico durante las mismas
fechas-.
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ABAJO: Dibujo mío con un plano del templo de altar con cuernos, hallado en La
Encantada, Granátula de Calatrava (Ciudad Real) -según imagen y esquema del
prof. García y Bellido-. Se trata de un recinto sagrado fechado entre los siglos XVII
al XV a.C.. A mi juicio la tipología de su mesa ritual con astas, se corresponde con
las que durante la misma época existían en el Egeo (más concretamente en Creta y
Chipre).
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BAJO ESTAS LINEAS: "Terraza" próxima a la "sala del hacha doble" en Cnossos (agradecemos a su
patronato nos permita divulgar nuestras fotografías del palacio). Esta zona del "edificio real" minoico se
encuentra muy próxima a la estancia que Evans bautizó como la del "Labrys" o bipenna, de donde tomó
su nombre el Laberyntos (punto aproximado desde el que está tomada la imagen que vemos). En
aquella habitación de la bifaz, Evans encontró infinidad de estatuas votivas de diosas y sacerdotisas con
las manos en posición semejante a las astas, presididas por unos grandes cuernos en alabastro o
mármol. Diseño semejante a la cornamenta del toro que igualmente podemos apreciar decorando esta
azotea -al final del palacio y en el extremo; actuando a modo de altar, o decoración con almenas hechas de
astas-.
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La representación de esos altares rematados con dos astas es común en casi todas las épocas de Creta
antigua. Tanto, que prácticamente no hay sarcófago -cerámico- o fresco, en los que no se representen
estos dos pitones del bovino. Tan repetidos en las pinturas minóicas, donde veremos oficiantes y oferentes
que realizan sus ritos sobre aras con forma de grandes cornamentas. Por su parte, igualmente aparecen
infinidad de decoraciones de azoteas y terrazas con este símbolo -como los de Cnossos-; sobresaliendo
del templo o del palacio los enormes cuernos, quizás con el fin de identificar el edificio con la figura
sagrada del bóvido. Todo lo que ciertamente podríamos relacionar con los altares en forma de cuero
peninsulares; como residuo o recuerdo de una cultura milenaria heredada y unos ritos en parte
semejantes (llevados a cabo en el esas aras del en forma de cuero, que estudiamos). Sin lugar a dudas, a
mi juicio son esos altares minóicos -cuyo uso se extiende desde el siglo XVII a.C.- los que podemos
considerar como antecedente más directo del otros ejemplos hallados en nuestras tierras. Como el de
Granátula de Calatrava (cercano al siglo XVI a.C.) o el de Cuevas de Almanzora, fechado hacia el 1100
a.C..
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Continuamos comentando y resumiendo y la obra que hemos analizado en los dos
últimos artículos:“Contacto cultural entre el Mediterráneo y el Atlántico (siglos XII-
VIII ane) La precolonización a debate"- (1) . Libro publicado por el CSIC, que
participaron los mejores especialistas en colonización y precolonización de la
Península Ibérica; donde cada autor aportó una separata sobre el tema. En nuestras
dos entradas anteriores habíamos estudiado los trabajos aquí publicados por los
profesores: Escacena Carrasco, Torres Ortiz y López Castro. En el artículo de hoy
analizaremos el capítulo escrito por José Clemente Martín de la Cruz (intitulado El
Valle Medio del Guadalquivir). Asimismo, para su comentario incluiremos algunas ideas
de profesores como Germán Delibes; añadiendo demás, otras opiniones
(fundamentalmente personales).
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A) EL VALLE MEDIO DEL GUADALQUIVIR (José Clemente Martín de la Cruz): (2)
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Inicia este autor su artículo escribiendo (SIC): “Hace ya veinte años que
publicábamos Cerámicas inéditas del Bronce Final (...) y ¿Cerámicas micénicas en
Andalucía? (...), donde se recogían hallazgos de fragmentos de cerámicas a torno,
de dos variedades muy diferentes, en el valle medio del Guadalquivir (…)Todos ellos
procedían de la excavación del Llanete de los Moros (Montoro, Córdoba), y de niveles
con cerámicas a mano, locales, y con asociaciones de Cogotas I (…) reconocieron la
procedencia micénica de los fragmentos pintados y, con la ayuda de análisis de activación
neutrónica, el taller en el que se fabricaron, el de Micenas-Berbati (…) el problema a
partir de ese momento era, explicar qué hacían esas cerámicas en la cuenca media
del Guadalquivir, mediante qué proceso de intercambio, o contacto habían llegado y
sobre todo abrir un profundo debate sobre la caracterización socieconómica de los grupos
locales (…) estábamos tratando de buscar las razones por las que era posible el
contacto de gentes mediterráneas con culturas del mediodía andaluz, sobre todo
porque no existían problemas irresolubles en la navegación (…) La búsqueda
bibliográfica, y la comunicación personal con otros investigadores, nos llevó a la
identificación de un conjunto e restos, procedentes en su mayoría de Andalucía,
con una cronología muy dispar, pero que gran parte de ellos pueden fecharse en el
último tercio del II milenio a.C.. Incluiremos también dos hallazgos que no están en
territorio de Andalucía pero que siguen demostrando la existencia de las
comunicaciones utilizando el valle de los ríos (3) .
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De esta manera comienza el prof. Martín de la Cruz enumerando diversos hallazgos
que demuestran la llegada a nuestras tierras de gentes del Mediterráneo oriental, en
épocas anteriores a la colonización (previas al siglo VIII a.C.). Consecuentemente con
cuanto plantea el autor, vamos a aunar en cuatro grupos diferentes estas distintas
muestras de precolonización. Objetos que conforme a su tipología podemos
clasificar en: Mesas altares con cuernos; puntas de flecha y armas; cerámicas a
torno; joyas o abalorios.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Diferentes sellos minoicos dibujados por Evans en los que
se recogen altares de cuernos. Los dibujos de Sir Arthur pertenecen a su obra “The
myceanean tree and pillar cult” (1901) y han sido retocados por mí. Arriba, oficiantes
representadas junto al ara de astas en un engaste de anillo de oro.
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1º- MESAS RITUALES CON ASTAS (del totem “buey”):

Tal como vimos en imágenes, J.C. Martín de la Cruz recoge la “mesa altar” con
cuernos de Cuevas de Almanzora (en Almería). Sobre la que escribe
textualmente: “Excavado por L. Siret, (...) se propone una cronología de Argar A,
que con las actualizaciones de fechas (...) radiocarbónicas calibradas, nos acerca a
comienzos del II milenio ane” (4) . Más tarde, habla del altar con cuernos de La
Encantada (Granátula de Calatrava), acerca del que nos dice que “sus excavadores
interpretan como «templo funerario» y que vinculan con unas relaciones
constantes entre la cuenca oriental del Mediterráneo, en particular anatólicas, y la
Península Ibérica (...). La cronología obtenida por C14 para el nivel III (...) permite
fecharlo en el siglo XIV ane. (...) o entre los siglos XVII-XVI a.C. por medio de la
calibración directa de estas fechas (5) .
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A mi juicio tales mesas rituales aparecidas en la Península y fechadas hacia el 1700
a.C. descenderían directamente de las aras y símbolos cretenses; cuyas astas con
sentido sagrado proliferan en todo monumento y en los objetos de aquella cultura
-especialmente desde el Minoico Proto-Palacial (1900 a.C.) al Postpacial; llegando al
Subminoico (circa 1100 a.C.)-. Actualmente no tenemos medios para demostrar esa
llegada de gentes de Creta (o de Chipre) hasta nuestras tierras, en las épocas que
marcamos. Ello principalmente por dos motivos: Primero por la distancia en el tiempo;
ya que hablamos de hace casi cuatro mil años -el doble desde la creación del
Imperio Romano y mil años antes a la venida de fenicios o griegos hasta nuestras
costas-. En segundo lugar, es muy importante tener también en cuenta que las
culturas marineras apenas dejar restos materiales. Especialmente cuando viajan a
tierras lejanas en busca de metales y riquezas (tal como harían los egeos al venir
hacia el remoto Occidente). Pues hemos de suponer que los cretochipriotas, cuando al
comienzo del segundo milenio a.C. necesitaron estaño y cobre en abundancia -a
más de oro y plata-; hubieron de buscar estas minas navegando por mar y procurando
que otras gentes no descubrieran sus rutas. Llegado primero hasta los yacimientos de
Anatolia (que cerraron muy pronto los hititas); debiendo por ello luego viajar hasta
Cerdeña -donde abundaba un cobre arsenicado y un plomo impuro-. Aunquefinalmente
hallarían los yacimientos ibéricos. Unos filones de enorme riqueza, pureza e
importancia en oro, plata, estaño y cobre (principalmente los del litoral Atlántico).
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De tal manera, parece evidente que las culturas del mar Heládicas y Minóicas,
llegaron hasta Iberia en busca de mineral cúpreo y de casiterita -por entonces
imprescindible y cuyas minas ya se habían agotado prácticamente en el oriente
mediterráneo-. Pues durante el segundo milenio a.C. -en plena Edad el Bronce-, lo
más preciado era tener en abundancia estaño y cobre (para crear armas y
herramientas, o para comerciar estos metales). Materias primas con las que se fabricaba
por entonces todo utensilio de importancia y que tenía el enorme problema de ser
semiprecioso -al escasear sus minas-. Siendo por todo ello evidente que muchos
precolonizadores llegarían desde Creta o de Chipre a nuestras costas (riquísimas en
metales preciosos); viniendo durante los veranos, en un viaje que no necesitaría más
de tres semanas de singladura costeado. Todo lo que un marinero experimentado
podría hacer con un barco de vela y remo; pudiendo regresar cada vez al Egeo,
cargado de cobre, casiterita, plata y oro. Tras un viaje que no entrañaba riesgo alguno; al
menos si lo comparamos con los peligros a los que se enfrentaba el hombre antiguo (al
que acechaban a diario las enfermedades, los ataques de extraños, la inseguridad del
entorno y sobre todo, las guerras). Necesitando tan solo una nave de unos quince
metros de eslora, para lograr transportar más de quince toneladas de metal en sus
bodegas. Un comercio y un mercado que capitalizarían los reyes y los ejércitos del Egeo;
ávidos por hacerse con las rutas hacia el cobre, el estaño, la plata y el oro (que luego
ellos mismos consumirían; o bien que venderían a los egipcios, canaaneos e hititas).
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SOBRE ESTAS LINEAS: Figura con un altar minóico y un “oficiante” recogida por
Arthur Evans en su libro “The myceanean tree and pillar cult” -Pag 103- (6) . Como
podemos ver, el personaje que Evans vio representado, se sitúa frente a una mesa ritual
con astas, ante la que adora o bien sacrifica, un exvoto. El aspecto de ese ara con
cuernos cretense del periodo palacial, tiene mucha relación con las aparecidas en
nuestra península.
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AL LADO: Chipre (Pigadhes). Ara del Bronce Tardío -altar de Cuernos tipo minóico fechada hacia el
1200 a.C.-. El aspecto y diseño de este lugar ritual chipriota es muy semejante al que guardaban las
estelas y mesas sagradas de Creta desde el siglo XVII a.C..
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Acerca de los altares con formas de bóvidos (imitando sus cuernos o su piel),
hemos publicado varios artículos, en los que explicábamos el origen de estas
mesas rituales que copiaban al totem buey. Unas aras con “pitones” en sus esquinas o
con el diseño del cuero curtido, que se extienden desde el Mediterráneo Oriental,
especialmente durante la Baja Edad del Bronce. Habiendo sido usados desde
comienzos del segundo milenio a.C., sobre todo en las islas de Creta y Chipre;
aunque más tarde y a partir del 1100 a.C. se difundirá su utilización por tierras de
Canaan y de Anatolia. Apareciendo concretamente en áreas de influencia micénica,
como Megiddo o Israel (donde sabemos que huyeron los expulsados del Egeo y del
mundo cretochipriota; escapando de las hordas del hierro que desde el siglo XI a.C.
arrasaron el oriente mediterráneo). De tal manera, para comprender mejor cuanto
expongo; vamos a resumir algunas de las ideas contenidas en mis artículos, donde
trataba acerca de esos altares de la Edad de Bronce con forma de bovino. Capítulos
entre los que desearía destacar los siguientes (7) :
-LOS BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/los-bueyes-de-gerion-y-el-altar-piel-
de.html
-EL ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN
NEOHITITA: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/el-altar-del-toro-y-su-
posible-origen.html
-LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte
primera-:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-
de_29.html
-LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte
segunda-:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-
en-piel-de.html
-LA TARSHISH BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS,
SEMEJANTES A LOS
CANAANEOS: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/04/la-tarshish-biblica-y-los-
altares.html
-ALTARES TARTESSIOS, CULTOS CTÓNICOS Y
CRISOLES: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/altares-tartessios-cultos-
ctonicos-y.html
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En el primer capítulo de los arriba mencionados (LOS BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE
TORO),comenzábamos una serie que se iniciaba explicando el significado que tenían aquellos “bueyes
de Gerión” robados por Herakles. Toros o cueros que a mi juicio tan solo sublimaban en un mito el modo
en que los griegos llegaron a La Península Ibérica, para llevarse los metales. Lingotes que por entonces
se fundían o valoraban como cabezas de ganado; y que Hércules (el símbolo de las gestas helenas) logró
“robar” de las tierras de Gerión, para llevarlos hasta su patria. De tal manera, aquellas piezas de bronce y
estaño con forma de cuero; no solo eran “talentos” valorados en reses (en pecunia), sino que además
significaban la “moneda” más antigua. Señalando una forma de trueque primera, que sabemos se hizo con
las hachas de metal cúpreas; bifaces de bronce cuyo diseño se asemeja bastante al del cuero
curtido. Existiendo evidencias arqueológicas a mi juicio de que aquellas bipennas planas -del tercer y segundo
milenio a.C.-; primero se usaron como moneda y más tarde se identificaron con las pieles bovinas y ovinas.
Aunque solo fuera para establecer entre ambos objetos un precio comparativo y así poder comerciar;
cambiando hachas por curtidos, o bifaces por cabezas de ganado.
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Consecuentemente escribíamos en este primer artículo nuestro el modo en
que hemos explicado en infinidad de ocasiones, que los lingotes más antiguos con los
que se comerció el bronce (principalmente en Creta, Cerdeña o Chipre, ya desde el
siglo XVII y hasta al menos el X a.C.); terminaron tomando esta forma de piel bovina,
como recuerdo del mercado más antiguo y el de sus valores más precarios -las
cabezas y pieles del ganado-. Pero no solo por ello debieron de dar esta imagen al lingote
que hoy llamamos "Keftiu" o "Piel de buey"; pues a su vez, creemos que el diseño de
fundido en cobre con bloques semejantes a un curtido, también nacería por semejanza
o plesiformía de su diseño con las hachas dobles -bipennas-. Pues a mi juicio,
aquellas dobles hachas de bronce, como objeto artificial hubieron de ser las más antiguas
monedas de cambio. Pudiendo usarse fácilmente como dinero o medio de valorar mercancías
-muy anterior a la llegada del Hierro y a las acuñaciones de metal noble-. Todo expuesto añade a su vez
gran sentido a la sacralización de estas hachas dobles, denominadas en Creta "labrys" y que daban
nombre a templos como el del "Laberynto" (en Cnossos). Una sala donde se oficiaba en honor de aquel
arma cuyo significado religioso fue semejante al posterior martillo de Thor, a la lanza de Atenea o al rayo de
Zeus -como símbolo de la protección divina, del metal guerrero y del progreso-. Por lo que en época
micénica y minoica se adoraba a estas hachas dobles, cuya linea es semejante a una piel de toro
simplificada. Tanto, que creemos que esa fue la razón por la cual el lingote cúpreo (con el que fabricaban las
armas -en general-), terminaría finalmente fundiéndose con un diseño similar al del pellejo del bovino y al de
una Labrys -o bipenna-. Como símbolo del metal protector y a su vez como el del totem de la guerra: El
toro, tan reverenciado por aquellas culturas mediterráneas más antiguas.
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Repetiremos así que los pectorales del referido tesoro de El Carambolo , a mi juicio
fueron el símbolo de aquellos bueyes del monarca de Tartessos. Porque los "toros"
de color cúpreo del rey Geriones, realmente significaban las riquezas en cobre
-estaño, oro y plata- que abundaban en la Península. Unos bienes o pecunias que
venían a llevarse (o a hurtar) los intrépidos colonizadores llegados desde las más
lejanas tierras del Mediterráneo. Griegos y fenicios, helenos, cretochirpiotas o canaaneos; a los que
les unía la ambición de alcanzar El Dorado de la Antigüedad, que se situaba una vez más en el remoto
Occidente. En el lejano Oeste; llamado Hispania o Iberia porque a mi juicio la palabra Iberia, al igual que
Hesperia (Spal e Hispania), significaban el lugar del Atardecer, el del Ocaso. Allí donde hace tres mil años
terminaba "el Mundo" y estaban las minas más ricas conocidas por entonces. Unos yacimientos que controlaba
principalmente el monarca, o los nobles asentados en el Bajo Guadalquivir; quienes cerraban el camino hacia
Rio Tinto, hacia Almadén, el Duero, Orense y largo etcétera de tierras plenas de oro. Siendo por ello
comprensible que el rey de Tartessos luciera en su pecho aquel lingote áureo, como símbolo de las vacadas de
Gerión; siendo aquel rey turdetano conocido en el Mediterráneo Antiguo como el monarca de los metales (8) .
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BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado, dibujo esquemático de un sacerdote junto


a este ara con pitones, procedente de un diseño de comienzos del segundo milenio.
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ABAJO: Altares de cuernos hallados por el mismo arqueólogo (según dibujos del
referido libro de Arthur Evans, que hemos retocado).
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En mi siguiente artículo acerca de las aras con cuernos (EL ALTAR DEL TORO Y SU
POSIBLE ORIGEN NEOHITITA -análisis del estudio de Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y
Torres-); hablábamos sobre "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de
toro" (9) . Siguiendo un trabajo de los autores antes citados en cuyo comienzo leemos que los
investigadores consideran a esos altares domésticos (llamados "Eschára" o bien "Ashera") con un
origen en el hogar -o el megarón- situados en la habitación principal del palacio. Posteriormente, aquel
ara pasaría a relacionarse con el culto dinástico de los reyes y nobles; aunque al desacralizarse la
monarquía en la Hélade, estas aras salieron de palacio y se incluyeron en los templos; asociándolos al
banquete sagrado (unidos a la cocina ritual y al sacrificio sobre el fuego). Todo lo que a su vez se relaciona
con un descubrimiento del profesor Martín Almagro Gorbea, llevado a cabo en la tumba de Pozo Moro;
donde encontraron igualmente en su planta este diseño taurodérmico. Hallazgo que se produce al
comienzo de la excavación y cuando el investigador observa cómo el suelo guarda este diseño del curtido. Lo
que sucede a mediados de los años setenta, poco después de que Kukahn y Blanco Freijeiro
igualmente se habían percatado de la aparición de aquel modelo -piel de toro- en objetos de tipo
tartessio. Observando que en la bandejita de La Joya (yacimiento onubense) se representaban multitud de
cueros o de lingotes llamados "keftius" (cretenses).
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Seguíamos diciendo como así comprendemos perfectamente que el profesor Almagro Gorbea
considere una influencia plenamente hitita (o anatólica), el altar de fuego en forma de piel taurina ; muy
extendido por tierras "turdo-ibéricas". Aunque a nosotros -personalmente a mí-, me parezca este diseño
"vacuno" más bien el de un ara de tipo mediterránea, común a todo el Bronce del Egeo y de Oriente
Medio (muy frecuente en Creta y Anatolia). Una mesa que imitaba al totem, que más tarde sería exportada
por los minoico-micénios al resto del Mediterráneo. Pese a que previamente fueron utilizadas mesas
rituales semejantes en Egipto (milenios antes), tal como se usaron en Canaan -donde aparecen ese tipo
de aras de sacrificio desde tiempos tan antiguos como en Anatolia-.
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Consecuentemente, consideraríamos más bien el altar taurodérmico como una mesa que recordaba al
crisol o la fragua del metalurgio, en la que se hacían las armas. Hoguera comúnmente alimentada por un
gran fuelle fabricado con la piel del del bóvido, que relacionaba la escena de la fundición, con el toro; al ser
este el totem de la guerra. Un animal que también era la víctima principal que se ofrecía sobre el fuego
en los recintos sagrados -o en los banquetes principales-. Pues tal como podremos leer en los escritos que
narran un holocausto en Grecia, en Egipto, en Canaan o en la misma Biblia; las grasas y los restos
principales de aquel cornúpeto, solían ser expuestos sobre en estos altares; con el fin de que el fuego
las consumiera y las elevara hacia el dios al que era inmolado el astado. Por todo ello y siendo el buey la
ofrenda más propiciatoria y la mayor de las expuestas en estos casos; en principio no es extraño que las
aras tuvieran una forma semejante a la del totem que allí se sacrificaba (o se quemaba). Aunque a decir
verdad, en zonas como Canaan o Egipto y hasta en Creta y Chipre (en el mundo minóico, el egipcio-
micénico y el canaaneo); cuanto solían imitar esos altares, era los cuernos del toro y no tanto la forma de
su piel. Consistiendo una verdadera novedad este diseño aparecido en Tartessos, donde las aras
semejaban un cuero. Una costumbre que a juicio de los investigadores que citamos, puede provenir desde
el recuerdo hitita de Telepinu, tal como nos explican en el texto que estamos estudiando; o bien de su
influencia a través de los mencionados altares Heládicos.
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De tal modo escribíamos que Almagro Gorbea, Lorrio, Mederos y Torres en el
estudio sobre "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro" continúan con uno
de los temas más interesantes acerca del significado de estas aras en forma de "res". Como lo es su sentido
relacionado con el inframundo, los infiernos, los metales, las riquezas y el misterio de la germinación y
la agricultura. Conceptos que "ritual y religiosamente" se denomina sentido "ctónico" y que en definitiva
se puede resumir como el sentimiento de la muerte y del enterramiento, unido al de la plantación y
germinación. Lo que culminará con la resurección del inhumado, del vegetal (o de los bienes), como
regalo de los dioses. Algo que a su vez se identificaba con el misterio de las riquezas y sobre todo con
el de las minas o de cuantos beneficios y animales nacían del interior de la tierra. Por todo ello, aquellas
libaciones (de sangre, vino o perfumes) que se hacían llegar al interior y al subsuelo a través de altares
grietas, cuevas u orificios -artificiales y naturales-. Se consideraban un "riego sagrado" propiciatorio y en
favor de los dioses ctónicos. Comúnmente relacionados con Plutón-Hades o con Perséfone-Proserpina y su
hija Kora- Creres. Habiendo sido un ritual de este tipo el que al parecer realizaron en la cámara donde se
halló la Dama de Baza (tal como pudieron comprobar los arqueólogos).
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Diferentes sellos minoicos dibujados por Evans
en los que se recogen altares de cuernos; pertenecen a su obra “The myceanean tree
and pillar cult” (1901) y han sido retocados por mí. Arriba, de nuevo el sacerdote que
oficia sobre el ara con cuernos; en dos láminas distintas. Al lado, fresco de
Cnossos donde podemos ver estos cuernos de la consagración.
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ABAJO: Detalle de un sepulcro minóico expuesto en Xania; el sarcófago en
cerámica es de periodo Neopalacial (hacia el siglo XV a.C.). En este pueden verse
claramente representados los cuernos sagrados y -en su centro- el hacha doble
(Labrys).
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Otro de nuestros artículos en los que hablábamos de las aras con cuernos durante la
Edad del Bronce se titula “LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO”.
Capítulo que comenzábamos con las siguientes palabras de los profesores Almagro
Gorbea, Lorrio, Torres Ortiz y Mederos, cuando escriben : “Este mitema de la piel de toro y
el sacrificio primordial también pudiera explicar el significado de los llamados ´morillos rituales` (...)
tradición que se ha relacionado con los ´Cuernos del Altar` que de forma reiterada cita la Biblia" (10) . A
todo ello añadíamos cómo los razonamientos que aquí nos presentan Almagro, Mederos, Lorrio y Torres, no
dejan lugar a dudas ni podemos discutirlos. Pues el mito del rey fundador que mata al toro es una
leyenda primigenia, que aparece desde Gilgamesh a Heracles y de Teseo al sacrificio de Apis. Por su parte,
la plesimorfía del altar parecido al curtido (tan reclamada por los profesores Escacena y Amores), hubo de
originarse en gran parte, debido la forma del totem allí sacrificado. Ideas que no permiten rebartirse,
aunque sí necesitan de "una gran ampliación de conceptos", pues deja enormes lagunas acerca de
varias preguntas. Entre las que quedaría por responder: ¿Por qué tan solo se da esta forma de piel, en
los altares peninsulares y no aparece en Oriente Medio?. Ya que el mito del rey fundador es de origen
Oriental, al igual que lo es la costumbre de sacrificar reses sobre una mesa.
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Acerca de las mesas rituales con forma de piel de toro de Tartessos, escribíamos tambien
cómopersonalmente creo que estos altares tartessios en forma de cuero, descienden de un diseño
minóico. Símbolo sacrosanto para Creta, desarrollado durante la época de los palacios (entre los siglos
XVII al XV a.C.) y que fue extendido durante el periodo postpalacial hacia Anatolia y Chipre (desde el XIV
al XII a.C.). Una forma nacida primero del "hacha plana" de la Edad del Bronce y que terminaría
transformada en la bipenna, como objeto de adoración (el Labrys). Diseño que pasó finalmente a
identificarse con el lingote; dando una forma parecida a las piezas de cobre fundidas, que comerciaban
los chipriotas, creto-egeos y anatolios, durante los siglos XIII al X a.C.. Talentos de unos veinte a treinta
kilos de metal, en los que imitaban de la piel del toro (aunque su forma inicial debió ser la bifaz); por ser la
cabeza de ganado y el cuero curtido, los objetos en los que se medía la economía de entonces.
Pudiéndose valorar de ese modo, a cuantas reses o pieles, correspondía cada pieza o talento; sustituyendo
estos lingotes a las hachas -con las que se debió comerciar hasta entonces, usándolas prácticamente como
moneda de cambio-”.
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Es en este momento es cuando vemos en nuestras tierras una proliferación de mesas sagradas
semejantes a las de holocausto hebreas y que reconozco como una imitación de esas aras con astas,
pero interpretadas en la forma del cueros -o de Labrys-. Un tiempo que comienza precisamente cuando
Asiria está sembrando la destrucción por todo Oriente Medio. Realizando invasiones, asedios e
incursiones que terminan por hacer caer a Tiro y Sidón; tanto como por derrotar a Israel, llevando al
cautiverio en Babilonia a la mayoría de sus habitantes. Momento histórico en el cual hemos de pensar
que cuantos fenicios y hebreos pudieran, huirían por mar de esta devastación asiria. Pues por
entonces, las guerras contra Israel comenzadas en el 722 a.C. fueron terribles; culminando con la
invasión de Nabucodonosor (quien llega a destruir el Templo en el 586 a.C., esclavizando a su población).
De tal modo es obligado considerar que en estos siglos (del VIII al VI a.C.) muchos fenicios y judíos
pudieron embarcarse en "Naves de Tarshish", huyendo del horror, para llegar hasta nuestras tierras. Un
lugar muy lejano, donde lograrían vivir sin ser subyugados o eliminados, y donde posiblemente impusieron
algunas de sus costumbres. Debiendo considerarse como perfectamente posible el establecimiento de
comunidades israelitas (junto a las fenicias) en la Península durante este tiempo que decimos; al
menos hasta que en el 536 a.C. pudieron regresar a su tierra. Debido a que trás el 537 a.C. Israel y sus
habitantes fueron liberados por Ciro, quien después de vencer a los asirios, devuelve su patria a los
hebreos. Un momento en el que también hemos de considerar que muchos de los fenicios pudieron
restablecerse en sus zonas de origen, aunque siempre bajo el dominio aqueménide.
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SOBRE ESTAS LINEAS: El altar de Tell Beer Sheva, fechado antes del siglo VIII a.C. y dibujado
por mí, tal como fue hallado en los años setenta por el profesor Aharoni. En nuestro anterior artículo vimos
una fotografía de esta pieza -actualmente en el Museo de Jerusalén-; comentando que se trataba de una mesa
pétrea de holocausto, con "cuernos" en las esquinas (que a juicio de Aharoni mediría 5 x 5 Codos S.H. de
ancho; por 2 codos de alto; 262,5 x 262,5 centímetros aprox., de mesa y 105 ctms. Aprox. de altura). Tan solo
tiene como hecho extraño que en una de sus puntas se haya grabado una cobra, lo que a mi juicio sería
fruto de los expoliadores o bien una profanación. Pese a ello, el profesor Hitchcock -uno de los mayores
especialistas en aras de este tipo canaaneas- considera que pudiera ser una figura de época,
simbolizando aquella sierpe la fertilidad.
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BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dibujo mío de diferentes altares con cuernos hallados en Tell
Miqne (fechados entre el siglo XI y el IX a.C.). Semejantes a otros muchos encontrados en ciudades de
Canaán (principalmente en Megiddo y Tell Beersheva), estas mesitas-pebeteros con astas se consideran de
procedencia sirio-chipriota y más concretamente, heredados desde el mundo
minóico. Descendiendo de los altares con cuernos existentes ya en el tercer milenio a.C. en Creta y que
también proliferaron en Chipre desde el 1600 al 600 a.C..Comúnmente se hallan unidos al culto del
aceite de oliva, lo que como dijimos, podemos interpretar desde dos puntos de vista:
El primero -a juicio mío-, porque quizás estas aras semejantes a la que vemos, fueron utilizadas como
lámparas; poniendo en su centro oleo y quemándolo con unas mechas que emergieran desde sus
cuernos. Usándolos de una forma parecida a la Menorah o candelabro judío (que en España vemos en forma
de candiles o candeleros, con modelos protohistóricos que permanecieron hasta la llegada de la
electricidad). En segundo lugar -ya expresado por el prof. Hitchock y otros-, desde la veneración a una
deidad de la prosperidad económica, pues no hay que olvidar que el aceite -a más de ser alimento,
medicina y sistema de encender lámparas- era uno de los mayores negocios en Creta y Chipre (durante el
segundo milenio a.C.). Industria heredada siglos después en Siria y en algunas ciudades de Palestina,
como Ekron; que desde el siglo X al VII gozaron con el privilegio de poseer centenares de almazaras
que abastecían incluso a Asiria (fabricas de aceite donde habitualmente se encuentran estos altarcillos).
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Por cuanto decimos, considero que la unión entre esas aras de cuernos y el aceite, está en el concepto
de "luz" simbolizado en las astas; al quemar en ellos óleo (usándolos como lámparas votivas). Pero
también en el proceso de industria y comercio de los derivados del olivo; que obligaban a una
exportación organizada, e incluso a depender de una marina mercante que lo distribuyera. Porque las
astas y las puntas se identificaban con los promontorios y con los cabos; y los cabos con los faros (encendidos
a modo de cuernos por las noches). Faros que eran imprescindibles para la navegación; navegación que se
realizaba con miras semejantes a cuernos o bien de cabotaje, siendo necesaria una distribución por mar, para
hacer llegar desde Creta ese aceite regalado por la diosa madre (Atana o Atenea). Oleo principal, que era
alimento, medicina y luz.
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Finalmente, en la segunda parte de este capítulo intitulado “LA MESA DE ASTAS Y
EL ALTAR EN PIEL DE TORO”, escribíamos que e n la antigüedad, los promontorios y cabos
útiles se veían como los "pitones" del dios de la tierra. Deidad que se concebía cual una gran vaca, que
alimentaba con sus cosechas (su leche materna) a la Humanidad. Por cuanto aquellos enormes cabos, que
servían como refugio -vigía o puertos-, eran tenidos como los sagrados cuernos del toro padre; motivos
muy cercanos por los que aun se sigue llamando a este punto tartessio de Andalucía "Asta" (Mesa de Asta, al
ser un altillo o meseta). Pero siguiendo con el tema que nos concierne, a mi juicio esos altares y edificios
sagrados de la Iberia antigua a modo "piel de toro"; personalmente creo que tomaron ese diseño en
recuerdo de las aras de cuernos que tanto se prodigaron en Oriente Medio. Como una interpretación
ibérica de esta forma en las sagradas "mesas de astas". Aunque en el caso peninsular, sustituía los
pitones de las esquinas por este modelo "coriforme" -imitando el cuero, los lados del lingote o el hacha
doble-. Al haber sido símbolos como la bipenna y el pellejo de buey, los más sagrados para algunas de
las civilizaciones que nos transmitieron sus culturas.
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Continuando con las referencias arqueológicas que se han conservado acerca de este altar de
cuernos; algunas de las más importantes a analizar son quizás las citas que nos da La Biblia . En las
que en ocasiones no se distingue muy bien entre el "Altar del Incienso" y e "Altar del Holocausto"; aun
siendo ambas mesas rituales muy diferentes. Ya que el primero (del que hemos hablado) era un
pebetero (thymiaterion o incensario)grande, hecho de acacia y recubierto de metal precioso; que Yahvé
encarga expresamente tenga forma cuadrada y con cuernos a las esquinas. Mientras el segundo -Altar
del Holocausto- es una mesa ritual y de gran tamaño, sobre la que habían de ofrecer y cremar los
restos de ofrendas animales y vegetales (novillos, corderos y otros alimentos). Acerca de este
segundo ara, El Antiguo Testamento no menciona claramente medidas ni forma, aunque sí dictamina que ha
de ser de arena o tierra y en su caso de piedra simple, pero nunca adornados ni labrados; no pudiendo
subirse a él por gradas ni estar precedido de escaleras (11) . Pese a ello, sabemos por descubrimientos
como el de Beer-Sheva (en última imagen de este artículo), que estos altares de holocausto ya a
comienzos del siglo VIII a.C., comúnmente se construyeron como grandes mesas pétreas, guardando
una forma igual al del incienso: Cuadrados y con astas en sus esquinas; estando construidos por piedras sin
labrar (tal como Yahvéh les indicó). De tal modo y para conocer cómo era el ara que inspiró aquellos
grandes altares de holocausto (tan parecidos a los de Tartessos), habremos de estudiar lo que nos dice
La Biblia sobre el pebetero del incienso.
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Acerca del significado de estos cuernos que coronaban el altar -y continuando la lectura de La
Biblia-, Amós nos dirá que el símbolo de la fuerza de su pueblo reside en ellos, proclamando Yahveh
que "el día que Yo castigue las transgresiones de Israel, castigaré también los altares de Betel (Casa
de Dios); los cuernos del altar serán cortados y caerán a tierra" (12) . Siendo esta una cita de enorme
importancia arqueológica, por cuanto explica las razones de que gran parte de estos altares (como el de
"Beer Sheva"), aparezcan en los yacimientos destrozados -especialmente con sus picos o astas,
rotas-. Todo lo que obliga a suponer que pertenecieron a un templo o ciudad vencida, habiendo caído sobre el
terreno tras la derrota, una vez expoliados y profanados -de ese modo en que la tierra los ha "transportado"
con los pitones partidos, hasta nuestros tiempos-. Resultando de suma importancia que estos cuernos
arrancados o rotos, no aparezcan normalmente en los yacimientos y junto al ara dañada. Todo lo que
indica que aquellos que destruían el altar, seguramente se llevaban las "astas", para mostrarlas en
señal de victoria y como forma de humillar a los vencidos.
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Ideas que se ratifican si seguimos leyendo La Biblia y nos encontramos con otra cita -de Zacarías- en la
que se nos dice: "Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza;
mas éstos han venido para aterrorizarlos, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el
cuerno sobre la tierra de Judá para dispersarla" (13) . Unos versículos igualmente de enorme interés
histórico, pues se escriben precisamente en el retorno del cautiverio babilónico (hacia el 520 a.C.).
Cuando Zacarías describe como el imperio Aqueménide cae sobre los que invadieron y destruyeron la
tierra de Judá (los Asirios). Hablando primero de los "cuernos" que aniquilaron a los hebreos (referiéndose a
Nabocodonosor), y más tarde a los "cuernos" del poder de Ciro y Darío, que venció a Babilonia. Habiéndose
de entender como "cuerno" no solo el símbolo del altar, sino asimismo el instrumento musical (la
bucina) con que antecedían las marchas y las entradas victoriosas de los ejércitos.
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Para terminar estas citas y menciones diremos que en mi opinión el origen de esos altares de cuernos,
sería minoico chipriota (quizás por influencia egipcia, donde se daban aras semejantes). Pero -como
sabemos- los cretenses se vieron obligados a huir de su isla desde el siglo XII al XI a.C.; tras la aparición
de las hordas armadas con hierro y la posterior invasión de los dorios. Siendo así, una gran parte de ellos se
establecieron en Chipre y otros muchos en Canaan, en momentos cercanos al nacimiento de los reinos
de Judea e Israel. Asentándose aquellos minóicos y micenios exiliados, en tierras fronterizas con los
fenicios e israelitas, donde les llamaron Philisteos. Aunque otros muchos fueron admitidos en las
zonas de Golán; llegando estos segundos a incorporarse a las tribus judías, conformando dos de ellas
que se supone eran de origen minoico. Por todo cuanto he expresado, hemos de suponer que fueron
de influencia cretochipriota aquellos altares con forma de toro que usaban en Israel (mencionados por El
Antiguo Testamento, tanto como hallados por la arqueología). Del mismo modo que hemos de considerar
de influencia judía y minóica las aras tartessias de El Carambolo o del Cerro de San Juan ; con forma de
toro, construidos tal como Yahvé ordena en La Biblia cuando leemos: “Altar de tierra harás para mi, y
sacrificaras sobre el tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas (…) Y
si me haces altar de piedras, no las labres de cantería, porque si alzas herramienta sobre
ese, lo profanaras. Y no subirás por unas gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea
descubierta junto a él” (Éxodo 20, 23-26) . Una descripción que concuerda con el diseño, forma y uso de
los altares de Tartessos; pero también con otros aparecidos en la Península
pertenecientes a tiempos muy anteriores y de los que hablábamos al comienzo de
nuestro epígrafe: El de Granátula de Calatrava y el de Cuevas de Almanzora. Que el
profesor Martín de la Cruz menciona como muestra de una precolonización de
nuestras tierras (significando claramente la llegada de coolonos anteriores a los fenicios; previamente al
siglo IX a.C.).
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SOBRE ESTAS LINEAS: Ara de época Heládico Inicial, tal como la recogen los profesores Almagro,
Lorrio, Medero y Torres, en la obra que estudiamos: "El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de
piel de toro". La imagen se corresponde con el "receptáculo central, en forma de piel de toro existente en
Lerna" (publicado en foto por Caskey, 1990). Aunque a mi juicio, si lo observamos con más detenimiento,
nos daremos cuenta de que su verdadera forma es más bien la de un "hacha" y no tanto la de un cuero
bovino. Pues personalmente creo que se corresponde con la linea del vaciado para fundir armas;
todo lo que me hace identificar este altar que recoge Almagro Gorbea, con un molde de bipenna o bien
con el hacha doble y su crisol (tal como ya hemos explicado; viendo que aquellas aras simbolizan además
del cuero, el mundo de la metalurgia -tan unido al de la ganadería en conceptos ctónicos y económicos-).
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JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Un dibujo mío y dos fotografías donde se pueden observar los altares
tartessios con forma de piel de toro. A nuestro lado derecho, fotos de las mesas rituales encontradas al
excavar recientemente Coria del Rio (Cerro de San Juan). A nuestra izquierda el dibujo del ashera
hallada por el prof. Escacena en El Carambolo (que encontraría un ara más en otra estancia del mismo
templo -con igual forma cuero-). Estas mesas sagradas hechas en arena o “adobes” sobre el suelo, tienen
grandes dimensiones (como se advierte al compararlo con las barras métricas); especialmente el de El
Carambolo, cuyo centro está quemado por lo que parecen restos de enormes hogueras. Su magnitud
permitiría inmolar allí los restos de becerros y de animales de gran tamaño, del mismo modo que se
hacía en el altar del holocausto judío.
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Tal como decimos, no es aventurarse, identificar estas asheras de Tartessos con los cultos más
antiguos de Canaán (de donde procedían los fenicios). Entre los cuales estaba la adoración al oro, tal
como demuestra el relato del Becerro (antes recogido) y las referencias histórico religiosas, que narran
cómo los púnicos adoraban al fuego y al metal más noble. Unos ritos que claramente podemos
relacionarlos con la pareja de colgantes de oro puro y en forma de piel curtida, hallados en El
Carambolo. Pectorales que sin duda pudieron tratarse del símbolo de dos "becerros de oro", para ser
venerados por los tartessios al lucirlos sus sacerdotes o sus reyes (aunque los profesores Escacena y
Amores creen que se trata de piezas para ser puestas directamente en la frente de las reses, al llevarlas a
sacrificio). Siendo así, esa religión tartessia que veneraría el metal ante el fuego (como significado claro
del crisol en forma de altar), y que sublimó al toro como imagen de lo más preciado (por ser este animal el
que mayores riquezas producía). Pudo crear como símbolo supremo unos "becerros de oro", para ser
lucidos por sus oficiantes, con la forma de aquellos dos colgantes encontrados en El Carambolo -que
recordaban incluso al ancestral lingote cretochipriota-.

Pues como decimos, la adoración al "becerro de oro" y el culto fenicio al oro, se relacionaría con
religiones mucho más antiguas y procedentes del Bronce Sirio y Egeo (principalmente de Creta o de
Chipre). Donde quizés ese lingote que se fundía con la forma de la piel curtida, era en sí mismo una
imagen del becerro adorado, al deberse agradecer al cobre y a sus metalurgios; la prosperidad social,
la abundancia y hasta las armas que les protegían. De lo que en verdad, ante el descubrimiento de
altares con formas del toro en Tartessos, hemos de pensar que venerarían los metales y las riquezas
en nombre del dios bóvido. Siendo su culto algo tan común como la deificación del progreso y de los
bienes. Todo lo que hace comprender como ese talento metálico llamado "Keftiu" (por su origen
cretochipriota), fue el exponente máximo de aquellas culturas metalúrgicas. Unas religiones que tenían como
dogma y principio el oro, la plata y el bronce; representadas en ese dios de las riquezas: El becerro o bien el
toro (de Creta, de Chipre, de Melkarte o de Heracles). Algo que muy bien pudo ser exportado a tierras como
las ibéricas, donde la riqueza en metales era la fuente principal de vida.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Arriba, dos dibujos míos de los ídolos chipriotas del metal.
A la izquierda, estatua de una mujer como diva ctónica de la metalurgia, que se alza
sobre un lingote en forma piel de buey. A su derecha, otra figurita de bronce
representa al dios de la fragua (en este caso la estatua fue hallada en Enkomi y está
fechada hacia el siglo XV a.C.). Ambos se alzan sobre la piel de toro o el talento fundido
con la forma tan semejante al Labrys.
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AL LADO Y ABAJO: Junto a estas lineas, altar en miniatura casi igual a los
aparecidos en Megiddo, pero en este caso hallado en Campello (Alicante). Se fecha
en etapa greco-fenicia de colonización y se relaciona con Akra Leuke o la colonia griega
junto a la que se encontró (Lucentum).
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Abajo, un dibujo mío en el que se figuran dos sacerdotes o reyes tartessios
-hombre y mujer- luciendo las piezas del tesoro de El Carambolo (ella con collar,
placas de corona y pectoral; él con pectoral, brazaletes y placas de corona).
Asimismo, ambos se encuentran oficiando junto a un altar con forma de buey, tal
como eran las asheras o aras de Tartessos.
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2º- PUNTAS DE FLECHA Y ARMAS ORIENTALES:
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El segundo tipo de objetos “precoloniales” en nuestra Península, que observará el
profesor J.C. Martín de la Cruz; lo conforman las “famosas” puntas de jabalina del
dolmen de La Pastora (en Valencina de la Concepción, lugar de Sevilla próximo a El
Carambolo). Sobre estas armas escribe textualmente: “Fueron estudiadas por
Almagro (...) que las considera fabricadas en la Península Ibérica, siguiendo
prototipos orientales, concretamente de Tell-el-Dweir y Ugarit. Las fecha entre el
1800-1600 ane. (...) Del análisis de sus componentes se destaca la utilización de cobres y
cobres arsenicales sin aleación con estaño (...) . Por ello las puntas de jabalina se
interpretan como imitación de un modelo foráneo o como aparición de una nueva
idea (local) cuya adopción fracasó”. (14) .
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A las anteriores palabras de Martín de la Cruz, siguiendo al insigne profesor Martín
Almagro; querríamos añadir alguna idea de suma importancia. Pues mucho antes de
que los análisis metalográficos se perfeccionaran -con decenios de anticipación
al desarrollo de técnicas de estudio por laboratorio-; el profesor Martín Almagro Basch
pudo catalogar esas piezas simplemente utilizando sus conocimientos. Ya que tal
como veremos tras las imágenes de esas puntas de lanza (bajo estos párrafos); los
últimos estudios metalográficos han determinado, exactamente lo que el profesor
Almagro dijo en 1962 (15) . Dictaminando que estos venablos son piezas fundidas
en la Península, partiendo desde otros modelos semejantes, diseñados y fabricados
en el oriente mediterráneo. Por su parte, quienes últimamente las han analizado (en
laboratorio) no llegan a conformar su cronología, habida cuenta que el metal no
aporta fechas y el único modo de conocerla es aplicando C-14 sobre otros objetos
hallados en el mismo estrato y lugar que las lanzas. Debido a ello, estos estudios más
recientes abren un arco de datación que va desde fines del tercer milenio a
comienzos del segundo. Todo lo que me lleva -personalmente- a creer más las
fechas y el origen que determinó Almagro Basch; quien las define como prototipos
peninsulares copiados en nuestras tierras entre el 1800 al 1600 a.C. Pues si aquel
sabio arqueólogo, a través de la intuición, pudo dictaminar lo que eran
(metalograficamente hablando); más aún conocería de dónde procedían y su datación
más cercana.
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De tal manera y al considerar esas "flechas" de Valenina de la Concepción, una réplica peninsular de
otros modelos procedentes de Ugarit y fechados entre el 1800 y el 1600 a.C.. De nuevo nos vemos
probablemente ante un influjo cretochipriota durante el tercer y segundo milenio. Pues aquella cultura
ugarítica se situaba precisamente frente a la isla de Chipre, en la costa de Anatolia -actualmente en territorio
sirio-.Un punto de Oriente Medio desde el cual las influencias no dejaron de llegarnos desde la más
remota antigüedad; primero durante la Edad del Bronce y después en la Primera fase del Hierro. Tanto
que la tumba de Pozo Moro, fechada hacia el siglo V a.C. y de tipo neohitita -excavada por el prf. Almagro
Gorbea, hijo de Almagro Basch-; es semejante a los enterramientos turriformes ugaríticos. Asimismo, muchos
de los rasgos de los alfasilábicos ibéricos usados por los tartessios y celtíberos para escribir; proceden
también de esta zona. Todo ello unido a la infinidad de objetos "precoloniales" encontrados en la
Península, con procedencia cretochipriota o egeo; hace evidente que esas islas y las costas cercanas a
Ugarit, han sido el punto de partida de nuestra más remota aculturación.
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JUNTO ESTAS LINEAS: Imagen de algunas de las puntas de jabalina halladas en el
dolmen de la Pastora (en Valencina de la Concepción, Sevilla) -tal como las exhibe el
Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
fotografía-.

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2º (a)- El Tera-Santorino y la llegada de Cogotas I a nuestra Península:
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Por cuanto expreso, el hecho de que aparezcan objetos de influencia o procedencia ugarítica y
fechados entre el 1800 y el 1600 a.C., quizás nos hable de nuevo de la repercusión sobre nuestras
tierras de lo sucedido en el Tera Santorino. Volcán que sabemos erupciona severamente hacia el 1680
a.C., arrasando centenares de kilómetros a su alrededor. Cuyo estallido de caldera arrasó prácticamente la
isla de Creta y muchas de las colindantes en el Egeo; causando igualmente graves estragos en la de Chipre y
en las áreas cercanas de costa (especialmente en la anatólica). Incluso sabemos que las consecuencias de
este Tera Santorino llegaron hasta Egipto, donde se han encontrado trozos de lava y piedra pómez
procedentes del estallido -ocurrido en el siglo XVII a.C. y a centenares de kilómetros al Norte del Nilo-.
Asimismo, existen evidencias de la llegada hasta las costas del actual Israel de un maremoto a consecuencia
de la voladura de la caldera del Tera; un suceso que debió sumir al Mediterráneo en una nube de polvo y
gases, que impedirían incluso ver el Sol durante varios meses.
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Este hecho de enorme trascendencia para todo el Egeo, Oriente Medio o Egipto. A
mi juicio destruyó las principales civilizaciones cercanas al volcán; entre ellas la
Propalacial Minóica (MM-III) la de Ebla y hasta provocaría la caída del Reino Medio en el
Nilo; con la llegada de los Hicsos (que a mi juicio serían los pueblos huídos a
consecuencia de esta erupción, quienes vagaron durante este siglo XVII a.C. por Oriente
Medio, hasta alcanzar el Nilo). Todo ello pudo ser también lo que originó la aparición
de diversos objetos orientales en nuestras tierras; llegados por mano los huidos de
aquella hecatombe: Eblitas, ugaríticos, cretenses o chipriotas; que se verían
obligados a marchar muy lejos de sus tierras, ante el terror de que aquel volcán del
Tera siguiera rugiendo. Un temor fundado debido a las características de la voladura del
Tera de la que sabemos como sucede entorno al 1680 a.C. y conocemos que hubo dos
erupciones. Una primera menor, que no hizo a todos a escapar de la zona; debido a lo
que en pocos días regresarían muchos habitantes a la isla de nuevo (unos para intentar
continuar con su vida y otros para realizar rapiña sobre las zonas abandonadas). Tras lo
que se produjo un tremendo estallido, que abrió la sima en su mitad; destruyendo
totalmente Tera y afectando a cuantas culturas se desarrollaban a centenares de
kilómetros a la redonda.
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de las puntas de jabalina del dolmen de
la Pastora (en Valencina de la Concepción, Sevilla). Arriba, fotografía tomada en el
Museo Arqueológico de Sevilla -al que agradecemos nos permita divulgarla-. Abajo,
otras de las lanzas, tal como se exhiben en el Museo Arqueológico Nacional de
Madrid - al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. Los ejemplares
de Sevilla suman quince, que unidas a las trece mostradas en Madrid, hacen un total de
veintiocho. Faltarían aún cuatro más, para completar la treinta y dos que al parecer se
hallaron en 1868 -en el interior del tholos-; de las cuales creen se quedó cuatro
ejemplares el entonces dueño de la finca donde está situado el dolmen (el marqués de
Castilleja). Por su parte, en el museo de la capital andaluza fechan las puntas de
lanzas a fines del III milenio y comienzos del II -entre el 2200 y el 1800 a.C. (aprox)-.
Una datación que posiblemente procede del estudio que a continuación
analizamos (de Mark A. Hunt Ortiz; M. Isabel Martínez Navarrete; Víctor Hurtado
Pérez; Ignacio Montero-Ruiz ). Aunque a mi juicio, nos parece un poco alta esa
cronología, que quizás deben considerarse más coetánea a otros hallazgos
similares, como el de Fuente Olmedo (Valladolid); donde también aparecieron puntas
de flecha en un enterramiento de la etapa campaniforme.
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Los hechos antes referidos del Tera-Santorino, sabemos cómo destruyen el mundo Minoico Medio (III
Protopalacial). Pero a mi juicio también afectarían a otros puntos de gran civilización, tales como Ebla o
el mismo Egipto. Súbditos del faraón que al parecer huyen entonces al Sur (al Alto Nilo, estableciéndose en la
actual Luxor), dejando la desembocadura a merced de posibles invasiones; entrando de este modo los Hicsos
al delta -bajo mi forma de entender la llegada de estos extranjeros-. Adueñándose entonces del Bajo Nilo los
hicsos, que procederían de una masa multiétnica huida del volcán. Población errante tras la explosión del Tera,
necesitados de nuevas tierras e impulsados hacia el Sur, ayudados por hordas más o menos organizadas,
procedentes de Anatolia y Siria, de las islas de Creta o de Chipre y de Canaan -todos afectados por la terrible
erupción-. Aunque asimismo, este suceso debió tener consecuencias en el desarrollo peninsular y en la
primera llegada de “colonizadores” a nuestras tierras. Pues muchos de aquellos egeos o anatolios, que
anteriormente viajaban hasta la Península en busca de metales; vendrían en masa, huyendo hacia el
remoto occidente. Buscando un lugar seguro y lejano; escapando de aquella hecatombe que sumió al imperio
minóico en brumas, acabando con Ebla y que hasta había cambiado la Historia a Egipto (modificando las
etapas del mundo faraónico; cuyo delta se vio durante siglos dominado por los extranjeros Hicsos).
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Siendo así, no nos debe extrañar que desde el siglo XVII a.C. proliferen en nuestras tierras modelos y
costumbres procedentes del oriente mediterráneo; importadas a mi entender por aquellos que
escaparían del Tera y de las consecuencias históricas que aquella erupción provocó. Serían estos
hechos los que -en mi teoría- terminarían paulatinamente con la Cultura de El Argar; surgida hacia el
2500/2200 a.C. y que sobre el 1800/1600 a.C. entra en crisis (finalizando antes del 1200 a.C.). Tanto
como con la del Vaso Campaniforme, que acaba en época del Tera-Santorino, lo que nos hace pensar
que su difusión y origen tendría lazos cretochipriotas. Un vaso Campaniforme, que a mi juicio nace
desde influencias egeas y cuya cronología se desarrolla entre el 2900/2700 y el 1800/1600
a.C. ; conviviendo con El Argar más de medio siglo (desde el 2500/2200 al 1800/1600 a.C.). Surgiendo
continuación una nueva fase en la arqueología peninsular, denominada Cogotas I; habida cuenta que su
nacimiento y difusión se observa por primera vez en este castro avulense (situado en Cardeñosa). Un nuevo
periodo que se expande desde el 1700/1600 a.C. y que a mi juicio termina también a consecuencia de
hechos sucedidos en el área oriental mediterránea entorno al 1100 a.C.. En este caso debido a la caída
de las civilizaciones del Bronce en Oriente Medio y a la repercusión en nuestras tierras de esta crisis
provocada con la aparición del Hierro. Finalizando así Cogotas I tras la destrucción del mundo minóico y de
las culturas del bronce, llevada a cabo por indoeuropeos armados con Hierro. Quienes invaden paulatinamente
el Egeo y las costas de Anatolia durante los siglos XII y XI a.C., arrasando todo vestigio del Bronce. Lo que a
mi juicio también repercutiría en nuestras tierras, concluyendo por ello Cogotas I, y comenzando por
entonces el último periodo del “Bronce Final ibérico”, desde el 1000 a.C.(aprox) (16) .
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Pero regresando al final del Campaniforme y cuando entra en crisis El Argar (hacia el siglo XVIII a.C.);
hemos dicho que daría comienzo Cogotas I (en momentos coetáneos al Tera-Santorino -1680 a.C.-). Un
periodo en el que suponemos que llegaron esos huidos en masa, hasta nuestras costas -navegantes y
población que escapaba del desastre en que se sumía el Oriente Mediterráneo-. Pero a su vez, un momento
en que se produciría una enorme regresión económica en nuestra Península, como reflejo de la que
vivieron las civilizaciones del Egeo o de Anatolia, por efecto del volcán. Periodo de crisis y exilio, en el
que debieron llegar modelos importados del lejano Este; como son las famosas puntas de jabalina del
Dolmen de la Pastora. Unos prototipos quizás eblitas o posiblemente ugaríticos; de los que en los últimos
años se han encontrado más ejemplares y paralelos, en otros yacimientos -tal como podemos leer en el
siguiente estudio-.
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Sobre estos venablos tipo “La Pastora”, hace unos cinco años los profesores Mark A. Hunt Ortiz; M.
Isabel Martínez Navarrete; Víctor Hurtado Pérez; Ignacio Montero-Ruiz, presentaron un trabajo titulado:
“Procedencia de las puntas de jabalina del Dolmen de la Pastora (Valencina de la Concepción,
Sevilla)” (17). Donde los autores presentan un profundo análisis metalográfico de las
jabalinas, aportando cuantos datos obtuvieron los más avanzados laboratorios. Añadiendo cómo en 1984, el
arqueólogo V. M. Hurtado Pérez, en su tesis doctoral (18) dio a conocer la existencia de puntas muy
semejantes a estas de Valencina, aparecidas en La Pijotilla (Badajoz). Piezas casi iguales a las del
Dolmen sevillano y cuyo análisis de cobre lleva a unos mismas conclusiones; observándose en los dos
casos que se trata de metal muy pobre, con un 98% de mineral cúpreo, sin plata o estaño añadido y
con bastante arsénico -lo cual define estas flechas como una fundición muy básica, sin limpieza mineral y sin
aleaciones que las acerquen a piezas sofisticadas de la Edad del Bronce-.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Arriba, puntas de flecha de etapa campaniforme halladas
en diferentes puntos del Bajo Guadalquivir -propiedad del Museo Arqueológico de
Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-. A la izquierda, piezas
procedentes de El Coronil, Villamanrique y Estepa; a la derecha las encontradas en el
yacimiento El Acebuchal, en Carmona. Observando estos objetos, creemos que
pudieran tener relación cronológica con las puntas de lanza del Dolmen de la
Pastora y otras semejantes. Debiendo considerarse que aunque estos modelos no
tengan tanta influencia oriental, quizás sí son producto de una etapa del bronce y cobre
muy avanzada. Pues para realizar este tipo de armas en metal, ya hay que tener una
gran técnica y riqueza metalúrgica, debido a que son piezas arrojadizas
comúnmente irrecuperables. Pues una espada o un hacha, es un objeto que se
conserva durante años (a menos que el soldado caiga o muera luchando); mientras las
puntas de flecha, en su mayoría se pierden. De tal modo, la fabricación de
armamento arrojadizo en cobre (que amortiza en batalla o durante la caza); supone
una gran riqueza metalúrgica y un desarrollo amplio de la industria.
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JUNTO ESTAS LINEAS: Palmelas “votivas” enlazadas con una cinta de oro;
procedentes de un enterramiento en Villaverde del Rio (Sevilla), se fechan en el
tercer milenio a.C. -propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra foto-. Como hemos observado en nuestro comentario de
imágenes anteriores; a mi juicio (de comerciante y no de arqueólogo) la existencia de
este tipo de armas arrojadizas en cobre supone ya una gran industria
armamentística. Ello porque su uso no es igual al de una espada o un hacha; que no
se pierde (a menos que caiga el soldado) y cuyo metal podemos reciclar en el caso
de que sufra daños. Pero las puntas de flecha se utilizan tan solo una vez y en raras
ocasiones se recuperan tras lanzarlas; unas veces por caer fuera del objetivo y las más
al introducirse en el cuerpo del enemigo o del animal. Además, la utilización de este
tipo de palmelas señalan ya un tipo de corazas y protecciones muy eficaces;
fabricadas seguramente con pieles curtidas y ajustadas sobre el torso (tras haberlas
cocido). Armaduras a las que luego añadirían otros refuerzos, como trozos de maderas
cosidas, o bien piezas de hueso y asta de toro en láminas, que ataban sobre ellas. Así,
protegidos con corazas y cascos de pieles bien trabajadas, debían ser muy poco
vulnerables; lo que obligaría a crear puntas de flecha y de lanza, en cobre. Aunque
no se precisaría hacerlas en bronce; un metal mucho más caro y difícil de obtener,
que tan solo se usaría en otro tipo de armamento más personal (para armas que no se
perdían y que necesitaban de una mayor elasticidad y dureza -como las hachas o bien las
espadas-).
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En este trabajo sobre las “flechas” halladas en el Dolmen de la Pastora, los
profesores Hunt Ortiz, Martínez Navarrete, Hurtado Pérez y Montero-
Ruiz; mencionan cómo hay algunos investigadores que han querido equiparar estas
“jabalinas” a otras puntas también coetáneas y aparecidas en diversas áreas
peninsulares.Así lo hizo “La reciente investigación publicada por M. E. Costa Caramé
(2011) incluye este tipo de pieza metálica en su revisión bibliográfica. Se consignan como
del tipo La Pastora las puntas de proyectil de la Cueva del Bramadero (Hornachuelos,
Córdoba) y las portuguesas de Outeiro de São Bernardo (Moura), Caldeirõa
(São Sebastião, Lagos) ( y Casal do Pardo, necrópolis de Palmella (Quinta do
Anjo). Además, se ha mencionado una posible punta dejabalina (o punta de lanza) procedente de El
Carambolo (Sevilla)y otra punta hallada en el poblado amurallado del Cerro dos Castelos de São Brás
(Serpa). Determinando finalmente los autores del estudio que una vez:“Revisados los datos textuales y
gráficos de todas esas referencias, solo parece corresponder al tipo La Pastora la punta de proyectil
excavada en Outeiro de São Bernardo (Moura, Portugal). Las restantes o son variantes del tipoPalmela o las
descripciones no permiten una adscripción clara o, caso de El Carambolo, pueden ser desechadascomo
puntas de jabalina” (19) .
.
Aunque el mencionado estudio sobre “Procedencia de las puntas de jabalina del
Dolmen de la Pastora” (Hunt, Mtnz. Navarrete, Hurtado y Montero-Ruiz) tan solo
contempla como piezas verdaderamente semejantes y paralelas a las halladas en
este tholos de Valencina dos: Las de La Pijotilla (Badajoz) y las de Outeiro de San
Bernardo (al sur de Portugal). En los dos casos procedentes de yacimientos sitos
junto al Guadiana; el primero en las proximidades de Medellín y el segundo, en las de
Jerez de los Caballeros (en tierras de Portugal). Y aunque Valencina de la Concepción
se encuentre junto al Guadalquivir (en lugar cercano a El Carambolo); estas piezas
serían a juicio de los autores, obra de influjos orientales llegados por mar e
introducidos tierra adentro a través del tráfico fluvial. Asimismo, y siguiendo al
arqueólogo portugués Cardoso que fecha las puntas de jabalina de Outeiro de San
Bernardo a fines del III milenio a.C.. Los investigadores que mencionamos (Hunt
Ortiz; Mtnz. Navarrete; Hurtado y Montero-Ruiz), creen que las de La Pijotilla, tanto
como las del Dolmen de La Pastora, debieran fecharse en épocas similares a las de
Oruteiro(20) . Considerando finalmente como una datación más probable para todas
esas puntas de lanza: Finales del tercer milenio y comienzos del segundo (circa
2200 al 1800 a.C.). Es decir, en el Campaniforme final y El Argar pleno.
.
Terminará por decirnos el estudio que analizamos, cómo estos ejemplares son de
fabricación plenamente autóctona (al igual que ya dijo Almagro Basch en 1962),
escribiendo sus autores: “El estudio comparado de los resultados de isótopos de
plomo y análisis elemental no
permite considerar las puntas de jabalina de LaPastora como piezas importadas
desde el Mediterráneo oriental. Las mineralizaciones orientales que
isotópicamente podrían ser compatibles presentan unas características de impurezas
(arsénico o níquel)incompatibles con la composición de las piezas de la Península Ibérica.
(...) Este estudio, con la incorporación de nuevos datos y la revisión de los conocidos,
debería retraer la consideración inmediata de las puntas de jabalina tipo La Pastora como
prueba clave de las relaciones externas de las primeras sociedades metalúrgicas de la
Península Ibérica . Como se ha expuesto, este tipo metálico adolece todavía
de imprecisiones sobre la identidad de las mismas y sobre su período de uso. En cambio,
su producción local parece bien constatada por datos morfométricos y de composición de
las puntas de proyectil y de los minerales fuente. Los datos disponibles hasta la fecha
sobre la distribución de las piezas, sus características y las de las
mineralizaciones indican que fueron producidas en el suroeste peninsular.” (21)
.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Fragmentos de marfil hallados en Valencina de la
Concepción y fechados a fines III milenio -propiedad del Museo Arqueológico de
Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-. Entre las piezas que
vemos se observan abalorios, collares y adornos; pero también encontramos una
suela de sandalia, a nuestra derecha. Sandalia en marfil quizás votiva, aunque
igualmente podría tratarse de vestimenta ritual de un sacerdote o rey (todo lo que
indicaría la enorme complejidad de una Sociedad como la de Valencina, que ya
comerciaba con marfiles de tierras asiáticas). Es de destacar que asimismo existe otra
sandalia votiva en hueso, hallada en el dolmen de Almirzazaque (Almería);
igualmente fechada en el tercer milenio a.C.. Piezas que señalarían rituales
relacionados con el calzado; aunque quizás más bien hemos de pensar que eran
sandalias exvotas para personajes o bien mortuorias, pertenecientes a dignatarios
de sus tiempo (similares a las que calzaban en las tumbas, los faraones coetáneos).
.
Acerca de los contactos entre el Bajo Guadalquivir y Oriente, desde los tiempos más
remotos; decíamos en un artículo nuestro, que tal como manifiestan los hallazgos
en Valencina o Los Millares, siempre hubo un intercambio con gentes venidas
desde el Este del Mediterráneo. Todo lo que demuestran las siguientes palabras de
Schuhmacher y Arun Banerjee, refiriéndose a los marfiles del sur peninsular:
“hemos analizado un total de 22 objetos de marfil pertenecientes al Calcolítico antiguo
(primera mitad del 3er milenio AC). En cuatro casos de los cinco objetos procedentes de
la necrópolis de Los Millares (tumbas 5, 7, 12 y 40), se trata de marfil de Elephas
maximus o elefante asiático. Otro objeto de la tumba 7 de Los Millares consistía en marfil
de Elephas (Palaeoloxodon) antiquus. Otros cinco fragmentos de desecho de producción
del taller del poblado de Valencina de la Concepción (Sevilla) también dieron marfil
asiático (…) Para la segunda mitad del 3er milenio AC, o época campaniforme, y
comienzos del Bronce Antiguo perteneciente al poblado de Valencina de la Concepción, la
mitad de los analizados -es decir seis-, eran de marfil asiático” (22) .
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2º (b)- El Vaso Campaniforme, El Argar; sus gentes y los contactos con el oriente
mediterráneo:
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Unos hechos como los referidos en el comentario de la imagen anterior, deben
hacernos pensar que el intercambio y contacto cultural entre la Península y el
oriente mediterráneo, hubo de existir desde tiempos de la Edad del Bronce (sobre
todo desde la mitad del tercer milenio). Creciendo aquellas visitas de gentes
llegadas desde el Este, después del 2700-2500 (dando inicio primeramente al
Campaniforme y más tarde al El Argar). Tanto como para que de doce piezas de
marfil halladas en Valencina de la Concepción, pertenecientes a la etapa que
referimos -entre el 2400 y el 1700 a.C.-; seis sean de elefantes asiáticos (una especie
no conocida en el Norte de África, lo que indica que estas piezas o sus colmillos, hubieron
de ser importados desde Oriente Medio o de costas cercanas a Asia Menor). De tal
modo, aquella expansión del Vaso Campaniforme, que se difunde desde el
2900/2700 por la Península Ibérica (llegando luego al área atlántica y luego por
aEuropa del Oeste). Sin lugar a dudas nace por obra y mano de quienes importaron
a nuestras tierras la aleación del cobre y el estaño -al menos en mi opinión-. Gentes
venidas desde Creta, del Egeo o de Anatolia y Chipre, buscando nuestros
yacimientos de casiterita, habida cuenta que en el Mediterráneo apenas hay minas
de ese metal. Un mineral imprescindible para fabricar el bronce y del que tan solo existía
un pequeño filón en Cerdeña y de muy poca pureza (con casiterita muy
plúmbea). Aunque en las tierras almerienses -donde se produce la Cultura de El
Argar- por entonces proliferaban los filones de buen estaño; siendo por aquel tiempo
esas tierras muy ricas en plata y -evidentemente- en plomos argentíferos. Unos metales
que sobre todo abundaban por doquier en la cuenca atlántica peninsular; donde las
minas de cobre, plata y oro eran también las más importantes del mundo antiguo.
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Todo ello explica y justifica la aparición de protocolonizadores hacia el 2500 a.C;
llegando a Almería y dando fin a la civilización de Los Millares (eneolítica y
calcolítica), mientras promoverían una nueva cultura: La del Bronce -difundida con
el Vaso Campaniforme y luego por El Argar-. Buscadores de estaño y cobre, que en
las costas del Atlántico hallarían El Dorado de la Antigüedad; principalmente
cuando comenzaron a explotar masivamente las minas de Rio Tinto, que ya desde
el 2700 a.C. estaban en funcionamiento. Todo lo que se debió a quienes difundieron
desde comienzos del tercer milenio aquellos cuencos en forma de campana. Aunque
creemos que posteriormente -hacia el 2400 a.C.-, vendrían otros visitantes orientales
más sofisticados, que expanderían El Argar (conviviendo con la civilización
Campaniforme); iniciando de pleno la Edad del Bronce peninsular. Todo ello, a mi
juicio, tras hallar el estaño de las cuencas del Guadalquivir (en su nacimiento) o en
las del Guadiana (en zonas cercanas a Medellín), para alcanzar finalmente las
fuentes de la casiterita en las costas de Galicia. Llegándose así a un Campaniforme
pleno y en convivencia con El Argar, todo lo que sucede hacia el 2000 a.C.;
momento en que se fecharían hallazgos como el del Dolmen de la Pastora, La
Pijotilla y Outeiro de San Bernardo, donde aparecen esas puntas de lanza hechas
en cobre. Un material que para nada mostraría que nos encontramos en el calcolítico,
sino que a mi juicio lo único que indica es que esas armas arrojadizas (que se perdían en
batalla o en la caza) lógicamente habrían de hacerse con metales baratos y simples.
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba, mapas trazados por mí, con los
yacimientos más importantes de oro, plata-estaño, cobre, cinabrio y ámbar. A la
derecha, rutas del ámbar y de los metales en distintas épocas: V y IV milenio
(megalitismo, inicios); III milenio (megalitismo y eneolítico; comienzos del Bronce;
II milenio Edad del Bronce pleno.
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A nuestro lado: Sobre un mapa mío con la difusión de los megalitos (marcando los
milenios); en color amarillo podemos ver la expansión del Vaso Campaniforme,
desde el 2900/2700 a.C. y hasta su final hacia el 1800/1600 a.C.. A mi juicio este tipo
de cerámica se difunde por los buscadores de metal durante el Bronce; quienes
hacia el 2800 a.C. comienzan a explotar ya minas como las de Rio Tinto. Finalmente
y desde el 2400 a.C. (con el Argar) pasarían a localizar el estaño del Atlántico,
llegando hasta Galicia y comerciando más tarde el metal precioso de las islas
británicas o de Bretaña. Hacia el 1700 existe un corte histórico, que provoca la
paulatina desaparición del Campaniforme y una gran crisis en El Argar; todo lo que
se produce a mi juicio a causa del Tera Santorino, con la destrucción que genera en
Oriente Medio la explosión de aquel volcán.
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De tal manera, como hemos explicado, es a mi juicio imposible determinar si aquellas “palmelas” y
puntas de flecha fabricadas con cobre de mala calidad; fueron hechas en este metal tan impuro por
haber pertenecido a técnicas atrasadas (propias del calcolítico), o bien por tratarse de armas arrojadizas
que no se iban a recuperar. Puesto que una punta de lanza o de saeta, ni es “reciclable”, ni menos un objeto
de gran importancia; por lo que no habrían de fabricarse como las hachas o en espadas. Así pues,
enterramientos como el vallisoletano de Fuente Olmedo (uno de los más importantes del
Campaniforme); nos aportaría ciertas referencias, pero no todas, acerca de la metalurgia de su
momento. Ya que aunque nos encontremos con palmelas y un pequeño cuchillo de cobre (ciertamente
pobres de metal y muy arsenicados); ello nunca obliga determinar que este era el nivel tecnológico con
el que trabajaban por entonces los metalurgios. Ya que -como decimos- las saetas y venablos no serían
fabricados con la mejor calidad; sino muy por el contrario, utilizando un medio eficaz, pero barato (al perderse
normalmente durante la caza y sobre todo en batalla).
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A algún lector podrá extrañarle mi forma de afirmar que hubo contactos desde la
aparición de los metales; tanto como el modo de ver la aculturación de la Península y la
afirmación de existencia de comercio e influjos llegados de Oriente (sin apenas base
material de que los muestre). Pero para que comprendamos algunas de estas
apreciaciones personales y mías (que propongo en la arqueología como comerciante y
no como persona del mundo técnico). Añadiré que, después de exportar a Japón durante
más de veintitrés años mercancías españolas -realizando un trabajo tan ajeno como
distinto, al mundo de los arqueólogos-. He podido observar ciertas pautas sociales y de
mercado que se repiten siempre, a lo largo de toda la Historia; en cualquier lugar,
época y circunstancia:
a) -La primera es que una vez abierto el mercado, aquel que logra esa vía de
comercio esconde el método de llegar hasta él y los sistemas para el intercambio; con
el fin de evitar competencias e injerencias de otros.
Todo lo que explicaría la falta de menciones en Creta, Chipre o Anatolia; sobre la
ruta de los metales o de documentos que refieran al Occidente rico en yacimientos.
b) -La segunda es, la necesidad de establecer siempre lazos muy cercanos, tanto
como para lograr una confianza plena de pago y de envío -sin engaños-. Una
absoluta lealtad entre el que compra y el que vende; lo que resulta más complejo y
sofisticado cuanto más lejano están el emisor y el receptor de la mercancía.
Lo que implicaría establecer lazos familiares y mandar gentes o navegantes que se
casaran con habitantes autóctonos, en la Iberia del Bronce.
c) -La tercera sería la obligatoriedad de dominar el idioma de los lugares que intercambian materias o
dinero; debiendo haber casi un bilingüismo para un perfecto mercado.
Lo que implicaría esos lazos familiares o bien llevar a jóvenes nacidos en la
Península hasta Oriente (Creta, Chipre o Anatolia), con el fin de que en unos años
aprendieran la lengua; para así tener intérpretes.
d) -Finalmente, habrá causas que obligarán a seguir fabricando y vendiendo objetos hechos con
procedimientos y técnicas ancestrales. Por muy antiguas que estas sean y aunque ello parezca comerciar
con piezas obsoletas. En parte por la calidad artesanal obtenida con algunas manufacturaciones, lo que
hace insuperable perfeccionar más el objeto de mercado (algo que sucede con mercancía como la
cerámica, orfebrería y en especial toda la artesanía). En segundo término porque esos modos de
fabricación antiguos, simplifican y abaratan aquello que no precisa de modificación ni de más
refinamiento. Un caso que de este “estancamiento tecnológico” lo podremos observar -por ejemplo- en el
embotellado y venta de bebidas alcohólicas, en cristal y con tapón de corcho; de igual modo que realizaban
trescientos años atrás (dándose la circunstancia que no podemos sustituir el cristal ni el corcho por otros
materiales más modernos, ni mejores). Debido a circunstancias como estas, no se modifican ni las
formas de fabricar, ni los objetos; al ser obtenidos por los procedimientos más baratos, mejores y más
sencillos. Siendo ello lo que pudo provocar que durante el Bronce Medio y hasta el Bajo Bronce,
continuaran realizando puntas de venablos en cobre impuro, tal como se hacían mil quinientos años
antes. Porque no había sistema de menos coste, ni otro mejor para forjar aquella parte final de las saetas o de
las jabalinas (tal como actualmente sucede en las bodegas vitivinícolas, que utilizan procedimientos de
fabricación heredados de los romanos o formas de envase ya usadas desde hace quinientos años).
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2º (c)- El enterramiento campaniforme de Fuente Olmedo; sus armas calcolíticas, en
época del Bronce Pleno y su proximidad a las minas de sal castellanas:
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Entendido cuanto exponemos, me centraré por un momento en el enterramiento
campaniforme de Fuente Olmedo, con el fin de que comprendamos mejor mi
teoría (acerca de que unas puntas de cobre pobre, no significa necesariamente que esta
fuera la tecnología del bronce en su momento). Para llegar a entender lo que fue
aquella importante inhumación, excavada por los profesores Germán Delibes y
Ricardo Martín Valls(hace unos cuarenta años); recogeremos lo que sobre ella nos
dice la profesora E. Guerra Doce. Quien recientemente ha publicado un artículo acerca
de aquel enterramiento vallisoletano; resumiendo los trabajos de sus primeros
descubridores y aportando algunos datos más, que la arqueología facilitó posteriormente.
De tal manera, Elisa Guerra en “La tumba de un príncipe en Fuente Olmedo: un
referente para el estudio del campaniforme en tierras vallisoletanas” (23) incluye
resumidamente cuanto Delibes de Castro y Martín Valls expusieron acerca de la
inhumación -principalmente en sus trabajos: “La cultura del Vaso Campaniforme en las
campiñas meridionales del Duero: el enterramiento de Fuente Olmedo (Valladolid)”. Y “El
Vaso Campaniforme en la Meseta Norte española” (24) -. Comenzando el artículo de la
profesora Guerra con las siguientes palabras:
“Hace algo más de 4000 años falleció un joven de linaje aristocrático en la localidad vallisoletana de
Fuente Olmedo, al sur de la provincia (...) descubierto su tumba de manera totalmente fortuita un día de junio
del año 1973 (...) el ajuar funerario que fue depositado junto a él para acompañarle en su viaje a la otra
vida. Lointegraban una vajilla cerámica bellamente decorada, un rico conjunto de armas de cobre, un
brazal de arquero, una punta de flecha de pedernal y una cinta de oro. La tipología de estas piezas ,
distintivas de un complejo arqueológico al que los prehistoriadores denominan fenómeno campaniforme,
permitió adscribir sin problema la tumba a un momento avanzado del Calcolítico o Edad del Cobre y
llevó a identificar al difunto como un destacado miembro de la élite campaniforme, una minoría social
privilegiada allá por el final del III milenio a.C.” -[SIC] idem cita (23) -.
.
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba, Cinta de oro, el puñal, el brazal de
arquero y una punta de flecha lítica; halladas por Delibes de Castro y Martín Valls
en la inhumación de Fuente Olmedo -agradecemos al Museo Provincial de Valladolid
(arqueológico Fabio Nelli) nos permita divulgar nuestra imagen de estas piezas que
exhibe en sus vitrinas-. La calidad de cobre del puñal que portaba el príncipe y la de
las “palmelas” para venablos, es muy baja. Siendo metal muy pobre y arsenicado,
todo lo que hace pensar en técnicas del calcolítico. Pese a ello, hemos de observar que
también se encontró una punta de flecha hecha en silex, tal como se fabricaban en
el Neolítico -en imagen, junto a un brazal también de piedra-. Todo lo que obliga a
pensar que las formas de fabricación de armas sobrevivieron durante
milenios. Seguramente debido a que esos objetos (como las saetas) no eran
recuperables, ni serían piezas de importancia. Lo mismo pudo suceder con el cuchillo
aparecido junto al inhumado en Fuente Olmedo; una “arma” que por su tamaño y
características parece un utensilio “menor”. Todo lo que explicaría su baja calidad
cúprea; cuya tipología y composición de la hoja (a nuestra izquierda, en imagen) es
parecida a muchas otras armas de filo de misma época, encontradas en la meseta.
Siendo cobre muy arsenicado, superando en muchos casos hasta el 2,5% de AS. Este
mineral cúpreo tan impuro parece que hacía más duro el metal y por ello más
sencillo para afilar; lo que proporcionaría una mejor facultad de uso en el caso de
estos pequeños cuchillos, tanto como en las puntas de flecha (Palmelas) -ver
cita (25) y menciones al puñal de lengüeta tras las imágenes-.
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AL LADO: Las once puntas de flecha que acompañaban al cadáver de Fuente
Olmedo, tal como las exhibe el Museo Provincial de Valladolid -al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra imagen-. Estas piezas llamadas comúnmente “palmelas”
(por haber sido estudiadas por primera vez en esta población lusa cercana a Lisboa) son
de baja calidad metalúrgica. Con una composición cercana a la del puñal antes
mencionado (cobre muy arsenicado) y también muy parecida a otras “palmelas”
halladas en la Meseta. Por este motivo, los profesores Delibes y Martín Valls
mencionan que sus fabricantes -probablemente- aprovecharon aquella enorme
cantidad de arsénico en el mineral cúpreo, para configurar un filo fácil de trabajar,
con unas características muy especiales de dureza (diferente a uno de metal más
puro; que no tendría tanta facilidad de corte y afilado). Llama la atención el número de
flechas que acompañaban a este “principe” campaniforme; que suman un total de
once. Una cifra extraña y ajena a otras culturas del momento. Como la
mesopotámica o la egipcia; cuyas bases de contabilidad eran duodecimal (en el caso
de Mesopotamia) y decimal, en la del Nilo. De ello, el número de venablos quizás nos
indicaría que el ajuar no contiene un valor predeterminado, ni un carácter tan
mágico; siendo quizás un enterramiento ocasional sucedido tras una
batalla. Después de un enfrentamiento bélico en el que moriría aquel guerrero, que por
ello hubo de ser inhumado en este lugar. Todo lo que se corroboraría por la ausencia
de otras tumbas en los alrededores y por la inexistencia de hallazgos o de
asentamientos campaniformes cercanos (sin otros poblados o restos de la época en
esos pagos de Fuente Olmedo).
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ABAJO: Reconstrucción de la tumba de Fuente Olmedo, tal como la exhibe
actualmente el Museo Arqueológico Nacional -al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen-. En la fotografía podemos ver cómo estaba situado este
“reyezuelo” del Bronce Pleno: Depositado en la tumba de lado, luciendo una cinta de
oro en su frente, junto a puntas de flecha, portando un pequeño puñal de lengüeta y
acompañado de algunas cerámicas campaniformes (en las que pudo saberse había
restos de “cerveza” -bebida de cerales fermentados-).
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Continuando con este enterramiento -hallado en un pago llamado Perro Alto-, la
profesora Elisa Guerra recoge cómo los “pormenores del descubrimiento de la tumba
campaniforme de Fuente Olmedo aparecen descritos con detalle en la monografía que los profesores
Ricardo Martín Valls y Germán Delibes de Castro” . Relatando que en la “fosa ovalada de 2,90 por
2,40 metros en sus ejes principales y 0,80 de profundidad” encontraron “la docena
de armas de cobre (en concreto un puñal de lengüeta y once puntas de jabalina),
más el brazal de arquero de arenisca, junto a los brazos y en contacto con las
manos; y tres vasijas de barro bellamente decoradas con incisiones” (25) . Seguirá
escribiendo que:
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“Martín Valls y Delibes de Castro, en colaboración con diversos especialistas, pusieron en marcha un
exhaustivo programa arqueométrico para analizar por procedimientos multidisciplinares los propios restos
esqueléticos del joven y sus piezas de ajuar. Con posterioridad se han ido llevando a cabo nuevas analíticas
gracias al avance que las técnicas físico-químicas han experimentado en los últimos años, lo que ha permitido
ampliar las posibilidades de lectura de los restos arqueológicos. Los datos obtenidos hasta la fecha en
relación con la tumba campaniforme de Fuente Olmedo podrían resumirse en los siguientes puntos:
-Estudio antropológico: los restos esqueléticos del individuo inhumado corresponden a un varón de más
de 18 años.
-Cronología absoluta: si la tipología de las piezas de ajuar llevó a adscribir la tumba a un momento avanzado
del III milenio a.C., los resultados de las dataciones por Carbono 14 de dos muestras óseas del esqueleto
afinaron aún más el marco cronológico, situando el momento de la muerte del joven en torno al 2000 a.C.
-Composición metálica de las armas de cobre: en el caso de las Palmela, se trata de cobres simples. Por su
parte, el puñal de lengüeta muestra una elevada proporción de arsénico, pero antes de interpretar este
dato como resultado de una adición intencional de este elemento en las coladas buscando endurecer
los cobres, parece que la lectura se ajusta mejor a un aprovechamiento de un mineral cuprífero
especialmente rico en As. De este modo, nos encontramos ante un cobre arsenical aunque no un cobre
arsenicado.
-Análisis de incrustaciones de pasta blanca: las concreciones que rellenaban los trazos ornamentales del
cuenco resultaron ser casuales, fruto de la precipitación del carbonato cálcico del sedimento con el que se
rellenó la fosa.
-Análisis de residuos: las trazas microscópicas documentadas en las paredes internas del fondo de la
cazuela representan los posos de una bebida fermentada a base de cereales, una especie de cerveza
elaborada con trigo, no distinta de la identificada en otros yacimientos campaniformes del interior peninsular”
-idem cita (25) [sic]-.
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De las anteriores palabras, podemos obtener como primera conclusión que se trataría de un jefe joven
(de unos veinte años); cuya fecha de enterramiento se calcula con bastante exactitud hacia el 2000
a.C.. Inhumado junto a armas de metal que no son de una alta calidad cúprea, sino muy por el contrario
fruto de un mineral muy arsenicado. Aunque advierten que el trabajo de estas hojas tan ricas en arsénico
-principalmente en el caso de cuchillo-, demuestra probablemente que sabrían aprovechar aquella
composición para crear un cobre más duro y afilado. Por último, describen Delibes y Martín Valls que las
marcas blancas de los cuencos campaniformes no eran más que manchas motivadas por sedimentación de
carbonato cálcico. Aunque tras haber analizado las cerámicas, encontraron en su fondo restos de lo que
podía ser una “cerveza” o bebida de cereales fermentados -común a otros hallazgos campaniformes-.
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Todo cuanto hemos leído y la “casualidad” del hallazgo en pleno páramo de la llanura vallisoletana , sin
más restos campanifomes que estos en la zona. Me hacen pensar -personalmente- que se trata de una
inhumación ocasional y debida a la muerte de este “joven noble” durante una batalla, o durante un
viaje. Pues de lo contrario existirían restos cercanos de poblamiento campaniforme; o en su caso, otros
enterramientos de misma época. Por lo demás, el lugar en el que fue hallada esa tumba (Fuente Olmedo);
es un paso y una encrucijada de caminos, además de un emplazamiento junto al que se sucedieron
innumerables batallas históricas. Un llano de tal magnitud, que desde sus pocos altozanos se llega a
dominar cientos de kilómetros. Existiendo muy cerca de Fuente Olmedo una población llamada Orbita; cuyo
nombre dicen se debe, a que en sus campos se aprecia la órbita terrestre -gracias a su enorme planicie-. Sea
como fuere, la población donde encontraron este “príncipe campaniforme” se sitúa al comienzo del
enorme llano vallisoletano; que comprende las tierras que van desde Zamora a Peñafiel y de allí a los
altos de Portillo o de Peñafiel, desde los que se divisa prácticamente toda la zona media del Duero
castellana.
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SOBRE Y BAJO A ESTAS LINEAS: Arriba, fotomontaje mío con
tres imágenes seguidas tomadas desde Portillo de Valladolid. En ellas he señalado el
punto donde se situan (más o menos) las poblaciones de: Fuente Olmedo, Zamora
(capital), Valladolid y otras. Como podemos ver se trata de una enorme llanura que a
mi entender dio nombre a la provincia y a la ciudad. Cuya etimología a mi juicio es,
“Vallis” “Tolid”; procediendo de una misma voz de la que nacería Toledo: Desde el latín
“tollere” cuyo significado es “altozano” o bien “meseta”. De tal manera, “Vallis-tollere”,
sería el “Valle de la Meseta” (26) ; todo cuanto no deja dudas si observamos las
siguientes fotografías.
Abajo: Fotografía tomada desde el dólmen de los Zumacales (en Simancas) donde
podemos ver las enormes llanuras vallisoletanas. Cuyos altos nos permiten observar
distancias kilométricas y con ello realizar desde los oteros movimientos militares -llevar a
cabo enfrentamientos de ejércitos-. De ello las sucesivas guerras que se libraron en
esta parte del Duero; con batallas como la de Toro o la de Simancas, que cambiaron
la Historia de España. Esta situación estratégica que “invita” a enfrentarse en esas
llanuras, fue lo que quizás motivó el enterramiento de Fuente Olmedo
-probablemente ante la necesidad de inhumar allí a un príncipe caído durante la
lucha-.
.

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Siguiendo con la tumba de Fuente Olmedo, corroboraría la posibilidad de una tumba
ocasional (tras una batalla); algunos hechos que describe Elisa Guerra,
mencionando cómo “en su día Martín Valls y Delibes, a partir de la información arqueológica del
entorno próximo a Fuente Olmedo, barajaron la posibilidad de que el yacimiento de Fuente La Mora, situado
en el término de Fuente de Santa Cruz, en la provincia de Segovia; pudiera corresponder al poblado en el
que transcurrió la vida de nuestro príncipe campaniforme. La confirmación de este supuesto, empero,
requeriría de excavaciones arqueológicas, por lo que por el momento no podemos afirmar nada con rotundidad
(...) A escala peninsular existen evidencias que ilustran el monopolio por parte de las gentes
campaniformes sobre la actividad metalúrgica y la circulación de minerales de cobre y valiosas materias
primas (oro, marfil, cinabrio). En la Meseta ha sido nuevamente Germán Delibes quien ha planteado si la
aparición y consolidación de las élites Ciempozuelos no guardaría relación con la explotación y el
intercambio de la sal” (27) .
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Acerca del posible origen de este “noble campaniforme” enterrado en Valladolid; todo hace parecer que su
aparición en las cercanías de Olmedo es “casual”; aunque no hay que olvidar que junto a esta
población vallisoletana hay otra aldea llamada Agua Sal. Ello unido al nombre de Fuente de Olmedo,
hace ver que el lugar estaba pleno de manantiales. Consecuentemente y sobre la etimología de aquel
segundo pueblo hay una leyenda que narra cómo procede de algunos pozos que se hacían simplemente
diciendo “agua sal”; tras lo que allí manaba el preciado líquido. Pese a todo, en el lugar así llamado (Agua
Sal) existe una laguna donde no extrañaría que antaño hubiera una gran poza de sal; puesto que tanto
las termas como los filones salinos pueden agotarse y cambiar los cursos telúricos (cuando los niveles
freáticos interiores se modifican). Algo que sucede al variar los ríos bajo la tierra, todo lo que ocasiona que en
puntos donde antaño había termas, estas desaparezcan; del mismo modo que hace a las pozas de sal dejar
de emerger (por lo que de quedar en el olvido; no se conocerá nunca más su existencia ni ubicación). Esto es
lo que pudo suceder con aquel lugar llamado Agua Sal, sito a muy pocos kilómetros de Fuente Olmedo y
que quizás fuera antaño un importante yacimiento salino; todo lo que explicaría la aparición de gentes
del campaniforme en el lugar donde fue enterrado aquel noble.
.
Acerca de ese uso de la sal en la Meseta, hemos de destacar la necesidad del referido cloruro sódico
para secar las cecinas y los jamones, o para manufacturar cualquier carne en conserva. Siendo
actualmente la fabricación de embutidos una de las actividades más comunes entre quienes
distribuyen alimentos en Castilla-León. Cuyas cecinas (de León) o jamones (de Salamanca) son algunos de
los mejores de España -y por lo tanto del mundo-. Si querer aventurarnos a hipótesis cuya prueba se hace
difícil; nos parece obvio que en un lugar con el clima y la ganadería mesetarios, durante la antigüedad
sus habitantes tendrían que llevar a cabo actividades similares a las de hoy. Habiendo sido
seguramente la manufacturación de estas carnes secadas (tras bañarse en sal), una de las más
importantes industrias desde tiempos muy remotos. Pues las “mojamas” de porcinos, ovinos y
bovinos; no solo alimentan a la población, guardando todos los componentes vitamínicos y sin pudrirse
durante años. Sino, además permiten ser transportadas (a caballo o en carros) en viajes tan largos como
complejos; pudiendo haberse comerciado con aquellas cecinas y jamones ya en la Edad del Bronce -
del mismo modo que se hacía con el cuero o con otras materias primas obtenidas de los animales (lana, pieles
etc)-.
,
Todo cuanto expreso hace ver que la cultura campaniforme, tan apegada a las minas de sal en la
Meseta, quizás procedía de gentes especializadas en secar pescados y carnes a la salazón -en las
costas-.Partiendo desde este hecho, ello nos haría pensar que quienes difunden el vaso campaniforme
-entre el 2700 al 1700 a.C. (aprox)-; probablemente proceden directamente de una “colonización”
venida del Mediterráneo. Aculturación llevada a cabo por gentes que viajarían a la Península buscando
sus minas de metal, pero que fueron expandiendo sus costumbres; entre ellas, la industria de la
salazón. Un uso que se divulgaría mientras estos buscaban los yacimientos de oro, plata, cobre y
estaño; difundiendo a la vez aquel vaso en forma de campana. Cuencos llamados de tipo Ciempozuelos,
pero que primeramente veremos en el Sur peninsular (Almería), para más tarde encontrarlos en gran parte de
nuestro territorio. Cerámica campaniforme que posteriormente llega a todo el área atlántica europea;
especialmente a zonas muy ricas en metales preciosos (como las Islas Británicas, Bretaña o Suecia).
.
De tal manera, no sería aventurado pensar que aquellos buscadores de metales llegados desde el
oriente mediteráneo -hacia el 2700 a.C.-, fueron asimismo estableciendo una industria de salazón que
les permitiría cambiar mineral precioso, por embutidos y mojamas. Una mercancía que podría ser
apreciadísima en tierras del Norte de Europa, donde la escasez de alimentos durante el invierno, sería la
causa de gran parte de su mortandad. Debido a cuanto expreso, el intercambio de esas salazones, por piezas
de oro, plata, estaño y cobre; no es una hipótesis tan aventurada. Ya que resulta difícil creer que tan solo
con cuentas y avalorios o con algunos objetos metálicos, pudieron abrir un mercado esos visitantes
llegados del sur y aquellas gentes del Cantábrico o de la Europa Atlántica. Quienes -al parecer-
recibieron a los “colonos” del campaniforme con tanto interés como confianza; de allí la rápida expansión del
“Vaso Ciempozuelos” desde nuestras tierras hasta las costas de Francia, las Islas Británicas, Escandinavia o
Alemania.
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba varios verracos y toritos vettones en
piedra, expuestos en el Museo provincial de Ávila (museo arqueológico al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En numerosas ocasiones
hemos hablado de estas esculturas pétreas, que aparecen profusamente en tierras de
la etnia celtibérica vettona (sitas en las actuales provincias de Cáceres, Toledo, Ávila,
Zamora y parte de Segovia). Acerca de su uso, ya hemos dicho que -al parecer- eran
mojones de demarcación con un carácter apotropaíco.Habida cuenta que con su
forma de animales salvajes advertirían a los extranjeros que entrasen en sus tierras,
señalando así que el área tenía dueños y que además existía posiblemente ganado
salvaje en los alrededores. Todo lo que verían claramente quienes se aventurasen a
cruzar los caminos por esas posesiones vettonas. Sabiendo gracias a estos verracos
pétreos, que salir de las rutas marcadas podría llevarles a enfrentarse con toros y
verracos silvestres -o con los propietarios de la zona- (28) . Dejando a un lado su
utilización como demarcadores; la sacralización de estos bóvidos y porcinos se debió
de seguro a su enorme utilidad en la cabaña ganadera. Habiendo sido el cerdo y el
toro (salvaje o doméstico); uno de los principales componentes en la dieta de las
tribus mesetarias, desde los tiempos más remotos -en los milenios del megalitismo,
durante El Bronce y en la Edad del Hierro; cuando finalmente fueron esculpidos los
verracos pétreos, en imagen-. Debiendo conservarlos en salazón, si querían
consumir durante todo el año su carne.
.

AL LADO: Mapa de la trashumancia en España según Braudel -detalle de la figura


108, del libro “Europa atlántica en Edad del Bronce” (Barcelona 1998); obra de la prof.
Marisa Ruiz-Galvez a la que agradecemos nos permita divulgar de nuevo este gráfico-.
Como podemos observar, los caminos de trashumancia -que datan desde el
Neolítico- son el origen de las posteriores calzadas romanas, que dieron paso a los
caminos de la España Moderna y que finalmente se convirtieron en carreteras
durante los siglos XIX y XX. Destacan en especial aquellos que cruzan de Sur a
Norte, llegando desde Huelva y Sevilla, a Astorga y el Cantábrico; que sin lugar a dudas
son el antecedente más directo de la Ruta de la Plata (por la que transitó ganado
desde el Neolítico; pero por la que ya debieron transportar los metales, desde la Edad del
Bronce).

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ABAJO: Secadero de jamones en Guijuelo, Salamanca. Esta población situada
precisamente en plena Ruta de la Plata, es uno de los lugares más famosos por la
calidad de sus embutidos. Jamones, lomos, salchichones, chorizos y cecinas que
debieron de ser preparados por los hombres de la Edad del Bronce tan solo usando
sal (distribuyéndolos a otras zonas de la Península). Debido a que por entonces faltaban
la pimienta y hasta el pimentón (especies traídas por Roma y el segundo procedente de
América); pudiendo por entonces fabricar embutidos tan solo con sal y ahumado, con los
que mercadearían perfectamente -ya que no se estropean al transportarlos-. A mi juicio,
esta industria se implantaría especialmente en la Península desde el 2700 a.C; tras
la llegada de buscadores de estaño y cobre, procedentes del Egeo y de las costas
de Oriente Medio o Anatolia. Importando aquellos también, la industria de la
salazón; muy avanzada en Creta, Chipre y Oriente Medio, usando técnicas salineras y
de mojama, desarrolladas por marineros como los que llegarían a nuestras
costas. Quienes al verse en la necesidad de trocar metales preciosos,
probablemente instituyeron una industria de salazón; con el fin de cambiar con los
pobladores del litoral atlántico mojama y embutidos, por aquellos minerales
valiosos.
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Consecuentemente con lo que vamos explicando, la sal debió ser un bien primordial para los
habitantes de la Meseta, durante todos los tiempos. En especial para gentes asentadas en comarcas
cuyos fríos impedían pastorear o salir en busca de caza durante el invierno. Refiriéndonos a los antiguos
pobladores de áreas como León, Zamora, Palencia, Ávila, Segovia, Soria y Burgos; quienes en gran parte
migrarían hacia el sur, desde noviembre hasta mayo (siguiendo los antiguos caminos de la Trashumancia).
Pero entre quienes habría muchos obligados a pasar el invierno en sus comarcas de origen -en especial
mujeres, ancianos y niños-; para los cuales disponer de jamones y embutidos sería un modo de
subsistencia sin parangón ni sustitución posible. De ello, quizás, la mayor importancia de la sal en un
lugar donde este elemento es apenas inexistente. Pues tal como el profesor Delibes nos dijo, hay zonas
castellanas donde no aparecen minas salinas en cientos de kilómetros a la redonda. En especial en el llano
que va desde Villafáfila (Zamora) hasta Olmedo y Medina del Campo (Valladolid); un área de enorme distancia
en la que al parecer no hay ni una poza con este salitre -para conocer más acerca de los pormenores de esa
circunstancia y de las consecuencias que la sal pudo tener en la difusión y establecimiento de la cultura
campaniforme en la Meseta; recomendamos leer los estudios de Germán Delibes, mencionados en
cita (29a) y (29b) -. Asimismo y a título personal, añado que quizás este hecho nos explique mejor la
importancia posterior en la meseta, de pueblos como los astures o los cántabros. Quienes tenían urbes
en lugares de León y Palencia (como Lacia -Mansilla de las Mulas-) y hasta la misma capital Astur sita junto
a Astorga (en La Bañeza). Cuya fuerza como etnia quizás residió en la capacidad de suministrar sal a las
gentes que habitaban en tierras de la actual Castilla-León.
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Cuanto expreso, lo escribimos tras hablar con el profesor German Delibes, quien me confirmó de palabra
su absoluta convicción de que aquellas gentes del Vaso Campaniforme acapararían en la zona
coprendida de León a Segovia y desde Zamora a Aragón; las minas de sal -además de controlar
comerciar con yacimientos de metal peninsulares-. Debido a que (tal como dijimos) en algunas zonas de
Castilla no existe este “oro blanco” en centenares de kilómetros a la redonda. Tal como sucede entre
Soria, Zamora, Burgos, Valladolid y Segovia. Donde existen solo salinas en la Poza de Sal y en la laguna de
Villafáfila; junto a otros pequeños lavaderos salineros, como los situados en las cercanías de Olmedo y en
algunos puntos segovianos (Fuentidueña y etc). Sobre este interesante tema, el profesor Delibes de
Castro y Jesús María del Val Recio, publicaron un estudio hace unos diez años (29b) cuya
intitulación es: “LA EXPLOTACIÓN DE LA SAL AL TÉRMINO DE LA EDAD DEL COBRE EN LA MESETA
CENTRAL ESPAÑOLA: ¿FUENTE DE RIQUEZA E INSTRUMENTO DE PODER DE LOS JEFES
CIEMPOZUELOS?”. Para comprender brevemennte cuanto en él exponen, añadiremos los epígrafes
principales de este estudio, que son: “Reconocimiento de explotaciones de sal por ignición de época
campaniforme: Los documentos de Molino Sanchón (Villafáfila en Zamora) y de Espartinas
(Ciempozuelos, Madrid”. “Reivindicación de las cerámicas de tipo Ciempozuelos en los
espacios de producción de sal”. “La mina como espacio sagrado ¿Ceremonias de
los jefes Ciempozuelos en Molino Sanchón?”. “Consideraciones sobre la actividad
salinera villafafileña en la transición Calcolítico - Edad de Bronce...”.
.
El mencionado trabajo de Delibes y del Val, termina con las siguientes palabras:
“Hace tres décadas, en el trabajo que Martín Valls y uno de nosotros dedicamos al hallazgo de
la sepultura campaniforme de Fuente-Olmedo, nos hacíamos eco de la frecuencia con que este tipo de
yacimientos (Pajares de Adaja, Samboal, Portillo, Villaverde de Íscar) comparecía en las
proximidades de dichos bodones o lavajos y lo atribuíamos a dosfactores: al atractivo que debieron ejercer t
ales espacios por encontrarse virtualmente despejados devegetación y, sobre todo, a la importancia d
el recurso hídrico durante los veranos para el mantenimiento dela cabaña ganadera estante, tal y como se
guía ocurriendo, a juzgar por las ordenanzas de los pueblos de la zona,en época medieval (...) No se trata,
por supuesto, de restar importancia a estos dos factores, pero, una vez que sabemos a través de los
documentos de Molino Sanchón II y de Espartinas que las élites Ciempozuelos están detrás de la
producción de sal, ¿cómo silenciar que la tumba del príncipe de Fuente-Olmedo se sitúa a escasa
distancia de tres de los bodones salados -laguna del Caballo Alba, Bodón Blanco y Aguasal- (...) los
más importantes de la región olmedana?” (30) .
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba, el dolmen de los Zumacales de
Simancas; durante una jornada en que fue explicado por el profesor Delibes (en el
cetro de la imagen). Un centenar se asistentes le rodean atendiendo durante horas
la interesante exposición, tras haber escuchado la conferencia que pronunció poco
antes sobre este túmulo simanquino (31) . Se trata de una pequeña tumba de corredor
y circular; del que por tristeza se ha perdido la mayor parte de su estructura, debido a la
destrucción por mano del hombre. Pese a ello, hace algunos años pudieron excavarlo,
logrando “rescatar” los esqueletos de unos veintidós cadáveres; tras lo que rehicieron el
pequeño dolmen. La conología por C-14 de aquellos inhumados (depositados) en el
interior de la cámara, se fecha entre el 4145 y el 3700 +/- a.C. (32) ; lo que obliga a
pensar que el dolmen estuvo “activo” como recinto mortuorio desde el siglo cuarenta
al treinta y cinco a.C. (aproximadamente).
.
Entre sus explicaciones, Germán Delibes anotó que uno de los significados de los
dólmenes era testimonial y que servirían para demarcar el territorio. Explicando que
el hecho de construir una gran tumba, donde guardar los cuerpos de los ancestros de sus
reyes o nobles; supondría un estatus de dominio sobre una zona (cercana al
enterramiento). Acerca de esta interesante idea hablaré más
adelante, desarrollándola con nuestra opinión; un parecer que -como digo- es ajeno al
mundo técnico, pero expresada desde un prisma comercial y de persona que vive en una
cultura muy distinta -como lo es Japón, la tierra que me acogió de segunda patria-.
Siendo así, al final del artículo comentaremos que a mi juicio ese uso del dólmen como
demarcador de una zona en propiedad, quizás se debe completar en ideas. Ya que
el túmulo serviría para testimoniar que había una clase guerrera y dirigente, desde
hacía siglos; apoyada por un grupo que les servía de un modo organizado -tan
fielmente como para elevarles esos gigantes enterramientos-. Tumbas que por sus
dimensiones asustarían.; aunque la demarcación de territorio (propiamente dicho)
se haría a través de menhires; con los cuales se podrían señalar lindes, además de
estudiar con ellos las sombras y el calendario. Menhires que asustarían por su
tamaño, aunque los que más impresionaría al ajeno y al extraño que se internase en
esas tierras, serían los cromlechs (grupos de creados con grandes bloques, como
observatorios o templos astronómicos). Todos hechos con piedras gigantes, lo que
demostraría que allí vivía un grupo perfectamente organizado y con capacidad de
realizar acciones de gran fuerza. Gentes que tenían su dolmen, lo que asimismo
acreditaba la existencia de una clase guerrera ancestral, cuyos nobles eran venerados
por su bravura y enterrados en esos túmulos. De este modo -como digo-, los menhires
podrían actuar como demarcaciones de los territorios megalíticos, en los que
difícilmente se aventurarían a entrar extraños; al observar la fuerza y la
organización de quienes los habitaban.
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Al lado: Algunos asistentes se fotografían en el túmulo simanquino. La imagen está


tomada justo antes de que el profesor Delibes llegase para explicar in situ el
dolmen de los Zumacales a un centenar de personas que hasta allí se acercaron, en
una tórrida tarde de verano -de las más de trescientas que poco antes habían asistido a
su conferencia en el centro cultural de Simancas-. Desearíamos destacar que la
conferencia y la explicación del megalito se llevó a cabo un viernes de agosto; notándose
una enorme asistencia, pese las altas temperaturas y a tratarse de un periodo estival (en
plenas fiestas de Simancas). Todo lo que muestra el interés que despiertan actividades
culturales como esta; en la que desde las 19 horas y hasta las 21,30 cientos de personas
escucharon atentamente al profesor Delibes -preguntándole dudas y diversas
aclaraciones arqueológicas-. Algo que anotamos para demostrar que cuando se
promueve la cultura de peso y de calidad, hay gran interés por parte de todos.
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ABAJO: Otra fotografía del dolmen, cuyo tamaño podemos observar al compararlo
con personas en el interior de su recinto. En esta imagen puede apreciarse la
proximidad del megalito a la ciudad de Valladolid, de la que apenas dista cinco o seis
kilómetros. Estando situado en un altozano junto a Simancas, desde el que se divisa
perfectamente la capital castellano-leonesa. Sin lugar a dudas; desde allí podemos
aseverar y asegurar que Valladolid lleva más de seis mil años habitado. La
importancia de este punto, con respecto al tema que tratamos; se ciñe al dominio que
desde estos altozanos se tiene sobre los valles y llanos del Duero medio. Todo lo
que obliga a pensar que quizás esa orografía motivó el levantamiento del dolmen de
Simancas, en un lugar donde no existen otras construcciones megalíticas. Al igual que
esa situación privilegiada sobre el valle medio del Duero; haría que un milenio más
tarde por allí tuvieran que pasar o que luchar las gentes del Campaniforme;
provocando ello la inhumación de Fuente-Olmedo.
.

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2º (d)- Conclusiones:
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Concluimos tras esta exposición sobre las armas del Bronce Antiguo y Pleno, pudiendo comprobar cómo el
hallazgo de objetos de cobre con metalurgia muy precaria y con composición muy pobre, no indica una
tecnología igualmente deficiente. Sino por el contrario, la aparición de piezas como las “palmelas” y las
puntas de lanza cúpreas de baja calidad; mostraría una gran riqueza en la época -tanto como el pleno
dominio del arte de trabajar el cobre-. Primero, porque fabricar armas arrojadizas en metal por entonces (a
fines del tercer milenio y mediados del segundo) supone un signo de enormes medios
metalúrgicos.Siendo lógico pensar que las flechas y venablos nunca se hicieran ni trabajasen con la
misma perfección que las espadas o las hachas -de igual manera que en nuestra época resultaría extraño
fabricar las balas o los cartuchos, con metales de gran calidad-. Por todo ello, al encontrarnos con aquellas
palmelas tan pobres en su composición como toscas en su manufacturación; hemos de comprender
que son estos los primeros objetos metálicos de la Historia, para utilización efímera -de “usar y tirar”; sin
posibilidad apenas de recuperarse-. Debido a ello, hemos de pensar que una flecha fundida en bronce de
primera calidad, hubiera sido por entonces tan solo un objeto votivo (tan extraña como hoy en día puede ser
una bala de plata).
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Por cuanto expresamos es importante destacar algunas apreciaciones que realiza el profesor Delibes, junto
al prof. Fernandez Manzano (tristemente fallecido en estos días). Cuando nos dicen que algunas de estas
“palmelas” estarían fabricadas a golpe de fragua; ya que al no haberse encontrado moldes donde
fundir las puntas, todo hace suponer que se harían a golpe de martillo (33) . Ante lo que hemos de añadir
que lo más probable, y debido al aspecto que presentan muchas de ellas; es que estas flechas se hicieran del
modo más sencillo posible. Una fórmula de forja que a mi juicio sería tan simple como la de crear en la
fragua tiras de cobre; luego recortar esas láminas a golpe de cincel -dándole forma de hoja- y
finalmente remacharlas a martillazos. Siendo esa manufacturación la que en primer lugar se observa al
verlas detenidamente y aumentando las fotografías. Aunque hay otros ejemplos de “palmelas” en las que
parece que se observa un proceso de fundición (tal como ocurre en algunas de las expuestas en el Museo de
Córdoba y en el de Sevilla, que mas abajo incluyo en imágenes). Siendo francamente difícil determinar si todas
ellas se hicieron por el procedimiento antes explicado: Fundiendo láminas de cobre; recortando piezas a cincel
en forma de hoja y luego remachando a martillo (para finalmente afilarlas a la piedra).
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Por su parte, añadiremos nuevamente que el hallazgo de cuchillos cupreos y muy
ricos en arsénico (también del Bronce Pleno); en mi opinión no nos hablaría de un
atraso técnico, sino posiblemente también de algún “abaratamiento” en la forma de
trabajar los metales. Pues al parecer, si el cobre es muy rico en arsénico, contiene una
mayor dureza; siendo más elástico cuanto más puro. De tal manera, quizás, la
fabricación de aquellos cuchillos de lengüeta en metal muy arsenicado, nos
indicaría el conocimiento pleno de la fundición del cobre y de sus propiedades
según características del mineral. Sobre todo ello trata un interesante estudio de
los profesores Delibes de Castro, Fernández Manzano y Rovira Llorens; escrito
junto a una entrañable persona y un maravilloso coleccionista, como lo fue D.Eugenio
Fontaneda. Trabajo que hemos mencionado en cita anterior, intitulado: “Metalurgia de la
edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera cantábrica (la colección Fontaneda)” . Un
libro en el que sus autores explican cómo las piezas que analizan contienen cobre
muy arsenicado, en el caso de las palmelas y de los puñales; pero no en el de las
hachas planas, donde el cobre es siempre de mayor pureza. Siendo muchas de estas
hachas planas, de este metal prácticamente puro y solo llegando a un 3% de arsenicado
en algunos casos. Unos datos que concuerdan con las hachas de las Islas Británicas, de
igual época; que no suelen sobrepasar tampoco el 1% (de AS en su proporción
CU). Señalando asimismo este estudio, que en el Valle del Duero y Meseta, los
objetos que más arsénico contienen son los puñales -aunque la mitad de los hallados
sean de cobre puro y el resto tampoco supere el 3% de AS- (35a) .
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ARRIBA: Tres puntas de “palmela” en cobre, de diferentes procedencias; tal como
las muestra el Museo Arqueológico de Córdoba -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen-. Las datan en el calcolítico, aunque por su perfección y calidad pueden
fecharse perfectamente en el Bronce Pleno. Si las observamos detenidamente, veremos
que las dos de los lados parecen estar remachadas a martillo y fabricadas desde una
lámina (tal como hemos explicado). Aunque la central es de tal perfección que quizás
haya sido moldeada fundiéndola.
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AL LADO: Cuadro de la página 135 del libro antes citado: “Metalurgia de la edad del
bronce en el piedemonte meridional de la cordillera cantábrica (la colección
Fontaneda)” -agradecemos a sus autores nos permitan divulgar el gráfico-. En este
podemos observar las cantidades de arsénico que contienen diferentes armas de
cobre, pertenecientes al Bronce Antiguo y halladas en la Meseta. Vemos que las
hachas planas son las que menos arsénico tienen(entre el 0,5 y el 1%); luego le
siguen las leznas y punzones (entre el 0,5 y el 3,5% de AS); tras ello aparecen las
“palmelas” (con 1,2 y 3,5% de AS) y finalmente los puñales; que son un caso aparte,
pues su composición lleva entre el 3 y el 19% de arsénico. Al estudiar estos
hechos, creemos personalmente que la pureza del cobre se controlaba
perfectamente por los metalurgios de la Primera Edad del Bronce; quienes entre el
2700 y el 1800 a.C. ya sabían perfectamente fundir o forjar unos objetos
particulares, usando un determinado cobre arsenicado. Utilizando un metal de más
contenido en AS para las hojas de cuchillo y las palmelas; seguramente debido a la
dureza de este.
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ABAJO: Otras tres puntas de “palmela” en este caso procedentes de un ajuar
campaniforme hallado en Valdeprados (Aldea del Rey Niño provincia de Ávila) y
propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen-. A su derecha observamos el resto de una tira de oro puro; que se
supone pertenecía a la diadema del inhumado junto a las puntas (del mismo modo
que sucedía en Fuente Olmedo). En este caso, las flechas parecen claramente
haberse fabricado remachadas a martillo. Por su parte, la conservación y
enterramiento del cadáver con esa tira sobre la frente (como banda o corona) indica
una aproximación al mundo funerario oriental y especialmente ligado al
argárico. Pues aunque esta inhumación de Valdeprados se dató por C-14 en épocas muy
antiguas; finalmente dedujeron que su análisis de C-14 contenía errores (de
contaminación) y lo fecharon por identificación con otros yacimientos similares,
deduciendo así el prof. Jorge Gómez y Ma. Pilar Sanz, que debía situarse entre el 1900 y
el 1700 a.C (34) . De tal manera, debemos considerar que la costumbre -tipicamente
argárica- de enterrar el cadáver con aquellas diademas de oro, que seguramente usaba el
muerto en vida; debió ser un uso muy común durante el campaniforme (tanto como
para llegar hasta nuestros días muchas de ellas).
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Sigue el referido estudio de Delibes, Fernández Manzano, Rovira y Fontaneda;
mencionando cómo los modelos de hachas planas fabricadas en bronce durante el mismo
periodo, tienen una composición de estaño que oscila entre el 3,98 y el 17,72% y cuyo valor medio es de
10% (35b) . Ante este dato, nos gustaría incluir la información de que el bronce más elástico y de mejor
calidad es aquel que contiene un 92% de cobre y un 8% de estaño (puros); aunque a partir
de proporciones como la de un 90% y 10%, el metal puede considerarse de gran calidad. Por su parte, el
trabajo que resumimos también señala cómo la media en las hachas planas más antiguas halladas en la
Meseta, se acercan a una composición de 12,5% en estaño; algo que coincide también con la del
mismo tipo de armas, aparecidas las Islas Británicas. Cuanto nos dicen aquí los profesores
Delibes, Fdez. Manzano y Rovira, son igualmente datos de una importancia enorme.
En primer lugar porque ya vemos cómo durante la Primera Edad del Bronce existían
bipennas de metal broncíneo, con una aleación de gran calidad. En segundo
término, al observar que aquella fundición de estaño y cobre (muy costosa por
entonces), tan solo era usada para armas de gran importancia, como las hachas -que
no se solían perder en batalla, a menos que el soldado cayera-.
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Consecuentemente, cobra aquí una razón suficiente nuestra teoría de que las
palmelas y los cuchillos se fabricaban con cobre de baja calidad; al ser objetos de
poca importancia y no por motivos técnicos, o por falta de conocimientos. Pero
además, la circunstancia de que en las Islas Británicas de nuevo encontremos
hachas con igual aleación a las de la Península; nos habla claramente de que los
metales fueron introducidos en ese archipiélago por gentes venidas desde las
costas de Iberia. Como no podía ser de otra forma, ya que el medio más rápido de llegar
hasta el Atlántico, partiendo desde el Mar Negro o de Oriente Medio (donde se descubre
el bronce); es surcando los mares. Un viaje que necesariamente hubieron de realizar
quienes “inventaban” por entonces las aleaciones de metales; buscando las minas de
estaño y cobre, que faltaban en el Mediterráneo.
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Por su parte, el mencionado estudio también muestra como en el caso de los brazaletes
broncíneos, la composición de estaño es mucho más alta; llegando comúnmente hasta un 16% (35c) .
Entre estos adornos tan ricos en casiterita destaca el Colgante de Cea, que contiene un 18,85% de estaño.
Asimismo, añaden los autores, que para fabricar los torques -o brazales- de bronce,
debieron de hacerlo fundiendo piezas en barra, con moldes de forma cóncava por su
parte inferior. Tras obtener aquellas barritas y ya enfriadas, a golpe de martillo las
torcerían, hasta darles aquella forma de pulsera. Una técnica que obliga naturalmente
a alearlas con una mayor cantidad de casiterita; metal que concede al bronce
elasticidad y “ablandamiento”. Por cuanto se comprende que en el caso de los
brazaletes y adornos, utilizasen una composición mucho más rica en estaño (todo lo que
da cuenta del perfecto conocimiento en el arte de la fundición del bronce desde los
tiempos más remotos). Finalmente, los profesores Delibes, Rovira y Fdez. Manzano,
nos hablarán de las “hachas de talón” y las de “anillas”; pertenecientes al Bronce Bajo; que
también presentan entre un 10 y un 14% de promedio de estaño. Un dato que a mi juicio vuelve a
confirmar cómo los conocimientos sobre metalurgia eran casi iguales antes del 2000 a.C.
-en el Bronce Antiguo y Pleno-, que en mil años después (durante el final de la Edad del
Bronce y en una etapa desde el 1200 al 800 a.C. -aprox-).
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Diferentes gráficos del libro que hemos
resumido -“Metalurgia de la edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera
cantábrica (la colección Fontaneda)”-. Agradecemos a sus autores nos permitan
divulgarlos: Arriba, cuadro con el contenido en estaño de los objetos hallados en la
Meseta.
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Al lado, contenido en estaño de los objetos del Bronce Medio y del Bronce Final.

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ABAJO: Diferentes objetos pertenecientes al calcolítico y al campaniforme
conforme los mostraba una vitrina del Museo Arqueológico de Sevilla -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. A la derecha y en la parte superior
tenemos un ídolo oculado procedente de Valencina de la Concepción y fechado a
comienzos o mediados del IV milenio a.C.. Bajo este, un hacha lítica (pulimentada) y un
collar de cuentas, todos del cuarto y tercer milenio a.C.. A nuestra derecha, en la parte
superior, un vaso campaniforme datado unos “mil - mil quinientos años” después que el
ídolo oculado (hacia el 2500-2000 a.C.). Bajo este, armas de la Edad del Bronce Antiguo,
coetáneas al vaso campaniforme. El proceso de sustitución y cambio de las hachas
en piedra pulimentada (neolíticas) por las de metal (de cobre y luego bronce); a mi
juicio hubo de ser importado, por barco y desde Oriente Medio o del Mar Negro.
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ABAJO: Mapa trazado por mí, donde figura la expansión y difusión de los
metales. Vemos como llegan hacia el 3200 al Sur de España (a las proximidades de
Almería, donde comienza por entonces Los Millares, luego El Campaniforme y más tarde
El Argar). Tan solo cinco siglos más tarde estaban ya extendidos por gran parte de
Europa, principalmente en el área atlántica. Lo que indica que la difusión de aquella
Edad del Cobre (y la posterior del Bronce) vino hasta la Península por mar y
que más tarde se expandió desde nuestras tierras hacia Europa (también por vía
marítima; debido al contacto y navegación de cabotaje en las costas atlánticas).
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Tras lo que hemos ido explicando en estas conclusiones, podemos determinar que el uso de estaño, de
cobre puro y de cobre muy arsenicado, se alternan durante el Broce Antiguo y el Bronce Pleno. Sin
indicar en muchos casos, que la aparición de objetos fabricados en un mineral cúpreo cargado de
arsénico; suponga determinar que nos estamos enfrentando a periodos o a gentes cuyas técnicas sean
precarias y cercanas al calcolítico -especialmente cuando hablamos sobre los cuchillos, comúnmente muy
arsenicados-. De tal manera si queremos trasportar estas ideas a nuestra época; diríamos que actualmente
ante la aparición de vainas en bronce, o de balas y perdigones de plomo. Nunca podemos suponer que nos
hallamos en una etapa en que no se conoce el hierro; sino debemos entender que ciertas piezas han de
fabricarse con metales más maleables o más baratos (función que el bronce y el plomo realizan). Así pues, el
hallazgo de palmelas y hojas de cuchillo hechas con cobre arsenicado, no pueden llevarnos pensar
que pertenecen a una época en la que no se conocía el modo de alear bronce o de purificarlo
suficientemente. Considerando que de aparecer estos en yacimientos muy posteriores al calcolítico,
hemos de suponer que eran armas para las que aquella composición de un mineral cúpreo impuro,
resultaba suficiente y adecuada (por su dureza y seguramente por su abaratamiento).
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Siendo así, hemos de reflexiinar también en hechos como los anteriormente destacados, cuando
hablábamos de las teorías del prof. Delibes, acerca del dominio de la sal. Situaciones que atañen no solo
al evidente control sobre las minas de metales, y que claramente ejercerían quienes expandieron el
vaso campaniforme (entre el 2700 y el 1700 a.C. aprox). Pues la situación de estas poblaciones
campaniformes frente a la sal, cambiaría totalmente si estaban asentados junto al mar, o si vivían en
ciertas zonas donde no existía el preciado bien. Así debemos pensar en la necesidad, por entonces
para dominar los yacimientos de sal solo en la meseta y en otras áreas donde este cloruro de sodio
apenas se encontraba. A mi juicio, por ser imprescindible para crear y distribuir conservas de alimentos;
en especial salazones de pescado y de carnes. Un hecho y situación que en la costas no tendría que
controlarse; pues la sal sería propiedad de cuantos se acercasen al mar (simplemente cociendo o secando
las aguas). Aunque tierra adentro y muy lejos del litoral, tan solo se podía hallar este rico producto en ciertas
zonas; existiendo lugares en los que apenas se encuentra. Tal como sucede en el área de Zamora a
Valladolid y Burgos; donde solo hay minas en Poza de la Sal, Villafáfila, en las cercanías de Olmedo y
algunas otras (siendo un extraño hecho que en Medina del Campo -donde existieron salinas- no se hallan
descubierto restos campaniformes).
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Las circunstancias antes referidas, me llevan a pensar que seguramente aquellos que inician y
promueven durante casi un milenio la cultura campaniforme; procederían del Mediterráneo. Siendo mi
teoría, que esta civilización del “vaso-campana”, nacería por influjo de marineros llegados del oriente.
Navegantes venidos hasta nuestras tierras en busca de metales. Quienes cada vez que llegaban al
nuestro litoral Sur, irían importando sus usos. Entre ellos, el de las salinas y los salazones; que
primero cambiarían por minerales, para fabricar preciados metales. Enseñando paulatinamente a
fabricar mojamas y jamones a los lugareños, que poblaban nuestras playas y con quienes iniciarían un
tipo de comercio. Contactando luego con las gentes del interior y del atlántico peninsular. Llegando a
abrir un mercado con las minas de Galicia, las de Bretaña y las islas Británicas. Cambiando allí también
los salazones de pescado y los embutidos, por mineral de cobre, estaño, plata y oro -debido a que en
zonas del Norte ya no pueden hacerse jamones ni mojamas; habida cuenta la humedad, el frío y las
inclemencias climatológicas-.
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Todo cuanto explicamos, hace pensar que las famosas puntas de jabalina del Dolmen de la Pastora
(mencionadas desde el comienzo de este epígrafe). Son venablos que contienen aquella composición
tan arsenicada, debido al tipo de armas y no tanto a la pobreza de medios del momento. Habiéndose
fechado estas lanzas (y algunas otras similares), a fines del tercer milenio o comienzos del segundo;
principalmente por la impureza de su mineral cupreo -al no ser de bronce-. Aunque a mi juicio, sería más
certera la datación que daba Almagro Basch hace ya más de medio siglo; cuando al observarlas y sin
precisar de análisis metalográficos, también consideró que eran modelos procedentes de Ugarit o de
Oriente Medio fundidos en la Península. Tal como los posteriores estudios de laboratorios determinaron;
testificando que ciertamente se trataba de metal peninsular y de una fabricación autóctona. Aunque -como
decimos- por la pobreza de su cobre usado, se datan actualmente entre el 2200 y el 1800 a.C.. Pese a
todo, el prof. Almagro Basch presentaba una cronología más tardía, creyéndolas piezas ya pertenecientes
al periodo final del Calcolítico y comienzos de Cogotas I; situándolas por lo tanto entre el 1800 y el 1600 a.C..
Una datación con la que personalmente estoy más de acuerdo; pudiendo así considerar que aquellas
puntas de jabalina (del Dolmen de la Pastora, de La Pijotilla o de Outeiro de San Bernardo) son ciertamente
el producto de luchas y contactos entre habitantes autóctonos y gentes venidas tras el Tera Santorino -
hacia el 1650 a.C.-. Unos “precolonizadores” llegados desde Creta, Chipre (y tierras cercanas), que sin duda
alguna contribuyeron en la etapa peninsular conocida como Cogotas I. Siendo así; al datar las puntas de
lanza del Dolmen de la Pastora hacia el 1800 a.C.; estas armas pertenecerían a los últimos reyezuelos
enterrados en el túmulo de Valencina de la Concepción. Cuyas fechas finales son 1880/1550 (tal como
podemos ver en un cuadro cronológico al término del presente artículo).
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba, depósito de hachas votivas fechado en
el Bronce Antiguo y hallado Asiego, Cabrales -tal como lo muestra el Museo
Arqueólogico de Oviedo, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-.
Observemos que estas hachas planas de bronce, pertenecen a una etapa anterior al
2000 a.C.; lo que indica que la aparición de armas de cobre no supone realmente que
estemos ante una época previa (ni menos calcolítica). Debido a que se alternaron
diferentes aleaciones en unos mismos tiempos (tanto en el Bronce Antiguo como
durante el Pleno).
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Al lado: Diferentes hachas planas fundidas en bronce, tal como las expone el Museo
Arqueológico de Oviedo, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen. A la
derecha podemos ver una hallada en Cangas de Onís, y perteneciente al Bronce
Pleno. A su lado, tres ejemplares procedentes de diferentes yacimientos del Bronce
Antiguo. La diferencia cronológica entre la pieza de Cangas de Onís y las otras -en
imagen- pueden ser hasta de mil años; pese a ello, la composición metalográfica en
todas es muy parecida.
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ABAJO: Una vitrina de la Edad del Bronce en el el Museo Arqueológico de Oviedo,
al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen. A nuestra izquierda, tres
ejemplares fundidos en bronce y hallados en Fuentes Frieras; fechados hacia el 1600
a.C. (al comienzo de Cogotas I). Bajo estas, un hacha de cobre y un brazal de arquero
datados en Bronce Antiguo, procedente del Túmulo de los Fitos (Lena). A la derecha,
puñales espadas de bronce, hallados en Gumiales y en a Cueva de Aranga, fechados en
el Bronce Antiguo. Como podemos observar, los diferentes tipos de aleaciones y el
uso del bronce o de cobre, se alternan durante todas las etapas en esta Edad del
Bronce (al menos durante su etapa antigua y media -aunque no tanto al final-).
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3º.- CERÁMICAS DE TORNO ANTERIORES A LA COLONIZACIÓN PENINSULAR:
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Las cerámicas de torno aparecidas en nuestras tierras y previas al siglo IX a.C.; son
la siguiente prueba de presencia oriental -precolonial- que recoge J.C. Martín de la
Cruz. De tal manera lo expone en el capítulo del libro que hoy comentamos -“Contacto
cultural entre el Mediterráneo y el Atlántico (siglos XII-VIII ane) La precolonización a
debate"-. Mencionando entre las diferentes cerámicas que muestran la llegada de gentes
venidas antes que los fenicios, primeramente las piezas halladas en el Llanete de los
Moros (Montoro, Córdoba). Considerándolas una demostración evidente de contacto
con Micenas, al menos desde el siglo XII a.C..Escribiendo Martín de la Cruz
textualmente: “dos fragmentos micénicos asociados a contextos culturales estratificados de finales del II
milenio a.C. La cronología relativa de estas piezas puede corresponder tanto a un Micénico Reciente IIIA-IIIB,
como a un IIIC, dada la pequeñez de los fragmentos. Proceden del taller Micenas-Berbati (Argolida), como se
ha podido comprobar (...) Otro conjunto de piezas está formado por más de sesenta fragmentos (..)
dendrocronológica la eleva hasta 1114 a.C., con unos intervalos comprendidos entre 1212-1015 a.C. (....) un
fondo de un vaso contenedor, procede de estratos en los que se inicia el Bronce Final (...) Su calibración
directa las lleva al 1134 y 1247 a.C.” (36) .
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Por cuanto podemos leer en las anteriores frases, parece que no hay duda sobre la llegada de gentes
egeas a nuestras tierras, hacia el siglo XII a.C.. Un momento del que hemos añadir, es el de la Guerra de
Troya; enfrentamiento que teóricamente se produjo entre los aqueos y los troyanos, aunque en verdad
narraría el comienzo de la Edad del Hierro (de allí la importancia de aquella epopeya). Pues como sabemos,
esta guerra sucede entorno al 1212 a.C.; precisamente el momento de la expansión de los Hombres del
Hierro, quienes paulatinamente expulsan del Egeo y de Anatolia a las culturas del bronce. Haciendo
caer civilizaciones como la hitita, la micénica y la minóica; que habían dominado la actual Turquía, el Egeo
o Creta y Chipre, al menos desde el siglo XVII a.C.. Gobierno ejercido después de reconstruirse esta zona, tras
el estallido del el Tera Santorino; cuando se restablece el Minóico Pospalacial, naciendo el Primer Micénico
(Heládico Final I) y se sucede el imperio hitita. Civilizaciones que existieron y prosperaron hasta la
aparición del hierro. Un metal que dejaría obsoleto al bronce y que haría caer a todas las naciones
asociadas con aquellas culturas buscadoras del cobre y el estaño. Siendo así, quedaría sin importancia
aquel paso que cerraba Troya en el Bósforo; ciudad situada sobre ese estrecho, en la ruta hacia las minas del
Mar Negro. Por cuanto quienes ya no necesitaban transitar junto a Troya, ni pasar aquel “puente” entre el
Mediterráneo y el Cáucaso (para buscar casiterita y mineral cúpreo); la atacarían para dominarla y vengar los
años de sumisión a los que les mantuvo.
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Esta es la historia de Troya narraba por Homero y que cuatro siglos después de que sucediera su guerra,
fue escrita en griego. Aunque tras sus épicos poemas, en verdad se escondería la llegada de los
Hombres del Hierro al Egeo y la caída del mundo del Bronce. El fin del mundo minóico y hasta del hitita,
que hasta entonces era una de las naciones más fuertes de la antigüedad; tanto que los faraones estaban
obligados a casarse con princesas de hatti (a pactar con ellos, o hacerles la guerra). Sea como fuere, parece
indiscutible que en estos siglos XII y XI a.C., de los que se han descubierto vestigios orientales en las
mencionadas cerámicas cordobesas. La aparición de los dorios y el exterminio de Micenas y del
mundo minóico, debió obligar a exiliarse a casi todos los antiguos habitantes de la zona. Egeos y
cretenses que en su mayoría fueron hacia Chipre y a Canaan; donde algunos se integraron entre los judíos
(formando dos de sus tribus -en Golán-) mientras otros se convertirían en Philisteos (quienes dieron origen a la
voz Palestina).
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Por su parte, sabemos que los cretochipriotas recibieron el apoyo de Fenicia, como resulta lógico
pensar; pues serían por entonces los mejores aliados de los púnicos. Ya que al huir del ataque de las
hordas indoeuropeas del hierro, se establecerían en esa isla frente a Tiro y Sidón, como exiliados y
actuando de “barrera protectora” para que los dorios no llegasen hasta las costas fenicias. Todo ello
habla de las alianzas entre los cretochipriotas y los púnicos; quienes aprenderían finalmente las rutas de
los metales que el imperio minóico y Chipre habían seguido durante el segundo milenio a.C..
Consecuentemente y por lo narrado, hemos de considerar que primero aparecerían en nuestro litoral los
egeos huidos de las convulsiones provocadas por el Hierro en sus tierras (durante los siglos XII y XI
a.C.). Llegando posteriormente a nuestras costas los chipriotas, con el fin comerciar los metales de
Iberia; atrayendo pronto a los fenicios. Venida de los púnicos que se produciría unos doscientos años
después de las invasiones dorias y cuando los eteochipriotas entrasen en una fase de mayor decadencia, o
de sumisión frente a Tiro y Sidón.
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SOBRE Y JUNTO A ESTAS LINEAS: Arriba, estatuilla de barro con una “Señora de los
animales” (Potnia Theron) entre dos cigüeñas o ánades. Fechada hacia el 800 a.C. -
propiedad del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la
fotografia-. Su simbología nos recuerda sobremanera al del bronce tartéssico
llamado Carriazo; la Astarté entre patos, del Museo de Sevilla (que incluimos en
imágenes posteriores). Esta diosa de los animales que arriba vemos, presenta como
rasgos particulares el dibujo de un “laberinto” en sus vestimentas; la prominencia
de sus pechos y el adorno con las ramas de la vida. Diseños y símbolos
típicamente minóicos, donde es común ver representadas a las sacerdotisas mostrando
las mamas, luciendo ramas de la vida y ante figuras como el laberinto (de Cnossos). La
deidad va asimismo adornada con un torques -collar- y en el torso, lleva sobre cada
pecho dos “ruedas solares”. Desacando entre ellas, un colgante amuleto en forma
de Labrys o de lingote cretense. Símbolo de la riqueza por cuanto sabemos
sobradamente se fundían con este diseño “piel de buey” las grandes piezas de cobre y
estaño que distribuyeron las culturas cretochipriotas durante el segundo milenio a.C.
(otorgándoles así un significado pecuniario, de “pecunia”=“pecus”). Es común encontrar
deidades como esta estauilla de barro; de periodo arcaico griego (circa 800 a.C.),
procedentes de zonas de antigua influencia minóica, con este adorno cretochipriota
en el pecho. Un signo y colgante que sin lugar a dudas mucho nos recuerda a los
“pectorales” de El Carambolo.
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AL LADO: Nuevamente un lingote cretense, fechado hacia el 1600 a.C. y hallado en


las cercanías de Hagia Triada -agradecemos al Museo de Herakion nos permita divulgar
nuestra imagen-. Reiteramos la idea de que el diseño de estos “talentos” cúpreos es
el de un cuero o una piel curtida, con el fin de asimilarlos a un valor equiparable a
cabezas de ganado. Pese a ello, su forma más original y antigua -a mi juicio- debió
proceder desde las hachas planas de la Edad del Bronce; unas armas que sabemos
fueron utilizadas como “moneda” (primeros objetos metálicos usados para el trueque).
Piezas de cobre y bronce, que inicialmente solo eran hachas; pero de ser almacenadas
en “arsenales” promoverían un comercio organizado -creando así el concepto económico
de ahorro y de capital-. De tal manera la forma de estas armas, semejante al cuero,
seguramente provocó que se pudieran trocar identificadas con un valor regulado
en “reses”; llegando al cambio de tantas vacas, ovejas o cabras, por un número
determinado hachas planas. Desde este mercado de prosperidad, que dominaban
los navegantes cretenses (logrando el control las rutas del metal durante el
segundo milenio a.C.); procedería el culto al Labrys. La bipenna minóica que presidía
el salón así llamado por mantener en su centro el altar de adoración a ese arma de doble
filo. El famoso Laberynto de Cnossos, donde se rendía culto a los dioses de la guerra, de
la protección y de la riqueza. Deidades personificadas en la bipenna y el minotauro. El
arma de bronce del cual procedía gran parte de la prosperidad minóica; junto al toro-
totem protector, usado para la defensa en la antigüedad (animal que además aportaba su
carne, como dieta insustituible).
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ABAJO: Los dos galápagos, pectorales o colgantes del tesoro de El Carambolo -tal
como los muestra reproducidos el Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos
permita divulgar nuesra imagen-. Últimamente, en el deseo por identificar estas piezas de
oro con el toro y su cuero, han propuesto por los profesores Escacena Carrasco y
Fernándo Amores, que se tratase de frontiles para adornar la cabeza de los bueyes al
llevarlos a sacrificio. La teoría procede, al haber observado que ciertas esculturas ibéricas
de bóvidos, contienen un vano en su frente, con esa forma semejante a un hacha plana o
a un lingote “piel de buey”. Hueco esculpido en la testud de bóvido, en el cual se supone
habrían de introducir una pieza de metal, con este diseño tan parecido al Labrys cretense
o al lingote cretochipriota.
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Pese a ello, personalmente no creo que estas dos piezas de El Carambolo, fueran usadas
de este modo, colocadas sobre bueyes. Debido a que son de oro puro y pesan
aproximadamente medio kilo cada una es muy poco probable que fueran hechas para la
testud de toros -pues a su valor en metal, hemos de sumar el trabajo de filigrana y
orfebrería- Considerándolos personalmente dos pectorales (tal como creen varios
arqueólogos). Para corroborar la teoría de que se usaban sujetados sobre el
torso (quizás como broches de capa); hemos encontrado en el mundo minóico varias
esculturas donde vemos colgantes con la misma forma (de lingote “oxhide” o de
Labrys). Un diseño que entre los cretenses tendría un significado sagrado y
apotropáico, tal como muestra la anterior Potnia Theron (en imagen sobre estos
párrafos). Para terminar el comentario a las fotografías, diremos que este signo similar a
la piel de buey; debió ser traído a nuestras tierras por gentes del Egeo o de
Cerdeña. Una importación realizada durante la etapa de precolinización que
tratamos (entre el 1200 y el 800 a.C.). Dejando entre nosotros este símbolo parecido
al cuero o al hacha doble, que se mantuvo sacralizado por las culturas prerromanas
de la Península; quienes lo usaron en sus altares, en el trazado del suelo de templos, en
tumbas o en colgantes y adornos (como estos que vemos de El Carambolo).
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Continuando con el capítulo de J.C. Martín de la Cruz que comentamos; sigue el
autor exponiendo otras cerámicas a torno, halladas en el Sur peninsular y
anteriores al siglo IX a.C. -que probarían la presencia de navegantes llegados desde
oriente, mucho antes de la colonización fenicia-. Mencionando el caso de una pieza
procedente de Carmona (37a) cuya fecha se estima entorno al 1100 a.C.; junto a otra
halladas en Gatas, Almería (37b) . Destacando entre ellas un trozo
cerámico fabricado del mismo modo, encontrado en la Cuesta del Negro (Purullena,
Granada); con una cronología muy superior y fechada entre el 1444 y el 1398
a.C. (37c) . Añadiremos personalmente, que este último dato nos hablaría claramente
de la llegada a nuestras tierras de micenios y más probablemente de cretenses; en
plena fase Palacial (en periodo Neopalacial TMIB). Etapa contemporánea a Conssos,
Faistos, Hagia Triada, Malia etc.. Un momento en que se fecha la leyenda y
“existencia” del rey Minos, con su laberinto y el Minotauro; aquel hombre
taurocéfalo cuya explicación hemos dado en varios de nuestros artículos.
Exponiendo que se relacionaba con los orígenes de la tauromaquia, basados en la
defensa y guerra, utilizando toros como guardianes o como arma
arrojadiza (38). Una costumbre que sabemos era practicada entre los reyes ibéricos;
quienes llegaron a derrotar y dar muerte a Amilkar Barca, lanzándole astados embolados.
Ardid probablemente heredado y aprendido por los iberos de las culturas chipro-minóicas;
cuando los visitantes del Egeo llegaron en busca de metales, hace más de tres mil años.
Convertido en una técnica bélica, que sabemos fue conservada en nuestra cultura durante
la Edad Media y hasta la moderna. Conociéndose incluso batallas de la Reconquista,
donde los reyes cristianos usaban morlacos para echarlos sobre las tropas andalusíes;
del mismo modo que los ejércitos de Felipe II debieron de enfrentarse a toros salvajes en
las costas de las Islas Terceras (soltados en todo el litoral por los isleños, evitando así que
desembarcaran en ellas las tropas del rey español, tras ser coronado monarca de
Portugal). -A los interesados en los orígenes de la tauromaquia y su relación con el mundo
minóico, les recomendamos ver cita anterior (38) -.
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4º.- ABALORIOS Y ADORNOS, PREVIOS A LA APARICIÓN DE LOS FENICIOS:
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Los últimos objetos que menciona J.C. Martín de la Cruz como prueba de contactos
con el oriente mediterráneo, durante el segundo milenio a.C; son algunas piezas de
collar y “joyas”. Señalando primeramente las cuentas segmentadas de pasta vítrea,
halladas en Fuente Álamo (Cuevas de Almanzora, Almería). Sobre las que escribe
textualmente: “Formaban parte del ajuar de un enterramiento individual en cista, la
sepultura nº 9 de Fuente Alamo. La cronología estimada es de Argar B (...) por la
aparición de las cuentas de pasta vítrea que deberían fecharse a partir del 1400 ane
(...). De nuevo las cronologías radiocarbónicas calibradas elevarían la cronología de
esta tumba, por encima del 1500 ane” (39a) . Más tarde, pasará a citar un sello-
cilindro hallado en Vélez Málaga, del que nos dice: “Tras un estudio realizado por Blanco
Freijeiro (en 1962) se le considera fabricado por un taller sirio, con una cronología comprendida entre el
1450 y 1350 a.C.” (39b) . Posteriormente menciona un collar aparecido en Almuñecar
(Granada) explicando sobre este que: “La presencia de cuentas de ámbar y el cilíndro de
cornalina en este collar al igual que el lapislázuli en el deVélez-Málaga nos inclina a vincular estos
hallazgos con la actividad de intercambio micénica mejor que con la de los fenicios” (39c) .
Hablando por último sobre varios colgantes y cuentas de cornalina, procedentes de
distintos yacimientos -ver cita (39d)-; escribiendo: “Recientemente hemos publicado
un conjunto de piezas fabricadas en cornalina, colgantes y cuentas, que han aparecido
tanto en prospecciones superficiales como en excavaciones. Su distribución queda
reducida a la zona occidental de Andalucía y refuerza la vía del valle del Guadalquivir
como ruta de penetración al interior, pero también ayuda a valorar los otros caminos
fluviales de la costa sur mediterránea (…) La cronología general estimada, sin calibrar, estaría en
torno al 1100/1000 a.C.(...) la cornalina, el lapislázuli y el ámbar serían productos relacionados con los
intercambios de finales del II milenio a. C. y no con la colonización fenicia” (39d) . Tras estas
palabras, pasa a publicar numerosas fotos de estas cuentas en cornalina, cuya
estratigrafía y procedencia estudia en profundidad. Llegando a la conclusión de que
realmente no son fruto del intercambio entre fenicios y peninsulares, sino colgantes
importados por gentes llegadas mucho antes de los púnicos (al menos durante el
segundo milenio a.C.).
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Terminará el profesor Martín de la Cruz el capítulo que venimos analizando, con
unas “Consideraciónes finales”, que resumo en las siguientes lineas, tomadas
desde sus palabras:
“La cada vez mayor documentación de procedencia mediterránea, tiene hacernos pensar que estamos
ante la punta del iceberg, que debe haber más información en los fondos de los museos, que tiene que
aparecer mucha más, y que esto tendría que matizar, en términos económicos, la eclosión del Bronce
Final (…) Seguramente, los pactos con las jefaturas que controlaban los territorios, y probablemente la
propia labor de intercambio, en la búsqueda de metal y el aprovisionamiento de productos
alimentarios, debieron ser los responsables de la presencia de los restos muebles (...) Otra cosa será
identificar a los que practicaron esta actividad, porque seguramente fueron intermediarios, gentes de la
zona, conocedores del territorio y sus posibilidades, que canalizaron las demandas y los pagos (...) En la
discusión sobre el medio de acercamiento, y si fue posible el cruce del Estrecho de Gibraltar, mi posición es
que no debió cruzarse, al menos con fines comerciales. Considero que las rutas naturales que ofrecen las
desembocaduras de los ríos Almanzora, Antas, Aguas, Andarax, así como los cauces más cortos de los
ríos de las costas de Granada y Málaga, jalonadas de hallazgos, debieron ser los puntos de recepción y
distribución de las mercancías,aprovechando unas condiciones de navegación al interior de sus
desembocaduras muy distintas de las actuales, como se ha comprobado hace algunos años (...) Valor
estratégico, de ordenación política y económica del territorio, debió representar el yacimiento de El
Argar, a la luz de la documentación arqueológica que poseemos y de los nuevos datos paleoecológicos
(...) todo parece demostrar que los contactos con las costas sureñas de la Península Ibérica fueron
más frecuentes y sistemáticas de lo que hemos creído a lo largo de esta segunda mitad del segundo
milenio” (39e) .
.

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SOBRE ESTE PÁRRAFO: Un dibujo mío del famoso Bronce Carriazo (Astarté tartessia
que porta dos ánades en sus manos). Se trata sin lugar a dudas de una Potnia Theron
-no solo de una Astarté-; cuyos símbolos y atributos eran signos de fecundidad (el
triángulo) y prosperidad (los animales domina). Así las podremos ver representadas
en Creta; portando serpientes, con dos leones (como antecesora de Cibeles), abrazando
perros o cogiendo aves por el cuello -de igual forma a esta de imagen- . Del mismo modo
se presentaban en Anatolia estas divas sucesoras de Inara, la esposa de Teshub;
procediendo desde aquella dama de los animales con dos “bestias”, la posterior Artemisa
griega (cuyo principal culto estuvo en Éfeso). Unas diosas heredadas sin lugar a dudas
desde el mundo minóico e hitita, como figura de las criadoras de animales. Mujeres
deificadas a mi juicio desde aquellas otras que en la Edad del Bronce
domesticarían especies; logrando hitos como la doma y cría del caballo o las del gato
(llevadas a cabo en el tercer milenio a.C.). Todo lo que las sacralizaría e idealizaría en
la forma de esas señoras y reproductoras de animales, por lo que aparecen entre
dos de ellos. Iconografía que a mi juicio hablaría del macho y la hembra, necesarios para
la reproducción y como símbolo del criador (o de la domesticación de fieras -desde el
perro y el gato; o hasta de la cobra y de sierpes para proteger palacios o graneros-).
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AL LADO: Otro dibujo mío; en este caso figurando el modo de usar las joyas de El
Carambolo que considero masculinas (corona, brazales y pectoral decorados con los
mismos motivos de orfebrería -bolas y rosetas encapsuladas-). Como podemos ver, el
sacerdote va vestido en mi dibujo a modo canaaneo y luce en su pecho un “efod” o
cardiofilax sagrado; común entre los sumos pontífices de pueblos como el
israelita. Siendo ese pectoral de El Carambolo semejante al de Aarón (40) , aunque en
este caso contendría la forma sagrada de los minoicos (el Labrys o lingote piel de buey) y
no la del Urim Thummim (40b) . Todo lo que nos deja vilumbrar que quizás los
tartessios tuvieran grandes conexiones con el Canaan del siglo IX y VIII
a.C.. Incluso, que posiblemente hasta el Bajo Guadaquivir llegaron micenios y minóicos
huidos a Israel, que luego se dirigirían al Occidente lejano; para continuar con sus rutas
del metal en tiempos de Salomón y Hiram de Tiro (tal como cita la Biblia). Observemos
por lo demás, que el colgante en forma de “oxhide” es igual al que lucía la Potnia
Theron greco-acaíca en cerámica -que hemos visto unas imágenes más arriba-.
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ABAJO: De nuevo, un gráfico mío en el que recojo todos los alfasilabarios ibéricos
y los comparo con otras formas de escritura. En él vemos claramente cómo el
origen de los signos con los que escribían turdetanos, iberos y celtíberos; era
cretochipriota. Además hemos de destacar que los habitantes prerromanos
peninsulares nunca escribieron con caracteres fenicios, ni se comunicaron en
lengua púnica. Lo que obliga a pensar que la verdadera aculturación de nuestras
tierras comenzó y llegó desde el Egeo, Creta y Chipre; en fechas anteriores al siglo
IX a.C.. Tanto como para haberles dado a todos los iberos una escritura cuasi unificada.
Importando aquellos minoico-micénios (o anatolios) estos alfasilabarios que en imagen
vemos: y probablemente hasta un idioma común ibérico, en el que se entenderían y
redactarían sus epigramas las diferentes etnias prerromanas de nuestras tierras.
.
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Las palabras finales del profesor Martín de la Cruz (recogidas antes de las
imágenes), no dejan lugar a dudas; expresando la evidencia de contactos
frecuentes entre el oriente mediterráneo y nuestras costas, al menos desde el 1500
a.C.. Un momento, que -como hemos dicho- se corresponde con “era de Minos” y el
tiempo del minóico pleno. Los años del Neopalacial y Pospalacial, donde esos reyes
cretochipriotas navegantes y comerciantes, controlarían la thalasocracia plena
mediterránea. Pues por entonces muy pocas armadas existían y tan solo tendrían
verdadera hegemonía sobre el mar los monarcas de Creta, Micenas o de Chipre (con sus
islas, tan unidas por barco como aliadas). Siendo el resto de navegantes de la zona,
simples pescadores; mientras el mundo minóico manejaba una verdadera
armada. Una flota de gran tamaño que dedicarían a la vigilancia de sus costas; pero
sobre todo al pirateo y al control de las rutas del metal. La gran fuente de riqueza
que tuvo la isla y el imperio de Minos; quienes hubieron de venir de manera
continuada hasta el lejano occidente. Pudiendo aventurarse a hacerlo durante los
veranos, en un viaje que apenas duraría tres semanas costeando -incluso menos, si se
hacía con fases de travesía en “altura”-. Todo lo que en un velero de quince metros se
realizaría perfectamente durante los meses de junio a septiembre; en una
singladura desde Creta, cuyo peligro y riesgo era muy inferior a un solo día de
batalla (de las muchísimas guerras que libraban continuamente los hombres durante
aquel tiempo). Siendo así, resulta impensable que durante la Edad del Bronce -una
etapa durante la que era imprescindible el estaño y el cobre-, no vinieran desde el
oriente hasta nuestras tierras buscando metales. Debido a que en el Atlántico y en la
Península Ibérica se hallaban los mayores yacimientos de casiterita y de mineral
cúpreo; que tanto escaseaban ya en todo el Mediterráneo.
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Por cuanto decimos, las pruebas que presenta el profesor J.C. Martín de la Cruz -y
que hemos estudiado- parecen más que evidencias sobre la llegada de minóicos y
micenios a nuestras costas (mucho antes que los fenicios). Asimismo, termina su
capítulo el investigador, escribiendo que conforme se vayan analizando nuevos indicios y
materiales depositados en los museos; cada vez aumentará más la certeza de esa
presencia de gentes procedentes del oriente mediterráneo. Llegados durante el Pleno y
Bajo Bronce. A todo ello, añadiremos que, además de las pruebas aportadas por Martín
de la Cruz; hay algunas otras evidencias de la venida de aquellos precolonizadores.
Pruebas tales como la representación de barcos egeos del segundo milenio, en las
cuevas de Laja Alta. Pinturas de embarcaciones que hemos estudiado cuando
analizábamos un trabajo de la profesora Ruiz-Gálvez, donde llegábamos a ver
claramente los contactos entre el Egeo y el Atlántico en plena Edad del Bronce -a
los interesados en este punto, les recomendamos leer cita (41) -.
.
Para terminar añadiremos (como siempre digo), que otra muestra de una
precolonización cretochipriota y anatólica en nuestra Península, es la forma de
escritura ibérica. Un alfasilábico que tan solo pudo llegar a través de navegantes venidos
mucho antes que los fenicios. Pues los pueblos iberos “alfabetizados” nunca
escribieron con caracteres púnicos, sino con un alfasilabario de origen
cretochipriota, que alternaba “letras” con signos silábicos (de manera igual a los de
Creta y Chipre). Existiendo tan solo una excepción, nacida en el Levante hispano; donde
Grecia tenía grandes colonias portuarias (como Alonis o Hemeroskoion). Apareciendo allí
un alfabeto distinto, llamado grecoibérico y de origen jonio; con el que redactarían sus
textos los iberos levantinos.Pero a excepción de este, todos los demás alfasilabarios
usados por los turdetanos o los celtíberos; son de claro origen cretochipriota o
anatólico. Procediendo desde sistemas de escritura anteriores al siglo X a.C. y que
se mantuvieron en Chipre, tras la caída del mundo minóico. Para quienes no hayan
leído esta idea mía, expuesta y desarrollada en varios artículos; le recomendamos
consultar detenidamente el gráfico -en imágenes anteriores-, donde podrá comprobar
cómo los signos ibéricos son de esa procedencia egea; muy anteriores al alfabeto heleno
e incluso al fenicio.
.

.
ARRIBA: Las imágenes que a continuación recogemos pertenecen ya al siguiente
epígrafe, en el que intentaremos explicar la Edad del Cobre y Bronce desde nuestro
punto de vista (particular y desde un aspecto “comercial”). Consecuentemente, en
primer lugar expondré la difusión de la cuerda -más concretamente del esparto-;
como un recurso que haría desarrollar enormemente el Neolítico. Facilitando aquel
esparto la creación de objetos, calzado, protecciones, enseres y hasta de ingenios
movidos por cuerdas.Material que tendría una función parecida a la del plástico en la
actualidad y cuya planta nacía por doquier en tierras como las de Andalucía, La
Mancha, en Madrid, Extremadura y en el Levante. Sin la que sería casi imposible
obtener y trenzar fácilmente maromas necesarias para mover bloques, como los usados
al construir los megalitos. De tal manera, en el quinto y cuarto milenio a.C. (en pleno
dolmenismo) tuvo que desarrollarse una enorme industria del esparto en nuestras
tierras; fabricándose todo tipo de enseres y hasta protectores o máquinas bélicas.
Llegando a hacerse así infinidad de creaciones (hoy no imaginadas) para solucionar el
arrastre de rocas o el pulido de piedras; para crear embarcaciones -cosiendo sus
cuadernas- y para la supervivencia de entonces. En imagen, diversas cestas y cuerdas
procedentes de distintos yacimientos del Nilo (con cronologías muy distintas). En la
fotografía vemos las vitrinas del Museo Arqueológico de Florencia (al que agradecemos
nos permita divulgar nuestras imágenes). El la fotografía se puede observar cómo una
gran parte de los enseres se fabricaban en esparto; una planta que en Oriente
Medio, en Egipto o en España, crece sin problemas. Muy por el contrario, en tierras
del Atlántico y en zonas de Europa situadas al Norte de Madrid, ya es difícil
encontrarlo (máxime antaño, cuando el clima era más frio).
.

JUNTO ESTAS LINEAS: Esparto y algunos enseres recuperados en la Cueva de los


Muerciélagos (Albuñol; Granada). Sobre este hallazgo ya hemos tratado en varias
ocasiones, explicando su antigüedad y enorme importancia (42) . El depósito de
cadáveres en el interior de la caverna fue encontrado por personas que lo
expoliaron hace siglo y medio. Tras ello, pudieron recuperarse algunos restos que
conserva el Museo Arquológico Nacional -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen de la vitrina de Albuñol-. El depósito fue fechado entorno al 5000
a.C.. Los cadáveres se hallaron vestidos con diversas prendas fabricadas de este
material, tal como vemos en imagen. Una mujer presidía el “cenotafio” (quizás una
reina) e iba cubierta con un casco de esparto. Estaba rodeada por una decena de
hombres, de los que algunos portaban un gorro similar. Dentro de los capazos se pudo
comprobar que había semillas de adormidera, lo que indica el sentido ritual del
depósito. Asimismo aparecieron sandalias y vestimentas de esta misma fibra
vegetal -algunas las hemos publicado en anteriores artículos; pudiendo observarse como
tras más de 7000 años, las alpargatas neolíticas permanecen en perfecto estado-.
.
A mi juicio, la importancia del esparto y de su sacralización durante aquellos
milenios, se observa en los ídolos llamados de placa y hasta en sandalias exvotas
halladas en varios yacimientos (que a continuación recogemos y explicaremos, en
diferentes imágenes). Podemos considerar esa zona (Almería-Granada) y esta fecha
del 5000 a.C., como punto de partida para el inicio de lo que sería el megalitismo
pleno. Una civilización quizás importada -o inculcada- por misioneros y
expedicionarios llegados desde Oriente Medio(buscando nuevas tierras, metales
preciosos, gemas y ámbar). A mi juicio, esta cueva de los Murciélagos sería uno de los
primeros santuarios donde enterraron a varios de los que comenzaron aquella cultura
de las piedras ciclópeas. Monumentos de gran tamaño, levantados principalmente
para orientarse y poder regresar anualmente al punto de partida (sirviéndose de las
sombras de los menhires o de las coordenadas que les prestaban los cromlechs).
.
ABAJO: Vitrina con algunos de los primeros restos metalúrgicos de la Península,
tal como los expone el Museo Arqueológico Nacional -al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen-. A nuestra izquierda, arriba -con el número 2- un hacha
rota procedente de Almiralzaque, Almería (circa 3000 a.C.). Al lado, también en la parte
superior y con el (3). Hachas planas en cobre de Torreorgaz, Cáceres. Con el (4) más
abajo; restos de malaquita también de Almiralzaque, Almería. Con el (5) más abajo, sierra
y escoplo de cobres de procedencia desconocida. Finalmente, con el (6) punzón y lezna
de Almiralzaque (Almería); y de Ibros (Jaén). A continuación intentaremos exponer
algunos aspectos arqueológicos de la Edad del Cobre-Bronce, desde un punto de
vista distinto. Con una opinión de hombre dedicado al comercio y a la exportación
a países muy lejanos, como llevo siendo desde hace casi un cuarto de
siglo (trabajando como exportador para Japón, de productos españoles y portugueses).
.
.
B) CONSIDERACIONES PERSONALES ACERCA DE LA PRECOLONIZACIÓN Y
SOBRE LA EDAD DE BRONCE PENINSULAR (ANÁLISIS DE LA ÉPOCA BAJO EL
PRISMA DE UN COMERCIANTE):

Para terminar este artículo, intentaremos explicar la Edad del Cobre y Bronce desde
nuestro punto de vista. Analizándolo desde aspectos ajenos al mundo propiamente
de la arqueología y sometiéndolos a de la lógica de la vida cotidiana. Aplicando así
un criterio personal y desarrollado durante los más de veinte años que llevo enviando
mercancías a Japón. Pues mi llegada a este país, desde un principio me obligó a
adaptarme y a cambiar mi vida enteramente; obligándome pronto a modificar mi proyecto
de trabajar allí como músico (compositor e intérprete de guitarra española) y teniendo que
dedicarme al comercio. Algo que primeramente pudo resultar duro -y hasta frustrante; por
qué no decirlo-; pero con el paso de los años me concedió una flexibilidad de
pensamiento, que me permite cambiar de profesión e ideas en minutos. Todo, debido a
mi traslado hasta una cultura y civilización absolutamente diferente a la mía ; donde
hasta el aire o la luz, es algo muy distinto a lo que de niño me enseñaron comprender.
Consecuentemente, creo que la vida me ha entregado cierto don de la empatía,
pudiendo interpretar civilizaciones, situaciones y soluciones ajenas; algo que
intentaré aprovechar para comprender mejor cómo pudo ser la vida en el Neolítico y
durante la Edad del Bronce peninsular.

Siendo así, por unos momentos vamos a ponernos en el lugar de aquellos


occidentales europeos asentados en nuestras tierras, siete mil años atrás. Un
tiempo en el que las ballenas y focas poblarían las costas (especialmente las
atlánticas), cuando los mares estarían unos dos metros más bajos. Lo que permitiría
navegar zonas hoy muy separadas (como el Canal de la Mancha), incluso a veces hacerlo
sobre carámbanos por las zonas del Norte (43) . En nuestra explicación repetiremos
algunas ideas y conceptos ya expuestos en artículos anteriores, tales como el del
tesoro ballenero que hubo por entonces en costa atlántica europea. Pues
transportándonos a este tiempo, nos será fácil comprender que la primera fuente de
energía y la mejor dieta debió consistir en la grasa o carne de ballena y de los
fócidos. Con los que evitarían el frío y les proporcionarían aceites capaces de
alimentar lámparas en el interior de cuevas y en hogares (sin producir humos). Todo
ello provocaría que las comunidades asentadas junto a las costas oceánicas fueran
mucho más fuertes y sanas, que quienes habitaban lejos del mar. Además, como
todos practicarían el nomadismo; los pobladores del litoral viajarían durante los
veranos en canoas hacia el Norte (llegando hasta zonas tan lejanas como las Islas
Británicas o Jutlandia). Mientras las gentes del interior realizarían ganadería
trashumante; marchando hacia lugares más húmedos con el ganado -y sin existir todavía
grandes comunidades agricultoras-.

Por cuanto hemos expuesto, entre las gentes de las costas, la sacralización de la ballena hubo de ser un
hecho cierto; al igual que sucedió en la Historia con otros muchos grupos que se alimentaron de
cetáceos(como los fueguinos o los japoneses, quienes las veneran igualmente). Asimismo, la necesidad de
varar y arrastrar a tierra esos mamíferos marinos con miles de kilos (de veinte y hasta ochenta
toneladas); les obligaría a organizarse bien y a conocer el medio de transporte de enormes cargas
usando maromas. Todo lo que a mi juicio iniciaría una estética y un mundo semejante al de la ballena,
pero imitado o realizado con piedras. Refiriéndome al megalitismo, que desde el 5000 a.C. sabemos ya
existe en la costa atlántica peninsular. Una civilización que es la que más ha perdurado en la Historia y
quizás también la que más se extendió por el globo terráqueo; pues en occidente perduró unos cuatro mil
años, comenzando hacia el 5500 y terminando sobre el 1500 a.C.. De tal manera, es mi teoría que aquellos
quienes elevarían sus tumbas en forma de dólmenes; lo hicieron posiblemente imitando la estética o el
esfuerzo necesario para capturar ballenas. Pobladores asentados junto al mar, quienes también
necesitarían estudiar los astros, para poder trashumar con sus canoas de Norte a Sur (por el
Atlántico). Levantando por ello más tarde los menhires y los cromlechs; cuyos enormes bloques
pétreos e inmóviles les servirían para analizar la cúpula celeste y guiarse en sus viajes. Naciendo de
todo ello -a mi juicio- el primer observatorio astronómico de Europa, que es el cromlech de Los Almendros (en
Evora, Portugal); datado en aquella mitad del sexto milenio a.C..

Por su parte, parece innegable que los habitantes del litoral Oeste europeo (a los que
muchos llamaron Oestrymnios); desde aquellas remotísimas épocas viajaban en
canoas o en pequeños barcos, por toda la costa Atlántica -desde el Sur de Portugal a
Suecia-. Algo que se muestra por la existencia de una cultura común a todos
(megalitista) y se demuestra en la de difusión por el Mediterraneo de objetos como
el ámbar(procedente de zonas como Bretaña o Escandinavia). Por su parte, aquella
trashumancia marina quizás era obligada durante los veranos; al precisar huir de gentes
que llegarían también en canoas desde África y del Mediterráneo. Aunque los habitantes
del litoral atlántico europeo posiblemente viajarían de Sur a Norte (y vuelta)
buscando mejor refugio, más alimentos y un clima más templado en cada época.
Poco a poco irían llevando artículos de uno a otro lado en las canoas, importando
hasta las cercanías del Mediterráneo ámbar, pepitas de oro o plata; generando así
durante el quinto milenio a.C. un intercambio y unas rutas que llamarían la atención
de expedicionarios llegados desde tierras muy lejanas. Navegantes que vendrían en
canoas y costeando desde Oriente Medio, para contactar con el remoto occidente;
consiguiendo en sus viajes pepitas de oro y plata atlánticas, tanto como el ámbar del
Báltico. Todo lo que sucedería de forma continua hasta un tiempo en el que
comenzó la Edad del Cobre en áreas cercanas al Danubio y a Anatolia; haciéndose
pronto necesario hallar los filones de ese metal; lo que ocurriría entorno al 3800
a.C.. Atrayendo hacia el Atlántico a gentes procedentes de los más lejanos lugares .
Buscando no solo ya ámbar, oro o plata; sino minas de mineral cúpreo que era lo más útil
e imprescindible por entonces. Iniciándose así el calcolítico en nuestras tierras (la
Cultura de los Millares, hacia el 3500 a.C.).
.

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SOBRE ESTAS LINEAS: Foto compuesta; a la izquierda, ídolo en piedra oculado, de
procedencia desconocida; hallado en Andalucía y fechado en el III milenio a.C. -
propiedad del Museo Arqueológico de Córdoba, al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen-. A la derecha otro ídolo con ojos (oculado) pero en este caso
procedente del santuario de Tell Brak (Siria) y datado a principios del IV milenio
a.C. -propiedad del Metropolitan Museum, al que agradecemos nos permita divulgar la
imagen-. Es este segundo, uno de los miles de idolillos con ojos que profusamente
han aparecido en las zonas de influencia sumería. Al parecer, servían ya desde el V
y IV milenio a.C. para proteger contra el mal de ojo y eran especialmente utilizados
como amuletos para evitar esa maldición entre los niños. El que vemos arriba (a
nuestra derecha) fue hallado en un santuario al norte de Siria y se fecha hacia el 3000
a.C. (un tiempo muy cercano al comienzo del campaniforme y los metales en la
Península).
.
Este tipo de esculturas talladas sobre barro o piedra, normalmente servían para colgarse,
aunque también fue común representarlas en rollos y piedras circulares (tal como las
vemos y quizás como símbolos de poder). En España y Portugal aparecen también
figuras con ojos desde tiempo de Los Millares (del 3500 a.C. en adelante) esculpidos
principalmente en pizarras y con formas muy semejantes a los de Sumer; siendo común
verlos moldeados en cuencos de barro durante la cultura de Los Millares. La aparición
de estas figuras de ojos es seguramente una influencia mesopotámica, llegada
desde Siria ya en el 3500 a.C.. Extendiéndose por el litoral atlántico de toda Europa,
desde el 3000 al 2000 a.C.. A mi juicio probablemente fueron difundidos por
expedicionarios que en esos siglos seguían la ruta de ámbar. Así los veremos en
Almería en el 3500 a.C., en Portugal y el Sur de España desde el 3000; apareciendo
hacia el 2800 a.C. en las Islas Británicas o en Dinamarca en las mismas fechas.
.

AL LADO: Idolillos oculados procedentes de yacimientos andaluces. A la


izquierda, tres conos con los ojos del dios, hechos sobre mármol o caliza y
encontrados en Valencina de la Concepción, Utrera o Morón (del III milenio a.C.). Al lado
derecho, otros tres “dioses ojo” también hallados en Valencina de la Concepción y
fechados en el III milenio a.C.. En mitad de la imagen, hemos señalado una placa de
oro trabajada en (batido) frío con los mismos ojos -semejantes al sol-.
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ABAJO: Foto compuesta: A nuestra izquierda ídolos de placa del Museo de Évora; a
la derecha, otros ídolos similares procedentes de dólmenes de Alcántara
(agradecemos al museo de Évora y al Arqueológico de Cáceres, nos permitan
divulgar nuestras imágenes). Observemos que estas figuras de pizarra semejan
personajes con ojos, vestidos con tejidos triangulares (probablemente con
protectores de esparto). Asimismo, es de destacar que lucen placas que recubren su
vestimenta, lo que pudieran ser láminas de armadura (en madera, hueso o
concha). Algo que quizás nos hable de las corazas de esta época; en la que no existían
los metales. "Armaduras" que pudieron fabricarse cociendo cuero y moldeándolo
sobre el cuerpo; recubriéndolo luego de esparto, conchas y huesos. De ello la
importancia de este tejido con formas trenzadas y parecido al esparto. Un diseño
que no solo vemos como motivo exvoto en el caso de la sandalia sagrada hallada en
Almirazaque o en Valencina (que más tarde comentaremos). Sino también en el
enterramiento de Albuñol, donde recordaremos que todos sus miembros iban cubiertos
enteramente de esparto y lucían hasta pulseras y cascos de este material (junto a collares
con conchas atados en ese cáñamo).
Como hemos dicho, las fechas de inicio de esta civilización de los megalitos
podemos obtenerlas desde la Cueva de los Murciélagos (fechada hacia el 5000
a.C.). Considerando que aquellas gentes vestidas de esparto pertenecieran ya a una
nueva Era: El eneolítico. Una época donde la cuerda y el cáñamo sería fundamental;
para armarse, para vestirse y para fabricar utensilios. Pudiendo gracias al trenzado de
fibras construir y crear con cierta facilidad una gran serie de objetos y hasta barcos o
edificaciones. Llegándose así a las primeras fabricaciones en serie gracias a los
recursos que las cuerdas y esos tejidos proporcionaban; logrando venderlos o
intercambiarlos y generando una verdadera industria. Todo lo que supondría el
avance del eneolítico, en el que influiría sobremanera el esparto, como material de
utilidad. Un elemento que realizaría una función semejante a la que hoy tiene el
plástico; permitiendo construir cuanto hasta entonces era mucho más costoso
hacer: Levantar casas y empalizadas a toda prisa, fabricar armas de mayor precisión
(como arcos o lanzaderas más perfectas), armar barcos con cuadernas trenzadas y hacer
velas de navegación. Ello, unido a la capacidad de vestirse o calzarse sin necesitar
abastecerse de pieles de animales y a la posibilidad de construir objetos de forma
rápida (como cestas donde se podían trasportar mercancías). Concedió a esta
etapa un sentido semejante al momento en que se inventó el plástico (hace apenas
unas décadas). No habiendo otra época anterior en la Historia semejante -en lo que
supone una revolución industrial y social- desde que se descubrió y difundió la cerámica o
la agricultura (entre el 9000 y el 7000 a.C.). Por cuanto la expansión y cultura del
esparto (o del cáñamo) debió ser de una enorme prosperidad; tanta como para
generar el megalitismo en Europa.
.

Por lo que anteriormente decimos, este trenzado de fibra vegetal sería realmente el
material que inició el eneolítico (la piedra pulimentada); de lo que su hallazgo o dispersión
generaría a mi juicio la gran civilización de los dólmenes, menhires y cromlechs (desde el
V milenio a.C.). Ello explicaría en parte por qué esta cultura de las piedras ciclópeas
nace en el Sur de España y Portugal, donde el esparto es tan común como fácil de
cultivar. Aunque a mi entender, los megalitos se expandieron por la cornisa
atlántica, también debido a la necesidad de crear "una red de localizadores" (o de
puntos para guiarse durante aquellas navegaciones milenarias; en las que usando canoas
viajaban por todo el litoral Atlántico, buscando metales preciosos y del ámbar). De tal
manera, se comprende la profusión de menhires y cromlechs que se extienden desde el
Sur de Portugal, Extremadura, Galicia y el Cantábrico; hasta llegar a Francia. Siendo
innumerables los que posteriormente encontraremos en las Islas Británicas o en el camino
hacia el Rin. Todo lo que a mi entender se debe al intento permanente por extender
puntos de referencia: Gnomons y observatorios astronómicos a través de los que
podían mirar cada verano las sombras y estudiar las estrellas, para conocer así la
ruta a seguir (en aquellas vías de los metales y el ámbar).
.
Consecuentemente y conforme a esta teoría, parece cierto que el megalitismo nacería y
se mantendría gracias a estos exploradores del litoral atlántico. Ayudados
seguramente por gentes que iban y venían desde el Oriente Mediterráneo a Iberia;
para llegar luego desde nuestras costas al Atlántico, al comercio de Jutlandia o a
las Islas Británicas. Pues la evidencia expresa cómo esta cultura fue importada y
mantenida por expedicionarios (buscadores de oro, plata y ámbar), que en sus viajes
y necesidades encontrarían en el motivo de sus monumentos. Siendo la razón
primera de los megalitos la de actuar como guías o puntos de referencia del viajero,
mientras transitaban por las costas, cambiando mercancías. Así, tal como hemos
dicho, los menhires actuarían como relojes o gonomons solares para conocer la fecha y
orientarse a través de su sombra. Los cromlechs, sabemos eran observatorios
astronómicos donde estudiarían el Cosmos (para orientarse) y donde formarían a sus
guías o sacerdotes -quienes pilotarían o llevarían a las gentes, costeando por el Atlántico-.
Finalmente, los dólmenes serían usados como cuevas o sepulcros (quizás con el fin de
momificar en su interior los cadáveres, para lo que tan solo haría falta rociar al muerto con
sal y ocre; pasando a hacer periódicamente fogatas en la entrada de la tumba de corredor
-es decir, manteniendo el cadáver en salazón y ahumado-).
.
A todo cuanto hemos dicho, habría que añadir una idea más, tomada desde las
aportaciones del profesor Delibes. Investigador que mantiene cómo uno de los
usos del dólmen, fue el de demarcación territorial. Señalando aquel monumento el
lugar de enterramiento de ancestros, lo cual equivaldría de algún modo a una
“escritura” o un documento fehaciente de propiedad sobre las tierras colindantes.
Una función de demarcación que creemos se realizaría más bien por medio de
menhires, que de dólmenes. Izando piedras gigantes, con las que sí se podría
marcar claramente las lindes de un territorio; en una propiedad que posteriormente
se coronaría (o completaría) con la existencia del enterramiento megalítico, como
tumba de su aristocracia guerrera. Cenotafio y menhires que señalarían ya a un
grupo muy organizado; todo lo que en verdad haría respetar al extranjero la
zona. Pues tal como podemos pensar, hace miles de años, quien se encontrarse
frente a esos enormes menhires, sabiendo que cerca estarían los dólmenes -donde
yacían los ancestros de los soldados que protegían al grupo-; pronto pensarían que
el territorio era propiedad de una comunidad fuerte, grande y bien organizada. Con
capacidad de levantar y mover aquellas enormes moles. Megalitos que amedrentarían o
servirían de advertencia a quienes quisieran adentrarse en el territorio demarcado por los
ellos (actuando de alguna forma del mismo modo que las catedrales góticas; asustando o
abrumando a la población común). Todo lo que asimismo explicaría los alineamientos
y los cromlechs; que no solo servirían como observatorios astronómicos, sino
también para asustar o admirar al visitante. Quien a ver aquellas moles pensaría que
las tierras pertenecían a un grupo tan fuerte, como numeroso y bien estructurado (capaz
de mover y construir esos monumentos ciclópeos, en los que enterraban a sus soldados).
.

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SOBRE ESTAS LÍNEAS: Vitrina del Museo Arqueológico Nacional con ídolos de pizarra y
una alpargata exvota de hueso (agradecemos al MAN nos permita divulgar la imagen). Al
lado derecho hemos ampliado una fotografía de la sandalia votiva, procedente de
Almiranzaque. Sobre la que del sabio profesor Almagro Basch nos dice que ya
contiene las mismas características que las lúnulas irlandesas y los idolillos
megalíticos. Fue hallada en ese enterramiento dolménico de Almería, en la localidad
de Cuevas de Almazor, cercana a Los Millares. Sus dibujos son iguales a los del
campaniforme y su significado votivo sobre el esparto a mi juicio deja bien clara la
sacralización de este material. Un tejido que no solo les permitía vestir y crear
instrumentos de manera sencilla; sino también armarse y protegerse (pues los
escudos y corazas recubiertos de esparto, serían francamente seguros en una
época en que no existían los metales). Ello explicaría por qué en la Cueva de los
Murciélagos (fechada hacia el 5000 a.C. tal como antes mencionamos), algunos de los
difuntos allí inhumados tenían un "casco" de este tejido. Por lo demás, otros tipos de
cáñamo también concedían una aplicación médica y bélica. Proporcionando la
adormidera una droga que permitía parir y "operar" sin dolor, aunque también
batallar sin sufrir miedos ni angustias. Siendo mi teoría que los ejércitos antiguos
proporcionaban este tipo de drogas a sus soldados antes de entrar en confrontación, todo
lo que actuaba como "una poción mágica" normalmente realizada con adormideras.
.
A nuestra izquierda y en la misma foto, vemos el resto de la vitrina del MAN; donde
expone otros ídolos de pizarra de igual época (unos en placa y otros de tipo
cruciforme). Estas segundas figuras son muy semejantes al “labrys” y se repiten en
todo el campaniforme, proliferando en zonas como Huelva y el Sur hispano, donde es
común encontrar ese diseño que claramente recuerda a "un humano
simplificado". Por ello, creo personalmente que estos idolillos simbolizarían el
guerrero; soldado que en muchas otras civilizaciones se esquematiza con esta
forma de doble triángulo. Probablemente por recordar su diseño al del hacha, o quizás
por semejar la persona con un escudo en sus manos. Sea como fuere es común en el
arte geométrico griego, en el cicládico heleno y en otros muchos periodos anteriores a
la Edad del Hierro, la figura del guerrero representada como dos triángulos
unidos (semejante al Labrys o bipenna).
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ABAJO: Casa de tipo “Ciempozuelos” reproducida en el Museo Arqueológico
Provincial de Madrid (Museo de Alcalá de Henares, al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra imagen). En la fotografía vemos una “choza” similar a aquellas que
habitaban los pobladores de la cultura llamada de Ciempozuelos, que coincide con la
denominada más comúnmente Campaniforme. Caracterizada por la expansión de
ese vaso de tipo campana, que primeramente se da en el Sur hispano y que
finalmente de extendería por toda Europa Atlántica.Civilización que comienza hacia el
2700 a.C. y finaliza sobre el 1700 a.C. (+/- 100 años). Inciándose precisamente cuando el
calcolítico da sus primeros pasos, desarrollándose durante El Bronce y acabando a la vez
que decae El Argar (tras los sucesos del Tera Santorino en el Egeo, en el siglo XVII a.C.).
.

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Cuanto hemos narrado explicaría por qué en el milenio IV a.C., aún antes de
conocerse el bronce, las gentes de Oriente Medio desearon cruzar el Mediterráneo y
llegar hasta nuestras tierras. Algo que justifica el modo en que comienzan a
aparecer en tierras de Almería, ídolos de ojos hacia el 3500 a.C.. Figuras y
esculturas de Los Millares almerienses, casi iguales a las sumerias (hallándose a
miles de kilómetros -en Siria- idolillos casi iguales y de misma datación). Unos hechos que
dejan en evidencia que desde Asia Menor venían ya visitantes a nuestras tierras al
menos en el IV milenio a.C.. Misioneros o expedicionarios, junto a pueblos y gentes
huidas, que darían comienzo al eneolítico.
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Pues la vía de comunicación entre ambos puntos parece estar claramente descrita
en una ruta de los metales que iría desde las islas de Chipre-Creta y Malta, a
nuestra Iberia. Una vía marítima que ya se iniciaría en el V milenio para buscar oro,
plata o ámbar viajando en canoas; pero que tras el descubrimiento de el bronce, sería
imprescindible para el desarrollo del Mediterráneo. Pues cuando se inventa la
aleación que proporcionaba una elasticidad y dureza perfecta al cobre (añadiéndole
estaño) no solo cambia la Historia, sino todos los estilos y formas de vida. Tal debió ser la
profusión de gentes venidas al occidente buscando metales, que algunos investigadores
-como Schulten- creyeron que el bronce se encontró directamente y en estado natural, al
hallarlo así compuesto en una mina de Cornualles (donde al parecer hay vetas que
contienen ya el mineral cúprico aleado con la casiterita). Sea como fuere, su fecha de
inicio o hallazgo podemos suponerla hacia el 2700 a.C. en nuestras tierras.
Momento que coincide con el inicio del Campaniforme y la explotación de minas
atlánticas, como las de Rio Tinto (en Huelva); a manos de lo que se supone
emigrantes llegados de Oriente Medio. Pese a ello, unos dos mil años antes ya se
había desarrollado una civilización occidental (la megalítica), originada por
canoeros balleneros y expedicionarios que buscaban oro, plata, gemas y
ámbar. Una cultura que algunos suponen autóctona, aunque no podemos aseverar esta
hipótesis.
.
Pero por cuanto vamos exponiendo y al ser evidente que las grandes civilizaciones estan
todas comunicadas (tanto como, que se heredan unas a otras). Parece hasta cierto
punto pensable que "la madre espiritual" del Egipto dinástico, pudiera haber sido la
civilización de los dólmenes. Una cultura ciclópea que elevó monumentos muy
semejantes a los faraónicos, aunque de un modo primitivo y tosco; realizando
construcciones como los menhires (casi iguales a los obeliscos), o los cromlechs y
dólmenes (que cumplirían funciones semejantes a las pirámides y a los templos del Nilo,
con observatorios astronómicos). Aún sin considerar esas grandes moles pétreas (como
las de Malta, Portugal o Inglaterra) el antecedente directo de las construcciones
faraónicas. Son indiscutibles las razones por las cuales las culturas megalíticas y
los del Nilo, tuvieron necesidad imperiosa de levantar cipos o círculos pétreos
(desde donde observar el cielo y los astros). Puesto que sin aquellos estudios de los
ciclos solares y estelares, ni conocerían con exactitud la duración de las estaciones
del año (lo que resulta imprescindible para organizar una Sociedad agraria); y además
los guías se perderían en el desierto o en el mar. Impidiendo ello, que se
desarrollasen una civilizaciones cuya muralla y defensa mayor era la de aislarse -en
las arenas o entre las aguas-.
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Todo cuanto hemos planteado, nos lleva a entender las primeras civilizaciones que nacen en la
Península, como el megalitismo y el campaniforme; surgidas de modo autóctono o debido a
migraciones llegadas por mar desde Oriente Medio; para expanderse por toda Europa (desde el área
atlántica hispano lusitana, a Jutlandia). Y a su vez nos lleva a comprender la eclosión de las primeras
culturas nuestras, como Los Millares; nacida hacia el 3500 a.C. -en Almería- seguramente por el contacto
con esas gentes venidas desde tierras muy lejanas (Sumer, Egipto, Creta o Anatolia). Tanto como el
posterior periodo de El Argar, surgido en pleno Minóico y en paralelo con la civilización cretense.
Haciendo decaer hacia el 2300 a.C. El Argar, a la anterior cultura de Los Millares. Una civilización
calcólítica que debió ser fruto de migraciones sumerias o akadias y que sería expulsada o subyugada por los
nuevos visitantes (llegados del Egeo). Del mismo modo, unos quinientos años después; el Campaniforme
terminó y el Argar decayó, desde que Creta sufrió la gran hecatombe del Tera Santorino.
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ARRIBA: Dos vasos campaniformes expuestos en el Museo Arqueológico de
Córdoba -al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. A la derecha,
una cerámica calcolítica cercana al 2500 a.C. procedente de la Rambla. A la izquierda
una pieza del Bronce Pleno, hallada en Iznájar y fechada hacia el 2000 a.C.. En ambos
casos vemos los rasgos decorativos tan cercanos al esparto y a la fibra vegetal. Un
tejido y cuerdas que debieron ser por entonces tan imprescindibles como hoy lo es
el plástico. Maromas y esteras con las que podían hacer casas y barcos, tanto como
cortar piedras a través de ingenios giratorios; a la vez que levantar y mover los bloques
ciclópeos con los que construían sus monumentos (por medio de máquinas elevadoras o
de arrastre, movidas por poleas y usando arena o agua como contrapesos)-.
.

AL LADO: Trozo cerámico hallado, en Villalgamar (Burgos) en el que se observan


restos de la impronta de la cesta usada como molde para fabricarlo. La pieza de
etapa Bronce Antiguo, se expone en el Museo Arqueológico de Burgos, al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen. Con el esparto era posible fabricar
capazos (flexibles y resistentes), que además se servir como cestas, podían usarse
como moldes para la cerámica. Bastando rellenar los laterales con arcilla mojada y
dejarla secar, para obtener ya un recipiente (incluso de gran capacidad). Método con el
que era posible hacer objetos cerámicos de enorme capacidad interior; puesto que
a mano, no eran fáciles de moldear y aún menos cocerlos en hornos de baja
temperatura. Ya que -como es sabido- los objetos de arcilla, cuanto mayores son, más
difícil resulta hornearlos; además, cuando se trata de vasijas de gran tamaño suelen
rajarse al secar o al contacto con el fuego.
.
Por cuanto expresamos y debido a este uso dado a los cestillos de esparto (como
moldes para el barro) creemos que nace la cerámica de tipo campaniforme, cuyos
dibujos y diseños recuerdan claramente a un capazo o la cuerdas que recubren el
cacharro. Pues tal como podremos observar, esos vasos con forma de campana
invertida, realmente lo que más parecen es una cesta flexible. Algo que explicaría por
qué el campaniforme nace en el Sur hispano (en tierras cercanas a Almería, tan
ricas en esparto) y se expande por toda Europa. Habida cuenta que ese tejido sería
una de las mercancías mas preciadas que llevarían los expedicionarios que cada
verano arribaban a las costas del Norte. Para intercambiar ámbar, gemas y metales;
trocándolas principalmente por cestas, trajes, cuerdas y hasta corazas, fabricadas de este
material; cuyo cultivo tan solo es posible en zonas como las del Sur peninsular.
.
ABAJO: Piezas argáricas procedentes de Almadén de la Plata y propiedad del Museo
de Sevilla (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). En la fotografía -un
tanto borrosa- vemos a la izquierda el típico vaso argárico y a su lado algunos puñales de
bronce hallados en el mismo ajuar de Almadén. Un lugar riquísimo en cinabrio y en minas
de plata, que buscarían ya las gentes durante este periodo de El Argar -entre el 2250 y el
1700 a.C.; (+/-100 años)-. Como podemos observar, esta nueva civilización argárica
tiene un estilo y rasgos muy distintos a los del campaniforme; aunque convivieron
durante largo tiempo; pues la del “vaso Ciempozuelos” nació unos quinientos años
antes que el Argar y terminó cuando empieza a decaer la argárica.
.

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Con los párrafos antes resumidos (algunos ya expresados en anteriores
artículos), comprendemos mejor por qué se produce el megalitismo en Europa y de
qué modo los estilos comunes al Occidente remoto, avanzaron hacia Oriente Medio
al Egeo con el descubrimiento del bronce (uno dos mil años después). Pues tras el
hallazgo del cobre aleado con estaño, lo más importante para las culturas asentadas en el
Mediterráneo sería buscar minas de aquellos metales. Debido a que sin bronce era
imposible ya prosperar o defenderse; siquiera dominar a otros, o mantener la seguridad
en un territorio. Siendo así, el invento del mineral cúpreo unido a la casiterita se haría
primordial desde el 2700 a.C.; momento en que podemos fechar la expansión y
conocimiento del bronce (para cuya obtención se hizo imprescindible llegar al
Atlántico). Un periodo que precisamente coincide con la eclosión del primer dinástico en
el Nilo y con su capital en Saqqara (durante el reino de Djoser y bajo el gran arquitecto
Imnhotep). Etapa que a su vez fue el inicio que del primer Minóico (en Creta) y de Elam, o
Ur, en Mesopotamia.
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En lo que se refiere a la búsqueda del cobre y estaño en la zona Este
mediterránea; debió ser muy pobre y accidentada, pues apenas existieron allí
minas de cúpreas y menos de casiterita. Habiendo sido el gran yacimiento del tercer
milenio a.C. el piélago que tomó nombre de aquel metal: Chipre = Cobre (del radical
indoariano “urre” = “rojizo”). Aunque en el segundo milenio ya estarían prácticamente
agotadas las vetas chipriotas. Algo semejante sucedería con las minas aparecidas en
Kalkis, isla cercana al Ática y que también fue denominada "cobre" (en griego kalco);
pero que pronto vio terminadas sus reservas naturales. Todo ello, unido a la
prácticamente inexistencia de casiterita en el Mediterráneo, obligó -a mi entender-
que los egeos y anatolios se aventurasen a buscar esos metales en la Cólquide (el
Cáucaso). Mientras otros preferirían ir hacia la antigua ruta del ámbar; por la
dificultad de cruzar el Bósforo y al ser gentes acostumbradas a viajar hacia
Occidente. Tal como harían los cretenses y chipriotas, junto a las civilizaciones de
Oriente Medio; hallando en nuestras tierras y en el Atlántico, riquísimos filones de
cobre y estaño -imprescindible por entonces para sobrevivir-. Por su parte, los egipcios
parece que encontraron algunos de sus yacimientos en el centro de África; aunque la
Historia supone que en su mayor parte se abastecieron de cuantos metales compraron a
Creta y a Chipre (junto a otros pueblos costeros, próximos a Biblos). Navegantes
cretochipriotas y de Oriente Medio, que importarían el cobre y el estaño principalmente
desde el remoto Occidente (Cerdeña, atlántico peninsular, Bretaña e Islas Británicas).
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Siendo así, no es de extrañar que desde el segundo milenio a.C. ciertas modas del
extremo Occidente (los dólmenes y grandes sepulcros) fueran llegando al Egeo o a
Asia Menor. Tanto que mil años después del dolmenismo atlántico, en tierras de
Micenas o de Magna Grecia, se levantarían megalitos y tumbas de corredor
semejantes a los de nuestra Península o a los de Irlanda. Construcciones nacidas en
etapas muy posteriores a las originales. Pues modelos muy semejantes a esas cámaras
circulares egeas, itálicas o anatólicas; se habían hecho decenas de siglos antes en el Sur
Peninsular, en las Islas Británicas, en Bretaña y hasta en Escandinavia. Ya que los
“verdaderos” dólmenes proliferaron en la cornisa atlántica, desde el V al III milenio
a.C.; siendo precisamente en esta etapa final cuando comienzan a aparecer en el
centro del Mediterráneo y en el de Europa. Tal como podremos comprobar el mapa que
recogimos anteriormente (ver imágenes más arriba); donde observamos cómo el inicio
del megalitismo se sitúa en el Algarve, pasando luego a Bretaña y a Irlanda.
Apareciendo durante el siguiente milenio (IV a.C.) a Malta, Norte de África, Sur
Peninsular (Almería) y extendiéndose por todo el Atlántico (hasta Jutlandia). Tan
solo llegando a lugares como Córcega, Cerdeña, Sicilia o Tarento, a mediados del
segundo milenio; en plena Edad del Bronce. Todo lo que indica que entre el V y el IV
milenio a.C., la ruta desde Oriente Medio a Iberia e Irlanda, sería la que se observa en el
mapa: Malta, Túnez-Argelia, Magreb, Almería-Granada-Cádiz y cornisa atlántica (hasta
Irlanda o Dinamarca). Mientras en el III milenio, los buscadores de bronce habrían
abierto una nueva vía para llegar hasta los metales de Occidente, siguiendo el
Mediterráneo Norte: Desde Grecia a Tarento y de Córcega a Cerdeña (muy rica en
metales), continuando finalmente hacia Ibería y el Atlántico. Siendo estos quienes
importarán los nuevos estilos dolménicos, hacia sus lugares de origen.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Puntas, hoces, puñales y palmelas de cobre y bronce
campaniformes (abajo brazales de arquero, en piedra o cerámica). La imagen tomada
por nosotros pertenece a una vitrina del Museo Arqueológico de Sevilla, al que
agradecemos nos permita divulgarla. Se trata de piezas halladas en distintos yacimientos
(Acebuchal, El Coronil, Carmona, etc.); aunque podemos ver la calidad y el parecido
de muchas de ellas -pese a haberse encontrado en zonas tan alejadas como
Asturias y Cantabria, La Meseta o el Sur de Andalucía-.
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AL LADO: Depósito de cobre hallado en Gamoneo (Asturias); tal como lo expone el


Museo Arqueológico de Oviedo -al que agradecemos nos permita divulgar neustra
imagen-. En este podemos observar algunas hachas planas y varias “tortas” de
fundición, preparadas para reconvertirlas en herramientas o en armas. El depósito
(quizás escondido por un artesano del metal) se fecha hacia el 2000 a.C..
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BAJO ESTE PÁRRAFO: Tabla cronológica de Valencina de la Concepción, tomada
del trabajo “The Copper Age Settlement of Valencina de la Concepción (Seville,
Spain): Demography, Metallurgy and Spatial Organization". Obra de los profesores:
Costa Caramé, Díaz-Zorita,Ga. Sanjuán y W. Wheatley; a los que agradecemos nos
permitan divulgar este gráfico- (46) . En este gráficoobservamos la datación por C-14
de los dólmenes de Valencina; cuadro que he recortado y destacado, marcándolas en
negro y rojo en una posterior tabla (abajo). Viéndose claramente que las fechas oscilan
entre el 2872-2632 a.C. (la mas antigua) y 1880-1520 (la más reciente) . Todo lo que
indica claramente que estos yacimientos de Valencina de la Concepción pertenecen
al Campaniforme; cultura cuya cronología ya hemos dicho que comprende
aproximadamente del 2700 al 1700 a.C. (+/-150 años). Como decíamos unos párrafos
más arriba; si consideramos las puntas de jabalina del Dolmen de la Pastora
datados entre el 1800 al 1600 a.C.; estas armas habrían pertenecido a alguno de los
últimos enterramientos de Valencina.
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C) FINAL; IDEAS SOBRE CRONOLOGÍAS EN LA PENÍNSULA (desde el Megalitismo
al Hierro -de los dólmenes a la colonización plena-):
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Con la anterior exposición, hemos pretendido resumir miles de años en apenas
unas lineas. Algo que creemos puede servirnos para llegar a comprender qué fue el
megalitismo, por qué se produjo y por qué aparece "imitado" en el Mediterráneo
(durante su etapa final). Pues sin una explicación como la antes expuesta, se nos hace
incomprensible los motivos que llevaron a copiar esos estilos del extremo Occidente,
a gentes de civilizaciones tan avanzadas como la de Micenas, la minóica, la hitita y
neohitita, o la de Ugarit y Biblos. Pese a todo, parece que aquellos exploradores
procedentes de esas grandes culturas; quedarían impresionados de estas
construcciones atlánticas, cuando viajan hasta el Occidente remoto buscando
metales (en especial cobre y estaño). Dólmenes, Cromlechs, Menhires y tumbas de
corredor, que sin lugar a dudas eran la prueba de que había existido una gran
civilización, en tierras de lo que era para ellos fue el Fin del Mundo (un lugar frío y
despoblado, donde el Sol y el Mediterráneo “morían”). Cultura que los
expedicionarios denominarían "atlántica" y que rememorizarían al retornar a sus
lugares de origen; imitando en el Sur de Italia, en el Egeo o en Anatolia, esas cuevas
artificiales o estos ciclópeos cenotafios del Occidente. Naciendo así los megalitos
de Córcega y Cerdeña, los Tolhois micénicos o las tumbas de corredor en túmulos
neohititas, junto a los sepulcros de Biblos... . Construcciones levantadas con iguales
formas que habían realizado miles de años antes nuestros habitantes del remoto
Occidente y que veremos profusamente "copiadas" por todo el litoral de Oriente Medio
(veinte o treinta siglos después).
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Todo cuanto expresamos, junto al hecho de que los metales se difunden
gradualmente desde un punto y fecha inicial. Sabiendo asimismo que este lugar y data
desde los que la metalurgia se expande, se calculaentorno al 3800 a.C.; en una zona
comprendida entre Anatolia y la desembocadura del Danubio (tal como mostramos en
un gráfico de imágenes anteriores). Extendiéndose aquellos más tarde por Oriente Medio,
toda Anatolia y la desembocadura plena del Danubio (hacia el 3500 a.C.). Llegado poco
después a Egipto, Italia y el Sur peninsular. Para finalmente aparecer el cobre en gran
parte de Europa atlántica e Islas Británicas desde el 2700 a.C.. Conociendo asimismo
otras muchas etapas arqueológicas; podremos aventurarnos a proponer una
cronología personal de las fases peninsulares. Desde el primer megalitismo, hasta
la colonización o llegada de los fenicios (pasando por la fase de precolonización y
llegando al nacimiento de culturas autóctonas, como la tartessia o la ibera o
celtibérica). De tal manera concluiríamos los siguientes periodos:
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- 5500 al 4500 a.C.: INICIO DEL MEGALITISMO
Civilización ballenera y canoera:
Creación de dólmenes, menhires y cromlechs; principalmente en áreas del Sur de Portugal, costas de Galicia,
Bretaña y Sur de Irlanda. El ejemplo más destacado de esta fase sería el cromlech de Los Almendros, en
Evora (Portugal).
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- 4500 al 3500 a.C.: MEGALITISMO PLENO
Rutas del ámbar y pepitas de oro o plata, viajes de canoa por el Atlántico europeo:
Extensión del fenómeno dolménico por las zonas antes señaladas, cubriendo la totalidad de costas de la
Península (especialmente las atlánticas y cantábricas); llegando a todo el litoral francés y subiendo por Este de
Francia, hacia parte del Sur de Irlanda y Gran Bretaña. Extendiéndose también por las zonas cercanas al mar
en Holanda, Alemania y Jutlandia.
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- 3500 al 2700/2500 a.C.: LOS MILLARES (megalitismo bajo; eneolítico y cobre)
Contactos entre Oriente medio y la Península (cultura de los ojos):
Se iniciara la cultura de Los Millares entorno al 3500 a.C.. A mi juicio de clara influencia oriental y con
adoración a un “dios ojo” muy semejante a los venerados en igual época en Oriente Medio y Mesopotamia. El
Megalitismo cambia de formas y se inician las grandes tumbas de corredor (tipo Antequera y muy semejantes
a las más antiguas de Irlanda). Comienza el eneolítico y el cobre (sobre todo a fines del cuarto milenio a.C.).
* EGIPTO: En el Nilo se da la cultura Naggadiense (en fase II y con centro en el Alto Nilo
-Naqqada-) . Entre el 3100 y el 2800 a.C. se produce el Periodo Tinita del que surgirá ya
el Egipto Dinástico .
* CRETA: el Antiguo Minoico I Pre-palaciego (anterior a la construcion de los palacios)
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- 2700/2500 al 1800/1600 a.C.: VASO CAMPANIFORME Y ARGAR (Bronce Antiguo y
Pleno)
Aculturación llegada de Oriente:
Entorno al 2700/2500 se inicia la cultura del Campaniforme, comenzando en el Sur (cerca de Los Millares) y
extendiéndose pronto por gran parte de Europa Atlántica. Nace ya de un calcolítico superado y en los albores
del primer Bronce. Hacia el 2250 a.C. aparecería otra cultura del Bronce como es la del Argar (desapareciendo
Los Millares); que permanecerá conviviendo con la Campaniforme -De forma generalizada, podemos
considerar Bronce Antiguo desde el 2700/2500 al 2250 a.C. y Bonce Pleno desde esta fecha hasta el final del
Campaniforme (del 2250 al 1800/1600 a.C.)-.
* EGIPTO: Comienza el periodo dinástico, con la Era de las Pirámides hacia el 2700 a.C.
(en Saqqara) y las posteriores de Giza un siglo más tarde (aprox). Reino Medio (2050 a
1750 a.C.): Reunificación de fortalecimiento. El faraón vuelve a ser el centro del poder,
trasladando la capital en Tebas.
* CRETA: Desde el 2900 al 2300 a.C. se vive el periodo Minóico prepalacial (fase I y II;
anteriores a la construcción de palacios). Hasta el 1900-1800 a.e.v Minoico Medio IB
Proto-palaciego (periodo de palacios más antiguos)
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- 1800/1600 al 1200/1100 a.C.: COGOTAS I, ARGAR EN DECADENCIA (Bronce Bajo)
Protocolonizadores:
Sobre el 1800/1600 a.C. finalizaría el Campaniforme, quedando El Argar de modo residual y en plena
decadencia. Es en este momento cuando emerge la cultura peninsular llamada Cogotas I que es de recesión,
mientras El Argar irá desapareciendo paulatinamente.
* EGIPTO: Segundo Periodo Intermedio (1750 a 1580 a.C.): El Alto Egipto (zona Sur) se
mantenía en manos de faraones egipcios, mientras el Bajo (concretamente el Delta) es
invadido por extranjeros llamados Hicsos ; llegados hasta allí tras el desastre del Tera a
través de Canaan.
Imperio Nuevo (1580 a 1085 a.C): Los Hicsos son expulsados por los príncipes egipcios
de Tebas, que reunificaron nuevamente al territorio, promoviendo una época de gran
expansión territorial. Los faraones conquistaron perte de Oriente Medio, llegando hasta
las inmediaciones de tierras hititas, para evitar nuevas invasiones. A su vez, incorporan a
su territorio zonas como Nubia (Sudán). En época de Ramsés III. (hacia 1200 a.C.) Egipto
rechazó sucesivos intentos de invasión, de los "pueblos del Norte y del mar"; poblaciones
de navegantes empujadas fuera de sus tierras en las costas de Anatolia y Oriente Medio
por el empuje de los "Hombres del Hierro". Hemos de destacar la Crisis de Amarna, en
época de Akhenatón en que Egipto entra en guerra y la solución final de la crisis hacia el
1300 a.C.
* CRETA: 1800-1700 a.e.v Minoico Medio II /// 1700-1650 a.e.v Minoico Medio IIIA /// 1680
DESTRUCCIÓN DE CRETA POR EL TERA SANTORINO /// 1650-1600 a.e.v
Minoico Medio IIIB Neo-palaciego (periodo del palacio nuevo).
RECONSTRUCCIÓN DEL MINÓICO, ERA DEL REY MINOS: 1600-1480 a.e.v
Tardo Minoico IA // 1480-1450 a.e.v TardoMinoico IB // 1450-1390 a.e.v Tardominoico MII
Tercer palaciego // 1390-1370 a.e.v Tardo Minoico IIIA1 //1370-1300 a.e.v
Tardo Minóico IIIA2 // 1300-1190 a.e.v Tardo Minoico IIIB Post-palaciego (en Cnosos,
periodo del palacio final) // 1190-1170 a.e.v Tardo Minoico IIIC // DIFUSIÓN DEL HIERRO,
INVASIÓN DE LOS DORIOS DE LA ISLA. HUNDIMIENTO PAULATINO DEL IMPERIO
MINOICO // 1100-1000 a.e.v Postminoico Subminoico
.
- 1200/1100 al 850 a.C. PRECOLONIZACIÓN EN EL BRONCE FINAL (decacencia de
Cogotas I; final del Bronce hasta inicio del Hierro y colonización).
Precolonizadores:
Desde el 1200 a.C. (aproximadamente) desaparece todo vestigio de culturas del bronce como El Argar, y se
pasa al Bronce Bajo. Aproximadamente hacia el 1100 a.C. en Cataluña comienza la cultura de los Campos de
Urnas y en las Baleares la talayótica. Entorno al 900 a.C. se inicia Tartessos (Ria de Huelva, armas del Bronce
Final fechadas hacia el 850 a.C.). Se supone que algunos Pueblos del Mar se dirigen hacia tierras de Iberia;
entre otros: Los Mashawa (que serían Mastienos o Bastetanos), los Tursha o Teresh (que podrían ser
tartessios y etruscos). Otros, como los Shekeles van hacia Sicilia; a Palestina los Peleset ; a Cerdeña los
Sardana, junto a los Danaos (que también se establecen en islas de Oriente Medio). El paréntesis y vacío
arqueológico peninsular, desde el 1200 hasta el 950 a.C.; puede entenderse debido a las enormes
convulsiones sucedidas en todo el Oriente mediterráneo, debidas a la expansión del Hierro y a la caída de las
civilizaciones de El Bronce.
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BAJO ESTAS LINEAS: Diferentes hachas de talón de anillas y puñales del Bronce
Final (estaño y cobre al 13% aprox); tal como las muestra el Museo Arqueológico de
Oviedo, al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen. Podemos observar
como ya en esta etapa cercana al 1200 a.C. la forma y técnicas metalúrgicas habían
cambiado y perfeccionado.
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Finalmente y al margen de la anterior cronología añadiremos que -a mi juicio- “Los


precolonizadores” llegarán a la Península debido a los siguientes sucesos
acaecidos en el Oriente (tras la aparición del Hierro):
- Egipto: En época de Ramsés III (hacia 1200 a.C.), se rechazaron sucesivos intentos de
invasión, de los Pueblos del Mar; poblaciones de navegantes empujadas fuera de sus
tierras en las costas de Anatolia. Finalmente, aquellas hordas se establecen en el Nilo
como mercenarios y llegan a tener un faraón de su linaje (Shesonq I). En el 1085 a.C.
comienza en el llamado Tercer Período intermedio o Época Baja (1085 a 712 a.C.);
Sheshonq I sube al trono hacia el 945 a.C. (el imperio estaba ya muy dividido y los dos
reinos del Alto y Bajo Nilo en crisis permanente).
- Creta: Desde el 1200 a.C. se ve “visitada” por aqueos, que importan el Hierro. Poco
después será la isla atacada por los Pueblos del Mar, que la destruyen en gran parte
(hasta el 1050 a.C.). Posteriormente la invaden los dorios que arrasan todo vestigio de la
civilización Minóica. Se sabe que sus habitantes huyeron hacia Chipre, Palestina y otros
lugares desde el 1100 a.C.. Esta etapa se denomina Posminoico y tras el año 1000 a.C.
pasará a ser ya Subminóico.
- Chipre: (y costas frente a Anatolia): Desde el 1200 comienza el Hierro con la llegada de
aqueos a la isla. Desde el 1190 y hasta el 1150 a.C. se inician las razzias y ataques de los
Pueblos del Mar. Desde el 1150 a.C. varios terremotos asolan la isla. Así termina todo
vestigio de la Edad del bronce y el Chipriota Tardío (III) que había comenzado en Enkomi
hacia el 1425 a.C.; por lo que desde el 1050 a.C. da comienzo un nuevo periodo llamado
Geométrico.
- Anatolia: Cae Hattusa, la capital de los hititas por efecto de las invasiones del Hierro
poco después de 1200 a.C. (algunos la suponen destruida por los Pueblos del Mar; otros,
debido a crisis internas). El mundo hitita entra en involución y desaparición plena, hasta la
creación de los reinos neohititas, hacia el 950 a.C. (promovida por la llegada de asirios y
de invasores procedentes del Cáucaso).
- Palestina: Se producen tremendas crisis con la aparición del Hierro en el 1200 a.C.
Hacia el 966 a.C. se funda Israel (que en el 928 a.C. se segrega en dos reinos, Judá e
Israel).
- Siria: Comienza el Hierro hacia el 1200 a.C. y en el 1100 a.C. surge Fenicia apoyada por
Biblos, desde las ciudades-Estado puertos, de Tiro y Sidón.
- Egeo y Grecia: Hacia el 1200 a.C. se inicia el Hierro y sobre el 1100 comienza el
Submicénico. Hacia el 1000 a.C. desaparece Micenas, dando paso al periodo Griego
arcáico.
- Sicilia e Italia: 1200 a.C. comienza el Bronce Final.
.

AL LADO: Puntas de flecha y espada (procedente de Palma del Rio) del Bronce
Bajo, tal como las expone el Museo Arqueológico de Córdoba -al que agradecemos nos
permita divulgar nuestra imagen-. Aquí ya ha variado el diseño de las hojas hacia
formas de “lengua de carpa” y las puntas de flecha son de bronce.

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ABAJO: Diferentes hallazgos del Bronce expuestos en el Arqueológico de Burgos -
Museo Provincial al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. En primer
lugar vemos brazaletes, hachas y otros objetos hallados en Huerta de Arriba; a su lado
espadas de Villalmanzo y a la derecha otra hallada en Santa Olalla. La cronología es
inversa, siendo la más antigua la última (Santa Olalla), siguiendo las dos de
Villalmanzo y finalmente pertenecen al Bronce Bajo las piezas que vemos en primer
plano.
.

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CITAS:
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(1): Contacto cultural entre el Mediterráneo y el Atlántico (siglos XII-VIII ane) La precolonización a
debate /// S. Celestino, N. Rafel y X.-L. Armada
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS // Escuela Española de Historia y
Arqueología en Roma // Madrid 2008 (dedicado a Xavier Dupré i Raventós -Barcelona 1956, Roma 2006-)
.
(2): Idem cita (1) pag 289 y ss.
.
(3): Idem cita (1) pag 289
.
(4): Idem cita (1) pag 289 y 290
.
(5): “sus excavadores interpretan como «templo funerario» y que vinculan con unas relaciones constantes
entre la cuenca oriental del Mediterráneo, en particular anatólicas, y la
Península Ibérica (Sánchez Meseguer et al. 1985). La cronología obtenida por C14 para el nivel III
(Nieto Gallo y Sánchez Meseguer 1980) permite fecharlo en el siglo XIV ane. (...) o entre los siglos XVIIXVI
A.C. por medio de la calibración directa de estas fechas, que proporciona las siguientes, 1625 y 1527 ANE
respectivamente.
VER (figura 6) (PAG 291)
.
(6): The Journal of Hellenic Studies Volume 21 1901 pags. 99 a 204; figura transformada desde una pintada
por Evans para su publicación de 1901.
.
(7): LOS ARTÍCULOS A LOS QUE NOS REFERIMOS SON LOS SIGUIENTES:
-LOS BUEYES DE GERIÓN Y EL ALTAR PIEL DE TORO: Manteniendo la tesis de que los pectorales de
este ajuar simbolizarían los mencionados bueyes; como culto a deidades de los metales de origen micénico-
canaaneo. Dioses del oro y del bronce que se veneraban en altares similares a los encontrados en las
zonas de Tartessos. PARA LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/los-bueyes-de-gerion-y-el-altar-piel-de.html
-EL ALTAR DEL TORO Y SU POSIBLE ORIGEN NEOHITITA -análisis del estudio de Almagro Gorbea,
Lorrio, Mederos y Torres-, En este artículo analizamos un estudio de los profesores Almagro, Mederos y
Torres, en donde tratan sobre el altar en forma de piel de toro. Deduciendo que es de origen hitita y que en
gran parte su forma se debe al totem allí sacrificado. PARA LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO
PULSAR: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/el-altar-del-toro-y-su-posible-origen.html
-LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte primera- ES EL INICIO DE UN LARGO
CAPÍTULO DIVIDIDO EN DOS PARTES, DONDE ANALIZAMOS LAS ANALOGÍAS ENTRE LOS ALTARES
CANAANEOS DE CUERNOS, LAS MESAS SAGRADAS JUDÍAS Y ESTAS DE TARTESSOS.
DESCUBRIENDO GRAN SIMILITUD ENTRE TODAS ELLAS. ADEMÁS PROPONEMOS UNA NUEVA
VISIÓN DE LA POSIBLE DESTRUCCIÓN DE TARTESSOS TRAS EL AÑO 536 a.C. CUANDO LOS
JUDÍOS Y PARTE DE LOS FENICIOS PUEDEN REGRESAR A SU REINO QUE LOS ASIRIOS LES
HABÍAN ASEDIADO Y ARREBATADO DURANTE DÉCADAS. PARA LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO
PULSAR:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de_29.html
-LA MESA DE ASTAS Y EL ALTAR EN PIEL DE TORO -parte segunda- ES LA CONTINUACIÓN DEL
ARTÍCULO ANTERIOR Y EN ESTE TRATAMOS SOBRE LOS ALTARES TARTESSIOS CON FORMA DE
CUERO, CONSIDERANDO SON UNA REINTERPRETACIÓN DE LAS ARAS CANAANEAS (posiblemente
importadas por judíos en su huida de las invasiones asirias). POR LO DEMÁS Y SOBRE LOS
CONTACTOS ENTRE ISRAEL Y TARTESSOS; HABLAMOS DE JONÁS E INCLUSO DE UNA NUEVA
HIPÓTESIS PARA COMPRENDER LA CAIDA DE TARTESSOS, TRÁS EL RETORNO DE JUDIOS Y
FENICIOS A ORIENTE MEDIO CON LA LIBERACIÓN DE CIRO (en el año 537 a.C., rey aqueménide que
devuelve su reino a los hebreos). PARA LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO
PULSAR: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/03/la-mesa-de-astas-y-el-altar-en-piel-de.html
-LA TARSHISH BÍBLICA Y LOS ALTARES APARECIDOS EN TARTESSOS, SEMEJANTES A LOS
CANAANEOS. BASÁNDONOS EN LAS CONCLUISONES ANTERIORES Y SIENDO EVIDENTE QUE
APARECIERON GENTES DE CANAÁN EN TARTESSOS (fenicios; israelitas; judïos o filisteos).
ESTUDIAMOS LAS CITAS BÍBLICAS, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA TARSHISH
MENCIONADA POR LA BIBILIA, HA DE SER TARTESSOS. AL MENOS CUANDO SE REFIERE A QUE
EMBARCAN DESDE JOPPE (HAIFA), PUES TARSO DISTABA APENAS UNOS TRES DÍAS DE ESTE
PUERTO DE ISRAEL Y OFFIR ESTABA EN ETIOPÍA. POR LO DEMÁS, HAY COINCIDENCIAS ENTRE
LAS FECHAS Y CRONOÑOGÍAS DE ISRAEL-JUDÁ Y TARTESSOS:
PARA LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/04/la-tarshish-biblica-y-los-altares.html
-ALTARES TARTESSIOS, CULTOS CTÓNICOS Y CRISOLES: ESTUDIAMOS EL SIGNIFICADO DEL
TORO Y SUS ASTAS, SIMBOLIZADO ENTRE LOS MARINEROS DE LA EDAD DEL BRONCE COMO
PUNTAS DE TIERRA O CABOS QUE SERVÍAN PARA NAVEGAR. ESTUDIAMOS EL TORO COMO
TOTEM CTÓNICO Y PROPONEMOS LA IDEA DE QUE EL PUIG CAMPANA Y EL CABEZÓ DEL ORO
PUEDAN SER OBSERVARORIOS ASTRONÓMICOS. PARA LLEGAR HASTA ESTE CAPÍTULO PULSAR:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/05/altares-tartessios-cultos-ctonicos-y.html
.
(8): Para el estudio del mito de Gerión y sus citas, recomendamos la siguiente obra del profesor Blázquez,
en la que se resumen perfectamente cuantas menciones existen en el Mundo Antiguo acerca de este
monarca: Gerión y otros mitos griegos de Occidente // José María Blázquez Martínez // [Publicado
previamente en: Gerión 1, 1983, 21-38 (también en J.Mª Blázquez, Fenicios, Griegos y Cartagineses
en Occidente, Madrid 1992, 323-348).
Entre cuyas citas, me gustaría desatacar para que comprendiéramos el significado de LOS BUEYES DE
GERIÓN, las siguientes:Estesícoro de Himera, es su poema a Gerión llamado Geryoneís dice: "Más o
menos enfrente de la famosa Eriteia, junto a los manantiales inagotables, de raíces de platas, del río
Tartesos, en la gruta de una peña".
En Teogonía, Hesíodo (287 ss.) escribe: "Crisaor engendró al tricéfalo Gerión unido con Calirroe, hija del
ilustre Océano; a éste le mató el fornido Heracles por sus bueyes de marcha basculante en Eriteia rodeada
de corrientes. Fue aquel día en que arrastró los bueyes de ancha frente hasta la sagrada
Tirinto, atravesando la corriente del Océano (después de matar a Orto y al boyero Euritión en su
sombrío establo, al otro lado del ilustre Océano). (Traducción A. Pérez, A. Martínez.) En otros versos (983
ss.) del mismo poema se encuentra otra mención: "Gerión, al que mató el fornido Heracles por sus bueyes
de marcha basculante en Eritea rodeada de corrientes". Biblioteca (2.5.10) de Apolodoro, dice: Heracles
embarcó el rebaño en la copa, atravesó el mar hacia Tartessos y devolvió la copa al Sol".
El historiador de Heródoto de Halicarnaso, (IV, 8) recoge las siguientes palabras: "Cuando Heracles
arreaba las vacas de Geriones llegó a esa tierra que en la actualidad ocupan los escitas y que a la sazón se
encontraba desierta. Geriones, empero, residía lejos del Ponto, tenía su morada en una isla que los griegos
denominan Eriteia, que se encuentra cerca de Gadeira, ciudad ésta situada más allá de las Columnas de
Heracles, a orillas del Océano".
Diodoro Sículo (IV, 17,1-2; 18,2) relata el mito del siguiente modo:
(IV, 17,1): "habiendo ordenado Euristeo traer de nuevo los bueyes de Gerión, los cuales sucedía que
permanecían en las partes de Iberia que estaban inclinadas hacia el Océano. Heracles... reunió una notable
flota... pues, se decía de boca en boca en todo el mundo habitado que Chrysaor, el cual recibía tal
denominación a causa de su riqueza, reinaba sobre toda Iberia y tenía tres hijos que luchaban con él".
(18,3): "atravesando la región de los iberos y recibiendo honores de uno de los reyes del lugar, varón de
religiosidad y justicia sobresalientes, dejó parte de los bueyes como regalo al rey. Y éste, tomando todos los
bueyes, los consagró a Heracles y cada año sacrificaba a él el más hermoso de los toros. Y sucede que
hasta el día de hoy en iberia se mantienen a los bueyes como sagrados".
.
(9): El mito de Telepinu y el altar primordial en forma de piel de toro. CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp.
241-262 – Martín ALMAGRO-GORBEA // Alberto J. LORRIO // Alfredo MEDEROS // Mariano TORRES
ORTIZ
.
(10): Textualmente los referidos autores escriben: "Este mitema de la piel de toro y el sacrificio
primordial también pudiera explicar el significado de los llamados ‘morillos rituales’, Mondidolen o
Mondhörner del Bronce Final, que ofrecen forma de ´cuernos` más que de ´crecientes lunares`, aunque se
discute su significado concreto, tradición que se ha relacionado con los ´Cuernos del Altar` que de forma
reiterada cita la Biblia (Loré, 2004: 51) y que, indirectamente, pudiera estar relacionada con el mito de
Telepinu y el ‘Toro Celeste’ del mito de Gilgamesh" PAG 257 de "El mito de Telepinu y el altar primordial
en forma de piel de toro". CuPAUAM 37-38, 2011-12, pp. 241-262
.
(11): EXODO 20, 23-26: (23) “No hagáis junto a mi dioses de plata, ni dioses de oro, os haréis. (24) Altar de
tierra harás para mi, y sacrificaras sobre el tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en
cualquier lugar donde yo haga que este la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré. (25) Y si me
haces altar de piedras, no las labres de cantería, porque si alzas herramienta sobre ese, lo profanaras. (26)
Y no subirás por unas gradas a mi altar, para que tu desnudez no sea descubierta junto a él”.
.
(12): AMOS 3, 14 : "Porque el día que Yo castigue las transgresiones de Israel, castigaré también los
altares de Betel (Casa de Dios); los cuernos del altar serán cortados y caerán a tierra".
.
(13): ZACARIAS 1, 21: "Y yo dije: ¿Qué vienen a hacer éstos? Y me respondió, diciendo: Aquéllos son los
cuernos que dispersaron a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido para
aterrorizarlos, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para
dispersarla
.
(14): Idem cita (1) SIC: "Fueron estudiadas por Almagro (Almagro Basch 1962b) que las considera
fabricadas en la Península Ibérica, siguiendo prototipos orientales, concretamente de Tell-el-Dweir y Ugarit.
Las fecha entre el 1800-1600 ane. (...) Del análisis de sus componentes se destaca la utilización de cobres
y cobres arsenicales sin aleación con estaño (...) . Por ello las puntas de jabalina se interpretan como
imitación de un modelo foráneo o como aparición de una nueva idea (local) cuya adopción fracasó”.
(PAG 290)
.
(15): Almagro Basch, M. 1962: “El ajuar del ‘Dolmen de la Pastora’ de Valentina del Alcor (Sevilla).
Sus paralelos y su cronología”. Trabajos de Prehistoria 5: 1-35
.
(16): Decíamos en otro de nuestros artículos:
-Se habían sucedido los grandes periodos del Bronce. Con el dolmenismo del Bajo Neolítico e inicio del
eneolítico (hacia el 3500) dando por entonces comienzo a Los Millares Temprano.
-Tras ello, se desarrolla la Cultura de Los Millares (con centro en Almería) durante el Calcolítico y
hasta la difusión del Bronce (hasta el 2250 a.C.).
-Aparece en estos momentos el vaso Campaniforme (hacia el 2300 a.C.), que se expande
gradualmente por toda Europa del Este, con centro en el Sur de Andalucía (cercano a Almería) y cuyo
periodo comprende todo el Bronce Antiguo -desde el 2700 al 1800 a.C.-. Asimismo se da la Cultura
de El Argar (que hereda en Almería a Los Millares) y que va desde el 2500 hasta el 1600 a.C. -siendo
paralelas sus etapas a las del Minoico (anterior a Tera Santorino)-.
-Finalmente y tras suceder el desastre del volcán Tera en Creta, que arrasa todo Oriente Medio hacia el
1680 a.C.; comienza una etapa tardía del Bronce, de recesión y denominada Cogotas I, que se fecha
entre el 1700 y el 1000 a.C..
.
Desde el 1200 a.C. (aproximadamente) desparece todo vestigio de culturas del bronce como El Argar,
y se pasa al Bronce Bajo.Aproximadamente hacia el 1100 a.C. en Cataluña comienza la cultura de los
Campos de Urnas y en las Baleares la talayótica. Entorno al 900 a.C. se inicia Tartessos (Ria de
Huelva, armas del Bronce Final fechadas hacia el 850 a.C.). Se supone que algunos Pueblos del Mar se
dirigen hacia tierras de Iberia; entre otros: Los Mashawa (que serían Mastienos o Bastetanos), los Tursha o
Teresh (que podrían ser tartessios y etruscos). Otros, como los Shekeles van hacia Sicilia; a Palestina los
Peleset ; a Cerdeña los Sardana, junto a los Danaos (que también se establecen en islas de Oriente
Medio). El paréntesis y vacío arqueológico peninsular, desde el 1200 hasta el 950 a.C.; puede
entenderse debido a las enormes convulsiones sucedidas en todo el Oriente mediterráneo, debidas
a la expansión del Hierro y a la caída de las civilizaciones de El Bronce.
.
(17): Procedencia de las puntas de jabalina del “Dolmen de la Pastora” (Valencina de la Concepción,
Sevilla) Mark A. Hunt Ortiz; M. Isabel Martínez Navarrete; Víctor Hurtado Pérez; Ignacio Montero-Ruiz
TRABAJOS DE PREHISTORIA 69, N.º 2, julio-diciembre 2012, pp. 357-374
.
(18): Hurtado Pérez dio a conocer en su tesis doctoral la aparición de puntas de jabalina en el yacimiento
de La Pijotilla:
Hurtado Pérez, V. M. 1984: El Yacimiento de La Pijotilla (Badajoz). Estudio de
Relaciones Culturales. Tesis Doctoral.
.
(19): OP CIT (17) (sic): La reciente investigación publicada por M. E. Costa Caramé (2011) incluye este tipo
de pieza metálica en su revisión bibliográfica. Se consignan como del tipo La Pastora las puntas de
proyectil de la Cueva del Bramadero (Hornachuelos, Córdoba) (Martínez Boloix 1983, 2002) y las
portuguesas de Outeiro de São Bernardo (Moura) (Ferreira 1970; Cardoso etal. 2002), Caldeirõa
(São Sebastião, Lagos) (Viana et al. 1953; Schubart 1971) y Casal do Pardo, necrópolis de Palmella (Quinta
do Anjo) (Berdichewsky Scher 1964).
Además, se ha mencionado una posible punta de jabalina (o punta de lanza) procedente de El
Carambolo (Sevilla) (Carriazo1973:307) y otra puntahallada en el poblado amurallado del Cerro
dos Castelos de São Brás (Serpa) (Cardoso et al. 2002: 78, 93).
Revisados los datos textuales y gráficos de todas esas referencias, solo parece corresponder al tipo La
Pastora la punta de proyectil excavada en Outeiro de São Bernardo (Moura, Portugal) (Fig. 4: 3). Las
restantes o son variantes del tipo Palmela o las descripciones no permiten una
adscripciónclara o, caso de El Carambolo, pueden ser desechadas como puntas de jabalina.
.
(20): OP CIT (17) (sic): La tipología de las piezas de Outeiro de São Bernardo y su composición otorgan al
conjunto un carácter homogéneo desde el punto de vista cronológico-cultural. Ello unido al hallazgo en el
poblado de cerámicas campaniformes del grupo inciso, generalmente asociadas a algunos de los tipos allí
identificados, llevó a Cardoso y sus colaboradores (2002: 101) a situar o conjunto metálico "no final do
Calcolítico/início da Idade do Bronze, correspondente aos últimos séculos do III Milénio a.C". Lo valoran
como el conjunto metálico doméstico más importante del occidente de la Península Ibérica correspondiente
a una única ocupación campaniforme (Cardoso et al. 2002: 77).
.
(21): OP CIT (17) (sic): Las puntas de jabalina son compatibles con las producciones locales (regionales) y
con las mineralizaciones del suroeste de la Península
Ibérica. Nocete y sus colaboradores (2010) son de la misma opinión en su valoración de las dos puntas de j
abalina que estudian y comparan con los datos inéditos de que disponen de materiales de Valencina de la
Concepción y otros yacimientos del suroeste (...) El estudio comparado de los resultados de isótopos de
plomo y análisis elemental no permite considerar las puntas de jabalina de La Pastora como piezas
importadas desde el Mediterráneo oriental. Las mineralizaciones orientales que isotópicamente podrían ser
compatibles presentan unas características de impurezas (arsénico o níquel) incompatibles con la
composición de las piezas de la Península Ibérica. (...)
.
(22): PROCEDENCIA E INTERCAMBIO DE MARFIL EN EL CALCOLÍTICO DE LA PENÍNSULA
IBÉRICA /// Thomas X. Schuhmacher y Arun Banerjee (PAG 292)
Congrés Internacional Xarxes al Neolític – Neolithic Networks Rubricatum. Revista del Museu de Gavà, 5
(2012) - ISSN: 1135-3791
.
(23): ELISA GUERRA DOCE: La tumba de un príncipe en Fuente Olmedo: un referente para el
estudio del campaniforme en tierrasvallisoletanas Pags 13 a 22
Conocer Valladolid 2013 // Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción Primera edición:
noviembre de 2014 -contribuciones científicas presentadas en el VII Curso Conocer Valladolid, celebrado en
la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, entre los días 4 y 27 de
noviembre del año 2013-
.
(24): MARTÍN VALLS, R. y DELIBES DE CASTRO, G.: La cultura del Vaso Campaniforme en las campiñas
meridionales del Duero: el enterramiento de Fuente Olmedo (Valladolid). Valladolid: Junta de Castilla y
León, Monografías del Museo Arqueológico de Valladolid (2ª edición aumentada). 1989.
DELIBES DE CASTRO, G.: El Vaso Campaniforme en la Meseta Norte española. Valladolid: Universidad de
Valladolid. 1977.
.
(25): “La inhumación en fosa del pago de Perro Alto (Fuente Olmedo, Valladolid):
circunstancias del hallazgo”: “Los pormenores del descubrimiento de la tumba campaniforme de Fuente
Olmedo aparecen descritos con detalle en la monografía que los profesores Ricardo Martín Valls y Germán
Delibes de Castro (1974) (...) Sobre el terreno, y con la ayuda de su descubridor, localizaron una fosa
ovalada de 2,90 por 2,40 metros en sus ejes principales y 0,80 de profundidad (...) la docena de armas de
cobre (en concreto un puñal de lengüeta y once puntas de jabalina), más el brazal de arquero de arenisca,
junto a los brazos y en contacto con las manos; y tres vasijas de barro bellamente decoradas con
incisiones”. IDEM cita (23) (sic)
.
(26): Hace varios años comuniqué por carta a Joaquín Díaz mi teoría sobre el nombre de Valladolid,
considerándolo como un topónimo nacido del bajo latín VALLIS TOLETUM y cuyo significado sería “Valle de
la Meseta”. En su contestación, Joaquín Díaz reconocía esta hipótesis etimológica, como una posibilidad
plausible. Por su parte, Angel Montenegro Duque en su separata EL ORIGEN CÉLTICO DEL TOPÓNIMO
VALLADOLID. UNIVERSIDAD DE VALLADOLID 1946-47 (pags 36 a 46) ; menciona que comúnmente esta
palabra se considera nacida desde diversos radicales, entre los que se destacan los árabes. Creyendo que
pudo significar “Valle del Olivo” (Vall de Olid; ó Vallis Olivetum) o “Valle del califa Olid”. La teoría de
Montenegro Duque es que el sufijo “Tolitum” no sería latino sino celta y se ha de traducir como lugar de
aguas, siendo el significado de Vallis Tolitum, “Valle de los manantiales” (Vallis- tol-itum).
.
(27): IDEM cita (23) (sic)
.
(28): A los interesados en el tema de la escultura celtibérica de verracos y toros, recomendamos leer
mi artículo:
PUNTOS GEODÉSICOS Y PIEDRAS MEGALÍTICAS: OMPHALOS Y MARCAS DE
ORIENTACIÓN PULSANDO:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2015/08/
Asimismo consultar el de Alicia Cantó:
LA «PIEDRA ESCRITA» DE DIANA, EN CENICIENTOS (MADRID), Y LA FRONTERA
ORIENTAL DE LUSITANIA ALICIA M. CANTO Universidad Autónoma de Madrid// CuPAUAM21,
1994. pp. 271-296
-ADEMÁS, A LOS INTERESADOS EN EL ORIGEN DE LA TAUROMAQUIA Y EL SIGNIFICADO DE LOS
TOROS EN LA ANTIGÜEDAD RECOMENDAMOS MIS ARTÍCULOS:
-EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte cuarta: Sentido del encaste y significado del toro
bravo en el Mundo Antiguo (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El
Carambolo. Parte LXXIII). REFLEXIONA SOBRE EL SIGNIFICADO DEL TORO EN LA CULTURA
IBÉRICA. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post_20.html
-EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte quinta: El toro bravo en la Antigüedad; guardián
y arma de guerra (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo.
Parte LXXIV). NARRA COMO LOS IBEROS USABAN LOS TOROS PARA DEFENDERSE Y EN LA
GUERRA, MENCIONANDO TEXTOS HISTÓRICOS QUE RECOGEN ESTE
HECHO.http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post.html
-EL GUARDIÁN SAGRADO DEL GANADO Y SU TOTEM SALVAJE -capítulo sexto de "EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA" (Parte LXXV de "Lo invisible en la mitología": "Los bueyes de
Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. Sobre la permanencia del toro bravo al haberse usado pare la
guerra y para evitar los asaltos o robos en el campo y ciudades. EXPONIENDO LA IDEA DE QUE ESTE ES
EL ORIGEN DE LAS CORRIDAS, ENCIERROS Y FIESTAS
POPULARES http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/blog-post.html
-EL HOMBRE-TORO, BOYERO O MAYORAL, GUARDIÁN DEL REBAÑO -de "EL FRIGIANISMO EN LA
CULTURA IBÉRICA", capítulo 7º (Parte LXXVI de "Lo invisible en la mitología": "Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo")-. CONTINÚA CON LA IDEA ANTERIOR, EXPLICANDO EL ORIGEN DE LA
VENERACIÓN DEL MAYORAL Y LA FUNCIÓN DE AQUELLOS PARA DEFENDER REBAÑOS, CIUDADES
Y CAMPOS EN LA ANTIGÜEDAD. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/04/blog-post.html
.
(29a): SAL Y JEFATURAS, UNA REFLEXIÓN SOBRE EL YACIMIENTO DEL BRONCE ANTIGUO DE
SANTIOSTE, EN VILLAFÁFILA (Zamora).
Germán Delibes de Castro // Valladolid 1993 (pags 33 a 46)
(29b): Germán Delibes de Castro “LA EXPLOTACIÓN DE LA SAL AL TÉRMINO DE LA EDAD DEL
COBRE EN LA MESETA CENTRAL ESPAÑOLA: ¿FUENTE DE RIQUEZA E INSTRUMENTO DE PODER
DE LOS JEFES CIEMPOZUELOS?"
VELEIA, 24-25 // pags. 791-811, Año 2007-2008
.
(30): IDEM cita (28) citando a:
(Martín Valls y Delibes, 1974)
(García Amilibia y Comelles i Folch, 1987: 285-286; Pozo Villalba, 2005)
.
(31): Conocer Valladolid 2014
Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción // Valladolid 2015
El sepulcro megalítico de Los Zumacales, en Simancas (Valladolid) pags. 13 y ss.
MONTSERRAT ALONSO DÍEZ ; GERMÁN DELIBES DE CASTRO y JORGE SANTIAGO PARDO
.
(32): IDEM cita (30) ver pag. 28 de esta publicación.
.
(33): pag 127 de: “Metalurgia de la edad del bronce en el piedemonte meridional de la cordillera
cantábrica (la colección Fontaneda)” Germán Delibes de Castro; J. Fernández Manzano; E. Fontaneda
Pérez; S. Rovira LLorens.
JUNTA DE CASTILLA Y LEON; Zamora 1999
COMO ANTES HEMOS MENCIONADO, EL PROFESOR FERNÁNDEZ MANZANO FALLECIÓ
TRISTEMENTE EL PASADO DÍA 3 DE AGOSTO, DE 2017.
.
(34): Ver: Informe sobre la excavación de urgencia de Valdeprados (Aldea del Rey Niño, Ávila)
Servicio territorial de cultura y turismo de Ávila; 1991
Jorge Gómez y Ma Pilar Sanz
Valdeprados (Aldea del Rey Niño, Avila) un nuevo enterramiento en la submeseta norte // Cuadernos
abulenses, ISSN 0213-0475, Nº. 21, 1994, págs. 81-132
Jorge Gómez y Ma Pilar Sanz
-pag 144: La datación del enterramiento por C14, resultó dar una aproximación de 5690 +/- 145; es decir,
fechable entre el 3635 a.C. y el 3345 a.C.. Tal es la antigüedad, que supusieron era un error debido a
contaminación de los objetos sometidos a C-14. De tal manera y de forma estimada -por comparación con
otros objetos y enterramientos semejantes-, finalmente lo fecharon estos autores (Gómez y Sanz) entre el
1900 y el 1700 a.C..
.
(35a): IDEM cita (33) pag. 134
Cap. 5 - La evolución de las aleaciones y la metalurgia de taller: (pags 125 y ss)
(35b): IDEM cita (33) pag. 138
(35c): IDEM cita (33) pag. 144
.
(36): IDEM cita (1) pag. 291
.
(37a): IDEM cita (1) pag. 292
(37b): IDEM cita (1) pag. 294
(37c): IDEM cita (1) pag. 295
.
(38): Para todos aquellos interesados en el significado del toro entre los iberos y en el uso de estos en la
guerra, recomendamos leer algunos de nuestros artículos dedicados al tema.
PARA LLEGAR HASTA ELLOS, PULSAR EL ENLACE QUE LES ACOMPAÑA (en letra azul):
-EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte cuarta: Sentido del encaste y significado del toro
bravo en el Mundo Antiguo (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El
Carambolo. Parte LXXIII). REFLEXIONA SOBRE EL SIGNIFICADO DEL TORO EN LA CULTURA
IBÉRICA. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post_20.html
-EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte quinta: El toro bravo en la Antigüedad; guardián
y arma de guerra (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo.
Parte LXXIV). NARRA COMO LOS IBEROS USABAN LOS TOROS PARA DEFENDERSE Y EN LA
GUERRA, MENCIONANDO TEXTOS HISTÓRICOS QUE RECOGEN ESTE
HECHO.http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/01/blog-post.html
-EL GUARDIÁN SAGRADO DEL GANADO Y SU TOTEM SALVAJE -capítulo sexto de "EL
FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA" (Parte LXXV de "Lo invisible en la mitología": "Los bueyes de
Gerión en el tesoro de El Carambolo")-. Sobre la permanencia del toro bravo al haberse usado pare la
guerra y para evitar los asaltos o robos en el campo y ciudades. EXPONIENDO LA IDEA DE QUE ESTE ES
EL ORIGEN DE LAS CORRIDAS, ENCIERROS Y FIESTAS
POPULARES http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/blog-post.html
-EL HOMBRE-TORO, BOYERO O MAYORAL, GUARDIÁN DEL REBAÑO -de "EL FRIGIANISMO EN LA
CULTURA IBÉRICA", capítulo 7º (Parte LXXVI de "Lo invisible en la mitología": "Los bueyes de Gerión en
el tesoro de El Carambolo")-. CONTINÚA CON LA IDEA ANTERIOR, EXPLICANDO EL ORIGEN DE LA
VENERACIÓN DEL MAYORAL Y LA FUNCIÓN DE AQUELLOS PARA DEFENDER REBAÑOS, CIUDADES
Y CAMPOS EN LA ANTIGÜEDAD. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/04/blog-post.html
.
(39a): IDEM cita (1) pag. 290
(39b): IDEM cita (1) pag. 291
(39c): IDEM cita (1) pag. 291
(39d): IDEM cita (1) pag. 295
SIC: "Los lugares de aparición son : Cerro de Córdoba (Castro del Río) y Los Castillejos (La Granjuela) en
la provincia de Córdoba, y Sierra de San Cristóbal y Pocito Chico (Puerto de Santa María), en la provincia
de Cádiz” (...) “La cronología general estimada, sin calibrar, estaría en torno al 1100/1000 a.C. (Martín de la
Cruz 2004). Los hallazgos gaditanos revalorizan los antiguos restos de Almuñecar y Vélez Málaga
(Rodríguez de Berlanga 1891), en los que la cornalina, el lapislázuli y el ámbar serían productos
relacionados con los intercambios de finales del II milenio a. C. y no con la colonización fenicia”.
(39e): IDEM cita (1) pag. 299
.
(40): PARA LOS INTERSADOS EN EL TEMA DEL SINIFICADO DEL PECTORAL, RECOMENDAMOS
VER:
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIII: El
"collar pectoral" y su significado entre los pueblos: Egipcio-arameos, neohititas y escitas). -SIGNIFICADO
RELIGIOSO DEL PECTORAL, EN LAS CULTURAS CONTEMPORÁNEAS AL TESORO DE EL
CARAMBOLO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-7-9.html
- INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XIV: El lingote
en la Antigüedad; los "piel de buey", el Talento y los orígenes del dinero). -SIGNIFICADO DEL PECTORAL
DEL TESORO EN FORMA DE TALENTO LLAMADO KEFTIU-.
VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-8-9-9.html
- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XV: El
patrón oro y el valor mágico-místico de las joyas en La Antigüedad). -SIGNIFICADO DEL LINGOTE COMO
PATRÓN Y MODELO DE VIDA ECONÓMICA, SU RELACIÓN CON EL TESORO Y EL PECTORAL-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6-7.html
.
(40b): SOBRE EL EFOD O PECTORAL DE AARÓN:
Narra el Éxodo (XXVII 30) que ordenó Yahvé a Moisés:
"pondrás en el racional del juicio Urim y Thummim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando
entrare delante de Jehová: y llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante
de Jehová".
.
ACERCA DE TODO ELLO DECÍAMOS EN UNO DE NUESTROS CAPÍTULOS:
El broche pectoral de sumo sacerdote judío llamado "placa de las doce gemas" o también "Urim - Tummim"
y pectoral del Juicio. En el libro de Éxodo (XVIII, 15 y ss. ) ordena Yahvé los ornamentos y vestimentas del
sacerdote, diciendo a Moisés:
"Harás el pectoral del juicio, trabajado artísticamente; como la obra del efod lo harás: De oro, púrpura y
violeta (...). Será cuadrado, doble de un palmo de longitud y otro de anchura. Lo rellenarás con una
guarnición de pedrería y con cuatro filas de piedras. En la primera fila: Una cornalina un topacio y una
esmeralda. En la segunda: Un rubí un zafiro y un jaspe. En la tercera: Un ópalo, un ágata y un amatista. En
la última: Un crisólito un "soham" (berilo) y un ónice. Al colocarlas irán engastadas en oro; las piedras
corresponderán a los nombres de los hijos de Israel, estarán grabadas como sellos y con su nombre y
arreglo a las doce tribus. Fabricarás también sobre el pectoral, cadenetas de oro puro, trenzadas a manera
de cordón. También harás sobre el pectoral dos anillos-sellos de oro, poniédolos en los extremos de este.
Meterás los dos cordones de oro por los dos anillos, ponìendolos a los extremos del pectoral; ligarás los
cabos de los dos cordones a los dos broches y fíjalos así a las hombreras de efod, por su parte delantera.
Harás después dos anillos de oro que pondrás en los extremos inferiores del pectoral, sobre el borde
interior que mira hacia efod (...). El pectoral se unirá por sus anillos del efod mediante un cordón de púrpura
violeta, de suerte que este quede por encima del cíngulo y no pueda desprenderse de él. Así Aarón llevará
el nombre del los hijos de Israel grabados en el Pectoral del juicio, sobre su corazón, cuando entre en el
santuario y para que sirva en perpetuo recuerdo de Yahve. En el pectoral del Juicio, pondrás el URIM y el
TUMMIM, para que estén sobre el corazón de Aarón, al presentarse esta ante Yahvé”
En el texto anterior podemos ver el significado e importancia del pectoral entre los pueblos egipcios y de
Oriente Medio a principios del I milenio a.C.. Una relevancia que nace del mismo arte adivinatorio y de la
potestad del Sumo Sacerdote de vaticinio, siendo este augurio realizado gracias a la inspiración que esta
joya daba. De tal manera narra El Éxodo que dice Yahvé que debe ponerse en este broche del pecho el
URIM y el TUMMIM, que en realidad siginifican la dualidad del "si y el no". Ello, porque al parecer en la más
remota antigüedad los sacerdotes semitas (y egipcios) llevaban en su pecho unas bolsitas con dos bolitas
de piedra, en diferentes colores (comunmente blanca y negra). Al ser preguntados por los fieles sobre
algunos temas de los que dudaban, introducían su mano en aquel bolso que colgaba del cuello y sacaban
una gema; contestando positiva o negativamente, conforme el color de la bolita que hubiera salido. De ello,
el "Tummim-Urim", el "sí y el no", del que ordena Yahvé que solo figure en ese pectoral con el nombre de los
hijos de Juda, para ver los designios de Israel a través de las piedras preciosas que repersentaban las doce
tribus de su pueblo.
.
(41): ACERCA DE TODO ELLO DECÍAMOS EN UNO DE NUESTROS CAPÍTULOS:
En nuestro anterior artículo habíamos analizado los diferentes tipos de embarcaciones
mediterráneas, utilizadas durante el II milenio a.C.; centrándonos en un estudio de Marisa Ruiz-
Gálvez. Trabajo de enorme interés, donde esta profesora explica minuciosamente los pormenores delas
embarcaciones usadas hace unos tres o cuatro mil años. Exponiendo la tipología de las naves del
Egeo y de Oriente Medio durante aquel tiempo; pasando posteriormente a comprarlas con las que se han
hallado representadas en territorio ibérico. Figuras con naves de las que en nuestras tierras tan solo se
conocen algunos petroglifos y bajorrelieves; entre los que destaca el de Auga dos Cebros y los
representados en un punto de vigía sobre el Estrecho de Gibraltar, situado en Laja Alta. Grabados sobre
paredes o rocas, que hacen concluir a la profesora Ruiz-Gálvez la aparición de gentes venidas desde el
Egeo y de zonas de Oriente Medio, en pleno Bronce Final. Unos “visitantes” de las costas atlánticas
andaluzas y gallegas, llegados entre los siglos XIII y el XI a.C.. Suponiendo asimismo esta
investigadora que en las singladuras desde su tierra de origen, los marineros egeos, levantinos o
cretochipriotas; dirigirían aquellas embarcaciones orientándose ya por las estrellas. Con unas
técnicas de navegación que les permitiría realizar viajes en alta mar, perdiendo de vista durante días la
costa.
Ante la anterior afirmación, donde Ruiz-Gálvez considera que a fines del segundo milenio podían
navegar de "altura", guiados a través de los astros; hemos de añadir que para viajar de ese modo tan
solo era necesario conocer la altura de las sombras, o bien medir la Estrella Polar. Todo lo que
implicaba viajar durante los veranos e ir trazando rutas de Este a Oeste y viceversa; pudiendo llegarse
siempre a un destino, si conocíamos a qué altura estaba su sombra máxima o a qué grados se veía
desde allí la Polaris. Bastando para encontrarlo poner rumbo hasta ese puerto en el cual la luz solar -o la
visión estelar- se situaba en el punto de referencia que nos dijeran (tal como hemos explicado varias veces
y repetido en la imagen superior). Siendo así, pondremos el ejemplo de cómo para llegar a Denia, desde
Oriente Medio; bastaría saber que la sombra o grados de la Polar en este puerto de Alicante, es de 38,5º en
Equinoccios. Consecuentemente, si -por ejemplo- teníamos que arribar a Denia un 10 de junio,
calcularíamos las jornadas habidas desde el Equinocccio de primavera, hasta la fecha en que llegábamos a
destino (que son 82 días). Posteriormente, multiplicaríamos 82 por 1/4 sumándole un resto de casi del diez
por ciento (1/40 diarios -aprox-). El resultado es que la sombra habría avanzado el 10 de junio ya unos 20,5º
+ 2º (22 grados aproximadamente); por lo que para llegar a Denia habríamos de poner proa a un punto en el
que a el Sol en su cenit (o la Estrella Polar, durante la noche) se vieran a unos 50,5º : Los 38,5º iniciales en
que se sitúa ese puerto (al comienzo de la primavera o del otoño), más los avanzados durante esos 82 días.
Como podemos comprobar, para esta operación no se precisa conocer ni la esfericidad de la Tierra, ni
sus grados, ni la medida del arco terrestre. Bastando saber sumar y no necesitándose más que un
compás, o bien una cuerda que se extienda desde un mástil, para medir los grados de inclinación en
nuestra visión.
Pero, además de este, existía otro modo de viajar con iguales resultados; tanto o más seguro que el
de guiarse midiendo la Polar, o el Sol. Es el que en su día denominé "ornitonáutia"; un método de
orientarse por medio de la suelta de aves. Diferenciándose -a mi juicio- dos sistemas principales en
esa “ornitonáutia”: Primero el realizado con pájaros adiestrados (palomas mensajeras); que una vez
lanzadas señalan el punto hacia el que retornan, pudiendo además transportar una pequeña "carta". En
segundo término, los pilotos de las naves podrían soltar pichones y otros pájaros que llevasen a
bordo, como comida; ya que estos pronto se elevan marcando dónde se halla el horizonte más
cercano (o en su lugar, de estar muy lejos la tierra, volverán al barco en espera de huir de este cuando
divisen de nuevo un lugar claro hacia el que poder dirigirse).Cuanto expresamos, unido a la facilidad de
guiarse siguiendo las sombras, o la Polar; hace evidente que desde los tiempos más remotos
pudieron llegar navegando de altura desde Oriente Medio hasta nuestras tierras (con un mínimo
conocimiento de los astros o bien sirviéndose de aves y otros animales -como los delfines-). Unos hechos
que se demuestran en que desde los tiempos más remotos, egipcios y mesopotamios eran capaces
de atravesar el desierto (viajando entre las dunas durante días, cruzando miles de kilómetros con sus
caravanas y careciendo por entonces de camellos).
PARA LOS INTERESSADOS EN ESTOS DOS ARTÍCULOS NUESTROS Y EN LA NAVEGACIÓN
DURANTE LA ANTIGÜEDAD, VER:
-MARINEROS Y METALURGIOS ENEOLÍTICOS: DE LA RUTA DEL ÁMBAR, A LAS FUENTES DEL
ESTAÑO (Capítulo 112 de: "Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"):
Comenzamos hablando sobre la metalurgia en la antigüedad y el pecio del Uluburun (barco del 1330 a.C.,
hallado en las costas a Turquía con toneladas de bronce en lingotes con forma piel de toro). Vemos que
había unas rutas comerciales del bronce (durante la Edad de este metal) que fundamentalmente lo
distribuían por Egipto, el Egeo, Creta,Chipre y Oriente Medio. Realizamos un estudio sobre las minas de
cobre y estaño anteriores a la Edad de Hierro, descubriendo que apenas las hay en el Mediterráneo, ni en
Oriente Medio o Egipto. Estando situados en el Occidente de Eupropa (en la cornisa Atlántica) casi todos los
yacimientos de casiterita (esencial para fabricar bronce). Asimismo, estas zonas eran también muy ricas en
plata y oro, que apenas existía en los lugares donde se desarrollan civilizaciones como la del Nilo, la Eblita o
las canaanitas. Pues -aparte aquellas del Atlántico y de Europa central- tan solo había minas importantes en
las cercanías de Grecia y en el Danubio; junto a algunas de bronce en el Cáucaso. Siendo así, durante el
tercer y segundo milenios a.C. se hacía imprecindible navegar hasta los yacimientos de metal, para tener
materias primas del bronce (además de oro y plata). Analizando los barcos de Egipto o de Creta,
observamos que pudieron llegar perfectamente hasta el lejano occidente e incluso navegar el Atlántico, pues
los faraónicos llegaban a superar los treinta metros de eslora en el 2500 a.C.. Finalmente analizamos las
representaciones de naves en la Península Ibérica en la Edad del Bronce; grabados rupestres que
contienen naves de tipo egeo. Todo lo que deja manifiesto el antiquísimo contacto entre el oriente y el
occidente mediterráneo.
PARA LLEGAR AL ARTÍCULO, PULSAR ENLACE ABAJO:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2016/06/articulo-nuevo-incluido.html
MARINEROS Y MINEROS: LA PROTOCOLONIZACIÓN (Capítulo 113 de "Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo"):
Analizamos las formas de navegar en el tercer y segundo milenio a.C., las embarcaciones y las
expediciones que ya en el 2500 a.C. Realizaban los egipcios. Los tipos de barcos del Nilo, entre los que
destacaba la flota demontables: Naves por piezas que se llevaban hasta el lugar, para ensamblarse y cruzar
así ríos o mares, con fines bélicos y comerciales. Finalmente tratamos aceca de los precolonizadores de la
Península Ibérica; observando que en el cuarto y quinto milenio a.C. ya se había desarrollado el
megalitismo, lo que demuestra que tenían contacto con parte del Mediterráneo (hasta Malta, al menos) y
con todo el atlántico europeo, que comparte la civilización de los dólmenes. Una civilización que a mi juicio
procedía del mundo ballenero y de las rutas del ámbar, que posteriormente fueron las del oro.
PARA LLEGAR AL ARTÍCULO, PULSAR ENLACE ABAJO:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2016/07/aviso-de-nuevo-articulo-marineros-y.html
.
(42): PARA LOS INTERESADOS EN EL TEMA DEL ESPARTO Y EL MEGALITISMO, RELACIONADO
CON ALBUÑOL, RECOMENDAMOS NUESTROS ARTÍCULOS:
TESORO BALLENERO Y RUTAS DEL ÁMBAR: HIPÓTESIS SOBRE LOS ORÍGENES DEL
MEGALITISMO Y SU SECUENCIA EN TARTESSOS (una interpretación de Jonás) -Capítulo 114 de:
"Los bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"-:
Continuamos explicando la relación existente entre las rutas del ámbar, las minas más antiguas del oro y
plata, con la difusión del megalitismo. Civilización que se expande por el occidente atlántico, partiendo
desde el Algarve, Galicia e Irlanda y del quinto al segundo milenioo a.C.. Planteamos que la solución a este
enigma de los creadores del dolmenismo y su pervivencia durante casi tresmil quinientos añños, puede
estar en ser un peblo ballenero que vivía entre los carámbanos del final de los frios glaciares. Debido a que
en el V milenio aún había temperaturas gélidas y el Atlántico estaba pleno de hielos, lo que permitiría
navegar o pasar con facilidad el Canal de la Mancha, tanto como cazar sus focas y ballenas, que poblarían
por doquier el mar del Occidente europeo. Esta tradición ballenera se mantuvo en el Cantábrico hasta fines
del siglo XIX, cuando extinguieron con cazas masivas y sin control, los mamíferos que habitaban en gran
número, las aguas del Norte de España, las francesas o las británicas. Tomamos a los fueguinos, como
ejemplo del modo de vida que pudieron tener los habitantes del litoral atlántico hace cinco mil años. Debido
a que entre los moradores de Tierra de Fuego y el Estrecho de Magallanes, había tribus balleneras
nomádas, que vivían en canoas y se dedicaban a la pesca (varando cetáceos, para alimentarse de ellos).
Casi no necesitaban cubrirse y lo hacían con pieles (para que la ropa no se helase); no sufrían fríos habida
cuenta su dieta a base de grasas de ballena y de foca. Pudiendo llegar a pensar que así vivieron los
habitantes de las costas gallegas, las de Portugal, el Cantábrico, Francia, islas británicas y etc. De forma
nómada, marchando en invierno al sur y viajando al norte en verano, llevando oro y ámbar en sus cambios
de lugar. Mientras los sedentarios del interior pudieron desarrollar los edificios megalíticos por dos motivos:
Primero, para guiarse (en mar y tierra) con las sombras de cromlechs y menhires. El segundo con fines de
civilización y enterramiento -en dolmenes- en una técnica constructiva lograda gracias a las necesidades de
arrastre y captura de las ballenas (que pesan más que aquellas grandes losas de piedra con las que
levantaron sus megalitos). Finalmente hablamos de nuevo acerca de Jonás y su marcha a Tartessos
(Tarshis bíblica) que se pudo relacionar con la visita a lugares balleneros, donde los peces eran de enorme
tamaño (capaces de tragar un hombre).
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http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2016/08/aviso-de-nuevo-articulo-marineros-y.html
- LOS PRIMITIVOS MORADORES DEL "FIN DEL MUNDO" -en Chile- COMO HIPÓTESIS
ARQUEOLÓGICA PARA LA COMPRENSIÓN DEL MEGALITISMO EN EUROPA (Capítulo 115 de: "Los
bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo". Este artículo es la continuación del anterior. Seguimos
sobre la la hipótesis del significado de los megalitos y de la vida durante esta etapa europea, comparándola
con las culturas antiguas de Chile (los fueguinos y los rapa-nui). Finalmente comprendemos el modo en que
nació la cultura dolménica que precedió a la de El Bronce, germen de la tartessia.
PARA LLEGAR AL ARTÍCULO, PULSAR ENLACE:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2016/11/los-primitivos-moradores-del-fin-del.html
.
(43): RECOMENDAMOS VER:
MARINEROS Y MINEROS: LA PROTOCOLONIZACIÓN (Capítulo 113 de "Los bueyes de Gerión en el
Tesoro de El Carambolo"):
Analizamos las formas de navegar en el tercer y segundo milenio a.C., las embarcaciones y las
expediciones que ya en el 2500 a.C. Realizaban los egipcios. Los tipos de barcos del Nilo, entre los que
destacaba la flota demontables: Naves por piezas que se llevaban hasta el lugar, para ensamblarse y cruzar
así ríos o mares, con fines bélicos y comerciales. Finalmente tratamos aceca de los precolonizadores de la
Península Ibérica; observando que en el cuarto y quinto milenio a.C. ya se había desarrollado el
megalitismo, lo que demuestra que tenían contacto con parte del Mediterráneo (hasta Malta, al menos) y
con todo el atlántico europeo, que comparte la civilización de los dólmenes. Una civilización que a mi juicio
procedía del mundo ballenero y de las rutas del ámbar, que posteriormente fueron las del oro.
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- TESORO BALLENERO Y RUTAS DEL ÁMBAR: HIPÓTESIS SOBRE LOS ORÍGENES DEL
MEGALITISMO Y SU SECUENCIA EN TARTESSOS (una interpretación de Jonás) -Capítulo 114 de: "Los
bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo"-:
número, las aguas del Norte de España, las francesas o las británicas. Tomamos a los fueguinos, como
ejemplo del modo de vida que pudieron tener los habitantes del litoral atlántico hace cinco mil años. Debido
a que entre los moradores de Tierra de Fuego y el Estrecho de Magallanes, había tribus balleneras
nomádas, que vivían en canoas y se dedicaban a la pesca (varando cetáceos, para alimentarse de ellos).
Casi no necesitaban cubrirse y lo hacían con pieles (para que la ropa no se helase); no sufrían fríos habida
cuenta su dieta a base de grasas de ballena y de foca. Pudiendo llegar a pensar que así vivieron los
habitantes de las costas gallegas, las de Portugal, el Cantábrico, Francia, islas británicas y etc. De forma
nómada, marchando en invierno al sur y viajando al norte en verano, llevando oro y ámbar en sus cambios
de lugar. Mientras los sedentarios del interior pudieron desarrollar los edificios megalíticos por dos motivos:
Primero, para guiarse (en mar y tierra) con las sombras de cromlechs y menhires. El segundo con fines de
civilización y enterramiento -en dolmenes- en una técnica constructiva lograda gracias a las necesidades de
arrastre y captura de las ballenas (que pesan más que aquellas grandes losas de piedra con las que
levantaron sus megalitos). Finalmente hablamos de nuevo acerca de Jonás y su marcha a Tartessos
(Tarshis bíblica) que se pudo relacionar con la visita a lugares balleneros, donde los peces eran de enorme
tamaño (capaces de tragar un hombre).
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- LOS PRIMITIVOS MORADORES DEL "FIN DEL MUNDO" -en Chile- COMO HIPÓTESIS
ARQUEOLÓGICA PARA LA COMPRENSIÓN DEL MEGALITISMO EN EUROPA (Capítulo 115 de: "Los
bueyes de Gerión en el Tesoro de El Carambolo". Este artículo es la continuación del anterior. Seguimos
sobre la la hipótesis del significado de los megalitos y de la vida durante esta etapa europea, comparándola
con las culturas antiguas de Chile (los fueguinos y los rapa-nui). Finalmente comprendemos el modo en que
nació la cultura dolménica que precedió a la de El Bronca, germen de la tartessia.
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(44): The Copper Age Settlement of Valencina de la Concepción (Seville, Spain): Demography,
Metallurgy and Spatial Organization // Manuel Eleazar Costa Caramé; Marta Díaz-ZoritaBonilla; Leonardo
García Sanjuán; David W. Wheatley
TRABAJOS DE PREHISTORIA 67, N.º 1, enero-junio 2010, pp. 85-117.
Gráfico pag.87

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