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Max Weber y sus Aportes

Juan Sebastian Vahos Duque - 20162020415


Maicol Andrés Garzón Fonseca - 20172020011
Brayan Stiven Parra Pinilla - 20171020156
Bryan Felipe Muñoz Molina - 20162020408
Anderson Lopez Jimenez - 20162020424

Universidad Distrital Francisco José De Caldas


Análisis de Sistemas
4 de Septiembre de 2018
Max Weber

Maximilian Karl Emil Weber (Alemán: [ˈmaks ˈveːbɐ]) (Erfurt, 21 de abril de 1864-Múnich, 14 de
junio de 1920) fue un filósofo, economista, jurista, historiador, politólogo y sociólogo alemán,
considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración
pública, con un marcado sentido antipositivista.
El antipositivismo (también no positivismo o sociología interpretativa) es el punto de vista en las
ciencias sociales según el cual los académicos deben necesariamente rechazar el empirismo y
el método científico en el desarrollo de teorías sociales e investigación.
A pesar de ser reconocido como uno de los padres de la sociología, junto con Karl Marx y Émile
Durkheim,​ Weber nunca se vio a sí mismo como sociólogo, sino como historiador; ​para él, la
sociología y la historia eran dos empresas convergentes.

Biografia

Max Weber nació en Erfurt, Turingia en Alemania, siendo el mayor de los siete hijos de Max
Weber (padre), jurista y político destacado del Partido Liberal Nacional en la época de Bismarck
y funcionario protestante, y de su esposa Helene, una calvinista moderada. Uno de sus
hermanos, Alfred Weber, también fue sociólogo y economista.

Debido a la vida pública de su padre, Weber creció en un ambiente familiar inmerso en la


política, y su hogar recibió la visita de prominentes académicos y figuras públicas. Al mismo
tiempo, Weber demostró ser intelectualmente precoz. El regalo de Navidad que les hizo a sus
padres en 1876, cuando contaba con trece años, resultó ser un par de ensayos históricos,
titulados "Sobre el curso de la historia alemana, con referencias especiales a la posición del
emperador y el papa" y "Sobre el período del Imperio romano desde Constantino a la migración
de las naciones". Parecía ya claro entonces que Weber se dedicaría a las ciencias sociales. A la
edad de catorce años escribió cartas llenas de referencias a Homero, Virgilio, Cicerón y Tito
Livio, y antes de ingresar a la universidad ya poseía un extenso conocimiento sobre Goethe,
Spinoza, Kant y Schopenhauer.

Max estudió en las universidades de Heidelberg, Berlín y Gotinga, interesándose especialmente


por el derecho, la historia y la economía.

En 1882, Weber ingresó en la Universidad de Heidelberg como estudiante de derecho. Se


incorporó a la fraternidad de su padre y escogió el campo de las leyes al igual que él. Aparte de
estos estudios, tomó clases de economía y estudió historia medieval. Tuvo por profesores, entre
otros, a su tío, el historiador liberal alemán Hermann Baumgarten, autor de dos voluminosas
obras sobre historia española antigua y moderna e hijo y nieto de pastores protestantes.
Adicionalmente, Weber realizó extensas lecturas sobre temas teológicos.

De manera intermitente sirvió en el ejército alemán en Estrasburgo y, en otoño de 1884, regresó


a casa de sus padres para estudiar en la Universidad de Berlín. Los siguientes ocho años Weber
vivió en casa de sus padres, primero como estudiante, luego como ayudante en las cortes de
Berlín y finalmente como docente en la universidad. Su residencia en casa de sus padres fue
interrumpida únicamente por un semestre de estudio en la Universidad de Gotinga y por cortos
períodos ocasionales de entrenamiento militar adicional. En 1886 Weber aprobó los exámenes
de "Referendar", que le permitían ejercer como abogado.
A finales de la década de 1880, Weber profundizó sus estudios de historia. Obtuvo el doctorado
en leyes en 1889, con una tesis sobre historia legal titulada La historia de las organizaciones
medievales de negocios. Dos años después, Weber completó su Habilitationsschrift con la tesis
sobre La historia agraria romana y su significación para la ley pública y privada. Habiéndose
habilitado —ya podía ejercer como Privatdozent— Weber estaba calificado en Alemania para
obtener un cargo como profesor universitario.

Durante el tiempo transcurrido entre la conclusión de su tesis doctoral y el momento en que fue
habilitado como profesor, Weber comenzó a interesarse en política social contemporánea. En
1888, se unió a la Verein für Socialpolitik, para entonces nueva Asociación Profesional de
Economistas Alemanes. Esta asociación, afiliada a la escuela histórica, consideraba que el
aporte principal de la economía era la solución de los problemas sociales de mayor impacto
durante la época, y fue pionera en el uso de estudios estadísticos a gran escala en el análisis
económico. En 1890 la Verein creó un programa de investigación para examinar «la cuestión
polaca», término usado para referirse al flujo de trabajadores agrícolas extranjeros hacia
Alemania oriental, mientras sus trabajadores locales migraban a las ciudades en proceso
acelerado de industrialización. Weber fue puesto a cargo de este estudio y redactó una parte
considerable de sus resultados. El reporte final fue elogiado ampliamente como un excelente
trabajo de investigación empírica, cimentando la reputación de Weber como experto en
economía agraria.

Weber obtuvo un éxito académico considerable en la década de los años 1890. En 1893, se
casó con una prima lejana llamada Marianne Schnitger, quien posteriormente se convertiría en
feminista y escritora por derecho propio, además de volverse un factor decisivo en la
recopilación y publicación de trabajos poco conocidos de Weber posterior a su muerte en 1920.
En 1894 la pareja se mudó a Freiburg, donde Weber fue nombrado como profesor de economía
en la Universidad de Freiburg, cargo que posteriormente continuará al trasladarse a la
Universidad de Heidelberg en 1897. Ese mismo año murió su padre, dos meses después de que
ambos sostuvieran una discusión muy fuerte, respecto a la cual nunca tuvieron la oportunidad
de hacer las paces. A partir de entonces, Weber se vuelve cada vez más propenso al
nerviosismo y al insomnio, lo cual dificulta su capacidad de dar clases y cumplir con sus tareas
como profesor. Por tanto, se vio obligado a disminuir y eventualmente detener su trabajo
académico, dejando su último curso, en el otoño de 1899, sin terminar. Después de meses en
un sanatorio durante el verano y otoño de 1900, Weber y su esposa Marianne viajaron a Italia a
finales de este año, para no regresar sino hasta abril de 1902.

Después de su inmensa productividad en los tempranos años 1890, Weber no publicó un solo
ensayo entre comienzos de 1898 y finales de 1902, y finalmente renuncia a su cargo de profesor
en otoño de 1903. Sin embargo, continuó trabajando como profesor privado, ayudado por una
herencia obtenida en 1907.

El mismo año de su renuncia al cargo de profesor, Weber acepta el cargo de editor asociado del
Archivo de Ciencias Sociales y Bienestar Social junto a sus colegas Edgar Jaffé y Werner
Sombart. En 1904, visitó los Estados Unidos y participó en el Congreso de las Artes y las
Ciencias, que se realizó junto a la Exposición Universal de San Luis. En 1904, comienzan a
aparecer en esta publicación lo que serían los principales trabajos de Weber, siendo en 1905
cuando se publica su ensayo La ética protestante y el espíritu del capitalismo, el cual se
convirtió en su trabajo más popular y sentó las bases para su trabajo futuro sobre el impacto de
la cultura y la religión en el desarrollo de los sistemas económicos. La importancia del ensayo es
tal, por cierto, que resultó ser el único de sus escritos que fue publicado como un libro mientras
él vivió.

En 1912, Weber intentó organizar un partido político de izquierda que combinase


social-demócratas y liberales, pero su intento fracasó debido al miedo que muchos liberales
sentían hacia los ideales —que consideraban revolucionarios— de los social-demócratas.

Durante la Primera Guerra Mundial, Weber sirvió por un tiempo como director de los hospitales
del ejército en Heidelberg. Entre 1915 y 1916 formó parte de grupos que intentaban mantener el
control alemán en Bélgica y Polonia después de la guerra. Las opiniones de Weber sobre la
guerra, y también sobre la expansión del imperio alemán, cambiaron durante estos años. En
1918, fue miembro del consejo de obreros y soldados de Heidelberg. El mismo año se convirtió
en consultor de la Comisión del Armisticio Alemán para el Tratado de Versalles y la comisión le
asignó el borrador de la Constitución de Weimar. Weber temía intensamente una revolución
comunista en Alemania y se decantaba a favor de insertar el artículo 48 en la constitución.
Posteriormente, este artículo será aprovechado de modo oportunista por Adolf Hitler para
declarar la ley marcial y así obtener potestades de dictador.

A partir de 1918, Weber retomó la docencia, primero en la Universidad de Viena y luego, en


1919, en la Universidad de Múnich. En Múnich, fue director del primer instituto de sociología
creado en una universidad alemana, aun cuando jamás ejerció una cátedra de sociología a lo
largo de su vida.

Max Weber murió de neumonía en Múnich el 14 de junio de 1920. Debe destacarse que muchos
de los trabajos que son famosos ahora, fueron reunidos, revisados y publicados póstumamente.
Luminarias de la sociología, como Talcott Parsons y Charles Wright Mills hicieron
interpretaciones significativas de los trabajos de Weber.

Weber y la política alemana (Formas de Gobierno)


En 1890 Weber escribió una serie de artículos de prensa titulados Parlamento y Gobierno en
una Alemania reconstruida. Estos artículos exigían reformas democráticas en la Constitución del
Imperio alemán de 1871.

Weber argumentó que los problemas políticos de Alemania se debían esencialmente a un


problema de liderazgo. Otto von Bismarck había creado una constitución que preservaba su
propio poder, pero inhabilitaba a otro líder poderoso para sucederlo. En enero de 1919, Weber
era un miembro fundador del Partido Democrático Alemán.

Por su paradójica utilización en las medidas socializantes tanto de la socialdemocracia como del
nacionalsocialismo, las contribuciones del liberalismo de Max Weber a la política alemana
siguen siendo sujeto de controversia.

Weber dejó la política debido a los conflictos con la derecha en 1919 y 1920, cuando muchos
colegas y estudiantes lo despreciaron por la posición de centro-izquierda asumida durante la
revolución alemana de 1918 y 1919. En efecto, hubo estudiantes de derecha que llegaron a
realizar protestas frente a su casa.
Weber abogaba por la democracia como una herramienta para elegir líderes fuertes; veía a la
democracia como una forma de liderazgo carismático donde la "demagogia imponía su deseo
sobre las masas". Por esta razón, la izquierda europea es muy crítica con Weber, por "haber
preparado el terreno intelectual para la posición de liderazgo de Adolf Hitler, aunque no
intencionadamente.

El firme anti-comunismo de Weber y el reclamo insistente por una política agresiva de


imperialismo alemán le ganó la crítica de la mayoría de los marxistas alemanes. Weber
desilusionó aún más a la izquierda cuando uno de sus estudiantes, Carl Schmitt (1888-1985),
desarrolló el concepto de «Estado total». Las cartas personales y profesionales de Weber
muestran un disgusto considerable por el antisemitismo de sus días, por lo que, tomando
además en consideración el carácter antiliberal del corporativismo de Estado y el totalitarismo de
partido único, sería dudoso que Weber hubiera tenido la convicción de apoyar a los nazis, como
sí hicieron el citado Schmitt, Oswald Spengler y Werner Sombart.

Burocratismo y su funcionamiento:

Burocratismo es la tendencia a utilizar el aparato burocrático de manera coactiva. Aparte de la


ineficiencia administrativa, la consecuencia más palpable del burocratismo es el inevitable
distanciamiento entre las personas y los organismos administrativos ya sean estos organismos
pertenecientes a estados, empresas o cualquier otro tipo de organización.

El caso del burocratismo estatal es una forma deliberada de alejar a las masas de sus derechos
legítimos mediante la desorientación y el desgaste utilizando para ello exigencias administrativas
excesivas. Se opone por tanto al concepto de democracia real pudiendo decirse que en mayor o
menor grado está presente en todo tipo de regímenes.

El propio Max Weber percibió que realmente no puede existir un tipo de organización ideal. Por
tanto, la burocracia real será menos óptima y efectiva que su modelo ideal. Según Weber, puede
degenerar de las siguientes maneras:

•La jerarquía vertical de autoridad puede no ser lo suficientemente explícita o delineada,


causando confusión y conflictos de competencia.
•Las competencias pueden ser poco claras y usadas contrariamente al espíritu de las reglas; en
ocasiones el procedimiento en sí mismo puede considerarse más importante que la decisión o,
en general, sus efectos.
•Nepotismo, corrupción, enfrentamientos políticos y otras degeneraciones pueden contrarrestar
la regla de impersonalidad, pudiéndose crear un sistema de contratación y promoción no basado
en méritos.
•Los funcionarios pueden eludir responsabilidades.
•La distribución de funciones puede ser inefectiva, produciendo excesiva actividad regulatoria,
duplicación de esfuerzos y, en general, ineficiencia.

Incluso una burocracia no degenerada puede verse afectada por ciertos problemas:

•Sobreespecialización.
•Rigidez e inercia en los procesos, tomando decisiones con lentitud o siendo imposible aplicarlas
al presentarse casos inusuales, e igualmente retrasando los cambios, evolución y adaptación de
viejos procesos a nuevas circunstancias;
•Suposición de que el sistema es siempre perfecto y correcto por definición, provocando que su
organización sea poco proclive al cambio y a la autocrítica;
•Poca estima por las opiniones disidentes;
•Creación de más y más reglas y procesos, creciendo su complejidad y disminuyendo su
coordinación, facilitando la creación de reglas contradictorias.

Estructuralismo

El estructuralismo es un enfoque de investigación de las ciencias sociales que creció hasta


convertirse en uno de los métodos más utilizados para analizar el lenguaje, la cultura y la
sociedad en la segunda mitad del siglo XX.

En general, es un enfoque filosófico que trata, afrontar las ciencias humanas, de analizar un
campo específico como un sistema complejo de partes relacionadas entre sí, como decía
Roman Jakobson. Por tanto, en términos amplios y básicos el estructuralismo busca las
estructuras a través de las cuales se produce el significado dentro de una cultura. De acuerdo
con esta teoría, el significado es producido y reproducido a través de varias prácticas,
fenómenos y actividades que sirven como sistemas de significación (estudiando cosas tan
diversas como la preparación de la comida y rituales para servirla, ritos religiosos, juegos, textos
literarios y no literarios, formas de entretenimiento, etc.).

La novedad que introduce el estructuralismo no es la idea misma de estructura, ya presente de


forma continua a lo largo del pensamiento occidental, sino la eliminación en ella de un concepto
central que ordene toda la realidad, como sucedía con las ideas platónicas.[cita requerida]

Para F. Wahl, la cesura estructuralista pasa por el concepto de signo.1​

El iniciador y más prominente representante de la corriente fue el antropólogo y etnógrafo


Claude Lévi-Strauss (década de 1940), quien analiza fenómenos culturales como la mitología y
los sistemas de parentesco.

Durante los años 1940 y 50, la escena filosófica francesa se caracterizó por el existencialismo,
fundamentalmente a través de Jean-Paul Sartre, apareciendo también la fenomenología, el
retorno a Hegel y la filosofía de la ciencia, con Gastón Bachelard.

Cuando en la década de 1960 Sartre se orienta hacia el marxismo, surge un nuevo modo de
pensar, el estructuralismo. Claude Lévi-Strauss inicia este nuevo movimiento, basándose en las
ideas de la etnología. Más tarde le seguirán Jacques Lacan en el psicoanálisis, Louis Althusser
en el estudio del marxismo y finalmente Michel Foucault, desde un punto de vista muy crítico
con la ambiciones estructurales.

Cabe destacar que Althusser y Foucault rechazaron la clasificación de su pensamiento dentro


del estructuralismo (tal como aparece en su arqueología de las ciencias humanas, Las palabras
y las cosas) y en rigor, únicamente Lévi-Strauss realizó una reflexión explícita sobre el
estructuralismo como método. En cualquier caso, se trata de un alejamiento de perspectivas
meramente historicistas o subjetivistas bajo el intento de hallar una nueva orientación para la
investigación que tome como bases correspondencias funcionales entre distintos elementos que
forman parte de las distintas disciplinas.

El burocratismo es una forma de desglosar las organizaciones y su relación con el proletariado


con el método del estructuralismo, viendo a las organizaciones estatales como un conjunto de
partes jerárquicas que tienen conflicto entre sí por poder, generando un sistema irregular, lo cual
ayuda a desorientar y desgastar al proletariado y que estos pierdan acceso a derechos ya
estipulados por el mismo estado.

Al ser un sistema irregular y por propiedades de los sistemas, este vuelve al equilibrio puesto
que aunque se le niegan derechos al proletariado, la pasividad ante esta mala administración
hace que el sistema se regule y siga en pie, pues siguen alimentando al sistema aunque este
esté aprovechando de el proletariado.

Bibliografía

● https://es.wikipedia.org/wiki/Max_Weber
● https://es.wikipedia.org/wiki/Antipositivismo
● https://conceptodefinicion.de/estructuralismo/
● https://educalingo.com/es/dic-es/burocratismo
● https://es.wikipedia.org/wiki/Burocratismo

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