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1. UBICACIÓN Y SISTEMA DE
GOBIERNO
España está ubicada en la Europa Occidental, ocupa la mayor parte de la
Península Ibérica y, fuera de ella, dos archipiélagos (el de las Islas Canarias en
el Océano Atlántico y el de las Islas Baleares en el Mar Mediterráneo) y dos
ciudades, Ceuta y Melilla, en el norte de África, aparte de varias islas menores
en esta zona y otras cercanas a la península.
El Rey sanciona y promulga las leyes que han sido elaboradas por las otras
ramas del gobierno. Si el rey tiene el papel simbólico de representar al Estado,
el primer ministro tiene el papel más importante de jefe de gobierno. El primer
ministro nomina a los candidatos para que el rey designe a sus ministros. Él
también tiene el derecho de nombrar candidatos para los puestos de la función
pública y para elegir a los gobernadores civiles de cada provincia, así como los
delegados del Gobierno en las comunidades.
EDUCACIÓN INFANTIL
Se divide en dos ciclos: - niños de 0 a 3 años
-niños de 3 a 6 años
EDUCACIÓN PRIMARIA
Se compone con 6 cursos académicos de 6 a 12 años, el sistema se divide en
tres ciclos de dos años cada uno.
EDUCACIÓN SECUNDARIA
Dura desde los 12 hasta los 16 años se divide en dos ciclos de dos años cada
uno. Cuando se gradúa tiene opciones:
- Bachiller (escuela secundaria)
- Formación profesional
- Entrar en el mercado del trabajo
BACHILLER.- No forma parte de la enseñanza gratuita y obligatoria ( dos
ciclos académicos )de los 16 a los 18 años, se especializan en una
especialidad y de ahí pueden escoger su carrera en la universidad.
UNIVERSIDAD.- En España, pueden realizar estudios universitarios los
estudiantes españoles o comunitarios que completan con éxito el ciclo de
formación de Bachillerato. Los títulos universitarios son por lo general de 4
años de duración con la excepción de las carreras de medicina entre otras que
duran 6 años.
Grado: 4 años
Master: 1 año
Doctorado: 3 años de investigación (máximo reconocimiento)
4. CIENCIAS SOCIALES
1) El memorismo en geografía y en historia antes de la Ley General de
Educación
Con el crecimiento del número de países era imposible seguir poniendo énfasis
en la descripción de los mismos. Por eso el proceso de selección llevó a
agruparlos, primero, por grandes regiones o por continentes y, finalmente, a la
selección de algunos significativos. Esa significación podía venir dada por el
hecho de ser grandes potencias, por constituir ejemplos de paisajes físicos o
humanos determinados (países tropicales o fríos, industriales o
predominantemente agrarios, etc.). Finalmente a partir de los años 1960 se
añadieron a esos otros criterios seleccionadores, como por ejemplo el de que
dichos países fueran representantes de las situaciones de desarrollo o
subdesarrollo, o de formas de organización socieconómicas capitalita o
socialista.
La tesis esencial del autor es que "la activación de los procesos de aprendizaje
exige una reducción de los contenidos de los programas de estudio".
Entre las críticas que se han hecho en geografía y en historia se encuentra una
que el autor de la Tesis hace suya, la de que los programa de geografía "no
correspondían a la realidad sociocultural de los alumnos ni a sus intereses"
(pág 14). A pesar de la gran cantidad de estudios sobre psicología cognitiva y
de encuestas existentes, todavía podemos interrogarnos sobre cuales son
realmente los intereses de los alumnos. Podría argumentarse que tampoco las
matemáticas o las ciencias naturales se relacionan con esa realidad inmediata
de los alumnos, y pueden ser sin embargo muy atractivas y formativas.
Por otra parte, tenemos datos que nos indican que en el pasado, por ejemplo
en el siglo XIX, las clases de geografia podían despertar un gran interes,
incluso un interés apasionado, Numerosos testimonios de geógrafos y no
geógrafos nos lo atestiguan, y nos hablan de la curiosidad que despertaba la
geografía de los países, el conocimiento del mundo, y el del propio país. Y eso
ha podido seguir siendo así hasta los años 1970. Todavía en la década de
1970 la television estaba poco difundida y no podía hacer la competencia a la
geografia. Podría ser que se la hicieran las revistas ilustradas, aunque estaban
todavía poco difundidas. Curioso caso, el de una disciplina científica
desvalorada en la enseñanza por los nuevos medios de comunicación, incluso
antes de la televisión.
Ese concepto venía del siglo XIX y era difícil de cambiar. Todavía no es seguro
que se haya cambiado. Pero a lo mejor habría que resucitarlo, llenándolo de
otros contenidos. Podría ser que los niños y los jóvenes necesitaran tener una
cultura homogénea y general, del tipo de la que en el texto se denomina
"culturalista", de forma al parecer descalificadora.
Las críticas que el autor hace a los programas de historia tratan de mostrar
siempre que es difícil llegar a los problemas actuales y relevantes a partir de la
historia. Y que si se parte de éstos no se pueden integrar todos los contenidos
que prescriben las directrices ministeriales (pág. 290). La enseñanza de la
historia queda de esta forma cuestionada en relación con ese nuevo contenido
que se pretende dar a la enseñanza de ciencias sociales. Lo que resulta
discutible, ya que la historia tiene interés por si misma, no solo con referencia a
los problemas actuales y relevantes: contribuye de manera eminente a
introducir la dimensión temporal del acontecer humano y la diversidad cultural
en el desarrollo de la humanidad.
Las críticas que se hicieron a los programas elaborados tras la L.G.E. eran con
mucha frecuencia de carácter gremialista, como defiende el autor en su Tesis,
pero a la vez, como él sabe también, políticas e interesadas. Dede luego, si
partían de una defensa de la enseñanza activa del medio y a la vez defendían
posiciones nacionalistas, es lógico que criticaran, al mismo tiempo, un
programa general y amplio de Geografía España y que pusieron énfasis en el
estudio de la realidad próxima de los alumnos.
Sin duda hay que criticar a los críticos, a partir de lo que decían entonces y de
lo que luego realmente han hecho. Es algo que Alfonso Guijarro realiza en su
trabajo, pero habría que insistir en esa dirección. Tenemos ahí un campo de
estudio muy interesante. Seguramente habría que seleccionar y clasificar a los
críticos de la L.G.E. y de las reformas posteriores y evaluar sus críticas con
rigor. Algunos de los críticos de los que se habla en la Tesis eran realmente
poco solventes, y, en algún caso, es posible que estuvieran guiados por
intereses espúreos de caracter editorial, concretamente la defensa de sus
propios libros de texto.