Uno de los intercambios más importantes en los Evangelios, es la conversación entre Jesús y Nicodemo. Las implicaciones son profundas y el contenido revela la incapacidad del hombre natural de comprender lo relacionado a la verdadera naturaleza del orden espiritual (Juan 3:1-15).
Jesus le había expresado a Nico lo imperativo e inflexible de la necesidad de un nuevo nacimiento para la implantación de una nueva vida – (el que no naciere de nuevo” versículo 3). Lo que para Nico fue un golpe a su intelecto (¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? Versículo 4), para Jesús era el principio básico de la ley que gobierna el Reino de Dios.
En la esfera de lo físico se reconocen dos leyes que operan en todo lugar – todo el tiempo.
La vida física es el resultado del nacimiento físico.
Lo que nace participa de la naturaleza que le dio nacimiento.
Lo natural engendra lo natural. Lo que Jesús le esta diciendo a Nico es, así como en el orden natural y físico hay una ley que gobierna ese orden, en la esfera del Espíritu, también. La vida espiritual es resultado de un nacimiento espiritual que nace de Dios y participa de la naturaleza de Dios. Lo divino engendra lo divino.
Juan 3:6
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Con esta simple declaración Jesús declaró con precisión y claridad cuatro profundas verdades:
Los hombres viven en dos esferas distintas.
La entrada a ambas esferas es por nacimiento
La carne engendra carne y el Espíritu engendra espíritu.
Si alguien desea pasar de la esfera de la carne a la esfera del Espíritu solo lo puede hacer por medio de un segundo nacimiento.
Jesus era y tenía lo que Nico necesitaba, la Vida. Solo a los que viven en la esfera del Espiritu se le puede conferir esa clase de vida porque poseen una naturaleza espiritual. Nico vivía en la esfera de a carne (el orden natural).
Sin dudas que el estaba viviendo de la mejor manera posible que el sabia en la esfera natural. Su deseo era ser mejor y esa fue la razón por la cual el vino a Jesus; él quería saber cómo vivir mejor y ser más útil en esa esfera.
Juan 3:2
Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
Pero, Jesús fue directo a la necesidad y le mostró la imposibilidad de hacer que la carne se comporte de una manera espiritual – “Lo que es nacido de la carne, carne es”.
Puede ser carne intelectual, inteligente, con mucha cultura, con grandes logros, carne moral, aun hasta religiosa – pero sigue siendo carne.
La carne es carne, llámese como se llame. Aun, Dios mismo ni siquiera intenta hacer que la carne sea algo diferente a lo que es.
Romanos 8:7-8
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
La carne es irreconciliablemente enemiga de Dios. No se puede cambiar ni mejorar. Se puede disfrazar con simpatía, amabilidad, gentileza, generosidad, cortesía y sigue siendo enemiga y se opone a todo lo que sea de Dios – y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
Ese era el inmenso problema de Nico del cual el no tenia ni idea. Sus estudios, estatus y privilegios no lo prepararon y mucho menos le mostraron que la vida natural del hombre es incapaz de operar en el orden de la vida espiritual.
La vida natural (carne) equipa al ser humano para vivir en la esfera de lo natural. Jesus no le ofreció ningún tipo de esperanza a Nico de que si se esforzaba más o si continuaba estudiando podía lograr un cambio gradual de lo natural a lo espiritual. Tampoco, Jesús le hizo una propuesta para añadirle algunos dones espirituales de modo que reduciendo las tendencias malignas operará en virtudes divinas.
Jesús sabía que no hay ningún proceso para que la carne sea transformada de lo que es, al orden espiritual. La carne no puede ser mejorada, cambiada o utilizada por Dios. No hay nada en ella que Dios pueda aceptar.
Si esto es así; ¿Qué es lo que hace Dios con el pecador que se arrepiente para trasladarlo a la nueva vida en la esfera del Espíritu?
Lo que el hace es que lo dota con una nueva naturaleza que hace posible que pueda ver y entrar a Su Reino y a Su familia de hijos. Al hacerlo participe de su propia naturaleza, implanta en el que ha creído Su propia vida la cual fructificara una vida celestial.
Para vivir la vida de Dios es necesario tener la naturaleza de Dios a través del nuevo nacimiento en el cual Dios implanta Su propia vida en el espíritu del hombre para que habite en él.
2 Pedro 1:4
por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;
1 Juan 3:9
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Para vivir la vida de Dios es necesario tener la naturaleza de Dios a través del nuevo nacimiento en el cual Dios implanta Su propia vida en el espíritu del hombre para que habite en él.
Por causa de esta implantación y participación el creyente en Cristo se convierte en alguien que posee algo que nunca había tenido – la naturaleza de Dios mismo.
La vida eterna del Dios que siempre ha sido, es implantada en lo mas profundo del ser humano y todo su ser es gobernado con la energía divina de una nueva vida. El nuevo nacimiento es la impartición de una nueva naturaleza con facultades celestiales que produce en el hombre una vida totalmente nueva y lo equipa para vivir en una nueva esfera – lo que Pablo le llama, la vida en el Espíritu.
PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DIVINA P.2
I
Cómo Ocurre El Nuevo Nacimiento
Es posible ser un apasionado por las cosas de Dios y no ser un hijo de Dios o un ciudadano en el Reino de Dios. Este fue el caso de Nicodemo. Nadie puede ver o entrar al Reino si primero no nace de nuevo.
Nico no era cualquier persona, Juan lo describe como un “principal entre los judíos” (Juan 3:1)
Jesús fue claro con Nico, porque identificó la verdadera necesidad, su problema no era falta de información, sino que no había recibido la vida de Dios – “el que no naciere de nuevo”.
Imagínate como se tiene que haber sentido Nico. Era obvio que el había venido a Jesús como muchos de nosotros lo hacemos – con ideas y prejuicios formados por lo que ya creemos que sabemos.
Lo sorprendente de todo el intercambio entre ellos es, como una sola declaración de Jesus, sacude toda una formación y aprendizaje rabínico y una tradición religiosa, y expone la ignorancia sobre lo básico del Evangelio en la escuela de Cristo – “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”. (Juan 3:7).
El sentimiento es horrible. En algún momento lo debes haber experimentado. Tú te habías formado una serie de ideas y prejuicios en cuanto a algo o alguien y de repente, lo más básico te revela, que lo que tu habías creído carecía del elemento mas básico. En el caso de Nico, el sabia sobre las cosas de Dios pero no había recibido la vida de Dios.
Es obvio que Jesús quiso alumbrar las tinieblas que estaban en este líder religioso, y se toma el tiempo para enseñarle el “cómo” del nuevo nacimiento.
Juan 3:6
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Juan 3:8
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Jesus quiere que Nico sepa dos cosas indispensables en relación con el nuevo nacimiento.
Dios es el que toma la iniciativa
El nuevo nacimiento es una obra exclusiva de Dios.
1 Juan 3:9
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
Juan 1:12-13
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Consideremos cómo ocurre el nuevo nacimiento.
1. No es por sangre
El nuevo nacimiento (la regeneración), no tiene ninguna conexión con descendencia humana. Es posible heredar tradiciones, ceremonias, ritos y pasar de una generación a otra el conocimiento, pero es imposible recibir naturalmente lo que es implantado por el Espiritu Santo en el espíritu del hombre.
La Vida Eterna no es una herencia que podemos recibir de nuestros padres sino un regalo de Dios.
2. No es por voluntad de la carne
El nuevo nacimiento no esta conectado a la voluntad humana. La voluntad de la carne es hostil contra Dios. Jesus mismo le dijo a los que se oponían – “y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. (Juan 5:40)
Aun cuando la voluntad humana trate o quiera algo de Dios, Pablo dice en el capitulo 5 verso 6 de la epístola a los Romanos, “que es débil”.
Romanos 5:6
Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
Determinarse a cambiar el comportamiento, esforzarse para ser un mejor ser humano, disponerse “a buscar a Dios”, son deseos nobles, pero no constituyen que la persona nació de nuevo.
A menos que la gracia no tome la iniciativa y el Espíritu Santo opere en la voluntad del hombre, el o ella nunca desearán una nueva naturaleza o podrán recibir una.
3. No es por la voluntad del hombre
El nuevo nacimiento no tiene conexión con relaciones humanas. Dios usa la locura de la predicación en la boca de un predicador o maestro de la Palabra, la oración de un padre o una madre por sus hijos, o la exhortación de un amigo para mostrarle a otro su gran necesidad de un salvador.
Pero, ningún esfuerzo departe de ellos puede engendrar en ellos la vida de Dios.
No hay ordenanzas, ritos o ceremonias, administradas por sacerdotes o predicadores que tengan el poder de engendrar vida. Eso es un acto soberano de Dios.
4. Nacido de Dios
El nuevo nacimiento es una obra de Dios. Nadie puede impartir la vida de Dios sino Dios mismo. Para ser hijo de Dios se tiene que recibir la vida de Dios departe de Dios. Esta Vida es implantada por un acto creativo por el Espíritu Santo en el pecador, cuando cree.
Este milagro del nuevo nacimiento rectifica inmediatamente la devastación que causo el pecado en el espíritu humano. El Espíritu Santo comienza su obra de “regeneración” en el que ha creído implantando la vida de Dios en su espíritu.
Efesios 2:1
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Efesios 2:5
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)…
Por causa del nuevo nacimiento, el espíritu del hombre es regenerado (recreado, renacido) y se convierte en la residencia del Espiritu Santo. Desde el espíritu regenerado, el Espíritu Santo opera en la vida del nuevo hijo de Dios para hacer que la vida que le ha sido impartida se haga una realidad en él o ella.
Desde ese momento todo apunta a una sola cosa – “ser transformados a la imagen del Hijo” – y este proceso Pablo dice que esta sucediendo de gloria en gloria.
2 Corintios 3:9
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
En el nuevo nacimiento el Espiritu Santo usa lo divino y lo humano.
Lo divino es la Palabra de Dios.
1 Pedro 1:23
…siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Santiago 1:18
El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
Lo que excede mi capacidad de comprensión es como a Dios le ha placido usar instrumentos humanos para que los que no han nacido de nuevo, renazcan por medio de la palabra de verdad y los que ya han renacido reciban la revelación de esta verdad. ¡Simplemente majestuoso!
1 Corintios 4:15
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.
Gálatas 4:19
Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros…
En la próxima reunión veremos donde fue que el ser humano nació de nuevo. No confundas tu recuerdo histórico de cuando se registró en ti lo que ya era una verdad en Cristo. Nuestra experiencia en un momento determinado de nuestra historia es la evidencia de que algo ya estaba terminado. ¡Glorioso!