¿Apoya Dios la Liberación Femenina?

Por: Luis Antonio Palomino Samudio

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Por generaciones la Desde esta perspectiva No obstante, con la así ordenación de la familia,
mujer ha vivido en el movimiento de llamada Liberación cosa esencial para su
desventaja notable liberación femenina fue Femenina también felicidad. Pueden hablar
respecto al hombre tanto benéfico pues fueron aparecieron antivalores de la elevada esfera de
en la sociedad como en restaurados muchos los cuales no llevaron a la mujer y de sus
muchas religiones. ¿Está valores que habían sido una libertad igualitaria, derechos, y, no obstante,
de acuerdo Dios con tradicionalmente sino a un libertinaje estar ellas mismas muy
esta situación? Antes de hollados por los hombres pervertido que llevó a la por debajo de la esfera
analizar lo que dicen los y la sociedad. Según se destrucción de verdadera” (El Hogar
escritos inspirados al evidencia de los escritos innumerables familias: Cristiano, pág. 74).
respecto, veamos la de Elena White, no está
“En la década de 1960 a Tristemente, hoy día es
manera en que ha sido mal que una mujer
1970… aparecieron los visto con admiración que
tratada la mujer en las desee capacitarse y
anticonceptivos que una mujer esté
distintas sociedades: trabajar como
‘liberaron’ a la mujer de ocupando cargos
profesional:
“La posición de los riesgos y administrativos,
desventaja de la mujer “Se necesitan cocineras responsabilidades de ejecutivos y
era tan evidente que sus competentes, costureras tener hijos. Aumentó gubernamentales por el
derechos eran rebajados y enfermeras. Enseñad a igualmente el número de sólo hecho de ser mujer,
y su posición apenas los pobres a cocinar los divorcios y esto trajo aún cuando haya
llegaba al de un objeto… alimentos, a remendar como consecuencia que abandonado sus
Ella era una “posesión” sus ropas, a atender a acudiera al mercado deberes en el hogar.
del marido. De tal forma los enfermos y a cuidar laboral un número Esta forma de ver las
que no tenía control legal debidamente sus casas” elevado de mujeres” cosas no es más que
sobre su propia persona, (Consejos sobre el (Enciclopedia Encarta, una repetición de la
sus tierras, su dinero o Régimen Alimenticio, “Movimiento feminista”. actitud de Eva en el
sus propios hijos. pág. 549). Microsoft). jardín del Edén:
Además de esto, existía
“En nuestras Estos divorcios vinieron, “Junto a su esposo, Eva
una doble moral, la
instituciones médicas precisamente, a causa había sido
mujer debía ser casta,
siempre debiera haber de que las mujeres perfectamente feliz en su
pura y fiel, pero el
mujeres de edad madura casadas prefirieron hogar edénico; pero, a
hombre no”
y experiencia adecuada descuidar los deberes semejanza de las
(Enciclopedia Encarta,
capaces de dar del hogar y renunciar a inquietas Evas
“Movimiento feminista”.
tratamiento a las tener hijos, sólo por el modernas, se lisonjeaba
Microsoft).
pacientes femeninas. deseo desenfrenado de con ascender a una
Esta situación empezó a Las mujeres debieran mostrarse tan esfera superior a la que
cambiar con la ser educadas y competentes como sus Dios le había designado.
introducción del capacitadas en forma tan esposos en el campo En su afán de subir más
movimiento de cabal como sea posible laboral o administrativo. allá de su posición
Liberación Femenina. La para que puedan atender Esta actitud es original, descendió a un
misma enciclopedia las enfermedades desaprobada con las nivel más bajo”
continúa diciendo: íntimas que afligen a las siguientes palabras: (Patriarcas y Profetas,
mujeres, a fin de que sus págs. 42, 43).
“A finales del siglo XVIII “Las esposas y las
partes íntimas no sean
surge en Europa un madres, no deberían en ¿Y cuál fue esa posición
expuestas ante los
movimiento feminista… ninguna circunstancia original asignada por
hombres” (Consejos
Con la Revolución descuidar a sus esposos Dios a la mujer?
sobre la Salud, pág.
Industrial hay una y a sus hijos” (El
361). “No es bueno que el
transformación de los Ministerio de la Bondad,
hombre esté solo. Le
trabajos manuales “No está en armonía con pág. 172).
haré ayuda idónea para
(realizados desde la las instrucciones dadas
“Muchas mujeres, él” (Génesis 2.18).
antigüedad por las en el Sinaí que los
tenidas por bien
mujeres de forma médicos varones actúen Nótese que Dios no dijo:
educadas y graduadas
gratuita), hacia una como parteros. La Biblia “haré competencia
con honores en alguna
producción masiva habla de que las mujeres idónea para él”. El papel
institución de
mecanizada que permitió eran atendidas por original de la mujer no
enseñanza, son
que las mujeres de las mujeres en ocasión del es, entonces, competir
vergonzosamente
clases bajas trabajaran parto, y así es como con su esposo, sino
ignorantes en cuanto a
en las nuevas fábricas. debiera ser siempre” ayudarlo en su misión.
los deberes prácticos de
Esto supuso el comienzo (Consejos sobre la
la vida. Carecen de las La Biblia revela, sin
de su independencia” Salud, pág. 362).
cualidades necesarias embargo, que la mujer
(Íbid).
para la correcta fue creada como igual al
2
hombre, igual en
dignidad e igual en
derechos:
“Eva fue creada de una
costilla de Adán; este
hecho significa que ella
no debía dominarle
como cabeza, ni
tampoco debía ser
humillada y hollada bajo
sus plantas como un ser
inferior, sino que más
bien debía estar a su
lado como su igual, para
ser amada y protegida
por él” (Patriarcas y
Profetas, pág. 27).
“Cuando Dios creó a
Eva, quiso que no fuese
ni inferior ni superior al
hombre, sino que en
todo fuese su igual. La
santa pareja no debía
tener intereses
independientes; sin
embargo, cada uno
poseía individualidad
para pensar y obrar.
Pero después del
pecado de Eva, como
ella fue la primera en
desobedecer, el Señor le
dijo que Adán dominaría
sobre ella. Debía estar
sujeta a su esposo, y
esto era parte de la
maldición. En muchos
casos, esta maldición ha
hecho muy penosa la
suerte de la mujer, y ha
transformado su vida en
una carga” (Joyas de los
Testimonios, vol. 1, pág.
413).
Ella continúa diciendo
que hoy día, no obstante
la maldición que por
tanto tiempo ha sumido a
las mujeres a una
sujeción arbitraria y mismo se ama. 29Porque
dictatorial por parte de
los hombres, Dios ha
otorgado a la mujer una
verdadera “liberación
femenina” mediante
Cristo:
“Ejerciendo un poder
arbitrario, el hombre ha
abusado en muchos
respectos de la
superioridad que Dios le
dio. La sabiduría infinita
ideó el plan de la
redención que sometió a
la especie humana a una
segunda prueba,
dándole una nueva
oportunidad” (Íd., pág.
414).
“La mujer debe ocupar el
puesto que Dios le
designó originalmente
como igual a su esposo”
(Hogar Cristiano, pág.
206).
La igualdad de la que
habla la Biblia no se
refiere a que el hombre
haya dejado de ser la
cabeza de la familia, sino
que ejercerá su
autoridad no mediante la
imposición, sino
mediante el amor, como
hace Cristo con su
Iglesia:
“22Las casadas estén
sujetas a sus propios
maridos, como al Señor;
23
porque el marido es
cabeza de la mujer, así
como Cristo es cabeza
de la iglesia, la cual es
su cuerpo, y él es su
Salvador. 24Así que,
como la iglesia está
sujeta a Cristo, así
también las casadas lo
estén a sus maridos en
todo. 25Maridos, amad a
vuestras mujeres, así
como Cristo amó a la
iglesia, y se entregó a sí
mismo por ella… 28Así
también los maridos
deben amar a sus
mujeres como a sus
mismos cuerpos. El que
ama a su mujer, a sí
nadie aborreció jamás a
su propia carne, sino que
la sustenta y la cuida”
(Efesios 5:22-29).
De esta manera queda
restaurada la dignidad y
el valor de la mujer y
madre cristiana. El
esposo, a semejanza de
Adán, no buscará
3
imponer su superioridad,
sino con ternura y el
amor de Cristo, se
encargará de darle un
lugar a su lado,
respetándola, amándola
y protegiéndola hasta el
fin de sus días. Esta
igualdad debe también
ser bien entendida por la
mujer quien amará y
respetará a su esposo,
no buscando mostrarse
superior a él sino con
humildad y cariño
aceptarlo como su
“consejero y protector”
(Joyas de los
Testimonios, vol. 1, pág.
106).
La igualdad de la que
habla la Biblia no se
refiere, tampoco, a que
la mujer y el hombre
tengan igualdad de
funciones, pues desde el
mismo principio Dios
asignó tareas
específicas a cada uno
de ellos. A la mujer dijo:
“Multiplicaré en gran
manera los dolores de
tus embarazos. Con
dolor tendrás tus hijos.
Ansiarás a tu esposo, y
él te regirá” (Génesis
3:16).
Y a Adán dijo, también:
“Con el sudor de tu
rostro comerás el pan
hasta que vuelvas a la
tierra de donde fuiste
tomado; pues polvo eres,
y al polvo volverás”
(Génesis 3:19).
Antes de que entrara el
pecado, ya era el plan de
Dios de que la mujer
ayudara a su esposo
(Génesis 2.18), que
tuviera hijos de él
(Génesis 1: 27,28) y que
su marido trabajara
labrando la tierra para su
sustento (Génesis 2:15).
Este plan permaneció
aunque con adición de
dolor y sufrimiento.
Vemos, entonces que,
dentro del matrimonio,
Dios encargó la parte
laboral y la consecución
de los recursos
económicos al hombre,
mientras que el cuidado
del hogar y de los hijos
fue asignado a la mujer.
Elena White lo confirma:
“Si usted pasa por alto
su deber como [1]
esposa y [2] madre, y
extiende las manos para
que el Señor le confíe
otra clase de trabajo,
tenga por seguro que él
no se contradirá; le
señala el deber que
usted debe hacer en
casa” (El Hogar
Cristiano, pág. 220).
Nótese que según este
pasaje el Señor ha
asignado a la mujer una
responsabilidad en casa,
y que esta
responsabilidad se
desarrolla en dos áreas:
en sus deberes como
esposa y en sus deberes
como madre. No
obstante estos deberes
que ella debe hacer “en
casa” abarcan más
territorio del que las
palabras en sí indican:
“La esfera de utilidad
que incumbe a la madre
cristiana no debe quedar
estrechada por su vida
doméstica. La influencia
saludable que ella ejerce
en el círculo familiar
puede hacerla sentir, y
así lo hará, en una
utilidad más amplia
dentro de su vecindario
y en la iglesia de Dios.
El hogar no es una
cárcel para la esposa y
madre consagrada” (El
Hogar Cristiano, pág.
211).
La Biblia describe el
trabajo de la mujer “en
casa” y fuera de ella, con
las siguientes palabras:
“10Mujer virtuosa, ¿quién
la hallará? Porque su
estima sobrepasa
largamente a la de las
piedras preciosas.
13
Busca lana y lino, Y
con voluntad trabaja con
sus manos. 15Se levanta
aun de noche Y da
comida a su familia Y
ración a sus criadas.
19
Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
20
Alarga su mano al
pobre, Y extiende sus
manos al menesteroso.
21
No tiene temor de la
nieve por su familia,
Porque toda su familia
está vestida de ropas
dobles. 24Hace telas, y
vende, Y da cintas al
mercader. 26Abre su boca
con sabiduría, Y la ley de
clemencia está en su
lengua. 27Considera los
caminos de su casa, Y
no come el pan de balde.
28
Se levantan sus hijos y
la llaman
bienaventurada; Y su
marido también la alaba”
(Proverbios 31:10-29).
Elena White añade:
“Es derecho de toda hija
de Eva poseer un
perfecto conocimiento de
los deberes domésticos
y ser enseñada en cada
ramo de sus
ocupaciones. Toda
joven debe estar
educada de tal modo
que si se la llama a
ocupar el puesto de
esposa y madre pueda
presidir como una reina
en sus dominios.
Debiera ser del todo
competente para guiar e
instruir a sus hijos y para
dirigir a sus sirvientes o,
si necesario fuese, suplir
con sus propias manos
las necesidades de su
familia. Tiene el derecho
de comprender el
mecanismo del cuerpo
humano y los principios
de la higiene, lo
referente a la dieta y el
vestido, el trabajo y la
recreación y a un
sinnúmero de otras
cosas que se relacionan
íntimamente con el
bienestar de su familia.
Tiene derecho de
obtener un conocimiento
de los métodos mejores
para el tratamiento de
las enfermedades que le
permita cuidar a sus
hijos cuando estén
enfermos en lugar de
abandonar sus preciosos
tesoros en las manos de
enfermeras y médicos
extraños” (El Hogar
Cristiano, págs. 74, 75).
Respecto a la función de
la mujer como madre,
Pablo afirma:
“Y Adán no fue
engañado, sino que la
mujer, siendo engañada,
incurrió en transgresión.
Pero se salvará
engendrando hijos, si
permaneciere en fe,
amor y santificación, con
modestia” (1 Timoteo
2:14,15).
La frase “engendrando
hijos” utilizada aquí por
el apóstol tiene una
connotación más
abarcante que
simplemente dar a luz,
pues existen muchas
madres que tienen sus
hijos pero los abandonan
porque no los desean.
Evidentemente esta
declaración se refiere al
cuidado maternal diario y
permanente de esos
hijos. Así lo dejan ver
otras traducciones del
mismo pasaje:
“Pero la mujer se salvará
si cumple sus deberes
como madre, y si con
buen juicio se mantiene
en la fe, el amor y la
santidad” (1 Timoteo
2:15, Dios Habla Hoy).
“Con todo se salvará
mediante su misión
maternal, si con
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modestia permanece en
la fe, el amor y la
santidad” (1 Timoteo
2:15, Nueva Reina
Valera).
Esta función maternal
está también por encima
de una carrera y del
trabajo profesional.
Infortunadamente la
liberación femenina ha
distorsionado la misión
de la mujer haciéndole
creer que ella puede
desempeñarse en su
profesión mientras que
sus hijos sean “bien
atendidos” por una
madre sustituta, una
familiar o una empleada
doméstica. Esto es un
gran error, pues las
madres y no otras
personas, han sido
elegidas por Dios para
ser maestras de sus
hijos, especialmente
durante sus primeros
años:
“Los padres deben ser
los únicos maestros de
sus hijos hasta que éstos
lleguen a la edad de
ocho o diez años”
(Consejos para los
Maestros, pág. 78).
“Durante los ocho o diez
primeros años de vida
del niño, el campo o el
jardín constituyen la
mejor aula, la madre, la
mejor maestra, y la
naturaleza el mejor libro
de texto” (La Educación,
pág. 208).
“Enseñadles lecciones
sencillas del libro de la
naturaleza y de las
cosas que los rodean; y
a medida que sus
mentes se expandan
podrán añadirse las
lecciones de los libros, y
grabarse firmemente en
su memoria”
(Conducción del Niño,
pág. 32).
“La madre debe
mantener la mente
fresca y llena con las
promesas y las
bendiciones de la
Palabra de Dios y
también [debe tener en
cuenta] las cosas
prohibidas, para que
cuando sus hijos obren
mal, pueda presentarles
un reproche por medio
de la Palabra de Dios, y
mostrarles cómo están
afligiendo al Espíritu de
Dios” (Conducción del
Niño, pág. 39).
“La primera educación
que los hijos deberían
recibir de su madre en la
infancia es la relativa a
su salud física.
Deberían recibir
solamente alimentos
sencillos, de la calidad
adecuada para
conservar su salud en la
mejor condición, y
deberían tomarlos
únicamente a horas
regulares, no más de
tres veces por día”
(Consejos sobre el
Régimen Alimenticio,
pág. 269).
“Enseñarán a sus hijos a
ser aseados y útiles, a
compartir las cargas del
hogar y a no permitir que
los padres hagan alguna
tarea que ellos pueden
realizar” (Alza tus Ojos,
pág. 31).
El cumplimiento de la
misión maternal abarca
esto y mucho más, por lo
cual Dios la considera
inclusive más importante
aún que la labor que
realiza el hombre y los
mismos ángeles del
cielo:
“Puede muy bien decirse
que los deberes
distintivos de la mujer
son más sagrados y más
santos, que los del
hombre… Al rey en su
trono no incumbe una
obra superior a la de la
madre. Esta es la reina
de su familia. A ella le
toca modelar el carácter
de sus hijos, a fin de que
sean idóneos para la
vida superior e inmortal.
Un ángel no podría pedir
una misión más elevada;
porque mientras realiza
esta obra la madre está
sirviendo a Dios” (Hogar
Cristiano, pág. 206).
“Si se descorriese el velo
y ambos padres
pudieran ver el trabajo
del día como Dios lo ve,
y discernir, cómo su ojo
infinito compara la labor
de ambos, se
asombrarían ante la
revelación celestial. El
padre consideraría sus
labores con más
modestia, mientras que
la madre cobraría nuevo
valor y energía para
proseguir su tarea con
sabiduría, perseverancia
y paciencia. Conocería
entonces su labor.
Mientras que el padre
trató con cosas
perecederas que
pasarán, la madre
contribuyó a desarrollar
mentes y caracteres y
trabajó no sólo para este
tiempo, sino para la
eternidad” (Hogar
Cristiano, pág. 208).
Vemos, entonces, que la
misión más elevada de
la mujer, una vez ha
llegado a ser esposa y
madre, no está en la
industria ni en la oficina,
tampoco está en la
gerencia de grandes
empresas, ni mucho
menos en los cargos
públicos del Estado. Su
misión más importante
está en el hogar.
Dios invita a las mujeres
cristianas a que se
capaciten ahora para la
misión más
extraordinaria de su vida;
el ser esposas y madres.
Estudien todo lo
relacionado con las
labores domésticas, la
cocina saludable, la
fisiología, costura, la
reforma pro-salud,
tratamientos sencillos a
las enfermedades más
comunes de los niños, la
educación cristiana.
Estudien la Biblia con
oración buscando hallar
los principios y consejos
del Señor. Lean,
también, los libros que
tratan específicamente
estos temas tales como:
“El Hogar Cristiano”,
“Conducción del Niño”,
“El Ministerio de
Curación”, “Consejos
sobre el Régimen
Alimenticio” y “La
Educación”. Una vez
logrado este ideal, y si
no tienen impedimentos,
estudien una profesión
que puedan usar para el
beneficio de la causa de
Dios o de su comunidad.
Dios invita a las mujeres
que habiendo cumplido
con su misión maternal,
han quedado libres de
ella a causa de los años,
para que dediquen el
tiempo que les resta a
prepararse y capacitarse
para servir al Señor y a
la humanidad.
Dios llama a las madres
solteras para que
busquen una manera de
reorganizar su vida, sea
a través del matrimonio o
de un trabajo que les
permita velar por sus
hijos en casa.
Dios llama, finalmente, a
las madres que teniendo
un esposo que vele por
ellas, han preferido
trabajar o estudiar, antes
que cuidar y educar
personalmente a sus
niños. Dios las llama
para que, tomadas de su
mano, reorganicen sus
prioridades y tomen el
lugar que Dios les ha
asignado, el cual es de
mayor bendición que
5
todos los títulos y contexto previo de la
honores del mundo.
Mujeres cristianas:
Únanse al plan de Dios,
confíen en él. Él no las
desamparará ni las
dejará, y finalmente
podrán decir con santo
gozo: “Señor, he
cumplido la misión que
me encomendaste,
gracias porque mi
esposo y mis hijos están
conmigo aquí en el cielo
y gracias por haberme
dado el gozo de haber
sido un instrumento para
su salvación”.
Respuestas a como sus esposos, y
objeciones
¿Por qué Elena White
afirma en el libro
Obreros Evangélicos que
la mujer puede trabajar
al mismo tiempo que
deja a sus niños bajo el
cuidado de terceros?
Dice el pasaje en
cuestión:
“Si una mujer confía el
trabajo de su casa a una
ayudante fiel y prudente,
y deja a sus niños bajo
buen cuidado, mientras
ella trabaja en la obra, la
Asociación debe tener
bastante sabiduría para
comprender que es justo
que reciba salario”
(Obreros Evangélicos,
pág. 468).
Este pasaje pareciera
contradecir lo que la
Biblia y el Espíritu de
Profecía enseñan
respecto a la misión de
la esposa y madre. Pero
debe entenderse que la
mujer de la que se está
hablando es la esposa
de un pastor y que está
haciendo un trabajo de
tipo misionero, no por su
propia elección sino por
indicación directa de
Dios. Notemos el
declaración citada:
“El ministro recibe paga
por su trabajo, y así
debe ser. Y si el Señor
da a la esposa… la
carga de trabajar, y ella
dedica su tiempo y
fuerza a visitar las
familias y abrirles las
Escrituras, aunque las
manos de la ordenación
no le hayan sido
impuestas, está
haciendo una obra que
pertenece al ministerio…
Se ha cometido a veces
una injusticia para con
mujeres que trabajan
con tanta consagración
que son reconocidas por
Dios como necesarias
para la obra del
ministerio” (Íbid).
Este fue el caso de la
misma Elena White,
quien al cumplir los 21
años de edad, tuvo que
dejar a su pequeño hijo
Enrique al cuidado de los
hermanos Howland
durante cinco años.
Habían pasado sólo
cuatro años desde el
gran chasco de 1844 y
había gran cantidad de
hermanos dispersos que
necesitaban de la
instrucción especial de la
mensajera escogida del
Señor. Cartas de
diferentes lugares
llegaban solicitando su
presencia pero a causa
del cuidado del niño, su
precaria salud y falta de
dinero, se excusó vez
tras vez contestando que
no le era posible hacerlo.
De manera repentina el
pequeño Enrique
enfermó de gravedad,
casi al punto de morir.
En su desesperación
rogó al Señor que le
salvara la vida, y en
pacto solemne hizo un
voto prometiendo ir junto
con su esposo a
dondequiera que les y el amor de Dios
enviara a predicar. respondo: Sea una
Desde ese momento el misionera en su propia
niño comenzó a mejorar familia… No abandone
y finalmente se recuperó. su puesto del deber por
Pero era imposible llevar ser éste desagradable”
al niño consigo a causa (Testimonios acerca de
de las penalidades del la Conducta Sexual,
clima, de los continuos Adulterio y Divorcio, pág.
viajes de lugar en lugar y 52).
los peligros y cansancio
“Las mujeres que, [1]
inherentes a dichas
haciendo con buena
travesías. Dios les hizo
voluntad lo que sus
ver que era más seguro
manos hallen por hacer,
dejarlo a cargo de los
[2] ayudan con espíritu
hermanos Howland,
alegre a sus esposos, a
quienes estuvieron
llevar sus cargas y [3]
dispuestos a sacrificar su
educan a sus hijos para
propia comodidad, su
Dios, son misioneras en
tiempo y sus recursos
el sentido más elevado”
para permitir que la
(El Hogar Cristiano, pág.
pareja de misioneros
220).
cumplieran con la
urgente tarea que el ---------------------------------
Señor les había ---------------------------------
encomendado. La fe del ---------
naciente pueblo
Estudios de la Biblia y
remanente fue
de los escritos de Elena
fortalecida y muchos
White.
recibieron el mensaje del
tercer ángel. Cinco años Copyright 2005, por el
después pudo volver a ministerio Evangelio
tener a Enrique consigo Eterno.
y agradeció a Dios por www.estudiosadventistas
ello (Testimonios para la .org
Iglesia, vol. 1, págs. 82-
87, 96). Descargue gratuitamente
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No está de más repetir su hogar en formato
que en este y otros digital desde
casos similares, es Dios www.hogarysalud.com
mismo quien debe
colocar la carga del
trabajo misionero sobre
la esposa del ministro y
no debe ella asumir
dicho trabajo sin
necesidad.
Elena White respondió lo
siguiente a una madre
que deseaba librarse de
sus cargas como esposa
y madre con el pretexto
de hacer obra misionera:
“Me siento apenada
cuando recibo cartas de
madres que me
preguntan: "¿Será que
debo dejar a mis hijos
para realizar obra
misionera?" En el temor
6