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Reforma protestante en España

La historia de la Reforma protestante en España se remonta al siglo XVI, cuando varios


creyentes españoles se sintieron plenamente de acuerdo con los planteamientos de la Reforma
protestante iniciada por Martín Lutero en Alemania. Grupos destacados de entre estos creyentes
fueron los de Valladolid (afines al luteranismo) y Sevilla (inicialmente favorables al calvinismo).
Del grupo sevillano participaron los monjes jerónimos del Monasterio de San Isidoro del Campo.

En sus inicios, el protestantismo español se extendió principalmente entre la clase noble y culta,
debido a su relación con el humanismo y la lectura de la Biblia. Como testimonio de este periodo,
están nombres insignes como el de Juan de Valdés, Francisco de Enzinas y de los monjes
Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera y Antonio del Corro. A Casiodoro de Reina y Cipriano de
Valera les debemos la primera traducción de la Biblia al castellano.1 ​

Sin embargo, la Reforma protestante en España no arraigó debido a la implacable persecución a


la que fueron sometidos los luteranos por la Inquisición española, lo que obligó a los que
pudieron escapar a refugiarse en estados protestantes o más tolerantes. Henry Kamen destaca
que «España era el único país europeo que contaba con una institución nacional dedicada a
Biblia del Oso, primera traducción
erradicar la herejía».2 ​ Pero también existieron otras razones, como las que señala Joseph Pérez:
completa de la Biblia al castellano
«España estaba alejada del epicentro de la revolución religiosa; las reformas introducidas en la obra del protestante español
disciplina eclesiástica y en las órdenes religiosas en los primeros años del siglo XVI, aunque Casiodoro de Reina, publicada en
limitadas, habían contribuido a corregir ciertos abusos; por último, las inquietudes religiosas 1569, y que será revisada por
habían adoptado en la península Ibérica una forma original. En España es más fuerte la tentación Cipriano de Valera en 1602,
del iluminismo que la del luteranismo o del calvinismo». Henry Kamen apunta otra más: convirtiéndose a partir de entonces
en la edición canónica de la Biblia
«España no había experimentado desde el comienzo de la Edad Media ni una sola herejía que
para todos los protestantes de habla
triunfara a nivel popular. Todas las luchas ideológicas desde la Reconquista se habían dirigido española, por lo que probablemente
contra las religiones minoritarias, el judaísmo y el islam. En consecuencia, no había habido sea el libro escrito en castellano con
herejías autóctonas, al estilo de la de John Wycliff en Inglaterra, sobre las que pudieran enraizar mayor número de ejemplares de la
las ideas luteranas».2 ​ historia.

Índice
Antecedentes
Albigenses y Valdenses
Los erasmistas
Los alumbrados
La persecución de los primeros protestantes
Los grupos luteranos de Valladolid y de Sevilla
El grupo de Valladolid Monasterio de San Isidoro del
El grupo de Sevilla Campo, Sevilla, uno de los
La represión de la Inquisición principales focos de la Reforma
protestante en España.
El fin del protestantismo en la Monarquía Hispánica
El resurgimiento del protestantismo. Desde principios del S.XIX hasta la actualidad
Siglo XIX y principios del S.XX
Persecución franquista durante la Guerra Civil Española y el Franquismo
El protestantismo en la democracia
Principales Iglesias protestantes en la actualidad
La Iglesia Evangélica Española
La Iglesia Española Reformada Episcopal
Unión Evangélica Bautista Española
Pentecostalismo en España
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Antecedentes

Albigenses y Valdenses
Alfonso Torres de Castilla, en su libro de Historia de las Persecuciones Políticas y Religiosas
ocurridas en Europa, hace mención a diferentes movimientos de reforma, anteriores a la
denominada «Reforma protestante», que presentan afinidades con la estructura básica del
protestantismo actual. «Antes de que apareciera en Alemania la famosa herejía de Lutero... en
España como fuera de ella el origen de las herejías fue casi siempre la crítica más o menos severa
de la conducta del clero y el deseo de reformar sus costumbres, restaurando la pureza que
atribuye la tradición a las bases de los dos primeros siglos del cristianismo».1 ​

No obstante, no debe pensarse que la Reforma protestante se inicia en el siglo XVI. Han sido
muchas las voces, los movimientos y las vivencias que han mostrado su disidencia de la ortodoxia
católica y han abogado por la vuelta a los principios del cristianismo primitivo. Aunque los brotes
de protesta fueron perseguidos, merece la pena citar dentro de España a los movimientos
albigenses del siglo XII y valdenses del siglo XIII, aunque este último perdura en la actualidad,
sobre todo en Italia.1 ​

Los erasmistas
Buena parte de los humanistas españoles fueron seguidores de Erasmo de Rotterdam y Estatua de Pedro Valdo en el
encontraron el apoyo de la corte de Carlos V e incluso de parte de la jerarquía eclesiástica, como Memorial de Lutero. Worms,
Alemania
el arzobispo de Toledo Alonso de Fonseca y Ulloa, y del inquisidor general Alonso Manrique,
ambos erasmistas. Así el Enchiridion de Erasmo, cuya traducción al castellano se publicó en 1526,
fue acogido con gran entusiasmo, así como el resto de sus obras, y varios humanistas, entre los que destacó Juan de Vergara, viajaron a los
Países Bajos para estudiar con él.3 ​
Según Joseph Pérez, además de su reputación de humanista, son las ideas religiosas de Erasmo lo que atrae a la élite intelectual española.
«Frente a Roma, Erasmo afirma la necesidad y la urgencia de una reforma de la Iglesia y de la religión, a la que hay que despojar de sus
aspectos dogmáticos y formalistas: el exceso de especulaciones teológicas y una práctica rutinaria que está en el límite de la superstición.
Erasmo defiende un retorno al Evangelio, a una religión espiritual y a un culto interior. Frente a Lutero, sale en defensa del libre arbitrio y se
esfuerza por preservar la unidad del mundo cristiano. Su ideal sería una reconciliación irenista sin vencedores ni vencidos, que aseguraría la
reforma necesaria de la Iglesia evitando el cisma».4 ​

Sin embargo, los métodos de exégesis de Erasmo y sus ideas religiosas, que algunos consideraban próximas a las de Lutero, eran objeto de
críticas por parte de amplios sectores eruditos y eclesiásticos.5 ​ Cuando en 1529 Manrique dejó de ser inquisidor general y el emperador
Carlos V marchó a Italia llevando consigo a los principales erasmistas, los conservadores aprovecharon su oportunidad. El primero en ser
detenido por la Inquisición fue Diego de Uceda, chambelán de un alto cargo de la Orden de Calatrava. Fue torturado y condenado, abjurando
de sus «errores» en el auto de fe celebrado en Toledo el 22 de julio de 1529.6 ​

Mucho mayor impacto tuvo el proceso contra Juan de Vergara. Fue detenido en 1530 y
condenado, acusado de «luteranismo» entre otras alegaciones —también de iluminismo como su
hermano Bernardino Tovar—.7 ​ Como Uceda, abjuró de sus «errores» en un auto de fe celebrado
en Toledo en 1535 y pagó una gravosa multa de 1500 ducados, siendo confinado en un monasterio
durante los dos años siguientes —aunque a su salida pudo recobrar sus antiguos puestos—. En
1533 Alonso de Virués, benedictino y predicador de Carlos V, fue detenido y confinado en una
prisión de la Inquisición de Sevilla durante cuatro años. En 1537 se vio obligado a abjurar de sus
«errores», siendo recluido en un monasterio, pero Carlos V intervino ante el papa y consiguió que
éste anulara la sentencia.8 ​

En 1530 Juan de Valdés —del que Joseph Pérez afirma que en realidad era un alumbrado y que
usó de pantalla el erasmismo—9 ​ huyó a Italia justo a tiempo para poder evitar su detención por
la Inquisición a causa del estudio teológico que había publicado el año anterior Diálogo de la
doctrina cristiana y en el que se recogían algunos escritos de Lutero, sin mencionarlo. No tuvo la
misma suerte el también erasmista Pedro de Lerma, que fue detenido y encarcelado, siendo
obligado a abjurar de sus «errores» en todas las ciudades donde había predicado. Lerma huyó a
París, recuperando el puesto de decano de la Sorbona. Su sobrino Francisco de Enzinas será uno
de los más destacados luteranos europeos.10 ​ Diálogo de la Doctrina christiana
(1529) de Juan de Valdés.
A finales de 1533 Rodrigo Manrique, hijo del antiguo inquisidor general, escribió desde París al
erasmista Juan Luis Vives en Brujas —donde se había refugiado huyendo de la Inquisición por ser
judeoconverso—, sobre el encarcelamiento de Juan de Vergara:11 ​

Dices muy bien: nuestro país es una tierra de envidia y soberbia; y puedes agregar: de barbarie. Pues, de hoy en más,
queda fuera de duda que nadie podrá poseer allá cierta cultura sin hallarse lleno de herejías, de errores, de taras
judaicas. Así se ha impuesto silencio a los doctos; en cuanto a los que corrían al llamado de la ciencia, se les ha
inspirado, como tú dices, un gran terror. En Alcalá se trata de extirpar completamente el estudio del griego

Los alumbrados
La versión más radical del método místico del «recogimiento» —la unión del alma con Dios—
propugnado por los franciscanos, y que fue condenada por la propia orden mendicante, resaltaba
la unión pasiva del alma con Dios, por lo que era conocida con el nombre de «dejamiento» y a sus
seguidores como «dejados» o «alumbrados». Algunos nobles protegieron a estos grupos que
buscaban una religión interior más auténtica.<12 ​

Según Joseph Pérez, los alumbrados o iluministas, «preconizan un abandono sin control a la
inspiración divina y una interpretación libre de los textos evangélicos. Los alumbrados afirman
que actúan movidos únicamente por el amor de Dios y que de él procede su inspiración; carecen
de voluntad propia: es Dios el que dicta su conducta; de ello se sigue que no pueden pecar. Los Palacio de los duques del Infantado,
alumbrados rechazan la autoridad de la Iglesia, su jerarquía y sus dogmas, así como las formas de Guadalajara.

piedad tradicional que consideran ataduras: prácticas religiosas (devociones, obras de


misericordia y de caridad), sacramentos…».4 ​

La Inquisición sospechó que había elementos heréticos en la doctrina de los alumbrados e inició una investigación que llevó a la detención de
sus principales cabecillas —la beata Isabel de la Cruz y Pedro Ruiz de Alcaraz del grupo de Guadalajara fueron encarcelados en abril de 1524 y
sentenciados en un auto de fe de julio de 1529— y a la promulgación por el inquisidor general, el erasmista Manrique, de un «edicto sobre
alumbrados» en septiembre de 1525, que incluía una lista de 48 proposiciones consideradas heréticas. En 1529 fue detenida la beata Francisca
Hernández, líder del grupo de alumbrados de Valladolid, y poco después uno de sus principales seguidores, el predicador franciscano
Francisco de Ortiz. La beata incriminó a partidarios suyos acusándolos de «luteranos». Este fue el caso de Bernardino Tovar, hermano del
erasmista Juan de Vergara, y de María de Cazalla, que fue torturada bajo la acusación de luteranismo y de iluminismo.13 ​ Otro de los
denunciados por la beata Francisca Hernández por «luteranismo» fue el impresor de la Universidad de Alcalá, Miguel de Eguía, pero fue
absuelto en 1533 tras pasar más de dos años en la cárcel de la Inquisición en Valladolid.14 ​

La persecución de los primeros protestantes


La primera noticia sobre el protestantismo en España data de 1521 cuando las autoridades creyeron tener conocimiento de que iban a ser
introducidas clandestinamente obras traducidas e impresas de Martin Lutero por judeoconversos refugiados en los Países Bajos. En 1523 fue
condenado y ejecutado en Palma de Mallorca un supuesto luterano de origen manchego, pero como se duda de que realmente lo fuera, se
considera que la primera actuación de la Inquisición española contra un protestante tuvo lugar en Valencia en 1524 cuando fue condenado a
muerte un comerciante alemán, Micer Blay, por haber importado libros sospechosos —inmediatamente se pusieron bajo vigilancia las
librerías e imprentas—. Ese mismo año se descubren en las bodegas de un barco flamenco llegado a San Sebastián dos toneles llenos de libros
luteranos que son inmediatamente quemados en la playa. En 1525 son detenidos unos barcos venecianos en las costas del Reino de Granada
que llevaban una carga de libros «heréticos». En 1531 en un proceso de la Inquisición se menciona a un vendedor ambulante que llevaba esa
clase de libros. En 1535 un relojero francés de Toledo es apresado por la Inquisición acusado de «luterano». En 1539 seis marineros ingleses
son detenidos en San Sebastián por la Inquisición y condenados a pagar pequeñas multas porque en una trifulca dijeron que la religión de su
país era superior a la católica. Uno de ellos va a prisión y logra evadirse, pero tras ser capturado de nuevo es quemado en Bilbao el 25 de mayo
de 1539. Así pues, casi todos los detenidos acusados de ser «luteranos» eran extranjeros.15 ​

Se considera a Francisco de Encinas el primer luterano auténtico de la Monarquía Hispánica. Pertenecía a una rica familia de comerciantes
burgaleses lo que le permitió viajar y estudiar en Lovaina y en Wittenberg, donde conoció las doctrinas de Calvino y de Lutero. En 1540-1541
publica en Amberes una Breve y compendiosa institución de la religión cristiana, bajo el seudónimo de Francisco de Elao —Elao significa
encina en hebreo—, que en realidad era una traducción del Catecismo de Calvino y del Tratado de la libertad cristiana de Lutero. En 1543
traduce el Nuevo Testamento directamente de la versión griega de Erasmo de Róterdam. Encinas, como el aragonés Miguel Servet, no regresó
a España para no ser víctima de la Inquisición, como le sucedió a Francisco de San Román, que se
había convertido al luteranismo en un viaje de negocios a Amberes y que fue condenado y
ejecutado en 1542. San Román suele ser considerado como el primer mártir de la Reforma
protestante en España.16 ​ Por otro lado, Encinas es autor de la primera obra publicada contra la
Inquisición española. Se trata de De statu Belgico, deque religione Hispania, Historia Francisco
Enzinas Burgensis, compuesta en 1545 e impresa en Estrasburgo en traducción francesa en
1558.17 ​

Los grupos luteranos de Valladolid y de


Sevilla

El grupo de Valladolid
Su fundador fue un italiano, Carlos de Seso, corregidor de la ciudad de Toro, que se había
convertido al protestantismo después de leer a Juan de Valdés. En torno a él se formó un grupo
integrado por unas cincuenta y cinco personas, la mayoría de ellas nobles o conversos, entre las
que destacaba el doctor Agustín de Cazalla, canónigo de Salamanca y antiguo capellán y
predicador de Carlos V, y cuya familia también había abrazado la fe protestante —uno de los
Portada del Nuevo Testamento
miembros de la familia, María de Cazalla, había sido condenada por la Inquisición por
traducido por Francisco de Enzinas y
alumbrada—. También formaban parte del grupo miembros de la nobleza cristiana vieja, como publicado en Amberes en 1543.
fray Domingo de Rojas, hijo del marqués de Poza, o Ana Enríquez, hija de la marquesa de Aparece la dedicatoria a Carlos V.
Alcañices, a la que dijo «que no había más que dos sacramentos, que eran el bautismo y la
comunión, y que esto de la comunión no estaba Cristo de la parte que acá tenían… y que lo peor
de todo era decir misa, porque sacrificaban a Cristo y ya estaba sacrificado una vez».18 19
​ ​

El grupo de Sevilla
En 1552 la Inquisición confiscó en Sevilla cerca de 450 biblias impresas en el extranjero.2 ​ Ese
mismo año comparece en un auto de fe el predicador de la catedral Juan Gil, conocido como
Egidio, que había sido detenido por la Inquisición en 1549, a causa, según Joseph Pérez, de «la
libertad con que se expresa [que] choca con los tradicionalistas. Gil ironiza desde el púlpito acerca
de las prácticas religiosas de las masas y de las estructuras eclesiásticas; critica ciertas formas de
ascetismo; recomienda volver en todo a Jesucristo. No hay nada en estas propuestas que sea
claramente luterano, al menos a primera vista».7 ​ Henry Kamen achaca esta detención al clima
represivo creado por el nuevo arzobispo de Sevilla e inquisidor general Fernando Valdés, «un
hombre ambicioso e implacable que veía herejías por doquier». Por eso se opone al
nombramiento de Constantino Ponce de la Fuente, un humanista de Alcalá y converso que había
sido capellán de Carlos V, como predicador de la catedral, quien acaba siendo detenido por la
Inquisición, muriendo en sus calabozos dos años más tarde. Según Kamen ni Constantino ni
Egidio «pueden considerarse luteranos». «Eran humanistas que creían en una intensa vida
espiritual y ninguna de sus opiniones era explícitamente herética».20 ​ Sin embargo, después de
descubrirse el grupo luterano de Sevilla fueron quemados en efigie, porque ya habían muerto, en
Casiodoro de Reina, protestante
el auto de fe de diciembre de 1560, por ser luteranos.21 ​ Además, John Fox en su libro Book of español, autor de la primera
Martyrs [protestantes] afirmó que el doctor Gil y Constantino Ponce fueron «los primeros que traducción de la Biblia al castellano,
casi al mismo tiempo descubrieron las tinieblas de España».17 ​ la Biblia del Oso..

Pero en Sevilla sí que existía un grupo de protestantes, compuesto por unas 120 personas, y que
giraba alrededor del convento de los jerónimos de Santa Paula y en el monasterio de San Isidoro del Campo. Del grupo formaban parte
Cipriano de Valera, Casiodoro de Reina, Juan Pérez de Pineda y Antonio del Corro que huyeron antes de ser descubiertos, convirtiéndose en
personajes muy importantes en la Reforma protestante europea.20 ​ En principio estos monjes jerónimos, grandes lectores de Lutero y de
Melanchton, se instalaron en Ginebra.22 ​

La represión de la Inquisición
El grupo sevillano es descubierto en 1557 cuando Juan Ponce de León, heredero del condado de
Bailén, es detenido junto con otros cuando intentaban introducir libros impresos en Ginebra. Poco
después fue descubierto el grupo de Valladolid, y toda la familia Cazalla es detenida. Según Kamen,
el inquisidor Valdés «puso en marcha una represión durísima con la intención de exagerar la
amenaza protestante y recuperar el favor perdido en la corte». Ante la ausencia del rey Felipe II,
que se encuentra en los Países Bajos, Valdés escribe a Carlos V, retirado en el monasterio de Yuste,
informándole de lo sucedido y de que hay personas importantes implicadas, justificando el uso de
la fuerza pues «ay gran sospecha que podrían suceder mayores daños si se usase contra ellos de la
benignidad que se ha usado en el Sancto Oficio con los convertidos de la ley de Moisén y de la secta
de Mahoma, que comúnmente han sido gente baxa». Carlos V, según Kamen, «vio con horror
cómo en España surgía la misma amenaza que había dividido Alemania» y se decantó por la
represión implacable.23 ​ Así se lo recomendó a su hija Juana de Austria, que actuaba como
regente, en ausencia de Felipe II, en una carta que le envió el 25 de mayo de 1558:24 ​

Pero creed, hija, que este negocio me ha puesto y tiene en tan gran cuidado y dado
El inquisidor general Fernando de
tanta pena que no os lo podría significar, viendo que mientras el Rey y yo havemos Valdés y Salas.
estado ausentes de estos Reynos han estado en tanta quietud y libres de esta
desventura, y que agora que he venido a retirarme y descansar a ellos y servir a nuestro
señor, suceda en mi presencia y la vuestra una tan gran desvergüença y bellaquería, y incurrido en ello semejantes
personas, sabiendo que sobre ello he sufrido y padecido en Alemania tantos trabajos y gastos… Y assí conviene que
como este negocio importa más al servicio de nuestro señor, bien y conservación de estos Reynos, que todos los
demás… es necesario poner mayor diligencia y esfuerço en el breve remedio y ejemplar castigo; […] assí se deve mirar
si se puede proceder contra ellos como contra sediciosos, escandalosos, alborotadores e inquietadores de la república,
y que tenían fin de incurrir en caso de rebelión por que no se puedan prevaler de la misericordia… [y que] ipso facto
fuesen quemados y confiscada su hazienda

Según Henry Kamen, «esta carta señala realmente un punto de inflexión en España. A partir de entonces, debido a los temores de Carlos y la
política establecida por el inquisidor Valdés, la heterodoxia fue considerada una amenaza al estado y a la religión establecida».25 ​ De la misma
forma interpreta la carta Joseph Pérez, en la que el emperador insta a su hija Juana a «tratar a los acusados no como herejes, sino como
rebeldes que atentan contra la seguridad del Estado».19 ​
El primer auto de fe se celebró en Valladolid el 29 de mayo de 1559 con asistencia
de la regente doña Juana de Austria. Catorce de los treinta acusados fueron
quemados, arrepintiéndose de su conversión al luteranismo —entre ellos Agustín
Cazalla, su hermano Francisco Vivero, cura de una parroquia de la diócesis de
Zamora, y su hermana Beatriz de Vivero; la madre, Leonor de Vivero, fallecida, es
quemada en efigie: sus huesos son desenterrados con tal propósito—. El único que
fue quemado vivo, porque no se arrepintió, fue el licenciado Francisco Herrero de
Toro —según Joseph Pérez su nombre era Antonio Herreruelo—.19 ​ Al segundo
auto de fe celebrado en Valladolid el 8 de octubre, asistió el rey Felipe II recién
Grabado que representa la quema de los llegado de los Países Bajos. En él veintiséis personas fueron condenadas por ser
condenados en el auto de fe de Valladolid del 29 protestantes y de éstas doce fueron quemadas en la hoguera (entre ellas cuatro
de mayo de 1559
monjas). En esta ocasión fue otro acusado y Carlos de Seso los que no se
arrepintieron por lo que fueron quemados vivos —Seso hizo una profesión de su fe:
«… en solo Jesucristo espero, en solo Él confío y a Él adoro, y puesta mi indigna mano en su sacratísimo costado, voy por el valor de su sangre
a gozar de las promesas hechas a sus escogidos»—.21 ​

Dos semanas antes se había celebrado el primer auto de fe en Sevilla. El 24 de septiembre de 1559 fueron condenadas setenta y seis personas,
de las que dieciocho fueron quemadas —una fue quemada viva porque no se arrepintió y se mantuvo firme en su fe—.19 ​ El siguiente se
celebró el 22 de diciembre de 1560, en el que de los cincuenta y cuatro condenados, catorce fueron quemados —entre ellos dos marineros
ingleses y una madre y sus tres jóvenes hijas—, más tres en efigie, entre ellos Egidio y Constantino. En 1562 se celebraron dos autos de fe más,
en abril y en octubre, en los que fueron condenadas ochenta y ocho personas por protestantismo, dieciocho de las cuales fueron quemadas en
la hoguera.21 ​ En uno de ellos son exhumados los restos del predicador Juan Gil para quemarlos.17 ​

En este contexto de persecución de los luteranos tuvo lugar la detención el 22 de agosto de 1559
por orden del inquisidor general Valdés del arzobispo de Toledo Bartolomé de Carranza, cabeza
de la Iglesia de la Monarquía Hispánica, lo que tendrá un enorme impacto en el orbe católico. El
arzobispo ha sido denunciado por alguno de los luteranos del grupo de Valladolid, como el
corregidor Carlos de Seso, que declara haber hablado largamente con él sobre el purgatorio, sin
que Carranza lo hubiera denunciado, lo que lo convertía en encubridor del luteranismo. Además
su Catecismo, publicado en Amberes en 1558, es examinado por un grupo de teólogos y obispos
que encuentran en él proposiciones heréticas, así como en uno de los sermones pronunciados en
el verano de 1558 en el que había denunciado que por miedo a ser considerado un luterano o un
alumbrado nadie se atrevía a hablar abiertamente de ciertos temas y en el que además había
defendido la oración mental, como preconizaban los alumbrados. El proceso Carranza se
convierte en un asunto de Estado y provoca el enfrentamiento entre el rey Felipe II y el papa, que
pide que Carranza sea trasladado a Roma para ser juzgado allí al tratarse de un obispo. Tras
nueve años en la cárcel de la Inquisición el rey cede y permite que el arzobispo se traslade a
Roma, donde es encarcelado y juzgado. El veredicto final se pronuncia en 1576 en el que se le
condena a una pena muy leve. «Tras haber pasado diecisiete años en la cárcel, Carranza es puesto
en libertad; muere unas semanas más tarde».26 ​

Al año siguiente de ser detenido Carranza, fue quemado un sacerdote en Toledo acusado de haber
El arzobispo de Toledo Bartolomé de
puesto en septiembre de 1559 pasquines por las casas y hasta en la catedral en los que se atacaba Carranza.
a la Iglesia católica por no ser «la iglesia de Jesu Christo sino la iglesia del demonio y del
Anticristo su hijo, el papa anticristo».27 ​

En los años 60 del siglo XVI continuó la caza de «luteranos» por la Inquisición, «que logró hacer caer en sus redes a miles de españoles que
un momento de descuido habían hecho algún elogio de Lutero o pronunciado manifestaciones anticlericales».

El fin del protestantismo en la Monarquía Hispánica


Como ha señalado Henry Kamen, tras los autos de fe de Valladolid y de Sevilla de 1559-1562, el «protestantismo autóctono quedó
prácticamente extinguido en España» y además «gran parte de los que podrían haber sido los reformadores españoles habían emigrado al
extranjero».28 ​ Joseph Pérez también piensa que la persecución de los años 1559-1560 «consiguió la derrota definitiva del protestantismo en
la Península. Después de 1560, se siguen introduciendo libros en España, sobre todo calvinistas, pero los escasos protestantes que
comparecen ante la Inquisición son extranjeros —franceses, ingleses, alemanes…—, instalados de forma permanente en España, o bien
comerciantes o marineros de paso».22 ​

Pérez apunta además que otra de las consecuencias de los autos de fe de Valladolid y Sevilla fue que a partir entonces los protestantes
europeos comenzaron las campañas contra la Inquisición española, aunque advierte de la paradoja que supone este hecho: «Los miles de
judaizantes ejecutados a finales del siglo XV no habían conseguido conmover una Europa intelectual predispuesta al antisemitismo. Las
decenas de luteranos quemados en 1559 suscitan un movimiento de simpatía y de solidaridad por parte de sus correligionarios; comienzan a
aparecer en la Europa del norte panfletos contra la Inquisición española, firmados a menudo por protestantes españoles que habían huido de
su país». El libro más famoso contra la Inquisición española es el Sanctae Inquisitionis Hispaniae Artes (Heidelberg, 1567) escrito por un
misterioso Reginaldus Gonsalvius Montanus, que dice ser miembro del grupo de luteranos de Sevilla. El libro fue traducido al año siguiente al
francés y al inglés, y más tarde al holandés y al alemán.29 ​

El resurgimiento del protestantismo. Desde principios del S.XIX


hasta la actualidad

Siglo XIX y principios del S.XX


A finales del siglo XVIII y principios del XIX se da una fuerte expansión de las misiones protestantes, favorecida por la revolución industrial
naciente, que alcanza nuestro país. Diversas comunidades protestantes aparecen desde la primera mitad del siglo XIX, en un principio en la
clandestinidad, hasta el establecimiento en 1868 de la libertad de culto, con la Revolución Gloriosa.

A partir de este momento, el protestantismo experimenta un importante crecimiento en España, que llegará a contar con 30 000 fieles al
comienzo de la Guerra Civil Española.

Persecución franquista durante la Guerra Civil Española y el Franquismo


Durante el franquismo el protestantismo es perseguido y marginalizado y la libertad de conciencia suprimida.

Durante la Guerra Civil Española, el régimen franquista persiguió a los 30 000 Protestantes españoles y obligó a muchos pastores a
abandonar el país. Una vez acabada la guerra, se confiscaron las traducciones no-católicas de la Biblia y se cerraron las escuelas Protestantes.
Al acabar la guerra se suprime la libertad de conciencia y el franquismo intenta borrar la memoria histórica del protestantismo español.
Aunque en el Fuero de los Españoles de 1945 se permitió la práctica privada, el protestantismo sufrió una situación de discriminación legal y
los servicios Protestantes siguieron estando prohibidos en público, hasta el extremo de no poderse realizar en edificios que estuvieran
identificados exteriormente como lugares de culto.1 ​

El protestantismo en la democracia
En la actualidad, la Constitución de 1978 y la Ley de Libertad Religiosa de 1980 garantizan la libertad de conciencia y la libertad religiosa o
libertad de culto. Desde 1984, el protestantismo goza de notorio arraigo. El número de protestantes en España se ha recuperado y a día de hoy
sería la segunda confesión religiosa en España por presencia y por relevancia social.30 ​ Según el censo INE 2008 en España el número de
protestantes alcanza el 1 200 000 fieles, de los cuales 400 000 son españoles de origen y 800 000 son protestantes comunitarios y
extracomunitarios.31 ​ Según cálculos aproximados de la FEREDE, en 2011 el número de protestantes en España habría ascendido a
1 500 000.

Las distintas Iglesias protestantes españolas se encuentran asociadas en la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España.

Principales Iglesias protestantes en la actualidad

La Iglesia Evangélica Española


.

A principios del S.XIX van surgiendo en España pequeñas congregaciones de diferentes


tradiciones protestantes tomadas de misiones extranjeras (reformadas, presbiterianas, luteranas,
metodistas, congregacionalistas), que van a experimentar un crecimiento a partir de 1868, con el
triunfo de la Revolución Liberal. El núcleo original lo forman congregaciones nacidas en medio de
la intolerancia y en la clandestinidad, fundadas como fruto de la labor y el ministerio de pastores
tales como Antonio Vallespinosa (1833-1897), el catalán Francisco de Paula Ruet (1826-1878), el
andaluz Manuel Matamoros (1834-1866), el alicantino Juan Bautista Cabrera (1837-1916), el Iglesia de Cristo Madrid. Templo de
catalán Francisco Albricias (1856-1934), todos ellos conocieron persecución y exilio, en Gibraltar la Iglesia Evangélica Española en
y en otros países europeos, recibiendo en ellos la formación teológica que les capacitó para el Madrid.
desarrollo de su misión y ministerio.

En 1869 se reúne en Sevilla una asamblea general formada por delegados de distintas
congregaciones entonces existentes en el territorio español y crean la Iglesia Reformada
Española, que en 1872 adopta el sistema presbiteriano tomando el nombre de Iglesia Cristiana
Española.

Federico Fliedner, primer misionero alemán que viene a España, llega en el año 1869, apoyado
por la Obra de las Diaconisas de Kaiserswerth, fundada por su padre, Teodoro Fliedner, en 1828.
Con la creación de escuelas, centros de atención a los más necesitados, librerías, Fliedner es el
fundador de una obra social vinculada a la Iglesia Evangélica Española. La Fundación que hoy
Exterior Templo de Noviciado
lleva su nombre, fiel a su talante, desarrolla su misión de enseñanza, de formación teológica,
acción social y cultural al servicio del protestantismo español en particular y la sociedad española
en general.

En 1886 se celebra en Madrid la X Asamblea de la Iglesia Cristiana Española formada por


representantes de sus comunidades en Madrid, Sevilla, Córdoba, Granada, Jerez, Isla de San
Fernando, Málaga, Reus, Camuñas, Mocejón, Cartagena, Cádiz y Huelva, y las misiones de Utrera
y Villafranca de Córdoba, todas ellas de tradición presbiteriana. La Unión Ibero-Evangélica, que
agrupaba congregaciones de tipo congregacionalista en Santander, Bilbao, San Sebastián,
Logroño, Pradejón y Zaragoza, con varias misiones, decidió unirse a la Iglesia Cristiana Española
que, con este motivo, cambió provisionalmente su nombre por el de Iglesia Evangélica Española,
Interior del Templo de Noviciado
adoptando también provisionalmente como bases la confesión de fe y la disciplina de la Iglesia
Cristiana Española. Este grupo de congregaciones, constituido a partir del ministerio desarrollado
por los hermanos Thomas Gulick y William Gulick estaban sostenidos por la American Board, de tradición congregacionalista. A estas
congregaciones se unieron las comunidades que surgieron como resultado de la Misión del Alto Aragón, desarrollada por el pastor francés
Albert Cadier entre 1906 y 1911. En 1901, Alice Gordon Gulick funda el Instituto Internacional, en Madrid, institución dedicada a la
promoción de la educación y la emancipación social de la mujer. Dicho instituto se desarrolló paralelamente a la Institución Libre de
Enseñanza (1876) que propugnaba la libertad de cátedra y una enseñanza no sometida a los dogmas oficiales en religión, política o moral.

En 1955 la Iglesia Metodista Española decide unirse a la Iglesia Evangélica Española, para lo cual el Sínodo de 1954 aprueba una versión
revisada de su Confesión de fe y de su reglamento. La Iglesia Metodista aporta a la iglesia unida sus comunidades en Cataluña y en las Islas
Baleares. La Iglesia Metodista había llegado a Cataluña y Baleares en 1869, creando su primera comunidad el 1 de septiembre de 1871. Fueron
misioneros ingleses los que realizaron los primeros trabajos de evangelización. Cabe destacar a William T. Brown, fundador de las primeras
escuelas y comunidades entre 1869 y 1874, y los reverendos Franklin G. Smith entre 1888 y 1916, y William Lord entre 1916 y 1924; pero muy
pronto fueron seguidos por obreros españoles que establecieron nuevas escuelas e iglesias. En el momento de la unión, la aportación
metodista fue en Cataluña de las comunidades antiguas de Barcelona y Rubí, a las que se añadieron posteriormente las nuevas comunidades
de Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramanet y La Llagosta. En las Baleares ingresaron en la IEE las iglesias de Palma de Mallorca,
Capdepera, Mahón, Villacarlos y misiones. Esto hizo que la IEE, que estaba muy poco representada en Cataluña y Baleares, recibiera ahora un
fuerte impulso. También la Iglesia Metodista (USA) sostuvo varias iglesias y colegios en España antes de la guerra civil, entre ellas las
comunidades de Alicante, con su muy conocida Escuela Modelo, y Sevilla.

La Iglesia Evangélica Española, como iglesia unida, pertenece a dos de las grandes familias protestantes, agrupadas hoy en sendos
organismos: la Alianza Reformada Mundial y El Consejo Mundial Metodista, y es miembro del Consejo Mundial de Iglesias desde su
fundación en 1948. Su presente se enriquece de las corrientes teológicas del pasado. Es el resultado de los mejores materiales que cada una de
ellas ha ido dejando a la Iglesia a largo de la Historia.32 ​

La Iglesia Española Reformada Episcopal


Tras la labor previa misionera de Juan Calderón, editor de las revistas clandestinas El Catolicismo Neto y El Examen Libre a mediados de los
cincuenta y otros muchos, creadora de distintos grupos protestantes ilegales y dispersos de vida aislada y anónima por toda la geografía
nacional, hacia 1870, en Sevilla, los protestantes españoles declararon su intención de organizar una comunidad reformada unida para todo el
país, pero la intención no se pudo concretar debido a las profundas diferencias con respecto a su organización: presbiterianismo,
congregacionalismo y la postura de aquellos que deseaban una confesión esencialmente española, pero de gobierno episcopal, según la
tradición de la primitiva iglesia cristiana en España.
A principios del año 1870, el clérigo de la Iglesia de Inglaterra Lewen S. Tugwell llega a Sevilla para hacerse cargo de la capellanía dependiente
del consulado inglés. En dicha ciudad encontró a ciertos españoles involucrados en un movimiento protestante encaminado, en opinión de los
propios participantes, «a extender las verdades de la Biblia, a combatir la ignorancia que de ella se padecía» y, de esa forma, lograr una
espiritualidad que contravenía los usos de la Iglesia católica de la época.

Interesado por esa labor, el capellán inglés buscó un colaborador para encauzar esta obra, encontrándolo en el ex sacerdote católico,
convertido al anglicanismo en Londres, Francisco Palomares García. Junto a otros colaboradores, se concretó una misión entre españoles y
para españoles, en la que se establecían dos objetivos: predicar la visión protestante de la Palabra de Dios y dar instrucción secular a todos.

En 1870 también existía una congregación «reformada» en Sevilla, fundada y pastoreada por
Juan Bautista Cabrera, ex sacerdote escolapio que se había refugiado en Gibraltar hasta la
Revolución de 1868. Esta comunidad y la misión iniciada por Palomares realizaban sus trabajos
en Sevilla con total independencia, sin más conexión entre ellas que la fraternidad cristiana. La
obra supervisada por Palomares quedó definida bajo el nombre de «Iglesia Española Reformada
Episcopal» (IERE). Este nombre da a entender que, desde el principio, esta comunidad tuvo un
corte netamente protestante, lo cual siempre constituyó un problema para todos los anglicanos
españoles que se sentían más atraídos hacia la tendencia de «Alta Iglesia» o High Church.

En noviembre de 1874 Juan Bautista Cabrera se trasladó a Madrid para hacerse cargo de la
Iglesia evangélica del Redentor, cuyo pastor, Antonio Carrasco, había fallecido en un naufragio
algunos meses antes.

Años después, el 2 de marzo de 1880 y en la ciudad de Sevilla, cinco congregaciones: una en


Madrid pastoreada por Juan Bautista Cabrera, tres de Sevilla bajo Francisco Palomares y una de
Málaga dirigida por el laico Sr. Domínguez, se reunían en sínodo bajo la presidencia del obispo de
la Iglesia Episcopal (anglicana) de México, Enrique Chancey Riley, de visita en España, y se Exterior de la Catedral del Redentor,
constituían como confesión religiosa. en Madrid, la única catedral de la
Iglesia Española Reformada
Durante la celebración de dicho sínodo, y por el mencionado obispo, fue ordenado diácono y Episcopal.
presbítero el Sr. Domínguez. Asimismo, Juan Bautista Cabrera fue elegido obispo con jurisdicción
sobre la Iglesia constituida.

En la consagración episcopal de Juan Bautista Cabrera (1894) intervinieron tres obispos de la


Iglesia de Irlanda (Comunión Anglicana).

La primera edición de la liturgia de la IERE fue aprobada en el Sínodo de 1881 y revisada


posteriormente. Su oficio de Santa Cena se basa en parte en el antiguo rito español, también
llamado rito visigótico o rito mozárabe, aunque complementado con elementos anglicanos y de
otras liturgias reformadas y originales.

Al precisar que la IERE era una confesión nacional española, se quería decir que no era el Interior de la Catedral del Redentor.
resultado de la actividad de misioneros extranjeros. Desde sus inicios sus ministros fueron, en su
mayoría, antiguos clérigos católicos que rompían con la Iglesia Católica. Por eso la IERE se
presentó siempre como una comunidad española y para españoles, inspirada en la «vía media
anglicana».

La IERE pasó, durante las distintas etapas políticas de España, por difíciles momentos de
intolerancia, persecución, represión e indiferencia, logrando sobrevivir a pesar de todo ello y de
otros problemas de índole económica: así, durante la Guerra Civil, padeció la violencia
antirreligiosa de un bando, y la discriminación del otro; y durante el franquismo le fueron
confiscadas escuelas, terrenos y edificios de culto.

Placa en el interior de la Catedral del


Hasta el día de hoy, y tras muchos avatares, la IERE ha estado presente en España, siendo
Redentor.
siempre supervisada por obispos en cuyas ordenaciones intervienen obispos de la Iglesia de la
Iglesia de Irlanda (Comunión Anglicana) y de la Unión de Utrecht, y hallándose actualmente
regida por su quinto obispo.33 ​

Unión Evangélica Bautista Española


La Unión Evangélica Bautista Española es una comunidad de Iglesias bautistas en España.

El misionero norteamericano William J. Knapp comenzó el movimiento bautista con su llegada a


España en 1868. En 1870 se abrió la primera iglesia Bautista en Madrid. Knapp salió de España
en 1876, pero el sueco Eric Lund continuó y amplió a partir de 1877 la labor comenzada por
Knapp.
Interior de templo Bautista en Madrid
La Unión Evangélica Bautista Española se fundó en 1922, que en 1929 pasa a llamarse
Convención Bautista Española, hasta que en 1953 adopta el nombre de la primera organización,
Unión Evanélica Bautista Española.

La Unión Evangélica Bautista Española es miembro de la Federación Bautista Europea y de la Alianza Mundial Bautista.33 ​ En 1995, la Unión
Evangélica Bautista Española contaba con 7700 miembros en 65 iglesias.

Pentecostalismo en España
A mediados del siglo XX comienzan a llegar misioneros pentecostales a España, que comienzan su misión en situación de clandestinidad y
represión hasta la llegada de la democracia. Estas misiones han tenido particularmente éxito entre la población de los gitanos en España,
tradicionalmente católica, donde las conversiones al protestantismo (principalmente pentecostalismo) han sido importantes durante las
últimas décadas del siglo XX, de forma que el número de gitanos evangélicos supera al de católicos.34 ​ También se han conservado de forma
parcial sus creencias y costumbres propias.

Véase también
Historia del cristianismo en España
Comunión Anglicana
Comunión de Porvoo

Referencias
1. Blázquez, Fernández, Tarquis, citado en Reseña Histórico-Social del Protestantismo Español (http://www.elolivo.net/HISTORIA/Resena%
20historico-social%20del%20Protestantismo%20Espanol-Blazquez.pdf).
2. Kamen, 2011, p. 93.
3. Kamen, 2011, p. 86.
4. Pérez, 2007.
5. Kamen, 2011, pp. 86-87.
6. Kamen, 2011, p. 89.
7. Pérez, 2007, p. 66.
8. Kamen, 2011, pp. 90-91.
9. Pérez, 2007, p. 65.
10. Kamen, 2011, pp. 91-92.
11. Kamen, 2011, p. 92.
12. Kamen, 2011, p. 88.
13. Kamen, 2011, pp. 88-90.
14. Kamen, 2011, p. 91.
15. Pérez, 2007, pp. 59-61.
16. Pérez, 2007, pp. 61-62.
17. Pérez, 2007, p. 68.
18. Kamen, 2011, pp. 94-95.
19. Pérez, 2007, p. 67.
20. Kamen, 2011, p. 94.
21. Kamen, 2011, p. 97.
22. Pérez, 2007, p. 69.
23. Kamen, 2011, p. 95.
24. Kamen, 2011, pp. 95-96.
25. Kamen, 2011, pp. 96-97.
26. Pérez, 2007, pp. 70-71.
27. Kamen, 2011, p. 98.
28. Kamen, 2011, pp. 99-100.
29. Pérez, 2007, pp. 68-69.
30. Los protestantes españoles reivindican el fin "de la discriminación religiosa". En El Mundo. (http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/12/e
spana/1323692248.html)
31. FEREDE FEREDE (https://web.archive.org/web/20100610091427/http://www.ferede.org/general.php?pag=estad)
32. Iglesia Evangélica Española (http://www.iee-es.org).
33. Iglesia Española Reformada Episcopal (http://www.anglicanos.org)

Archivado (http://web.archive.org/web/20070628230458/http://www.anglicanos.org/) el 28 de junio de 2007 en la Wayback Machine..


34. CIS (http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/estudios/ver.jsp?estudio=7820). Encuesta sociológica a hogares de la población
gitana. 2006

Bibliografía
Kamen, Henry (2011) [1999]. La Inquisición Española. Una revisión histórica (3ª edición). Barcelona: Crítica. ISBN 978-84-9892-198-4.
Moreno Martínez, Doris (2015). «Marina de Saavedra, una mujer en la frontera confesional (Zamora, 1558-1559)» (https://revistas.ucm.e
s/index.php/CHMO/article/view/49161) (pdf). Cuadernos de Historia Moderna (Madrid: Universidad Complutense de Madrid) 40: 15-30.
ISSN 0214-4018 (https://www.worldcat.org/issn/0214-4018). doi:10.5209/rev_CHMO.2015.v40.49161 (http://dx.doi.org/10.5209%2Frev_CHMO.2015.v40.49161).
Consultado el 30 de octubre de 2015.
Pérez, Joseph (2012) [2009]. Breve Historia de la Inquisición en España. Barcelona: Crítica. ISBN 978-84-08-00695-4.

Enlaces externos
Iglesia Evangélica Española (http://www.iee-es.org)
Sitio web oficial de la Iglesia Española Reformada Episcopal (https://web.archive.org/web/20070628230458/http://www.anglicanos.org/).
Página web oficial Unión Evangélica Bautista Española (http://www.uebe.org/)
Página web oficial Reforma Quinto Centenario en España (http://www.reformaquintocentenario.com/)
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