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5TO. SEMESTRE
La legislación penal guatemalteca, en cuanto a elementos negativos se refiere, habla de “Causas que
eximen de Responsabilidad Penal”, y las describe así:
La teoría del delito es una construcción dogmática, que nos proporciona el camino lógico para averiguar si hay
delito en cada caso concreto.
La dogmática es un método del conocimiento, pero la delimitación de lo que hay que conocer no es cuestión
que incumba al método.
Es una elaboración teórica, lógica (no contradictoria) y no contraria al texto de la ley; que nos permite definir
cuando una conducta puede ser calificada como delito.
Concepto formal:
Delito es todo aquello que la ley describe como tal. Toda conducta que el legislador sanciona como una
pena.
Concepto sustancial:
el comportamiento humano que a juicio del legislador compromete las relaciones sociales y que frente a
ello exige una sanción penal.
Concepto dogmático:
Por lo tanto la teoría del delito es parte de la ciencia del derecho penal que se ocupa en explicar el delito en
general y cuales son sus características.
Concepto legal:
En realidad, ni los propios tratadistas se han puesto de acuerdo en una definición universal, el
anteproyecto no contiene definición de delito, dándose sólo los conceptos de Delito Doloso, Culposo y
consumado.
De acuerdo al Artículo 11 del Código Penal, el Delito Doloso es “cuando el resultado ha sido previsto o
cuando, sin perseguir ese resultado, el autor se lo representa como posible y ejecuta el acto.”
El Artículo 12 del Código Penal, indica que el Delito culposo es “cuando con ocasión de acciones u
omisiones lícitas, se causa un mal por imprudencia, negligencia o impericia.”
El Artículo 13 indica que El delito es “consumado, cuando concurren todos los elementos de su
tipificación.”
La teoría general del delito se ocupa de todos aquellos elementos comunes a todo hecho punible.
En la actualidad hay acuerdo casi unánime entre los juristas, que los elementos comunes son la tipicidad, la
antijuricidad y la culpabilidad. Sin embargo, para llegar a este acuerdo ha habido necesidad de una larga
elaboración teórica.
Existen coyunturalmente otros que no se hallan descritos en cada tipo, sino se encuentran antepuestos a
cualquiera de ellos.
Sin la distinción entre tipicidad, culpabilidad y antijuricidad,y su ulterior especificación mediante distinciones
como las justificaciones y exculpaciones, cualquier análisis de un hecho caería en lo sentimental.
De acuerdo con Bustos su surgimiento aparece en la edad media, con la preocupación de los canonistas
de establecer una relación personal o subjetiva entre el sujeto y su hecho, lo cual era consecuencia del
sentido expiatorio y posteriormente retributivo de la pena, y se encuentra con relativa claridad en las
primeras obras sobre teoría del delito de fines del siglo XVIII y mediados del siglo XIX.
Esas apreciaciones se refieren a una connotación de la culpabilidad como aquello respecto de lo cual
sujeto aparece como moralmente comprometido.
Es el mismo Bustos quien afirma que corresponde a Liszt trasladar estos conceptos al Derecho Penal
afirmando que la antijuricidad representa solo antagonismo entre el hecho realizado y el ordenamiento
jurídico, con lo que distingue dos elementos en el delito, la culpabilidad y la antijuricidad.
En estas dos grandes categorías se han ido distribuyendo diversos componentes, así como la antijuricidad:
acción, omisión, objetos, sujetos, relación casual y psicológica entre ellos y el resultado.
En la culpabilidad las facultades psíquicas del autor (imputabilidad) el conocimiento del carácter
antijurídico, la exigibilidad al autor de un comportamiento distinto.
La relación psicológica con el resultado y su negativo, absoluta imprevisibilidad, las causas de justificación,
la falta de facultades psíquicas en el autor (enfermedad mental o menos de edad) excluyen la
imputabilidad, son parte de tales elementos pero solamente la culpabilidad y la antijuricidad no permitían
llegar a una diferencia entre los hechos delictivos y cualquier otro hecho que se encontrara en
contraposición con el Derecho. Solo serian hechos delictivos los que además se encuentren en un tipo
penal, es este aporte el de E. Beling consiste en que todo hecho antijurídico realizado por un autor culpable
es delito.
La tipicidad es pues, la adecuación de un hecho cometido a la descripción que de ese hecho hace la ley.
En cuanto a la pena como elemento, ya el mismo Liszt y otros que le han secundado definen el delito
incluyendo la siguiente forma:
“Acción Culpable de un hombre imputable, que como agresión a bienes jurídicos especialmente dignos y
necesitados y protección esta conminada con una pena”.
Algunos señalan que la pena no es un elemento, sino consecuencia, y en esa virtud no se puede definir el
delito a través, o incluyendo en el concepto, a su consecuencia. La punibilidad como posibilidad de
imposición de pena, es muy importante dentro del concepto, pero no es que se trate de un nuevo elemento,
ya que no es necesario.
De todas las formas del comportamiento humano, la ley selecciona las penalmente relevantes. La conducta
delictiva se manifiesta a través de acciones y de omisiones. Tanto la acción como la omisión cumplen la
función de elementos básicos del delito.
Sujeto activo:
Sujeto pasivo:
Sujeto que sufre las consecuencias del delito. Es el titular del interés jurídicamente protegido, atacado por
el delito, o puesto en peligro.
LA ACCION
La acción es todo comportamiento derivado de la voluntad, y la voluntad implica siempre una finalidad. La
acción es siempre el ejercicio de una voluntad final.
La dirección final de la acción se realiza en dos fases, una interna y otra externa, ambas fases de la acción
es lo que se ha conocido como “iter criminis”, es decir, el camino del crimen hasta su realización final.
a. Fase interna: esta ocurre siempre en la esfera del pensamiento del autor, en donde se propone la
realización de un fin.
b. Fase externa: después de la realización interna el autor realiza la actividad en el mundo externo, ahí
pone en marcha conforme a su fin sus actividades, su proceso de ejecución del acto.
TEORIAS DE LA ACCION
AUSENCIA DE ACCION
Cuando la voluntad falta no hay acción penalmente relevante, como en los siguientes casos:
a. Fuerza irresistible: nuestro código vigente indica que la fuerza irresisitible es una causa de
inculpabilidad, ósea que este caso lo toma como ausencia de voluntad, cuando en realidad lo que
hay, es que para el derecho penal no tiene ninguna importancia la acción realizada, y en
consecuencia no es válido el examen de la voluntad, puesto que no hay acción.
b. Movimientos reflejos: los reflejos físicos o movimientos instintivos no constituyen acción, pues tales
movimientos no están controlados por la voluntad. Quien tiene una convulsión epiléptica y como
consecuencia de ello causa un daño, no tiene la voluntad puesta en ello.
c. Estados de inconsciencia: es la situación de un sonámbulo por ejemplo, se pueden realizar actos
que no dependen de la voluntad y en consecuencia no hay acción, penalmente relevante.
FORMAS DE LA ACCION
La Acción y Resultado
Al realizarse una acción penalmente relevante, generalmente se modifica una situación en el mundo
exterior. Así como la acción como manifestación de la voluntad, produce siempre un resultado en el mundo
externo.
La Imputación Objetiva.
En los delitos de resultado siempre hay una relación de casualidad entre acción y resultado, es decir, una
relación que permite en el ámbito objetivo la imputación del resultado producido, al autor de la conducta
que lo causa. Ósea que la relación entre acción y resultado se denomina Imputación Objetiva del
Resultado.
LA OMISION
El ordenamiento jurídico ordena en las normas, que los ciudadanos se abstengan, sin embargo algunas
normas que ordenan acciones y la omisión de las mismas puede producir resultados.
Es decir el ordenamiento penal sanciona en algunos casos, la omisión de algunas acciones determinadas.
La acción y la omisión son subclases, del comportamiento humano susceptibles de ser reguladas por la
voluntad final.
La omisión que importa al derecho penal es aquella que alguien debió realizar, el delito de omisión consiste
siempre en la infracción de un deber impuesto por la ley en función de la protección de determinados
bienes jurídicos.
Clases de Omisión Penalmente Relevantes
a. Delitos de pura omisión. En ellos se castiga la omisión del deber de actuar. Por ejemplo el delito de
omisión de auxilio (art 156 cod. Penal).
b. Delitos de omisión con un resultado. En ellos la omisión se conecta a un resultado, por ejemplo
cuando la ley castiga a (quien consintiere, entendiendo en tal caso por consentir, la inactividad que
falta al cumplimiento de un deber jurídico).
c. Delitos impropios de omisión. En ellos la omisión se conecta a un resultado prohibido pero en el tipo
legal no se menciona expresamente la forma de comisión omisiva. En estos casos la omisión del
deber jurídico produce un resultado como si el sujeto en realidad hubiese actuado, esto genera
problemas de interpretación prácticos al tratar de dilucidar cuando la forma omisiva se equipara a la
activa.
Es decir, que si el sujeto hubiera realizado la acción esperada, el resultado no se hubiera producido.
No basta con que el resultado se produzca es necesario que el sujeto tenga la obligación de tratar de
impedir la producción del resultado, esta es la llamada “Posición de Garante” que convierte al sujeto en
garante de que el resultado no se producirá.
Delitos de pura omisión (omisión pura): La conducta humana consiste en no hacer algo,
infringiendo una ley preceptiva que ordena hacer algo.
Delitos de Comisión por Omisión (Omisión impropia) La conducta humana infringe una ley
prohibitiva, mediante la infracción de una ley preceptiva, es decir, son delitos de acción
cometidos mediante una omisión. Ej: Una madre que no alimenta a su hijo recién nacido, con lo
que le causa la muerte.
La característica final de la acción se basa en que el hombre gracias a su saber casual, puede prever
dentro de ciertos límites las consecuencias posibles de su actividad, proponerse por un tanto fines diversos
y dirigir su actividad conforme a su plan.
Actividad final es un obrar orientado conscientemente a un fin mientras que el saber casual no está dirigido
desde el fin sino que resulta de los componentes casuales de cada caso.
Para los finalistas, el actuar humano es una categoría del ser completamente distinta de cualquier otro
proceso causal.
Puede aceptarse que, siendo acertada la descripción del finalismo en cuanto a las acciones voluntarias
anticipadas mentalmente de carácter consciente, no todas las acciones se basan en estas acciones
anticipadas mentalmente. Además la conducción del proceso causal mediante impulsos de la voluntad
característica de la acción final, falta en los hechos omisivos.
La imprudencia consiste en la ejecución descuidada de una acción final, pero el carácter descuidado de la
ejecución no es precisamente momento alguno de su finalidad.
Nuestro código penal se refiere a la relación de la casualidad en el art. 10 y apreciamos que sigue una
corriente causalista: a nuestro juicio tanto las argumentaciones sobre la casualidad adecuada como las de
la equivalencia de condiciones han quedado expresando el pensamiento causalista del legislador.
a) Delitos de acción o comisión. La conducta humana consiste en hacer algo que infringe una ley
prohibitiva.
b) Delitos de pura omisión (omisión propia). En la omisión de prestar auxilio a un menor de 10 años
que se encuentra amenazado de un inminente peligro se está infringiendo la obligación de auxilio
que manda la ley en estos casos.
c) Delitos de comisión por omisión (omisión propia). La infracción de una ley perceptiva son delitos de
acción cometidos mediante una omisión
d) Delitos de pura actividad. Son aquellos que no requieren de un cambio efectivo en el mundo
exterior, es suficiente la simple conducta humana.
Tanto el tiempo como el lugar de comisión del delito guardan estrecha relación con la conducta humana
delictiva del sujeto activo llamada Omisión u Acción, porque depende de cuando y donde se realizaron
estas para identificar el tiempo y lugar de la comisión del ilícito penal.
EL ITER CRIMINIS
El iter criminis o camino del crimen que se traduce en el “viacrucis” del delincuente está constituido por una
serie de etapas desde que se concibe la idea de cometer el delito hasta que el criminal logra conseguir lo
que se ha propuesto, dichas etapas pueden tener o no repercusión jurídica penal y para su estudio
básicamente se han dividido en dos.
Fase Interna
Está conformada por las llamadas “voliciones criminales” que no son más que las ideas delictivas nacidas
en la mente del sujeto activo, que mientras no se manifiestan o exterioricen de manera efectiva no implica
responsabilidad penal ya que la mera resolución de delinquir no constituye nunca delito. La primera etapa
del iter criminis conformada únicamente por meros pensamientos, voliciones o deseos criminales, mientras
no se manifiesten de alguna manera no tendrán mas importancia que desde el punto de vista criminológico
pero no jurídico penal desde el punto de vista retributivo.
Fase Externa
La segunda fase o fase externa del iter criminis, comienza cuando el sujeto activo exterioriza la conducta
tramada durante la fase interna, en este momento principia a atacar o a poner en peligro un bien jurídico
protegido a través de su resolución criminal manifiesta.
Nuestro código penal reconoce expresamente dos formas de resolución criminal en su art. 17, una
individual que le llama “Proposición” y otra colectiva que denomina “Conspiración”, una vez iniciada la fase
externa en la comisión de un delito pueden suceder muchas cosas:
a. Delito consumado, “el delito es consumado cuando concurren todos los elementos de su
tipificación”.
b. Tentativo, “hay tentativa cuando con el fin de cometer un delito se comienza su ejecución por actos
exteriores idóneos y no se consuma por causas independientes de la voluntad de la gente”. Esto
quiere decir que en la tentativa el sujeto activo mantiene la finalidad de cometer el delito, esta
finalidad se identifica plenamente con la “intencionalidad” de tal manera que solo cabe en los delitos
dolosos ya que en los delitos culposos existe ausencia de voluntad intencional, por otro lado los
actos encaminados a la ejecución del delito deben ser idóneos y dirigidos a la perpetración del
mismo y si a pesar de todo el delito no se consuma es porque intervienen causas o circunstancias
ajenas a la voluntad del sujeto activo.
c. Tentativa en posible. “si la tentativa se efectuare con medios normalmente inadecuados o sobre un
objeto de tal naturaleza, que la consumación del hecho resulta absolutamente imposible el autor
solamente quedara sujeto a medidas de seguridad”.
d. Desistimiento. “cuando comenzada la ejecución de un delito el autor desiste voluntariamente de
realizar todos los actos necesarios para consumarlo. Solo se le aplicara sanción por los actos
ejecutados, si estos constituyen delito por si mismo”. No debe equivocarse este con el desistimiento
procesal aquí se trata de que el sujeto activo a pesar de que puede consumar el delito y ya
habiendo iniciado desiste voluntariamente de consumarlo entonces su conducta es impune a menos
que de los actos realizados se desprenda la comisión de otro delito el cual debe sancionarse.
LA TIPICIDAD EN EL DELITO
Terminología
La tipicidad como elemento positivo característico del delito, y el tipo como especia de infracción penal.
Cuando nos referimos al elemento delito y tipificar cuando se trata de adecuar la conducta humana a la
norma legal.
Génesis y Evolución
Tipo o figura de delito formado por todos los elementos objetivos y subjetivos de la infracción. “Delyktipos”,
encierra la conducta antijurídica y culpable como una valoración real que tiene su existencia en la ley a
diferencia del tatbestand que era una pura abstracción conceptual. Los tipos delictivos, son tipos de
conductas antijurídicas y culpables.
El derecho siendo una de esas instituciones que caracterizan nuestra civilización creadas por la interacción
de los hombres en un lento proceso evolutivo ha hecho que quede plasmado a través de la historia el
pensamiento de muchos hombres dedicados al estudio de dicha ciencia.
Las escuelas del derecho penal recogen el pensamiento de personas que se han dedicado al estudio y
aplicación del derecho penal a través del tiempo.
Sin embargo la ciencia del derecho penal como el estudio sistemático y con un método de lo que es, ha
sido y puede ser el derecho penal, arranca con el movimiento que posteriormente fue conocida como
Escuela Clásica de Derecho Penal.
De acuerdo con los principios pregonados por el iluminismo la sanción penal se justifica con la utilidad
social. Dichos principios contienen también la afirmación de que la pena debe entenderse como medio de
defensa social y que encuentra su límite en las exigencias de la necesidad. Por otra parte, la pena actúa
como intimidación a la colectividad. Estos principios aceptados con entusiasmo al comienzo van dejando
paso más tarde a las nuevas concepciones que tienden a poner de manifiesto la existencia de un elemento
ético en la definición penal. Este elemento ético encuentra su base en la consideración de la parte
espiritual del culpable y se dirige a la realización de una justicia absoluta basándose en el principio de
retribución moral o jurídica. El derecho penal por otra parte, va encaminado al desempeño de una función
eticoredistributiva, y por ende la cantidad y gravedad de la pena deben ser proporcionados a la gravedad
del delito cometido. El delito aparece dentro de esta nueva concepción como un “ente jurídico” y no como
un ente de hecho, en tanto que el delincuente es relegado a un segundo plano y se le exige la
responsabilidad de un hombre medio.
Las ideas que dieron nacimiento a la escuela clásica del derecho penal tuvieron su más cercano e
importante antecedente en las tesis expuestas en el libro del Marqués de Beccaria ·de los delitos y las
penas”.
En las ideas penales de la iglesia católica es posible encontrar algunos antecedentes de la pena-
retribución, así como lo hace notar Grispigni, la época en que se produjeron estas concepciones no era
todavía adecuada para la actuación de tales principios en la legislación positiva.
El principio de la retribución moral encontró también partidarios en Francia, dicho principio apareció
atenuado por la influencia de la Filosofía Ecléctica que le agrego el principio de la utilidad social.
La escuela clásica fue la reacción contra la barbarie y la injusticia que el derecho penal representaba,
procuro la humanización por medio del respeto a la ley, del reconocimiento a las garantías individuales y de
la limitación al poder absoluto del estado.
Dentro de las concepciones de los clásicos se encuentran distintas tendencias. Es por ello que a veces
resulta inadecuada la denominación de “escuela” ya que dentro del grupo de los clásicos pueden
encontrarse una variedad de tendencias.
Podríamos mencionar que entre los tratadistas más conocidos que dieron origen a esta escuela, a los
siguientes pensadores: Francisco Carrara, Romagnosi, Hegel, Rossi y Carmignami, quienes fundamentan
los postulados de la misma.
La Escuela Positiva
Orígenes
La escuela positiva constituyo una tendencia bajo principios mucho mas uniformes que la escuela clásica.
Debe reconocerse que los inicios de esta escuela sostuvieron algunos principios contenidos en la filosofía
de Augusto Comte.
La Escuela Positiva nace como una reaaccion a los excesos jurídicos de la Escuela Clasica, a sus excesos
formalistas, al abuso de la dogmatica, al olvido del hombre delincuente y a su creencia de haber agotado la
problemática jurídico-penal. La ciencia en general, desde Augusto Comte se había orientado hacia el uso
del método experimental y positivo para la investigación de los hechos. Los estudios de Lombroso habían
dado a luz una serie de hechos relacionados con el delincuente que modificaba totalmente las
concepciones clásicas. La Escuela Positiva parte de la base de que el hombre es el objeto esencial del
derecho sancionador, y el método a usar fue el positivo-inductivo. El método positivo de Ferri, es aquel que
le da importancia a la adaptación de las ciencias sociales empleado en las físico-naturales. Es por ello que
la ciencia penal, se interesa por el delito como una conducta humana y no como un ente jurídico y social,
por ello es necesario estudiar al hombre y al medio que lo rodea. Y asi se llega a la evolución del
positivismo y al estudio de los factores individuales y sociales del delito.
INTRODUCCION
La teoría general del delito se ocupa de todos aquellos elementos comunes a todo hecho punible.
En la actualidad hay acuerdo casi unánime entre los juristas, que los elementos comunes son la tipicidad, la
antijuricidad y la culpabilidad. Sin embargo, para llegar a este acuerdo ha habido necesidad de una larga
elaboración teórica.
Existen coyunturalmente otros que no se hallan descritos en cada tipo, sino se encuentran antepuestos a
cualquiera de ellos.
Sin la distinción entre tipicidad, culpabilidad y antijuricidad,y su ulterior especificación mediante distinciones
como las justificaciones y exculpaciones, cualquier análisis de un hecho caería en lo sentimental.
De acuerdo con Bustos su surgimiento aparece en la edad media, con la preocupación de los canonistas
de establecer una relación personal o subjetiva entre el sujeto y su hecho, lo cual era consecuencia del
sentido expiatorio y posteriormente retributivo de la pena, y se encuentra con relativa claridad en las
primeras obras sobre teoría del delito de fines del siglo XVIII y mediados del siglo XIX.
Esas apreciaciones se refieren a una connotación de la culpabilidad como aquello respecto de lo cual
sujeto aparece como moralmente comprometido.
La teoría del delito tiene como principal objetivo precisar el concepto de delito, ya que este es su objeto de
estudio.
Este tema es de especial importancia para el juez de paz, pues dentro del proceso penal, es por lo general
la Autoridad que recibe las actuaciones, y le corresponde hacer la primera evaluación de los hechos, para
determinar si encuadra dentro del concepto de delito.
La teoría del delito es una construcción dogmática, que nos proporciona el camino lógico para averiguar si hay
delito en cada caso concreto.
La dogmática es un método del conocimiento, pero la delimitación de lo que hay que conocer no es cuestión
que incumba al método.
Es una elaboración teórica, lógica (no contradictoria) y no contraria al texto de la ley; que nos permite definir
cuando una conducta puede ser calificada como delito.
OBJETIVOS
1. En la elaboración del presente trabajo he podido comprender en qué consiste exactamente la teoría
del delito.
2. Después de realizar el presente trabajo creo que soy capaz de poder explicar y desarrollar en que
consiste la teoría del delito.
3. Después de investigar y haber transcrito el presente trabajo pude conocer más sobre la teoría del
delito y sus diferentes escuelas.
BIBLIOGRAFIA