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Citas interesantes de la biografia de yrigoyen por galvez (apartado sobre democracia)

Fluctuacion histórica en el concepto de democracia:

“La palabra “democracia” tiene hoy un contenido social. Hasta que Yrigoyen llega a la presidencia
no hay en sus escritos contenido social alguno. Su democracia es puramente política. Su sentido
paternal de la cuestión obrera no parece una expresión de democracia social. Pero es indudable
que él va ampliando su concepto de la democracia, sin contar con que el voto libre y universal,
como ya lo he dicho, tiene un significado revolucionario. Tal vez él piensa que la democracia
perfecta se realizará más tarde, cuando los pueblos no precisen de su tutoría” cita pag. 365

En el párrafo citado se vislumbra una coincidencia con la idea central del proyecto alberdiano, en
el espíritu de entender la necesidad del desarrollo de la nación y su pueblo para lograr una
democracia “más perfecta”. Marcando continuidades y rupturas con el período anterior (la
democracia “aborigen”), pues considera necesaria en el “mientras tanto” la figura paternalista del
caudillo radical, cuyo deber histórico parece ser acompañar el crecimiento espiritual del “pueblo”
y prepararlo para que pueda tomar en sus manos el gobierno de su propio destino. Es por eso que
Galvez no define a Yrigoyen como un demócrata, sino más bien lo contrario. Destaca que durante
su gobierno será “prescindente”, tomará las decisiones él mismo, considerándose jefe único de su
partido. Sin embargo, destaca, prescindiendo del método empleado –ampliamente calificado de
antidemocrático en la época-, el fin último de su política: la democracia integral. Lo que se
sustenta por el hondo sentido de justicia que tiene Yrigoyen: su bondad hacia los pobres y los
desamparados.

Para Galvez, Yrigoyen, una vez en el gobierno, apuntará sus acciones a lograr la democracia
integral centrando sus esfuerzos en dar la posibilidad a todos de poder alcanzar un mínimo de
bienestar. Puesto que, para el autor, resulta –al menos hacia 1939, cuando escribe la biografía
Vida de Hipólito Yrigoyen- que “no puede existir igualdad política en donde hay una excesiva
desigualdad económica” cita 366. El viejo caudillo encarna, en el pensamiento de Galvez, la
síntesis superadora entre el viejo sistema político restringido y una ampliación de la participación
política total –en un principio vehementemente rechazada por él-. Esto es, representa la necesaria
transición para que exista la posibilidad de una “verdadera democracia”.

“Yrigoyen es un demócrata en cuanto a él se debe, por sus veinte años de lucha, la institución del
voto libre entre nosotros, y en cuanto ha extendido a todas las clases las funciones del gobierno,
que en tiempos del Régimen estaban reservadas a unas cuantas familias de abolengo. También lo
es porque ha hecho obra para el pueblo. Iniciador desde arriba de la democracia social. ¿Ha
practicado la verdadera democracia política? Sus partidarios de las provincias han cometido
algunos delitos electorales, han violado todas las leyes, han atropellado las legislaturas. Algunos de
los interventores que manda a las provincias cometen desafueros y burlan la ley Saenz Peña.
Yrigoyen no aprueba estas cosas, pero tampoco hace lo posible por evitarlas. Tal vez las ignore o
no cree en los cargos que se hacen a sus amigos. De cualquier modo, él sigue creyendo en la
panacea del voto libre, y durante su gobierno hay más libertad electoral en tiempos del Régimen,
cuando “se robaba el voto” como dijo el jefe del Partido Nacional disidente” cita pag. 370.

A partir de esta cita, en la cual Galvez intenta definir a Yrigoyen a partir de su concepto de
democracia, se puede intentar inferir cual es dicho concepto para el autor. Es interesante ver que
el resultado de su balance es inequívoco: Hipólito Yrigoyen es un demócrata. Es tal, pues el no
seguir los métodos democráticos, violar las propias reglas del juego electoral, burlar la ley Saenz
Peña no opaca en absoluto su lucha por establecer ese mismo marco –el voto libre-, ni su calidad
de precursor de la democracia social. Sea desde arriba, sea evitando los canales democráticos
inaugurados para el propio Estado, son más importantes la ampliación de derechos políticos y los
logros en materia social. En este sentido, el autor reivindica a Yrigoyen y se reconcilia con la idea
de democracia evaluándola desde su preocupación por la “cuestión social” -fundamentada en la
doctrina social de la iglesia-

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