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LA REGULACIÓN DEL TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN EL MARCO DE LA

UNIÓN EUROPEA.

El tráfico de influencias se constituye como un delito a nivel mundial por lo cual es


relevante conocer cómo se contempla las sanciones y medias preventivas en otras
legislaciones

Uno de los objetivos para lograr la creación y salvaguardia de un espacio europeo de


libertad, seguridad y justicia es la prevención y la lucha contra la corrupción, mencionado
en el artículo 29 del Tratado de la Unión Europea. De este modo, la Unión Europea ha
tomado distintas medidas para llevar a cabo esa prevención. El Consejo de Europa creó
un Plan de Acción para luchar contra la delincuencia organizada abogando en el mismo
por una política global de lucha contra la corrupción. Para atender a una mayor regulación
de los delitos contra la Administración Pública el Consejo de Europa creó el Convenio
Penal sobre Corrupción, la introducción del mismo dio lugar a la reforma del Código
Penal español, entre otras cosas.

Una de las justificaciones de la reforma de la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal
fue, precisamente, la regulación de los delitos de corrupción en atención a los
compromisos internacionales, derivados del Convenio Penal sobre la Corrupción del
Consejo de Europa, de 27 de enero de 1999, firmado el 10 de mayo de 2005,
produciéndose su ratificación el 28 de abril de 2010 . El condicionante más directo de
esta reforma, llevada a cabo por la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio, ha sido el Informe
de Evaluación aprobado el 15 de mayo de 2009 por el GRECO , sobre la situación de
corrupción en España y sobre la homologación internacional de la regulación penal
española sobre el cohecho y el tráfico de influencias. El Informe recomendaba al
Gobierno español proceder urgentemente a la ratificación del Convenio ya que era
necesario garantizar una criminalización coordinada de la corrupción nacional e
internacional . Por otro lado, en los compromisos internacionales de la reforma penal se
encuentra también el Convenio establecido sobre la base de la letra c) del apartado 2 del
artículo k.3 del Tratado de la Unión Europea, en relación a las conductas atribuibles a los
funcionarios comunitarios y a los funcionarios extranjeros al servicio de otro país
miembro de la Unión Europea y cuya entrada en vigor en España se produjo el 28 de
septiembre de 2005, siendo publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 28 de
marzo de 200619 . Sobre la base de este Convenio, cada Estado miembro está obligado a
tomar las medidas necesarias para que los comportamiento que constituyen actos de
En lo que al tráfico de influencias se refiere, la conducta de empleados públicos
extranjeros, los miembros de asambleas públicas extranjeras, los funcionarios de
organismos internacionales, miembros de asambleas parlamentarias internacionales,
jueces y empleados de tribunales internacionales no se encuentra tipificada en las
disposiciones legales de las que nos ocupamos. Por lo que, una de las recomendaciones
expuestas en el Informe de evaluación de GRECO fue la de criminalizar el tráfico de
influencias en relación a la conducta de estos agentes. El Convenio Penal sobre la
Corrupción recoge en su Capítulo II, una serie de medidas que deberán adoptarse a nivel
nacional entre las que se encuentran recogidas medidas sobre el tráfico de influencias,
concretamente en el artículo 12 de este mismo capítulo, estableciendo lo siguiente: “cada
Parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para tipificar
como delito, conforme a su derecho interno, cuando se cometa intencionalmente, el hecho
de proponer, ofrecer u otorgar, directa o indirectamente, cualquier ventaja indebida en
concepto de remuneración a cualquiera que afirme o confirme ser capaz de ejercer
influencia sobre las decisiones de cualquiera de las personas a que se refieren los artículos
2, 4 a 6 y 9 a 11

EL DELITO DE TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN LA UNIÓN EUROPEA.

Como es conocido por todos, el tráfico de influencias se encuentra en el día a día de la


sociedad española, pero no solo en España nos podemos encontrar con distintos
escándalos de corrupción, también en el marco de la Unión Europea se produce el tráfico
de influencias. En 2012, el ex comisario europeo de Sanidad, Jonh Dalli, se ve implicado
en un posible delito de tráfico de influencias, por el cual se ve obligado a dimitir. El “Caso
Dalli” empezó a ser investigado por la Oficina Europea Anti-Fraude (OLAF) cuando la
empresa de tabacos sueca Swedish Match formuló una queja a la Comisión Europea
manifestando que un empresario maltés le había pedido dinero a cambio de que su 16
'amigo' Dalli modificase la directiva del tabaco a su favor24. Según recoge el informe de
la OLAF, la compañía sueca, Swedish Match, informó en mayo de 2012 de que un
empresario maltés usó sus contactos con Dalli para intentar obtener compensaciones
económicas a cambio de influencia y ventajas ante la futura legislación que regulará el
mercado de tabaco en Europa25 . Hasta el momento, no existen novedades sobre el
presunto delito de tráfico de influencias cometido por el ex comisario de Sanidad.
EL DELITO DE TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN ARGENTINA

Se considera a la venta de influencia como una especie de concusión impropia, cometida


por un particular llamado asiduo, sicofante o vendedor de humo que, abusando de la
familiaridad que tiene, o simulara tener, con un funcionario o con el soberano mismo, va
dispensando protección y promesas, jactándose de su influencia, ejerciendo extorsión de
dineros sobre los crédulos a quienes vende una influencia que realmente no tiene, y por
esto se le llama vendedor de humo, expresión esta última que proviene del derecho
romano.

El sujeto activo del delito en estudio puede ser cualquier persona, pero la influencia con
la que se negocia debe referirse a un funcionario público. Por ello, para cometer este
delito, no se requiere ser funcionario público sino sólo se requiere tener la influencia que
se ofrece. El art. 256 bis del C.P. no requiere que el acto sea propio de un funcionario
sino tan sólo que sea relativo a tales funciones, capaz de afectar el bien jurídico tutelado
por la ley penal al reprimir los delitos contra la administración pública. Por ello, y dado
que los imputados funcionaban como una empresa y en colusión, mediante la utilización
de un contacto en la Policía Federal Argentina con el fin de conseguir documentos en un
menor tiempo y por un procedimiento irregular, con el consecuente cobro de honorarios
por su gestión, debe confirmarse su procesamiento en orden al delito de tráfico de
influencias

https://cdconsejo.jusbaires.gob.ar/sites/default/files/2_delitos_contra_la_administracion
_publica_-_cohecho_y_trafico_de_influencia2s.pdf

EL DELITO DE TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN COLOMBIA

El tipo penal vigente es el consagrado en la ley 599 de 2000, modificada en lo pertinente


por la ley 1474 de 2011, en la cual se tipifican dos modalidades del delito de tráfico de
influencias, a saber: Artículo 411, tráfico de influencias de servidor público. El servidor
público que utilice indebidamente, en provecho propio o de un tercero, influencias
derivadas del ejercicio del cargo o de la función, con el fin de obtener cualquier beneficio
de parte de servidor público en asunto que éste se encuentre conociendo o haya de
conocer, incurrirá en prisión de 64 a 144 meses, multa de 133.33 a 300 salarios mínimos
legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas de 80 a 144 meses. Parágrafo- Adicionado. Ley 1474 de 2011, art. 134. Los
miembros de corporaciones públicas no incurrirán en este delito cuando intervengan ante
servidor público o entidad estatal a favor de la comunidad o región2. Artículo 411 A,
Tráfico de influencias de particular. El particular que ejerza indebidamente influencias
sobre un servidor público en asunto que este se encuentre conociendo o haya de conocer,
con el fin de obtener cualquier beneficio económico, incurrirá en prisión de cuatro (4) a
ocho (8) años y multa de cien (100) a doscientos (200) salarios mínimos legales
mensuales vigentes.

https://repository.eafit.edu.co/bitstream/handle/10784/680/Renan_PiedrahitaJaramillo_2
012.pdf;sequence=1

EL DELITO DE TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN VENEZUELA

El soborno activo de funcionarios públicos nacionales se regula en los artículos 61 a 63 y


el soborno pasivo en los artículos 60 a 62 de la LCC. Solo se penaliza el hecho de dar o
prometer espontáneamente, sin que haya una solicitud del funcionario público. Las
disposiciones no incluyen explícitamente el “ofrecer”, aunque las autoridades
venezolanas explicaron que se puede contemplar en el concepto de “prometer”. La
comisión indirecta solo se prevé en el art. 62. El concepto de beneficio indebido está
contemplado en el de “utilidad”. La definición de “funcionarios o empleados públicos”
figura en el artículo 3 de la LCC y está en consonancia con el artículo 2 párr. a) de la
Convención; con respecto a empresas públicas, cubre los directores y administradores

El soborno activo y pasivo de funcionarios públicos extranjeros y de funcionarios de


organizaciones internacionales públicas (soborno transnacional) no está tipificado como
delito2. Venezuela ha tipificado el tráfico de influencias en el artículo 79 de la LCC, y
abarca la influencia real, no la supuesta. Con respecto a los conceptos de “ofrecimiento”
y “utilidad”, así como la comisión indirecta del delito, se aplica el mismo criterio que con
respecto al soborno. Venezuela no ha regulado el soborno en el sector privado.

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