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Universidad Pontificia de México

Cartas Católicas y Hebreos


Documento: Reporte de lectura
Elaborado: Luis Aguilera
Fecha: 05/08/2018
Cristo, mediador de la nueva alianza1…
A efectos del presente reporte, se aborda el artículo de Zesati: Cristo, mediador de la
nueva alianza. Así pues, Zesati se propone explicar el sacerdocio de Cristo expresado en la
epístola a los Hebreos y la estrecha relación que tiene con el tema de la alianza.
Como método para desarrollar su tema, Zesati estructura su artículo en ocho grandes
partes, que ocupan desde el capítulo primero, hasta el capítulo trece de la epístola.
El primer apartado comprende una breve introducción, la cual contiene a grandes
rasgos los elementos mencionados arriba.
En el segundo apartado, Dios nos habló en su Hijo (1,1-4), se manifiesta que Dios
quiso entrar en comunicación con la humanidad y lo hizo mediante su Hijo. Se explica que,
en esta primera parte de la epístola a los Hebreos, se realiza una breve síntesis de toda la
historia de la salvación para converger en Cristo.
El tercer apartado, Cristo, Hijo de Dios y hermano entre los hombres (1,5-2,18), se
muestra cómo se presenta a Cristo: mediador de la alianza entre Dios y los hombres, mucho
más excelente que los ángeles. Asimismo, se muestra la solidaridad de Cristo con los
hombres, dado que es el pionero de la salvación puesto que, con la alianza, vence al diablo y
liberar a los hermanos. Este misterio de Cristo comprende un aspecto de adhesión a Dios y
otro de solidaridad fraterna.
Cristo, sacerdote de la nueva alianza (2,17-5.10), es el título del cuarto apartado del
escrito. Versa sobre la aplicación del título de «sumo sacerdote» para Cristo. Además, se le
añaden dos adjetivos a su título: «digno de fe», al comparar a Cristo (Hijo) con Moisés
(siervo); y «misericordioso», en orden a compartir la condición humana y la vivencia de la
Pasión.
En el quinto apartado, Sacerdocio de Cristo: sacerdocio nuevo de la nueva alianza,
se abordan los rasgos específicos del sacerdocio de Cristo. Éste será el apartado más extenso.
El primer rasgo es el de considerar a Cristo como el «garante de una disposición mejor» de
una relación entre los hombres y él. Luego, se critica el culto de la primera alianza en
contraposición a la nueva alianza que trae Cristo: la fundación en mejores promesas y
realidades espirituales, la nueva condición del santuario, la ineficiencia del culto antiguo por
la repetición de ritos, entre otros.
Cabe destacar los elementos novedosos que señalan de Cristo y su alianza: la
renovación del corazón del hombre, la remisión de los pecados, el calificativo de
«inmaculado» a Cristo, la presencia del Espíritu Santo, el «ofrecer» (prospherein) de Cristo,
la santidad y la perfección desde un nuevo enfoque. Así pues, en líneas generales, Cristo

1
ZESATI ESTRADA, C., «Cristo, mediador de la nueva alianza», en Landgrave G., Daniel R. (Coord.), Palabra
no encadenada y pro-vocactiva, (Estudios Bíblicos Mexicanos), QOL – UPM, México 2005, 461 – 479.
ofrece perpetuidad y facilidad de relación entre Dios y los hombres, ante la transitoriedad de
los sacrificios de la antigua alianza.
También resulta valioso mencionar la situación de los creyentes a razón de la nueva
alianza. El creyente cuenta con la nueva alianza como un don maravilloso de Dios. Este don
hace evidente que los creyentes poseen tres realidades: un derecho de entrada, un camino y
un guía; todas referidas a Cristo. Así pues, el creyente debe avanzar en la relación con Dios.
Es preciso, para acercarse a Dios, adherirse a la fe por medio de la mediación sacerdotal de
Cristo. Se le pide caridad, esperanza, y un corresponder a la gracia recibida mediante el
compromiso personal.
El apartado sexto, Experiencia sinaítica e iniciación cristiana, aquí se contrapone la
situación religiosa de los cristianos a la teofanía del Sinaí. Esta última es presentada con tintes
oscuros, dado que la revelación se hizo en medio de una terrible conmoción de la naturaleza
y en una atmósfera de opresión y de miedo. En cambio, la experiencia cristiana es presentada
en un plano espiritual, transformando a la humanidad completa.
El séptimo apartado explicita la doble dimensión vertical y horizontal de alabanza a
Dios y servicio a los hermanos. Y es que el culto cristiano es verdaderamente cristiano porque
pasa por la mediación de Cristo; por ende, son invitados a elevar un sacrificio de alabanza.
Los fieles, en el nuevo culto se une la propia existencia al sacrificio de Cristo. Alabanza y
testimonio de caridad están entrelazados. En resumen: el centro de la vida religioso-moral
cristiana consiste en transformar toda la existencia en una ofrenda agradable a Dios.
En el último apartado, se resume toda la doctrina y exhortaciones hechas en los
apartados anteriores para desearle a los cristianos que Dios mismo les haga capaces de
cumplir su voluntad, obrando en ellos lo que es grato.

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