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EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES

Estos efectos de las obligaciones se traducen en derechos y recursos que la ley concede al acreedor
para obtener un oportuno e íntegro cumplimiento de la obligación por parte del deudor.

Encontramos 3 categorías de efectos:

1.- Derecho a exigir la ejecución forzada de la obligación:

 Derecho de prende general de los acreedores.

 Cobro por acción ejecutiva.

2.- Derecho a solicitar indemnización de perjuicios.

3.- Los derechos auxiliares del acreedor.

Aquellos que ayudan al acreedor a la satisfacción de la obligación, asegurando el patrimonio del


deudor para tal efecto, por lo que se dice que garantizan el patrimonio del acreedor.

Estos derechos auxiliares del acreedor son 4:

1.- Medidas conservativas.

2.- Accion oblicua o subrogatoria.

3.- Accion pauliana o revocatoria.

4.- Beneficio de separación.

ACCIÓN INDIRECTA, OBLICUA O SUBROGATORIA

DEFINICIÓN: Acción que permite a los acreedores ejercer las acciones o derechos que competen al deudor,
cuando éste es negligente para ejercerlos con el fin de incorporar al patrimonio de éste, bienes en los que hacer
efectivo sus créditos.

Se le llama acción subrogatoria, porque el acreedor actúa a nombre y por cuenta del deudor (sería una
subrogación de carácter personal). También se le llama acción indirecta, porque el acreedor pretende el cobro
de los créditos a través de terceros y no ejerciendo una acción directa contra el deudor.

La situación que se presenta ante esta acción es la siguiente: el deudor no está interesado en cobrar sus
propios créditos, porque si le pagan, estos irán inmediatamente a sus acreedores (embargo). Entonces, la ley
permite al acreedor subrogarse en la persona del deudor para cobrar sus créditos.

Más específicamente, el objeto de este derecho auxiliar es obtener que el acreedor se subrogue en el
lugar del deudor para ejercitar a nombre de éste las acciones o derecho que le corresponden al deudor, y que
éste, por negligencia o con el ánimo de perjudicar a sus acreedores, no quiere ejercer, imposibilitando
incorporar a su patrimonio determinados bienes.

Por su parte, la ley chilena sólo autoriza la subrogación del deudor por el acreedor en aquellos derechos
y acciones del deudor que se refieran a bienes embargables. Por ello no tiene lugar respecto a derechos
extrapatrimoniales, como los de familia, ni en general sobre aquellos derechos que no pueden ser objeto de
persecución por el acreedor.

Requisitos de la Acción Oblicua

1.- El acreedor debe tener interés en el ejercicio de la acción  Esto ocurre cuando está comprometido la
solvencia del deudor. Si el deudor es solvente, esta acción no puede ejercerse. En estos casos, el acreedor
aparecería como un simple intruso en negocios ajenos, puesto que no hay riesgo.

2.- El crédito debe ser puro y simple o exigible  Esto quiere decir que el crédito no se encuentre sujeto a
condición suspensiva o sujeta a plazo. En otras palabras, no le corresponde el ejercicio de la acción oblicua al
acreedor condicional ni tampoco al acreedor a plazo que aún no se ha cumplido.
3.- El deudor debe ser negligente en el ejercicio de sus derecho y obligaciones  Si el deudor ejercer por sí
mismo sus derechos o acciones, los acreedores carecen de interés para accionar. Además, la negligencia
deberá probarla el acreedor, pero no es necesario que se constituya previamente en mora al deudor.

4.- Los derechos y acciones a ejercer deben ser de carácter patrimonial y sobre bienes embargables  No se
puede ejercer sobre derechos que son personalísimos, porque son inembargables.

Efectos de la acción oblicua

Todos los efectos que se siguen son consecuencia de que los acreedores ejercen los derechos o
acciones del deudor y no actúan a nombre propio, sino a nombre y representación del deudor. Los bienes que
se obtengan no ingresan directamente al patrimonio de los acreedores, sino que al patrimonio del deudor, de
manera que queden afectos al derecho de prenda general de los acreedores.

1.- El tercero demandado puede oponer al acreedor las mismas excepciones que el deudor podía oponer a su
acreedor.

2.- La sentencia que se pronuncie en este juicio produce cosa juzgada respecto del deudor  El profesor abeliuk
encuentra esto discutible y por ello recomienda que se le emplace siempre.

3.- No se requiere de una resolución previa que autorice la subrogación  Esta calificación se hará en el mismo
juicio en que hace efectiva la acción.

4.- Los bienes ingresan al patrimonio del deudor, beneficiándose con ella no sólo el subrogante sino todos los
acreedores.

Casos en los que procede la acción subrogatoria

El silencio del CC sobre la acción subrogatoria, ha dividido a la doctrina en dos posiciones:

1.- Luis Claro Solar  El CC de forma general, contiene la acción subrogatoria u oblicua en los artículos 2465 y
2466. Esto porque estas dos disposiciones otorgarían a los acreedores el derecho a perseguir los bienes presentes
y futuros del deudor que están en su patrimonio, y en este indudablemente se encuentras sus derechos, y por
ende, sus créditos.

2.- Para otro grupo de autores, entre ellos Alessandri, el CC no establece esta acción de forma general, sino que
contiene algunos casos particulares en que les permite a los acreedores su ejercicio y ella no podría pretenderse
en otros casos que los señalados por la ley.

3.- La opinión de Abeliuk es muy interesante  El señala que el CC no ha establecido en ninguna parte una
norma general que permite el ejercicio de la acción oblicua o subrogatoria, y que además esta acción sería
contraria a las normas generales del derecho, ya que por regla general no se toleran las intromisiones de 3°
extraños en negocios ajenos y por tanto no sería esta una acción aceptable en términos generales.

De hecho, cree que es conveniente que se establezca una acción oblicua o subrogatoria como tal,
pero sujeta a una severa reglamentación.

Y Nuestro ordenamiento no contiene una disposición de carácter general que autorice a los acreedores
para ejercitar los derechos y acciones que le competen al deudor. Se dice entonces, que el ejercicio de la
acción oblicua sólo es posible en los casos en que la ley expresamente lo señala. (El CC estableció ciertos y
específicos casos en los que procede esta acción)

Estos casos son:

1.- Casos de los derechos de prenda, usufructo, retención.

Art 2466 CC, inciso primero, establece que, “sobre las especies identificables que pertenezcan a otras
personas por razón de dominio, y existan en poder del deudor insolvente, conservarán sus derechos los
respectivos dueños, sin perjuicio de los derechos reales que sobre ellos competan al deudor, como usufructuario
o prendario, o del derecho de retención que le concedan las leyes; en todos los cuales podrán subrogarse los
acreedores”.

En estas circunstancias, el bien es ajeno, pero el deudor es mero tenedor, sin embargo, es dueño del
derecho de prenda o de usufructo. Respecto del usufructo, los acreedores pueden embargar y rematar dicho
derecho, pero con respecto del derecho de prenda, los acreedores podrían embargar el crédito y a
continuación pedir la realización en remate de la cosa dada en prenda, y el producto aplicarlo al pago de sus
deudas.

Algunos señalan que este tema es la aplicación del derecho de prenda general, otros sostienen que se
trata de un caso de acción oblicua.

Se debe dejar claro que en los derechos personalísimos no hay posibilidad de subrogación, es decir, se
exceptúan: Artículo 2466 inciso final CC.

a.- Usufructo del marido sobre los bienes de la mujer.

b.- Usufructo del padre o madre sobre los bienes del hijo sujeto a patria potestad

c.- Los derechos de uso y habitación.

2.- Casos de los derechos que corresponden al deudor derivados del contrato de arriendo

Este asunto lo encontramos en el inciso segundo del Art. 2466: “Podrán asimismo subrogarse en los
derechos del deudor como arrendador o arrendatario, según lo dispuesto en los artículos 1965 y 1968”. Se trata
de dos situaciones:

a. El primer caso relativo al contrato de arrendamiento es el que señala el Art. 1965. Esta norma se refiere
al asunto del embargo de la cosa arrendada. “Si por el acreedor o acreedores del arrendado se
trabare ejecución y embargo en la cosa arrendada, subsistirá el arriendo, y se substituirán el acreedor
o acreedores en los derechos y obligaciones del arrendador”.
Si los acreedores del arrendador embargan la cosa arrendada, el embargo no pone fin al arriendo
pero se coloca el bien fuera del comercio y los acreedores se sustituyen en los derechos y
obligaciones del arrendador, en otras palabras, los acreedores toman la calidad de contratantes
(de arrendadores) y reemplazan al primitivo arrendador mientras dure el embargo (se trata entonces
de un caso típico de acción oblicua). Algunos señalan que estaríamos frente a un caso denominado
“traspaso legal de contrato”

b. El segundo caso relativo al contrato de arrendamiento es el que se señala en el art. 1968, y que se
refiere a la insolvencia declarada del arrendatario; “La insolvencia declarada del arrendatario no
pone necesariamente fin al arriendo”. El segundo inciso agrega, “El acreedor o acreedores podrán
substituirse al arrendatario, prestando fianza a satisfacción del arrendador”, y el inciso tercero, “No
siendo así, el arrendador tendrá derecho para dar por concluido el arrendamiento; y le competerá
acción de perjuicios contra el arrendatario según las reglas generales”.
Cuando el arrendatario cae en insolvencia, no se termina el arriendo (no necesariamente). Los
acreedores de este arrendatario pueden sustituirlo, y para tales efectos, ellos tendrán que prestar
fianza o cumplir el contrato por parte del arrendatario. La ley da esta posibilidad, porque a los
acreedores les puede resultar útil hacer subsistir un arriendo antes de que siga el camino normal de
la terminación, porque el riesgo que ellos tienen también va a correr peligro.

3.- Caso del deudor que no puede cumplir con la obligación de entregar una especie o cuerpo cierto por culpa
de un tercero

Dice el Art. 1677 “Aunque por haber perecido la cosa se extinga la obligación del deudor, podrá exigir
el acreedor que se le cedan los derechos o acciones que tenga el deudor contra aquellos por cuyo hecho o
culpa haya perecido la cosa.”

Conforme a este artículo, cuando la perdida de la cosa debida ocurre por un hecho o culpa de terceros,
se da al acreedor el derecho a exigir que se le cedan los derechos o acciones que tenga el deudor contra
aquellos cuyo hecho o culpa ha perecido la cosa. La explicación a esta normativa es la siguiente; es efectivo
que los riesgos de la pérdida de la cosa debida es del acreedor, pero el acreedor no es el dueño de la cosa
(sino que el dueño). Existe un aforismo que se aplica que nos dice que: “Las cosas perecen para su dueño”, por
lo que la acción indemnizatoria que aquí surge debería favorecer al dueño y no al acreedor, que tiene sólo un
derecho personal sobre la cosa, pero en el fondo del asunto, el dañado es el acreedor. El deudor hace al
acreedor titular de la acción indemnizatoria a través de una cesión legal.

4.- Caso del deudor que repudia una donación, herencia o legado

El heredero o el legatario es libre para aceptar o repudiar un legado que le ha sido dejado por un
testador. Dicha repudiación puede provocar daño a los acreedores. Ante esta situación el art 1238 nos dice:
“Los acreedores del que repudia en perjuicio de los derechos de ellos, podrán hacerse autorizar por el juez para
aceptar por el deudor. En este caso la repudiación no se rescinde sino en favor de los acreedores y hasta
concurrencia de sus créditos; y en el sobrante subsiste”

En cuanto al repudio de una donación, esta situación se encuentra contemplada en el art. 1394 CC.
“No dona el que repudia una herencia, legado o donación, o deja de cumplir la condición a que está
subordinado un derecho eventual, aunque así lo haga con el objeto de beneficiar a un tercero.”

Su inciso segundo agrega; “Los acreedores, con todo, podrán ser autorizados por el juez para substituirse
a un deudor que así lo hace, hasta concurrencia de sus créditos, y del sobrante, si lo hubiere, se aprovechará
el tercero”. Cuando se repudia una donación, los acreedores pueden ser autorizados por el juez para sustituirse
a un deudor hasta la concurrencia de sus créditos.

5.- Caso de la enajenación de una nave

El Art 841 del Código de Comercio contempla dos situaciones diversas en relación a la venta privada de
una nave, pendiente las responsabilidades del naviero. Si el comprador de ella no ha pagado el precio, los
acreedores del naviero pueden solicitar la resolución (rescisión, dice también equivocadamente el precepto)
de la venta.

Este sí que es un caso de acción oblicua, pues los acreedores se sustituyen al naviero para pedir la
resolución de la venta por incumplimiento de la obligación de pagar el precio. También los acreedores pueden
pedir la revocación de la venta por haber sido ejecutado en fraude de sus derechos aquí hay un caso liso y
llano de acción oblicua.

Artículo 841 del C. de Comercio. Las disposiciones de este título también serán aplicables cuando los
créditos privilegiados surjan por obligaciones del armador no propietario de la nave, salvo que éste disponga
de su uso en virtud de un acto ilícito, con conocimiento del acreedor.

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