CapiruLo 4
EL CEREBRO MATEMATICO
Los cientificos cerebrales han estudiade como el cerebro
Procesa célculos matematicos y han obscrvado que hay distin
tas regiones cerebrales especializadas en «ealeulos aproxinma-
dos» y edleulos exactos. Los pacientes con lesidn cerebral que
de repente han perdido sus destrezas matemiticas han desve-
lado mucho sobre estos procesos, al igual que los nifios que no
han Hegado a adquirir dichas destreaas, Estos estudios tam-
hién han aclarado diferencias entre los cercbros derecho
izquierdo asi como diferencias de género. Segdin clertos estu-
dics realizados en individuos con lesiones cerebrales, e) [dbulo
parietal, implicado en la vision y el recuerdo de dinde estan los
objetos, esta vinculado al conocimiento de los nimeros y sus
relaciones
Una region cerebral para las matemiticas
Se sabe desde hace mucho tiempo que ciertos pacientes
‘con lesitin cerebral ya no son capaces de leer los mimeros aré-
bigos. Parece estrambético, pero es posible que estos indivi-
duos lean 9 en lugar de 5, 0 38 por 48. De algunos de estos
pacientes se ha informado que, aunque a menudo confunden
componentes de nfimeros, no se equivocan nunca con la can-
tidad decimal (la base) del nimero: no leen 30 en ver de 300.
Otros presentan el patrén exactamente opuesto: no cont
den jamais los nimeros simples pero si la base, de mado que
guizd digan 36 por 360. Aqut tenemos un ejemplo de disocia-
cin doble (véase apéndice}, En el primer caso existe un défi-
a7cit en la seleccién de palabras numéricas individuales, que en
el segundo esta intacta. En este segundo caso hay un proble-
ma en la comprensién conceptual de cantidad, que esta intac-
raen el primero,
Brian Bueterworth, de la Universidad de Londres, es uno
de los cientificos que estudia esta clase de pacientes para ave-
riguar cual es el fundamento cerebral de las: matemdticas. La
existencia de estos dos tipos de pacientes da a entender que hay
tuna regidn cerebral en cierto modo especializada en la canti-
dad (a veces denominada gramiitica numérica), mientras que
‘otra regiGn distinta esta especializada en la seleccién de pala-
bras numéricas. En este capitulo deseribimos algunos de los
experiments clave que han ayudado a los cientificos a com-
render qué partes del cerebro estin involucradas en los cal-
culos y los coneeptos matematicos.
No tiene demasiado sentido buscar una regién cerebral
que whaga» matemdticas. En las matematicas hay diferentes
aspectos, por ejemplo, la cantidad y el mdimero. Tomemos la
lectura de niimeras. Existen dos clases de niimeros que pode-
mos leer: palabras numéricas («cincos) y cifras 0 digitos («5»).
La capacidad para leer ambos puede resultar selectivamente
dafiada debido a lesiones en diferentes regiones cerebrales.
‘Unos pacientes pueden leer palabras numéricas pero no digi-
tos, mientras otros tienen el problema contrario. En general,
las lesiones en la corteza visual del lado izquierdo del cerebro
riginan dificulrades en la lectura de palabras, mientras que las
lesiones en la corteza visual del lado derecho ocasionan pro-
blemas en la lectara de digitos, Ast pues, parece que el cereben
tiene varios sistemas encargados de los distintos aspectos del
niimero y la cantidad, que por lo comuin funcionan conjunta
mente integrando toda esta informameién para que tenga sen
ido como un todo,
Catculo en el lébulo parietal
Desde finales de la década de 1980, Stanistas Dehaene ¥
Laurent Cohen, de Paris, han estudiado pacientes con lesio-
nes cerebrales y han revelado que pueden producirse disrin~
t05 problemas matematicos a raiz de dafos en diferentes
regiones del cerebro. Uno dé los primeros pacientes que exa-
88
minaron, llamado S$. M., habja sufride una imporvante
hhemorragia cerebral y perdido la funcién de parte de la zona
posterior del hemisferia izquierdo, coneretamente el [6bulo
do.
La lesion era grave y le habia dejado muchas discapa
dades, ineluyendo problemas aritméticos profundos. Era
totalmente incapaz no sélo de realizar Is suma mas sencilla
{como 2+ 2 = 4), sino también de reconacer ntimeros visual-
inte presentes, Por otro lado, los investigadores observaron
que, cuando el Sr. M. trataba de nombrar mimeros, menu
do daba con la respuesta corrects tras un rato de contar
desde uno hasta el numero presentado. Utilizaba el mismo
mérodo para contar desde uno hacia arriba a fin de llegar a
nimeros que significaran algo para él, como, por ejemplo, la
‘edad de su hija, [ndudablemente, el Sr. M. retenta una repre~
sentacidn del numero, pero le resultaba imposible recuperar
y nombear ntimeros inmediatamente después de la presenta-
Cién del digito 0 de una pregunta que requiriese como res-
puesta un niimero exacto.
‘Ahora bien, aunque el cafeulo del Sr. M. era deficiente
y ano podfa reconocer nameros al instante, los médicos que
Jo examinaban observaron que no tenia la misma dificultad
con la estimacion de cantidades. Por ejemplo, el St. M, sabia
‘que diez era mayor que cinco, El dnico problema que renfa
al comparar niimeros surgia cuando se le pedia que compa-
rara niimeros proximos, como 34 y 36. El Sr. M. era tam-
bign capaz de aprosimarse al tiempo y a las cantidades: sise
Ie preguntala cudnros dias tenia un aio, concestaba que an
fo tenia sunos 350 dias», Decia también que en una bora
habia «unos 0 minutos» y queen una docena de huevos babia
aproximadamente «6 0 10». Sus respuestas no eran del todo
correetas, pero no andaban tan lejos. No sabia sumar 2+ 2, pero
ten cambio sabfa con seguridad que la respuesta no era 9
Dehaene y Cohen Hegaron a la conclusién de que, aun~
que la lesiGn parietal izquierda habia provocada en e] pacien-
te la pérdida de sus capacidades de cilculo, ao habia dafiado
su capacidad de estimacion. Este paciente y otros como a
dan a entender que Ios procesos requeridos para realizar
iloulos exaetos residen en algtin lugar del hemisferio iz-
quiecdo, tal vez en el Iébulo parietal, que en el caso del Sr M.
estaba dafado, Una regién cerebral distinca, probablemense
89)el hemisferio derecho, que en el caso del Sr. M. debe de estar
todavia intacto, parece subyacer a la estimacién aproximada
del niimero.
Pese a que los pacientes con el \éhulo parietal Jesionado
tienen graves problemas para reconocer y calcular ntimeros, a
menudo las dificultades no son tantas cuando algo no numeri
co presenta cierto orden numérico, como los dias de la sema-
‘na o las letras del alfabeto. Por ejemplo, el St. M. sabia al ins
tante que en cl alfabero la A va antes que la Cy que el martes
vva antes que el jueves. Sélo parece estar datada la representa-
cidn de niimeros como indices exactos. El Sr. M. mostraba pro-
blemas concretos a la hora de restar niimeros: operaciones tan
sencillas como 5 ~ 2.lo desconcertaban,
LA LINEA DE NIMEROS
Dehaene ha sugerido gue esto podria deberse a que res-
tar requiere pensar en simeros representados en una «linea
de niimeros», que va desde uno hasta el infinito, de izquier-
da a derecha (o de derecha a iquierda, segiin cual sea el pais
de uno}, con Jos niimeros mayores a la derecha de los infe-
riores. Para la mayoria de nosotros resulta facil imaginar esta
linea, y muchos habremas aprendico sobre niimeros utilizan-
do una representacién fisica de una linea asi —por ejemplo,
un Abaco,
En Ia actualidad atin se utiliza el abaco, que es una téeni-
ca sumamente itil para aprender sobre ntimeros, concretamen-
te sobre edimo sumarlos y restarlos. Imaginemos que no somos
ceapaces de pensar en niimeros en una linea asf. Sino memo-
rizaramos todas las posibles sumas y restas individuales,
podria ser muy dificil sumarlos y restarlos. Esto es exacta-
mente lo que Dehane y Cohen creen que pasé en el caso del
Se M. (y otros individwos con lesiones en el l6bulo parietal),
El St. M. ya no es capaz de imaginar nimeros como repre-
sentaciones en el espacio, o en una linea de nimeros, razén
por fa cual le resulta can diffcil sumar y restar.
LA CORTEZA PARIFTAL, ESPACIO Y CANTIDAD
La corteza parictal (véase figura 4.1) esté implicada crit
camente en Ia representacion del lugar donde se hallam las
cosas que tenemos alrededor: esta capacidad se denomina
representacién espacial y es crucial en la vida cotidiana. Sin
ella nos costaria muchisimo coger objetos, orientamnos por
nuestro entorno, recordar dénde esti cualquicr cosa o prestar
atencin a partes determinadas del medio circundante.
Segin Vincent Walsh, de la Universidad de Londres, la
coreza parietal desempeita un papel importante en la repre-
sentacion de la magnitud, Esto es aplicable no s6lo a los mime-
10s y lis cantidades sino también al tiempo y al espacio. La
representacion espacial guarda relacién con Iss matematicas,
Desde Euclides y Pitigoras, la aritmética y la geometria han
estado unidas. Si lo pensamos, Ja linea de niimeros que utiliza-
mos para contar, sumar y restar supone imaginar niimeros y
objetos en el espacio. En las eulturas occidentales, general-
‘mente se considera que el cero esté en cl punto situado mas a
la i2quierda de la linea, de modo que cuanto mas avanzamos
hacia la derecha, mayores son los ntimeras. Las culturas en las
que se escribe de derecha 2 izquierda, por ejemplo, las que
hablan drabe o urdu, tienen una linea numérica que va de dere-
cha a izquierda,
‘Comeza parol superior
FIGURA4A1, La cortesa parse, gie pmade disiinse en las eeeciomes
superior ¢ foro, estd implicada on las ranipulactomee espaciales y er la
commprensiin numérica y arametics,
0Fant 4.2. Efeuerpo callow ese mata de frase rca on a
arte ental del cera comass oe dos beers, pemnienda aa oto,
S comuniquen otro istaned 9 continent
Por lo comiin, en los test de apritud la gente presenta cla
ras correlaciones entre la expacidad matematica y la capacidad
espacial, En orras palabras, los que exhiben una buena capaci-
dad espacial —es decir, tienen un buen sentido de la orienta-
cin y recueedan ficilmente su camino en entornos complicae
dos— a menudo, aunque no siempre, tienen también buenas
destrezas mateméticas. Tal vez posean una corteza parietal
especialmente bien desarrollada. Puede que al nacer haya dife-
rencias, o que las diferencias estén vinculadas a experiencias
especificas. En principio, para resolver cstas cuestiones seria
conveniente disponer de datos de estudios con neuroimagenes.
Peco estos atin no se han llevado a cabo.
Los dos lados del cerebro
Ademas de implicar al lobule Hl i
icar al lébulo parietal en el edlculo, el
estudio del Sr. M. sugiere también que los diferentes lados del
cerebro (los bemisferios) podrian ser responsahles de distintos
componerites de las matemriticas y la centidad. La idea de que
los dos hemisferios tengan funciones diferentes es una posibi-
lidad fascinante que ha interesado a los cientificos durante
décadas. Por lo general, los dos lads del cerebro trabajan jun-
tos, comparando y procesando continuamenre informacién
‘que es teansferida desde un lado al orro mediante tuna masa de
fibras que conecra los dos hemisferios y recibe el nambre de cuer-
po calloso.
Para estudiar los distintos lados del cerebro, los cientifi-
cos han analizado a pacientes cuyos hemisfetios derecho =
izquierdo han dejado de estar conectados y, por lo tanto, fun-
cionan independientemente el uno del otro. Estos individuos,
de los que hay muy pocos en el mundo, tienen el cuerpo
calloso dafiado o se les ha extispado quirirgicamente en un
intento de poner remedio 2 una epilepsia de dificil cura. Co-
mo consecuencia de ello, e! cerebco esti realmente dividido
en dos mitades —se les conoce como pacientes de cerebro
hendido—, Aunque I operacién logea reducie claramente los
ataques epiképricos, actualmente no se llevaria a cabo porque
es un procedimiento demasiado drastico. Por lo visto, lesio-
nar siquiera tina pequeda seccién del cuerpo calloso ocasio-
nna tanta provecho como cortarlo todo. En los pacientes de
cerebro hendio, las dos mitades del cerebro funcionan de ma-
era aislada, pues ya no son capaces de comunicarse entre si.
El estudio de pacientes de cerebro hendido ha revelado
‘muchfsimas cosas sobre los diferentes papeles de los dos hemi
ferios cerebrales.
Recordemos (capitulo 1) que !a informacin eransmitida
al lado derecho del cuerpo, como el contacto con el brazo dere~
cho o la visiGn de algo situado en el lado derecho, s procesa~
da por el kado izquierdo del cerebro. Por lo general, la infor-
macién procesada en un hemisferio es enviada eapidamence
—en el espacio de escasos milisegundos— al otro hemisferio a
través del euerpa calloso, Habida cuenta de que en los pacien-
tes de cerebro hendido no es posible esta transmisién de infor-
macidn, puede investigarse el funcionamiento aislado de uno
de los hemisferios presentando un estimulo en el lado opuesto
del cuerpo. Desde hace mas de un siglo se sabe que, en la
mayoria de las personas, el lenguaje reside en el hemisferio
i2quietdo. Aunque esto es cierto para los individuos diescros.
no suele serlo normalmente en el caso de los zurdos, en quie-
nes el lenguaje suele estar alojado en ambos hemisterios, Si se
93muestra un objeto, pongamos una manzana, en el Lado iequier
do de un paciente de cerebro hendido (que esta mirando al
frente), esta informacién sélo va al hemistenio derecho, y el
paciente es incapaz de nombrae el objeto. El paciente no exhi-
he esta dificultad para nambrar si la manzana se presenta en el
Jado derecho, en cuyo caso Ia informacion visual es enviada al
hemisferio iaquierdo (el del lengus}e)
COMPARACIONES DE CANTIDADES
Los pacientes de cerebro hendido son incapaces de com-
parar dos niimeros si uno se presenta en an hemisferio y e) otro
en el otro. No encuentran el modo de integrar esta i\formia-
cin, por lo que para ellos comparar carece de sentido. No
obstunte, silos dos nimetos aparecen juntos en el mismo lado,
al individuo no le cuesta nada determinar cual es mis peque-
fio, Esto se cumple en ambos lados. La comparacién es ligera~
mente inferior en el hemisferio derecho que en el izquiesdo, si
bien la diferencia es minima. Esto pone de manifiesto que
ambos hemisferios son capaces de reconacer y comparar digi
tos. Comparar eantidades no se basa en el lenguaje. Si ast
fuera, el hemisferio derecho seria incapax de efectuar dicha
operacion
CALCULOS APROXIMADOS
Sin embargo, el hemisferio derecho na es capaz de iden-
tificar niimeros eseritos, por ejemplo sesenta y cuatro>. El
hhemisferia derecho sabe que significa 6, que es inferior a 8,
que represenca seis puntos, pero este conocimiento se desva-
nece completamente cuando se trata de la palabra «seis». Bl
hemisferio derecho tsmpoco puede por si solo nombrar digi-
tos y realizar calcwlos aritméticos. El hemisferio izquierdo
puede sumar 2 + 5, pero para los individuos de cerebro hest-
dido esto es imposible si las sumas se muestran en el hemis~
ferio derecho. El hemisferio inquierdo puede multiplicar
mientras que el derecho no. Esto no es sorprendente, En la
mayoria de las sociedades, la multiplicaciGn esta claramente
vinculada al lenguaje. En casi todas las culturas, para saber
94
se mentana 2
Ficus 4.3. Bin Joe paclentee de corebro hendido ha sida extirpad
‘quirurgcamente ol exerph calloso, normalmente on un intent de trata
lung epilepsia de dificil cura, EX vesultado es que fos das hemisferios estan
separades y y2 no pueden comnmicarse emare si. Estos iuividuoe pueden
nombrar objetes mostrados en su campo vieual derecho. pues estos sors
Pracesadas por el hemusferio cerelral izquierdo (el del Lenguaje). Noes
posible nomibrar los objets presensados en ef campo visual iaguierds
Porgne el homisferio derecho es inespss de product lenguaie. Loe o7oe y
5 mare naan Us prt delve dk obec. La mage owns
multiplicar los nifios se aprenden las tablas de memoria, Asi
puss, js6lo el hemisferio izquierdo (el del lenguaje) se sabe las
tablas de multiplicar!
No obstante, el hemisferio derechy, puede efectuar esti-
macignes. Los pacientes de cerebro hendida saben que sumas.
obviamente crréneas como 4 + 6 = 23 son incorrectas incluso,
cuando se les muestran en el hemisferio derecho. Por ranto,
parece que el hemisferio derecho hace estimaciones mientras
que el zquierdo ealeula. Ast pues, no sorprende que el Sr. M., que
sufria uno lesién masiva en su hemisferio izquierdo posterior,
fuera incapaz de calcular pero en cambio no tuviera dificulta-
des para hacer estimaciones aproximadas.
9s{CEREBRO IZQUIERDO/CEREBRO DERECHO?
Las investigaciones con pacientes de cerebro hendido
nos han permitide conocer mucho mejor el funcionamienco
de los dos hemisferios cerebrales. Este conocimiento se ha
infiltrado en la cultura dominante, pero, por desgracia, los
escudios han sido interpretados con cierto desenfado. Hoy
dia se cree comiinmente que cada lado del cerebro controla
distineos «modos de pensar» y que cada persona tiene una
preferencia por una u otro, ey decir, que un hemisterio domi-
na sobre el otro. Se califica a los individuos «de cerebro
inquiesdor, ade cerebro derecho», o incluso «de cerebro ente~
ror. Es posible incluso encontrar xcuestionarios de domi-
naneia hemisférica» que podemos rellenar para averiguac si
somos «de cerebro izquierdo» o ade cerebro derecho», para
a continuacién hacer ejercicios a fin de cambiar la sitwaci6n.
Esto es psicologia popular, no psicologta cientifica. Aunque es
cierto que un hemisferia domina sobre el otro en lo que res-
pecta a nuestra experiencia. del mundo y nuestras accion
ambos lados del cerebro funcionan juntos en casi todos los
procesos, situaciones y tareas, En otras palabras, no somos ni
de cerebro derecho ni de cerebro izquierdo. Urilizamos los dos
lados.
Se ha alirmado que actualmente Ia edueaci6n favorece los
modos de pensar de cerebro izquierdo, que son | Se
ticos, dominantes y precisos, al tiempo que q\
a los modos de pensar de cerebro derecho, que son creatives,
intuitivos, emocionales y subjetivos. Aunque seguramente es
algo bueny alentar a la educacién a abarear wna gran variedad
de tareas, destrezas, aprendizajes y modos de pensar, es pura-
mente metafarico denominar a estos modes de pensar «de
cerebro derecho» o ade cerebro izquierdo». Las personas que
tno tienen hemisferio derecho no estan despravistas de creativi-
dad. Las que no tienen hemisferio izquierdo, si bien la mayo~
ria de ellas son incapaces de producir lenguaje, ain pueden ser
analiticas. Algunas incluso seran capaces de hablar, pues en
luna pequefia proporcidn de personas (alrededor del 7 %) el
lenguaje esti alojado en el hemisferio derecho,
deeds Since que las ideas de cerebro izauietofcerebro
‘recho deban influic en el tipo de educacién que recibe la
gente. La mayoria de los neurocientificos ponen en entredicho
96
la valider de la clasificacién en funcidn de tas capacidades
como persona de cérebeo izquierdo o de cerebro dececho, En
fo que respecta a la edueacién, esta clasificacién podria supo-
ner incluso un impedimenta para el aprendizaje.
Formacién de imagenes mentales de matematicas
Hasta ahora hemos analizado estudios sobre compren-
sion matematica en individuos con el cerebro dafiado. Ciertos
estuclios de neuroimagenes han revelado que, en las personas
‘con un cerebro normal y sang, durante el calculo estd activa-
do el lobulo parietal. El primer estudio de imagenes que puso
ide manifiesto la implicaci6n del lobulo parietal en las mate~
imiticas fue Hevado a cabo en Suecia en la década de 1980
Desde entonces, muchos mis estudios de imagenes —en los
que se han utilizado difecentes técnicas y tipos de tareas—
han respaldado este resultado pionero. El Idbulo parietal,
conctetamente la parte inferior del hemisferio derecho, se
activa cuando los participantes comparan ndmeros y también
cuando los restan y suman. Tal coma hemos visto, el lobule
parietal tienc que ver criticamente con el conocimiento del
lugar donde se hallan las cosas en el espacio. Su implicacién
en el cileulo encaja con Ja idea de que éste contiene un ele
mento espacial.
1 lobulo parietal inferior esta activado tanto en Ia mul-
tiplicacién como en la comparacién. De hecho, su nivel de
activacion parece depender en ambos casos de la dificulead
de Ia tavea matematica. Ademés del lobulo parietal, se
cbservan algunas diferencias mas cuando los participantes
hacen multiplicaciones en vez de comparaciones. Durante !a
multiplicacién se produce en la activacion cerebral un cam-
bio hacia el hemisferio izquierdo, mientras que, durante la
comparacién, tiene lugar activacién en ambos hemisferios
con una ligera preferencia por el derecho. Esto concuerda con
Ia idea de que Ia multiplicacién, aunque no la comperacion,
depende de las regiones del hemisferio izquierdo relaciona-
das con el lenguaje, Como ya hemos seftalado, en cast to
dos los sistemas educativos se aprende a multiplicar de
ia el aprendizaje de! vocabulario
memoria, lo que nos rccuerd:
de una lengua.Fiona 4.4, Loe aillelas marematicos ativan la coresa portal
En una fase muy temprana del desarrollo, ¢ incluso en
‘otras especies, existe ya una capacidad basica de comparar
nmeros y un sistema basico de representacion de eanridades.
Gierros estudios conduetuales han revelado que la pereepeién,
la discriminacton y el céleulo elemental con miimeros estan pre
sentes a una edad muy temprana, tal como mencionamos en el
capitulo 3. La capacidad para comparar niimeros depende de
tun sistema no verbal de representacién localizade principal
mente en el lobulo parietal, Para las comparaciones y las esti-
maciones de cantidad, no hace falta convertir los nimeros en
palabras, lo cual dependerfa del hemisferio izquierdo. Como se
ha demostrado en los experimentos con pacientes de cerebro
hhendido que hemos visto antes, ambos hemisterios son capaces
de Mlevar a cabo la tarea de hacer comparaciones y estimacio-
hes numérica.
CALCULO, AMROXIMACION Y LENGUASE
Datos recientes procuran un nuevo respaldo a la idea de
que el cfleulo exacto depende del lenguaje, mientras que Ia
aproximacion se basa en redes cerebrales espaciales y visuales
98
no verbales. Stanislas Dehaene, Liz Spelke y sus colegas ense
ftaron a voluntarios bilingiies a efecruar estimaciones y cilcu
los exactos en una de sus dos lenguas. A continuacién, los
investigodores examinaron a los voluntarios en ambos idio-
mas, La ejecucién de los problemas exactos era més rapida en
la lengua usada por los individuos cuando aprendieron a cal-
cular gue en Ja segunda lengua, aungue actualmente usaran
Gta eon mucha frecuencia, Por contraste, en las aproximacio-
nies el desempesio era equivalence en los dos idiomas. Los daros
de las neuroimgenes confirmaban estos resultados condue-
‘wales: el lébulo parietal de ambos hemisterios presentaba una
mayor activacion en lus aproximaciones que en los eleulos
exactos, durante los cuales se observ una activacion adicional
on las reas lingbisticas cerebrales.
Las datos dan a encender que, en los adultos, |a facilidad
para el cilculo probablemente depende de una inveraccién
constante entre representaciones de cantidad, visuales y ver-
bales de los niimeros, Los calculos dle memoria se realizan en
buena parte mediante el sistema verbal, mientras gue las
aproximaciones se hacen utilizando el sistema de cantidades.
Diferencias de génern y matematicas
Muchos estudios han puesto de relieve indicios de dife-
rencias de género en In capacidad matematica. No obstante,
aunque existan, sin duda estas diferencias no son puramente
biolégicas. De una cultura a otca se aprecian variaciones en la
magnitud del efecto del género, Mientras que los chicos supe
ran las chicas tanto en China como en los EE.UU,, his chicas
chinas tienen un mejor desempefio que los chicos de los
EE.UU, Esto no es una diferencia bioldgica entre los chinos y
Jos americanos: cuando las chinas van a ta eseuels en los
Estados Unidus, su eapacidad matemitica disminuye hasta el
nivel de las americans,
Si hay diferencias sesuales en matemécicas, hay también
un elevado grado de coincidencia: muchas chicas de todos los
paises rinden mas que muchos chicos. En un reciente analisis
de hallazgos de distintos estudios se ha observado que en los
lkimos Geinta afios la distancia entre chicos y chicas se ha
reducido a la mitad, claro indicio de que las diferencias de
99género estan inducidas socialmente al menos en parte, En los
tiltimes anos, en el Reino Unido, en general las chicas han
Superado a los chicos en los examenes nacionales de matem4.
ticas (y en muchos otros terrenos) a las edades de 16 y 18 anos
superar a [os chicos en matema-
n se estd produciendo actualmen-
te en los BELUU.
Ciertas investigaciones sobre diferencias de géneco en el
cerebro han revelado ligeras disparidades entre el cerebeo
masculina y el femenino. De todos modos, muchos de los te
sultados son equivocos:y hay poco acuerda respecto a los
ue significan las diferancias. Aun se sabe menos sobre el
ritmo del desarrolly de cuulquier diferencia neurolégica de
género, Uno de lag resultados mnas sistemaricos es que el cere-
bro masculina es mag voluminiso en los ldbulos tempurales,
que comprenden! lit rattdcls el bipocampo. Esto se he
reproducido recientemente ¢4 un importante estudio levade
8 cabo por Tina Good y sus colegas de Londres, que estin
investigando diferencias cerebrales estructurales entre los
sexos. Good y su equipo también han observado que la vor.
teza cingulada anterior es mas abuhtada en las mujeres
Asimismo, en un estudio reciente de Ruben Gur y sus colegas
de Filadelfia se ha informado de que la corteza orbitofrontal
es mds grande en las mujeres que en los hombres. Tanto Ix
corceza cingulada anterior come la cortera orbitofrontal
estin claramente implicadas en el procesamiento emocional
€a contextos sociales y no sociales, Su mayor tamaio en las
mujezes con respecto a los hombres quiza refleje las diferen.
sias sexuales en ef procesamiento de las emociones, Por
ejemplo, las mujeres suelen superar a los hombres en los test
de pereepci6n y sensibilidad emocional,
La idea de que los cerebros masculino y femenino han
evolucionado para asumir papeles distintos ha sido desarro-
Hlada recientemente por Simon Baron-Cohen, de la Unc
versidad de Cambridge, quien sostiene que lus hombres tic.
ea tendencia a analizar y constrair sistemas mientras las
mujeres estiin predispuestas a mostrar empatia, Baron-Cohen
sugiere que estas diferencias sexuales aparece por causas
mas bioldgicas que cukurales, De todos modos, la cuestion
importante a recordar es que aunque muchos hombres tienen
un cerebro tipicamente «masculino y muchas mujeres lo tie,
100
umente vfemenino>, existe mucha coincidencia entre
jos dos géneros, :
Heer ithe s tn alibi Rect pS Omacd
entre los cerebros masculino y femenino, un hallazgo bastante
sistemitico es que, durante las tareaslingiisticas, el plano tem=
onal ngvierdo (uo ies del lenge) ext ms netivado en Jos,
hombres que en le mujeres. Aunque an contoveria, una
posibitidad es que el cerebro de los hombres esté mas lateral
zado (0 que sea ms asimétrca) que ol de las mujeres, qu en
los cometidas lingitsticos urilizan ambos hemisfenios. Esto
odes conreper a dlsor a -fanke Sleerras Baas
rcs relativas al lenguaje: varios investigadores han advertide
que las mujeres superan a los hombres en las tareas verbal.
Hae conte, pare qe os embers conte
jue las mujeres en las tareas espaciales. 7
ie a licrdee Suaale Caton ade ved
hormonales. En un estudio realizado por Doreen Kimura y
nes colegs sla Universidad oe Weer Ontario invest
garon capacidades espaciales de las mujeres durante sus ciclos
hormonales mensuales. El principal hallazgo fue que la capa
Cidad espacial de las mujeres era inversamente proporcional al
nivel de estrogeno, la hormoua sexual femenina, Un estudio
mis reciente ha revelado que la cestosterona, la hormona
sexual masculina, mejora la memoria espacial ¢ incrementa el
tamaiio del hipocampo tanto en las aves macho como en las
aves hembra, ‘ fi
Entre los géneros existen diferencias cercbrales, pero de
un individuo a otro las diferencias son incluso mayores.
‘Tradicionalmente, sc ha considerado que las capacidades espa-
ciales son una esfera de exceleneia mascuilina. Un cierto niime-
ro de mujeres y algunos hombres que conocemos nos han con-
fesado sin reparos que se les da bastante mal interpretar mapas
¥ no son eapaces de recordar recortidos, Las matemiéticas con-
llevan manipulacién espacial, lo cual podsia explicar por qué
desde siempre los chicos han superado a las chicas en mate-
miiticas y estas generalmente han demostrado sec més aptas
que los chicos en los exiimenes de lengua,
Los estudios sobre diferencias cerebrales y cognitivas
centre los sexos dan a enender que algo hay de verdad en los
famosos estereocipos de género. $i esto se confirma, podria
tenet repercusiones en ks ensefianza de materiay que inclayen
101destrezas espaciales 6 verbales, por ejemplo, las matemécicas y
los idiomas, respectivamente. Desde luego aqui no estamos
hablando de niveles normales de capacidad sino de niveles
extremos (de alta o haja capacidad), con independencia del
género, aunque la proporcién de chicos y chicas en estos extre-
mos puede diferir. Una estrategia podria ser desarrollar pro
gramas informaticos que soslayen la necesicad de deserezas en
los individuos que carecen de las mismas. Seria algo asi como
las gafas para los cortos de vista.
Discalculia
‘Muy distinta de las diferencias de género es Ia observa-
cién de que a algunas personas se les dan realmente mal los
nmeros. Pueden ser hombres o mujeres, y actualmente no se
conoce la frecuencia de estos casos. Su rasgo caracteristico es
gue la capacidad de cdlculo aritmético no llega a desarrollar-
se pese a la excelente enseflanza y al buen input ambiental.
Brian Burterworth, de la Universidad de Londres, ha estudia-
do estos casos y ha observado que el problema viene de fami-
lia. Es posible que los miembros afectados no sean capaces de,
entre dos nimeras dados —por ejemplo, 26 y 31—, estimar
cuil es el mayor. Tampoco son capaces de decir con silo echar
un vistaza si han caido fuera de la caja dos cerillas o cinco.
Cabe sospechar que hay una sutil anonsalia cerebral tras
este trastorno especifico y persistente, al que aludimos a imenu=
do como discaleulia del desarrollo. Naturalmente, las dificul-
tades graves y continuas con las matematicas no tienen por que
deberse a problemas neurolégicos sino que pueden producirse
Por otras razones, entre ellas la ansiedad. Sea cual fuere la
causa, las estrategias educacionales inspiradas por estudios
psicolégicos y cerebrales sobre el procesamiento de Jos niime-
ros podrian ayudar a sortear o superar los déficits. Estas estza-
tegias serian diferentes si las causas también lo fueran, de ahi
|i importancia de buscar las causas.
En los nifios con discalculia, Ia eapacidad pars adquirir
destcezas aritméticas esta dafiada en un grado de moderado a
grave, Puede que estos nifios tengan dificultades para com-
prender problemas matematicos incluso muy sencillos tanto
en [a escuela como en otros contextos, como coando com-
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prueban Ia factura de la tienda, cuentan el cambio o caleulan
cuanto tiempo tardardn en realizar determinadas actividades.
‘Los nifios con discalculia describen as matematicas y cl céleu=
lo como un lenguaje diferente que no conocen, Para in nilio
dliscaleGlico, las marematicas y el concepto de numero son tan
incomprensibles como el idioma chino para alguien que jamis
lo haya estudiado, Como es logico, los nifos discaleilicos
menudo se sienten muy frustrados y ansiosos en las clases de
matemitieas y en cualquier parte donde se requiera algiin tipo
de cilculo. Estos impedimentas marematicos son especial-
mente penosos porque los nifios a menudo estin motivados y
tienen una inteligencia normal, incluso por encima de la
media. A yeces la discalculia aparece en nifios con dislesia
No se sabe por qué ni como en ocasiones estos dos trastornos
estin relacionados.
La disealculia del desarrollo puede aparecer por diver
sas razones, Con toda evidencia, el cerebro tiene un cablea-
do duro para poder calcular —los recién nacidos tienen
capacidades numéricas basicas—. Los bebés distinguen entre
ntimeros pequefios y objetos ¢ incluso parecen ser capaces de
hacer célculos matematicas sencillas. Sahen que tuna mujie-
ca ms otra muiteca son dos munceas, ¥ no tres o cuatro,
Parece haber un conocimienta innato del concepto de ime
ro. Una de las hipstesis predominantes para explicar la dis-
caleulia, propuesta por separado por dos de los expertos
mundiales en capacidad matematica y cerebro —Stanislas
Debaene y Brian Butterworth—, es la falta de este sentido
innato del nimero,
Ello acaso se deba a que falta uno de los principales meca-
nismos de arrancada para el aprendizaje répido de la cantidad
y el nimero, Esta elase de mecanismo recibe a menudo el nom-
bre de médulo. Quizd el médulo no logre desarrollarse como
es debido a causa de alguns lesidn cerebral temprana o alguna
devorganizacin genética de los circuitos neurales subyacentes.
En el cerebro adulto, ciertos estudios de pacientes con lesiones
cerebrales y experimentos con neuroimsgenes han indicado
que la cortera parietal izquierda y derecha, implicada en el
procesamiento visoespacial, esta relacionada con el conoci-
miento de cantidades y sus rclaciones. En los adultos, eiertas
lesiones del lébulo parietal provocadas por apoplejia 0 dafio
cerebral pueden originar disealeulia. Algunos mifios parecen
103sufrie un déficit remprano en le representacién de la cantidad
en el lébulo parietal, por lo que carecen de intuicién de la can-
tidad. Por otra parte, 0 ademas de este posible deficit del labu.
lo parietal, puede que las conexiones entze los conceptos de
cantidad y niimero exacto no Hleguen a desarrollarse debida.
mente. Por ejemplo, un nifio quiza se aprenda de memoria e
algoritmo de la susteaccion pero luego tal yez no sepa conec-
tarlo con sus intuiciones sobre la eantidad, la que se traducira
en errores graves
ENSERAR MATEMATICAS A NIROS DISCALCOLICOS
Tanto si la discalculia se debe a lesiones en una determi=
nada region cerebral como si es causada por errores en el desa-
trollo de conexiones entre componentes del sistema matemati-
0 del cerebro, los estudios psicolégicos y neurocientificas
sobre el procesamiento de los nimeros deben inspirar las estra~
tegias educativas, En los casos en que exista un defecto neuro
logico, evidentemente sera un error presuponer un simple pro-
blema de motivacién. Aqui se precisan estrategias para sortear
Ia destreza que Falta
Nuestra suposicidin es que un mecanismo defectuoso de
artancada para el aprendizaje rapido no impide el aprendi-
zaje lento. ¥, en efecto, es aqui donde la ensefianza compen.
satoria puede hacer grandes aportaciones. Lo esencial es
enseflar mediante la repeticion lenta y paciente de elemenitos
bisicos que normalmente se dan por sentados, amén de pro-
porcionar reglas explicitas. Esto supone un esfuerzo consid
table, y no equivale a instalar las ceglas implicitas y la intuie
cién que faltan, No obstante, es algo sumamente prictico. Al
final, el individuo discaleilico seré capaz de realizar y verificar
operaciones bisicas.
Hacen falta més estudios con imagenes cerebrales
revelar precisamente qué procesos compensatorios utilizan
Jos individuos que han hecho progresos, Este conocimiento
podria inspirar a creacién de mejores programas de ense-
Sanza. Desde un punto de vista especulativo, damos por sus
Puesto que, para una buena compensacidn, son uccesarios
recursos intelectuales generales. No a todos los nifios les
sobran este tipo de recursos, y no es justo peditlés que hagan
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tun esfuerzo adicional continuado. Cada vez que hablemos de
trastornos del desarrollo, ‘mencionaremos los costes de la
compensaciin. Existe una alternativa: pleno apoyo por
medios externos. En el caso de a discalculia, ya tenemos cal-
culadoras electréniess, y puede haber otros instcumientos que
ayuden en los eéleulos aproximados. Las ciencias cerebrales
caso lleguen a ser un aliado dé los que dnetun y emsayan
programas fururos. Estos quizd tengan efectos 2 largo laze
en la reorganizacién cerebral, igual que seguramente los tiene
fa educacién convencional,
10s