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Introducción

1.1. La Biblia es “luz” para nuestro caminar


La lectura de la Biblia quiere ayudarnos en nuestros días a percibir la presencia viva
de Dios, de su sueño de vida y esperanza, de paz y solidaridad. Por eso la palabra de
Dios es, por encima de todo, como la luz de un farol que indica el camino por donde
andar. Pero no sólo ilumina. También es luz que da calor a nuestra esperanza. En ella
encontramos sentido para nuestras vidas 1.

El texto que más nos ayudó a descubrir el papel de las


Escrituras en la vida de las comunidades es la historia narrada
“Tu Palabra es
en el Evangelio de Lucas, capítulo 24, versículos 13 al 35. Allí se
lámpara para mis
nos cuenta que Cleofás y tal vez su mujer, María (ver el
pasos y luz en mi
Evangelio de Juan, capítulo 19, versículo 25) están huyendo de
camino”
Jerusalén hacia Emaús, después del asesinato de Jesús.
(Salmo 119, 105)
 Antes de continuar la lectura de esta página,
proponemos leer Lucas capítulo 24, versículos 13 al 35.

Respondamos a las siguientes preguntas:

¿Cómo utilizó Jesús las Escrituras? ¿Con qué finalidad? ¿Alcanza con recordar las
Escrituras para devolver la esperanza a aquellos discípulos?

Antes que nada, recordemos que Jesús recurre a la Biblia para iluminar la realidad
de sufrimiento, de angustia, de vida sin perspectiva de aquellas dos personas. Los
discípulos de Emaús resumen la situación de todas las comunidades de la época. Jesús
no pretende simplemente aumentar la cultura bíblica de esa gente, sino que pretende
transformarles la vida. Y lo consigue. Sin embargo, sólo en parte lo consigue con ayuda
de las Escrituras, como ellos mismos reconocen (leamos nuevamente el versículo 32). La
lectura de la Biblia llega a hacer arder el corazón; sin embargo, no es suficiente. Algo
falta. Lo que de hecho abre los ojos es una nueva práctica (veamos el versículo 31). Este
nuevo modo de ser se da en la hospitalidad y en el compartir realizados en aquella
comunidad. Al compartir su casa con el forastero y comer junto a la mesa con él, sólo
entonces, una vez que ha ardido el corazón por las Escrituras, sus ojos perciben la
presencia de Jesús entre ellos. Inmediatamente, vuelven para la comunidad de Jerusalén
y anuncian la Buena Nueva, Victoria de la Vida sobre la muerte.

Nuestro curso quiere ser un poco como la historia de Emaús. Quiere dar calor a
nuestros corazones, es decir, darnos esperanza, alimentar nuestra mística, nuestra
espiritualidad. Pero no basta solamente tener esperanza. Importa hacerla realidad en el
día a día de nuestras vidas, reforzando y estableciendo relaciones de fraternidad y
solidaridad. El Reino de Dios ya está entre nosotros, pero es preciso que se vaya
ampliando y traduciendo en una nueva manera de convivir, más humana y más fraterna.

Biblia, vida y comunidad

1
Las citas bíblicas son tomadas de la traducción: El libro del Pueblo de Dios, La Biblia, San Pablo, Buenos
Aires, 25ª edición, 2001
2
Se acostumbra decir que la lectura de la Biblia es como una mesa. Esa figura trae a
nuestra mente varias imágenes.
“Todo lo que ha sido
escrito fue escrito En primer lugar, una mesa está apoyada con sus patas en
para instruirnos, el suelo. Cuando eso no sucede correctamente, no queda firme
para que con la y, al balancearse, puede hacer caer lo que está sobre ella. ¿Qué
fuerza y el coraje queremos decir con ello? Para leer la Biblia con provecho, es
que nos dan las importante tener los pies bien parados en la vida de nuestra
Escrituras, realidad personal, así como en la vida sufrida de nuestro pueblo.
mantengamos la Es en función de nuestra vida real que vamos al texto sagrado.
Esperanza”. Queremos buscar luces, motivaciones, fuerza, ánimo, en fin, la
(Carta a los Romanos,
voluntad de Dios para transformar nuestras vidas y la vida en las
capítulo 15, versículo 4)
Iglesias y en la Sociedad, a fin de que éstas puedan parecerse
más al Reino de Dios.

Una segunda imagen que nos viene a la mente, es que generalmente no se hace
una mesa para colocarla en el rincón de la sala, sino en el medio. La mesa, por encima de
todo, sugiere comunión, comunidad. Allí se comparte el pan cotidiano, ideas,
entretenimientos, sentimientos. Así también la lectura de la Biblia será más rica si es
hecha en comunidad, alrededor de la mesa. Se intercambian ideas, se amplía la
comprensión del texto a partir de diferentes contribuciones. Hay un crecimiento más
cualificado que sólo es posible en comunidad. La Biblia tuvo un largo proceso de
formación. Fue una gran “mutirão”. Y, leyéndola del mismo modo, ciertamente sus frutos
serán mayores y más sabrosos.

Una última imagen que aquí queremos evocar es que raramente se encuentra una
mesa sin que haya, por lo menos, un ramo de flores, un mantelito o un plato sobre ella.
Queremos decir con eso que en la mesa de la comunidad no puede faltar la Biblia.

La lectura de las Escrituras debe ser hecha con mucho respeto y fidelidad al texto,
con los pies metidos en la tierra de la realidad y en comunidad. Sólo así es que se llega a
escuchar a Dios. Pues Él es un Dios que continúa manifestándosenos, no sólo a través de
la Biblia, sino a través de las personas y de los acontecimientos de nuestra época. Leída
así, la Biblia sobre la mesa es como la luz que ilumina y da calor, cuyos rayos de vida
alcanzan tanto a quien está a su alrededor, como a quienes están más lejos.

Criterio principal para leer la Biblia: defensa y promoción de la vida.

Para nosotros/as, personas cristianos/as, el criterio fundamental, la clave de


interpretación para leer todas las escrituras es la persona de Jesucristo. Y Él mismo
resume magistralmente el principio que siempre tiene que orientarnos. Él mismo dice cuál
es el criterio para comprender la Palabra de Dios presente en las palabras humanas,
escritas por el pueblo de Israel. Es la historia de ese pueblo hecha con su Dios, la que
está registrada en la Biblia. El criterio central que Jesús nos da es la defensa de la vida.
Defensa de la vida en cualquier situación en la que ella se encuentre disminuida, ya sea
en la enfermedad como en la exclusión, la pobreza, la propia muerte.

 Podemos ver esa práctica de Jesús, por ejemplo, en el Evangelio de


Marcos, capítulo 3, versículos 1 al 6, o en el Evangelio de Mateo, capítulo 25,
versículos 31 hasta el 46. O también en el Evangelio de Juan, capítulo 10, versículo
10 en el que podemos leer:

“Vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.


3
La letra del texto, su sentido literal, es muy importante. Pero por encima de todo,
importa buscar su sentido, o su espíritu. Así lo escribe el apóstol Pablo en su segunda
carta a los Corintios, en el capítulo 3, versículo 6: “...la letra mata, en cambio es el Espíritu
el que da vida”.

 Leamos ahora el salmo 1 y veamos cómo él nos sitúa claramente delante de


dos proyectos, el del justo y el del impío.

Las Escrituras quieren mostrarnos el camino de la justicia. En los autores del libro
del Deuteronomio, optar entre un camino u otro es optar por la vida o por la muerte.

 Veamos en el Deuteronomio, capítulo 30, versículos 15 al 20.


Podría representarse ese modo de leer la Biblia con un triángulo. El texto está en el
centro, pero él sólo nos habla como Palabra de Dios si nosotros leemos la Biblia a partir
del contexto de la vida donde nació (la historia del pueblo de la Biblia) y de la vida a
donde él llega (la historia del pueblo de hoy). Solemos hablar del triángulo de lectura o de
interpretación, o también “triángulo hermeneútico”. La “Hermeneútica” es una palabra que
viene de la lengua griega y que quiere decir simplemente interpretación.

Si estudiáramos el texto solamente a partir de la realidad de la Persona, de la


Comunidad y de la Sociedad de la época que dio origen a los escritos bíblicos, entonces
haríamos solamente una interpretación del texto en sí, es decir, una exégesis.

El proceso hermeneútico (de interpretación) sólo estará completo cuando


interpretemos y actualicemos el mensaje de aquella época para la realidad de la persona,
de la comunidad y de la sociedad de hoy. La búsqueda del mensaje del texto para la
época en que fue escrito es importante. Pero ese mensaje iluminará más nuestro camino
en la medida que lo actualicemos para nuestra realidad de hoy.

Para continuar la reflexión

1. ¿Con qué objetivo Jesús recurre a las Escrituras?

2. ¿ Qué cosa es necesaria, además de la Biblia, para “abrir los ojos”?

3. ¡Cuáles son los motivos por los que consideramos importante tener en cuenta la
realidad de la persona, de la comunidad, de la sociedad y el texto bíblico en la lectura de
las Escrituras?.

4. Para nosotros, personas cristianas, ¿Cuál es el criterio fundamental para leer la


Biblia?

5. ¿Qué es lo que te lleva a querer profundizar más en las Escrituras?

6. ¿Qué cosa considerás más importante de esta primera unidad: “La Biblia es luz
para nuestro camino”? ¿Por qué?

1.2. La Biblia, un “libro” con muchos libros


Biblia significa “libros”

La palabra “Biblia” es una palabra griega que está en plural y significa “libros”.
Aunque se trate de un solo volumen, la Biblia contiene muchos libros, es una colección de
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libros. Es una verdadera biblioteca. La “Biblia Católica” contiene 73 libros y la “Biblia
Evangélica”, 66 libros.

Los 73 libros de la “Biblia Católica”

La Biblia es una colección de libros escritos en épocas diversas, por autores


diferentes y con distintos lenguajes.

La diferencia entre la Biblia Evangélica y la Católica

Como ya se sabe, la Biblia se divide en dos grandes bloques: El Primer Testamento


y el Segundo Testamento.

En el Primero, están los libros escritos antes de Jesucristo (a.C.) que narran el
caminar del pueblo israelita junto con su Dios.

En el Segundo Testamento están los libros escritos después de Cristo (d.C.)


narrando el caminar de Jesús y de las primeras comunidades cristianas.

La diferencia entre la Biblia Católica y la Evangélica está en el Primer Testamento,


por el hecho de que los evangélicos adoptaron la Biblia hebrea que solamente contiene
los libros escritos en hebreo. En cambio, la Biblia Católica contiene siete libros más. Son
los libros que fueron escritos en griego cuyo original en hebreo se ha perdido, de modo
que sólo se encuentran en la versión griega, hecha por los judíos a partir del siglo 3 a.C.

Para informarnos sobre esa traducción griega, podemos leer el inicio del Libro
del Eclesiástico (que es uno de los siete libros que encontramos en la Biblia
católica). Allí, el autor explica que se trata de la traducción griega de un texto que
su abuelo habría escrito en hebreo.

Los siete libros que solamente se encuentran en la “Biblia Católica” son: Tobías,
Judit, los dos libros de los Macabeos, Baruc, Sabiduría y Eclesiástico.

Además de estos libros, también existen pasajes que originariamente fueron escritos
en griego y que se encuentran en los libros de Ester y de Daniel. Por ese motivo, dichos
pasajes sólo se encuentran en la “Biblia Católica”, y faltan en la “Biblia Evangélica”.

En Daniel, son los capítulos 13 y 14, así como los cánticos de Azarías y de los tres
jóvenes en el horno, sumados al capítulo 3.

El texto de Ester presenta dos formas: la hebraica (capítulos 1 al 10) más corta, y la
griega, con varios agregados y ampliaciones. En la traducción griega de la Biblia –llamada
de los Setenta- los agregados griegos están insertos en la introducción, después del
capítulo 3, versículo 13; el capítulo 4, versículo 16; capítulo 8, versículo 12 y capítulo 10,
versículo 3..

En las ediciones más modernas de la Biblia Católica, esos pasajes de Esther y


Daniel aparecen con letras de tipo diferente.

Es bueno saber cómo se origina esta diferencia entre la “Biblia Católica” y la “Biblia
Evangélica”: en el tiempo de la Reforma Protestante, al inicio del siglo 16 d.C. ( en la
misma época del descubrimiento o la invasión de América por los españoles y
portugueses) era muy fuerte el entusiasmo por redescubrir la cultura de la Antigüedad. En
ese tiempo en Europa se redescubrían las obras de Arte y de Literatura de Grecia, Roma,
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etc. Tenían la idea de “volver a las fuentes” más antiguas. Por otro lado, algunas prácticas
de la Iglesia Católica combatidas por Lutero eran legitimadas, utilizando textos de esos
libros. Ese clima influenció a la Iglesia y, por eso, Lutero defendió la idea de que era
necesario volver al texto en hebreo del Primer Testamento, que era el más antiguo de la
Biblia.

Pero Lutero también recomendó la lectura de todos los libros, incluidos los siete que
sólo están en griego. Decía que eran muy útiles para alimentar la fe y la piedad. En las
ediciones ecuménicas actuales de la Biblia ya aparecen todos los libros. Es interesante
recordar que la Biblia de las diversas Iglesias Orientales es aún más amplia que la Iglesia
Católica Occidental.

Para continuar la reflexión

13. ¿Cuál es la diferencia entre la “Biblia Evangélica” y la “Biblia Católica”?

1.3. La Biblia es como una colcha de retazos


Todos/as nosotros/as conocemos hermosas colchas de retazos con diferentes
figuras y formas. Mirando de lejos, vemos aquella unidad armoniosa. Si miramos más de
cerca, percibimos cada retazo, diferentes unos de otros pero formando una unidad de
conjunto.

La Biblia también es así. Tiene una unidad que le viene El proyecto de


dada por el Proyecto de Dios. Y en la composición de esa Dios da sentido
unidad entran los distintos libros. Diferentes en: tamaño, de unidad a los
origen, género literario, autores y tiempo en el que fueron libros de la Biblia
escritos, en el contenido, en fin, en todo. Es algo fácil de tan diferentes
verificar. Generalmente, al comienzo de la Biblia está el entre sí
“índice general” con los títulos de las diferentes colecciones:
Pentateuco, Libros Históricos, Libros Sapienciales, Libros Proféticos, etc. La variedad
entre ellos es muy grande. Aún dentro de un mismo libro bíblico, tenemos colchas con
retazos muy variados.

Observemos cómo clasifica nuestra Biblia los diferentes libros en


colecciones.

Pero lo que más impacta cuando leemos la Biblia es descubrir que esa “colcha de
retazos” está en la pared de nuestra casa. Esto porque la Biblia es también como un gran
espejo de pared en el que se refleja nuestro rostro. Es también como un álbum de familia
que guarda la memoria de los hechos del pasado. Leyéndola, muchas veces
reconocemos que nuestra vida está dentro de ella, o que ella nos está hablando a
nosotros directamente.

Para continuar la reflexión

14. Explicá tus ideas sobre esta comparación de las Escrituras con una colcha de
retazos.

1.4. Algunas diferencias entre el Primer y el Segundo Testamento


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Antes y después de Cristo

La primera diferencia es el tiempo en que fueron escritos: antes y después de Cristo.

Duración del tiempo de redacción: 1000 años para el Primero y 100 para el
Segundo

Otra diferencia proviene del tiempo que llevaron para ser escritos. En cuanto al
Primer Testamento, llevó unos 1000 años para ser escrito; el Segundo, fue escrito en un
período de apenas 100 años. El proceso es siempre el mismo: el hecho sucede, es
transmitido de boca en boca por tradición oral, se difunde a través de diversos grupos en
lugares diferentes, es celebrado y sólo en último término se pone por escrito.

Ese proceso, abreviado en el Segundo Testamento, fue muy largo en el Primero. Por
ejemplo, la Historia de Abraham, tal como la leemos en la Biblia, fue escrita varios siglos
después de su vida y después de pasar por varias etapas de redacción en épocas
diferentes. Abraham debe haber vivido más o menos unos 1500 años antes de Cristo, y el
libro del Génesis, donde está narrada su memoria, comenzó a redactarse alrededor del
año 950 a.C. y se concluyó alrededor del 400 a.C.

En el Primero, la mayoría son libros. En el Segundo, la mayoría son cartas.

Otra diferencia es que los Libros del Primer Testamento pueden ser considerados de
hecho como “libros”, aunque algunos de ellos sean muy cortos, como las Profecías de
Abdías (Obadías en la Biblia Evangélica) y Ageo. En el Segundo Testamento la mayoría
son cartas, algunas muy breves, que no pasan de ser una esquela, como la Carta a
Filemón, la de Judas, la Segunda y Tercera Carta de Juan. Entre sus 27 libros, 21 son
cartas. Es verdad que algunas, como la Carta a los Romanos, a los Efesios, a los
Hebreos, la Carta de Santiago y la Primera de Juan, tienen una exposición doctrinal más
extensa, por lo que no parecen cartas. Son más largas y están llenas de sermones. De
todas, la que tiene menos estilo de carta es la Epístola a los Hebreos.

En el original, la mayor parte del Primer Testamento está en Hebreo. Todo el


Segundo Testamento, en griego.

Otra diferencia: el Segundo Testamento fue escrito totalmente en griego, mientras


que la mayoría de los libros del Primer Testamento fueron escritos en Hebreo y algunas
partes en arameo. Los que fueron escritos en griego (Tobías; Judit, 1 y 2 Macabeos,
Sabiduría, Eclesiástico, Baruc) no forman parte de la Biblia hebrea, adoptada por las
Iglesias Reformadas.

Casi todo el Primero fue escrito en Israel. El Segundo fue escrito en varios
lugares

Hay también diferencias de cultura y de lugar. La mayor parte del Primer Testamento
fue escrito en Israel. Sólo el libro del Profeta Ezequiel, del Segundo Isaías (capítulos 40 al
55), así como algunos salmos fueron escritos en Babilonia. Los libros del Segundo
Testamento fueron escrito en varios lugares con situaciones diferentes: Siria, Grecia, Asia
Menor, Roma.

El Segundo es una interpretación del Primero a la luz del acontecimiento


Jesús.
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Muchas personas encuentran dificultad con el Primer Testamento. Por eso, no
quieren estudiarlo. Prefieren quedar solamente con el Segundo Testamento. Pero para
poder comprenderlo , es muy importante profundizar en el estudio del Primer Testamento.
Uno es continuación del otro. El Segundo es como una reinterpretación del Primero a la
luz del acontecimiento Jesús. Quien escribió el Segundo supone que ya se conoce el
Primero. En todo momento hay citas, referencias y alusiones. Quien no lo conozca no
podrá aprovechar bien el estudio.

Ahora, tomemos la Biblia y comprobemos que en ella hay libros más cortos
como Abdías, Nahúm, Ageo, Carta a Filemón, Segunda y Tercera Carta de Juan,
Carta de Judas. Hay también libros muy extensos como Job, Salmos, Eclesiástico,
Isaías, Jeremías, Ezequiel.

Para continuar la reflexión

15. Enumerar algunas diferencias entre el Primer y el Segundo Testamento.

1.5. Libros Canónicos


Libros reconocidos como inspirados para servir de guía en nuestro caminar

“Canon” es una palabra griega que quiere decir “caña”, instrumento usado para
medir. Canon, por lo tanto, quiere decir, “medida”, “regla”, “norma” o “lista”. En el uso
eclesial, el término pasó a designar las normas de la fe y las reglas de la vida.

El canon bíblico es la lista de los libros reconocidos por la Iglesia como inspirados,
propuestos a los fieles como Palabra de Dios. Libros canónicos son, pues, aquellos
considerados como “medida cierta” de la Palabra de Dios, es decir, aquellos que fueron
reconocidos como inspirados por Dios y forman el conjunto de la Sagrada Escritura. Por
eso son la “medida cierta” para avalar la fidelidad de nuestro caminar. La intención
principal fue coleccionar un conjunto de escritos que sirvieran de guía al camino de
nuestra fe. Ayudan a juzgar si estamos o no en el mismo rumbo del camino de la fe que
siguieron nuestros antepasados, como podemos ver en el capítulo 11 de la Carta a los
Hebreos.

En el Primer Testamento

El canon tiene una larga historia y no es el mismo para todas las Iglesias Cristianas.
Por el año 400 d.C. Jerónimo, que coordinó la traducción de la Biblia al latín, llamó
“deuterocanónicos” a los 7 libros en griego que no están en la Biblia Evangélica. “Deutero”
en griego significa “segundo”. Entonces, un libro “deuterocanónico” quiere decir que entró
en un segundo momento en la lista. Nótese que algunos de esos libros, como Judit,
Tobías o Eclesiástico fueron escritos originalmente en Hebreo, pero el original se había
perdido. Cuando los Rabinos establecieron la lista de los libros sagrados, en los años 80
d.C., estos libros quedaron excluidos del canon judío.

Para las primeras comunidades cristianas, no hay duda de que la versión griega de
la Biblia de los judíos, la de los Setenta, incluidos los 7 libros deuterocanónicos, constituía
el Primer Testamento de la Iglesia. Probablemente fue adoptado porque el griego era la
lengua más común en las regiones mediterráneas. A partir del siglo IV, algunos Padres
de la Iglesia, como Jerónimo, posiblemente por influencia de los rabinos judíos,
comenzaron a cuestionar la presencia de los libros deuterocanónicos en el canon bíblico.
Esta polémica duró hasta el siglo 16, cuando la reforma protestante adoptó solamente el
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canon judío para el Primer Testamento. En esa ocasión, el Concilio de Trento, en 1546,
definió que los libros deuterocanónicos deberían ser aceptados por los católicos “ con
igual devoción y reverencia”.

En el Segundo Testamento

La primera definición de un canon para el Segundo Testamento surgió en un


documento alrededor del año 200. Allí se omitían las Cartas a los Hebreos, la de Santiago
y las dos de Pedro.

Hasta el siglo 6, algunos Padres de la Iglesia planteaban sus dudas sobre la carta a
los Hebreos, la de Santiago y las dos de Pedro, la segunda y tercera de Juan, la de Judas
y el Apocalipsis. Las razones para dudar eran las siguientes: Hebreos y segunda de
Pedro tienen un estilo diferente de las Cartas de Pablo y de la primera de Pedro
respectivamente. En Santiago y Judas, algunas cuestiones doctrinales parecían
sospechosas. En la segunda y tercera Carta de Juan la temática de la vida cotidiana
parecía muy común. El Apocalipsis parecía muy oscuro. La polémica volvió solamente en
el siglo 16, durante la reforma protestante. Ante este conflicto con los reformadores, la
Iglesia Católica reafirmó el canon Tradicional del Segundo Testamento en el Concilio de
Trento en 1546.

Los libros canónicos son “suficientes” para orientar a los fieles en la fe.

Ya sabemos que los libros del Primer Testamento escritos o encontrados sólo en
griego son considerados canónicos para la Iglesia Católica Romana pero no por las
Iglesias Reformadas. Para cada denominación cristiana, los libros por ella canonizados
son considerados normativos para su fe. La canonicidad es una declaración de
“suficiencia”.

Eso quiere decir que las denominaciones cristianas consideran los libros canónicos
“suficientes” para orientar la fe de los fieles. Son suficientes en lo que se refiere a la
revelación de las verdades fundamentales de la manifestación de Dios y la historia de su
pueblo , así como de su proyecto de vida y libertad para todas las personas.

La inspiración divina no es privilegio, exclusividad de los libros canónicos

La canonicidad no es una declaración de “exclusividad”. Los libros canónicos no


limitan exclusivamente a ellos la inspiración divina.

Los libros canónicos no son ”exclusivos” porque no limitan la revelación de Dios


solamente a los libros que constan en el canon. Dios siempre se reveló en la historia de la
humanidad y siempre continuará manifestándose. Seguramente cada uno de nosotros/as
tenemos una fuente de revelación de Dios en la historia de nuestra vida. Pero los libros
canónicos son textos privilegiados de revelación que proyectan luces sobre la presencia
de Dios en la vida del pueblo, de las comunidades y de todas las personas de hoy.

Libros deuterocanónicos y apócrifos

Libros Apócrifos son aquellos que no están en el canon de la Biblia. Apócrifo es una
palabra griega y quiere decir “oculto”, “guardado”. Se usa esta terminología porque esos
libros, aunque hayan sido escritos en la época bíblica, no constan en el canon y son
presentados como una manifestación de Dios revelada después de haber quedado mucho
tiempo oculta. Los apócrifos del Segundo Testamento fueron escritos en tiempos
posteriores al primer siglo de la era cristiana. Quedaron pues ocultos por algún tiempo.
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Los libros apócrifos no pueden ser utilizados en la liturgia ni en la Catequesis, esto
es, en la lectura pública. Sirven, pues, para la lectura doméstica, particular.

Los siete libros llamados por los católicos como “deuterocanónicos” (Judit, Tobías, 1
y 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc) son llamados “apócrifos” por los
evangélicos, porque no están en su lista de libros inspirados.

Los libros, llamados apócrifos tanto por los católicos como por los evangélicos, son
libros que no están en ninguna de las dos Biblias. Son atribuidos a alguna figura famosa
del pasado. Quiere decir que los autores de esos textos atribuyen a un patrono
importante de la historia pasada de su pueblo la autoría de su obra literaria.

Los libros llamados apócrifos tanto por los católicos como por los evangélicos
pueden no tener mucho valor histórico. Son útiles, sin embargo, para reconstruir las
creencias populares del judaísmo en la época de Jesús, así como de algunas corrientes
teológicas de la Iglesia primitiva.

Los principales libros “apócrifos” que no constan en el canon evangélico ni en el


católico son clasificados de esta manera:

1) Apócrifos judaicos:

a) Antes de Cristo: 3 Esdras, 4 Macabeos, Libro de los Jubileos, Libro de Adán y


Eva, Carta de Aristéia, Martirio de Isaías, Libro de Henoc, testamento de los 12 patriarcas,
Oráculos Sibilinos, Salmos de Salomón, 4 Esdras.

b) Después de Cristo: Asunción de Moisés, Libros de Baruc, Testamento de Job,


Testamento de Abraham, Apocalipsis de Abraham, Apocalipsis de Moisés.

2) Apócrifos cristianos:

–Evangelios: de Santiago, de Tomás, Evangelio árabe de la Infancia, historia de


José, Evangelio de Pedro, de Nicodemo, de Bartolomé, Libro de Juan Evangelista, la
Asunción de la Virgen.

–Hechos: Hechos de Juan, de Pablo y Tecla, de Pedro, de Andrés, de Tomás, de


Felipe.

–Epístolas: de Abgar, Carta a los Laodicenses, Epístola de los Apóstoles.

–Apocalipsis: de Pedro, de Pablo, de Tomás, de Adán, Ascensión de Isaías.

La Biblia hace referencia a libros perdidos

Además de los libros canónicos, de los deuterocanónicos y de los apócrifos, existen


también documentos mencionados por la Biblia, de los cuales no se tienen más noticias.
Se perdieron.

En el Primer Testamento son citados:

 El libro de las guerras de Yavé (Nm 21, 14)

 El libro del Justo (Jos 10, 13; 2 S 1,18)


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 El libro de los Anales de Salomón (1 R 11,41)

 El libro de los Anales de los Reyes de Judá (1 R 14, 29)

 El libro de los Anales de los Reyes de Israel (1 R 15,31)

En el Segundo Testamento, Pablo habla de cartas suyas que se perdieron y que no


son conocidas por nosotros, como se puede observar en la Primera Carta a los Corintios,
capítulo 5, versículo 9.

Podemos concluir este punto diciendo que el canon que hoy tenemos en nuestra
Biblias es fruto de una selección. Fue preciso optar entre dejar afuera algunos libros e
incluir otros. Esa selección fue determinada por situaciones de conflicto en la Iglesia y de
debates teológicos acalorados. La intención principal fue seleccionar un conjunto de
escritos que sirviesen de guía al caminar de nuestra fe.

Leamos la Segunda Carta a Timoteo, capítulo 3, versículos 16 y 17.

Para continuar la reflexión

16.¿Qué son los libros canónicos?

17. ¿Cuál es la intención principal en la elaboración del canon bíblico?

18. ¿Qué son los libros apócrifos tanto en el lenguaje católico como en el lenguaje
de las Iglesias Reformadas?

19. ¿Qué y cuáles son los libros deuterocanónicos en el lenguaje católico o


apócrifos en el lenguaje de las Iglesias Reformadas?

1.6. Autoría de los libros de la Biblia


Los autores acostumbran atribuir sus obras a personajes importantes del
pasado.

En el Primer Testamento, la costumbre de atribuir la autoría de los libros a


personajes importantes del pasado es una costumbre muy frecuente.

Moisés es homenajeado como patrono de toda la ley

Por ejemplo, los libros que se refieren a la Ley de Dios, el Pentateuco, son atribuidos
a Moisés por la tradición judaica. Pero ninguno de esos libros trae información alguna al
respecto de quién sería el autor. Ninguno firmó como autor del texto. Aún así, todavía la
comunidad judaica atribuye a Moisés la redacción del Pentateuco (ver por ejemplo Jn 5,
46)

Pero Moisés no fue el autor de ese conjunto de Libros. Eso porque los especialistas
en el estudio de la Biblia llegaron a la conclusión de que la redacción de las escrituras
tuvo inicio en la época de Salomón. Siendo así, más o menos 300 años separan los
hechos ocurridos tres siglos atrás.
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¿Por qué entonces asociar el Pentateuco con Moisés? Ciertamente eso se debe al
hecho de tener a Moisés como el gran personaje que lideró la fuga de Egipto y el camino
a través del desierto. Además, la tradición antigua coloca la entrega de la Ley en el Monte
Sinaí, cuando Moisés estaba con el pueblo en el desierto. Consecuentemente, la tradición
posterior pasó a atribuirle a Moisés todo lo que tuviese que ver con la Ley. Y más aún.
Pasó a atribuir a Moisés la propia autoría de todos los escritos respecto a la ley.

Vamos a ejemplificar un poco más. Si Moisés hubiera escrito el libro del


Deuteronomio, probablemente hablaría en primera persona (“Yo comencé a inculcar esta
ley...”) y no en tercera persona (“Moisés comenzó a inculcar esta ley...” Dt. 1,5).
Difícilmente Moisés mismo describiría su propia muerte (capítulo 34)

David es homenajeado como patrono de oración

Casi la mitad de los salmos son atribuidos a David que tenía fama de poeta y de
cantor. Además de eso, según los libros de las Crónicas, David fue el gran promotor del
culto en Jerusalén. Todo eso hace de David una figura íntimamente ligada a la oración.
Entonces se atribuye a él la autoría de los salmos, posiblemente en su homenaje.

Salomón es homenajeado como patrono de la Sabiduría

Así también algunos libros sapienciales son atribuidos a Salomón, aunque hayan
sido compuestos muchos siglos después. Pero como Salomón era considerado el mayor
sabio de todos los reyes, se le atribuye a él la autoría de todo lo que tiene que ver con la
sabiduría.

El ejemplo del libro de Isaías

Típico es el caso del libro del Profeta Isaías. De hecho, son tres libros atribuidos al
mismo autor pero escritos en épocas diferentes. La mayoría de los textos contenidos en
los capítulos 1 al 39 se refieren a Isaías que vivió en la segunda mitad del siglo VIII antes
de Cristo. En cambio, los capítulos 40 al 55 fueron escritos por discípulos y discípulas
suyos durante el exilio en Babilonia en el siglo 6 a. C. y por último, los capítulos 56 al 65
fueron agregados por la misma corriente de discípulos/as por el año 500 a. C., por lo tanto
después de la vuelta del exilio

La mayoría de los libros del Segundo Testamento son dedicados a personajes


importantes del pasado.

En el Segundo Testamento sólo se tiene certeza de unas siete cartas de Pablo y tal
vez del Evangelio según Lucas, así como de los Hechos de los Apóstoles.

Como cada libro es producción de una determinada época, los especialistas,


analizando la manera de hablar, el lenguaje y el vocabulario usado, las ideas
presentadas, los problemas que se detectan y otros indicios, pueden concluir con
bastante probabilidad si el libro es o no del autor a quien es atribuido.

Muchas personas ayudaron a escribir la Biblia, atribuyendo sus escritos a


“patronos”

Los autores bíblicos deben ser considerados más como patronos o iniciadores de
una corriente de escritos. Así, Moisés es el patrono de todo lo que tiene que ver con la
ley. David es patrono de la poesía que se utiliza en el Culto y Salomón de los escritos de
12
Sabiduría. Isaías, por ejemplo, es iniciador de una cierta corriente dentro del movimiento
profético. Sus dscípulos/as continuaron su obra.

Muchas personas ayudaron a escribir las Escrituras. Son hombres y mujeres,


jóvenes y adultos, padres y madres de familia, sacerdotes, profetisas y profetas,
agricultores y pastores, artesanos y pescadores, justos y pecadores. Algunas de esas
personas era gente instruida, que sabía leer y escribir. Otras eran personas simples que
sólo sabían contar historias. Su preocupación central era ayudar en la construcción de un
pueblo hermano, donde fuera valorado por encima de todo la justicia, el amor, la
fraternidad, la verdad y la fidelidad a Dios. Cada cual, a su manera, dio su colaboración.

Para continuar la reflexión

20. ¿Qué podemos decir al respecto de la autoría de los libros bíblicos?

21. ¿Por qué Moisés, David y Salomón pasaron a ser los “patronos” de la ley, la
oración y la sabiduría respectivamente?

22. ¿Con respecto a la autoría de los libros, qué es lo que consideran más
importante ustedes personalmente?

1.7. La Biblia, Palabra de Dios en palabra humana


Así como Dios se hizo visible en Jesús hombre, así también su Palabra se
encuentra en medio de las palabras humanas

Nosotras y nosotros creemos que Jesús es Dios hecho hombre. La persona divina
de Jesús se despoja de la Gloria de su condición divina, tomando sobre sí nuestra
condición humana y asumiendo la situación de esclavo condenado a la muerte en cruz,
como nos dice Pablo.

Leamos la Carta a los Filipenses, en el capítulo 2, versículos 6 al 8.

El Evangelio de Juan define muy bien este misterio de la Encarnación cuando dice
que “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1, 14).

Muchas veces, cuando se habla de Dios, se piensa en sus atributos de eternidad,


omnipotencia, de absoluta perfección, y que lo sabe todo. Sin embargo, las personas que
convivieron con Jesús encontraron en él una persona común, con sus límites y su
fragilidad, su cercanía; alguien que compartía con ellos la misma condición social. Así nos
enseña la carta de los Hebreos: “Él fue tentado en todo como nosotros, menos en el
pecado” (Carta a los Hebreos, capítulo 4, versículo 15).

Así como los contemporáneos de Jesús sólo podían tener contacto con el Hijo de
Dios a través del Hijo del Hombre, nosotros/as también podemos tener contacto con la
Palabra de Dios a través de las palabras humanas que aparecen en la Biblia. Palabras
que recorren largos y sinuosos caminos. Vimos, por ejemplo, la autoría de los libros de la
Biblia, atribuyendo a personajes famosos, como Moisés, David y Salomón, palabras que
ellos nunca dijeron.

El Dios de la Biblia es “Emanuel”: hace historia con su pueblo


Para leer la Biblia, es muy importante no olvidar nunca que se trata de Palabra de
Dios en palabras humanas. De otro modo, corremos el riesgo de tratar a la Biblia como
13
una cosa mágica, un fetiche, es decir, como un ídolo. Los exégetas procuran estudiarla
con los instrumentos que la ciencia coloca a su disposición, tratándola, antes de todo,
como una producción humana.

Debemos leerla con la naturalidad y el respeto con que leemos cualquier libro serio.
Pero siempre con las “antenas conectadas” para sintonizar lo que Dios nos quiere decir
hoy a través de su Palabra que está en la Biblia. Es por eso que la Palabra de la Biblia,
siendo Palabra de Dios en palabra humana, es siempre actual y exige de nosotros/as una
actitud constante de escucha y conversión.

De otra manera, podríamos también decir que Dios está en las palabras de la Biblia
porque Él está presente en la historia de su pueblo, y la historia de ese pueblo con su
Dios está relatada en las Escrituras. La Palabra de Dios viene amalgamada, o mejor
dicho, viene junto con la palabra humana. La Biblia no es solamente la historia de un
pueblo sino que es la historia de un pueblo que buscó vivir en fidelidad con su Dios, el
Dios de la vida.

No es casualidad que el profeta Isaías diga que el Mesías esperado es el “Emanuel”,


es decir, “Dios con nosotros”, que hace historia con su pueblo.

Leamos el versículo 14 del capítulo 7 de Isaías.

La Biblia es la Palabra del Dios del pueblo en la palabra del pueblo de Dios

Las Escrituras son un fruto de una gran “mutirão” entre Dios y su pueblo,
entre la acción de su Espíritu y la voluntad del pueblo de ser fiel a Él. La acción del
Espíritu de Dios es como la lluvia. Cae de lo alto y junto con la tierra de aquí abajo,
ayuda a que las semillas germinen, florezcan y fructifiquen (Is 55,10-11). La planta
es, pues, fruto del cielo, es decir, de la lluvia, y es fruto de la tierra. Del mismo
modo, la Biblia también es fruto de la acción de Dios y del esfuerzo de las personas.
Ella es la palabra del Dios del pueblo en la palabra del pueblo de Dios.

Como dice la Biblia, es preciso sabiduría y discernimiento para descubrir su sentido


(Ap 13,17; 17,9). Es necesario discernir, distinguir la Palabra de Dios en medio de la
palabra humana. De ahí la importancia del estudio de las Escrituras para que no las
leamos en forma incorrecta. También es muy importante la apertura al Espíritu de Dios
que nos ilumina para interpretar y percibir la presencia misteriosa de Dios no sólo en el
texto sino también en nuestro día a día.

La Biblia es testimonio de la Palabra de Dios

Profundizando esta reflexión, podemos decir que la Biblia no es la Palabra de Dios


caída directamente del cielo. Dios no se revela en forma mágica, fuera de la historia. Ni
dicta su palabra a nadie para que la escriba. Su revelación sucede en la experiencia de
vida, en lo cotidiano.

En ese sentido, podemos decir que la Biblia es “testimonio” de la revelación, de la


Palabra de Dios. Es más: no es el único testimonio escrito de la presencia viva de Dios en
medio de sus criaturas. Es verdad que los relatos de la experiencia de Dios en Israel son
ejemplares para nosotros/as. Pero es preciso admitir también que la Biblia es uno de los
testimonios de la palabra de Dios que se revela en todos los pueblos, naciones y tribus.

Proyectos enfrentados
14
Al ser también palabra humana, la Biblia contiene también la producción teológica e
ideológica de grupos y comunidades. Es normal, entonces, que la Biblia refleje de algún
modo los intereses de los grupos humanos que están por detrás de la literatura bíblica. El
pueblo de Israel también vivió sus dramas, sus conflictos internos. Había proyectos en
conflicto. Esa tensión se trasparenta en los escritos bíblicos. Por eso, conviene estar
atentos/as para descubrir las dos grandes líneas que aparecen en la Biblia: la oficial y
la popular. Son intereses teológicos, económicos y políticos distintos que se encuentran
en oposición. Estas dos líneas no están nítidamente separadas. No es fácil percibir con
toda claridad cuándo se trata de los intereses oficiales a partir de la corte real (línea
oficial) y cuándo se trata de las reivindicaciones populares fruto de la resistencia del
pueblo (línea popular). Es preciso estudiar los textos con cuidado para descubrir eso.

Una Biblia y dos lecturas

Para entender mejor lo que afirmamos, recordemos algunos ejemplos de la historia.


Por un lado, veremos cómo la religión y la Biblia fueron usadas para legitimar la violencia
practicada contra los pueblos indígenas en la época de la conquista de las tierras en
América. Por otro lado, veremos cómo la Biblia sirvió de fuerza liberadora en defensa de
la vida de los nativos.

Los teólogos y juristas de la corte española elaboraron un documento llamado


“Requerimiento”. Era un largo tratado teológico que los conquistadores deberían leer a los
pueblos indígenas antes de cualquier emprendimiento militar.

Este documento encontraba su fundamento teológico en el libro del Génesis. Decía


que: “a pesar de que toda la humanidad desciende de Adán y Eva, sólo algunos elegidos
por Dios tenían la sublime misión de divulgar el verdadero Dios”. Naturalmente, tanto los
españoles como los portugueses decían que los elegidos eran ellos. Que su misión era
llevar la fe cristiana a los paganos aunque fuera con la violencia de las armas.

Sabemos cuáles fueron las consecuencias desastrosas de esta teología, de esta


ideología:

 robo de tierras

 saqueo de riquezas

 destrucción de creencias, costumbres, lenguas

 imposición de un modo de vida europeo

 esclavitud

 abuso sexual de mujeres aborígenes

 violencia, masacres, muertes

Uno de los teólogos españoles, que ayudó a elaborar esta ideología, fue Juan de
Sepúlveda. Por detrás de esta ideología, estaba el proyecto de conquista de la Corte Real
de España.

Si, por un lado, tenemos los teólogos de la Corte, por otro lado, tenemos también
muchos misioneros que asumieron la defensa de las naciones indígenas, en nombre del
15
Evangelio de la vida. Entre ellos, recordamos a Montesinos, Valdivieso y especialmente,
Bartolomé de las Casas.

Para fundamentar sus sermones y sus escritos, Bartolomé La Biblia, en


también se valió de las Escrituras. Hacía recordar mucho el Éxodo verdad, es un
liberador y las denuncias de las profecías contra los reyes que no intenso debate
cumplían la justicia. Pero su pasaje bíblico preferido fue el libro del teológico
Eclesiástico, que sólo se encuentra en la Biblia católica. Vale la
pena confrontar estos sentimientos de Bartolomé en defensa de la
vida, pues aún hoy continúa siendo negada, disminuida.

Leamos ahora, en el Eclesiástico, capítulo 34, versículos 18 al 22

Este ejemplo es una muestra de los conflictos teológicos presentes en la época de la


conquista, en toda la historia de la humanidad, inclusive en nuestros días.

En la época en que la experiencia narrada en la Biblia fue vivida, sucedían cosas


parecidas. También había una disputa de proyectos. Y, también, los defensores del
proyecto de exclusión tenían sus teólogos para legitimar en nombre de Dios una sociedad
injusta. Esta realidad conflictiva se refleja en las Escrituras. La Biblia es, en verdad, un
intenso debate teológico entre grupos con intereses diferentes. Cuando hacemos una
interpretación bíblica al pie de la letra, podemos quedar impactados al enfrentarnos con
proyectos tan diferentes y hasta opuestos entre sí. Esto refuerza la necesidad de ahondar
en el estudio, para poder tener más claridad en relación a los criterios de interpretación.
Prestemos atención antes de llegar a conclusiones apresuradas, pues la Biblia es como
una espada de doble filo. Puede ser usada como instrumento de opresión y de muerte, y
también puede servir como instrumento de promoción y defensa de la vida.

El proyecto oficial defiende privilegios y genera exclusión

La línea oficial defiende un determinado modelo de sociedad. Inicialmente es el


proyecto de la monarquía. Refleja los intereses de los reyes, de la corte, del templo, del
sacerdocio oficial y de los jueces vinculados a los reyes, de los latifundistas y de los
grandes comerciantes. Apunta a una política de esclavitud, impuestos, abusos, trabajos
forzados, ejercito fuerte y honeroso. Después del exilio, es decir, a partir de 539 a.C., la
línea oficial es asumida por los sacerdotes a partir del templo reconstruido. Esta línea
oficial es excluyente. Excluye, defiende privilegios. Peor aún: los legitima en nombre de
Dios. Es de ella que vienen las leyes de lo puro y lo impuro, de la estricta observancia de
la ley en día sábado, de la circuncisión, de la elección como raza única, de la teología de
la retribución que afirmaba que todo es retribución de Dios, de acuerdo con la vida de las
personas. Según esa teología: riquezas, salud, familia numerosa, honra, larga vida, serían
bendición de Dios para los justos. Y la pobreza, la enfermedad, la esterilidad, la deshonra,
la muerte prematura, serían castigo de Dios para los pecadores. En el tiempo de Jesús,
las autoridades que controlaban el poder de los judíos, asumían esa línea oficial. Por eso
Jesús la combatió tanto, costándole la propia vida.

El proyecto popular defiende una sociedad en que la paz será fruto de la


justicia.

La línea popular defiende otro modelo de sociedad. Es la sociedad tribal, que


defiende las aldeas, el uso familiar de la tierra, los pequeñas santuarios rurales el trabajo
libre. La línea popular representa la lucha por la libertad frente a los faraones de Egipto,
16
así como la liberación de la tierra de manos de los reyes cananeos, la organización tribal
en oposición a la monarquía, la resistencia profética ante los abusos de las autoridades.

Después del exilio en Babilonia, no hay más reyes en Judá, y los judíos están
sucesivamente bajo la dominación de los persas, griegos y romanos. En ese tiempo, son
los sacerdotes aquellos que monopolizan la Palabra de Dios. Antes, la palabra de Dios
pasaba por la profecía. Pero para ellos, en aquél momento, la Palabra no pasaba por la
profecía sino que pasaba por los levitas y sacerdotes, por el templo de Jerusalén,
subordinado a los persas (Esdras 7, 26).

Veamos cómo el profeta Zacarías critica a los profetas oficiales ligados al templo y
que sólo hablan mentiras (Zc 13,1-6). Esa crítica revela la amargura de los profetas
populares, desvinculados del templo y fieles a la Alianza, contra los levitas que se hacían
pasar por profetas. Y que, en ésa época, la casta sacerdotal promueve a los levitas,
colocándolos en el lugar de los profetas. Veamos como en un libro elaborado en este
período, los sacerdotes del templo, al narrar nuevamente la renovación de la Alianza del
templo del Rey Josías, colocan a los levitas en el lugar atribuido a los profetas.

Observemos eso comparando 2Crónicas 34,30 con 2Reyes 23,2

La línea popular continua resistiendo a través de mujeres y varones anónimos que


producen su profecía, incorporándola a los libros ya existentes. Pertenecen a estos casos
los capítulos 56 a 66 de Isaías y los capítulos 9 al 14 del profeta Zacarías. Producen
también las novelas bíblicas como Job, Rut, Jonás, así como la literatura apocalíptica.

Jesús y las primeras comunidades cristianas se insertan en esta teología de


resistencia. Al contrario de la línea oficial, la popular es incluyente. Incluye a las personas
y a los grupos excluidos. Lucha por la vida y ciudadanía. Para ser fieles a Jesús, es en
esa teología que nosotros hoy también queremos insertarnos cada vez más.

Algunos ejemplos de los dos proyectos enfrentados en el texto bíblico

Citemos algunos ejemplos para clarificar las dos líneas teológicas básicas
confrontadas en la Escritura.

Al leer el cuadro de abajo, es importante que busquemos en la Biblia las


citas en él indicadas.

Línea oficial Línea popular

Afirma que Dios es favorable a la opción Afirma que Dios condena la opción por la
por la monarquía (1S 9,15-16; 1S 10,1) monarquía (1 S 8, 1-18; 1 S 12,19)

Excluye a los extranjeros (Dt 23,4. Para Incluye a los extranjeros (Rut 1,16-17; Is 56,3;
profundizar: Esdras 9-10: Nehemías 13) Lc 10,30-37. Para profundizar: todo el libro de
Jonás y Hechos 8-10)

Es favorable al templo (2 S 7,1-3; se Es crítica al templo (2 S 7,4-7; Is 66,1-2. Para


puede leer también el capítulo 1 de Ageo) profundizar, se puede leer: los capítulos 7 y 26
de Jeremías; Amós 9,1-4; Mq 3,12; Mc 11,15-
18; Mc 13, 1-2)

Religión centrada en sacrificios y ritos Religión basada en la justicia y en la


solidaridad (Is 1, 10-17; 58,1-12. Para
17
externos profundizar, leer Oseas 6,6; Amós 5,21-24; Mt
9,13; 12,7)
(observar simplemente los títulos que
aparecen en los capítulos 1 al 8 del
Levítico)

Excluye a las mujeres, considerándolas Incluye a las mujeres, valorando su belleza, su


impuras e inferiores (Lv 12; 15, 19-30; Jn sabiduría, su cuerpo, su vida (Pr 31,10-31.
8,1-11) Para profundizar más sobre la valoración de la
mujer, leamos los libros de Rut, Judit, Esther y
el Cantar de los Cantares. También Jesús
rescata la dignidad de las mujeres)

Condena a pobres y enfermos como si la Asume la defensa de los pobres y enfermos,


pobreza y la enfermedad fuesen castigos señalando las verdaderas causas de la
de Dios por sus pecados (en el libro de pobreza (la figura de Job representa la
Job, sus amigos representan la teología teología popular de resistencia; leer Job 24, 1-
oficial, la teología de la retribución. Como 12; 31). Jesús entra en esta misma corriente
ejemplo, se pueden leer los capítulos 4 y (Lc 13, 1-5; Jn 9,1-3
5)

Obliga a las leyes de pureza exterior (Mc Coloca en su debido lugar los mandamientos
7, 1-5) de Dios (Mc 7, 6-13) y defiende la pureza de
corazón, libre de robos e injusticias (Mc 7,14-
23)

Obliga a la observancia minuciosa de la Coloca a la vida por encima de la ley, cuya


tradición del sábado (Mt 12, 1-14) función es estar al servicio de las personas y
no al contrario ( Mt 12, 1-14)

Exige la circuncisión, la remoción del Exige la circuncisión del corazón, es decir, la


prepucio en el órgano genital masculino conversión de vida (Dt 10, 16; Jr 4, 4; Rm 2,
(Gn 17) 29)

Excluye a las personas con deficiencias Incluye a las personas con deficiencias físicas
físicas (Lv 21, 17-21; Dt 23, 2) (Is 29, 18-19; 35, 5-6;56,3-5 Mt 11,4-5; Hch
8,26-40)

Estas dos líneas teológicas fundamentales están mezcladas en toda la Biblia. A


veces, no es fácil percibir a qué línea teológica pertenecen los textos. Por eso es
importante la oración que nos abre al Espíritu de Dios y convierte nuestro corazón a la
solidaridad con los pobres, ayudándonos, con su sabiduría, en el discernimiento de la
Palabra de Dios en medio de las palabras humanas en oposición.

Para continuar la reflexión

1. Escribí tu reflexión sobre la afirmación: “la Biblia es la Palabra de Dios


encarnada en la palabra humana”.

2. ¿Cuáles son y cómo se caracterizan las dos grandes líneas en conflicto en la


Biblia?
18
3. ¿Cómo se manifiestan esos dos proyectos en tu comunidad de fe? ¿Y en la
sociedad?

1.8. ¿Hay errores en la Biblia?

Dentro de sus objetivos, la Biblia, como proyecto de Dios, no contiene ni puede tener
errores. ¿Cuál es el objetivo fundamental de la Biblia? Revelar el propósito de Dios y su
presencia actuante en el Universo, en la Historia, en la Vida. Para comunicar su Proyecto,
Dios eligió un pueblo determinado, el pueblo de Israel, y le fue revelando su proyecto de
Vida gradualmente a través de la historia del mismo pueblo, de acuerdo con su cultura y
su cosmovisión, es decir, su visión del universo.

La comprensión de mundo que ellos tenían en aquél tiempo era muy diferente de la
nuestra hoy, como pueden observar en la figura que está más adelante. Por lo tanto, no
tiene sentido comparar la visión del mundo que se refleja en la Biblia con la visión que
tenemos hoy con el progreso de la ciencia.

Veamos algunos ejemplos. En el libro de Josué, se cuenta una batalla en Gabaón


contra el Rey de los Amorreos. Josué mandó al Sol que parase y “el sol se detuvo y la
luna quedó quieta hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos” (Josué 10,13). En
aquella época, se pensaba que la tierra era el centro del universo y que el sol y la luna
giraban en el cielo, tal como aparece ante nuestros ojos. Tanto que decimos con
naturalidad que el sol sale, el sol se pone y no se puede decir que nos equivoquemos.

Otro ejemplo es el caso del conejo y la liebre. Dice el libro del Levítico que el conejo
y la liebre son animales rumiantes (11, 5-6). ¿Quién de nosotros/as todavía puede creer
eso? Es, pues, un absurdo querer que todo en la Biblia esté de acuerdo con los avances
de la ciencia moderna. La Biblia tiene los límites de alcance de la ciencia del tiempo en
que fue compuesta. Nosotros/as podemos decir hoy que la Biblia contiene errores. Pero
eso no vale para la gente de aquél tiempo, cuando se creía que de hecho las cosas eran
de aquella manera.

Lo mismo debe ser considerado con relación a la moral y a las costumbres que
variaron a través de los tiempos. La sociedad va cambiando y hoy consideramos
intolerables hábitos y costumbres que eran aceptados con mucha tranquilidad en el
pasado. Ejemplos: en el pasado, la Iglesia aceptó y hasta legitimó la esclavitud Tenía
inclusive, esclavos También apoyaba la idea de que la autoridad en la sociedad, en la
Iglesia y en la familia debía estar bajo el mando de los varones, discriminando a las
mujeres.

Desde nuestro punto de vista, en lo que respecta a la ciencia, a datos históricos y a


costumbres o a tabúes de la época, la Biblia contiene errores. Pero cuando se trata de
generar, promover y defender la vida y de su sentido más profundo, la Biblia no tiene
errores. En el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica Romana declaró que la verdad de la
Biblia se refiere a aquello que Dios reveló “para nuestra salvación”. Sólo eso. Nada
referido a la ciencia, o la historia, etc.

Dios comunica su palabra a través de palabras humanas y de textos escritos en las


circunstancias de la historia humana. Sólo así Dios puede comunicarse. Para eso, tiene
que “pagar el precio” de la forma encarnada de su Palabra: cargar con nuestras marcas e
imperfecciones.
19
Para continuar la reflexión

4. ¿Cuál es el objetivo fundamental de las Sagradas Escrituras?

5. ¿En qué sentido se puede decir que la Biblia “no tiene errores? ¿Puede
haber engaños o errores en la Biblia en cuestiones de historia, ciencia o costumbres?

6. Confeccionar una lista con los problemas de ciencia y de costumbres


morales que descubrieron en la Biblia y sobre los cuales tienen dudas.

7. En tu comunidad, percibís que se siguen cometiendo errores iguales o


semejantes? ¿Cuáles?

1.9. Historicidad de los hechos


La Biblia no es ni un libro de ciencia ni un libro de historia

Así como los libros de la Biblia no son libros de ciencia, tampoco podemos leerlos
simplemente como libros de historia. La Biblia es como un espejo en el que, a través de la
historia del pueblo hebreo, está reflejada la historia de la humanidad. Es por eso que
identificamos casi espontáneamente situaciones en las que el pueblo de Israel vivió con
situaciones que estamos viviendo hoy. Así también identificamos personajes de la Biblia
con personajes de nuestro tiempo como si Caín y Abel, Abraham y Sara, Moisés y el
Faraón, Jeremías y Amós continuasen en medio nuestro.

La Biblia es interpretación de la historia

No todo lo que está escrito en los libros históricos sucedió del modo en el que está
narrado. Las Escrituras describen la experiencia de Dios que vive el pueblo. Son una
interpretación de la historia, la vida; no describen los hechos como si se tratara de una
película o una filmación.

En la Biblia, hay varias interpretaciones de la misma historia

Dentro de la misma Biblia hay interpretaciones diferentes con respecto a hechos de


la misma historia. Por ejemplo, la historia de la toma de la tierra narrada en el libro de
Josué no es la misma que está narrada en el libro de los Jueces. Para ejemplificar,
veamos cómo en Josué se afirma que toda la Tierra Prometida ya estaba liberada de la
mano de los reyes ( Josué 11, 23; 21, 43-45). Sin embargo, más adelante, en el libro de
los Jueces se afirma que aún faltaba mucho por conquistar ( Jc 1,21.27-35)

Para entender estas diferencias es importante que tengamos presente que estas
historias recorrieron un largo proceso hasta quedar definitivamente en la forma escrita
como las tenemos hoy. Cada texto tiene su intención teológica. Son interpretaciones
diferentes y hasta contradictorias de los mismos hechos históricos, como ya dijimos más
arriba, cuando reflexionábamos sobre las grandes líneas que atraviesan toda la Biblia.

Hay, inclusive, una evolución en la reflexión teológica, como se puede percibir, por
ejemplo, en la atribución de los males que vienen en perjuicio del pueblo.

Un caso es el censo que el Rey David hizo ( 2S 24,1-15). En el versículo 10, se nos
dice que realizar el censo es pecado. Ciertamente es pecado, porque parecía querer
limitar el poder de Dios, a quien pertenece el poder sobre la vida de las personas.
20
También es pecado, por proveer al rey del número de personas para poder explotarlas
mejor a través de los impuestos y para saber el número de hombres hábiles que podrían
reclutarse para la guerra (veamos el versículo 9). Cuando fue escrito este texto, se
pensaba aún que Dios era el autor del mal. Por eso dice en el versículo 1 que fue Dios
quien incitó a David para que hiciera el censo. Cuando siglos más tarde el mismo hecho
es contado nuevamente, ya hay una evolución en la reflexión teológica en Israel. Ahora el
mal ya no viene de Dios sino que viene de Satán (1Cr 21,1).

En la Biblia, hay sucesivas relecturas de la historia

En el Primer Testamento, tenemos sucesivas interpretaciones o relecturas de la


historia, de la acción de Dios junto a su pueblo en el pasado. Cada relectura tiene como
objetivo principal actualizar las palabra de Dios para un nuevo momento. Las dificultades
ya no son las mismas que en el pasado. Hay otros problemas para ser enfrentados. El
contexto es otro. Exige nuevas soluciones.

Para iluminar estos nuevos contextos, el pueblo de la Biblia actualiza sabiamente la


memoria de su pasado. Percibe así con más claridad el proyecto de Dios para los
momentos actuales. Sería como una linterna en la que las pilas ya están débiles. Hay que
cambiarlas. Y las luz se renueva. Se ve nuevamente la vida con más claridad, con más
esperanza.

Del mismo modo el Segundo Testamento es una relectura del Primero a partir de la
experiencia de la resurrección de Jesús.

La Biblia es una secuencia de síntesis actualizadas del pasado adaptadas al


presente en vistas al futuro. También nuestra lectura de las Escrituras hoy es una
relectura, sigue este mismo proceso, de modo que la palabra de Dios continúe siendo luz
para nuestro camino.

Un ejemplo típico en la Biblia para ilustrar este proceso de relecturas o


actualizaciones, es el caso de Abraham. Veamos:

En el Génesis, en los capítulos 12 al 25, tenemos los primeros escritos que hacen
memoria de la vida de Abraham. Ya estos textos son ciertamente una adaptación de las
tradiciones populares sobre el patriarca. Durante muchos años, la memoria sobre
Abraham fue tradición oral. Recordaba el camino de los pastores seminómades en
épocas anteriores a la formación de Israel. Eran pobres y vivían lejos de la opresión de las
ciudades, en regiones semidesérticas. La redacción final de estos textos nos muestra la
memoria popular aún muy viva, y, al mismo tiempo, nos permiten descubrir los intereses
de la corte real en el tiempo de Salomón (siglo 10 a. C.). Son, por lo tanto, actualización y
relectura.

En el Eclesiástico, capítulo 44, en los versículos 19 al 23 tenemos una nueva


relectura de las tradiciones sobre Abraham. Unos 200 años a.C., cuando la dominación
griega quiere imponer a los judíos sus ídolos, sus héroes su modo de vivir y su sabiduría,
los autores de este libro presentan a los patriarcas como modelos “héroes” dignos de ser
imitados. En ellos se revela el amor de Dios por su pueblo, en el cual reside la sabiduría.

Una tercera relectura es hecha por los autores de la Carta a los Hebreos en el
Segundo Testamento. Todo el capítulo 11 es una reflexión sobre la historia del pueblo de
Dios a la luz de la fe. A los héroes del pasado la fe los hizo herederos de la promesa,
sirviéndonos como modelos de fe. Abraham es recordado en los versículos 8 al 19. Esta
21
actualización está hecha para servir como luz al nuevo contexto. Para aumentar la fe de
las comunidades en Jesús Resucitado.

La Biblia nació poco a poco

Como podemos ver, la Biblia es un libro que nació poco a poco. Nació de la vida de
un pueblo que hizo una experiencia especial de Dios presente en lo cotidiano.

Antes del texto escrito se da la experiencia vivida por las más diferentes personas y
en distintos lugares. Todos estos hechos se van contando y recontando. En un segundo
momento, la memoria viva se vuelve texto escrito.

Sobre los mismos hechos, fueron surgiendo diferentes tradiciones de acuerdo con el
medio donde eran narradas, recontadas y escritas. La manera de contar, en los palacios y
en el templo, era muy distinta al modo en que se narraban en el campo. Cada cual lo
hacía de acuerdo con sus condicionamientos, intereses, límites y horizontes.

Poco a poco, las tradiciones se fueron agrupando en narraciones o conjuntos


mayores, adquiriendo un nuevo colorido, ofreciendo respuestas nuevas a nuevas
necesidades, hasta llegar a la redacción final tal como lo tenemos nosotros hoy.

La Biblia no quiere transmitir los hechos sino la intención, el mensaje a partir


de los hechos.

Además de todo esto, la Biblia no describe una historia “fáctica” sino “intencional”. Es
decir que lo más importante no son los hechos en sí sino la intención que el autor quiere
transmitir. De modo que la pregunta más acertada que debemos hacer al texto bíblico no
es: ¿sucedió o no sucedió así? Sino más bien: ¿ cuál es la intención de quien escribió
este texto? O ¿qué es lo que el texto quiere decir? O aún más ¿Cuál es su mensaje?

Para ejemplificar lo que acabamos de decir, recordemos la historia de Caín y Abel


(Génesis 4). Aquellos que leen este texto como hecho histórico no consiguen explicar de
donde vino la mujer de Caín, ya que en aquel momento, si leemos el texto al pie de la
letra, apenas existían Adán, Eva y Caín. Si, en cambio, vamos al texto en busca de la
intención del autor, del sentido del texto, ciertamente encontraremos una respuesta.

La Biblia no es un conjunto de fotografías ni de películas, sino “radiografías”,


es decir, revela los acontecimientos por dentro.

La Biblia no presenta fotografías o filmaciones de los acontecimientos. Su


interpretación de los hechos va más allá de las apariencias , de la cara, lo que se ve en la
fachada. Por eso es mejor compararla con una radiografía, es decir, la Biblia nos revela el
sentido profundo que está dentro de los hechos, por detrás de las palabras. Revela la
presencia misteriosa de Dios en la vida, en la historia, en los hechos y en las personas.

Más que una historia de hechos, la Biblia contiene teologías de la historia. Son
diferentes maneras de percibir la presencia de Dios en los hechos, de sus maravillas en la
vida de su pueblo. Lo que le interesa es tomar el pulso a la presencia de Dios en las
venas de los acontecimientos. La comunidad israelita hace como pinturas y a veces
cuadros diferentes de una misma realidad. Así sucede con las dos pinturas de la creación,
en el inicio del libro del Génesis.

Comparemos el primer relato de la creación (Gn 1,1-2,4a) con el segundo (Gn


2, 4b-25) y percibamos cómo el pueblo de la Biblia pinta dos cuadros muy
22
diferentes para revelar el sentido profundo que está dentro de los acontecimientos.
La primera refleja la situación de sufrimiento del pueblo en el exilio en Babilonia
alrededor del 550 a.C. La segunda, al relatar el proyecto de Dios para la creación y
para la humanidad, retrata cómo el pueblo alimentaba su esperanza en la época de
la opresión del rey Salomón, alrededor del 950 a.C.

La Biblia nos quiere revelar la presencia amorosa de Dios en la vida

Usando otras imágenes para comparar las Escrituras, podemos decir que la Biblia es
como un larga vista. Si nos quedamos mirándolo simplemente, veremos un larga vista.
Pero si miramos a través de él, veremos el horizonte de otra manera, con otra
perspectiva. Así también es la Sagrada Escritura. Mirando a distancia, ella parece como
cualquier otro libro. Pero si miramos a través de ella, aquello que está por detrás de las
palabras, atrás de la lente de ese largavista, entonces percibimos su intención que es
revelar la presencia amorosa de Dios en la vida y en los acontecimientos.

Dios se manifiesta en el pasado y continúa manifestándose con la misma


intensidad en el presente

Una cosa que nos deja asombrados/as en la Biblia es la facilidad y la frecuencia con
la que se dice que Dios aparece y habló con algunos personajes como Noé, Abraham,
Sara, Agar, Jacob, Rebeca, Moisés, Elías y tantos otros. ¿Será que apareció cara a cara
y habló con su voz? Ahora, sabemos que Dios no tiene cara y su voz no vibra en el aire.
Pero también sabemos que, para comunicar nuestras experiencias más profundas,
tenemos que usar imágenes. Nosotros/as, que tenemos fe, sabemos que Dios está
invisiblemente presente en nuestra vida, conocemos los trazos de su rostro y escuchamos
su voz, sobre todo, en momentos decisivos.

En una ocasión, una hermana preguntó a Fray Carlos Mesters: “¿por qué Dios
aparecía y hablaba tanto en la época bíblica y dejó de aparecer y hablar hoy?” Carlos le
preguntó a quemarropa: “¿por qué usted decidió ser religiosa?” Ella respondió: “porque
Dios me llamó”. Ella había percibido la voz de Dios en los acontecimientos de su vida.

El pueblo tiene razón cuando dice: Dios te oiga, Dios te guarde, andá con Dios, y
otras expresiones que manifiestan la presencia de Dios acompañando todos nuestros
pasos. Sólo podemos hablar de Dios a través de imágenes y figuras.

Para continuar la reflexión

8. ¿Qué significa afirmar que la Biblia no es una historia “fáctica” sino


“intencional” que no es fotografía sino radiografía de la realidad?

9. ¿Qué es lo que considerás más importante sobre la “historicidad de los


hechos” presentado en este capítulo?

1.10. Lenguaje bíblico


Nuestra manera de pensar es muy diferente al modo de pensar y hablar de la
época bíblica

Nuestra manera de hablar hoy es muy diferente del lenguaje usado por los pueblos
de dos o tres mil años atrás en una realidad y cultura muy distintas de la nuestra. Si la
gente del pueblo de Israel de la época de Salomón leyera los versos de José Hernández
23
en el Martín Fierro, ciertamente tendrían dificultades para entender las costumbres, las
culturas, y el lenguaje de los gauchos de nuestra época colonial allá por el 1800. Ahora,
para un/a argentino/a, ya no habría tantas dificultades.

La misma cosa sucede con el lenguaje bíblico. Él era entendido por el pueblo de
aquella época. Para nosotros y nosotras, sin embargo es más difícil. Además de eso,
conviene recordar que no sólo el lenguaje sino también muchas veces el contenido nos
parece extraño. Esta dificultad es real, porque los contenidos bíblicos reflejan otra
realidad, otra visión de mundo, otra cultura, otro contexto, otro lugar. Todo eso queda muy
lejos nuestro, tanto en años como en kilómetros.

El lenguaje bíblico se vale de muchos símbolos, imágenes y comparaciones

La Biblia usa muchos símbolos, imágenes y comparaciones. Por ejemplo, los


números, en la Biblia, la mayoría de las veces están colocados con un valor simbólico. No
deben ser tomados en cuenta con un valor cuantitativo, sino cualitativo. El número 7, por
ejemplo, significa plenitud, totalidad, perfección. Tal como nosotros hoy, el pueblo de
aquella época también usaba símbolos para hablar, por ejemplo, de Dios. Lo compara con
un alfarero (Génesis 2,7), etc. Son muchas las imágenes y comparaciones en la Biblia.

Leamos el capítulo 13 de Mateo y veamos cómo Jesús compara el Reino de


Dios con una semilla, el trigo, el grano de mostaza, la red, la perla, el talento

Hay muchos tipos de lenguaje en las Escrituras.

Hay muchos tipos de lenguaje entre nosotros/as. Por ejemplo, en derecho, cuando el
tema es la Ley, el lenguaje es claro y conciso. En cambio, la poesía usa metáforas,
símbolos. Una crónica es muy distinta de una carta. Una carta comercial no es igual a una
carta familiar. Una fábula es diferente de un relato histórico. El relator de un partido de
fútbol no usa el mismo lenguaje que el cómico que cuenta chistes.

Del mismo modo, hay muchos tipos de lenguaje en las Escrituras. En ellas
encontramos historias, leyendas, poesías, romances, parábolas, alegorías o
comparaciones, proverbios, oraciones, cantos, profecías, apocalipsis, relatos de vocación,
de milagros. Ya con esto nos damos cuenta que no podemos leer la Biblia al pie de la
letra. Es preciso interpretar cada texto conforme al lenguaje con el que fue expresado. La
Biblia tiene hasta fábulas, como aquellas de los árboles que hablan y resuelven elegir un
rey (Jueces 9, 7-15).

Prosa y poesía: dos formas básicas de lenguaje en la Biblia

Fundamentalmente, hay dos formas literarias en la Biblia: la prosa y la poesía.

 La prosa es un relato, una descripción en forma lineal, tal como hablamos


normalmente.

 La poesía es una forma imaginaria de hablar y escribir. Es el arte de hablar en


versos y por imágenes

Algunas formas literarias en prosa son:

- Listas de nombres y genealogías: Gn 10; Mt 1,1-16

- Listas de leyes: Dt 5,6-21


24
- Crónicas, es decir, narraciones históricas cronológicas: 1 R 16,8-14

- Diarios de viaje: Hch 15,40-16,5

- Novelas: Rut y Jonás

- Fábulas: Jc 9,7-15

- Parábolas: Mt 13

- Relatos de vocación: Gn 12,1-9; Ex 3; 1S 3

- Relatos de milagros: Mt 8-9

- Discursos: Dt 1; Mt 5-7

- Visiones: Am 7, 1-9

- Testamentos: Gn 49

- Cartas: Jr 29,1-14

- Biografías: Am 7,10-17

- Alegorías: Prov 1,20-33

- Contratos: 1R5,15-26

- Leyendas etiológicas

Etiologías son historias populares para explicar, en un origen distante, la causa de


una situación que los autores viven en su tiempo. Ejemplos:

- Génesis 3,14: la razón por la cual las serpientes se arrastran en lugar de


caminar.

- Génesis 25,19-34: la causa de la enemistad entre Israel y los Edomitas.

- Génesis 19, 30-38: la rivalidad entre los israelitas y los pueblos de Amón y
Moab.

La poesía también se presenta de muchas maneras

- Proverbios (Proverbios 25; Eclesiástico, 24)

- Salmos (Salmos 41 y 105)

- Cánticos de Victoria (Éxodo 15, 1-21; Jueces 5)

- Cantos de Amor (Cantar de los Cantares)

- Lamentaciones (2S 1, 19-27; libro de las Lamentaciones)

Formas de lenguaje en la literatura profética


25
La literatura profética tiene:

Prosa:

- Vocaciones: Isaías 6; Jeremías 1

- Relatos biográficos: Amós 7,10-17

- Visiones: Amós 7, 1-9; Zacarías 1

- Gestos simbólicos: Jeremías 28,1-14

- Parábolas: Isaías 5,1-7

Poesía:

- Oráculos de amenaza: Amós 4, 2-3

- Oráculos de acusación: Amós 5, 18

- Oráculos de salvación: Isaías 41,17-20

- Oráculos de protección: Isaías 41, 8-13

Como se puede ver en este capítulo, la riqueza de las formas literarias que aparecen
en los textos bíblicos es grande. Así se habla de diversas formas, estilos o géneros
literarios.

Hagamos ahora un ejercicio, antes de seguir adelante. Leamos por lo menos


algunos de los textos bíblicos citados más arriba sobre la prosea y la poesía, y
percibamos las características propias de cada una de estas formas literarias.

Para continuar la reflexión

10. ¿Qué cosa te llamó más la atención con respecto al lenguaje bíblico?

11. ¿Qué tipo de lenguajes están presentes en el hablar del pueblo? ¿Cómo se
manifiesta el lenguaje simbólico?

12. ¿Cuáles son las principales formas de lenguaje usadas en nuestro día a día?

1.11. Traducciones de la Biblia


La traducción es el único medio posible y necesario para que un escrito pueda ser
leído y entendido por quienes hablan otras lenguas. También las Sagradas Escrituras
tuvieron que ser traducidas

Los manuscritos en papiro y pergamino

Cuando los libros de la Biblia fueron escritos, el arte de escribir era todavía muy
primitivo. Todos los libros bíblicos son manuscritos es decir, escritos a mano. El material
usado era el papiro, una especie de junco que crecía en las márgenes del Río Nilo, en
26
Egipto, y también en galilea, hasta el inicio del siglo 20. Sus hojas eran compactas como
una tela.

Otro material usado para escribir era el pergamino, hecho con piel de ovejas o de
cabras. El nombre viene de la ciudad de Pérgamo, en Asia Menor, actual Turquía. Allí se
preparaba este material.

Una vez escrito el texto, el pergamino o el papiro se enrollaba y se guardaba en


cajas. La palabra Pentateuco quiere decir cinco cajas o estuches, donde se guardaban los
rollos de la ley. En el uso común, el término pasó a significar también rollos o volúmenes.

La primera traducción de la Biblia hebrea fue al griego.

La primera traducción de las Escrituras fue la traducción del hebreo al griego. Esa
traducción fue una respuesta a la necesidad sentida por los judíos, cuando se dispersaron
por Egipto y otros países. Se establecieron allí y por lo tanto sus descendientes ya no
hablaban hebreo, pues allí la lengua oficial era el griego. Fue necesario traducir el texto
hebreo al griego pues en el culto de las sinagogas las Sagradas Escrituras eran el centro.
Toda la vida del pueblo judío fue siempre marcada por la Biblia, el corazón de su historia.
La traducción de las Escrituras al griego fue famosa y se llamó Septuaginta o Traducción
de los Setenta porque según la tradición ella fue hecha por 70 sabios judíos a partir del
siglo 3 a. C.

La segunda traducción de la Biblia fue al Latín

Con la llegada del cristianismo a las regiones del imperio romano donde no se
hablaba el griego, como el Norte de África, Oeste y Norte de Europa, fue necesario
traducir la Biblia griega al latín.

Las versiones latinas de la Biblia fueron surgiendo a fines del siglo 2 d. C. Varias
versiones surgieron. Eran traducciones hechas a partir del texto de los Setenta, versión
griega de las Escrituras. Los traductores dominaban poco el Latín y menos aún el griego,
por lo que traducían, muchas veces, al pie de la letra.

Jerónimo y la Vulgata

El surgimiento de esas versiones latinas, con problemas de traducción, preocupó a


las autoridades de la Iglesia. Por eso, el papa Dámaso, en el 382 d.C., confió a Jerónimo
la revisión de los Evangelios, tarea que concluyó en 384. Después de eso, fue a
Palestina, estableciéndose en Belén. Allí en un primer momento tradujo al latín varios
libros del Primer Testamento a partir de la versión griega. Pero abandonó ese proyecto y
pasó a traducirlos directamente del texto hebreo. Esa tarea la realizó entre los años 390 y
405. La traducción hecha por Jerónimo se conoció con el nombre de Vulgata, que en latín
significa común, usual.

En realidad, conviene recordar que Jerónimo no tradujo solo la Biblia. Él coordinó un


equipo de traducción, formado especialmente por mujeres. Entre ellas se destacaba
Paula.

Ciertamente, por influencia de los rabinos judíos, con quienes se perfeccionó en el


hebreo y a quienes consultaba en caso de dudas de traducción, Jerónimo tenía
reticencias con los libros que no constaban en la Biblia hebrea. Por eso los llamó
deuterocanónicos.
27
La Vulgata tuvo gran aceptación. Durante muchos siglos, no hubo quien produjera
una obra de semejante envergadura. Hubo sucesivas reproducciones con revisiones de
traducción de San Jerónimo. En el final del siglo 16, se hizo una edición revisada de la
Vulgata, Una nueva revisión crítica fue hecha en el inicio del siglo 19. Y actualmente hay
un monasterio en ROMA, donde los monjes se dedican a hacer una nueva revisión de la
traducción de Jerónimo.

La primera Biblia impresa

La imprenta fue inventada por Gutenberg en 1450 y el primer libro que se imprimió
fue la Biblia en el año 1455.

Después del texto hebreo, griego y latino, vino el alemán

Unos 1100 años después de Jerónimo, en la época de la invasión de América por


los europeos, Lutero tradujo la Biblia al Alemán, a la lengua de su pueblo. Él decía que el
pueblo tiene que poder leer la Biblia con su cabeza y con sus ojos. En su Biblia incluyó
solamente el texto hebreo, dejando los libros que Jerónimo llamara deuterocanónicos. La
situación conflictiva y polémica, influenció a Lutero, quien defendió la necesidad de volver
a la Biblia hebrea, pues era el texto más antiguo. Aunque no incluyó los libros
deuterocanónicos, Lutero recomendó su lectura, basándose en la opinión de San
Jerónimo: esos libros son provechosos para alimentar la fe; la Iglesia los acata y los lee,
pero no debe usarlos como fundamento para establecer doctrinas.

Las traducciones de la Biblia al Español

Las primeras traducciones de la Biblia a la lengua española surgen alrededor del


siglo 15. La más conocida es la Biblia Alfonsina traducción de la Vulgata encargada por
Alfonso X el Sabio; pero existen también, anteriores al siglo 15, seis versiones castellanas
en manuscritos realizadas por judíos sobre el texto original. La primera Biblia impresa es
una versión catalana, hecha en Valencia, en 1478. A partir de allí, surgen diversas
traducciones, tanto en el ámbito Católico como Reformado. Queremos recordar aquí las
versiones más recientes, hechas a partir de los textos originales: NACAR-COLUNGA
(Madrid, 1944), JERUSALÉN (Bilbao, 1969), SCHÖKEL Y MATEOS (Madrid 1975). En
Hispanoamérica, la versión de STRAUBINGER (Buenos Aires, 1941-1944), y de los
últimos años: Biblia Latinoamericana (traducida por el P. Hurault) es muy utilizada en
varios países del continente. La Biblia del Pueblo de Dios también conocida como “Biblia
Argentina” por haber sido traducida en este país. La Biblia de Jerusalén, es la que
generalmente se utiliza para el estudio de la Biblia. La Biblia del Peregrino, de Luis Alonso
Schöekel. La Santa Biblia, versión de Casiodoro de Reina, revisada por Cipriano de
Valera, con varias revisiones posteriores. Ha sido muy divulgada por Sociedades Bíblicas
Unidas. La Sagrada Biblia, de Nácar-Colunga; Dios Habla Hoy, traducido por las
Sociedades Bíblicas, y la Biblia para América, de más reciente traducción

Los estudios de la Biblia avanzaron mucho en los últimos tiempos. Millares de


exégetas (intérpretes e investigadores de las Escrituras), se dedican profundamente al
estudio. Es por eso que están siempre apareciendo nuevas traducciones más
perfeccionadas.

Traducir no es tarea fácil, principalmente por causa de la diferencia de las lenguas y


de las culturas. Fray Gil Gómes, un misionero indigenista, resolvió traducir el Padre
Nuestro a la lengua de los aborígenes con quienes vivía. Cuando llegó a perdónanos
nuestras deudas se trabó porque en la lengua de ellos no había La Biblia fue
traducida a muchas
lenguas y es el libro
más divulgado en el
mundo
28
una palabra correspondiente a perdonar. Entonces uno de ellos le sugirió lo siguiente:
coloca nuestras faltas atrás de tus espaldas. En nuestras Biblias, de hecho, encontramos
muchas veces el verbo convertirse o arrepentirse para traducir la idea que en la Biblia
Hebrea se expresa con el verbo volver a Dios.

Para continuar la reflexión

13. ¿Qué es la Biblia conocida como Septuaginta? ¿Cuándo y por qué surgió?

14. ¿Qué es la Biblia conocida como Vulgata?

1.12 Citar en la Biblia


La división en Capítulos y versículos

En los manuscritos antiguos no había títulos ni la división en capítulos y versículos


como tenemos hoy. La división en capítulos es atribuida a Esteban Langton, un Obispo
de Inglaterra, en 1228. La división en versículos fue hecha por Roberto Stephens. Fue él
quien imprimió la primera edición de la Vulgata con esas divisiones, en 1555.

A partir de la separación en capítulos y versículos, todo se hizo más fácil. Hoy,


podemos abrir la Biblia y encontramos todo organizado: el título del libro, después el título
del capítulo y, en muchos capítulos, los subtítulos de los asuntos, con la numeración de
los versículos.

Es preciso notar que los títulos y subtítulos de los capítulos varían en las distintas
traducciones. Eso se debe al hecho de que no forman parte de los textos originales de la
Biblia, pero son obra de quien realiza la traducción. En los distintos títulos, podemos
percibir varias tendencias. Es que ninguna traducción es neutra, y la diferencia entre los
distintos títulos de un mismo texto refleja la interpretación del texto por cada traductor a
partir de sus condicionamientos y opciones. También se trata de una interpretación; por lo
tanto, es recomendable no tenerlos muy en cuenta.

Tomen dos o más Biblias de traducciones diferentes y percibamos cómo


cambian los títulos de los mismos textos

Abreviaturas de los libros bíblicos

Para facilitar las citaciones de los textos bíblicos, se estableció una abreviatura para
cada libro de las Escrituras, con dos o tres letras, como se puede confrontar en el cuadro
siguiente o en las primeras páginas de sus Biblias, donde se puede encontrar la lista de
los libros bíblicos, así como las abreviaturas de cada uno. Desde ahora en adelante,
usaremos solamente las abreviaturas de las citas bíblicas, conforme al siguiente cuadro:

Nosotros adoptamos la siguiente forma abreviada para los títulos de los libros
bíblicos:

Génesis Gn Amós Am
29
Éxodo Ex Abdías Ab

Levítico Lv Jonás Jon

Números Nm Miqueas Mi

Deuteronomio Dt Nahúm Na

Josué Jos Habacuc Ha

Jueces Jc Sofonías So

Rut Rt Ageo Ag

Samuel 1 S, 2 S Zacarías Za

Reyes 1 R, 2 R Malaquías Ml

Crónicas 1 Cro, 2 Cro Mateo Mt

Esdras Esd Marcos Mc

Nehemías Ne Lucas Lc

Tobías Tb Juan Jn

Judit Jdt Hechos de los Apóstoles Hch

Esther Est Romanos Rm

Macabeos 1 M, 2 M Corintios 1 Co, 2 Co

Job Jb Gálatas Ga

Salmos Sal Efesios Ef

Proverbios Pr Filipenses Flp

Eclesiastés Qo Colosenses Col

Cantar de los Cantares Ct Tesalonicenses 1 Ts, 2 Ts

Sabiduría Sb Timoteo 1 Tm,2 Tm

Eclesiástico Si Tito Tt

Isaías Is Filemón Flm

Jeremías Jr Hebreos Hb

Lamentaciones Lm Epístola de Santiago St

Baruc Ba Epístola de Pedro 1 P, 2 P

Ezequiel Ez Epístola de Juan 1 Jn, 2 Jn, 3Jn


30
Daniel Dn Epístola de Judas Judas

Oseas Os Apocalipsis Ap

Joel Jl

Nosotros/as, adoptamos la siguiente interpretación de citas de textos bíblicos:

Para interpretar una cita, como por ejemplo Mt 3,15b; 6,1-2.33s, precisamos saber
qué sentido se le da a la coma, a la “b”, al punto y coma, al guión, al punto y a la “s”.
Vamos por partes.

La coma separa capítulo de versículo. Por ejemplo: la cita Gn 3,1 es leída de la


siguiente manera: Génesis, capítulo 3, versículo 1.

El punto y coma separa capítulos y libros. Las citas Gn 5,1-7; 6,8; Ex 2,3 se leen
así: Génesis, capítulo 5, versículos del 1 al 7; capítulo 6, versículo 8; libro del Éxodo,
capítulo 2, versículo 3.

El punto separa versículo de otro versículo, cuando no son seguidos. La cita Lc


6,20.30-36 se interpreta así: Evangelio de Lucas, capítulo 6, versículo 20 y versículos 30
al 36. El punto significa “y”.

El guión indica la secuencia de capítulos o de versículos. Las citas Jn 3-5; 2 Tm 2,1-


6; Mt 1,5-12,9 se leen así: Evangelio de Juan, capítulos 3 al 5; Segunda Carta de Timoteo
capítulo 2, versículos 1 al 6; Evangelio de Mateo, capítulo1, versículo 5 hasta el capítulo
12, versículo 9. El guión puede significar “a”, “al” o “hasta”.

Las letras “s” o “ss” son usadas para el versículo “siguiente” o “siguientes”. La cita:
Lv 25,23s; 26,44ss, por ejemplo, se lee de este modo: Levítico, capítulo 25, versículo 23 y
siguiente. La segunda cita debe ser leída de la siguiente forma: Levítico, capítulo 26,
versículo 44 y siguientes, es decir, hasta el final del capítulo.

También podemos encontrar citas como ésta: Gn 1,1-2,4ª. ¿Qué significan las letras
“a”, “b”, o también a veces “c”? Quiere decir lo siguiente: Génesis, capítulo 1, versículo 1
hasta el capítulo 2, versículo 4 “primera parte”. La segunda parte del versículo 4 no forma
parte de esa cita bíblica. Cuando aparece la letra “b” quiere decir “segunda parte”. A
veces, aparece también “c”. En este caso, el versículo fue dividido en tres partes, siendo
que la tercera parte corresponde al “c”.

Para ejercitar y recordar lo que estudiamos en este punto, proponemos que


localicen y lean en su Biblia las citas de los ejemplos dados.

1.1. Universalidad de la revelación


La misión del pueblo elegido

Por un lado, el Primer Testamento se refiere con mucha frecuencia al pueblo israelita
como pueblo de Dios o pueblo Elegido. Por otro lado, insiste también, en que ese pueblo
tiene una misión universal.
31
La Elección divina no La promesa hecha a Abraham de ser una bendición
es privilegio. Es para todos los pueblos debe extenderse a todas las naciones
compromiso. La misión de la tierra (Gn 12,3; 18,18; 22,18, 26,4; 28,14). De acuerdo
del pueblo Elegido es a la profecía del libro de Isaías, Israel debe ser la luz de los
ser Luz de los pueblos (Is 42,6; 49,6; 60,3). En las Escrituras, elección no
pueblos. es privilegio sino, es misión y responsabilidad.

Dios se revela en todos los pueblos y culturas

Dios está presente y actuante en la historia de todos los pueblos, por lo tanto,
también en la historia de nuestro pueblo. ¿No es verdad que Él es el creador de todas las
cosas y de todos los pueblos?

Veamos, por ejemplo, lo que dice Pablo en Hechos de los Apóstoles (Hc
17,22-28)

El profeta Amós ya había dicho que Dios no cuidaba sólo de Israel: “Israelitas, ¿no
son para mí como los cusitas?’ Oráculo del Señor: ‘Acaso no hice salir a Israel del país de
Egipto, como a los filisteos de Caftor y a los amorreos de Quir?” (Am 9,7).

En el libro de Jonás, el mensaje va en la misma dirección.

La experiencia israelita de Dios es una revelación modelo, ejemplar

Para revelar, para manifestar su presencia y actuación, Dios eligió la historia de un


pueblo determinado, volviéndola ejemplar. Es decir, sirve de modelo para ser tenido en
cuenta. Es una experiencia típica de la presencia de Dios en la vida del pueblo. De allí, la
importancia de la historia israelita. Ella nos debe ayudar a la interpretación de las historias
de los otros pueblos, para poder percibir cómo Dios se está revelando en todo el mundo y
también en nuestras vidas hasta el día de hoy.

Dios no quiso revelarse en palacios, sino junto a los oprimidos

Una de las características significativas de las Escrituras es que, en su mayor parte,


es la historia interpretada a partir del pueblo que sufre, que lucha, que trabaja
fatigosamente; y no a partir de los señores del mundo, de los imperios, de los
gobernantes.

La historia de los señores del mundo está registrada en “…Yo habito en una
la literatura oficial, enseñada en las escuelas, celebrada en altura santa, pero estoy
las fechas oficiales, grabada en los monumentos, recordada con el oprimido y
en los nombres de plazas y de calles. humillado, para reavivar
los espíritus humillados,
Dios no quiso revelarse en los palacios ni siquiera para reavivar los
en los templos. Sino que optó manifestarse en la vida de corazones oprimidos.”
un pueblo que fue esclavo en Egipto, que anduvo por el (Is 57,15)
desierto y enfrentó grandes dificultades para
organizarse en la tierra de Canaán. Después de una bella convivencia en la época
de las tribus, pasó por la fracasada experiencia de la monarquía, luego el exilio en
Babilonia, finalmente fue dominado y oprimido sucesivamente por varios imperios y
en esas condiciones Jesús, el Hijo de Dios, se encarnó.
32
En este sentido Jesús ora: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber
ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido” (Mt 11,25-26).

La revelación de Dios es universal

Podemos decir que la historia de la Biblia es universal porque se trata de una historia
concreta, estrechamente ligada con la vida. Y no hay nada más universal que la vida.
Donde la vida se manifiesta, allí el mismo Dios está revelándose. Donde la injusticia
aprisiona la vida, allí se manifiesta la indignación de Dios.

Al hablar de los pueblos paganos, el apóstol Pablo afirma que Dios se reveló
también a ellos. Dios no excluyó ninguno de los hijos e hijas de su amor, de su revelación.

Leamos Rm 1,18-23
No fue fácil para los estudiosos hacer una “cronología” bíblica, o sea, situar los
acontecimientos narrados en la Biblia en el calendario de la historia oficial. Por ejemplo,
las historias de Moisés y del Éxodo son los hechos más importantes de la historia del
pueblo de la Biblia. A pesar de eso, no están registrados en los archivos del imperio
egipcio, en donde ya tenían un grado relativamente elevado de civilización y una
burocracia muy bien montada. Los encuentros de Moisés con el faraón, cuyo nombre la
Biblia omite, parecen encuentros extraoficiales, sin ningún protocolo que las audiencias
con los jefes de estado siempre exigieron.

Todo esto nos indica una universalidad que hace que los hechos, las personas y las
situaciones, aún siendo bien concretas, reciban una carga simbólica muy grande. De esa
forma, sobrepasan los límites de la experiencia particular, esto es, adquieren cierta
trascendencia. Nos proyectan más allá de sus fronteras históricas y geográficas. Es como
si Moisés, el faraón, la opresión de Egipto, el clamor del pueblo, el sueño de liberación se
reprodujeran en nuestra realidad de hoy en América Latina, así como en la de todos los
pueblos y en todos los tiempos.

La revelación de Dios es universal y dinámica

De cierto modo, la revelación en la Biblia no sólo es universal sino también dinámica.


Dios se revela a todos los pueblos adaptándose a cada cultura, a cada nuevo contexto.
Es la inculturación de Dios en todos los pueblos; su manifestación se da de acuerdo con
la cultura de cada pueblo y permite que percibamos al mismo Dios revelándose en esta
diversidad, aún siendo diferentes a la tradición judeocristiana.

Para continuar la reflexión

3. A partir de Is 42,1-9 y 49,1-7, ¿Cuál es la misión del pueblo de Israel?

4. ¿Cuáles son las características que distinguen a la Biblia de la literatura y de la


historia oficial?

5. ¿Cómo podemos explicar que la revelación de Dios a los israelitas es ejemplar?

6. ¿Qué nos dice el hecho que tantos y tan diferentes pueblos rindan culto al mismo
Dios bajo formas tan distintas?
33
7. ¿Qué rescatás como importante sobre el tema de la universalidad de la
revelación?

1.2. La Biblia, una obra en mutirão


La Biblia es una obra elaborada en una gran mutirão. Mucha gente participó.
Personas de varias generaciones creyeron en la presencia de Dios en su vida y
describieron su experiencia de sentirse caminando junto con ese Dios.

Como obra en mutirão, la Biblia:

 Es un libro que tiene su origen en el pueblo

 Es del pueblo

 El pueblo también es su autor

 La Biblia fue hecha por el pueblo

 El pueblo es también el destinatario privilegiado de la Escrituras

 Fue escrita para el pueblo.

La Biblia es del pueblo

El origen de la Biblia está en el pueblo. En su mayor parte, tanto el Primer como el


Segundo Testamento tratan realmente de una historia del pueblo. Pero no del pueblo
como una determinada nación, una etnia o una cultura particular, y sí de un pueblo que
fue formado por gente simple, en la mezcla de varias tribus y clanes, que, en su
diversidad étnica y cultural, se organizaron originalmente de forma fraterna y tribal. Un
pueblo que no se impone como un imperio poderoso en la antigüedad, sino que casi
siempre vivió al margen de ellos, muchas veces dominado y amenazado de destrucción.

La palabra pueblo tiene, en la Biblia, un sentido muy fuerte. La Biblia es el registro


de las voces de muchos grupos sociales. Contiene palabras de mujer y de varón, de niños
y de jóvenes, de gente adulta y anciana, de rey y de sabio, de sacerdote y de agricultor,
de pastor y de ama de casa, en fin, de todo tipo de gente. Y retiene los tonos de todos sus
sentimientos, dando énfasis especial al clamor de los pobres y de los oprimidos.

Si la Biblia es del pueblo, ¿por qué las autoridades eclesiásticas la mantuvieron tanto
tiempo fuera de su alcance? En este sentido, fue importante la reforma del siglo 16.
Lutero, por ejemplo, tradujo la Biblia al alemán. De ese modo, los fieles, que no sabían
latín, tenían acceso directo a las Escrituras.

En los últimos 40 años del siglo 20, hubo, también en el mundo católico, un gran
interés por parte de las comunidades en leer y estudiar la Biblia. Especialmente en las
comunidades eclesiales de base, el pueblo se reapropió de este libro sagrado que
siempre le perteneció.

La Biblia fue hecha por el pueblo

Junto con Dios, el autor de la Biblia es el pueblo. De la gran mutirão, también Dios
forma parte. Pero el pueblo cumple un papel importante en esa mutirão.
34
Generalmente, los escritos populares se sumergen en el anonimato. De muchas
canciones no se sabe el nombre del autor. Es como si los autores populares, en la
convicción de que apenas están traduciendo los sentimientos comunes, retiraran su
nombre y renunciasen a los derechos de autor.

Así es la Biblia. El homenaje prestado a figuras importantes del pasado,


atribuyéndoles la autoría de libros bíblicos, es un modo de cargar de valor el anonimato
típico de la producción literaria popular. La Biblia es realmente una obra popular.

Hay libros en la Biblia que son de alta literatura y salieron de la pluma de verdaderos
genios. El sueño de algunos poetas era traducir el libro del Cantar de los Cantares que lo
consideraban una obra prima de la literatura de todos los tiempos. El libro de Job es una
verdadera joya literaria. Así también las profecías de Isaías y la mayor parte de los
Salmos. Sus autores están identificados con el pueblo. El contenido de sus obras está en
la perspectiva popular, en defensa de la vida del pueblo oprimido.

Ya vimos que hay fundamentalmente dos proyectos confrontados en la Biblia. Por un


lado, el popular y, por otro, el oficial. Por detrás del proyecto oficial, están los intereses de
las personas de la corte y del templo. Pero ese grupo no consiguió impedir y excluir la
literatura popular que constituye el eje central de las Escrituras. Y justamente en ella es
que podemos percibir a presencia misteriosa de Dios que hace historia con su pueblo. Por
lo tanto, en su eje fundamental, la Biblia es una obra producida por el pueblo.

No es correcto imaginar que los autores bíblicos fueron personas que se aislaron en
sus escritorios y, delante del sus computadoras, redactaron los libros. Tal vez así suceda
con algunos escritores de hoy.

Pero con los escritos de la Biblia no fue así. Los textos bíblicos, antes de ser
escritos, fueron memoria oral durante mucho tiempo. Unos más que otros. Antes de
trasformarse en texto escrito, la experiencia de Dios era contada, celebrada y actualizada.
Poco a poco, esa memoria oral fue puesta por escrito. En todo ese proceso, muchas
personas, hasta generaciones enteras, dieron su contribución. De hecho, la Biblia es un
libro que es fruto de una gran mutirão.

El pueblo es el destinatario privilegiado de las Escrituras

El destinatario privilegiado de la Biblia es simplemente el pueblo. El pueblo del


mundo entero, de ayer y de hoy.

El mensaje de la Biblia se dirige a todas las personas, pero no de una manera


neutra. Por un lado, el Dios que se revela en la Biblia busca, por encima de todo, la
justicia en las relaciones humanas. Por otro, toma decididamente partido por quien
padece injusticia. Es el Dios que está siempre dispuesto a oír el clamor de los oprimidos.

Leamos Ex 3,7-10
Nos referimos de modo especial a la multitud de personas marginadas y excluidas
cada vez más en el sistema neo-colonial. En el capitalismo salvaje en que vivimos, el gran
ídolo es el lucro del mercado competitivo, sin frenos ni límites, arena en la cual las fieras
brutales del capital desenfrenado despedazan a las víctimas, que parecen no tener
derecho a la vida por no ser productoras o consumidoras. Y son ellas las destinatarias
privilegiadas de la Biblia.
35
Para continuar la reflexión

8. ¿Qué podemos decir de la afirmación: “la Biblia es una obra elaborada en una
gran mutirão?

9. ¿Qué te llamó más la atención de lo expuesto sobre a Biblia como obra de


mutirão?

10. Conocés alguna obra literaria de hoy que sea fruto de una mutirão popular?
¿Cuál?

1.3. Donde vivió el pueblo de la Biblia


La Tierra de Israel es una región muy pequeña

La historia del pueblo de la Biblia tuvo como palco principal una pequeña región en
relación al tamaño del nuestro planeta y aún en relación con el tamaño de nuestro país.
Es similar a Tucumán, la provincia más pequeña de Argentina.

Observemos los números:

- El planeta tierra tiene 148.905.400 kilómetros cuadrados de superficie.

- Argentina tiene 3.757.407 kilómetros cuadrados.

- Palestina tiene apenas 25.000 kilómetros cuadrados.

- Esto quiere decir que Palestina es, más o menos, 150 veces menor que Argentina.
En el conjunto del planeta, no pasa de una pequeña porción de tierra entre el Mar
Mediterráneo y el Desierto Siro-arábico.

Los nombres dados a la Tierra de Israel en el recorrido de la historia

Antes que sigamos, conviene recordar algunas informaciones sobre los nombres
dados a esa tierra a lo largo de la historia:

- Antes de la formación del pueblo de Israel, es decir, más o menos hasta el 1250
a.C., esta tierra era llamada Tierra de Canaán. Allí vivían los pueblos cananeos.

- A partir de la organización de las tribus israelitas, pasó a ser llamada Tierra de


Israel, Tierra Prometida o también Tierra Santa.

- En el 931 a.C., tras la muerte del rey Salomón, se dividió el reinado. La parte norte
fue conocida como Reino de Israel. Y la parte sur fue llamada de Reino de Judá.

- En tiempo de Jesús, los romanos pasaron a llamar a toda la región Palestina.

- Las tres provincias más recordadas en el Segundo Testamento son: Judea al sur;
Samaría al centro y Galilea al norte.

- Hoy en día, existen tres Estados en esa región: uno es el Estado Árabe de Jordania
(en parte ocupado por Israel desde 1967). El otro es el Estado de Israel, formado por
judíos y árabes. El tercero es el Estado Árabe de Palestina, previsto por la ONU
(Organización de las Naciones Unidas) desde 1948 y que está siendo implantado con
36
muchas dificultades desde 1996.

La Tierra de Israel: lugar estratégico

Este pequeño pedazo de tierra está localizado en un lugar estratégico muy


importante, porque liga tres grandes continentes: África, Asia y Europa. Se une con
Europa por el lado oeste, donde está el Mar Mediterráneo; con Asia por el este, sur y
norte y con África por el lado sudoeste. Son como tres grandes cuerdas que se anudan en
Palestina.

Esta localización estratégica, la hacía paso obligado, tanto para el comercio, como
para la guerra entre los pueblos de estos tres continentes. Era la puerta para los europeos
que venían por el mar y la unión terrestre entre Egipto y Mesopotamia, que fueron la cuna
de las más antiguas civilizaciones. Cualquier desequilibrio o conflicto entre estas grandes
civilizaciones repercutía necesariamente en la Tierra de Israel, con consecuencias
muchas veces trágicas.

En los orígenes de la época patriarcal, había un gran movimiento de migrantes entre


Mesopotamia y Egipto. La familia de Abraham fue una familia de migrantes, como sucede
en muchas regiones de nuestro continente. La Tierra Prometida era una tierra
acostumbrada a sufrir sequías. Esta realidad se refleja en la historia de Jacob, que fue
obligado a emigrar con toda la familia hacia Egipto, como nos cuentan las bonitas novelas
de la Biblia (Gn 42-50).

El sentido religioso de la Tierra Prometida

Para el pueblo de Israel, la Tierra Santa tiene un profundo sentido religioso.

- es la herencia que Dios había prometido a Abraham (Leemos Gn 12,7; Si


queremos profundizar: 13,15; 15,18; 17,8; 26,3-5).

- es herencia que no se puede vender ( 1R 21,1-16, especialmente los versículos 1


a 3. También Nm 36,7).

- es donación de Dios ( Jos 24,2-13).

- es tierra compartida ( Jos 13,6s).

- al ser de Dios, entonces todos tienen derecho a la tierra. Por lo tanto, derecho de
uso y no de propiedad, pues la tierra pertenece solamente a Dios (Lv 25,23).

La Tierra de Israel se divide en cuatro franjas

En cuanto al relieve, podemos distinguir cuatro franjas de oeste a este, es


decir, desde el Mar Mediterráneo hasta el desierto: la llanura litoral, la meseta
central, la depresión del Río Jordán y la altiplanicie transjordánica.

Al mismo tiempo que vamos leyendo cada uno de los siguientes puntos, busquemos
estas informaciones en los mapas. Vamos por partes.

a) La llanura litoral

Es una región agrícola por excelencia. Al norte, es interrumpida por el monte


Carmelo que abre la gran planicie fértil de Esdrelón o Jezreel en dirección al Mar de la
37
Galilea. La parte sur de esta planicie es fértil. En ella estaban las principales ciudades de
los filisteos. Más al centro, tenemos la llanura de Sarón a lo largo de la costa marítima y la
Sefelá, región entre la llanura de Sarón y las montañas de Judá.

A lo largo de esta franja litoral, pasaba una de las rutas que unía Egipto con
Mesopotamia.

b) La meseta central

También es llamada como montañas de la Cisjordania. Cisjordania quiere decir


antes o de este lado del Jordán, naturalmente para quien se posiciona en el lado oeste del
río donde se encuentra la ciudad de Jerusalén. Esta meseta se extiende por la región
montañosa del interior.

De norte a sur, tenemos:

- las montañas de Neftalí y la llanura de Esdrelón o Jezreel al norte,

- las montañas de la Samaría o de Efraím al centro,

- más al sur, las montañas de Judá, que a partir de la dominación de los persas
(539-333 a.C.) será llamada Judea.

En la altiplanicie central, se encuentran las ciudades bíblicas más importantes:


Samaría, Siquém, Silo, Jerusalén, Belén, Hebrón y otras. Ubicá estas ciudades en el
mapa

Los montes que se destacan son: Hermón, de 1208 mt. de altitud, Tabor, de
588 mt., Garizim, de 880 mt., Ebal, de 940 mt., Sión, sobre el cual estaba Jerusalén,
de 770 mt. de altitud.

En el declive del este de la sierra de Judá, se encuentra el llamado desierto de Judá,


al este y sudeste de Jerusalén, que desciende hasta el río Jordán y el mar Muerto,.

Las regiones desérticas se amplían en torno del mar Muerto, en la mitad sur del valle
del Jordán y extendiéndose en el Négueb, al sur.

c) La depresión del río Jordán

La depresión del río Jordán es la más profunda del planeta. En ella se encuentran:

- el lecho del río Jordán,

- el mar Muerto,

- el valle de Arabá

- y, más al sur, el golfo de Ácaba.

Al norte, está el lago de Galilea, también llamado de Genesaret, Tiberíades o


Kinnéret. Es rico en peces y cercado de aldeas de pescadores. De él hablan mucho los
Evangelios, pues es la región donde vivió Jesús.

Por este lago pasa el río Jordán que nace en lo alto de las montañas del Líbano. El
valle del Jordán es una región desértica, entre el lago de Genesaret y el mar Muerto. Allí
38
existen algunos oasis, como el de Jericó. Después de numerosas curvas, el río Jordán
desemboca en el mar Muerto.

El mar Muerto tiene 76 kilómetros de largo por 17 de ancho, quedando a 392 metros
bajo el nivel del mar. Se llama Muerto porque no ofrece condiciones de vida, pues sus
aguas son 6 veces más saladas a la de los océanos.

d) La meseta transjordánica

También es conocida por meseta de Galaad o montañas de la Transjordania.


Transjordania significa más allá del Jordán. Se alza del lado este del río Jordán y
va, poco a poco, bajando de nivel hasta confundirse con el desierto Siro-arábigo.
En ella se destaca el Monte Nebo (802 mt.).

Tanto en la Cis como de la Transjordania, la mayoría de los ríos y arroyos se secan


en el verano, teniendo agua solamente en las cercanías a sus desembocaduras en el
Jordán. En la Transjordania, los ríos perennes son: Yarmuc, al norte, Yaboc, al centro,
Arnon y Zered, al este del mar Muerto.

Leamos las siguientes citas bíblicas y localicemos en los mapas las


localidades que allí aparecen

Gn 22,19 Jc 6,2

Gn 32,11 Jc 16,1

Gn 32,23 2S 15,10

Gn 35,1 1R 18,19

Gn 37,12 1R 21,1

Is 65,10

Para continuar la reflexión

11. A pesar de ser un territorio pequeño, ¿por qué esta tierra ocupa un lugar
estratégico en la región?

12. Para el pueblo de Israel, la tierra prometida tiene un profundo sentido religioso.
Comentar esa cuestión a partir de Lv 25,23; Jc 24,2-13; Sal 24,1-2; Is 66,1-2.

1.4. Distintas épocas están por detrás de la Biblia


Los textos bíblicos reflejan el contexto de la época

Todas las personas están condicionadas por el medio en que viven. Por ello, existe
cierta dificultad para entender las actitudes, los hábitos, el comportamiento de quien vive
en otro ambiente. Por ejemplo, la vida en el campo es muy diferente de la vida en la
39
ciudad. Es más, las costumbres de los pueblos indígenas o africanos son muy diferentes
de los hábitos europeos.

Así también sucede con las Escrituras. Para entender el contenido de la Biblia, es
preciso hacer un esfuerzo de análisis de la realidad: la situación económica, política,
social y cultural-religiosa del período en que el texto fue escrito. O aún del período a que
se refiere el texto, ya que casi todos los textos bíblicos fueron escritos después de haber
sucedido los hechos y haber sido transmitidos oralmente durante mucho tiempo. Es
bueno tener presente, por ejemplo, que los acontecimientos descriptos en el Pentateuco
fueron escritos ( tal como los tenemos en la Biblia) mucho tiempo después de haber sido
vividos. Notaremos como todo esto se trasluce en el propio texto.

La sociedad israelita es patriarcal

La familia y la sociedad israelitas son de tipo patriarcal. La Biblia es producida en


ambiente acentuadamente patriarcal. El poder de decisión está centrado en el padre, en
el varón. La mujer es relegada a un segundo plano, vive al margen de la sociedad,
confinada en casa a los quehaceres domésticos.

Sin duda, no tenemos que olvidar que la casa no era sólo lugar de consumo, sino
también de producción: era la labra, la oficina y la pequeña “industria” doméstica (pan,
queso, calzado, ropa, vino, aceite, etc.). Allí la mujer tenía un papel muy importante.

En la misma Biblia encontramos libros y textos, ligados a la memoria popular, que


cuestionan esta ideología. También, una lectura bíblica atenta, nos permite descubrir a
muchas mujeres que tienen un rol protagónico en el camino del pueblo de Dios. Podemos
hacer el siguiente recorrido: La historia de Agar (Gn 16); las parteras egipcias (Ex 1,15-
22); la jueza Débora (Jc 4-5); el libro de Rut; el libro del Cantar de los Cantares; la mujer
sirofenicia (Mc 7,24-30); la samaritana (Jn 4, 1-42).

La lectura bíblica hecha con ojos de mujer enfatiza los papeles de las mujeres y de
otros marginados; critica la mentalidad patriarcal que forzosamente ve a quien no es
varón como personaje secundario y dependiente.

Hay una perspectiva de la mujer en cualquier asunto que surge en los textos; unos
mostrarán la importancia de la mujer en la historia del pueblo, como el de las parteras (Ex
1,15-22); otros el prejuicio patriarcal con relación a las mujeres, como la hija de Jefté (Jc
11,29-40) que es ofrecida como sacrificio humano.

Este acercamiento a la Biblia cuestiona fuertemente las lecturas hechas en la óptica


patriarcal e impugna cualquier interpretación excluyente, dándonos la posibilidad de
construir recíprocamente nuestra identidad de mujeres y varones.

La historia del pueblo bíblico es una sucesión de dominaciones

Excluyendo la época de las tribus, la situación predominante en que vivió el pueblo


de Israel durante casi toda su historia, fue de opresión y dependencia. Inicialmente, por
parte de sus propios reyes y después por sucesivas dominaciones extranjeras. De este
modo, es posible que comprendamos por qué en la Biblia aparece una crítica tan fuerte a
cualquier actitud o sistema de dominación.
40
Diferentes períodos de la historia bíblica

Así como geográficamente el pueblo de la Biblia ocupa una parcela muy pequeña de
nuestro planeta, también históricamente, ocupa un período muy corto de tiempo.

La historia del pueblo de la Biblia comienza con Moisés y los acontecimientos del
Éxodo. Las narraciones sobre Abraham y los patriarcas pertenecen a una época cuando
el pueblo como tal todavía no estaba formado; se habla solamente de las familias de los
patriarcas que andaban errantes por aquellas tierras.

Ahora bien, la historia de Moisés se desarrolla durante la 19º dinastía de Egipto, que
va del año 1304 al año 1184 a.C. Esto quiere decir que, cuando comenzó la historia del
pueblo bíblico, la historia de la humanidad ya había avanzado mucho. Existía la
agricultura y la ganadería; se contaba con algunos avances metalúrgicos y ya existía la
escritura. Había grandes ciudades y Egipto era un imperio poderoso. En términos de
historia, la Biblia se subió en medio del viaje; viaje del cual nosotros/as formamos parte
porque somos parte de la historia humana y del Pueblo de Dios.

Podemos dividir la historia del pueblo bíblico en los siguientes períodos:

- época de los patriarcas y las matriarcas (anterior a 1250 a.C.),

- éxodo y organización de las tribus (1250 a 1040 a.C.),

- reino unido (1040 a 931 a.C.),

- reino dividido (931 a 587 a.C.): Israel al norte (931 a 722 a.C.) y Judá al sur (931 a
587 a.C.),

- exilio en Babilonia (587 a 539 a.C.),

- reconstrucción bajo los persas (539 a 333 a.C.),

- dominación griega (333 a 142 a.C.),

- período de restauración asmonea (142 a 63 a.C.)

- y dominación romana (63 a.C. en adelante).

1.5. Historia de la redacción de los libros de la Biblia


Presentaremos algunos cuadros donde situamos el surgimiento de los libros del
Primer y del Segundo Testamento dentro de la época histórica en que probablemente
fueron escritos.

Podemos, así, tener una visión de conjunto de la aparición de la literatura bíblica.


Los cuadros pueden parecer todavía muy imprecisos. Iremos profundizando el
surgimiento de la literatura bíblica época por época.
41
Formación del Primer Testamento
Libros del
Época histórica Libros históricos Libros Sapienciales Libros Proféticos
Pentateuco
Patriarcas y
Tradiciones sobre los
Matriarcas Tradiciones orales Tradiciones de las
jueces. Religiosidad popular
Éxodo sobre la familia y la familias
Tradiciones sobre el Los videntes (1S 9,9)
Tribalismo historia Sabiduría popular
Arca (1S 4-7).
(hasta el 1040 a.C.)
Anales de la corte.
1º redacción de la
1º redacción de las historia: “Historia de la
Reino unido Algunos Salmos
tradiciones de los ascensión de David” Cofradías proféticas
bajo David y Salomón
patriarcas del éxodo y (1S 16,1 hasta 2S 5). de Samuel (1S 10,5-6)
(del 1040 al 931 a.C.) Algunos Proverbios
de las tribus “Historia de la
sucesión de David”
(2S 9-20; 1R 1-2)
Anales de la corte.
2º redacción de las Hermandades de
Reino de Israel 2º redacción: ciclo de Algunos Salmos
antiguas tradiciones Elías y Eliseo (2R 2,1-
en el norte Elías y Eliseo
18)
(del 931 al 722 a.C.) (1S 13-15; 1R 17-2R Algunos Proverbios
Dt 12-26 Am y Os
12)
Anales de la corte.
(últimas décadas de la Algunos Salmos
Reino de Judá 1º redacción de la Is 1-39 y Mq
monarquía) Colecciones de
en el sur Obra Histórica
Dt 4,44-11,32; 28 Proverbios: Pr 10,1-
(del 931 al 587 a.C.) Deuteronomista bajo So, Jr, Na, Ha
Lv 17-25 22,10; Pr 25-29
la reforma de Josías
3º redacción de las Redacción final de la Algunos Salmos Ez, Is 40-55, Ab, Lm
Bajo la dominación
antiguas tradiciones Obra Histórica
Babilónica
Lv 8-10 Deuteronomista Algunos Proverbios Relectura de la
(del 587 al 539 a.C.)
Dt 1,1-4,43; 29s (Jos, Jc, 1-2S, 1-2R) Pr 22,17-24 profecía
Ag, Za 1-8, Is 56-66,
Obra Histórica Jb, Ct
Redacción final del Ml, Jl
Bajo los Persas Cronista Compilación del libro
Pentateuco Relectura de la
(del 539 al 333 a.C.) (1-2 Cro, Esd, Ne). de los Salmos y de los
(Gn, Ex, Lv, Nm, Dt) profecía
Rt Proverbios
Jon, Is 32-35
Est, Tb, Jdt
Qo, Si Za 9-14, Dn, Ba
Bajo los griegos
Apocalíptica: Dn, Is
(del 333 al 142 a.C.) 1-2 M
Sb 24-27, Ez 38-39
42
Formación del Segundo Testamento
Cartas Evangelios y
Cartas
Época Cartas de Pablo atribuidas a Hechos de Apocalipsis
universales
Pablo los apóstoles

6 a.C. VIDA, ANUNCIO Y MOVIMIENTO DE JESÚS

30 d.C.
TRADICIONES ORALES EN LAS PRIMERAS COMUNIDADES
SURGEN LAS PRIMERAS COLECCIONES ESCRITAS
(muerte-resurrección, parábolas, milagros, discusiones de Jesús)

50
1 Ts – Flp
1-2 Cor
Ga – Rm
Flm

60
Hb Ap 4-11

70 Mc
2 Ts

80
Mt – Lc/Hch
Col – Ef 1P
90 St

Judas
100 Jn Ap
1-3 Jn

110

1-2 Tm 2P

120

Observación: las flechas indican que el proceso de transmisión de las tradiciones orales y de las colecciones
escritas tuvo continuidad en los años siguientes.

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