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Independencia Brasil

La Independencia de Brasil comprende una serie de eventos políticos ocurridos


entre 1821 y 1824, la mayoría de los cuales incluyeron conflictos
entre Brasil y Portugal. Dando así paso a la proclamación de independencia presentada
por el Imperio de Brasil el 7 de septiembre de 1822. Fue un período importante en
la historia del país y se diferencia del resto de guerras de independencia
hispanoamericanas en que el proceso fue dirigido por un miembro de la de familia real ,el
príncipe heredero Pedro I, que se convertiría en emperador. El régimen resultante fue el
Imperio de Brasil, una monarquía constitucional que perduró hasta 1889 siendo así el
régimen monárquico independiente más duradero de América.

El territorio que ahora ocupa Brasil fue reclamado por Portugal por primera vez el 18 de
septiembre de 1500 cuando el navegante portugués Pedro Álvares Cabral llegó a sus
costas. Desde 1534 se inició el asentamiento permanente en el territorio por los
portugueses, quienes expandieron el territorio hacia el Oeste durante los siguientes 300
años hasta que establecieron casi todas las fronteras que constituyen el actual Brasil.
En 1808, el ejército del emperador francés Napoleón Bonaparte invadió Portugal y forzó a
que la familia real portuguesa se fuera al exilio. La corte portuguesa fue establecida en la
ciudad de Río de Janeiro, que se convirtió en la sede no oficial del Imperio portugués.1 Este
cambio de sede generó un gran giro en las relaciones metrópoli-colonia.
Según Westthalen: «en 1807[...] se produjo lo que podría llamarse inversión brasileña,
esto es, la transformación de la capital luso-brasileña en sede de la monarquía portuguesa
[...] en realidad Brasil pasaba a ser la metrópolis y Portugal, la colonia.»2

El 12 de diciembre de 1815, Juan VI, entonces regente de su madre incapacitada, la


reina María I, elevó a Brasil de colonia a Reino unido con Portugal.3

Las Cortes portuguesas.

En 1820, la Revolución liberal de Oporto estalló en Portugal. El movimiento iniciado por


constitucionalistas liberales resultó en la reunión de las Cortes, que crearían la
primera Constitución del reino.45 Al mismo tiempo, las Cortes demandaron el retorno del
rey Dom João VI, que había fijado su residencia en Brasil desde 1808, para lo cual había
elevado a Brasil como reino como parte del Reino Unido de Portugal, Brasil y
Algarve en 1815 y había nominado a su hijo y príncipe heredero
Dom Pedro como regente para gobernar el Reino de Brasil en su lugar el 7 de
marzo de 1821.67 El rey se marchó a Europa el 26 de abril y dejó a Dom Pedro en Brasil
para que gobernara el reino con la ayuda de los ministros del interior, de asuntos
exteriores, de guerra y marina y de finanzas.,8 portuguesas movilizados en Brasil
estaban a favor del movimiento constitucionalista en Portugal.9 El líder más importante
de los oficiales portugueses, el general Jorge Avilez, forzó al príncipe a destituir y expulsar
del país a los ministros del Reino y de Finanzas. Ambos eran aliados leales de Pedro,
quien se había convertido en peón a manos de los militares.10 La humillación sufrida por
el príncipe, quien juró que nunca volvería a ceder a la presión de los militares, influyó de
manera decisiva sobre su abdicación diez años más tarde.11 Mientras tanto, el 30 de
septiembre de 1821, las Cortes aprobó un decreto que subordinó los gobiernos provinciales
brasileños directamente a Portugal. El príncipe Pedro se convirtió, para todos los efectos,
en solamente el gobernador de la provincia de Río de Janeiro.1213 Otros decretos posteriores
ordenaron su retorno a Europa y pusieron fin a las cortes judiciales creadas por João VI en
1808.1415

La insatisfacción por las medidas de las Cortes entre la mayor parte de residentes en
Brasil (tanto nacidos en Brasil como en Portugal) aumentaron hasta un punto en que
pronto se dio a conocer públicamente.12 Surgieron dos grupos que se opusieron a las
acciones de las Cortes que socavaban gradualmente la soberanía brasileña: los liberales
liderados por Joaquim Gonçalves Ledo (quien contaba con apoyo de los masones) y los
bonifacios comandados por José Bonifácio de Andrada. Ambas facciones no tenían nada
en común con respecto a sus planes para Brasil, con la única excepción de su deseo de
mantener el país unido con Portugal como una monarquía soberana

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