Sei sulla pagina 1di 12

1 Simeão

EL CONFLICTO Y LA PSICOLOGÍA SOCIAL 1


emas. In
5ica. São }uan Carlos Revi/la Castro 1

São Pau-

novo pa-
~s. Rio de RESUMEN

;tudo de
El estudio del conflicto es un área en expansión de la Psicología Social en la actualidad. Por ello es impor-
': Cortez- tante en este momento realizar una revisión de los desarrollos más importantes que ha conocido la Psicología
Social en su relación con el conflicto. En líneas generales, la transición más importante ha sido el paso del estudio
2strutural. del conflicto intrapsíquico -desde el psicoanálisis, las teorías conductistas y la teoría del campo- ai conflicto
estudos social, ya sea interpersonal o, sobre todo, intergrupal. Esto último ha sido trabajado desde las teorías de las relaci-
ones intergrupales (teoría del conflicto real, teoría de la identidad social, teorías de la influencia minoritaria), así
vas ques-
como desde la teoría de los juegos y las corrientes sociocognitivas. El panorama que resulta de esto es enorme-
o, Editora
mente fragmentado y carente de un marco teórico que pueda integrar los diferentes resultados y así obtener una
imagen más adecuada del conflicto social.
organiza-
Palabras clave: conflicto, Psicología Social, teoría.
eadminis-
Conflict and Social Psichology
lo: Cortez,

. São Pau-

ABSTRACT
o/exo. Lis-
The study of conflict is an expansive area in present Social Psychology. So, it is important now to make a
revision of the most relevant developments in the discipline related to the consideration of conflict. Generally, the
directions main transition has been from the study of internai conflict -psychoanalysis, learning theories and field theory- to
10. the study of social conflict, be it interpersonal or, specially, intergroup. The latter has been developed from intergroup
aciona/. 8. relations theories -realistic conflict theory, social identity theory, minority influence theories-, as well as from
game theory and the sociocognitive approaches. The resulting panorama is enormously fragmented and lacking of
an integrative theory that could offer amore adequate image of social conflict.
2 a análise
·ão de fm- Key-words: conflict, Social Psychology, theory.
ts, v. 32, nº

1a constru-
~ satisfação
orte- Tese
~o da Uni-
).

ração, ma-
;ertação de
98.
manos: ino-
;, Trad. Cid

1
?S de traba- Juan Carlos Revilla Castro. Opto. Psicología Social, Fac. CC. Políticas y Sociología. Universidad Complutense de Madrid. Cargo
profesional: Profesor Ayudante. Líneas de especialización: violencia, juventud, conflicto, identidad. E-mail: sosocz2@sis.ucm.es

Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002 lil


Revista de Psicologia juan Carlos Revi/la Castro

EL CONFLICTO V LA PSICOLOGiA SOCIAL entrelazado en el sentido de la vida social. De este modo


el conflicto intrapsíquico vuelve a manifestarse como
El estudio dei conflicto desde la Psicología Soci-
conflicto social. Eso sí, la cultura abre también nuevas
al ha sido bastante más tardío que desde otras ciencias
posibilidades de satisfacción, ofreciendo a las pulsiones
sociales, si bien está adquiriendo una gran importancia.
nuevos objetos y nuevos fines sublimados. La
Así, aparecen nuevas corrientes que utilizan el concepto
sublimación de los instintos es un mecanismo cultural
de conflicto para el estudio e intervención (negociación,
universal que ofrece fuentes de satisfacción que pueden
medJación) en diversos fenómenos de la vida social.
convertirse en destinos de las pulsiones.
Por ello, quizá sea un buen momento para hacer una
No obstante, con el psicoanálisis persiste el pro-
lectura de las diferentes aproximaciones psicosociales
blema de la distinción entre un conflicto puramente
sobre el conflicto. Es una revisión que no se ha realiza-
intrapersonal de otro que sea de varias individuas a la
do de un modo completo con una descripción de las
vez, por su metodología individualizadora. Y esto a pesar
líneas de desarrollo y tensión más importantes.
de que Horney, Fromm y Erikson permiten vislumbrar
Solamente Pedrajas et ai. (1989) realizaron una
explicaciones acerca de los conflictos sociales más im-
aproximación ai tratamiento de los conflictos en los
portantes. El psicoanálisis actual, en particular el
manuales de Psicología Social, viendo la diversidad de
lacaniano (Miller, 1998; Cotet, 1998), trabaja cada vez
formas en que aparecían temáticas asociadas con la más intensamente los síntomas sociales: anorexia,
cuestión dei conflicto, sin que aparecieran apenas drogadicción, violencia, nacionalismos.
refuencias directas a él, algo que ha cambiado con la Para el Psicoanálisis existiría otra fuente de
aparición dei último Handbook de Psicología Social conflicto de marcado carácter interpersonal, el conflicto
(Gilbert et ai., 1998). entre identificaciones contrarias y objetivos o normas
El objetivo de este artículo es narrar las líneas morales contrapuestas. La pérdida dei objeto produce
más importantes de estudio dei conflicto desde nuestra su reconstrucción en el yo y la constitución dei Ideal
disciplina hasta I legar a la actualidad. Podríamos decir del yo. Esta carga afectiva llevaría a un conflicto ai
que la gran transición se produjo desde un interés fun- producir grupos que se oponen entre sí por representar
damental por el conflicto intrapsíquico, desde postula- y defender identificaciones diferentes o contrapuestas.
dos psicoanalíticos, conductistas o lewinianos, hasta una Esta sería una explicación de los conflictos entre grupos
preocupación por el conflicto interpersonal, pero, so- o categorías sociales, una explicación de tipo afectivo
bre todo, intergrupal, donde predominan los frente a las más sociocognitivas de la teoría de la identidad
plantemientos de la teoría de los juegos y de las relaci- social. Dei mismo modo, la sobreidentificación con los
ones intergrupales. miembros dei propio grupo tiende a crear el conflicto
derivado de la sobre7diferenciación de los miembros dei
diferente, a menudo definido como «Contrario».
1 EL PSICOANÁLISIS: DEL CONFLICTO Por tanto, un análisis de los planteamientos
INTERNO AL MALESTAR EN LA CULTURA. psicoanalíticos nos lleva a ver el conflicto psíquico como
originado en lo social.
La metodología y planteamientos psicoanalíticos
habían de conducir necesariamente a tratar el conflicto
interno o intrapsíquico. Es un conflicto entre las pulsiones 2 EL ENFOQUE CONDUCTISTA:
del ello, las exigencias de la realidad y las normas
CONFLICTO INTERNO V TEORiAS DE LA
morales (Freud, 1940). Pero, antes de ser intrapsíquico,
AGRESIÓN.
es una discordancia entre el individuo y el mundo exte-
rior, entre el individuo y los agentes sociales represen- Las teorías conductistas se acercan ai estudio dei
tantes de la ley que se interioriza tras el complejo de conflicto desde su concepción mecanicista e individu-
Edipo. El conflicto intrapsíquico tiene consecuencias alista de la conducta humana. Por ello, su interés va a
negativas en los indivíduos, implica el dano de la culpa radicar en el análisis dei conflicto interno, otorgando
y malestar o displacer que produce síntomas. Por ello, un papel preponderante ai medio social como
la enfermedad es en realidad la manifestación de un determinante de la conducta de los sujetos, en
conflicto. contraposición a los impulsos innatos, lo que les
Las demandas sociales a los indivíduos crean conduce a utilizar concepOtos psicoanalíticos.
síntomas típicos de cada época, ya que no se le exigen Un buen ejemplo de ello es F. H. Allport, que
sólo a un individuo, sino a cada uno de ellos y, por parte de la distinción entre conflicto abierto y conflicto
tanto, a las colectividades. Freud (1930) decía que los encubierto. EI primero consiste en respuestas prepotentes
indivíduos enferman de una neurosis porque la vida en para la inmediata satisfacción individual. Es la respuesta
sociedad les impone una serie de demandas que son no socializada ante la opresión o la frustración, la lucha
muy costosas de realizar. Por tanto, la neurosis tiene con violencia creciente hasta que la agencia frustrante
una expresión social y el sentido de sus síntomas está u opresora es eliminada o conquistada (AIIport, 1924,

11!1 Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47·58, jul./dez. 2002


·astro Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro

nodo p. 341 ). Solamente la social ización temprana y entidad con una similitud intermedia respecto de la fuente
:o mo consideraciones prácticas inhiben este ejercicio de de la frustración (ver Fitz, 1976). Esta teoría es una
Jevas reacción agresiva. El conflicto encubierto o socializado aplicación de los trabajos de Miller (1944, 1959) sobre
iones es un conflicto interno entre los impulsos innatos y los conflicto interno entre las tendencias a la evitación o ai
s. La hábitos sociales adquiridos a través del condicionamiento, acercamiento a un objetivo temido pero gratificante
dtural · necesario para el mantenimiento del orden social. Así, el (conflicto atracción-repulsión), donde la influencia de
Jeden conflicto social se convierte en un conflicto mental Lewin es clara.
intraindividual (ibíd., p. 337), un ajuste a las normas
~ 1 pro- soei ales.
nente Allport sigue el mismo proceso de represión y 3 LA PSICOLOGÍA DE LA GESTALT Y LA
>Sala proyección para analizar el conflicto grupal, como la TEORÍA DEL CAMPO: DEL CONFLICTO
.pesar suma de los mecanismos individuales de los miembros INTERNO AL CONFLICTO INTERGRUPAL.
mbrar del grupo. Así aparece la censura social, una represión
ás im- de las tendencias amorales producida por el consenso De los teóricos de la Psicología Social que han
lar el de las mentes individuales que se unen en un esfuerzo recibido una profunda influencia de la Gestalt destaca-
:la vez organizado y producen leyes y regulaciones. El conflicto remos a Kurt Lewin, Leon Festinger y Morton Deutsch .
'rexia, entre grupos se produce cu ando un grupo es subyugado Lewin (1951) abordá el estudio dei conflicto psi-
por otro, lo que dará lugar en cada individuo a un cológico utilizando conceptos estructurales y dinámicos
lte de conflicto entre tendencias hostiles y la inhibición debido y derivá una tipología del conflicto basada en el conflicto
nflicto ai miedo ai castigo. entre valencias del mismo o distinto signo en cuanto a
1ormas El problema de esta concepción es que no se la tendencia locomotora de un individuo en un campo
·oduce puede entender el comportamiento humano sin de fuerzas, es decir, dilemas de decisión individual. Sin
I Ideal referenda a los conflictos entre individuas y entre gru- . embargo, son más interesantes aquí sus trabajos sobre
icto ai pos. Además, considerar que la respuesta socializada grupos, su dinámica y los conflictos entre grupos,
~sentar es el conflicto encubierto supone otorgar una legitimidad pioneros de muchas de las aportaciones posteriores so-
uestas. afiadida a cualquier estatus quo existente. De hecho, el bre el conflicto. El grupo es, para Lewin, una realidad
grupos estudio del conflicto en la Psicología Social ha caminado plenamente diferente a la suma de las personas que lo
Jectivo hacia el estudio de lo que Allport denomina conflicto constituyen, por lo que lo necesario será dar cuenta de
:ntidad abierto, es decir, aquel que manifiesta el antagonismo los aspectos específicos de la realidad grupal. Para in-
con los de modo manifiesto entre dos o más individuas o gru- vestigar el grupo, es necesario analizar su estructura y
)nflicto pos. Y no se suele considerar como una respuesta pri- las normas grupales implícitas o explícitas, la ideología
Jros dei mitiva y no socializada, sino como un comportamiento y valores culturales, incluso factores económicos (ibíd.,
socialmente causado. p. 155 y 182).
1ientos La influencia psicoanalítica iba a estar presente Lewin daba una importancia radical a la
o como también en la escuela de Yale, con la hipótesis de la atmósfera social en la que se desarrollaba la actividad
frustración-agresión (Dollard et ai., 1939). Su aplicación a del grupo y de ahí se derivaron las investigaciones de
la temática conflictivista es clara: si afirmamos que cuando Lippit y White (ver Lewin, 1948) que mostraron las dife-
un individuo ve frustradas las expectativas de logro de sus rencias en comportamiento grupal en función del tipo
ISTA: objetivos tiende inevitablemente a agredir a la fuente de de liderazgo (democrático, autoritario o "laissez-faire").
su frustración, las posibilidades de gestión de conflictos se Es importante destacar la consideración que Lewin
)E LA
limitan enormemente. Rápidamente se dejó de pensar la otorgaba a la múltiple pertenencia grupal, con
relación entre frustración y agresión como inevitable y el solapamientos entre ellas. En el análisis de los grupos
Jdiodel análisis de las variables intermedias entre frustración y minoritarios, Lewin (1948) destaca cuestiones
1dividu- agresión produjo una enorme literatura (ver Berkowitz, fundamentales, como la fuerza de las barreras entre
rés va a 1989). La agresión se ha visto como una de las posibles endogrupo y exogrupo o la cohesión interna.
)rgando formas de respuesta ante una agresión, y que solamente De Festinger, discípulo de Lewin, habría que
como aparece cuando forma parte del repertorio individual de sefíalar su teoría de la comparación social, que ha tenido
tos, en respuestas (Bandura, 1973; Geen, 1990). desarrollos posteriores muy influyentes en la Psicología
que les Mil ler (1941) situá la ira entre frustración y agresión Social del conflicto, como los de Tajfel. Según Festinger
y también trabajó en qué medida el temor ai castigo puede (1954), las personas tendemos a comprobar si nuestras
ort, que provocar un desplazamiento de la agresión hacia un ob- opiniones o comportamientos son correctos, y que
:onflicto jeto distinto, en línea con la hipótesis freudiana. La teoría cuando no disponemos de medias objetivos para
potentes del conflicto de Miller (1948) afirmaba que el temor hacerlo, recurrimos a la comparación social, que tendrá
~spuesta (respuesta de evitación) tiene un gradiente más inclina- lugar especialmente respecto de personas similares a
la lucha do que el de la ira (respuesta de acercamiento, agresión) nosotros. De esta se deriva que los individuas tenderán
·ustrante según aumenta la similitud a la entidad frustrante, de a la formación de grupos relativamente homogéneos
't, 1924, modo que la agresión tenderá a producirse hacia una en opiniones y capacidades.

Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002 m


Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro
------------------------------------~~--------------

La teoría de la disonancia cognitiva (Festinger, la cooperación o hacia la competencia, influido por los
1957) afirma la necesidad de congruencia cognitiva de trabajos de Lewin (valencias positivas y negativas). Las
los individuas y cómo los desajustes conllevan un situaciones cooperativas son aquellas en las que existe
proceso de reducción de la disonancia. Desarrollos pos- interdependencia de objetivos, y las competitivas don-
teriores (Festinger y Aronson, 1984) han aplicado la de no existe tal interdependencia. Deutsch estudió las
disonancia cognitiva a contextos grupales, convirtiéndose condiciones que llevan a los conflictos sociales a ser
en una teoría cognitiva de la interacción grupal. Así, han constructivos o destructivos. Los conflictos destructivos
destacado la existencia de disonancia ante un tienden a la escalada, y a utilizar con mayor frecuencia
desacuerdo con los miembros del grupo, ante un tácticas de poder, amenaza y coerción. Los conflictos
acatamiento forzado o por estimación deficiente de las productivos necesitan de un esfuerzo creativo para
características del grupo. También seiialan la interacción reformular el problema. Y esta sólo es posible si existe
de grupo como media de reducir la disonancia. motivación para resolver el problema, un entorno no
Pera sería Deutsch quien supusiera un cambio amenazador y una toma de decisiones cooperativa. Este
fundamental en el estudio dei conflicto en la Psicología análisis le lleva ai autor a enunciar la ley simple de las
Social. Podríamos decir, incluso, que ocupa un lugar relaciones sociales: "los procesos característicos y
fundamental en esta cuestión, ai encontrarse en el cruce efectos de un determinado tipo de relaciones sociales
de tres tendencias claves para entender los desarrollos (cooperativas o competitivas) tienden también a producir
actuales, como son el conflicto intergrupal, la ese tipo de relaciones sociales" (ibíd., p. 365).
investigación bajo el paradigma de los juegos y el interés Esta ley se deriva en buena medida de la
por las variables sociocognitivas. investigación con la metodología del Dilema del
Deutsch ha realizado un extenso trabajo sobre el
Prisionero -que fue uno de los primeros en utilizar-.
conflicto que toma en consideración los elementos
EI autor trató de observar el efecto de la motivación de
cognitivos y perceptivos, así como las normas y valores
cada parte (cooperativa, individualista o competitiva)
propias del entorno social. Su tipología de conflicto se
en el tipo de comportamiento predominante. Los re-
basa precisamente en la diferencia entre estado objetivo
sultados de estas series de experimentos (ver Deutsch,
de la situación y la percepción de las partes en conflicto
1990) muestran que la confianza mutua y los acuerdos
(1973, p. 11 ). Recoge también las variables más impor-
estables son más probables cuando las personas están
tantes que afectan el curso de un conflicto (característi-
positivamente orientadas hacia el bienestar de la otra
cas de las partes, relación previa, cuestión en conflicto,
parte. Otra gran línea de investigación de Deutsch se
entorno social, etc.) y las cuestiones en conflicto (contrai
dirigió a la investigación de los elementos facilitadores
de los recursos, conflictos sobre preferencias o moi estias,
sobre valores, creencias, etc). Sin embargo, no hay para el logro de un acuerdo ("bargaining"): a) la
integración teórica de la historia del conflicto, tampoco orientación cooperativa; b) el tamaiio (pequeno) del
hay consideración plena del entorno social o de las conflicto; c) la obligación de comunicar con la otra
cuestiones en conflicto. Esta es así porque el interés de parte proveniente de un tercero; d) actitudes positivas
Deutsch, como el de la mayor parte de la Psicología So- entre las partes; aysencia de posibiliddd de amenaza a
cial del conflicto, se ha dirigido a establecer regias la otra parte. La tercera gran línea de investigación de
generales de la dinámica de los conflictos sociales, más Deutsch se dirigió ai estudio de las estrategias que
aliá de sus características peculiares. Por eso, el autor mejor inducen la cooperación. La estrategia no puniti-
considera que se pueden incluir en una misma teoría los va fue la más efectiva en producir comportamiento
conflictos intragrupales, intergrupales, organizacionales cooperativo, frente a la de "poner la otra mejilla" o la
e internacionales (ibíd., p. 7). disuasiva.
Pera a lo que Deutsch dedica más atención en Como vemos, pues, la mayor preocupación de
su obra de referenda (The resolution of conflict) es ai Deutsch se ha dirigido a estudiar las condiciones que
conflicto intergrupal. Analiza los factores internos y ex- facilitan el arreglo productivo de los conflictos, y así su
ternos ai grupo que influyen en el desarrollo y aparición influencia en toda la línea de investigación sobre
de conflictos, así como el papel del poder en este con- resolución de conflictos ha sido grande. Además, el autor
texto. Como factores externos, destaca el contacto y la se enmarca en una línea claramente sociocognitiva ai
visibilidad, la competición por recursos escasos o por otorgar gran importancia a la correcta percepción del
diferencias culturales o ideológicas. En cuanto a factores conflicto, sin olvidar la impronta de la teoría del cam-
internos, Deutsch debate la cohesión, el liderazgo, el po, muy patente en la distinción entre procesos coo-
desequilibrio estructural y el tipo de estructura. Este tipo perativos y competitivos. EI tercer pilar del pensamiento
de análisis tiene un cierto parecido ai de Coser (1956). conflictual de Deutsch se encuentra en su metodología
Eso sí, sus mayores esfuerzos investigadores se han diri- deudora de la teoría de los juegos y que le ha servido
gido ai análisis de las circunstancias que conducen hacia para acercarse a la resolución del conflicto.

d Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002


1 Castro
Revista de Psicologia juan Carlos Revi/la Castro

por los
4 LAS TEORÍAS DE LOS JUEGOS. Los dilemas sociales son la clase de situaciones
as). Las
en las que dos o más partes deben elegi r entre el propio
e existe Las teorías de los juegos presentan una gran
interés y el interés colectivo, dilema porque la búsqueda
as don- afinidad con las teorías del intercambio social. Ambos
del propio interés por todos es más perjudicial que la
Jdió las enfoques se basan en la interdependencia entre las
cooperación, pero el máximo beneficio se produce para
~s a ser personas y en los costes y beneficios derivados del
el que rompe la línea de comportamiento cooperativo
·uctivos comportamiento social. Se asume que el motor del
seguida por la mayoría. Habría dos tipos de dilemas
:uencia comportamiento humano es el propio interés. A este
sociales: los dilemas de recursos ("social traps" para
nflictos respecto, vamos a ver los trabajos de Thibaut y Kelley y
Komorita y Parks, 1994) y los dilemas de bienes públi-
'0 para
los desarrollos más recientes sobre los dilemas sociales.
cos ("free riding"). Son seis las categorías de variables
;i existe El interés mayor de Thibaut y Kelley es estudiar
que influyen en el comportamiento cooperativo:
la interacción humana a partir de los aspectos objetivos
lrno no a) Motivación, donde son importantes la
de la interdependencia. Utilizaron para evaluar los re-
va . Este estructura del dilema, los valores sociales, la relación
sultados de la interacción matrices que especificaban
=de las con las otras partes y el pensamiento a largo plazo.
las recompensas (la influencia conductista) a obtener
ticos y b) El comportamiento real o esperado de la otra
en función de la propia respuesta y de la del otro en la
.ociales parte, en lo que influye quién actúa primero y la
interacción. Y trataron de clasificar las posibles pautas
'roducir de interdependencia (Kelley y Thibaut, 1978). confianza.
Realizan una diferenciación interesante entre la c) El control y las normas sociales dominantes.
, de la matriz dada y la matriz efectiva, resultado ésta de una d) La comunicación, que permite el
na del transformación de la matriz dada en función de la establecimiento de normas cooperativas, disponer un sis-
lizar-. interacción entre las dos personas, condicionada por tema de control social y generar una confianza mutua.
ción de los procesos de comunicación entre las partes. Las cau- e) EI tamafío de I grupo. La cooperación disminuye
,etitiva) sas de optar por una u otra opción dependen cuando aumenta su tamafío.
Los re- básicamente de las conductas aprendidas que se f) EI tamafío de las partes. Existe menos cooperación
eutsch, convierten en normas situacionales. Así, algunas entre grupos que entre indivíduos.
:uerdos matrices dadas hacen más beneficioso optar por una En definitiva, la teoría de la interdependencia de
tSestán opción cooperativa y otras más por una competitiva o Kelley y Thibaut ha tenido su mayor influencia en el
la otra egoísta. Estas transformaciones pueden ser vistas como desarrollo conflictivista de la teoría de los juegos. Sin
tsch se procesos de negociación donde la matriz marca las embargo, resulta dudosa la posibilidad de cuantificar
tadores posiciones iniciales y donde el nível final dependerá las recompensas de actividades interaccionales, que
1: a) la dei control y amenaza sobre los resultados comunes tienen un componente simbólico y afectivo muy impor-
no) del que las dos personas puedan ejercer (lbíd., p. 300). De tante. Ha sido útil para desarrollar modelos de conducta
este modo, los autores se sitúan no lejos de la teoría del racional en ellaboratorio, pero de difícil traslación a la
la otra
conflicto real (Sherif, 1966a), pues son las situaciones vida real.
)SÍtivas
concretas las que determinan la existencia de En la teoría de los juegos las variables utilizadas
!naza a
cooperación o competencia. para explicar el comportamiento cooperativo sonde muy
:ión de
Por otra parte, los trabajos de la teoría de los diverso tipo. Desde variables cognitivas (confianza,
as que juegos sobre conflicto social están basados en identidad de grupo), hasta sociológicas (normas sociales,
puniti- planteamientos similares y han dado lugar a resultados legitimidad), pasando por interaccionales (relación entre
miento equiparables entre sí. AI fin y ai cabo, la metodología las partes, relación a largo plazo) e incluso realistas
a" o la está imponiendo no solamente el tipo de datos que se (estructura de resultados de I di lema). Por tanto, las teorías
pueden recoger, así como una determinada imagen del de los juegos permiten la introducción de todo tipo de
:ión de ser humano y de la vida social. La investigación en la enfoques psicosociológicos y quizá por ello no ha apare-
es que teoría de los juegos se va a basar en las condiciones cido ninguna teoría que trate de abarcar estos diferentes
{ así su que llevan a los sujetos a optar por una respuesta coo- niveles de realidad, más aliá de los intentos desde la teoría
sobre perativa o por una competitiva, en línea de lo visto en de I intercambio (Kelley y Thibaut, 1978; Komorita y Parks,
~I autor Deutsch. Esto se consiguió con el desarrollo de los juegos 1994) o el trabajo original de Deutsch (1973).
itiva ai de suma no cero o de motivaciones mixtas. Se han uti-
ón del lizado juegos muy distintos y una amplia diversidad de
!I cam- variables independientes. Recientemente apareció un
5 CONFLICTO EN LAS RELACIONES
lS coo- capítulo dedicado ai conflicto social en el último Ma-
INTERGRUPALES.
miento nual de Psicología Social, curiosamente basado casi
lología en exclusiva en desarrollos experimentales basados en Las relaciones intergrupales se han convertido
.ervido juegos (Pruitt, 1998) y en el que nos vamos a basar en en un área de la Psicología Social de enorme influen-
lo que sigue, además de en la revisión de Komorita y cia . La aparición de esta tradición se debe, sobre todo,
Parks (1994). a los trabajos de la Escuela de Brístol que recuperan

Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002 m


Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro
---------------------------------------------------------------

los de Sherif. La otra gran línea de investigación es la interés de Tajfel por investigar las condiciones míni·
influencia minoritaria (Moscovici y de la Escuela de mas que suscitan el conflicto intergrupal, el conocido
Ginebra). Paradigma del Grupo Mínimo.
Las mayores aportaciones de Sherif a la teoría Así, en sus experimentos del grupo mínimo Tajfel
psicosociológica del conflicto se encuentra en su análisis eliminó todas las variables que llevan ai favoritismo
de las relaciones intergrupales, donde desarrolla su teoría endogrupal, como la interacción cara a cara, el conflicto
del conflicto real (Sherif, 1966a y 1966b), así llamada de intereses, la hostilidad previa, etc. (Tajfel, 1981,
porque se otorga la máxima importancia en la p.305). De este modo, pudo comprobar que la mera
configuración de las relaciones entre grupos a los categorización produce favoritismo endogrupal. Esta
intereses y objetivos de cada grupo, no necesariamente parece deberse a una necesidad de diferenciación para
incompatibles. dar sentido social a la situación intergrupal, que Ileva a
Para Sherif, la existencia de estas procesos de la creación de diferencias cuando no existen o a au.
categorización (y en esta se basará Tajfel) produce en sí mentar las existentes.
misma una separación entre endogrupo y exogrupo que Sobre estas experimentos, Tajfel construyó su
conducirá a la aparición de actitudes diferenciadas, que Teoría de la ldentidad Social, que se basa en tres
tienden a ser positivas en el caso del propio grupo. Las conceptos, categorización, identidad y comparación
actitudes hacia el exogrupo dependerán de las relacio- sociales. Los efectos de la categorización serán mayores
nes que se establezcan entre los grupos, pera también de cuanto más cerca estemos del extremo intergrupal de la
elementos internos a cada grupo, como elliderazgo y las conducta: mayor uniformidad en la conducta hacia los
normas grupales. Estas procesos intergrupales influirán miembros de I exogrupo y mayor tendencia a tratar a los
en los encuentros entre individuas pertenecientes a gru- miembros del exogrupo como "ítems indiferenciados".
pos diferentes que tendrán que ser explicados en térmi- Tajfel supone una motivación hacia el mantenimiento de
nos intergrupales. Con esta se muestra una igualación una identidad social positiva, que llevará a permanecer
entre grupo y categoría social, también característica en el grupo si de ello se deriva alguna satisfacción. Todos
de Tajfel. La hostilidad intergrupal es, pues, producida estas procesos sólo cobran sentido en comparación con
por la competición entre grupos, y es a su vez otros grupos, con lo que se separa de la concepción de
responsable de la creación de prejuicios y estereotipas Festinger (Festinger y Aronson, 1954), pues las
de I exogrupo. De este modo, para cambiar las imágenes comparaciones intergrupales no se producen respecto
intergrupales el único modo es cambiar las relaciones de las personas semejantes.
entre los grupos hostiles. Sherif demostró todas estas Si el resultado de tal comparación es negativo
premisas en una serie de experimentos en campamentos para la identidad social de los miembros del grupo,
infantiles en diferentes lugares donde se provocaba la entonces se activa una fuerza motivacional que puede
formación ai azar de grupos, se generaba hostilidad entre ser individual o grupal. Las soluciones individuales las
ellos y por último se trataba de restablecer la relación a denomina de movilidad social, el cambi() individual de
través de procesos cooperativos. Por tanto, la teoría del un grupo social a otro, por tanto, un tipo de conducta
conflicto real es igualmente realista a la hora de modificar interpersonal. Las soluciones grupales son fuente de
la relación entre grupos: es necesaria la aparición o fo- cambio social, basadas en movimientos sociales que
mento de unos objetivos comunes (metas supraordenadas) surgen del grupo para resolver colectivamente el pro-
a los grupos para que se reduzca la hostilidad y cambien blema común, son, por tanto, conducta intergrupal. La
las actitudes negativas mutuas. movilidad social se basa en la creencia en la flexibilidad
Así pues, Sherif realiza una teoría donde cobran de las fronteras intergrupales y el cambio social en su
importancia elementos cognitivos como la categorización, inmutabilidad.
las actitudes, etc., pera donde lo determinante es la relación Por tanto, Tajfel trata de integrar elementos
intergrupal. Quizá este énfasis en lo social, o más bien sociocognitivos (categorización, comparación) con ele-
sociológico, estructural de las relaciones intergrupales, mentos estructurales, como movilidad social, cambio
esté en la base de su olvido por parte de la práctica social. De hecho, Hogg y Abrams (1988) han visto
totalidad de la psicología social posterior, que acentuó contactos entre esta teoría y la sociología estructuralista,
los elementos cognitivos a expensas de los determinantes los teóricos del conflicto e incluso el interaccionismo
sociales. Eso sí, hay que reconocer que Sherif abrió esa simbólico. Su interés radicaba en explicar como resul-
posibilidad ai analizar pormenorizadamente los tado de la conducta intergrupal fenómenos que hasta el
procesos cognitivos e interactivos entre los grupos, pera momento se veían mayoritariamente como expresión
sin apoyarse en ninguna teoría estructural del conflicto. del yo. Esta es un avance importante respecto del
Frente a Sherif, la teoría de la ldentidad Social sociocognitivismo que tampoco ha sido considerado
de la Escuela de Brístol (Henri Tajfel y John C. Turner) adecuadamente en desarrollos posteriores que han aban-
afirmará que bastará la diferenciación en grupos para donado los elementos más psicosociológicos de los
que se produzcan una serie de fenómenos de planteamientos tajfelianos. En cualquier caso, la teoría
hostilidad, competitividad y estereotipia. De ahí, el de Tajfel resultaba muy asumible por los planteamientos

lfl Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47·58, jul./dez. 2002


Castro Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro

s míni- sociocognitivos. AI fin y ai cabo, tanto su metodología efectos de favoritismo intragrupal, algo que no fue tenido
nocido como su teoría se basan en un análisis de procesos en cuenta por Tajfel y propusieron la hipótesis de la
cognitivos pretendidamente universales originados por covariació n (Deschamps, 1984) según la cual la
o Tajfel la categorización social. Lo social, histórico y socioló- diferenciación entre los miembros dei grupo podía es-
•ritismo gico se encuentra más bien en los contenidos tar asociada a la diferenciación intergrupal, en contra
onflicto categoriales (Michael, 1990). de la idea de que la diferenciación intergrupal produce
1 19811 La "teoría de la categorización dei yo" de Turner similitud intragrupal.
a mera (1987), se preocupa dei modo en que los indivíduos Los trabajos de Rabbie y colaboradores han tenido
ai. Esto llegan a actuar como grupo. Esto le lleva a transformar una influencia menor que los de Tajfel, a pesar de haber
ón para el continuo tajfeliano conducta interpersonal-intergrupal utilizado metodologías similares y ser los primeros en
! Ileva a en tres niveles de abstracción en la categorización dei utilizar el paradigma dei grupo mínimo (Rabbie y
o a au- yo: el yo como ser humano, el nível endogrupo- Horwitz, 1969), si bien extrayendo unas conclusiones
exogrupo y el nível de las categorizaciones personales muy diferentes de las de Tajfel y más cercanas a Sherif,
ruyó su dei yo. En cada interacción social habrá un nível que en cuanto es el destino común percibido por un grupo
en tres sea más saliente que otros, lo que determinará el tipo lo que aumenta el favoritismo endogrupal y la mayor
aración de conducta y la acentuación de las semejanzas diferenciación endogrupo-exogrupo. Los autores critican
nayores intraclase y de las diferencias interclase. La comparación los experimentos de Tajfel porque no diferencian entre
)ai de la en Turner implica una identidad en un nível superior de destino común o independiente entre los grupos, y los
acia los abstracción. La saliencia de un nível u otro depende de sujetos de los experimentos podían pensar que existía
ttar a los la accesibilidad relativa de la categorización y el ajuste una vinculación entre sus resultados y los dei grupo.
ciados". entre el estímulo y las especificaciones (contenidos) de Los experimentos de Rabbie y Horwitz y demás
iento de la categoría (ibíd., p. 89). La inclusión de un individuo colaboradores se dirigieron entonces a comprobar los
nanecer en una determinada categoría depende de que las dife- efectos de la interdependencia de destino (expresión que
n. Todos rencias percibidas entre sus miembros sean menores que derivan de Lewin, 1948). El mínimo de diferenciación
:ión con entre ellos y las personas dei entorno ("principio de intergrupal se dará con la mera clasificación de personas
>Ción de metacontraste"). en categorías sociales, que será mayor con la
ues las Tanto los procesos de conformidad como los de interdependencia de destino, mayor si existe
·especto polarización de grupo (tendencia de la respuesta media incompatibilidad de objetivos entre los grupos, y máxi-
a acercarse ai polo previamente preferido) estarían re- ma cuando un grupo ha perdido frente ai otro por medi os
1egativo lacionados con los atributos más prototípicos de la legítimos o ilegítimos (Rabbie y Lodewijkx, 1996). Pos-
I grupo, categoría en cuestión . Es decir, conformidad y teriormente, se ha desarrollado lo que denominan el
e puede polarización no son más que la convergencia a la Modelo de lnteracción Comportamental (Rabbie, 1993,
Jales las posición más prototípica dei grupo de pertenencia, la Rabbie y Lodewijkx, 1996), donde tratan de integrar los
idual de que maximiza la razón de metacontraste. resultados de sus trabajos. Sin embargo, por el momen-
onducta Cuando se hace saliente el nível endogrupo- to este modelo resulta poco heurístico para la
1ente de exogrupo se produce una despersonalización o explicación dei comportamiento intergrupal.
1les que estereotipación dei yo que hace a la persona verse como Como se ve, no se trata de negar los procesos
~ el pro- un ejemplar intercambiable de una categoría social. Este cognitivos empleados, sino de poner de manifiesto la
·upal. La es el proceso básico que subyace a los fenómenos de importancia de las circunstancias sociales concretas,
<ibilidad grupo: estereotipia social, cohesividad de grupo, tanto la interdependencia entre los miembros dei grupo
ial en su etnocentrismo, altruísmo, etc. Para Turner esto no supone como la existencia de una dinámica de cooperación o
más que el paso de la identidad personal a la identidad competición. De hecho, Rabbie (1993) afirma, contra
~mentos social, con lo que mantiene la diferencia tajfeliana, quizá Turner y con Tajfel, que su modelo es compatible con la
con ele- más clarificada. Teoría de la ldentidad Social.
cambio Turner enfatiza que los mismos factores que El otro área de desarrollo de las teorías de las
an visto incrementan la competición intergrupal aumentan el relaciones intergrupales han sido los trabajos sobre la
turalista, nivel de cooperación intragrupal. Relaciona la influencia de mayorías y, sobre todo, minorías, donde
:ionismo cooperación con la identificación intragrupal, que hace son importantes los trabajos de Moscovici y Mugny y
no resul- posible las relaciones prosociales intragrupales. Pérez. Moscovici (1976) desarrolló una teoría de las
~ hasta el La Escuela de Ginebra ha realizado aportaciones a minorías activas, que presenta como una alternativa ai
xpresión estas cuestiones destacadas por la teoría de la identidad paradigma dominante en Psicología Social de estudio
ecto dei social. Doise y Deschamps trabajaron sobre los de la influencia social. Utilizando una distinción de pro-
siderado condicionantes y resultantes cognitivos de la categorización funda raigambre sociológica, afirma que toda la
1an aban- social en la línea de los resultados obtenidos por la Escuela teorización sobre influencia social hasta el momento se
>S de los de Brístol. Sin embargo, Deschamps y Doise (1978) realiza desde una perspectiva consensual (modelo
la teoría mostraron cómo la pertenencia a categorías grupales funcionalista), para quienes el individuo o el grupo se
amientos cruzadas limitaba la diferenciación intergrupal y los han de adaptar ai sistema social. El modelo genético, su

Revista de Psicologia, fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002 m


Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro
--------------------------------------~--------------

en
propuesta alternativa, se basa en el hecho de que el propuesto por la minoría. La comparación social se
sistema social es producido por los participantes. Y así encuentra presente en todo proceso de influencia, no
nace la posibilidad de conflicto como intento de modi- así la validación, que dependería dei desenlace de la
ficar la realidad social. comparación social (Pérez y Mugny, 1988, p.152), con
Así, Moscovici va a tratar de explicar los procesos lo que se está preponderando lo identificativo-cognitivo
implicados en la contestación de las normas grupales sobre el conflicto real.
desde minorías internas ai grupo. Afirma que la influen- Continuando con su fructífera colaboración,
cia puede circular en las dos direcciones, de la mayoría Pérez y Mugny (1993, 1996) construyen la teoría de la
a la minoría (lo que se había estudiado hasta el momen- elaboración del conflicto, donde tratarán de colocar en
to) y viceversa (el interés de Moscovici), ambas pueden un mismo esquema teórico las variables que intervienen
ser fuente y receptor de influencia. Pero son sólo las en la elaboración del conflicto social inherente a todo
minorías nómicas (que poseen normas propias) las que proceso de influencia social. El tipo de conflicto que se
van a poder adoptar el papel activo en la relación de producirá depende de la naturaleza de la tarea (el mo-
influencia, pues tienen una alternativa que proponer. tivo de la discrepancia) y de la naturaleza de la fuente.
La influencia minoritaria va a estar unida necesariamente Las tareas varían en función de dos dimensiones: la
ai conflicto, como lo está la influencia mayoritaria ai relevancia del error (alta o baja en función de que la
control social. tarea tenga una respuesta correcta o no) y el anclaje
La variable determinante de la influencia de la social (relevancia o no-relevancia social de la tarea).
minoría es su estilo de comportamiento, el modo de
interacción con la mayoría. La minoría ha de ser con-
sistente, pero esa consistencia no debe ser percibida
6 LA PSICOLOGiA SOCIAL COGNITIVA:
como rigidez, que equivale a intento de coerción. La
CATEGORIZACIÓN, ATRIBUCIÓN Y
preocupación por el otro (equidad) es muestra de no
rigidez. La influencia de la minoría es más probable
JUICIOS SOCIALES.
cuando domina una norma de originalidad, frente a otras La Psicología Social Cognitiva está teniendo un
situaciones donde predominen las de objetividad o papel importante en el desarrollo de teorías cognitivas
preferencia. sobre categorización, atribución y juicios sociales
Como vemos, la de Moscovici es una teoría (estereotipas), de interés directo para la explicación del
conflictivista de la realidad social, eso sí, sin profundizar conflicto social. De hecho, algunos autores han aplica-
en las razones por las que una minoría se embarca en do el paradigma sociocognitivo ai estudio del conflicto
procesos de innovación social. Las únicas referencias intergrupal (ver Stroebe et ai., 1988).
motivacionales apuntadas son la desigualdad o La categorización social sería un antecedente
marginación sociales y la necesidad de reconocimiento necesario del prejuicio que tiene lugar tanto en función
social de las minorías. de las similitudes y diferencias entre los objetos, como
Otra rama de la escuela de Ginebra (capitanea- en función de teorías implícitas (categorización basada
da por Mugny) ha tratado de integrar la Teoría de la en el objeto y en el sujeto; Corneille y Leyens, 1994).
ldentidad Social y la Teoría de las minorías activas. Dada la existencia de múltiples categorías, va a ser de
Mugny (1981) anade ai esquema de mayoría-minoría vital importancia la activación de unas u otras
de Moscovici la población, que constituye el blanco de categorías ante un estímulo. Así, hay que tener en
influencia de ambas. De este modo, se las puede suponer cuenta el nivel de abstracción de la categorización
como instancias activas, la minoría como promotora de (Rosch, 1978), según el grado de ajuste entre el siste-
cambio social a través del conflicto, la mayoría como ma de categorías y las diferencias y similitudes reales
oposición a dicho cambio. Esto le sirve para diferenciar de las personas en la situación concreta. Es igualmen-
entre estilos de comportamiento y estilos de negociación. te importante la saliencia del estímulo (ver Hamilton y
De esta forma, sería más efectivo un estilo de Sherman, 1994) y la accesibilidad de la categoría para
comportamiento rígido con un estilo de negociación la persona (ver Brown, 1995).
flexible. Cuanto más similar se sienta el blanco de in- La simplificación que impone la categorización
fluencia respecto de la minoría, habrá más probabilidad produce sesgos cognitivos ("mental shortcuts") para
de influencia y cuando los atributos atribuidos a la procesar rápida y eficientemente la información que
minoría son positivos. recibe. Y así se tienden a magnificar las similitudes
Pérez y Mugny (1988) diferenciaron entre influ- intracategoriales y las diferencias intercategoriales
encia directa e indirecta, siendo la segunda más (Tajfel, 1981) y a percibir mayor homogeneidad
frecuente como efecto de las minorías. La influencia exogrupal que endogrupal (ver Brown, 1995), que Lilli
directa se derivaría de un proceso de comparación so- y Rehm (1988) relacionan con la deindividuación.
cial, identificativo, entre blanco y fuente de influencia, Los procesos de atribución llevan implícita la
mientras que la influencia indirecta se derivaría de un comparación con la racionalidad científica. Por eso, han
proceso de validación, de verificación del mensaje sido caracterizados como sesgos o errores atributivos

m Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002


Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro
Castro

en la medida en que se alejan de esa lógica racional (ver Hamilton y Sherman, 1994; Hewstone, 1988): cam-
ial se
(ver Deschamps y Beauvois, 1994). Así, tenemos el error bio gradual, modelo de la conversión y procesos de
ia, no
fundamental de atribución (Ross, 1977), la tendencia a subtipificación.
~de la
inferir causalidades internas en la heteroatribución de Todos estos desarrollo de la Psicología Social
), con acontecimientos negativos y externas en la Cognitiva han sido enormemente criticados por su mar-
gnitivo
autoatribución, lo cual aparece también en contextos cado psicologismo, por el escaso interés y preocupación
intergrupales (ver Brown, 1995). En segundo lugar, el por el contexto social en el que tienen lugar. El mundo
ación,
sesgo de autocomplacencia, atribuir causas internas de social desaparece para convertirse en un artefacto de la
a de la
los êxitos y externas a los fracasos, igualmente presente cognición individual (Gergen, 1989). Aunque hay un
car en
en contextos intergrupales, en cuyo caso se ha denomi- reconocimiento formal del origen social de los procesos
vienen
nado error último de atribución (Pettigrew, 1979). En cognitivos, en la práctica el interés se centra en las dife-
a todo
tercer lugar, la hipótesis del mundo justo, según la cual rencias individuales, sin indagar por el origen social de
que se la situación desfavorecida de ciertos grupos sociales se tales diferencias.
elmo-
vería causada por su comportamiento o características.
uente. Porotro lado, existen fenómenos que puede interpretarse
1es: la
como un sesgo atributivo general, como el fenómeno
que la 7 RE SUMEN Y CONCLUSIONES.
del cabeza de turco (ver Hewstone, 1988).
nclaje En resumen, el análisis del conflicto en Psicología
En cuanto a los juicios sociales, se ha mostrado
rea).
cómo la información sobre el endogrupo y el exogrupo Social vino de la mano de la preocupación por el
es codificada de modo diferente (efectos de esquema; conflicto psicológico o interno. Tanto desde el
ver Lilli y Rehm, 1988). En este sentido se puede inter- psicoanálisis como desde el conductismo allportiano,
.IVA : pretar el trabajo de Hamilton y diferentes colaborado- el conflicto se trata desde la perspectiva del individuo,
~ y res (ver Hamilton y Sherman, 1994), que han mostrado ya sea conflicto entre instancias psíquicas o entre im-
cómo la categorización se puede basar en una pulsos innatos y hábitos sociales. Freud, en "EI malestar
correlación ilusoria debida a la coocurrencia de en la cultura", abre un frente de estudio diferente, que
do un información infrecuente. sería retomado por la Escuela de Frankfurt: el conflicto
1itivas La mayoría de las líneas de investigación han entre individuo y sociedad por las demandas
:i ales mostrado el efecto de los estereotipas sobre el juicio irrealizables y contradictorias que ésta realiza.
)n del social, incluso cuando existe información particulari- Esta misma línea de utilización de conceptos
plica- zada del sujeto a juzgar. Algunos autores han concluido psicoanalíticos fue seguida por los teóricos de la
lflicto que los estereotipas son usados como hipótesis frustración-agresión, que derivó en un interés de largo
provisionales que tratamos de confirmar con la recorrido por el estudio de la agresión, cuyo mayor
:lente información disponible (Darley y Gross, 1983), lo cual exponente ha sido sin duda Berkowitz. El programa
1ción es una muestra de funcionamiento lógico-racional. Otros conductista fue perdiendo fuerza a la vista de las
:o mo sostienen que buscamos información selectivamente dificultades para explicar la conducta sin acudir a las
1sada para confirmar nuestros estereotipas (Snyder y Swann, famosas variables mediacionales, lo cual acabó dando
994). 1978), lo que implica sesgos y errores de juicio. Estos lugar a la confluencia con la investigación sociocognitiva,
er de sesgos son más frecuentes cuando se presta poca de la que es buen exponente Bandura.
:)tras Este individualismo metodológico era también
atención ai juicio por estar inmerso en otra tarea (Macrae
~r en
et ai., 1994) y cu ando la información individual es escasa una característica de la teoría del campo. Sin embargo,
ICión
o ambigua (Darley y Gross, 1983). Stein (1996) ha para Lewin el estudio de lo grupal no podía subsumirse
;iste-
sefialado cómo los sesgos cognitivos están presentes en en lo individual, de modo que sus trabajos sobre grupos
eales
la construcción de la imagen del enemigo en los parten del supuesto de que el grupo es una realidad
nen-
confl ictos bélicos. peculiar y distinta de lo individual. Es éste Lewin el que
ton y
Además de estos procesos cognitivos, un grupo está detrás de los trabajos de Deustch y Sherif, o de
para
de autores (Kiar, Bar-Tal y Kruglanski, 1988; Kruglanski, planteamientos sobre conflicto intergrupal.
Bar-Tal y Klar, 1993) han tratado de ver el conflicto como El papel de Deutsch en el estudio del conflicto es
ción
un esquema cognitivo, basado en la creencia de que fundamental, ya que se sitúa en una encrucijada que
para
las partes tienen objetivos incompatibles. Una vez que reúne muchas de las cuestiones que todavía hoy están
que
se activa este esquema, la situación será percibida como muy presentes en el área: el uso de los juegos como
Jdes
conflictiva y se pondrán en marcha todos los procesos metodología, la inclusión de elementos perceptivos y
ales
relacionados con los esquemas cognitivos. cognitivos y una teoría del conflicto, que se preocupa
dad
Una temática asociada con el estudio de los por la causas del conflicto, los factores internos, exter-
Lilli
estereotipas es su posibilidad de cambio. Las propuestas nos, etc. La metodología de los juegos ha dado lugar a
que se realizan se basan en cómo se percibe la una corriente autónoma, basada en la teoría del
a la
información discordante con el estereotipo. Existen tres intercambio, y eminentemente ecléctica, consideración
han
posibles efectos de esa información discordante, que de variables de diferente naturaleza.
.i vos

Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47·58, jul./dez. 2002 m


Revista de Psicologia )uan Carlos Revi/la Castro
---------------------------------------------------------------

La importancia de las variables cognitivas unido En este sentido, tendría sentido seíialar, los planteamientos
a la especificidad de los fenómenos grupales han dado de Kelman (1996, 1997), que han tratado de integrar las
lugar a un área casi independiente dentro de la variables socioculturales, los intereses legítimos de las
Psicología Social que es el estudio de los conflictos partes con los procesos normativos, cognitivos y
intergrupales. La teoría del conflicto real da mayor motivacionales presentes en todo conflicto social.
importancia a los intereses y relación entre los grupos Probablemente el camino de la Psicología Social
como productores de imágenes positivas o negativas del conflicto sea éste: ocuparse de las cuestiones más
del exogrupo, planteamientos compartidos por Rabbie psicosociales sin perder la perspectiva más amplia del
y colaboradores. Frente a estas, la Escuela de Brístol ha contexto social. Y para eso será necesaria la explicitación
dado mayor importancia a los procesos cognitivos de una teoría de la sociedad en la que integrar los futu-
intergrupales. En cualquier caso, lo innegable es la pre- ros resultados.
sencia de estas fenómenos de favoritismo endogrupal,
sesgos atributivos, estereotipas, etc.
Otro gran área de estudio se ha referido a la
BIBLIOGRAFiA
preocupación por las minorías. Tajfel enfatizá la
importancia de las creencias en la movilidad social o el ALLPORT, F.H. (1924): Social psychology. Boston:
cambio social en la configuración de la acción de los Hougton & Mifflin.
individuas en grupos minoritarios. Moscovici especificá
BANDURA, A. (1973): Aggression: a social learning
las condiciones en las que una minoría influye sobre el
analysis. Englewoods Cliffs: Prentice-Hall.
pensamiento y la conducta mayoritarias y así transfor-
ma la realidad social. Mugny y Pérez han hablado de BANDURA, A. (1986): Pensamiento y acción.
mayoría y minoría como fuerzas antagónicas, la primera Funda}entos sociales. Barcelona: Martínez Roca,
con un interés en el mantenimiento del estatus quo, la 1.987.
segunda en el cambio social. BERKOWITZ, L. (1989): "The frustration-aggression
Por último, el paradigma sociocognitivo se ha hypothesis: An examination and reformulation".
acercado también ai estudio del conflicto desde los Psychological Bulletin, 106, pp. 59-73.
fenómenos cognitivos que tendrían un papel relevante
BERKOWITZ, L. (1993): Agresión. Causas,
en el desarrollo de los conflictos sociales. Son procesos
presentes en muchas situaciones de conflicto, pera que consecuencias y contra/. Bilbao: Desclée de Brouwer,
no explican las razones de su aparición o de su 1996.
dinámica. BREWER, M.B. y R.J. BROWN (1998): "lntergroup
El panorama que arroja esta revisión de la relations", en Gilbert, D.T., S.T. Fiske (eds.): The
Psicología Social del Conflicto resulta poco alentador. handbook of social psychology, vol. 2, pp. 554-594.
Existen corrientes muy separadas sin apenas contacto Boston, MA: Mcgraw-Hill.
entre sí, como se puede apreciar por la ausencia de
BROWN, R. J. (1995): Prejuicio. Su Psicología Social.
citas cruzadas. La única cuestión que se atiende desde
Madrid: Alianza, 1998.
todas estas corrientes, en línea con los intereses domi-
nantes de la disciplina en el momento presente, son los CORNEILLE, O. y J.-P. LEYENS (1994): "Categorías,
procesos cognitivos. categorización social y esencialismo psicológico", en
La teoría de los juegos es, sin duda, la más R.Y. Bourhis y J.-P. Leyens (eds.): Estereotipas,
integradora, pues considera desde variables socioculturales discriminación y relaciones entre grupos, pp. 49-70.
y estructurales hasta las más individuales y psicológicas. Madrid: McGraw-Hill.
Sin embargo, carece de una construcción teórica que in-
COTET, S. (1998): "EI síntoma en la segunda tópica de
tegre los resultados obtenidos. Es una metodología de
análisis que ha permitido desarrollos importantes, pera que
Freud", en Fundación del campo freudiano (ed., 1998): G
también resulta una rémora para lograr una mejor E/ síntoma charlatán, pp. 71-78. Buenos Aires: Paidos.
comprensión de los conflictos sociales. DARLEY, J.M. y P.H. GROSS (1983): "A hypothesis-
Esta situación puede deberse a la separación que confirming bias in labelling effects". )ournal of G
la mayoría de la Psicología Social ha mantenido respecto Personality and Social Psychology, 44, pp. 20-33.
del análisis de los conflictos en su contexto, lo que ha DESCHAMPS, J.-C. (1984): "ldentité sociale et
llevado a obviar las razones estructurales del conflicto,
différentiations catégorielles". Cahiers de Psychologie
la relación entre las partes, los intereses en disputa o el
Cognitive, 4, pp. 449-474.
contexto social. Por esta razón, las corrientes que quizá
mejor están dando cuenta de las complejidades del DESCHAMPS, J.-C. y J.-L. BEAUVOIS (1994):
conflicto social son aquellas que se están enfrentando "Atribuciones intergrupos", en R.Y. Bourhis y J.·P.
directamente con ellos, tratando de resolverias, Leyens (eds.): Estereotipas, discriminación y relacio-
transformarias o gestionarlos, según las metáforas ai uso. nes entre grupos, pp. 91-112. Madrid: McGraw-Hill.

11!1 Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002


ro
Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro
--------------------------------~----~~~~~

os
DESCHAMPS, j.-C. y W. DOISE (1978): "Crossed Social Psychology of intergroup conflict. Theory,
as
category membership in intergroup relations", en H. research and applications, pp. 47-71. Berlin: Springer-
as
Tajfel (ed.): Oifferentiation between social groups, pp. Verlag.
y
141-158. Londres: Academic Press. HOGG, M.A. y O. ABRAMS (1988): Social identifications.
iai DEUTSCH, M. (1973): The resolution ofconflict: constructive A social psychology of intergroup relations and
1ás and destructive processes. New Haven: Yale U. P. group processes. Londres: Routledge, 1992.
~el
DEUTSCH, M. (1980): "Fifty years of conflict", en L. KELLEY, H.H. y THIBAUT, j.W. (1978): lnterpersonal
k'>n
Festinger (ed.): Retrospections on Social Psychology, relations. A theory of interdependence. Nueva York:
tu-
pp. 46-77. john Wiley & Sons.
DEUTSCH, M. (1990): "Cooperation, conflict, and KELMAN, H.C. (1996): "The interactive problem-solving
justice", en S. A. Wheelan et ai. (eds.): Advances in approach", en C.A. Crockery F.O. Hampson con P.Aall
field theory, pp. 149-164. Newbury Park: Sage. (eds.): Managing global chaos, pp. 501-519. Washing-
DOISE, W. (1978): Groups and individuais: Explanations ton: U.S. lnstitute of Peace Press.
n:
in Social Psychology. Cambridge: Cambirdge U. Press. KELMAN, H.C. (1997): "Sociai-Psychological
DOIS E, W., j.-C. OESCHAMPS y G. MEYER (1978): "The dimensions of international conflict", en I.W. Zartman
ing
accentuation of intra-category similarities", en H. Tajfel y j.L. Rasmussen (eds.): Peacemaking in international
(ed.): Oifferentiation between social groups, pp. 159- conflict, pp. 191-237. Washington: United States
n.
168. Londres: Academic Press. lnstitute of Peace Press.
ca,
DOLLARO, j.C., L. OOOB, N.E. MILLER, O.H. KLAR, Y., D. BAR-TAL y A.W. KRUGLANSKI (1988):
MOWRER y R.R. SEARS (1939): Frustration and "Conflict as a cognitive schema: toward a social
ion
aggression. New Haven: Yale U. Press. cognitive analysis of conflict and conflict termination",
n".
FESTINGER, (1957): A theory of cognitive dissonance. en W. Stroebe, A.W. Kruglanski, D. Bar-Tal Y M.
Stanfrd: Stanford U. Press. Hewstone (eds.): The Social Psychology of intergroup
~as,
conflict, pp. 73-85. Berlin: Springer-Verlag.
wer, FESTINGER, L. y E. ARONSON (1954): "A theory of so-
cial comparison processes" . Human relations, 7, pp. KOMORITA, S.S. y C.D. PARKS (1994): Social
'oup 117-140. Oilemmas. Madison: Brown and Benchmark.
The FITZ, O (1976): "A renewed look at Miller's Conflict KRUGLANSKI, A.W., O. BAR-TAL y Y. KLAR (1993): "A
594. Theory of aggression displacement", en }ournal of social cognitive theory of confl ict", en K.S. Larsen (ed.):
Personality and Social Psychology, 1976, vol. 33, n2 Conflict and Social Psychology, pp. 45-56. Londres:
ôal. 6, 725-732. PRIO/Sage.
FREUD, S. (1930): E/ ma/estar en la cultura. Madrid: LACAN, J. (1966): Escritos. México: Siglo XXI, 1971.
1rías, Alianza, 1988. LEWIN, K. (1948): Resolving social conflicts. Nueva
, en York: Harper & Row.
FREUD, S. (1940): Compendio de Psicoanálisis. Madrid:
pos,
Tecnos, 1985. LEWIN, K. (1951 ): La teoría de campo en la ciencia so-
-70.
GEEN, R.G. (1990): Human Aggressión. Milton Keynes: cial. Barcelona: Paidos, 1988.
Open U. Press. LIEBRAND, W., O. MESSICK y H. WILKE (eds., 1992):
a de
98): GERGEN, K.j. (1989): "Social Psychology and the wrong Social Oilemmas. Theoretical issues and research
dos. revolution". European journal of Social Psychology, findings. Oxford: Pergamon Press.

esis- 191 pp. 463-484. LILLI, W. y j. REHM (1988): "Judgmental processes as bases
/ of GILBERT, D.T., S.T. FISKE y G. LINOZEY (eds., 1998): of integroup conflict", en W. Stroebe, A.W. Kruglanski, D.
. The handbook of social psychology, 2 vols. Boston, Bar-Tal Y M. Hewstone (eds.): The Social Psychology of
e et MA: Mcgraw-Hill. intergroup conflict, pp. 29-45. Berlin: Springer-Verlag.
ogie HAMILTON, D.L. y j.L. SHERMAN (1994): "Stereotypes", MACRAE, C.N., A.B. MILNE y G.V. BODENHAUSEN
en R.S. Wyer Y T.K. Srull (eds.): Handbook of Social (1994): "Stereotypes as energy-saving devices: a peek
94): Cognition, vol. 2, Applications, pp. 1-68. Hillsdale: inside the cognitive toolbox". journal of Personality
j.-P. Lawrence Erlbaum. and Social Psychology, 66, pp. 37-47.
acio- MICHAEL, M. (1990): "lntergroup theory and
HEWSTONE, M. (1988): "Attributional bases of
Hill. deconstruction", en I. Parker y J. Shotter (eds.):
intergroup conflict", en W. Stroebe et ai. (eds.): The

Revista de Psicologia, fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002 lfi


Revista de Psicologia }uan Carlos Revi/la Castro

Deconstructing social psychology, pp. 170-182. Lon- and inter-group behavior", en K.S. Larsen (ed.): Conflict
dres: Routledge. and Social Psychology, pp. 85-1 08. Londres: PRIO/
MILLER, J.-A. (1998): "Tres conferencias sobre el Sage.
síntoma", en Fundación del campo freudiano (ed., RABBIE, J. y H.F.M. LODEWIJKX (1996): "A Behavioral
1998): EI síntoma charlatán, pp. 13-53. Buenos Aires: lnteraction model: Toward an integrative theoretical
Pai dos. framework for studying intra- and intergroup
MILLER, N.E. (1941 ): "The frustration-aggression dynamics", en E. Witte y J. H . Davis (eds.):
hypothesis". Psychological Review, 48, pp. 337-342. Understanding group behavior, vol. 2, pp. 255-294.
MILLER, N.E. (1944): "Experimental studies of conflict" Mahwah: Lawrence Erlbaum Ass.
en J.M . Hunt (ed.): Personality and the behavior RABBIE, J. y M. HORWITZ (1969): "The arousal of
disorders, pp. 431-465. Nueva York: Ronald. ingroup-outgroup bias by a chance of win or loss.
MILLER, N.E. (1948): "Theory and experiment relatin Journal of Personality and Social Psychology, 13, pp.
psychoanalytic desplacement to stimulus-response 269-277.
general ization". Journal o f Abnormal and Social ROSS, L. (1977): "The intuitive psychologist and his
Psychology, 43, pp. 155-176. shortcoming", en L. Berkowitz (ed.): Advances in Ex-
MILLER, N.E. (1959) : "Liberalization of basic S-R perimental Social Psychology, vol. 1O. Nueva York:
concepts: Extensions to conflict behavior, motivation, Academic Press.
and sociallearning", en S. Koch (ed.): Psychology. A SHERIF, M. (1966a): Group conflict and cooperation.
study of a science, vol. 11, pp. 196-292. Nueva York: Their Social Psychology. Londres: Routledge and
McGraw-Hill. Kegan Paul.
MOSCOVICI, S. (1976): Psicología de las mnorías SHERIF, M. (1966b): In common predicament: Social
activas. Madrid: Morata, 1981 . Psychology of intergroup conflict and cooperation.
MUGNY, G. (1981 ): El poder de las minorías. Barcelo- Boston: Houghton Mifflin.
na: Rol. SNYDER, M. Y W.B . SWANN (1978): "Hypothesis-
PEDRAJAS, M.j., E. QUINONES y J.A. VERA (1989): "La testing processes in social interaction". Journal of
I

Psicología Social de los conflictos a través de textos Personality and Social Psychology, 36, pp. 1202-1212.
introductorios de la disciplina". Revista de Historia STEIN, J.G. (1996): "lmage, identity, and conflict
de la Psicología, 1O (1-4), pp. 373-383. resolution", en C.A. Crocker y F.O. Hampson con
PÉREZ, J.A. y G. MUGNY (1988): Psicología de la influ- P.Aall (eds.): Managing global chaos. Sources of and
encia social. Valencia: Promolibro. responses to international conflict, pp. 93-111 . Wa-
shington: U.S. lnstitute of Peace Press.
PÉREZ, J.A. y G. MUGNY (1993): lnfluences sociales.
La théorie de l'elaboration du conflict. Neuchâtel: STROEBE, W., A.W. KRUGLANSKI, D. BAR-TAL y M .
Delachaux et Niestlé. HEWSTONE (eds., 1988): The Social Psychology of
PÉREZ, J.A. y G. MUGNY (1996): "The Conflict intergroup conflict. Theory, research and applications.
Elaboration Theory of social influence", en E. Witte y Berlin: Springer-Verlag.
J.H. Davis (eds.): Understanding group behavior, vol. TAJFEL, H. (1.981 ): Grupos humanos y categorías
2, pp. 191-21 O. Mahwah: Lawrence Erlbaum Ass. sociales. Barcelona: Herder, 1.984.
PETIIGREW, T.F. (1979): "Personality and sociocultural THIBAUT, J.W. y H.H. KELLEY (1959) : The Social
factors in intergroup attitudes: a cross-national Psychology of groups. Nueva York: Wiley.
comparison". Personality and Social Psychology TURNER, J.C. (1987): Redescubrir el grupo social. Una
Bulletin, 5, pp. 461-476. teoría de la categorización del yo. Madrid: Morata,
PRUITI, D.G. (1998): "Social conflict", en D.T. Gilbert 1990.
et ai. (eds.): The handbook of social psychology, vol. YZERBYT, V. y G. SCHADRON (1994): "Estereotipas y
2, pp. 470-503. Boston: Mcgraw-Hill. juicio social", en R.Y. Bourhis y J.-P. Leyens (eds.):
RABBIE, J. (1993): "A Behavioral lnteraction Model. Estereotipas, discriminación y relaciones entre gru-
Toward an integrative framework for studying intra- pos, pp. 113-138. Madrid: McGraw-Hill.

El Revista de Psicologia, Fortaleza, V.20(2), p. 47-58, jul./dez. 2002

Potrebbero piacerti anche