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El Perú de finales de los años 80 e inicios de los años 90 se encontraba bajo el flagelo
de un grupo extremista llamado Sendero Luminoso. Los ataques contra el gobierno y
colateralmente contra la población se daban a diario. Las políticas estatales se
orientaban al exterminio de los focos terroristas casi a cualquier costo. Con la llegada
al poder de Alberto Fujimori se dieron aún más intentos de eliminar a este grupo y
como casi todo lo que sucedió en el Gobierno peruano de aquella época, fue
polémico. Hay que recordar que Alberto Fujimori se caracterizaba por tener tolerancia
cero con los delincuentes, especialmente con los terroristas.
Aunque el Congreso peruano ordenó una investigación del caso, ésta no finalizó pues
en el transcurso de la misma se instauró un Gobierno de “Emergencia y Restitución
Nacional” que disolvió el cuerpo Legislativo.
La Corte tiene por admitidos los hechos que se relataron en la denuncia presentada y
al haber sido reconocido expresamente por el Estado peruano se procede a analizar
los alegatos de las partes. Lo primero que hace ésta institución es declararse en contra
del argumento de las leyes de amnistía que pretendían la impunidad de los
sospechosos al contravenir los derechos inderogables que son reconocidos por el
Derecho Internacional Humanitario.
Otro punto importante es el reconocimiento que hace la Corte sobre el hecho de que a
los familiares de los fallecidos, y a los heridos y sus familiares se les negó el acceso a
la verdad, la justicia y la justa reparación de sus daños, lo que contraviene los artículos
8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Sentencia:
Se reconoce la responsabilidad del Perú ante la violación del derecho a la vida de los
fallecidos (artículo 4 de la Convención), el derecho a la integridad personal de los
heridos (artículo 5 de la Convención), el derecho a las garantías judiciales (artículos 8
y 25 de la Convención), la violación a la Convención por la promulgación de leyes
contrarias a ésta (artículos 1.1 y 2) y disponer que el Perú debe investigar los hechos
para determinar quienes son los responsables subjetivos de los hechos de Barrios
Altos, divulgar los resultados de la investigación y fijar las reparaciones a los daños
causados. Posteriormente el Perú presenta una demanda de interpretación de
sentencia sobre lo referente a las Leyes de amnistía y el alcance del fondo de la
sentencia en este punto y la Corte declara que para este particular la sentencia tiene
efectos generales, por lo que el Estado debe adecuar en adelante su derecho interno
para que sea respetuoso de las obligaciones contraídas en la Convención.
Por último la Corte se pronunció en 2001 sobre las reparaciones a los heridos y a los
beneficiarios de los fallecidos y sobre el aprovisionamiento presupuestario que el Perú
debía hacer en su Presupuesto Nacional para el pago de alrededor de $175,000.00 a
cada uno de los afectados o sus beneficiarios. Asimismo se establecieron otras formas
de reparación como lo son tratamientos y terapias médicas, reservándose la corte la
facultad de supervisar el cumplimiento de éstas.
Actualidad:
El Estado peruano no ha terminado de cumplir con las indemnizaciones motivo por el
cual la Corte citó a las partes a una audiencia privada en febrero de 2010 para compeler
al cumplimiento acordado en sentencia. Al día de hoy aun está pendiente el pago de
los intereses por el retraso en el pago y la aplicación de las medidas de atención a los
perjudicados por parte del Ministerio de Salud. Tampoco se han aprobado en el Perú
las leyes necesarias para juzgar a los sospechosos, y algunos de ellos se encuentran
en libertad por no podérseles mantener en prisión sin un juicio.
FUENTE:
https://ferequiem.wordpress.com/2012/08/07/analisis-del-caso-matanza-de-barrios-
altos-o-caso-barrios-altos-vs-peru/