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Una justificación es la explicación de las razones por las que se realiza una

determinada acción. De modo que la justificación de un proyecto identifica el por qué


se lleva a cabo el conjunto de actividades que lo forman.

Si en artículos anteriores veíamos las fases de un proyecto, ahora sacamos la lupa para
centrarnos en un aspecto importante correspondiente a los antecedentes y
justificación de un proyecto. ¿Cuál es su propósito y qué se espera conseguir a su
término? ¿Por qué es importante llevar a cabo el proyecto?
Así pues, en este artículo veremos la definición de justificación de un proyecto, cómo
se realiza una justificación de un proyecto, qué elementos debería incluir y algunos
ejemplos prácticos con los que podrías inspirarte.
¿QUÉ ES LA JUSTIFICACIÓN DE UN
PROYECTO?
La justificación de un proyecto identifica y explica las diferentes maneras para
resolver un problema planteado. Se trata de una expresión cualitativa sobre el por
qué debemos empezar un determinado proyecto, por qué merece la pena y cuál será
su alcance o impacto en su entorno socioeconómico.
Así pues, la justificación de un proyecto recoge:

 El alcance del proyecto a corto, medio y largo plazo.


 Diferentes soluciones para resolver un problema o alcanzar un objetivo
detectado.
 Las respuestas a los diferentes intereses de los stakeholders o interesados del
proyecto.
 La utilidad o innovación que aportar el proyecto en el campo de su ejecución.
 Todas aquellas razones que expliquen por qué es importante invertir un
volumen de recursos para desarrollar el proyecto.

¿CÓMO HACER LA JUSTIFICACIÓN DE UN


PROYECTO?

Antes de saber cómo redactar una justificación de un proyecto es importante conocer


cómo son los objetivos que se incluyen en ella. Las razones o propósitos por los que se
realiza el proyecto han de ser claros, concretos y que respondan a la solución al
problema, concisos, directos e inteligibles por todas las personas que formarán
parte del mismo.
Recordamos, como en tantos artículos, que la información de un proyecto es la base
del mismo y cómo gestionemos sus datos de cara al equipo de trabajo, determinarán
en gran medida el éxito de los resultados. Puedes saber cómo acelerar el ritmo de tus
proyectos gracias a la comunicación de proyectos colaborativos en
esta lección del curso gratuito y online de gestión de proyectos de Sinnaps. 😃
Además, para hacer la justificación de un proyecto, tenemos que ser conscientes de
nuestras limitaciones e identificar objetivos que sean alcanzables con los recursos que
disponemos. A la hora de hacer una primera planificación del proyectos, Sinnaps nos
ayuda a saber si lo que queremos llevar a cabo es realista o no. Este gestor de
proyectos calcula la ruta de trabajo óptima para nuestro proyecto. Nos dice cuál
es la fecha mínima en la que podemos terminar el proyecto, según las actividades y
recursos planificados. Con este dato, podemos saber si merece la pena seguir adelante
con el proyecto o es mejor no hacer una justificación del mismo.
Por otro lado, el lenguaje que utilizaremos en la justificación de un proyecto debe
estar enfocado a acciones terminadas. Así podremos emplear palabras como
aumentar, incrementar, instalar, eliminar, etc. Y no términos como colaborar,
fomentar, ayudar, etc. De esta manera, sabremos cómo redactar una justificación de
un proyecto de forma efectiva y precisa.
Pero, ¿qué va en la justificación de un proyecto?
Pues bien, en primer lugar el planteamiento del objetivo general del proyecto. Por el
que seleccionamos un equipo de trabajo determinado y unas actividades con unos
recursos necesarios para alcanzarlo.
El objetivo general de un proyecto responde a la problemática planteada. Es una
solución concreta al problema surgido. Una meta expresada con datos específicos, con
el fin de poder evaluarlo adecuadamente a lo largo del desarrollo del proyecto y al
término del mismo.

En este tipo de objetivo general respondemos a lo que se va a hacer, cómo se va a


lograr y para qué es importante llevarlo a cabo.

Por otro lado, en la justificación de un proyecto también identificamos los objetivos


específicos. Se trata de responder a todas las consecuencias surgidas para alcanzar el
objetivo general.

Un ejemplo sencillo para entender cómo elaborar la justificación de un


proyecto, sería:
El problema es que una revista tiene pocos ingresos. El objetivo general será ampliar el
capital económico de la publicación. Un objetivo específico o una de las soluciones al
problema podría ser, por ejemplo, ampliar el número de suscriptores de la revista, o
mejorar la imagen de marca, o mejorar la calidad de la revista, entre otros muchos
objetivos específicos.

Un proyecto productivo parte de un documento compartido por todo el equipo que


explique por qué y para qué se inicia un proyecto. Sin esta justificación de proyecto, la
información puede tergiversarse y con ello el objetivo principal por el que
comenzamos nuestros trabajo.
Las empresas que apuestan por proyectos productivos utilizan herramientas que
cumplen con sus necesidades, que hacen posible alcanzar objetivos y que ayudan a
cumplir con los resultados esperados. Sinnaps es una de esas aplicaciones cuyo
objetivo propio es ofrecer planificaciones completas, fáciles de entender y
optimizadas, aprovechando cada uno de los recursos disponibles.

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