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“La Real Academia Española, en la 22.

a edición de su diccionario, define


violencia como «acción contra el natural modo de proceder», y agresión, como «acto
de acometer a alguien para matarlo, herirlo o hacerle daño». Y la Organización
Mundial de la Salud (OMS, 2002) define la violencia como «el uso deliberado de la
fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo,
otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de
causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones».
La violencia se expresa mediante el comportamiento agresivo hacia otro
injustificadamente, ya que es un modo de proceder «contra natura», no esperado,
por lo que se convierte en acto ilegítimo. La puede ejercer una persona, un grupo o
una institución que, manteniendo una posición dominante, somete a su víctima
mediante el uso directo o indirecto (permitiéndolo) de la fuerza o coacción
causándole un daño físico (a su propio cuerpo o a su propiedad), psíquico o de
marginalidad social. Sin embargo, la agresión es una acometida o ataque para dañar
a otro, pero, al contrario que la violencia, que siempre es «no natural», a veces sí
puede ser «natural» cuando se usa para defenderse o superar dificultades de
supervivencia, convirtiéndose la agresividad en una capacidad positiva o adaptativa.
La agresividad es una capacidad de naturaleza biológica de los seres vivos que
predispone a la respuesta agresiva (activando las reacciones bioquímicas del
organismo) como instinto de supervivencia o de posición jerárquica en el grupo,
convirtiéndose en un acto positivo, necesario. Sin embargo, si despojamos esa
capacidad de su contexto natural (modo natural de proceder) la convertimos en un
acto gratuito de maldad, injustificado, negativo y destructivo, es decir, en un
comportamiento violento.”

“La definición más aceptada y usada es la formulada por Olweus (1999):


«Decimos que un estudiante está siendo intimidado cuando otro estudiante o grupo
de estudiantes: dice cosas mezquinas o desagradables, se ríe de él o ella o le llama
por nombres molestos o hirientes. Le ignora completamente, le excluye de su grupo
de amigos o le retira de actividades a propósito. Golpea, patea y empuja, o le
amenaza. Cuenta mentiras o falsos rumores sobre él o ella, le envía notas hirientes y
trata de convencer a los demás para que no se relacionen con él o ella, Acciones
como ésas ocurren frecuentemente y es difícil para el estudiante que está siendo
intimidado defenderse por sí mismo. También es bullying cuando un estudiante está
siendo molestado repetidamente de forma negativa y dañina. Pero no lo podernos
llamar bullying cuando alguien se mete con otro de forma amistosa o como en un
juego. Tampoco es bullying cuando dos estudiantes de la misma fuerza discuten o
pelean».”

“Algunos autores han distinguido distintos niveles en la victimización. Rigby


(1996) diferencia entre maltrato maligno y maltrato no deliberado. El primero, que
puede considerarse el ejemplo más extremo del fenómeno, consiste en una agresión
intimidatoria que busca conscientemente hacer daño a otro, es decir, una explotación
deliberada de una diferencia de poder. El maltrato no deliberado, por indiferencia o
negligencia, puede darse con fines incluso pedagógicos, pero la víctima se siente
igualmente sometida y sin defensa. Los elementos del maltrato maligno (prototipo de
maltrato) presentes ya en la definición formulada por Olweus (1999) son los
siguientes: a) deseo inicial obsesivo. y no inhibido de infligir daño, dirigido contra
alguien indefenso; b) el deseo se materializa en una acción; c) alguien resulta
dañado, y la intensidad y la gravedad del daño dependen de la vulnerabilidad de las
personas; d) el maltrato se dirige contra alguien menos poderoso, bien sea porque
existe desigualdad física o psicológica entre víctimas y actores, o bien porque estos
últimos actúan en grupo; e) el maltrato carece de justificación; fl tiene lugar de modo
reiterado, siendo esta expectativa de repetición interminable por parte de la víctima,
lo que le da su naturaleza opresiva y temible, y g) se produce con placer manifiesto,
es decir, el agresor disfruta con la sumisión del débil.”

“Las características básicas del acoso escolar entre iguales o bullying que
han venido señalando a lo largo de las investigaciones, se pueden mencionar las
siguientes:
-Hay una víctima indefensa acosada por uno o varios agresores con
intencionalidad mantenida de hacer daño; existe crueldad por hacer sufrir
conscientemente.
-Hay una desigualdad de poder entre una víctima débil y uno o varios
agresores más fuertes física, psicológica o socialmente. Debe existir una
desigualdad de poder, desequilibrio de fuerzas, entre el más fuerte y el más
débil. No hay equilibrio en cuanto a posibilidades de 1 defensa, ni equilibrio
físico, social o psicológico. Es una situación desigual y de indefensión por
parte de la víctima.
- La conducta violenta del agresor contra su víctima se produce con
periodicidad, y la relación dominio-sumisión ha de ser persistente a lo largo
del tiempo. La agresión supone un dolor no sólo en el momento del ataque,
sino de forma sostenida, ya que crea la expectativa en la víctima de poder ser
el blanco de futuros ataques.
-El objetivo de la intimidación suele ser un solo alumno, aunque también
pueden ser varios, pero este caso se da con mucha menos frecuencia. La
intimidación se puede ejercer en solitario o en grupo, pero se intimida a
sujetos concretos. Nunca se intimida a un grupo.”

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