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LIBROS HISTÓRICOS
MAESTRA:
CLAUDIA SARAÍ CÁCERES ALFARO
PRESENTA:
DOUGLAS ARNOLDO AYALA ALBERTO
CICLO 2 - 2018
“PASION POR LA PALABRA”
INTRODUCCION
Antes de la muerte de David, él dio a Salomón los planes de Dios para construir el
templo de Jehová. En el cuarto año de su gobierno, Salomón empieza a edificar el
templo, y le toma siete años y medio terminarlo. Decenas de miles de hombres
trabajan en el edificio, que cuesta mucho, mucho dinero por el mucho oro y la plata
que se usan.
Este templo tiene dos cuartos principales, como los del tabernáculo. Pero el tamaño
de éstos es el doble del tamaño de aquéllos. Salomón hace que el arca del pacto
se ponga en el cuarto interior; las otras cosas que tenía el tabernáculo se ponen en
el otro. En este trabajo hablaremos de las características del templo de salomón.
Características del templo
El templo propiamente dicho, según la descripción de la biblia:
Edificio. Fue un edificio pequeño, orientado sobre un eje longitudinal en
dirección Este-Oeste.
Debió tener una longitud interior de aproximadamente 27 metros, 9 metros de
ancho y una altura de 13,5 metros (60×20×30 codos). Sus dimensiones, por
tanto, eran más bien las de una capilla palatina, ya que el culto se hacía desde
su exterior.
Columnas. A ambos lados de su entrada se erigieron dos columnas, llamadas
Jaquín y Boaz.
Puerta enchapada en oro. Los sacerdotes y el rey entraban en el templo a
través de una gran puerta enchapada en oro, de aproximadamente 10 metros
de alto y 4 de ancho.
Vestíbulo de entrada. Tras de esa puerta se encontraba el vestíbulo de
entrada.
Santo Sanctórum. Después de este vestíbulo, se encontraba la estancia
principal, el Hajal o Santo, iluminado a través de unas ventanas altas. La
anchura y longitud guardaban una proporción de 1:2, lo que significa que la
planta del Hajal estaba compuesta por un doble cuadrado.
El forjado de piedra se cubrió con madera de cedro.
Las paredes del Hajal se cubrieron con láminas de cedro, traídas de las
montañas del Líbano, el mismo material de las vigas del forjado.
La tercera cámara, el Pemir, Kodet HaKodasht, se encontraba en la parte
trasera, a un nivel más alto que el Heijal, y sólo podía accederse a él subiendo
por una escalera.
El Pemir tenía la forma de un cubo de aproximadamente 10×10×10 metros
(20×20×20 codos), y en su centro se ubicó el Arca de la Alianza. Éste era un
arcón grande, hecho de madera de acacia, cubierta con planchas de oro y con
cuatro anillas a las esquinas en las que se ponían varas para transportarla.
Dentro del Arca se guardaron las Tablas de la Ley, entregadas por Jehovah a
Moisés, en que estaban grabados los Diez Mandamientos, que sirvieron de
conexión entre Jehovah y los israelitas.
Poligenismo e idolatría. Contrajo matrimonio con una de las hijas del faraón del
Antiguo Egipto Siamón. Cayó en la idolatría, inducido por sus numerosas
esposas extranjeras, setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas.
Salomón rompió el primer mandamiento al permitir la adoración de los ídolos y
su culto en la propia Jerusalén.
La mezcla de alianzas matrimoniales entre las familias reales era una práctica
común en el Cercano Oriente. A principios de su reinado, Salomón hizo una
alianza con el Faraón, aceptando a una hija de este último en matrimonio, se la
llevó a Jerusalén, y tuvo que permitirle la idolatría. En la cúspide del poder,
Salomón tomó esposas de los moabitas, amonitas, edomitas, sidonios e heteos.
Además de todo ello, organizó un harén de 700 esposas y 300 concubinas. Sin
embargo, la multiplicidad de esposas era contrario a lo expresado en los
mandamientos de Dios.
Salomón no solamente toleró la idolatría, sino que él mismo rindió reconocimiento
a Astoret, la diosa de la fertilidad de los fenicios, conocida como Astarté entre los
griegos y Ishtar para los babilonios. Para el culto de Milcom o Moloc, el dios de
los amonitas y Quemos, el dios de los moabitas, Salomón erigió un lugar
sobresaliente en una montaña al este de Jerusalén en las proximidades del
templo
La idolatría, que era una violación del Decálogo, no podía ser tolerada. La
dinastía de David continuaría gobernando en gracia a la alianza de David
con Jehová, quien no rompió su promesa, aunque Salomón hubiese
perdido sus derechos y sus bendiciones. Además, por amor a David, el
reino de Israel no fue dividido mientras vivió Salomón.
Vida inicua. En las transacciones, el rey demostraba que ya no era justo.
Reavivó el tema de la esclavitud en los infieles. Permitió sacerdotes que en
muchos casos eran indignos. Incrementó los elementos de guerra.
Arrepentimiento. Se arrepintió de caer en la vanidad y la soberbia, y
escribió el libro Eclesiastés para aconsejar a otros a que no siguieran su
ejemplo. Allí menciona «vanidad de vanidades, todo es vanidad» y esto se
refiere a su vida inicua.
El rey legendario. Siglos más tarde el rey legendario fue subido a un
pedestal que sólo podía compararse con personajes de la talla de Alejandro
Magno.
CONCLUSION