Sobre la restauración del orden social en perfecta conformado con la ley evangélica. Al celebrarse el 40º aniversario de la encíclica “Rerum novarum”, de león XIII
Primera parte:
FRUTOS DE LA ENCÍCLICA “RERUM NOVARUM”.
Al dar principio al punto a este punto, recordamos las palabras de san Ambrosio: “no hay deber mayor que el agradecimiento”. La iglesia, dice, es la que saca del evangelio las doctrinas que pueden resolver completamente el conflicto, o por lo menos, hacerlo más suave. Ahora bien, la iglesia de ningún modo dejo recónditos en su seno tan precioso tesoro, sino que las utilizo para el bien común, para la ansiada paz común. La doctrina en materia social y económica contenía la encíclica “Rerum novarum”, el mismo León XIII y sus sucesores, constantemente en la pastoral en la defensa de los pobres y de los débiles. León XIII broto una verdadera ciencia social católica, los cuales no lo deja escondido en sus reuniones eruditas, sino que las saca a la plena luz del día, en universidades católicas, academias, seminarios, pero este trabajo no solo queda resumido en estos límites, el trabajo de León XIII, la doctrina contenida en la encíclica “Rerum novarum”, que quedo consagrada como documento memorable, al cual con justicia puede aplicarse las palabras de Isaías “enarbolara entenderte entre las naciones”. Por lo que atañe al poder civil, León XIII sobrepaso audazmente los límites impuestos por el liberalismo, el pontífice enseño sin vacilaciones que no puede limitarse la autoridad civil. A los gobernantes toca defender a la comunidad y a todas sus partes, principalmente a los débiles y desamparados, “por qué los ricos se pueden cuidar por sus propios medios y necesitan menos de la tutela pública”. Las normas de león XIII, con toda autoridad, logra romper esas oposiciones de hacer esos prejuicios, la encíclica “Rerum novarum”, revisa muy oportunamente que deben organizarse, para alcanzar el fin propuesto, en fin consiste en que cada uno de los asociados obtengan el mayor aumento posible de los bienes del cuerpo, del espíritu y de la fortuna. En la asociación de los patrones, no se pude afirmar por tanto de las agrupaciones entre patronos y jefes industriales, nuestro predecesor, en el evangelio fuente de vida y vital en la doctrina, en la lucha de la moral, que la buena semilla sembrada tan abundantemente hace cuarenta años cayo, en gran parte de la buena tierra. En el trascurso de esos años han surgido algunas dudas sobre la recta interpretaciones de algunos pasajes en la encíclica de león XIII, lo cual provoco algunas controversias entre católicos, por otra parte las nuevas necesidades de nuestra época y el cambio de condición de las cosas reclaman una aplicación más cuidadosa de la doctrina de león XIII. Segunda parte: LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA EN MATERIA SOCIAL Y ECONÓMICA Es verdad que la iglesia no se encomendó el oficio de encaminar a los hombres a una felicidad caduca y perecedera, sino a la eterna” la iglesia juzga que no le es permitido sin razón suficiente mezclarse en estos negocios temporales”, es cierto que la economía y la moral, cada cual en su enfrenta peculiar, tiene principios propios. Pero es un erro que se encuentran separados entre sí. Una misma ley que les obliga a buscar el fin supremo y último, el autor de la naturaleza en Dios, los fines peculiares que se oponen en la vida económica, ya individuales, el fin último de todas las cosas es Dios, bien supremo e inexhausto para sí y para nosotros. Sobre los domingos o derecho de propiedad, comencemos con el domingo o derecho de propiedad. Carácter individual y social, que ni León XIII ni los teólogos enseñaron guiados por el magisterio de la iglesia han negado o puesto en duda el doble carácter de la propiedad llamada individual y social. Por lo tanto hay que evitar el doble choque contra un doble escollo. Obligación inherente al domingo, respetar santamente la división de los bienes y no invadir el derecho ajeno traspasados al domingo. Poderes del estado, los hombres deben tener en cuenta no solo de su propia utilidad, sino también del bien común que se deduce de las índoles mismas del domingo, que es a la vez individual y social. Ya León XIII había enseñado muy sabiamente que Dios dejo a la actividad de los hombres y de las instituciones de los pueblos de la procesión privada. Obligaciones sobre la renta libre, por otra parte, tampoco las rentas del patrimonio quedan en absoluto a merced del libre arbitrio del hombre, la tradición y la doctrina de nuestro predecesor León XIII atestigua que la ocupación de una cosa sin dueño, el trabajo que le hombre ejecuta es propio, para adjudicar esos frutos que trabaja. Capital y trabajo, muy distinta y es la bien trabajo cuando e esas cosos ajenas medidas en un contrato. Ahora bien la ley de la naturaleza, ahora bien la ley de la naturaleza la naturaleza de Dios, pretensiones enjutas de capital, el capital reclamaba para si todo el rendimiento, pretensiones injustas de trabajo, a los obreros ya irritados, se ha cercaron los que se llaman intelectuales oponiéndose a aquella pre terminada ley un principio moral no, hemos infundado. La redención del proletario, tal es el fin que nuestro predecesor proclamo la redención del proletariado. Debemos afirmarlo con más empeño y repetirlo con más insistencia. Es verdad de la condición de los obreros se han elevado a un estado mejor y más equitativo, principalmente en las ciudades más prosperas y culturales. Es verdad que la condición del proletario no debe confundirse con el pauperismo, en nuestra época se llama individualismo están mal repartidas e injustamente aplicadas en la diferente clases. Desaparición del proletariado por medio del acceso a la propiedad, por lo cual con todo empeño y todo esfuerzo se ha de procurar que menos para el futuro, las riquezas adquiridas vayan con más justa medida a la manos de los ricos, justo salario, mas es imposible llevarlo a efecto sino llegan los obreros a formar su médico capital con cuidado y ahorro, León XIII había ya prudentemente declarado, para determinar la medida justa del salario. Tercera parte CAMBIOS DE LA CUESTIÓN DESDE LOS TIEMPOS DE LEÓN XIII Grandes cambios han sufrido desde los tiempos de León XIII, tanto en la organización económica como el socialista, en primer lugar, es manifiesto que las condiciones económicas han sufrido profunda mudanza, principalmente en el régimen capitalista , económico, por lo cual unos ponen el capital y otros el trabajo, como el mismo pontífice decía, “no puede ver capital sin trabajo, ni trabajo sin capital ” cambios en la región económica, León XIII puso todo empeño en ajustar esa organización económica en las normas de la justicia. Pero el régimen económico capitalista se extendido muchísimo por todas partes, tanto que la economía y la condición social de los que se hallan fuera de sus esferas de acción, están invadíos de él. A la libre competencia sucedió la dictadura económica, en nuestros tiempos no se acumulan solamente riquezas sino que crean enormes poderes. Y una potencia económica, las consecuencias del espíritu individualista en el campo económico, la prepotencia económica se ha suplantado al mercado libre, pues el régimen económico moderno descansa principalmente sobre el capital y el trabajo. Transformación del socialismo, León XIII ha sufrido el socialismo, con quien tuvo que luchar, las armas más violentas o el comunismo, una parte del socialismo sufrió un cambio semejante al respecto a la economía capitalista en la rama más moderna conservar el nombre del socialismo, el nombre del socialismo es ciertamente más moderado, ya no solo confiesa que debe abstenerse de toda violencia, sino q aun así rechaza la lucha de clases y la abolición de la propiedad privada, la suaviza de alguna manera. La lucha de clases, sin amistades y odios mutuos, poco a poco se trasforman en una condición honesta, fundada en el amor a la justicia, la reforma de las costumbres pero si consideramos este asunto más diligentemente, descubrimos con claridad que esta restauración social tan deseada debe preceder la renovación profunda del espíritu cristiano, de lo contrario todo esfuerzos serian estériles y el edificio se asentaría no sobre roca, sino sobre la arena movediza. Las pasiones desordenadas del alma, triste consecuencia del pecado original son la raíz y al mismo tiempo la fuente del alejamiento de la ley cristiana en las cosas sociales y económicas, y de lo conseguiste apostasía de la fe católica de muchos obreros. La cristianización de la vida económica, ningún remedio eficaz se puede poner a tan lamentable estrago de las almas y muestras diere esta cera inútil todo afán de regeneración social, sino vuelven los hombres a la doctrina evangélica, es decir a los preceptos de aquel que solo tiene palabras de vida eterna. Que conduce a la vida económica a un régimen sano y recto. Este régimen perfecto que con fuerza y alegría proclama la iglesia y la misma recta condición humana, exige que vayan dirigidas a Dios. El oficio de la caridad, más para asegurar esta reformas, de la ley de la justicia, sea una ley de la caridad que es vinculo de perfección, por su parte los obreros depondrán sincerárteme ese sentimiento de odio y envidia. El camino por donde se debe marchar, está señalado por las presentes circunstancias, como en otras épocas de la historia de la iglesia, consejo de estrecha unión y cooperación, pues bien nadie en verdad ignora el celo incansable de los católicos, que León XIII en su inmortal encíclica, no pretende imponer sus propios pareceres sino están dispuestos a deponerlos, por buenos que perezcan, si el bien común lo exige, para q cristo reine, la gloria y el poder para siempre.