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Las pilas y baterías son sistemas electroquímicos con gran aplicación en muchas de las
actividades del hombre, para que estas sean eficientes en cada una de las aplicaciones
es necesario que suministren diferentes potenciales, por ello su composición química
varía. (Plascencia, H., González, B., Pérez, H., p. 56)
Por su parte, la pila alcalina, específicamente la pila comercial de desecho AA, se distingue
por poseer una estructura cilíndrica de zinc (Zn), dentro de la cual se encuentra “una pasta
acuosa de cloruro de amonio (NH4Cl), cloruro de zinc (ZnCl2), dióxido de manganeso (MnO2)
y grafito en polvo” (p.57), además de contar con ambos polos compuestos de latón con un
97.65% de cobre (Cu) y 2.35% de zinc (p. 62), según la investigación antes mencionada. A
esto se añade que en un informe del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
(INECC) de México, José Castro y María Luz Díaz, ambos especializados en las
investigaciones en Química para dicha entidad, reportaron una presencia de mercurio (Hg) de
entre 0.5% a 1%, así como un 42% de plástico en las pilas alcalinas (2004, p. 56). Por otro
lado, la pila de zinc-carbono, igualmente en el modelo comercial AA, se compone de un tubo
de papel con zinc que contiene la pasta reactiva de dióxido de manganeso y grafito (p.58). En
cuanto a las pilas de plata-óxido —también llamadas pilas “de botón”—, utilizadas en relojes
de muñeca y otros artefactos electrónicos de menor tamaño, posee óxido de zinc (ZnO)
mezclado con mercurio (Hg) en el polo negativo o ánodo, mientras que, en el polo positivo o
cátodo, posee plata (Ag) mezclada con dióxido de manganeso (p. 60).
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En segundo término, conociendo los elementos que se liberan al ambiente con el desecho
de las distintas clases de pilas, corresponde, consecuentemente, contemplar su impacto. La
primera observación notable es que la producción de las pilas en cilindros protectores, si bien
proteje al ambiente del contacto con las múltiples reacciones internas, no es efectivo una vez
la pila es decartada, como lo señala Karla Camacho (2006), destacada investigadora y docente
del área de Química, en la gaceta “Conciencia Tecnológica”:
Similar caso es el del manganeso (Mn), el cual, en cantidades excesivas dentro del
organismo, puede resultar en “desórdenes de tipo psicológico y neurológico” (Castro y Díaz,
2004, p. 66). Tal fue la desdicha de una comunidad japonesa en 1981, en la cual:
(...) cerca de un pozo de agua se enterraron aproximadamente 400 piezas de pilas a una
distancia aproximada de dos metros, lo cual provocó 16 casos de envenenamiento, tres
fueron fatales (...) La autopsia reveló altos niveles de dicho metal y de zinc en sus
órganos. (Castro y Díaz, 2004, p. 66)
Por lo demás, este mismo informe señala que distintos electrolitos presentes en las pilas
alcalinas pueden resultar nocivos por ser causantes de quemaduras o irritaciones cutáneas, así
como pueden afectar la fertilidad de los suelos si se practica una inadecuada disposición de sus
residuos (p. 67).
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62), con una tendencia a aumentar (p. 73). En perspectiva, esto agrava la situación de la
contaminación por desecho de pilas, debido a los bajos cuidados en la producción legal de
estas, violando, por ejemplo, los estándares en la producción de pilas de óxido de mercurio,
sobre la cual informan que:
En síntesis, queda clara la importancia del desecho de las distintas clases de pilas más
usadas, puesto que no solamente contienen materiales potencialmente nocivos para el medio
ambiente, sino también para la salud pública. Estos materiales, una vez degradada la pila,
contaminan nuestro entorno y alteran el funcionamiento de los ecosistemas. Además, dado el
alto consumo de pilas alcalinas, de zinc-carbono y plata-óxido últimamente, el problema se
vuelve progresivamente más grave, al punto que “la tendencia elevada del consumo de pilas se
contrapone al desarrollo sustentable, ya que (...) heredaremos a las futuras generaciones
grandes volúmenes de contaminantes” (Castro y Díaz, 2004, 73).
Ante esta problemática, Camacho (2006) propone desarrollar “un proyecto dedicado
exclusivamente al desarrollo de una logística de recolección, acopio y disposición final que
incluya una tecnología de tratamiento y/o recuperación de metales.” (p. 6). O bien, podría
reemplazarse el uso de pilas desechables por pilas recargables, como sugieren Castro y Díaz
(2004, p. 73). De cualquier manera, la concientización colectiva unida a un apropiado desecho
o reciclaje de estas pilas proporcionaría una solución eficaz a la posible contaminación a futuro,
la cual representa un importante desafío para el desarrollo mundial actual y futuro.
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Referencias: