Día del niño

El día del niño como un aniversario merece la conmemoración y más que esto
merece que se mida el progreso logrado a favor del niño: Cuánto mejoró su
sobrevivencia, su educación y su protección, cómo se ha mejorado el ejercicio
de sus derechos humanos
Hay dos fechas para celebrar al niño: El día nacional que en cada país del mundo se
festeja en una fecha diferente y un día común para todos que es el aniversario de la
aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño por la Asamblea General de
las Naciones Unidas 20 de noviembre de 1989. En Bolivia a partir del 1955 el día
nacional del niño se celebra el 12 de abril para conmemorar que en esta fecha la
Organización de Estados Americanos (OEA) y Unicef, redactaron la Declaración de los
Principios Universales del Niño, a consecuencia de la desigualdad y maltrato que
sufrían los niños en el mundo. El 12 de abril es el día en el que se debe tomar
conciencia y reflexionar sobre el respeto a los derechos de los niños y la situación de
estos en nuestra sociedad.
La Convención sobre los Derechos del Niño es un tratado internacional ratificado por
todos los países del mundo excepto los EEUU y Somalia. La Convención contiene los
más importantes Derechos Humanos de la Niñez. Reconoce tanto los derechos civiles
como los derechos económicos, sociales y culturales que sirven al niño para su
supervivencia y desarrollo integral e impone a los Estados firmantes la obligación
jurídica de promoverlos, respetarlos y garantizarlos. Los derechos más significativos se
refieren al interés superior del niño, derecho a un nombre y una nacionalidad, derecho
a la vida y salud, no separación de los padres, adopción y varios otros (40 artículos en
total). Junto con los padres es el Estado responsable de satisfacer las necesidades de
los niños y asegurar el cumplimiento de los derechos.
Pero no solo se trata de festejar un día, sino de medir el progreso realizado para los
niños en el tiempo. Unicef, la agencia de las Naciones Unidas para el desarrollo social
de la niñez, mide el progreso alcanzado dentro de un año basándose en una serie de
indicadores empezando con la tasa de mortalidad de menores de cinco años (TMM5),
un indicador fundamental para monitorear el bienestar de los niños. Los avances
pueden ser extraordinarios. Así por ejemplo en 1984 en Bolivia de cada mil niños
morían 285 antes de cumplir cinco años de vida. Todas estas muertes se debían a lo
que algunos llaman las “enfermedades de la pobreza”: respiratorias agudas, diarrea,
sarampión, tuberculosis y otras. En 1984 Bolivia se encontraba desde este punto de
vista en la cola de los países, entre los países africanos menos desarrollados y
penúltima entre los países latinoamericanos. Es cuando un excepcional ministro de
Salud el Dr. Javier Torres Goitia (padre) impulsó las nuevas políticas de salud pública
incluyendo la Participación Popular. Gracias a este impulso 25 años más tarde la
mortalidad de los menores de cinco años en Bolivia se redujo a 51, o sea, cinco veces
menos que en 1984. Coberturas de educación han dado un salto parecido. Protección
de la infancia que se refiere a los niños abandonados, niños de la calle, niños
trabajadores y otros sigue necesitando atención debido a las condiciones de pobreza.

Existe la urgencia para atender las necesidades de los niños (hasta 18 años), que muy
pronto dejan de ser niños y se vuelven adultos. El día del niño como un aniversario
merece la conmemoración y más que esto merece que se mida el progreso logrado a
favor del niño: Cuánto mejoró su sobrevivencia, su educación y su protección, cómo se
ha mejorado el ejercicio de sus derechos humanos. Niñez es una etapa corta, pero
única y al entrar en edad adulta ya se nos olvida. Sin embargo, como adultos no
podemos recuperar lo que nos faltó durante el periodo de la infancia.