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Un reportaje televisivo ofrece una visión más profunda sobre un acontecimiento que la
noticia. Fundamentalmente, lo hace a través de la contextualización y explicación de
diversos puntos de vista sobre él. También el autor cuenta con una mayor libertad para
su creación y se le permite e incluso solicita una búsqueda de originalidad en cuanto a
su enfoque. Para todo ello se basa en diferentes elementos (ya sean documentos escritos,
testimonios gráficos o audiovisuales, las voces de sus protagonistas, opiniones de
expertos...), que se cohesionan entre sí a través de la voz over de un narrador que
establece las pautas del relato. Los elementos que configuran el reportaje siempre se
utilizan para que ilustren de forma directa la argumentación mantenida por la voz del
narrador. Por este motivo, se puede decir que el reportaje televisivo se genera como
herencia directa del modo de representación documental expositivo.
- Temática variada: cualquier tema puede ser objeto de los reportajes. Aunque
suelen centrarse en aspectos de interés general o que resulten trascendentes para
los receptores del contexto social en el que se produce y difunde el mencionado
reportaje, también pueden tocar temas minoritario: la libertad en este sentido es
prácticamente absoluta. Esta idea se refuerza si además se tiene en cuenta la
característica anterior (atemporalidad). Cualquier hecho o acontecimiento,
cualquier persona o grupo de personas pueden ser objeto de un reportaje
interesante, ya que el objetivo último de los reportajes es transmitir información
y conocimiento. Incluso algún autor afirma que los reportajes son documentos
audiovisuales en los que queda registrada parte de la historia contemporánea.
Aunque, eso sí, su creación implica la existencia de imágenes y sonidos directos
de los hechos y de los protagonistas de los mismos. Es decir, que los reportajes
no pueden ser encuadrados dentro de un tipo de trabajo audiovisual con una
temática continua, sino que ésta es tan cambiante como diversa puede ser su
construcción y estructura. Si el tema es desconocido para el público o aporta
algún dato nuevo, mucho mejor. Además en su originalidad y con el objetivo de
aumentar el interés del espectador, el reportaje exige abordar los temas a través
de puntos de vista no adoptados anteriormente o introducir imágenes novedosas
o más provocativas. En ocasiones, este planteamiento le puede hacer adoptar una
forma demasiado espectacular y olvidar en cierto modo la base informativo de
este relato, así como cruzar la raya de la ficción. Un aspecto que está patente,
desde luego, en los nuevos formatos televisivos que han partido del reportaje
para adoptar planteamientos muy cercanos al entretenimiento y la ficción
(Callejeros es sólo un ejemplo de ello). En estos formatos se aportan aspectos
desconocidos sobre el acontecimiento que no suelen ser de gran relevancia ni de
interés general, como hechos curiosos o aspectos que por una u otro motivo
puedan interesar (y entretener) al telespectador.