María Guadalupe Oropeza Zavaleta

4° “C° Licenciatura en Educación Preescolar

03 de agosto de 2018

Mi autobiografía

Mi nombre es María Guadalupe Oropeza Zavaleta. Tengo 21 años, nací el día 8 de

noviembre de 1996 a las 23:00 hrs aproximadamente, en el Hospital Civil General
de Acayucan, Veracruz.
Mis padres son Olga Zavaleta Grajales, que es ama de casa, y mi padre Manuel
Antonio Oropeza Patraca, que es empleado de la distribuidora y veterinaria “El
Arriero”.
También tengo un hermano dos años mayor, llamado Antonio Oropeza Zavaleta,
actualmente está estudiando Ingeniería Electrónica en el Tecnológico de Minatitlán.
Mi hermano y yo cumplimos años el mismo día, el 8 de noviembre, sólo que él nació
en el año de 1994. Muchas personas se sorprenden cuando se enteran de esto,
pero en realidad sólo fue una coincidencia.

Durante un tiempo, cuando era pequeña me cuidaba mi abuelita Juana, que es mi

abuela materna, ya que mi mamá trabajaba en la Agencia del Ministerio Público
Especializada.
Desde que era niña era muy callada y tímida, además de que era la más llorona de
mi casa, debido a que mi papá me consentía mucho. A pesar de ello, siempre fui
una niña muy noble y tierna.
Me gustaba solo el café que me preparaba mi abuelita, y cuando mi abuelito tomaba
café en las tardes, me gustaba sentarme con él mientras tomábamos café.
Me gustaba ver las flores junto con mi abuelita y me gustaba barrer el patio.
A la edad de 2 años y medio entré al kínder Sigmund Freud, en el área de maternal.
Lo gracioso es por la forma en la que entré, ya que mientras unos niños lloraban
porque no querían quedarse en la escuela, yo lloraba porque me quería quedar
porque mi hermano iba y me quería quedar con él, y como ya podía avisar para ir al
baño, la maestra dijo que ya me podía quedar.
Después estuve en otras dos escuelas diferentes, pero finalmente, el último año de
kínder, regresé al Sigmund Freud.

La primaria la cursé en la escuela primaria Leona Vicario. A pesar de que era muy
tímida, hice muy buenas amistades. Tenía muchas amigas. Fue una etapa muy
divertida. Siempre cuando nos tocaba Educación Física por lo regular nos poníamos
a hacer otra cosa menos jugar.
 María Guadalupe Oropeza Zavaleta
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03 de agosto de 2018
Cuando estaba en la primaria hice mi Confirmación, para después hacer mi Primera
Comunión, en la Iglesia San Martín Obispo, en el mes de noviembre.

Durante mi estancia en esta primaria aprendí muchas cosas, además que tuve muy
buenos maestros que me enseñaron valores aparte de los buenos valores que mis
padres me han inculcado durante lo largo de mi vida.
A mí nunca me gustó la clase de Educación Física porque no me gustaba usar pants
ni correr, pero durante 6° año, estuve practicando gimnasia artística, no obstante,
después tuve que dejar de practicarla debido a que entraría a la secundaria que era
de turno vespertino y ya no podría ir a practicar.

Me emocioné mucho cuando se acercaba la hora de entrar a secundaria aunque

sabía que ya no estaría con todas mis amigas.

En el año 2009 entré al Centro Educativo Francisco I. Madero. Al principio me fue

un poco difícil acostumbrarme al horario, ya que nunca había estudiado en turno
vespertino, por esa razón, cuando pasé a 2° año, me cambié al Colegio Carlos
Grossman para después darme cuenta que había sido un error cambiarme de
escuela, ya que no me adapté a ese colegio debido a que los alumnos eran muy
diferentes a mi anterior escuela, eran muy superficiales y materialistas y eso no me
gustó. Sólo duré medio año ahí, y en vacaciones, en enero, unos días antes de
volver a clases, le lloré a mi papá para que me cambiara de nuevo a mi anterior
secundaria, y lo hizo. Me puse muy feliz por regresar y volver a ver a mis amigos de
ahí.

En tercer año, fuimos a un viaje de estudios a Chiapas, era la primera vez que salía
fuera de la ciudad, sin mis papás y con mis amigos. Disfruté mucho ese viaje, ya
que visitamos muchos lugares que yo no conocía y fue una experiencia muy bonita.
La secundaria fue una época muy divertida porque fue la etapa en que ya dejaba
de pensar las cosas como una niña y ya veía las cosas de otro modo. Considero
que la secundaria fue la mejor etapa. Viví momentos muy bonitos y divertidos con
mis amigos, que todavía siguen siendo mis mejores amigos y seguimos saliendo de
vez en cuando.
Concluí la secundaria en agosto del 2012.

Posteriormente, entré a la prepa, en el CBTIS No.48. Ahí también conocí a grandes

amigas.
Cuando entré a la prepa me sentía muy extraña, porque estar en la secundaria y el
gran cambio de pasar a prepa, en una nueva escuela, personas nuevas y todo era
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nuevo para mí. Pero me acostumbré muy rápido, gracias a que conocí a muy
buenas amigas, unas de las mejores amigas que podría encontrar.
Sin duda está también fue una gran etapa, donde la disfruté sanamente en
compañía de mis amigas. Hubo risas, peleas, tristezas, de todo.
Me ponía muy triste pensar que cada vez estaba más cerca el momento de concluir
la prepa para después entrar a la universidad, ya que sabía que cada quien se iría
a diferentes escuelas, en diferentes lugares. Pero a su vez, el hecho de pensar en
entrar a la universidad me emocionaba mucho.

Actualmente, curso el séptimo semestre de carrera en la Benemérita Escuela

Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen, y me siento muy orgullosa de ello, ya
que esa era mi meta, pertenecer a esta escuela, además estudiar Licenciatura en
Educación Preescolar, para en un futuro ser Educadora, lo que toda mi vida había
querido.
Ha sido una etapa con un poco de dificultades, ya que es muy difícil estar en una
nueva ciudad sin tu familia, pero citaré una frase que me motiva mucho: “Para poder
ver el arcoíris, primero debes soportar la lluvia.”
Al final de todo, sé que valdrá la pena.