Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Certamen II - Metafísica I
1. Introducción.
La principal cualidad del realismo de propiedades es que los particulares (cosas o personas)
tienen o instancian una o varias propiedades, además, dos o más particulares pueden
instanciar la misma propiedad a la vez: por ejemplo, existen martillos y pelotas que pueden
ser del mismo color. Estas propiedades que son comunes entre particulares son
denominados universales.
Una de las justificaciones para defender este tipo de realismo es remitirnos al significado en
las relaciones de sujeto – predicado. Cuando decimos que “un X es F” (sujeto y predicado
respectivamente) queremos decir algo sobre “X”, es decir, nos referimos a algo que lo
caracteriza: una propiedad de él, “F”. En otras palabras, “X” posee la propiedad de “ser F”.
Lo que este tipo de oraciones deja ver es que cuando afirmamos que “un X es F” significa
que la propiedad F no es única de X, sino que es instanciada en él. En este sentido, si F no
es propia de X, entonces es universal, pues puede ser parte de “X” como de “Y” o cualquier
otro termino (Conee & Sider, 2013).
Otro argumento para aceptar la teoría de propiedades universales acontece al referirse a dos
entidades idénticas, es decir, que las propiedades estén instanciadas al mismo tiempo en las
dos. Esto imposibilita que la propiedad pueda ser particular, pues un particular no puede
duplicarse, es decir, no puede instanciarse en dos lugares al mismo tiempo; en cambio, los
universales si pueden, por ejemplo: la felicidad que yo siento, “mi felicidad”, no puede
instanciarse en otras personas, pues es particular y solo referente a mi persona; mientras
que la felicidad como tal, es decir, “sentir felicidad” puede instanciarse tanto en mi como
en otras personas, puesto que es algo universal.
Otro aspecto criticable de las propiedades universales es que algunas de estas poseen una
propiedad de autoinstanciación, es decir, se instancian a ellas mismas, por ejemplo: todas
las propiedades tienen la propiedad de ser tales. Pero esto en sí no representa un problema,
pues son pocas las propiedades que pueden autoinstanciarse. Lo complejo resulta al
considerar el argumento a favor de las propiedades universales que apela a la relación de
sujeto-predicado, puesto que el universal se asocia al predicado, es decir, el predicado
mismo es la propiedad, entonces la propiedad debería autoinstanciarse, pero como vimos
anteriormente, no todos las propiedades pueden manifestarse en sí misma, lo cual lleva a no
poder resolver el problema. De este mismo modo, si una propiedad no puede
autoinstanciarse entonces pertenece al universal de las cosas que no pueden
autoinstanciarse a sí mismos, por ende, si se instancia a sí mismo (Conee & Sider, 2013, pp.
245 - 246)
1
Conee & Sider, 2013, pp. 237 - 238
2
Esta crítica es similar a la realizada por Aristóteles a la teoría de las formas de Platón, en que
esgrime que para explicar la relación de los particulares con su idea común, es necesario recurrir a
una idea común que las relacione a los particulares con la primera idea y así sucesivamente, hasta el
infinito.
4. La teoría de tropos.
Si bien la posición realista sobre las propiedades, en especial sobre las propiedades
universales, resulta atractiva en primera instancia, en el apartado anterior queda en
evidencia que dicha postura no es viable para responder si existen o no propiedades. Una
teoría que se ha encargado de resolver varios de los problemas que suscito la postura
realista y universalista fue la teoría de tropos, planteada por D. Williams.
La teoría de tropos concibe las propiedades y las relaciones como particulares, es decir, que
no los concibe como universales, ni como categoría, ni conjuntos, etc. En este sentido, los
tropos corresponden a particulares que son propiedades o relaciones:
“Un tropo es entonces una entidad particular que es además o bien abstracta, o bien
una entidad que consiste en una o más cosas concretas en combinación con algo
abstracto. Así, un gato y la cola del gato no son tropos, pero la sonrisa de un gato es
un tropo, y también lo es el todo cuyos constituyentes son la sonrisa del gato más
sus orejas y la aridez de la Luna” (Williams, 2017, p. 131).
Cada tropo puede ser instanciado por una entidad en particular: en el caso de tener dos
pelotas rojas, la rojez de cada pelota corresponde a un tropo distinto. En este sentido, y
como dice Willliams en su definición, los tropos son particulares abstractos, pero estos se
relacionan entre sí por sus conexiones de localización y semejanza. Esto quiere decir que si
bien la rojez de cada pelota es un tropo distinto, podemos relacionarlos y decir que “ambas
pelotas son rojas” porque sus tropos son semejantes. Esta “propiedad” de los tropos
solventa la dificultad presentada por la postura universalista en cuanto a la localización,
pues aquí no existen propiedades que se instancien dos o más veces a la vez.
Williams detalla que el mundo (y todo mundo posible) está compuesto por la suma o
racimos de tropos. Los tropos, como particulares abstractos, no son todos esenciales para la
composición del conjunto de tropos (que un chupete sea rojo o sea verde no implica que
deje de ser un chupete por el cambio de color), pero si hay tropos que lo son (un chupete
debe tener cierta “forma general” que lo identifica como tal). Independiente de su
“importancia” este conjunto de tropos en el particular concreto son lo que conforman el
racimo y permiten distinguir y establecer relaciones entre particulares.
“Aquello por lo que la mayoría de los hombres valora a la Luna es su brillo; lo que un
niño quiere de un chupetín es cierto sabor y persistencia. Preferiría con mucho tener
estas cosas abstractas sin el resto de la masa que la masa sin las cualidades” (Williams,
2017, p. 140).
5. Crítica a la teoría de tropos.
Garret expone que la teoría de tropos no se encarga se explicar que es lo que hace esencial a
un tropo y no a otro en la composición de un racimo o si es necesario que este tenga partes
esenciales. También recalca que la teoría de tropos no se encarga de los tropos que puedan
“instanciarse” en los mismos tropos:
“Podemos decir muchas cosas verdaderas acerca de un tropo de la rojez: que es rojo,
que tiene color, que es rojo o es verde, que es mi tropo favorito, que se halla en
Camberra, que ha durado todo el 2006, etc. Dado que un tropo no es un racimo, no
podemos considerar «este tropo es rojo» como algo cuya verdad esté determinada
por un racimo que contiene un tropo de rojez. Entonces, ¿cómo entender estas
predicaciones, si no es en términos de la instanciación de una propiedad en un
tropo? Y ¿no nos remite eso de nuevo a los universales?” (Garrett, 2014, pp. 62-63)
A su vez, Williams tampoco expone que es lo que posibilita que el conjunto de tropos se
manifiesten en un particular concreto, de igual manera que los universalistas no explican
como las propiedades son capaces de instanciarse en los particulares.
6. Comentarios.
A pesar de que la teoría de tropos defendida por Williams no soluciona todos los problemas
que suscita la postura realista de propiedades, esta logra resolver varios de estos, los cuales
tampoco son capaces de solucionar los nominalistas (lo que se evidencia en los manuales de
Conee & Sider como en el Garret). Lamentablemente el planteamiento de esta teoría
implica el surgimiento de otros problemas que no se presentaban anteriormente, como
consecuencia de las nuevas apreciaciones planteadas por el autor.
En cuanto a la crítica que se le establece a Williams de la falta de “cemento” que junte todo
el racimo de tropos en el particular concreto, si bien es relevante, se explica también por lo
“revolucionario” que es esta teoría. La teoría de tropos, especialmente con su
“reivindicación” del carácter abstracto implica cierto giro con la epistemología y teoría del
conocimiento de su momento, puesto que rompe con la aspiración, de origen aristotélico, de
buscar la sustancia, esa entidad que aglutina todas las propiedades, y la relega a un segundo
plano, planteando que para la explicación del mundo resulta más provechoso conocer los
“accidentes” en vez de la “masa” en que estos acontecen.
7. Referencias Bibliográficas.
- Conee, E., & Sider, T. (2013). Acertijos de la existencia. Madrid, España: Alianza
Editorial.
- Garrett, B. (2014). ¿Qué es eso llamado metafísica? Madrid, España: Alianza
Editorial.
- Williams, D. (2017). Sobre los elementos del ser: I. Cuadernos de filosofía, 35, 127-
142.